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Universidad

Autónoma
de Durango

Alumna: Catiúscia Aparecida Barrilli


Licenciatura en Nutrición – 4° Cuatrimestre
Disciplina: Dietética
Maestro: Lic. Rafael Aguilar Hernández
Cancún, 21 de junio de 2023
Nutrición
del recién
nacido
Características del recién nacido

• Se considera recién nacido normal aquel que


nace entre las semanas 37 y 42 de gestación,
• Con un peso entre 2.500 y 4.000 g,
• y sin patología presente o probable.
Peculiaridades

• Aparato digestivo. En el recién nacido normal existe dificultad para la deglución de los
alimentos sólidos y parcialmente para las sustancias oleosas, que pasan con facilidad a las
vías aéreas.
• El estómago es pequeño, con una capacidad media de 20-30 ml. Existe hipervagotonía, que
condiciona un tránsito intestinal rápido. Puede existir de forma fisiológica un reflujo gastroesofágico
por incompetencia del esfínter esofagogástrico, dando lugar a bocanadas con el eructo.

• El hígado presenta una insuficiencia, fundamentalmente enzimática, que le dificulta la


glucuronoconjugación de la bilirrubina y la síntesis de protrombina.

• Aparato urinario. La función renal es inmadura. Están disminuidas la filtración glomerular, la


capacidad de concentración tubular y el aclaramiento de urea, creatinina y ácido para-amino-
hipúrico (PAH), aproximadamente en un tercio de lo normal en otras edades, de manera que
se necesitan mayores aportes hídricos y se debe evitar una alimentación concentrada.
Patrones de crecimiento

• Al nacimiento, las proteínas representan un 11-12% del peso corporal, y la grasa


supone una proporción aún mayor.
• Los recién nacidos a término son capaces de soportar durante los primeros
días de vida una situación de ayuno relativo gracias a sus reservas energéticas
(≃ 6.800 kcal), compuestas en su mayoría por grasas (75%) y glucógeno (1%).
• El recién nacido a término pierde durante los primeros días un 5-8% de su peso
en forma fundamentalmente de agua, siendo esa pérdida máxima al quinto día
de vida.
• El recién nacido recupera su peso al nacimiento al décimo día de vida. Una vez
transcurrido este periodo y establecida una correcta alimentación mediante
lactancia materna, o artificial en su defecto, la ganancia de peso debería ser de
15 a 30 g al día.
Valoración nutricional
Parámetros de crecimiento

• El estado de salud del recién nacido se valora con base en varios indicadores
de crecimiento y desarrollo que se presentan después del nacimiento:

• peso al nacer, talla y circunferencia craneal para la edad gestacional.

• La designación “pequeño para la edad gestacional”—también denominada


“pequeño para la fecha”, “retraso del crecimiento intrauterino o “restricción
del crecimiento intrauterino”— significa que el peso del recién nacido cae por
debajo del percentil 10 de peso para la edad gestacional.

• Los recién nacidos que se encuentran por arriba del percentil 90 se


consideran grandes para la edad gestacional.

• Los que se hallan entre estos valores son adecuados para la edad
gestacional.
Valoración nutricional
Parámetros metabólicos

• Existen también parámetros bioquímicos que


orientan sobre el estado de nutrición de los
recién nacidos:
• glucemia, calcio, fósforo, proteínas totales, fosfatasa
alcalina, colesterol, triglicéridos, y otros.
Valoración nutricional
Indicadores de nutrición inadecuada

Debe sospecharse una nutrición inadecuada del neonato ante diversas situaciones:

• Falta de crecimiento.

• Acidosis metabólica con aumento del nitrógeno ureico (BUN).

• Aumento de la fosfatasa alcalina con disminución del calcio y del fósforo.

• Pérdida de cabello, lesiones cutáneas, falta de cicatrización de las heridas.

• Aumento de la bilirrubina directa, de la fosfatasa alcalina y de las transaminasas.


Requerimientos nutricionales

• Las características propias del recién nacido limitan el


manejo de ciertos nutrientes.
• El riñón del neonato se caracteriza por una menor capacidad
para concentrar la orina y excretar una carga ácida. Se
evidencia también una elevada excreción fraccional de sodio
y una incapacidad para reabsorber la glucosa y el
bicarbonato.
• El aparato gastrointestinal también presenta características
especiales, tales como menor volumen y retraso en el
vaciamiento gástrico, menor actividad de la lipasa
pancreática y menor secreción ácida del estómago.
Requerimientos nutricionales
Necesidades de energía

Las necesidades energéticas de los lactantes típicos son más elevadas por cada kilogramo de peso corporal que en
cualquier otro momento de la vida.

La escala de requerimientos energéticos de los lactantes individuales es muy amplia y abarca de 80 a 120 cal/kg de peso
corporal. La necesidad promedio de energía en los lactantes durante los primeros seis meses de vida es de 108 cal/kg de
peso, con base en el crecimiento en lactantes alimentados al seno materno. De los 6 a los 12 meses de edad, la necesidad
energética promedio es de 98 cal/kg.

Los factores que explican la diversidad de necesidades de energía en los lactantes incluyen los siguientes:
● Peso.
● Tasa de crecimiento.
● Ciclo de sueño/vigilia.
● Temperatura y clima.
● Actividad física.
● Respuesta metabólica a la comida.
● Estado de salud y recuperación de enfermedades.
Requerimientos nutricionales
Requerimiento hídrico

Las necesidades hídricas vienen determinadas por la necesidad de cubrir las pérdidas renales,
intestinales e insensibles (piel y respiración) y para el crecimiento, estimada esta última en 10
ml/kg/día.

Las necesidades de agua del neonato van a depender de la edad gestacional, la edad posnatal y las
condiciones ambientales que lo rodean.

Tras la pérdida del 3-5% del peso corporal que ocurre durante los primeros 5 o 6 días, el aporte
hídrico debe ajustarse a las necesidades calóricas.

Los neonatos a término alimentados a demanda ingieren como mínimo 150 ml/kg/día.
Requerimientos nutricionales
Necesidades proteínicas

Las recomendaciones de consumo de proteínas del nacimiento a los seis meses son, en promedio,
de 2.2 g de proteína/kg de peso corporal, y de los 6 a 12 meses, de 1.6 g de proteína/kg de peso
corporal.

Las necesidades proteínicas de cada niño varían de acuerdo con los mismos factores que se
enumeraron para las necesidades calóricas.

La composición corporal influye de manera más directa en las necesidades proteínicas que las
necesidades calóricas porque los músculos con actividad metabólica requieren más proteína para
su mantenimiento.

La mayoría de recién nacidos menores que se alimentan al seno materno o consumen las
cantidades recomendadas de fórmula infantil cubre las necesidades calóricas sin agregar
alimentos.
Requerimientos nutricionales
Requerimientos de lípidos

No existe una cantidad específica de consumo recomendado de grasas para recién nacidos; no se
aconseja la restricción de éstas. La leche materna proporciona 55% de sus calorías provenientes de
la grasa, porcentaje que refleja el consumo adecuado de grasa.

Se recomienda un aporte de grasas de 4,6 a 6 g/kg/día, o el 40-55% del aporte calórico total.

Los bebés de término alimentados al seno materno no necesitan componentes de grasa


complementaria o ácidos grasos esenciales.
Requerimientos nutricionales
Hidratos de carbono

Se estima que las necesidades diarias de hidratos de carbono deben ser de 10-14 g/kg, lo que
representa un 40-50% del aporte calórico total.

El hidrato de carbono predominante en la leche humana es la lactosa, que, por medio de las lactasas
intestinales, es metabolizada a glucosa y galactosa.

Ambas son absorbidas de forma similar mediante difusión simple, transporte activo o difusión facilitada.

