Tema 7
Tema 7
Tema 7
“12.Ahora bien, si se predica que Cristo ha resucitado de entre los muertos, ¿cómo algunos de
vosotros dicen que no hay resurrección de los muertos? 13.Porque si no hay resurrección de los
muertos, tampoco Cristo ha resucitado. 14.Y si Cristo no ha resucitado, vana es nuestra predicación
y vana nuestra fe.“ (1Cor 15,12-14)
Catecismo de la Iglesia Católica #422-455
Tema 7. Creo en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor
Creo en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro
Señor
Cuatro momentos:
• La figura del reino de Dios y la esperanza israelita están asociadas al mesías, el ungido de Yahveh. La
esperanza mesiánica es muy antigua en Israel y experimenta un largo proceso de elaboración. Con el
tiempo llegó a designar al enviado de Dios que en su nombre inaugura el reinado de la salvación y da
inicio a una nueva era.
• En la última etapa de Israel, existen muchas y diversas figuras del mesías, pero en el fondo todas
apuntan a expresar la firme confianza en la intervención salvadora de Yahveh a través de su ungido.
• Él instaurará el nuevo orden y traerá la salvación; será quien en nombre de Dios actúe para realizar
todas las promesas de Israel.
11. Redención y Salvación
Redención y Salvación
• La teología del A.T. y N.T. parte de la certeza que el ser humano está en esa
situación y necesita ser salvado.
• Asociada a la idea de salvación está la de Redención alude a la situación que padece quien se
ha endeudado con una deuda que le es imposible pagar, a tal punto que tiene que entregarse
él o sus hijos en esclavitud como prenda o medio de pago, en esas circunstancias queda en
manos de otro, como posesión suya y necesita ser rescatado.
• Tanto en el caso de salvación como de redención, se trata de otro que interviene para liberar
y lo hace adquiriéndolo, no para hacerlo su esclavo, sino para hacerlo libre.
• Unidad que parte de la experiencia pascual. Sin embargo, hay una profunda
unidad, dentro de la pluralidad. Incluso en el AT la expresión de salvación era
múltiple.
• La pluralidad que proviene de la diversidad de comunidades. Los evangelistas
escribieron para diversas comunidades, y en circunstancias distintas. La
cristología se fue cada vez enriqueciendo más y más con los diversos enfoques
que recibía de las múltiples comunidades. Así se formó también el Antiguo
Testamento, por ejemplo, el Pentateuco con las corrientes Yahvista y Elohísta,
diversas y una a la vez, y ambas inspiradas.
• Los cuatros evangelios pretenden un mismo fin: la proclamación de la fe
apostólica en el acontecimiento salvador de Jesucristo, fundamentada en los
hechos y palabras del Jesús terreno.
CRISTOLOGÍA Y
SOTERIOLOGÍA DE MARCOS
Cristología y soteriología de
Marcos
• La humanidad de Jesús es el rasgo que con frecuencia se estudia más en este evangelio.
Marcos a veces presenta a Jesús con rasgos fuertes, que Lucas tiende a suavizar. Jesús
reprende a sus compatriotas (Mc 6,6); se enoja contra quienes lo espían (3,5) y arroja
violentamente a los vendedores del templo (11,15-16).
• El Jesús de Marcos aparece con una grande capacidad para amar (9,36; 10,16; 10,21-22) y
de sufrir no sólo física, sino también moralmente (14,32-42).
• Y sin embargo, más que humano. Jesús es un hombre que actúa como Dios. Para el
israelita, Yahvé era el único que había hecho algo por Israel. Cuando Marcos presenta a
Jesús como un hombre que actúa como Yahvé, está afirmando ambas realidades: la realidad
de su naturaleza humana y su divinidad.
• El secreto mesiánico. Rasgo muy típico de Marcos. Jesús no proclama abiertamente su
mesianismo, sin embargo, responde con hechos a la pregunta sobre si es el Mesías: actúa
con “poder” al expulsar los demonios (Mc 1,22-39); como al obrar milagros de curaciones
(Mc 1,40-45ss); realiza obras mesiánicas, como la multiplicación de los panes (Mc 6,34-44;
8,1-10); entra en Jerusalén triunfalmente cumpliendo una profecía mesiánica (Mc 11,1-11);
el poder de Jesús (Mc 1,22-27ss)
La teología de los títulos
1. El Hijo de Dios (Mc 1,1; 15,39): Es el título que más corresponde al plan del
evangelio de Marcos.
• Presenta a Jesús actuando como Dios durante su vida pública, aunque pone la
confesión explícita en los labios del centurión a la muerte de Jesús: no dice que
entonces Jesús comience a ser Hijo de Dios, sino que entonces se le reconoce
como tal.
