Los Surrealistas y La Moda
Los Surrealistas y La Moda
Los Surrealistas y La Moda
Resumen
La conferencia aborda la relacin que mantuvieron algunas vanguardias de
principios del siglo XX con la moda y el vestir, entre ellas el futurismo, el
constructivismo y el surrealismo, concentrndose en una exploracin de ste ltimo y en
particular en los aportes y colaboraciones que hicieron artistas como Salvador Dal,
Leonor Fini, Man Ray, Jean Cocteau, entre otros, a una de las casas ms representativas
de la moda francesa de la dcada de los treinta: la de Elsa Schiaparelli. Una italiana
cuya formacin y vnculos sociales le permiti establecer contacto con el grupo que
gravitaba en torno a las ideas expresadas en el Manifiesto surrealista de 1924, escrito
por Andr Breton. Indaga adems en las condiciones que generaron el dilogo entre la
moda y el surrealismo, revisando el entorno de la diseadora y la observacin que haca
Walter Benjamn sobre el estado en el cual se hallaba el movimiento hacia 1929. Se
revisan las implicaciones simblicas de algunos de sus trajes representativos, la
aplicacin de ciertos procesos de creacin empleados por los surrealistas como el
collage, el cadver exquisito, el objeto encontrado, etc. y la manera en que su moda
nutra el trabajo de otros. Llama la atencin que la historia del arte haga poca o ninguna
referencia a la diseadora y a las contribuciones de los artistas a su casa de modas,
mientras que en varias publicaciones sobre historia de la moda su papel como
articuladora de la nueva sensibilidad de entreguerras se ve minado por la prevaleciente
aura de audacia y modernidad que encarna Chanel. En consecuencia, se busca tambin
reivindicar el importante rol que tuvo su casa como espacio para la expansin de las
ideas del movimiento, demostrndose con ello que los artistas vieron en la moda y el
vestido su potencial para ser convertidos en materia de expresin. Finaliza con algunos
ejemplos que sealan las ideas aportadas por Schiaparelli a los diseadores actuales y la
vigencia de un sistema de trabajo en el que varios artfices se renen para crear
imgenes y objetos en los que arte y moda se hibridan, dejando de lado cualquier
escisin entre alta cultura y cultura popular, algo difcil de sostener en una era obstinada
con el intercambio de las mercancas.
Al comenzar el siglo XX el mundo occidental asisti a una serie de rupturas en lo
poltico, lo econmico, lo social; y efectivamente en el campo de las artes, a las que
acaecieron en ste ltimo hoy por hoy se les conoce como vanguardias. En parte podra
pensarse que ningn evento en las esferas antes mencionadas est desvinculado el uno
del otro y que todos de cualquier forma guardan relacin entre s. De modo que la Italia
fascista se relacionar estrechamente con el futurismo, la Revolucin rusa con el
constructivismo y la Francia liberal con el surrealismo. En los dos primeros casos hubo
cuestionamientos sobre la moda, y sobre el papel del artista y su destino en la sociedad
que vendra tras la ruptura.
De manera que los futuristas consideraron la moda como un asunto pasadista1, que
no se acoplaba a sus intenciones de valorar el dinamismo y la velocidad, considerndola
incluso daina y fortalecedora de la debilidad femenina, tal como lo expres Marinetti,
el fundador de dicho movimiento. No obstante, pensaron en el vestido como un asunto
que competa al arte y que deba ser creado por artistas. Como afirma Radu Stern, su
verdadero objetivo no era simplemente reemplazar una moda con otra sino abolir el
sistema mismo de la moda diseando la ropa como una obra de arte2. Segn esto,
representativa fue Charles Frederick Worth, vemos una bsqueda por el reconocimiento
de la costura como un arte y de su artfice como un artista. El mismo Worth hacia el
final de su vida decidi vestirse como Rembrandt, con boina de terciopelo, un
enriquecido abrigo, y un pauelo fluido3, es decir, con los cdigos vestimentarios que
identificaban al artista entre romnticos, bohemios y el pblico en general de su tiempo.
