Vida Masónica 1927 Año II 7 Septiembre

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Año II Núin.

,7

Vida Masónica Madrid, Septiembre, 1927


España
SUSCRIPCIÓN:
7 ptas. por año.
Revista mensual Extranjero. 9 — — -

En bien general de la Orden


La Masoiiepía española, por el equívoco extendido entre
las gentes incultas o fHnáticas, .sufre una verdadera odisea.
Hay gentes tan fanáticHs que cuando tratan íntimajnente
a un hombre y éste resulta .ser masón suelen decir aquellas
personas q u e l e estimaron mientras no conocieron su punto
de vista ideal: «es muy bueno, como amigo, y honrado a
carta cabal, pero... ¡qué lástima, es masón!»
Los que tal palabra escuchan se horrorizan echándose
las manosea la eabe;zfi, y repitiendo varias .veces: «¡quién se lo
iba a figurar, un hombre tan ju.sto y, tan recto en el cumpli-
miento de sus deberes... masón!, no, que no vuelva a.salu-
darnos, ¡qué horror! ¡Dar la mano a un masón!»
Apunto estas consideraciones porque son las más benig-
nas queíhacia los masones guardan las personas que no co-
nocen qué es Masonería, y lo que aún es peor: ni la religión
que.dicen profesar.
La comodidad de la rutina los tiene en un estado de
idiotez espiritual que ino saben si encienden la vela a su
Dios o a su Diablo; ellos lo que suponen justó es encender
la vela, gastar la cera, rellanarse en la poltrona y dormir el
sueño del desconocimiento absoluto, ¿pese a quien pese y
caiga quien caiga.
Este;proQeder de ¡as gentes impenetrables que a simple
vista parece JnofensivQ,,perjudicaimuchísimo a los hombres
que de forma,recta, laboriosa ¡y clara pretenden vivir.
Mientras la.intriga no pasa de los lacayos o aventureros
98 VIDA MASÓNICA

sin familia y sin hogar patrio conocidp no es tanto el daño


directo que a los masones ocasiona ese cucliichtto propio de
los tiempos en que se creía en las brujas y en los duen-
des, pero en ocasiones los amos han hecho oídos y causa
común con sus bufones ocasionando verdaderos destrozos
morales y materiales en las personas y familias de los
masones.
Por estas y otras muchas razones debemos procurar que
nuestros compatriotas de todas las clases sociales nos oigan
y lean. Para ello necesitamos construir un Templo Masónico
Nacional que reúna las mejores condiciones posiblt^s para
poder invitar hasta a aquellos que sin conocer la Masonería
hablan de ella como de la cosa más despreciable de la tierra.
En los pueblos donde existen núcleos masónicos de im-
portancia se advierte cierto bienestar y prosperidad
nacional.
La investigación, el estudio, el trabajo útil, el amo-r al
prójimo, la defensa mutua del hombre y de la patria, ¿a qué
pueblo arruinó?
Esta es una de los millones de facetas que constituyela
Francmasonería Universal.
Emilio González Linera.

* * *

[FRATERNIDADI
Estaba en sus comienzos la conflagración universal—di-
ríamos mejor qii^ europea—del año 14.
En la Gran Asamblea que celebraba el Gran Oriente Es-
pañol (que entonces funcionaba con arreglo a las normas fe-
derativas puras que le imprimieron sus fundadores) nos
decía en su Memoria el Gran Secretario del Gran Consejo de
VIDA MASÓNICA 99