• Mc 1,1: título del evangelio; Mc 3,11; 5,7: la confesión de los demonios que salen
gritando del cuerpo de los endemoniados; Mc 15,39: la confesión del centurión.
2. Hijo del Hombre: Lejos de oponerse al título anterior, lo complementa, indicando
su misión terrena: su destino escatológico (1,38; 13,26; 14,62), su poder presente
(2,10; 2,28). Marcos le da más importancia en la práctica al significado “varón de
dolores”.
• Otra característica de resaltar es que no se trata de un título que el evangelista le
dé a Jesús, sino que aparece 14 veces en labios de Jesús; señal de que era un
título con el que Jesús se designaba a sí mismo.
Soteriología de Marcos
• Ya no está la salvación ligada al pueblo judío, sino a Jesucristo: Él es el nuevo Israel. Por ello
ya no es la pertenencia a una raza, sino la respuesta a la gracia de Jesucristo abierta a
todos.
• Más Jesús nunca ha renegado de su calidad judía: sigue en pie la promesa hecha a Abraham
(Gn 12,3), aunque a partir de él la verdadera descendencia de Abraham no será según la
carne y la sangre, sino según la fe (Mt 3,9). Esto abre la perspectiva del pueblo de Israel a
un universalismo que tendrá su concreción en la Iglesia.
• Es en Mateo donde aparece por primera vez en los evangelios la palabra ecclesía (Mt
16,18), literalmente, la “escogida de” entre los pueblos, es decir, la comunidad.
La teología de los títulos
1. Hijo de David: título preferido por Mateo, aparece en dos ocasiones en los otros sinópticos. En
Mateo aparece en nueve ocasiones.
• Pretende instruirnos a través de este título sobre la calidad del verdadero Mesías, Jesús se presenta
como un salvador pacífico, al servicio de los hombres, e incluso se atribuye a sí mismo la profecía de
Isaías 42,1-4.
• Este título no riñe con su teología universalista, aunque pareciese que el “Hijo de David” es salvador
sólo para Israel, Mateo advierte que el nuevo Israel, el nuevo pueblo elegido, no está más confiando
a los límites del Israel político.
2. Nuevo Moisés: Este término no se usaba en términos explícitos, más bien se trata de una teología
implícita en Mateo, quien nos presenta a Jesús como un profeta, doctor de la nueva ley, y con
autoridad sobre ella: era el papel de Moisés.
• Donde más reluce el enfoque teológico es en el Sermón de la Montaña. Jesús no solamente
interpreta la ley mosaica, sino que la lleva a su perfección dándole con autoridad un nuevo
contenido: “Habéis oído que se dijo… pero yo os digo”
La teología de los títulos
3. Hijo del Hombre: En Mateo este título no sólo presenta la realidad terrena de Jesús,
sino también su señorío: es Señor como Hijo del Hombre. Este título está íntimamente
ligado a su poder escatológico. Tal poder le viene de una identificación que hace Mateo
entre el Hijo del Hombre y el Hijo de Dios. Así en la confesión de Cesarea pregunta Jesús:
“¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del hombre?” La respuesta definitiva, es: “Tú
eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente” (16,13-16). Este título aparece 30 veces en
Mateo.
4. El Hijo de Dios: Poco frecuente en Mateo, no por ello menos importante. Utiliza este
título tres veces en momentos decisivos para una confesión de fe: Nadie conoce al Padre
sino el Hijo (Mt 11,25-27), ante el Sumo Sacerdote en el Sanedrín (26,65), la confesión
de Pedro (16,16). También se puede incluir Mt 28,19 en que Jesús se coloca al nivel del
Padre y del Espíritu en la fórmula trinitaria.
CRISTOLOGÍA Y
SOTERIOLOGÍA DE LUCAS
Cristología y soteriología de
Lucas
• El evangelio de la infancia (Lc 1 y 2) juega en Lucas un papel importantísimo. En estos
dos capítulos prácticamente queda asentada su cristología.
• El evangelio del plan del Padre. Ya desde el principio Lucas nos ofrece un relato
enmarcado dentro de un plan salvífico. Los dos cantos (el de María y el de Zacarías: Lc
1,46-55 y 67-79) reconocen que lo actuado en ellos es el cumplimiento de la promesa
divina a los antiguos padres. Igualmente el cantico de Simeón es profético: proclama
que se trata de una “preparación” anterior, del plan de Dios, que se cumple en ese
momento en el Niño presentado en el templo: “porque han visto mis ojos tu salvación,
la que has preparado a la vista de todos los pueblos” (Lc 2,31). Desde el punto de vista
literario los dos primeros capítulos no tienen otra finalidad que indicar cómo la larga
historia de Israel, tiene su cumplimiento en la persona de Cristo.
