U2-2_Trastornos psicosomáticos-4

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Trastornos psicosomáticos

Trastorno de ansiedad
generalizada.
Lección 2
Unidad 2
Trastornos psicosomáticos Lección 2 – Unidad 2

Contenido
INTRODUCCIÓN. 2
TRASTORNO DE ANSIEDAD GENERALIZADA. 3
CRITERIOS DIAGNÓSTICOS SEGÚN EL DMS-V: 3
VARIAS CARACTERÍSTICAS DISTINGUEN EL TRASTORNO DE ANSIEDAD GENERALIZADA DE LA ANSIEDAD NO
PATOLÓGICA: 4
CARACTERÍSTICAS ASOCIADAS QUE APOYAN EL DIAGNÓSTICO. 4
LOS FACTORES DE RIESGO Y PRONÓSTICO SEGÚN EL DSM-V SON: 5
TRASTORNOS PSICOPATOLÓGICOS Y CRISIS PSICOLÓGICA: 5
OTROS TIPOS DE ANSIEDAD: 5
TRASTORNO DE ANSIEDAD INDUCIDO POR SUSTANCIAS/MEDICAMENTOS: 5
TRASTORNO DE ANSIEDAD DEBIDO A OTRA INFECCIÓN MEDICA: 6
OTRO TRASTORNO DE ANSIEDAD ESPECIFICADO: 6
OTRO TRASTORNO DE ANSIEDAD NO ESPECIFICADO: 7
PATOGENIA SEGÚN ANÁLISIS Y REVISIÓN DEL DSM-V SON: 7
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL: 7
PSICOPATOLOGÍA: 8
FENOMENOLOGÍA: 9
ESTRÉS: 9
ANGUSTIA: 10
TEORÍA DE LA CRISIS: 11
ABORDAJES DESDE LA PSICOTERAPIA DE LA ANSIEDAD: 11
- 11
- 11
-12
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 13

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Introducción.
En este apartado se pretende responder a necesidades como, algunos conceptos básicos y
significativos que debe saber todo estudiante, la ansiedad concepto, características,
clasificación de los tipos de ansiedad, la evolución, el impacto que genera en la vida de la
persona y las intervenciones desde el abordaje de las diferentes terapias psicológicas para
lograr el bienestar del paciente.

Desde el contexto del trastorno psicosomático, se revisa cómo podría ir en desarrollo desde
la infancia, adolescencia y adultez, estas alteraciones que impactan en todas las dimensiones
de la vida de la persona. Algunas señales de alerta para diagnosticar y revisar factores de
riesgo, entre otros temas como los tipos de ansiedad atendiendo a la clasificación en el DSM-
5.

Diferenciar los conceptos de ansiedad, angustia, estrés, crisis, analizando desde el escenario
de la psicopatología.

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Trastorno de Ansiedad
Generalizada.
Según el Diccionario de la Real Academia Española (vigésima primera edición), el término
ansiedad proviene del latín anxietas, refiriendo un estado de agitación, inquietud o zozobra
del ánimo, y suponiendo una de las sensaciones más frecuentes del ser humano, siendo ésta
una emoción complicada y displacentera que se manifiesta mediante una tensión emocional
acompañada de un correlato somático (Ayuso, 1988; Bulbena, 1986.citado por Sierra, J y
otros. pg.4.2003).

La característica esencial de un trastorno de ansiedad generalizada es una ansiedad y una


preocupación excesiva (anticipación aprensiva) acerca de una serie de acontecimientos o
actividades. La intensidad, la duración y la frecuencia de la ansiedad y la preocupación es
desproporcionada a la probabilidad o el impacto real del suceso anticipado. Al individuo le
resulta difícil controlar la preocupación y el mantenimiento de los pensamientos relacionados
con la misma interfiere con la atención a las tareas inmediatas. (DSM-V.pg.222.2014).

