Vendedores Ambulantes Bogota

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VENDEDORES AMBULANTES EN LA CIUDAD DE BOGOTÁ

APLICACIÓN DEL PRINCIPIO DE CONFIANZA LEGITIMA EN GARANTÍA


DEL DERECHO AL TRABAJO SIN PERJUICIO DEL DERECHO AL USO DEL
ESPACIO PÚBLICO.

DARLYN DAYANA MAYORAL SIERRA

TESIS DE GRADO

UNIVERSIDAD SANTO TOMAS

SEDE TUNJA

2023
RESUMEN

La confluencia del principio de confianza, como garante del derecho al trabajo y el uso del
espacio público, es uno de los debates más álgidos dentro de las grandes ciudades del país,
en especial en la capital, ya que protege las labores de los vendedores ambulantes mientras
ellos utilizan el espacio público como su lugar para obtener sus ingresos diarios a través de
diversas actividades económicas que en algunos casos pueden llegar a ser invasivas para el
resto de los ciudadanos. De allí, la controversia y el choque de garantías jurídicas, puesto que
este tipo de comercios informales abastecen un gran porcentaje de colombianos que no tienen
acceso a una ocupación formal, por lo tanto, no pueden emplearse medidas prohibicionistas
de estas prácticas.

En este orden de ideas, esta investigación explora la relación de las características


particulares del trabajo ambulante, examina cómo la confianza mutua entre vendedores y
autoridades puede influir en la creación de marcos normativos que respeten los derechos
fundamentales de las personas y la necesidad de regulación del espacio público. Todo esto
mediante la elaboración de regulaciones y políticas públicas que pueden ayudar a mermar
esta problemática social.

2
TABLA DE CONTENIDO
RESUMEN ............................................................................................................................ 2

INTRODUCCIÓN ................................................................................................................ 6

1. ASPECTOS GENERALES DE LA INVESTIGACIÓN ........................................ 10

1.1. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA: ......................................................... 10

1.2. FORMULACIÓN DEL PROBLEMA O PREGUNTA DE


INVESTIGACIÓN: ........................................................................................................ 11

1.3. OBJETIVOS: ....................................................................................................... 11

1.3.1. OBJETIVO GENERAL: ............................................................................. 11

1.3.2. OBJETIVOS ESPECÍFICOS: .................................................................... 11

1.4. JUSTIFICACIÓN:............................................................................................... 12

1.5. ESTADO DEL ARTE .......................................................................................... 13

1.6. METODOLOGÍA:............................................................................................... 17

CAPÍTULO 1 ...................................................................................................................... 19

ANTECEDENTES SOCIO-JURÍDICOS FRENTE A LA APLICACIÓN DEL


PRINCIPIO DE CONFIANZA LEGÍTIMA QUE TIENEN LOS VENDEDORES
AMBULANTES A NIVEL NACIONAL E INTERNACIONAL................................... 19

1.1. Panorama internacional del comercio informal................................................ 19

1.2. Principio de confianza legitima a nivel internacional....................................... 21

1.3. Panorama nacional del comercio informal ........................................................ 22

1.4. Principio de confianza legitima en Colombia .................................................... 23

1.5. Su relación con el derecho al trabajo ................................................................. 26

1.6. Su relación con el derecho al uso del espacio público ....................................... 28

DE LA POBLACIÓN VENDEDORA AMBULANTE O TRABAJADORES


INFORMALES EN LA CIUDAD DE BOGOTÁ DURANTE EL PERIODO 2018-
2022. ..................................................................................................................................... 34

3
2.1. Relevancia del Covid-19 en las estadísticas del comercio informal dentro del
territorio nacional ........................................................................................................... 36

2.2. Cifras Nacionales del Comercio Informal ......................................................... 39

2.3. Índices de Informalidad en la ciudad de Bogotá ............................................... 45

CAPÍTULO 3 ...................................................................................................................... 59

ALCANCE DE LAS POLÍTICAS PÚBLICAS DEL DISTRITO CAPITAL CON


RESPECTO AL AMPARO DE LOS DERECHOS DE LOS VENDEDORES
AMBULANTES .................................................................................................................. 59

3.1. Políticas públicas en pro de los vendedores ambulantes .................................. 62

CONCLUSIONES .............................................................................................................. 69

REFERENCIAS ................................................................................................................. 72

4
TABLA DE GRÁFICOS

Gráfica 1: Consecuencias para los vendedores informales en Bogotá ................................. 38

Gráfica 2: Panorama del comercio informal en el país, Noviembre (2021-2022) ............... 40

Gráfica 3: Boletín informativo comercio informal, trimestre Julio- Septiembre

(2021-2022) .......................................................................................................................... 42

Gráfica 4: Informalidad por ciudades ................................................................................... 43

Gráfica 5: Ocupados informales por tamaño de empresa ..................................................... 44

Gráfica 6: Caracterización por género del comercio informal en Bogotá ........................... 47

Gráfica 7: Caracterización por edad del comercio informal en Bogotá .............................. 48

Gráfica 8: Lugar de origen de los vendedores informales en Bogotá .................................. 50

Gráfica 9: Grupos Étnicos de los vendedores informales en Bogotá ................................... 52

Gráfica 10: Grupos diferenciales de los vendedores informales en Bogotá ......................... 53

Gráfica 11: Nivel Educativo de los vendedores informales en Bogotá ................................ 54

Gráfica 12: Razones de no interés en formación educativa de los vendedores informales en


Bogotá................................................................................................................................... 56

5
INTRODUCCIÓN

En el complejo entramado de las relaciones laborales y la ocupación del espacio público, la


situación de los vendedores ambulantes se presenta como un desafío multidimensional que
requiere una comprensión profunda de las dinámicas legales y sociales. Esta investigación se
enfoca en la convergencia de dos aspectos fundamentales: la aplicabilidad del principio de
confianza en garantía del derecho del trabajo y el uso del espacio público por parte de los
vendedores ambulantes. Este segmento laboral, que se ha convertido en una parte integral de
la vida urbana, opera en un espacio ambiguo donde las normativas laborales y las
regulaciones urbanas convergen.

El principio de confianza, como pilar del derecho del trabajo, se ha destacado por
fomentar relaciones laborales justas y equitativas. En el caso de los vendedores ambulantes,
cuyas actividades a menudo transcurren en entornos caracterizados por la movilidad y la
diversidad, la aplicación de este principio adquiere una relevancia particular. La falta de
estructuras laborales tradicionales y la naturaleza efímera de sus transacciones comerciales
hacen que la confianza mutua entre vendedores y autoridades sea esencial para garantizar
condiciones laborales adecuadas.

La ocupación del espacio público por parte de los vendedores ambulantes plantea otro
aspecto crucial. La ciudad, como escenario de interacción social y económica, requiere un
equilibrio delicado entre la necesidad de regulación y el reconocimiento de la contribución
única de los vendedores ambulantes a la vitalidad urbana. Por lo tanto, este artículo se
propone analizar cómo la aplicación del principio de confianza puede influir en la regulación
del uso del espacio público por parte de los vendedores ambulantes, promoviendo un enfoque
que reconozca sus derechos laborales sin descuidar las necesidades urbanas y el orden del
espacio público.

A través de una revisión exhaustiva de la legislación, jurisprudencia y estudios del


caso específico de la ciudad de Bogotá, este trabajo se propone explorar los desafíos y
oportunidades asociados con la aplicación conjunta del principio de confianza y la regulación
del espacio público en el contexto de los vendedores ambulantes.

6
Debido a que, expone la realidad del comercio informal, dentro de una nación que
carece de oportunidades para brindarle una estabilidad laboral y económica a todos sus
habitantes, de allí que recuran a esta clase de alternativas para subsistir por lo tanto es
responsabilidad del Estado brindar las herramientas necesarias para la protección de los
derechos fundamentales de esta población, sin dejar de lado el derecho general de los
ciudadanos a poder transitar libremente en el espacio de todos, sin temor a la posible
inseguridad u otras problemáticas que estos puedan causar.

En razón a este panorama, se busca no solo comprender la situación actual, sino


también ofrecer recomendaciones prácticas para armonizar los derechos laborales de este
grupo con las exigencias urbanas, propiciando así una convivencia armónica y justa en los
espacios públicos de nuestras ciudades.

Con estas ideas claras se pretende dar respuesta a la siguiente pregunta problema:
¿Cuál ha sido la función reglamentaria del Distrito frente a la situación de los vendedores
ambulantes, durante el periodo de 2018-2023, respecto a la aplicación del principio de
confianza legítima y la garantía al derecho del trabajo sin perjuicio del derecho al uso del
espacio público?

Con esta idea clara se pretenden desarrollar, tres ejes temáticos que ayudan a definir
los argumentos que luego respaldaran las respuestas finales y recomendaciones, hacia el
problema que plantea la interrogante. En primer lugar, se realizará una revisión de
regulaciones jurídicas para determinar cuál ha sido el avance normativo que ha tenido el
principio de confianza legitima en el tema referido a los vendedores ambulantes, los derechos
fundamentales que protege y las discusiones de la Corte Constitucional, en pro de los
vendedores ambulantes, mientras se realizaban juicios de ponderación en relación con otro
tipo de garantías, en especial aquellas ligadas al espacio público.

Tal panorama evaluara esto desde la perspectiva nacional e internacional, en razón


que las normas aplicadas por entidades estatales como nacionales permiten tener una idea de
como la forma de interactuar del derecho con las necesidades de esta población. Algunas de
ellas, serán la policía nacional y las alcaldías municipales. La primera ligada a la rigidez que
existe con la protección al espacio desde la prohibición del comercio informal y la segunda,

7
a la aplicabilidad de las iniciativas de políticas públicas que cuiden de esta población y que
les brinden oportunidades diferentes de adaptación fuera de la informalidad, para que su
subsistencia no dependa de esta.

En segundo lugar, se realizará un estudio estadístico en el desarrollo del segundo eje


temático en el cual se analizaran los datos del comercio informal, dentro del territorio
nacional, en el periodo del 2018 al 2023, empleando las estadísticas brindadas por los
boletines trimestrales del DANE con la idea de compaginar la realidad mostrada por las cifras
que están viviendo los vendedores ambulantes a lo largo de todo el país, así como las
necesidades que estos han tenido y desafíos que han surcado en este periodo de tiempo.

Especialmente, se dispondrá una mención especial al fenómeno del COVID-19, el


cual habría agravado la situación del comercio informal en el país y en los años posteriores
a este, se evidenciará el intento de recuperación paulatino que ha tenido el país de recuperar
la mayor cantidad de ocupación laboral desde la formalidad, aunque este sea lento y poco
alentador.

Junto con este análisis general, se realizará el desglose de las caracterizaciones


estadísticas relacionadas con los factores que propician la informalidad en el país, evaluando
un grupo de vendedores ambulantes de la capital colombiana, los cuales serán delimitados
en grupos poblacionales, genero, educación, lugar de procedencia, entre otras variables para
poder encontrar tendencias que ayuden a la fundamentación de políticas públicas dentro de
esta ciudad, contribuyendo al debate sobre la formulación de políticas laborales inclusivas
que reflejen la realidad laboral cambiante, promoviendo la equidad y la justicia en el ámbito
de los vendedores ambulantes. Tal estudio se realizó en el año 2019, fecha de los análisis de
datos más recientes realizados por la Alcaldía Mayor de Bogotá.

Finalmente, en el tercer eje temático, se sustentarán las políticas públicas que se han
implementado en las ciudades de Bogotá durante el periodo de tiempo de la investigación,
ya después de conocer el panorama de la capital se debe examinar el avance que ha habido
en las regulaciones a favor de esta población. Este eje es fundamental para la investigación,
debido a que la realización de políticas públicas en estas áreas suele estar orientadas a la
inclusión social y económica, lo que favorece el respaldo a los vendedores ambulantes a

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contribuyendo a la generación de empleo en la ciudad. Además, al facilitar su operación
dentro de un proyecto establecido, se promueve la dinamización económica, ya que estos
comerciantes constituyen una parte esencial del tejido comercial local.

En el objeto de la investigación, la implementación de estas políticas deja ver la


mejora que se ha instaurado con el pasar del tiempo y presenta un precedente que puede
tenerse en cuenta en zonas del país donde los porcentajes de comercio informal son aún más
altos. Además, estudia el comportamiento de las instituciones conforme va evolucionando
las normas y las políticas implementadas, ya que el tratamiento proteccionista del espacio
público no solo se encuentra en debate por la colectividad, sino por todos aquellos que
necesitan ejercer su derecho al trabajo, como su única alternativa para sobrevivir sin otra
opción.

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1. ASPECTOS GENERALES DE LA INVESTIGACIÓN

1.1. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA:


Los vendedores ambulantes son percibidos como todas aquellas personas que venden bienes
y servicios en los espacios públicos y trabajan usualmente sin licencia o protección legal. Al
respecto, para el año 2022 la problemática social de los vendedores ambulantes en Colombia
aumentaba a 12,9 millones de personas vendedoras ambulantes, de los cuales una alta
población se localiza en la capital del país (Bogotá), donde hay 39.620 vendedores informales
según el IPES (Infobae, 2022).

La mayoría de estos vendedores, son personas que ganan por día y no pueden pagar
un local o un establecimiento de comercio privado, así como también, son personas que por
regla general usan esta actividad como único medio de sustento económico propio y/o de su
núcleo familiar (DANE, s.f.). En ese sentido, al referirse a esta actividad, automáticamente
el pensamiento se remite al choque de derechos entre el disfrute del espacio público y trabajo.

El principio de confianza legítima, por su parte, es considerado como un criterio que


permite que el administrado confíe en la situación de hecho que ha sido tolerada por la
administración, en otras palabras, existen expectativas por parte de un individuo las cuales
son suscitadas por un sujeto de derecho debido a un determinado comportamiento en relación
con el otro, o ante la comunidad jurídica en su conjunto (Grisales, 2021). En ese orden de
ideas, el Estado no puede cambiar abruptamente las reglas de juego que regulan las
situaciones con los particulares, sin que se les otorgue a los particulares un período para
adaptarse a la nueva situación jurídica.

Las autoridades administrativas han tratado de realizar y adelantar políticas públicas


no sólo para recuperar el espacio público sino también para reubicar a los vendedores
ambulantes. Específicamente la Alcaldía de Bogotá desde el 2012 ha ido ejecutando diversas
estrategias para la recuperación del espacio público, sin embargo, esto no se ha logrado, pues
de acuerdo con el DANE en Bogotá esta población ha ido en aumento, más aún con las
consecuencias de estabilidad económica que trajo consigo la pandemia Covid-19, donde
subió indiscriminadamente la tasa de desempleo obligando a muchas personas a utilizar el
“rebusque” como única solución de su sustento (DANE, s.f.).
10
Conforme a lo anterior, precisa la corte Constitucional que el principio de confianza
legítima protege a los vendedores ambulantes respecto a los operativos de desalojo o
recuperación de espacio público, es así que aun con las estrategias llevadas a cabo por la
Alcaldía de Bogotá no ha sido posible equilibrar el principio de confianza legítima y
recuperación del espacio público, pues más allá de lo que implica el derecho al espacio
público, que debe entenderse como un derecho de todos avalado por el principio de interés
general, no puede desconocerse la importancia del derecho al trabajo y con ello la obligación
del Estado, en cabeza de las entidades administrativas de garantizar la efectividad de estos
derechos. Es así como la discusión se presenta en el choque del derecho al espacio público y
trabajo en relación con el principio de confianza legítima (Corte Constitucional, Sentencia
T427 de 2017).

1.2. FORMULACIÓN DEL PROBLEMA O PREGUNTA DE INVESTIGACIÓN:


¿Cuál ha sido la función reglamentaria del Distrito frente a la situación de los vendedores
ambulantes, durante el periodo de 2018-2023, respecto a la aplicación del principio de
confianza legítima y la garantía al derecho del trabajo sin perjuicio del derecho al uso del
espacio público?

1.3. OBJETIVOS:

1.3.1. OBJETIVO GENERAL:


Determinar la función reglamentaria del distrito frente a la situación de los vendedores
ambulantes en la ciudad de Bogotá durante el periodo de 2018 a 2023, respecto a la aplicación
del principio de confianza legítima y la garantía al derecho del trabajo sin perjuicio del
derecho al uso del espacio público.

1.3.2. OBJETIVOS ESPECÍFICOS:

• Analizar los antecedentes socio-jurídicos frente a la aplicación del principio de


confianza legítima que tienen los vendedores ambulantes, su relación con el derecho
al trabajo y el derecho al uso del espacio público, a nivel internacional y nacional.