Al empezar el siglo XX, Pars se renda a los pies del gran Paul Poiret, quien al
entrevistrsele en 1913 declar: Las damas vienen a m por un vestido del mismo
modo que van donde un pintor para que las retrate sobre un lienzo. Soy un artista, no un
modista. Sin embargo, el sueo de una comunin an mucho ms estrecha entre el arte
y la moda podramos decir que se consolida de manera contundente en la produccin
realizada en la casa de modas de Elsa Schiaparelli, en la medida en que se trata de
trabajos realizados bajo asociaciones creativas, encargos e intercambios entre la modista
y otros miembros del movimiento. Sin embargo, la pregunta que aqu surge es por qu
hablar de esta dcada como el periodo de tal consolidacin, y por qu precisamente con
el surrealismo. De un lado, tenemos la cercana que la diseadora haba tenido con el
crculo de Alfred Stieglitz, en cuya galera conoci a Marcel Duchamp y a Baron de
Meyer, en su visita a Nueva York en 1916. Su viaje con destino a esta ciudad empez
en Burdeos cuando zarp en con su esposo Wilhelm Wend de Kerlor a bordo de The
Chicago, se cuenta que entre los pasajeros estaba Gabrielle Picabia, la esposa del poeta
y pintor dadasta Francis Picabia, de quienes se hizo amiga. Para 1920, habindose
separado de su esposo, volvi a establecer contacto con Gabrielle quien le present a
Man Ray con el cual entabl lazos de amistad y de trabajo posndole como modelo.
Seguidamente, en su regreso a Pars, establece contacto de nuevo con Man Ray
que haba retornado a dicha ciudad en 1921 y frecuenta la movida intelectual de
entonces, lo que le permitir ampliar un crculo de amistades a tono con sus intereses
filosficos. El texto de Walter Benjamin El surrealismo. La ltima instantnea de la
inteligencia europea, escrito en 1929, permite entender el momento por el cual, segn l
pasaba el movimiento. El autor afirma que haba pasado de su estado heroico, de esa
sustancia imperceptible, marginal, en la que originalmente se enfundaba el embrin
dialctico en el que se haba desarrollado, a la explosin de una lucha objetiva,
profana por el poder y el dominio, para no transformarse o desmoronarse como
manifestacin pblica. Este estado, podra implicar una apertura por parte de sus
integrantes hacia otras alternativas ms all de las artes plsticas y la literatura en aras
del reconocimiento o de la expansin de sus alcances. Es ah donde la moda y su
capacidad de impregnarse entre la mayora se convierte en un terreno propicio para
dicha manifestacin. Si se tiene en cuenta que la primera coleccin de Schiaparelli, de
manera oficial, fue presentada en 1928 resulta consecuente, con la observacin de
Benjamin, pensar en unas condiciones dadas para que ese dilogo entre moda y
surrealismo se pudiera consolidar en el trabajo de la diseadora en mencin, igualmente
ella tena, segn escribe en Shocking Life!, su autobiografa, un inters manifiesto por el
arte:
... Una o dos veces he pensado que en lugar de pintar o esculpir, dos cosas que
hice bastante bien, pude inventar vestuario o ropa. Disear indumentaria,
casualmente, para m no es una profesin sino un arte. Me di cuenta de que era un
arte difcil y poco satisfactorio, porque tan pronto como nace un vestido ya se ha
vuelto cosa del pasado. A la vez que normalmente no requiere demasiados
elementos que le permitan a uno realizar la visin real de lo que se tiene en mente4.
con el punto en cual estaba el estampado, sala justamente de la zona de los genitales,
pendiendo como un gran falo.
Luego, para la coleccin de invierno de 1937-38, habra otro aporte de Dal, un
vestido sencillo y una chaqueta negra con los bolsillos bordados a manera de labios,
evocando los de Mae West, el conjunto lo remataba un sombrero negro de fieltro con la
forma de un zapato de tacn alto. La idea de este desconcertante sombrero parti de una
fotografa que Gala Dal le tomara a su esposo estando en puerto Lligat en 1933, en ella,
el artista llevaba un zapato de mujer sobre la cabeza y otro en el hombro derecho.