Criterios diagnósticos según el DMS-V:


A. Ansiedad y preocupación excesiva (anticipación aprensiva) que se produce durante
más días de lo que ha estado ausente durante un mínimo de seis meses, en relación
con diversos sucesos o actividades (como en la actividad laboral o escolar).
B. Al individuo le es difícil controlar la preocupación.
C. La ansiedad y la preocupación se asocian a tres (o más) de los seis síntomas
siguientes y al menos algunos síntomas han estado presentes durante más días de
los que ha estado ausente durante los últimos seis meses): Nota: en los niños
solamente se requiere de un ítem.
1) Inquietud o sensación de estar atrapado o con los nervios de punta.
2) Facilidad para fatigarse.
3) Dificultad para concentrarse o quedarse con la mente en blanco.
4) Irritabilidad.
5) Tensión muscular.
6) Problemas de sueño (dificultad para dormirse o para continuar durmiendo, o
sueño inquieto e insatisfactorio).
D. La ansiedad, la preocupación o los síntomas físicos causan malestar clínicamente
significativos o deterioro en lo social, laboral y en otras áreas importantes del
funcionamiento.
E. La alteración no se puede atribuir a los efectos fisiológicos de una sustancia (p.ej. una
droga, un medicamento) ni a otra afección médica (p. hipertiroidismo).
F. La alteración no se explica mejor por otro trastorno mental (p. ej., ansiedad o
preocupación de tener ataques de pánico en el trastorno de pánico, valoración
negativa en el trastorno de ansiedad social (fobia social), contaminación u otras
obsesiones en el trastorno obsesivo-compulsivo, separación de las figuras de apego
en el trastorno de ansiedad por separación, recuerdo de sucesos traumáticos en el
trastorno de estrés postraumático, aumento de peso en la anorexia nerviosa,
dolencias físicas den el trastorno de síntomas somáticos, percepción de
imperfecciones en el trastorno biomórfico corporal, tener una enfermedad grave en el

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trastorno de ansiedad por enfermedad, o el contenido de creencias delineantes en la


esquizofrenia o el trastorno delirante).

Varias características distinguen el


trastorno de ansiedad generalizada de
la ansiedad no patológica:
En primer lugar, las preocupaciones asociadas con el trastorno de ansiedad generalizada son
excesivas y, por lo general, interfieren significativamente con el funcionamiento psicosocial,
mientras que las preocupaciones de la vida cotidiana no son excesivas, se perciben como
más manejables y pueden ser aplazadas si surgen asuntos más urgentes. En segundo lugar,
las preocupaciones asociadas con el trastorno de ansiedad generalizada son más
penetrantes pronunciadas y angustiosas; tienen una mayor duración y se producen con
frecuencia sin desencadenante.

Cuanto mayor sea la variedad de circunstancias de la vida sobre las que una persona se
preocupa (por ejemplo, las finanzas, la seguridad de los niños, el rendimiento en el trabajo),
es más probable que sus síntomas cumplan los criterios del trastorno de ansiedad
generalizada. En tercer lugar, las preocupaciones cotidianas se asocian con mucha menos
frecuencia a síntomas físicos (por ejemplo: inquietud, sentimiento de agitación o nerviosismo).
Las personas con trastorno de ansiedad generalizada, refieren malestar subjetivo debido a la
preocupación constante y al deterioro de las áreas de sociales u ocupacionales, o de otras
áreas del funcionamiento.

La ansiedad y la preocupación se acompañan de, al menos, y tres de los siguientes síntomas


adicionales: inquietud o sensación de excitación o nerviosismo, facilidad para fatigarse,
dificultad para concentrarse o tener la mente en blanco, irritabilidad, tensión muscular y
trastornos del sueño, a pesar de que en los niños sólo se requiere un síntoma adicional.

Características asociadas que apoyan el


diagnóstico.
Asociados a la tensión muscular pueden aparecer temblores, contracciones nerviosas,
inestabilidad y molestias musculares y dolor. Muchas personas con trastorno de ansiedad
generalizada también experimentan síntomas somáticos (por ejemplo: sudoración, náuseas,
diarreas) además de una respuesta y sobresalto exagerada.