• El Evangelio del Espíritu Santo. A la obra del Espíritu está prácticamente consagrado el
segundo libro de Lucas, pero desde los dos primeros capítulos del evangelio se anuncia
esta teología: el precursor “estará lleno del Espíritu Santo ya desde el seno de su
madre” (1,15), será concebido por obra del Espíritu (1,35), (1,41), (1,67), (2,25-27)…
Cristología y soteriología de
Lucas
• El evangelio de los pobres: ya desde el cántico de María, Lucas enuncia un tema que
será uno de sus favoritos a través del evangelio: la salvación se ofrece a los pobres y
humildes. 1,48; 1,52-53; 1,75-76; 2,8ss; 2,24… María atribuye toda la obra salvífica a
Yahvé, porque “ha puesto los ojos en la humildad de su Sierva” (1,48).
Lucas utiliza con mucha abundancia los títulos cristológicos primitivos que él recibió por
tradición, tales como Mesías, Señor, Salvador, Hijo, Profeta, Servidor, Hijo del Hombre,
Maestro. Tiene otros más propios suyos como Mesías sufriente, autor de la vida, Santo y
Justo; además de ser el único evangelista que llama a Jesús explícitamente el Salvador.
Los más sobresalientes son:
• El profeta investido del Espíritu: 15 veces en el evangelio de Lucas aparece Jesús “lleno
del Espíritu”. Precisamente por esa unción se siente Jesús llamado a realizar el ideal
profético de Isaías (Lc 4,16-30, y cf. Is 61,1-2), igualmente recuerda el ministerio profético
de Elías (9,18-19)… Lucas sitúa la actividad de Jesús bajo el signo de la palabra. Es en su
evangelio donde se encuentran mayor número de parábolas y de palabras de Jesús. Los
apóstoles tienen el ministerio de predicar la palabra. Durante el ministerio de Jesús la
gente lo reconoce como profeta (9,8.19).
La teología de los títulos
• El Señor de la casa de David: La teología del reinado mesiánico aparece claramente en San
Lucas desde la anunciación (1,26-38), que nos recuerda la promesa hecha a David (2Sam
7,12-16) y la del Emmanuel (Is 7,14).
• La universalidad del reinado de David se manifiesta desde la genealogía que Lucas hace
entroncar en Adán.
• El Cristo: No lo pone con frecuencia en labios de Jesús sino de sus oyentes, o en frases
redaccionales del mismo evangelista. Unifica este título con la misión universal de
Jesucristo: “Os ha nacido un salvador, que es el Cristo Señor” (2,11). Este título “Jesús el
Cristo” parece ser la más primitiva confesión de fe de la Iglesia, incluso anterior a “Señor
Jesús”.
• El Señor: San Lucas muestra preferencia por este título, sobre los otros sinópticos. 15 veces.
Indica en Lucas una veneración y devoción religiosa.
CRISTOLOGÍA Y
SOTERIOLOGÍA DE JUAN
Cristología y soteriología de
Juan
• La preexistencia de Cristo. La encarnación necesariamente supone que en Jesucristo debe
haber un elemento preexistente que forma parte de su mismo ser. La doctrina de Jesucristo
como Hijo de Dios, en el sentido pleno que el Espíritu Santo con su inspiración hizo descubrir
a los apóstoles, está suponiendo en él una vida en el seno de la Trinidad, que trasciende los
límites de la existencia histórica del hombre Jesús.
• El Logos: Tras captar todo lo que era ese Jesús histórico, llega a condensar en esta expresión
su fe: el Logos no es más que la “Palabra” del Padre. San Juan llama Logos al Hijo de Dios
antes de toda misión, a toda acción en el mundo.
• El origen de Cristo: su procedencia humana viene de Nazaret, pero Jesús también tiene otro
origen misterioso para sus contemporáneos: “Yo sé de dónde vengo. Vosotros no lo sabéis”
(Jn 8, 14; 6,41). Los discípulos descubren que “ha salido de Dios”, pero sólo a través de la
gracia que supera la carne (cf. 16,27-30).
Cristología y soteriología de
Juan
• La encarnación. Es el evangelio que más insiste en este tema teológico. Su texto clave “Y el
Verbo se hizo carne” (Jn 1,14). Para que no haya peligro de docetismo insiste en verbos que
indican cualidades corpóreas: “lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo
que contemplamos y hemos tocado con nuestras manos” (1Jn 1,2).
• Hasta antes de Juan el énfasis se había puesto en la muerte y exaltación de Cristo. Juan pone,
además, otro polo fundamental a la doctrina cristológica: la encarnación. Por lo mismo, al
mantenerse Jesús siempre como el Verbo, aunque hecho carne, no tendrá para Juan en la cruz
el sentido de humillado como en Marcos, sino el de exaltado.
• Jesús como “el Hijo”: la palabra Padre aparece 107 veces en el evangelio de San Juan, y 12
veces en la primera carta: todo el cuarto evangelio se centra en la fe básica en que Dios es el
Padre de Nuestro Señor Jesucristo y gira en torno a esta confesión de fe. Jesús aparece pues
como el Hijo.
