Antropología Perspectivista o El Giro Ontológico.
Antropología Perspectivista o El Giro Ontológico.
Antropología Perspectivista o El Giro Ontológico.
Director
Manuel Villavicencio
manuel.villavicencio@ucuenca.edu.ec
Consejo Editorial
Aidalí Aponte Avilés, Universidad de Connecticut, USA
Esteban Ponce, Universidad Laica Eloy Alfaro de Manabí, Ecuador
Vicente Robalino, Pontiicia Universidad Católica del Ecuador
Rut Román, Universidad Laica Eloy Alfaro de Manabí, Ecuador
Cecilia Rubio, Universidad de Concepción, Chile
Consejo Consultor
Emma Camarero, Universidad de Salamanca, España
Guillermo Henríquez Aste, Universidad de Concepción, Chile
Nelson Osorio Tejada, Universidad de Santiago de Chile
Jorge Eduardo Serrato, Universidad Autónoma de México
Mónica Tapia, Universidad de la Santísima Concepción, Chile
Raúl Vallejo Corral, Universidad Andina Simón Bolívar, Ecuador
Roberto Viereck, Universidad de Concordia, Canadá
Traducciones
Elisabeth Rodas B. / Instituto Universitario de Lenguas (UDC)
Diagramación e Impresión
Información
Facultad de Filosofía, Letras y Ciencias de la Educación
Universidad de Cuenca, Ecuador
Av. 12 de Abril. Ciudadela Universitaria
Teléfono (593) 07 4051000
pucara@ucuenca.edu.ec
Presentación 5
¡Es cierto!, el lenguaje que usamos en una conversación con los amigos del
barrio es muy diferente del utilizado para una solicitud de matrícula en la
universidad. El lenguaje escrito posee sus propias características que relejan
el objetivo comunicativo para el cual se crea. En el proceso de adquisición
de la competencia escrita debemos considerar las diferencias entre el
lenguaje escrito y el lenguaje oral. Aunque estos textos comparten ciertas
características comunes, los tipos de lenguaje utilizados en cada caso son
5
diferentes debido a las actividades sociales implicadas, los contextos en los
que se utilizan y su inalidad comunicativa.
6
Presentación
7
Existen dos razones fundamentales por las que conviene que estudiantes,
docentes o investigadores escriban, más allá de cumplir con los requisitos de
la titulación o con las exigencias de la promoción académica:
8
Presentación
El Director
9
Antropología perspectivista o el giro ontológico.
Crítica de un paradigma no tan nuevo
Perspectival anthropology or the ontological turn.
A critique of a not as new paradigm
Antropologia perspectivista ou giro ontológico.
Crítica de um paradigma não tão novo
Resumen
11
Revista Pucara, N.º 28 (11-54), 2017
Abstract
Philippe Descola and Eduardo Viveiros de Castro are two of the leading
igures in what some consider a new anthropological paradigm, known
as perspectivism or ontological turn, among other names. This article
analyzes critically their main concepts and proposals, studies its immediate
background, and frames their work within the fertile constructivist
school, with which they share strengths but also weaknesses, such as an
overemphasis on the incommensurability of cultures, the revitalization of
exotic and ahistorical views on the indigenous world, the denial of human
nature, the maintenance of dichotomies like us-other or native american-
western, the disengaging from problems, contradictions and impositions
within any group, the acceptance of the ontological without questioning the
epistemological, or a dark jargon that hides the nature of language-games of
any epistemic system, whether scientiic or not.
Resumo
Philippe Descola e Eduardo Viveiros de Castro são duas das principais iguras
que alguns consideram um novo paradigma antropológico, conhecido como
perspectivismo ou giro ontológico, entre outros nomes. Este artigo analisa
criticamente dos principais conceitos e propostas destes, estuda seu fundo
12
Antropología perspectivista o el giro ontológico
***
Introducción
13
Revista Pucara, N.º 28 (11-54), 2017
14
Antropología perspectivista o el giro ontológico
Con anterioridad, Paul Radin (1964) ya había dicho en los años 20 que
futuras investigaciones demostrarían que el indio no deslinda entre lo
personal y lo impersonal, lo corpóreo y lo incorpóreo, y que no solo lo
pensado, sino también lo soñado o sentido constituye para él una realidad.
Semejantes características ya había llevado a Lévy-Bruhl (1957, 1985)
a hablar de “mentalidad primitiva” y “alma primitiva”: los innumerables
testimonios de viajeros, comerciantes y misioneros permitían comprobar
cómo en muchos lugares se creía que los humanos podían transformarse en
animales y viceversa, en un mundo que no se articulaba con las categorías
y distinciones europeas. Décadas más tarde, a partir de 1973, el sueco Kaj
Århem se interesaba por la cosmología de los indios makuna (en la región
15
Revista Pucara, N.º 28 (11-54), 2017
16
Antropología perspectivista o el giro ontológico
El francés Philippe Descola es uno de los autores que más renombre ha tomado
a partir de su etnografía entre los achuar del Ecuador. La principal aportación
teórica de Descola es su intento de sustituir la dicotomía naturaleza-cultura
por un esquema cuatripartito. Considera el discípulo de Lévi-Strauss que
los procesos de identiicación a través de los cuales establezco diferencias y
analogías entre mí y los demás, responden a un esquema de interpretación
según el cual hay cierta interioridad y cierta materialidad análogas a las
mías. La interioridad aludiría a lo que en las diferentes culturas se asocian al
alma, el espíritu, la conciencia (y que permitiría la capacidad para signiicar),
mientras que la materialidad concierne a la forma, la substancia, aquello que
derivaría del propio cuerpo. Cree Descola (2011, p. 86) que esta diferencia
entre cuerpo y alma es universal, al contrario que el par naturaleza-cultura. En
función de diferentes opciones de combinación, existirían cuatro ontologías,
17
Revista Pucara, N.º 28 (11-54), 2017
18
Antropología perspectivista o el giro ontológico
19
Revista Pucara, N.º 28 (11-54), 2017
20
Antropología perspectivista o el giro ontológico
21
Revista Pucara, N.º 28 (11-54), 2017
Más tarde volvemos sobre algunas críticas que se han hecho al planteamiento
de Descola. Pero antes hay que describir las aportaciones de la otra gran
igura de este movimiento, el brasileño Eduardo Viveiros de Castro. Es él,
de hecho, quien más esfuerzo ha gastado en divulgar la nomenclatura del
perspectivismo, es decir, “la concepción indígena según la cual el modo en
que los seres humanos ven a los animales y a otras subjetividades que pueblan
22
Antropología perspectivista o el giro ontológico
el universo […], es radicalmente distinto al modo en que esos seres ven a los
humanos y se ven a sí mismos (Viveiros de Castro, 2004, p. 38). Vinculada a
la “cualidad perspectiva” de Århem (1993) o la “relatividad perspectiva” de
Gray (1996), el “perspectivismo” de Viveiros también pone énfasis en que el
mundo está habitado por humanos y no humanos, y que cada cual aprehende
ese mundo desde puntos de vista (perspectivas) diferentes. Pero Viveiros
de Castro va más allá: en primer lugar considera que el perspectivismo es
sustancial a todos los amerindios, y que esto supone una “alteridad radical”.
El antropólogo brasileño insta a “tomarse en serio al otro” (2011, p. 133).
Esto signiica tomar los presupuestos ontológicos amerindios no como
“representaciones” de la realidad, sino como “realidades” y “conocimientos”
de tal manera que no solo nos enriqueceríamos con otras formas de pensar
el mundo, sino también con otras maneras de vivir en él. No estaríamos ante
una “manera de pensar”, una “visión del mundo”, una “epistemología”, a
modo de diferentes perspectivas sobre una misma realidad natural, sino que
la antropología debería “tomar en serio” la posibilidad de una multiplicidad
de ontologías, de mundos, de naturalezas. Dicho de otra manera: no existiría
una única realidad (típicamente conceptualizada como “naturaleza”) sobre
la cual cada grupo humano (cada “cultura” en términos de esta oposición
binaria) intentaría adaptarse, resolviendo los problemas en el fondo comunes
a la humanidad, sino que cada grupo y cada solución de problemas sería
único. En segundo lugar, estos problemas y soluciones no serían de índole
práctica, sino también conceptual: la perspectiva nativa sería una ilosofía.
Finalmente, teoría y práctica se retroalimentarían, de tal manera que una
perspectiva especíica genera ciertas acciones y ciertas acciones producen
conceptos. Así, la realidad es conceptual; los conceptos serían las cosas en sí.
23
Revista Pucara, N.º 28 (11-54), 2017
24
Antropología perspectivista o el giro ontológico
Los defensores del perspectivismo alegan que son numerosas las etnografías
que han probado la verdad del perspectivismo amerindio, convertido a la vez
en la denominación de un tipo de cosmología, y también en una suerte de
teoría sobre la misma3. Así, el trabajo de campo habría permitido comprobar
que ese perspectivismo no se aplica a todos los animales, sino sobre todo
a las especies que o bien son depredadores (como el jaguar o la serpiente),
o bien son las presas típicas de los humanos (monos, peces, venados,
tapires), de ahí que Viveiros de Castro hable de “ontología amazónica de
la depredación” (ibíd. 40). La caza tendría una vital importancia incluso en
aquellos pueblos amerindios que no dependen de ella para su subsistencia.
De ahí que sean sobre todo los animales los “espiritualizados”.
3. Sin ánimo exhaustivo, se pueden citar los estudios de Århem (1993, 1996),
Vilaça (1992) o Stolze Lima (1995).
25
Revista Pucara, N.º 28 (11-54), 2017
26
Antropología perspectivista o el giro ontológico
27
Revista Pucara, N.º 28 (11-54), 2017
Toda una corriente de estudios considera que aún cabe hablar hoy de una
naturaleza humana, en el sentido de ciertas constantes comunes al homo
sapiens. Así, en 1973, escribía Robin Fox:
28
Antropología perspectivista o el giro ontológico
29
Revista Pucara, N.º 28 (11-54), 2017
30
Antropología perspectivista o el giro ontológico
31
Revista Pucara, N.º 28 (11-54), 2017
Cabe alegar que una concepción integral del hombre como parte del cosmos,
no solo se encuentra en el animismo amazónico, ni en la cosmología andina
en la cual la Pachamama, los astros, los humanos, los animales y las plantas
forman un todo inseparable. Con diferentes matices, se encuentra esta
concepción también en muchos otros lugares. Piénsese, por ejemplo, en el
perspectivismo jaina de la India antigua.
