Fausto El Apocalipsis
Fausto El Apocalipsis
Fausto El Apocalipsis
Prefacio
FAUSTO: ¡¡MEFISTOFELES!! ¡¡Me oyes sé que estás ahí!! ¡Abre la maldita puerta! ¡Un trueno
me ha aniquilado! No debo pretender asemejarme a Ti. Aunque tuve fuerzas para atraerte, me
faltan para retenerte. tú me has lanzado con un empujón cruel al destino inseguro de los
hombres. ¿Quién me enseñará ahora?, ¿qué debo evitar?, ¿debo obedecer a aquel impulso?
Tanto nuestros actos como nuestras pasiones estorban el fluir de nuestra vida. ¡No soy como
los dioses!, LO SE …Soy como un gusano que escarba el polvo y al que, nutriéndose de polvo,
aplasta y sepulta la pisada del caminante. ¿No es polvo lo que en esa alta pared me sofoca?
¿Habré de leer, quizá, en miles de libros, que por todas partes los hombres se torturan y que
aquí y allá hubo uno feliz?
Mefistofeles: se ríen (ríen muchos del otro lado) (el sonido de risas personas, puede ser detrás
de la puerta principal, en un corredor) buscar espacio
¿De qué te ríes sardónicamente, hueca calavera? ¿Se extravió tu seso como el mío? ¿Buscó el
día claro y, ansiando la verdad, se perdió lamentablemente en el crepúsculo?
¡¡¡¡Abre esta puerta!!!! déjame perturbar la mirada, yo estaba junto a la puerta y tendrías que
haberme servido de llave , no abres el cerrojo!
Fausto: Sí, Estoy dispuesto a cruzar, a sacarme los ojos para volver a creerlo, dame una tregua,
soy demasiado escéptico.
MEFISTOFELES: como un sueño, una visión, revelación, la vida es un sueño, y los sueños,
sueños son. Sin embargo, no es un sueño, es un teatro, todos son actores, todos ellos actúan
para ti, para que puedas ver y entender-
¿Pero dime Fausto esto te inquieta? ¿Dime esto te aterra? ¿Fausto está transformado?, fausto
se ha convertido en un niño?¡¡ ¿qué quieres hacer ahora entre los que duermen? ¿quieres
volver a arrastrar tú mismo tu cuerpo?
MEFISTOFELES: Y yo me marché a las soledades. ¿No fue acaso porque amaba demasiado a los
hombres? Ahora amo a la nada, a los hombres no los amo. El hombre es para mí una cosa
demasiado imperfecta. El amor al ser humano me mataría.
Van a sótano. En el traslado, pasaje hasta el sótano, un orador, Dios. quizás subido en
alguna torre de la primera sala
Sale fausto de la casa mansión, con mefistofeles, baja dios los tres se encuentran
abajo…luego se mantiene la idea anterior del baile de fausto en todo el pasillo del
barrio..
BAILA FAUSTO, COMO ESA IMAGEN DE JESUS BAILANDO CUANDO ENTRA A UN
PUEBLO.
Señor: ¿No tienes nada que decirme, siempre vienes a quejarte, no habrá nunca para
ti nada bueno en la tierra?
Richard: Mefistófeles: Francamente todo ahí abajo lo encuentro malo. El ser humano
excita mi piedad en sus días de miseria, me aburren, me afectan de tal modo, que ni
valor tengo para atormentarles.
Señor: mi siervo
Ilde: Mefistofeles: ah ya! Debo confesar que sirve de modo extraño, es un loco, no
sabe alimentarse de cosas terrenas…la angustia que le devora y conoce a medias su
demencia; quiere las estrellas más hermosas, le halaga la sublime voluptuosidad de la
tierra, ni de lejos, ni de cerca, nada podría satisfacer las insaciables aspiraciones de su
pecho.
señor: si me sirve hoy en el tumulto quiero en breve conducirle a la luz, bien sabe el
jardinero cuando verdea el arbusto que ha de producir más tarde flor y fruto.
