antropologia social

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Introducción a la antropología social.

Tema 1. ¿Qué es la Antropología?

La Antropología se define como el estudio de las sociedades, sus prácticas y concepciones


culturales; así como de las estructuras, las composiciones y las relaciones, tanto internas
como con otras sociedades.

Dentro del campo de estudio de la Antropología, podemos encontrar diversas ramas: física o
biológica; psicológica (estudia el comportamiento y estados de conciencia); filosófica
(estudia la moral, principios y conocimiento universal); lingüística; y social y cultural. Será
esta última en la que nos adentraremos a continuación, siendo esta la que estudia la
organización social y económica, así como las manifestaciones culturales de las sociedades
humanas. La misma nace a finales del siglo XIX como una disciplina científica colectiva que
estudia los grupos sociales para conocer la diversidad, las diferencias y similitudes en la vida
de las diferentes estructuras sociales. De esta forma, se constituye como el estudio sobre ‘los
otros’ (en este caso, paganos o bárbaros). Así, será el primer interrogante el de por qué hay
diversidad, al que se responde apuntando a tres factores que explican las diferencias entre las
individuos y grupos de personas:

1. La cultura es adaptativa: desarrollamos culturas distintas porque nos adaptamos a


medios físicos y geográficos distintos.
2. La cultura es aprendida, no es innata.
3. La cultura es arbitraria.

Con todo, podemos situar la antropología clásica desde mediados del siglo XIX hasta
mediados del XX, pues anteriormente no se había institucionalizado. No obstante, cabe
señalar la pre-antropología que, según autores, comienza con la colonización de América,
momento en que alcanzamos el conocimiento de todo el mapa, de todo el territorio mundial,
por lo que los viajes, la circulación comercial y el conocimiento son cada vez mayores.
Volviendo a la antropología clásica, señalar que surge en occidente, en Europa, encontrando
como puntos focales pioneros que la desarrollan Gran Bretaña o Francia y, fuera de Europa,
Estados Unidos (es decir, las potencias coloniales). Así, el origen de la antropología va de la
mano con el contexto sociopolítico del momento, en este caso, con la expansión colonialista,
pues las potencias tenían interés en conocer a los habitantes de sus colonias, bien para su
mejor gobierno o bien para la explotación. En los años 60 del siglo XX, tras el proceso de
descolonización, situamos la antropología poscolonial, un periodo en que los países que
habían sido colonias van adquiriendo independencia. En este punto se vive una gran crisis de
la antropología, pues se queda ‘sin objeto de estudio’, que había sido en origen la ‘sociedad
simple del presente’ (tomando como tal las colonias), pues esta premisa definitoria de su área
de conocimiento es ahora insostenible. Esto se debe a que, históricamente, se partía de la idea
de que estos grupos étnicos o culturales eran sencillos en sus sistemas de creencias y
jerarquía social, pero se cae en cuenta de la complejidad de los elementos que los conforman,
pues cada grupo es diferente por su historia, leyendas y cultura.
Una segunda cuestión que da pie a esta crisis tiene que ver con el paradigma evolucionista
que impregnaba todas las áreas de conocimiento, pues este se refugia bajo el supuesto teórico
que compara las sociedades ajenas en un espacio tiempo propio, presuponiendo que han de
seguir nuestra misma línea evolutiva o de desarrollo y progreso moderno occidental.

Se encuentra así este campo de estudio ante varias premisas erróneas, por lo cuál se ve
obligada a desplazar el foco de atención hacia otras unidades de análisis.

Campos de estudio

Campos Enfoques Dimensiones a considerar


en una sociedad

Organización social y Estructuración


Organización de la definición cultural de los
procreación roles, relaciones, vínculos y Relaciones Sociales
estructuras de parentesco y
familiares.
Economía

Organización y desarrollo de Prácticas y discursos


formas de producción,
distribución, circulación y Conocimientos.
Economía consumo de bienes y
servicios. Explotación del
medio y formas de Creencias y valores
adaptación a él.

Visión cognitiva del mundo Relaciones con otras


Creencias (sociedad y medio) con unidades sociales
y rituales mitos rituales asociados a
ella. Esfera ideológica.

Estructuras, prácticas y
discursos de poder y
Política dominación.
Movimientos sociales y
organización política.

Todo ello le lleva a tener que replantear su objeto de estudio, ya no puede separar el mundo
de la manera en que lo hacía, pues esa delimitación que ya no es funcional; para salir de esta
primera gran crisis, redefine su objeto de estudio a partir de un movimiento de ampliación en
que la Antropología hace trabajos en su propio territorio, ya no en otros, diferentes o lejanos,
sino que se interesa por lo rural, campesino, lo propio, que son formas de vida amenazadas,
que por el desarrollo de las sociedades complejas se ven abocadas a desaparecer. En los años
70 pasa a primera línea el estudio de estos trabajos y entornos rurales.
En este momento, los británicos ponen en marcha el futuro de la antropología aplicada,
pretendiendo no sólo conocer y comprender al otro, sino que, ese conocimiento, quiere
aplicarlo (ya no teorizar), de manera que haya un mayor bienestar y satisfacción social y
cultural. Paralelamente, los americanos se centrarán en hacer uso de la antropología para la
mediación frente a los conflictos (pueblos indigenas vs. colonos, Guerras Indias).