Puede uno estar de acuerdo en que cierta concepción indígena —que para
Århem (1993) constituye una ecosofía— puede aliarse con diferentes
maneras de pensar, nunca extinguidas por el racionalismo cartesiano, para
concluir que el hombre es, ante todo, un ser vivo como todos los demás.
El humanismo, pensaba Lévi-Strauss, habría nacido corrompido por haber
separado radicalmente la humanidad y la animalidad, y esa misma frontera
sería utilizada una y mil veces para separar unos grupos humanos de otros.
Coincido también con los perspectivistas en que las concepciones indígenas
que rebaten la separación tajante entre la naturaleza y la cultura, entre astros,
plantas, animales y el hombre, desafían una manera de pensar que ha llevado
a explotaciones miserables del ecosistema. Sin embargo, ni es exclusiva
del perspectivismo amerindio, ni tengo claro que esta concepción indígena
(supuestamente opuesta a la occidental) revele una práctica de tolerancia
con una multiplicidad de puntos de vista, y no un repliegue sobre sí mismo,
32
Antropología perspectivista o el giro ontológico
33
Revista Pucara, N.º 28 (11-54), 2017
34
Antropología perspectivista o el giro ontológico
35
Revista Pucara, N.º 28 (11-54), 2017
Este es el tipo relexiones que sus detractores abominan como juegos del
lenguaje metafísicos. Otro ejemplo:
36
Antropología perspectivista o el giro ontológico
Hay toda una tradición antropológica que pone énfasis en la radical alteridad
de las maneras de pensar nativas, que van desde Lévy-Bruhl (1957, 1975,
1985), Evans-Pritchard (1991, 1997), Lévi-Strauss (1965, 2002), Peter
Winch (1990, 1994) hasta las farsas de Castaneda (1974, 1975, 2002) o
las etnografías perspectivistas (sin que esto suponga una línea coherente y
37
Revista Pucara, N.º 28 (11-54), 2017
38
Antropología perspectivista o el giro ontológico
39
Revista Pucara, N.º 28 (11-54), 2017
De esto último, vale la pena relatar un ejemplo, que algunos detractores del
perspectivismo no han dudado en sacar a la luz. En el año 2005, el lingüista
y pastor evangélico Daniel Everett describía las inauditas limitaciones
cognitivas de los Pirahã, un grupo amazónico de la cuenca del Maici. Al
parecer, la cultura de los Pirahã no permitía la comunicación si no refería
a la inmediata experiencia de los interlocutores. Su lengua no disponía de
números y de términos para los colores. Los Pirahã no tenían ni arte, ni mitos,
ni ningún tipo de relato de icción; por si fuera poco, estaban organizados en
uno de los más sencillos sistemas políticos jamás documentado. Además, su
memoria individual y colectiva se limitaba a no más de dos generaciones.
Estos pobres diablos seguían siendo monolingües a pesar de que llevaban
en contacto más de 200 años con otros brasileños. Everett (2005) relata que,
aunque intentó enseñarles a contar, ninguno pudo sumar 1+1, ni dibujar
una simple línea recta. Los Pirahã estaban en un nivel de cognición que les
asemejaba a los niños, a los monos o, incluso, a los que habían tenido alguna
lesión cerebral en el hemisferio izquierdo.
40
Antropología perspectivista o el giro ontológico
41
Revista Pucara, N.º 28 (11-54), 2017
42
Antropología perspectivista o el giro ontológico
43
Revista Pucara, N.º 28 (11-54), 2017
una gran originalidad, si uno conoce bien la aplicación que hemos hecho
los antropólogos de los presupuestos de Wittgenstein, Winch o Rorty. El
concepto, como suposición ontológica (es decir, sobre lo que algo es), deriva
de una lógica de conceptualización, que implica formas epistemológicas
concretas. No tomar acríticamente los enunciados que tienen legitimidad
para explicar o comprender tal o cual hecho social, es precisamente una
de las premisas del constructivismo y de cierta antropología postmoderna.
Finalmente, Holbraad cree que el giro ontológico muestra una intensiicación
de la experimentación, más allá de lo que ya hizo la antropología
postmoderna y en general los antropólogos que se tomaron en serio la crisis
de la representación de la antropología.
44
Antropología perspectivista o el giro ontológico
45
Revista Pucara, N.º 28 (11-54), 2017
Referencias bibliográicas:
46
Antropología perspectivista o el giro ontológico
47
Revista Pucara, N.º 28 (11-54), 2017
48
Antropología perspectivista o el giro ontológico
49
Revista Pucara, N.º 28 (11-54), 2017
50
Antropología perspectivista o el giro ontológico
Kitayama, S., Uskul, A. K. (2011). “Culture, Mind, and the Brain: Current
Evidence and Future Directions”. En Annual Review of Psychology,
62.
Kitayama, S., Conway, L. G., Pietromonaco, P. R., Park, H., Plaut, V. C.
(2010). “Ethos of independence across regions in the United States:
The production-adoption model of cultural change”. En American
Psychologist, 65, 6.
Kohn, E. (2015). “Anthropology of Ontologies”. En Annual Review of
Anthropology, 44, 1.
Latour, B., Woolgar, S. (1995). La vida en el laboratorio. La construcción
de los hechos cientíicos. Madrid: Alianza.
Lévy-Bruhl, L. (1957). La mentalidad primitive. Buenos Aires: Ediciones
Leviatán.
__________. (1975). The notebooks on primitive mentality. Oxford:
Blackwell.
__________. (1985). El alma primitive. Barcelona: Península.
Lévi-Strauss, C. (1965). El totemismo en la actualidad. México: Fondo de
Cultura Económica.
__________. (1999). Raza y Cultura. Madrid: Altaya.
__________. (2002). El pensamiento salvaje. México: Fondo de Cultura
Económica.
Lewellen, T. C. (2002). The Anthropology of Globalization. Cultural
Anthropology Enters the 21st Century. Westport: Bergin & Garvey.
__________. (1994). Magia, ciencia, religión. Barcelona: Ariel.
Marcus, G. E. (1995). “Ethnography in/of the World System: The
Emergence of Multi-Sited Ethnography”. En Annual Review of
Anthropology, 24.
Martínez, I. (2007). “Eduardo Viveiros de Castro: de imaginación,
traducción y traición”. En Anales de Antropología, 41, 2.
51
Revista Pucara, N.º 28 (11-54), 2017
52
Antropología perspectivista o el giro ontológico
53
Revista Pucara, N.º 28 (11-54), 2017
54
Las lenguas barbacoanas meridionales y el quechua
Southern barbacoan languages and quechua
As línguas barbacoanas do sul e o quéchua
Resumen
55
Revista Pucara, N.º 28 (55-97), 2017
Abstract
Resumo
56
Las lenguas barbacoanas meridionales y el quechua
***
1. Introducción
57
Revista Pucara, N.º 28 (55-97), 2017
58
Las lenguas barbacoanas meridionales y el quechua
59
Revista Pucara, N.º 28 (55-97), 2017
Para el objeto del presente estudio son de especial interés aquellos que
habitaron la sierra norte, en las actuales provincias de Carchi, Imbabura,
Pichincha y parte de la provincia de Cotopaxi. El más norteño de estos
grupos era el pasto, que las fuentes etnohistóricas del siglo XVI ubican en
“la meseta interandina comprendida entre los ríos Guáytara-Tellez y Chota
(Coangue), límites norte y sur, respectivamente” (Landázuri, 1995, p. 19)2.
Entre este último río y el Guayllabamba se encontraban los curacazgos de
Caranqui, Otavalo y Cayambe, los cuales se acostumbra agrupar dentro de
un solo grupo étnico que lleva el nombre del primer etnónimo según criterios
como la toponimia, las alianzas y los rasgos culturales compartidos (Espinoza
Soriano, 1988, p. 76-79)3. Al sur del territorio caranqui se encontraba el grupo
panzaleo, entidad etnolingüística que habría abarcado varias parcialidades de
la zona quiteña (Salomon y Grosboll, 1986) y cuyo peril es “el más difícil de
reconstruir puesto que las primeras relaciones describen sin excepción una
sociedad dramáticamente transformada por el gobierno inca y la conquista
española” (Newson, 1995, p. 40, mi traducción). La controversia tiene que
ver, por una parte, con la misma deinición limítrofe de la zona panzaleo. Si
60
Las lenguas barbacoanas meridionales y el quechua
La sierra centro-sur, de menor relevancia para el caso que nos ocupa, estaba
poblada por los grupos puruhá, cañari y palta, todos de diferente pertenencia
etnolingüística a juzgar por los rastros dejados en la onomástica de sus
respectivas zonas de inluencia5. El primero de estos grupos se asentó en el
área del antiguo corregimiento de Riobamba, con sus linderos norte y sur en
Mocha y Alausí, respectivamente. Aunque algunos autores incluyen en el
área de inluencia puruhá el territorio del antiguo corregimiento de Chimbo,
parece que la ocupación puruhá de esta zona fue parcial, de modo que en
algunos sectores su onomástica resulta más bien de iliación barbacoana
(Haro Alvear, 1977; Gómez Rendón, 2015). La segunda entidad étnica de
la sierra centro-sur fueron los cañaris. El territorio cañari se extendía desde
Alausí y Chunchi en la hoya del Chanchán hacia el sur, hasta las cabeceras
del río Tumbes, con el lindero natural de la Cordillera Oriental de los Andes
al Este y los términos del territorio chono-huancavilca al Oeste. Los paltas,
el grupo más austral de los que poblaron los valles interandinos, eran de
origen etnolingüístico chicham6, aunque su presencia parece haber sido
relativamente tardía, como sugiere el estrato toponímico previo de origen
cañari a lo largo y ancho de su zona de inluencia. Según Newson (1995), el
61
Revista Pucara, N.º 28 (55-97), 2017
límite norte del territorio palta estaba en la zona de Saraguro; el límite sur,
en la cuenca del río Calvas; el límite occidental caía hacia el territorio chono
en las inmediaciones de Zaruma; y el oriental hacia el territorio de grupos de
habla chicham (p. 55).
