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NOMBRE DE LA ESCUELA: Centro de Estudios


Superior en Ciencias Juridicas y Criminolágicas.
NOMBRE DEL ALUMNO: Sanchez villegas Felipe
joshep
NOMBRE DEL PROFESOR: LIC. Aldo Ramirez Garcia
ENSAYO: Desaparición Foradə de Rosendo Radilla
Pacheco
GRUPO: 4-2
MATERIA: Derecho interacioral Piblico
FECHA DE ENTREGA: 24 de enero del 2023
INDICE

1. Introducción

2. Relevancia y antecedentes

3. Acciones

4. La lucha por justicia y reparación de la familia


Radilla Martínez

5. Sentencia de la Corte
6. Logros

7. Seguimiento de la sentencia

8. La última excavación en el excuartel Militar de


Atoyac de Álvarez, mayo de 2019

9. Derechos volados

10. Hechos

11. Procedimiento ante la Comisión


Interamericana de Derechos Humanos

12. Procedimiento ante la Corte Interamericana


de Derechos Humanos

13. Competencia y Admisibilidad

14. Karla Quintana Osuna

15. Análisis de fondo

16. Reparación
17. Puntos resolutivos

18. Actuaciones posteriores a la(s) sentencia(s)

19. Jurisprudencia

20. Conclusión

Introducción

En el presente trabajo se hablara sobre Rosendo Radilla Pacheco y todo lo


más posible asociado con su caso para poder hacer una muy buena aclaración
y una vez hecho esto se determinará si el caso es verdadero o falso y entonces
se podrá saber si este fue un verdadero desaparecimiento forzado.

Rosendo Radilla Pacheco nació el 1 de marzo de 1914 en Las Clavellinas, un


pequeño rancho a tres kilómetros de Atoyac de Álvarez, Guerrero. Cuando
tenía 28 años se casó con Victoria Martínez Neri, con quien tuvo once hijas y
un hijo. Fue campesino, pero sobre todo fue un líder social ejemplar. Gran
parte de su vida la dedicó al cafetal, al cultivo y venta del café cereza. Hombre
de congruencia con cada acto apuntaló ideales y acciones solidarias.
Cantautor, sus corridos ―sobre la realidad de México, Lucio Cabañas, Genaro
Vázquez o el Partido de los Pobres, entre más― comenzaron a pasar de boca
en boca, de guitarrero a guitarrero, de casa en casa: las personas encontraban
en su palabra hecha canto y ritmo ecos de su realidad, motivos para su luchar,
su organizarse para la defensa de sus derechos humanos.
A Rosendo, el cantar la cabal memoria histórica, los abusos, la indignación
ante la injusticia, y las condiciones de su pueblo lo llevó a la presidencia
municipal de Atoyac, ocupó esa función entre 1955 y 1956. Durante su gestión
construyó los primeros cuatro puestos del mercado municipal, adquirió el
primer recolector de basura e irónicamente construyó el primer cuartel militar
en Atoyac. Cuentan que ha sido el único presidente municipal que ha salido
más pobre de cómo entró, pues en muchas ocasiones tuvo que poner de su
dinero para terminar las obras que se había propuesto. También participó en la
organización del Congreso Campesino en Atoyac, con la Liga Agraria del Sur
“Emiliano Zapata”, promoviendo la autonomía colectiva y cuestionando la
tenencia y repartición de la tierra.

Relevancia
Determinar cuáles son las obligaciones concretas que corresponden al Poder
Judicial de la Federación y la forma de instrumentarlas, establecidas en la
sentencia emitida por la Corte Interamericana de Derechos Humanos en el
caso Rosendo Radilla Pacheco vs Estados Unidos Mexicanos.

Antecedentes
El 25 de agosto de 1974, el señor Rosendo Radilla Pacheco fue presunta
víctima de desaparición forzada por elementos del Ejército Mexicano
destacados en el municipio de Atoyac de Álvarez, Guerrero. Luego de varias
denuncias interpuestas ante instancias estatales y federales por los familiares
del señor Rosendo Radilla, el 15 de noviembre de 2001, la Comisión Mexicana
de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos y la Asociación de
Familiares Detenidos-Desaparecidos y Víctimas de Violaciones a los Derechos
Humanos en México, presentaron una denuncia contra el Estado mexicano en
la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
Ante el incumplimiento del Estado mexicano respecto de las recomendaciones
hechas por la Comisión Interamericana, el 15 de marzo de 2008, ese órgano
internacional sometió el caso a la Corte IDH. El 23 de noviembre de 2009, la
Corte Interamericana dictó sentencia condenatoria, notificando al Estado
mexicano el 9 de febrero de 2010. Con esa misma fecha, un extracto de la
sentencia del Caso Radilla Pacheco se publicó en el Diario Oficial de la
Federación.

Acciones
Sus acciones y cuestionamientos lo colocaron en la mira del Gobierno, y el 25
de agosto de 1974 fue desaparecido por los militares. Eran los tiempos de la
Guerra Sucia. Rosendo viajaba en autobús con su hijo, desde Chilpancingo
hacia Atoyac. Entre Cacalutla y Alcholoa, un retén militar de la Secretaría de la
Defensa Nacional (SEDENA) detuvo al camión. Uno de los militares lo
reconoció y no le permitió continuar su viaje. Cuando Rosendo les preguntó de
qué se le acusaba, los militares le respondieron “De componer corridos a Lucio
Cabañas”. Se lo llevaron preso al ex Cuartel Militar de Atoyac de Álvarez donde
fue visto por última vez. Víctima de desaparición forzada, nada se sabe aún de
su paradero.

La familia de Rosendo Padilla era y es tan combativa como él. Desde el


momento de la desaparición forzada, inició su búsqueda en el ahora ex cuartel
de Atoyac de Álvarez, las oficinas de los gobiernos locales y las cárceles del
estado de Guerrero y la Ciudad de México. Hasta la década de 1990, el
contexto de Guerra Sucia hizo imposible la denuncia formal. Desde entonces
han tramitado seis denuncias penales ante distintas instancias, pero todavía no
obtienen resultados por parte del Estado mexicano.

Si bien en 2001, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH)


emitió la Recomendación 26/2001[4], reconociendo la práctica de desaparición
forzada como política de Estado, los familiares de Rosendo y de otras víctimas
de desaparición forzada y ejecución extrajudicial presentaron, el 15 de
noviembre del 2001, el caso ante la Comisión Interamericana de Derechos
Humanos (CIDH), como un ejemplo paradigmático de lo sucedido a cientos de
familias durante la Guerra Sucia. El 23 de noviembre de 2009 el organismo
emitió una sentencia, notificándola al Estado mexicano el 15 de diciembre de
ese año.

En ella, éste fue hallado responsable de la violación a los derechos a la


libertad, a la integridad personal, a la vida y al reconocimiento a la personalidad
jurídica de Radilla Pacheco, así como los derechos a la integridad física y
mental, a las garantías judiciales y a la protección judicial de sus familiares.
Además, señaló que el proceso ante la jurisdicción militar no respetó los
estándares internacionales en materia de debido proceso.

En ella, éste fue hallado responsable de la violación a los derechos a la


libertad, a la integridad personal, a la vida y al reconocimiento a la personalidad
jurídica de radilla pacheco, así como los derechos a la integridad física y
mental. a las garantías judiciales y a la protección judicial de sus familiares.
Además, señaló que el proceso ante la jurisdicción militar no respetó los
estándares internacionales en materia de debido proceso.

En 2015 los archivos de la guerra sucia fueron clasificados como reservados en


lo que se considera un intento de borrar la memoria histórica oficial. El delito de
desaparición forzada se ha convertido en uno de los temas de mayor
relevancia en los últimos años dentro de la agenda pública, debido al número
creciente de casos presentados ante las autoridades correspondientes, hechos
públicos y su difusión en medios de comunicación.

A Rosendo Radilla el Estado mexicano aún no le ha hecho justicia, no ha


desenredado la trama de la desmemoria histórica, todavía no ha investigado a
fondo hasta el mínimo detalle. En cumplimiento a la sentencia de la Corte
Interamericana, en 2002 publicó las letras de los corridos de Rosendo Radilla, y
la historia de su vida, en el libro Voces acalladas (vidas truncadas): perfil
biográfico de Rosendo Radilla Pacheco, de Andrea Radilla Martínez, una de
sus hijas.
Con la instalación el pasado 10 de diciembre de 2021, de la Comisión para el
Acceso a la Verdad, el Esclarecimiento Histórico y el Impulso a la Justicia de
las Violaciones Graves a los Derechos Humanos Cometidas de 1965 a 1990,
se abre una nueva oportunidad de que los familiares de Radilla Pacheco
alcancen por fin la tan anhelada justicia y verdad, a 47 años de su
desaparición.

La lucha por justicia y reparación de la familia Radilla


Martínez

Desde la detención de Rosendo Radilla, su familia comenzó el largo camino


por encontrarlo. Las búsquedas inmediatas la llevaron al excuartel militar de
Atoyac de Álvarez, a las oficinas de gobierno locales y a las cárceles de
Guerrero y Ciudad de México.