la Orden que ante la inmensa catástrofe que se presentaba a


niití-stia vista no podía menos de afirmar el fracaso de las
instituciones erigidas hasta entonces en guías de la Humani-
dad. Allí acababa de fracasar todo, todo; ¡basta la Masonería!
Esta afirmación rotunda, terminante, me hizo estremecer,
y sin poderlo remediar formulé allí mi protesta. ¿Cómo era
posib e—me decía—que una Institución como la Masonería,
que es la Escala de la Vi(Ja por donde se asciende desde el
plano de la materia bruta hasta la mansión donde mora per-
sonificado el más puro y elevado ideal; que ,es la Escuela
donde se coloca al hombre en condiciones de alcanzar ¡a la-
biduría y la virtud, enseñándole a cumplir la misión que en
el Mundo tiene que realizar para ser útil -a sí mismo siendo
útil para los demás; cómo iba a ser posible eso?
Mi fe me impelía a rechazar lo que mi amigo y Ifcrmano
presentaba como xiua firme y clara realidad por cnanto nin-
guna de las Fraternidades del Mundo consiguió evitar la ca-
lástrofe, a pesar de los grandes esfuerzos que hicieron. Pero
pasado el momento que me produjo tan desagradable impre-
sión, con el ánimo sereno, comencé a presenciar cómo pasa-
l)an por mi mente las causavs engendradoras de tanto dolor
y las de la impotencia de todos aquellos que se creían sufi-
cientemente capaces para poderlo evitar.
Nuestra cadena no estaba lo reciamente forjada que era
necesario para aguantar el empuje de las pasiones de los
hombres, y éstos nos arrollaron como arrollaron todo el
estado social.

Pasaron una docena de años. Las Fraternidades del)ieron


aprovechar la dura lección que en el Libro de la Vida tan
ferozmente se les dio. ¡Pero los humanos están tati pegados
a la tierra y tienen la piel tan dura que difícilmente se les
puede hacer sentir los efectos de la realidad! ¡Qué saben ellos
100 Vil)A MASÓNICA

lo que más les conviene! No eonocen más goce que aquel


qu0 les produce la causa de su enfermedad...
Sin embargo, y a pesar de todo, como el Mundo no
puede pararse ni se puede desviar, las altas jerarquías no
duermen y funcionan con invisible actividad.
La Fraternidad cristiana, que consignó en su haber
hasta el fracaso de Dios, parece que va a reconstruirse.
Según se dice, a tal fin ha llegado ya el Gran Instructor...
La Fraternidad coronada también e n t r ó e n un período
de transformación. La Historia es la encargada de ir anotan-
do los cambios que sus necesidades marcan en su reioj.
La Fraternidad masónica aprovechará las eiíseñanzas
que le trajo esta oportunidad* ¡Cómo no! Todo está dispo-
niéndose ya pava hacer la obra útil. De todas partes se re-
ciben Inuestras del anhelo que palpita por cambiar las
normas que llevaron al rompimiento fraternal.
Mientras tanto el momento llega, y como trabajo prelimi-
nar, conviene que expulsemos de nuestro seno al enemigo
que nos divide. Es una necesidad que, de no haberla, impe-
dirá por todos los medios imaginables la realización de la
unidad fraternal.
Una vez hecho esto los ánimos de los hermanos vibrarán
al unísono y surgirá del Pensamiento la flor que ha de dar
el fruto reparador de todas las diferencias que constante-
mente surgen en el incesante laboreo de. la Humanidad.
Tengamos esperanza en el triunfo del ideal y fijemos en
nuestra mente con toda la fuerza de que seamos capaces,
para que nada pueda borrarla, la palabra excelsa: ¡Frater-
nidad!
Pero que no sea esa fraternidad huera, insípida, ritualis-
ta, que se pronuncia por mera fórmula y que sólo vibra de
labios afuera, que se hace aborrecible y produce sarcástica
risa, sino esa Fraternidad que antes de pronunciarse con
los labios se siente en todo nuestro ser, que tiene su asiento
VIDA MASÓNICA 101

en el coi-azón y que al proclamafla brota del pecho henchi-


do como surte del manantial de vida el verdadero Amor.
£eón Cervereí Cremades.

