Tema 7

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¡Felices Pascuas de Resurrección!

“12.Ahora bien, si se predica que Cristo ha resucitado de entre los muertos, ¿cómo algunos de
vosotros dicen que no hay resurrección de los muertos? 13.Porque si no hay resurrección de los
muertos, tampoco Cristo ha resucitado. 14.Y si Cristo no ha resucitado, vana es nuestra predicación
y vana nuestra fe.“ (1Cor 15,12-14)
Catecismo de la Iglesia Católica #422-455
Tema 7. Creo en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor
Creo en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro
Señor
Cuatro momentos:

a) Categorías en el Antiguo Testamento


b) Jesucristo, Hijo de Dios
c) Cristología en el Nuevo Testamento
d) Herejías y Concilios
10. La esperanza del Mesías
La esperanza del Mesías

• La figura del reino de Dios y la esperanza israelita están asociadas al mesías, el ungido de Yahveh. La
esperanza mesiánica es muy antigua en Israel y experimenta un largo proceso de elaboración. Con el
tiempo llegó a designar al enviado de Dios que en su nombre inaugura el reinado de la salvación y da
inicio a una nueva era.

• Si bien en un inicio estuvo indisolublemente asociada a la casa real de David y a la institución


monárquica, al final se enriqueció con nuevas perspectivas, algunas incluso en abierta contradicción
con la tradición y la expectativa monárquicas.

• En la última etapa de Israel, existen muchas y diversas figuras del mesías, pero en el fondo todas
apuntan a expresar la firme confianza en la intervención salvadora de Yahveh a través de su ungido.

• Él instaurará el nuevo orden y traerá la salvación; será quien en nombre de Dios actúe para realizar
todas las promesas de Israel.
11. Redención y Salvación
Redención y Salvación

• Salvación como categoría articuladora y base de las demás categorías.

• Salvación alude a una situación de perdición o de riesgo inminente que


provoca que la persona que la padece, busque y reclame la intervención de
alguien que precisamente puede salvar y llamarse, entonces, salvador.

• La teología del A.T. y N.T. parte de la certeza que el ser humano está en esa
situación y necesita ser salvado.

• La evolución del pensamiento teológico apunta a esperar una intervención


definitiva y extraordinaria de Dios que logre librar al pueblo, no sólo de
enemigos singulares, sino del pecado.
11. Redención y Salvación
Redención y Salvación

• Asociada a la idea de salvación está la de Redención alude a la situación que padece quien se
ha endeudado con una deuda que le es imposible pagar, a tal punto que tiene que entregarse
él o sus hijos en esclavitud como prenda o medio de pago, en esas circunstancias queda en
manos de otro, como posesión suya y necesita ser rescatado.

• Es precisamente el “redentor”, un pariente o un benefactor que asume la deuda y lo libera


del lazo de la servidumbre.

• Tanto en el caso de salvación como de redención, se trata de otro que interviene para liberar
y lo hace adquiriéndolo, no para hacerlo su esclavo, sino para hacerlo libre.

• En ese contexto se lee e interpreta en la comunidad cristiana primitiva la aparición y la obra


de Jesús de Nazareth.
12. “El pueblo que andaba en
tinieblas vio una
“Elgran luz”que
pueblo (Is 9,1)
andaba en tinieblas vio una
gran luz” (Is 9,1)

• La situación de los israelitas: injusticia, opresión, maldad, violencia, angustia,


pecado, muerte se puede figurar como una gran oscuridad y tiniebla.

• En ese contexto la aparición de Jesús se interpretó como la llegada de la luz, de


la presencia de Dios y su reinado que traen la paz y la salvación.

