Los Ninis 2

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Los Ninis

Planteamiento del Problema

"NiNis" en República Dominicana se centra en la situación de jóvenes que no están

involucrados ni en el sistema educativo ni en el mercado laboral. Este fenómeno puede

atribuirse a diversos factores, como la falta de acceso a una educación de calidad, la

desigualdad socioeconómica, la falta de oportunidades laborales, la violencia, la influencia de

pandillas y el embarazo adolescente. La inactividad y el desempleo prolongado pueden tener

un impacto negativo en su desarrollo personal, su bienestar emocional y su integración social.

Resulta evidente que la problemática de los "Ninis" no solo afecta a los jóvenes en

cuestión, sino que también tiene repercusiones a nivel macroeconómico y social.

La investigación que se llevará a cabo se propone caracterizar a los ninis de manera


sociodemográfica y económicamente.

En términos específicos surgen las siguientes preguntas:

¿Cuáles son las características demográficas de los ninis en cuanto a sexo y edad?

¿Cuáles son las características de los ninis en cuanto a nivel educativo, formación para el
trabajo?

¿Cuáles actitudes y percepciones en torno a la educación de los ninis?

¿Cuáles han sido las experiencias laborales de los ninis?


Justificación

La investigación sobre los "ninis" en la República Dominicana es fundamental para

comprender en profundidad las características sociodemográficas y económicas.

Al analizar detalladamente estas características, se puede diseñar intervenciones efectivas

para reintegrar a los ninis en la sociedad y en el mercado laboral, contribuyendo así al desarrollo

socioeconómico del país y al bienestar de estos jóvenes en riesgo.

La falta de oportunidades educativas y laborales para este segmento de la población

contribuye al aumento de la desigualdad, la marginalización y la inestabilidad social. Además,

limita el potencial de crecimiento económico del país.

Objetivo General

Analizar las características sociodemográficas de los Nini en República Dominicana,

incluyendo edad, género, nivel educativo, y situación familiar, entre otros aspectos.

Objetivos Específicos

• Explorar las características económicas de los Nini, como acceso al empleo, ingresos,

y situación laboral.
• Identificar los factores que contribuyen a la condición de Nini en República

Dominicana, incluyendo barreras educativas, desigualdades socioeconómicas, y

dinámicas familiares

Revisión de la Literatura

La generación nini es un grupo poblacional conformado por jóvenes de ni estudian ni

trabajan, debido a las limitaciones económicas y sociales que tienen para culminar sus estudios o

conseguir un empleo. A ello se suma que, las familias muchas veces son quienes motivan a los

jóvenes para que no abandonen la seguridad del hogar aduciendo qué se vive en un mundo hostil.

Los nini son una problemática que no solo compete a los países subdesarrollados, sino que

también a los países desarrollados. En tal sentido, dependerá de cómo las políticas estatales

incorporen estos jóvenes al sistema educativo o al mercado laboral, para evitar que caigan en la

delincuencia, pandillaje y/o drogadicción. (Balarezo 2019)

La categoría Nini surge por primera vez a finales de los años noventa en Inglaterra, con la

terminología NEET por sus siglas en inglés (Not in Employment, Education or Training), lo que

en su traducción se comprende cómo ni trabaja, estudia o recibe formación (Williamson, 1997,

citado en Pacheco y Centeno 2020).

Pacheco y Centeno (2020) sostienen que los Nini comprenden al conjunto de jóvenes que

“ni estudian ni trabajan”, es decir, aquellos individuos que no están matriculados en el sector

educativo tradicional ya sea público o privado y que además no cuentan con un trabajo
remunerado que se desarrolle en el mercado laboral o “esfera productiva”. Desde esta definición

se percibe que en el concepto de Nini se ha obviado el valor del trabajo de cuidado, ya que no se

reconoce económicamente a través de un salario, siendo este tipo de labores mayormente

asumidas por mujeres.

