Teatro Carlos Alsina 3 PDF
Teatro Carlos Alsina 3 PDF
Teatro Carlos Alsina 3 PDF
PERSONAJES
LA SEORA
LA ENFERMERA
EL REMERO
ESCENA I
UNA BALSA. EN UNA CMODA SILLA EST SENTADA LA SEORA. A SU LADO,
MUCHO MS JOVEN, LA ENFERMERA. DE PIE, EN UN EXTREMO DE LA BALSA
Y CON UN LARGO REMO QUE APENAS MUEVE, SE DIVISA AL REMERO.
LA SEORA: Lo conoc por eso. Fue el destino. Una noche lo escuch pasar.
Cantaba. Entonces lo llam.
LA ENFERMERA: Cmo se anim?
LA SEORA: La verdadera soledad no es muy inhibida.
LA ENFERMERA: Y l, qu hizo?
LA SEORA: Por qu me lo preguntas?
LA ENFERMERA: No s. Curiosidad.
LA SEORA: Imagnalo.
LA ENFERMERA: No es muy atractivo.
LA SEORA: Te parece? (Pausa). Es joven. Y sabe hacer. (Silencio). Qu pasa?
LA ENFERMERA: Est enamorada?
LA SEORA: (A El Remero) Bsame!
Silencio.
EL REMERO: Hay corriente. No puedo dejar de...
LA SEORA: Bsame!
Miradas. El Remero deja el remo. Se acerca y apasionado la besa.
Ella lo toca. Luego, abruptamente, lo separa.
A tu lugar! La corriente!
El Remero vuelve a su lugar. Intensas miradas con La Enfermera.
(A La Enfermera). Parece que hay un bonito paisaje.
LA ENFERMERA: Hay bruma.
LA SEORA: Descrbeme el paisaje!
Silencio.
LA ENFERMERA: rboles enormes. Y enredaderas.
LA SEORA: Hay bruma. No sabes mentir.
Silencio.
Parece que ayer partimos.
LA ENFERMERA: (Luego de mirar a El Remero) Fue ayer.
LA SEORA: Ayer?
LA ENFERMERA: S. Creo que...
LA SEORA: Ests totalmente segura de que fue ayer?
LA ENFERMERA: En verdad parece que pas ms tiempo.
LA SEORA: Tal vez pas mucho, mucho ms.
La Enfermera busca cada una de las medicinas y comienza a contar las
pastillas mientras La Seora habla.
ESCENA II
CUANDO LA LUZ REGRESA DESCUBRE A LOS PERSONAJES EN LOS MISMOS
LUGARES QUE AL COMIENZO. LA BALSA HA CAMBIADO DE POSICIN. LA
SEORA, DESENVUELTA Y AMIGABLE, HABLA CON LA ENFERMERA.
Silencio.
No recuerdo haber tomado hoy mi pastilla.
La Enfermera va hacia la caja de los remedios y saca una medicina. Se
la ofrece a La Seora. sta la recibe pero todava no la toma.
Alcnzame agua!
La Enfermera gira para extraer de un bidn el agua. La Seora, en
tanto, aprovecha para ocultar la pastilla. La Enfermera regresa con un
vaso de agua.
Gracias. (Realiza la accin ficticia de tomar la pastilla). Cuando este
viaje finalice te recompensar an ms por tus servicios.
LA ENFERMERA: Slo espero que termine.
LA SEORA: Tan mal te sientes?
LA ENFERMERA: Quiero salir de aqu.
LA SEORA: Eres tan joven! Vamos, reljate! Es mejor.
De pronto El Remero parece avistar algo.
EL REMERO: All! (Seala hacia un lado).
LA ENFERMERA: (Acercndose) Qu sucede?
EL REMERO: Un reflejo!
LA SEORA: Un reflejo?
EL REMERO: Algo brilla... all... a lo lejos.
LA ENFERMERA: S. Algo brilla.
LA SEORA: Acerqumonos!
EL REMERO: Ya no lo veo.
LA ENFERMERA: All, all!
EL REMERO: No hay nada. Debe ser un espejismo.
LA ENFERMERA: El sol refleja en algo, es evidente! Vamos, rema en esa direccin!
EL REMERO: No hay nada!
LA ENFERMERA: Rema!
El Remero lo hace. La balsa cambia de direccin, La Enfermera observa
esperanzada el horizonte.