Ricarhd: Mefistófeles: se lo agradezco señor, porque con los muertos nunca he tenido
mucho que hacer, ya me vienen muertos, siempre he preferido las rosadas mejillas;
hago con los cadáveres lo que el gato con el ratón
MUJER: Yo estaba en el Espíritu y oí detrás de mí una gran voz como de trompeta, que
decía: Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el último. Escribe en un libro lo que ves. Y
me volví para ver la voz que hablaba conmigo; y vuelto, vi siete candeleros de oro, y en
medio de los siete candeleros, a uno semejante al Hijo del Hombre, vestido de una
ropa que llegaba hasta los pies, y ceñido por el pecho con un cinto de oro.
Su cabeza y sus cabellos eran blancos como blanca lana, como nieve; sus ojos como
llama de fuego; y sus pies semejantes al bronce bruñido, refulgente como en un horno;
y su voz como estruendo de muchas aguas. Tenía en su diestra siete estrellas; de su
boca salía una espada aguda de dos filos; y su rostro era como el sol cuando
resplandece en su fuerza. Cuando le vi, caí como muerto a sus pies. Y él puso su diestra
sobre mí, diciéndome: No temas; yo soy el primero y el último; y el que vivo, y estuve
muerto; mas he aquí que vivo por los siglos de los siglos.
Escribe las cosas que has visto, y las que son, y las que han de ser después de estas.
MARGARITA : La puta de mi madre fue la que me mató y mi padre, el pícaro, luego me devoró.
Mi pequeña hermanita mis huesos enterró en húmedo lugar. Me convertí en un pájaro.
Mírame cómo vuelo.
MARGARITA (De rodillas.) ¿Quién te ha dado ese poder sobre mí, ? vienes a medianoche a
llevarme. déjame vivir. ¿No es mañana lo bastante pronto? (Se incorpora.) ¡Soy tan joven!,
¡tan joven! Y tengo que morir. Fui también bella y esa fue mi perdición. Mi amigo estuvo cerca
y ahora está lejos. La guirnalda está destrozada y desperdigadas están las flores. ¡No me
agarres con tanta fuerza! ¡Trátame con cuidado! ¡Qué te he hecho! No me hagas que te
suplique inútilmente. No te he visto en mi vida.
MARGARITA Ahora estoy en tu poder. Pero déjame darle el pecho al niño. Toda la noche he
estado acariciándolo: me lo quitaron para hacerme daño y ahora dicen que lo he matado yo.
Nunca volveré a estar alegre. Me cantan cancioncillas, ¡qué mala es la gente! Así es como
acaba un viejo cuento... ¿Quién les manda contarlo?
FAUSTO (Arrodillándose.) A tus pies hay un hombre que te quiere, que viene a librarte del
dolor.
MARGARITA (Se arrodilla a su lado.) ¡De rodillas, recemos a los santos! Mira, debajo de esos
escalones, pasado el umbral, brilla el fuego del infierno. El Maligno prorrumpe en estruendo
con espantosa cólera.
MARGARITA: ¿Dónde está? Lo he oído llamarme. Soy libre. Nadie habrá de sujetarme. Iré
volando a abrazarlo y descansaré junto a su pecho. Me ha llamado. «¡Margarita!» Y estaba en
el umbral. Entre los aullidos y el crepitar del infierno, a pesar de las burlas y las muecas de los
diablos, reconozco el dulce y amoroso sonido.
MARGARITA ¡Tú, eres tú! Repítelo-- ¡Es él! ¡Es él! ¿Adónde se han ido todas las penas?
¿Adónde el miedo de la cárcel y los hierros? ¡Eres tú y has venido a salvarme! ¡Estoy salvada!
Otra vez vuelve a estar ante mí la calle donde te vi por primera vez
FAUSTO : ¡Ven conmigo!
MARGARITA : espera pues mientras estoy contigo, me encuentro muy bien. (Acariciándolo.)
FAUSTO: la mira
MARGARITA ¿Cómo? ¿No puedes ya besarme? Hace tan poco tiempo que te marchaste y ya
no sabes besarme. ¿Por qué tengo tanto miedo abrazada a ti, cuando antes tus palabras me
llevaban al cielo y me besabas como si quisieras ahogarme? Bésame o te besaré yo. (Lo
abraza.) Pobre de mí, tus labios están fríos, están mudos. ¿Dónde quedó tu amor? ¿Quién me
lo ha quitado? (Le vuelve la espalda.)