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• Examinar los índices de la población vendedora ambulante en la ciudad de Bogotá y
los sectores donde más ejercen sus actividades comerciales, durante el periodo 2018-
2023.
• Establecer el alcance que tiene la Política Pública del Distrito Capital con respecto al
amparo de los derechos de los vendedores ambulantes de cara a preservar el espacio
público como bien común del distrito.

1.4. JUSTIFICACIÓN:
Con la Constitución de 1991 Colombia tuvo grandes cambios, ya que se dejó de lado la
actitud autoritaria y conservadora plasmada en la Constitución de 1886, se empezó a dar
prevalencia a la custodia, primacía y enarbolación de los derechos colectivos sobre los
individuales, se creó la Corte Constitucional con la finalidad de proteger la constitución y su
supremacía. En ese sentido, la Corte Constitucional ha desarrollado jurisprudencialmente los
preceptos contenidos de la Carta Política entre los cuales se encuentra el principio de
confianza legítima. Adicionalmente, el Consejo de Estado también ha adoptado dentro de sus
decisiones una interpretación constitucional ayudando al desarrollo de tal principio.

El principio de confianza legítima respecto a la restitución de los espacios públicos


dispone que:

(i) se aplica respecto de situaciones jurídicas que, o bien se encuentran en proceso de


consolidación, o que indican que no va a haber una modificación intempestiva o
brusca, y que no que se deriven de simples percepciones subjetivas o psicológicas de
los particulares; (ii) si el comportamiento de las autoridades administrativas dio lugar
a hechos inequívocos, concluyentes, verificables y objetivados que propiciaron el
surgimiento de expectativas legítimas consistentes en que la situación del vendedor
informal era jurídicamente aceptada y, (iii) consecuentemente con las conductas
posteriores asumidas por la Administración, el particular con base en los hechos
descritos en el numeral (ii) anterior, entendió que podía permanecer en el tiempo su
situación, tal circunstancia solo podría ser modificada mediante el ofrecimiento de
medidas que faciliten la adaptación del afectado a la nueva situación (Corte
Constitucional, Sentencia T427 de 2017).

12
En ese orden de ideas, se ha concluido por parte de la jurisprudencia que la
administración no puede actuar de forma sorpresiva contra los vendedores informales,
cuando se ha generado expectativas legítimas donde se concluye una tolerancia respecto al
uso del bien público para realizar su labor. Siendo evidente la colisión de dos valores de
rango constitucional (i) el deber del Estado de proteger el espacio público para uso común, y
(ii) la efectividad de los derechos al trabajo y mínimo vital de los vendedores ambulantes es
así que la Corte Constitucional acude al principio de confianza legítima como un equilibrio
de estos derechos (Corte Constitucional, Sentencia T427 de 2017).

Aún con el desarrollo jurisprudencial, las situaciones de invasión u ocupación de


espacio público son cada vez más notorias, y, en algunos sitios como la Jiménez se dificulta
la movilidad de las personas en la zona, de hecho, conforme a la Alcaldía de Bogotá son más
de 600 personas las que se ubican en el peatonal desde la calle 12 hasta la Avenida Jiménez,
el segundo desde la Avenida Jiménez hasta la calle 19 y el tercero desde la calle 19 hasta la
calle 24 (Alcaldía Mayor de Bogotá, 2022).

En ese sentido, esta investigación cobra importancia, al pretender establecer si el


principio de confianza legítima se ha flexibilizado al punto de desconocer el goce del espacio
público y generando un retroceso en la situación de los vendedores ambulantes, o si por el
contrario si ha implantado un punto medio entre los derechos al goce del espacio público y
el trabajo. Para ello se realizará un estudio aplicado de la normatividad vigente, el desarrollo
jurisprudencial adelantado por la Corte Constitucional y el Consejo de Estado, y las
actuaciones llevadas a cabo por parte de la administración de Bogotá.

1.5. ESTADO DEL ARTE


El proyecto de investigación quiere analizar la problemática de la flexibilización del principio
de confianza legitima respecto a la recuperación del espacio público. En ese sentido, es
importante destacar algunos puntos de vista de los autores respecto a la coalición de derechos
de espacio público y trabajo. Lo anterior visto desde la confianza legítima.

Pimiento Echeverri (2015) ha establecido que la prevalencia del interés general que
se ha marcado de forma enfática en la Constitución Política de 1991 sustenta la recuperación
del espacio público en virtud del art. 82 de la constitución. Ahora, conforme a Grisales Arena

13
(2021), la ocupación del espacio público es uno de los escenarios más cotidianos y por ende
hay una tensión entre el deber de velar por el espacio público y el derecho de las personas
que procuran la subsistencia en dicho espacio, por lo cual pese que prevalece el interés
general. En los casos de los vendedores informales amparados por el principio de confianza
legítima prevalece el interés de los vendedores ambulantes.

Ahora, la confianza legítima conforme a autores como De Viero y Coviello es un


principio general del derecho, y por ende es un instrumento idóneo para realizar el derecho
(Coviello,2004). Es así como, en Colombia Conforme a Amaya, Llinas y Perfán (2011) la
protección del principio se ha desarrollado por vía jurisprudencial. El principio de confianza
legitima tiene el objetivo de amparar situaciones que como tal no son un derecho pero que
merecen la protección del Estado. Lo anterior, porque la administración ha hecho creer que
una situación está cubierta por la ley, por lo cual, ha creado una expectativa de protección en
virtud del principio de buena fe (Grisales, 2021).

En efecto, el principio de confianza legítima pretende establecer un equilibrio entre


los derechos al trabajo y espacio público. No obstante, existe una problemática respecto al
principio de confianza legitima ya que según Valbuena (2008) este ha sido utilizado en
situaciones de extrema ilegalidad, como los vendedores ambulantes que han recibido
protección jurídica de sus intereses particulares siendo ocupantes irregulares del espacio
público.

Adicionalmente, García y Fontal (2020) indican que, al no existir un concepto claro


del espacio público en nuestro ordenamiento, y, el aumento de los vendedores estacionarios
(quienes permanecen en la ocupación total del espacio público) ya sea por la situación de
migración venezolana al país o por la situación del Covid-19, es más difícil recuperar el
espacio público y reubicar a los vendedores ambulantes. De hecho, Morales (2010) indica
que:

El comercio informal urbano callejero es ejercido principalmente por inmigrantes


campesinos o emigrantes de pueblos y pequeñas ciudades que buscaron en las grandes
ciudades mayores oportunidades de empleo y mejora de su nivel de vida. No obstante,
la realidad que encuentran al llegar a la ciudad es otra, pues, las pocas oportunidades

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de empleo a su alcance están relacionadas con oficios que exigen baja o ninguna
calificación y experiencia, y que son mal remunerados, situación que les induce a
emprender actividades de “rebusque” con el ánimo de incrementar sus ingresos y,
posteriormente, constituirlos como su principal fuente de sostenimiento (p.76).

La situación de aumento de los vendedores ambulantes y el desarrollo del principio


de confianza con respecto a la recuperación del espacio público ha hecho que autores como
Valbuena (2008) y Grisales Arena (2021) indiquen que si bien es cierto que las autoridades
han tolerado durante años la práctica de comercio informal de ocupación de los bienes de uso
público por parte de los vendedores estacionarios, la flexibilización del principio de
confianza legitima ha generado de alguna forma un obstáculo para recuperar el espacio
público. Además, hay una desnaturalización del principio nacido en países como Alemania
y España, en su aplicación en el sistema colombiano.

Siguiendo lo anterior, la Cámara de Comercio de Bogotá (2005) indicó que:

las ventas callejeras, tanto ambulantes como estacionarias, son un caso ejemplar de
aprovechadores gratuitos de las externalidades que resultan de la generación de
espacio público. Éstos invaden de manera desordenada andenes, esquinas, parques,
plazas y otros lugares del espacio público, generalmente en los lugares con mayor
afluencia de visitantes, zonas de alto tráfico y sectores donde se producen
externalidades de aglomeración y concurrencia. Así, la problemática que plantean las
ventas callejeras es compleja y su interpretación tiene diversos matices. En primera
instancia, hay que recalcar que las ventas callejeras son un fenómeno propio de las
ciudades y su tamaño e impacto depende de la capacidad de la economía de brindar
alternativas a los fenómenos de desempleo y subempleo y también de la capacidad de
absorber la oferta laboral dentro del sector formal (p.14).

Por ende, la problemática de flexibilización del principio de confianza legitima


impide la recuperación del espacio público conforme a los autores. De otro lado, los
vendedores ambulantes en aumento son personas que están en una situación de pobreza, y,
aunque se ha desnaturalizado el principio de confianza legítima a la idea original de Alemania
y España, esto ha sido por las pocas oportunidades de empleo y acceso al trabajo formal.

15
Pues conforme a Grisales Arena (2021),

la desnaturalización a la que se ha visto sometido el principio de confianza legítima


al ser incorporado en el ordenamiento jurídico colombiano. Se ha dado por el afán de
proteger derechos apremiantes de una franja considerable de la población
colombiana, en un contexto en el que el Estado no ha podido hacer frente a la
informalidad latente en el país (p.23).

Otro de los puntos que deben ser referenciados dentro del análisis del principio de
confianza legitima se presenta con respecto a su rango constitucional, aspecto sobre el cual,
el profesor García (2002), quien evidencia dicho rango a partir de su correlación con la
seguridad jurídica. Bajo esta perspectiva debe ser considerado que al analizar la protección
dada a esta confianza legitima por tener esta relación constitucional, se hace necesario
establecer los espacios en los cuales se debe garantizar dicho amparo, que para el profesor
López Mesa (2013), se presenta “cuando la confianza es genuina y ha quedado
antijurídicamente comprometida, debe ser tutelada por el derecho, pues en el fondo esta
protección es una especificación del principio general de la buena fe a este tipo de supuestos”
(p. 30), por lo cual se constante el alance de este principio.

Conforme se evidencia en los postulados anteriores, “el principio de la confianza


legítima es considerado por la Corte Constitucional como un principio autónomo, que se
encuentra directamente relacionado con los principios de buena fe, seguridad jurídica y
respeto por los actos propios” (Roa, 2009, p. 296), lo que permite determinar que este
principio cuenta con un soporte amplio en varios principios constitucionales.

Dentro de este mismo estado del arte se presenta fuentes que dan cuenta de las
problemáticas, mediante la cual se da cuenta de la vigencia de la problemática presente en
esta investigación para el caso del Distrito Capital, pues,

La ciudad de Bogotá si bien cuenta con varios programas para llevar a cabo la
recuperación del espacio público, esta problemática no ha disminuido
significativamente, y las políticas de reubicación tienden a no ser efectivas y los

16
vendedores informales vuelven al espacio público a trabajar (Castiblanco Bautista,
M. L., Murillo, D. C., Vaca Flórez, M. F., & Zapata Rojas, J. P. 2019, p. 60).

Lo anterior evidencia la complejidad de la aplicación de estos preceptos al momento


de lograr presentar una solución al respecto. De esta forma, la tendencia que tienen los
vendedores ambulantes de utilizar el espacio público es un hecho de especial preocupación
para los residentes de la ciudad capitalina, y por ello, existe tanto afán por evitar el desarrollo
de la actividad, o regularlo de alguna manera (González Rivera, A. N., & Vanegas Candil,
N. (2018).

1.6. METODOLOGÍA:
La presente tesis se llevará a cabo a partir del método dogmático y hermenéutico, el cual
permitirá realizar el análisis cualitativo y cuantitativo sobre los aspectos socio-jurídica de los
vendedores ambulantes o trabajadores informales en la ciudad de Bogotá durante los últimos
cinco años, el cual se estudiará a partir de diferentes fuentes bibliográficas, normativas y
jurisprudenciales, con las cuales se podrá examinar y determinar la aplicación efectiva del
principio de confianza legítima y la garantía del derecho al trabajo de dicha población sin
perjuicio del derecho de las demás personas al uso del espacio público. Adicionalmente, de
acuerdo con los objetivos específicos propuestos para el desarrollo de la presente
investigación se propone el siguiente diseño metodológico:

Tabla 1. Diseño metodológico

OBJETIVOS MÉTODO TÉCNICA DESCRIPCIÓN

1. Analizar los Esta metodología consiste en


antecedentes el análisis de información
socio-jurídicos Recolección,
cualitativa tras la revisión
frente a la selección y
documental de fuentes
aplicación del comparación de
bibliográficas y jurídicas que
principio de fuentes
Analítico- aportaran sustancialmente en
confianza bibliográficas, y
descriptivo el desarrollo la investigación.
legítima que jurídicas
A partir de dicho análisis se
tienen los nacionales e
vendedores podrá identificar y describir
internacionales
ambulantes, su los aspectos socio- jurídicos
relación con el tanto nacionales como

17
derecho al internacionales sobre la
trabajo y el uso aplicación del principio de
del espacio confianza legítima que
público, a nivel ostentan los vendedores
internacional y ambulantes en concordancia
nacional. con el derecho del trabajo y el
derecho al uso del espacio
público.
Es importante la aplicación de
2. Examinar los esta metodología para el
índices de la cumplimiento del presente
población
objetivo, el cual se sustentará a
vendedora
partir de la información
ambulante en la
ciudad de Bogotá Recolección, cuantitativa de informes
y los sectores sistematización y estadísticos frente a la
Analítico-
donde más análisis de situación de los vendedores
explicativo
ejercen sus fuentes ambulante en la ciudad de
actividades estadísticas Bogotá durante los últimos
comerciales, cinco años, para así determinar
durante el su aumento o disminución y
periodo 2018- los lugares en donde es más
2022. frecuentan sus actividades
comerciales.
3. Establecer el Esta metodología consistirá en
alcance que tiene explicar la normatividad y/o
la Política
políticas públicas que han sido
Pública del
aplicadas para la solución de
Distrito Capital
Recolección, la situación de los vendedores
con respecto al
amparo de los organización y ambulantes en la ciudad de
derechos de los Analítico- análisis de Bogotá, atendiendo a las
vendedores explicativo fuentes exigencias propias de su
ambulantes de bibliográficas y garantía al derecho del trabajo,
cara a preservar jurídicas. sin perjudicar el derecho al
el espacio uso del espacio público. A
público como partir de ello, se dará el
bien común del insumo para realizar unas
distrito. recomendaciones al respecto.

Fuente: Elaboración propia

18
CAPÍTULO 1

ANTECEDENTES SOCIO-JURÍDICOS FRENTE A LA APLICACIÓN DEL


PRINCIPIO DE CONFIANZA LEGÍTIMA QUE TIENEN LOS VENDEDORES
AMBULANTES A NIVEL NACIONAL E INTERNACIONAL

1.1. Panorama internacional del comercio informal

El comercio informal es ejercido a nivel mundial por personas en situaciones vulnerables,


que requieren de medios económicos para poder subsistir, ya que es un medio en el que se
pueden conseguir recursos mediante la venta de bienes y servicios sin registro ante las
autoridades pertinentes o permisos legales que impidan la actividad comercial en cualquier
sitio. Estos comerciantes a menudo trabajan en condiciones difíciles, sin protección legal y
sin acceso a los beneficios sociales y económicos que tienen al ser envestidos por la
formalidad legal.

Lo cual, se traduce en una vulnerabilidad hacia sus derechos fundamentales, debido


a que sin la posibilidad de acudir ante entes reguladores y de control que puedan protegerlos,
a menudo, estos son víctimas de la arbitrariedad y la falta de transparencia de las autoridades
públicas, que pueden confiscar sus bienes, imponer multas injustas y utilizar otros métodos
para controlar o eliminar la actividad comercial.

Tal panorama es preocupante, especialmente en naciones en vía de desarrollo donde


el comercio informal representa un nivel importante de ingresos para las personas que se
encuentran en escenarios de pobreza, ya que en estos casos la economía familiar, suele ser
sustentada por la informalidad, al ser el único camino para adquirir los ingresos básicos para
su subsistencia.

En la mayor cantidad de ocasiones las personas se ven obligadas a acceder a la


informalidad, por varias razones; la falta de oportunidades laborales dentro del país, los
índices altos de criminalidad que obligan a las personas a migrar a otras naciones o ciudades
del mismo país, donde la calidad de vida pueda mejorar o estabilizarse y el declive de la
economía que puede engrandecer la brecha socioeconómica en una nación provocando que
sean más las personas que se vean obligadas a realizar estas labores.

