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TESIS DOCTORAL:

DIDÁCTICA DE LA MATEMÁTICA EN LA TRANSFORMACIÓN UNIVERSITARIA


DESDE LA PERSPECTIVA DEL DOCENTE, LUGO, L (2020) UPEL VENEZUELA

La Teoría:

La Exégesis de una Didáctica Matemática Humanista, Aprehensiva, Reflexiva y


Comprometida

La noción de didáctica ha adquirido en la actualidad una mayor vigencia, pues es


considerada por muchos como una ciencia que involucra muchos aspectos de la educación como:
lo teórico, lo práctico, pero también lo técnico y artístico, que pretende guiar los procesos de
enseñanza y de aprendizaje que pueden ocurrir en contextos formales o informales, donde pueda
generarse el conocimiento. Es este sentido, es importante mencionar que en ella están inmersos
dos procesos distintos como lo son la enseñanza y el aprendizaje que le corresponden a
diferentes actores, pero que a su vez son interdependientes y su vinculación es indiscutible.
Ahora bien, a pesar de que nos propongamos enseñar no necesariamente logramos nuestro
cometido, porque existe una diversidad de factores que van desde lo genético hasta lo social,
pasando por lo metodológico y lo afectivo, que pueden incidir en ello.
Es por esto que siendo más específicos si hablamos de la didáctica de la matemática nos
debemos referir a las acciones enfocadas a facilitar y guiar los procesos de la enseñanza y el
aprendizaje de conocimientos, destrezas y habilidades en el área lógico-numérica
correspondientes a dicha disciplina. Asimismo, para nadie es un secreto lo neurálgico que resulta
para muchas personas la matemática, por lo que servir de mediador en este proceso didáctico
representa, de algún modo, una actividad comprometedora para aquellos que nos dedicamos a
facilitarla. Bajo este contexto de la Transformación universitaria, se ha aperturado un nuevo
enfoque que involucra un cambio de paradigma. El mismo propone por medio de un sustento
filosófico y procedimental, las acciones y metodología que sirvan como directrices del este
nuevo modelo.
Así que partiendo de la interpretación de lógica metodológica de la Hermenéutica Filosófica,
se ha logrado la fusión de horizontes entre el informante clave (docente) y la interprete
(investigadora), esto sustentado además en los trece hallazgos que emergieron, que han permitido
alcanzar la comprensión de los significado que posee el docente de matemática de los Programas
Nacionales de Formación del área de ingeniería en el contexto de la Transformación
universitaria. Dicho significado ha contemplado un cambio de paradigma, que no sólo ha
quedado en la mera fundamentación en supuestos que lo sustentan, sino que por medio de la
hermeneusis realizada a los docentes de matemática en el PNF de ingeniería, se comprendió que
existen aspectos que los profesores interpretan y asumen como propias. Con base en esta
construcción de significados se pueden enunciar los siguientes principios:
I) Didáctica Matemática fundamentada en un modelo: los lineamientos en los cuales se
fundamenta la metodología de trabajo se apoya en un enfoque sustentado. A continuación alguna
de sus características:
1.Cambio de Paradigma: se verifica cómo los aspectos que presentan la ejecución del
mismo se diferencian de los modelos tradicionalistas anteriores caracterizados básicamente
por un patrón didáctico fundamentado en una interacción unidireccionales. Este nuevo
enfoque apoya la participación del estudiante como persona activa y participe en el proceso.
Se espera que el conocimiento emerja de él.
2.Apoyado en principios que lo rigen: en este sentido lo que se espera que sea el proceso
tanto formativo como evaluativo se encuentra perfectamente sustentado en los documentos
que marcan las directrices de los PNF así como el al Gaceta Oficial N° 39.893 del 10 de enero
del 2012
II) Didáctica de la Matemática Humanista: Las opiniones y los argumentos expresados por los
docentes de alguna manera apuntan, de forma consciente o inconscientes, a que su labor
académica representa las ideas de la Educación humanista propuesta por Martínez (2004) entre
las que destacan: atención a la persona, desarrollo de las potencialidades humanas, énfasis en las
cualidades humanas, desarrollo de la naturaleza interior, relevancia del área afectiva, relaciones
humanas cálidas, desarrollo del potencial creador, educador como persona y modelo y estudio
riguroso de la educación humanista. Sin embargo, no pretendo ni parafrasear ni contradecir lo
expuesto por el autor, sino simplemente expresar las características que sustentan dicho
enunciado para que el lector se ubique en el contexto.
En base a lo planteado el significado que el profesor de matemática le da a la didáctica es
que su labor académica se caracteriza por:
1. Cercana e Incluyente en la relación con el estudiante: De cercanía con el estudiante
porque la misma debe permitir generar confianza en la participación y en la
comunicación, de manera que esta cercanía permita mantener al educando dentro del
sistema educativo
2. Flexible en la planificación: la planificación debe poder adaptarse a los cambios que en
la cotidianidad se pueden presentar
3. Docente comprensivo y tolerante: el docente no puede ser una figura rígida e
incomprensible, por el contrario debe ser comprensivo y tolerante para entender la
situación que se le pueda presentar al estudiante en determinado momento, pero esta
flexibilidad no debe excederse para llegar a ser demasiado permisivo
4. Adaptabilidad en las estrategias didácticas y evaluación: las estrategias didácticas no
pueden ser estáticas pues dependiendo de las necesidades del grupo se deben poder
cambiar para conseguir alcanzar el logro de los objetivos. En este sentido, el docente ha
de buscar los medios para formarse en el uso de herramientas didácticas adecuados. En
cuanto a la evaluación, está no puede ser inamovible, pues debe considerar el nivel que
posea el grupo, pero también en este proceso se consideran los aspectos cualitativos que
el estudiante manifieste en el desarrollo del curso.
5. Claridad en la finalidad académica: los docentes poseen un nivel de consciencia que
explica la finalidad de su labor académica, manifestando que están contribuyendo para la
formación de los profesionales que requiere el país.
6. Reconocimiento de la humanidad y los derechos del estudiante: en este aspecto el
docente se iguala al estudiante en reconocer que todos somos humanos y padecemos de
igual manera, por ello frente a determinada situaciones debemos ser empáticos y
ponernos en el lugar de ellos. Además considerar que como estudiante y persona posee
derechos que tiene que respetarse.
III) Didáctica de la Matemática con metodología aprehensible: Sin duda el tema de la
metodología que utiliza un docente a la hora de dar clase es muy neurálgico por la diversidad de
enfoques y puntos de vistas que se pueden presentar, más aun si la asignatura que se facilita es
matemática. Sin embargo, en el contexto presentado los profesores mostraron las características
que definen su metodología, las que a continuación se enuncian:
1. Estructuras definidas de las clases: en este sentido el docente de matemática posee
clara la forma como presentará cada tema considerando los momentos de una clase así
como la importancia de la actividad práctica en el proceso
2. Relevancia de la participación y la asistencia: en su dinámica académica estos
aspectos resultan ser importantes ya que de alguna manera permite una
retroalimentación de los saberes en el proceso, es por ellos que algunos hasta lo
consideran dentro de la evaluación sumativa.
3. Notabilidad de la actividad práctica: este aspecto resulta ser relevante sobre todo en
las asignaturas numéricas, ya que la praxis de cierto modo garantiza la aprehensión de
los procesos y procedimientos necesarios para el dominio de la unidad curricular. Es por
ello que la actividad práctica no tan sólo forma parte de la actividad formativa sino que
parte esencial de la actividad evaluativa.
4. Adaptación de las estrategias didácticas: la adecuación de las estrategias tiene como
fin determinar la mejor según el tema o unidad presentada, pero también pretende
considerar la más adecuada según las características del grupo que se tenga.
5. Enfoque interdisciplinar de los contenidos: es este aspecto pretende darle una visión
al estudiante de las aplicaciones de la unidad curricular en otros temas de la misma, así
como en otras disciplinas intentando resaltar la importancia de la misma en la carrera.
Pero también se pueden presentar los usos que pueda tener en la cotidianidad.
IV) Didáctica de la Matemática con Evaluación Reflexiva: las estrategias de evaluación
se puede definir como el plan que contiene las actividades e instrumentos, a seguir para
recolectar las evidencias que permitan verificar que se han logrado los objetivos del
proceso didáctico. Es por ello que el proceso evaluativo es esencial en la dinámica
académica, pues está íntimamente ligado tanto a los procesos de enseñanza como de
aprendizaje. En este sentido, según lo planteado la evaluación se caracteriza por:
1. Considera aspectos cualitativos y cuantitativos: tradicionalmente sólo se
consideraban la evaluación sumativa, es decir lo que el estudiante expresaba en un
examen, sin embargo esto ha evolucionado, pues además de la prueba escrita, que por la
naturaleza propia de la matemática no se puede omitir, también se consideran aspectos
cualitativos, tanto en la formativa como en la sumativa, dándole valor a la participación,
intervención entre otros.
2. Reflexiona sobre los aspectos de la normativa: el docente muestra no estar de acuerdo
con la forma como se están ejecutando los Planes Especiales de Recuperación (PER)
agregando que los lineamientos para su aplicación no están claros o son mal
interpretados, por lo cual a veces no ayudan al estudiante como debería. En tal sentido,
no se niega a su ejecución pero presenta propuestas para optimizar el proceso. Además
de los mencionados planes manifiesta la necesidad de que existan prelaciones porque en
el área de matemática por la naturaleza propia de la interdependencia de contenidos su
ausencia genera un problema.
3. Negociación de los elementos de la planificación evaluativa: aquí se considera la
opinión del estudiante en la selección de la estrategia evaluativa pero también en los
contenidos a evaluar y en la asignación de ponderaciones
4. Inclusión de variedad de estrategias de evaluación: en este sentido considera una
variedad de instrumentos y herramientas que se ajusten tanto a las características de los
temas como a las del estudiante; ya no sólo se refieren a las prueba escrita sino otros
instrumentos como talleres, las intervenciones, la participación, asignaciones, trabajos
grupales, entre otros
5. Nivel de exigencia ajustado a las características de los grupos: No todos los grupos
poseen las mismas características tanto psicológicas, académicas o sociales, en
correspondencia a ello es que las exigencias van enfocadas a las condiciones de cada
grupo.
6. Consideraciones en la corrección: aunque la matemática se ha evaluado desde hace
mucho tiempo bajo el enfoque conductista donde sólo importaba el resultado, bajo este
modelo los docentes le conceden también los procedimientos realizados y el método
empleado, porque el mismo le permite ver el alcance que ha logrado el estudiante con
respecto al logro de saberes.
V) Didáctica de la Matemática con un Docente Comprometido: En el marco de lo planteado
no cabe duda que el docente que trabaja bajo este modelo debe poseer ciertas características, que
lo diferencian del común de los docentes de matemática. Bajo esta premisa y según el estudio
realizado, a continuación se exponen los significados que tiene para el docente realizar su labor
formativa en matemática en el marco de la Transformación universitaria:
1. Empático en la relación con el estudiante: el docente se reconoce en el estudiante,
primero como persona pero también como estudiante, comprendiendo que cada uno
tiene su labor que debe cumplir en una realidad donde presenta dificultades.
2. Comprometido con la actividad académica: se caracteriza por ser un profesional
creativo que busca los medios para cumplir con su tarea formativa, aun cuando las
condiciones no estén dadas, él busca los medios para enfrentar las limitaciones
económicas, la carencia de recursos o las restricciones de espacios pocos adecuados.
3. Satisfecho con su labor formadora: expresa su gusto por enseñar y su satisfacción por
la actividad académica, indistintamente de que haya sido formado como profesional en
el área educativa muestra su vocación de servicio.
4. Apertura a formarse en diferentes áreas: en este sentido indiferentemente que el
docente sea profesional de educación, ingeniero o licenciado, manifiesta su deseo de
capacitarse pedagógicamente, pero también en las áreas de conocimiento que dictan.
Para ello realizan talleres, cursos, diplomados, postgrados que le permitan crecer
académicamente y adquirir los conocimientos necesarios para su tarea educativa.
5. Preocupado por hacer buena labor: el docente se preocupa por dejar una huella
positiva en sus estudiantes por medio del logro de sus objetivos pero también por su
contribución a la formación como personas responsables y con valores que requiere el
país.
En síntesis, se puede afirmar que en el contexto de la Transformación universitaria el
significado que el docente le concede a la unidad curricular de matemática en relación con su
Didáctica es que es fundamentada en un Modelo, Humanista, con Metodología Aprehensible,
con Evaluación Reflexiva y un Docente Comprometido.
Gráfico 21: Representación Visual de la Teoría. Diseño: Lugo, 2019
TESIS DOCTORAL: GESTIÓN ACADÉMICA EN LAS PRÁCTICAS CLÍNICAS. UN
ACERCAMIENTO ONTOHUMANISTA AL PROGRAMA DE MEDICINA DESDE LA
EXPERIENCIA DOCENTE. URBINA, L (2023) UNEFM. VENEZUELA