Aun así, los datos toponímicos de la sierra norte7 muestran una presencia
sistemática de lenguas barbacoanas. Sobre esta evidencia y a partir de las
fuentes etnohistóricas se acostumbra clasiicar hoy en día las lenguas pre-
quechuas de la sierra norte del Ecuador como pertenecientes a la familia
lingüística barbacoana (Paz y Miño, 1941, 1961; Caillavet, 2000; y más
recientemente, Adelaar y Muysken, 2004, p. 393-94). Esta clasiicación, sin
embargo, hace caso omiso del hecho de que la onomástica barbacoana se
vuelve difusa conforme avanzamos a la sierra central.
62
Las lenguas barbacoanas meridionales y el quechua
(Pérez, 1962, p. 255). Otros autores han asumido la misma postura (cf. Paz
y Miño 1961, Costales y Peñaherrera de Costales, 2002, p. 93). En la misma
línea, dos autores matizan la diversidad lingüística en torno al área de Quito
asegurando que
63
Revista Pucara, N.º 28 (55-97), 2017
64
Las lenguas barbacoanas meridionales y el quechua
la expansión del imperio inca, contacto que se mantuvo durante los primeros
siglos del dominio colonial.
65
Revista Pucara, N.º 28 (55-97), 2017
66
Las lenguas barbacoanas meridionales y el quechua
67
Revista Pucara, N.º 28 (55-97), 2017
Como fuera, está claro que el quechua estuvo presente en los Andes
septentrionales ya en la segunda mitad del siglo XV. Desde entonces, su
historia fue de intensos contactos con las lenguas prequechuas de la región,
contactos que condujeron al desplazamiento de todas ellas en los valles
interandinos en los siglos posteriores, a través de mecanismos asociados con
la ocupación militar y las poblaciones mitimaes durante el incario (Llorandi
y Rodríguez, 2003), y con la evangelización e incluso la etnogénesis durante
la época colonial (Mannheim, 1991; Salomon, 1997).
68
Las lenguas barbacoanas meridionales y el quechua
data colonial tardía. A su vez, este contacto se dio unas veces en el marco
del intercambio comercial con grupos quechuizados de la Sierra, otras veces
en el contexto de la ocupación de territorios serranos dentro del sistema de
explotación microvertical. Por otro lado, si aceptamos el origen de los chachis
en la sierra norte del Ecuador (DeBoer, 1995), podemos postular que su
contacto con el quechua no pudo ser anterior al siglo XV, pues se requiere más
tiempo que los escasos sesenta años de presencia inca en la sierra norte para
explicar la penetración del quechua en el léxico y la gramática del cha’palaa,
lo que obliga a extender el contacto entre el cha’palaa y el quechua a la época
colonial temprana, incluyendo todo el siglo XVI. Este contacto temprano, sin
embargo, no descarta contactos periódicos por aprovisionamiento de artículos
como la sal o por peregrinaciones a sus antiguos centros ceremoniales serranos,
sobre todo en Ibarra, como sugiere la tradición oral chachi (Robalino, 2009,
p.198)11. Todas estas hipótesis pueden ser puestas a prueba a través del estudio
léxico-estadístico, morfo-fonológico y semántico de los datos lingüísticos,
porque mientras el número de préstamos y su adaptación morfo-fonológica
son índices para evaluar la antigüedad e intensidad del contacto, su semántica
revela las necesidades sociosemióticas creadas por los hablantes y el tipo de
interacciones en las que participaron.
69
Revista Pucara, N.º 28 (55-97), 2017
mejor su origen. Con miras a obtener datos que permitan una comparación
interlingüística sistemática, se decidió utilizar la lista de signiicados del
proyecto International Dictionary Series (IDS), que comprende 1310
conceptos agrupados en campos semánticos12. Dos bases de datos preparadas
para el tsa’iki y el cha’palaa en el marco del proyecto IDS fueron utilizadas
como vocabularios de control13. Durante el levantamiento de los datos se
añadieron a la lista varios conceptos correspondientes en su mayoría a
vocablos del ecosistema y la cultura material que aparecían en fuentes
principales y secundarias.
12. Los campos semánticos son los siguientes: mundo físico, parentesco,
animales, cuerpo humano, comida y bebida, vestimenta y adorno, vivienda, agricultura y
vegetación, acciones básicas y tecnología, movimiento, posesión, relaciones espaciales,
cantidad, tiempo, percepción sensorial, emociones y valores, cognición, habla y lenguaje,
relaciones sociales y políticas, guerra y cacería, leyes, religión y creencias (Key y Comrie,
2015). El portal del proyecto (http://ids.clld.org/) contiene una descripción detallada de
su concepción, metodología, colaboradores y lenguas participantes.
13. La base de datos del tsa’iki (Colorado) fue recogida por Bruce Moore
mientras la del cha’palaa (Cayapa) fue preparada por Neil y Ruth Wiebe con asesoría de
Raúl Añapa y Santiago Añapa. Las dos bases de datos siguen una transcripción fonética
y pueden ser recuperadas en el portal señalado en la nota anterior.
14. Con excepción de las fuentes principales (Moore, 1966; Lindskoog y
Lindskoog, 1964; Añapa y Robalino, 2009), los vocabularios y listas de palabras del
tsa’iki y el cha’palaa fueron compilados en un solo corpus de fácil manejo a través del
programa de visualización lexicográica Lexique Pro.
70
Las lenguas barbacoanas meridionales y el quechua
Luego de analizar un corpus de tres mil vocablos del tsa’iki, Mix y Aguavil
(1992) concluyen que la presencia del quechua en esta lengua es ínima
–sin llegar siquiera al uno por ciento– y que se encuentra exclusivamente
en el sistema numeral (p. 79). Evaluados los resultados de nuestro corpus,
estamos en condiciones de airmar que dicha conclusión es incorrecta. Los
préstamos en tsa’iki alcanzan en términos absolutos 122 instancias (tokens),
lo que representa el 9.3% de la lista de signiicados del IDS. Más todavía,
el quechua está presente en veintiuno de los veintidós campos semánticos
del IDS, y no tan solo en los números. El caso del cha’palaa no es menos
71
Revista Pucara, N.º 28 (55-97), 2017
72
Las lenguas barbacoanas meridionales y el quechua
Tsa’fiki
Forma Forma derivada Quechua
simple
73
Revista Pucara, N.º 28 (55-97), 2017
Cha’palaa
Forma Forma derivada Quechua
simple
['ki:ka] --- ['kiλka-]
‘papel’ ‘escribir’
74
Las lenguas barbacoanas meridionales y el quechua
75
Revista Pucara, N.º 28 (55-97), 2017
76
Las lenguas barbacoanas meridionales y el quechua
Tsa’fiki
Híbrido Quechua Tsa’fiki
Cha’palaa
Híbrido Quechua Cha’palaa
77
Revista Pucara, N.º 28 (55-97), 2017
78
Las lenguas barbacoanas meridionales y el quechua
79
Revista Pucara, N.º 28 (55-97), 2017
Animales 19.7%
Cantidad y número 10.0%
El cuerpo humano 8.7%
El mundo físico 7.7%
Comida y bebida, cocina y utensilios 7.7%
Emociones y valores 6.2%
Parentesco, sexo, edad 4.8%
Vivienda y enseres 4.8%
Vestimenta y adorno 3.8%
Posesión, propiedad y comercio 3.8%
Subtotal 77%
Total 100%
80
Las lenguas barbacoanas meridionales y el quechua
81
Revista Pucara, N.º 28 (55-97), 2017
18. Aun así, es más probable por las condiciones del bosque tropical húmedo
y el profundo conocimiento de la medicina natural de los shamanes tsa’chilas y chachis,
que haya sido más bien el quechua serrano el que tomara itónimos de sus lenguas. Así
lo hemos demostrado, en pequeña parte, a propósito de los préstamos no-castellanos
presentes en el quechua de Imbabura (Gómez Rendón y Adelaar, 2009).
19. Se puede observar una brecha similar, aunque no tan ostensible, en dos
campos semánticos más, los de “cantidad y numeración” y “comida, bebida, cocina y
utensilios”, resaltados en negrilla en la Tabla 5.
82
Las lenguas barbacoanas meridionales y el quechua
ambas lenguas con respecto a este campo ha de explicarse por razones más
morfológicas que semánticas.
83
Revista Pucara, N.º 28 (55-97), 2017
20. Al respecto véase, entre otros, Carranza, 1569 [1994], p. 67s; Rodríguez
Docampo, 1650 [1992], p. 321; Alcedo y Herrera, 1741, p. 70-71; Astorga, 1741 [1948],
p. 244, tomo 1).
84
Las lenguas barbacoanas meridionales y el quechua
[-wa-] ‘a mí, para mí’. Esta base sirve para la construcción de cuatro formas
derivadas que se vinculan estrechamente con actividades de intercambio:
[mã-ku’wa] ‘devolver’, [ku’wapo] ‘entregar’, [‘ehpe ku’wa] ‘regalar’ y [ne’lo
ku’wa] ‘iar’. Desde una perspectiva sociosemiótica anclada en la práctica
del intercambio, es revelador que el tsa’iki haya prestado del quechua una
forma verbal compleja que indica al sujeto hablante como beneiciario de la
acción de dar. Curiosamente, ninguno de estos préstamos está documentado
en cha’palaa, excepto la forma básica [ku-nu] ‘dar’. Consideramos que
el cotejo de estos resultados con la evidencia del registro etnohistórico
conirma el intercambio comercial como la situación de contacto que originó
la restructuración del sistema numérico tsa’chila, proceso que parece no
haber concluido en cha’palaa.
El tercer campo semántico con más préstamos, aquel del cuerpo humano,
sus funciones y condiciones físicas, exige un análisis cualitativo que
permita dimensionar las situaciones de contacto que motivaron el préstamo.
Como en los casos anteriores, se identiican raíces básicas como [kutu]
‘protuberancia’, ‘garganta’ o [hambi] ‘remedio, veneno’, que entran en
la formación de compuestos híbridos. Es notable no solo que haya en
cha’palaa más del doble de préstamos que en tsa’iki sino que solo en la
primera lengua se encuentren préstamos asociados con partes del cuerpo,
como [‘kutu] ‘cuello’ o [‘kutu-’tyulya] ‘nuca’. Del mismo modo, no deja de
ser interesante la presencia de un número de préstamos que tienen que ver
con enfermedades o disfunciones físicas y isiológicas que incluyen la gripe,
las erupciones, las llagas, el pus, el bocio y el catarro. Los cuatro primeros
son los síntomas característicos de la viruela, enfermedad especialmente
virulenta entre los tsa’chila y cuyo último brote histórico se halla en el
origen de algunas de las comunas actuales (Canelos Andrade, 2010, p. 27).
