Textos Lectura Crítica 2022 Con Respuestas
Textos Lectura Crítica 2022 Con Respuestas
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1)
A los treinta y un años Rimbaud estaba muerto. Desde la madrugada de sus treinta
y un años Escobar contempló la revelación, parada en el alféizar como un pájaro: a
los treinta y un años Rimbaud estaba muerto. Increíble.
Afuera cantaron los primeros pájaros, se oyó el ruido del primer motor, que es
siempre el de una motocicleta. Es la hora de morir. Sentado sobre el coxis, con la
nuca apoyada en el filo del espaldar de la cama y los ojos mirando el techo sin
molduras, Escobar se esforzó por no pensar en nada. Que el universo lo absorbiera
dulcemente, sin ruido. Que cuando Fina al fin se despertara hallara apenas un
charquito de humedad entre las sábanas revueltas. Pensó que ya nunca más sería
el mismo que se esforzaba ahora por no pensar en nada; pensó que nunca más sería
el 18 Antonio Caballero mismo que ahora pensaba que nunca más sería el mismo.
Pero afuera crecían los ruidos de la vida. Sintió en su bajo vientre una punzada de
advertencia: las ganas de orinar. La vida. Ah, levantarse. Tampoco esta vez
moriremos.
Vio asomar una raja delgada de sol por sobre el filo hirsuto de los cerros, como un
ascua. El sol entero se alzó de un solo golpe, globuloso, rosado oscuro en la neblina,
y más arriba el cielo era ya azul, azul añil, tal vez: ¿cuál es el azul añil? Y más arriba
todavía, de un azul más profundo, tal vez azul cobalto. Como todos los días,
probablemente. Aunque esas no eran horas de despertarse a ver todos los días.
Nada garantizaba que el sol saliera así todos los días. No era posible. Decidió
brindarle un poema, como un acto de fe.
Sol puntual, sol igual, sol fatal lento sol caracol sol de Colombia
Y era un lánguido sol lleno de eles, de día que promete lluvia. Quiso despertar a Fina
para recitarle su poema. Pero ya había pasado el entusiasmo
Quieto en la cama vio el lento ensombrecerse del día, las agrias nubes grises crecer
sobre los cerros, el trazado plomizo de las primeras gotas de la lluvia, pesadas
como piedras. Tal vez hubiera sido preferible estar muerto. No soportar el mismo
día una vez y otra vez, el mismo sol, 19 Sin remedio la misma lluvia, el tedio hasta
los mismos bordes: la vida que va pasando y va volviendo en redondo. Y si se acaba
la vida, faltan las reencarnaciones. El previsible despertar de Fina, el jugo de
naranja, el desayuno.
Preguntas:
64. En el último párrafo el autor señala que el personaje tal vez hubiera preferido
estar muerto, porque está:
A. agobiado por el tedio de los días y la monotonía
B. cansado de los problemas que tiene con su pareja.
c. Cansado de un sinfín de problemas sin solución.
D. Preocupado por haber llegado a la edad en que murió Rimbaud.
66. A partir del contexto en que se encuentra la frase “Vio asomar una raja delgada
de sol por sobre el filo hirsuto de los cerros, como un ascua.” Se puede deducir que
la palabra subrayada significa:
A. moneda de oro.
B. brillo de una brasa.
C. evento desconcertante.
D. rayo de sol.
Porque nuestros hombres y mujeres son libres. Y ustedes los poseedores son
poseídos. Viven todos en una cárcel. Eso veo en los ojos de ustedes…
Preguntas:
Vudú
La esposa del señor Decker acababa de regresar de un viaje a Haití —viaje que
había realizado sola—, para que las cosas se calmasen un poco antes de abordar la
cuestión del divorcio.
De nada sirvió. Ni él ni ella se calmaron en lo más mínimo. En realidad, descubrieron
que todavía se odiaban más cordialmente que antes.
—La mitad —dijo la señora Decker con firmeza—. No me conformaré con nada que
no sea la mitad del capital, más la mitad de los bienes.