La actividad lactasa aumenta más lentamente que la de otras disacaridasas, pero en el recién nacido a
término es suficiente para hidrolizar la lactosa procedente de la leche.
• La tasa metabólica de los recién nacidos es más
alta que en cualquier otro periodo posterior al
nacimiento.
• Se relaciona primordialmente con la rápida tasa
de crecimiento del recién nacido y la mayor
proporción de su peso que se compone de
músculo.
Requerimientos nutricionales
Minerales

• Sodio, potasio y cloro

Las necesidades de estos electrólitos se encuadran entre 2 y 3 mEq/kg/día, y en los recién nacidos a término
están cubiertas por la lactancia materna o, en su defecto, por las fórmulas infantiles.

• Calcio

El calcio es uno de los componentes minerales principales del hueso, por lo que su carencia puede dar lugar a
complicaciones como osteopenia, raquitismo y fracturas. Aproximadamente el 99% del calcio corporal se
encuentra en el esqueleto, calculándose que en el recién nacido a término, con un peso de 3.500 g, la cantidad de
calcio corporal es de 28,8 g (el 0,8% del peso corporal).

➢ El Comité del Codex Alimentarius recomienda una ingesta de calcio de 50 mg/100 kcal, que es
aproximadamente el contenido de calcio de la leche materna (45 mg/100 kcal).
Requerimientos nutricionales
Minerales

• Fosforo: Se recomienda una ingesta de fósforo de entre 30 y 50 mg/100 kcal, siendo deseable una
relación calcio/fósforo de 1:1, sin superar 1:1,5, por el riesgo de pérdida de masa ósea.

• Magnesio: El aporte óptimo no está totalmente definido, pero se recomienda una ingesta mínima de
6 mg/ 100 kcal.

• Zinc: Se estima que los requerimientos de zinc durante los primeros cuatro meses de vida
extrauterina son de 225 μg/kg para las mujeres y de 250 μg/kg para los varones.

• Hierro: La leche humana contiene cantidades suficientes de hierro para cubrir las necesidades del
recién nacido y del lactante hasta las 8 semanas de vida.
• El contenido oscila entre 0,01 y 0,05 mg/100 ml, siendo necesario enriquecer las fórmulas lácteas a partir del
tercer mes para conseguir un aporte de aproximadamente 1 mg/kg/día, es decir, una concentración de 1
mg/100 kcal, sin que la ingesta total exceda los 15 mg/día.
Requerimientos nutricionales
Minerales

• Cobre: La leche humana aporta unos 200-400 μg/l de cobre.

• Selenio: Se considera aceptable en lactantes una ingesta diaria de 0,82-0,37 μg/kg/día para
saturar la glutatión peroxidasa.

• Manganeso: Aunque no existen suficientes datos para determinar las necesidades de


manganeso, se consideran dosis seguras en los lactantes de corta edad unos 0,3-0,6 mg/día.

• Cromo: Antes de los seis meses de edad se estima que las necesidades rondan los 10-40
μg/día. Molibdeno. La recomendación es la ingesta de 2 μg/kg/día.

• Flúor: La ingesta recomendada es de 0,1- 0,5 mg/día durante el primer semestre de vida.

• Yodo: Se recomienda una ingesta de yodo de 10 μg/día en los recién nacidos a término.

➢ Cuando la lactancia es materna, no es necesario suplementar con yodo, aunque pueden


existir diferencias significativas dependiendo del área geográfica.
Requerimientos nutricionales
Vitaminas

• Vitamina A: Los requerimientos dietéticos recomendados en equivalentes de retinol para la vitamina A en


recién nacidos y lactantes menores de 6 meses son de 375 μg.

• Vitamina D: En los niños, desde el nacimiento hasta los 6 meses de edad se consideran necesarios aportes de
300 UI (7,5 μg/día) de vitamina D.

• Vitamina E: Las recomendaciones actuales en cuanto a los aportes diarios de vitamina E son de 3 mg de α-
tocoferol.

• Vitamina K: Se establecen como dosis de vitamina K recomendadas al nacimiento 0,5-1 mg.

• Tiamina (B1): El aporte de tiamina recomendado durante el primer año de vida es de 0,2-0,3 mg/día, cantidad
que es suficientemente aportada por la leche materna.

• Riboflavina (B2): Las necesidades de 0,4 mg/día hay que sumar 0,5 mg/ kg/día.

• Piridoxina (B6): El aporte diario recomendado sería de 0,3 mg/ día durante el primer año de vida.

• Acido Fólico (B9): Se recomiendan dosis en el primer año de vida de 65 a 80 μg/día de equivalentes de folato.

• Cobalamina (B12): Las dosis recomendadas son de 0,4 a 0,5 μg/día.


Requerimientos nutricionales
Vitaminas

• Niacina: Se recomienda un aporte diario de 2 a 4 mg/día.

• Vitamina D: En los niños, desde el nacimiento hasta los 6 meses de edad se consideran
necesarios aportes de 300 UI (7,5 μg/día) de vitamina D.

• Vitamina C: Las recomendaciones son de 35 mg/día durante el primer año.

• Biotina: El aporte diario durante el primer año debe ser de 5-6 μg.

• Acido pantoténico (B5): Las necesidades diarias durante el primer año son de 1,7-1,9 mg.
Valoración del crecimiento físico

• El registro del crecimiento de talla y peso ayuda


a identificar temprano problemas de salud a fin
de prevenir o contrarrestar la lentitud de la tasa
de crecimiento.
• El crecimiento refleja la pertinencia de la
nutrición, el estado de salud y las influencias
económicas y ambientales de la familia.
La valoración precisa del crecimiento y la
interpretación de las tasas de crecimiento son
componentes importantes del cuidado de la
salud infantil.
Nutrición
del lactante
• Una alimentación correcta durante la infancia es necesaria para:
• permitir un crecimiento y desarrollo adecuados,
• conseguir un rendimiento físico y psíquico óptimo,
• mantener y mejorar la salud y
• recuperarse más fácilmente en los procesos de enfermedad.

• Los primeros meses de vida (la etapa de lactante) son una etapa en la que
tienen lugar muchos cambios rápidos (antropométricos, de composición
corporal, de maduración de órganos y sistemas...), que suponen una demanda
exigente desde el punto de vista nutricional, en el aspecto cuantitativo y
sobre todo cualitativo.

• Pasada la etapa de lactante, la alimentación del preescolar supone una


oportunidad de adquisición de hábitos saludables e introducción de nuevos
alimentos, texturas, sabores, colores, etc., que van a favorecer la autonomía y
el desarrollo del individuo, además de ser imprescindible para mantener el
crecimiento y desarrollo.
Características del lactante

Las principales características del lactante, desde el punto de vista nutricional son:

• Inmadurez de diversos órganos y sistemas, destacando aquellos que intervienen en el metabolismo


endógeno (hígado y riñón) y en otros procesos de la alimentación (sistema nervioso y digestivo).
• Metabolismo endógeno incrementado.
• Velocidad de crecimiento rápida.
• Gran desarrollo físico y social.

Por estos condicionantes, el lactante es un individuo exigente y demandante desde


el punto de vista nutricional.
Cambios fisiológicos del lactante
A lo largo de su desarrollo, el lactante experimenta diferentes cambios:

• Cambios antropométricos: los lactantes suelen doblar su peso de nacimiento a los 4-6 meses, y al año lo
triplican, y en relación con su longitud, suele aumentarse un 50% en el primer año de vida y duplicarse a
los 4 años.

• Cambios de composición corporal: en los primeros meses de vida se produce un aumento de masa grasa
(a los 6 meses supone aproximadamente el 25% del peso corporal), mientras que en los restantes 6
meses se produce un mayor incremento de la masa magra corporal.

• Cambios en el tracto gastrointestinal: aumenta la capacidad del estómago, desde unos 10-20 mL al
nacimiento, a 200 mL al año de vida, lo que permite ir aumentando el consumo de alimentos; y se
produce el desarrollo de los diferentes sistemas enzimáticos para permitir una digestión completa de
alimentos más complejos. De este modo enzimas implicadas en los procesos de digestión como la
pepsina, factor intrínseco, amilasa, tripsina o quimotripsina..., no alcanzan niveles de adulto hasta que no
han pasado varios meses de vida.