Debido al contexto de represión de la época, la familia Radilla tuvo que esperar


hasta la década de 1990 para realizar denuncias formales ante autoridades
como la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), la Procuraduría
General de la República hoy Fiscalía General de la República (FGR) y la
Procuraduría General de Justicia del Estado de Guerrero (hoy FGE). A la
fecha, ha tramitado 6 denuncias penales ante distintas instancias; sin embargo,
la actual Fiscalía General de la República (FGR) no ha imputado ningún delito
a persona alguna, en relación con la desaparición forzada de Rosendo Radilla,
ni de cientos de desaparecidos de la Guerra Sucia.
En 2001, la CNDH emitió la Recomendación 26/2001 donde reconoció la
práctica de desaparición forzada como una política de Estado. Ese mismo año
se creó una Fiscalía Especial para investigar crímenes del Gobierno contra
personas luchadoras sociales (FEMOSPP*), que investigaría los 532 casos
acreditados de personas detenidas y desaparecidas en México durante la
Guerra Sucia, entre ellos el del señor Radilla. Sin embargo, la FEMOSPP fue
desintegrada en 2005 sin haber cumplido el objetivo para el que fue creada.

*FEMOSPP (2001 – 2005) – Fiscalía Especial para Movimientos Sociales y


Políticos del Pasado.

Sentencia de la Corte SIDH

Ante la reiterada negativa de las autoridades mexicanas para resolver el caso


de Rosendo Radilla, sus familiares, la Asociación de Familiares de Detenidos
Desaparecidos y Víctimas de Violaciones de Derechos Humanos en México
(AFADEM) y la Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos
Humanos (CMDPDH) llevaron el caso ante el Sistema Interamericano de
Derechos Humanos (SIDH).

Logros

Avances en las garantías de no repetición. El caso Radilla tuvo un gran impacto


en el sistema jurídico mexicano y propició avances significativos en materia de
derechos humanos:
Es la primera sentencia por violaciones a derechos humanos en contra del
Estado mexicano.

Obligó a la discusión y a la posterior reforma al Código de Justicia Militar para


que los casos de violaciones a derechos humanos en los que estén
involucrados civiles sean resueltos en jurisdicción civil, y no en militar.

Promovió la fijación de criterios de interpretación en materia de derechos


humanos, que culminaron con la aprobación de una reforma constitucional en
el 2011.

La reforma constitucional de 2011 otorgó estatus constitucional a los derechos


humanos contenidos en tratados internacionales, lo que ha ampliado y
fortalecido la exigibilidad de los derechos humanos, potenciando así las
herramientas y capacidades de la sociedad civil para la defensa de sus
intereses y la denuncia de los actos y omisiones de funcionarios públicos en
México.

Impulsó la adecuada tipificación del delito de desaparición forzada de


personas. Es un fundamento para exigir a la Fiscalía General de la República la
expedición de copiasde la averiguaciones previas a favor de las víctimas.

Seguimiento de la sentencia

Tras la emisión de la sentencia, se han sostenido 2 audiencias públicas de


seguimiento frente a la CoIDH, en las cuales tanto el Estado mexicano como
las víctimas y sus representantes han participado. Como consecuencia estas
audiencias se han logrado diversos actos de reparación e investigación penal
así como algunos cambios estructurales en materia de desaparición forzada:
La última excavación en el excuartel Militar de Atoyac
de Álvarez, mayo de 2019

Han pasado diez años desde la emisión de la sentencia de la CoIDH y


únicamente se han realizado seis diligencias de búsqueda, mediante
excavaciones en el ex Cuartel Militar de Atoyac de Álvarez. Tras diez años,
ninguna diligencia de búsqueda ha arrojado indicios relevantes para la
localización de Rosendo Radilla.

La sexta y última diligencia de excavación se realizó entre abril y mayo de


2019. Las 3 semanas de excavaciones arrojaron pasos para ampliar las líneas
de investigación en materia de búsqueda, así como algunos indicios que
pueden dotar de mayor información sobre el contexto y dinámica que tenía el
ex Cuartel.

Lamentablemente, la FGR y demás instituciones públicas mexicanas


responsables de la atención a víctimas y de buscar a personas desaparecidas
continúan sin tener la capacidad para realizar este tipo de diligencias de una
manera adecuada, articulada y comprometida, poniendo en el centro a las
víctimas y con miras a la resolución efectiva de los casos. Las omisiones y
negligencias en la investigación han perpetuado la impunidad y prolongado la
negación de acceso a la justicia. La familia Radilla Martínez se mantiene en la
exigencia permanente de verdad y justicia.

Derechos violados
Convención Americana: Artículo 1 (Obligación de respetar los derechos.) ,
Artículo 13 (Libertad de pensamiento y expresión) , Artículo 25 (Protección
Judicial) , Artículo 3 (Derecho al reconocimiento de la personalidad jurídica) ,
Artículo 4 (Derecho a la vida) , Artículo 5 (Derecho a la Integridad Personal) ,
Artículo 7 (Derecho a la libertad personal) , Artículo 8 (Garantías Judiciales)
Otro(s) tratado(s) interamericano(s) Convención Interamericana sobre
Desaparición Forzada de Personas
Otros Instrumentos:Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados –
Naciones Unidas

Hechos
- Los hechos del presente caso se refieren al señor Rosendo Radilla Pacheco,
quien era una persona involucrada en diversas actividades de la vida política y
social de su pueblo, Atoyac de Álvarez, estado de Guerrero. El 25 de agosto de
1974 fue detenido por miembros del Ejército de México mientras se encontraba
con su hijo en un autobús. Posteriormente a su detención, fue visto en el
Cuartel Militar de Atoyac de Álvarez, con evidencias de haber sido agredido
físicamente. No se volvió a saber de su paradero.

- Los familiares de la víctima interpusieron diversos recursos a fin de que se


investiguen los hechos y se sancionen a los responsables. La causa penal fue
dirigida a la jurisdicción penal militar. No se realizaron mayores investigaciones
ni se sancionaron a los responsables.

Procedimiento ante la Comisión Interamericana de


Derechos Humanos

- Fecha de presentación de la petición (12.511): 15 de noviembre de 2001


- Fecha de informe de admisibilidad (65/05): 12 de octubre de 2005
- Fecha de informe de fondo (60/07): 27 de julio de 2007

Procedimiento ante la Corte Interamericana de


Derechos Humanos
- Fecha de remisión del caso a la Corte IDH: 13 de marzo de 2008
- Petitorio de la CIDH: La CIDH solicitó a la Corte IDH que declare la
responsabilidad internacional del Estado por la alegada violación de los
derechos consagrados en los artículos 3, 4, 5, 7, 8 y 25 de la Convención
Americana, en relación con el artículo 1.1 del mismo tratado, en perjuicio de
Rosendo Radilla Pacheco. Asimismo, solicitó a la Corte declarar la
responsabilidad internacional del Estado por la alegada violación de los
artículos 5, 8 y 25 de la Convención Americana, en perjuicio de los siguientes
familiares del señor Radilla Pacheco. De otro lado, solicitó que se declare el
incumplimiento por parte del Estado del artículo 2 de la Convención Americana.
- Petitorio de los representantes de las víctimas: Los representantes solicitaron
a la Corte que declare al Estado responsable por la violación de los derechos
consagrados en los artículos 4, 5 y 7 de la Convención Americana, en relación
con el artículo 1.1 del mismo tratado, en concordancia con los artículos II y XI
de la CIDFP, en perjuicio del señor Rosendo Radilla Pacheco. Asimismo,
alegaron que el Estado es responsable por la violación del artículo 5 de la
Convención Americana, en relación con el artículo 1.1 del mismo instrumento,
en perjuicio de los familiares del señor Radilla Pacheco. Por otra parte,
solicitaron declarar al Estado responsable por la violación de los artículos 8 y
25 de la Convención Americana, en relación con el artículo 1.1 de dicho
tratado, en concordancia con los artículos I, inciso b), y IX de la CIDFP, en
perjuicio del señor Rosendo Radilla y de sus familiares. Además, solicitaron al
Tribunal que declarara la violación del artículo 13, en relación con los artículos
8, 25 y 1.1, todos de la Convención Americana, en concordancia con el artículo
I, incisos a) y b) de la CIDFP.
- Fecha de audiencia ante la Corte IDH: 7 de julio de 2009.

Hechos
- Los hechos del presente caso se refieren al señor Rosendo Radilla Pacheco,
quien era una persona involucrada en diversas actividades de la vida política y
social de su pueblo, Atoyac de Álvarez, estado de Guerrero. El 25 de agosto de
1974 fue detenido por miembros del Ejército de México mientras se encontraba
con su hijo en un autobús. Posteriormente a su detención, fue visto en el
Cuartel Militar de Atoyac de Álvarez, con evidencias de haber sido agredido
físicamente. No se volvió a saber de su paradero.