—¡No digas sandeces! —rezongó el señor Decker.
—¿Sandeces? Podría quedarme con todo, ¿sabes? Y muy fácilmente, pues mientras
me hallaba en Haití me dediqué a estudiar vudú.
—¡Tonterías! —dijo el señor Decker.
—No lo son. Y tendrías que agradecer que yo sea una mujer de buenos sentimientos,
pues podría matarte muy fácilmente si lo deseara. Entonces me quedaría con todo
el dinero y todos los bienes, sin temor alguno a las consecuencias de mi acción. Una
muerte realizada por medio del vudú no puede distinguirse de una muerte causada
por un ataque al corazón.
—¡Imbecilidades! —exclamó el señor Decker.
—¿Eso crees? Mira, tengo cera y una aguja de sombrero. Dame un mechón de tu
cabello o un trocito de uña, no necesito más, y te lo demostraré.
—¡Falsedades! —dijo el señor Decker, despectivo.
—Entonces, ¿por qué tienes miedo que lo pruebe? —dijo la señora Decker—. Como
yo sé que es efectivo, te voy a hacer una proposición. Si no te mueres, te concederé
el divorcio y no reclamaré absolutamente nada. Si te mueres, toda la fortuna pasará
a mis manos en forma automática.
—¡Trato hecho! —exclamó el señor Decker—. Ve a buscar la cera y la aguja —luego
se miró las uñas—. Las tengo muy cortas. Te daré un mechón de cabellos.
Cuando él regresó con unas hebras de cabello en la tapa de un tubo de aspirina, la
señora Decker ya había comenzado a ablandar la cera. Enseguida pegó los cabellos
sobre ella y la modeló, dándole la tosca apariencia de un ser humano.
—Lo lamentarás —dijo, clavando la aguja en el pecho de la figura de cera.
El señor Decker quedó verdaderamente sorprendido, pero su gozo fue muy
superior. Él no creía en el vudú, pero como era un hombre precavido prefirió no
arriesgarse.
Además, siempre le había irritado que su esposa limpiase con tan poca frecuencia
el cepillo de ella para el cabello.
Preguntas:
58. ¿cuál de los siguientes enunciados NO está implícito en el relato anterior?
A. La señora decker recibió una cucharada de su propia medicina.
B. El señor decker tuvo una relación extramatrimonial.
C. La señora decker es una mujer en ocasiones descuidada.
D. El señor decker es un hombre escéptico.
60. Cuál de las siguientes citas de autores sobre el matrimonio es más compatible
con el cuento anterior
A. es curioso este juego del matrimonio. La mujer tiene siempre las mejores cartas
y siempre pierde la partida.
B. ¿Por qué nos alegramos en las bodas y lloramos en los funerales? Porque no
somos la persona involucrada.
C. La felicidad en el matrimonio depende enteramente de la suerte.
D. Todo hombre sabio ama a la esposa que ha elegido.
El asalto
La casa suntuosa en Leblon está guardada por un mastín de terrible semblante, que
duerme con los ojos abiertos; o quizás no duerma, de tan vigilante que es. Por eso,
la familia vive tranquila, y nunca hubo noticia de asalto a una residencia tan bien
protegida.
Hasta la semana pasada. La noche del jueves, un hombre logró abrir el pesado
portal de hierro y penetrar en el jardín. Iba a hacer lo mismo con la puerta de la casa,
cuando el perro, que astutamente lo había dejado acercarse (para arrancarle toda
la ilusión conquistada), se lanza hacia él y lo acomete en la pierna izquierda. El
ladrón quiso sacar el revólver, pero no hubo ni tiempo para ello. Cayendo al suelo,
bajo las patas del enemigo, le suplicó con los ojos que lo dejase vivir y con la boca
prometió que jamás intentaría asaltar aquella casa. Habló por lo bajo para no
despertar a los residentes, temiendo que la situación pudiera agravarse.