En cuanto a la edad para ser incluido en la categoría Nini, esta varía de país a país. Según

Cabezas (2015) citado por Pacheco y Centeno (2020) en Chile comprende a los jóvenes entre el

rango de 15 a 30 años, en España de 18 a 24 años, en Perú y México de 15 a 29 años, en

Centroamérica y el Caribe de 16 a 29 años, en Colombia y Ecuador de 15 a 24 años, mientras

que Japón y Corea del Sur el grupo nini incluye a los jóvenes entre 15 y 34 años. Estas

diferencias se entienden considerando cómo está organizado el sistema educativo en cada país,

ya que en algunos lugares la educación abarca menos años que en otros. Por ejemplo, en

república dominicana el rango es desde los 15 hasta los 35 años.

Según cifras de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en América Latina y el

Caribe viven 108 millones de jóvenes, y aproximadamente 21,8 millones no estudian ni trabajan.

De este total, el 24,6% busca empleo lo que representa un 4,6 millones de jóvenes. Asimismo,

continúan siendo el grupo más vulnerable en el mercado laboral, por lo que la tasa de desempleo

juvenil es tres veces mayor que la de adultos. Los principales motivos de este problema son la

deserción escolar, la baja calidad educativa y la maternidad temprana, dejando a los jóvenes nini

en riesgo de la exclusión social (La generación Ni-Ni: jóvenes que ni estudian ni trabajan, 2018;

Los Nini un fenómeno juvenil que vive América Latina y el Perú, 2018 citado por Balarezo

2019).
En México, este fenómeno afecta especialmente a las mujeres de 15 a 29 años, dado que

la mayoría de las mexicanas jóvenes que no estudian se dedican a labores del hogar, lo que no es

considerado un trabajo formal; además, embarazos y matrimonios a temprana edad las llevan a

desertar de la escuela y les cierran las puertas de muchos empleos (La generación Nini: ni lo uno

ni lo otro, 2018 citado por Balarezo 2019).

Para Székely, como posibles consecuencias de la existencia de los nini en América Latina

menciona que la desocupación juvenil puede provocar que la región desperdicie la "ventana o

bono demográficos", debido a que una mayoría de la población se encuentra en edad

reproductiva. Los altos porcentajes de nini también puede generar problemas de mayor pobreza y

desigualdad, mermándose así la cohesión social (Arceo & Campos, 2011; Achicanoy-Romero,

2017 citado por Balarezo 2019).

En España, un estudio de la OCDE apunta que el 25,64% de los jóvenes españoles que

superan los 15 años y no llegan a los 30, ni estudian ni trabajan. Es una cifra superior a la que

ofrecían recientes informes, como el presentado por Desempleo y Analistas Financieros

Internacionales (AFI) que indica que son 697.073 los PAIDEIA XXI nini españoles. En ese caso

se dejaba fuera a los mayores de 25 años y el documento concluía que Euskadi es la comunidad

con menos nini de España (Barbó, 2018 citado por Balarezo 2019).

En Japón, los neet o ninis son aquellos que han rechazado el modelo social aceptado de la

edad adulta, que consiste en conseguir un empleo de tiempo completo después de graduarse o

recibir capacitación a través de programas gubernamentales para obtener habilidades de trabajo

comerciales. Este fenómeno se dio debido al estancamiento económico extendido durante los

años 90, que llevaron al desempleo prolongado entre los jóvenes (La generación Nini: ni lo uno,
ni lo otro, 2018a; La generación Nini: ni lo uno ni lo otro, 2018b). Tanto en Japón como en

Corea del Sur, las personas consideradas neet es de 15 a 34 años e incluye a todos los que están

fuera del mercado laboral, no están en la educación formal y son solteros (Agenda, 2007 citado

por Balarezo 2019).

Un informe realizado en el año 2016 por el Instituto Nacional de Estadística e

Informática (INEI) del Perú, sobre las características sociales, económicas y demográficas del

Callao, indica que hay más de 40 mil jóvenes entre los 15 y 29 años que pertenecen al grupo nini.