Si recordamos que fueron primero las poblaciones serranas (quechuas o
quechuizadas) las que sufrieron la devastación de las pandemias de los siglos
XVI y XVII, es lógico asumir que fue a través del contacto con ellas que los
hablantes de las lenguas barbacoanas meridionales conocieron sus síntomas
y efectos. De este modo, las condiciones higiénicas del contacto funcionan
también como un marco sociosemiótico para comprender los préstamos del
85
Revista Pucara, N.º 28 (55-97), 2017
campo patológico, pero también del terapéutico, pues del quechua provienen
igualmente las palabras para designar el concepto de curación, [hãpe] ‘curar’
en tsa’iki, y [hambike] ‘curar con brujería’ en cha’palaa21. Añádase a esto las
amplias redes shamánicas tejidas por los tsa’chila con los indígenas serranos
(Ventura i Oller, 2011, p. 216) y se comprenderá nuevamente el papel del
mundo quechua en la enfermedad y la curación. De hecho, la praxis shamánica
también pudo ser la vía que siguieron itónimos prestados por ambas lenguas y
que estudios etnobotánicos especializados deberán identiicar.
21. De hecho, en esta lengua encontramos dos conceptos ‘curar con brujería’ y
‘curar con remedios’, aun cuando es evidente que el vocablo que se reiere a este último,
[mambike], tiene su origen etimológico en la misma forma quechua que dio origen al
primero, de la cual parece haberse diferenciado arbitrariamente solo después.
86
Las lenguas barbacoanas meridionales y el quechua
87
Revista Pucara, N.º 28 (55-97), 2017
88
Las lenguas barbacoanas meridionales y el quechua
6. Conclusiones
89
Revista Pucara, N.º 28 (55-97), 2017
Las limitaciones de este primer análisis plantean nuevas rutas para futuras
investigaciones. En primer lugar, se hace necesario cotejar el corpus de
préstamos recogido en fuentes bibliográicas con hablantes de ambas lenguas.
En segundo lugar, es preciso registrar eventos de habla en diferentes géneros
y temáticas y extraer de ellos préstamos que expandan el corpus disponible
y permitan consolidarlo. En tercer lugar, con los mismos criterios se debe
profundizar en el estudio del sustrato barbacoano de las variedades quechuas
habladas en las provincias de Imbabura, Cotopaxi y Bolívar, a in de tener
una visión de conjunto del contacto quechua-barbacoano. Esta contribución
ha sido un primer paso para integrar al estudio de la etnohistoria herramientas
y criterios de la lingüística, no solo con afán de conocer mejor las relaciones
entre los Andes y las tierras bajas del Pacíico sino también con el propósito de
explorar estrategias de relación intercultural del pasado que puedan ayudarnos
a modelar en alguna medida la comunicación intercultural en el presente.
90
Las lenguas barbacoanas meridionales y el quechua
Referencias bibliográicas:
91
Revista Pucara, N.º 28 (55-97), 2017
92
Las lenguas barbacoanas meridionales y el quechua
93
Revista Pucara, N.º 28 (55-97), 2017
94
Las lenguas barbacoanas meridionales y el quechua
95
Revista Pucara, N.º 28 (55-97), 2017
96
Las lenguas barbacoanas meridionales y el quechua
97
Arqueología de las bebidas fermentadas:
el caso de la chicha mesoamericana1
Archaeology of fermented drinks:
the case of the chicha mesoamerican
Arqueologia da bebidas fermentadas:
o caso do chicha mesoamerican
Miguel novillo
E-mail: miguel.novillo@ucuenca.edu.ec
Universidad de Cuenca (Ecuador)
Resumen
99
Revista Pucara, N.º 28 (99-122), 2017
sólidas las relaciones entre los habitantes de dicho espacio. Los indicadores
que sugieren esta funcionalidad son: estructuras arquitectónicas emplazadas
en torno a patios, disposición y uso de unidades habitacionales, presencia de
fogones, basureros, ofrendas (líticas y cerámicas).
Abstract
The following study has the objective to analyze the archaeological ceramics
(pots) recovered in Guachimontones, Mexico. In the absence of certainty
about the job that was given to this artifact in antiquity, archaeometric
techniques (chemical and starches) were applied to know about a speciic
application and subsequent operation within the social organization, taking
as reference the idea that these jars used to prepare a fermented beverage.
The results of the analysis indicated the use of the jars in the preparation of
tejuino, complementarily comparison with ethnographic examples, where raw
consumption alcohol- allowed us to infer the function of the beverage as a
mechanism that allowed maintaining strong relations between the inhabitants
of that space. The indicators suggest this functionality are: architectural
structures emplaced around courtyards, provision and use of housing units, the
presence of hearths, waste baskets, offerings (lithic and ceramics).
Resumo
100
Arqueología de las bebidas fermentadas: el caso de la chicha mesoamericana
***
Introducción
101
Revista Pucara, N.º 28 (99-122), 2017
Figura 1.
Tejuinera restaurada
en la ECRO
(González 2012).
102
Arqueología de las bebidas fermentadas: el caso de la chicha mesoamericana
Figura 2.
Vasija empotrada
en el piso del
sector Talleres
(Rodrigo
Esparza).
103
Revista Pucara, N.º 28 (99-122), 2017
104
Arqueología de las bebidas fermentadas: el caso de la chicha mesoamericana
105
Revista Pucara, N.º 28 (99-122), 2017
106
Arqueología de las bebidas fermentadas: el caso de la chicha mesoamericana
Este análisis consiste en observar por medio del microscopio con luz
polarizada la descomposición de la luminiscencia cuando hace contacto con
un elemento orgánico. Esta descomposición forma una cruz (extinción) que
diferencia un elemento de otro. Además se aplica una tinción con yodo lo que
provoca una reacción en los almidones, tomando diferentes coloraciones.
Resultados
107
Revista Pucara, N.º 28 (99-122), 2017
Ipomoea 5 0 0 5 3
batatas
Dioscorea spp 0 0 0 1 1
Evidencia de Si Si Si Si Si
gelatinización
108
Arqueología de las bebidas fermentadas: el caso de la chicha mesoamericana
elabora esta bebida, para lo cual se emplean ollas grandes (40-60 cm de alto),
con capacidad para 30 o más litros, con formas semejantes a un diamante,
con base convexa, y con características que ayudan a su transportabilidad.
De la misma forma, hay ollas medianas con capacidad para 5 o 30 litros,
morfológicamente similares a las ollas grandes, pese a ello pueden tener su
base plana. Las ollas más antiguas son preciadas para los tarahumaras, ya
que pueden servir mejor a la hora de la fermentación, por ende son las únicas
ollas que se prestan y se reparan según su grado de afectación4 (Lewenstein,
1995: 163-164).
109
Revista Pucara, N.º 28 (99-122), 2017
Figura 3.
Alfarera
tarahumara. Las
vasijas están
relacionadas con
la preparación de
tesgüino.
110
Arqueología de las bebidas fermentadas: el caso de la chicha mesoamericana
Discusión
111
Revista Pucara, N.º 28 (99-122), 2017
región para esta temporalidad y con ello se ha podido verter las primeras
interpretaciones en torno al desarrollo cultural en Occidente. En el sector
de Talleres se reconocieron tipos y formas cerámicas, entre las principales
estaban: ollas, braceros, comales, cajetes, tecomates, molcajetes, platos,
botellas, escudillas entre otros (Herrejón y Smith, 2004: 15). Dentro de
este conjunto cerámico destaca una vasija (tinaja) de grandes dimensiones
y características particulares, que además estaba empotrada en el piso de
un área habitacional (Esparza, 2008) y se caracteriza por su pasta gruesa
y resistente, sin decoración, un nivel bajo de compactación y muy porosa.
Entre sus desgrasantes se reconocen: chamota, mica, obsidiana, cuarzo y
feldespatos, los mismos que brindan soporte a la vasija dada sus dimensiones.
Esta vasija fue utilitaria, pues en su interior se evidencian huellas de abrasión
y pérdida del grosor de las paredes.
Por medio del análisis arqueométrico se estableció que las vasijas recuperadas
en Talleres sirvieron exclusivamente para la preparación de bebidas
fermentadas. Elemento de importancia que tiene varias implicaciones como:
especialización tecnológica en la elaboración de los artefactos (la obsidiana
como desgrasante no es común encontrarla en otros ceramios) y también en
la elaboración de bebidas fermentadas. En este sentido, el tesgüino (y demás
bebidas fermentadas) pueden ser elaboradas de diferente manera, teniendo
como principal característica, en diversos contextos, el empleo de las vasijas
de gran tamaño o llamadas tinajas. Por ello es necesario procurarse de un
conjunto cerámico capaz de contener y servir para la preparación de la bebida.
112
Arqueología de las bebidas fermentadas: el caso de la chicha mesoamericana
113
Revista Pucara, N.º 28 (99-122), 2017
Conclusiones
114
Arqueología de las bebidas fermentadas: el caso de la chicha mesoamericana
115
Revista Pucara, N.º 28 (99-122), 2017
116
Arqueología de las bebidas fermentadas: el caso de la chicha mesoamericana
En cuanto a las distintas formas por las que se producen las bebidas
fermentadas se vinculan elementos comunes en diversos contextos. Por
ejemplo en los casos de etnias africanas, comunidades campesinas de
Sudamérica y etnias como tarahumaras y huicholes se mantiene el empleo
de grandes tinajas que intervienen en el proceso de producción. Siendo
característico, también, el aditamento de lores, frutas u otros elementos que
dan un sabor especial a la bebida o simplemente sirven de catalizadores para
la fermentación. Esto es necesario mencionarlo pues en la muestra de los
gránulos de almidón se localizaron en 2 vasijas restos de camote, que por
sus características es un endulzante natural por su alto contenido de azúcar,
siendo interpretado como un elemento indispensable para la elaboración del
tesgüino. De la misma forma, los huicholes emplean musgos o líquenes,
mientras que las etnias africanas emplean plátanos, y así conseguir el mismo
efecto.