Tres jvenes surrealistas sostienen en sus brazos la piel de una orquesta, es una
pintura de Dal, en la que los lmites entre el vestido y el cuerpo se disuelven, de manera
que la tela rasgada que cubre el cuerpo de una de las jvenes se funde en con la piel
desollada. Este tema se desarroll ms adelante en un diseo de Schiaparelli en
colaboracin con Dal para su coleccin Circus del verano de 1938. Se trataba del
Vestido de lgrimas que aun cuando estaba nuevo pareca hecho jirones, en su momento
era de color azul plido, pero hoy en da se ha desvanecido a blanco; posee un
estampado a modo rasgaduras, las cuales se enfatizan con una capa cuyos apliques dejan
ver la tela subyacente como si se tratara de piel aflorando por las rasgaduras. Teniendo
en cuenta la fecha de su creacin Alice Mackrell sostiene que en la poca de la Guerra
Civil Espaola, debi haber sido una poderosa declaracin visual no slo para los
mundos del arte y la moda, sino para el mundo poltico tambin y un precursor de que
lo peor estaba por venir; mientras que Richard Martin lo considera un memento mori,
en un estado de destruccin desde su origen. A pesar de que este vestido es el ms
comentado como un ejemplo de la disolucin de las barreras entre cuerpo y vestido,
existe otro de la misma coleccin que quizs expone de manera ms radical dicho
planteamiento; lo posee el museo Victoria & Albert de Londres. En l Schiaparelli
expone la estructura sea del cuerpo de manera que ya no es la piel la que se vierte sino
lo que subyace ms all de ella. Para muchos de sus contemporneos esta pieza
represent un ultraje al buen gusto y algunos de nuestros contemporneos lo ven
como una representacin de lo siniestro en la moda, de la cercana de sta con la muerte,
en la medida en que ambas son hermanas, hijas de la caducidad5.
Como toda casa de modas, despus de la nocin instaurada por Poiret de que las
fragancias llevan la esencia conceptual de la casa, de producir lneas de esencias
narrativas que reflejaran las pretensiones visuales de sus colecciones, la maison de
Schiaparelli no se desprendi de dicha idea; y no fue nicamente Fini quien diseara
botellas de perfumes para ella, tambin lo hizo Dal para Le Roy Soleil, la nica
fragancia cuyo nombre es una excepcin al comn denominador de empezar el nombre
de sus perfumes con la letra S: Shocking, Soucis, Salut, Schiap. Al frasco de Le Roy
Soleil puede considerrsele una escultura por s mismo, y una democratizacin del arte
del maestro, que estuvo disponible para una mayora que posiblemente no estaba en
capacidad de sufragar los altos costos de un vestido de la diseadora o de una obra del
artista; pero s de pagar por una parte de la serie. Es ah donde el cuestionamiento a la
supuesta extravagancia de Schiaparelli, que suele poner en entredicho el carcter
comercial de sus creaciones, queda descartado, ya que como asegura Cecil Beaton en El
espejo de la moda, ella invent sus particulares formas de lo feo y conmovi
saludablemente a mucha gente, no porque lo que haya hecho deba ser catalogado en
trminos de feo o bonito, sino porque supo mostrarle al mundo otro modo de divertirse
y comportarse, vehiculado a travs de la ropa, recurriendo a una esttica no asimilada,
hasta entonces, por el convencionalismo burgus de la alta costura francesa. De esto da
cuenta el hecho de que creaciones aparentemente poco usables como el sombrero con
forma de zapato, fuera comprado por la tienda neoyorquina Jay Torpe y vendido por el
distribuidor minoritario de calzado I. Millier, en su seccin de sombrerera.
La existencia de referencias a la obra de otros artistas surrealistas en la produccin
de la casa de Schiaparelli, ha dado paso a la idea de unas propuestas sartoriales
subsidiarias del arte, y una mirada ligera a este hecho puede generar imputaciones por
suplantacin de ideas; pero ah se debe tener en cuenta que uno de los mtodos del
surrealismo para la creacin fue la apropiacin de las cosas a modo de objetos
encontrados. No obstante, hubo casos en los que el trabajo de la diseadora lleg a
influenciar el de los artistas, contrariando el supuesto axioma de una moda que se
alimenta parasitariamente del arte, sin establecer un mutuo intercambio. Traemos dos
ejemplos, el primero referente a la imagen de la mano y su doble, es decir, el guante,
ampliamente desplegada en la iconografa surrealista. Se sabe que en 1934 hubo una
serie de broches con forma de mano salidos de la esta casa y al parecer diseados por la
sueco-germana Meret Oppenheim, quien haba llegado a pars en 1932 colocndose
como diseadora de accesorios al contrato. La salida de estos accesorios coincidi con
la publicacin de un ensayo en la revista Minotaure ilustrado con las fotografas de unas
manos que evocaban la costumbre de llevar tallas de manitos a manera de amuleto, y
con diferentes poses en los dedos a las que se le adjudicaban distintos significados.