• Maduración de otros sistemas: como el sistema neuromuscular o el renal. Desde el punto de vista de la
maduración neuromuscular, se produce la aparición del reflejo de deglución y coordinación con la succión
(en prematuros, en función de la edad, estos reflejos pueden no estar aún coordinados, no permitiendo la
alimentación vía oral), desaparición del reflejo de extrusión, sostén cefálico, sedestación, aparición de
movimientos de masticación... El sistema renal va adquiriendo mayor capacidad de filtración y madurez, y
de esta manera soporta mayor carga de solutos.
Composición de la leche materna

• La leche materna es una fuente natural diseñada en forma elegante.


• Es el único alimento necesario para la mayoría de los lactantes
sanos durante alrededor de seis meses.
• Su composición no sólo está diseñada para nutrir, sino también para
proteger a los lactantes de ciertas enfermedades infecciosas y
crónicas.
• La composición de la leche materna puede cambiar en una sola
alimentación, en un día determinado, de acuerdo con la edad del
lactante o la edad gestacional al momento del parto, la presencia de
infección en la mama, los periodos menstruales o el estado
nutricional de la madre.
Calostro

• La primera leche, el calostro, es un líquido espeso a menudo amarillo que se


produce durante la lactogénesis II (1 a 3 días después del nacimiento del
niño).

• Los recién nacidos ingieren sólo 2 a 10 ml (1.5 a 2 cucharaditas) de calostro


por toma en los primeros 2 a 3 días.

• Este líquido proporciona alrededor de 580 a 700 kcal/L y cuenta con mayor
cantidad de proteínas y menos carbohidratos y grasa que la leche madura
(producida dos semanas después del nacimiento del niño).

• La inmunoglobulina A secretora y la lactoferrina son las principales proteínas


del calostro, pero no están presentes otras que se encuentran en la leche
madura.

• La concentración de células mononucleares (un tipo específico de leucocitos


maternos que suministra protección inmunitaria) es mayor en el calostro.
Además, contiene mayores concentraciones de sodio, potasio y cloro que la
leche madura.
Requerimientos nutricionales
Agua

• Las necesidades diarias de agua en el lactante son de 150 ml/kg/día, aproximadamente,


aunque esta cantidad varía ampliamente en función de la temperatura, de las pérdidas
anormales de líquidos (heces, orina) y de la carga de solutos de la alimentación.
Requerimientos nutricionales
Energía

• Durante el primer año de vida, las necesidades energéticas se estiman en 100 kcal/kg y
98 kcal/ kg durante el primer y segundo semestre, respectivamente, cifras que son
aproximadamente tres veces superiores a las recomendadas para la persona adulta.
Requerimientos nutricionales
Proteínas

• Las proteínas constituyen de un 10 a un 12% de la ingesta de energía y proporcionan el


nitrógeno necesario para la renovación de los aminoácidos y para la síntesis de las
diferentes proteínas del organismo.

• En el lactante, los valores revisados de los requerimientos nutricionales muestran que


de los 2,2 g/kg/día para lactantes de 1 a 3 meses se disminuye hasta 1,6 g/kg/día a los
4-6 meses y a 1 g/kg/ día a los 9-12 meses, no existiendo ventajas si los aportes son
más elevados.
Requerimientos nutricionales
Grasa

• Durante los primeros 4 meses de vida, la grasa debe representar del 40 al 55% del
aporte energético, y del 30 al 35% a partir de esa edad; el ácido linoleico debe
representar del 4,5 al 10,8% del valor calórico total.

• Es posible que estos aportes de ácido linoleico estén sobreestimados y que sea
suficiente con que represente del 3 al 6% del valor calórico total.

• Se recomienda que el aporte de ácido α-linolénico sea de alrededor del 1% de la cuota


energética diaria, en una proporción que no debe ser inferior a 1:10 con respecto al
ácido linoleico.
Requerimientos nutricionales
Hidratos de carbono

• Durante los cuatro primeros meses los hidratos de carbono deben representar del 32 al
48% del aporte calórico total, porcentaje que irá disminuyendo hasta representar del 30
al 35% al año de edad.

• La lactosa debe ser el hidrato de carbono predominante, si no exclusivo, para los


lactantes de 0 a 4 meses, lactosa, dextrinomaltosa y almidón lo serán para la edad de 4
a 6 meses, y lactosa, dextrinomaltosa, almidón, fructosa y sacarosa para los mayores
de 5 a 6 meses.
Requerimientos nutricionales
Minerales

• Sodio, cloro y potasio.

• Los requerimientos basales de sodio y cloro quedan generalmente cubiertos


con un aporte de unos 2-3 mEq/100 kcal (1-2 mEq/kg/día).

• Los requerimientos de potasio dependen de las pérdidas obligadas y de las


necesidades para el crecimiento. Estos requerimientos quedan satisfechos
con una ingesta de 2 mEq/100 kcal (1 mEq/kg/día).

• Calcio y fósforo.

• Se recomienda una ingesta de calcio de 60 a 75 mg/100 kcal, y de fósforo, de


30 a 50 mg/100 kcal.
Requerimientos nutricionales
Minerales

• Magnesio. El aporte óptimo no está definitivamente establecido, aunque se recomienda una ingesta mínima
de 6 mg/100 kcal para el lactante.

• Hierro. La leche humana tiene un contenido de entre 0,01 y 0,05 mg/dl, que permite cubrir las necesidades
del recién nacido y del lactante hasta las 8 semanas de vida. A partir del tercer mes, el niño necesita
aproximadamente 1 mg/ kg/día, por lo que las fórmulas lácteas deberán ser enriquecidas con hierro a partir
del tercer mes; se recomienda una concentración igual o superior a 1 mg/100 kcal, sin que la ingesta total
exceda de 15 mg/día.

• Yodo. Mientras que las recomendaciones respecto a la ingesta de yodo a partir del segundo año de vida
están bien establecidas, no son tan exactas, sin embargo, para el primer año de vida, y en especial para el
primer semestre, precisamente cuando el desarrollo del sistema nervioso central es más importante, y
donde el yodo y las hormonas tiroideas tienen un papel determinante. Las recomendaciones establecidas
recientemente de administrar a los recién nacidos pretérmino 20 μg/dl, y 10 μg/dl a los nacidos a término,
parecen seguras y fisiológicas.

• Zinc. Se estima que los requerimientos de zinc durante los primeros 4 meses de edad son de 225
μg/kg/día y 250 μg/kg/día para las mujeres y los varones, respectivamente. Los requerimientos de zinc
descienden progresivamente con la edad; entre los 4 y los 6 meses se estiman en 100 μg/kg, y en 93
μg/kg hasta el primer año de vida.
Requerimientos nutricionales
Minerales

• Cobre. El equilibrio en la homeostasis del cobre se consigue cuando los lactantes reciben una cantidad
diaria de 27 μg/kg/día a partir de la leche materna.

• Selenio. Una ingesta de 0,82 a 0,37 μg/kg/día en lactantes y niños, dependiendo de la edad, es
suficiente para saturar la glutatión peroxidasa.

• Manganeso. No existen datos suficientes para establecer los requerimientos basales de manganeso. La
ingesta estimada como segura oscila desde 0,3 a 0,6 mg/día en los lactantes de corta edad.

• Molibdeno. Diferentes datos sugieren que la ingesta de molibdeno en los lactantes alimentados al pecho
oscila entre 0,1 y 0,5 μg/kg/día, claramente inferiores a las recomendadas por las RDA (30- 60 μg/día).
La ingesta de molibdeno entre el periodo de destete y los 3 años parecen más elevadas (5-7 μg/kg/día).

• Cromo. La ingesta estimada como segura para los lactantes durante los 6 primeros meses de vida oscila
entre 10 y 40 μg/día, y en el segundo semestre entre 20 y 60 μg/día.

• Flúor. La ingesta recomendada es de 0,1 a 0,5 mg/día en el primer semestre y de 0,2 a 1 mg en el


segundo.
Requerimientos nutricionales
Vitaminas

• Vitamina A. Las necesidades aumentan en los periodos de rápido crecimiento y, por tanto, es uno de los
nutrientes esenciales cuyo contenido en la dieta hay que vigilar. El aporte dietético recomendado varía
con la edad desde 375 μg/día de retinol en el lactante a 1.000 μg/día en etapas posteriores de la vida.