LA TEORÍA: VISIÓN ONTOHUMANISTA DE LA GESTIÓN ACADÉMICA DE LAS


PRÁCTICAS CLÍNICAS

El fin último de una tesis doctoral es generar una teoría tal y como lo expresa Bunge
(1981), “Una teoría puede definirse como un contexto cerrado respecto de las operaciones
lógicas. En otras palabras, una teoría es un conjunto de proposiciones enlazadas lógicamente
entre sí y que poseen referentes en común” (p.51). De igual Morales (2011) afirma que “el
teorizar es el aspecto resaltante de la investigación ya que es el momento en el cual se realiza el
acto científico, el hacer ciencia y el generar conocimiento” (p. 21). Es decir, solo se puede llegar
a construir una buena teoría mediante el ejercicio de la imaginación creativa, apoyándose en la
información que emergió de los informantes a través del análisis hermenéutico.

En el orden de ideas consecuentes y partiendo de la comprensión de la metódica de


Heidegger (precomprensión, reducción, construcción, destrucción y penetración) con su
Fenomenología Hermenéutica, se llega a la interpretación de las experiencias vividas por el
informante clave que son docentes de prácticas clínicas y el intérprete, esto sustentado además
en los hallazgos emergentes, que han permitido generar un corpus teórico.

Cabe decir que la presente teoría se construye a partir de los significados del ser en su
Dasein, es decir los significados que poseen los docentes de prácticas clínicas con relación con
su gestión académica. A razón de lo cual el constructo teórico se desarrolla por medio de
concepciones y principios que emergieron de la aplicación del método hermenéutico. Es posible
que algunos sean la confirmación de situaciones que empíricamente reconocidas y otras la
innovación de nuevas visiones, sin embargo están respaldadas por un análisis hermenéutico y
contextualizada en el área de medicina de la UNEFM.

La teoría la he denominado visión ontohumanista de la gestión académica de las prácticas


clínicas, la raíz de la palabra Ontohumanista es onto- —del griego antiguo ὄντος significa "ser,
aquello que es"; en cuanto a la palabra humanista que se refiere a que “es seguidor del
humanismo”; mientras que el humanismo “es la doctrina o actitud vital basada en una
concepción integradora de los valores humanos” (DRAE, 2023), entonces lo Ontohumanista se
concibe como lo que se sustenta en los valores humanos. En tal sentido, los conceptos y
características que aquí se generan se fundamentan en lo que emergió de las experiencias vividas
por los informantes y por el investigador en el contexto del área de medicina de la UNEFM, por
lo que se puede afirmar que es ontohumanista.

Comenzaré por presentar dos definiciones básicas para la investigación como los son: la de
Prácticas Clínicas y Gestión académica. Las prácticas clínicas son unidades curriculares
fundamentales en la formación del médico, debido a que en su desarrollo se logran articular los
elementos teóricos y prácticos indispensables para su formación. Esta posee una doble función,
por una parte la formativa y por otra la asistencial.; en la primera ella permite alcanzar las
competencias básicas propias de cada especialidad que se cursa en las micropasantías; mientras
que en la segunda, permite a los estudiantes ayudan en la sanación de los paciente. En este
proceso formativo los estudiantes comienzan el contacto profesional con los pacientes, iniciando
de este modo el desarrollo del tacto requerido para la selección de la información. En la praxis el
pasante debe comenzar a trabajar en el manejo de emociones frente a situaciones complejas que
se le pueden presentar, pero además sirven como motivación y definición de la vocación de
servicio del profesional de la medicina.

La gestión académica es la actividad que permite el desarrollo de las unidades


curriculares del pensum de estudio, esta posee dos componentes, uno pedagógico y otro
administrativo. En el primero el docente acciona, es el encargado de desarrollar la actividad
formativa propiamente dicha, por medio de la selección de las estrategias didácticas y
evaluativas necesarias para lograr los objetivos en el aula, sala o servicio donde se desarrolle el
proceso. En el componente administrativo, es entonces aquel donde el docente es el responsable
de la planeación del proceso anterior, es decir diseña y planifica las actividades que permitan la
ejecución de la práctica, considerando elementos como el tiempo, recursos, evaluación entre
otros.

Es importante mencionar que en el desarrollo de la gestión académica de las prácticas


clínicas existen unos elementos que pueden garantizar el apropiado desarrollo, estos dependen
de los estudiantes, los docentes y el sistema. En relación con los estudiantes hay elementos que
deben estar presentes al momento de cursar unidad curricular, a continuación se enumeran:

1) Teóricamente, poseer conocimientos básicos sólidos de cada área o especialidad que le


corresponda, dado que estos son el punto de partida para conseguir el éxito académico.
2) Axiológicamente, desarrollar valores como la responsabilidad, respeto y compromiso
que caracterizan el médico y que se deben demostrar en los encuentros.
3) Desarrollar habilidades comunicativas que le permitan obtener la información del
paciente de la patología que enfrenta.
4) Apertura vocacional, estar consciente que en el curso de esta se pueden reforzar y
definir las inclinaciones y habilidades por alguna especialidad médica.

El docente de prácticas clínicas posee ciertas características que permite el desarrollo de la


actividad académica:

1) Planificador, debe elaborar una planificación en cada encuentro considerando los casos
que tiene presente en el servicio y las exigencias del programa.
2) Comprometido con el crecimiento profesional, así estar dispuesto a aprender incluso en
el área de la docencia.
3) Formación pedagógica, poseer la formación que le permita el manejo de estrategias
didácticas en el desarrollo de su actividad docente.
4) Flexibilidad en las funciones que posee al desarrollar la práctica, sea de docente,
médico o asistencial. Dado que en algún momento puede transitar por cualquiera de
estos roles según sea la necesidad que emerja.
5) Manejo de normas de convivencia con los estudiantes y que deben estar claras desde el
inicio, donde se resalten aquellos valores que se consideren imperativo para la
formación.
6) Presentar un contrato académico y evaluativo debe ser elaborado en concordancia con
los propósitos del programa curricular. Este debe ser conocido y estar claro para los
estudiantes.
7) Relacionar los casos clínicos presentes en el centro asistencial de formación para
vincularlos con los las exigencias del curriculum.
8) La relación con los estudiantes debe estar basada en el respeto y compromiso.
9) Determinar las estrategias didácticas propias y adecuadas para cada actividad.
10) Estudiar las técnicas de evaluaciones oportunas y específicas para cada contenido
temático.

El proceso didáctico que defina las prácticas clínicas debe ser participativo, integral,
continuo, exigente y evaluado. En este sentido debe propiciar la participación del estudiante al
proceso como un ente activo; las prácticas deben realizarse en el tiempo planificado para el
aprovechamiento del mismo, de igual forma debe tener un nivel de exigencia acorde con la
responsabilidad que posee el médico. Por último las estrategias de evaluación deben ser claras
pero además integrales que permitan la adquisición de conocimientos habilidades y
competencias requeridas por el profesional en formación.

En relación los requerimientos que la institución o ministerio, es decir la alta gerencia,


debe brindar para optimizar la gestión académica y lograr la adecuada formación de cada uno de
los estudiantes:

1) Proveer de los recursos didácticos necesarios para el desarrollo de cada actividad.


2) Cada centro debe poseer los equipos técnicos y tecnológicos que permitan cumplir con
los objetivos programados.
3) Control y distribución de la población de estudiantes en secciones con un número
adecuado de participantes que facilite la aprehensión del conocimiento y ejecución de
actividades prácticas.
4) Revisión curricular periódica que permita revisar los contenidos pero también la forma
de evaluación.
5) Brindar la infraestructura adecuada en los centros de asistencia donde se realizan las
prácticas acorde con las necesidades académicas.
6) Gestionar los recursos financieros necesarios tanto para la dotación de materiales y
equipos como para el pago digno de sueldos y salarios.
TESIS DOCTORAL: LA SEGURIDAD Y SALUD LABORAL EN LOS AMBIENTES
UNIVERSITARIOS DESDE LAS EXPERIENCIAS VIVIDAS DE LOS
TRABAJADORES. GÓMEZ, JOSÉ, 2023. UNEFM. VENEZUELA

Teorización

En una tesis doctoral el fin último es generar una teoría sustancial ligada a un campo de conocimiento,

así lo deja de manifiesto Bunge (1981) cuando expresa que “una teoría puede definirse como un contexto

cerrado respecto de las operaciones lógicas. En otras palabras, una teoría es un conjunto de proposiciones

enlazadas lógicamente entre sí y que poseen referentes en común” (p.51). Al respecto Morales (2011)

afirma que “el teorizar es el aspecto resaltante de la investigación dado a que es el momento donde se

realiza el acto científico, el hacer ciencia y el generar conocimiento” (p.21). Los autores plantean que la

construcción del cuerpo teórico debe estar sustentada en la lógica de las teorías de entrada vinculada con

la información suministrada, además juegan un papel fundamental los estados de conciencia que emergen
a través del análisis hermenéutico, donde incide la creatividad e imaginación del intérprete y el

investigador (Payares 2019).

En el contexto de lo planteado el proceso indagatorio del trabajo aquí presentado, donde fue posible

adentrarme en la realidad yacente de los ambientes laborales universitarios, supuso un compromiso poder

comprender lo allí manifestado, sin embargo al ser una teoría sustantiva la que emerge del ella, devela el

significado de la seguridad y salud ocupacional en estos escenarios, desde el ser del trabajador

universitario, atendiendo a la experiencia vivida por ellos, reflejada desde sus pensamientos,

percepciones, opiniones y juicio particular. En este sentido, el constructo teórico que ha surgido en este

contexto, se conforma por un conjunto de elementos producto de la investigación, sustentada en un hilo

conductor teórico y por la lógica metodológica Heideggeriana, pero además considerando la

horizontalidad de la data proporcionada por los informantes en la exégesis que en mi rol de intérprete,

permitió el establecimiento de un cuerpo teórico fundamentado como parte del producto científico en este

estudio.

