CIENCIAS DE LOS MATERIALESpower
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Como ya hemos mencionado con anterioridad, el acero es uno de los metales más
utilizados en el mundo, sus cualidades lo hacen una excelente materia prima para la
fabricación de diversos artefactos y es 100% amigable con el medio ambiente. Su
alcance y durabilidad han permitido realizar resistentes construcciones a lo largo del
tiempo, sin embargo, poco se conoce el proceso que existe detrás de la realización de
este material.
Es por eso que se le lleva a su punto de fusión, con el objetivo de oxidar el producto y
librarlo de impurezas, hasta llevarlo a la cantidad de carbono adecuada. En la parte baja del
horno, encontramos un orificio por donde obtenemos el arrabio.
Previamente se habrá retirado la escoria, a través del filtrado que se realiza por un orificio
situado ligeramente por encima. En los altos hornos resulta esencial la zona superior, en
donde se encuentra respiradores que permiten la salida de gases. Aquí, también encontramos
un orificio de entrada para introducir el hierro que entrará a formar parte del posterior
proceso de fundición.
Pero, también pueden realizarse trabajos en frío. En este caso, serían los realizados por
debajo del intervalo térmico crítico. Se trabaja la parte más superficial, con el objetivo de
mejorar la ductilidad del acero resultante. También mejora otras características como la
fluencia y la resistencia a la tracción. De nuevo volvemos a toparnos con una de las
principales ventajas del acero como producto. Incluso en retoques superficiales en frío,
puede conseguirse afinar o restar relevancia a unas características u a otras, en función del
objetivo final.
Dicha temperatura será capaz de fundir todo el material y aportarle un estado de liquidez. En
primer lugar, se introduce por la zona superior el metal, que se pondrá en contacto con el
acero licuado. Las cantidades de humo que se producen son muy elevadas, por lo que este
tipo de instalaciones necesitan de fuertes sistemas de extracción, que sean capaces de liberar
toda la cantidad de humo generada durante el proceso.
Después llega la fase de colada. A este espacio cae el acero líquido. También se
introducen aditivos y elementos, en función de la finalidad o características del acero que
se busquen potenciar.
En la sección de composición del acero de esta página web, encontrarás los diferentes tipos
de aleaciones y elementos que se pueden añadir. Estos potenciarán o minimizarán sus
características base, en función de si queremos un acero final que sea más o menos elástico,
dúctil, con más o menos maquinabilidad, etc.
Tras este proceso, el acero fundido cae en unos moldes. Comienza aquí la fase de
enfriamiento. El líquido recupera su forma sólida, con una morfología que dependerá
del envase o soporte en el que sea depositado.
Esta nueva pieza se denomina palanquilla. Puede ser cortada a gusto del consumidor final, en
función de su destino y uso. Comienza aquí una fase de recalentamiento del acero, por
encima de los 1.000 grados centígrados, durante dos horas. Después, se procede a enfriar de
nuevo el acero, a través de chorros de agua.
Los hornos de crisol (figura 1), son usados ampliamente para la fundición en lotes de
aleaciones no ferrosas como aquellas de aluminio, cobre, zinc y magnesio. En un horno de
crisol, el metal fundido es mantenido en una estructura con forma de marmita (crisol). Los
calentadores generalmente a combustible fuera de esta estructura, generan el calor que
pasa a través del crisol hasta el metal fundido. En muchas operaciones de fundición, se
acumula escoria en el revestimiento de la superficie metálica, mientras que en el fondo se
acumulan lodo pesado no fundido. Ambos reducen la vida útil del crisol y deben ser
retirados para ser reciclados o tratados como residuos. El proceso de fundir los metales en
crisol es uno de los más antiguos y sencillos. Se emplea todavía mucho en la fundiciones
modernas, y probablemente se seguirá usando porque el costo inicial es barato y el metal se
funde fuera del contacto con el combustible.
Horno cubilote
Utiliza el principio de combustión entre las materias primas para lograr la fusiónc . Son
utilizados comúnmente para las fundiciones grises y trabajan a temperaturas de hasta 1200
ºC. Se cargan con metal (chatarra), coque y fundente. El cubilote es un horno de torre
vertical, consiste en una en vuelta cilíndrica de acero que reposa verticalmente sobre una
placa base sostenida usualmente por 4 columnas o vigas de acero (figura 9). La mayoría de los
modernos se pueden abrir por el fondo, llevan compuertas centradas en la placa base que
pueden abrirse hacia abajo después de un ciclo de funcionamiento para vaciar todos los
residuos acumulados.