117
Revista Pucara, N.º 28 (99-122), 2017
Referencias bibliográicas:
118
Arqueología de las bebidas fermentadas: el caso de la chicha mesoamericana
119
Revista Pucara, N.º 28 (99-122), 2017
120
Arqueología de las bebidas fermentadas: el caso de la chicha mesoamericana
121
Revista Pucara, N.º 28 (99-122), 2017
Service, Elman R. (1975). Origins of the State and Civilization. The Process
of Cultural Evolution. W. Norton & Company INC, New York.
Simon, Arleyn, et al. (1998). Anthropological interpretations from
archaeological ceramic studies: an introduction. Journal of
anthropological research 54 (4).
Ulloa Miguel, et. al. (1987). Fermentaciones Tradicionales Indígenas de
México. Instituto Nacional Indigenista, Serie de Investigaciones
Sociales, Colección N.°16, México.
Valdéz, Francisco. (1994). Las áreas domésticas en el sitio San Juan,
Atoyac, Jalisco. En Contribuciones a la arqueología y etnohistoria
del Occidente de México, Eduardo Williams editor, El Colegio de
Michoacán, pp. 23-53, México.
Wilk, Richard L. and William L. Rathje. (1982). Household Archaeology.
In The American Behavioral Scientist, 25 (6): 617-639.
Winning, Hasso Von. (1996). Arte Prehispánico del Occidente de México.
El Colegio de Michoacán, Secretaria de Cultura de Jalisco, México.
122
Mujer, recogimiento y virtud: continuidad de los
paradigmas virreinales en la era republicana
Woman, coninement and virtue: the continuity of
colonial paradigms in the Republican era
Mulher, reclusão e virtude: continuidade de
paradigmas coloniais na era republicana
Tannia Rodríguez R.
e-mail: terry727ymedio@hotmail.com
Universidad de Cuenca (Ecuador)
Resumen
123
Revista Pucara, N.º 28 (123-143), 2017
Summary
In the Hispanic world, the life of women has been determined by the idea
of honor and sexual purity as an important element from the Colonial life.
This element was relevant after independence and liberalism too. Therefore,
in the irst Ecuadorian Republic, during the nineteenth century and early
twentieth centuries, the model of feminine holiness extolled the virginity
above the social ideal of the married woman and mother, more common
in the everyday life. This essay analyzes the historical and social network
and the economic and cultural implications of the constitution of the canon
of female sanctity on the nineteenth century. The enssay compares three
different periods: European Feudalism, the Colonia in Audiencia de Quito
and the Liberalism in the Ecuadorian Republic.
Resomo
***
124
Mujer, recogimiento y virtud: continuidad de los paradigmas virreinales en la era republicana
1. Mariana de Jesús Paredes y Flores nació en Quito y vivió entre 1618 y 1645.
Llevó una vida acorde al canon de santidad extendido por la difusión de obras literarias
y teológicas asentadas en un extremo misticismo, y escritas por los doctores de la Iglesia
durante el siglo XVI, especialmente Santa Teresa de Jesús, San Juan de la Cruz, y los
Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola.
125
Revista Pucara, N.º 28 (123-143), 2017
p. 49). Sin embargo, con el paso del tiempo las mujeres “se ganaron acceso
a muchas ocupaciones que posteriormente serían considerados trabajos
masculinos” (p. 49), se adaptaron a la nueva forma de vida y lo hicieron con
éxito.
126
Mujer, recogimiento y virtud: continuidad de los paradigmas virreinales en la era republicana
Este contexto en sí mismo explica por qué en los siglos siguientes la pureza
sexual y el honor vinculado a ella se constituyeron en un bien precioso
para las mujeres que lo usaron con el in de conservar su prestigio social y
resguardar su derecho de vivir en las ciudades.
127
Revista Pucara, N.º 28 (123-143), 2017
128
Mujer, recogimiento y virtud: continuidad de los paradigmas virreinales en la era republicana
129
Revista Pucara, N.º 28 (123-143), 2017
Más allá de una piedad lastimada, el problema de las mujeres sin marido
y sin dinero en la época virreinal es un real desamparo que las expone a
los abusos. Ana de la Santísima Trinidad maniiesta que la preocupación
que movió a la fundación del beaterio, en un inicio, no fue el anhelo de la
perfección espiritual de la vida claustral, sino el ver cómo la “necesidad”
lastimaba el alma de las mujeres desprotegidas que acudían a la confesión
empujadas desde “la prisión de la culpa” (p. 170). Hay una preocupación
por la deshonra de estas mujeres pobres que “venían a ser el escándalo de
esta República” (p. 170). En síntesis, hay que entender que aunque estas
mujeres no buscaren la vida religiosa, tendrían en el recogimiento un refugio
con el que podían defender su honra y, por supuesto, tendrían un respaldo
económico que solas les habría sido imposible conseguir6.
130
Mujer, recogimiento y virtud: continuidad de los paradigmas virreinales en la era republicana
Por un lado, aceptar el recogimiento fue aceptar que las mujeres tenían una
honra distinta a la de los hombres que había que defender de manera distinta
mediante, por ejemplo, esta forma de agrupación que, a la vez que ayudaba
a evadir la dependencia y el control masculino, supuso una imposición
disciplinaria. Por un lado, dejaba claro que los hombres no tenían acceso
a este espacio y, por lo tanto, se sobreentendía que las mujeres recogidas
conservaban su pureza sexual; y por otro lado, esta aceptación supuso un
desplazamiento progresivo pero deinitivo de la mujer de la esfera pública,
una vez que los beaterios –espacios comunes para mujeres del siglo– fueron
desapareciendo. Así, en la era republicana las mujeres fueron relegadas al
espacio privado del hogar sin la posibilidad de esa vida comunitaria que les
daba mayor independencia económica.
131
Revista Pucara, N.º 28 (123-143), 2017
El deseo de fundar un monasterio sobre las bases del beaterio está ligado a
esa idea de jerarquía que supone el prestigio social, un beneicio económico
y unos mayores beneicios espirituales, mas nunca los fundadores apelan a
los dos primeros. Así, fray Gaspar Losano, guía espiritual de las beatas, ante
la negativa del Deán de permitir que el beaterio se convierta en monasterio,
132
Mujer, recogimiento y virtud: continuidad de los paradigmas virreinales en la era republicana
133
Revista Pucara, N.º 28 (123-143), 2017
134
Mujer, recogimiento y virtud: continuidad de los paradigmas virreinales en la era republicana
La dirección espiritual, sobre todo la jesuita, implica una retórica común entre
la santa virreinal, Mariana de Jesús Paredes, y las santas republicanas que
hemos mencionado, y constituye un elemento central a la hora de pensar en la
construcción de la santidad en lo que hoy es Ecuador. Carlos Espinoza (2013)
empata la dirección espiritual ejercida por los jesuitas8 con el concepto de poder
pastoral de Foucault. Mira la dirección espiritual como “una forma de autoridad
que regulaba la subjetividad y la moral de los individuos y comunidades”
(Espinosa, 2013, p. 11). Se trata de una retórica confesional que implica conocer
la interioridad más profunda de las ovejas coniadas a cargo del director quien
guía las almas por los senderos de la santidad. Para Michel Foucault (1978),
el poder pastoral es uno de los efectos que produjo el enfrentamiento religioso
durante la reforma y la contrarreforma del siglo XVI. Según este autor, en este
período, se intensiicó el ‘pastorado religioso’ en ambos bandos:
135
Revista Pucara, N.º 28 (123-143), 2017
Así como Mariana de Jesús estuvo bajo la dirección del sacerdote jesuita
Alonso de Rojas, cuando Mercedes de Jesús Molina había abandonado
su vida acomodada y entrado como voluntaria al servicio de un orfanato
y cuando Narcisa de Jesús Martillo, tras la muerte de su padre, se trasladó
desde Nobol a vivir en Guayaquil, las dos tuvieron como guía espiritual,
entre otros, a los sacerdotes jesuitas Amadeo Milán y Domingo García,
quienes gozaban también de fama de santidad entre sus hijas espirituales y
tenía gran autoridad sobre ellas.
136
Mujer, recogimiento y virtud: continuidad de los paradigmas virreinales en la era republicana
ir. Sufrirás pero tu alma necesita por muchas miserias, ser puriicada con
frecuencia” (Milán 1864, pp. 628-629). A través de la confesión frecuente,
los directores conducen los progresos espirituales de sus hijas, a la vez que la
confesión se convierte en la clave de la intimidad entre el director y su hijo
espiritual. En ella, no hay mentiras, ni aspectos espirituales ni temporales
que escapen al conocimiento del director.
137
Revista Pucara, N.º 28 (123-143), 2017
138
Mujer, recogimiento y virtud: continuidad de los paradigmas virreinales en la era republicana
Desde la segunda mitad del siglo XIX, se sintieron las tensiones entre
los bandos conservador y liberal. Las disputas ideológicas se fueron
intensiicando en la Asamblea Constituyente luego de la muerte de García
Moreno hasta que el 4 de septiembre de 1895 triunfó, con la lucha armada,
el liberalismo. Poco a poco, las tensiones en la Asamblea y en las calles
fueron subiendo de tono. Al inicio, el liberalismo cuidó de no ofender las
creencias del pueblo; pero, con la segunda constitución que sucedió bajo su
mandato (1906), el liberalismo, como fruto de un intenso debate, dictó leyes
que buscaron decididamente la secularización del Estado.
En la Carta Magna liberal de 1906 nació el germen real del estado laico:
“…separación de la Iglesia y el Estado, Educación Laica, libertades
de conciencia y de culto, etc.” (Ayala, 1980, p. 22). A la sombra de las
discusiones que dieron como resultado esta constitución, se halla también el
problema de los monasterios femeninos.
Los debates sobre la secularización del estado iniciaron oicialmente con las
discusiones para la aprobación la Constitución de 1897. De dichas discusiones
interesa destacar aquellas que tuvieron que ver con el cuestionamiento de la
mentalidad católica, en general, y el monaquismo, en particular. Los liberales
argumentaron a favor del cierre que los monasterios propagaban el retraso de
la nación porque se asentaban en el ascetismo heredado de la etapa virreinal.
no existían beaterios donde las mujeres separadas de sus maridos podían refugiarse para
tener un apoyo moral y proteger sus bienes.