• Después de la Pascua, cuando los discípulos reflexionaron sobre el significado


del Señor, lo hicieron a la luz de su fe judía y en el marco de las categorías que
lo definían. En el marco de esa fe trataron de interpretar su mensaje, vida,
muerte y resurrección.
JESUCRISTO, HIJO DE DIOS
Jesús nos ha dado a conocer que
Él era el Hijo de Dios en su
autoridad, sus milagros,
palabras, oración y muerte.
Los testimonios de los primeros
cristianos no hacen sino
corroborar esta manifestación y
sacar consecuencias.
JESUCRISTO, HIJO DE DIOS
• Jesús no dijo directamente de sí:
“Yo soy Dios”, pero lo que no ha
dicho con palabras, lo ha
mostrado con hechos.

• Los primeros cristianos creyeron


en la filiación eterna de
Jesucristo. Para ellos Jesucristo
aparece perteneciendo al
misterio de Dios, haciendo parte
de este misterio desde la
eternidad.
JESUCRISTO, HIJO DE DIOS
VISIÓN HISTÓRICA Y EXEGÉTICA

1. Jesús manifiesta su divinidad: No manifestó


su divinidad diciendo por ejemplo: “Yo soy
Dios” o “yo soy el hijo de Dios”. Se fue
manifestando poco a poco pero sobre todo
con su actuar.

a) El anunciador del Reino de Dios: Jesús


comienza su vida apostólica con el anuncio de
la venida del Reino de Dios.

b) La autoridad de Jesús: Hablaba como quien


tiene autoridad. Jesús hacia lo que no había
hecho ningún profeta: cambiar la ley de
Moisés, interpretarla de tal manera que
equivalía a una nueva manera de entenderla.
JESUCRISTO, HIJO DE DIOS
c) La libertad de Jesús: Libertad es esa actitud
interior que le muestra ser Señor de sí mismo en
toda circunstancia.

d) La invitación al seguimiento: Jesús elige a los


suyos, les llama.

e) Los milagros de Jesús: En tiempo de Jesús no se


discutía si hacía o no milagros, sino en virtud de
quién los hacía (Mc 3,22).

f) Jesús en sus parábolas: Lo más original de Jesús


son las parábolas. En las parábolas se habla de
Dios muy de cerca, con intimidad, con naturalidad.
JESUCRISTO, HIJO DE DIOS
g) La relación con el Padre: Esta relación se expresa en
la forma de nombrarle: Abba para dirigirse a Dios.
La palabra abba e imma son los primeros sonidos
que produce el niño para llamar a su padre y a su
madre.

h) La muerte en cruz: Se puede decir que en su


muerte y resurrección, es donde los discípulos
encontraron la certeza de que era el Unigénito del
Padre. En la muerte Jesús se entrega por entero al
Padre, acepta vivir y morir con absoluta
dependencia del Padre y realiza el acto supremo de
la caridad que puede hacer por los demás, por esta
razón no es un profeta más.
JESUCRISTO, HIJO DE DIOS
2. La divinidad de Jesús en el Nuevo Testamento:
Su divinidad se transparentaba en la vida y
en la muerte.

a) Jesús, Hijo de Dios, resucitado, “exaltado”:


Jesús a través de su muerte y resurrección,
ha manifestado su verdadero ser: Hijo del
Padre.

b) Jesús, Hijo de Dios “preexistente”: El Hijo de


Dios no empieza a existir con el envío, sino
que tenía una existencia real como Hijo de
Dios.

c) Jesús, Hijo de Dios en la historia: Los evangelios


sinópticos acentúan la filiación de Jesús
durante su vida.
JESUCRISTO, HIJO DE DIOS
Cristología en el Nuevo
Testamento
Tú eres el Cristo,
el Hijo del Dios viviente (Mt 16,16)

• Tras la resurrección de Cristo, y a la luz del Espíritu Santo, los


apóstoles y luego la Iglesia comprendieron el mensaje, la misión y la
persona misma de Jesús, y así nos lo transmitieron en la Palabra
escrita del NT, que se convierte entonces para nosotros en la norma
de fe.
• Aunque todos los autores confiesan un mismo Cristo y una misma
obra salvífica a partir de la experiencia de la pascua, sin embargo, se
encuentra frente a la concepción y expresión teológica un rico
pluralismo.
CRISTOLOGIA EN EL
NUEVO TESTAMENTO
La única confesión de fe en Jesucristo,
expresada en forma múltiple

