Centenario de La Identidad - Borrini
Centenario de La Identidad - Borrini
Centenario de La Identidad - Borrini
identidad y la comunicación
corporativa Argentina
Por Alberto Borrini
Uno de los miembros fundadores del GIECI, Joan Costa, se referirá en estos días al
acontecimiento en una charla magistral durante el acto de apertura del año académico de la
Universitat Abat Oliba Ceu, de Cataluña. En la Argentina, el centenario inspiró una de las
últimas columnas del diario La Nación. La onda expansiva de un suceso que había quedado en
el desván de la comunicación de las empresas está pasando por otros países europeos, donde
no sólo involucra a los DirComs sino también a diseñadores, arquitectos y sociólogos con
buena memoria que recuerdan a los pioneros, sobre todo a Behrens, en cuyo estudio se gestó
la Bauhaus.
Sorprende y asombra no sólo la actualidad profesional del modelo inaugurado por Behrens y
Neurath (que muchas empresas de hoy no llegan a lograr), sino también la jerarquía intelectual
de los pioneros. Behrens (1868-1940) comenzó como pintor, y luego se dedicó a la arquitectura
y al diseño gráfico e industrial. En su taller colaboraron Le Corbusier y dos de las figuras
principales de la inminente Bauhaus (inaugurada en 1919): Walter Gropius y Ludwig Mies van
der Rohe. Una disciplina comunicacional tan moderna hunde sus raíces centenarias en un
movimiento emblemático que abarca valiosas experiencias artísticas y culturales.
Por otra parte, la temprana y ejemplar iniciativa de AEG es otra prueba de que la identidad y la
comunicación corporativas son de origen europeo, donde no germinó rápidamente; un sistema
parecido tuvo que esperar hasta que Adriano Olivetti lo aplicara exitosamente en Ivrea, Italia,
veinte años después. Cabría agregar que en Europa, concretamente en España, se publicó el
primer libro que se refiere a la nueva orientación desde el título: La imagen de empresa.
Métodos de Comunicación Integral, escrito por nuestro conocido Joan Costa.
Él y varios miembros fundadores del GIECI se suman a través de esta columna, a un homenaje
al primer DirCom y a la primera empresa que tuvo la valentía de sumarlo, junto con Neurath, a
su directorio.
Joan Costa: "Los cien años de juventud" de AEG no sólo significan que su herencia se ha
extendido por todo el mundo con la práctica de la identidad corporativa, que ella creó, sino
también lo que tal vez sea más significativo aún respecto de la marca: la gran firma eléctrica
Electrolux, actual propietaria de AEG, ha incorporado este nombre como marca de refuerzo.
Hoy es Electrolux-AEG. Cabe agregar también que, de hecho, con Behrens y Neurath, el
diseño en sentido global y la sociología de la comunicación entraron por primera vez en el
mundo de la empresa. La guinda del postre es que sigue en vigencia el logo diseñado por los
pioneros en 1908.
Jorge Irazu: ¿Podríamos hoy rememorar la figura del talentoso Behrens y su rol como
precursor del concepto de comunicación corporativa si no hubiese existido un empresario como
Emil Rathenau, director general de AEG en esos momentos? No, sin duda. Porque él también
convocó a Otto Neurath, un filósofo y sociólogo austríaco que hizo un enorme aporte a la
identidad corporativa institucionalizando las comunicaciones internas. A él se debe, por
ejemplo, la creación de la base del lenguaje universal de pictogramas que, en su esencia, se
mantiene vigente hasta hoy. Sería muy conveniente que así como Walter Gropius, tan ligado a
estos creadores, se refería a "diseñar procesos de vida", las actuales universidades, a través
de sus facultades de comunicación, retomen estas líneas de pensamiento que han probado ser
capaces de sobrevivir a la rápida obsolescencia de las tecnologías.