Con todo, el concepto estrella, el eje, de la antropología es el de cultura: E. Tylor (1832-1917)


utiliza el concepto de ‘cultura primitiva' para hacer alusión a ‘todo complejo que incluye el
conocimiento, las creencias, el arte, la moral, el derecho, las costumbres, hábitos y
capacidades adquiridas en sociedad por el hombre como miembro de una sociedad’. Esta es
la primera definición antropológica de cultura, no obstante, la propia rama desechará este
concepto. Estudiaremos mediante el siguiente cuadro dos importantes definiciones de cultura:

Definición humanista Definición antropológica

Entiende la cultura como universal e


Entiende la cultura como jerárquica, inclusiva, un conjunto de símbolos y
selectiva, normativa, frágil y carismática. códigos aprendidos y compartidos por el
colectivo, siendo plural y relativa.

La cultura es, en síntesis, el proceso mediante el cual entendemos, explicamos y observamos


la realidad; además, es adquirida. No obstante, no existe como totalidad, pues cada grupo de
individuos interpreta la realidad cultural desde una perspectiva diferente y con una mirada
distinta, p.ej. el cómo entendemos y gestionamos la muerte. Por lo mismo, hay hechos que
entendemos de forma distinta, pues vemos una realidad diferente dependiendo de los
parámetros culturales.

Así lo explica, a principios del s. XX, F. Boas, que sostiene esta idea plural de culturas, en la
que cada cultura contiene sus propios valores, su propia historia y desarrolla patrones
culturales específicos. Se refiere a esa evolución y desarrollo de cada una de las culturas,
poniendo énfasis en que cada una tiene uno propio, y que no existe una sóla forma válida o
aceptable, pues todas lo son por sus distintos parámetros y patrones de entendimiento. Con
este pensamiento, será Boas uno de los principales autores del relativismo cultural dentro de
la antropología.

Relativismo cultural: Argumenta que el comportamiento en una cultura


particular no ha de ser juzgado con los patrones de otra. Este relativismo,
llevado al extremo, puede generar problemas éticos y morales.
Así, esta época viene marcada por Boas y su concepción de relativismo cultural como una
postura que asume la inconmensurabilidad de los conceptos y valores que deben ser
considerados como válidos dentro de las imágenes del mundo definidas, argumentando que el
etnocentrismo es una posición infundada y moralmente desastrosa. Al igual que no podemos
comprender el 100% de las culturas de las que no somos nativos, podemos señalar la
inconmensurabilidad de las mismas. En la modernidad, encontramos dos tipos de relativismo:

- Radical: se postula en una posición desde la cual entiende que no podemos


comprender las culturas desde fuera, sólo lo haremos si estamos adentrados en ella.
P.ej.: no condena prácticas que pueden verse como perniciosas, pues esta valoración
se realiza desde la cultura propia, y la que toma importancia en este caso es la ajena.

- Moderado: asume que, aunque no podemos comprender a la totalidad una cultura,


podemos, por ejemplo, estudiar y aprender sus prácticas, lo que nos ayuda a saber
sobre la cultura en general, siguiendo el ejemplo, pretende, desde una posición no
impositiva, dar un punto de vista diferente sobre una práctica ajena.

En un punto medio, tienden a encontrarse los derechos humanos, pues aquellas prácticas que
vayan más allá de los mismos o los violen, no suelen ser admitidas. En la misma línea, esta
visión se ve criminalizada y tachada de occidental. Observamos así una gran dualidad en la
visión sobre las culturas entendidas como un sistema simbólico (símbolos, ideas y valores) de
conocimiento y clasificación del mundo.

Otros conceptos estrella en el desarrollo de este área de conocimiento serán:

- Alteridad: en la cultura de la antropología siempre ha estado el ‘ego’ (propio) y el


‘alter’ (ajeno), así la alteridad es la condición de ser ‘otro’, en el sentido de pertenecer
a un contexto sociocultural ajeno al de un determinado sujeto o grupo.

- Enculturación: de alguna manera, ya le hemos hecho referencia, pues es el proceso


social por el cual se aprende y transmite la cultura de generación en generación, de
manera que todos adquirimos la cultura. Es un concepto sinónimo de socialización: no
hay cultura sin sociedad ni sociedad sin cultura.