El animal pareció entender la súplica del ladrón y lo dejó salir en un estado
lamentable. En el jardín quedó un trozo de pantalón. Al día siguiente, la criada no
comprendió por qué razón una voz, al teléfono, diciendo que era de Salud Pública,
preguntaba si el perro estaba vacunado. En ese momento, el perro, que estaba al
lado de la doméstica, agitó la cola, afirmativamente.
56. la voz que narra en el texto anterior corresponde
A. Al ladrón que resultó herido.
B. A un narrador ajeno a los hechos.
C. A quién habla a través del teléfono.
D. Al pensamiento del mastín.
57. Considere el siguiente fragmento del texto anterior:
“Al día siguiente, la criada no comprendió por qué razón una voz, al teléfono,
diciendo que era de Salud Pública, preguntaba si el perro estaba vacunado.
En ese momento, el perro, que estaba al lado de la doméstica, agitó la cola,
afirmativamente”.
¿Qué implicación se desprende este fragmento?
A. El ladrón, luego de ser mordido por el perro, contrajo la rabia y acudió a salud
pública.
B. El ladrón, temiendo haberse contagiado, llamó haciéndose pasar por salud
pública.
C. La criada había encontrado el trozo de pantalón.
D. La criada no sabía que el perro estaba vacunado.
¿cuál de las siguientes opciones expresa una idea afín al anterior enunciado?
Jesica Migliavacca va con una amiga en el auto de su amigo Oscar Avendaño. Son
casi la seis de la mañana cuando llegan a la esquina de Belgrano y Lamadrid, en
Olavarría, y por la ventana ven a un tipo con un BMW blanco hablando con el de un
furgón de reparto de una panadería. Parecen intercambiar documentación después
de haber chocado. El que maneja el BMW le dice algo a una de las chicas, quizás a
Jesica, o tal vez a la amiga, no queda claro. Lo que se sabe es que Avendaño,
probablemente molesto por el comentario, baja del auto, saca del baúl una escopeta
12.70 y forcejea con el conductor del BMW. Jesica espera en el auto. De la 12.70
sale un tiro. La bala entra en el ojo derecho de Jesica.
Ese día los medios ilustraron la información con una foto de ella, tomada de su
Facebook. En la imagen se la ve en una situación similar a la del momento de su
muerte: Por la noche, dentro de un auto y con amigos.
En su último cumpleaños, de sus 333 amigos en la red social, sólo once le desearon
feliz cumpleaños.
No sé si hago bien en escribirte por acá, porque soy de los que habla solo o con
ángeles. Uno sos vos. Quiero decirte que es muy fuerte ver tus fotos. No puedo
imaginarme que sos vos. Y también es muy fuerte sentir que estás ahí mirando y
riéndote de todo. Te quiero mucho.
Pero luego Tomás atravesó la frontera checa y se topó con una columna de tanques
soviéticos. Tuvo que detener el coche en un cruce de caminos y esperar media hora
a que pasaran. Un horrible soldado en uniforme negro dirigía el tráfico en el cruce,
como si todas las carreteras checas fueran de su propiedad. “Debe ser así”, repetía
Tomás, pero pronto empezó a dudarlo: ¿de verdad tenía que ser así? Sí, era
insoportable permanecer en Zurich e imaginarse a Teresa viviendo sola en Praga.
¿Pero cuánto tiempo le torturaría la compasión? ¿Toda la vida? ¿O todo un año? ¿O
un mes? ¿O sólo una semana? ¿Cómo podía saberlo? ¿Cómo podía comprobarlo?
34. El texto sugiere que Pelayo y Elisenda atribuyen las fiebres de su niño a la
pestilencia basados en
A. las propiedades de los cangrejos.
B. Las creencias populares.
C. un dogma de fe.
D. una conjetura.
30. Según el texto, ¿en qué lugar la leche ha sido un alimento esencial durante
milenios?
A. En China.
B. En el Líbano.
C. En el sudeste asiático.
D. en el continente americano.
TIBURÓN DE GROENLANDIA
Se cree que hay un tiburón en Groenlandia que nació en 1505. Un estudio publicado
en la revista National Geographic, sostiene que es el vertebrado más longevo de la
Tierra.