En efecto, esta fundamentación representa un modelo sustentado en planteamientos de conceptos,

relaciones y principios teóricos, que desde un enfoque argumentativo viene a realizar una propuesta que

permita ampliar el espectro del conocimiento , amparado en una sindéresis acuciosa y profunda de lo que

representa el sensible campo de la seguridad y salud ocupacional, como disciplina indefectible y necesaria

para los ambientes laborales de las organizaciones, en perfecto estado síncrono con la exposición de la

realidad manifestada en este trabajo de investigación, para lo cual se hace necesario realzar la importancia

del establecimiento de los lineamientos de esta disciplina, como medio para proteger tanto la integridad

física, como la psicológica y emocional del trabajador, y al mismo tiempo elevar el desempeño global de

las organizaciones.

En este mismo contexto, los preceptos teóricos aquí establecidos, además de ser una sustentación

explicativa formada por constructos e ideas inherente a la acción disciplinar de la seguridad y salud

ocupacional, basada en la realidad manifestada en los ambientes laborales universitarios, representa por
otra parte, una fuente epistémica de gran alcance para el interés académico-científico y la gestión

organizacional, relativo al estudio de la protección del hombre (como especie) en su quehacer laboral.

Es propicio mencionar que Martínez (2009) presenta la teoría como es una construcción mental

simbólica, verbal o representacional, de naturaleza conjetural o hipotética, que impulsa a pensar de un

mundo nuevo, esta postura es complementada por Payares (2019) cuando expresa que en el proceso de

generación de teoría pueden resultar: postulados, supuestos, principios, esquemas conceptuales, modelos,

procedimientos o procesos, acciones, propósitos u objetivos.

En virtud de lo antes señalado, el modelo teórico aquí presentado, lo constituye, como ya se ha

mencionado, un marco conceptual interrelacionado y cinco principios fundamentales, formando así un

cuerpo de teorías emergentes de carácter axiológico, sostenido en los juicios y proposiciones para la

seguridad y salud ocupacional en las entidades universitarias, donde se entretejen aspectos técnicos,

normativos y legales de esta disciplina y las consideraciones humanas devenidas de la experiencia vivida

y conciencia reflexiva de los trabajadores universitarios.

A continuación se amplía el espectro argumentativo que constituye el modelo teórico titulado:

Transverzalizacion de la seguridad y salud ocupacional en las entidades universitarias. Un enfoque

emergente para los ambientes laborales universitarios”:

Comenzare presentando el marco conceptual de interrelaciones, construido a partir la exegesis

realizada a partir de lo manifestado en la presente investigación, con el fin realizar un ejercicio

comprensivo del leguaje que se conjuga a lo largo de todo el modelo teórico. El mismo, va más allá de

definir conceptualmente la esencia del leguaje que está presente en la temática, persigue además, ubicar el

contexto y los aspectos ligados, funcionalidad, caracterización y un esfuerzo por destacar su relevancia.

Por otro lado este marco nos lleva a un estado de comprensión de los principios fundamentales que se

proponen, y actúan en simbiosis sustancial del modelo teórico que ha emergido. Entre los aspectos a

definir en este marco conceptual se tienen: Ambientes laborales universitarios, contextos adversos,

corresponsabilidad en la acción preventiva, política de seguridad y salud ocupacional intra-universitaria y

cultura preventiva universitaria.


Marco Conceptual de Relaciones.

 Ambientes Laborales Universitarios.

Al hacer referencia a los ambientes laborales, se considera todos los elementos que envuelve la acción

del trabajo, las interacciones dadas entre el individuo trabajador, con los medios utilizados para adelantar

sus actividades y los objetos destinados a ser modificados o transformados a través de dichos medios. Así

mismo los ambientes laborales están constituidos sobre un tejido de acciones e interacciones sociales,

necesarias también para dar cumplimiento a los objetivos laborales.

Ahora bien, los ambientes laborales universitarios, comprenden explícitamente la definición de

ambientes laborales ya mencionado, con la particularidad de que se lleva a cabo en el contexto

universitario. Para comprender mejor esto debo referirme a lo expuesto en el artículo 7 párrafo 2 de la ley

de universidades promulgada en el año 1970 donde se define al recinto universitario como “el espacio

precisamente delimitado y previamente destinado a la realización de funciones docentes, de investigación,

académicas, de extensión o administrativas, propias de la institución” es decir la acción del trabajo en los

ambientes laborales universitarios está circunscrita o relacionada a estos grupos funcionales de trabajo.

Cada grupo funcional establecida en la mencionada ley se da en un espacio y condiciones dispuestas

para tal fin, para lo cual se requiere una fuerza de trabajo determinada. La función docente, por ejemplo,

se materializa de diversas formas, el aula de clases es ambiente laboral tradicional como lugar de trabajo

para el docente, sin embargo la función docente no solo es se limita al aula de clases, las asesorías,

consultas y orientaciones, que forman parte de la función docente, no necesariamente se dan en el aula de

clase, en ocasiones en espacios comunes dentro de la universidad. Las demostraciones prácticas en

campo o en espacios exteriores a fuera del recinto universitario es también parte de la función docente,

sin dejar de lado tareas de planificación y evaluación de los aprendizajes, que en la mayoría de los casos

los lleva acabo, igualmente, fuera de los espacios físicos universitarios.

Debo destacar que el acto docente también corresponde a los adelantados en los ambientes como

laboratorios y talleres, donde el docente hace demostraciones prácticas derivados de la fundamentación

teórica que se expone en el proceso enseñanza-aprendizaje en las diversas modalidades, es decir que la
acción docente en talleres y laboratorios requiere de la interacción con equipos, materiales e insumos en

un ambiente con características propias de estas actividades.

En este mismo orden de ideas, debo añadir que en la actualidad, el acto de la enseñanza se ha visto

enriquecida por la evolución de las tecnologías de la información y comunicación (Tic’s) y la aparición

de los ambientes virtuales, todas estas plataformas tecnológicas han hecho que la función docente o el

propio acto de la enseñanza se lleve a cabo de manera remota, apoyada en con todos los recursos

didácticos digitales disponibles, de manera que ya el acto de la enseñanza-aprendizaje no se da,

necesariamente, en un aula física del recinto universitario.

Por otro lado hay se hace necesario destacar, que muchos docentes universitarios puede tener

funciones diversas, es decir desempeñan las actividades propias de la docencia, y al mismo tiempo tienen

funciones administrativas como responsables de una unidad orgánica de la institución, llevada a cabo en

ambientes laborales tales como oficinas. De igual modo el docente puede realizar tareas como

investigador, o apoyo en investigaciones en centros de investigación o ambientes para este fin. Puede

desempeñarse además en la academia como conferencista, articulista, ensayista; y participar en

actividades de extensión para poner a la disposición los conocimientos y la investigación en los distintos

ámbitos de la sociedad.

Asimismo, esta ley al referirse a la función administrativa universitaria, supone una connotación

amplia, y está referido al manejo de los recursos inherentes al funcionamiento de las entidades

universitarias, para lo cual esta dispuestas las distintas unidades, entre ellas las encargadas de administrar

el talento humano, los recursos financieros, el mantenimiento de infraestructura y servicios, entre otros.

Para ello se requiere de trabajadores para desempeñar tareas, por un lado, en las dependencias de

naturaleza administrativas, y por otro lado, aquellos trabajadores destinados a las labores de

mantenimiento, pudiendo ser aquellas de carácter técnico o también de labores elementales como

aseadores, jardineros entre otros. Así entonces puede reconocerse que los ambientes laborales para estos

trabajadores, varían desde oficinas, archivos, bibliotecas, centros de procesamiento de información,

pasando por ambientes como depósitos, almacenes, talleres de servicios, centro de reproducción, lugares
abiertos como pasillos, jardines y cualquier ambiente universitarios que requiera una función de apoyo

para el buen funcionamiento de los recintos universitarios.

De este modo, mostrada la dinámica laboral y los distintos matices funcionales establecidos en la ley,

podemos definir a los ambientes laborales universitarios, como aquellos espacios destinados a la función

laboral intra-univesritaria, donde los trabajadores interactúan con medios y objetos de trabajo utilizados

para llevar a cabo sus actividades, con el fin de colaborar en el esfuerzo para cumplir los objetivos

trazados desde la institución.

Por otro lado, las actividades adelantadas en los ambientes laborales universitarios, suponen una

exposición de los trabajadores en el ejercicio de sus funciones, determinada por las características de los

objetos y medios de trabajo, las condiciones del entorno laboral y su comportamiento en el cumplimiento

de su tarea. De aquí entonces que las situaciones sobrevenidas por las condiciones generales del ambiente

laboral, que predisponga a un estado de vulnerabilidad al trabajador ante accidentes o enfermedades

ocupacionales, puede denominarse como un contexto adverso.

 Contextos Laborales Adversos.

Los ambientes laborales universitarios son espacios donde se llevan a cabo una diversidad de

actividades, por lo tanto su naturaleza también son variadas, concentradas principalmente en las áreas

administrativas, laboratorios, talleres y en las tareas mantenimiento y logística interna.

De este modo, cuando se realizan análisis de los distintos puestos de trabajos, emergen factores que

predisponen a la degradación de la salud con el progreso del tiempo, en ocasiones esto pasa desapercibido

por las rutinas. También pueden esconderse factores, donde se combinen situaciones irregulares, que

puedan derivar, en cualquier momento, en un evento no deseado, que atente, tanto a la integridad del

trabajador, como a los activos materiales de la institución. La aparición de estos factores guarda estrecha

relación con la esencia y la naturaleza del mismo trabajo, e ineludiblemente va a estar latente la

posibilidad de manifestarse situaciones adversas que propicie la degradación de la salud del trabajador,

unos relacionados con aspectos ergonómicos, derivado de posturas en el sitio de trabajo, el prolongado
tiempo en ello, la iluminación del espacio, la ventilación del entorno, o una elevada carga laboral entre

otros.

Por otro lado está la manifestación de los factores físicos; el trabajador se sumerge en una dinámica en

la que interactúa con medios físicos que forma parte del ambiente laboral, en ocasiones una incorrecta

manipulación, o una acción inconsciente, puede desencadenar eventos no deseados. Son variadas las

razones que por factores físicos se torna adversidades, entre otras, la disposición incorrecta de

mobiliarios, falta de orden, inadecuada configuración del ambiente de trabajo; estando siempre latentes

sin tomarse previsiones.

Otros de los factores que constituyen adversidades en los ambientes laborales, son los de orden

psicosociales, vinculados a las excesivas responsabilidades que en muchos casos sostienen trabajadores,

relaciones conflictivas con otros trabajadores, apatía, o disconformidad laboral; de igual modo los

factores psicosociales está vinculada con situaciones externas que este experimentando el trabajadores en

el plano familiar o cualquier otra situación fuera de su trabajo, generando alteraciones psicológicas y

emocionales que lo lleve a un estado de perturbación, reflejándose en su desempeño laboral y con ello

quede expuesto a situaciones que comprometan su integridad o la de su grupo de trabajo.

De este modo, a las situaciones alejadas de la armonía entre los elementos que forman parte del

ambiente laboral y los trabajadores, que predisponga la degradación de su salud, se le denomina contextos

laborales adversos. Los contextos laborales adversos se manifiestan en presencia de uno o varios factores

de los antes mencionados, unos percibidos con claridad, otros en sigilosa latencia, haciéndose poco

notorio a la percepción en los ambientes laborales, pero con elevado potencial de daño.