Los síntomas de hiperactividad vegetativa (por ejemplo: el ritmo cardiaco acelerado, dificultad
para respirar, mareos) son menos prominentes en el trastorno de ansiedad generalizadas que
en otros trastornos de ansiedad, como el trastorno de pánico. Otras afecciones que pueden
estar asociadas con el estrés (por ejemplo: el síndrome del intestino irritable, dolores de
cabeza) acompañan con frecuencia al trastorno de ansiedad generalizada (DSM-v.pg.222-
223.2014).

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Los factores de riesgo y pronóstico según el


DSM-V son:
Temperamentales: La inhibición de la conducta, la afectividad negativa (neuroticismo) y la
evitación del daño se han asociado con el trastorno de ansiedad generalizada.

Ambientales: Aunque las adversidades en la infancia y la sobreprotección de los padres se


han asociado al trastorno de ansiedad generalizada, no se han identificado factores
ambientales más específicos, necesarios o suficientes para el diagnóstico del trastorno de
ansiedad generalizada.

Genéticos y fisiológicos: Un tercio de sufrir trastorno de ansiedad generalizada genético y


esos factores genéticos se superponen con el riesgo de neuroticismo y son compartidos con
otros trastornos de ansiedad y del estado de ánimo, sobre todo con el trastorno depresivo
mayor (DSM-V.pg.224.2014).

Trastornos psicopatológicos y crisis


psicológica:
El manual de DSM-IV define los trastornos mentales como un síndrome o patrón
comportamental o psicológico de significación clínica, que aparece asociado a un malestar
(ej.…dolor), a una discapacidad (ej.…deterioro de una o más áreas de funcionamiento) o un
riesgo significativamente aumentado de morir o sufrir dolor, discapacidad o pérdida de
libertad. Además, ese síndrome o patrón no debe ser meramente una respuesta culturalmente
aceptada para un acontecimiento particular (ejemplo…muerte de un ser querido).

Cualquiera que sea su causa, debe considerarse como la manifestación individual de


disfunción comportamental, psicológica o biológica.

No el comportamiento desviado (ejemplo…político, religioso, sexual), ni los conflictos s entre


el individuo y la sociedad son trastornos mentales a no ser que la desviación o el conflicto
sean síntomas de disfunción (Caballero, A. pg.17. 2015).

Otros tipos de Ansiedad:


Trastorno de Ansiedad inducido por
sustancias/medicamentos:
Los criterios del diagnóstico son:

A. Los ataques de pánico o la ansiedad predominan en el cuadro clínico.

Existen pruebas a partir de la historia clínica, la exploración física o los análisis de laboratorio
de (1) y (2):

1) Síntomas del criterio A desarrollados durante o poco después de la intoxicación o


abstinencia de una sustancia o después de la exposición a un medicamento.

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2) La sustancia/medicamento implicado puede producir los síntomas del criterio A.


B. El trastorno no se explica mejor por un trastorno de ansiedad no inducido por
sustancias/medicamentos. Tal evidencia de un trastorno de ansiedad independiente
puede incluir los siguientes: los síntomas anteceden al inicio del consumo de la
sustancia/medicamento; los síntomas persisten durante un periodo importante (por
ejemplo. Aproximadamente un mes después del cese de abstinencia aguda o la
intoxicación grave; o existen otras pruebas que sugieren la existencia de un trastorno
de ansiedad independiente no inducido por sustancia/medicamentos por ejemplo.
(antecedentes de episodios recurrentes no relacionados con
sustancias/medicamentos).
C. El trastorno no se produce exclusivamente durante el curso de un delirium.
D. Los síntomas causan malestar clínicamente significativo o deterioro en lo social,
laboral u otras áreas importantes del funcionamiento (DSM-V.pg.226.2014).