• Unidad que parte de la experiencia pascual. Sin embargo, hay una profunda
unidad, dentro de la pluralidad. Incluso en el AT la expresión de salvación era
múltiple.
• La pluralidad que proviene de la diversidad de comunidades. Los evangelistas
escribieron para diversas comunidades, y en circunstancias distintas. La
cristología se fue cada vez enriqueciendo más y más con los diversos enfoques
que recibía de las múltiples comunidades. Así se formó también el Antiguo
Testamento, por ejemplo, el Pentateuco con las corrientes Yahvista y Elohísta,
diversas y una a la vez, y ambas inspiradas.
• Los cuatros evangelios pretenden un mismo fin: la proclamación de la fe
apostólica en el acontecimiento salvador de Jesucristo, fundamentada en los
hechos y palabras del Jesús terreno.
CRISTOLOGÍA Y
SOTERIOLOGÍA DE MARCOS
Cristología y soteriología de
Marcos

• La humanidad de Jesús es el rasgo que con frecuencia se estudia más en este evangelio.
Marcos a veces presenta a Jesús con rasgos fuertes, que Lucas tiende a suavizar. Jesús
reprende a sus compatriotas (Mc 6,6); se enoja contra quienes lo espían (3,5) y arroja
violentamente a los vendedores del templo (11,15-16).
• El Jesús de Marcos aparece con una grande capacidad para amar (9,36; 10,16; 10,21-22) y
de sufrir no sólo física, sino también moralmente (14,32-42).
• Y sin embargo, más que humano. Jesús es un hombre que actúa como Dios. Para el
israelita, Yahvé era el único que había hecho algo por Israel. Cuando Marcos presenta a
Jesús como un hombre que actúa como Yahvé, está afirmando ambas realidades: la realidad
de su naturaleza humana y su divinidad.
• El secreto mesiánico. Rasgo muy típico de Marcos. Jesús no proclama abiertamente su
mesianismo, sin embargo, responde con hechos a la pregunta sobre si es el Mesías: actúa
con “poder” al expulsar los demonios (Mc 1,22-39); como al obrar milagros de curaciones
(Mc 1,40-45ss); realiza obras mesiánicas, como la multiplicación de los panes (Mc 6,34-44;
8,1-10); entra en Jerusalén triunfalmente cumpliendo una profecía mesiánica (Mc 11,1-11);
el poder de Jesús (Mc 1,22-27ss)
La teología de los títulos

1. El Hijo de Dios (Mc 1,1; 15,39): Es el título que más corresponde al plan del
evangelio de Marcos.
• Presenta a Jesús actuando como Dios durante su vida pública, aunque pone la
confesión explícita en los labios del centurión a la muerte de Jesús: no dice que
entonces Jesús comience a ser Hijo de Dios, sino que entonces se le reconoce
como tal.
• Mc 1,1: título del evangelio; Mc 3,11; 5,7: la confesión de los demonios que salen
gritando del cuerpo de los endemoniados; Mc 15,39: la confesión del centurión.
2. Hijo del Hombre: Lejos de oponerse al título anterior, lo complementa, indicando
su misión terrena: su destino escatológico (1,38; 13,26; 14,62), su poder presente
(2,10; 2,28). Marcos le da más importancia en la práctica al significado “varón de
dolores”.
• Otra característica de resaltar es que no se trata de un título que el evangelista le
dé a Jesús, sino que aparece 14 veces en labios de Jesús; señal de que era un
título con el que Jesús se designaba a sí mismo.
Soteriología de Marcos

• Toda la teología de San Marcos tiene por objeto


manifestar como Jesús es el Salvador.