139
Revista Pucara, N.º 28 (123-143), 2017
140
Mujer, recogimiento y virtud: continuidad de los paradigmas virreinales en la era republicana
141
Revista Pucara, N.º 28 (123-143), 2017
Fuentes primarias:
Referencias bibliográicas:
142
Mujer, recogimiento y virtud: continuidad de los paradigmas virreinales en la era republicana
143
La deconstrucción de los sentidos
en la percepción del arte, estudio de la deconstrucción
para una propuesta plástica
Deconstructing sense in the perception of art,
study for plastic proposal deconstruction
Déconstruire sense dans la perception de l’art,
étude de plastique proposition deconstruction.
Resumen
Abstract
145
Revista Pucara, N.º 28 (145-158), 2017
work. To carry out the study, irst the theory expressed by Derrida, the same
which is based precisely on sensory deconstruction and its relationship with
the visual arts will be addressed. The functions that the speech attributed to
the senses, and inally a plastic proposals, based on the deconstruction of
various objects will be presented then will question.
Résumé
Cet essai est une analyse de la déconstruction des sens dans la perception
artistique, ain de fournir une proposition plastique de l’auteur de l’essai.
Pour réaliser l’étude, d’abord la théorie exprimée par Derrida, le même qui
est basée précisément sur la déconstruction sensorielle et sa relation avec les
arts visuels sera abordée. Les fonctions que le discours attribué aux sens, et
enin une proposition plastique, basé sur la déconstruction de divers objets
interrogent alors seront présentés.
***
146
La deconstrucción de los sentidos en la percepción del arte
Brunnette & Wills (1990) exponen, en una entrevista con el mismo Derrida,
el pensamiento del autor en relación a la producción artística. Los autores
indican que, para el ilósofo, una simple lectura de algún texto lleva consigo
la producción de una obra, pues, la misma deconstrucción lo consigue.
De igual manera estos autores, en la misma entrevista, dan a conocer el
pensamiento del pensador en relación al arte. Pues bien, Derrida no solo
se ijaba en el texto literario o ilosóico, también centraba su atención a las
artes plásticas. Es decir, en lo pictórico no existe lo esencial, aquella “verdad
interpretada” está llena de límites y márgenes nulos en torno a la obra de
arte.
147
Revista Pucara, N.º 28 (145-158), 2017
148
La deconstrucción de los sentidos en la percepción del arte
1.1. Análisis de las explicaciones dadas a los sentidos. Los sentidos son
órganos corporales que recogen la información de la realidad para que el
cerebro la interprete. Son distintas puertas que permiten conocer el mundo
externo, a través de estímulos sensoriales. Para Lowenstein, traducido por
Almela (1969, pág. 200) los sentidos son medios para recibir estímulos
sensoriales, y permiten conducir la información hacia el cerebro. Por su parte,
Ferrater (2001) señala que los sentidos están estrechamente relacionados con
los órganos biológicos externos que permiten el contacto con la realidad.
1.2. Los sentidos y el arte plástico. Oliveras (2006) considera que el arte
plástico puede ser percibido por algo más allá de los sentidos, la percepción.
Pues, solo con la percepción una obra permanece en la mente de un lector
u observador, los sentidos solo atrapan el arte en el momento, mientras
que la percepción la mantiene en la memoria por el resto del tiempo. Esta
categoría da origen a las sensaciones, que para Hatecauer, citado por el autor
ya indicado, son objetivas más que subjetivas como se ha venido tratando en
el arte hasta ese entonces.
Valery, traducido por Conte & Catejón (1987), por su parte, sostiene que
el arte plástico tiene una relación muy cercana a la percepción visual, ya
149
Revista Pucara, N.º 28 (145-158), 2017
150
La deconstrucción de los sentidos en la percepción del arte
3. Diseño de la obra
3.1. Los recursos. Objetos que normalmente son utilizados con un único
propósito. Por ejemplo, orejeras para evitar los sonidos molestosos en
la construcción de ediicaciones, grifos de agua, sillas, pistola de silicón,
taladro manual, amoladora para lijar lo áspero, mascarillas para evitar los
olores dañinos y anteojos para mejorar la visibilidad o para protegerse de
los rayos solares.
3.2. El espacio. Puesto que todos los objetos son portátiles no requieren
de una instalación precisada en cuanto a espacio, no obstante, se sugiere
ubicarlos en lugares poco apropiados para el arte.
151
Revista Pucara, N.º 28 (145-158), 2017
4. Presentación de la obra
Fotografía 1.
Máquina para el autófago.
152
La deconstrucción de los sentidos en la percepción del arte
Fotografía 2.
Audífonos para que gotee lo que no quise escuchar.
En Audífonos para que gotee lo que no quise escuchar, se han utilizado orejas
que evitan el ruido de maquinarias de construcción, pero para deconstruir el
signiicado se han empleado llaves de grifo, pues, se pretende mostrar la
intención de dejar escapar, como gotas o chorros de agua, aquello que nunca
se quiso escuchar, como sermones religiosos, educativos o familiares, pero
que, sin embargo, se deben escuchar porque la sociedad los ha impuesto.
Ahora, el agua es un elemento muy importante, pues se pretende mostrar la
puriicación y la limpieza de aquellas cosas que están siendo desechadas por
los oídos.
153
Revista Pucara, N.º 28 (145-158), 2017
Fotografía 3.
Máquina para un cambio extremo.
5. Análisis estético
154
La deconstrucción de los sentidos en la percepción del arte
Por otra parte, para analizar la estética, se parte de la obra Rojas (2016)
quien señala una relación entre composición, forma y distinción de una pieza
artística. El autor maniiesta la diferencia entre un primer sistema: forma y
medio. La forma crea un espacio marcado denominado Medio, que es la
pluralidad de posibles opciones que responden a la unidad de un elemento.
En otras palabras, el medio es el universo en donde se desarrollan las formas,
creando una posibilidad de forma-medio-formas-elementos.
Ahora, la gran diferencia entre estos elementos es que el medio no está sujeto
al cambio, es más duradero, mientras que la forma está condicionada a la
evolución que puede ocasionarse en el ámbito, es una distinción de carácter
temporal, más que espacial. Por otra parte, el autor destaca que una obra
no puede ser percibida únicamente desde el medio, puesto que se origina,
necesariamente, de la forma, es decir de las transformaciones.
155
Revista Pucara, N.º 28 (145-158), 2017
Esta teoría analizada, a la que el autora la llama como “Teoría o Problema de los
Sistemas” es muy importante para analizar una obra, y también para sustentar la
presente propuesta investigativa. Pues, esta teoría origina lo que el autor llama
heterónimos. Un heterónimo parte desde una icción o discurso ya dado, que
debido a la fragmentación da la posibilidad de otras lecturas, que han estado
presentes en los puntos de vista olvidados en la misma obra, o que en muchas
veces, han sido ignorados. Como gran ejemplo a este discurso fragmentado, en
muchos campos artísticos han surgido diferentes corrientes como: McOndo en
literatura, una corriente que parte desde el Realismo Mágico para acercarse al
Realismo Virtual y Consumista de la era posmoderna (O’bryen, 2011).
156
La deconstrucción de los sentidos en la percepción del arte
Referencias bibliográicas:
157
Revista Pucara, N.º 28 (145-158), 2017
158
Escritura de mujeres: daño ambiental, orden materno,
cartografías de la violencia
Womens’ writing: environmental damage, maternal
order, cartographies of violence
Resumen
159
Revista Pucara, N.º 28 (159-179), 2017
Sumary
This essay aims to present a reading around three contemporary novels written
by women in Latin America, from a perspective that invites us to rethink the
relationship with nature, on the horizon of affection and a political strategy
that matches well with what Arturo Escobar calls “the defense of place.”
The work seeks to articulate the mechanisms of environmental destruction
and the impact of toxic discourse on the stage of a relection anchored in
violence, motherhood and femicide, in dialogue with gender studies and an
ecocritical approach. La loca de Gandoca, 1991, by Anacristina Rossi (Costa
Rica); Distancia de rescate, 2014, by Samanta Schweblin (Argentina); and
Poso Wells, 2007, by Gabriela Alemán (Ecuador) are the corpus selected to
think about the issues raised.
***
Introducción
160
Escritura de mujeres: daño ambiental, orden materno, cartografías de la violencia
161
Revista Pucara, N.º 28 (159-179), 2017
Profanación
162
Escritura de mujeres: daño ambiental, orden materno, cartografías de la violencia
163
Revista Pucara, N.º 28 (159-179), 2017
164
Escritura de mujeres: daño ambiental, orden materno, cartografías de la violencia
165
Revista Pucara, N.º 28 (159-179), 2017
166
Escritura de mujeres: daño ambiental, orden materno, cartografías de la violencia
mar selva virgen y atrás bosque secundario. Entre esos trescientos metros de selva virgen
y el bosque secundario estaba mi casita. […] En eso salió de la selva de enfrente un
oso caballo […]. Me apuntó con el hocico por un tiempo que a mí me pareció ininito
[…]. Y entonces yo supe lo que tenía que hacer. Tenía que quedarme y luchar por los
osos caballos, que estaban extinguiéndose. Yo le fallé al oso caballo. A pesar de todas
mis luchas ese animal se extinguió en esa parte de Costa Rica. Desde el punto de vista
de la petición que el animal –o el universo a través de él– me hiciera, fallé. La loca
de Gandoca fue un fracaso estruendoso pues no logré salvar a los osos caballos de
su extinción […]. Lo que sí hizo la novela fue poner sobre la mesa de las discusiones
públicas el tema ambiental y de la corrupción…. (30 de julio 2015).
10. Escobar, Arturo, “El lugar de la naturaleza y la naturaleza del lugar:
¿globalización o posdesarrollo?”, en Lander, E. (compilador). (1993). La colonialidad
del saber: eurocentrismo y ciencias sociales. Perspectivas latinoamericanas. Buenos
Aires: CLACSO.
167
Revista Pucara, N.º 28 (159-179), 2017
168
Escritura de mujeres: daño ambiental, orden materno, cartografías de la violencia
169
Revista Pucara, N.º 28 (159-179), 2017
170
Escritura de mujeres: daño ambiental, orden materno, cartografías de la violencia
ciudad. El relato es empujado por las preguntas que formula David, frente
a las cuales Amanda recuerda y narra en un estado de situación vital límite.