Trastorno de ansiedad debido a otra afección


médica:
Los trastornos diagnósticos son:

A. Los ataques de pánico o la ansiedad predominan en el cuadro clínico.

Existen pruebas a partir de la historia clínica, la exploración física o los análisis de laboratorio
de que el trastorno es la consecuencia fisiopatológica directa de otra afección médica.

B. La alteración no se explica mejor por otro trastorno mental.


C. La alteración no se produce exclusivamente durante el curso de un delirium.
D. La alteración causa malestar clínicamente significativo o deterioro en lo social, laboral
u otras áreas importantes del funcionamiento (DSM-V.2014, p.230).

Otro trastorno de ansiedad


especificado:
Esta categoría se aplica a presentaciones en las que predominan los síntomas característicos
de un trastorno de ansiedad que causan malestar clínicamente significativos o deterioro en lo
social, laboral u otras áreas importantes del funcionamiento, pero que no cumplen todos los
criterios de ninguno de los trastornos de la categoría diagnóstica de los trastornos de
ansiedad. La categoría de otro trastorno de ansiedad especificado se utiliza en situaciones
en las que el médico opta por comunicar el motivo específico por el que la presentación no
cumple los criterios de un trastorno de ansiedad específico. Esto se hace registrando “otro
trastorno de ansiedad especificado” seguido del motivo específico, por ejemplo: “ansiedad
generalizada que está ausente más días de lo que está presente”.

Algunos ejemplos de presentaciones que se pueden especificar utilizando la designación


“otro especificado” son los siguientes:

1) Ataques sintomáticos limitados.


2) Ansiedad generalizada que no se produce en mayor número de días en los que no
está presente.

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3) Khyál cap (ataque del viento): véase: “Glosario de conceptos culturales de malestar”
en los apéndices de esta obra.
4) Ataque de nervios: Véase “Glosario de conceptos culturales de malestar” en los
apéndices de esta obra (DSM-V.pg.223.2014).

Otro trastorno de ansiedad no


especificado:
Esta categoría se aplica a presentaciones en las que predominan los síntomas característicos
de un trastorno de ansiedad que causan malestar clínicamente significativo o deterioro en lo
social, laboral u otras áreas importantes del funcionamiento, pero que no cumplen todos los
criterios de ninguno de los trastornos de la categoría diagnóstica de los trastornos de
ansiedad. La categoría del trastorno de ansiedad no especificado se utiliza en situaciones en
las que el médico opta por no especificar el motivo de incumplimiento de los criterios de un
trastorno de ansiedad específico, e incluye presentaciones en las que no existe suficiente
información para ser un diagnóstico más específico (p.ej., en servicios de urgencias) (DSM-
V.pg.233.2014).

Patogenia según análisis y revisión del DSM -V


son:
Consecuencias funcionales del trastorno de ansiedad generalizada.

La preocupación excesiva perjudica a la capacidad del individuo para hacer las cosas de
manera rápida y eficiente, ya sea en casa o en el trabajo. La preocupación consume tiempo
y energía y los síntomas asociados, como la tensión muscular y la sensación de excitación o
nerviosismo, el cansancio, la dificultad para concentrarse y los trastornos del sueño,
contribuyen al deterioro. Es importante destacar que la preocupación excesiva puede afectar
a la capacidad que tienen las personas con trastorno de ansiedad generalizada de fomentar
la confianza en sus hijos.

El trastorno de ansiedad generalizada se asocia con una discapacidad significativa y una


angustia que son independientes de los trastornos conmovidos, y la mayoría de los adultos
no institucionalizadas por este trastorno tiene una discapacidad entre moderada y grave. El
trastorno de ansiedad generalizada ocasiona, en la población de Estados Unidos, una pérdida
de 110 millones de días al año por incapacidad.