- Los familiares de la víctima interpusieron diversos recursos a fin de que se


investiguen los hechos y se sancionen a los responsables. La causa penal fue
dirigida a la jurisdicción penal militar. No se realizaron mayores investigaciones
ni se sancionaron a los responsables.

Procedimiento ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos


- Fecha de presentación de la petición (12.511): 15 de noviembre de 2001

- Fecha de informe de admisibilidad (65/05): 12 de octubre de 2005

- Fecha de informe de fondo (60/07): 27 de julio de 2007

Procedimiento ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos


- Fecha de remisión del caso a la Corte IDH: 13 de marzo de 2008

- Petitorio de la CIDH: La CIDH solicitó a la Corte IDH que declare la


responsabilidad internacional del Estado por la alegada violación de los
derechos consagrados en los artículos 3, 4, 5, 7, 8 y 25 de la Convención
Americana, en relación con el artículo 1.1 del mismo tratado, en perjuicio de
Rosendo Radilla Pacheco. Asimismo, solicitó a la Corte declarar la
responsabilidad internacional del Estado por la alegada violación de los
artículos 5, 8 y 25 de la Convención Americana, en perjuicio de los siguientes
familiares del señor Radilla Pacheco. De otro lado, solicitó que se declare el
incumplimiento por parte del Estado del artículo 2 de la Convención Americana.

- Petitorio de los representantes de las víctimas: Los representantes solicitaron


a la Corte que declare al Estado responsable por la violación de los derechos
consagrados en los artículos 4, 5 y 7 de la Convención Americana, en relación
con el artículo 1.1 del mismo tratado, en concordancia con los artículos II y XI
de la CIDFP, en perjuicio del señor Rosendo Radilla Pacheco. Asimismo,
alegaron que el Estado es responsable por la violación del artículo 5 de la
Convención Americana, en relación con el artículo 1.1 del mismo instrumento,
en perjuicio de los familiares del señor Radilla Pacheco. Por otra parte,
solicitaron declarar al Estado responsable por la violación de los artículos 8 y
25 de la Convención Americana, en relación con el artículo 1.1 de dicho
tratado, en concordancia con los artículos I, inciso b), y IX de la CIDFP, en
perjuicio del señor Rosendo Radilla y de sus familiares. Además, solicitaron al
Tribunal que declarara la violación del artículo 13, en relación con los artículos
8, 25 y 1.1, todos de la Convención Americana, en concordancia con el artículo
I, incisos a) y b) de la CIDFP.

- Fecha de audiencia ante la Corte IDH: 7 de julio de 2009.


Competencia y Admisibilidad

I. Excepciones Preliminares
1.1. Incompetencia ratione temporis para conocer los méritos del caso debido
a la fecha de depósito del instrumento de adhesión de México a la Convención
Americana

15. El Estado alega que la desaparición del Sr. Radilla se produjo en el año de
1974, siendo que la fecha en que firmó su instrumento de adhesión a la
Convención Americana fue el 2 de marzo de 1981 y lo depositó en la
Secretaría General de la OEA el 24 de marzo de 1981. (…)

22. Al respecto, cabe distinguir entre actos instantáneos y actos de carácter


continuo o permanente. Éstos últimos “se extiende[n] durante todo el tiempo
en el cual el hecho continúa y se mantiene su falta de conformidad con la
obligación internacional”. Por sus características, una vez entrado en vigor el
tratado, aquellos actos continuos o permanentes que persisten después de
esa fecha, pueden generar obligaciones internacionales respecto del Estado
Parte, sin que ello implique una vulneración del principio de irretroactividad de
los tratados.
23. Dentro de esta categoría de actos se encuentra la desaparición forzada de
personas, cuyo carácter continuo o permanente ha sido reconocido de manera
reiterada por el Derecho Internacional de los Derechos Humanos, en el cual el
acto de desaparición y su ejecución se inician con la privación de la libertad de
la persona y la subsiguiente falta de información sobre su destino, y
permanece hasta tanto no se conozca el paradero de la persona desaparecida
y los hechos no se hayan esclarecido.

24. Con base en lo anterior, la Corte considera que la Convención Americana


produce efectos vinculantes respecto de un Estado una vez que se obligó al
mismo. En el caso de México, al momento en que se adhirió a ella, es decir, el
24 de marzo de 1981, y no antes. De esta manera, de conformidad con el
principio de pacta sunt servanda, sólo a partir de esa fecha rigen para México
las obligaciones del tratado y, en tal virtud, es aplicable a aquellos hechos que
constituyen violaciones de carácter continuo o permanente, es decir, a los que
tuvieron lugar antes de la entrada en vigor del tratado y persisten aún después
de esa fecha, puesto que ellas se siguen cometiendo. Sostener lo contrario
equivaldría a privar de su efecto útil al tratado mismo y a la garantía de
protección que establece, con consecuencias negativas para las presuntas
víctimas en el ejercicio de su derecho de acceso a la justicia.
1.2. Incompetencia ratione temporis para aplicar la Convención Interamericana
sobre Desaparición Forzada de Personas debido a la fecha de depósito del
instrumento de adhesión de México a la citada Convención.

26. Conforme a la declaración interpretativa formulada al ratificar la CIDFP, el


Estado sostuvo que la Corte carecía de competencia ratione temporis para
aplicar dicho instrumento respecto a hechos que no se hubieran ordenado,
ejecutado o cometido con posterioridad a la entrada en vigor del referido
tratado.
30. La “declaración” realizada por México permite aclarar el sentido o alcance
temporal respecto a la aplicación de la CIDFP. Del sentido corriente de sus
términos, se desprende claramente que las disposiciones de tal instrumento
son aplicables a hechos que se ejecuten o cometan con posterioridad a su
entrada en vigor. A la luz del artículo 31 de la Convención de Viena, este
Tribunal ha afirmado que el "sentido corriente" de los términos no puede ser
una regla por sí misma sino que debe involucrarse dentro del contexto y, en
especial, dentro del objeto y fin del tratado. Asimismo, el Tribunal ha sostenido
que el “sentido corriente de los términos” debe analizarse como parte de un
todo cuyo significado y alcance debe fijarse en función del sistema jurídico al
cual pertenece.
31. De esta manera, la interpretación debida a los términos “ejecutan o
cometan” de la declaración de México a la CIDFP, no puede ser otra que una
consecuente con la caracterización que el propio tratado realiza de la
desaparición forzada y con el efecto útil de sus disposiciones, de manera que
su aplicación incluya los actos de desaparición forzada de personas que
continúen o permanezcan más allá de la fecha de entrada en vigor para
México, es decir, el 9 de abril de 2002, en tanto no se establezca el destino o
paradero de la víctima.

32. En el caso que nos ocupa, se alega que la desaparición forzada del señor
Radilla Pacheco continúa ejecutándose. De allí que la eventual aplicación de la
CIDFP al presente caso se encuentra dentro de la competencia temporal de
esta Corte.

37. Con base en las consideraciones precedentes la Corte desestima esta


excepción preliminar

1.3. Incompetencia ratione materiae para utilizar la Carta de la Organización de


Estados Americanos (OEA) como fundamento para conocer del cas
39. El Estado alegó que la Corte Interamericana carecía de competencia “para
utilizar la Carta de la Organización de los Estados Americanos [suscrita en
Bogotá en 1948, en adelante la “Carta de la OEA”] como fundamento para
conocer del presente caso”.

42. La Corte precisa, que efectivamente, no tiene competencia para aplicar


disposiciones de la Carta de la OEA en el marco de un proceso contencioso.

43. De lo anterior, el Tribunal considera que la excepción preliminar


interpuesta no tiene objeto por lo que, en consecuencia, debe desestimarse.

1.4. Incompetencia ratione temporis para conocer de presuntas violaciones a


los derechos a la vida y a la integridad personal (artículos 4 y 5 de la
Convención Americana) en perjuicio del señor Rosendo Radilla Pacheco
44. El Estado sostiene que, bajo un análisis de derecho y de jurisprudencia
comparada, la muerte y alegada tortura del señor Rosendo Radilla Pacheco
habrían ocurrido con anterioridad a la fecha de ratificación de la competencia
contenciosa de la Corte el 16 de diciembre de 1998, ya que desde la fecha de
su detención, el 25 de agosto de 1974, habrían transcurrido más de 24 años
sin conocer noticias de su paradero.

46. Una presunción de este tipo debe tener al menos los siguientes elementos
para que pueda configurarse:
a) que exista un hecho o estado de cosas.

b) la inexistencia de prueba que permitiese razonablemente inferir que dicho


estado de cosas no es tal.

c) la existencia de una regla de presunción respecto al hecho o estado de


cosas referido.

d) la conclusión de la presunción a la que se puede llegar luego de dicho


análisis. Así, para poder ser analizada de manera íntegra en esta etapa del
procedimiento, la Corte debería entonces considerar y valorar ciertos hechos
afirmados en la demanda que hacen parte de los méritos de fondo del caso, la
inexistencia de pruebas que demuestren lo contrario, y la existencia de la regla
de presunción de muerte, para finalmente llegar a la conclusión establecida en
la presunción.