• Dos aspectos soteriológicos de Marcos:


a) La misión de Jesús en torno al perdón del pecado y
a la destrucción de su poder; y,
b) toda la pasión, muerte y resurrección están
programadas desde el principio del evangelio, a
partir de los anuncios de la pasión, como siguiendo
el plan divino salvífico.
CRISTOLOGÍA Y
SOTERIOLOGÍA DE MATEO
Cristología y soteriología de
Mateo
• El evangelio de la infancia (Mt 1 y 2), síntesis de su cristología. Jesús es el
cumplimiento de la promesa. Desde el evangelio de la infancia, Mateo
desarrolla uno de sus temas fundamentales: la realeza mesiánica de Jesús es el
cumplimiento de las profecías. Expresión muy usada por Mateo: “Para que se
cumpliese lo dicho por el profeta” (2,5).

• Función de la genealogía: demostrar que Jesús es el mesías prometido. Lo más


significativo es que procede de Abraham y de David; es decir, es el heredero de
la promesa, y su cumplimiento.

• Jesús es el verdadero Israel: hace parte también del significado de la


genealogía: Jesús es el recapitulador de toda la historia y de la promesa de
Israel. La idea de Mateo a través de todo su evangelio es: Jesús es el mesías-
rey, descendiente legítimo de la línea mesiánica davídica.
Cristología y soteriología de
Mateo

• Universalidad de la salvación: la gran Iglesia. Nos presenta a Jesús como el mesías


rechazado por su pueblo; pero a la vez como el fundador de un nuevo pueblo de Dios: la
Iglesia.

• Ya no está la salvación ligada al pueblo judío, sino a Jesucristo: Él es el nuevo Israel. Por ello
ya no es la pertenencia a una raza, sino la respuesta a la gracia de Jesucristo abierta a
todos.

• Más Jesús nunca ha renegado de su calidad judía: sigue en pie la promesa hecha a Abraham
(Gn 12,3), aunque a partir de él la verdadera descendencia de Abraham no será según la
carne y la sangre, sino según la fe (Mt 3,9). Esto abre la perspectiva del pueblo de Israel a
un universalismo que tendrá su concreción en la Iglesia.

• Es en Mateo donde aparece por primera vez en los evangelios la palabra ecclesía (Mt
16,18), literalmente, la “escogida de” entre los pueblos, es decir, la comunidad.
La teología de los títulos

1. Hijo de David: título preferido por Mateo, aparece en dos ocasiones en los otros sinópticos. En
Mateo aparece en nueve ocasiones.
• Pretende instruirnos a través de este título sobre la calidad del verdadero Mesías, Jesús se presenta
como un salvador pacífico, al servicio de los hombres, e incluso se atribuye a sí mismo la profecía de
Isaías 42,1-4.
• Este título no riñe con su teología universalista, aunque pareciese que el “Hijo de David” es salvador
sólo para Israel, Mateo advierte que el nuevo Israel, el nuevo pueblo elegido, no está más confiando
a los límites del Israel político.

2. Nuevo Moisés: Este término no se usaba en términos explícitos, más bien se trata de una teología
implícita en Mateo, quien nos presenta a Jesús como un profeta, doctor de la nueva ley, y con
autoridad sobre ella: era el papel de Moisés.
• Donde más reluce el enfoque teológico es en el Sermón de la Montaña. Jesús no solamente
interpreta la ley mosaica, sino que la lleva a su perfección dándole con autoridad un nuevo
contenido: “Habéis oído que se dijo… pero yo os digo”
La teología de los títulos

3. Hijo del Hombre: En Mateo este título no sólo presenta la realidad terrena de Jesús,
sino también su señorío: es Señor como Hijo del Hombre. Este título está íntimamente
ligado a su poder escatológico. Tal poder le viene de una identificación que hace Mateo
entre el Hijo del Hombre y el Hijo de Dios. Así en la confesión de Cesarea pregunta Jesús:
“¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del hombre?” La respuesta definitiva, es: “Tú
eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente” (16,13-16). Este título aparece 30 veces en
Mateo.