Los contextos adversos en los ambientes de laborales, deben ser constantemente vigilados y

controlados; asimismo el trabajador, en un acto de responsabilidad consigo mismo, debe hacer

conciencia y reflexión sobre su entorno de trabajo y así poder notar la presencia de estos factores, tomar

medidas de autoprotección, desarrollar actitudes proactivas y colaborar en la disminución de dichos

contextos de adversidades en el ambiente laboral.


En los ambientes laborales universitarios están presentes, unos con mayor incidencia de peligrosidad y

riesgos que en otros, depende de la naturaleza laboral, pero ninguno debe ser subestimado, como ya se me

he referido, el acto consciente es la primera acción para afrontar los contextos de adversidades, cuando

estos contextos tienden agudizarse por factores ajenos al trabajador, dado a situaciones de orden

económico, o desatención por parte de los responsables, la conciencia de autoprotección cobra mayor

relevancia, la actitud, la coherencia y el sentido común y racional serán sus mejores aliados.

Asimismo la consideración de los principios de la seguridad y salud laboral para contrarrestar los

efectos que pudiera ocasionar los contextos laborales adversos, son en sí misma la opción más

conveniente, considerando que el abordaje desde esta disciplina es multidisciplinario, enfoca los distintos

matices de la realidad laboral, intenta desde los principios normativos y las herramientas de las múltiples

disciplinas involucradas en este quehacer disciplinar, suprimir o controlar la manifestación de factores

que constituyen el contexto laboral adverso, hasta llevarla a una realidad más favorable para el trabajador,

procurando concebir un ambiente laboral adecuado para el ejercicio laboral adecuado.

 Corresponsabilidad en la Acción Preventiva.

Es preciso destacar que la formulación y aplicación de los principios de la seguridad y salud

ocupacional para los ambientes laborales universitarios, no es por si solo una acción que contribuya de

manera efectiva en la materialización de un ambiente laboral saludable, es necesario además, que prive el

pensamiento del trabajador la corresponsabilidad en la acción preventiva, muy ligado a la conciencia

preventiva, pero con un papel determinado por el compromiso ante el cumplimiento de los objetivos

trazados desde la política de seguridad y salud ocupacional intra-universitaria, y una actitud flameante y

decidida en respetar y hacer respetar los preceptos, procedimientos, normas y mecanismos propuestos

desde este campo disciplinar.

Es por eso que el trabajador asume un rol fundamental, tanto en la concepción de la política preventiva

de la institución, como en su ejecución; es decir su posición debe ser activa, congruente con la política y

responsable en la obtención de resultados. Aunque la política está orientada hacia el ser del trabajador,

esto no lo exime de su corresponsabilidad en materia de prevención laboral, dado al completo dominio y


conocimiento en su área de trabajo; esto lo acredita como fuente confiable de información para asentar las

bases normativas de la política de seguridad y protección.

De manera similar, el trabajador guarda corresponsabilidad en la prevención, durante el proceso de

maduración de la política de protección y prevención en la institución; es un actor vigilante para la

detección de desviaciones e irregularidades que se manifiesten a lo largo del tiempo. Su actitud proactiva

lo habilita para realizar recomendaciones desde la experiencia y el conocimiento, y con ello hacer aportes

en la consecución de los planes y programas en esta materia.

Con base en estos planteamientos, la corresponsabilidad en la acción preventiva, se define como la

posición de compromiso que asume el trabajador, orientado por su conciencia preventiva, ante el proceso

de materialización de la seguridad y salud ocupacional en la institución, que lo hace centro de la política

preventiva, y a su vez parte del proceso para la concreción de dicha política.

De este modo es importante destacar, que no es posible concebir una política de seguridad y salud

ocupacional satisfactoria en los ambientes laborales universitarios, sin la corresponsabilidad en la acción

preventiva por parte del trabajador, vale decir, permitirle al trabajador comprender que su actitud,

colaboración y estar involucrado el proceso, es valioso y necesario, en tanto que la actitud pasiva e inerte

ante un proceso de implantación de la política de prevención será infructuoso y sin posibilidad de

resultados positivos. Para involucrarlo, no solo considerándolo como fuente de información ante la

necesidad de colectar datos, sino también haciéndolo participe en la toma de decisiones, consultarlo sobre

algún aspecto de trascendencia e informarle permanentemente de lo que esté ocurriendo en la

implantación y maduración de la política.

De esta manera, la corresponsabilidad en la acción preventiva, hace al trabajador, más allá de un actor

comprometido y consciente en el cumplimiento de lo que se establece en la política preventiva, en un ser

capaz de apropiarse de manera activa, del conocimiento condensado en la materialización de la política

preventiva, que asimile cognoscitivamente el conocimiento, y con ello poder interpretar todo el

andamiaje de dicha política, desde una perspectiva global, de tal manera que esté facultado para que la
pueda defender con criterio y juicio ante cualquier intento de modificación o reestructuración que

desmejore desde el punto de vista preventivo y de seguridad.

 Política de Seguridad y Salud Ocupacional Intra-Universitaria.

El conjunto de planes, programas, lineamientos procedimientos y normativas, destinadas a proteger al

trabajador en el interior de los ambientes laborales universitarios, donde los actores involucrados asuman

con criterio, razón, compromiso, y un alto sentido de humanidad y respeto a la vida, y con ello procurar la

obtención de resultados satisfactorios para la institución universitaria; es lo que aquí se define como la

política de seguridad y salud ocupacional intra-universitaria.

Para ganar una política efectiva en esta materia, orientada a las instituciones universitarias, debe

concebirse sobre la base de dos elementos fundamentales: En primer lugar, una visión estratégica desde

las esferas gerenciales de las instituciones universitarias, partiendo de la consolidación de equipos de

trabajo bajo liderazgos efectivos en la primera línea de los ambientes laborales, donde se condensen las

ideas para dar vida a los planes, programas y lineamientos.

De igual modo desde las instancias gerenciales se debe emprender esfuerzos en la formulación de

estrategias destinadas a la gestión de los recursos necesarios para materializar la política, para lo cual se

debe tomar en consideración el establecimiento de prioridades, la elaboración de un presupuesto y un

cronograma de trabajo. En segundo orden, la participación activa y consecuente del trabajador

universitario, en la concepción, ejecución y actualización de dichos planes. Esto le permitirá al trabajador

elevar su espíritu de trabajo, la conciencia preventiva, y lograr una identidad institucional que los lleve,

no solo al compromiso con la materialización de la política, sino más allá de eso, me refiero a su

apropiación y defensa.

La política de seguridad y salud ocupacional intra-universitaria, debe modelarse además, adaptada a lo

establecido a la normativa legal vigente, donde se establece que las políticas de seguridad y salud

ocupacional en los establecimientos de trabajo, debe orientar sus acciones de trabajo en dos áreas

específicas; por un lado las adecuación de los ambientes de trabajos, es decir procurar sitios de trabajos,

seguros, ergonómicos, higiénicos, aptos para el ejercicio de las facultades físicas e intelectuales y el
trabajo productivo, con procedimientos documentados y la fuerza laboral capacitada y entrenada en

materia preventiva.

Por otra parte, de acuerdo a la legislación, la política debe vigilar la salud del trabajador, el

comportamiento de la morbilidad y atender las afecciones de salud a causa del trabajo; todo esto bajo la

conducción de un servicio de salud disponible en las organizaciones; aspecto que entra sin ningún

problema en la definición de la política de seguridad y salud ocupacional intra-universitaria.

En lo referido al manejo de las emergencias y contingencias, la política de seguridad y salud

ocupacional intra-universitaria, debe incluir en sus lineamientos, el diseño de planes de emergencia que

contenga la constitución de brigadas especiales de respuesta, para atender situaciones de evacuación de

personal, rescate, atención pre-hospitalaria, combate de incendios, simulación de eventos e investigación

de accidentes en las instalaciones universitarias.

En relación a los lineamientos para el fortalecimiento de la salud psicológica y emocional del

trabajador universitario, la política de seguridad y salud ocupacional intra-universitaria sostiene dentro del

alcance de su definición, la concepción de programas de esparcimiento y aprovechamientos del tiempo

libre, que estará vinculado al desarrollo de actividades de carácter deportivo, cultural, turístico, desarrollo

personal, orientación psicológica y emocional.

En este orden de ideas, es preciso destacar que la política en materia mencionada, debe ser divulgada

en todos los ambientes laborales de la institución, con el fin de promover su cumplimiento, dejar claro los

beneficios para los trabajadores y la institución, señalar la importancia de cumplir y hacer cumplir lo allí

establecido e involucrarse y familiarizarse con ella, de tal manera que se aspire en el mediano y largo

plazo construir una cultura preventiva en las instancias universitarias.

 La Cultura Preventiva Universitaria.

La cultura preventiva universitaria está referida al cúmulo de valores, creencias, costumbres, saberes y

comportamientos en torno al cuidado de la salud y la preservación de la integridad, encontrándose

arraigado en el ser del trabajador dentro de los ambientes laborales universitarios. Este enfoque se
caracteriza por ser común entre toda la fuerza trabajadora universitaria, quienes asumen conductas

proactivas con un elevado estado de conciencia y corresponsabilidad en el bienestar social institucional.

Fomentar la construcción de una cultura preventiva universitaria debe ser el fin esencial al que se

aspire con la política de seguridad y salud ocupacional intra-universitaria. La seguridad y salud

ocupacional es una disciplina que por su carácter normativo, puede generar inconformidades en algunos

trabajadores, esto se debe a la poca familiarización y conocimiento que en ocasiones los trabajadores

sostienen con sus principios; la propia disciplina proporciona entre sus prácticas, procesos de formación y

capacitación dirigidos tanto al desarrollo de destrezas y habilidades para realizar el trabajo de forma

segura, como el de fomentar la conciencia del trabajador, a través de la motivación, ejemplificación,

orientaciones y toda herramienta que promueva la conciencia individual y colectiva en las organizaciones.

La cultura preventiva universitaria es llevar la práctica los principios de la seguridad y salud

ocupacional a la cotidianidad del trabajo, es decir, el cumplimiento de los lineamientos obedezca más allá

de la normas, a un acto conciencia por parte del trabajador, que por medio del discernimiento reconozca

el valor de la preservación de su salud, la de sus compañeros y la protección de los bienes institucionales.

De este modo, entender que la necesidad de protegerse en todo momento en los ambientes laborales

universitarios no constituye un estado paranoico, es más bien un estado de alerta latente en la conciencia

del trabajador universitario, combinado con el conocimiento y las destrezas para realizar el trabajo de una

forma segura; dicho estado de alerta le permitirá, además, identificar los contextos adversos presentados y

la forma de actuar ante ellos. La cultura preventiva implica también sostener un comportamiento

adecuado en cualquier lugar de las instalaciones universitarias donde se encuentre.

Otros de los rasgos que debe caracterizar la existencia de una cultura preventiva en la población

trabajadora de una entidad universitaria, se da cuando esta sea capaz de reconocer una situación de

inminente peligro en la que se encuentre envuelto otro trabajador y este actúe, conforme a los protocolos

establecidos por la política de seguridad y salud ocupacional, para intentar proteger la vida y el bienestar

de la institución.
Asimismo, la sinergia y el esfuerzo colectivo debe ser parte de la cultura preventiva universitaria. Así

por ejemplo, ante eventualidades de dificultad manifestados en la institución, que atente contra el

bienestar de sus trabajadores o de sus bienes, se requerirá de un trabajo en equipo, coordinado y plagado

de estrategias, técnicas o procedimientos acordes para hacerle frente a la situación.