49. En todo caso, la Corte advierte que la presunción de muerte en casos de


desaparición forzada sólo permite concluir que se presume que el señor
Rosendo Radilla murió, mas no conlleva a establecer con certeza o
aproximación la fecha exacta de su muerte, lo cual sería determinante para dar
lugar a lo que el Estado solicita.

50. Por todo lo expuesto, este Tribunal desestima la presente excepción


preliminar y se declara competente para analizar los hechos que
presuntamente vulnerarían los artículos 4 y 5 de la Convención Americana en
perjuicio del señor Radilla Pacheco.
51. La Corte Interamericana es competente, en los términos del artículo 62.3
de la Convención, para conocer el presente caso, en razón de que México es
Estado Parte en la Convención Americana desde el 24 de marzo de 1981 y
reconoció la competencia contenciosa de la Corte el 16 de diciembre de 1998.
Asimismo, el Estado ratificó la CIDFP el 9 de abril de 2002.

Reconocimiento de Responsabilidad Internacional


El Estado realizó un reconocimiento parcial de responsabilidad internacional, el
cual fue aceptado por la Corte IDH.

Karla Quintana Osuna

¿Quién es?

Doctora en Derecho por el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la


Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Maestra en Derecho
(LLM) por la Universidad de Harvard, Máster en Estudios de la Diferencia
Sexual por la Universidad de Barcelona, Licenciada en Derecho por la UNAM, y
Licenciada en Lengua y Literatura Hispánicas por la UNAM.
Es Comisionada Nacional de Búsqueda de Personas Desaparecidas en México
desde el 8 de febrero de 2019 y es jurista experta internacional –a título
honorario- ante la Jurisdicción Especial para la Paz en Colombia.
Fue Directora General de la Asesoría Jurídica Federal (defensa pública de
víctimas) de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas, además fue
Secretaria de Estudio y Cuenta en la Suprema Corte de Justicia de México.
-Trabajó en la Comisión interamericana de Derechos Humanos como parte del
grupo de litigio ante la Corte Interamericana.
-Anteriormente trabajó en la Vicepresidencia de Integridad Institucional del
Banco Mundial, y se desempeñó como abogada de la Corte Interamericana de
Derechos Humanos.
-Fue asistente de investigación en el Instituto de Investigaciones Jurídicas de
la UNAM.
-Asimismo ha sido tutora de la Maestría de Derechos Humanos y Democracia
de la FLACSO México, y profesora del Seminario de Derecho Constitucional en
el ITAM.
-Es autora de un libro, así como de diversos artículos.

Análisis de fondo

I. Derechos a la personalidad jurídica, vida, integridad y libertad personal en


relación con el artículo la obligación de respetar y garantizar los derechos y los
artículos I, II y XI de la Convención Interamericana sobre Desaparición
Forzada.

139. En el derecho internacional la jurisprudencia de este Tribunal ha sido


precursora de la consolidación de una perspectiva comprensiva de la gravedad
y el carácter continuado o permanente y autónomo de la figura de la
desaparición forzada de personas. La Corte ha reiterado que ésta constituye
una violación múltiple de varios derechos protegidos por la Convención
Americana que coloca a la víctima en un estado de completa indefensión,
acarreando otras vulneraciones conexas, siendo particularmente grave cuando
forma parte de un patrón sistemático o práctica aplicada o tolerada por el
Estado. La desaparición forzada implica un craso abandono de los principios
esenciales en que se fundamenta el Sistema Interamericano, y su prohibición
ha alcanzado carácter de jus cogens.

140. La caracterización pluriofensiva y continuada o permanente de la


desaparición forzada se desprende no sólo de la propia definición del artículo
III de la Convención Interamericana sobre Desaparición Forzada de Personas
sino también de otras definiciones contenidas en diferentes instrumentos
internacionales que, asimismo, señalan como elementos concurrentes y
constitutivos de la desaparición forzada:
a) la privación de la libertad.
b) la intervención directa de agentes estatales o por la aquiescencia de éstos.
c) la negativa de reconocer la detención y de revelar la suerte o paradero de la
persona interesada.
Además, la jurisprudencia del Sistema Europeo de Derechos Humanos, al
igual que varias Cortes Constitucionales de los Estados americanos y altos
tribunales nacionales, coinciden con la caracterización indicada

146. En tal sentido, el análisis de la desaparición forzada debe abarcar la


totalidad del conjunto de los hechos que se presentan a consideración del
Tribunal en el presente caso. Sólo de este modo el análisis legal de la
desaparición forzada es consecuente con la compleja violación a derechos
humanos que ésta conlleva, con su carácter continuado o permanente y con la
necesidad de considerar el contexto en que ocurrieron los hechos, a fin de
analizar sus efectos prolongados en el tiempo y enfocar integralmente sus
consecuencias, teniendo en cuenta el corpus juris de protección tanto
interamericano como internacional.

153. Para la Corte es evidente que las autoridades militares que detuvieron al
señor Radilla Pacheco eran responsables por la salvaguarda de sus derechos.
El Tribunal ha establecido que el sometimiento de detenidos a cuerpos
represivos oficiales, agentes estatales o particulares que actúen con su
aquiescencia o tolerancia, que impunemente practiquen la tortura y el
asesinato representa, por sí mismo, una infracción al deber de prevención de
violaciones a los derechos a la integridad personal y a la vida, aún en el
supuesto de que no puedan demostrarse los hechos de torturas o de privación
de la vida de la persona en el caso concreto. Además, esta Corte ha
sostenido que la desaparición forzada es violatoria del derecho a la integridad
personal porque “ el solo hecho del aislamiento prolongado y de la
incomunicación coactiva, representa un tratamiento cruel e inhumano en
contradicción con los párrafos 1 y 2 del artículo 5 de la Convención”.

154. Tomando en cuenta lo anterior, la Corte concluye que el Estado es


responsable por la violación del derecho a la libertad e integridad personal, y a
la vida del señor Rosendo Radilla Pacheco, en relación con lo dispuesto en los
artículos I y XI de la CIDFP.

155. En cuanto a la alegada violación del artículo 3 de la Convención


Americana, la Corte ha considerado que el contenido propio del derecho al
reconocimiento de la personalidad jurídica es que se reconozca a la persona
en cualquier parte como sujeto de derechos y obligaciones.

157. Más allá de que la persona desaparecida no pueda continuar gozando y


ejerciendo otros, y eventualmente todos, los derechos de los cuales también
es titular, su desaparición busca no sólo una de las más graves formas de
sustracción de una persona de todo ámbito del ordenamiento jurídico, sino
también negar su existencia misma y dejarla en una suerte de limbo o
situación de indeterminación jurídica ante la sociedad y el Estado. En el caso
que nos ocupa, esto se tradujo en una violación del derecho al reconocimiento
de la personalidad jurídica del señor Rosendo Radilla Pacheco.

158. En consideración de lo anterior, la Corte concluye que el Estado es


responsable de la violación de los derechos a la libertad personal, la integridad
personal, el reconocimiento a la personalidad jurídica y la vida del señor
Rosendo Radilla Pacheco, en virtud de la desaparición forzada de la cual es
víctima, realizada por agentes militares. En tal sentido, el Estado tiene el deber
de garantizar los derechos a través de la prevención e investigación diligente
de la desaparición forzada. Esto obliga al Estado a adelantar investigaciones
serias y efectivas para determinar su suerte o paradero, identificar a los
responsables y, en su caso, imponerles las sanciones correspondientes. El
desconocimiento del destino del señor Radilla Pacheco, su paradero o el de
sus restos, se mantiene hasta el día de hoy, sin que haya habido una
investigación efectiva para averiguar lo sucedido, lo que hace evidente el
incumplimiento de este deber. La Corte analizará en el Capítulo IX de esta
Sentencia lo relativo al deber de investigación a cargo del Estado. Para la
determinación de las violaciones alegadas, basta señalar que en este caso el
Estado no ha garantizado efectivamente los derechos contenidos en las
disposiciones analizadas.

159. En conclusión, el Estado es responsable de la violación de los artículos


7.1 (Libertad Personal); 5.1 y 5.2 (Integridad Personal); 3 (Derecho al
Reconocimiento de la Personalidad Jurídica) y 4.1 (Derecho a la Vida), en
perjuicio del señor Rosendo Radilla Pacheco, en razón del incumplimiento del
deber de garantía y de respeto de dichos derechos, establecido en el artículo
1.1 de la Convención Americana, todos ellos en relación con los artículos I y XI
de la CIDFP.