- Etnocentrismo: postura que pone en el centro o ‘por encima de’ la cultura propia. Es
la incapacidad de advertir la potencia de los mecanismos de enculturación, el
convencimiento de que las normas por las que se rige la conducta propia es la más
adecuada. A la vez, se da una tendencia a aplicar los propios valores culturales para
juzgar el comportamiento y las creencias de las personas criadas en otras; esto es
propio de todas las culturas, pues en todas ellas aparecen este tipo de posiciones, dado
el proceso de enculturación.
- Racismo: no podemos hablar de razas entre los humanos, pues todos tenemos el
mismo código genético; pues las diferencias que encontramos entre las personas se
explican biológicamente. El concepto de raza data del s. XIX, momento en que,
haciendo uso de parámetros pseudocientíficos, se explica la superioridad de unas
“razas” sobre otras, lo cual actualmente se ha desacreditado y ha quedado desfasado.
Actualmente, se entienden dos tipos de diferencias: fenotípicas -que se refieren a la
imagen física (color de piel, estatura)- y genotípicas -que entre los humanos son
mínimas. El término evoluciona hacia racismo cultural, que se intenta justificar
mediante términos como culturas avanzadas/atrasadas, culturas minoritarias, etc. De
esta forma, por mucho que académicamente el racismo no se puede sustentar, la
realidad social dista mucho, pues se perpetúa la diferenciación, generando masivos
efectos en la vida de ciertos colectivos.

- Xenofobia: rechazo u odio a la persona de origen extranjero por el hecho de serlo. El


odio está basado en la nacionalidad.

- Etnicidad: pertenencia a un colectivo con el que se comparten rasgos culturales.


Tendemos a hablar de grupos étnicos para referirnos a aquellos que no son
demográficamente extensos, pero esto no es definitorio. Como no podemos hablar de
razas (por la inexistencia de las mismas), este concepto viene a sustituirlo, siendo una
forma políticamente correcta (el término etnia no tiene connotaciones, es aséptico) de
referirse a culturas con características particulares (como suele ser la opresión),
otorgando así dichas connotaciones y pervirtiendose en el uso.

- Nacionalismo: adhesión a la propia nación y doctrina política que sostiene que la


humanidad se puede dividir en naciones y que a cada una de ellas le corresponde una
unidad política (Estado), una cultura y un territorio específico.
Tema 2. La etnografía como trabajo de campo.
Metodología y Técnicas de investigación en antropología social y cultural.

A grandes rasgos, cuando se dice que una investigación tiene un enfoque


antropológico, se trata de una investigación cualitativa, holística y comparativa. Será
cualitativa en tanto utilice técnicas que se engloban en este ámbito, buscando las cualidades
de la realidad social, ofreciendo datos descriptivos. La visión holística se refiere a la visión
global e íntegra de la totalidad, así como a la interrelación entre las distintas partes que la
componen, acercándonos a los hechos observándose como un ‘todo’. Finalmente, es
comparativa por excelencia, pues permite conocer al ‘otro’ mediante y a partir de la
comparación entre las distintas prácticas.

- El trabajo de campo.

Estrictamente hablando, con los métodos, inducimos o deducimos. Esto se ve


confundido con la metodología, en la que nos referimos a las técnicas utilizadas, siendo estas
últimas las herramientas utilizadas. Así, la forma correcta de referirnos a la etnografía es
como metodología (y no como método).

Desde la Antropología, la metodología ha sido fundamental a la hora de realizar


investigaciones, teniendo un peso considerable en la evolución de la rama. Con ello, la forma
de metodología estrella es el ‘trabajo de campo’, siendo este el conjunto de técnicas
necesarias para obtener información empírica de forma rigurosa, registrada y coherente para
poder después analizarla. Las que más se han desarrollado son:

1. Diario de campo y observación participante: son dos técnicas, pero se configuran


como dos caras de una misma moneda, pues requieren la una de la otra, por ello,
puede ser tildada de ‘técnica doble’. La observación consiste en, como su nombre
dice, observar el fenómeno social que se está investigando; el diario, por su parte, será
el registro en que se describe lo observado. A día de hoy, se ha desarrollado de tal
manera que se realiza la observación no necesariamente en un sólo lugar, sino
siguiendo el fenómeno, que de normal ocurre en distintos puntos o regiones, haciendo
así una etnografía multisituada.

2. Entrevista: en Antropología se ha utilizado en gran medida la entrevista informal,


registrada en el propio diario de campo. Se diferencian entre abiertas, estructuradas o
semi, por la amplitud del tipo de respuesta que permite, por cuán acotado está el rango
de la pregunta. La desventaja de las entrevistas abiertas es que el entrevistador puede
no recibir información sobre aquello que da respuesta literal al objeto de estudio,
siendo la misma irrelevante para lo investigado; no obstante, tiene la ventaja de que
puede darte mucha información, abriendo nuevas ventanas de oportunidades de
estudio. Así, la amplitud de la respuesta se considera la mayor ventaja, pero también
la mejor desventaja.
Paralelamente, no se ha de confundir la entrevista en grupo con el grupo de discusión;
los miembros de la entrevista en grupo están interrelacionados, mientras que los del
grupo de discusión no. En la entrevista en grupo puedes obtener más información que
en una entrevista individual, no obstante, tiene considerables desventajas como el
dominio y liderazgo, la comodidad de los entrevistados. Así, observamos que es de
gran importancia, entre otros factores, la tranquilidad y comodidad de la persona
entrevistada, por lo que será necesario encontrar el lugar idóneo para realizarla.
Además, el entrevistador no ha de emitir en ningún momento juicios de valor.
Finalmente, la transcripción de la entrevista como evidencia empírica de la
información recibida.