• Vitamina D. Se aconseja una ingesta de 300 UI/día para los lactantes menores de 6 meses, y 400 UI/día
para los mayores de esta edad. Como la leche humana contiene una cantidad muy pequeña (50 UI/l), los
lactantes deben tomar un suplemento de 300 UI/día.

• Vitamina E. La ingesta recomendada es de 0,9 mg de vitamina E por gramo de ácidos grasos


poliinsaturados consumidos, o 0,6 mg/100 kcal de α-tocoferol.

• Vitamina K. Las recomendaciones son 5 μg/ día en menores de 6 meses y 10 μg/día en los mayores de
esta edad.

• Vitamina C. Se recomienda una proporción molar de 5:1 entre vitamina C y hierro en la composición de
las fórmulas lácteas, por lo que se requiere un valor mínimo de vitamina C de 16 mg/100 kcal.
Alimentación del lactante

• La alimentación del lactante pasa por dos


periodos, motivados por el grado de madurez
digestiva, renal y del sistema nervioso, así como
por las necesidades para el crecimiento.
• Estos periodos son el de lactancia exclusiva y el
de transición hacia la alimentación del adulto o
de alimentación complementaria.
Lactancia natural

• Por lactancia natural se entiende la alimentación del lactante con leche


de mujer, que se considera el alimento ideal ya que su composición está
específicamente adaptada a las características digestivas y a las
necesidades nutritivas y de crecimiento del lactante.

• En este sentido hay que destacar que la leche de mujer no solo contiene
nutrientes, sino que también aporta enzimas de carácter digestivo,
sustancias bacteriostáticas, factores bifidógenos y factores de
crecimiento y desarrollo.

• Por ello, la leche de mujer debe ser considerada como el alimento


óptimo, único e inigualable, y debe constituir el modelo a seguir cuando
se pretende sustituirla por otro producto dietético (fórmulas lácteas).
Lactancia artificial

• Cuando por la circunstancia que fuere se toma


la decisión de seguir la lactancia artificial, se
utilizan fórmulas lácteas generalmente derivadas
de la leche de vaca.
Lactancia mixta

• Por lactancia mixta se entiende aquella alimentación del


lactante que comporta la recepción de la leche de la
madre y de una fórmula artificial.
• Dos son las situaciones en que puede ser necesario
implantar una lactancia mixta:
• cuando la madre no tiene suficiente cantidad de leche,
• y cuando la madre no puede ofrecer a toda hora el
pecho al hijo por razón de trabajo, o por las
circunstancias que fueren.
Beneficios de la lactancia
materna para la mujer

• La mujer que amamanta obtiene beneficios hormonales, físicos y


psicológicos.
• La lactancia materna aumenta de inmediato los niveles de oxitocina, la
hormona que estimula las contracciones uterinas, minimiza la pérdida
sanguínea posparto y ayuda al útero a recuperar su tamaño normal.
• Muchas mujeres obtienen beneficios psicológicos de la lactancia, como
el aumento de la confianza en sí mismas y la formación de lazos de
unión con sus hijos.
• Además de estos beneficios a corto plazo, las mujeres jóvenes que
amamantan por más tiempo, tienen menor riesgo de padecer cánceres
de mama y ovario, así como artritis reumatoide.
Beneficios de la lactancia
materna para los niños
Beneficios Nutricionales:
▪ Su equilibrio de nutrientes satisface en gran parte las necesidades de crecimiento y desarrollo del recién
nacido;
▪ Es isoosmótica (de concentración iónica similar [en este caso, la leche materna y el plasma tienen
concentraciones de iones similares]), por lo que cumple con las necesidades de los lactantes sin necesidad
de otras formas de alimento o agua.
▪ Su contenido relativamente bajo de proteína, satisface las necesidades de los lactantes sin sobrecargar los
riñones inmaduros con nitrógeno.
▪ Contiene proteína de suero que forma un cuajo suave y fácil de digerir.
▪ Proporciona cantidades generosas de lípidos en forma de ácidos grasos esenciales, ácidos grasos saturados,
triglicéridos de cadena media y colesterol.
▪ Contiene ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga, en especial ácido docosahexaenoico (DHA), que
promueve el desarrollo óptimo del sistema nervioso central.
▪ Los minerales que contiene están unidos de manera importante a las proteínas y equilibrados para aumentar
su disponibilidad y satisfacer las necesidades de los lactantes, con lo que hay mínima demanda de las
reservas maternas.
Beneficios de la lactancia
materna para los niños

Beneficios Inmunológicos:
▪ Los componentes de la leche que confieren beneficios inmunológicos son:
▪ las células (linfocitos T y B),
▪ inmunoglobulinas secretoras (sIgA, sIgG, sIgM, sIgE, sIgD),
▪ antígenos de histocompatibilidad,
▪ productos de las células T,
▪ muchos factores inespecíficos (p. ej., complemento, factor bifidus),
▪ proteínas transportadoras (lactoferrina, transferrina, proteína fijadora de vitamina B12 y proteína fijadora de corticoides) y
▪ enzimas (lisozima, lipoproteína lipasa, enzimas leucocíticas).

▪ Las concentraciones de componentes celulares en la leche materna (macrófagos, neutrófilos, linfocitos T y B y células epiteliales) son muy
altas en el calostro, pero dichos componentes también están presentes por meses en concentraciones más bajas en la leche materna
madura.

▪ Las funciones de los macrófagos en la leche materna incluyen fagocitosis de hongos y bacterias, destrucción de bacterias y producción de
proteínas del complemento, lisosoma, lactoferrina e inmunoglobulinas A y G.3
Nutrición
en el niño
(1-3 años)
Definición de la etapa del ciclo
de vida

Por lo general, la infancia temprana alude a niños de 1 a 3


años de edad; esta etapa del desarrollo se distingue por el
rápido incremento de las habilidades motoras gruesas y
finas con aumentos posteriores de independencia,
exploración del entorno y habilidades del lenguaje.
El consumo adecuado de energía y nutrientes es
necesario para que los niños en su infancia
temprana y preescolares alcancen el potencial
completo de crecimiento y desarrollo.
La desnutrición durante estos años altera tanto el
desarrollo cognitivo como la capacidad para
explorar el medio ambiente.
Con nutrición adecuada y apoyo ambiental, es
posible prevenir o reducir los efectos a largo plazo
de la desnutrición, como el retraso en el
crecimiento y la afección cognitiva.
Características

En esta etapa, todos los órganos y sistemas han alcanzado un grado


similar al del adulto, y los mecanismos fisiológicos han madurado.
El niño realiza avances importantes en la adquisición de funciones
psicomotoras (lenguaje, marcha, socialización) y aprecia variaciones de
sabor y color de los alimentos, lo que le permite incorporarse
progresivamente a la dieta familiar, preparada y condimentada para su
edad.
Este periodo se caracteriza por ser una etapa de transición entre la
fase de crecimiento acelerado propia del lactante y el periodo de
crecimiento estable que se extiende desde los 3 años hasta el
comienzo de la pubertad.
Características

Se produce una desaceleración de la velocidad del crecimiento lineal


con respecto a la que tuvo el niño durante el primer año de vida y a la
que tendrá posteriormente durante la adolescencia.
En contraste con la triplicación del peso al nacer que ocurre en los
primeros 12 meses, transcurre otro año antes de que se cuadruplique
dicho peso.
Asimismo, la longitud desde el nacimiento aumenta en un 50% durante
el primer año, pero no se duplica hasta los 4 años de edad
aproximadamente.
En este periodo, el peso medio pasa de 9,5 a 14 kilos (es decir, un
aumento del 50% prácticamente); y la talla media, de 74 a 96
centímetros.
Características