19
Por otro lado, cuando este fenómeno es continuamente repetido sin la posibilidad de
cambio o mejoramiento, suele convertirse en un círculo de pobreza repetitivo que condena a
los niños nacidos en estas circunstancias, debido al mínimo acceso de oportunidades, lo cual
condena a que los menores solo conozcan el acceso a estos comercios como una modalidad
de vida, muchas veces sin salida.

Todo este espectro de problemas sociales, es evaluado por los sistemas jurídicos de
cada nación, aunque ellos a su vez obedezcan los estipulado por los estamentos
internacionales, dentro de los cuales se encuentran los Objetivos de Desarrollo Sostenible
(ODS), los cuales son un llamado universal propuesto por las naciones unidas para cumplir
varias metas importantes que pueden ayudar para la mejora de la calidad de vida de todas las
personas en el mundo. Cada uno de ellos, abarca problemáticas sociales específicas que
buscan combatir dentro de las naciones (Naciones Unidas de Colombia, 2023).

En total las Naciones Unidas, han planteado 17 objetivos para lograr un futuro
sostenible para todos, en ellos:

se interrelacionan entre sí e incorporan los desafíos globales a los que nos enfrentamos
día a día, como la pobreza, la desigualdad, el clima, la degradación ambiental, la
prosperidad, y la paz y la justicia. Para no dejar a nadie atrás, es importante que
logremos cumplir cada uno de estos objetivos al 2030 (Naciones Unidas de Colombia,
2023).

En el caso de los vendedores ambulantes, el ODS número 8 se refiere a las iniciativas


internacionales relacionadas con el trabajo decente y el crecimiento económico, tema de
avance que se propone en acabar la modalidad de comercio informal. Específicamente, en la
meta 8.3, se dispone una iniciativa para la promoción de empleo y ayuda para constitución
empresarial, tanto de micro o de pequeñas empresas. Ambas alternativas viables para los
vendedores informales, ya que la mayoría de políticas públicas creadas por entidades
estatales, se orientan en la formación educativa para la formalización de los negocios que se
tengan creados o en la búsqueda de oportunidades para laborar con todas prestaciones y
garantías que por ley le corresponden a una persona. Explícitamente señala:

20
8.3 Promover políticas orientadas al desarrollo que apoyen las actividades
productivas, la creación de puestos de trabajo decentes, el emprendimiento, la
creatividad y la innovación, y fomentar la formalización y el crecimiento de las
microempresas y las pequeñas y medianas empresas, incluso mediante el acceso a
servicios financieros (Organización Internacional del Trabajo, 2023).

Junto con lo plasmado en este objetivo, se complementa lo estructurado en el ODS


número 10, el cual presenta la meta de regular las desigualdades sociales. Un tema también
acorde a las necesidades que fuerzan en gran medida a los habitantes de cualquier país o de
uno extranjero, a pertenecer a ocupaciones informales con el fin se subsistir por estos medios,
en razón a su falta de oportunidades en otra clase de medios laborales convencionales.

Todo esto sin duda, es un síntoma dentro de una nación de una brecha socioeconómica
amplia, en la que los derechos fundamentales de personas que realicen trabajos desde la
informalidad, pueden verse vulnerados. Por lo tanto, es una de las tareas dentro del territorio
colombiano cerrar esta brecha al máximo, para asegurar que la desigualdad e inequidad, sean
motivos para el incumplimiento de las garantías básicas de vida de todos los habitantes.

Tal misión se encuentra consignada en la meta 10.2, la cual señala lo siguiente:

De aquí a 2030, potenciar y promover la inclusión social, económica y política de


todas las personas, independientemente de su edad, sexo, discapacidad, raza, etnia,
origen, religión o situación económica u otra condición (Organización Internacional
del Trabajo, 2023).

1.2. Principio de confianza legitima a nivel internacional

El principio de confianza legítima tiene sus inicios en el derecho alemán específicamente en


Berlín por el caso del Tribunal Contencioso Administrativo Superior “Viuda de Berlín”. El
principio se desarrolló sobre la base de la confianza que protegía los derechos de los
administrados. Ahora, en el derecho alemán este principio no se encontraba en la ley
fundamental como tal, sino que fue desarrollado jurisprudencialmente sobre la base de los
principios de seguridad jurídica, previsibilidad y buena fe (Coviello, 2013).

21
1.3. Panorama nacional del comercio informal

En la actualidad, las calles de las ciudades y pueblos de Colombia se encuentran inundadas


de vendedores de toda clase de artefactos, comida e incluso servicios. Los vendedores de
toda clase de productos usan las esquinas para poder dar a conocer sus objetos de venta, los
patrocinan, por medio de la vistosidad del puesto en el que se ubican y emplean carteles
coloridos que llamar la atención de los transeúntes y para ellos posibles clientes. Todo ello,
con la idea de poder subsistir a través de una pequeña idea de negocio que en muchos casos
surge de la necesidad de mantenerse en un mundo donde las oportunidades, no es posible
alcanzarlas con facilidad o con los estudios requeridos para encontrar un trabajo digno.

A esta situación se le suma el panorama de desempleo generalizado que se vive en la


nación colombiana, en la que las personas sin un título profesional o sin terminas su básica
secundaria, son ignoradas en la contratación general y casi subsistir, se convierte en una
batalla incesante en la que cualquier medio es válido para poder conseguir los medios para
comer y mantenerse a sus familias. Todo ello, produce un efecto importante en la interacción
de las personas en la sociedad, ya que este factor de desempleo propicia prácticas como la
criminalidad en materia de hurtos o en caso de mantener la licitud de sus actos, prefieren la
venta informal de toda clase de productos, a lo largo y ancho de los espacios públicos e
incluso en el transporte.

Sin embargo, para efectos de esta investigación se hará referencia a las ventas
informales en sitios públicos, especialmente aquellas que pueden llegar a ser conflictivas para
asuntos como la movilidad de los ciudadanos a través de las aceras o que en pueden llegar a
ser ilícitas o dañinas bajo la imagen de ser un negocio de buena fe. En esta clase de escenarios,
el derecho se ha ido transformando de forma progresiva a la realidad de las naciones, ya que
debe velar no solo por los derechos de los transeúntes, también por aquellos que usan esta
clase de prácticas comerciales como forma de trabajo (Duque, 2021).

Es precisamente de esta idea, que surge el principio de confianza legitima, el cual es


conocido como una herramienta de protección para los vendedores ambulantes, debido a que
permite el desempeño de las labores informales en los espacios públicos de las ciudades y
pueblos del país, sin que exista el temor de que las autoridades, realicen cualquier acto en

22
contra de estos tipos de negocios, tales como el desalojo del espacio en el que se encuentre,
si este resulta ser público.

Lo anterior, obedeciendo el amparo que ofrece las regulaciones jurídicas, en primer


lugar, la Constitución política de Colombia, indica en su artículo 58, que en la nación es
reconocido el derecho a la libre empresa y al trabajo, precediendo así lo consignado en el
Código Nacional de Policía y Convivencia a, la Ley 1801 de 2016, en el segundo capítulo
referido al cuidado e integridad del espacio público en donde se consigna en los artículos que
lo conforman (139 y siguientes), las conductas no permitidas en un espacio público y presenta
la lista de objetos que son prohibidos para comercializar en las calles.

Sin embargo, no prohíbe o limita la conducta de un comercio legal ejercido


informalmente, es inclusive cuidado a través de la jurisprudencia y normas que garantizan
asuntos como el mínimo vital, la dignidad humana y el trabajo de los vendedores ambulantes,
al ser una población vulnerable, toda esta información se encontrará consignada con mayor
precisión en los siguientes apartados donde se hará referencia a los dos derechos mayormente
regulados exegéticamente en pro de estos comerciantes.

1.4. Principio de confianza legitima en Colombia

Conforme a Bermúdez (2011) la confianza legitima es el amparo que tiene el ciudadano


respecto a la administración pública, para que esta siga actuando de la forma en que lo ha ido
haciendo. En ese sentido Diez (2012) señala sobre este principio que,

Una práctica administrativa continuada puede generar -y de hecho genera- la


confianza en el ciudadano de que se tratará del mismo modo que en los casos
anteriores. Por ello, no parece justo que la Administración pueda cambiar su práctica
con efectos retroactivos o de forma sorpresiva (Bermudez,2011).

El principio de confianza legitima, se desarrolla a partir de la confianza que los


particulares dan a la administración respecto a una práctica continuada. Por ende, el principio
impide que la administración actué de forma contraria a las expectativas generadas por el
ciudadano.

23
Ahora, conforme a Jara (2016) el principio tiene dos dimensiones una objetiva y una
subjetiva. En la dimensión objetiva están las reglas que rigen la relación de los poderes
públicos y los ciudadanos, y, en la dimensión subjetiva se presenta como un mecanismo al
que puede recurrir las diferentes ramas de poder para interpretar conceptos jurídicos
indeterminados, como una forma de flexibilizar las normas de derecho objetivo aplicable a
las situaciones concretas.

A nivel jurisprudencial, la Corte Constitucional ha desarrollado la problemática de


los vendedores ambulantes y el principio de confianza legitima desde 1999. La sentencia SU
601 de 1999, sirvió para que el Alto Tribunal Constitucional estableciera que el desalojo de
los vendedores ambulantes tiene que ir acompañada de algunas medidas a favor de estos, ya
que los trabajadores informales se encuentran amparados por el principio de confianza
legitima. Así mismo se debe garantizar la reubicación de tales trabajadores luego del
desalojo. Esta postura fue reafirmada en la sentencia SU 360 de 1999.

Posteriormente, la Corte Constitucional en la sentencia T754 de 1999 estableció que


la administración debe de proteger el espacio público, pero también el derecho al trabajo de
las personas que resultan afectadas en la recuperación del espacio público, todo ello en virtud
del principio de confianza legitima. En la Sentencia T983 del 2000 el Tribunal Constitucional
recordó las garantías procesales al momento de desalojo de las personas que laboran en el
espacio público, y la necesidad de reubicación de estos.

En la Sentencia T772 de 2003 la Corte Constitucional hizo alusión a la problemática


de los vendedores ambulantes, y resaltó que es un deber del Estado recuperar el espacio
público, sin embargo, esta recuperación no se puede realizar omitiendo el principio de
confianza legítima y más aun afectando a los vendedores ambulantes.

El alto tribunal indicó que:

Es innegable que existen empresarios que, aprovechándose de la crisis, se sirven de


vendedores ambulantes para distribuir sus productos, compitiendo deslealmente con
las empresas comerciales que operan en forma regular. Esta situación es grave, y debe
ser atendida por las autoridades de regulación e intervención económica competentes,

24
mucho más cuando tales productos se distribuyen en las calles con plena
identificación de marca, lo cual permite identificar fácilmente a quienes realmente se
benefician de su comercialización irregular (Corte Constitucional, Sent. T772, 2003).

En ese sentido, resulta una problemática aun mayor para la sociedad, pues no siempre
la responsabilidad debería recaer en el vendedor ambulante que realiza actividades de
comercio de manera informal, sino también en las empresas avalan dicha práctica, tomando
como provecho de manera indebida la crisis social y económica actual. Al respecto, la Corte
Constitucional señaló que dichas crisis debían ser solucionadas por el “Estado al nivel de las
empresas, y no al nivel de las personas” (Corte Constitucional, Sent. T772, 2003), que, ante
la ausencia de oportunidades reales de trabajo, su única alternativa la encontraban en la calle,
mediante el comercio informal.

En ese sentido, la postura desarrollada respecto a la necesidad de protección de los


vendedores ambulantes, en virtud del principio de confianza legítima y el derecho al trabajo
se ha mantenido desde 1999 hasta la última sentencia de la Corte Constitucional que es la
sentencia T073 de 2022. Es así como se observará que en la sentencia T926 de 2010 la corte
indica que el Estado debe respetar las expectativas favorables que su actuación ya sea activa
u omisiva ha generado respecto a los vendedores informales establecidos en espacios
públicos.

En la sentencia T152 de 2011 subrayó que prevalece el interés particular de los


vendedores ambulantes sobre la recuperación del espacio público. En la sentencia T244 de
2012 recordó que el deber de recuperar el espacio público no puede lesionar el mínimo vital
de los vendedores ambulantes ni privarlos de sus oportunidades económicas. Esto se mantuvo
en las sentencias T386 de 2013, T231 de 2014, T481 de 2014, T692 de 2016, T257 de 2017,
T067 de 2017, T243 de 2019 y T073 de 2022.

Así mismo, la Corte Constitucional en sentencia C211 de 2017 indicó que era
inconstitucional las sanciones policiacas por el trabajo informal cuando la administración no
ha iniciado y agotado previamente el programa de reubicación y formalización de la actividad
estatal, y la sentencia C489 de 2019 por medio de la cual se demanda la constitucionalidad

25
del artículo 140 numérale 6 de la Ley 1801 de 2016, la Corte recordó la problemática de la
confianza legitima y la sentencia C211 de 2017.

Estableciendo el Alto Tribunal Constitucional un ámbito de protección amplio


respecto a los trabajadores informales en específico los vendedores ambulantes en la
recuperación del espacio público y el principio de confianza legítima.

1.5. Su relación con el derecho al trabajo

El concepto de economía informal es utilizado para definir distintas situaciones desde hace
más 40 años. En esta categoría se agrupa una serie de actividades económicas relacionadas
con la baja productividad y pobreza de quienes la realizan para apuntar a una mejor calidad
de vida. Ahora, desde sus inicios la categoría de la economía informal estuvo ligada al
quehacer de las políticas públicas. Es así como el trabajo informal es asociado con actividades
de subsistencia de quienes trabajan en sectores marginales de la economía (Palacios, 2011).

Hart, conforme a García y Fontal (2020), fue el primer teórico en definir la


problemática de la economía informal de la siguiente forma:

En los países en desarrollo, en lugar de desempleados abundan los que trabajan, pero
obteniendo ingresos insuficientes por la baja productividad de sus ocupaciones.
Reconoce que existen algunas relaciones funcionales de la informalidad con el resto
de la economía, y concluye entonces que, si no se obstaculiza su funcionamiento,
estos trabajadores podrán generar ingresos crecientes. Propuso una descripción de la
realidad observada a partir de la cual se determinaron las características de la
informalidad.

La economía informal conforme a Calderón (2021) abarca a todas las personas que
se encuentran un empleo sin la debida protección laboral, en ese sentido carecen de
protección social o legal básica que tiene un trabajador formal. Conforme a Medina citado
por Calda (2010) la OIT, señaló que las actividades informales, eran todas aquellas que tenían
pocas barreras de entrada, y cuyas operaciones se daban en pequeña escala y la mano de obra
era uso intensivo.

26
Siguiendo lo anterior, los vendedores ambulantes son la máxima representación del
trabajo informal, ya que no cuentan con una estabilidad laboral. De hecho, Luis Guillermo
Vasco (2009) señala que los vendedores ambulantes son personas que se dedican a
actividades de subsistencia, es decir a una actividad económica informal. Siendo esta
práctica, en palabras de Portes (2000) un fenómeno asociado al capitalismo. Y según vasco
(2009) la venta ambulante es el resultado de las presiones sociales y económicas que
convierten esta actividad en una alternativa obligatoria para la supervivencia de quienes la
ejercen.

Respecto a Colombia, el DANE indicó que entre septiembre- noviembre de 2019 la


informalidad representa el 47,2% del total de trabajadores. Para diciembre de 2021 había una
informalidad del 35.4% y para el 2022 del 33,3%. De las cuales 120 mil personas son
vendedores ambulantes.

Siguiendo lo anterior, el Estado colombiano ha tratado desde 1972 regular la práctica


de los vendedores ambulantes, y a partir 1997 recuperar el espacio público. En 1972 el
gobierno creó el Fondo de Ventas Populares para que los vendedores ambulantes pudieran
adquirir bienes a cualquier título (Caldas,2010).

En 1984 Colombia empieza a analizar el trabajo informal y a tenerlo en cuenta, es así


como en 1997 la Cooperativa Nacional de Vendedores, celebró un acuerdo de convivencia
en el que autorizaba la ubicación temporal y organización de los vendedores ambulantes
ubicados en la calle 27 sur. Complementariamente, se han expedido una serie de decretos y
sentencias para la recuperación del espacio público y reubicación de los vendedores
ambulantes, como la sentencia T772 de 2003 y el Decreto 1077 de 2015 entre otros (Caldas,
2010; García & Fontal, 2020).