4. El Hijo de Dios: Poco frecuente en Mateo, no por ello menos importante. Utiliza este
título tres veces en momentos decisivos para una confesión de fe: Nadie conoce al Padre
sino el Hijo (Mt 11,25-27), ante el Sumo Sacerdote en el Sanedrín (26,65), la confesión
de Pedro (16,16). También se puede incluir Mt 28,19 en que Jesús se coloca al nivel del
Padre y del Espíritu en la fórmula trinitaria.
CRISTOLOGÍA Y
SOTERIOLOGÍA DE LUCAS
Cristología y soteriología de
Lucas
• El evangelio de la infancia (Lc 1 y 2) juega en Lucas un papel importantísimo. En estos
dos capítulos prácticamente queda asentada su cristología.
• El evangelio del plan del Padre. Ya desde el principio Lucas nos ofrece un relato
enmarcado dentro de un plan salvífico. Los dos cantos (el de María y el de Zacarías: Lc
1,46-55 y 67-79) reconocen que lo actuado en ellos es el cumplimiento de la promesa
divina a los antiguos padres. Igualmente el cantico de Simeón es profético: proclama
que se trata de una “preparación” anterior, del plan de Dios, que se cumple en ese
momento en el Niño presentado en el templo: “porque han visto mis ojos tu salvación,
la que has preparado a la vista de todos los pueblos” (Lc 2,31). Desde el punto de vista
literario los dos primeros capítulos no tienen otra finalidad que indicar cómo la larga
historia de Israel, tiene su cumplimiento en la persona de Cristo.
• El Evangelio del Espíritu Santo. A la obra del Espíritu está prácticamente consagrado el
segundo libro de Lucas, pero desde los dos primeros capítulos del evangelio se anuncia
esta teología: el precursor “estará lleno del Espíritu Santo ya desde el seno de su
madre” (1,15), será concebido por obra del Espíritu (1,35), (1,41), (1,67), (2,25-27)…
Cristología y soteriología de
Lucas
• El evangelio de los pobres: ya desde el cántico de María, Lucas enuncia un tema que
será uno de sus favoritos a través del evangelio: la salvación se ofrece a los pobres y
humildes. 1,48; 1,52-53; 1,75-76; 2,8ss; 2,24… María atribuye toda la obra salvífica a
Yahvé, porque “ha puesto los ojos en la humildad de su Sierva” (1,48).

• El evangelio de la misericordia y el perdón: Rasgo característico de Jesús: la


compasión. Es lo más característico de los pasajes de Lucas: la resurrección del hijo
de la viuda (7,13), las parábolas del buen samaritano (10,30-37), del hijo pródigo
(15,11-32) y la del rico gastador y el pobre Lázaro (16,19-31).

• El evangelio de la salvación universal: El himno de Simeón es una confesión de fe


en la universalidad de la salvación que ofrece a todos ese niño que tiene en brazos:
“luz para iluminar a los gentiles y gloria de su pueblo Israel” (2,32). Es notable como
Jesús, en la parábola del banquete apocalíptico, abre la salvación a todos los
pueblos, mientras rechaza a los incrédulos de su propia raza (13,28-29).
La teología de los títulos

Lucas utiliza con mucha abundancia los títulos cristológicos primitivos que él recibió por
tradición, tales como Mesías, Señor, Salvador, Hijo, Profeta, Servidor, Hijo del Hombre,
Maestro. Tiene otros más propios suyos como Mesías sufriente, autor de la vida, Santo y
Justo; además de ser el único evangelista que llama a Jesús explícitamente el Salvador.
Los más sobresalientes son:

• El profeta investido del Espíritu: 15 veces en el evangelio de Lucas aparece Jesús “lleno
del Espíritu”. Precisamente por esa unción se siente Jesús llamado a realizar el ideal
profético de Isaías (Lc 4,16-30, y cf. Is 61,1-2), igualmente recuerda el ministerio profético
de Elías (9,18-19)… Lucas sitúa la actividad de Jesús bajo el signo de la palabra. Es en su
evangelio donde se encuentran mayor número de parábolas y de palabras de Jesús. Los
apóstoles tienen el ministerio de predicar la palabra. Durante el ministerio de Jesús la
gente lo reconoce como profeta (9,8.19).
La teología de los títulos