Por otro lado, la cultura preventiva universitaria debe reflejarse en la visión que sostengan las

instancias gerenciales, por lo tanto de sus esfuerzos dependerá mucho llegar a consolidar dicha cultura.

Los responsables gerenciales deben fijar su mirada en el horizonte donde puedan proyectar la cultura que

anhelen para la institución; por lo tanto es en la formulación de los planes y programas donde se trazara

la ruta que conduce a la construcción de la cultura preventiva universitaria, en tal sentido, la orientación

de los esfuerzos estarán ganados a lograr la disposición de los recursos necesarios.

La concepción de una cultura preventiva universitaria debe descansar sobre tres pilares fundamentales;

el primero, respeto por la vida y por la dignidad humana, para lograr un enfoque integral hacia el valor

del ser en la figura de trabajador universitario y su papel trascendental en la institución. El segundo, el

respeto a la institución universitaria, a su esencia y su función dentro de la sociedad, reconociéndola

como un recinto especial donde se lleva a cabo el acto del laboral que dignifica al trabajador universitario,

y por último, la formación y capacitación continua y sostenida, base para forjar trabajadores

universitarios con elevados estados de conciencia, comprometidos con la acción preventiva, y proactivo

en todas las iniciativas de mejoramiento en la institución.

Debo señalar con mucho énfasis, que la construcción de la cultura preventiva universitaria requiere un

esfuerzo significativo de todos los actores de la institución; por otro lado, demanda tiempo para lograr la

madures de la política de seguridad y salud ocupacional, en el que se harán los ajustes y correctivos

necesarios, y lleven a dichos actores a conductas ejemplares, que será la evidenciara genuina de la

existencia de dicha cultura preventiva universitaria, puesto que la cultura preventiva no está asentada

tácitamente en un documento, únicamente está dispuesta como esencia en los objetivos de la política, pero

solo podrá ser visualizada, en los actitudes, comportamientos, pensamientos y enfoques de la población
trabajadora respecto la preservación de la integridad, y en los resultados asentados en las evaluaciones y

desempeño de la política de seguridad y salud ocupacional.

Principios Fundamentales.

Estos principios constituyen el eje fundamental del modelo teórico, sus postulados dan cuentan de los

elementos medulares de los que será imprescindible en la concepción exitosa de la seguridad y salud

ocupacional en los ambientes laborales universitarios, ellos han surgido de lo manifestado en la

investigación; describen la funcionalidad, características, esencia y contribuciones en la evolución de los

ambientes de trabajo, su abordaje se realiza con una visión integral, donde se ahonda en aspectos poco

considerados en la práctica tradicional de este campo disciplinar, como el desarrollo de la conciencia en

el trabajo y la participación activa del trabajador universitario en la materialización de la política

preventiva.

Así entonces se procede a enunciar y presentar estos principios, comenzando por mencionar el

Principio de la transformación de los ambientes de trabajo bajo lineamientos de seguridad y salud

ocupacional; aquí se plantea la idea transversalizadora que representa aplicar los principios de esta

disciplina para transformar los ambientes de trabajo en lugares seguros y saludables para los trabajadores

universitarios adecuado a su dignidad humana. El segundo principio refiere al Principio del desarrollo

de la conciencia activa del trabajador como elemento fundamental en la acción preventiva; que

plantea una visión preventiva consiente desde la posición del trabajador, reflejada desde su conducta en

el ambiente laboral, con capacidad de reconocimiento de los contextos adversos y proactivo ante ellos,

con un sentido de responsabilidad para lograr la seguridad para sí mismo y para el equipo de trabajo.

Por otra parte, en el tercer principio establecido como Principio de la concepción de la política de

seguridad y salud ocupacional mediante preceptos gerenciales; se plantea el abordaje de la política en

esta disciplina bajo preceptos gerenciales, que lleve a la comprensión desde un juicio crítico, la idea de

sostener un manejo de los recursos de una forma efectiva, funcional, planificada y organizada, y con ello

lograr resultados satisfactorios en la concepción de ambientes laborales seguros y saludables. De modo

similar se plantea el Principio de la consolidación de la cultura preventiva a través del


establecimiento de programas de formación y capacitación, aquí de describen los elementos que se

conjugan para la construcción de una cultura preventiva, y los esfuerzos que deben realizarse para aspirar

a consolidarla en las entidades universitarias, desde un en enfoque articulado desde la formación y

capacitación de los trabajadores universitarios.

Finalmente el Principio de la participación activa de los trabajadores en la concepción de la

política de seguridad y salud en el trabajo, donde se expresa la necesaria consideración de la

participación de los trabajadores, como agentes claves para la formulación de políticas en este campo

disciplinar en las organizaciones, partiendo del valor que implica considerar su sentir, su percepción, su

enfoque y su experiencia combinados con los principios propios de la seguridad y salud ocupacional.

1) Principio de la Transformación de los Ambientes de Trabajo bajo Lineamientos de

Seguridad y Salud Ocupacional.

Los ambientes de trabajo tanto físico como social, son lugares con unas características implícitas,

dispuestas para el desempeño de actividades físicas e intelectuales en un tiempo dado para ello, el

propósito de tales actividades es el de orientar un esfuerzo para materializar un resultado satisfactorio y

de orden productivo. Esto ocurre en un entorno dinámico y de interacción permanente entre el trabajador,

medios y objetos de trabajo, incluyendo el proceso de socialización necesaria entre los trabajadores dentro

del ambiente laboral. Cabe resaltar, que dicha dinámica no son actos meramente improvisados, sino que

responden a reglas de organización, planes, estrategias y criterios procedimentales.

De esta manera los ambientes de trabajo universitarios son de índole variadas, así por ejemplo se

tienes aquellas de carácter administrativos, llevadas a cabo generalmente en ambientes físicos de oficinas,

cuyos medios de trabajos son computadores, escáner, copiadoras, archivos, escritorios, salas de servidores

informáticos entre otros. En estos ambientes son lugares donde en ocasiones se realizan tareas bajo mucha

presión, dado al volumen de información, lapsos de entrega y la mecánica rutinaria de los procedimientos,

demandando de esfuerzos mentales e intelectuales y en menor medida los físicos.

De igual manera, los centros laborales universitarios son escenarios donde prevalecen actividades de

limpieza y mantenimiento de los ambientes y mobiliarios. Estas tareas requieren de un significativo


número de trabajadores dedicado a diversas responsabilidades; así por ejemplo se tienen aquellos que se

dedican a las tareas de limpieza de los ambientes físicos (oficinas, baños, salas, pasillos y áreas

exteriores), labores de jardinería y espacios ornamentales. Por otro lado también están aquellos que se

desempeñan en labores de mantenimiento para la conservación de servicio de sistemas agua, electricidad

y aires acondicionados, y adecuación de las edificaciones. Aquí el esfuerzo físico es de mayor demanda,

en cuya interacción laboral están implícitos una serie de riesgos y peligros particulares, que exponen a

estos trabajadores a contextos adversos.

Por otro lado, dentro de los ambientes laborales universitarios se cuenta con personal dedicado a las

tareas técnico-académicas; estas se dan usualmente en ambientes como: laboratorios, talleres, centro de

investigaciones y estaciones experimentales entre otros. Aquí las actividades laborales tienen una

connotación academicista e investigativa, por lo tanto representa la esencia misma de la universidad que

la reviste de gran importancia, no obstante hay que destacar el contexto de riesgo y peligros

particulares que envuelven estas tareas, pues en las operaciones de equipos o sistemas, o en la

manipulación de sustancias peligrosas, como químicos, cultivos orgánicos, que esconde un potencial

dañino para la salud del trabajador.

Entre la diversidad de ambientes laborales en las entidades universitarias, se cuenta con grupos de

trabajo dedicados a tareas de orden técnico en los diversos sectores como por ejemplo: las estaciones de

televisión y radios universitarias, quienes igualmente están expuestos permanentemente a riesgos y

peligros particulares que no deben dejarse pasar desapercibidas, por lo que se requiere contar en estos

ambientes con labores preventivas para proteger a los trabajadores y a las instalaciones. Finalmente y no

menos importante, encontramos al personal de seguridad y vigilancia que llevan a cabo las tareas de

resguardo de las instalaciones universitarias; servicio que es permanente, con jornadas extensas y

requieren de alerta y agudo sentido para realizar de manera satisfactoria su trabajo.

Sobre las bases de la breve descripción de las entidades universitarias realizadas anteriormente,

atendiendo a distintos grupos de trabajadores universitarios, es imperativo adelantar el diseño de la

política de seguridad y salud ocupacional intra-universitaria, como un elemento transversal para la


transformación de los ambientes físicos y sociales de los ambientes laborales universitarios. Sobre la

pertinencia del término transformación, para efectos del presente estudio, está referido al cambio

efectuado en los sitios de trabajo por la introducción de los criterios normativos de la seguridad y salud

ocupacional, con el fin de proporcionar ambientes sanos, saludable y seguro para el trabajador

universitario, socialización laboral armónica y el desempeño a plenitud de sus facultades físicas e

intelectuales, que tributara en beneficios propios para el trabajador y a la institución.

Dentro de este marco de planteamientos, se debe comenzar por afirmar que para lograr una dinámica

transformadora de los ambientes laborales universitarios, se hace necesario concebir un programa de

seguridad y salud ocupacional como base de la política, válido y adaptado a las realidades de estos

lugares de trabajo, que describa los ambientes internos, pero además identifique los potenciales riesgos y

peligros prevalecientes, definir procedimientos seguros de trabajo, regular las condiciones físicas del

lugar de trabajo a través de planes de abordaje, promover una vigilancia permanente de la

accidentabilidad y de las enfermedades de orden laboral, así como plantear el resarcimiento de las

afecciones la salud del trabajador, y suprimir los factores que dan pie a estas manifestaciones.

Por otro lado, destacar un elemento de trascendencia y por demás un planteamiento innovador para las

entidades universitarias, me refiero al abordaje sus estados interiores del ser trabajador, la salud

emocional y psicológica, estos a menudos se ven afectados por factores intra-laboral, relacionados a

cargas de trabajo, conflictos con otros trabajadores, acosos, poca valoración entre otros, por otro lado

pueden provenir del ambiente externo, como problemas familiares, contextos sociales y económicos de

dificultad o de cualquier otra índole; esto generan en el trabajador bajo desempeño, actitudes pasivas,

poca concentración, y con ellos predisponerlos a desenlaces laborales no deseados. Ante ello se propone

dentro del programa de seguridad y salud ocupacional, abordajes integrales donde se brinden

herramientas para el manejo del estrés laboral y las emociones, orientaciones y acompañamiento

psicológicos, terapias conductuales y cualquier otra alternativa que ayude al restablecimiento de la salud

emocional y psicológica del trabajador.


De este modo, el programa de seguridad y salud ocupacional es la herramienta donde se define el

tejido de estrategias que servirá de lecho para fundar los lineamientos que vienen a dar forma a la política

de seguridad y salud ocupacional en el centro laborales universitarios. El programa representa un nodo

vital para las entidades universitarias, estructurado para ir mucho más allá de los requerimientos

normativos y legales, es decir, no es un mero documento técnico, sino que en él se enarbola toda una

filosofía que estimula la praxis holopreventiva de trabajador, vale decir el cuidado total de su ser; cuerpo,

mente y emociones.