3. Historia de vida: varias entrevistas (normalmente abiertas) realizadas durante un


corto periodo de tiempo y en clave biográfica.

4. Cartas de parentesco: empleadas para construir genealogías de parentesco, para


estudiar y documentar la composición de las familias y/o la ascendencia,
descendencia, etc. Este tipo de fichas han evolucionado, y a día de hoy se utilizan para
establecer las redes personales de los individuos.

5. Fuentes documentales: entre otras, documentos escritos (libros, periódicos, revistas,


actas notariales, tratados, encuestas y conferencias escritas); documentos fílmicos
(películas, diapositivas); documentos grabados (discos, cintas y casetes); o
documentos electrónicos (páginas web).
- El proceso de investigación.

El primer paso es definir el problema, el objeto de la investigación: se ha de


seleccionar el problema, revisar la investigación de la literatura existente al respecto para
crear un marco teórico, tras ello, formular -de forma definitiva- los objetivos de la
investigación, así como las hipótesis del trabajo (no necesariamente en investigación social)
y, finalmente, seleccionar un diseño para la investigación -incluye decidir las técnicas, el
ámbito de la investigación. Tras ello, se hace una sistematización, se describe la información
obtenida mediante la recogida de datos en el trabajo de campo de manera que puede ser
investigada, estudiada y observada. Se registra y organiza la información y se lleva a cabo la
elaboración de teorías. Después se interpretan los resultados, pudiendo hacerse una
comparación de datos -si cabe en la investigación y dependiendo de su diseño. Para terminar,
se elabora el informe final de la investigación.

- Enfoques EMIC/ETIC.

Los antropólogos investigan y obtienen información de realidades culturales distintas


a partir de las personas que componen las mismas, mediante el estudio de sus vivencias y su
cultura, apareciendo así una voz del informante, que explica su realidad. Además, es el
antropólogo un observador que vive en esa realidad, y puede generar su propio discurso.
Debido a que lo expresado puede ser diferente entre los dos puntos, se desarrolla un doble
enfoque: el EMIC, cuando se realiza desde una perspectiva local, desde el punto de vista de
los informantes; y el ETIC, que será desde la perspectiva científica, dada por parte del
investigador, normalmente.
Tema 3. Creencias y valores.

Lo más básico para introducirnos en el tema de las creencias y los valores será el
universo simbólico, que se conforma por todas las prácticas culturales que se desarrollan de
manera compartida y que nos permite vivir en un cierto orden. Así, todo ser humano es, como
mínimo, hijo de una cultura, dentro de la cual encontramos un universo simbólico, que puede
variar según las prácticas culturales colectivas de que proceda. Es de gran importancia el
hecho de que compartimos este universo con el resto, pues esto hace que podamos
relacionarnos y comunicarnos, ya que está conformado por el idioma, los gestos, los
símbolos, las normas comunicativas: nos permite tener un conocimiento mutuo y vivir en
cierto orden (porque sabemos lo que significan y cómo funcionan en la sociedad). Estas
normas pueden disrumpirse, no obstante, el universo se mantiene.

“Hace mucho que sabemos que los humanos no solo somos seres racionales
–que también lo son los monos por cierto-, sino animales simbólicos, para quienes las
cosas no son lo que son, sino lo que significan, es decir, que somos buscadores de
sentido o de la adecuación de los significantes con los significados” (Sendón,
2012:47).

Como habíamos comentado, lo que diferencia al humano del resto de animales es que
somos seres simbólicos, estando este universo compuesto de símbolos, señales, valores, etc.,
en definitiva: de las creencias.

- Símbolos: son arbitrarios y convencionales, envuelven significados que no tienen


porqué tener relación material con el objeto (p.ej.: paloma blanca igual a paz). Es
también una categoría cultural (p.ej.: color negro igual a luto).

- Señales: hay una relación mecánica y automática, siendo dos aspectos de ella tanto el
mensaje como la entidad portadora del mismo (p.ej.: si vemos huellas, podemos saber
que alguien (o algo) ha pasado por ahí). Los animales no humanos son también
capaces de leer algunas de estas señales naturales.

- Valores: son elementos normativos (ethos), modelos culturalmente definitivos que las
personas integran y a través de los cuales realizan evaluaciones desde lo que es más
deseable hasta lo que no tiene valor, son cualidades relacionales. Se trata de aquello
que valoramos y que consideramos importante, que vale la pena. Siempre es una idea
positiva y aportan incentivos para la acción. No confundir con las normas.