La Constitución Política de 1991 establece en su artículo 25 de la constitución que,


“el trabajo es un derecho y una obligación social y goza, en todas sus modalidades, de la
especial protección del Estado. Toda persona tiene derecho a un trabajo en condiciones
dignas y justas”. Ahora, el derecho al trabajo se puede desarrollar con otros artículos de la
constitución como el 2, 4, 13, 26, 53, 54 y 93.

27
En el artículo 2 superior se encuentran los fines del Estado colombiano. El artículo 4
resalta la supremacía constitucional. El artículo 13 desarrolla el derecho a la igualdad. El art.
26 establece la libertad de oficio. El artículo 53 indica la obligación del congreso de expedir
leyes respecto a los derechos de los trabajadores. El art. 54 indica que,

Es obligación del Estado y de los empleadores ofrecer formación y habilitación


profesional y técnica a quienes lo requieran. El Estado debe propiciar la ubicación
laboral de las personas en edad de trabajar y garantizar a los minusválidos el derecho
a un trabajo acorde con sus condiciones de salud.

El artículo 93 desarrolla el bloque de constitucionalidad, mediante el cual es necesario


tener en cuenta la normativa de Derechos Humanos que desarrolla el derecho al trabajo. La
declaración Universal de Derecho Humanos de 1948 artículos 22, 23 y 25. En el Pacto
Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales del artículo 7 al 11. El
Protocolo de San Salvador artículos 6 y 7.

1.6. Su relación con el derecho al uso del espacio público

En el caso de la relación que tienen los comercios informales con los espacios públicos, la
regulación colombiana ha realizado múltiples adaptaciones a lo largo del tiempo, en las que
se distingue a los vendedores ambulantes como sujetos que deben ser protegidos
precisamente por la vulnerabilidad que emanan dadas las condiciones complejas en las que
pueden encontrarse. De tal forma, las normas que velan por el cuidado del espacio público
no desconocen los derechos que esta población, uno de los ejemplos más claros ha sido a
través de lo consignado en el artículo 140 del Código de Policía y Convivencia, en el cual se
enumeran todas las actividades que no son permitidas en el espacio público y se consideran
lesivas, por lo tanto, pueden ser sancionadas.

En este artículo no se restringe el comercio informal, sencillamente se enumeran los


objetos que tienen prohibida su distribución en el mercado, lo cual es una forma de protección
a los derechos de estas personas, ya que no lo prohíbe, pero si establece los limites necesarios
para que sea ejercido de forma legal. Además, la Corte Constitucional, por medio de la
sentencia C- 211 del 2017, manifiesta la importancia de proteger esta población, debido a

28
que las razones por las que pueden realizar esta clase de comercios en el espacio público
pueden deberse a la falta de condiciones vida y los negocios informales ayudarían a que estas
personas puedan encontrar por lo menos algunos recursos mínimos para sobrevivir,
indicando de forma textual, lo siguiente:

en el entendido que cuando se trate de personas en situaciones de debilidad manifiesta


o pertenecientes a grupos de especial protección que de acuerdo con la jurisprudencia
constitucional se encuentren protegidas por el principio de confianza legítima, no se
les aplicarán las medidas correccionales de multa, decomiso o destrucción, hasta tanto
se les haya ofrecido por las autoridades competentes programas de reubicación o
alternativas de trabajo formal, en garantía de los derechos a la dignidad humana,
mínimo vital y trabajo (Corte Constitucional, Sent. C- 211, 2017).

En compañía de esta norma, la Corte Constitucional realizo un proceso de adaptación


jurisprudencial y legislativa, en el que oriento a las regulaciones a amparar a los vendedores
ambulantes y a comprender su situación, debido a la vulnerabilidad que pueden vivir estas
personas, resaltando la importancia de defender sus derechos. Centrando así una perspectiva
proteccionista en los conceptos que debían aplicarse a esta población, en los que se aclaran
las garantías que presentan cada uno de ellos y qué condiciones se deben tener en cuenta para
no afectar el resto de los derechos de los transeúntes.

En efecto, las problemáticas has suscitado debate en los que respecta al límite de los
derechos de estas personas, al ser consideradas sus actividades económicas como una
modalidad de trabajo y su acceso al espacio público, si tiene alguna reserva o por el contrario
puede ser desproporcional. Con este fin, se hace necesario evaluar los pronunciamientos de
la jurisprudenciales, respecto a este tipo de comerciantes informales.

Desde el 2012, se han realizado fallos entorno a esta temática, en el primero de ellos
la sentencia T-244 de 2012, la Corte se refiere al interés general como un principio que no
puede aplicarse de forma abstracta, sino que debe tener en cuenta el desarrollo del otro para
que este se materialice.

29
En el caso de los vendedores informales, no pueden ser objeto de confrontación entre
el interés general con el interés particular, debido a que a un grupo vulnerable se le deben
respetar sus garantías mínimas para asegurar su subsistencia. Por lo tanto, no subyace el
interés particular de los vendedores, sino que prevalece el respeto a sus derechos, mientras
este no represente un impacto negativo a las personas que transitan el espacio público. A sí
mismo, referente al interés general debe concordar con el bienestar común de allí su relación
con el principio de confianza legitima. Ambos términos se encuentran estrechamente ligados
debido a que, se le debe otorgar protección a un individuo que ha actuado de buena fe y ha
confiado en la legalidad de un acto o una situación, incluso si posteriormente se descubre que
esta era ilegal (Corte Constitucional, Sent. T- 244, 2012).

Por lo tanto, se resalta la importancia de que las entidades que establezcan cualquier
clase de medida que haga ver una supuesta usurpación al espacio público, permitan el
cumplimiento de los derechos de las personas que buscan trabajar por este medio y así el
debate no se centre netamente en una lógica que ayude a fundamentar ideas restrictivas o
prohibicionistas.

En periodos anuales, la Corte ha mostrado avances significativos con sus iniciativas,


ya que, en el 2013, por medio de la sentencia T 386, fallo a favor de los derechos al trabajo
y al mínimo vital de la señora Miriam Cantillo, puesto que demostró que su sustento por años
había sido a través de la venta de limones en el espacio público. De tal forma, no podían
prohibirle la realización de su actividad económica y era responsabilidad de la entidad que la
retiraba de su lugar de trabajo, mostrarle alternativas laborales, económicas o reubicarla en
el periodo siguiente de treinta días.

Junto con lo anterior, dentro del fallo ordenaría la implementación de una política
pública dirigida a la formalización de la economía como apoyo de las personas que sean
evacuadas de un espacio en recuperación, con enfoque diferencial, para efectuar las labores
necesarias en el reconocimiento de las acciones para cada caso y que sean apropiadas según
sus condiciones especiales. Un ejemplo de ello, son las madres cabeza de hogar o las familias
que dependen de los ingresos de sus padres ambos con este tipo de actividades informales
(Corte Constitucional, Sent. T- 386, 2013).

30
En conjunto con este avance, se daría un nuevo fallo para el 2014, que reafirmaría la
postura anterior, al indicar que las autoridades antes de realizar un proceso contravencional
de recuperación de espacio público, debe estudiar las posibilidades que tiene de reubicar a
los comerciantes informales que desaloja, esto debido a que no puede negarle el acceso al
mínimo vital. De allí, que sea necesario que se estipule dentro de los actos administrativos
emitidos la información referente a la política pública que ampare, la alternativa que brinden
a esta población ya sea de reubicación para ejerzan sus actividades económicas de forma
permanente sin obstaculizar a la comunidad o nuevas oportunidades laborales para tener un
sustento fijo (Corte Constitucional, Sent. T- 231, 2014).

Posterior a ello, en el 2015, el espacio público sería nuevamente objeto de


controversia, debido a los fallos T 334 y T 607, debido a que en la primera sentencia se
presentaría la idea de que los problemas que se generaran en razón a los vendedores
estacionarios o ambulantes podrían ser conciliados, con la idea de los fallos anteriores en que
prevalezcan los intereses y derechos de las dos partes, sin desconocer la relevancia del
bienestar social.

Con esto claro, la Corte resalta la idea de que es posible el desalojo a los comerciantes
informales, al cumplir con dos condiciones; Que exista un proceso judicial o policivo que lo
autorice y que se implementen políticas públicas que garanticen la reubicación o la
implementación de otras oportunidades económicas y laborales (Corte Constitucional, T 334,
2015). Por otro lado, en la segunda sentencia, se resalta la importancia del espacio público
como un símbolo de confianza, respeto y tranquilidad de la comunidad, por lo tanto, este
debe ser protegido constitucionalmente, como un lugar de alto valor social (Corte
Constitucional, Sent. T 607, 2015).

Luego de todo este avance jurisprudencial, para el año 2019, se crearía la Ley 1988
de 2019, en la cual se establecerían los lineamientos generales para la formulación,
implementación y evaluación de una política pública de los vendedores informales. En la que
se promulgan a través de nueve artículos, los roles de las entidades públicas en cuanto a la
protección de los vendedores informales, así como la clasificación de estos, con la finalidad
de que se pueda llevar a cabo una política pública que sea viable en cada caso en particular.

31
En compañía de ello, en este mismo año la Corte se pronuncia, acerca de este tema,
resaltando los fallos anteriores respecto a la protección de sus derechos y la protección
especial que estos ostentan de forma particular. Explica la relevancia del derecho
constitucional en esta clase de trabajadores, ya que las herramientas que se presentan para su
cuidado no implican una transformación de estos sujetos, al ser trasladados de labores
informales a formales, sino a “tener un trabajo decente que les permita vivir en condiciones
dignas” (Corte Constitucional, Sent. T 243, 2019).

Cada uno de estos pronunciamientos mencionados darían lugar, a la flexibilización


de los procedimientos de recuperación del espacio público, bajo la idea de que se puedan
amparar las garantías de las personas que ejercían algún tipo de actividad económica licita
en la esfera pública. Todo esto enfatizado en conectar la normatividad con la realidad social
del país, sin desconocer las necesidades de sus habitantes, en especial los más vulnerables.

Obedeciendo a lo anterior, el proceso contravencional referido a la recuperación de


espacios públicos fue regulado de forma paulatina teniendo en cuenta la aplicación del
principio de confianza legitima, el cual se encuentra presente en el caso de los vendedores
ambulantes cuando estos se encuentran ligados a su actividad económica informal por años,
lo que ha llevado a creer a las autoridades que el comercio establecido en el lugar es de
carácter licito y más si esta viene acompañada de buena fe (Duque, 2021, p. 212).

De allí que surja la idea de que existe confianza legitima en la actividad que realizan
los comerciantes informales, ya que un vendedor ambulante que ha ejercido su actividad por
un período prolongado de tiempo, de manera pacífica y sin oposición de las autoridades,
puede adquirir el derecho a la protección de su actividad comercial. Esto se conoce como el
derecho adquirido, y se basa en la confianza legítima del vendedor ambulante en la
continuidad de su actividad comercial.

Junto con ello, como se notó en los fallos de la Corte Constitucional, la regulación ha
sido proteccionista de los derechos de los trabajadores informales. De hecho, señala que debe
ser proporcional a las garantías mínimas estipuladas para su acceso al mínimo vital y el resto
de los derechos fundamentales, a pesar de la complejidad económica que pueda vivir, la
administración debe prever circunstancias adecuadas para que esta población vulnerable

32
pueda adquirir lo suficiente para suplir sus necesidades básicas. En este sentido, las
autoridades deben tomar medidas para garantizar la seguridad y la salud pública, pero sin
afectar el derecho al trabajo de los vendedores ambulantes.

En razón a todo lo descrito, es correcto afirmar que el principio de confianza legitima,


ha sido implementado como una herramienta de protección para los vendedores ambulantes,
y reconocen su derecho a ejercer su actividad comercial en el espacio público. Sin embargo,
es importante que las autoridades regulen esta práctica de manera proporcional y respetando
los derechos tanto de los trabajadores informales como de todos los transeúntes o personas
que requieran emplear del espacio público sin restricciones o problemas, dada la
participación de esta población vulnerable (Vergara, 2018, p. 14).

Por supuesto, este parámetro tiene varios presupuestos importantes que tutela, a través
de las regulaciones realizadas a través de la norma y la jurisprudencia, siendo estos:

(i) la necesidad de preservar de manera perentoria el interés público, (ii) una


desestabilización cierta, razonable y evidente en la relación entre la administración y
los administrados y (iii) la necesidad de adoptar medidas por un periodo transitorio
que adecuen la actual situación a la nueva realidad (Duque, 2021, p. 215).

Cada uno de ellos, se basa en la buena fe, como el pilar fundamental de todas las
actividades que son cobijadas bajo este principio, ya que no dañan o vulneran los derechos
del resto de las personas, de allí la necesidad de que sean protegidos. Si las actividades
comerciales de un vendedor ambulante resultan ser en contra de los límites de la ley, no
podrían estar cobijadas bajo este principio.

Bajo esta idea, el principio de legitimidad ha podido incorporarse en las medidas


sancionatorias por violación a espacio público, mediante las instrucciones de la
jurisprudencia y las leyes creadas, obligando a todas las autoridades a tenerlo en cuenta en
las decisiones tomadas, empleando un criterio de proporcionalidad y razonabilidad, ya que
como se ha sustentado, esta herramienta tiene presente evitar toda clase de abuso o
arbitrariedad, garantizando así sus derechos desde nuevas alternativas económicas a la
reubicación en otras zonas de la ciudad de su actividad comercial y su familia.

33
CAPÍTULO 2

DE LA POBLACIÓN VENDEDORA AMBULANTE O TRABAJADORES


INFORMALES EN LA CIUDAD DE BOGOTÁ DURANTE EL PERIODO 2018-
2022

Para el desarrollo de este capítulo se debe tener en consideración como punto de partida, el
objeto o finalidad que se busca alcanzar dentro del mismo, que en el marco de esta propuesta
de investigación se centra en permitir obtener una compresión sobre la situación material
presente en el caso de los vendedores ambulantes, específicamente lo referente a la realidad
del distrito capital de Colombia.

Bajo esta premisa se hace necesario considerar elementos que se han presentado
dentro del primer capítulo de este trabajo según el cual se evidencia que la informalidad de
los vendedores ambulantes se genera como un fenómeno ampliamente desarrollado en la
realidad el país, tanto es así que se arraiga como uno de los elementos estructurales de la
cultura colombiana, tal y como lo presenta la existencia de elementos lingüísticos propios de
la población que evidencian este arraigo cultural, como es el caso de términos coloquiales
como “rebusque”, y que se concretan en una comprensión sociológica de una sociedad que
entre problemas busca algún tipo de solución, que para el caso del desarrollo económico se
centra en la informalidad presente en el caso de los vendedores ambulantes.

Al respecto, se hace oportuno en el marco de un ejercicio de medición y comprensión


del alcance de este fenómeno en el distrito capital, mediante una descripción de la
problemática dentro del orden nacional, no solo, al considerar que el ordenamiento jurídico
no responde solamente a un Estado Unitario, sino que también permite que exista un análisis
especializado de la regulación jurídica y su impacto dentro de la ciudad principal del país.

Conforme a la estructura planteada dentro del párrafo anterior, este componente busca
comprender la dimensión del problema social que representan los vendedores ambulantes,
desde los datos presentes en el territorio nacional, por lo cual se hará uso de la información
estadística presente en el DANE que como ente institucional presenta la información oficial
dada en esta temática. En relación a los datos presentados por esta entidad, es necesario tener

34
en cuenta que son reportados por trimestres del año, a través de boletines técnicos que dan fe
del avance o el retroceso que ha tenido el Estado colombiano en la implementación de
políticas públicas o normativas que ayuden a luchar contra este problema social, no solo de
forma directa sino también hacia todo el panorama que fundamenta la existencia del
comercio informal en el país.

Esta información es de suma relevancia para conocer la situación del país, en el


tiempo en el que se llevó a cabo este documento de investigación y el plasmado dentro de la
propuesta investigativa, siendo del 2018 al 2022, pero al estar esté finalizado para el 2023,
se pretende mostrar los datos más actualizados para brindarle al lector una perspectiva más
acorde a lo vivido en la realidad del país de este momento.

De esta información se pueden presentar una serie de análisis que son oportunos para
esta investigación, que consiste en determinar que las diferentes políticas presentes en el
distrito tienen un impacto que, si bien no puede ser categorizado dentro de este capítulo como
favorable o no, si presenta una realidad al ser la ciudad capital con menor incidencia de este
fenómeno.