Estas poses son bastante similares a las de otros broches con forma de mano emitidos
por la casa en 1937, que luego seran incorporados a modo de objeto encontrado, por
ejemplo, en el retrato de Dora Maar, tomado por Man Ray. En consecuencia lo que
vemos aqu es ms un intercambio, un dilogo constante que hace difusa cualquier lnea
que separe a la moda de la produccin artstica, o mejor dicho, que desconozca en el
vestido y en la lgica misma de la moda su potencial para ser convertido en materia de
expresin.
El segundo, otro tiene que ver con la pintura de Man Ray Los buenos tiempos
(1939), que hace eco de la coleccin A Modern Comedy presentada en 1938, para la
primavera de 1939. dicho sea de paso, el ao del estallido de la Segunda Guerra
Mundial. El punto de partida de esta coleccin se remontaba a la Commedia dellarte,
acompandose de colores vibrantes, mscaras, y abrigos que evocaban arlequines,
entre ellos uno de rombos cosidos a manera de colcha de retazos que ser replicado en
Los buenos tiempos, nombre cargado de una de irona equiparable a la que acompaaba
al ttulo de la coleccin La comedia moderna. La figura antropomrfica en el cuadro en
lugar de una cabeza trae un farol sobre cuya vela encendida cuelga un matacandelas
cnico. sta figura ser retomada por Schiaparelli al ao siguiente al presentar su
perfume Sleeping, para el que Marcel Verts hara la ilustracin del anuncio
publicitario. Visto en retrospectiva, el nombre y las caractersticas olfativas que se
anunciaban en la publicidad de la fragancia sugieren el estado de sonambulismo6 en el
cual se ha sumido la humanidad, cristalizado en la hecatombe blica iniciada en 1914 y
llevada al paroxismo desde 1939, embriagadora y prolongada, al igual que este perfume.
De tal suerte que sus posibles implicaciones polticas y las de La comedia moderna no
se deben desestimar, pese a su carcter tcito, ya que esta coleccin se present poco
despus de la traicin de Francia y Gran Bretaa a Checoslovaquia con la firma del
acuerdo de Mnich. Aqu la palabra comedia irnicamente refiere a tragedia, puesto
que como en el surrealismo, nada es como parece.
Con respecto a esto ltimo, vale la pena mencionar el sistema de actividad crtica
paranoica de Dal, definido por l como un mtodo espontneo de conocimiento
irracional basado en la asociacin interpretativa-crtica de los fenmenos delirantes,
que descubre nuevas y objetivas significancias en lo irracional; hace que el mundo del
delirio pase de forma tangible al mundo de la realidad. Segn el artista, los
fenmenos paranoicos son imgenes comunes que tienen una doble figuracin7. El
asunto tambin fue tratado en uno de los abrigos de la coleccin del otoo de 1937. Se
trata una prenda en jersey de seda color azul, que hoy por hoy se ha desteido8 hasta
quedar lavanda, el mismo fue bordado por la casa Lesage, rplica de un dibujo realizado
por Jean Cocteau, amigo cercano de Schiaparelli, en el que aplicaba su extraordinaria
habilidad para dibujar con una sola lnea continua. En la parte posterior se ven dos caras
de perfil; pero al centrar la mirada entre ambas puede verse un jarrn lleno de rosas,
puesto a lo alto de una columna acanalada, cuyas lneas simulan a la vez los pliegues del
abrigo. La ilusin, el engao a la vista hacindole ver lo que no es, qued
magistralmente expresado en la intervencin que hiciera Jean Dunand en 1931, a varias
prendas de la primera coleccin Schiaparelli alta costura; acudiendo a un efecto
trampantojo, consigue hacer ver un vestido recto y llano como si estuviera
cuidadosamente plisado, disponiendo en l luces y sombras que simulan elaborados
pliegues, tpicos de la estatuaria griega. El vestido-pintura igualmente sera retratado por
Man Ray con la misma Elsa como modelo. La duplicidad de las imgenes, duplicidad
por cuanto que lo que vemos en ellas no es ms que una ilusin sugerida por una
realidad de distinta naturaleza, que evoca ciertos aspectos del objeto aludido, fue ya
demostrada por Ren Magritte, con el juego entre palabras e imgenes propuesto en la
pintura Esto no es una pipa. Este juego, traslado a un objeto tridimensional que pone en
cuestin la veracidad de la imagen ms la del objeto mismo respecto de su funcin, fue
hbilmente ejecutado en el envase y el contenedor de la fragancia masculina Snuff,
lanzada en 1940. La botella luce como una pipa, sin embargo, no lo es en realidad, ya
que se trata de un frasco de vidrio presentado en algo que parece una caja de tabaco
pero que tampoco es lo que parece, pues es un empaque de perfume que luce como caja
de tabaco. La idea sobre la funcin de ambos objetos evidentemente se ha alterado, de
tal suerte que slo entrando en contacto con ellos sabremos de qu se tratan.
