Psicopato Histeria Lacan Falta
Psicopato Histeria Lacan Falta
Psicopato Histeria Lacan Falta
Cada vez que uno habla, no puede no hacer una pregunta. Siempre que uno se dirige al Otro
esperamos una respuesta de ese Otro. Lacan plantea que la demanda es la puesta en
palabras de la necesidad (niño llora y la madre dice, codifica, entiende: ¡Tiene hambre!). Esa
Necesariamente la estructura del lazo con el Otro, supone la pregunta. Nunca en toda la
demanda recubre a toda la necesidad. Es decir, no se puede decir todo, siempre hay un resto.
Lacan trabaja en cómo esa pregunta en el caso de la histeria toma un matiz especial y cómo
simbólica, de ¿qué quiere el Otro de mí? (Che vuoi?). Y los síntomas se organizan
alrededor de esta pregunta dice Lacan, para responderla sintomáticamente. Esta pregunta no
es sin angustia.
la diferencia de los sexos, cómo se arreglan los neuróticos para diferenciar lo sexos.
Freud plantea que el Edipo divide dos: miedo a la castración y envidia del pene. Y que el
problema es que esas dos posiciones están en referencia al falo. Uno es el que quiere
cuidarlo, por tenerlo, y el otro por no tenerlo. Es decir que para dividir hay un significante, falo
o no falo. Se tiene que negar ese significante para tener dos. No es un problema de anatomía,
es simbólico. Quien no pasó bien por el Edipo queda en la libertad de inventarse una
forma de dividir los sexos, ejemplo, el caso Schreber. El Edipo da una respuesta fálica,
pero deja picando el tema de la feminidad. Tenemos resuelto qué es una madre, aquella
que esperó toda la vida tener ese falo, y lo tiene a través de sus hijos, haciendo la ecuación
pene=hijo.
Pero no tenemos respuesta para qué es una mujer. La neurosis es una forma de
El problema de la feminidad no es sólo para las histéricas sino para todo el que pasó por el
Edipo.
una pregunta. Pero Lacan lo dice con todas las letras, preguntarse qué es una mujer no es lo
mismo que serlo. Schreber tiene certeza de lo que es una mujer, que él lo es, no anda con
dudas de que es una mujer de Dios, él no tiene ningún problema, tiene la certeza de que él se
Dora culmina por hacerse la pregunta por la feminidad. Los dos sueños de Dora no
hablan de otra cosa, de qué es ser una mujer, qué es un órgano genital femenino, la mujer se
Y Lacan dice, ¿quién es Dora? Alguien en un estado sintomático muy claro, y Freud se
equivoca en el diagnóstico de Dora. Se pregunta qué desea Dora, antes de qué quiere Dora.
La Sra. K es el objeto de interés de Dora, aunque también su interés está en QUÉ tiene esa
señora.
Ella es el Sr. K (identificación). Para resolver ese enigma de la feminidad, debe encontrar un
“gps” que la oriente. ¿Y cómo encuentran a una mujer? Usando a un hombre. Busca un
hombre que tenga un deseo, que son las mujeres, y ese dese es lo que la va a orientar. Se da
la identificación viril.
Cuando el Sr. K que su mujer no significa nada, es una especie de “recalculando” del
gps. Hace enojar a Dora y le pega una bofetada. Se le cae toda la escena. Si para el Sr.
deseando siempre.
Dora tenía el pretexto de que ella era entregada para que el padre se quede con la Sra.
K.
Entonces, si hay neurosis es porque hubo paso por el CdeE, la neurosis es una manera
neurosis:
Crítica de Lacan a Freud: El objeto central de Dora es la Sra. K, no porque sea homosexual,
sino porque la ve como a una Otra completa que goza del todo, una mujer de verdad, es por
eso que su interés está dirigido hacia ella. Se identifica con el Sr. K para saber a través del
hombre qué es ser una mujer.
Freud: Dora ama al Sr. K, cree que el Sr. K es el objeto de amor de Dora.
Lacan: Dora se mantenía identificada, anudada gracias a la identificación viril. El Sr. K se corrió
del lugar de la identificación viril, ya no sirvió más. El Sr. K le sirve a Dora de Yo, no es el objeto
En el psicoanálisis, el sujeto se constituye por un discurso donde la mera presencia del analista
aporta la dimensión del diálogo. El caso Dora es expuesto bajo las formas de unas series de
inversiones dialécticas. Se trataría más bien de la responsabilidad del sujeto de deseo: ¿Cuál
que conllevaría a una transferencia negativa, y por ende, la culminación del abandono del
paciente en el análisis. Tendremos que pasar por todas las fases que llevaron a ese momento.
A saber:
Dora (mientras tose): “en mi familia son todos en contra suya, Me lo hacen a mí: papá está
Dora denunciaba que su padre y la Sra. K, tenían un amorío. El padre lo negaba, decía que
eran fantasías de Dora. La paciente le planteó el problema a Freud y lo instó a que él tomara
posición: se trataba, comenta Lacan, de si Freud iba a entrar o no en la misma mentira social
en la que estaba embarcado el padre de Dora. Y Freud le dio la razón a Dora; le dijo, en
resumen, que lo que ella decía era verdad. Esa respuesta de Freud, dice Lacan, permitió
que, en ese análisis, la dialéctica de la verdad continuara y avanzara: esa respuesta fundó la
La transferencia positiva, la que es motor del análisis, es aquella que se atiene a la palabra del analizante, que
hace avanzar la palabra del analizante respetando los términos propios en que habla; la hace avanzar en el
campo
de la verdad. Se trata del eje simbólico, entre el sujeto y el gran Otro entendido como aquel a quien nos
dirigimos
cuando hablamos, de quien esperamos una sanción respecto de lo que se dice, verdadero o falso.