LA SEORA: Distingues algo?
LA ENFERMERA: Parece una luz.
LA SEORA: Una luz? Lejana?
LA ENFERMERA: No estoy segura de la distancia.
LA SEORA: Estoy sudada?
gesto, le indica que traiga agua. sta lo hace. El Remero le hace tragar
la pastilla sin despertarla. Luego, con otro gesto, le pide a La Enfermera
otra pastilla y la coloca en el lugar en que estaba escondida. La
Enfermera destapa un frasco y lo acerca a la nariz de La Seora. El
Remero regresa a su lugar. La Seora, poco a poco, reacciona.
LA SEORA: Adnde est? Adnde est?
LA ENFERMERA: (Como si no se diese cuenta de lo sucedido) Cmo?
LA SEORA: Ella... ella... estuvo aqu... frente a m. (Ahora grita). Adnde est?
EL REMERO: (Acercndose). Qu sucede seora?
LA SEORA: Ella me visita. Me mira.
EL REMERO: Quin?
LA SEORA: La nia. Me mira.
LA ENFERMERA: Aqu estamos slo nosotros, seora.
LA SEORA: Ella tambin est, de alguna forma.
LA ENFERMERA: Quin es esa nia?
LA SEORA: No s.
EL REMERO: Cmo es?
LA SEORA: Tendr siete u ocho aos.
EL REMERO: No la reconoce?
LA SEORA: No puedo distinguir muy bien su rostro. S que es ella por sus ojos.
Son... son como un crepsculo herido, y cuando me miran, mi
pecho se convierte en un embudo que succiona cada imagen del
pasado. Cada recuerdo, cada detalle, se escurre al mismo tiempo
junto a otros miles de detalles, como si el tiempo fuese un ro
cansado, un pjaro inmvil, un sol congelado.
LA ENFERMERA: Tal vez ha sido otro espejismo.
LA SEORA: Es posible. Quizs yo la suee o ella me est soando.
LA ENFERMERA: Esa nia la visita desde hace mucho?
LA SEORA: Desde siempre. Pero ltimamente lo hace ms seguido.
LA ENFERMERA: Por qu?
LA SEORA: No s. Cada vez puedo verla ms ntidamente. Antes era slo una
voz dbil... un aleteo delicado. Despus comenc a distinguir su
silueta, su vestido, sus piernas, sus brazos, sus ojos, pero an no
puedo distinguir su rostro. Saber quin es.
EL REMERO: Y qu le dice?
LA SEORA: Cosas importantes.
EL REMERO: Cmo cules?
LA SEORA: Que regresamos.
ESCENA III
PARECIERA QUE LA BALSA, AHORA, VA EN SENTIDO CONTRARIO A LAS ESCENAS
ANTERIORES. EL REMERO SE HA UBICADO EN EL OTRO EXTREMO DE LA MISMA
Y PARECE QUE REMA EN LA DIRECCIN CONTRARIA. EN REALIDAD, SIN SER VISTO
POR LA SEORA, REMA EN LA MISMA DIRECCIN QUE ANTES. LA SEORA HA
COLOCADO SU SILLN EN EL EXTREMO OPUESTO A LAS ESCENAS ANTERIORES.
LA SEORA: Regresamos?
LA ENFERMERA: (An con la pistola en la mano). S, seora.
LA SEORA: Mi padre, para m, nunca haba existido. Era una ausencia soada,
una palabra extraa, un recuerdo imposible. No era parte del pasado.
Slo poda ser un futuro improbable que, ahora, ya es pasado. He
vivido escapando de su sombra, que por no conocerla, ya me era
conocida. He construido su figura en mi cabeza, sus gestos, sus
gustos, sus pequeos secretos. Pero su carne, sus huesos eran hechos
de silencios. Ahora, por primera vez, su voz ha recorrido cada una
de mis vsceras. Y se ha ido. Ahora, que ya no es ms que un sueo,
ha comenzado a esfumarse.
De pronto La Seora se tapa los odos. Los dems, a pesar de que
escuchan, no reaccionan. El Remero y La Enfermera se miran.
Basta, basta!
Cuando las voces se alejan, La Seora se destapa los odos.
Se han ido.
LA ENFERMERA: Quines?
LA SEORA: Las voces. Esos gritos.