Como causa principal se menciona la deserción escolar, lo que hace que se encuentren en una

situación de marginalidad y de mayor riesgo de ser captados por bandas delincuenciales. El

estudio también indica que el 85% del nini está comprendido por mujeres, lo que hace sospechar

que estas jóvenes aceptan un rol de amas de casa para que sea el hombre quien salga a trabajar

(Más de 40 mil jóvenes no trabajan ni estudian en el Callao, 2016 citado por Balarezo 2019).

Características Sociodemográficas de los Ninis Según la Literatura: (Sexo, Estado Civil,

Nivel Educativo).

A nivel global, las mujeres jóvenes se enfrentan a un mayor desafío al encontrar trabajo

en el mercado formal. La Organización Internacional de Trabajo (OIT) destaca que tres de cada

10 féminas trabajan, en comparación con cuatro de cada 10 hombres.

Los ninis son definidos como los jóvenes que comprenden las edades entre 15 y 24 años

que podrían contribuir con el desarrollo nacional a través del trabajo, pero que no cursan

estudios, no trabajan ni reciben formación académica o profesional.


Uno de los problemas más acusados actualmente es que muchos jóvenes no ven la

correlación entre formarse y trabajar. Los años de prosperidad en el sector de la construcción

llevaron a muchos al abandono escolar temprano, los mismos que ahora componen una gran

bolsa de personas sin formación ni empleo, y escasas perspectivas.

En el país, esta población muestra un crecimiento sostenible durante los últimos años, al

pasar de 403,230 en 2013 a 506,886 en 2021, para una diferencia de 103,656 personas. En 2020,

fruto de las secuelas de la pandemia covid-19, el monto ascendió a 685,615 personas, siendo más

de la mitad, es decir, 404,278 mujeres y 281,337 hombres. En 2014 eran 372,427, 2015 unos

403,667, 2016 cerró con 377,809 y 2017 ascendió a 488,223 adultos. En 2018 se situó en

475,169, apenas 4 jóvenes menos que los 475,173 del 2019.

Características Económicas No Laborales de los Ninis Según la Literatura: (Experiencia,

Actitudes).

En la literatura académica se ha identificado un grupo poblacional que se ha denominado

“Ninis”, haciendo referencia a un fenómeno que ha emergido en los últimos años con mayor

preponderancia en las naciones subdesarrolladas. Los Nini comprenden al conjunto de jóvenes

que “ni estudian ni trabajan”, es decir, aquellos individuos que no están matriculados en el sector

educativo tradicional ya sea público o privado y que además no cuentan con un trabajo

remunerado que se desarrolle en el mercado laboral o “esfera productiva”. A partir de esta

definición se puede advertir que en la definición Nini se ha excluido dentro del concepto el

aporte del trabajo de cuidados, al no tener la contraparte monetaria representada por el salario.
Cuando nos referimos a las características no laborables hablamos sobre aquellas que no

están relacionadas directamente con el trabajo más bien con las actitudes y las experiencias de

los Ninis.

De la misma manera que en otro fenómeno económico o social, existen diferentes

factores que conllevan a la presencia de este. Los Nini no están alejados de esta lógica, ya que se

advierten diversas causas por las cuales los jóvenes puedan integrar esta categoría, mismas que

pueden deberse a factores de índole personal o por una situación de precariedad económica.

Ochoa (2018) identifica que entre los principales factores se encuentran:

La falta de oferta educativa, este derecho que poseen todos individuos, en especial los

niños, las niñas y los jóvenes hasta un rango de edad en específico, el Estado tiene la

responsabilidad de garantizar su óptimo cumplimiento.

La falta de interés, esta es una situación que implica una decisión propia y voluntaria de

ausentarse del sistema educativo, y de aislarse temporalmente del mercado laboral.

Insuficiencia de recursos económicos, es uno de los fenómenos que incide en la

conformación del grupo Ninis, Una familia tipo cuyos ingresos limitan la canasta de bienes y

servicios disponible para su consumo “priorizará” el gasto, de modo que este se canalice a la

adquisición de productos necesarios para garantizar la reproducción de la fuerza de trabajo,

dejando de lado el gasto en materia educativa. Así muchos jóvenes deben tomar la decisión de

ausentarse del sistema educativo, en el mejor de los casos sólo de forma temporal).
Actitudes negativas hacia la educación y el trabajo: Pueden tener una actitud pesimista

hacia la educación y el trabajo, quizás influenciada por experiencias previas negativas o la falta

de modelos a seguir.