El luir del relato responde al imperativo dictado por David: reconocer el
punto exacto en el que acontece un suceso accidental que interrumpe el
curso de la vida, que paraliza la potencia corporal (el punto exacto en el
que los gusanos tocan el cuerpo por primera vez). Se trata de un suceso
apenas perceptible en el torbellino del acontecer cotidiano, pero de impacto
mortal para el entorno biofísico y humano: un episodio minúsculo que tensa,
hasta romper, el hilo invisible que une el cuerpo a cuerpo de madre e hija.
El tóxico accidentalmente regado en el campo de soja ha tocado, de manera
azarosa y casi imperceptible, los cuerpos de Amanda y la pequeña Nina.
La invisibilidad del peligro hace eco de lo que Ulrich Beck deinió como
la “sociedad de riesgo”: “Muchos de los nuevos riesgos (contaminaciones
nucleares o químicas, sustancias nocivas en los alimentos, enfermedades
civilizatorias) se sustraen por completo a la percepción humana inmediata”
(1998, 33). En el mundo contemporáneo, los peligros no siempre son visibles
ni perceptibles. La realidad que desactiva el funcionamiento de la distancia
de rescate, que pone en peligro su justa medición coincide con esa suerte de
segunda realidad a la que alude Beck: una que contiene sustancias peligrosas
no perceptibles, que supone una pérdida de la soberanía cognitiva, puesto
que los afectados desconocen los patrones de valoración con respecto a la
propia situación de riesgo: En el pueblo “No todos sufrieron intoxicaciones.
Algunos ya nacieron envenenados, por algo que sus madres aspiraron en el
aire, por algo que comieron o tocaron” (Schweblin, 104). El lector conoce,
en el curso de los diálogos de ambas madres, que David, aún más pequeño,
casi muere también intoxicado: acuclillarse en el riachuelo, meter las manos
en el agua, chuparse los dedos, son acciones cotidianas que sin embargo
encadenan una metonímica del peligro.
171
Revista Pucara, N.º 28 (159-179), 2017
por salvar la vida del hijo conduce a los personajes a una serie de acciones
radicalmente divorciadas de toda lógica racional: lo anómalo, la cercanía
e invisibilidad del peligro, moviliza mecanismos mágicos para resistir y
gestionar la vida. La vida se vuelve frágil al menor descuido: los cuerpos
tocan la tierra, el agua o el aire que bien pueden estar envenenados: “Con
qué fue que se intoxicó”, pregunta Amanda a Carla a propósito del accidente
ocurrido a David, “Eso pasa, Amanda, estamos en un campo rodeado de
sembrados. Cada dos por tres alguno cae, y si se salva igual queda raro. Los
ves por la calle, cuando aprendés a reconocerlos te sorprende la cantidad que
hay” (Schweblin, 70). La escritura trabaja la experiencia del dolor y el miedo
frente a una realidad familiar e incomprensible, que pone en riesgo la vida.
El logro de la escritora es trabajar con una palabra que porta los efectos del
veneno en el cuerpo: la palabra que emite un cuerpo envenenado, aiebrado,
desorientado, un cuerpo materno que habla desde la agonía. Descoloca
al lector la ubicuidad de la palabra de David, pues resulta difícil precisar
desde dónde habla y quién realmente habla bajo su nombre. Una extraña
práctica de transmigración ejercida sobre el cuerpo del pequeño David
en el momento del accidente para salvarlo, parece haber divorciado el
172
Escritura de mujeres: daño ambiental, orden materno, cartografías de la violencia
173
Revista Pucara, N.º 28 (159-179), 2017
Cartografías
174
Escritura de mujeres: daño ambiental, orden materno, cartografías de la violencia
175
Revista Pucara, N.º 28 (159-179), 2017
176
Escritura de mujeres: daño ambiental, orden materno, cartografías de la violencia
***
177
Revista Pucara, N.º 28 (159-179), 2017
Referencias bibliográicas:
178
Escritura de mujeres: daño ambiental, orden materno, cartografías de la violencia
179
Los límites de lo íntimo.
Relexiones sobre la ‘escritura privada’ a partir de la
novela póstuma de José María Arguedas
The limits of the inmost.
Some notes about ‘private writing’ around the
posthumous novel by José María Arguedas
Os limites da íntima.
Algumas notas sobre a ‘escrita privada’ a partir do
romance postumo de José María Arguedas
Resumen
181
Revista Pucara, N.º 28 (181-200), 2017
Abstract
Taking as a starting point the diaries included in the last, uninished novel
by Jose María Arguedas, El zorro de arriba y el zorro de abajo (1971),
the article seeks to relect on the conlictive relations between experience
and writing. Being intimate diaries, in principle, a form of private writing
—and as such a form that works outside the public act of publishing—,
their presence in a novel raises a contradiction which implies questioning
the status of language as code and vehicle capable in theory to articulate a
sense of human experience. The article takes up this alleged contradiction
and, following the visible process in the posthumous novel by Arguedas,
draws a look that calls into question the usual notions of “intimate” and its
relationship with writing, representation and art.
Resumo
182
Los límites de lo íntimo: Relexiones sobre la ‘escritura privada’
***
“En abril del 66 esperé muchos días que llegara el momento más oportuno
para matarme”. Esto lo escribía José María Arguedas el 10 de mayo de 1968,
poco más de un año antes de que se pegara un tiro en la cabeza al interior
de un baño de la Universidad Agraria de Lima el 28 de noviembre de 1969,
acción causante de una herida por la cual murió cinco días después. Un poco
más abajo en ese mismo escrito, decía: “Hoy tengo miedo, no a la muerte
misma sino a la manera de encontrarla. […] Quien está como yo, mejor es
que muera” (Arguedas, 2006: 18).
183
Revista Pucara, N.º 28 (181-200), 2017
184
Los límites de lo íntimo: Relexiones sobre la ‘escritura privada’
habitan, estos diarios se muestran como una grieta que parte el cuerpo mismo
de la escritura y permite aventurar la mirada hacia sus recovecos interiores.
Es, podría decirse, una puerta de acceso para recorrer el rostro oscuro de
la escritura misma, a través de sus complejas motivaciones, sus espinosos
conlictos y sus abisales incógnitas. En ello radica tanto la agudeza de su
valor como testimonio vital de una experiencia puesta al desnudo como la
medida justa de su profunda belleza literaria.
II
185
Revista Pucara, N.º 28 (181-200), 2017
186
Los límites de lo íntimo: Relexiones sobre la ‘escritura privada’
“inocente de proyecto” (2009: 132). Siendo como es una práctica que hace
el individuo de recordarse a sí mismo lo que él es para sí mismo en el rango
de lo cotidiano, tal parecería que al diario íntimo no se le niega la opción de
erguirse como un espacio de verdadera acción volitiva, y, por lo tanto, de
constituirse en un ejercicio de auténtica libertad.
III
187
Revista Pucara, N.º 28 (181-200), 2017
188
Los límites de lo íntimo: Relexiones sobre la ‘escritura privada’
Las escrituras, narrativas o icciones del yo, como se colige de este breve
vistazo, implican una complejidad que desborda la mera escritura y/o
publicación de diarios, y que en conjunto plantean un problema en el seno
mismo de la capacidad de la escritura por representar la intimidad.
Veámoslo en Arguedas.
IV
posibilidad de vida. Escrituras íntimas (2006). Otros autores que han tratado el tema son
los españoles Julio José Ordovás (“De diarios, diaristas, académicos, lectores y mesas
de novedades”, 2002), Anna Agustí Farré (“Autobiografía y autoicción”, 2006), los
argentinos José Amícola (“Autoicción, una polémica literaria vista desde los márgenes
(Borges, Gombrowicz, Copi, Aira)”, 2008), Julia Musitano (“Autoicción: ¿género
literario o estrategia de autoiguración?”, 2010) y Rita de Grandis (“El ensayo como
escritura del yo”, 2010), el francés Jean-Philippe Miraux (L’autobiographie: Écriture de
soi et sincerité, 1996) y el norteamericano Michael Sprinker (“Fictions of the Self. The
End of Autobiography”, 1980).
189
Revista Pucara, N.º 28 (181-200), 2017
crítica de este como respuesta a las declaraciones del primer diario que abre
su novela, aclarando para ello que “la nota con que pretendo bajar a don Julio
[…] de su lamígero caballo” ha sido “escrita y publicada” (2006: 196).3
190
Los límites de lo íntimo: Relexiones sobre la ‘escritura privada’
Esto último, sin duda, es lo que ha ocurrido con los diarios presentes en
la novela póstuma de Arguedas. De hecho, la necesidad de trasponer las
barreras supuestas de la escritura íntima hacia una apertura relativamente
amplia está presente todo el tiempo en los diarios de El zorro de arriba y
el zorro de abajo. La presencia de un lector implícito y aún de un proyecto
público para sus diarios es totalmente evidente en fragmentos como el que
sigue, escrito durante algún momento de la estadía de Arguedas en Chile,
cuando se aventura a comparar a García Márquez con doña Carmen Tripha,
una criada de Cuzco muy hábil para contar historias: “Creo que de puro
enfermo del ánimo estoy hablando con «audacia». Y no porque suponga que
estas hojas se publicarán solo después de que me haya ahorcado o me haya
destapado el cráneo de un tiro, cosas que, sinceramente, creo aún que tendré
que hacer. […] Puede también que me cure aquí, en Santiago. […] Y si me
curo y algún amigo a quien respeto me dice que la publicación de estas hojas
serviría de algo, las publico. Porque yo si no escribo y publico, me pego un
tiro” (Arguedas, 2006: 25-26).