Entorno a esto se persigue la transformación de los ambientes laborales universitarios, en espacios

acordes y dignos para el desempeño de las actividades de trabajo, orientados por normas prácticas y leyes,

impulsada por un sostenido esfuerzo para posicionar en el futuro una cultura preventiva, que lleve al

cuidado de la salud del trabajador y de los bienes materiales de la institución, ganada a concebir

resultados provechosos, reflejados en ambientes laborales acordes, actitudes y comportamientos

saludables, un clima socio-laboral armónico, y bajas manifestaciones asociados a la accidentabilidad y

enfermedades producidas por el trabajo.

Para lograr llegar al estadio de la transformación de los ambientes laborales universitarios, se propone

trabajar sobre tres ejes transversales establecidos en el programa; el primero ligado al plano preventivo;

estas son acciones estratégicas que persiguen en una primera línea de ideas, mejorar las características de

los ambientes físicos a través de la estandarización de las instalaciones de trabajo, apegados a normas

referenciales, principios de orden, limpieza, asepsia, y con presencia de señalizaciones de seguridad que

orienten la actitud del trabajador.

De igual manera, estas acciones guardan estrecha relación con el propósito de logar resultados basado

en la utilización de medios y objetos de trabajo adaptados a su naturaleza, capaz de llevar al mínimo la

exposición de trabajadores a contextos adversos. Por otro lado el acto preventivo pasa por concebir

procedimientos de trabajos claros y seguros, supervisadas periódicamente o en todo momento cuando se

traten de tareas de alto riesgo.


Otra tarea prioritaria en las acciones preventivas para llevar a feliz término una transformación de los

ambientes de trabajo, es la relativa a la disminución en las manifestaciones de enfermedades

ocupacionales, vinculada a correctas formas de realizar las tareas en los ambientes de trabajo, a decir las

posiciones y movimientos, la iluminación ideal, la manipulación de agentes peligrosos, entre otros. De

igual modo deben estar bajo un esquema estratégico normativo y un acompañamiento para orientar al

trabajador a una práctica sana, segura y saludable, alejado de factores que predispongan al trabajador

universitario al desarrollo de enfermedades ocupacionales.

Dentro de este marco argumentativo, y dando paso al planteamiento del segundo eje transformador, el

compromiso decidido en el cumplimiento de las normas, reglamentos y políticas desprendidas del

programa de seguridad y salud ocupacional desde la posición del trabajador universitario, destaca el

pensamiento de fomentar en él, desde los planteamientos del programa, un espíritu reflexivo sobre el

autocuidado y el estado consiente de alerta frente a los peligros, proponer ejercicios introspectivos, con el

fin instarlo a la valoración del ser y las dimensiones humanas, que lleve al trabajador universitario a

deponer las actitudes que vayan en detrimento de su salud y de su seguridad en los lugares de trabajo,

apoyado por los dictámenes propuesta en las normativas y las políticas establecidas para tal fin.

Este esfuerzo cargado de proposiciones reflexivas y razonadoras, para fundamentar el segundo eje

transformador del programa, demanda del trabajador el desarrollo de habilidades y un agudo espectro del

pensamiento para analizar su entorno de trabajo y pueda hacerse juicios para lograr la identificación de

condiciones de peligros y riesgos, y llevarlo a acciones la proactivas, para coadyuvar en las tareas de

revertir la condiciones adversas, o dar luces en la búsqueda de soluciones de una manera certera y

satisfactoria.

En cuanto al tercer eje transformador propuesto para mejorar los ambientes laborales universitarios, se

tiene el enfoque integrador de las acciones preventivas, es una visión sostenida en el programa de

seguridad y salud ocupacional, referida a la convergencia de los actores involucrados en la política en esta

materia. Esta posición de integración es condición sine qua non para el éxito y la materialización del

programa; requiere de un esfuerzo de todas las partes involucradas, es decir, por un lado los trabajadores
para quienes está orientado dicho programa, las autoridades institucionales, responsables de condensar

una política benéfica y protectora de la integridad de los trabajadores universitarios, y los grupos de

apoyos o profesionales de este campo disciplinar.

A este respecto, es necesario a firmar que el trabajador debe, por su parte, ser un agente integrador

dentro de la política, ganado no solo a exigir condiciones y sistemas de protección, sino además

colaborar con su actitud preventiva, con ideas innovadoras para cambiar contextos laborales adversos,

acciones sinérgicas desde su grupo de trabajo, ser porta voz y multiplicador de buenas prácticas, y presto

en todo momento para establecer vínculos necesarios con el resto de los involucrados en esta temática.

Por su parte, los las autoridades institucionales, tienen el deber de ampliar su visión en la resolución de

problemas en el plano de la seguridad y salud ocupacional dentro de los ambientes laborales

institucionales, entendiendo primeramente que los trabajadores, son el bien más preciado de su

institución, y el éxito y buenos resultados se deben esencialmente a ellos; por lo tanto su bienestar, en

todos los órdenes (físico, mental y emocional) es un aspecto elemental, en tanto entonces, se debe orientar

esfuerzo significativo para tal fin.

Cabe añadir que para tal enfoque integrador, el patrono debe ir de la mano de los trabajadores,

indagando sistemáticamente en los ambiente de trabajo sobre factores perturbadores, vigilar su salud

desde los entes o servicios destinados para ellos, fomentar actividades propias para ganar bienestar,

consultas médicas, programas de estímulo y recreacional, actividades de socialización entre otros, todo

ello en una sólida interacción y comunicación con el trabajador para dar garantía a una buena forma de

integración.

Cabe resaltar que los grupos de apoyos son aquellos profesionales y personal de la institución

dedicados a orientar en materia de seguridad y salud ocupacional; poseedores de conocimientos en este

campo, y su papel de integración está centrado a una función de enlace entre trabajadores y patrones,

cumplen responsabilidad de asesoramiento y acompañamiento técnico, participan en la construcción de la

filosofía preventiva, y sugiere las practicas correctas de trabajo, las normas aplicables y son colaboradores
permanentes en la definición de la política de seguridad y salud ocupacional, son claves en lograr

resultados de integración y dar parte en el avance de los objetivos propuestos en esta materia.

A modo de síntesis, el sentido de la transformación de los ambientes de trabajo universitarios debe

quedar explícito en el programa de seguridad y salud ocupacional, puesto que es el documento maestro

concebido para abordar la realidad de los ambientes laborales universitario en esta temática. La mejora

continua como enfoque gerencial debe estar implícito en dicho programa, que tribute en ganar centros de

trabajos acordes a la dignidad humana de los trabajadores, y apoyarse en la seguridad y salud

ocupacional, supondrá ganar permanentemente ambientes transformados y actos para la manifestación de

actividades laborales provechosas.

2) Principio del Desarrollo de la Conciencia Activa del Trabajador como Elemento

Fundamental en la Acción Preventiva.

La conciencia activa del trabajador es un aspecto relevante en la construcción de las culturas

preventivas universitarias, como ya se ha venido mencionado, sin duda con ella se logra en gran medida

disminuir la manifestación de accidentes y enfermedades de origen laboral. Se trata de un estado

incubación y maduración de constructos e ideas de autoprotección en la conciencia del trabajador; va más

allá de una simple elucubración que merodea su pensamiento en un momento dado ; requiere anclar en el

pensamiento al lugar de trabajo y los elementos su entorno, reflexionando sobre qué aspectos pueden

representar un peligro para su salud.

De este modo, al activar el estado de la conciencia dentro de su ambiente laboral, el trabajador logrará

con el transcurrir el tiempo y la experiencia, una maduración de su pensamiento que lo llevara al acto de

comprender todos aquellos elementos que interaccionan en la dinámica del trabajo, descubriendo así el

sigilos que se esconde detrás de cada movimiento, herramientas, equipos, materiales o cualquier otra

cosa que envuelva un potencial dañino a la salud de su ser, y al mismo tiempo, dicho estado reflexivo le

permita vislumbrar las acciones correctas para evitar daño para sí mismo, sus compañeros o a las

instalaciones de trabajo.
Es mucho sobre lo que se puede lograr a través de conciencia activa, tanto en el plano de la

prevención de accidentes y enfermedades, como en el aumento de su desempeño laboral. Cuando el

personal es maduro en la conciencia en su espacio de trabajo, evita exponerse innecesariamente, toma

provisiones cuando en el desempeño de sus responsabilidades se requiera afrontar contextos adversos,

asumiendo un estado de alerta y concentración en las acciones de trabajo, de igual modo una conciencia

activa plena, permitirá además, meditar con antelación las consecuencias que pudiera desencadenar un

contexto adverso, esto lo lleva a convertirse en un actor de concienciación entre la población trabajadora.

Hay que mencionar, además, que la conciencia activa en el trabajador universitario se hace evidente

cuando este se muestra preocupado por el estado de sus medios de trabajo, su conservación, buen uso,

participa del mantenimiento y restauración de estos, su resguardo seguro; y es vigilante activo de los

agentes nocivos presentes en su lugar de trabajo.

Asimismo, un trabajador que participa decididamente junto a los responsables de su ambiente laboral,

a realizar cambios para mitigar riesgos y peligros, es una manifestación inequívoca de patrones de

conciencia activa, pues desde su ser comprenden que estas acciones permitirán concebir ambientes de

trabajo, seguros y saludables. Un estado de conciencia con rasgos de maduración, guiara a los propios

trabajadores a tomar las iniciativas de mejoras con propuestas de ideas, mostrando la voluntad de ser parte

de los equipos de trabajo para asegurase de que se realicen los cambios.

Habría que decir también que un trabajador maduro en la conciencia activa, es fácilmente reconocerlo

en su ambiente de trabajo, además por lo ya señalado en este particular, por ser un ser al que se le observa

respetuoso de las normas y las reglas de seguridad en su actividad laboral, adoptadas empíricamente o

documentadas en institución. Por otro lado es un agente que toma parte en la iniciativa de la

autoformación, se preocupa por indagar sobre cómo realizar trabajo bajo estándares seguros; es un porta

voz a los compañeros de sus conocimientos en el campo preventivo, procurando dar consejos y

recomendaciones a sus compañeros y alertándolos de los males presentes.

Otro de los signos que denota una conciencia activa en el trabajador, se manifiesta en su respuesta

ante las señalizaciones de seguridad en sus ambientes de trabajo, comprendiendo y actuando conforme a
la información que estos les entrega. De la misma manera un trabajador reflexivo y consiente acata

instrucciones de sus jefes o responsables inmediatos sin ningún inconvenientes, siempre y cuando estas

no comprometa su integridad.

Sobre las base de estos planteamientos, es oportuno señalar que en la materialización de la política de

seguridad y salud ocupacional intra-universitaria, el mecanismos responsable para el desarrollo de la

conciencia activa en los trabajadores universitarios, descansa en la formación y capacitación. Los

programas de seguridad y salud ocupacional deben establecer los procesos de formación y capacitación y

en ellos debe plantearse que toda practica formativa debe estar asociada al desarrollo de conciencia del

trabajador, es decir, sin distinguir el área de formación, en ella debe privar el acto consciente, así por

ejemplo debe estar implícito en áreas formativas como identificación de riesgos y peligros, usos de

equipos de protección personal, legislación y normativas, procedimientos seguros, y cualquier área de

formación específica.

En particular estos procesos deben centrarse principalmente el sentido del valor propio, la conciencia

del cuidado colectivo, autocuidado, y hacer hincapié sobre las consecuencias que puede desencadenar la

falta de conciencia en la acción del trabajo y su relación con los accidentes y las enfermedades laborales.