Dependencia económica de la familia: Muchos Ninis dependen económicamente de sus

familias para cubrir sus necesidades básicas, en lugar de generar sus propios ingresos a través del

trabajo. Esto es parte de su situación de inactividad y contribuye a la falta de motivación para

buscar empleo.

Desconexión con actividades productivas: Tienden a pasar su tiempo en actividades no

productivas, como el ocio desestructurado o la participación en actividades marginales, en lugar

de comprometerse en actividades educativas o laborales que contribuyan a su desarrollo personal

y profesional.

Salud Mental en los ninis

La exclusión social dificulta la inserción de los jóvenes al medio escolar y laboral, a

quienes no reciben educación ni empleo: ni estudian, ni trabajan (ninis). Esta situación social

debe ser conocida por quienes están involucrados en la atención de los niños y los adolescentes,

para comprender el problema de salud mental pública al que se enfrentan los jóvenes de nuestro

país. Este problema ha sido informado desde hace más de dos décadas en la literatura mundial, y

en años recientes, se le relaciona con el fenómeno de exclusión social en los países de desarrollo

intermedio, como en México. La información acerca de este tema es relevante y necesaria para

difundir este problema entre los profesionales de la salud y también en quienes son responsables

de las políticas públicas de salud. Se concluye que los «ninis» son el grupo más vulnerable que
presentan trastornos de ansiedad y de ánimo externalizados y además conductas suicidas. Dewi

Sharon Hernández Montoya y Corina Benet (2012).

Entre los problemas emergentes en la Salud Pública, la Organización para la Cooperación

y el Desarrollo Económicos (OCDE) ha dado a conocer las consecuencias del crecimiento

demográfico en el mundo y, en particular, en países como México, donde ha venido emergiendo

una población de gente joven que ni estudia ni trabaja (calificados como «ninis»). Si bien el

origen de este problema ha sido descrito en términos demográficos, éste se genera a partir de

varios factores, entre los que intervienen el de la familia, particularmente en relación con el

desempleo, la desintegración familiar, la falta de educación, el narcotráfico y la falta de

supervisión de los padres ante la necesidad de que ambos trabajen. Las complejas repercusiones

a nivel familiar y, en particular, entre los niños escolares y adolescentes deben de ser vistas con

interés por los profesionistas que laboran las áreas de educación y de la salud pública y en

quienes ejercen como médicos para saber la manera de solucionar este serio problema social, que

ha venido repercutiendo en los niños y adolescentes para evitar consecuencias mayores. Por eso,

es importante el conocimiento de este tema no sólo para los médicos, sino también para con los

sociólogos, con los que se pretende describir cómo se genera este problema ante los cambios

viciosos en la sociedad.

Los niños y adolescentes en situaciones de desamparo y marginación y sin su educación

básica se ven obligados a incursionar con desventaja en el mercado laboral; obligados a trabajar

para contribuir a la manutención de la familia, por lo que a los adolescentes se les cierran las

puertas para generar vínculos sociales.5,6 En este pobre contexto económico-social en que viven

estos adolescentes, aunado a fallas en su educación académica y su limitada contribución al


mercado laboral propicia su salida del campo educacional y no existe para ellos un lugar en el

campo laboral. De este modo es que se genera una situación en la cual los jóvenes adolescentes

sin educación y sin trabajo dan lugar a un grupo que ahora se les conoce como los «ninis». Es así

como en los países subdesarrollados ha crecido la población de jóvenes que viven en condiciones

de exclusión social y al faltar los recursos y oportunidades para ellos, su vida transcurre con

grandes dificultades para desarrollar su identidad dentro de la sociedad en la que viven, que da

lugar a un pobre ajuste social que repercute en su comportamiento en el núcleo social, lo que da

lugar a alteraciones en su conducta social, generando adicciones a sustancias que alteran su

comportamiento.