La composición corporal a estas edades se mantiene


relativamente constante.
La grasa disminuye de manera gradual durante los tres
primeros años de vida.
Las proporciones del cuerpo en los niños pequeños cambian
de manera importante.
A medida que aumenta la actividad física, las piernas se
enderezan, en tanto que los músculos abdominales y de la
espalda se ajustan para dar apoyo al niño ahora erguido.
Estos cambios son graduales y sutiles.
Características

A estas edades, el aparato digestivo está preparado para


tolerar una dieta semejante a la del adulto, pero habrá que
tener presente que las necesidades nutricionales y
energéticas del niño en estos momentos son diferentes, y
que durante este periodo de 1 a 3 años se produce la
aparición del gusto hacia las comidas y se desarrollan los
hábitos alimentarios.
Patrones alimentarios

• Formación del gusto alimentario


• Desarrollo de hábitos alimentarios
• Transmisión genética
• Factores culturales
• Factores familiares
• Imitación
• Fobias alimentarias
Necesidades A estas edades, el cálculo de las
necesidades energéticas y de la ingesta
nutricionales de nutrientes se fundamenta en las
necesidades metabólicas basales, el
ritmo de crecimiento y la actividad física.
Necesidades nutricionales
Energía

Los requerimientos energéticos se calculan en función del gasto


en energía como consecuencia del crecimiento (que corresponde
en esta edad a unas 20 kcal/día) más el gasto energético total
(GET), que es la suma de los gastos producidos por el metabolismo
basal más la termogénesis de los alimentos y la actividad física.
Como resultado, las necesidades de energía se sitúan en torno a
las 102 kcal/kg de peso y día, lo que hace aproximadamente 1.300-
1.500 kcal/día.
Necesidades nutricionales
Proteínas

La ingesta aconsejada es de 1,2 g/kg/día.


Según la RDA, el consumo diario es de 13 g/día; pero, teniendo en cuenta
las variaciones del peso con la edad, las necesidades proteicas durante
este periodo aumentarán en función de éste.
Es conveniente que sus fuentes alimentarias sean de origen animal y
vegetal al 50%, para con ello aportar los mg/g de aminoácidos
indispensables recomendados.
Necesidades nutricionales
Lípidos

No se especifican ni las raciones dietéticas recomendadas, ni la ingesta


adecuada diaria para estas edades.
El rango aceptable de ingesta se sitúa entre 30 y 40 g/día.
Se recomienda administrar un 28,5% de la grasa en forma de grasa
saturada, un 43% de monoinsaturada y el 28,5% restante de poliinsaturada
(con una relación n-6:n-3 de 10:1).
Las ingestas adecuadas de ácidos grasos esenciales se han estimado en 7
g/día para linoleico y 0,7 g/día para α-linolénico.
El rango aceptable de ingesta es de 5-10 g/día para linoleico y de 0,6-1,2
g/día para α-linolénico.
El colesterol total no debe sobrepasar los 100 mg/1.000 kcal.
Necesidades nutricionales
Hidratos de carbono y Fibras

Hidratos de Carbono.
▪ Las ingestas de referencia establecen su consumo en 130 g/día.
▪ Sólo el 10% de los azúcares consumidos (nivel máximo del 25%) deberán ser en forma de
azúcares simples.
▪ El 90% restante serán hidratos de carbono complejos.

Fibras.
▪ La ingesta adecuada se ha establecido en 19 g/día.
▪ Esta cifra, difícil de alcanzar, es muy superior a la cantidad recomendada anteriormente,
basada en el cálculo de años de edad más 5.
Necesidades nutricionales
Minerales

Calcio: en torno a los 500 mg/día, con una relación calcio/fósforo de 1/1, considerándose el máximo
nivel de ingesta en 2.500 mg/día.
Hierro: los requerimientos aconsejan un aporte de 3 mg/día, las recomendaciones de ingesta son de
7 mg/día.
Zinc: 3 mg/día las RDA y en 2,5 mg/día los EAR, con un aporte máximo tolerado de 7 mg/día.
Flúor: ingesta adecuada de 0,7 mg/día.
Magnesio: se aportarán 80 mg/día según las RDA, estimándose los requerimientos medios (EAR) en
65 mg/día.
Cobre, yodo, molibdeno, fósforo y selenio: para estos minerales no se ha especificado la ingesta
adecuada
Cromo y manganeso: Las ingestas adecuadas de estos nutrientes se han fijado en 11 μg/día para el
cromo y 1,2 mg/día para el manganeso.
Necesidades nutricionales
Vitaminas
Vigilancia del crecimiento

En la vigilancia del crecimiento físico de los niños es


importante pesarlos y medirlos con precisión a intervalos
periódicos.

Las gráficas de crecimiento ayudan visualmente a los


padres a demostrar la reducción esperada de la velocidad
del crecimiento durante las etapas del desarrollo de infancia
temprana y preescolar.
Estándares de
crecimiento
En 2006, la Organización Mundial de la Salud (OMS)
publicó sus estándares de crecimiento para niños desde el
nacimiento y hasta los cinco años de edad, basados en los
datos de crecimiento reunidos al paso del tiempo con
lactantes amamantados y niños pequeños sanos de seis
países distintos.
Las madres de estos niños eran no fumadoras y los niños
tenían una dieta adecuada además de encontrarse libres de
infecciones.
Estos estándares internacionales de crecimiento indican la
manera en que los niños deberían crecer bajo condiciones
ambientales óptimas independientemente de su origen
étnico o nivel socioeconómico.
Normas básicas para la
elaboración de la dieta

La forma de alimentarse a estas edades es pasiva y dependerá


esencialmente de la madre, dado que el niño todavía no puede
elegir su dieta.
Es, pues, indispensable que reciba de ésta unas respuestas
adaptadas a las manifestaciones de sus necesidades, ya sean
nutricionales o emocionales.
La actitud a la hora de administrar la comida va a condicionar al
niño en el sentido de compensar con la comida todas sus
emociones y sensaciones desagradables.
Normas básicas para la
elaboración de la dieta

La dieta debe ser equilibrada y variada en platos, sabores, texturas y


consistencia e incluso colores, intentando lograr un adecuado aporte nutritivo.
Habrá que adaptarse a las características individuales, familiares y económicas
en cada caso.
Se debe procurar que el niño no adquiera conductas alimentarias caprichosas y
monótonas, con preferencia hacia unos alimentos y aversión hacia otros.
Hay que educarle para que mastique bien y, asimismo, para un adecuado manejo
de los utensilios de mesa.
Para evitar cualquier trastorno producido por la incorporación de un alimento
nuevo es recomendable introducirlo progresivamente, darlo al principio de una
comida y en una cantidad pequeña, con la finalidad de observar la tolerancia
antes de incorporarlo de forma habitual.
Factores de riesgo nutricional

• Ingesta excesiva de alimentos proteicos


• Ingesta excesiva de grasa saturada y colesterol
• Ingesta excesiva de lácteos y derivados
• Aporte excesivo de sal
• Aporte excesivo de azúcar
Problemas de esta fase

• Obesidad
• Alergias alimentarias
• Intolerancia a la lactosa
• Caries
• Sedentarismo
• Hiperactividad
Nutrición en
el niño
(preescolar y
escolar)
La edad preescolar y escolar se caracteriza por un crecimiento
lento y estable, por la progresiva madurez bio-psicosocial.

Es un periodo de gran variabilidad interindividual de hábitos,


incluidos el alimentario o el de la actividad física, y con un
aumento progresivo de influencias externas a la familia, como
son los compañeros, los pares, la escuela y las tecnologías de
la información y la comunicación.