FAUSTO Te querré con un fuego mil veces más ardiente, pero ahora sígueme, te lo suplico.
FAUSTO: amanece…
MARGARITA He matado a mi madre. He ahogado a mi hijo. ¿No era un don tuyo y mío?
¡También tuyo! ¡Eres tú! Apenas puedo creerlo. Dame tu mano. Esto no es un sueño. ¡Tu mano
querida! Pero... está húmeda. ¡Sécatela! Me parece que hay sangre en ella. Ah, Dios mío, qué
has hecho. Guarda ya tu daga, te lo suplico.
MARGARITA : No, debes seguir vivo. Te diré cómo serán las sepulturas que deberás cuidar a
partir de mañana.
MARGARITA ¿Fuera? FAUSTO Sí, a la libertad. Fuera está la tumba y la muerte nos aguarda,
vamos..
MARGARITA ¡Huye!,
¡De día! ¡Ya es de día! ¡Ya está llegando mi último día! ¡Tendría que haber sido el día de mi
boda! No le digas a nadie que estuviste con Margarita. Nos volveremos a ver, pero no
bailando. La multitud se agolpa y no se oye nada. La plaza y las callejuelas no pueden
contenerla. Todas las nucas se estremecen ante el filo que va a cortar la mía. El mundo está
mudo como una tumba.
MEFISTOFELES VE COMO LA LLEVAN, LUEGO DE ESTO, BAILÓ TODA EL DIA, COMO UNA
MALDICION QUE LE ATRORMETABA TODO EL CUERPO. BAILO VATICINANDO SU PROPIO
ABISMO, , UNA MUJER LO OBSERVABA, LO SEGUIA, ENTRE LA GENTE.Y DECIENDO UN
TEXTO… mientras cruzaba los pasillos, se ven manos que salen con espejos rotos, para mirar
quien se avecina por sus corredores ( es una practica que se usa en las cárceles cuando entra
un nuevo convicto)
LUEGO DEL BAILE, NEUTRALMENTE VA HACIA UN ESPACIO DONDE ESTÁ UNA MESA
CON AJEDREZ, JUEGA ÉL SOLO CON SU PROPIA IMAGEN, LUEGO SE LE UNE MEFIS.
MIENTRAS TANTO ES UNA VOZ, EN ALGUN PUNTO DEL SOTANO, O SUBIDO EN
ALGUN HUECO
MUJER/ M : sí, estaré. Confía, aunque los mortales me resultan ajenos; habitan en su
propio infierno.
FAUSTO: te sigo
MUJER: porque les inquieta el misterio, es acaso vital para creer? Hay misterios que
no necesitan ser revelados. son enigmas sentados solitarios en sus tronos. A su alrededor
no hay espacio, ni mucho menos tiempo. ¿Sientes miedo? El misterio es una mujer, pero
se dice como hombre.
FAUSTO: margarita?
MUJER/ MEFIS: son saberes desconocidos por ustedes, y a nosotros no nos gusta
nombrar. Para llegar a su morada habrás de cavar hasta lo más profundo. Tú tienes la
culpa de que tengamos que recurrir a esto.
MEFISTÓFELES ¡No hay ningún camino! Vas adonde nadie pisó ni podrá pisar; vas a
lo que no se ha accedido y permanece inaccesible. ¿Estás preparado? Allí no hay
cerraduras ni cerrojos que remover; estarás sumido en la soledad. ¿Has llegado a
concebir lo que son el desierto y el aislamiento?
FAUSTO ¿No he tenido que aprender lo que es el vacío y enseñar el vacío? Cuando
me parecía hablar razonablemente, la contradicción resonaba con redoblada fuerza; por
eso, ante tanta contradicción, tuve que huir hacia la soledad, hacia lo no transitado, y
para no estar completamente sólo tuve que entregarme al diablo.
MUJER / MEFISTÓFELES: Aunque cruzaras a nado el océano y miraras en él lo
ilimitado, en él al menos verías venir ola tras ola. Aunque temieras sucumbir e irte al
fondo, algo verías. Verías las nubes, el Sol, la Luna y las estrellas. Pero no verás nada
en la lejanía eternamente vacía.