• * ' * *

VOCABULARIO MASÓNICO

Gimnosofistas.—Nombre qne significa «filósofos des-


nudos», y con el cual los escritores grie<ios designaban a los
ascetas de la India, sumamente instruidos y dotados de ex-
traordinarias facultades.
Gnosticismo. -Conjunto de especulaciones que se des-
arrollaron antes y en los primeros tiempos del Cristianismo,
pariicularmente en los dos siglos primeros. Su objeto era
conducir a la Qnosis, es decir, al conocimiento de las Verda-
des divina.K que Cristo había venido a restablecer (pires se
iban olvidando y degradando); pero que los sucesores de
los Apóstoles iban dejando relativamente en la sombra,para
dar al nuevo culto un matiz puramente popular'. Así, pues,
el Gnosticismo sintetizaba, naturalmente, la mayor parte de
los principios incluidos en las doctrinas esotéricas judias,
.sirias, egipcias y griegas. De ahí multitud de sectas o escue-
las fllosóücas, que profesabs^n doctrinas muy diversas pero
que, en el fondo, se enlazaban entre sí por algunos princi-
pios fuiídamen'tales, tales como:
(a). El dualismo^ base del sistema cosmogénico, que esta-
blecía la distinción entre espíritu y materia, como aspectos
de la Manifestación.
(b). La emanación de los Eones, despliegue de las inteli-
gencias, cuya reunión forma el Pleroma o Mundo Divino.
102 VIDA MASÓNICA

(c). La ci-eacióii del Mundo físico por un Agente inferioi-


de ci-eacióii, o Demiurgo.
(d). La d¡vÍ8Íón de los seres en tres categorías: los espiri-
tuales (únicos qne vuelven al Pleroma), los psíquicos y los
hylicos o matei-inles.
Los |)rincipales gnósticos fueron Simón de Samaria, con
tempoi'áiieo de ios Apóstoles, Marción, Basílides, Valentino,
Carpóci'ates, etc.

H
Heliolatría.—Culto solar. Es el primitivo culto instituí-
do en el Mundo, y su práctica ha sido (y en el fondo aún es)
universal. Los antiguos no tomaban a los astros que vemos
por dioses, ni al Sol [)or el Dios supremo, sino que adoraban
sólo al Es[ür¡tu que los anima. Judíos, caldeos, egipcios,
griegos, per.eas, incas, aztecas, toltecas, mayas, etc., todos
han adorado al Sol, personificándolo con nombres divinos:
Mithra, Apolo, Ka, Osiris, Ormuzd, etc. La religión cristiana
conserva símbolos y leyendas del culto al Sol.
H e r m a n o s d e la Luz.—Orden mística establecida en
Florencia en 1498, llamada Eralres LUCÍS (Hermanos de la
Luz), y que se perpetuó hasta nuestros días. A ella han per-
tenecido muchos místicos eminentes, como Swedenborg,
Pasqualis, Cagliostro, San Martín, Eliphas Leví y otros
muchos. Sus miembros fueron muy perseguidos por la
Inquisición. Es una corporación muy reducida, pero sólida,
según K. Mackenzie.
H e r m e s Trímegisto. —Nombre griego . de Mercurio,
dios de la Sabiduría, que significa «el tres veces grande
Hermes». Es el dios egipcio Thoth. Los libros llamados her-
méticos contienen parte de las enseñanzas, más o menos vela-
das, que nos han llegado pasando por una larga serie de
sacerdotes e itiiciados en los misterios de la Religión de la
VIDA MASÓNICA 103

Sabidiii'ía o dn H^rmes. Este nombt-e se aplicaba a esos


mismos iiiiciaiios y quizá en el orijieii a nti supremo itiicia-
(ior, q\ie, según Platón, «descubrió los númei-os, la geome-
tría, la astronomía y las letras». Los escritos herméticos
ftierotí encomiados por Sati Agustín, Fvrictancio y otros es-
critores cristianos. Segtin Bonwicli, algunos neoplatónieos
cristianos, como Orígenes y Clemente de Alejandría, retoca-
ron estos escritos, a los que apelaban por lo venerados que
eran, aunque «no pndiei-on resistir a la tentación de querer
hacerles decir más de lo debido». Estos libros son para-
mente panteísticos, y su Deidad es aquella en que, según San
Pablo, «vivimos, nos movemos y tenemos nuestro ser». Los
alquimistas e iniciados europeos, casi en su totalidad, se han
basado en las doctrinas del hermetismo, que matiza también
las enseñanzas de la Cabala.
Hierofante.—El que explica, el revelador de la ciencia
sagrada y jefe de los Iniciados. Título que se daba a los más
elevados Iniciadoi-es de los Templos de la Antigüedad.
También se le llamaba Mistagogo. En caldeo y hebreo se le
llamaba Peter, el abridor, descubridor o revelador, y por eso
el Papa, como sucesor del Hierofante de los Misterios Anti-
guos, ocupa la silla o sede de Pedro. Los judíos tenían su
Peter-tanaim, o Gran Intérprete, como Hillel, Akiba y otros
famosos cabalistas, que sólo podían comunicar el conoci-
miento profundo contenido en las doctrinas secretas de la
Merkavah.
Hipatia. - Joven filósofa que vivió en Alejandría duran-
te el siglo V, y fué instructora de más de un hombre céle-
bre, entre otros del obispo Sinesio. Era hija del matemático
Theon, y adquirió gran renombre por su saber. Víctima de
la diabólica conspiración del obispo de Alejandría, Teófilo,
y de su sobrino Cirilo, fué vilmente asesinada por orden de
ellos, con lo que decayó la gran Escuela neoplatónica.
Hiram.—Nombre del Arquitecto de! Templo de Salo-
104 VIDA MASÓNICA

