La Pedagogía de La Ternura
La Pedagogía de La Ternura
La Pedagogía de La Ternura
Si queremos que el conocimiento llegue hasta algún lugar, primero tendremos que poner las
condiciones para ello. Así, en este artículo queremos hablar de la pedagogía de la ternura y de la
revolución que plantea para los sistemas educativos.
Para empezar, nos planteamos algunas interrogantes: en la actualidad, ¿qué papel juegan la
confianza y el cariño en el acto de educar y ser educado? ¿Los métodos educativos y el ambiente
escolar tienen en cuenta la parte más humana y relacional? A continuación, intentaremos darles
una respuesta.
Cuando un niño percibe que se mueve en un terreno social en el que está protegido se siente más
libre para explorar y experimentar, y por lo tanto, para aprender.
-García, 1990-
La construcción de vínculos de confianza e interés mutuo hacia los demás, pues el hecho
de entablar lazos afectivos con los otros facilita el aprendizaje desde un lugar de seguridad
y plenitud.
El concepto de ternura, es decir, la demostración más sublime del afecto entre las
personas. Inicia en la familia, en el contacto con los padres, los hermanos y familiares.
También debe estar presente en la escuela y la educación en general.
La enseñanza acompañada de ternura tiene como principal condición la actitud y el actuar del
docente o educador. Los niños deben aprender con ternura, no en función de técnicas o prácticas
que tengan en cuenta únicamente la parte racional, sino integrar también la parte afectiva y
humana. Los adultos pueden transmitir la ternura, que estos mismos expresen, en su actuar
natural con los niños y niñas.
¿Qué sucede si somos privados de la ternura? La ternura, y todo aquello que la acompaña, es
esencia en el desarrollo humano, ya que constituye una de las necesidades fundamentales y es
una puerta hacia la tolerancia, la humildad y el amor en el acto de aprender. Por lo tanto, es
importante destacar lo mencionado por Pérez (2013):
«Ama el maestro que cree en cada alumno y lo acepta y valora como es, con su cultura, su familia,
sus carencias, sus talentos, sus heridas, sus problemas, su lenguaje, sus sueños, miedos e ilusiones.
Celebra y se alegra de los éxitos de cada uno, aunque sean parciales. El que siempre está dispuesto
a ayudar para que el niño llegue tan lejos como le sea posible en su crecimiento y desarrollo
integral».
La educación basada en autoritarismo ha constituido una barrera para una pedagogía basada en
la ternura. Esto se debe a que en el proceso quedan recogidos una serie de comportamientos de
dominación y opresión, así como limitaciones en la expresión sentimental, creativa y de libertad.
Para lograr una educación integral y democrática, se hace necesario preguntarnos: ¿Se sentirá el
niño o niña oprimido emocionalmente? ¿Hasta dónde los métodos pedagógicos, así como los
docentes y la institución educativa que asisten a los niños acompañan el proceso de aprendizaje
desde una mirada tierna y afectuosa? ¿Estaremos, como adultos, permitiendo que los niños/as se
expresen libremente a nivel emocional?
Los maestros como modelos en el aprendizaje afectivo
El niño no sólo aprende de sus experiencias, también lo hace de las experiencias de los demás. La
observación de modelos es una de las fuentes más importantes de aprendizaje que persisten en
la infancia. De hecho, se ha evidenciado que los niños imitan más a las personas más significativas
en su vida: sus padres, los hermanos y a sus educadores.
Los pequeños observan la actitud del docente y en ello se basan para construir su propia conducta,
actitudes, valores, creencias y personalidad. Así, si los maestros desean ser modelos positivos
para sus alumnos, harían bien en preocuparse primero por afianzar una relación de respeto y
confianza.
Planteando un símil, para que los coches (conocimiento) puedan acceder a un determinado lugar
antes es necesario crear las vías de acceso necesarias que lo hagan posible. Aquí pasaría algo
parecido.
Esta pedagogía tiene un efecto positivo y dota de una mejora significativa en los niveles cognitivos
o de inteligencia de aquellos niños que la vivencian.
Ahora, mencionamos 3 formas de expresar ternura, tanto dentro como fuera del aula:
1. Las caricias: según Eric Berne, el ser humano necesita tanto de caricias y de sentirse
querido como de alimentarse, respirar y dormir.
2. Los abrazos: el estrecharse entre los brazos, es una forma de caricia física, una forma muy
especial de tocar, que permite a la persona aceptarse a sí misma y a sentirse aceptada por
los demás.
«Educar viene de la palabra latina Educere, que significa sacar de adentro. Es educador quien no
ve en cada alumno la piedra tosca y desigual que vemos los demás, sino la obra de arte que se
encuentra adentro. Entiende su misión como el que ayuda a limar las asperezas, a curar las
magulladuras, el que contribuye a que aflore el ser maravilloso que todos llevamos en potencia».
Pérez (2001).
Bibliografía
Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su
calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable
y de precisión académica o científica.
López Arrillaga, C. (2019). La Pedagogía del Amor y la Ternura: Una Práctica Humana del
Docente de Educación Primaria. Revista Scientific, (4)13, 261-
277. https://www.redalyc.org/journal/5636/563659492014/html/#redalyc_56365949201
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