Otro punto que en ejercicio de un análisis a estas estadísticas debe ser considero
consiste en la influencia que genera dentro de las ciudades analizadas contar con una mayor
oferta formal, pues, la existencia de la informalidad es directamente proporcional a la
ausencia de una oferta formal de trabajo.

Lo anterior, tiene un significado o valor dentro de esta investigación al considera que


esta premisa dada por el análisis estadístico se convierte en un elemento que debe ser
considerado para dos acciones en específico uno como un elemento que debe ser verificado
en las políticas que se han implementado, y por otro, como elemento que permita lograr
mitigar la expansión de este tipo de informalidad.

Obedeciendo a este orden de ideas, se presentarán las estadísticas de los años 2021 y
2022, empleando las estimaciones del DANE, mediante los boletines mencionados y los
datos de la Alcaldía de Bogotá del año 2019, frente a los factores que son responsables del
comercio informal en la ciudad capital, debido a que estas cifras son las más actualizadas

35
hasta este momento por la administración distrital. Sin embargo, se pueden complementar
con los datos del DANE, al informar de forma genérica el porcentaje de informalidad laboral
en varias de las ciudades del país, incluida Bogotá, así como algunas variables cualitativas
como el género de las personas que suelen ser parte de estos comercios independientes.

En adición a todo lo señalado se debe recordar, que durante el periodo de tiempo de


2018 a 2022, hubo un intervalo de cambio significativo en el funcionamiento de la sociedad
en general, la pandemia del COVID-19. En este periodo de tiempo, el mundo se paralizo
debido a la crisis sanitaria generalizada que se estaba viviendo, dando como resultado a un
confinamiento en la mayoría de las ciudades del mundo, no dejando de lado a la capital
colombiana.

2.1. Relevancia del Covid-19 en las estadísticas del comercio informal dentro del
territorio nacional

Esta situación, desemboco en un problema social y económico bastante importante, en


relación a la cantidad de personas que sufrían un detrimento en su calidad de vida, al ser
dependientes de los ingresos constantes que podían obtener de su trabajado diario, que podía
depender de la informalidad y que, en razón al confinamiento, se habría extinguido casi por
completo al igual que el sustento de muchas familias.

Sumado a esto hubo una tasa de desempleo cada vez más agravante conforme pasaba
la situación, ya que no existía un pronóstico certero frente a la situación mundial. Aún con
ello, el Gobierno Nacional tuvo que implementar medidas para salvaguardar el derecho al
mínimo vital de los habitantes del territorio que se habrían visto mayormente afectados, entre
ellos los comerciantes informales, algunas de las más destacadas fueron subsidios para
sopesar la crisis económica y una reactivación paulatina de actividades sociales.

La reapertura comercial, se hizo mediante las recomendaciones de expertos en la


salud, los cuales orientaron a la sociedad en temas como poblaciones más vulnerables a morir
o requerir de atención médica, en caso de contagio, priorizándolos en la vacunación. Además,
el Gobierno Nacional, realizo mesas de dialogo con los grupos que se encontraban en peligro
de vulnerabilidad de sus derechos fundamentales, intentando aliviar el daño generado. Aun

36
con todo esto, los vendedores ambulantes, junto con una gran población que no pudo sostener
sus empleos durante esta época, tuvieron que acudir a los medios del comercio informal, para
su subsistencia (Garzón, 2021).

La siguiente grafica muestra las principales afectaciones qué hubo para los
vendedores ambulantes durante la época de la pandemia centrándose específicamente en un
grupo poblacional de la capital del país, el cual fue objeto de investigación de la fuente en
cuestión. Sin embargo, a su vez refleja la realidad vivida por muchos comerciantes de ese
gremio durante la época de crisis sanitaria y todos los desafíos que tuvo que sortear la
administración para poder regular su situación.

Lo anterior se compagina con el cambio abrupto del modo de vida que sufrió toda la
población mundial, las nuevas condiciones de cuidado que esto conllevaba, y los riesgos
inminentes de ejercer cualquier actividad al aire libre, entre ellas es posible destacar; el alto
índice de contagio por falta de elementos para el cuidado de la salud, la pérdida de
oportunidades por desconocimiento de los protocolos de bioseguridad, la disminución de los
ingresos económicos y la inequidad de parte de las ayudas gubernamentales (Garzón, 2021).

Todo lo anterior, dando como resultado un caldo de cultivo para la dificultad de la


subsistencia de miles de familia, que tuvieron que pasar condiciones precarias de vida a falta
de un respaldo laboral y económico en esta situación.

Tal y como se ha sustentado en el eje temático anterior y como lo indica esta gráfica,
las actividades económicas llevadas a cabo en razón al comercio informal, surgen como
alternativa para no afectar los ingresos familiares y no caer en la pobreza absoluta, se emplean
como un refugio ante la adversidad. Ahora bien, si este “refugio” es restringido la situación
económica, resulta ser insostenible para estas familias, es precisamente este declive lo que
llevo a un efecto domino durante la época de la pandemia.

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Gráfica 1: Consecuencias para los vendedores informales en Bogotá

Fuente: Consecuencias para los Vendedores Informales De La Zona T de Bogotá que


Resultaron de las medidas tomadas por la Alcaldía durante la Pandemia Covid-19,
(2021).

En este mismo año, Bernal Torres, C, et al (2020), realizo un estudio registrado en su


artículo “Street vendors in Bogotá, Colombia, and their meanings of informal work”, a 50
vendedores informales en las calles de Bogotá, enfocados en la opinión de 25 mujeres y 25
hombres en edades de 20 a 60 años, se logró identificar diferentes puntos de vista acerca de
las razones por las cuales las personas entrevistadas se dedican a las ventas informales en
Bogotá. Una de las principales razones o motivo en el caso de las mujeres, es por las
limitaciones existentes en cuanto al tiempo disponible para cuidar a sus hijos, en el caso de
los hombres el principal motivo es por malas experiencias en trabajos anteriores respecto a
la independencia en sus turnos de trabajo. Por otra parte, los autores mencionan un tema de
bastante importancia, la desigualdad. “High levels of informal employment are an indication
of constant societal inequality as regards accessing formal employment and the cause of a
large portion of the social conflict that Colombia experiences” (Bernal-Torres, C., et al,
2020).

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Este factor, se ha mantenido en el tiempo, lo cual solo dificulta la vida de las personas
en el territorio nacional, la desigualdad y la brecha socioeconómica, en especial con el
agravante del COVID-19, el cual propicio que, en el proceso hacia un periodo de
postpandemia, fuera un tránsito preocupante para esta población y de una complejidad mayor
para el Estado al no tener medios estadísticos adicionales para registrar los factores que ponen
en riesgo a la población de acceder a este tipo de comercio.

2.2. Cifras Nacionales del Comercio Informal

Los efectos de la apertura económica se hicieron presentes en los boletines del DANE, del
último trimestre del año 2021, en el cual se presentaban un alarmante panorama en el que se
estimaba que existía un porcentaje de 59,1% de personas involucradas en el comercio
informal. Este dato se compaginó con boletín del trimestre final del 2022, haciendo una
comparación en cifra con la idea de conocer el avance o retroceso en esta materia. La
estadística presento que habría un detrimento en el porcentaje, ya que, en este periodo de
septiembre a noviembre 2022, habría un 58,2% de personas con un empleo informal (López,
2023).

Es decir, que seis de cada diez trabajadores, eran parte del comercio informal. Tal
noticia fue impresionante, en enero del 2023, ya que, en comparación con la masa laboral,
existían alrededor de 13 millones de personas bajo esta condición. Lo cual no muestra un
panorama alentador. En este informe se puede apreciar que, de las 24 principales ciudades,
el porcentaje de informalidad completo el 45,3%, mientras que en el grupo de 13 ciudades
primarias fue de 43,9% (López, 2023).

Tales porcentajes representarían unas cifras desalentadoras para las personas con
alguna clase de ocupación laboral, puesto que, en el penúltimo mes de 2022, sobre los 22,4
millones de ocupados laboralmente, 13,04 millones de ellos estaban realizando asuntos
relacionados con el comercio informal. Según el DANE, las cifras reportadas en el informe
respecto a los índices de informalidad laboral, se refieren a “aquellas personas que sí están
ocupadas, pero lo hacen bajo empleos que no tienen contratos laborales, mucho menos
prestaciones sociales, e incluso que podrían estar ganando menos de un salario mínimo.”
(López, 2023).

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A pesar de lo que pueda exponer a simple vista la estadística, al mostrar una
disminución en el porcentaje y se pueda presentar como una buena noticia, la realidad es
completamente diferente, ya que sigue siendo muy alta la cantidad de personas en el país que
no pueden acceder a garantías básicas como seguridad social o siquiera al mínimo vital. Todo
lo expuesto es posible evidenciarlo a través de la siguiente gráfica:

Gráfica 2: Panorama del comercio informal en el país, Noviembre (2021-2022)

Fuente: DANE, Boletín Trimestral (Septiembre – Noviembre 2022).

En el caso de las ciudades este informe, desglosa las ciudades donde existe mayor
cantidad de trabajadores informales sobre el 100% del estudio, Valledupar fue la ciudad con
el panorama más preocupante para este periodo del 2022, teniendo una taza del 69,5% de
personas dentro del comercio informal a esta ciudad le sigue Riohacha con el 68,3% y
Sincelejo con el 67,1%. Por otro lado, las ciudades con menor porcentaje de comercio
informal fueron Bogotá con el 36,3% Manizales con el 36,7% y Tunja con el 38,8% (López,
2023).

40
Adicionalmente, se debe tener en cuenta que mientras el total nacional en cuanto a la
informalidad está en el 58,2%, son en total 11 ciudades las que están arriba del promedio
general, las únicas que tienen un nivel de informalidad menor además de las 3 mencionadas
son Pereira con el 42,8%, Armenia con el 41,9% y Medellín con el 39,1% (López, 2023).

En este informe también se revelaron datos respecto al género de las personas que se
encuentran realizando negocios desde la informalidad, señalando así qué es este fenómeno
está afectando principalmente a los hombres, ya que un 60,3% se encuentran en esta
condición lo que significa la disminución de 0,7 puntos porcentuales en relación con este
mismo trimestre del 2021, en el que se indicaba un total de 61,0% de hombres inmersos en
esta clase de comercio (López, 2023).

En el caso de las mujeres, en el año 2022 se reportó un 55,3% de población que se


encuentra ocupada con labores informales, respecto al trimestre del 2021 en el que se reportó
un 56,2% lo que implicó una disminución de 0,9 puntos porcentuales (López, 2023).

Finalmente, respecto a los datos de estas fechas, ocurrió un fenómeno importante en


cuanto a las personas que pertenecen al espectro de la informalidad, ya que se reportó una
nueva cifra que corresponde a aquellos que tienen una relación con los privados de forma
conflictiva y no se encuentran vinculados de forma oficial a las empresas, lo que los hace
parte de la informalidad. El reporte de este trimestre indica que el 84,5% de esta población
trabajaba en microempresas sin las formalidades necesarias para acceder a la Seguridad
Social o a un salario mínimo, mientras que en pequeñas medianas y grandes empresas la
proporción fue de 25,3%, 9,3% y 5.1% respectivamente (López, 2023).

En la actualidad, las cifras para este trimestre de julio a septiembre en comparación a


las cifras presentadas del 2022 suelen ser alentadoras en razón a su descenso en algunos
puntos porcentuales, aunque la realidad siga siendo preocupante. Se debe enfatizar que para
el momento de realización del documento el boletín informativo del trimestre de septiembre
a noviembre aún no se ha generado, por lo tanto, se analizaran las cifras más cercanas del
2023 hasta ahora.

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Gráfica 3: Boletín informativo comercio informal, trimestre Julio- Septiembre (2021-
2022)

Fuente: DANE, Boletín Trimestral (Julio – Septiembre 2023).

Progresivamente, pasa el tiempo después del periodo de crisis expuesto en razón al


Covid-19, se observa una tendencia a disminuir en el porcentaje de la informalidad de forma
muy lenta, debido a los pocos puntos porcentuales en descenso, pero ellos son constantes, lo
que podría anunciar una luz al final del túnel, con esta problemática social.

Por otro lado, en relación a la estadística nacional del trimestre de septiembre a


noviembre del 2022, se observa una disminución un poco más de dos puntos porcentuales en
la cifra, aunque se mantiene el 56,1% de las personas en algún tipo de ocupación laboral. Lo
que mantendría el tema de la informalidad en uno de los temas que más aqueja a la población
nacional desde la perspectiva de los derechos de los trabajadores (DANE, 2023).

En esta orden de ideas, son percibidas en este boletín las cifras de la informalidad en
las 13 ciudades y áreas metropolitanas del país, indicando un 41,4%. Siendo de dos puntos
porcentuales más altos, en la totalidad de las 23 ciudades y áreas metropolitanas. Aunque la
preocupación subyace en mayor medida en los centros rurales y dispersos del país en el que
la informalidad, es casi por completo la forma de trabajo predominante, al indicar un 84,2%
de ocupaciones laborales de carácter informal (DANE, 2023).

En el caso de la informalidad según el género, la estadística proporcionó el total


nacional de hombres que ejercen labores informales durante este trimestre señalando así que
el 58,4% de ellos siguen vigentes en esta clase de actividades. Por otro lado, en el caso de las
mujeres el porcentaje es del 53% (DANE, 2023).
42
Junto con ello, las cifras presentan un panorama general del país al exponer los
porcentajes de informalidad vigentes por ciudades en el trimestre del 2023, indicando así que

Para el periodo de análisis, de las 23 ciudades y áreas metropolitanas, las que


presentaron mayor proporción de informalidad fueron: Sincelejo (68,4%), Valledupar
(65,6%) y Riohacha (62,6%), mientras que las ciudades con menor proporción de
informalidad fueron: Bogotá D.C. (32,3%), Manizales A.M. (32,3%) y Medellín
A.M. (38,8%) (DANE, 2023).

Todo esto siendo evidente en la siguiente gráfica:

Gráfica 4: Informalidad por ciudades

Fuente: DANE, Boletín Trimestral (Julio – Septiembre 2023).

Por otra parte, uno más de los elementos que son descritos dentro de la información
oficial presentada por el DANE en estos temas consisten en la caracterización de las
diferentes empresas que generan escenarios de informalidad hacia sus empleados al no
brindarle la posibilidad poder constituir un contrato con la empresa. Lo que favorece la
informalidad al no brindarle las condiciones óptimas para que se desarrollen las labores desde

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todos los parámetros estipulados por las leyes que protegen al empleado dentro del
ordenamiento jurídico colombiano.

Así las cosas, el DANE ofrece una cifra de esta clase de población que aún puede
seguir considerada parte de la informalidad al no gozar de las garantías que tiene un
trabajador con un contrato laboral. En esta grafica se presentan las categorías de
microempresa, empresa pequeña, mediana o grande, en donde se señala un porcentaje de
cuantas de las personas allí vinculadas se encuentran en una situación como se expone
anteriormente:

Gráfica 5: Ocupados informales por tamaño de empresa

Fuente: DANE, Boletín Trimestral (Julio – Septiembre 2023).

Las cifras en relación con este aspecto indican que el total nacional de personas que
tienen este tipo de ocupaciones laborales es del 84,5% en microempresas. Así mismo, en lo
correspondiente a empresas pequeñas, medianas y grandes, son del 22,1%, 7,1% y 3.0%.
(DANE, 2023)

Tal y como se ha evidenciado en el análisis de las cifras respecto al comercio


informal, los índices en su mayoría de los factores que lo facilitan suelen tener tendencia al
descenso, aunque este en el transcurso de los años mencionados, no tenga un impacto
significativo en las cifras generales de la informalidad nacional. Inclusive tal persistencia en
los porcentajes demuestra que después de la pandemia, la situación laboral se ha complicado,

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al punto que esta clase de negocios han salvado a una cantidad representativa de los
habitantes de sufrir los efectos de la pobreza extrema, al usar estos medios como forma de
subsistencia. De allí, surge la importancia de la regulación y la instauración de políticas
públicas alrededor del país para poder salvaguardar las garantías mínimas de vida de todas
estas personas, ya que de dejarse de lado es posible que caigan en situaciones más precarias
que dificulte más su forma de vida.

Esta realidad resulta impactante, al indicar que un poco más de la mitad de la nación
encuentre cobijadas sus necesidades básicas tras esta clase de labores informales y que aun
así este grupo poblacional no tenga una visibilidad importante en las políticas que se
fundamentan dentro de las ciudades principales y las áreas metropolitanas del país. Sin dejar
de lado la ruralidad, que de no tener otras formas de ganarse la vida optan por los comercios
de este tipo para conseguir o intercambiar algunos de los víveres necesarios para su
alimentación, lo que continua el circulo de precariedad al no poder salir de esta situación
económica.