Por lo que se refiere a los hábitos alimentarios, es de destacar


que en este momento se han adquirido las habilidades
neuromotoras y la madurez de órganos y aparatos, incluidos el
digestivo y renal, que permiten que un niño coma solo,
utilizando cada vez instrumentos culinarios más complejos, y
pueda consumir cualquier alimento e incorporarse totalmente a
la mesa y a la comida del adulto.
Factores condicionantes de la
nutrición del niño
Los profundos cambios experimentados en las últimas décadas en los hábitos dietéticos de
los niños se deben a:
▪ Los extraordinarios avances tecnológicos y biotecnológicos en agricultura, ganadería y pesca;

▪ A la incorporación progresiva de la mujer al trabajo fuera del hogar;

▪ El modelo de estructura familiar y el número de hijos;

▪ La urbanización acelerada de la población;

▪ La universalización del acceso a la educación y a la sanidad;

▪ La influencia creciente y homogeneizadora del mensaje televisivo;

▪ La incorporación cada vez más temprana de los niños a la escuela, donde reciben una parte
importante de su dieta diaria;

▪ La influencia cada vez mayor de los niños en la elección de los menús familiares, y

▪ La disponibilidad creciente de dinero por parte de los menores, que les permite comprar una parte
importante de los alimentos que consumen sin control familiar.
Factores condicionantes de la
nutrición del niño
Es de destacar la pérdida progresiva del papel de una supervisión
familiar adecuada en el número, cantidad y calidad de comidas o
alimentos que ingiere el niño, ya que un porcentaje importante de los
preescolares y escolares carece de ella o ésta resulta insuficiente.
Esto es debido a que muchos niños están solos en casa durante horas
sin más compañía que el televisor, el videojuego o internet, con la
nevera y la despensa repletas de una amplia variedad de alimentos
manufacturados a su entera y libre disposición, y también a que no
hacen frecuentemente el desayuno ni la comida del mediodía en casa,
sino en el comedor escolar o en una cafetería próxima al colegio, y a
que seleccionan y compran productos manufacturados de bollería,
pastelería, etc., o bebidas blandas para consumir con los amigos o
solos fuera del hogar.
Problemática televisiva

Otro tema de gran interés es la creciente globalización de los hábitos


alimentarios, con enorme importancia para la salud nutricional de los niños.
La creciente influencia de la publicidad, en especial la televisiva, en los
hábitos alimentarios y de vida de los niños.
Éstos ven al año la televisión más horas que las que dedican al currículum
escolar, convirtiéndose en su segunda actividad, sólo superada por el
tiempo destinado a dormir.
La televisión es, por tanto, la principal fuente de información para ellos, que
compite muchas veces ventajosamente con los padres y la escuela.
El mensaje televisivo, en especial el de la publicidad, tiene hoy como
objetivo prioritario el mercado infantil.
Un alto porcentaje de los anuncios televisivos se refieren al consumo de
alimentos y bebidas no alcohólicas por este grupo de edad.
Problemática televisiva

La psicología industrial ha conseguido niveles extraordinariamente


eficaces de persuasión hacia los niños para que deseen consumir
los productos anunciados.
El aprendizaje a través de la observación puede aplicarse a
contenidos tanto que aparecen en los programas como en los
mensajes publicitarios de la televisión.
Es decir, el mensaje televisivo estimula e induce el consumo de
determinados alimentos, ya sea porque son presentados como
“saludables” y de “prestigio social” - y, por tanto, se puede tomar la
cantidad que se desee sin ningún riesgo- , por las propiedades
organolépticas que poseen y/o porque se acompañan de regalos.
Patrones alimentarios

Factores genéticos y culturales de herencia son determinantes en


el establecimiento de patrones alimentarios.
Los hábitos alimentarios y los patrones de ingesta comienzan a
establecerse en la niñez temprana, a partir del segundo año, y
están consolidados antes de finalizar la primera década de la vida,
persistiendo en gran parte en la edad adulta.
La agregación familiar para estos hábitos es tanto mayor cuanto
más pequeño es el niño y más habitual sea la comida de padres e
hijos en familia en el hogar.
Patrones alimentarios

La predisposición genética a enfermedades con base


nutricional puede interactuar sinérgicamente con el
ambiente físico, social y nutricional familiar.
Es decir, la genética puede predisponer a un niño a
desarrollar la enfermedad, pero los hábitos familiares actúan
como catalizador para expresarla.
Por tanto, hay que destacar la gran importancia de la familia
en el establecimiento precoz de hábitos dietéticos
saludables, como queda demostrado en la correlación
significativa existente para la ingesta de energía y
macronutrientes en años sucesivos.
Patrones
alimentarios
Patrones alimentarios

El preescolar, a diferencia del adulto, es capaz de responder


a señales internas de apetito y saciedad, y no a señales
externas que tienen que ver con el horario de comidas o con
el aprendizaje social de qué alimentos se deben ingerir en
cada una de ellas.
Esto hace que tenga una gran capacidad de adaptación en
cuanto a cantidades en función de la densidad energética
de los alimentos; por ello se observa que a una gran comida
le sigue otra más pequeña o a la inversa.
Por tanto, es recomendable servir raciones pequeñas y
permitir que repita.
Ingesta de
energía

La ingesta de energía está en función Existe una gran variabilidad interindividual para el total de la
ingesta de energía y los porcentajes de la misma según los
de los mecanismos metabólicos y nutrientes para niños de la misma edad y sexo, y con una
neurosensoriales del individuo, de la tendencia a mantenerse en el tiempo.
disponibilidad y propiedades Existe también una gran variabilidad individual en el porcentaje
organolépticas de los alimentos, y del aportado de energía y nutrientes en las sucesivas comidas del
grado de integración familiar y día, de tal forma que a una comida con alto contenido energético
le sucede otra con un contenido significativamente más bajo.
ambiental.
Requerimientos nutricionales
General

Los patrones de alimentación y las necesidades de


nutrientes durante la niñez van a estar condicionados a:

➢ las necesidades basales,


➢ por la velocidad de crecimiento,
➢ el desarrollo psicosocial y
➢ el grado de actividad física y ejercicio.
Requerimientos nutricionales
General

Periódicamente, numerosos organismos científicos publican recomendaciones de


energía, macro y micronutrientes en función de la edad y el sexo, para evitar excesos
o déficit nutricionales.

Actualmente, las más utilizadas son las ingestas dietéticas recomendadas (Dietary
Recommended Intakes, DRI), que son valores de referencia, estimaciones
cuantitativas de la ingesta de los nutrientes, para ser usadas al planificar y calcular
dietas para personas aparentemente saludables.

Incluyen los requerimientos dietéticos recomendados (Recommended Dietary


Allowances, RDA), editados por la Food and Nutrition Board de la National Academy of
Sciences en 1989, que cubren teóricamente al 98,5% de la población sana de Estados
Unidos, además otros valores de referencia, como el requerimiento medio estimado
(Estimated Average Requirement, EAR), las ingestas adecuadas (Adequated Intakes,
AI) y el nivel máximo de ingesta tolerable (Upper Level, UL).
Se debe tener presente que las necesidades
energéticas y plásticas para el crecimiento durante
este periodo son menores y que los requerimientos
de energía van a estar muy condicionados por el
nivel de actividad física o NAF (Physical Activity
Level, PAL), que expresa la energía gastada
diariamente como un múltiplo de la tasa metabólica
en reposo; así, cuanto mayor sea el grado de
actividad física, mayor será el PAL.