161. La Corte ha considerado en numerosos casos que los familiares de las


víctimas de violaciones de los derechos humanos pueden ser, a su vez,
víctimas. En particular, en casos que involucran la desaparición forzada de
personas, es posible entender que la violación del derecho a la integridad
psíquica y moral de los familiares de la víctima es una consecuencia directa,
precisamente, de ese fenómeno, que les causa un severo sufrimiento por el
hecho mismo, que se acrecienta, entre otros factores, por la constante
negativa de las autoridades estatales de proporcionar información acerca del
paradero de la víctima o de iniciar una investigación eficaz para lograr el
esclarecimiento de lo sucedido.

162. Al respecto, este Tribunal ha estimado que se puede declarar la violación


del derecho a la integridad psíquica y moral de familiares directos de víctimas
de ciertas violaciones de derechos humanos aplicando una presunción iuris
tantum respecto de madres y padres, hijas e hijos, esposos y esposas, y
compañeros y compañeras permanentes (en adelante “familiares directos”),
siempre que ello responda a las circunstancias particulares en el caso.
Respecto de tales familiares directos, corresponde al Estado desvirtuar dicha
presunción.

172. Tomando en cuenta lo anterior, este Tribunal concluye que la violación de


la integridad personal de los familiares del señor Rosendo Radilla Pacheco se
ha configurado por las situaciones y circunstancias vividas por ellos durante la
desaparición de aquél. Estas afectaciones, comprendidas integralmente en la
complejidad de la desaparición forzada (supra párrs. 138 a 146), subsisten
mientras persistan los factores de impunidad verificados. En consecuencia, el
Estado es responsable por la violación del derecho a la integridad personal de
Tita, Andrea y Rosendo, todos de apellidos Radilla Martínez, reconocido en el
artículo 5.1 y 5.2 de la Convención, en relación con el artículo 1.1 de la misma.

II. Derechos a garantías Judiciales y protección judicial en relación con la


obligación de respetar los derechos y el deber de adoptar medidas de derecho
interno y los artículos I, incisos A) y B), IX y XIX de La Convención
Interamericana sobre Desaparición Forzada
178. La Corte Interamericana ya ha establecido que la obligación de investigar
los hechos, juzgar y, en su caso, sancionar a los responsables de un delito que
constituye una violación de derechos humanos es un compromiso que emana
de la Convención Americana, y que la responsabilidad penal debe ser
determinada por las autoridades judiciales competentes siguiendo
estrictamente las normas del debido proceso establecidas en el artículo 8 de la
Convención Americana.

179. Al respecto, la Corte considera pertinente reiterar, como lo ha hecho en


otros casos, que la “verdad histórica” documentada en los informes y
recomendaciones de órganos como la Comisión Nacional, no completa o
sustituye la obligación del Estado de establecer la verdad también a través de
procesos judiciales. Ello no obsta para que la Corte tome en consideración los
documentos elaborados por dicha Comisión Nacional cuando estén
relacionados con la supuesta responsabilidad internacional del Estado.

180. Adicionalmente, la Corte ha considerado que, en el marco de los artículos


1.1, 8 y 25 de la Convención Americana, los familiares de las víctimas tienen
el derecho, y los Estados la obligación, a que los hechos sean efectivamente
investigados por las autoridades estatales y, en ese sentido, a conocer la
verdad de lo sucedido. De manera particular, la Corte ha establecido el
contenido del derecho a conocer la verdad en su jurisprudencia en casos de
desaparición forzada de personas. En tal sentido, ha confirmado la existencia
de un “[d]erecho de los familiares de la víctima de conocer cuál fue el destino
de ésta y, en su caso, dónde se encuentran sus restos”. Además,
correlativamente, en este tipo de casos se entiende que los familiares de la
persona desaparecida son víctimas de los hechos constitutivos de la
desaparición forzada, lo que les confiere el derecho a que los hechos sean
investigados y que los responsables sean procesados y, en su caso,
sancionados. Así, la Corte recuerda que el derecho a la verdad se encuentra
subsumido en el derecho de la víctima o de sus familiares a obtener de los
órganos competentes del Estado el esclarecimiento de los hechos violatorios y
las responsabilidades correspondientes, a través de la investigación y el
juzgamiento que previenen los artículos 8 y 25 de la Convención. En
consecuencia, en este caso no se pronunciará respecto del alegato de la
supuesta violación del artículo 13 de la Convención Americana formulado por
los representantes.

2.1. Actuaciones en la jurisdicción ordinaria

a) Sobre la falta de investigación diligente y efectiva en el ámbito penal


190. La Corte ha considerado que el Estado está en la obligación de proveer
recursos judiciales efectivos a las personas que aleguen ser víctimas de
violaciones de derechos humanos (artículo 25), recursos que deben ser
sustanciados de conformidad con las reglas del debido proceso legal (artículo
8.1), todo ello dentro de la obligación general, a cargo de los mismos Estados,
de garantizar el libre y pleno ejercicio de los derechos reconocidos por la
Convención a toda persona que se encuentre bajo su jurisdicción (artículo 1.1).

191. El derecho de acceso a la justicia requiere que se haga efectiva la


determinación de los hechos que se investigan y, en su caso, de las
correspondientes responsabilidades penales en tiempo razonable, por lo que,
en atención a la necesidad de garantizar los derechos de las personas
perjudicadas, una demora prolongada puede llegar a constituir, por sí misma,
una violación de las garantías judiciales. Además, por tratarse de una
desaparición forzada, el derecho de acceso a la justicia incluye que en la
investigación de los hechos se procure determinar la suerte o paradero de la
víctima.

192. Si bien la Corte ha establecido que el deber de investigar es uno de


medio, no de resultado, ello no significa, sin embargo, que la investigación
pueda ser emprendida como “una simple formalidad condenada de antemano a
ser infructuosa”. Al respecto, el Tribunal ha establecido que “cada acto estatal
que conforma el proceso investigativo, así como la investigación en su
totalidad, debe estar orientado hacia una finalidad específica, la determinación
de la verdad y la investigación, persecución, captura, enjuiciamiento y, en su
caso, la sanción de los responsables de los hechos”.
201. Para la Corte, la falta de respuesta estatal es un elemento determinante
al valorar si se ha dado un incumplimiento del contenido de los artículos 8.1 y
25.1 de la Convención Americana, pues tiene relación directa con el principio
de efectividad que debe tener el desarrollo de tales investigaciones. En el
presente caso, luego de recibir la denuncia presentada en 1992, el Estado
debió realizar una investigación seria e imparcial, con el propósito de brindar
en un plazo razonable una resolución que resolviera el fondo de las
circunstancias que le fueron planteadas.

206. La Corte considera que las autoridades encargadas de las


investigaciones tenían el deber de asegurar que en el curso de las mismas se
valorarán los patrones sistemáticos que permitieron la comisión de graves
violaciones de los derechos humanos en el presente caso. En aras de
garantizar su efectividad, la investigación debió ser conducida tomando en
cuenta la complejidad de este tipo de hechos y la estructura en la cual se
ubican las personas probablemente involucradas en los mismos, de acuerdo al
contexto en que ocurrieron, evitando así omisiones en la recaudación de
prueba y en el seguimiento de líneas lógicas de investigación.

212. La Corte considera que, en el caso concreto, si bien se han realizado


varias diligencias, la investigación llevada a cabo por el Estado no ha sido
conducida con la debida diligencia, de manera que sea capaz de garantizar el
restablecimiento de los derechos de las víctimas y evitar la impunidad. El
Tribunal ha definido la impunidad como “la falta en su conjunto de
investigación, persecución, captura, enjuiciamiento y condena de los
responsables de las violaciones de los derechos protegidos por la Convención
Americana”. En casos de desaparición forzada de personas, la impunidad debe
ser erradicada mediante la determinación de las responsabilidades tanto
generales –del Estado- como individuales –penales y de otra índole de sus
agentes o de particulares-. En cumplimiento de esta obligación, el Estado debe
remover todos los obstáculos, de facto y de jure, que mantengan la impunidad.

216. La Corte también ha advertido que tal obligación se mantiene “cualquiera


sea el agente al cual pueda eventualmente atribuirse la violación, aún los
particulares, pues, si sus hechos no son investigados con seriedad,
resultarían, en cierto modo, auxiliados por el poder público, lo que
comprometería la responsabilidad internacional del Estado”.

221. La Corte reitera que la debida diligencia en la investigación de los hechos


del presente caso exige que ésta sea conducida tomando en cuenta la
complejidad de los hechos, el contexto en que ocurrió y los patrones que
explican su comisión. En opinión de la Corte, el hecho de que la investigación
de la detención y posterior desaparición del señor Radilla Pacheco se
encuentre acumulada a otras 121 indagatorias es consecuente con los
elementos señalados anteriormente.