món. Según la tradición, Hiram. era hijo de un tirio llamado


Ur o Aur (que quiere decir Fuego), y de una mujer de la
tribu de Van. Esta mujer quedó pronto viuda, y de ahí qui-
se llamara a Hiram «hijo de la viuda». El nombre Hiram
quiere decir «vida exaltada». Hiram es el héroe o protago-
nista del drama masónico iiiiciático. Por su sacrificio volun-
tario, guarda la «palabra sagrada» e impide que el «secreto»
caiga en las manos de los «tres malos compañeros» que le
asesinan.
Desde el punto de vista astronómico, Hiram es el sol
muerto (disminuido, atenuado, privado de fuego), cuando
entra en los signos inferiores de! Zodiaco, y renaciendo todos
los años después del Solsticio de Invierno. Este Mito iniciá-
tico, relaciona en cierto modo a la Francmasonería con los
sistemas iniciáticos de la Fenicia y de Judea; y calculando t-l
tiempo en que el Sol entraba en los signos aludidos (Escor-
pio, Sagitario y Capricornio), en los meses de otoño (21 de
Septiembre a 21 de Diciembre), podemos averiguar la épo-
ca en que se originó el Mito, contando con la precesión equi-
noccional, que hubo de ser hace unos tres rail quinientos
años, o sea unos mil años antes de J. C; lo que coincide con
la época que le asigna la Biblia al Rey Salomón (1020 a 962
antes de J. C).
Sfeir}.
(Continuará).

* •* •

LIS sroiis de la Mu Co-iasilce


Muchos miembros de la Orden se duelen, en sus conver-
saciones, de que ésta esté afectada por la necesidad de re-
solver problemas difíciles y graves relacionados con su or-
VIDA MASÓ.VICA • 105

ganizacióii y desarrollo. Si nuestra Orden careciera de la


importancia que naturalmente la caracteriza, no tendría en
su seno problemas difíciles de afrontar. En todos los siglos
tuvo la Orden ante sí estos problemas, cuya raíz estaba
unas veces en lo externo y otras eran de origen exclusiva
mente interno. Una prueba de la mayor importancia que
hoy adquiere la Orden, consiste en el |)lanteamiento de estos
problemas que nosotros entendemos no están puramente li-
mitados a la Orden Co Masónica.
El título que encabeza estas líneas, es el que lleva un fo-
lleto del Revdo. Sr. J. I. Wedgwood, 33", Presidente del Con
sistorio Nacional de la Gran Bretaña, antiguo Miembro del
Supremo Consejo y Gran Secretario de la Adminiátración
Británica. Ya es conocido este distinguido hermano de los
lectores de VIDA MASÓNICA, pues apareció su retrato en
el núm. 9 correspondiente a Noviembre de 1926. Este folle-
to es sumamente interesante, no sólo por los problemas que
en él se exponen y examinan, sino por la importancia de
que está revestido su autor en el mundo masónico. En Espa-
ña hay Comasones a quienes por fuerza tienen que interesar
las opiniones del obispo Wedgwood, pero lo" expuesto en el
citado folleto tiene que interesar también a todos los miem-
bros de la Orden españoles, ya porque estos problemas son
los constantemente planteados con un carácter universal,
ya porque su conocimiento les proporcionará antecedentes
para resolver problemas interioies, peninsulares.
La Orden Co-Masónica, el Droi^ iÍMmam, celebrará del
8 al 15 Septiembre un Congreso Internacional o Conven-
ción, donde es indudable se abordarán estos problemas. Por
esto, el|Obis'[)o Wedgwood da al público masónico sus apre-
ciaci(mes, con el lin de que los Consejeros que en París
asistan a las deliberaciones de esa Convención, se fijen y
procuren resolverlas dentro de la mayor armonía y ."enii-
niiento fraternal.
106 VIDA MASÓNICA