• El Señor de la casa de David: La teología del reinado mesiánico aparece claramente en San
Lucas desde la anunciación (1,26-38), que nos recuerda la promesa hecha a David (2Sam
7,12-16) y la del Emmanuel (Is 7,14).
• La universalidad del reinado de David se manifiesta desde la genealogía que Lucas hace
entroncar en Adán.

• El Cristo: No lo pone con frecuencia en labios de Jesús sino de sus oyentes, o en frases
redaccionales del mismo evangelista. Unifica este título con la misión universal de
Jesucristo: “Os ha nacido un salvador, que es el Cristo Señor” (2,11). Este título “Jesús el
Cristo” parece ser la más primitiva confesión de fe de la Iglesia, incluso anterior a “Señor
Jesús”.

• El Señor: San Lucas muestra preferencia por este título, sobre los otros sinópticos. 15 veces.
Indica en Lucas una veneración y devoción religiosa.
CRISTOLOGÍA Y
SOTERIOLOGÍA DE JUAN
Cristología y soteriología de
Juan
• La preexistencia de Cristo. La encarnación necesariamente supone que en Jesucristo debe
haber un elemento preexistente que forma parte de su mismo ser. La doctrina de Jesucristo
como Hijo de Dios, en el sentido pleno que el Espíritu Santo con su inspiración hizo descubrir
a los apóstoles, está suponiendo en él una vida en el seno de la Trinidad, que trasciende los
límites de la existencia histórica del hombre Jesús.

• El Logos: Tras captar todo lo que era ese Jesús histórico, llega a condensar en esta expresión
su fe: el Logos no es más que la “Palabra” del Padre. San Juan llama Logos al Hijo de Dios
antes de toda misión, a toda acción en el mundo.

• El origen de Cristo: su procedencia humana viene de Nazaret, pero Jesús también tiene otro
origen misterioso para sus contemporáneos: “Yo sé de dónde vengo. Vosotros no lo sabéis”
(Jn 8, 14; 6,41). Los discípulos descubren que “ha salido de Dios”, pero sólo a través de la
gracia que supera la carne (cf. 16,27-30).
Cristología y soteriología de
Juan
• La encarnación. Es el evangelio que más insiste en este tema teológico. Su texto clave “Y el
Verbo se hizo carne” (Jn 1,14). Para que no haya peligro de docetismo insiste en verbos que
indican cualidades corpóreas: “lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo
que contemplamos y hemos tocado con nuestras manos” (1Jn 1,2).

• Hasta antes de Juan el énfasis se había puesto en la muerte y exaltación de Cristo. Juan pone,
además, otro polo fundamental a la doctrina cristológica: la encarnación. Por lo mismo, al
mantenerse Jesús siempre como el Verbo, aunque hecho carne, no tendrá para Juan en la cruz
el sentido de humillado como en Marcos, sino el de exaltado.

• Jesús como “el Hijo”: la palabra Padre aparece 107 veces en el evangelio de San Juan, y 12
veces en la primera carta: todo el cuarto evangelio se centra en la fe básica en que Dios es el
Padre de Nuestro Señor Jesucristo y gira en torno a esta confesión de fe. Jesús aparece pues
como el Hijo.
La teología de los títulos
• El Cristo: Es un título íntimamente ligado con dos aspectos, Jesús es el Hijo de Dios, y es enviado al
mundo para revelarnos los secretos del Padre. Este título refleja la fe de una comunidad postpascual. Jn
1,17; 20,31; 10,24; 4,26; 17,3).