LA ENFERMERA: Eran conocidos?
LA SEORA: No s. Venan de antes o despus. Carecan de tiempo, pero... sin
embargo, eran mos. Se fueron como una tormenta que no ha
llegado. Y ahora, nada.
El Remero observa en direccin hacia donde ha estado remando. O sea:
hacia donde la balsa se diriga abiertamente en las primeras escenas.
Dnde estamos?
EL REMERO: (Trata de disimular el diferente punto de arribo).Creo que ms cerca...
LA SEORA: Hace calor. Y el aire falta.
EL REMERO: S. Estamos cerca.
LA SEORA: (A La Enfermera). Arrglame!
La Enfermera comienza a maquillarla.
LA SEORA: Regreso sin volver. Soy el sueo de un fantasma. No peso. Y cuando
mis pies toquen la tierra, nada se modificar. Los recuerdos me son
desconocidos y los que puedan verme, no me reconocern, porque
nada hemos compartido. Regreso sin equipaje, como un mendigo que
viene del olvido. Todo comenzar, tal vez, para ser de nuevo olvidado.
LA ENFERMERA: Los que la miren la admirarn. Y no podrn olvidarla.
LA SEORA: Te parece? Tal vez eso no dependa tanto de mi aspecto como del
hecho que los dems no se olviden de s mismos.
Silencio.
ESCENA IV
LA BALSA EST UBICADA EN LA POSICIN DE LA LTIMA ESCENA, PERO AHORA
SE DIRIGE DE REGRESO REALMENTE. LA SEORA NO EST. PERMANECEN LA
SILLA Y LOS BALES. EL REMERO REMA EN SENTIDO CONTRARIO A LAS
ESCENAS ANTERIORES. LA ENFERMERA ARREGLA LOS BALES.
EL REMERO: Lo saba?
LA ENFERMERA: No s. Djame creer que slo se dio cuenta en el ltimo momento.
FINAL
PERSONAJES
L
Es que ese tipo no me gusta. Sale del edificio 5 todos los das bien
arreglado, peinadito, hasta aqu se huele el perfume que se pone,
no hay vidriera en la que no se vea y se admire. Se sube a su auto
ltimo modelo y arranca como si fuera el dueo del mundo. Ya era
as cuando yo estaba todava abajo. Casi nos atropellaba cuando
entrbamos a trabajar al edificio todos los das.
Y ahora, todas las maanas, tiene que volver a cambiarse. Jaja!
l mira para aqu pero no ve nada. Es que estoy bien arriba... y
como ya no hay nadie trabajando, no se explicar desde dnde le
cae la mezcla.
Pausa.
La cosa es no aburrirse... no aburrirse... no aburrirse...
Pregunta a los claveles del aire.
Ey...! hola. Despertate. Cmo estn las cosas all abajo? (Espera
la respuesta). Aj, igual.
Va hacia otra planta.
Y por all abajo?
Igual.
A una tercera.
Y de ese lado?
Claro, abajo todo sigue igual, en cambio aqu arriba s que las cosas
cambian.
Las nubes, por ejemplo. Es como ir al cine! Y no pago la entrada!
Me quedo horas mirando las pelculas de las nubes. Aunque hay
veces en que amanece todo despejado y se suspende la funcin.
Esos das hago un pic-nic.
Va hacia el otro extremo del andamio cantando una divertida cancin,
se arremanga los pantalones, se baja las medias y se sienta mirando
hacia otra direccin.
Hasta los tobillos me voy a tostar.
Me gusta mirar el horizonte sobre los edificios. Y, entonces los techos
de chapas, las torres de agua, las terrazas con sus ropas que flamean
se convierten en copas de rboles, en hojas que bailan. Y arriba, un
cielo inmenso y total que termina en un horizonte mezcla de gris y
de violeta.
Con la mirada sigue un pjaro que pasa. Extrae del bolsillo una plomada
y la arroja sostenindola de un extremo.
Es difcil pescar pajaritos. Pero lo bueno es la espera. Una sola vez
pesqu algo.
Yo miraba la lnea gris con violeta y de pronto sent un tirn, algo
suave, como una caricia que uno le hace a un hijo. Baj la vista y vi
PERSONAJES
EL PESCADOR
JESS
EL PADRE
EL DEMONIO
PESCADOR: Dicen que fue una maana de niebla tan espesa que hasta los peces
se extraviaban en el agua. Y dicen que fue en una poca del ao que
eso no suceda.