222. No obstante, el Tribunal destaca que para que una investigación de


desaparición forzada, en los términos referidos por la Coordinación General de
Investigación, sea llevada adelante eficazmente y con la debida diligencia, se
deben utilizar todos los medios necesarios para realizar con prontitud aquellas
actuaciones y averiguaciones esenciales y oportunas para esclarecer la suerte
de las víctimas e identificar a los responsables de su desaparición forzada,
particularmente, la referida al presente caso. Para ello, el Estado debe dotar a
las correspondientes autoridades de los recursos logísticos y científicos
necesarios para recabar y procesar las pruebas y, en particular, de las
facultades para acceder a la documentación e información pertinente para
investigar los hechos denunciados y obtener indicios o evidencias de la
ubicación de las víctimas. Al respecto, la Corte considera que, sin perjuicio de
que deban obtenerse y valorarse otras pruebas, las autoridades encargadas
de la investigación deben prestar particular atención a la prueba circunstancial,
los indicios y las presunciones, que resultan de especial importancia cuando
se trata de casos sobre desapariciones forzadas, “ya que esta forma de
represión se caracteriza por procurar la supresión de todo elemento que
permita comprobar el secuestro, el paradero y la suerte de las víctimas”. Lo
anterior es esencial en un caso como el presente, en el que el señor Rosendo
Radilla Pacheco se encuentra desaparecido desde hace aproximadamente 35
años, y en el que la denuncia formal de los hechos no fue interpuesta
inmediatamente a causa del contexto particular propiciado por el propio Estado
en su momento.

232. La Corte constata que si bien el Estado ha llevado a cabo diversos


esfuerzos, en lo relativo a las diligencias de escaneo y excavación
mencionadas, la investigación no ha contado en su totalidad con el impulso
propio del Estado. El Tribunal nota que tales diligencias se realizaron con base
en lo afirmado por la propia Tita Radilla, además de otras personas, y que el
Estado no está indagando directamente a los presuntos responsables. De
hecho, a lo largo del trámite del presente caso, el Estado mexicano no hizo
referencia a otras posibles diligencias relativas a la búsqueda del paradero del
señor Rosendo Radilla.

233. Para que una investigación penal constituya un recurso efectivo para
asegurar el derecho de acceso a la justicia de las presuntas víctimas, así como
para garantizar los derechos que se han visto afectados en el presente caso,
debe cumplirse con seriedad y no como una simple formalidad condenada de
antemano a ser infructuosa, y debe tener un sentido y ser asumida por los
Estados como un deber jurídico propio y no como una simple gestión de
intereses particulares, que dependa de la iniciativa procesal de la víctima o de
sus familiares o de la aportación privada de elementos probatorios.

234. El Tribunal toma en cuenta que el Estado no ha llevado a cabo mayores


diligencias en la investigación de los responsables de la detención y posterior
desaparición del señor Radilla Pacheco. En tal sentido, la Corte concluye que
la investigación no está siendo realizada en forma seria, efectiva y exhaustiva.

c) Tipo penal aplicado en la consignación ante juez


238. El Tribunal ha establecido que la desaparición forzada de personas es un
fenómeno diferenciado, caracterizado por la violación múltiple de varios
derechos protegidos en la Convención. En tal sentido, y en atención al carácter
particularmente grave de la desaparición forzada de personas, no es suficiente
la protección que pueda dar la normativa penal existente relativa a plagio o
secuestro, tortura u homicidio, entre otras.
239. La Corte observa que el delito de desaparición forzada de personas se
encuentra vigente en el ordenamiento jurídico mexicano desde el año 2001, es
decir, con anterioridad a la consignación de la averiguación previa ante el Juez
de Distrito en turno realizada en agosto de 2005. En tal sentido, el Tribunal
reitera, como lo ha hecho en otros casos, que por tratarse de un delito de
ejecución permanente, al entrar en vigor la tipificación del delito de
desaparición forzada de personas en el Estado, la nueva ley resulta aplicable
por mantenerse en ejecución la conducta delictiva, sin que ello represente una
aplicación retroactiva.
241. Tomando en cuenta lo anterior, esta Corte estima que conforme al
principio de legalidad, la figura de la desaparición forzada constituye el tipo
penal aplicable a los hechos del presente caso.

d) Plazo razonable de la duración de las investigaciones

244. El artículo 8.1 de la Convención Americana establece, como uno de los


elementos del debido proceso, que los tribunales decidan los casos sometidos
a su conocimiento en un plazo razonable. Al respecto, la Corte ha considerado
preciso tomar en cuenta varios elementos para determinar la razonabilidad del
plazo en el que se desarrolla un proceso:
a) la complejidad del asunto.
b) la actividad procesal del interesado.
c) la conducta de las autoridades judiciales.
d) la afectación generada en la situación jurídica de la persona involucrada en
el proceso.
No obstante, la pertinencia de aplicar esos criterios para determinar la
razonabilidad del plazo de un proceso depende de las circunstancias
particulares, pues en casos como el presente el deber del Estado de satisfacer
plenamente los requerimientos de la justicia prevalece sobre la garantía del
plazo razonable. En todo caso, corresponde al Estado demostrar las razones
por las cuales un proceso o conjunto de procesos han tomado un período
determinado que exceda los límites del plazo razonable. Si no lo demuestra, la
Corte tiene amplias atribuciones para hacer su propia estimación al respecto.
245. En el presente caso, la Corte advierte que la averiguación de los hechos
reviste cierta complejidad, por tratarse de una desaparición forzada en
ejecución desde hace más de 35 años. No obstante, cuando se presentaron las
dos primeras denuncias, las autoridades no realizaron una investigación
exhaustiva. Si bien la Fiscalía Especial se avocó, entre otros, a la investigación
de los hechos, la Corte nota que, para ello, transcurrió un período de casi 10
años desde que fuera presentada la primera denuncia penal en 1992. Esto no
es posible desvincularlo de la propia omisión del Estado. Asimismo, durante
las investigaciones posteriores la señora Tita Radilla Martínez ha asumido una
posición activa como “coadyuvante”, poniendo en conocimiento de las
autoridades la información de que ha dispuesto e impulsando las
investigaciones. No obstante, la averiguación previa se encuentra todavía
abierta a más de siete años desde que la Fiscalía Especial inició las
investigaciones. En total, han transcurrido 17 años desde que la autoridad
ministerial tuvo conocimiento formal de la desaparición forzada del señor
Rosendo Radilla Pacheco, sin que el Estado haya justificado válidamente la
razón de esta demora. Todo lo anterior, en conjunto, ha sobrepasado
excesivamente el plazo que pueda considerarse razonable para estos efectos.
En consecuencia, la Corte considera que el Estado incumplió los
requerimientos del artículo 8.1 de la Convención.

e) Derecho a la participación en el proceso penal


256. La Corte considera que, en casos como el presente, la negativa de
expedir copias del expediente de la investigación a las víctimas constituye una
carga desproporcionada en su perjuicio, incompatible con el derecho a su
participación en la averiguación previa. En el caso que nos ocupa, esto se
tradujo en una violación del derecho de la señora Tita Radilla Martínez a
participar plenamente en la investigación. Al respecto, los Estados deben
contar con mecanismos menos lesivos al derecho de acceso a la justicia para
proteger la difusión del contenido de las investigaciones en curso y la
integridad de los expedientes.

258. Tomando en cuenta lo anterior, y en aplicación del artículo 29 b) de la


Convención Americana, la Corte considera que debe entenderse que el
derecho de las víctimas en este caso a obtener copias de la averiguación
previa conducida por la Procuraduría General de la República no está sujeto a
reservas de confidencialidad, en tanto que la misma se refiere a la
investigación de delitos constitutivos de graves violaciones a los derechos
humanos, como lo es la desaparición forzada del señor Rosendo Radilla
Pacheco. De esta manera, las víctimas en el presente caso deben tener
derecho al acceso al expediente y a solicitar y obtener copias del mismo, ya
que la información contenida en aquél no está sujeta a reserva.
259. En consecuencia, el Tribunal considera que el Estado violó el derecho de
la señora Tita Radilla Martínez de participar en la investigación y en el proceso
penal relativo a los hechos del presente caso y, por tanto, el artículo 8.1 de la
Convención Americana.

2.2. Actuaciones en la jurisdicción militar


a) Jurisdicción competente
272. El Tribunal considera pertinente señalar que reiteradamente ha
establecido que la jurisdicción penal militar en los Estados democráticos, en
tiempos de paz, ha tendido a reducirse e incluso a desaparecer, por lo cual, en
caso de que un Estado la conserve, su utilización debe ser mínima, según sea
estrictamente necesario, y debe encontrarse inspirada en los principios y
garantías que rigen el derecho penal moderno. En un Estado democrático de
derecho, la jurisdicción penal militar ha de tener un alcance restrictivo y
excepcional y estar encaminada a la protección de intereses jurídicos
especiales, vinculados a las funciones propias de las fuerzas militares. Por
ello, el Tribunal ha señalado anteriormente que en el fuero militar sólo se debe
juzgar a militares activos por la comisión de delitos o faltas que por su propia
naturaleza atenten contra bienes jurídicos propios del orden militar.