Según los especialistas, se puede conocer la edad de este tiburón analizando la
composición de sus ojos. Usando este método, un grupo de investigadores evaluó
a 28 tiburones de Groenlandia y encontró que tenían entre 272 y 512 años. La
esperanza de vida promedio de la especie es de 392 años, pero los investigadores
estimaron que 1 de los tiburones podría tener hasta 515 años.
El tiburón de Groenlandia es una de las criaturas que se alimentan de carne más
grandes del planeta. Su crecimiento es lento: aumenta su tamaño aproximadamente
1 cm por año y puede alcanzar más de 5 m. Cuando el equipo de investigación
encontró un espécimen de 550 cm reconocieron que habían encontrado un tesoro
del Reino animal.
El tiburón de Groenlandia es una especie característica del océano Ártico, aunque
también habitan las regiones del océano Atlántico. “miles de ellos acaban
capturados accidentalmente en el Atlántico norte, por lo que espero que nuestro
estudio sirva para prestar mayor atención a esta especie”, declaró Julius Nielsen,
de la Universidad de Copenhague.
“tendemos a pensar que en general los animales vertebrados viven
aproximadamente tanto como los seres humanos, entre 50 o 100 años “, advierten
los investigadores de un estudio publicado en Science. Sin embargo, hay tiburones
de Groenlandia que probablemente hayan nacido en el siglo 16 o 17. No hay un solo
ser humano vivo anterior al siglo 20.
26. ¿Cuál de los siguientes enunciados cuestiona la idea principal del texto acerca
del tiburón de Groenlandia?
La edad adulta trae consigo la ilusión perniciosa del control, y acaso dependa de
ella. Quiero decir que es ese espejismo de dominio sobre nuestra propia vida lo que
nos permite sentirnos adultos, pues asociamos la adultez con la autonomía, el
soberano derecho a determinar lo que va a sucedernos enseguida. El desengaño
viene más pronto o más tarde, pero viene siempre, no falta a la cita, nunca lo ha
hecho. Cuando llega lo recibimos sin demasiada sorpresa, pues nadie que viva lo
suficiente puede sorprenderse de que su biografía haya sido moldeada por eventos
lejanos, por voluntades ajenas, con poca o ninguna participación de sus propias
decisiones. Esos largos procesos que acabarán por toparse con nuestra vida —a
veces para darle el empujón que necesitaba, a veces para hacer estallar en pedazos
nuestros planes más espléndidos— suelen estar ocultos como corrientes
subterráneas, como meticulosos desplazamientos de las capas tectónicas, y
cuando por fin se da el terremoto invocamos las palabras que hemos aprendido a
usar para tranquilizarnos, ACCIDENTE, CASUALIDAD, a veces DESTINO… Lo
sabemos, lo sabemos bien; y sin embargo siempre da algo de pavor cuando alguien
nos revela esa cadena que nos ha convertido en lo que somos, siempre
desconcierta constatar, cuando es otra persona quien nos trae la revelación, el
poco o ningún control que tenemos sobre nuestra experiencia.
34. De acuerdo con el texto, ¿en qué momento nos damos cuenta del poco control
que tenemos sobre nuestra vida?
A. Cuando la ilusión de control que tienen los adultos se hace patente.
B. Cuando nos damos cuenta de que nuestra vida ha sido moldeada por eventos
ajenos a nuestra voluntad.
C. Cuando nuestros planes más espléndidos triunfan ante eventos inesperados.
D. Cuando otra persona nos muestra cómo nuestra voluntad es responsable de los
procesos que se topan con nuestra vida.
VENDEDOR DE NOMBRES
He visto en una calle tienduchas donde se venden nombres para niños que pronto
llegarán al mundo. Hay que acudir con tiempo suficiente y solicitar la adjudicación.