Habría que pensar, entonces, que el estatuto de los textos de Arguedas que
él mismo ha titulado como “diarios” exceden la pretensión que le habíamos
atribuido a esa instancia como categoría de escritura. Los diarios de Arguedas
son a la vez diarios y algo más: son creaciones lingüísticas furiosamente
auténticas que provienen de una conciencia en debate con su propio ser, y
como tales pugnan tanto por hundirse en la más insondable intimidad como
por declararse abiertas al mundo público con el que debaten y al que a la vez
aceptan e impugnan. Los diarios de Arguedas son el producto del conlictivo
deterioro de la vida —él mismo lo dice en algún momento: “No es un diario;
solo escribía algo cuando estaba decidido a quitarme la vida de puro inútil
y deteriorado” (2006: 99)—; construcciones que no habitan solamente las
fronteras pretendidamente a-sociales y privadas de la escritura íntima, ni
que tampoco aparecen como meras estrategias retóricas de articulación de la
novela que componen, sino que se muestran como ejercicios vivenciales que
ponen en juego la plena conciencia de un ser, de un aquí y un ahora —el de
Arguedas en su camino al suicidio— en debate continuo entre su interioridad
y su exterioridad, entre su costado íntimo y su universo público. Acaso son
diarios solo por accidente: palabras que se pretenden proferidas al margen
191
Revista Pucara, N.º 28 (181-200), 2017
de la ley, fuera del régimen de la tacha, pero que necesitan ser convertidas en
producto público para ser por ese medio sopesadas en su articulación con el
mundo al que pertenecen y que pretenden explicar desde la intimidad.
El mismo Arguedas lo deja ver en su momento con una frase que se acerca
al ánimo de una interjección: “¡Cuánto me cuesta encontrar los términos
necesarios!” (2006: 19). La exclamación aparece entre paréntesis en el
cuerpo del primer diario, en cierta forma mostrándose ajena al texto, y lo
hace durante el relato de un momento en apariencia trivial: Arguedas se ha
acercado a un chancho en San Miguel de Obrajillo y ha logrado rascarle la
cabeza, ante lo cual el animal da visibles muestras de placer. Continuando la
lectura, parecería que es esa diicultad de encontrar los “términos necesarios”
lo que despliega en el texto una elaboración poética, cercana al registro
de la lírica, que intensiica el momento narrado y lo lleva al plano de una
experiencia diríase casi mística:
192
Los límites de lo íntimo: Relexiones sobre la ‘escritura privada’
El texto sigue con una relexión poética sobre las cascadas del Perú y su inlujo
en la conciencia de quien escribe (“[ellas] alentarán en mis ojos instantes antes
de morir”), convirtiendo el momento en una suerte de epifanía jubilosa que
rescata al narrador de sus angustias y lo lleva a escapar momentáneamente
de su caída hacia el suicidio (“Felizmente las pastillas —que me dijeron que
eran seguras— no me mataron”). El fragmento aparece, por tanto, como una
profusión de términos “necesarios” al autor para cumplir con su intención de
transmitir o plasmar su experiencia a través de un enunciado (el texto de su
diario), aun cuando en su inicio era el propio Arguedas quien se lamentaba
de la diicultad constitutiva de querer hacerlo.
193
Revista Pucara, N.º 28 (181-200), 2017
194
Los límites de lo íntimo: Relexiones sobre la ‘escritura privada’
la palabra. De ahí que para Arguedas exista una suerte de contradicción entre
la urgencia de la escritura —“estoy escribiendo nuevamente un diario, con
la esperanza de salir del inesperado pozo en que he caído” (2006: 199)— y
el distanciamiento con aquello que se ha propuesto decir a través de ella
—“estos ‘Zorros’ se han puesto fuera de mi alcance, corren mucho o están
muy lejos” (2006: 202)—. Sin embargo —y suiciente prueba es que ahora
como lectores tengamos en nuestras manos un ejemplar de esos “Zorros”—,
persiste sin tregua la escritura como voluntad y como hecho concreto, y su
deseo de mundo no llega a verse interrumpido sino con el silencio radical
que supone la muerte real de su ejecutor.
Pérez Villalobos, siguiendo las ideas de Lejeune, sostiene que la escritura del
diario supone un “pacto autobiográico”, aceptado tanto por el lector como por
el escritor, que implica una identiicación de autor, narrador y personaje, esto
es, “la identidad del sujeto de la enunciación y del sujeto del enunciado” (Pérez
Villalobos, 2009: 132). Si bien este principio puede sostenerse en el sentido
teórico referido de ‘pacto implícito’, habría que oponerle —y lo hace Pérez
Villalobos, siguiendo a Lacan—7 el planteamiento contrario: ambos sujetos
son irreconciliables en tanto “el sujeto que dice no es un sujeto autoconsciente
que se apropia volitivamente de la lengua, sino que más bien depende de ella”
(2009: 133). En ese sentido, el yo que enuncia no puede ser lo mismo que
el yo del enunciado, pues este es un elemento (un “giro” si se quiere) que
lo designa. Dicho de otra forma, el sujeto que enuncia, para enunciar, está
195
Revista Pucara, N.º 28 (181-200), 2017
Pérez Villalobos parece pasar por alto las implicaciones profundas de este
hecho cuando de todas formas le concede a la escritura del diario “un lugar
más cercano a la enunciación que otro tipo de literatura”, con lo cual “la
expectativa de leer un diario íntimo es [para él] concomitante a la promesa
de ingresar a un secreto —al secreto de la manuscripción, de una mano, de un
cuerpo que se inscribe, más acá de la impostación de la lengua pública, en la
intimidad acaso insigniicante de su soledad” (2009: 133). Pero aquí olvida la
evidencia —la hemos visto en Arguedas— de que no existe nada “más acá de
la impostación de la lengua pública”, en tanto no existe posibilidad de lengua
que quede por fuera del ámbito externo de su utilización por una comunidad
196
Los límites de lo íntimo: Relexiones sobre la ‘escritura privada’
humana que la justiique como tal. Acaso la marca del conlicto que nos ha
sido legada en las páginas de la última gran novela del escritor peruano pueda
servirnos de muestra de esta condición propia de la experiencia de mundo y
por tanto inherente a todo lo humano.
VI
“He luchado contra la muerte o creo haber luchado contra la muerte, muy
de frente, escribiendo este entrecortado y quejoso relato. Yo tenía pocos y
débiles aliados, inseguros; los de ella han vencido. Son fuertes y estaban
bien resguardados por mi propia carne. Este desigual relato es imagen de la
desigual pelea” (Arguedas, 2006: 271).
197
Revista Pucara, N.º 28 (181-200), 2017
estatuto social y exterior del lenguaje como recurso que permite su existencia.
Aún más, se trata del conlicto que gravita sobre la relación de las nociones
mismas de subjetividad y palabra, de intimidad y lengua. La pregunta
de fondo sigue siendo, entonces, cómo puede una escritura pretender lo
íntimo si para ser escritura necesita inevitablemente anclarse en el ámbito
del lenguaje, que es, por deinición, público. A su vez, queda planteada la
incógnita de hasta qué punto puede el ser humano asumirse como dueño
de una conciencia verdaderamente individual mientras para hacerlo parezca
estar condicionado a la utilización de un mecanismo externo a él y que lo
supedita a una normativa institucionalizada socialmente, lo cual determina
una normativa de poder.
Acaso eso fue lo que Arguedas conquistó con el silencio furibundo que
cierra su última novela. No otra cosa le era posible desde el dolor que le
ocasionaba su conciencia íntima al ser desgarrada por el vacío abisal de las
palabras. No otra cosa pueden lograr vida y muerte en su perpetuo diálogo
de signiicación.
198
Los límites de lo íntimo: Relexiones sobre la ‘escritura privada’
Referencias bibliográicas:
199
Revista Pucara, N.º 28 (181-200), 2017
200
Noticia de los autores
201
Pensamiento crítico-literario de Alejandro Moreano. La literatura como
matriz de cultura, Tradición marxista, cultura y memoria literaria: Agustín
Cueva, Bolívar Echeverría y Alejandro Moreano, Jorge Icaza y Pablo Palacio:
vanguardia y modernidad, son los títulos de sus últimas publicaciones, en
calidad de autora y editora.
202
Noticia de los autores
203
Tannia E. Rodríguez Rodríguez. (Ambato-Ecuador, 1978). Es Licenciada
en Ciencias de la Educación en la Especialidad de Lingüística, Literatura
y Lenguajes Audiovisuales (2006) y Máster en Teoría y Filosofía del Arte
por la Universidad de Cuenca (2013). Es Máster en Filología Hispánica por
el Consejo Superior de Investigaciones Cientíicas de Madrid (2009). Ha
participado como ponente en varios congresos sobre arte, literatura, y cultura
latinoamericana a nivel nacional e internacional. Es autora de los poemarios
Salmodia a la Derrota (2005) y El fruto del paraíso (2015) y ha publicado
otros textos de creación, crítica literaria y teoría artística. Actualmente, es
docente de la Universidad de Cuenca y estudiante del Doctorado en Historia
de los Andes en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales
(FLACSO-Ecuador).
204
PUCARA
Información a los autores
Normas de publicación:
205
investigación originales que constituyan un aporte signiicativo al campo
especíico sobre el que versan.
3. Los trabajos deben ser inéditos, escritos en el idioma del que tratan, y no
estar sometidos a evaluación simultánea en otra revista.
4. Los trabajos tipo A tendrán una extensión máxima de veinte páginas, y los
de tipo B no pasarán de seis.
7. Los trabajos tipo B serán revisados por el Consejo Editorial, que decidirá
sobre su publicación.
206
Información a los autores
Artículos:
207
Desarrollo, Conclusiones y Bibliografía. Cada autor es libre de amalgamar
o subdividir estas categorías, pero deberán estar presentes de algún modo
como muestra de que la investigación se ajusta a los patrones generales
de la ciencia.
208
Información a los autores
8.3. Las referencias se relacionarán al inal del trabajo por orden alfabético.
Deberán aparecer todos los autores y trabajos citados. No se incluirán
referencias a autores o publicaciones no mencionados en el cuerpo del
artículo.
Reseñas:
Al igual que los artículos, se incluirá una página inicial independiente que
contendrá a) la fecha de realización de la recensión, b) el nombre del autor,
c) la institución a la cual está adscrito y d) sus direcciones (de domicilio y
trabajo), correo electrónico y teléfonos.
209
Informaciones inales:
1. Todos los trabajos incluirán en una hoja aparte un breve currículo del
(de los) autor(es) con una extensión de diez líneas, en el que se describa
su peril académico y profesional, así como sus principales líneas de
investigación.
PUCARA
Revista de Humanidades y Educación
Facultad de Filosofía, Letras y Ciencias de la Educación
Universidad de Cuenca
Av. 12 de abril. Ciudadela Universitaria.
Teléfono (593) 07 4051125
e-mail: pucara@ucuenca.edu.ec
Cuenca – Ecuador
210
Revista de Humanidades y Educación
Pucara
Facultad de Filosofía,
Letras y Ciencias de la Educación