De esta forma, las creencias (eidos) son la base de este sistema simbólico, las cuales
se definen como un elemento cognitivo que recoge todas las afirmaciones a que damos un
grado de veracidad efectiva y a partir de las cuales construimos las respuestas a las grandes
preguntas o misterios.
A lo largo de la historia de la humanidad, los seres humanos nos hemos hecho grandes
preguntas a raíz de los misterios del mundo, tales como ‘de dónde venimos’, ‘quiénes somos’
y ‘hacia dónde vamos’, se resumen como cuestiones sobre ‘el gran misterio de nuestra
existencia’. Además, nos preguntamos ‘por qué sale el sol’, ‘por qué trabajamos’, etc., siendo
estas categorizadas como cuestiones sobre ‘la vida elemental de la supervivencia’. Así, los
seres humanos somos seres de sentido, por lo cual necesitamos respuestas a estos bloques de
preguntas, por lo que se crean sistemas de creencias que generan la respuesta (colectiva, y no
individual) necesaria para no caer en una crisis (existencial). Estos serán:

- Religión. Da respuestas a partir del dogma religioso, de la fe. Definida por Durkheim
como ‘sistema de creencias y prácticas que pertenecen a lo sagrado (entendido como
aquello que guarda relación con la esfera de aquello que trasciende de lo humano, que
sobrepasa los sentidos pero, aún así, existe en nosotros. Contrario a lo profano, lo
terrenal), compartidas por los miembros de una Sociedad y apoyados por una Iglesia o
lugar donde la gente se reúne para compartir actos y restablecer la solidaridad del
grupo’. Así, es el sistema basado en la idea central de un mundo o esfera espiritual -al
margen de que pueda estar poblado o no de seres espirituales (p.ej. el Budismo, no
contiene seres espirituales)- que se encuentran en oposición al mundo empírico y en el
que puede influir. Además, Guiddens apunta que una religión no ha de ser
necesariamente monoteista, aunque las grandes religiones (cristianismo, islamismo y
judaísmo) lo sean; lo mismo pasa con las prescripciones morales que las rigen y con
la diferenciación sagrado/profano.

También se ha de apuntar a la magia, de la mano de la religión, pues las rige el mismo


principio operador, el mismo sistema de creencias (la fe). Se diferencian la religión y
la magia en que la primera trata de establecer una comunicación (p.ej., rezar),
mientras que la segunda intentará manipular las fuerzas (p.ej., exorcismo, vudú).

- Filosofía. Da respuestas basadas en la argumentación lógica y racional, con la cual


construye teorías. A día de hoy, su peso en la vida cotidiana ha ido desapareciendo en
el mundo occidental, que no en las culturas orientales, en que tiene una importancia
vital. No obstante, esta entra en juego a la hora de cuestionar, de argumentar sobre los
temas sociales, por lo que el conocimiento filosófico tiene una gran capacidad
transformadora.

- Ciencia. Da respuestas a partir de la aplicación del método o paradigma científico,


haciendo uso de evidencias (muestras) para corroborar o refutar hipótesis. Siendo el
último en aparecer, ha cobrado un gran protagonismo.

No todas las culturas han de desarrollar, necesariamente, estos sistemas, a pesar de


que el sistema occidental se ha basado en esta trayectoria, pasando de la religión a la filosofía
y, posteriormente, a la ciencia. En otras culturas, se puede haber desarrollado de forma
diferente, por lo que los sistemas de creencias variarán entre los pueblos. Hoy, en el mundo
globalizado, los sistemas conviven, estando las comunidades más ligadas a unos u a otros.
Algo que cumplen todos los pueblos es la explicación de los grandes mitos de la
creación -para superar las típicas preguntas existenciales-, perteneciendo estos mitos a las
diferentes civilizaciones desde un tiempo antiguo (y siendo propios y distintos entre ellas).

Un mito, pues, es un relato con cierto grado de veracidad que narra un suceso para
superar, en la ficción, aquello que en la realidad no se puede. Esa superación, junto con el
grado de veracidad que se le reconoce, lo diferencia de cuentos y leyendas, pues el mito
asegura que el orden del mundo de la experiencia responde a un orden divino, sustentando la
visión del mismo. De esta forma, si vivimos dando la espalda a nuestros mitos, que explican
nuestros orígenes e historia, no podremos conocer la totalidad de la sociedad; esto ocurre
actualmente en Occidente, por lo que se encuentra a veces sin rumbo.

Así, un mito es siempre una narración de acontecimientos que contiene algo de


fantástico que hace difícil, en principio, su conexión con la vida ‘real’ de las personas, pues
los acontecimientos se sitúan en un tiempo lejano, a menudo primigenio, y la narración tiene
un carácter sagrado, ya sea manifiesto o latente.

En relación con estos encontramos los ritos, que son un conjunto de actos
formalizados, expresivos y portadores de una dimensión simbólica. Así pues, el
comportamiento ritual se caracteriza por ser formal y estereotipado, siendo realizado de
forma seria o solemne como acto social (mediante una representación dramática). Además,
expresa la posición de los actores respecto al mundo físico y social, realizándose en
momentos y lugares establecidos (por ejemplo, una procesión) y con un orden: son
encabezados por un especialista y en ellos se utilizan objetos/elementos de carácter sagrado
(en una misa tendremos un cáliz, la hostia). Cabe destacar que, aunque mayormente tienen un
carácter religioso, no es algo una cualidad necesaria ni definitoria, pues la sociedad moderna
actual está cada vez más ritualizada, sin tener connotaciones religiosas (por ejemplo, el
desfile de las fuerzas armadas, con símbolos de la fuerza ejército).

