Quienes Fueron Los Puritanos
Quienes Fueron Los Puritanos
Quienes Fueron Los Puritanos
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Palabra de Dios; y, por lo tanto, debe controlarlo todo”. Lloyd-Jones también
sugiere que los puritanos percibieron la predicación como la marca distintiva del
verdadero cristianismo al compararla con la religión. Mientras la religión (Islam,
etc.) enfatiza lo que el hombre hace en su intento de agradar y aplacar a su
Dios, el cristianismo es primordialmente un escuchar a Dios; el cristianismo es
Dios buscando al hombre, manifestándose, acercándosele. Esto, creo yo está en
el origen de la idea puritana de colocar la exposición de la Palabra en el lugar
céntrico de la predicación”.
Willian Perkins (1558 – 1602), un antiguo expositor puritano, tuvo una profunda
influencia sobre todo en el movimiento puritano. Percibía la predicación de la
Palabra como la presentación del testimonio de Dios mismo, idea desarrollada
en The Art of Prophesying (El arte de profetizar), el primer manual de su clase
para predicadores en la Iglesia Anglicana. Perkins identificó cuatro principios
para guiar al predicador:
CONFIANZA EN DIOS
El compromiso puritano con la Palabra de Dios proviene de su devoción a Dios
como su Autor.
" La cuestión más grave delante de la Iglesia es siempre Dios mismo y lo más
portentoso acerca de cualquier hombre no es lo que él en un momento dado
puede decir o hacer, sino lo que en la profundidad de su corazón concibe acerca
de cómo es Dios. Por una secreta ley de nuestras almas tendemos a movernos
hacia nustra imagen mental de Dios. Esto es verdad no sólo para cada creyente,
sino para todos lo que componen la Iglesia. Siempre lo más revelador acerca de
la Iglesia en su idea de Dios, tanto como su más significativo mensaje es lo que
ella dice o no de El.
El distinguido teólogo inglés del siglo diecisiete, Thomas Watson, es quien mejor
capta el énfasis puritano sobre el amor a Dios en su explicación: " El amor a
Dios hierve y se derrama, pero no se agota. El amor a Dios, de la misma manera
que es sincero y sin hipocresía, también es constante y sin apostasía." El grado
de amor a Dios excede toda medida, y que el Señor es la quintaesencia de todo
lo bueno. Siendo que Dios es supremo en nuestra precepción, debe ser también
supremo en nuestros afectos.
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bueno. Muchos evangélicos modernos han reemplazado el realismo bíblico de
los puritanos con un concepto superficial y ligero del pecado. Hoy en día, el
pecado se ha redefinido como el resultado de una aflicción demoníaca o una
conducta adictiva. En cualquier caso, el pecador se tiene como víctima y, por
tanto, sin responsabilidad de sus acciones.
Los puritanos, en cambio consideraban el pecado como criminal y l e prestaban
mucha atención. Como observa un historiador: " El pecado era el recipiente de la
repulsa mayor que los fieles puritanos podrían expresarle porque amenazaba el
orden social, violaba la razón y sobre todo resumía la antítesis de aquello que
profesaban amar con más intensidad: " el Señor".
Pecado es darle las espaldas a la adoración de Dios, para adorar el ego. El
aspecto más importante acerca de la humanidad es que estamos adorando a las
criaturas. Autoadoración, pues, está en el centro del problema del pecado.