Trabajo Integrador - Aprendizaje Abierto

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Una mirada hacia el futuro…

Proyecto Integrador

Autora: Virginia Güizzo López

Año 2022
Hoy nació Daniela. Su abuela está muy feliz y orgullosa y dice: "¡Esta nena
será una triunfadora!". Daniela puede representarse como, mis sobrinos, los hijos
de mis amigas. Durante el cursado de mi carrera de profesorado como también
en esta maestría, estuve leyendo e indagado sobre las distintas metodologías de
aprendizaje, lo cual me llevó a repensar el largo camino de aprendizaje que
tienen que recorrer en sus vidas. Si bien, el único método de enseñanza con el
que estamos más familiarizados es el “tradicional”, me da a pensar que sobre
todo el nivel secundario y superior seguiría permaneciendo bajo este tipo de
enseñanza. Quizás, podría imaginarme que los primeros cambios lo podríamos
experimentar en el nivel inicial y el primario.

El no poder imaginarme un cambio en el “sistema tradicional”, podría estar


ligado a que considero que este sistema educativo prepara cada estudiante
adecuadamente para que se integren en la sociedad actual, así como también,
para continuar sus estudios en la universidad de grado y posgrado. Todo cambio
ofrece una resistencia, y muchas veces no estamos dispuestos a realizarlo por
el simple hecho de que no hay una seguridad de que “fuese mejor” de lo que
venimos haciendo hasta el momento.

Desde mi punto de vista, es muy importante saber que la educación como un


todo, se lleva a cabo tanto en las escuelas como así también en las familias
principalmente. Si bien en la escuela se complementa el proceso de socialización
que los sujetos traen de sus familias (Pérez G., citado por Zambrano 2000, p.
49). El modelo a elegir para educar va a depender de la sociedad del momento
y del entorno social y cultural que nos rodea.

Si miramos a futuro considero que como dice en un principio Nicholas C.


Burbules (2012), “El futuro de la formación docente tendrá que abordar el
aprendizaje ubicuo: la posibilidad de acceder a la información en cualquier lugar
o cualquier momento, la interacción con pares y expertos eruditos y
oportunidades estructuradas de aprendizaje desde una variedad de fuentes. La
brecha entre el aprendizaje formal e informal desaparecerá.”

Poniendo a Daniela, como mi sobrina Malena, ella es una bebé que nació en
pandemia, justo en Abril 2020, por lo tanto ella comenzará el nivel inicial dentro
de dos años. Me imagino un nivel inicial con un modelo Montessori: “Los chicos
deben ser tratados y respetados como individuos y debe prestarse suficiente
atención a sus necesidades. La función del maestro es guiarlos en su natural
propensión al conocimiento. La escuela debe brindarle al niño la oportunidad de
desarrollarse a su propio ritmo, en un ambiente de cooperación y respeto. La
competencia ha de ser consigo mismo, no con los demás.” Generar una
integración de actividades con y sin tecnología, compartir el disfrute por la
tecnología, como una más de las actividades que ellos pueden elegir realizar en
el aula, tanto como correr, saltar, leer un libro, jugar a la casita o armar
rompecabezas. La cuestión es terminar con las falsas dicotomías de la
computadora versus la actividad física, los videojuegos versus el juego al aire
libre, las maquinitas versus jugar con los amigos. No es poner una opción o la
otra sino ambas, todo en su debido tiempo y momento. No debemos separarlos
de la realidad en la que ellos viven.

Avanzando un poco más, cuando Malena comience su primaria me imagino


una escuela en la que las prácticas docentes potencien la innovación en las aulas
y el aprendizaje significativo a través del trabajo colaborativo entre alumnos y
docentes. Un diseño que favorezca la integración de las materias para poder
abordar una misma temática desde diferentes disciplinas que interactúan y que
requiere la necesidad del trabajo en equipo de las y los docentes para acabar
con la tradicional separación de los saberes. En este sentido, la incorporación de
las nuevas tecnologías de la información y la comunicación facilita el aprendizaje
puesto que permiten saber gestionar, discriminar, y producir nuevos
conocimientos, a partir del volumen de información que el alumno utiliza.
Proyectos educativos transdisciplinares, que se realizan de forma longitudinal.
En cuanto al nivel secundario, me imagino algo muy similar al primario, solo que,
en este momento, los estudiantes se sitúan en un entorno de aprendizaje abierto
y diverso, en donde a través de la exploración y la aplicación del conocimiento,
y con el uso de herramientas, pueden resolver con eficacia el problema del
conocimiento general a través de la fragmentación para establecer una
estructura de conocimiento razonable (Cobo, 2007). Los roles asignados al
alumnado y al profesorado en la enseñanza, los estudiantes aprenden a partir
de los conocimientos que ya poseen y deben hacerse responsable de su
aprendizaje, en un proceso de autonomización. Mientras que el profesor orienta
y asesora; a la vez que propone y favorece aprendizajes significativos (Maciel &
Esquibel, 2009). En cuanto las estrategias de evaluación, en lo personal, esta
debería mantenerse como la escuela tradicional, donde existe una medición
cuantitativa del aprendizaje del alumno.