La teología de los títulos
• El Cristo: Es un título íntimamente ligado con dos aspectos, Jesús es el Hijo de Dios, y es enviado al
mundo para revelarnos los secretos del Padre. Este título refleja la fe de una comunidad postpascual. Jn
1,17; 20,31; 10,24; 4,26; 17,3).
• El Hijo del Hombre: aparece 13 veces en Juan aunque con un sentido diferente al de los sinópticos. Sólo
en una ocasión tiene un sentido escatológico (Jn 5,27). Juan lo emplea para designar al Señor
glorificado (Jn 1, 51, 3,13.14…). Este título corresponde a la teología soteriológica de Juan: el Hijo del
Hombre tiene el poder para salvar al hombre de su pecado y conducirlo a la vida.
• El Profeta: Pocas veces lo usa Juan para señalar a Jesús, generalmente es título que le conceden sus
interlocutores (Jn 4,19 la samaritana), tras la multiplicación de los panes (Jn 4,14). Pero en la teología
joánica tal título supone: todo lo dicho sobre Jesús como revelador del Padre, es en realidad, su misión
profética.
• El rey de Israel: Juan lo usa aunque parcamente: los discípulos lo confiesan rey de Israel, pero la cautela
se atribuye al concepto de reino de Dios que prevalecía en tiempos de Jesús. (Jn 18,33; 18,36-37).
CRISTOLOGÍA Y
SOTERIOLOGÍA DE PABLO
Cristología y soteriología de
Pablo
• Preexistencia y encarnación: Esta doctrina no es original suya. La preexistencia de Cristo se
presenta con relación a la creación, a la encarnación y a la historia. Lo salvífico es el hecho de una
intervención real del Hijo de Dios (y por tanto el preexistente) en la historia humana (señalada por
el pecado)
• Jesucristo, revelador del Padre: Es el Padre quien ha tomado la iniciativa de salvar al hombre.
• El Espíritu Santo y la Iglesia: el Espíritu es el que actúa en la obra del Cuerpo de Cristo: La Iglesia.
Cristología y soteriología de
Pablo
• Jesucristo, primogénito de la creación: “Todo fue creado por Él y para Él” (Col 1,15ss). Si el
Padre ha enviado a su Hijo es con el fin de que él lo recapitule todo; para que sea la
cumbre de todo cuanto el Padre ha creado en vista del Hijo: por y para él. Esa
recapitulación, iniciada ya en la creación, vuelve a ser re-creada en la Encarnación de su
Hijo y ha llegado a su cumbre en la resurrección (1Cor 15,20ss); pero logrará su total
cumplimiento en la parusía.
• Jesucristo resucitado, Cabeza de la Iglesia: En la Carta a los Colosenses y a los Efesios: los
cristianos quisieran estar sujetos a ciertos rituales religiosos de tipo judaico, por ejemplo
ciertas prácticas alimenticias, o la circuncisión (Col 2, 11-13.16.21), o bien a la celebración
de ciertas fiestas (Col 2,16). Pero Pablo les afirma que están sometidos únicamente a
Jesucristo. “Dios lo ha dado como cabeza por encima de todo a la Iglesia” (Ef 1,21-22).
La teología de los títulos
• El Hijo de Dios: No muy frecuente en Pablo, este título significa en San Pablo la elección divina
de parte del Padre, y la dedicación completa de Jesús a dicho plan.
• El Señor: El título más típico de la literatura paulina. Su empleo en Pablo corresponde no a las
categorías helenísticas, sino a las hebreas monoteístas que en el Antiguo Testamento
reconocían un solo Señor (Adonai), esto es, Dios. (1Cor 8,5-6).
La teología de los títulos
• Segundo Adán: Título típicamente paulino, aunque poco utilizado en sus epístolas.
De hondas raíces teológicas, podría iluminar toda la soteriología paulina. Sólo
aparece en 1Cor 5,22: “Del mismo modo que en Adán mueren todos, así también
todos revivirán en Cristo” (Rom 5,12-31). Más que aparecer en este título la
divinidad de Jesucristo, se subraya su humanidad. Como segundo Adán (esto es
como el definitivo), es el prototipo del hombre. (Obediencia)
• Imagen de Dios: En relación con el título anterior, quienes resucitemos con Cristo,
en efecto “así como llevamos la imagen de lo terrestre (primer Adán), así
llevaremos la imagen de los celeste (esto es, del segundo Adán)” (1Cor 15,49). Pero
si alguna vez llegáramos a ser imagen de Cristo, es porque ya hemos comenzado
este proceso desde el Bautismo.
Herejías y Concilios
CONCILIO HEREJÍA RESPUESTA