Diagnóstico diferencial:
- Trastorno de ansiedad debido a otra afección médica. El
diagnóstico de trastorno de ansiedad debido a otra afección médica se debería asignar
si se considera que la ansiedad y la preocupación del individuo, basándose en la
historia los hallazgos del laboratorio y la exploración física, son el efecto fisiológico de
otra afección médica específica, por ejemplo. (feocromocitoma, hipertiroidismo).

- Trastorno de ansiedad inducido por sustancias/medicamentos.


El trastorno de ansiedad inducido por sustancias/medicamentos se distingue del
trastorno de ansiedad generalizada por el hecho de considerar que una sustancia o

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medicamento por ejemplo (una droga de abuso, la exposición a una toxina) está
etimológicamente relacionado con la ansiedad. Por ejemplo, la ansiedad grave que se
produce sólo en el contexto de un elevado consumo de café sería diagnosticada de
trastorno de ansiedad inducido por cafeína.

- Trastorno de ansiedad social. Los individuos con trastorno de ansiedad


social a menudo tienden a esperar la ansiedad en relación con situaciones sociales
próximas o de evaluación por terceros, mientras que los individuos con trastorno de
ansiedad generalizada muestran preocupación estén o no siendo evaluados.

- Trastorno obsesivo-compulsivo. Varias características distinguen la


preocupación excesiva del trastorno de ansiedad generalizada de los pensamientos
obsesivos del trastorno obsesivo-compulsivo. En el trastorno de ansiedad
generalizada, la preocupación se enfoca en los problemas futuros, y es el carácter
excesivo de la preocupación por esos acontecimientos futuros, lo que es anormal. En
el trastorno obsesivo-compulsivo, las obsesiones son ideas inadecuadas porque
adoptan la forma de pensamientos, impulsos o imágenes intrusivas y no deseados.

- Trastorno de estrés postraumático y trastornos de adaptación.


La ansiedad está invariablemente presente en el trastorno de estrés-postraumático.
No se debería diagnosticar el trastorno de ansiedad generalizada si la ansiedad y la
preocupación se pueden explicar mejor como síntomas del trastorno de estrés
postraumático. La ansiedad también puede aparecer en el trastorno de adaptación,
pero esta categoría sólo se debe de utilizar cuando no se cumplen los criterios de
otros trastornos (incluido el trastorno de ansiedad generalizada). Por otra parte, en los
trastornos adaptativos, la ansiedad se produce en respuesta a un factor estresante,
identificable en los tres meses anteriores a su aparición, y no debe persistir durante
más de seis meses después haber desaparecido el factor estresante o sus
consecuencias.

- Trastorno depresivos, bipolares y psicóticos. La ansiedad y la


preocupación generalizada constituyen unas características frecuentes de los
trastornos depresivos, bipolares y psicóticos, y no se deberían diagnosticar
separadamente si la preocupación sólo aparece durante el curso de esos trastornos.

- Comorbilidad: Los individuos que cumplen el criterio de los trastornos de


ansiedad generalizada es probable que hayan padecido, o que actualmente cumplan,
los criterios de otros trastornos de ansiedad y de los trastornos depresivos unipolares.
El neuroticismo o la responsabilidad emocional que sostienen este patrón de
comorbilidad se asocia a antecedentes temperamentales y factores de riesgo
genéticos y ambientales que estos trastornos tienen en común, aunque también son
posibles otros factores independientes. Es menos común la comorbilidad con los
trastornos por consumo de sustancias con los trastornos de la conducta, con los
trastornos psicóticos, con los trastornos del neurodesarrollo y con los trastornos
neurocognitivos. (DSM-V.pg.225-226.2014).

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Psicopatología:
La psiquiatría trata la psicología patológica humana, pero han sido frecuentes los intentos en
reducirla a una neurofisiología patológica. Se debe seguir tratando más a profundidad, el
conocimiento introspectivo de nuestra propia conducta y la experiencia práctica de la
conducta de los demás son instrumentos para desarrollar un campo especial de conocimiento
psicológico que podría denominarse psicología empática (Fish.pg.3.1986).