La sociedad de hoy está formada por millennials, “A los millennials se les


pueden atribuir características generales, como: una niñez llena de actividades,
una cultura de lo inmediato que ha marcado sus estilos vidas y de consumo. Son
jóvenes que, nacidos en un contexto social con medios tecnológicos y de
comunicación a su alcance, utilizan estos recursos en forma productiva y los
consideran parte de la vida cotidiana” (Cataldi & Dominighini, 2015). Según un
informe de la ONU del año 2017, “la Argentina figura entre los ocho países del
mundo con más infraestructura para el tráfico de Internet” (Télam Agencia
Nacional de Noticias, 2017). “A pesar del avance en la cobertura de internet en
América Latina y el Caribe en los últimos años, 288 millones de personas aún no
tienen acceso a este servicio. Esta cifra implica que el 46% de la población no
tiene acceso a los servicios derivados de la conectividad digital, tales como
telemedicina, teleducación, gobierno en línea, banca electrónica, entre otros. En
términos de capacidad y calidad de las redes, los desafíos siguen siendo
importantes. La brecha de acceso también tiene una expresión a nivel de los
hogares de bajos ingresos y zonas rurales donde persisten asimetrías
importantes en la cobertura y asequibilidad a los servicios digitales” (Raúl Katz,
2018). La población de mayores ingresos siempre tendrá el acceso más fácil a
las tecnologías de punta por lo que esa brecha digital siempre será un
impedimento para la sociedad postergada, cuestión que debe resolverse a través
de una política educativa. “Las personas con mejor educación y mayores
habilidades tecnológicas aún obtendrán mayores beneficios de ellos, pero por lo
menos se asegurará un nivel básico de acceso como un piso común” (Burbules,
2012).

Con la llegada de la pandemia, muchos docentes tuvimos la obligación de salir


a afrontar un “sistema educativo nuevo”, algo totalmente desconocido, plasmar
cada tarea, cada clase, cada metodología presencial a algo totalmente virtual, a
“APRENDER” a utilizar nuevas herramientas, transformar metodologías, buscar
la manera de poder llegar a cada alumno, así como también, cada alumno se vio
obligado a “APRENDER” desde un momento diferente que el estar sentado en
un aula rodeado de compañeros. Todas estas nuevas experiencias marcaron un
antes y un después en la educación. No puedo poner en tela de juicio que es lo
que está bien y que es lo que está mal, tampoco puedo decir que algo es
totalmente cierto, porque haciendo un análisis de todo lo vivido, y el haber vuelto
después de dos años consecutivos de una pura virtualidad, percibo que los
alumnos necesitan el contacto con el docente, necesitan el contacto con el
compañero/a, esa contención que la virtualidad no la tiene.

Si bien con el paso del tiempo y con el avance de tecnología y la influencia


de futuras pandemias el saber se volverá más ubicuo y cada individuo tendrá la
posibilidad de aprender lo que le guste y lo que necesite dependiendo del entorno
y las exigencias laborales del momento. Creo que por más conectados que
estemos, por más tecnología a disposición que exista, el aula como espacio
físico de formación no desaparecerá en mucho tiempo. Como lo mencioné más
arriba, siempre se busca la contención del docente, del compañero, las escuelas
como un entorno físico de formación y aquellos más inquietos y curiosos de
saber aprovecharan las ventajas de la conectividad la ubicuidad del
conocimiento.

Luego de leer, “El aprendizaje ubicuo y el futuro de la enseñanza”, hay


muchas cosas con las que puedo coincidir y otras que no mucho. Entre las que
me parecen mucho más prometedora es “ayudar a los estudiantes a integrar el
aprendizaje formal, el aprendizaje informal y este nuevo tipo de aprendizaje
situado y experiencial ofrece, en mi opinión, una oportunidad y un recurso
educativo tremendamente poderoso — uno que presenta características y
desafíos verdaderamente novedosos. Un desafío aún mayor es determinar
alguna forma de traer al aula los estilos de aprendizaje y las predisposiciones de
una generación de aprendizaje ubicuo” (Burbules, 2012). También hace mucho
hincapié en que los maestros no están solos, que también se debe contar con la
participación de los padres en pos de una educación en red, uno en el que la
escuela y el aula sean centrales, pero no estén aisladas de otros actores. Algo
en el que se viene trabajando fuertemente en la escuela, sobre todo en los
niveles de primaria, “más participación de los padres”.

