Formato de Analisis de Jurisprudencia
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1. El señor Héctor Alfonso Ramírez en calidad de mutuo le entrego a la señora Lady Diana Rodríguez Tautiva la
suma de $100.000.000 y para respaldar la obligación esta otorgo escritura publica No. 2207 del 13 de junio de
2016 en la Notaria 2 del Círculo de Fusagasugá, constituyendo a su favor hipoteca abierta sobre el derecho
común y proindiviso equivalente al 50% sobre el inmueble identificado con Matrícula Inmobiliaria No. 157-
126072 de la Oficina de Instrumentos Públicos de Fusagasugá.
2. La señora Lady suscribió letra de cambio el día 20 de junio y 26 de septiembre del año 2016 por valor de
$70.000.000 y $30.000.000.
3. En el certificado de tradición del inmueble objeto de litigio, se observa en la anotación No. 7 “Hipoteca de
segundo grado” a favor del señor Pascual Moreno Cabuyo.
4. La señora Lady incumplió el contrato por lo cual el señor Héctor instauro demanda en su contra para iniciar
proceso ejecutivo que por reparto le correspondió al Juzgado Segundo Civil del Circuito de Fusagasugá y
posteriormente el 10 de mayo de 2017 libro mandamiento de pago y ordeno el embargo y secuestro del
inmueble y para el 23 de mayo de la misma anualidad se ordeno seguir adelante la ejecución y se decreto el
remate del inmueble embargado.
5. En junio de 2018 el señor Héctor se da cuenta de que la medida cautelar ha sido cancelada por lo cual le solicito
al accionado juzgado que adelantara las gestiones tendientes para que la Oficina de Registro de Instrumentos
Públicos no cancelara la medida a lo cual el juzgado mediante Auto 23 de 2018 argumenta que esto no era
viable y que debía acudir al Juzgado Tercero Civil Municipal de Fusagasugá en donde cursa la ejecución de
hipoteca iniciada por el señor Pascual Camilo Moreno.
6. Por lo anterior el señor Héctor considero que el despacho accionado desconoció que, en el auto del 23 de mayo
de 2018 emitido por este, se invoco de acuerdo al articulo 468 del CGP la obligación reúne los requisitos
previstos en el código de comercio y que vulnera la reglamentación y derechos contenidos en el Código Civil y
Código de Comercio, puesto que le dan prevalencia a la hipoteca de segundo grado siendo esto contrario a
derecho.
Las autoridades involucradas han ignorado principios sustanciales y procesales evidentes en los juicios que se están
revisando, lo que no solo está perjudicando los derechos del demandante, sino que también podría afectar a las demás
partes involucradas en los procesos que están en curso.
En este caso específico y de acuerdo con la Corte, el demandante ha establecido a su favor una hipoteca de primer
grado para asegurar el cumplimiento de la obligación de la demandada, Lady Diana Rodríguez, y busca hacer efectiva
esta hipoteca a través del juicio ejecutivo que inició. Aunque en la demanda se describe como un «proceso ejecutivo
mixto de mayor cuantía», esto no impide que se mantenga el derecho de persecución y preferencia que la ley otorga a
los acreedores hipotecarios. El juzgado implicado no ha desconocido estos derechos en las decisiones clave del proceso
de ejecución, como el mandamiento de pago y la orden para continuar con la ejecución.
Sin embargo, las copias de los documentos de los juicios ejecutivos en cuestión muestran que las autoridades
implicadas no comprenden que los derechos de los acreedores con garantía real no se ven restringidos ni anulados por
el hecho de que estos, al hacer efectiva la prenda general, decidan perseguir bienes distintos a los específicamente
garantizados. El propósito de estos procedimientos es asegurar que se cumplan los derechos establecidos por las
normas sustanciales, permitiendo a los acreedores utilizar los diversos procedimientos extrajudiciales o judiciales
previstos por la ley para lograr el cumplimiento de sus créditos.