• El Hijo del Hombre: aparece 13 veces en Juan aunque con un sentido diferente al de los sinópticos. Sólo
en una ocasión tiene un sentido escatológico (Jn 5,27). Juan lo emplea para designar al Señor
glorificado (Jn 1, 51, 3,13.14…). Este título corresponde a la teología soteriológica de Juan: el Hijo del
Hombre tiene el poder para salvar al hombre de su pecado y conducirlo a la vida.

• El Profeta: Pocas veces lo usa Juan para señalar a Jesús, generalmente es título que le conceden sus
interlocutores (Jn 4,19 la samaritana), tras la multiplicación de los panes (Jn 4,14). Pero en la teología
joánica tal título supone: todo lo dicho sobre Jesús como revelador del Padre, es en realidad, su misión
profética.

• El rey de Israel: Juan lo usa aunque parcamente: los discípulos lo confiesan rey de Israel, pero la cautela
se atribuye al concepto de reino de Dios que prevalecía en tiempos de Jesús. (Jn 18,33; 18,36-37).
CRISTOLOGÍA Y
SOTERIOLOGÍA DE PABLO
Cristología y soteriología de
Pablo
• Preexistencia y encarnación: Esta doctrina no es original suya. La preexistencia de Cristo se
presenta con relación a la creación, a la encarnación y a la historia. Lo salvífico es el hecho de una
intervención real del Hijo de Dios (y por tanto el preexistente) en la historia humana (señalada por
el pecado)

• Jesucristo, revelador del Padre: Es el Padre quien ha tomado la iniciativa de salvar al hombre.

• Jesucristo, revelador del Espíritu Santo:


• Jesucristo glorioso, emisor del Espíritu: toda la obra de Jesucristo resucitado está según Pablo,
dirigida y llevada a su término por el Espíritu de Dios, pues Él es quien se une a nuestro espíritu
“para dar testimonio de que somos hijos de Dios, y por lo tanto coherederos con Cristo” (Rm 8,
16-17).

• El Espíritu Santo y la Iglesia: el Espíritu es el que actúa en la obra del Cuerpo de Cristo: La Iglesia.
Cristología y soteriología de
Pablo
• Jesucristo, primogénito de la creación: “Todo fue creado por Él y para Él” (Col 1,15ss). Si el
Padre ha enviado a su Hijo es con el fin de que él lo recapitule todo; para que sea la
cumbre de todo cuanto el Padre ha creado en vista del Hijo: por y para él. Esa
recapitulación, iniciada ya en la creación, vuelve a ser re-creada en la Encarnación de su
Hijo y ha llegado a su cumbre en la resurrección (1Cor 15,20ss); pero logrará su total
cumplimiento en la parusía.

• Jesucristo resucitado, Cabeza de la Iglesia: En la Carta a los Colosenses y a los Efesios: los
cristianos quisieran estar sujetos a ciertos rituales religiosos de tipo judaico, por ejemplo
ciertas prácticas alimenticias, o la circuncisión (Col 2, 11-13.16.21), o bien a la celebración
de ciertas fiestas (Col 2,16). Pero Pablo les afirma que están sometidos únicamente a
Jesucristo. “Dios lo ha dado como cabeza por encima de todo a la Iglesia” (Ef 1,21-22).
La teología de los títulos

• El Hijo de Dios: No muy frecuente en Pablo, este título significa en San Pablo la elección divina
de parte del Padre, y la dedicación completa de Jesús a dicho plan.

• El Cristo: Título frecuente en la teología paulina, solo o en combinación: Cristo Jesús,


Jesucristo. Pero normalmente usado como nombre de Jesús. Aparece en las epístolas paulinas
más de 420 veces. Las opiniones son muy diversas respecto a este título: algunos niegan todo
significado mesiánico a este título en cuanto lo usa San Pablo; otros lo atribuyen precisamente
a Pablo quien usa este título ya no como adjetivo (el Ungido, que indica la misión), sino como
nombre (Jesucristo, que indica la ontología, lo que Él es).