Ningn pescador se anim a salir.
Slo l se asom a la puerta de la casa donde se alojaba como para
asegurarse de que su da era hoy. Mir el cielo opaco y le dijo a
Mara de Magdala:
Voy al lago. El momento ha llegado. Finalmente sabr quin soy y
para qu sirvo.
Despus descendi hasta el agua, subi a un bote y rem hacia el
centro del lago.
La niebla se abra para dejarlo pasar. l slo poda ver la punta de
los remos.
A medida que avanza, una claridad indefinida transforma en blanca
y brillante a la niebla.
En un cerco de luz ms amplio, el bote se detiene. Es el centro del
lago.
En la popa, sentado sobre una madera, aparece El Padre...
En otro lugar del escenario, la luz ilumina al bote y a los dos personajes.
JESS: Aqu estoy.
EL PADRE: Aqu estamos.
JESS: He venido para saber quin soy y qu tengo que hacer.
EL PADRE: Son cosas distintas. Vamos por partes.
JESS: Quin soy? Crea ser el hijo de mi padre.
Pausa tensa.
EL PESCADOR: (Al pblico) Dicen que el Demonio sinti una voluntaria
satisfaccin.
JESS: (Al Padre) Me habas prometido poder y gloria.
EL PADRE: Las tendrs. Pero despus de tu muerte.
JESS: Y de qu me serviran si ya no vivir?
EL PADRE: Bueno... en realidad no estars muerto en el sentido comn de la
palabra. Siendo mi hijo estars conmigo. O en m. Todava no lo
he decidido muy bien.
EL PADRE: Cada hombre, haga lo que haga, est adnde est y vaya adnde
vaya es un pecador. No tiene escapatoria. El pecado es tan
inseparable del hombre como el hombre del pecado. El hombre es
una moneda en la que si la das vueltas, encuentras el pecado. Y la
culpa. La palabra mgica es arrepintete.
JESS: Para lograr eso no es necesario sacrificar mi vida. Bastara que algn
profeta lo divulgue.
EL PADRE: Hay demasiados profetas en estos tiempos dando vueltas por ah.
Debemos lograr nuestro propsito con algo ms fuerte: golpear la
sensibilidad y sacudir los sentimientos. Que cuelgues de la cruz,
por ejemplo.
JESS: Entonces... morir crucificado.
EL PADRE: Es mi voluntad.
EL PESCADOR: (Al pblico) Dicen que Jess volvi a mirar al Demonio, pero ste
tena una expresin ausente, como si estuviese contemplando un
instante del futuro.
EL DEMONIO: Te veo colgando en la cruz, pero hasta a m me cuesta creerlo.
EL PESCADOR: (Al pblico) Dicen que Jess dej caer sus brazos como si no tuvieran
vida y que dijo: Sea hecha en m tu voluntad. El Padre se levanta
para abrazarlo...
JESS: (Corta la accin de El Padre tajantemente) Con una condicin!
EL PADRE: No puedo negar que tienes talento para confundir a las almas y
perderlas. A punto estuviste de convencerme.
EL DEMONIO: No me aceptas? No me perdonas?
EL PADRE: No. Te quiero como eres. Y peor, si es posible.
JESS: (Al Padre) Por qu?
EL PADRE: Porque este Bien, que soy yo, no existira sin ese Mal que es l. Un
Bien sin l no tendra sentido. Sera inconcebible. Si l se termina
yo tambin me termino. La muerte de uno sera la del otro.
EL DEMONIO: Es tu ltima palabra?
EL PADRE: La ltima. Y jams vuelvas a pedrmelo.
EL DEMONIO: (Mira a Jess, tambin al Pescador y se encoge de hombros). Que no se
diga que el Demonio no tent un da a Dios. l lo ha querido as.
Hasta siempre!
La luz se apaga sobre el bote.
EL PESCADOR: El Demonio volvi al agua y poco a poco fue perdindose en la
niebla. Jess lo sigui con los ojos asombrados. Se escuchaban unos
jadeos bestiales, pero no eran del esfuerzo que haca el Demonio
para nadar sino de su temor por tener que vivir para siempre. El
Padre tambin lo vio alejarse hasta que se perdi de vista.
Vuelve la luz al bote.