Determinantes Sociales: Exclusión Social, Empobrecimiento Y Violencia

En el proceso de transculturación en el que vivimos actualmente, se da pie a la transición

en la estructura e interacción social, lo que repercute en la personalidad, ante la ausencia de una

guía que permita una construcción saludable de la identidad de los actuales adolescentes. En la

actualidad, las instituciones sociales como la familia y los grupos sociales han sido fallidas, al

encontrarse deficientemente vinculadas y sin soporte institucional. Es así, como los adolescentes

usan sus recursos internos para mostrarse activos durante el desarrollo de su identidad.2-4 En lo

que atañe a los recursos de carácter psicológico y conductual, empleados en el desarrollo de la

identidad son considerados en términos de «capital de identidad»: lo que les permite a los

adolescentes lograr su integración social, escolar y/o laboral. Este capital se genera a partir de

recursos sociales y técnicos, la ejecución de conductas efectivas, el desarrollo psicosocial a

niveles avanzados y su integración a las redes sociales y ocupacionales, que les permiten el

intercambio con otros pares. Sin embargo, la falta de «capital de identidad» limita la creación de
una identidad pragmática y propia que permita a los adolescentes permanecer dentro del campo

social y ocupacional en el que se desarrollan.

Ninis En República Dominicana

Vivimos en un mundo totalmente polarizado donde, los ricos cada vez son más ricos, los

pobres cada vez más pobres, la política cada vez está más radicalizada, incluso el clima, cada vez

más extremo, alterna devastadoras inundaciones con enormes sequías. Y, cómo no, esta

polarización también se ve reflejada entre los jóvenes. Mientras que, podríamos decir la mayoría

de los jóvenes, forman parte de la generación más formada de la historia, jóvenes comprometidos

con su futuro, dispuestos incluso a cruzar fronteras para hacerse un hueco entre los más

competentes; nos encontramos con otro grupo de jóvenes, cada vez más numeroso, denominados

“Nini” que ni estudian ni trabajan.

Este grupo de jóvenes, los “Nini”, estaría formado por chicas y chicos de entre 16 y 30

años, que no realizan ningún tipo de actividad, ni formativa ni laboral.

Un informe realizado en 2016 por el Observatorio de la Formación Profesional de la

Fundación BCN, data en 17038 el número de chicos de entre 16 y 24 años que ni estudian ni

trabajan en la ciudad de Barcelona. Tal es el nivel de preocupación que el Ayuntamiento de

Barcelona está llevando a cabo algunos proyectos para reconducir a estos jóvenes, de nuevo,

hacia la senda de la formación. Uno de estos proyectos consiste en la apertura de una “escuela

de segunda oportunidad”, en la que se acoge a chicos que abandonaron sus estudios y tienen

dificultades para incorporarse al mundo laboral.


Si analizamos el perfil de estos jóvenes, observamos que existe una gran variabilidad. Por

un lado, hay jóvenes que, debido a una compleja situación familiar, carecen de formación y de

capacidad para promocionarse, encontrándose en riesgo de exclusión social. Por otro lado, están

los jóvenes sobre cualificados que no encuentran un trabajo acorde a su formación. Y, en un

porcentaje menor, estarían los jóvenes desmotivados que no sienten interés por la formación ni

por el trabajo.

Este grupo más minoritario, suele estar formado por jóvenes que, tras fracasar en los

estudios, no saben hacía dónde orientarse. No tienen claro lo que les gusta y han perdido la

confianza en sí mismos y en sus propias capacidades. Acostumbrados durante años al fracaso y a

la censura por parte de la escuela y de los padres, acaban por sentir que no tienen habilidades

para el estudio, y pocas oportunidades para incorporarse al mundo laboral. Muchos padres

quieren dar a sus hijos todo aquello que ellos no tuvieron mostrándose permisivos y protectores.