MUJER/ MEFIS: Te admiro ahora, antes de que te separes de mí. Veo que conoces
bien al diablo. Toma esta llave, abre las cosas que aún no hemos visto..
MUJER / MEFIS: ¿Quién puede decirlo? Desde los tiempos del caos no se ha visto
más que sangre. Sangre de hombres, de monstruos y de dioses. Se comienza y se muere
en la sangre. ¿Cómo crees tú haber nacido ¿Eres tan limitado que una nueva palabra te
aturde? ¿Sólo quieres oír aquello que ya has oído? Es como el dios de los hombres, no
crearon ya ningún Dios. ¿En casi dos milenios, ni un solo nuevo Dios! Siguen con el
mismo. Que no te trastorne. Ya estás habituado a las cosas más extrañas.
Mujer / mefis: Entonces vi que un ángel descendió del cielo con la llave del abismo y
una gran cadena en la mano, y prendió al dragón, la serpiente antigua, y lo encadenó
durante mil años. Lo arrojó al abismo donde lo encerró bajo llave Después de ese
período, volverá a estar libre un tiempo breve. Entonces vi que los que habían recibido
la facultad de juzgar se sentaron en tronos. Vi que resucitaban y reinaban con mil años.
Esta es la primera resurrección. Los demás muertos no resucitarán hasta que los mil
años hayan transcurrido.
EN EL CIEL0 / LA TABERNA-
LA NOCHE
ESPACIO, UN CEMENTERIO DE LIBROS, ALCOBA DE FAUSTO.
FAUSTO: Reina de la noche, he aquí lo que me hiere el alma. dígnate dirigir tu última
sobre mi miseria, ya que tantas veces después de medianoche, me has visto velar.
Ningún escrúpulo ni duda me atormentan; nada temo de todo aquello que causa a los
otros espantos, y por esto mismo, no hay para mí esperanza ni placer alguno. ¡Siento
no saber nada bueno ni poder enseñar a los hombres cosa alguna que pueda
convertirlos o hacerlos mejores…si me fuesen revelados ciertos misterios! Hasta
cuando tendré que consumirme en este calabozo, miserable agujero de una pared
tenebrosa en el que a duras penas puede penetrar la grata luz del cielo. Encerrado
detrás de un montón de libros roídos por los gusanos y cubiertos de polvo, que llegan
hasta las altas bóvedas y están envueltos en papel ahumado.
El signo calma el vértigo de mi alma. Aun sin descifrarlo. ¿Soy yo mismo un detello de
dios? El mundo de los espíritus no está cerrado- tu sentido está aletargado, tu corazón
está muerto. Donde te comprenderé naturaleza infinita. Este es tu mundo, ¡vaya un
mundo! ¿Y aún te preguntas por qué tu corazón se para, temeroso, en el pecho? ¿Por
qué un dolor inexplicable inhibe tus impulsos vitales? En lugar de la naturaleza viva, en
medio de la que Dios puso al hombre, lo que te rodea son osamentas de animales y
esqueletos humanos humeantes y mohosos. La peste negra y sus tribulaciones. Ya no
me falta valor para lanzarme al mundo, desafiar la misera y la dicha terrena, luchar con
las tempestades y ver sin pestañear en el naufragio la desaparición de mi buque
MEFI: ya no recuerdas?
MEFISTOFELES: ¿Quien soy? Depende de quién cuente la historia, puedo ser Eva en el
paraíso, o la serpiente en el árbol, soy hembra y macho, belcebu, lucifer, leviatan,
quien soy, soy una parte de aquella fuerza que siempre quiere el mal y que siempre
hace el bien.
MEFI: Soy el negador, y no sin motivo. Porque todo cuanto existe en la tierra debería
arruinarse y seria aún mejor que no existiese nada.