El trabajo de concienciación en los procesos de formación y capacitación, fomenta el valor del cuidado

individual, pero también se les debe mostrar a los trabajadores universitarios el impacto para la

institución y para el seno familiar que ocasionan accidentes incapacitantes o las fatalidades.

Otra área prioritaria para forjar estados de conciencia en los trabajadores universitarios, es el necesario

acompañamiento de los jefes o responsables directos, quienes deben orientándoles, no solo en la manera

correcta de realizar el trabajo, sino además de resaltar el valor que como empleados representan para la

institución, tanto en la esencia de trabajador, como en la figura de seres humanos portadores de dignidad.

Estos gestos les eleva el autoestima, despierta la conciencia del valor propio y respeto por su vida, la de

sus compañeros y por la institución, llevándolos a asumir actitudes razonables y consientes.

Si bien es cierto que contar con trabajadores dotados de actitudes consientes en sus actividades

laborales, es una tarea compleja para las gerencias y responsables de las entidades universitarias, también
es cierto que esto es posible si se emprende un esfuerzo sostenido, voluntad inquebrantable y una visión

amplia sobre la comprensión de las dimensiones humanas del trabajador. Ante ello el compromiso en esta

misión debe ser decidido, con propósitos claros, metas alcanzables y apuntar siempre al estadio más

amplio de la seguridad y salud ocupacional que es la manifestación de una cultura preventiva

universitaria, guiados por principios y una política clara en este campo.

3) Principio para la Concepción de una Política de Seguridad y Salud Ocupacional Basada en

Preceptos Gerenciales.

La política de la seguridad y salud ocupacional se refiere al enfoque y manejo del conjunto de

lineamientos dirigidos a proteger a los trabajadores universitarios, dentro del marco legal y normativo

vigente en el país, ante lo cual se propone una visión gerencial sostenida desde la realidad laboral, e

impulsada por un liderazgo, con amplio conocimientos en aspectos gerenciales, procedimientos de trabajo

y en el orden normativo de la seguridad y salud ocupacional.

Hay que mencionar, además que tal liderazgo debe ser empático y sensible a las necesidades de los

trabajadores, ganado a la búsqueda permanente de soluciones y propuestas efectivas, con capacidad de

realizar aportes a los planes de prevención, enfocado en el bienestar colectivo. A su vez, debe ser

acucioso, meticuloso y crítico para realizar el abordaje que se requerido para sostener una gestión

satisfactoria. Otro rasgo característico del liderazgo dispuesto a colaborar en la gerencia de la seguridad y

salud ocupacional en los ambientes laborales universitarios, es la capacidad de orientar a la masa

trabajadora en el cumplimiento de la política, por lo tanto debe desarrollar habilidades comunicativas y

una actitud sinérgica. Este perfil debe salir de las filas de los ambientes laborales universitarios, dado a

que su acción gerencial debe apoyarse con base a la experiencia práctica en estos ambientes.

Cabe mencionar, además, que una gestión exitosa de la política de seguridad y salud ocupacional intra-

universitaria, debe gestionarse bajo un modelo administrativo desde sus cuatro elementos fundamentales:

la planificación, la organización la dirección y el control. Entonces, planificar implica definir

necesariamente una visión hacia dónde se quiere llegarse con el abordaje, esto enfocada en una misión

clara del ejercicio de seguridad y salud ocupacional para la institución, trazando rutas y definiendo las
metas de la política a cumplir en el corto mediano y largo plazo; diseñando cronogramas de trabajos,

plantear etapas, identificar tareas y actividades, elaborar presupuestos, asignar responsabilidades, prever

las fuentes de financiamiento, definir los procedimientos, estructurar los planes de trabajos, definir los

mecanismos de control de desviaciones, diseñar indicadores de gestión, organizar el personal y los

materiales para dar los pasos iniciales, entre otros aspectos que demanda la formulación y ejecución de la

política en esta materia, orientados por los objetivos definidos con antelación .

Para decidir sobre los aspectos a considerar en la planificación se hace necesario realizar un trabajo

exhaustivo de campo, es decir reconocer los ambientes de trabajo, las necesidades, definir prioridades,

considerar las áreas vulnerables de los ambientes laborales, ahondar sobre las formas convenientes de

mitigar los riesgos y peligros potenciales entre otros. Basado en esto, la gerencia debe realizar un análisis

pormenorizado de los costos implicados en estos trabajos, luego evaluar las alternativas de financiamiento

y tomar decisiones en función de lo más conveniente.

Por otra parte y en pro de materializar la gestión de la política de seguridad y salud ocupacional, es

necesario iniciar un proceso de organización de las actividades, tareas y planes de trabajo. Para esta etapa

se llega a elaboración de cronogramas de trabajo, sistematizar tareas en áreas de prevención, diseñar los

abordajes para el mejoramiento de los entornos de trabajo, definir los sistemas de capacitación y el

entrenamiento de los trabajadores, identificar y cuantificar la necesidad de Equipos de Protección

Personal (EPP) entre otros. Aquí es vital la asignación de responsabilidades, la definición de los tiempos

de trabajo y la disposición de recursos para estas tareas. La gerencia de la política debe procurar que

etapa considere todos los elementos demandados desde el punto de vista organizativo para el

cumplimiento de los objetivos.

Mientras tanto la etapa de la dirección y el control será considerada como un aspecto medular en la

gestión de la política de la seguridad y salud ocupacional, pues se trata de vigilar de todo el proceso de

implantación de la política, de acuerdo a lo planificado, por lo tanto cualquier desviación debe ser

atendida y corregidas, y se entregaran las orientaciones que permitirán encaminar las actividades, tareas y

planes de trabajo concebido desde la gestión para una política exitosa.


Por lo amplio y detallado de los planes, la diversidad de tareas y lo complejo que pueda llegar a ser los

procedimientos desde la dirección y control, los responsables de la gerencia institucional y los líderes

responsables de los ambientes de trabajo, tendrán un papel preponderante en esta etapa, su agudeza

profesional, su capacidad de inspiración, la sinergia de los integrantes del equipo trabajo, les será

necesario desarrollar habilidades blandas que los lleve establecer vínculos muy flexibles, entre la

gerencia y los trabajadores universitarios.

Dentro de este marco de consideraciones es importante dejar claro, que para una exitosa política de

seguridad y salud ocupacional intra-universitaria, se hace inalienable recurrir a la visión gerencial,

excluirla supondría echar andar la política sin un sentido orientador, llevándola a un estado de

incertidumbre sobre los resultados. Además sustentar la política bajo la visión de los procesos

gerenciales, significaría poner a la vanguardia a las instituciones universitarias, a la par de los estándares

internacionales en las que están ancladas las organizaciones modernas. Por otro lado, concebir la política

apoyado en la acción gerencial, llevaría a un manejo razonable de los recursos dispuestos para tal fin, sin

embargo el éxito dependerá en gran medida del compromiso de los actores involucrados, quienes deben

estar abocados como fin principal, lograr ambientes laborales seguros y saludables para el ejercicio del

trabajo.

4) Principio de la Consolidación de una Cultura Preventiva a través del Establecimiento de

Programas de Formación y Capacitación.

El fin último de cualquier política de seguridad y salud ocupacional llegar a la construcción de una

cultura preventiva diseminada en toda la organización. Ciertamente llegar este estadio depende de la

cristalización devenida de la concatenación satisfactoria de todos los elementos que constituyen la

política, donde juega un papel muy importante dos factores fundamentales a mencionar, en principio se

tiene el compromiso de los actores involucrados en la materialización de la política, la cual ya se ha

hecho referencia anteriormente; y el segundo elemento son los programas de formación y capacitación,

que también se ha hablado acerca de ello, pero que se ahondara aquí como factor transversal en la

consolidación de la cultura preventiva para los ambientes laborales universitarios.


A pesar del esfuerzo que en ocasiones las organizaciones realizan para implantar una política de

seguridad y salud ocupacional en sus ambientes de trabajo, no siempre hay una consolidación de la

cultura preventiva, pues en ocasiones la política solo queda establecida como un mero cumplimiento de

las exigencias legales, pero no se ve proyectado ni tampoco interiorizado en el seno de la población

trabajadora, más aun en la organización en sí misma; es decir no se asumen como propia el valor real de

la prevención ganada como una costumbre individual y colectiva, que aliente el cuidado integro de todo

su ser.

En este sentido llama la atención otro factor que torpedea la consolidación de la cultura preventiva en

las organizaciones, y es la visión errada que se consigue hoy en día en muchas organizaciones, referida

por un lado, a la posición que asumen los altos responsables de estas organizaciones e instituciones, en

relación a la seguridad y salud ocupacional, sosteniendo desde sus percepciones, que esta se trata de un

campo profesional con implicaciones significativas en los presupuestos de las organizaciones, y desde su

visión les genera poco valor productivo.

Esto ha llevado a estos líderes a limitarse a invertir solamente en lo estrictamente exigidos por las

leyes, como la elaboración de planes y programas que son engavetados, colocación de señalizaciones en

las áreas que no son interiorizados por los trabajadores, dotación de EPP fuera de normas, sin formación y

capacitación en estos temas, indiferencia ante los estados de ánimos, convirtiendo al trabajador en viles

máquinas de producción, en fin se deja relegado esta temática que es de gran trascendencia, a acciones

puntuales, mostrando con esto una posición frívola y poco empática con la condición humana de los

trabajadores.

Otro de los factores que impiden la consolidación de una cultura preventiva en las organizaciones

recae en muchos casos en la propia actitud de los propios trabajadores; esto porque la acción de la

seguridad y salud ocupacional es de carácter normativo y denota obligatoriedad, creando una resistencia

en cumplimiento al verse cercado por las normas. De igual modo por la poca familiarización con las

mismas y la falta de conciencia por la preservación de la vida en sus lugares de trabajo. Asimismo los

trabajadores perciben en estos lineamientos barreras para el ejercicio libre de sus actividades de trabajo,
llegando en muchos casos a evadir procedimientos de trabajos seguros, negarse a portar EPP en

ambientes de uso obligatorio, tener comportamientos inadecuados en ambientes de trabajo que los

exponen a situaciones riesgosas, en fin a romper cualquier norma de seguridad, sin ninguna actitud de

autoprotección ni de conciencia.

Mencionado todos estos señalamientos que atenta contra la mística y la esencia misma de la

seguridad y salud ocupacional, de brindar garantías de protección al trabajador desde todas sus

dimensiones humanas, dentro de sus ambientes de trabajo, se propone una visión sostenida desde los

programas de seguridad y salud ocupacional como un elemento pertinente para lograr la consolidación de

una cultura de prevención para los ambientes laborales universitarios.

Ciertamente a través del establecimiento de procesos de formación y capacitación se garantiza la

consolidación de una cultura preventiva, si verdaderamente hay un compromiso desde la organización y si

se definen claramente los nodos sobre los que se requiere trabajar, abordando las debilidades y las

barreras que socaban las bases de una política de seguridad y salud ocupacional y por consiguiente la

cultura preventiva.

Para el caso es necesario comenzar indicando que el esfuerzo a realizarse desde la formación y

capacitación debe centrarse en ciertos aspectos esenciales, entre ellos el desarrollo de la conciencia activa

del trabajador universitario, de la cual ya se ha abordado, pero el énfasis que aquí se realiza esta en como

estimular tal conciencia desde la formación y la capacitación. En un programa de capacitación y

formación, se requiere entregar a la fuerza laboral habilidades y conocimientos para activar la conciencia

e identificar riesgos y peligros en sus ambientes laborales. Educarlo en la detección de factores

desencadenantes de eventos adversos y la forma de mejorar su comportamiento y actitudes para romper

dinámicas riesgosas en su centro de trabajo.