La inconsistencia de los límites con los que han sido criados estos jóvenes genera que eludan las

responsabilidades y no sean capaces de afrontar las dificultades. Así que, como han crecido

viendo como sus padres les resolvían los problemas incluso antes de que aparecieran, cuando se

encuentran con una dificultad, se bloquean, se paralizan, y postergan sus responsabilidades.

Sienten miedo a fracasar de nuevo, a no ser capaces de conseguir sus objetivos, porque no han

aprendido a gestionar sus necesidades ni a tomar decisiones de forma autónoma.

Por otro lado, en una sociedad en la que se prioriza lo inmediato y lo fácil, en la que todo

se consigue con un clic, los jóvenes tienden a frustrarse cuando no consiguen sus propósito de

forma rápida y sin mucho esfuerzo. Aprende a percibir el trabajo como algo negativo.
A nivel psicológico, los “Nini” suelen ser chicos con problemas de autoestima. Aunque la

imagen que proyectan es la de jóvenes que pasan de todo, que viven acomodados, jugando a la

“play”, saliendo hasta altas horas de la noche y levantándose tarde, suelen ser jóvenes inseguros

que dudan de sus capacidades. Son chicos con dificultades para gestionar la frustración ya que,

generalmente, no están acostumbrados a que se les niegue nada, ni a luchar por nada, todo lo que

han querido lo han tenido, en muchas ocasiones, incluso antes de pedirlo. A todo esto, hay que

añadir las dificultades propias de la etapa vital por la que transitan. La adolescencia es una etapa

complicada y convulsa que cada vez se alarga más en el tiempo, es una etapa en la que los

jóvenes empiezan a cuestionarse y a rechazar todo lo que ha formado parte de sus vidas. Es una

etapa de transición y de transformación, en la que tienen que aprender a desligarse de esa

dependencia hacia sus padres, a su zona de confort y volar. Pero, también, es una etapa de

vértigo ya que, en toda transformación, suelen producirse pérdidas y ganancias. El hacerse adulto

significa ganar en independencia a costa de perder protección. Lo más habitual es que los jóvenes

ya adultos comiencen el camino hacia su propia independencia, pero en el caso de los llamados

“Nini” su falta de seguridad les impide arriesgarse a valerse por sí mismos y prefieren quedarse

en lo conocido, en dónde no necesitan demostrar nada.

¿Qué podemos hacer para prevenir que nuestros jóvenes pierdan su orientación?

Como hemos dicho anteriormente, son jóvenes con problemas de autoestima, muchas

veces, estos problemas de autoestima vendrían derivados del fracaso escolar. Desde el ámbito

educativo, sería necesario ofrecer a estos chicos con dificultades académicas, alternativas más

atractivas y, quizás, más prácticas para que estos jóvenes puedan descubrir su valía. Tal como

defiende Gardner, la inteligencia académica, la obtención de títulos y méritos educativos, es


decir, el expediente académico no es un factor decisivo para conocer la inteligencia de una

persona. Para Gardner, la vida humana requiere del desarrollo de varios tipos de inteligencia y

según él, existen casos claros en los que las personas presentan unas habilidades cognitivas

extremadamente desarrolladas, y otras muy poco desarrolladas. No deberíamos pasar por alto la

definición científica de la inteligencia como la «capacidad de solucionar problemas o elaborar

bienes valiosos».

Por otro lado, es importante educar en valores. La educación en valores no es

simplemente una asignatura concreta que deba impartirse en centros educativos; debe ser

transversal y afectar a la manera de hacer, no solo de todo el profesorado en su conjunto, sino

también al modo en el que actúa toda la institución educativa, los padres, las madres, los tutores

y, en general, la comunidad. Valores como el respeto, la empatía y la igualdad, son

imprescindibles para ordenar las prioridades. El ponerse en el lugar del otro, tanto cognitiva

como emocionalmente, mejora la capacidad para gestionar conflictos y comprender puntos de

vista distintos, lo que amplia y flexibiliza la mentalidad de los jóvenes.