MEFI: El hombre, ese pequeño mundo de orgullo y de locura, se cree por lo regular ser
un todo, de mí se decirte, qué sólo soy una parte de la parte que en un principio era
todo; una parte de las tinieblas de que salió la luz, la luz soberbia, que ahora disputa a
su madre la noche su antiguo rango y el espacio que imperaba, la belleza no está en los
mundos perfectos, pero ya hablaremos de esto en otra ocasión, me atreveré por esta
vez a alejarme
Fausto: ¿qué quieres de mí? Ahora que sé quién eres, podrás visitarme si es tu deseo,
aquí tiene la ventana, la puerta puedes escoger.
Mefi: es una ley para diablos y espectros el salir por donde han entrado. El primero de
estos dos actos, depende de nosotros, pero somos esclavos del final, ¡¡fausto!! ¿No tu
que quieres de mi?
FAUSTO: Muéstrame el infierno, la debilidades y sus arrebatos, el ser humano y su
decadencia, la sacralidad y su profanación, sé que en todos esos lugares, dios existe, lo
he que buscando en las cosas más bellas, en la gota del rocio, en un amanecer, pero sé
que también está en las manos de un mendigo, en la historia de la humanidad, en la
sabiduría de los héroes….soy un alma atormentada, he leído bastante y sin embargo
mi ignorancia es mayor, he vivido tantas vidas y atravesado tantas alma, aún asi….es
en mí, que no me he permitido, errar….muéstrame la belleza de los malditos.
FAUSTO
A que temes, a la debilidad del hombre, a la pobreza de sus promesas. No temas no
voy a claudicar. Lo que ahora mismo te prometo es el alcance de toda mi fuerza.
Se ha roto el hilo del pensamiento, hace mucho que me asquean los saberes. ¡Que las
pasiones que arden dentro de mí se hundan en lo profundo de la sensualidad! ¡Que
todo milagro me espere dispuesto tras un velo mágico impenetrable! ¡Lancémonos a la
embriaguez del tiempo, a la
sucesión de los acontecimientos! ¡Que se alternen como quieran el dolor y el placer:
solamente sin descanso se pone el hombre en actividad!
Me entrego al vértigo, al placer más doloroso, al amado odio, al
fastidio que reconforta. Mi pecho, que se ha liberado del ansia de saber, jamás se
cerrará a ningún dolor. Quiero disfrutar dentro de mí de lo que ha disfrutado el
conjunto de la humanidad. Quiero apresar con mi espíritu lo más elevado y lo más
sumido en la profundidad, amontonar su ventura y su dolor en mi pecho
y, de esta manera, ampliar mi yo y convertirlo en el suyo, y, al final, sucumbir como
ella misma.
MEFISTÓFELES
Poesía maldita
¡Pero yo lo quiero!
hay algo que me gusta del miedo, es bueno sentir miedo. El tiempo es breve y el arte
es largo. Eres, al fin y al cabo, lo que eres.
FAUSTO
¿Cómo empezamos?
MEFISTÓFELES
Ahora, un cuarto de hora, es la diferencia, entre la realidad y la ficción. No cierres los
ojos, abre el corazón…
FAUSTO: RECUERDA QUE TENGO UN JUEGO PENDIENTE
El EXODO
CORO TODOS
Después de esto miré, y he aquí una puerta abierta en el cielo; y la primera voz que oí,
como de trompeta, hablando conmigo, dijo: Sube acá, y yo te mostraré las cosas que
sucederán después de estas.Y al instante yo estaba en el Espíritu; y he aquí, un trono
establecido en el cielo, y en el trono, uno sentado.
Y el aspecto del que estaba sentado era semejante a piedra de jaspe y de cornalina; y
había alrededor del trono un arco iris, semejante en aspecto a la esmeralda.
Y del trono salían relámpagos y truenos y voces; y delante del trono ardían siete
lámparas de fuego
Y delante del trono había como un mar de vidrio semejante al cristal; y junto al trono, y
alrededor del trono, cuatro seres vivientes llenos de ojos delante y detrás.
El primer ser viviente era semejante a un león; el segunda era semejante a un becerro;
el tercero tenía rostro como de hombre; y el cuarto era semejante a un águila volando.
Y los cuatro seres vivientes tenían cada uno seis alas, y alrededor y por dentro estaban
llenos de ojos; y no cesaban día y noche de decir: el que era, el que es, y el que ha de
venir.
LA PESTE -
EL CONDENADO
EL SUICIDADO