Se requiere la fecha exacta de la concepción, así como una copia de la ecografía,
pues el sexo del nonato es de suma importancia a la hora de elegir un nombre. El
vendedor toma nota de estos datos y te dice que vuelvas en unos días. Durante este
tiempo preparan el horóscopo del futuro niño y se entregan a la meditación. A veces
el nombre viene fácilmente, dos o tres sonidos que se materializan en la punta de la
lengua fundidos por la saliva en sílabas que la experta mano del maestro convertirá
en signos rojos sobre un papel. Otras veces el nombre se resiste, aparece
desdibujado, un mero contorno; se hace de rogar. Resulta difícil plasmarlo en
palabras. Entonces entran en acción técnicas auxiliares que, sin embargo,
constituyen el secreto de todo vendedor de nombres.
Se los ve por la puerta abierta de sus tienduchas, llenas hasta los topes de papel de
arroz, estatuillas de Buda y textos de plegarias caligrafiadas a mano, apuntando
con un pincel a la hoja de papel durante horas. En ocasiones el nombre cae del cielo
como un borrón, por sorpresa, nítido, perfecto. Ante tal revelación nada se puede
objetar. A veces los padres no quedan nada contentos, hubieran preferido un
nombre amable y lleno de optimismo como Brillo de Luna o Río Benévolo para las
niñas, y para los niños, por ejemplo, El que Siempre Avanza, Impávido o El que Ha
Alcanzado su Objetivo. De nada sirve que el vendedor les explique que Buda en
persona llamó Traba a su propio hijo. Los clientes, descontentos, se van y,
refunfuñando, se dirigen a la competencia.
27. ¿En cuál de los siguientes lugares ocurren los hechos descritos?
A. En una sala de partos.
B. En una plaza de mercado.
C. Entre los templos budistas.
D. Entre tiendas callejeras.
Ambos somos feos. Ni siquiera vulgarmente feos. Ella tiene un pómulo hundido.
Desde los ocho años, cuando le hicieron la operación. Mi asquerosa marca junto a
la boca viene de una quemadura feroz, ocurrida a comienzos de mi adolescencia.
Tampoco puede decirse que tengamos ojos tiernos, esa suerte de faros de
justificación por los que a veces los horribles consiguen arrimarse a la belleza. No,
de ningún modo. Tanto los de ella como los míos son ojos de resentimiento, que
sólo reflejan la poca o ninguna resignación con que enfrentamos nuestro
infortunio. Quizá eso nos haya unido. Tal vez unido no sea la palabra más
apropiada. Me refiero al odio implacable que cada uno de nosotros siente por su
propio rostro.
Nos conocimos a la entrada del cine […]
Durante una hora y cuarenta minutos admiramos las respectivas bellezas del rudo
héroe y la suave heroína. Por lo menos yo he sido siempre capaz de admirar lo
lindo. Mi animadversión la reservo para mi rostro y a veces para Dios. También
para el rostro de otros feos, de otros espantajos. Quizá debería sentir piedad, pero
no puedo. La verdad es que son algo así como espejos. A veces me pregunto qué
suerte habría corrido el mito si Narciso hubiera tenido un pómulo hundido, o el
ácido le hubiera quemado la mejilla, o le faltara media nariz, o tuviera una costura
en la frente.
La esperé a la salida. Caminé unos metros junto a ella, y luego le hablé. Cuando se
detuvo y me miró, tuve la impresión de que vacilaba. La invité a que charláramos
un rato en un café o una confitería. De pronto aceptó.
[…]
Nos sentamos, pedimos dos helados, y ella tuvo coraje (eso también me gustó)
para sacar del bolso su espejito y arreglarse el pelo. Su lindo pelo.
“¿Qué está pensando?”, pregunté.
Ella guardó el espejo y sonrió. El pozo de la mejilla cambió de forma.
“Un lugar común”, dijo. “Tal para cual”.