Esto conduce a la creación de una psicología interpretativa, en la que las ideas obtenidas
empáticamente de los pacientes se formulan en términos de alguna teoría general
desarrollada a partir de la neuropsicología, la neurología, la filosofía o la mitología,
generalmente esas dos últimas.

La psicología interpretativa y empática debe distinguirse claramente de la psicología


científica. Que investiga la conducta animal y humana mediante métodos científicos y
establece normas y leyes. Los conceptos desarrollados por la psicología científica pueden
ser recogidos por la psicología interpretativa y demostrar su utilidad en la psicoterapia este
intercambio en ambas direcciones es muy beneficioso para ambos, pero el psiquiatra siempre
debe tener en cuenta que variedad de psicología está usando en un caso dado. La psicología
empática, intenta comprender al paciente poniéndose en su lugar; en cambio en la psicología
interpretativa se revisa lo que el sujeto dice o hace mediante una serie de conceptos que se
han visto útiles en el tratamiento de los pacientes. Estas son hipótesis del terapeuta que
ayudan a organizar la información proporcionada por el paciente. (Fish.pg.4.1986).

Fenomenología:
Es necesario tener en cuenta como el término deriva de ciertos conceptos filosóficos, es
necesaria una pequeña aclaración. El problema filosófico fundamental es el de la relación
entre mente y materia. Los filósofos se basan en variantes de tres respuestas posibles:

1) La mente es un producto de la materia que funciona de manera especial. Esta solución


materialista del problema lleva a concluir que todos los fenómenos psicológicos están
determinados por la materia.
2) Lamanet es lo primero y la materia es un producto de la mente. Esa es la posición
idealista que lleva a la conclusión de que los fenómenos psicológicos son primarios o
deducibles de fenómenos no materiales.
3) No hay suficientes pruebas para dar una respuesta al problema. Pero como la única
fuente de información son las sensaciones, es posible actuar como si éstas fueran
producidas por la materia. Esta es la posición empirista, realmente una variante del
materialismo práctico que se disocia del materialismo filosófico, el cual conduce por
su propia naturaleza a la falta de creencias religiosas (Fish.pg.4-5.1986).

Estrés:
El origen del término estrés se encuentra en el vocablo distres, que significa en inglés antiguo
"pena o aflicción"; con el uso frecuente se ha perdido la primera sílaba. El vocablo ya era
usado en física por Selye, aludiendo a la fuerza que actúa sobre un objeto, produciendo la
destrucción del mismo al superar una determinada magnitud; para este autor, el estrés es

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una respuesta inespecífica del organismo ante una diversidad de exigencias. Se trata de un
proceso adaptativo y de emergencia, siendo imprescindible para la supervivencia de la
persona; éste no se considera una emoción en sí mismo, sino que es el agente generador de
las emociones. En todo caso, el estrés es una relación entre la persona y el ambiente, en la
que el sujeto percibe en qué medida las demandas ambientales constituyen un peligro para
su bienestar, si exceden o igualan sus recursos para enfrentarse a ellas (Lazarus y Folkman,
1984. Citado por Sierra, J et al. (pg.4.2003).

El estrés supone un hecho habitual de la vida del ser humano, ya que cualquier individuo, con
mayor o menor frecuencia, lo ha experimentado en algún momento de su existencia. El más
mínimo cambio al que se expone una persona es susceptible de provocárselo. Tener estrés
es estar sometido a una gran presión, sentirse frustrado, aburrido, encontrarse en situaciones
en las que no es fácil el control de las mismas, tener problemas conyugales, etc.