2.3. Índices de Informalidad en la ciudad de Bogotá

Los componentes analizados desde este enfoque nacional dan cuenta de un espacio para
comprender la situación que tiene el caso del distrito capital dentro de este orden, además de
que contribuyó a la generación de perspectivas de análisis por las cuales, se determina una
pertinencia de las políticas implementadas por el distrito que le permite ser la ciudad con el
menor porcentaje de este tipo de informalidad, aspecto que permite obtener un criterio
adicional de análisis al respecto.

Con lo anterior, se genera un contexto que permite dar una visión holística e integral
a la información presente a nivel nacional, para que luego podamos remitirnos a evaluar la
situación que ocurre dentro de la ciudad de estudio de la investigación, la capital del país,
Bogotá. Al ser la ciudad más importante del país, debido a su influencia dentro del
comportamiento de la economía y el lugar donde se crean las leyes del trabajo, que luego son
aplicadas a los territorios aledaños. Es considerada un referente, en materia de creación de
políticas públicas e iniciativas para la interacción y lucha contra diferentes tipos de
problemáticas sociales.

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En el caso de la informalidad laboral, como se evidencio en las estadísticas a nivel
nacional es una de las ciudades con menor índice de este fenómeno, aunque es la más acertada
respecto a los proyectos de políticas públicas que pueden ser tomadas como ejemplo por las
alcaldías de otros municipios del país, que si tienen algunas de las tasas más altas. Por
supuesto, sin dejar de lado los problemas de su contexto y su idiosincrasia.

Con el fin de llevar a cabo un análisis especifico respecto a la situación de la


informalidad en la ciudad, se pretende emplear las cifras de los últimos estudios realizados
sobre esta temática, los cuales datan del año 2019, antes del periodo de la pandemia. En razón
a que, precisamente por este tiempo de crisis no se han realizado más estudios de parte de la
Alcaldía de Bogotá, frente a esta situación.

Bajo este propósito, se realizará una compaginación de los datos de estos estudios,
con los de la actualidad en el país y se presentaran los avances a nivel distrital para dar lucha
a este problema. Además, será considerado para realizar el respectivo análisis dentro de las
consideraciones finales de la investigación

Inicialmente, se efectuará la caracterización dada a este fenómeno desde el año 2018,


razón por la cual, se presentará la información pertinente desde este periodo de tiempo. Esta
busca presentar los elementos que permiten identificar las situaciones y factores que influyen
sobre la participación de los habitantes de la ciudad en negocios informales y hacer de ellos
su forma de ingreso principal.

La primera estadística que debe ser revisada, está enfocada en las cifras de género.
Debido a que, es importante determinar la cantidad de personas que desarrollan este oficio y
que población se encuentra más vulnerable para efectuar esta clase de labores. Una de las
caracterizaciones principales, se deriva del género, ya que así se puede entender la situación
de las mujeres, los hombres e intersexuales, dentro de la sociedad. Todo esto con la idea de
comprender el rol que representan las poblaciones dentro de las estadísticas en el tiempo y el
espacio en el que se recopilan e incluso a futuro son cruciales para la entender los posibles
estereotipos que puedan generar algún tipo de discriminación hacia estas partes del estudio.

46
Además, en los casos de poblaciones específicas como es el caso de los vendedores
ambulantes y la informalidad, crea una idea para la administración distrital respecto a las
poblaciones que deben tener mayor atención, en la construcción de regulaciones o de
políticas públicas. Teniendo en cuenta, la idea de un enfoque diferencial en el caso del género,
ya que el tratamiento que se le da a ciertas problemáticas sociales, debe estar sectorizado y
atento a las necesidades de cada grupo poblacional.

Gráfica 6: Caracterización por género del comercio informal en Bogotá

Fuente: Alcaldía Mayor de Bogotá, (2019).

Como es evidente dentro de las cifras, existía en este momento una mayor cantidad
de mujeres que ejercían labores informales para subsistir. Lo cual, en el campo de las políticas
públicas se traducía en un conjunto de necesidades que debían ser atendidas mediante los
ejes y las bases teóricas de estas herramientas que deben proteger a la población, ya que las
mujeres podías ser vulnerables en mayor medida a otros tipos de violencia o problemáticas
subyacentes.
De allí que, la información presente en la tabla permita colegir un elemento que debe
ser dado sobre esta caracterización como un aporte en la comprensión de los factores que
inciden en la fragilidad o posible flaqueza de los vendedores ambulantes, pues, no se puede
perder de vista como el porcentaje mayor se encuentra inclina a un género que ha sido
violentado históricamente.

En aspectos que se tienen que considerar como factores adicionales a la informalidad,


siendo el caso de elementos de discriminación en razón a género, exposición a actos de
violencia particular hacia las mujeres, y especialmente una distinción hacia las madres cabeza
de hogar, en razón a que deben cuidar una responsabilidad adicional con respecto a sus hijos,

47
lo que las pone en un espectro de vulnerabilidad mayor, ya que si bien la gráfica no distingue
aquellos casos en los que las mujeres se encuentran en esta situación, esta sin duda debe ser
una de las situaciones que debe cubrir la administración a favor de toda la regulación que ha
ido constituyendo a lo largo de los años en pro del género femenino y sus necesidades
sociales.

En complemento, con la caracterización de género, se debe estudiar a la población


que ejerce esta clase de labores informales, desde la época de su vida en la que las ejercen,
debido a que determina un componente adicional de las razones por las que muchos
habitantes acuden a este tipo de negocio. Al distinguirlas es más fácil combatirlas. Tales
datos de referencia se encuentran expuestos en la siguiente gráfica:

Gráfica 7: Caracterización por edad del comercio informal en Bogotá

Fuente: Alcaldía Mayor de Bogotá, (2019).

En la tabla anterior, son varios los elementos que sustraen de esta información, como
es el caso de los menores de edad que si bien configuran un espacio porcentual bajo con
respecto a la totalidad de los referenciados, queda en evidencia la existencia de vendedores
ambulantes que son niños, niñas y adolescentes. Los cuales, en muchos casos son víctimas
de delitos relacionados con la explotación infantil, debido a que los padres en razón a la
precariedad de su situación económica, decidan que sea mejor que los menores trabajen para
que ayuden con el solvento de la familia.

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Un factor que sin duda desencadena una problemática mucho más amplia, ya que al
no educarse o evitar hacerlo, los menores son vulnerables a caer en vicios, vidas delictivas o
en el mejor de los casos, tras un panorama tan desalentador, puede quedarse en el mismo
eslabón socioeconómico como el del resto de su familia, al desaprovechar oportunidades que
podrían mejorar sus condiciones y calidad de vida.

En el otro extremo de las cifras que considera la gráfica, se encuentra el porcentaje


de adultos mayores, aspecto que evidencia una problemática relevante dado que se trata como
en el caso de niños, niñas y adolescentes son población de especial protección constitucional,
por lo cual, necesitan de un cuidado particular que ayude a su condición recibiendo una
consideración especial para el cumplimiento de sus garantías.

En lo concerniente al panorama laboral, desafortunadamente para las personas


conforme van ganando años de vida, su situación se vuelve más compleja debido a la
dificultad que subyace la reinserción al mercado laboral, en especial si no se tienen títulos
educativos más allá de la media básica, primaria y secundaria. Por lo tanto, dada la falta de
abastecimiento de las necesidades mínimas, las personas en esta época de su vida, optan
refugiarse en el ingreso que puede ofrecerles la informalidad.

Es la razón por la cual, en el estudio realizado, se presenta una tasa del 46% de
personas entre los 40 a 59 años, que se encuentran vinculadas en esta clase de oficios. Lo que
a su vez indica, que el encontrarse en ese rango de edad implica estar cerca a la edad de
pensión, por lo cual no son un nicho que sea buscado por las empresas para vincularlos
formalmente, aspecto que les imposibilitara obtener la seguridad dada por dicha pensión,
como tampoco, poder contar con un trabajo formal.

Junto con ello, un análisis más que se puede realizar a esta caracterización por edad,
se evidencia en el considerable porcentaje de población que se encuentra dentro del rango en
el que se tiene una mayor expectativa de formación profesional, aspecto que lleva a
considerar dos posibilidades ser un elemento que evidencia la falta de posibilidad de acceso
a la educación, u otra, que puede ser esta informalidad genere los recursos que permita dicha
formación.

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Es posible concluir de esta grafica que la mayor cantidad de personas que se
encuentran en la informalidad, son pertenecientes a grupos de edad que se pueden considerar
vulnerables o de especial protección para el país, razón por la que la administración debe
prestar más atención, ya que estos nichos poblacionales se encuentran más expuestos a toda
clase de conductas delictivas o lesivas que desemboquen en una violación de derechos
fundamentales.

Un más de las caracterizaciones que es considerada, depende de la evaluación de la


cantidad de víctimas del conflicto armado a lo largo del territorio nacional, las cuales deben
migrar hacia las ciudades en búsqueda de nuevas oportunidades. Bogotá, al ser la capital del
país, es receptor de este fenómeno migratorio de forma constante, ya que tras décadas de toda
clase de violencia que aqueja a la nación, en especial en sus áreas rurales, se ha convertido
en un lugar de resguardo para las personas que han sufrido por los delitos de estas
condiciones, generalmente teniendo en común el daño creado por el desplazamiento forzado.

Adicionalmente, al ser la ciudad más grande del país ofrece un amplio campo de
oportunidades para sus habitantes, convirtiéndose así en un destino apetecido por este tipo
de población migrante que busca un mejor futuro, de este aspecto se puede evidenciar la
siguiente información:

Gráfica 8: Lugar de origen de los vendedores informales en Bogotá

Fuente: Alcaldía Mayor de Bogotá, (2019).

50
Al respecto se hace necesario considerar que estos lugares representan sectores que
tiene un alcance considerable del conflicto, de allí la importancia de tener en cuenta esta
variable dentro del análisis estadístico.

En adición a ello, se debe tener en cuenta que, en la capital colombiana, existen


sectores en particular que suelen ser áreas de mayor cantidad de vendedores ambulantes, por
lo cual muchos de ellos se enfrentan para ganar un lugar dentro del mercado, en especial en
los lugares que son conocidos y concurridos notablemente. Tal territorialidad, por el mercado
hace que las personas que participen en estas actividades terminen conociendo la zona o las
reglas no escritas de las ventas callejeras y no permitan foráneos o nuevos vendedores
informales con tanta ligereza.

No se puede olvidar, que una de las más grandes discusiones respecto a la


permanencia de los vendedores ambulantes dentro del espacio público, es su implicación con
la realización de algunos ilícitos, lo que puede poner en riesgo a los transeúntes y favorece
la sensación de inseguridad de un lugar. Esto se relaciona con las cifras de la tabla, ya que la
interculturalidad, no suele ser bien vista en la informalidad y menos en los territorios de venta
que se encuentran delimitados.

Un ejemplo de ello, fue la lucha silenciosa que hubo dentro del comercio informal
colombiano, con el de las personas venezolanas. Tal fue la lucha que se desataron múltiples
agresiones entre estos terrenos y aún hoy en día sigue existiendo una hostilidad xenófoba, en
razón a las zonas de comercialización de productos sin formalidad.

De la mano de esta discusión, se encuentra el asunto de las comunidades dentro de la


ciudad de Bogotá, en razón a lo apetitoso que se vuelve el destino para toda clase de grupos
en el país y lo peleadas que suelen ser las calles para comercializar.

En la siguiente grafica se mostrarán algunos de estos grupos y el porcentaje de


vendedores que hacen parte de cada etnia, lo que permite profundizar en una más de las
necesidades sociales que se tiene en la ciudad, al poder manejar toda clase de diversidad
desde unas regulaciones seguras, que deben crearse bajo la condición de cuidado que les ha
brindado el gobierno a muchos de ellos:

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Gráfica 9: Grupos Étnicos de los vendedores informales en Bogotá

Fuente: Alcaldía Mayor de Bogotá, (2019)

Tal y como se representa, existe una variedad importante de agrupaciones culturales


dentro de la ciudad. Sin embargo, el mayor el porcentaje de personas en la informalidad de
este momento, suele estar exenta de pertenecer a alguna en particular, aun no ello presenta
factores diferenciales importantes. Entre ellas, se encuentra el 20,26% de adultos mayores,
el 7,45% víctimas del conflicto armado y 2,76% son personas en condición de discapacidad
(Alcaldía Mayor de Bogotá, 2019).

A pesar de ser porcentajes bajos existen en estas categorías lo cual debe ser un criterio
de análisis para las políticas vigentes y los cambios que se deban presentar. Debido a que,
aun estando involucrados en menor medida, de todas formas, su vida debe ser respetada, al
igual que sus derechos fundamentales. Todo esto se puede conseguir al presentarse dentro de
las necesidades que deben ser regulados mediante la creación de un eje de política pública
central para los grupos étnicos en general.

La siguiente caracterización se hace presenta con respecto a la vinculatoriedad con


grupos de especial protección, siendo grupos similares a los presentados con anterioridad, la
diferencia es que estos no son protegidos por su valor cultural, sino por su impacto social o
vulnerabilidad, tras las circunstancias entorno a su vida, que suele ser lesionada o
discriminada por parte de la sociedad. Cada uno de ellos da cuenta a algunos de los análisis
que se han presentado previamente en información sujeta de análisis en anteriores apartados,
como se ve en la siguiente tabla:

52
Gráfica 10: Grupos diferenciales de los vendedores informales en Bogotá

Fuente: Alcaldía Mayor de Bogotá, (2019).

En la siguiente gráfica, se muestran datos importantes respecto a los grupos que hacen
parte del comercio informal, señalando una gran mayoría conformada por vendedores
estacionarios. Entre esta población, se encuentran hombres y mujeres cabeza de familia,
siendo nuevamente un llamado a lo estudiado en graficas anteriores, en la que se resalta la
vulnerabilidad de esta población, ya que con los ingresos que les proporciona esta clase de
comercio, puede no ser suficiente para solventar sus necesidades. Lo que facilita que esta
clase de familias, padezcan en el borde de la brecha socioeconómica, al no poder acceder a
mejores oportunidades para la mejora de su calidad de vida y corran un menor riesgo de que
sus derechos fundamentales sean vulnerados.

Por otro lado, menciona varios grupos que hacen parte del enfoque diferencial y deben
ser tomados en cuenta dentro de la construcción de políticas públicas a nivel nacional, no
solo distrital. Esto se refiere, a las personas en condición de discapacidad, ya que son un
grupo que debe tener un trato más considerado acorde a cada tipo de discapacidad, en razón
a la desventaja que pueden tener en contra de agresores o factores de riesgo que propician la
vulneración de sus derechos fundamentales.

53
Casos similares, se presentan en contra de la población LGTBIQ+ y trabajadoras
sexuales, ambos son grupos que la sociedad ha repelido o alejado de sus actividades, suelen
ser discriminados y segregados en razón de su orientación sexual o por su forma de trabajo.
De allí surge, la relevancia de ser identificados en las gráficas del comercio informal, ya que
presenta una idea de cuantas de estas personas pertenecen a esta problemática y como deben
ser tomadas en cuenta para futuras regulaciones o políticas creadas. Además, ayuda a
visibilizar varios de los asuntos de ambas comunidades, en pro de que la discusión por la
igualdad de sus derechos y el reconocimiento necesario de esta iniciativa, se haga más visible
en el diario.

Continuando con un elemento más considerable para evaluar la situación del


comercio informal en la ciudad, se presenta la caracterización por nivel de formación o
educativo, el cual se presenta en la siguiente gráfica:

Gráfica 11: Nivel Educativo de los vendedores informales en Bogotá

Fuente: Alcaldía Mayor de Bogotá, (2019).

54
La educación es un factor determinante en la incidencia de la informalidad, ya que
muchas de las personas que no alcanzan un nivel educativo alto o por lo menos de la media
básica, pierden la oportunidad de acceder a mejores empleos y por ende a un ingreso
económico mayor. Así que, entre menor nivel educativo, tienen los vendedores ambulantes,
es más difícil salir de la informalidad por lo tanto esta tendencia representa una oportunidad
dentro del estudio de las entidades que crean las políticas públicas respectivas, en razón a
que es un punto que se debe contratacar para poder lidiar en con esta problemática social y
desvanecerla de forma progresiva y efectiva.