Asimismo a través la capacitación y formación relativa a la mecánica laboral, analizar todos

movimientos y la interacción con los medios y objetos de trabajo, instruirlo a través de la implantación de

procedimientos seguros, y alertarlo sobre las consecuencias de hacerlo de forma errónea, de esta manera

se fomenta la conciencia en el cuidado de la salud. Para un abordaje orientado al estímulo de la


conciencia, resulta provechoso hacerlo desde las charlas reflexivas rutinarias, esta debe ser dada por

personal con profundo dominio en la temática de prevención, allí se les insta a la fuerza laboral a

comprender su papel en el área de trabajo, recordar procedimientos, alertar sobre los riesgos, y

proporcionarles temas útiles a la seguridad en el trabajo, haciendo uso de la ejemplificación y exposición

de casos dirigidos con precisión hacia sus conciencias.

Por otro lado, recurrir a cursos y talleres también proporciona buenos resultados, estos dotan al

trabajador sobre conocimientos y habilidades propias de sus tareas y los lleva al ejercicio de las buenas

prácticas laborales. De igual modo deben adelantarse actividades formativas con énfasis en orientaciones

psicológicas y emocionales, son aspectos pocos abordados en las organizaciones, sin embargo requiere

especial atención, porque una deficiente salud en estos aspectos da pie a la manifestación de accidentes y

enfermedades ocupacionales, entregándoles de esta forma, herramientas que los ayude a sanar su interior,

y además de sanarlo los lleva a mejorar su desempeño laboral.

Desde la formación y la capacitación también pueden entregársele a la fuerza laboral herramientas de

desarrollo personal, educárseles en temas como las artes y la cultura general, esto creara en el trabajador

universitario un sentido de identidad institucional, que lo lleve apropiarse de todo aquello que les

entregue beneficio a su ser, como es el caso de la política de seguridad y salud laboral intra-universitaria,

y hará del trabajo un espacio más humano, acorde a su dignidad y su papel protagónico en la institución.

Por otro lado la socialización y el intercambio de saberes y conocimiento supondrán un espacio para el

aprendizaje y debe ser considerado en los programas de capacitación y entrenamiento. Esto le permite al

trabajador por un lado salir de la rutina laboral que eleva el estrés y las tensiones, y por el otro, el

encuentro con el conocimiento de una forma diferente pero muy satisfactoria, de esta manera seria útil

propiciar encuentros sociales, en aspectos deportivos o culturales, que los lleve sostener intercambios

libres de opiniones y experiencias, igualmente esto da pie para la realización de foros laborales donde se

planteen debates sobre temas laborales particulares, o ideas similares cuyo fin sea crear conciencia y

ganar formación que tribute en el bienestar del trabajador universitario


De igual modo a través de la formación y la capacitación, ya desde un plano técnico, se debe formar

sobre diferentes barreras de protección, así emprender capacitaciones en casos donde es imposible

eliminar o minimizar los contextos adversos. De modo similar debe capacitarse a la fuerza trabajadora,

sobre el uso correcto de los medios de trabajo, a decir herramientas equipos y sistemas, de tal forma que

estos no causen daño a la integridad del trabajador y mejorar su dinámica de trabajo.

Aunado a esto, hay que hacer referencia a la formación en el uso correcto de los Equipos de Protección

Personal (EPP), es la barrera más próxima a la integridad física del trabajador y brindar cierta garantías

de protección, sin embargo un el uso incorrecto disminuye su efectividad, siendo indispensable entonces,

capacitar al trabajador en lo relevante de hacer uso correcto y también de buenas prácticas para su

conservación, y consecuencias de no usarlo.

Así pues también se hace necesario formar y capacitar a los trabajadores universitarios en leyes y

normas de seguridad y salud ocupacional. Las leyes ponen en contexto al ciudadano en cuanto a sus

deberes y derechos en este tema, mientras que las normativas les indican las referencias en cuanto a la

estandarización de su ambiente de trabajo, sus equipos, su entorno y su comportamiento en él. Para este

fin se deben establecer cursos y talleres orientado a la forma de interpretar y poner en práctica tales

instrumentos.

Por otro lado resultan de gran interés estas formaciones, para ganar conciencia en el trabajador y les

permita comprender a su vez, que las normas, procedimientos y reglamentos de seguridad no están

elaborados para obstaculizar su labor, por el contrario, para hacer del ambiente de trabajo, lugares

seguros, sanos y acorde a la dignidad humana, y ganados para el ejercicio pleno de sus facultades físicas e

intelectuales.

De lo antes abordado nos lleva a tratar el aspecto sobre la capacitación y formación en el área de la

seguridad y salud ocupacional orientado a las esferas gerenciales o responsables institucionales, y con ello

fortalecer también la conciencia activa en ellos, comenzando por estimular la sensibilidad humana y

hacerles comprender que la integridad de los trabajadores debe ser vista por encima de los intereses
productivos, partiendo por considerar a ellos como el bien más preciado de la institución, y que el éxito

de tales está en manos de trabajadores saludables y sanos.

En concordancia con estos señalamientos, cabe indicar que otra de las aristas a tocar en la formación y

capacitación en seguridad y salud ocupacional para gerentes, dueños, encargados o responsables

institucionales es precisamente para forjar una visión diferente a las nociones y prejuicios que

erróneamente han asumido. Proponer por tanto, a través de de cursos especializados sobre gerencia de

seguridad y salud ocupacional, costos asociados a estas actividades, la gerencia de riesgos y manejos de

emergencias o contingencias en las instituciones universitarias.

Adicional a esto, las formaciones para gerentes y responsables deben dirigirse a cambiar de paradigma

de la concepción tradicional de la seguridad y salud ocupacional; transformar la visión que sostiene al

pensar que este campo disciplinar engruesa los presupuestos, a una perspectiva que les permita

comprender que minimizando la posibilidad de la manifestación de enfermedades o accidentes laborales,

les proporciona grandes beneficios a sus organizaciones o instituciones, pero por sobre todo les

proporciona bienestar al trabajador quien les permite cumplir con sus objetivos estratégicos.

Todo este esfuerzo de adelantar programas de formación y capacitación a todos los niveles

institucionales u organizacionales, bien definidos y desarrollados, con un compromiso fehaciente de

todos los involucrados, y una visión compartida y sostenida, sin ahorrar esfuerzos por avanzar en la ruta

trazada, podrá sentarse las bases para que desde una correcta política de seguridad y salud ocupacional, se

pueda erigir en el mediano y largo plazo una autentica cultura de la prevención, sólida y con un sustento

en la filosofía del valor del trabajador como ser humano y su pleno desenvolvimiento en las sociedades

organizacionales.

5) Principio de la Participación Activa de los Trabajadores en la Concepción de la Política de

Seguridad y Salud en el Trabajo.

Sin dejar lugar a dudas, el trabajador universitario es pieza fundamental en la concepción de la política

de seguridad y salud ocupacional intra-universitaria, y ya se ha hecho referencias a este criterio, a ellos

está orientada esta política, por lo tanto no deben dejar de ser considerados. Ahora bien, acá nos estamos
refiriendo a considerar sus opiniones, sus ideas sentir y sus enfoques que contribuyen a dar forma y

fundamentar los lineamientos que regirán la política de seguridad y salud ocupacional.

En este contexto su participación activa debe ser considerado en los procesos de levantamientos de

información en los ambientes laborales, necesaria para la formulación de la política de seguridad y salud

ocupacional; ellos conocen en esencia su lugar de trabajo, por lo tanto tienen la capacidad de reconocer

aspectos importante, que desde una visión externa al ambiente laboral se le dificultaría hacerlo. Debe

involucrarse en el procesos de formulación y ejecución de la política, estar al tanto de lo planeado,

asumiendo un rol de acompañamiento y de consulta obligatoria, presto a realizar recomendaciones y

aportar ideas complementarias, ligadas al carácter preventivo y mejoramiento de las condiciones en sus

ambientes laborales.

Sobre la base de estos criterios, debo decir que el trabajador tiene mucho que decir sobre este aspecto,

su espíritu esta ganado desde su introspección a imaginar ambientes laborales, idóneos para un ejercicio

pleno de sus facultades, y es parte de su responsabilidad ser un agente activo en esta materia, conviene ser

coparticipe en la mejoras de su propio lugar de trabajo. En la legislación venezolana existen las figuras de

delegados de prevención, quienes son electos entre sus compañeros de trabajo, tienen una función

representativa en los comités de seguridad y salud laboral, realizan importantes aportes en ella,

proponiendo mejoras, realizando denuncias y acompañamiento en las visitas sindicales y oficiales de las

autoridades en esta materia.

En este mismo orden de ideas, vale decir que la participación activa del trabajador propuesta acá,

difiere al papel que sostiene el delegado de prevención, sin necesidad de que exista un antagonismo; por

el contrario puede existir una sincronía o un sentido complementario. La participación activa la puede

ejercer cualquier trabajador, sin investidura especial, sindical o de delegado, puesto que solo se requiere

de su conocimiento ganada en la experiencia para convertirse en parte del proceso al momento de

plantear nuevas políticas de seguridad y salud ocupacional, cuando se considere mejorar las condiciones

laborales existentes, o cuando se esté llevando a cabo alguna modificación del puesto de trabajo,
introducción de nuevas herramientas, equipos o procedimientos de trabajo, para lo cual debe considerarse

las opiniones y sugerencias.

De igual manera, vinculando a todo el personal en la planificación y ejecución de los planes de

emergencia pueden ejercer una participación activa, puesto que como conocedor del recinto universitario

puede dar luces en los planteamientos de estas actividades. Al mismo tiempo puede integrarse a

cualquiera de las brigadas que se conformen en los planes de emergencia, recibir capacitación y ser un

agente multiplicador en su grupo de trabajo.

Todo lo expuesto aquí lleva a comprender la relevancia que tiene la participación activa de la fuerza

laboral de los centros universitarios, para concebir una política de seguridad y salud ocupacional intra-

universitaria adecuada a los nuevos paradigmas de las organizaciones modernas, no queda duda de los

aportes que pueda realizar en cada etapas de implantación de la política resulta de gran valor y la

enriquece sobremanera; y se ha argumentado bastante sobre este aspecto; con ello debe quedar atrás la

visión clásica de imponer la política de seguridad y salud ocupacional en las organizaciones, sin

considerar las opiniones y enfoques de los interesados en este temática, pues con ello se corre el riesgo

de dejar a un lado elementos trasnversalizadores que pueda dinamizar la construcción de una política

efectiva, y por el contrario se conciban políticas con estilos autoritarios, ineficientes que descansen

solamente en tecnicismos, sin hacer una consideración holística que conduzca a una política preventiva

humanizada.

De aquí entonces que se propone un enfoque de la seguridad y salud ocupacional mucho más

participativo, apegado a los principios legales y normativos vigentes en la legislación venezolana, pero

que emerja desde la esencia de la participación del trabajador universitario, con orientaciones desde las

unidades orgánicas encargadas de administrar esta política en la institución y el apoyo de los líderes y

responsables de este centro de trabajo.


FIGURA 5.
Representación Gráfica del Modelo Teórico.

Fuente: Gómez (2022).

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