A más han muerto malos consejos que sus enemigos. En esto son parecidas las leyes a la medicina. Matan los médicos y viven de matar, y la queja cae sobre la dolencia.
Demetrio arrojó las riquezas, juzgando eran carga del entendimiento recto: pues ¿por qué te admiras si consiente Dios que al bueno le suceda lo que el mismo bueno quiere le suceda alguna vez? Pierden sus hijos los varones buenos: ¿qué importa, si alguna vez ellos mismos los matan?
Háblase sólo de que mataron a César, porque se ven las heridas de los puñales, y no las de los pareceres. Así dicen que matan al que hieren; mas no dicen que matan al que curan.
No puede ser mayor ignorancia que preguntar uno lo que ve. Éste es el riesgo de los monarcas, que ni conocen los matadores cuando los matan, ni la muerte estando muriéndose.
Se ha querido alejar del sopor de tantos hombres que la violan, que la ultrajan, que la humillan, que la pisan, que la visten y desnudan, que la escupen y la bañan, que la pulen y la manchan, que la viven y la
matan, que la lloran y la cantan, que la besan y la rasgan, que la insultan y la aman...
Antonio Domínguez Hidalgo
Los que no ven se encaraman, Los oprimidos se quejan, Los ventajosos insultan, Los pendencieros contestan, Y crúzanse las palabras, Y trábanse las pendancias, Y las puñadas se emprenden Y la chusma se revela. Gritan unos--- ¡Que se matan!
iMálaga a golpes, a fatídico coágulo, a bandidos, a infiernazos a cielazos, andando sobre duro vino, en multitud, sobre la espuma lila, de uno en uno, sobre huracán estático y más lila, y al compás de las cuatro órbitas que aman y de las dos costillas que se matan!
¡Porque en España matan, otros matan al niño, a su juguete que se para, a la madre Rosenda esplendorosa, al viejo Adán que hablaba en alta voz con su caballo y al perro que dormía en la escalera.
Matan al libro, tiran a sus verbos auxiliares, a su indefensa página primera! Matan el caso exacto de la estatua, al sabio, a su bastón, a su colega, al barbero de al lado -me cortó posiblemente, pero buen hombre y, luego, infortunado; al mendigo que ayer cantaba enfrente, a la enfermera que hoy pasó llorando, al sacerdote a cuestas con la altura tenaz de sus rodillas...
17º Item, guardareis y cumpliréis otros capítulos de las dichas ordenanzas, del tenor siguiente: Otrosí, por cuanto en esta dicha ciudad se curten mucha cantidad de cueros y se matan mucho ganado de que de que se saca mucho sebo...
adre, si me matan, que no venga el hombre de las sillas negras; que no vengan todos a pasar la noche rumiando pesares, mientras tú me lloras; que no esté la sala con los cuatro cirios y yo en una urna, mirando hacia arriba; que no estén las mesas llenas de remedios, que no esté el pañuelo cubriéndome el rostro, que no venga el mozo con la tarjetera, ni cuelguen las flores de los candelabros ni estén mis hermanas llorando en la sala, ni estés tú sentada, con tu ropa nueva.
Allá en el Rincón de Los Toros casi lo matan; la Laguna de Casacoima, se tiró no sé cuántas horas a la laguna respirando con un bejuco, un bambú, una cosa de esas.