Sentimos muy de veras que el limitado espacio de que


porinmos disponer no nos permita transcribir todo el conte-
niiio del folleto, pero no podemos prescindir de estractarlo
dando íntegi-a toda aquella parte qne ofrece la novedad de
presentar el análisis y clasificación hecha por el señor
Wedgwood. Empieza haciendo una exposición histórica de
los problemas que pietisa poner de i'elieve. Los hechos más
culminantes que allí se estudian, son conocidos por nuestros
amigos españoles, y algunos ya han sido expuestos en las
planas de VIDA MASÓNICA. El punto culminante del actual
litigio, es la histórica fórmula simbólica «A. L. G. D. G. A.
I). U.», rechazada por el temperamento francés y defendida
por lo que se conoce como Masonería anglosajona. Es justo
hacer notar que en Francia, España y la América de habla
española, hay Logias plenas de amplia tolerancia y que en
su mayoría emplean la citada fórmula simbólica. El mismo
Sr. Wedgwood, nos refiere cómo fué recibido en la Logia
^Anglo-Saxe^ de París, presentándose con sus vestiduras
episcopales y sin que por ello se pr.odujera incidente algu-
no. No es exacto el atribuir el carácter que anima al Gr. Or.
de Francia, a todos los masones y Logias de España, Italia
y la América central y del sur, incluyéndoles en un grupo
denominado Masonería Latina. Un examen y explicación de
este tema nos entretendría (ieniüsiado y ocuparía un espacio
de que hoy no podemos disponer.
Las diferencias entre la Masonería Latina—que nosotros
llamaríamos del Gr. Or. de Francia— y la Masonería anglo-
sajona, es la actual preocupación del mundo masónico, cuya
división en estas dos gramies ramas es ya inevitable, de-
biendo dirigirse ahora los esfuerzos a que se mantengan las
relaciones más amistosas y fraternales que nunca y a que
éstas se fortalezcan en el seno de la mayor armonía. El
Droit Humain pudo servir de lazo de unión entre ambos sec-
tores, si hubiera reconocido desde hace veinticinco años
VIDA MASÓNICA 107

cuál era su fuerza y no se h u b i e r a inclinado demasiado ante


el reconocimiento del Gr. Or. de Francia.
Hecha esta aclaración, a b o r d e m o s el íinal del folleto,
d o n d e refiriéndose el autor al Droit Humain, plantea y ana-
liza el problema, según afecta a esta obediencia:
«He hecho notar al principio de este folleto, que la Maso-
nería había sido hasta ahora organizada s o b r e la base de
unidades nacionales; p e r o el m u n d o está cambiando cons-
tantemente. El mariscal Foch, hace dos o tres a ñ o s , creyó
necesario p r e v e n i r al pueblo contra la desmedida prisa del
internacionalismo. Señalaba que, así como rompéis las divi-
siones verticales del nacionalismo, tendéis hacia unos estra-
' tos, en los que serán reemplazadas las rivalidades naciona-
les por rivalidades de clase o g r u p o , siendo el más evidente
ejemplo de esto la federación internacional del Trabajo.
Esto nos induce a ver como si una reorganización tuviera
lugar en el propio dominio de la Masonería. Como ya he
dicho varias veces, hay dos clases de Masonería, y las divi-
siones e n t r e una y otra, no son p u r a m e n t e luicionales: son
divisiones de t e m p e r a m e n t o . En la Orden ComasónÍT?a se
ven tres escuelas de pensamiento:
»1. La Masonería de tipo latino. Política, filosófica, eco-
nómica, mateiialista, antirreligix)sa o irreligiosa, en diversas
proporciones.
»2. La Masonería de tipo anglosajón. Principalmente
ética y moral en su instancia; una escuela de carácter cons-
tructor. Reconoce al G. A. D. U., pero es ampliamente tole- '
rante en materia religiosa, y no se ocupa p o r sí misma de
los asuntos políticos. No es opuesta a la interpretación mís-
tica, con una moderación sabia.
»3. La Masonería como la comprenden los teosoflstas.
Un resurgimiento de los antiguos misterios. Las formas hoy
< xistentes son aún una reminiscencia del pensamiento del
siglo XVIII, y necesitan ser remozadas jiara [)oder e x p r e
sar la nueva Vida espiritual que se está d e r r a m a n d o sobre
el m u n d o .
»Examineiflos ahora los tres tipos de Masonería:
^Masonería núm. 1.—Esta es desconocida e indeseable en
Inglaterra. No tendrá allí posibilidades de éxito; pues los
108 VioA MASÓNICA