El collage fue otro de medios con los que ya haba experimentado el dadasmo y
artistas como Marx Ernst, usando viejos grabados, trozos sacados de revistas viejas y
fotos. Consciente de su xito y basndose en el procedimiento del collage, Schiaparelli
tom los comentarios de prensa emitidos sobre ella, en una babilnica mezcla de
lenguas, los recort y junt creando su propio collage que luego convirti en estampado
para unas telas de algodn y seda que fueron empleadas en la confeccin de sombreros
de playa, bolsos pequeos y paoletas para dama y caballero. En 1935, el ao en que
salieron las prendas estampadas cual si fueran papel peridico, Cecil Beaton ilustr para
el Vogue algunos accesorios de la diseadora: abanicos de Rodophane, guantes de
cabritilla y croch, cinturones con bolsos incluidos algo as como las actuales
rioneras paoletas con cuentas gigantes bordadas, parasoles victorianos y dos de los
sombreros de playa que lucan como hechos con peridico. No obstante, Beaton haba
cambiado las palabras que traan originalmente las prendas, reemplazndolas en la
ilustracin por otras alusivas a la contratacin de Christian Brard en Vogue, a la
desercin de George Hoyningen-huene del Harpers Bazaar, y sobre todo
transformando un retrato de Schiaparelli hasta dejarla como Hitler, acompandolo de
un mensaje antisemtico expresado en las palabras sucios judos. En consecuencia, el
editor orden hacerlas difusas en el grabado para evitar que fueran legibles. De esta
ancdota llaman la atencin dos cosas; de un lado, cmo se explica que Beaton haya
relacionado a Elsa con Hitler? cuando uno de los embustes que le persigui en vida fue
el de tener inclinaciones comunistas, y simpatizar con Stalin. Del otro, por qu Beaton
no habla de este impase en el libro que compendia la movida de las ms altas esferas de
la moda, en la cual vivi y de la que fue protagonista, es decir, en su Espejo de la
moda?
James Achenson el sombrero con forma de zapato result propicio para el personaje de
Ida Lowry en la pelcula Brazil. La influencia es evidente en el frasco de la fragancia
femenina Jean Paul Gaultier, heredero de la forma del envase de Shocking!, un cuerpo
femenino al que la firma le cambia su vestido al ritmo de las colecciones. Adems le ha
sacado su contrapartida masculina. Y al igual que en la dcada de los treinta el trabajo
en colectivo sigue en pie; as como Elsa y Man Ray lo hicieran, Gaultier se uni a sus
compatriotas Pierre y Gilles para crear la imagen que lanzara su perfume masculino en
1996, cargada con una dosis de Gaultier, un poco de Schiaparelli y mucho de la
afectacin que caracteriza a las azucaradas fotografas kitsch de Pierre y Gilles. Pero no
son slo ellos quienes han trabajado colectivamente en el mundo de la moda, y los que
aqu se citan son slo unos ejemplos extremadamente pocos: Keith Haring intervino
prendas de Vivienne Westwood (1894-1985), visti con sus grafas el cuerpo de Grace
Jones y Robert Mapplethorpe lo capt; Issey Miyake, Yasumasa Morimura y
Nobuyoshi Araki (1996-97) han trabajado juntos; Takashi Murakami hizo de Louis
Vuitton algo ms colorido y juvenil (hacia 2006), mientras la tienda principal en Pars
ha sido convertida en toda una experiencia sensorial equiparable a una gran instalacin.