También es importante enseñarles a aceptar y a tolerar la frustración. María Jesús Álava,

psicóloga y autora del libro “El no también ayuda a crecer”, nos muestra los errores básicos

a evitar:

• Intentar ser «colegas» en lugar de padres. Los hijos solo tienen un padre, amigos tienen

muchos.

• Intentar «comprarlos» haciendo de buenos o poniéndonos de su parte durante el conflicto.

• Protegerles en exceso. Hacer que el mundo gire en torno suyo. «Podemos facilitarles el

camino, pero no correrlo con ellos», escenifica Álava.


• Ceder para evitar males mayores y pensar que esto pasará con el tiempo.

• Creer que con el diálogo se arregla cualquier situación.

• Sacrificar constantemente a otros miembros de la familia.

• Cerrar los ojos, negar lo evidente, y pensar que los demás exageran.

• Favorecer el consumismo. «Se empieza por no darle valor a las cosas y se termina por no

darle valor a las personas».

• Creer sus mentiras y caer en sus trampas y trucos.

Tal como reseña una publicación de este medio, según el estudio “¿En qué situación están los

migrantes de en América Latina y el Caribe?”, publicado el pasado mes de julio por el Banco

Interamericano de Desarrollo (BID), en República Dominicana el 36% de los adolescentes

extranjeros son nini, siendo las mujeres (tanto nativas como extranjeras) las que tienen mayor

posibilidad de caer en esta categoría. Lo que no detalló dicho reporta fue la cantidad exacta. De

acuerdo con una reciente investigación de la Oficina Nacional de Estadística (ONE), hay un

numeró exacto. Explican que, entre 15 y 35 años, la suma de ninis es de 628,181 a 2022, de los

cuales, las mujeres representaron el 72.4%.

Si bien la cifra es alta, destacan que, en general, el análisis estadístico-descriptivo evidencia

una ligera reducción de la población nini durante el periodo analizado (2016-2022). “Las

estimaciones muestran una tendencia hacia la baja en el número de jóvenes ninis en el país entre

los años 2016 y 2019, situación que cambió en el año 2020 donde se evidencian las cifras más

altas de jóvenes ninis en la mayoría de los grupos etarios analizados”, cita el informe. No

obstante, en los dos años siguientes se observa un comportamiento hacia la baja, hasta alcanzar

valores inferiores a los del año 2016, que constituyen una disminución de un 14.4% en el grupo
de 15-19 años, del 14.1% en el de 15-24, de un 10.3% en el de 15-29 y de 7.3% en el que alcanza

los 35 años.

Lo anterior indica que, luego de un aumento de ninis evidenciado durante el 2020, muchos

jóvenes desocupados o inactivos(as) y que se encontraban también fuera del sistema educativo

hicieron una transición al mercado laboral, ingresaron a una escuela, colegio o universidad, o

bien a un programa de capacitación técnico vocacional durante el periodo comprendido entre los

años 2021 y 2022. Los datos muestran que, en 2022 la población nini de 15-19 años fue de

119,231, la cual representa el 13.4% de la población joven del mismo en ese rango. Mientras la

cantidad de hombres ninis fue de 54,137, las mujeres llegaron a 65,094, para representar el

45.4% y el 54.6% de la población nini, respectivamente. Asimismo, el año pasado, la población

nini de 15 a 24 años fue de 309,612 y representaron el 17.6% de la población joven dominicana

del mismo rango etario. En ese período, el total de ninis masculinos alcanzó los 111,909 y las

féminas 197,702, para un 35.8% y 63.9% de la población nini, respectivamente. En el programa

Reporte Especial con Julissa Céspedes, que se transmite los domingos por CDN, canal 37, se

hizo un análisis sobre la situación y se detalló que conforme el Banco Mundial el 34% de los

jóvenes dominicanos son ninis. La imagen de estos jóvenes no es para nada positiva pues a los

varones se les considera como vagos, que pierden su tiempo en videojuegos o haciendo coro en

las esquinas, y en el caso de las mujeres se les tilda de chicas que no han terminado su educación

y viven en un hogar pobre.

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