Es gracias a la complicidad de Dora que pudo durar la ficción entre estos dos amantes.
2° INVERSIÓN DIALÉCTICA – Homosexualidad ginecofílica
¿Qué significan los celos de Dora hacia su padre? No es el objeto pretendido de los celos
(padre) el que sitúa su verdadero motivo, sino que enmascara un interés hacia la persona del
sujeto-rival. La atracción fascinada de Dora hacia la Sra. K (“su cuerpo blanquísimo…), ¿por
qué motivo tiene lealtad con esta Sra.? A través de esa pregunta seremos llevados a la
tercera inversión dialéctica, la que nos daría el valor real del objeto, que no es el padre sino la
Sra. K.
Para Lacan, la Sra. K encierra el enigma de lo que es ser femenino, encarna el misterio de la
propia feminidad. La Otra que tiene la respuesta acerca de lo que es ser una mujer, la otra
Lacan le critica a Freud que él nunca trabajó con Dora el tema de su moción ginecofílica.
Freud confiesa no haber podido encontrarse con esa tendencia homosexual de Dora. Esto
Pero esto no agota la cuestión, porque el problema fundamental que plantea precisamente en
el caso Dora, es la transferencia negativa, que llevó a la interrupción del análisis. Freud, a
Lacan ubica la transferencia negativa sobre el eje imaginario y la plantea como un momento de estancamiento
en
la dialéctica, donde se frena la dialéctica propia del análisis. Y encuentra, respecto de Dora, un error en la
posición
de Freud.
Freud insistía con que Dora estaba enamorada del Sr. K. Dora decía todo el tiempo que no y
Freud lo interpretaba como resistencia. Pero, dice Lacan, Dora estaba más bien identificada
con el Sr. K; no se trataba de amor. Freud estaba en posición de hacer obstáculo porque,
Según Lacan, si Freud no se hubiera puesto en ese lugar del Sr. K quizás Dora hubiese
podido hablar sobre el misterio de lo femenino. Si Freud hubiera podido hacer escuchar esta
verdad, habría ganado mucho en prestigio ante Dora, y ése es el resorte de la transferencia
positiva: el prestigio que puede ganar el analista cuando escucha y hace lugar a una palabra
verdadera.
LACAN, J.: LA DIRECCIÓN DE LA CURA Y LOS PRINCIPIOS DE SU
PODER (1958)
En “La dirección de la cura y los principios de su poder”, Lacan formula un cambio con
Demanda, que en principio, no es demanda de algo, de algún objeto, sino que puede
decir, y se le ofrece que hable, con lo cual se suscita esa demanda. En este sentido, la
supuestos objetos que se demandan, lo que está en juego es el ser: y una de las maneras de
Ella quería ofrecer una comida pero en la alacena sólo tenía salmón ahumado. Decide ir de
compras, pero ya que es domingo por la tarde; todos los almacenes están cerrados. Decide
llamar por teléfono a algún proveedor, pero el teléfono no sirve. Así, tiene que renunciar a
ofrecer su comida.
Por sí mismo el sueño parece tal como la paciente lo señalaba; no se cumple su deseo de dar
la comida. No obstante, Freud sabe que el significado del sueño aparecerá más tarde durante
había decidido adelgazar y no iba a aceptar más invitaciones a comer. También le comentó
que estaba muy enamorada y que a menudo le jugaba bromas. Por ejemplo, le había pedido
La paciente comentó que desde hacía tiempo tenía ganas de comer un bocadillo de
caviar, pero que no se lo permitía. Ella sabía que sólo bastaría pedírselo a su marido para
tenerlo, más aun así se privaba del mismo. Freud ya se va dando cuenta que esta paciente
queda tan claro hasta que la paciente le comenta que recientemente fue a visitarla una amiga
de la que se sentía celosa porque su marido la alababa siempre. Lo único bueno era que esta
amiga era flaca y a su marido le gustaban gorditas. La amiga le contó que deseaba engordar
un poco, y al despedirse le preguntó que cuándo la invitaba a comer. “¡Se come tan bien en
su casa!”
El mensaje del sueño está claro ahora. Ella no quería dar esa comida porque así la
amiga podría engordar y gustarle aún más a su marido. El sueño cumple su deseo de
no contribuir a hacer a su amiga más deseable. Finalmente Freud hace una última
sino también algunas cuestiones que tienen que ver con nuestro funcionamiento mental.
Porque si bien pareciera que todos buscamos la satisfacción de nuestros deseos, en realidad
para algunos la satisfacción no es tan importante como el deseo en sí; es decir, algunos
deseo que a su amiga se le niegue un deseo. Pero en lugar de ello sueña que a ella misma no
se le cumple un deseo. El sueño cobra una nueva interpretación si no alude ella a sí misma