Además, la recuperación del catch-up de


crecimiento en patologías que cursan con
desnutrición supone unos requerimientos de energía
y proteínas adicionales.
Distribución de energía y nutrientes

El número de comidas al día que realizan los niños varía según las
tradiciones, el nivel socioeconómico y cultural familiar, la edad, el
sexo, etc.
La identificación del número exacto de ellas es difícil en ocasiones,
pues en muchas encuestas dietéticas no se diferencian o identifican
bien las comidas principales y las ligeras, particularmente en los
niños escolares y adolescentes, a quienes su mayor independencia
familiar, su prolongada ausencia horaria fuera del hogar y su
disponibilidad económica les permiten realizar más comidas ligeras,
incluso sustituyendo una comida principal, especialmente el
desayuno, pero también la comida del mediodía.
En el Estudio enKid, con respecto a la contribución de las distintas comidas
efectuadas durante el día (desayuno, media mañana, comida, merienda,
cena y otros) y al consumo diario de los distintos grupos de alimentos en
porcentajes, la comida representa el 36% de la ingesta diaria; la cena, el
28%; el desayuno, el 14%; la merienda, el 9%; otros, el 7%; y la toma de
media mañana, el 5%.
El 58% de la leche y el 44% de los lácteos se toman en el desayuno,
aunque los yogures se consumen un 40% en la comida y un 37% en la
cena, y el 48% de los quesos se ingieren también en la cena; los otros
lácteos se toman mayoritariamente en la comida (50%).
La bollería se consume en la merienda (31%) y en el desayuno (28%).
Las patatas, en la comida (59%), al igual que el pescado (51% frente al 44%
en la cena), las carnes rojas (64%), el pollo (70%) y las legumbres (87%).
Los huevos se comen mayoritariamente en la cena (60%).
Los frutos secos, en la comida (29%) o en otras comidas (25%).
Las frutas, en la comida (39%) y la cena (25%), al igual que las verduras
(59% en la comida y 37% en la cena).
Por su parte, el azúcar y el cacao se consumen de forma mayoritaria con el
desayuno (40%).
Situación actual de la ingesta de
energía y nutrientes
Por sexo, los varones toman mayores cantidades de todos los grupos
de alimentos, a excepción de las verduras, cuyo consumo es algo
mayor en las mujeres, y el de azúcares y cacaos, en el que no hay
diferencias.
La ingesta de leche y yogur disminuye de forma notable con la edad,
siendo el consumo total de lácteos de más de 500 g/día en el grupo de
2-5 años, de 473,4 en el de 6-9 y de 423,6 en el de 10-13.
Las frutas se tomaron 13 veces a la semana, según el cuestionario de
frecuencia de consumo; y las verduras, 10 veces a la semana.
Estas cifras son muy inferiores a las deseables para este grupo de
edad. Todo ello obliga a promover el consumo de frutas en la población
infantil y juvenil española.
Situación actual de la ingesta de
energía y nutrientes

Con respecto al tamaño del hábitat cabe destacar que el


consumo de yogur, pescado, frutas y verduras se
incrementa con el aumento del tamaño de la población de
residencia, mientras que disminuye el de legumbres y
bebidas alcohólicas.
En relación con el nivel socioeconómico, a mayor nivel se
eleva el consumo de yogur, quesos y otros lácteos, bollería,
pescado, carne roja, frutas y verduras, en tanto que
desciende el de embutidos, aves y bebidas alcohólicas.
Guía nutricional

La OMS (Organización Mundial de la Salud), la IASO (International


Association for the Study of the Obesity) y otros organismos
científicos y sanitarios internacionales y nacionales proponen unas
recomendaciones nutricionales que comienzan por una dieta
saludable en la madre gestante y continúan mediante la prioridad
de la alimentación del recién nacido con leche de mujer en
exclusiva durante los primeros 6 meses de vida y a lo largo del
primer año o incluso más tiempo, si la madre y el niño lo desean.
Se debe asegurar la ingesta de alimentos de alta calidad
nutricional, relacionada con un contenido alto de micronutrientes,
lo que resulta esencial para la salud y el crecimiento de los niños y
adolescentes.
Actividad Física

Es sumamente importante la incorporación de la actividad física en los


niños a temprana edad.
Inculcar ese habito en ellos, limitar el tiempo de inactividad.
Es muy importante reseñar que actividades de pequeña y mediana
intensidad son en muchos casos suficientes para producir un gasto
significativo de energía, no siendo necesario realizar actividades
competitivas o de alto esfuerzo para alcanzarlo.
▪ Juegos tradicionales (saltar, danzar, bailar, tocar instrumentos musicales)
▪ Práctica deportiva
▪ Educación física
▪ Pequeñas actividades del trabajo doméstico (llevar el perro a pasear,
desplazamientos a pie o en bicicleta, uso de escaleras, etc.)
Una dieta familiar adecuada es, además de buena
para la salud del niño, un seguro para cuando éste
se vaya incorporando progresivamente a la vida
social y escolar fuera del hogar y quede expuesto
al modelo de hábitos dietéticos de sus pares, no
siempre ajustados a un patrón saludable.
Nutrición en
el
adolescente
Características

La adolescencia se define como el periodo de vida entre los 11 y 21


años de edad; se trata de un momento de profundos cambios
biológicos, emocionales, sociales y cognitivos en que el niño se
desarrolla para volverse adulto.
La madurez física, emocional y cognitiva se completa durante la
adolescencia.
Las tareas de la adolescencia, similares a las que se experimentan
en la etapa de la infancia temprana, incluyen el desarrollo de una
identidad personal y un sistema de valores independiente del
paterno y familiar; la lucha por la independencia personal,
acompañada de la necesidad de apoyo familiar económico y
emocional, y la adaptación a un nuevo cuerpo que cambia de
forma, tamaño y capacidad fisiológica.
Pubertad

La pubertad, que es la transformación física de un niño


a un adulto joven.
Los cambios biológicos que ocurren durante la
pubertad incluyen madurez sexual, aumentos de talla y
peso, acumulación de masa esquelética y cambios en
la composición corporal.
Aunque la secuencia de estos sucesos durante la
pubertad es consistente entre los adolescentes, la
edad de comienzo, duración y sincronía de los mismos
varía en gran medida de un individuo a otro.
Edades promedio
de maduración
puberal, cognitiva
y psicosocial.
Momento de cambio

Los cambios biológicos, psicosociales y cognitivos relacionados con la


adolescencia tienen efectos directos en el estado nutricional.
El crecimiento físico y desarrollo acelerados que experimentan los
adolescentes aumentan en gran medida sus necesidades de energía,
proteína, vitaminas y minerales.
Sin embargo, la lucha por la independencia que caracteriza el
desarrollo psicosocial del adolescente a menudo origina conductas
alimenticias que afectan la salud, como regímenes dietéticos
excesivos, omisión de comidas, uso de complementos nutricionales y
no nutricionales poco convencionales y adopción de dietas de moda.
Estas situaciones dispares crean un enorme reto para los
profesionales de atención a la salud.
Cambios físicos

Hasta 50% del peso corporal ideal del adulto se obtiene durante la
adolescencia.
En mujeres, el aumento máximo de peso ocurre 3 a 6 meses después
de la aceleración del crecimiento lineal.
Durante la etapa de incremento máximo de peso, que ocurre a una
edad promedio de 12.5 años, las niñas aumentan alrededor de 8.3 kg
por año.
El aumento de peso disminuye cerca del momento de la menarquia,
pero continúa hacia la adolescencia tardía.
Las adolescentes suben hasta 6.3 kg de peso durante la segunda
mitad de la adolescencia.
La acumulación máxima de masa muscular se presenta cerca del
comienzo de la menstruación o poco después de la misma.
Cambios físicos

En la pubertad, la composición corporal cambia de manera


importante en mujeres: la masa corporal magra disminuye
en promedio de 80 a 74% del peso corporal, en tanto que la
grasa corporal aumenta de 16 a 26% en la madurez
completa.
Las mujeres experimentan un aumento de 44% en la masa
corporal magra y de 120% en la grasa corporal durante la
pubertad.
En esta etapa, la masa corporal grasa de las adolescentes
se incrementa alrededor de 1.14 kg por año.
Las concentraciones de grasa corporal en adolescentes
alcanzan su cifra máxima entre los 15 y 16 años de edad.
Cambios físicos

En los hombres, el aumento máximo de peso coincide con el


crecimiento lineal y la acumulación de masa muscular
máximos.
En el momento de aumento ponderal máximo, el peso de los
adolescentes se incrementa en promedio 9 kg por año.
Además, la grasa corporal disminuye, lo que da como
resultado un promedio de alrededor de 12% al final de la
pubertad.
Desarrollo psicosocial

Durante la adolescencia, el individuo desarrolla una sensación de


identidad personal, un sistema de valores morales y éticos,
sentimientos de autoestima o autovaloración y una visión de
aspiraciones laborales.
El desarrollo psicosocial se comprende con mayor facilidad al
dividirlo en tres periodos: adolescencia temprana (11 a 14 años de
edad), adolescencia media (15 a 17 años) y adolescencia tardía (18
a 21 años).
Cada periodo de desarrollo psicosocial se caracteriza por el
dominio de nuevas habilidades emocionales, cognitivas y sociales.
Desarrollo psicosocial

La influencia de los amigos es muy fuerte durante la adolescencia temprana.