Juan Pablo Franco: Cien años después del primer caso de comunicaciones "integradas", aún
hay multiplicidad de ejemplos de comunicaciones "tironeadas", estilo Tupac Amaru. Pienso en
compañías que descerrajan fuertes campañas de prensa predicando las virtudes de sus
acciones de RSE, mientras que no tienen idéntico cuidado en la calidad de sus productos,
servicios y atención a sus clientes y empleados. Pienso también en empresas donde las
acciones de marketing no son sinérgicas con las comunicaciones institucionales o con las
comunicaciones internas. En fin, prácticas de comunicación que no aportan una verdadera
"ingeniería de la imagen" como plantea Costa en su libro. Injusto sería negar los grandes
avances de la comunicación institucional entre las empresas argentinas, la cada vez mayor
jerarquización de los DirComs y el reconocimiento de las comunicaciones como una disciplina
tan importante como la gestión "dura" de las compañías. Por eso, bien vale una apelación a
una vigilia en armas en pro de una mayor profesionalización de las comunicaciones
institucionales o integradas.
Hace un siglo, Peter Behrens se convertía en el primer DirCom
No habría que olvidar tampoco, en este breve repaso de la integralidad comunicacional a otro
adelantado: Joan Costa, cuyo libro “La imagen de empresa. Métodos de comunicación
integral”, fue presentado en 1977. Diez años antes de que Don Schultz estrenara su cátedra
“Comunicaciones Integradas de Marketing”, limitada a esta especialidad, en la universidad de
Northwestern.
El secreto de vivir
Carlos Méndez Mosquera, arquitecto, diseñador, publicitario, pionero del diseño gráfico en
nuestro país y actualmente titular de Ediciones Infinito, explica que los criterios de Behrens
fueron aplicados por primera vez en dos empresas argentinas: Fate y Siam. En el primero
intervino él personalmente; el segundo estuvo a cargo
del grupo Onda.
Méndez Mosquera siguió también de cerca el caso Olivetti. “Conocí a Giovanni Pittori, el
diseñador jefe, durante mis viajes a Italia; Adriano había depositado toda su confianza en él,
con el propósito de que Olivetti se posicionara como “la empresa moderna de escritura a
máquina”
Poco después, recuerda el diseñador argentino, se produjo el caso IBM. Thomas Watson Jr.
buscaba un modelo de lo que quería hacer y lo encontró en la tienda de Olivetti en Nueva York.
Las máquinas, de elegantes colores, habían ganado por primera vez la vereda para que los
peatones las probaran. Todo rezumaba belleza, elegancia y vitalidad en el lugar.
La identidad corporativa
La idea fue impulsada por Emil Rathenau, ingeniero y director general de la marca, quien
decidió la incorporación de un diseñador y un sociólogo a la cúpula de la empresa, que no
entendía cómo se ponía al mismo nivel de otros directores, economistas e ingenieros, a
profesionales “improductivos” como Behrens y Neurath.
“Los incorporo para que se ocupen de los problemas vitales de la empresa”, explicó Rathenau.
“ ¿Más que los de la economía, la técnica y la producción?”, le preguntaron. “Por lo menos,
tanto como éstos”. Tenía razón, subraya Costa, porque se trataba de la cultura y las relaciones,
de índole sociológica, y de la forma de los productos, las fábricas, las oficinas y los mensajes,
órbita del diseño.
Medio siglo más tarde, como apunta también Costa, el concepto de los innovadores adoptó un
nombre anglosajón: corporate indentity. Muchos se confundieron y creyeron que el interés por
la identidad había nacido en Estados Unidos, “pero es de origen aleman, como la imprenta
gutenberguiana, la psicología de la percepción , la teoría de la forma, la litografía y la
Bauhaus”.
Conviene añadir que Behrens estrenó, además, una función que hoy se la conoce como
DirCom, o Director de Comunicación, que tampoco es de origen norteamericano, sino europeo.
Si bien el libro que comenzó a popularizarlo, “Les dircoms”, fue editado en Francia en 1993, en
España ya había servido para bautizar, en 1992, a la Asociación de Directivos de
Comunicación ( DirCom ), cuya versión local, el Círculo DirComs, fue creada en Buenos Aires
en 2002 para agrupar a los herederos de Behrens.