EL PADRE: Mandar a un hombre llamado Juan para que te ayude, pero tendrs
que convencerlo de que eres quien dirs ser.
Apagn sobre el bote.
EL PESCADOR: Dicen que fue un segundo. Jess mir pero su Padre ya no estaba
all. En ese mismo instante la niebla se disip y el lago se reflej en
el aire limpio y difano. En el agua, ni seal del Demonio. En el
aire, ni seal de Dios. Jess mir hacia la orilla y vio un gran nmero
de personas que all haban acampado. Es que haban pasado 40
das. Rem hacia la costa...
JESS: (Se acerca al Pescador-narrador) Ey!
EL PESCADOR: Espera, ya termino de contar y...
JESS: No quiero que termines.
EL PESCADOR: Es que la crucifixin y lo que pas es interesante y...
JESS: Nada ha terminado. (Jess se sienta al lado de El Pescador) Bah... es
verdad lo de la crucifixin y todo eso, pero todo est an por verse.
EL PESCADOR: Bueno, mi relato termina en la crucifixin y en tu resurreccin. De
all en ms...
APAGN FINAL
PERSONAJES
ACTOR-BORGES
PERSONAJES
HOMBRE
JOVEN
HOMBRE: Quiero que me hagas un arpn. Uno que no puedan partir mil
yuntas de demonios. Algo que se le pegue como su propio hueso a
la aleta. ste es el material. Mira herrero: aqu he reunido pedazos
de clavos de las herraduras de acero de caballos de carrera. Estos
trozos se soldarn como cola sacada de huesos fundidos de
criminales. Vamos, frjame el arpn, pero antes frjame primero
las varillas, para las puntas...!.
Se alza, busca por la pieza. Encuentra dos escobillones viejos. Les saca
los cepillos y los transforma en los arpones. Ahora se dirige a un
personaje imaginario.
La madera, para las varillas de los arpones. Cmo para qu? Te lo dije,
para los arpones. Lo primero que hay que verificar es que la madera sea
la adecuada. Tiene que ser dura, elstica y sin nudos. Dicen que el pino
rojo del Canad es la mejor. Para el soporte de las puntas es necesario
hierro dulce, que se pueda trabajar: clavos de herraduras de caballos de
carrera, nada mejor. Y para la punta, acero, el de navajas, insuperable.
Ey! Me ests escuchando? Te estoy enseando cmo se construye un
arpn. Cmo, no te interesa? S, es verdad que no te interesa. Sos un
ignorante. Deberas hojear algunos libros cada tanto. Sos afortunado
que por aqu no pasa nunca nadie, si no yo ni te hablara. Ignorante!
(Se sienta y habla en voz alta para hacerse escuchar). No es cosa de poco
construir un arpn. Es necesario saberlo hacer. No es fcil trabajar con
materiales diferentes. (Se acerca de nuevo a la mesa para acercarse al
personaje imaginario) Sabs? La punta es la parte ms importante. Va
incrustada en la madera y despus va atada. Es necesario hilo de camo
baado en agua y cola. Se lo envuelve alrededor, para fijar las dos partes
juntas y una vez seco queda duro como madera. Y as est listo el arpn
para ser lanzado. Pero es necesario un blanco. (Coloca la mesa parada
sobre dos patas de manera tal que se convierta en centro). Aqu est. Ahora
HOMBRE: Pero la ballena se haba sumergido. Poda resistir una hora, o dos
bajo el agua.
JOVEN: Pero Ahab era un gran cazador de ballenas, me lo has dicho vos.
Conoca todas sus rutas y saba reconocerlas a distancia. Les senta
el olor, como un perro de caza.
HOMBRE: S! Pero ahora estaba exhausto de la lucha. Empapado, helado.
Trataba de seguir a Moby Dick slo con la mirada. No poda ms.
JOVEN: Estaba detrs de la ballena, no la dejaba escapar!
HOMBRE: S, pero ya haba llegado la noche. No se puede cazar de noche.
Adems era necesario reparar y recuperar las lanchas destruidas.
Forjar nuevos arpones.
JOVEN: Pero aquella noche pas rpido porque ya haba llegado el alba y el
barco despleg todas las velas. La nave estaba dirigida como una
bala de can y Moby Dick volvi a dibujarse sobre los mrgenes
del cielo. Las lanchas, dnde estn las lanchas?