Los adolescentes jóvenes, conscientes de su aspecto físico y conductas sociales, se


esfuerzan por “encajar” dentro de su grupo social; es posible que la necesidad de aceptación
afecte el consumo nutricional en esta edad.

Los adolescentes expresan su capacidad y disposición para acoplarse a un grupo de amigos


mediante la adopción de preferencias y toma de decisiones alimenticias con base en las
influencias de sus amistades, al tiempo que rechazan las preferencias y elecciones familiares.

En algunos casos, las elecciones que se basan en la presión de los compañeros pueden
conducir a una mejor ingesta dietética, como en el caso de una reducción en la ingesta de
proteína animal a causa de preocupaciones relacionadas con el bienestar de los animales o
elegir alimentos con menos carbohidratos.

En otros casos, las elecciones basadas en la presión de los compañeros pueden llevar a una
mala ingesta dietética, como el consumo de comida rápida, alimentos precocinados, bebidas
azucaradas y otras comidas altamente procesadas altas en grasas y azúcares añadidos.
Adolescencia temprana

Constituye un momento dominado por el pensamiento


concreto, el egocentrismo y la conducta impulsiva.
Las capacidades de razonamiento abstracto todavía no se
han desarrollado de manera importante, lo cual limita la
aptitud para comprender aspectos de salud y nutrición
complejos.
Además, los adolescentes jóvenes no tienen la capacidad
para entender cómo afectarán más adelante sus conductas
actuales su estado de salud o los comportamientos
relacionados con la salud.
Adolescencia media

Marca el desarrollo de la independencia emocional y social de la familia, en


especial de los padres.
Los conflictos en torno a asuntos personales, como los comportamientos
de alimentación y actividad física, se intensifican durante este periodo.
Los grupos de amigos se fortalecen en cuanto a su influencia sobre las
elecciones alimenticias.
El crecimiento físico y desarrollo se completan en mayor medida.
Los asuntos de imagen corporal son motivo de preocupación, en particular
entre los varones que tardan en madurar y las mujeres.
Comienzan a entender la relación entre las conductas actuales vinculadas
con la salud y el estado de salud futuro, aunque su necesidad de “encajar”
tal vez reemplace esta comprensión.
Adolescencia tardía

Se caracteriza por el desarrollo de la identidad personal y


creencias morales individuales.
El crecimiento y desarrollo físicos concluyen en su mayor parte, en
tanto los asuntos de imagen corporal son menos frecuentes.
Los adolescentes mayores sienten más confianza en sus aptitudes
para controlar situaciones sociales cada vez más complejas, lo que
se acompaña de reducción de la impulsividad del comportamiento
y de la presión de amigos.
Conductas de salud

Los patrones y conductas de alimentación de los


adolescentes están sujetos a muchos factores
que incluyen influencia de amigos, modelos
paternos, disponibilidad de alimentos,
preferencias alimenticias, costo, conveniencia,
creencias personales y culturales, medios masivos
de comunicación e imagen corporal.
Los hábitos alimenticios de los adolescentes no son estáticos.
Fluctúan a lo largo de la adolescencia en concordancia con el
desarrollo cognitivo y psicosocial.
Factores influyentes en su
conducta de salud

Factores personales: que influyen en la conducta alimenticia incluyen


actitudes, creencias, preferencias alimenticias, eficacia propia y
cambios biológicos.
Factores ambientales: comprenden el ambiente social inmediato
(familia, amigos y redes del adolescente) y otros factores como
escuela, establecimientos de comida rápida y normas sociales y
culturales.
Factores relativos: a macrosistemas (que abarcan la disponibilidad
alimenticia, los sistemas de producción y distribución de alimentos, y
los medios masivos de comunicación y la publicidad) desempeñan un
papel más lejano e indirecto en la determinación de conductas
alimenticias, aunque es posible que ejerzan una influencia importante
en las conductas alimenticias.
Por desgracia, los alimentos elegidos por los adolescentes tienden a
presentar contenido alto de azúcar, sodio y grasa, y relativamente bajo
de vitaminas y minerales.
Los refrescos se encuentran entre los refrigerios más elegidos por los
adolescentes; son la principal fuente de energía y azúcares añadidos
en las dietas de los jóvenes, y representan 9% de la ingesta total de
energéticos y 45% de la de azúcares añadidos.
La Youth Risk Behavior Surveillance (YRBS; Encuesta sobre
Conductas de Riesgo en Jóvenes) de 2011 informó que 28% de los
adolescentes consumen un refresco al día, 19% dos al día, y 11% tres o
más al día.
Los varones están en más probabilidades de beber dos o más
refrescos diarios que las mujeres (45 contra 25%).
Los estudiantes de raza negra e hispanos son los que informan mayor
consumo de estas bebidas, donde 37% de los estudiantes negros y
29% de los hispanos informan consumir dos o más gaseosas al día.
Requerimientos nutricionales

La nutrición, especialmente durante la adolescencia, tiene


gran importancia en la regulación del crecimiento y
mineralización del esqueleto.
Su papel se debe considerar doble, ya que por una parte
proporciona los nutrientes necesarios para el suministro de
energía y la formación de estructuras y, por otra, interactúa
con hormonas responsables del crecimiento y maduración,
como la hormona del crecimiento y las gonadotropinas, que
a su vez determinan los niveles de factor de crecimiento
similar a la insulina 1 (IGF-1) y esteroides gonadales,
respectivamente.
Requerimientos nutricionales

En general, debido a las tasas de crecimiento y


desarrollo típicas de la adolescencia, las necesidades
nutricionales son considerablemente superiores a las
de los niños y a las de los individuos adultos.
Durante esta época de la vida, además del aumento en
los requerimientos energéticos, también se producen
mayores necesidades en aquellos nutrientes
implicados en la acreción tisular, como son nitrógeno,
hierro y calcio.
Requerimientos nutricionales
Energía

La cantidad de actividad física, el índice metabólico basal y


el aumento de las necesidades para apoyar el crecimiento y
desarrollo de la pubertad influyen en las necesidades de
energía de los adolescentes.
El índice metabólico basal se relaciona de manera estrecha
con la cantidad de masa corporal magra de los individuos.
Debido a que los adolescentes del sexo masculino
experimentan mayores aumentos de talla, peso y masa
corporal magra, sus requerimientos calóricos son mayores
que en las mujeres.
Requerimientos
nutricionales - Energía

Debido a la gran variabilidad


en el momento de crecimiento
y maduración entre
adolescentes, la
determinación de
necesidades energéticas con
base en la velocidad de
crecimiento proporciona una
mejor estimación que la
basada en la edad
cronológica.
Requerimientos nutricionales

• Grasas: Se recomienda una ingesta inferior al 30% de la


ingesta energética, aunque si la distribución cualitativa de
las grasas es adecuada, con una ingesta elevada de grasa
monoinsaturada, se podría aceptar hasta un 35%.
• Proteínas: Las ingestas recomendadas se calculan en
función de la velocidad de crecimiento y la composición
corporal, aconsejando unas cifras medias de 45 g/ día y
59 g/día para los adolescentes varones de 9 a 13 años o
de 14 a 18 años, respectivamente, y de 44 g/día y 46 g/día
en el caso de mujeres.
Requerimientos nutricionales
Vitaminas
Requerimientos nutricionales
Minerales
Las conductas desafiantes de los adolescentes se vuelven
oportunidades para cambiar en un momento en que los
comportamientos de salud de la edad adulta se encuentran en
formación.
La búsqueda de identidad personal e independencia entre los
adolescentes tal vez propicie conductas positivas que mejoran
la salud, como la adopción de prácticas alimenticias saludables,
participación en actividades físicas competitivas y no
competitivas, e interés general en el desarrollo de un estilo de
vida saludable.
Estos intereses y conductas proporcionan los cimientos
adecuados para la edificación de la educación nutricional.

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