Hablamos largamente. A la hora y media hubo que pedir dos cafés para justificar
la prolongada permanencia. De pronto me di cuenta de que tanto ella como yo
estábamos hablando con una franqueza tan hiriente que amenazaba traspasar la
sinceridad y convertirse en un casi equivalente de la hipocresía. Decidí tirarme a
fondo.
“Usted se siente excluida del mundo, ¿verdad?”
“Sí”, dijo, todavía mirándome.
“Usted admira a los hermosos, a los normales. Usted quisiera tener un rostro tan
equilibrado como esa muchachita que está a su derecha, a pesar de que usted es
inteligente, y ella, a juzgar por su risa, irremisiblemente estúpida.”
“Sí.”
Por primera vez no pudo sostener mi mirada.
“Yo también quisiera eso. Pero hay una posibilidad, ¿sabe?, de que usted y yo
lleguemos a algo.”
“¿Algo cómo qué?”
“Como querernos, caramba. […]
Un día que el Zorro estaba muy aburrido y hasta cierto punto melancólico y sin
dinero, decidió convertirse en escritor, cosa a la cual se dedicó inmediatamente,
pues odiaba ese tipo de personas que dicen voy a hacer esto o lo otro y nunca lo
hacen. Su primer libro resultó muy bueno, un éxito; todo el mundo lo aplaudió, y
pronto fue traducido (a veces no muy bien) a los más diversos idiomas. El segundo
fue todavía mejor que el primero, y varios profesores norteamericanos de lo más
granado del mundo académico de aquellos remotos días lo comentaron con
entusiasmo y aun escribieron libros sobre los libros que hablaban de los libros del
Zorro. Desde ese momento el Zorro se dio con razón por satisfecho, y pasaron los
años y no publicaba otra cosa. Pero los demás empezaron a murmurar y a repetir
“¿Qué pasa con el Zorro?”, y cuando lo encontraban en los cocteles puntualmente
se le acercaban a decirle “tiene usted que publicar más”.
El Zorro no lo decía, pero pensaba: "En realidad lo que éstos quieren es que yo
publique un libro malo; pero como soy el Zorro, no lo voy a hacer".
Y no lo hizo.
36. A partir del texto se puede concluir que para el zorro NO es recomendable
37. La expresión “como soy el zorro, no lo voy a hacer” tiene un significado afín a
la expresión
A. “como soy veloz, no lo voy a hacer”.
B. “Como soy tramposo, no lo voy a hacer”.
C. “Como soy escurridizo, no lo voy a hacer”.
D. “Como soy astuto, no lo voy a hacer”.
EL FÚTBOL REY
El fútbol es el rey de los juegos. ¿Por qué? En mi opinión, porque nos pone en
contacto -como la danza- con algo de nuestro propio cuerpo que podríamos llamar
la prehistoria de nuestros movimientos. En el fútbol está prohibido -si uno es jugador
de campo, claro está- todo uso de la mano y del brazo. En suma, de los órganos con
los que habitualmente se realizan todos los actos. Con los que si alcanza el mayor
grado de precisión, rendimiento y destreza. No se nos permite usar más que los pies
y las piernas esos -ancestros subdesarrollados, de algún modo, de las manos y los
brazos-. Ahí estamos, pues, devueltos a funciones primitivas, impedidos para hacer
lo que nos sería normal o natural. Forzados a vérnoslas de nuevo con un recuerdo
animal enterrado en alguna parte de sí mismo.
Las extrañas limitaciones de nuestro poder no se terminan ahí. Dos de los 22
jugadores, y solo ellos, están autorizados a utilizar sus manos, y por extensión su
cuerpo entero. Pero esa liberación generosa tiene su precio: serán penalizados. No
tendrán el derecho de ejercer su privilegio más que en un territorio limitado los
otros 20 jugadores, Por su parte, también pueden utilizar las manos, pero solo fuera
del terreno de juego, durante los saques de banda.
29. Al referirse al fútbol como “el rey de los juegos” el autor pretende decir que es
A. El mejor de los deportes.
B. Un deporte muy aristocrático.
C. Un deporte muy difícil de jugar.
D. el más natural de los deportes.