cuerpos políticos, económicos, seculares y racionalistas,


hace años que laboran fuera de la Masonería. Si existen
harán gran daño a la causa masónica, pues darán lugar a la
sospecha y a la recriminación, pei'o nadie lo desea.
»E1 Gran Oriente, bueno o malo, es un tabú para los ma-
sones anglosajones. La entrada de nuestro Sup. Cons. (el
del Droit Humain) en amistosMS relaciones con el Gran
Oriente (francés), en el año 1920, era una contrariedad para
nuestro movimiento, según la opinión pública de Inglaterra.
Los Comasones ingleses se sienten contentos al compren-
der todo lo que esta alianza significaba para el movimietito
en Francia, pero empiezan a ver con gran recelo la influen-
cia que parece va adquiriendo el Gr. Or. sobre el «Droit
Humain» francés. Se aproxima rápidamente la fecha en que
se concederá a la mujer francesa el sufragio hasta hoy de-
negado El Gr. Or. no puede dejar de ver la conveniencia
de estar preparado para este momento. No es ningún secre-
to que los hh. del Gr. Or. están preparando a sus esposas
para que se inicien en ej «Droit Humain», y el peligro con-
siste en que el Gr. Or. considere al «Droit Humain» como
su propia expansión femenina, y asuma una actitud dictato-
rial en nuestros asuntos. Hace poco mandó el Gr. Or. una
circular a nuestro Sup. Cons., en realidad dirigida contra las
opiniones de la Día. Annie Besant, y como consecuencia de
esa circular nuestro Sup. Cons. dir'igió una carta a las diver-
sas Federaciones. Muchos Comasones británicos consideran
esta actitud del Gr. Or. como una impertinencia inexcusable
y parece verosímil que se repita este intento de intromisión
y nos conduzca a un rompimiento de relaciones con el Gr.
Or., o, en su lugar, de la Comasonería británica con su
Siip. Cons.
«En Francia hay elementos a quienes es grata la Maso-
nería del tipo n , pero probablemente no son numerosos.
Los teosofistas de Francia, y muchos otros, hace mucho
tiempo que habrían cooperado con la Masonería si ésta
hubiera seguido una orientación distinta. Conforme están
hoy las cosas, hay grupos influyentes y hasta Logias, que
piden el tercer tipo de Masonería, y hay Logiafe que traba-
jan independientemente que, sin estorbo o impedimento en
estas direcciones, reclutan muchos naíembros. Existe en
París una Logia de este modo de pensar, pero a la que se le
VIDA MASÓNICA 109