Esta información integrada en las siguientes dos gráficas, da cuenta de la realidad


educativa de los vendedores ambulantes y determina la calidad de educación a la que han
tenido acceso debido a su situación económica. Por lo tanto, comprender estas estadísticas
de quienes participan en el comercio informal es crucial para el diseño e implementación de
políticas educativas específicas. Estas políticas pueden abordar las necesidades educativas
particulares de este grupo, facilitando su acceso a oportunidades de aprendizaje y mejorando
sus habilidades.

Tal análisis, facilita la implementación de programas de capacitación y desarrollo que


aborden específicamente las necesidades de formación requeridas para mejorar la calidad y
competitividad de los productos y servicios ofrecidos en el sector informal. Junto con ello,
se pretenden examinar las habilidades que se pueden brindar a los comerciantes para mejorar
su negocio, a través del diseño de programas que fortalezcan las habilidades de gestión,
contabilidad y marketing, brindando a los comerciantes informales las herramientas
necesarias para gestionar sus negocios de manera más efectiva.

En adición a ello, se debe estudiar el interés que tienen las personas para acceder a
esta clase de programas creados por las entidades públicas, puesto que se debe incentivar la
cultura educativa de estos grupos, para que el resultado sea realmente efectivo. Por lo tanto,
el estudio en cuestión realizo una estadística de acerca del interés que tendrían las personas
para acceder a esta clase de educación.

Así como, se pretende analizar en los casos donde las personas habrían dejado a
medias su formación, las razones por las que lo hicieron y que puede evitar esta deserción

55
dentro del sistema educativo. En complemento de este análisis es oportuno considerar las
principales razones por las que esta población pierde el interés en lo respectivo a su formación
educativa:

Gráfica 12: Razones de no interés en formación educativa de los vendedores


informales en Bogotá

Fuente: Alcaldía Mayor de Bogotá, (2019).

Como se señala dentro de la tabla de estudio, la razón principal por la cual no existe
un interés en la población de comerciantes informales, para llevar a cabo alguna formación
académica, recae en la falta de tiempo. Esto va de la mano con el resto de factores analizados
ya que, en muchos casos, los vendedores que se encuentran en estos comercios son la única
fuente de ingresos y no cuentan con la posibilidad de dejar de lado su trabajo para poder
estudiar, porque de hacerlo no habría un sustento mínimo que favorezca sus condiciones de
vida.

Las demás razones estudiadas, suelen ser la falta de información para poder a acceder
a estas oportunidades, las situaciones de salud propias o las personas a cargo, siendo el caso
de aquellos hombre y mujeres cabezas de familia que no pueden abandonar a sus hijos, ni la
responsabilidad que implican, así como las personas en condición de discapacidad que no
creen poder realizar esta clase de capacitaciones.

56
De todo esto, se puede concluir que este factor es uno de los más trascendentales en
el nivel de vida de una persona, por lo tanto, debe ser atendido en una política pública que
permita encontrar un medio económico diferente o formalizar el suyo para las personas que
hagan parte de este tipo de labores informales y así puedan acceder a las oportunidades
relacionadas a su formación académica.

Es necesario, el diseño de intervenciones específicas puede contribuir a prevenir la


interrupción temprana de la educación, promoviendo un nivel educativo más alto entre los
jóvenes y futuros participantes en el comercio informal, para evitar su implicación en este
gran problema social.

Finalmente, en este estudio la Alcaldía analizó los principales productos vendidos en


esta clase de comercio, siendo esto importante para identificar el factor de variabilidad que
suele existir en comercio informal y la posibilidad que existe de que en la creación de
políticas públicas se implementen negocios formales, de las actividades económicas que
suelen ser desempeñadas por los vendedores ambulantes. Así las cosas, de los elementos que
deben ser considerados dentro de este análisis sobre esta caracterización, se presenta los
principales productos que son comercializados al respecto se cuenta con la información que
se presenta en la siguiente tabla:

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Gráfica 11: Principales productos vendidos por los comercios informales en Bogotá

Fuente: Alcaldía Mayor de Bogotá, (2019).

A este análisis, se le debe sumar la idea de que la mayoría de estos negocios, suelen
ser versátiles conforme a la demanda que se tenga de un producto y la oferta de las personas,
por lo tanto, muchos de estos se trasladan conforme pueden encontrar mejores clientes en
otros sitios. Lo que puede facilitar que tengan una mayor cantidad de ventas, al tiempo esta
movilidad y destreza comercial que permite la informalidad, puede ser un impedimento para
que se formalice un negocio de esta categoría debido a la falta de movilidad que implica.

Todo esto, puede llegar al punto inicial del debate, la ponderación entre el principio
de confianza en el uso del espacio público, por parte de todos los integrantes del comercio
informal, puesto que, si bien todo el estudio estadístico apunta a la visualización de una cruda
realidad colombiana, no se puede desconocer el derecho de los demás ciudadanos. Aunque
con todo este panorama, puede notarse la primacía y de este conflicto tan profundo, que
requiere de soluciones rápidas y progresivas, con la idea de que el cambio se generalizado y
apoyado por toda la sociedad. A continuación, se presentarán algunas de las iniciativas
vigentes para poder favorecer a las personas que ejercen este tipo de actividades comerciales
y erradicar poco a poco la informalidad, con la idea de garantizar todos sus derechos
fundamentales.

58
CAPÍTULO 3

ALCANCE DE LAS POLÍTICAS PÚBLICAS DEL DISTRITO CAPITAL CON


RESPECTO AL AMPARO DE LOS DERECHOS DE LOS VENDEDORES
AMBULANTES

Tal y como se ha visto a lo largo del documento, los vendedores ambulantes han tenido un
rol importante en el desarrollo de la economía dentro de la sociedad colombiana, debido a
que este tipo de empleo permite que las personas pertenecientes a los estratos más bajos
puedan acceder a ingresos que contribuyen a su supervivencia, ya que, al carecer de una
modalidad de trabajo diferente, muchos de ellos lo encuentran como una forma de satisfacer
sus necesidades básicas.

De tal forma, esta clase de comerciantes informales representan una parte integral de
la vida urbana o rural, debido a que a menudo personifican una fuente de ingresos vital para
sus familias. Sin embargo, históricamente, los vendedores ambulantes han enfrentado una
serie de desafíos y obstáculos en su búsqueda de un sustento digno. Para abordar estos
problemas y promover una convivencia armónica en la ciudad, se han implementado normas
y políticas públicas específicas para poder regular su actividad y proteger sus derechos.

Cada una de estas políticas y normas, se encuentran enfocadas a encontrar un


equilibrio entre las actividades desempeñadas por los trabajadores informales y el uso del
espacio público del resto de los ciudadanos. Lo cual, ha propiciado que la búsqueda de la
equidad entre el orden público, la seguridad ciudadana y el derecho al trabajo de los
vendedores sea un asunto de interés general que ha sido trabajado de forma progresiva.
(Molina, 2017)

Junto con ello, la creación de esta clase de medidas pretende evitar grandes nichos de
pobreza extrema, en razón a que en la mayoría de los casos el comercio ambulante suele ser
el único sustento de miles de personas, lo que ha evitado que padezcan condiciones aún más
deplorables a las que deben vivir diariamente. Así, mientras el Estado procura combatir las
altas tasas de desempleo, al tiempo debe proteger a las personas en una condición de
vulnerabilidad económica para que no pierdan sus únicos ingresos que los sostienen.

59
Por supuesto, se debe hacer una distinción importante respecto al manejo que le
brinda cada gobernante a esta problemática, puesto que cada territorio urbano y rural tiene
una forma diferente de abordarlo, esto depende directamente de la atención que brinda las
entidades encargadas de gestionarlo, siendo esta en la mayoría de los casos las alcaldías.

Las alcaldías conocen las necesidades de la población, así como las dificultades que
maneja, por lo tanto, medidas como las políticas públicas se rigen de acuerdo a los factores
variables de un territorio, aunque la normatividad sea seguida de forma general por la nación.

En las áreas rurales, los comercios informales por lo general suelen ser de productor
producidos en la zona y que suelen ayudar a la economía de la población. De allí, que las
políticas públicas se encuentren enfocadas en la formalización, el cuidado del entorno
cultural y el espacio en el que se llevaran a cabo estas actividades.

Por otro lado, el caso de la ciudad de Bogotá, la dinámica de implementación suele


ser diversa debido a que existen varios factores que confluyen en un territorio. En primer
lugar, la cantidad de personas que suelen migrar del campo a la ciudad aumenta con el pasar
del tiempo propiciando a que la demanda en términos de vivienda, transporte, alimentación,
servicios públicos y sociales se vuelva ardua, ejerciendo a su vez una presión significativa en
el mercado laboral y el mínimo vital que es ofrecido a las personas, para poder mantenerse
en condiciones aptas para una buena calidad de vida. Cuando la presión se vuelve insostenible
para una familia, suelen acudir a medios como la informalidad para su supervivencia.
(Ministerio del Trabajo, 2020).

En segundo lugar, la confluencia de culturas y diversidad poblacional hace que las


grandes ciudades sean lugares atractivos para que personas en circunstancias de
vulnerabilidad tales como migrantes, desplazados del conflicto armado, o simplemente
habitantes de otras zonas del país, converjan con la idea de buscar oportunidades y un futuro
mejor. Lo cual, añade aún más presión al mercado laboral y hace que las oportunidades
escaseen. Además, con el aumento progresivo de personas que requieren de un cuidado
especial de sus derechos, el distrito debe implementar políticas más amplias y rigurosas que
puedan favorecer su condición, lo que puede ayudar a su acceso al mínimo vital o a un trabajo
digno (Molina, 2017).

60
En tercer lugar, el comercio informal puede ser usado como una cubierta para el
ejercicio de actividades ilícitas, tales como el contrabando. De tal forma, las autoridades
deben estar atentas a que el ejercicio de los comercios informales no esté ligado al desarrollo
de ningún ilícito. Aunque en ciertos casos, la condición de vulnerabilidad económica puede
ser un escudo empleado por los delincuentes, para ejercer toda clase de conductas en contra
de la Ley. En razón a ello, el distrito no solo puede crear e implementar medidas que ayuden
a mantener el derecho al trabajo de los comerciantes informales, sino también debe
defenderse de aquellos que alegan una aparente necesidad, pero tienen fines completamente
diferentes (Pava, 2016).

Teniendo en cuenta estos elementos centrales, se pueden identificar algunos de los


objetivos que pretenden cumplir las políticas públicas en la ciudad, siendo los principales; la
regulación y formalización de la actividad económica ejercida, el diseño de espacios públicos
donde los vendedores puedan ejercer su derecho al trabajo sin transgredir las garantías de
otros ciudadanos, la participación en las decisiones de las autoridades locales sobre medidas
que pueden beneficiar directamente a los vendedores ambulantes y el acceso a los derechos
fundamentales por parte de los comerciantes de este gremio (Pava, 2016).

Adicionalmente, la educación empresarial es un ámbito en común en las zonas tanto


rurales como urbanas, como una forma de combatir el desempleo y la informalidad, ya que
incentiva la creación de comercios que puedan transformarse en empresas que ayuden a la
construcción de la economía del lugar. Sin embargo, el enfoque es diferente en razón a que
los productos de los vendedores informales en zonas agrícolas pueden estar relacionados al
ejercicio de una actividad económica que realicen, mientras que en las áreas urbanas los
productos son comercializados por personas que no necesariamente son productores, sino
que revenden ciertos bienes que puedan ser atractivos para ciertas zonas de la ciudad o en
determinados mercados, lo que varía significativamente las habilidades que deben
aprehender para sostener y preservar cada tipo de comercio (Ministerio del Trabajo, 2020).

En complemento a este panorama, la normatividad a nivel nacional tiene un rol crucial


debido a que intenta construir los límites entre la interacción de los derechos que pueden estar
en conflicto, la protección de las garantías mínimas de las personas en un estado de

61
vulnerabilidad económica que optan por este medio de subsistencia y ayuda a la construcción
de una solución con base a la situación del país de forma general.

En el desarrollo de este apartado, se podrán ver algunas de las normas y políticas


públicas que han sido creadas para regular estas actividades, así como prevenir violaciones
de cualquier otra índole.

3.1.Políticas públicas en pro de los vendedores ambulantes

Como se ha demostrado, los vendedores ambulantes desempeñan un papel crucial en la vida


económica y social de Bogotá. Su actividad contribuye a la generación de empleo, la
diversidad económica y la inclusión social. Las políticas públicas que buscan proteger y
regular esta actividad son fundamentales para equilibrar los intereses de la comunidad y los
derechos de los vendedores. La implementación efectiva de estas políticas puede contribuir
a una convivencia armónica y a un desarrollo más equitativo en la ciudad.

De tal forma, las entidades distritales buscan poder regular el conflicto normativo
entre el espacio público y el comercio informal, así como las posibles violaciones de derechos
humanos a las que se exponen las personas que acuden a este método como una forma de
adquirir dinero para mantenerse económicamente y a sus familias. Todo esto se ha trabajado
como se ha descrito a lo largo del documento desde el nivel nacional, departamental y
municipal, mediante la normativa creada por el Congreso de la República y los fallos de la
Corte Constitucional que ponderaban la relevancia de tales garantías, los cuales a su vez
incentivaron la creación de políticas públicas como las que describirán en la ciudad de
Bogotá.

En la actualidad, no es posible registrar una cifra exacta para los vendedores


ambulantes en Bogotá, ya que el Instituto para la Economía Social (IPES), indica que hay
54.000, mientras que el Departamento de Administración Nacional de Estadística (DANE)
señala 120.000. Sin embargo, si es posible identificar los corredores concurridos donde
frecuentan una gran parte de ellos, en la capital colombiana, siendo estos, San Victorino,
Chapinero, Fontibón y Kennedy. Sectores en los que se ha desarrollado varias de las
controversias centrales del uso del espacio público, aunque muchas de estas reporten una alta

62
población de pobreza, una de las razones centrales de este ejercicio comercial (INFOBAE,
2022).

Con esta idea clave, inicialmente, se deben identificar los factores por los que algunos
ciudadanos toman la decisión de crear esta clase de negocios informales, ya que al
reconocerlos es posible analizar el enfoque con el que se han creado las políticas públicas,
para alentar la mejora de su situación y el cuidado del que deben disponer. Según los estudios
realizados por el Ministerio del Trabajo (2016), se han encontrado diversos argumentos que
sustentan el comercio informal, la más común suele ser la falta de oportunidades de empleo
brindadas por el Estado, por lo tanto, consideran la venta informal como el sustento que les
permite vivir, debido a que no implica una inversión significativa, ni gastos que les impidan
tener una utilidad formidable.

Además, las personas suelen encontrar mejores nichos de mercado y clientes, de


acuerdo a la movilidad que tenga el negocio que creen, lo que representa una mejor ganancia
económica. Esta movilidad, no solo se limita al traslado físico, también es referida a la
evaluación de la oferta en lugares y momentos específicos del día donde su producto es más
apetecido.

Tal manejo de la situación permite que las personas dispongan mayormente de su


tiempo y puedan trabajar en horarios específicos para poder encontrar mejores ocasiones para
ganar mayores ingresos. Sin embargo, esto deriva al siguiente factor, la extensión familiar y
la implicación de menores en esta clase de comercios, debido a que muchos niños y jóvenes
con una situación de vulnerabilidad económica significativa pueden provenir de familias que
únicamente tienen esta actividad como sustento, son instruidos para seguir con el negocio
informal, en razón a que son muy pocos los recursos con los que cuentan para ofrecer un
estilo de vida alternativo.

Junto con ello, desde temprana edad son puestos en los comercios como medios para
conseguir más clientes, mientras ayudan con las labores realizadas o solo acompañan a los
encargados de las ventas, por supuesto creando problemáticas aún más complejas de
vulneración de derechos fundamentales hacia estos menores.

63
Uno de los mayormente limitados que puede seguir propiciando la informalidad como
un ciclo perpetuo, es la falta de educación, puesto que en una gran cantidad de casos la falta
de capacitación suele ser una de las razones por las que las personas que deciden crear esta
clase de negocios, no suelen ser aptas para competir al interior del mercado laboral. Lo que
como se sustentó, puede convertirse en un círculo de miseria paulatina. A su vez, la situación
se termina agravando en casos, en los que las familias son conformadas por miembros en
condición de vulnerabilidad manifiesta debido a otras circunstancias, tales como madres
cabezas de familia, personas en condición de discapacidad o adultos mayores, en razón a que
estas personas necesitan de un cuidado especial (Ministerio de Trabajo, 2016).