Entre estos instrumentos, están el proceso ejecutivo en el que puede perseguir tanto el bien gravado como cualquier
otro de propiedad del deudor (art. 422 y s.s.), como también acudir al nuevo procedimiento de « adjudicación o
realización especial de la garantía real» (art. 467), que permite al acreedor solicitar desde el principio la adjudicación
del bien para el pago de su acreencia, y en caso de presentarse oposición mediante excepciones de mérito se deba
acudir a las reglas especiales que se han dispuesto cuando se opta por adelantar la ejecución para procurar la
satisfacción de obligación dineraria con el producto exclusivo de los bienes dados en garantía real (art. 468).
Ciertamente se ha desconocido de forma absoluta por los funcionarios que el Código General del Proceso eliminó la
dualidad de procedimientos existentes para cuando se promovía ejecutivo con acción personal o real -más allá de que
hubiera dispuesto unas reglas especiales para los eventos en que los acreedores hipotecario pretendan el pago, en
principio, con el solo producto de la venta en pública subasta del bien gravado-, de manera que sea cual fuera la opción
escogida no se merman los derechos sobre la hipoteca, por lo que el embargo que se decrete para la efectividad de
dicha garantía real estará revestido de la prelación legal que le confieren las normas sustanciales y procesales, sin que
en modo alguno pudieran ser ignorados por la promoción de una nueva ejecución adelantada por otro acreedor de
similar categoría pero de segundo grado, quien -valga anotar- no podía hacerse a la «adjudicación o realización
especial de la garantía real» ante la prohibición expresa consagrada en el artículo 467 del C.G.P., que restringe esa
posibilidad, cuando el bien se encuentre embargado o existan acreedores con garantía real de mejor derecho, ni
adelantar el ejecutivo sin la convocatoria forzada de quien aparece en el certificado de tradición como acreedor
hipotecario.
Decisión:
En mérito de lo expuesto, la Corte Suprema de Justicia en Sala de Casación Civil, administrando justicia en nombre de la
República y por autoridad de la ley, REVOCA la sentencia de fecha y procedencia preanotadas, en su lugar se CONCEDE
el amparo tutelar.
Para la efectividad de los derechos reclamados se ordena que en el término de tres (3) días el Juzgado Segundo Civil del
Circuito de Fusagasugá deje sin efecto el auto de julio 23 de 2018, que resolvió la petición relacionada con la medida
cautelar y que ambos funcionarios accionados adopten las medidas procedimentales necesarias que garanticen a las
partes de los procesos que en ellos se adelantan y que son objeto de reproche la efectividad de los derechos
sustanciales que se reconocen a los acreedores con garantía real, acorde con las observaciones anotadas en parte
motiva.
Comentario:
Cualquiera de las acciones personal o real, elegidas por el ejecutante, no puede desconocer la prelación legal que
confieren las normas procesales a la hipoteca en primer grado, sobre la ejecución adelantada por otro acreedor similar
de segundo grado. Para el caso el rito civil unifico el proceso ejecutivo desapareciendo la diferenciación existente de
proceso ejecutivo singular e hipotecario.
El proceso ejecutivo por su naturaleza depende en gran medida de la interposición de medidas cautelares, actualmente
existen una variedad de medidas como lo son: embargo de cuentas bancarias, de carros, autos, la prenda en litigio, el
inmueble, el lote, el predio, la casa, el apartamento, los bienes muebles que se encuentren en el lugar y por supuesto,
el embargo y secuestro de bienes.
Las medidas cautelares son una institución procesal, que se encuentran encaminadas a garantizar el cumplimiento de la
sentencia o bien, el auto que ordena seguir adelante la ejecución, acatándose en su totalidad y ordenando practicar la
liquidación del crédito, avalúo y remate de bienes. Por ello, la garantía real es algo accesorio al ejecutivo, pero se unifica
cuando persigue el cumplimiento próspero de una obligación, ya sea para venderse y así obtener el dinero avaluado del
bien o, también, para declarar la propiedad del bien inmueble hipotecado. Convirtiéndose de esta manera en la razón
de ser de la legítima satisfacción de los propietarios del derecho que les asiste a garantizar sus obligaciones mediante
un cobro jurídico ante un juez, persiguiendo un bien que respalda la obligación incumplida.
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