En el parlamento anterior el Hombre recogi los elementos que han
cado a tierra: tenedores, platos, sillas. Ahora ella utiliza esos elementos
para representar como un campo de batalla sobre la mesa, donde el
pan es Moby Dick.
Dnde estaba la lancha de Ahab?
HOMBRE: (Presionado) La lancha de Ahab estaba al centro. (Coloca un plato
en el lugar). Quera tomar la cabeza de la ballena de frente escapando
as a la mirada lateral de Moby Dick.
JOVEN: Y entonces, qu sucedi?
HOMBRE: Las lanchas se acercaron ms a la ballena y... (Lo ilustra con los otros platos).
JOVEN: Y Moby Dick se lanz sobre ellas con la boca abierta...
Lanza el pan que se desliza por el mantel en direccin al plato que hace
de lancha de Ahab. Al costado hay otros dos platos que simulan las
otras lanchas. El Hombre detiene el pan antes de que llegue a Ahab.
HOMBRE: No! Porque las lanchas de los costados le clavaron arpones a la
ballena (Clava tenedores en el pan) y la detuvieron.
JOVEN: Pero Moby Dick no se cuidaba de los arpones que se le incrustaban,
estaba enloquecida y se movi de tal manera y con tanta fuerza que
las hizo chocar entre ellas y despus caer al agua (Tira por el aire los
platos). Despus se dirigi debajo de la lancha de Ahab y la hizo
saltar en el cielo mandndola a pique. Y con la cola, movindola
como una catapulta, destruy todo, todo, tambin la nave.
HOMBRE: No, no es verdad. Desde la Pequod los marineros haban observado
todo el combate. El barco lleg rpido en salvataje, recogi a los
marineros, los remos que flotaban y todo lo que se poda recoger.
PERSONAJES
DUQUE
REY
DUQUE: (Rpidamente saca lo que debera hacer creer que es una verdadera
serpiente de cascabel. La mostrar fugazmente). Ven? Es slo una
serpiente de cascabel!
El Duque se pasea por la sala buscando clientes. En ese momento las
luces de la sala del teatro se apagan indicando el inminente inicio de la
funcin. El Rey, rpido, reacciona.
REY: Alto, alto! Que todava no hemos terminado!
DUQUE: Est por comenzar la funcin, Su Excelencia!
REY: (Haciendo seas disimuladas al duque) He odo decir que los actores
de la compaa que hoy deba actuar han tenido una inesperada
indisposicin!
El Duque entiende, deja la vbora, y saca, lo ms disimuladamente posible,
un revlver del carrito. Lo esconde y sube al escenario entrando detrs del
teln cerrado o, si no lo hay, por las bambalinas. El Rey contina hablando
con el pblico para captar su atencin y disimular lo que sucede atrs.
Pero, como todo el mundo sabe, la funcin igual debe comenzar!
Desde atrs del teln se escucha...
VOZ DEL DUQUE: Arriba las manos! (Est asaltando a los actores).
REY: Deca que la funcin lo mismo debe comenzar.
VOZ DEL DUQUE: Ninguno se mueva!
REY: Y como los actores no se encuentran disponibles, estaremos
obligados a reemplazarlos siendo conscientes de que se trata de un
deber moral irrenunciable
VOZ DEL DUQUE: Si alguno se desata, lo liquido! Vamos, rpido, entreguen todo lo
que tienen, relojes pulseras, dinero, todo!!!
REY: (Contina imperturbable tratando que la voz del Duque no se oiga)
Nuestro deber irrenunciable: ayudar a los santos propsitos de
la Liga desinteresadamente...!
VOZ DEL DUQUE: Ya estn ligados!
REY: ... Ligados por este lazo de solidaridad! Al final del espectculo
ustedes podrn dejar su contribucin para ayudar!
VOZ DEL DUQUE: Que la dejen primero!
REY: (Tose). Es tradicin de las compaas ms famosas de teatro, como
la que formamos con mi colega que, en caso de que donemos una
funcin, solicitemos al final
VOZ DEL DUQUE: Quin te dijo eso?
REY: (Disimulando, al pblico) La tradicin teatral! (Cambia). Entonces,
hoy debido a la casualidad, ustedes tendrn la oportunidad de
presenciar con vuestros ojos, y por nica vez, a estos dos actores de