Los últimos factores que son tenidos en cuenta por la administración distrital o
municipal son aquellos relacionados con las cuestiones culturales, tanto del país como del
territorio en el que se busca proponer e instaurar una política pública. Cada territorio tiene
necesidades propias que deben abordarse de modo distinto, inclusive la condición de
especialidad que tiene la nación colombiana respecto a problemas de conflicto armado y
violencia ha determinado que fenómenos como el desplazamiento interno predomine,
propiciando a que a su vez aumente la pobreza y el acceso a los comercios informales
nuevamente sean empleados como alternativas viables.

Es un escenario similar, ocurrido en el conflicto externo, por el que en los últimos


años han entrado una cantidad considerable de migrantes venezolanos, debido a la situación
difícil de orden público que subyace en esta nación, también optando por estos comercios
para subsistir luego de dejar atrás una vida entera en otro territorio.

Junto con estos elementos, se entrelazan los problemas de funcionamiento que tienen
las instituciones para brindar oportunidades laborales de forma continua a las personas y para
recopilar la información pertinente a las características de los vendedores informales en un
territorio en particular, lo que a su vez dificulta el planteamiento de programas y proyectos
que garanticen el mínimo vital y la subsistencia de condiciones dignas.

Es esta falta de gestión, lo que ha propiciado que en los últimos años el gobierno
nacional destine una cantidad importante de presupuesto en la realización de políticas
públicas y proyectos, que protejan los derechos de los vendedores ambulantes. En especial,
por la progresiva negativa ciudadana de compartir el espacio público con la informalidad, lo

64
que ha generado múltiples polémicas y una imagen cada vez más deplorable de los
comerciantes que emplean el espacio público como su sector de ventas. Todo esto, dio como
resultado la búsqueda por parte de la administración distrital de las zonas urbanas del país
para encontrar un justo equilibrio, entre los derechos a la libre circulación y el comercio
informal (IPES, 2019).

Como solución al problema, las alcaldías y diversas entidades encargadas de la


protección de derechos fundamentales, se han articulado para la creación de políticas públicas
que combata la alta ocupación de los espacios públicos por parte de vendedores informales,
lo que ha generado consecuencias como la contaminación auditiva, ambiental, problemas de
inseguridad y movilidad, entre otras. Al mismo tiempo, se restringe la efectividad de las
acciones policivas, en razón a la protección especial que esta población dispone por su
vulnerabilidad económica y social.

Con este fin, desde el año 2019 se han creado los lineamientos generales para la
creación de una futura política pública en pro de los derechos de los vendedores ambulantes,
ya que el problema no puede ser combatido con la erradicación de los negocios informales,
sino con la protección y solvencia de las garantías básicas de vida de las personas que optan
por estos negocios, para que tengan mejores alternativas económicas y calidad de vida que
no los obligue a encontrarse en una brecha de la pobreza extrema.

Todas estas ideas, se han plasmado por la Ley 1988 de 2019 y la Resolución 1213 de
2020, que reglamenta los plazos y la metodología en la se crearía la política pública. En la
que se ha fijado como mayor interés de esta política, la disminución del desempleo y el
fortalecimiento de las funciones por parte de las instituciones distritales, para que puedan
gestionar el espacio público de forma clara y con menos vacíos, por funciones indefinidas o
competencias muy generales, que en algunos casos no pueden llegar a ser exigidas
jurídicamente.

Sin embargo, en la elaboración de los cimientos de la política pública, surgió la


contingencia sanitaria en razón al COVID- 19, lo cual resalto el estado de vulnerabilidad de
los vendedores ambulantes y los hizo más evidentes, dando a conocer la gravedad de la
problemática y la importancia de la expedición de la política trabajada. En razón a que
durante el año 2020 y 2021, hubo cuarentena obligatoria que con el tiempo se fue

65
flexibilizando, lo que desencadeno una gran cantidad de eventos de desobediencia social,
huelgas de hambre, protestas y movilizaciones de parte de los comerciantes informales, ya
que no tenían un sustento para subsistir en estos tiempos, lo que obligó al Estado a llegar a
acuerdos que permitieran el ejercicio de sus labores, empleado medidas de bioseguridad
(Gómez, 2022).

Entre estos acuerdos y avances que fueron reconocibles en este periodo de tiempo, se
encuentra la creación de Consejos Locales de Vendedores, conformados por siete
representantes, por localidad, para periodos de cuatro años, esto en el año 2020. Lo cual,
posteriormente quedaría plasmado dentro del Decreto 092 de 2021. Además, en el Acuerdo
769 de 2020, se habría declarado el tercer jueves del mes de febrero de cada año como el Día
Distrital de las personas dedicadas a las ventas informales.

Un año después, se establecieron los lineamientos para la formulación de la política


pública que se llevaba trabajando desde el 2019, mediante el Acuerdo 812 de 2021. De forma
genérica este plantea que en la ejecución de esta política se pretende la construcción de una
perspectiva de la ciudad, donde la zona urbana fuese considerada como un lugar, en el que
se desarrollan toda clase de actividades que contribuyen con la formación de los individuos
y se debe percibir como un espacio donde confluye el uso privado y común de forma
armónica. Bajo esta idea, es necesario,

Concertar con las organizaciones de vendedores el reglamento, la convivencia y el


aprovechamiento del espacio público con el fin de hacer de este una construcción
colectiva; eliminar la estigmatización, la persecución y la violencia por el uso del
espacio público; garantizar el acceso a programas sociales de Bogotá; y superar la
condición de vulnerabilidad de los vendedores informales con enfoques diferencial
(Gómez, 2022, p. 25).

En la práctica de forma específica, se dispone la carnetización de los vendedores


ambulantes para que puedan hacer parte de los registros distritales, firmar pactos por
localidad en los que se acuerde, “la asignación a un lugar fijo con un área de 1.50m x 1.50m,
el mantenimiento de la higiene, no consumir bebidas embriagantes; no permitir el trabajo
infantil; adecuado manejo de los residuos de alimentos; y hacer uso permanente de la
escarapela con código QR como forma de identificación” (IPES, 2022).

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Junto con ello, en el caso de la aplicabilidad de las normas que sancionan el mal uso
del espacio público o las conductas que pueden llegar a ser lesivas para los ciudadanos, el
Consejo de Bogotá, ha propuesto emplear el concepto del principio de confianza legitima.
Debido a que, el comercio informal puede propiciar varias desventajas importantes, en
especial los focos de delincuencia que pueden atraer a las zonas donde venden sus productos,
ya que, al ser concurridas, pueden propiciar delitos u otra clase de conflictos normativos
como sanciones por la inadecuada manipulación de alimentos o en áreas con vías, la
posibilidad de propiciar accidentes de tráfico o congestión de peatones (Fajardo, 2021).

Por lo tanto, es necesario ejercer este principio en pro de los derechos de los
vendedores ambulantes, este es definido por el literal r, del artículo 5 del Acuerdo 812,
indicando así:

El principio de la confianza legítima, entendido como el deber por parte del Estado
de no alterar súbitamente las reglas de juego que regulan las relaciones con los
vendedores informales, en materia de espacio público o de ejercicio de ocupación u
oficio. En dicho caso, todas las acciones deberán ser concertadas previamente en
espacios técnicos y ampliados con garantía de participación, concertación y veeduría
ciudadana por parte de los vendedores (Acuerdo 812, 2021).

En este orden de ideas, los propósitos fundamentales de esta política están regidos
por el respeto al espacio público y la normativa establecida, así como la inclusión en
condiciones dignas de la población trabajadora informal. Lo cual, es posible evidenciar
mediante tres ejes fundamentales:

La reducción de la informalidad laboral en la población dedicada a las ventas


informales en el espacio público, disminuir la incidencia de conflictividad por el uso
y la convivencia en el espacio público; y aumentar el impacto de programas dirigidos
a vendedores informales (Rodríguez, 2021, p. 10).

Con este fin, se delegaron las responsabilidades a las entidades encargadas de cada
segmento, tales como las secretarias de despacho, las unidades administrativas especiales,
los institutos para gestión de riesgo, economía y desarrollo urbano, las alcaldías locales y la
Defensoría del Espacio Público. Cada una de ellas encargadas de un propósito diferente en

67
la problemática, pero con la idea de reconocer el desarrollo humano de los vendedores
ambulantes como una necesidad que debe ser satisfecha, mediante la solución de sus
condiciones de vida. Además de construir conexiones de asociatividad entre vendedores
ambulantes y cooperación entre el distrito y este grupo de trabajadores, para que la fase de
implementación de la política tenga una gestión más efectiva, puesto que si los intereses
sociales de esta población se transforman en colectivos pueden establecer la formación de un
capital social que favorezca a todos los individuos (Pavas, 2016).

Todos estos esfuerzos, darían lugar a que en el año 2022 se creara el Decreto 801 de
2022, el cual es considerada una norma que fundamenta la creación de proyectos que
favorezcan específicamente los derechos de los vendedores ambulantes e incentiva la
construcción de herramientas para su acceso al servicio de educación, en respuesta a lo
requerido a través de la Ley 1988 de 2019.

Uno de sus puntos más importantes, es que incentiva el dialogo entre las autoridades
y los vendedores con el fin de que se realicen acuerdos de sana convivencia. En adición, se
centra en eliminar el circulo de pobreza que puede conllevar el hacer parte de familias en
escasez que emplean esta clase de negocios para su subsistencia, puesto que pretende el
facilitar las oportunidades educativas de esta población, mediante la certificación de
competencias del SENA, para aquellos que busquen un empleo formal o deseen capacitarse
para crear un negocio que sea reubicado y constituido bajo los parámetros que la ley dispone.
En este campo, la iniciativa hace énfasis, en la posibilidad de alianzas con el sector privado,
para la financiación de proyectos empresariales y contactos que ayuden a la comercialización
de productos de esta población.

Al ser tan reciente la regulación jurídica de esta política pública, si bien los cimientos
están creados para la protección de derechos, la implementación ha sido progresiva y aun no
se ha registrado un avance concreto de los resultados prácticos de esta medida. En especial,
con la compaginación de la próxima alcaldía distrital de la capital, la cual será elegida por
los colombianos en los próximos meses del 2023.

68
CONCLUSIONES

El artículo de investigación revela la persistencia del comercio informal en Colombia como


un fenómeno arraigado en la dinámica económica y social del país. A pesar de los esfuerzos,
el sector informal continúa siendo una parte significativa de la economía. Al punto de
representar más de la mitad del porcentaje de personas que tiene una ocupación laboral dentro
de las estadísticas nacionales, lo cual deja ver un panorama desfavorable para la protección
de los derechos fundamentales de las personas, ya que todos aquellos expuestos al comercio
informal como modo de subsistencia se enfrentan a la vulnerabilidad de sus garantías
constitucionales básicas como es el caso del mínimo vital o una seguridad social.

A su vez, los resultados estadísticos evidencian que el comercio informal está


vinculado a desafíos estructurales como la falta de oportunidades laborales formales, la
pobreza y la falta de acceso a recursos educativos. Estos factores contribuyen a la existencia
y expansión del comercio informal.

Junto a ello, se le presenta el fenómeno del conflicto armado que ha sido trascendental
en los movimientos económicos del país, dando lugar al desplazamiento forzado de muchos
habitantes de las áreas rurales que son forzados a trasladarse a las áreas urbanas. Creándose
una migración involuntaria de nacionales y extranjeros, como es el caso de la población
venezolana al salir de su nación por la situación borde de su país.

Desafortunadamente, el comercio informal tiene un impacto negativo en la economía


formal, generando competencia desleal y afectando la recaudación de impuestos. Este
fenómeno presenta un desafío para el crecimiento sostenible y la equidad económica. Lo que
se puede traducir en menores oportunidades de empleo, en los casos de empresas que recién
llevan forjándose en la economía nacional y que en ocasiones no son capaces de competir
con este tipo de actividades comerciales no reguladas.

A pesar de los desafíos del panorama nacional, la investigación muestra avances


notables en las políticas públicas implementadas en Bogotá para abordar el comercio
informal. La ciudad ha desarrollado estrategias centradas en la formalización, capacitación y
apoyo a los comerciantes informales. Las cuales han tenido resultados notables en la

69
disminución de la cifra de comercio informal en el nicho de investigación, como se presenta
en las cifras de los Boletines trimestrales del DANE, 2021, 2022 y 2023, en los que se
considera a la capital una de las ciudades con una menor cifra de vendedores informales.

Sin embargo, esta dicha no se reparte para todas las ciudades del país en especial en
las áreas rurales, existe un problema de falta de formalidad laboral bastante amplio y
complejo, debido a que más del 50% de sus habitantes sobreviven usando el comercio
informal como su modalidad de adquirir recursos económicos. Esto hablando de ciudades
con amplitud de municipios rurales tales como Valledupar, Sincelejo y Riohacha.

En el caso de zonas rurales netas, este porcentaje es aún más preocupantes ya que
asciende al 80%. Lo que da a conocer uno de los elementos más valiosos de este trabajo, al
presentar algunas de las políticas que se implementaron en la capital para aliviar el problema,
es posible que sean empleadas por las ciudades que lo requieran como un modelo para
mejorar su situación en particular, además hace un llamado de este problema a nivel nacional.

Una de ellas, ha sido la formalización de los negocios informales como una estrategia
central en las políticas de Bogotá. En adición, la implementación de programas que facilitan
la transición hacia la formalidad ha mostrado resultados positivos en términos de integración
económica y social. Estas políticas públicas exitosas han demostrado la importancia de la
inclusión social en el diseño e implementación de medidas. La atención a las necesidades
específicas de los trabajadores informales, como acceso a servicios de salud y seguridad
social, ha contribuido a la aceptación y éxito de las iniciativas.

A pesar de los avances, persisten desafíos, como la resistencia al cambio por parte de
algunos comerciantes informales y la necesidad de una mayor coordinación entre entidades
gubernamentales. También se identifica la importancia de abordar las causas subyacentes del
comercio informal, para que así los trabajadores que ya se encuentren en la formalidad no
tengan la necesidad de recurrir nuevamente a esta clase de economía.

De allí, la relevancia de examinar con detalle el estudio realizado por la Alcaldía


Mayor de Bogotá, frente a los factores que pueden propiciar la venta informal como un modo
de subsistencia. Todo esto mediante el análisis de la población de comerciantes informales,

70
las características que identifican como tendencia dentro las cifras estudiadas y los asuntos
que se pueden detallar para ser tomados en cuenta en el desarrollo y creación de políticas
públicas. Entre los más importantes se destacan, la atención especial a muestras
poblacionales como los hombres y mujeres cabeza de familia, las victimas de desplazamiento
forzado u otra clase de delitos relacionados al conflicto armado, la comunidad LGTIQ+ y la
población de personas en condición de discapacidad. La creación de programas que ayuden
a la formalización de las actividades comerciales de los vendedores ambulantes y a la
educación de ellos y sus familias, con la finalidad de que tengan mejores oportunidades.

Con estas ideas claras, la investigación remata con resaltar la necesidad de un enfoque
integral que abarque no solo aspectos económicos sino también sociales y educativos. Se
destaca la importancia de la colaboración continua entre el gobierno, la sociedad civil y el
sector privado para lograr una reducción sostenible del comercio informal en Bogotá y en
Colombia en general. Además del ordenamiento jurídico colombiano, para que cree
regulaciones en materia laboral, para poder intervenir el problema de forma más directa.

Se identifican desafíos como la falta de claridad en la regulación y la inseguridad


jurídica para los vendedores ambulantes, así como de oportunidades para la creación de
políticas que promuevan la confianza y la coexistencia armoniosa en el espacio público. Por
lo tanto, las recomendaciones incluyen la formulación de estrategias para fortalecer la
confianza entre las partes involucradas y la promoción de la participación activa de los
vendedores ambulantes en el diseño de políticas que afecten sus condiciones de trabajo y su
interacción con el espacio público.

En última instancia, se destaca la necesidad de políticas públicas que ayuden no solo


a los comerciantes informales en las áreas urbanas, sino también el ámbito rural, aquellas que
reconozcan la contribución económica de los vendedores ambulantes, protejan sus derechos
laborales y promuevan un uso equitativo del espacio público. Es precisamente que artículos
como estos ayudan a la concientización, del problema y la creación de ideas que pueden ser
útiles también en estos entornos.

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