niega el permiso de adoptar el ritual inglés qué se está tra-


duciendo, y se ha intentado dificultar la admisión de sus
candidatos.
>Por otra parte, la existencia de esa Logia y del amplio
movimiento que eJla representa es visto con sobresalto y
recelo por el «Droit Humain» en Francin. El reconocimiento
del Gr. Or. es fait accompU, y por parte de la Grande Loge no
es menos real. Este reconocimiento dual dará estabilidad al
«Droit Humain» y le otorirárá el puesto con que soñaron
sus fundadores. Pero la existencia en nuestra Orden de la
Masonería del tipo III, y especialmente en Francia, es una
tremenda amenaza para la realización de ese sueño. ¿Es po-
sible que las Masonerías de los tipos I y III coexistan juntas
en el movimiento actual? ¿No sería mejor que el tipo III, en
Francia y en cualquiera otra parte, se separaia del «Droit
Humain»; en otras palabras, que hubiera tenido lugar una
separación amistosa aprobada por ambas partes? ¿No sería
esto lo mejor para ambas? Debo manifestar que en algunos
países hay Comasones que de.sean practicar el ritual inglés
y los Representantes Nacionales les niegan el permiso para
hacerlo. Por esto hay allí gran descontento.
»Masonería núm. ii.—-Aquí en Inglaterra hay una deter-
minada minoría que prefiere este tipo de Masonería. En al-
gunos casos son excelentes obreros. Velan congelo por la
Masonería en su forma tradicional y se resisten grandemen-
te ante la introducción de lo que consideran como innova-
ciones en el seno de la Masonería. No sienten simpatía por
la Masonería III, pero la prefieren a la Masonería I. Desde
luego es evidente que una Masonería de este tipo podrá
hacer un gran llamamiento y ganar un buen número de ad-
herentes. Tendrá algtin éxito en los países de habla alemana
y holandesa, así como en la Escandinavía y América del
Norte, por su semejanza con la Masonería masculina de esas
comarcas. Es indudable que puede contar con alguna ayuda
entusiasta por parte de los adherentes a la Masonería III,
quienes encontrarán su ritual algo menos pesado después de
estar acostumbrados al suyo. Si el Sup. Cons. decide que la
Masonería III no puede ser admitida bajo sus auspicios, o
los exponentes de la Masonería III se ven compelidos a tra
bajar independientemente, puede un buen número entender
que su deber es ayudar a las Logias de la Masonería II.
lio V I D A MASÓNICA

* Masonería núm. 111.—No es yaxnecesario hablar mucho


de éstfi. Parece evidente que la Masonería se ha adaptado
en uno u otro sentido por sí misma a los tiempos. La Maso-
nería de 1717 llevó a cabo una labor excelente en su siglo y
a ú n puede hacer una buena labor a pesar de que el lengua-
je y sentimiento yn que está modelada sean algo viejos.
P e r o hay e n t r e nosotros muchos que cieen que el m u n d o
está empezando una nueva era y entienden que nuestros es-
fuerzos deben dirigirse hacia la preparación de esa nueva
fase de conciencia que constituirá su característica. P u e d e
la Masonería d e s e m p e ñ a r una parte importante en la forma-
ción de la nueva civilización, pero debe ser tal que pueda
e x p r e s a r la nueva emanación de vida. Ya he hecho notar
que la Masonería de Anderson no era la de los primeros
tiempos y que gran parte de la histórica disputa entre Lon-
d r e s y Y o r k fué debida al hecho de que los unos eran oran-
jistas y los otros jacobistas, con diferentes opiniones. El
Rito Escocés es en sí un sistema ecléctico, compuesto de
g r a d o s de distinta procedencia. Los landmarks esenciales
d e b e n , desde, luego, conservarse, p e r o adaptándoles en
buena proporción, siempre que sea posible.
»Esta clase de Masonería tiene muy poco de común con
la Masonería I, y es muy desagradable para los sostenedo-
res tradicionales de la Masonería IL P e r o ha logrado el de-
recho de existii- con sus veinticinco años de servicio espíen- •
dido, d u r a n t e ios cuales ha disfrutado de libertad en las co-
marcas británicas y dondequiera que ha tenido la toleran-
cia del Su|). Cons. P o r lo tanto, pai-ece razonable que no
debe surgir cuestión alguna sobi'e su legitimidad y que de-
berá practicarse en cualquier- parle del mundo d o n d e sea
requerida.
»No es mi propósito ex|)oner en este folleto una opinión
preferente de cómo deben ser resut^ltas estas dificultades.
Ese es un pi-ohlema muyt.-erio que lendi'á que afroruar la
futura Convención, y debemos confiar que |)i'evalecerá la
sabiduría en la mayor parte de los consejeros. Mi objeto es
má> bien p r e s e n t a r una información y llamai- la atención
sobre esto; ¿Pueden existir juntos en una misma organiza-
ción estos d o s tipos de Masonería? ¿Y convivir en la
misma comarca? ¿Es posible una organización internacional?
¿Está Inglaterra p i e p a r a d a para ver cómo se imi)lantan en
VIDA MASÓNICA 111