273. Asimismo, esta Corte ha establecido que, tomando en cuenta la


naturaleza del crimen y el bien jurídico lesionado, la jurisdicción penal militar
no es el fuero competente para investigar y, en su caso, juzgar y sancionar a
los autores de violaciones de derechos humanos sino que el procesamiento de
los responsables corresponde siempre a la justicia ordinaria. En tal sentido, la
Corte en múltiples ocasiones ha indicado que “[c]uando la justicia militar
asume competencia sobre un asunto que debe conocer la justicia ordinaria, se
ve afectado el derecho al juez natural y, a fortiori, el debido proceso”, el cual, a
su vez, se encuentra íntimamente ligado al propio derecho de acceso a la
justicia. El juez encargado del conocimiento de una causa debe ser
competente, además de independiente e imparcial.

274. En consecuencia, tomando en cuenta la jurisprudencia constante de este


Tribunal, debe concluirse que si los actos delictivos cometidos por una persona
que ostente la calidad de militar en activo no afectan los bienes jurídicos de la
esfera castrense, dicha persona debe ser siempre juzgada por tribunales
ordinarios. En este sentido, frente a situaciones que vulneren derechos
humanos de civiles bajo ninguna circunstancia puede operar la jurisdicción
militar.

275. La Corte destaca que cuando los tribunales militares conocen de actos
constitutivos de violaciones a derechos humanos en contra de civiles ejercen
jurisdicción no solamente respecto del imputado, el cual necesariamente debe
ser una persona con estatus de militar en situación de actividad, sino también
sobre la víctima civil, quien tiene derecho a participar en el proceso penal no
sólo para efectos de la respectiva reparación del daño sino también para hacer
efectivos sus derechos a la verdad y a la justicia. En tal sentido, las víctimas
de violaciones a derechos humanos y sus familiares tienen derecho a que
tales violaciones sean conocidas y resueltas por un tribunal competente, de
conformidad con el debido proceso y el acceso a la justicia. La importancia del
sujeto pasivo trasciende la esfera del ámbito militar, ya que se encuentran
involucrados bienes jurídicos propios del régimen ordinario.

282. De lo anterior, la Corte estima que el Estado vulneró el principio del juez
natural al extralimitar la esfera de la justicia castrense en el presente caso, en
contravención de los parámetros de excepcionalidad y restricción que
caracterizan a la jurisdicción penal militar. En tal sentido, dado que los
tribunales militares no son competentes, el Tribunal considera que no es
necesario pronunciarse respecto a la supuesta falta de independencia e
imparcialidad alegada por los representantes.

288. En relación con la obligación general de adecuar la normativa interna a la


Convención, la Corte ha afirmado en varias oportunidades que “[e]n el derecho
de gentes, una norma consuetudinaria prescribe que un Estado que ha
celebrado un convenio internacional, debe introducir en su derecho interno las
modificaciones necesarias para asegurar la ejecución de las obligaciones
asumidas”. En la Convención Americana este principio es recogido en su
artículo 2, que establece la obligación general de cada Estado Parte de
adecuar su derecho interno a las disposiciones de la misma, para garantizar
los derechos en ella reconocidos, lo cual implica que las medidas de derecho
interno han de ser efectivas (principio de effet utile).

289. En consecuencia, el Tribunal estima que el Estado incumplió la obligación


contenida en el artículo 2 de la Convención Americana, en conexión con los
artículos 8 y 25 de la misma, al extender la competencia del fuero castrense a
delitos que no tienen estricta conexión con la disciplina militar o con bienes
jurídicos propios del ámbito castrense.

b) Recurso efectivo para impugnar la competencia militar

296. En este sentido, el Tribunal ha establecido que para que el Estado


cumpla lo dispuesto en el artículo 25 de la Convención, no basta con que los
recursos existan formalmente, sino que es preciso que tengan efectividad en
los términos de aquel precepto. La Corte ha reiterado que dicha obligación
implica que el recurso sea idóneo para combatir la violación y que sea efectiva
su aplicación por la autoridad competente.

297. La Corte resalta que, como señaló anteriormente en esta Sentencia, la


participación de la víctima en procesos penales no está limitada a la mera
reparación del daño sino, preponderantemente, a hacer efectivos sus derechos
a conocer la verdad y a la justicia ante tribunales competentes. Ello implica
necesariamente que, a nivel interno, deben existir recursos adecuados y
efectivos a través de los cuales la víctima esté en posibilidad de impugnar la
competencia de las autoridades judiciales que eventualmente ejerzan
jurisdicción sobre asuntos respecto de los cuales se considere que no tienen
competencia.

298. En consecuencia, en el presente caso el recurso de amparo no fue


efectivo para permitir a la señora Tita Radilla Martínez impugnar el
conocimiento de la detención y posterior desaparición forzada de su padre, el
señor Rosendo Radilla Pacheco, por la jurisdicción militar, lo cual constituye
una violación del artículo 25.1 de la Convención.

c) La justicia militar en la Convención Interamericana sobre Desaparición


Forzada

303. La competencia de la Corte Interamericana para determinar la validez de


una reserva, a la luz del citado artículo XIX de la CIDFP, deviene claramente
del artículo XIII de dicho instrumento, en relación con el artículo 62 de la
Convención Americana, los cuales fijan la facultad de la Corte para conocer de
los asuntos relacionados con el cumplimiento de los compromisos contraídos
por los Estados Partes en la CIDFP. Esta potestad jurisdiccional abarca no sólo
el análisis de las normas sustantivas, es decir, aquellas que contienen los
derechos protegidos, sino también la verificación del cumplimiento de toda
norma de procedimiento en la que esté envuelta la interpretación y aplicación
del mismo. En este tenor, la Corte ha establecido que las reservas formuladas
por los Estados Partes “se integran al tratado mismo, de tal manera que no es
posible interpretarlo cabalmente, respecto del Estado reservante, sin
interpretar la reserva misma”.
304. Esta Corte ha manifestado reiteradamente que los tratados modernos
sobre derechos humanos, como es el caso de la CIDFP, “no son tratados
multilaterales de tipo tradicional, concluidos en función de un intercambio
recíproco de derechos, para el beneficio mutuo de los Estados contratantes. Su
objeto y fin son la protección de los derechos fundamentales de los seres
humanos Al aprobar estos tratados sobre derechos humanos, los Estados se
someten a un orden legal dentro del cual ellos, por el bien común, asumen
varias obligaciones, no en relación con otros Estados, sino hacia los individuos
bajo su jurisdicción”.
310. La Corte ha establecido que “una reserva que suspenda todo el derecho
fundamental cuyo contenido es inderogable debe ser considerado como
incompatible con el objeto y el propósito de la Convención y,
consecuentemente, incompatible con la misma. La situación podría ser
diferente si la reserva solamente restringe ciertos aspectos del derecho interno
inderogable sin privar al derecho de su contenido básico”. Al realizar esta
determinación el Tribunal debe examinar si aún cuando la reserva sólo
restringe algunos aspectos de un derecho inderogable, ésta impide darle pleno
sentido y efecto útil al tratado
312. Teniendo en cuenta todo lo anterior, este Tribunal considera que la
reserva formulada por México no satisface el primer requisito establecido en el
artículo XIX de la CIDFP, por lo que, en consecuencia, debe ser considerada
inválida. En este sentido, resulta evidente que la aplicación de la jurisdicción
militar en el presente caso, por la cual el Estado extendió la competencia del
fuero castrense a hechos que no tienen estricta conexión con la disciplina
militar o con bienes jurídicos propios del ámbito castrense, es contraria a la
disposición contenida en el artículo IX del tratado de referencia, a la cual
México está claramente obligado.
313. Por las razones anteriormente expuestas, la Corte considera que la
investigación de la detención y posterior desaparición forzada del señor
Rosendo Radilla Pacheco no ha sido diligente, no ha sido asumida en su
totalidad como un deber propio del Estado ni ha estado dirigida eficazmente
tanto a la identificación, proceso y eventual sanción de todos los responsables
como a la determinación del paradero del señor Radilla Pacheco. Asimismo, el
Tribunal estima que al extender la competencia del fuero castrense a delitos
que no tienen estricta conexión con la disciplina militar o con bienes jurídicos
propios del ámbito castrense, el Estado ha vulnerado el derecho a un juez
natural de los familiares del señor Rosendo Radilla Pacheco, quienes tampoco
dispusieron de un recurso que les permitiera impugnar el juzgamiento de la
detención y posterior desaparición forzada del señor Rosendo Radilla Pacheco
por la jurisdicción militar. Todo ello en detrimento del derecho a conocer la
verdad de aquéllos.
314. Por lo anterior, el Tribunal concluye que el Estado violó los derechos
reconocidos en los artículos 8.1 y 25.1 de la Convención Americana, en
relación con los artículos 1.1 y 2 de la misma, y I incisos a) y b), y IX de la
CIDFP, así como con los artículos I d) y XIX de la CIDFP.
III. Deber de adoptar disposiciones de derecho interno en relación con el
artículo 7.6 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos y de los
artículos I D) y III de la Convención Interamericana sobre Desaparición
Forzada de Personas.
321. La Corte ha reiterado que es un principio básico del derecho de la
responsabilidad internacional del Estado, recogido por el Derecho Internacional
de los Derechos Humanos, que todo Estado es internacionalmente responsable
por cualquier acto u omisión de cualesquiera de sus poderes u órganos en
violación de los derechos internacionalmente consagrados. Visto de esta
manera, el tipo penal de desaparición forzada de personas del Código Penal
Federal mexicano presenta un obstáculo para asegurar la sanción de “todos
los autores, cómplices y encubridores” provenientes de “cualesquiera de los
poderes u órganos del Estado”. Para satisfacer los elementos mínimos de la
correcta tipificación del delito, el carácter de “agente del Estado” debe ser
establecido de la forma más amplia posible.
324. La Corte valora positivamente los esfuerzos realizados por México para
adecuar su legislación interna a sus obligaciones internacionales. Si bien el
tipo penal actualmente en vigor permite la penalización de ciertas conductas
que constituyen desaparición forzada de personas, sin embargo, del mismo no
se desprende una adecuación que haga plenamente efectiva la normativa
internacional vigente sobre la materia. En tal sentido, la Corte Interamericana
considera que el Estado no ha cumplido plenamente las obligaciones que le
impone el artículo 2 de la Convención Americana, en relación con los artículos I
y III de la CIDFP, para garantizar debidamente la investigación y eventual
sanción de los hechos constitutivos de desaparición forzada en el presente
caso.