Angustia:
Se refiere a la inquietud, intranquilidad, zozobra, tiene un efecto de inmovilización y conduce
al sobrecogimiento en innumerables ocasiones; se define como una emoción compleja, difusa
y desagradable que conlleva serias repercusiones psíquicas y orgánicas en el sujeto; la
angustia es visceral, obstructiva y aparece cuando un individuo se siente amenazado por algo
(Ayuso, 1988). Es un sentimiento vinculado a situaciones de desesperación, donde la
característica principal es la pérdida de la capacidad de actuar voluntaria y libremente por
parte del sujeto, es decir, la capacidad de dirigir sus actos.

El concepto de angustia procede del término alemán angst y de la palabra germana eng.
Ambos terminan de acercar los campos semánticos de uno y otro idioma; por lo tanto, dicho
concepto hace referencia a algo angosto o estrecho, es decir, a malestar y apuro. Mientras la
influencia latina hablaba de angor, con el influjo de la Psiquiatría francesa se llegó al término
de angoisse, como un sentimiento de constricción epigástrica, dificultades respiratorias e
inquietud. La reacción del individuo ante la angustia es de paralización, donde predominan
los síntomas físicos; además, el grado de nitidez de captación del fenómeno se encuentra
atenuado (Lopez-Ibor, 1969).

La angustia puede ser adaptativa o no, dependiendo de la magnitud con la que se presenta
y del tipo de respuesta que se emita en ese momento; su patología versa en la proporción,
intensidad y duración de las anomalías. La angustia normal no implica una reducción de la
libertad del ser humano, mientras que la patológica refleja una reacción desproporcionada
respecto a la situación que se presenta, siendo más corporal, primaria, profunda y recurrente;
este tipo de angustia es estereotipada, anacrónica (revive continuamente el pasado) y
fantasmagórica (imagina un conflicto tal vez inexistente) (Ayuso, 1988). Además, la angustia
de carácter patológico genera trastornos como pueden ser las propias crisis de angustia.
Puede darse el caso de que dichas crisis afloren de forma secundaria o simplemente que las
acompañen otros trastornos como la neurosis obsesiva, la depresión o la psicosis. El sujeto
no se ve capaz de iniciar una acción que alivie el sentimiento que está provocando esa
angustia; ese estado de indefensión es el que le impide ser libre. Como consecuencia, esto
conlleva un grave y marcado deterioro del funcionamiento fisiológico, psicológico y social del
individuo. En esta línea, es la medicina psicosomática la que se encarga de estudiar el
impacto que provocan determinadas situaciones nocivas y amenazantes en el propio sujeto

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y que, muy probablemente, le pueden llevar a desarrollar enfermedades físicas de gravedad


(Sierra, J y otros. pg.12.2003).

Teoría de la Crisis:
Todos los seres humanos pueden estar expuestos en ciertas ocasiones de sus vidas a
experimentar crisis caracterizadas por una gran desorganización emocional, perturbación y
colapso en las estrategias previas de enfrentamiento. El estado de crisis está limitado en
tiempo, casi siempre se manifiesta por un suceso precipitante, puede esperarse que siga
patrones sucesivos de desarrollo a través de diversas etapas y tiene el potencial de resolución
hacía nivel de funcionamiento más altos o bajos. La resolución de la crisis final depende
numerosos factores, que incluyen la gravedad del suceso precipitante, recursos personales
del individuo (fuerza del yo, experiencia con crisis anteriores, y los recursos sociales del
individuo, asistencia disponible de “otros significantes” (Slaikeu, 2000, p. 16).

Abordajes desde la Psicoterapia de la


Ansiedad:
- Enfoque conductual:
Frente a las teorías dinámicas, aparece un nuevo modelo que trata de acercar el término
hacia lo experimental y operativo. El conductismo parte de una concepción ambientalista,
donde la ansiedad es entendida como un impulso (drive) que provoca la conducta del
organismo. Desde esta perspectiva, Hull (1921, 1943, 1952) conceptualiza la ansiedad como
un impulso motivacional responsable de la capacidad del individuo para responder ante una
estimulación determinada. Esta escuela utiliza en el estudio de la respuesta de ansiedad los
términos de miedo y temor frecuentemente. Así, desde las teorías del aprendizaje, la
ansiedad se relaciona con un conjunto de estímulos condicionados o incondicionados que
elicitan a la misma en forma de respuesta emocional; además, ésta se concibe como un
estímulo discriminativo, considerando que la ansiedad conductual está mantenida a partir de
una relación funcional con un refuerzo obtenido en el pasado. Todo ello indica que se puede
entender el escenario en el que se aprende la conducta de ansiedad a través del aprendizaje
por observación y el proceso de modelado.