Yo no sé cómo será la edición de acá a treinta años ni que tipos de docentes


estarán frente a un aula o más bien, decir en que nos convertiremos dentro de
unos años como fomentadores de educación. Lo que puedo decir o pensar es lo
que me gustaría de la nueva sociedad que se está educando o la que
próximamente comenzará, me gustaría que se desarrollen intelectualmente en
un ambiente donde se estimule el pensamiento y a saber preguntarse e
investigar el porqué de las cosas, en donde además se estimule la relación entre
las personas, el buen trato, la cordialidad y el respeto entre los pares y la
autoridad dentro del aula. Considero que, en esta era digital, la docencia sigue
en pos de aprender “los profesores también son aprendices dentro de un entorno
de aprendizaje ubicuo. El aprendizaje en cualquier lugar y en cualquier momento,
el acceso móvil, las redes sociales de apoyo y asesoramiento, el aprendizaje
multicontextual, la realidad aumentada, etc. Los docentes también están en
medio de un flujo de oportunidades y experiencias de aprendizaje y su
crecimiento y desarrollo puede ser continuo desde esta posición. (Burbules,
2012).

Algo que me marcó mucho entre tantas lecturas es el de António Nóvoa


(2009): “Promover el aprendizaje es comprender la importancia de su relación
con el saber, es instaurar nuevas formas de pensar y trabajar en la escuela, es
construir un conocimiento que se inscriba en una trayectoria personal. Hablar de
una mirada compleja y transdisciplinar no es rechazar el papel de las disciplinas
tradicionales, sino asumir que el conocimiento escolar tiene que estar más
próximo del conocimiento científico y de la complejidad que este viene
adquiriendo en las últimas décadas.”

Si uno pregunta a los estudiantes como se imaginan la educación dentro de


unos años, y más después de haber vivido una pandemia, las frases que más se
escuchan son: “Las escuelas, dejarán de existir. En su lugar habrá centros de
aprendizaje que funcionarán siete días por semana, 24 horas al día.” “Los
estudiantes tendrán acceso a los profesores, pero a distancia.” “Las clases
pasarán a ser netamente virtuales.” “Me imagino clases 100” virtual, con la única
excepción de venir a la universidad a realizar laboratorios que es lo único que no
puede suplirse (químico).”

Referencias:

Burbules, N. C. (2012). El aprendizaje ubicuo y el futuro de la enseñanza


Ubiquitous Learning and the Future of Teaching L’apprentissage
omniprésent et l’avenir de l’enseignement. Encuentros de Educación.
University of Illinois- Champaign. Estados Unidos, 13(2), 3–14. Retrieved:
http://library.queensu.ca/ojs/index.php/encounters/article/viewFile/4472/4
498

Cataldi, Z., & Dominighini, C. (2015). La generación millennial y la educación


superior. Los retos de un nuevo paradigma. Revista de Informática
Educativa y Medios Audiovisuales, 12(19), 14–21. Retrieved from
http://laboratorios.fi.uba.ar/lie/Revista/Articulos/121219/A3.pdf

Cobo, C. (2007). Modelo Abierto de aprendizaje. Innovación Edicativa, 7, 14.


Retrieved from http://www.redalyc.org/pdf/1794/179421215002.pdf

Fundación Argentina María Montessori. El método Montessori. Recuperado de:


http://www.fundacionmontessori.org/Metodo-Montessori.htm.

Martín, E., & Moreno, A. (2009). Competencia para aprender a aprender. Madrid:
Alianza Editorial.

Nóvoa, Antonio. (2019). Educcción 2021: para una historia del futuro. Revista I
bero-Americana de Educación. N.º 49, 181-199.
https://redined.educacion.gob.es/xmlui/bitstream/handle/11162/23433/00
520093000081.pdf?sequence=1&isAllowed=y

Raúl Katz. (2018, April 26). Inversión en infraestructura digital, vital para el
crecimiento productivo de la región | CAF. Retrieved May 23, 2020, from
https://www.caf.com/es/actualidad/noticias/2018/04/inversion-en-
infraestructura-digital-vital-para-el-crecimiento-productivo-de-la-region/

Télam Agencia Nacional de Noticias. (2017, September 16). Según la ONU,

Argentina es uno de los países con más infraestructura para el tráfico de


Internet. Retrieved May 23, 2020, from
https://www.telam.com.ar/notas/201709/204410-informe-onu-argentina-
infraestructura-internet.html

ZAMBRANO, A. (2000). La mirada del sujeto educable. La pedagogía y la


cuestión del otro. Santiago de Cali: Fundación para la filosofía en
Colombia.

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