Recientemente Damien Hirst interviene prendas de Levis, aducindose que por ms
de un siglo, artistas en todo el mundo han adoptado a los originales jeans Levis 501
como su uniforme favorito. De Damien Hirst a Jackson Pollock, Andy Warhol y Jean
Michel Basquiat, entre innumerables artistas, cada uno de estos espritus creadores
usaron los originales jeans Levis 501 como un lienzo en blanco para su expresin
personal e individualidad10. La prensa se pregunta si el arte se ha banalizado o si la
cultura popular se ha sacralizado, a mi modo de ver, no ocurre ni lo uno ni lo otro. Nos
encontramos ante una amistad de vieja data y este ltimo caso slo muestra la cercana
de una unin que se resiste a las escisiones de alta cultura y cultura popular y que
reconoce que entre ambas el deseo de mantenerse firmemente diferenciables es toda una
utopa, irrealizable en una era obstinada con el intercambio de las mercancas.
1
La palabra pasadismo passest proviene de passato, significa pasado y fue utilizado pblicamente como un
trmino derogatorio para etiquetar cualquier cosa, todas y cada una de las que los futuristas deseaban abolir: museos,
libreras, academias y as sucesivamente.
Vase Futurism and Dress. En Stern, Radu., Against Fashion Clothing as Art, 1850-1930, Massachusetts,
Massachusetts Institute of Technology Press, 2004. (trad. cast.: Futurismo y vestido, William Cruz Bermeo, 2006).
Para una versin en castellano visite: www.williamcruzbermeo.wordpress.com.
Wilson, Elizabeth., Adorned in Dreams, fashion and modernity, New Jersey, Rutger University Press, 2003.
En la actualidad no existe traduccin al castellano de la autobiografa de Elsa Schiaparelli, por lo que la cita la he
traducido de Breward, Cristopher., Fashion. Nueva York, Oxford University Press, 2003.
Para una ampliacin de este asunto vase Steele, Valerie y Park, Jennifer., Gothick Dark Glamour, Nueva york,
Yale University Press - Fashion Institute of Technology, 2008. All se refiere a este tema, trayendo a colacin el
clebre Dilogo entre la moda y la muerte de Giaccomo Leopardi, escrito en 1842.
Me refiero a la idea de sonambulismo de la triloga de Hermann Broch, Los sonmbulos. Un romanticismo caduco
aferrado a viejos esquemas y en bsqueda de una gloria imperial que sirve de caldo de cultivo a la gran masacre de
las guerras del siglo XX.
7
8
No sorprende que algunos de los vestidos de Schiaparelli, que otrora fueran completamente coloridos hayan
cambiado de color o se hayan desteido. Al parecer las tcnicas de tintorera de su tiempo eran un tanto precarias,
puesto que ya desde la misma poca en que los trajes fueron creados se hablaba de su prdida del color. Por qu
habra de mandar Diana Vreeland uno de estos trajes a la tintorera? Vese Beaton, Cecil., El espejo de la moda,
Barcelona, Parsifal, 1990, pg. 196.
9 A partir de la dcada de los setentas varios museos alrededor del mundo organizaron exposiciones dedicadas al
trabajo de los diseadores o la relacin que une el arte con la moda. Inventive clothes 1909-1939: The 10s, The 20s,
The 30s (1973); Fashion and Surrealism, (1987); Addressing the century: 100 years of Art & Fashion (1998), Yves
Saint Laurent Dialogue with Art (2004); Balmain Arquitecto de la moda (2004); Shocking! The Art and Fashion of
Elsa Schiaparelli; Poiret: King of Fashion (2007), entre otras. Igualmente en 1982, la revista Artforum puso en su
portada uno de las piezas de Issey Miyake de su coleccin primavera-verano. Al respecto, recomiendo un texto
escrito por la entonces editora de la revista: Sischy, Ingrid. Behind the Scenes Recollection en Frisa, Maria Luisa y
Tonchi, Stefano., Excess Fashion and Underground in the 80s, Miln, Charta, 2004.
10 As lo expresa el Robert Cameron, vice-presidente de Marketing de Levis, en el comunicado de prensa emitido en
Colombia.
Bibliografa:
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BEATON, C., El espejo de la moda, Barcelona, Parsifal, 1990.
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BENJAMIN, W. El surrealismo. La ltima instantnea de la inteligencia europea,
1929.
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Philadelphia Museum of Art. 2003.
MACKRELL, A., Art and Fashion: The impact of art on fashion and fashion on art,
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MICHEL, F., Esto no es una pipa. Ensayo sobre Magritte, Barcelona, Anagrama, 1993.
STERN, R., Against Fashion Clothing as Art, 1850-1930, Massachusetts,
Massachusetts Institute of Technology Press, 2004.
WOLLEN, P., Addressing the Century: 100 Years of Art and Fashion, Londres,
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