- Enfoque Cognitivo:
En la actualidad, la ansiedad de carácter clínico se caracteriza por presentar una serie de
factores entre los que se cuenta que la emoción sea recurrente y persistente, que la respuesta
emocional emitida sea desproporcionada en relación a la situación, que sea evocada en
ausencia de algún peligro ostensible; además, el individuo puede quedar paralizado por un
sentimiento de desamparo o se muestra incapaz de realizar conductas adaptativas a la
situación con objeto de eliminar dicha ansiedad. Por otra parte, el funcionamiento psicosocial
o fisiológico también resulta deteriorado (Akiskal, 1985). Por último, Beck y Clark (1997)
describen en su modelo de la ansiedad y el pánico una secuencia de procesamiento de la

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información basada en procesos cognitivos automáticos, por un lado, y controlados por otro,
al tiempo que consideran el papel crucial que la anticipación juega en la ansiedad.

- Enfoque Cognitivo-Conductual:
Según esto, la ansiedad pasa de ser concebida como rasgo de personalidad a ser
considerada como un concepto multidimensional, existiendo áreas situacionales específicas
asociadas a diferencias relativas al rasgo de personalidad. A partir de ahí surge la teoría
interactiva multidimensional (Endler y Magnusson, 1976; Endler, Magnusson, Ekehammar y
Okada, 1976; Endler y Okada, 1975), que concuerda con la hipótesis de la congruencia
propuesta por Endler en 1977, la cual defiende que es imprescindible la congruencia entre el
rasgo de personalidad y la situación amenazante para que la interacción entre ambos dé lugar
al estado de ansiedad. En el caso de la teoría tridimensional de Lang (1968), se considera a
la ansiedad como un sistema triple de respuesta en el que interactúan manifestaciones
cognitivas, fisiológicas y motoras. En definitiva, la ansiedad empieza a ser conceptualizada
como una respuesta emocional que, a su vez, se divide en tres tipos de respuestas, las cuales
incluyen aspectos cognitivos, fisiológicos y motores, debido a la posible influencia de
estímulos tanto internos como externos al propio individuo; el tipo de estímulo que provoca la
respuesta de ansiedad está determinado, en gran medida, por las características del individuo
(Miguel-Tobal, 1990. Citado por citado por Sierra, J y otros, 2003, p.11-12.). Desde ese marco
de referencia, esta técnica podría apoyar al paciente con trastorno psicosomático a disminuir
el nivel de ansiedad, a identificar su idea o cogniciones, psiquis, activación fisiológica
(somático y motores respuestas) ante la situación de malestar, su dificultad de salud.

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Referencias Bibliográficas
● Caballero., A. (2015). Intervención en crisis psicológicas. Manual de Evaluación y
Actuación. KOICA. Good Neighbors. Paraguay.
● DSM-5. (2014). Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales.
American Phychiatric Association. Panamericana. 5 edición. España.
http://pepsic.bvsalud.org/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1518614820030001000
02
● Fish. (1986). Psicopatología Clínica. Signos y síntomas de Psiquiatría. Segunda
edición. GRAFUR. España.
● Obts Camerini (2008). La terapia cognitiva. Integrada y actualizada. C.A.T.R.E.C.
Argentina.
● Papalia, (2012). Desarrollo Humano. Mc Graw Hill. México.
● Sierra, J y otros. (2003). Técnica Cognitiva Conductual. Revista Científica.

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