Reparaciones

La Corte dispone que,

- La Sentencia de Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas


constituye per se una forma de reparación.

- El Estado deberá conducir eficazmente, con la debida diligencia y dentro de


un plazo razonable la investigación y, en su caso, los procesos penales que
tramiten en relación con la detención y posterior desaparición forzada del señor
Rosendo Radilla Pacheco, para determinar las correspondientes
responsabilidades penales y aplicar efectivamente las sanciones y
consecuencias que la ley prevea.
- El Estado deberá continuar con la búsqueda efectiva y la localización
inmediata del señor Rosendo Radilla Pacheco o, en su caso, de sus restos
mortales.

- El Estado deberá adoptar, en un plazo razonable, las reformas legislativas


pertinentes para compatibilizar el artículo 57 del Código de Justicia Militar con
los estándares internacionales en la materia y de la Convención Americana
sobre Derechos Humanos, en los términos de los párrafos 337 a 342 de la
presente Sentencia.

- El Estado deberá adoptar, en un plazo razonable, las reformas legislativas


pertinentes para compatibilizar el artículo 215 A del Código Penal Federal con
los estándares internacionales en la materia y de la Convención Interamericana
sobre Desaparición Forzada de Personas.

- El Estado deberá implementar, en un plazo razonable y con la respectiva


disposición presupuestaria, programas o cursos permanentes relativos al
análisis de la jurisprudencia del Sistema Interamericano de Protección de los
Derechos Humanos en relación con los límites de la jurisdicción penal militar,
así como un programa de formación sobre la debida investigación y
juzgamiento de hechos constitutivos de desaparición forzada de personas.

- El Estado deberá publicar en el Diario Oficial de la Federación y en otro diario


de amplia circulación nacional, por una sola vez, los párrafos 1 a 7, 52 a 66,
114 a 358 de la Sentencia de Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones
y Costas, sin las notas al pie de página, y la parte resolutiva de la misma, y
publicar íntegramente el fallo en el sitio web oficial de la Procuraduría General
de la República, en un plazo de seis y dos meses, respectivamente, a partir de
la notificación del fallo.

- El Estado deberá realizar un acto público de reconocimiento de


responsabilidad en relación con los hechos del presente caso y en desagravio
a la memoria del señor Rosendo Radilla Pacheco.

- El Estado deberá realizar una semblanza de la vida del señor Rosendo


Radilla Pacheco.

- El Estado deberá brindar atención psicológica y/o psiquiátrica gratuita y de


forma inmediata, adecuada y efectiva, a través de sus instituciones públicas de
salud especializadas, a las víctimas declaras en la Sentencia de Excepciones
Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas que así lo soliciten.

- El Estado deberá pagar las cantidades fijadas en los párrafos 365, 370, 375 y
385 de la Sentencia de Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y
Costas, por concepto de indemnización por daño material e inmaterial, y el
reintegro de costas y gastos, según corresponda, dentro del plazo de un año,
contado a partir de la notificación del fallo

Puntos Resolutivos
La Corte decide,
- Rechazar las excepciones preliminares interpuestas por los Estados Unidos
Mexicanos.

- Aceptar el reconocimiento parcial de responsabilidad internacional efectuado


por el Estado.
La Corte declara que,

- El Estado es responsable de la violación de los derechos a la libertad


personal, a la integridad personal, al reconocimiento de la personalidad jurídica
y a la vida, consagrados en los artículos 7.1, 5.1, 5.2, 3 y 4.1 de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos, en relación con la obligación de respetar
y garantizar contenida en el artículo 1.1 de la misma y con los artículos I y XI de
la Convención Interamericana sobre Desaparición Forzada de Personas, en
perjuicio del señor Rosendo Radilla Pacheco.
- El Estado es responsable por la violación del derecho a la integridad personal
consagrado en los artículos 5.1 y 5.2 de la Convención Americana sobre
Derechos Humanos, en relación con el artículo 1.1 de la misma, en perjuicio de
las señoras Tita y Andrea, y del señor Rosendo, todos de apellidos Radilla
Martínez.

- El Estado es responsable por la violación de los derechos a las garantías


judiciales y a la protección judicial, reconocidos en los artículos 8.1 y 25.1 de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos, en relación con los artículos
1.1 y 2 de la misma y los artículos I incisos a), b) y d), IX y XIX de la
Convención Interamericana sobre Desaparición Forzada de Personas, en
perjuicio de las señoras Tita y Andrea, y del señor Rosendo, todos de apellidos
Radilla Martínez.

- El Estado incumplió el deber de adoptar disposiciones de derecho interno


establecido en el artículo 2 de la Convención Americana sobre Derechos
Humanos, en relación con los artículos I y III de la Convención Interamericana
sobre Desaparición Forzada de Personas, respecto de la tipificación del delito
de desaparición forzada de personas.

Actuaciones posteriores a la(s) sentencia(s)


Sentencia de interpretación: No se consigna
Supervisión de cumplimiento de sentencia
- Fecha de última resolución: Fecha: 28 de junio de 2012.

- La Corte declara que,

(i) De conformidad con lo señalado en los considerandos pertinentes de la


presente Resolución, se encuentra pendiente de cumplimiento la obligación
señalada en el punto resolutivo décimo séptimo de la Sentencia de
Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas dictada en el
presente caso

- La Corte resuelve,
(i) Requerir a los Estados Unidos Mexicanos que adopten todas las medidas
que sean necesarias para dar efectivo y pronto acatamiento a los puntos
pendientes de cumplimiento, de conformidad con el punto declarativo primero
de la presente Resolución y con los puntos declarativos a) a e), y g) a i) de la
Resolución de 19 de mayo de 2011 dictada en el presente caso.

(ii) Solicitar a los Estados Unidos Mexicanos que, a más tardar el 3 de octubre
de 2012, presente un informe detallado sobre las medidas adoptadas para
cumplir con las reparaciones ordenadas que se encuentran pendientes de
cumplimiento, en los términos de esta Resolución y de la Resolución de 19 de
mayo de 2011. Posteriormente, el Estado mexicano debe continuar
presentando un informe de cumplimiento cada tres meses. Respecto a la
investigación de los hechos, identificación, juzgamiento y, en su caso, sanción
de los responsables, y la determinación del paradero del señor Rosendo
Radilla Pacheco, el Estado podrá presentar información cada seis meses,
luego de la presentación del informe del 3 de octubre de 2012.

(iii) Solicitar a los representantes de las víctimas y a la Comisión


Interamericana de Derechos Humanos que presenten las observaciones que
estimen pertinentes a los informes de los Estados Unidos Mexicanos referidos
en el punto resolutivo segundo de esta Resolución, en los plazos de cuatro y
seis semanas, respectivamente, contados a partir de la recepción de los
mismos.

(iv)Continuar supervisando el cumplimiento de la Sentencia de excepciones


preliminares, fondo, reparaciones y costas de 23 de noviembre de 2009.

(v) Disponer que la Secretaría de la Corte Interamericana de Derechos


Humanos notifique la presente Resolución a los Estados Unidos Mexicanos, a
los representantes de las víctimas y a la Comisión Interamericana de Derechos
Humanos.
Jurisprudencia
Conclusión

Se concluye que en efecto este fue un desaparecimiento


forzado y la corrupción que se hizo en el Estado y es triste
el saber que es así de esta forma también se puede ver
que Siendo el caso Radilla la primera sentencia por
violaciones a derechos humanos en contra del Estado
mexicano esta resultó un gran avance en cuanto a las
garantías de no repetición. De igual forma tuvo un gran
impacto en el sistema jurídico mexicano propiciando así
avances significativos en materia de derechos humanos.

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