Aunque todas las sociedades tienen ritos, estos no son iguales en todas ellas, pudiendo
distinguir entre cuatro tipos de rito (destaca que no necesariamente todas las comunidades
han de tener todas las tipologías):

- Representativos o conmemorativos: hay autores, que dentro de los mismos,


diferencian entre positivos y negativos. Son aquellos que se celebran de forma cíclica,
periódica, otorgándoles un sentido de recordatorio de la pertenencia o colaboración
dentro de la sociedad, teniendo la capacidad de reproducir la continuidad de la
estructura social a que pertenecemos. Un ejemplo podría ser el ir a misa los domingos.

- De intensificación: son los que se celebran cuando la comunidad está atravesando


momentos de crisis (ambiental, una guerra, hambruna). Un ejemplo en el cristianismo
podrían ser las rogativas (para pedir que llueva y haya buenas cosechas).
- De paso: guarda relación con la necesidad de distinguir los momentos del ciclo vital
del ser humano, es decir, a cada persona se le celebra un rito de paso para distinguir
los momentos clave de su ciclo: los típicos serán cuando nace y muere; pudiendo
entre ellos aparecer otros (paso a ser joven, adulto, etc.), pues cada cultura establece
sus propios rituales de paso. La cultura cristiana está muy ligada con estos: el cura te
bautiza, oficia tu comunión o boda, y finalmente celebra una misa en tu funeral. De la
misma forma -cada una con unas características-, todas las culturas los celebran,
dando bienvenidas, marcando puntos de cambio y despidiéndose.

- De expiación: los que se celebran cuando están insertos en culturas que entienden que
las personas cometemos faltas, por lo que hay que reparar las mismas. Puede ser para
redimirnos de una falta o para curarnos en salud. En la religión católica, podemos
hablar de pecados y el ritual para perdonarlo podría ser la confesión o la oración.

Para cerrar el tema, podemos hablar de las espiritualidades contemporáneas en la


sociedad actual; estas vienen del pasado, pero aún así son actuales, siendo algo que nos lleva
acompañando desde tiempos antiguos. Destacamos que nuestra sociedad moderna, en el siglo
XIX, auguraba el fin de las creencias religiosas y, de alguna manera, se fue postulando dentro
de estas teorías de secularización: cuando occidente entró en la modernidad, cimentandose en
las revoluciones que habían modificado la sociedad, entre las que destaca el paradigma
científico, se vaticinaba el fin de las religiones.

‘La religión es el opio del pueblo’, Marx.

Así, se alegaba que para alcanzar una sociedad plenamente moderna, se habían de
liberar estas cuestiones que iban más allá de lo puramente físico o comprobable. No obstante,
como hemos podido observar, y a pesar de que se han producido cambios sustanciales en la
esfera religiosa, las culturas no se han desprendido de esta dimensión trascendental.
Contrariamente, se ha producido la entrada -y la búsqueda- de conocimientos nuevos que se
han ido expandiendo, ofreciendo alternativas y siendo accesibles para todo el mundo:
conocemos ahora prácticas como el yoga, por ejemplo, y movimientos como el hippie o el
budista han tenido una gran repercusión en las sociedades, insertándose en la realidad actual.

De esta forma, nos encontramos actualmente con sociedades en que confluyen los dos
mundos: se valora lo material y lo físico, así como el conocimiento científico, pero a la vez se
buscan respuestas a las preguntas trascendentales que llevan presentes desde la antigüedad,
encontrando las mismas en las distintas espiritualidades.
Tema 4. Familia y parentesco: organización de la procreación.

Los seres humanos se han ido organizando alrededor de las unidades domésticas, a
partir de las cuales se defiende la supervivencia del grupo, creándose las mismas para dar
respuesta a sus necesidades básicas. Así, el parentesco se postula como el organizador de las
sociedades, que se suele construir a partir de vínculos consanguíneos (afines) o de
matrimonio (de alianza). Otro tipo de pariente será el ficticio, siendo aquel que, por alguna
razón, ocupa el lugar de un vínculo consanguíneo (son ejemplo los hijos adoptados).

Definimos el parentesco como un sistema de posiciones relativas ideológicamente que


sirve de marco donde se ordena la reproducción y, en muchos casos, también la producción.
Estas relaciones no son biológicas, sino que son sociales, aunque sí tienen su origen en la
biología, en la medida en que cada pueblo interpreta y concibe las relaciones biológicas y los
procesos genéticos según patrones dictados por su propia cultura (San Román, González, y
Grau, 2003:14). Es decir, nos encontramos con diferentes modos de organizar la procreación,
que no son exclusivamente biológicos.