• El Señor: El título más típico de la literatura paulina. Su empleo en Pablo corresponde no a las
categorías helenísticas, sino a las hebreas monoteístas que en el Antiguo Testamento
reconocían un solo Señor (Adonai), esto es, Dios. (1Cor 8,5-6).
La teología de los títulos

• Segundo Adán: Título típicamente paulino, aunque poco utilizado en sus epístolas.
De hondas raíces teológicas, podría iluminar toda la soteriología paulina. Sólo
aparece en 1Cor 5,22: “Del mismo modo que en Adán mueren todos, así también
todos revivirán en Cristo” (Rom 5,12-31). Más que aparecer en este título la
divinidad de Jesucristo, se subraya su humanidad. Como segundo Adán (esto es
como el definitivo), es el prototipo del hombre. (Obediencia)

• Imagen de Dios: En relación con el título anterior, quienes resucitemos con Cristo,
en efecto “así como llevamos la imagen de lo terrestre (primer Adán), así
llevaremos la imagen de los celeste (esto es, del segundo Adán)” (1Cor 15,49). Pero
si alguna vez llegáramos a ser imagen de Cristo, es porque ya hemos comenzado
este proceso desde el Bautismo.
Herejías y Concilios
CONCILIO HEREJÍA RESPUESTA

Arri ani smo: enseñaba que el Verbo no era Dios en


s entido es tri cto, s i no una es peci e de “di os El credo que reci tamos en l a Eucari stía, y que defi ne
i ntermedi o”, el pri mer “hecho” por medi o del cual l a uni dad abs ol uta de Di os, pero en tres pers onas ,
Dios había creado el mundo. Fue des de el pri nci pi o de l as cual es el Hijo es engendrado y de l a mi s ma
Nicea (325)
l l eno de graci a y adoptado como Hijo por el Padre s ubstanci a del Padre. Este mi s mo Verbo s e encarnó
en previ si ón de s us méri tos. Jes ús es intermedi ari o en el seno de María, muri ó y res uci tó por nosotros , y
entre Di os y l a creaci ón, no es eterno, s i no i magen fue constitui do Señor.
del úni co eterno.

Nes tori o patri arca de Constantinopl a había


Defi ende di cha uni dad pers onal de las dos
prohi bido el cul to a María “l a madre de Di os”,
naturalezas de Cri sto, al afi rmar a María como
afi rmando que había s i do madre s ol amente de
Éfeso (431) “Madre de Di os ”, por más que María haya
Cri s to en cuanto hombre. Es ta herejía ponía en
engendrado a Jesucri sto (estri ctamente habl ando)
pel i gro l a uni dad personal del Hi jo de Di os y el Hi jo
s egún l a carne: pero es “carne de Di os
de María, en Jesucri sto

En Jesucri s to hay una s ol a pers ona en dos


naturalezas (l a di vi na y l a humana), consubstanci al
El  eutiqui anis mo o monofi si smo  es una doctri na
con el Padre según s u di vi nidad e i gual en todo a
Calcedonia (451) teol ógi ca que sostiene que en Jesús sól o está
nos otros s egún s u humani dad. Ambas natural ezas
pres ente l a natural eza di vi na, pero no l a humana.
coexi s ten en total uni dad en él , pero si n confus i ón,
di vi s i ón, s eparaci ón ni cambi o tras l a uni ón.

Monotel i s mo (admi tía dos natural ezas en Cri sto


pero una sol a vol untad). Debi ó afrontar el probl ema
Defi ni ó l as dos naturalezas con dos “acci ones” y dos
s urgi do de una mal a i nterpretación de Cal cedoni a;
Constantinopla III vol untades , s i bi en en una mi s ma pers ona. El Hi jo de
aceptando l as dos natural ezas de Cri sto, . Tal
(680) Dios asumi ó una natural eza humana compl eta, pero
doctri na, objetivamente herética, daba píe a l a
no s ería tal si l e fal tase l a vol untad.
afi rmaci ón de una natural eza humana i ncompl eta
en Cris to.

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