su territorio Logins del tipo de! Gr. Or.? ^,Y vn a ser Fran­
cia lo suficientemente internacional para rontemplar un aca­
bado ceremonial niHíónico espiritualista al lado del que sur­
gió como tipo nacional en 1877?
»Hasta aquí, los ensayos hechos por la Masonería mascu­
lina para reconciliar los cuerpos que representan los dife­
rentes tipos de Masonería, han fracasado por completo. En
otras palabras: se ha demostrado que .es irrealizable la
Francmasonería Universal.
»En el frenético esfuerzo para evadir esta desagradable
conclusión, se encuentra hoy el Gi-. Or. oprimido por un
moviuiiento internacional, no como él lo ve de que «reco­
nozca al G. A. I). U., e inscriba esta fórmula en sus ritua­
les», sino «admitir que declara que, de un modo general y
sin excepciones, se agrupan las Masonerías, por- sí mismas,
bajo un principio superior e ideal denominado simbólica­
mente G. A. I). U.» (Sic!)
»Es posible que el Sup. Cotts., después de reiterar su
autorización para los rituales que representan estos diferen­
tes tipos de Masonería, permita a cualquier Logia de cual­
quier nación, que escoja entre ello.s y trabaje conforme con
sus predilecciones, y colocjar la intervención y nueva redac­
ción de estos modelos en manos de sus autores; además in­
sistir sobre la mutua toleraticia y cortesía entre las diferen­
tes Logias. Pueden las Logias concertarse sobre esta posibi­
lidad, en cuanto a las mistnas concierne, pero no pueden
prepararse para responder a la opinión pública entre los
masones de su comarca. O puede preferir el Sup Cons. de­
finir y establecer aquel tipo particular de Masonería que él
sostiene, y prepararse para facilitar y sancionar una amisto­
sa separación de los otros tipos. Estos últimos cuerpos
pueden existir como administraciones separadas, gozando
de una completa autonomía, pero en relaciones fraternales
con el Sup. Cons., o como separadas administrativamente
del Sup. Cons. en el seno del mismo. En tal caso, las divisio­
nes administrativas de la Orden no serían las líneas vertica­
les dé nacionalidad, sino las horizontales de temperamento.
Pongamos nuestros mejores deseos en estos difíciles y
graves problemas y llevemos a la Convención del próximo
Septiembre, una mente clara unida a un corazón lleno de
simpatías.»
112 VIDA. MASÓNICA

Aáí termina el hermano Wedgwood su interesante exposi-


ción de los hechos y circiinstanoias actuales. El espíritu que
informa todo el folleto es el mismo de muchos de los Coma-
sones españoles, que se han encontrado ante los mismos
problemas y han .tropezado en su desinteresada labor con
las mismas dificultades. También confiamos nosotros que la
Convención afronte y resuelva estas apremiantes dificulta-
des y problemas, dentro de la mayor eficacia y armonía.
Manuel Trevifio y Villa.
* * *

Columna Fúnebre
El Ilustre y Poderoso Hermano Emilio Menéndez Palla-
res ha pasado al Oriente Eterno, el sábado, 3 de Septiem-
bre,, víctima de una lesión renal.
Entre los cargos que ocupó en la Orden flgura el de la
Gran Maestría.
- A las,grandes pruebas de pósame que por tan irrepa-
rable pérdida recibirán su viuda e hijos unimos la nuestra
muy sincera y sentida.
Publicaciones-recibidas:
«Partenón», Junio, 1927, Mérida, Yucatán, México.
«Entre Columnas», Julio, 1927, ('aibarién, Cuba.
«La Cadena de Oro», Junio, 1927, Madrid.
«Boletín O'ieial del Supremo Consqjo de Colón», Agos-
to, 1927, Habana.
«Revista Popular», Septiembre, 1927, Córdoba.
«Fraternidad», Julio, 1927, Mérida, Yucatán, México.
Entre los interesantes trabajos que publica hay uno, a
nuestro parecer, que merece ser conocido por todos los
Talleres, y es el que titula «El Venerable Maestro», del H.-.
González Ginorio. Nuestrafraternalfelicitación y que goce
larga vida deseamos. ,
€sie número ha sido visado por la censura.

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