A pesar de que las relaciones son sociales, el tabú del incesto como universal se
explica primeramente a partir de teorías decimonónicas. Como hemos mencionado, a pesar de
que el parentesco es social, su origen es biológico, de esta forma, la relación entre biología y
parentesco puede variar según el proceso genético y los patrones dictados por el mismo. Se
ejemplifica con que, de manera generalizada, la humanidad se ha reproducido de manera no
consanguínea, por lo que la propia especie ha evolucionado hacia este rumbo; no obstante, si
hubiera sido al contrario, estaría también adaptada y normalizada esta práctica, también a
nivel biológico. Así, es una cuestión de adaptación evolutiva, la cual se investigará de forma
fisiológica y social.

El siguiente cuerpo de teorias que trata de explicar este tabu del incesto es a partir de
la psicología, a finales del siglo XIX y principios del XX, E. Westermarck explica, en
‘Historia del matrimonio humano’ (1891), que el hogar ha de mantenerse ‘puro’ de
contaminación incestuosa por instinto. Esto significa que, en circunstancias normales, este
instinto hará que las relaciones sexuales dentro del hogar sean repelidas, rechazadas.

Más tarde, en 1912, S. Freud contradice esta idea, pues apunta a que dentro del hogar
se producen, a edades muy tempranas, las primeras atracciones sexuales de los niños y niñas
(‘Tótem y tabú’), da una explicación utilizando la mitología y remitiéndose al origen de los
tiempos -primitivos- con el mito de la creación, mediante el cual se delimitó con quien se
podía tener relaciones sexuales. Esta explicación freudiana tendrá, sobre todo con las teorías
feministas, una grandísima crítica.
En 1949, C. Lévi-Strauss publica ‘Las estructuras fundamentales del parentesco’,
donde mediante la teoría de la alianza trata de dar una explicación en clave social de este
tabú, basándose en las relaciones de matrimonio. Explica que, entre grupos, se produce un
intercambio no consanguíneo de mujeres que genera una ampliación del grupo de parentesco,
por lo que el intercambio consanguíneo es desventajoso en términos sociales. Esta
explicación será criticada porque la prohibicion del incesto se refiere a las relaciones
sexuales, no siendo estas sinonimo de matrimonio, donde basa el autor su argumentación.

En los años 70, con el fervor del movimiento feminista criticando estas teorias
patriarcales, aparecen las últimas tendencias, siendo autores clave J. Goody (1969) y R.
Needham (1971). Estos reorganizarán el parentesco, entendiendo como fundamental definir
el tabú (qué parientes, qué culturas), siendo la generalidad un error. Además, será necesario
tener en cuenta el tipo de organización de parentesco, pues lo que puede ser considerado un
pariente ‘no adecuado’ para el matrimonio para algunos grupos, para otros puede ser lo
contrario. Por ello, se realizan trabajos etnográficos sobre grupos que se organizan de formas
matrilineales o patrilineales, habiendo de incluirlo dentro del esbozo de la teoría de la
procreación, pues será diferente dependiendo del caso. En definitiva, estas últimas tendencias
señalan que no podemos dar una explicación universal porque la organización del parentesco
no lo es, pues los actores culturales se pueden constituir de maneras diferentes; en todo caso,
se ha de buscar esta explicación desde dentro de cada grupo de parientes. Así, no se da una
explicación general, al contrario, se rechaza el universalismo a las vez que se señala que el
termino de incesto no está definido.

Se entenderá mejor con el concepto de filiación, que es el principio de parentesco que


vincula automáticamente un individuo a sus descendientes de forma selectiva y que une a
diversas generaciones formando grupos de parentesco socialmente independientes. Podemos
encontrar distintos tipos de filiación dentro de las diversas culturas:

La filiación unilineal refiere que


pertenecemos al grupo de parientes de uno
solo de los progenitores, pudiendo ser:

- Patrilineal (grupo de filiación del padre:


engloba al padre, a los hermanos/as, a los
hermanos/as del padre (tíos/as), a los
hijos/as de sus hermanos -que no de sus
hermanas- y a los hijos/as de sus tíos
-que no de sus tías)

- Matrilineal (grupo de filiación de la madre: engloba a la madre, a los hermanos/as, a


los hermanos/as de su madre (tios y tias), a los hijos/as de sus hermanas -que no de
sus hermanos- y a los hijos/as de sus tías -que no de sus tíos).
Es importante destacar que no existe una correlación establecida entre la filiación
patrilineal o matrilineal con el patriarcado ni matriarcado, pues las primeras señalan cómo se
organiza la procreación, y las segundas las estructuras de poder.

La filiación duolineal refiere que pertenecemos al grupo de parientes de ambos


progenitores, encontrando:

- Filiación bilateral o cognaticia indiferenciada (no hay una selección, todos los
consanguíneos son parte de la filiación).

- Doble filiación o filiación bilineal (une la filiación patrilineal y la matrilineal -no


confundir con que recoge a todos, pues no es indiscriminado, sigue habiendo una
selección de consanguíneos).

Nos solemos regir actualmente por la filiación bilateral o de cognaticia indiferenciada,


delimitando la proximidad de los parientes según el grado de consanguinidad (p.ej.:
diferenciación entre abuelos/as y primos lejanos). Además, es importante ser conscientes de
la diversidad a la hora de organizar los grupos de parentesco, habiendo muchas de establecer
las relaciones de filiación en los distintos grupos humanos.

Mostramos a continuación un ejemplo de las diferentes tipologías de filiación:

En esta, los grupos de parentesco serían:

- Filiación patrilineal (respecto a EGO): 1, 3, 4, 5, 6, 8.


- Filiación matrilineal (respecto a EGO): 2, 3, 4, 9, 10, 11.
- Filiación duolinial o doble filiación (respecto a EGO): todos menos 7 y 12.
- Filiación bilateral o cognaticia (respecto a EGO): todos.

Esta es la tipología básica de construcción del grupo de parientes, así como su


principio articulador, el cual irá en correspondencia con el sistema cultural, por lo que la
propia concepción de la procreación puede entenderse de una manera u otra.
En cuanto a la cuestión de la alianza, como habíamos mencionado, se basa
Lévi-Strauss en la regla de la exogamia, necesaria para que exista la sociedad. Esta regla
obliga a construir la alianza con grupos de personas que no pertenecen al propio grupo de
referencia, aunque a veces resulta lo contrario, situación en la cuál podremos hablar de
endogamia.

El matrimonio se ha definido tradicionalmente como la unión legítima y relativamente


estable de un hombre y una mujer que comparten una residencia común y cooperan
económicamente sobre la base de la división sexual del trabajo, con el objetivo fundamental
de legitimar y criar a los hijos. Esta definición se encuentra actualmente desfasada, a pesar de
que ha sido tradicionalmente uno de los universales por excelencia de la humanidad -junto
con el tabú del incesto. Dicho desfase se debe a que aparecen, con la modernidad (principios
del s. XX), cuestiones que refieren nociones novedosas tales como los ‘matrimonios
polígamos’ o el ‘matrimonio homosexual’. Por ello, en la actualidad, se define el matrimonio
como un mecanismo institucional de regulación de la procreación que implica la unión
legítima y que se supone relativamente estable entre dos o más personas que realizan roles
heterosexuales (San Román, González, y Grau, 2003).

Así pues, podemos apuntar que la familia es el grupo de personas vinculadas por
descendencia y matrimonio que se encuentra destinado a la procreación. Podemos encontrar
diversos tipos de familia:

- Nuclear: es el mayoritario, compuesta por madre, padre e hijos/as.

- Extensa: muy tradicional, podemos encontrar diferentes modalidades, pero


generalmente suelen englobarse tres generaciones: abuelos/as, padre, madre e hijos/as.

- Polígama: compuesta por varias personas que toman el papel de ‘madre’ o ‘padre’
(pudiendo diferenciar entre poliginia -un varón y varias mujeres- o poliandria -una
mujer y múltiples varones) y su descendencia.

- Monoparental: un solo progenitor y su descendencia.

Dada la diversidad de situaciones de convivencia que se ha ido encontrando en los diferentes


grupos étnicos la antropología, ha ido asentando diferentes conceptos que pueden resultar
operativos en algunos contextos culturales, de los que podemos destacar:

- Unidad doméstica: grupo de personas que no necesariamente se define por los


vínculos de matrimonio ni consanguinidad, que habitan en una residencia común,
forman una unidad de cooperación económica y crían a la descendencia de los
miembros, p.ej.: comunas.

- Grupo procreativo: se encuentra vinculado por matrimonio y descendencia pero


pueden vivir o no juntos, p.ej.: parejas divorciadas.
Tema 5. Poder y organización política.

La antropología política se constituye y fundamenta en la etapa final de la


antropología clásica (años 30/40), siendo destacable que, antes de este punto, se negaba la
existencia de esta rama. Lo que marcó un antes y un después fue el paradigma teórico del
funcionalismo estructuralismo, donde encontramos autores fundamentales como E. Pritchard
con ‘Sistemas políticos africanos’ (1940) o E. Leach con ‘Sistemas políticos de Alta
Birmania’ (1954); ambos tuvieron un importante papel en la aportación de conocimiento
sobre esta rama -antes inexplorada- de la antropología, con la demostración de que, en las
relaciones informales (tales como jugar al golf o ir de caza), pueden tomarse decisiones
políticas más trascendentales que en las organizaciones formales, donde se normaliza lo ya
decidido.

Con todo, serán conceptos fundamentales en este ámbito:

- Poder: según N. Bobbio, la capacidad o la posibilidad de obrar y de producir efectos


en individuos o grupos.

- Política: la organización de la polis y de la sociedad que trata la toma de decisiones


(colectivas) para gestionar los conflictos.

- Autoridad: el derecho reconocido a adoptar ciertos tipos de medidas de acuerdo con el


cumplimiento de normas, procedimientos, tradiciones y reglas institucionalizadas, es
decir, el uso aprobado del poder. Weber habla sobre tres tipos de autoridad:

- Legal racional, común en los sistemas legales igualitarios para la población.


- Carismática, común en las sociedades más complejas del medievo.
- Tradicional, común en las sociedades históricas.

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