Lecturas Seleccionadas LibroIV
Lecturas Seleccionadas LibroIV
Lecturas Seleccionadas LibroIV
SEMINARIO INTERNACIONAL
TEOLOGICO BAUTISTA
ETICA CRISTIANA
LECTURAS
SELECCIONADAS
LIBRO IV
Para uso exclusivo de la clase
PROFESOR Toms Mackey
2
SEMINARIO INTERNACIONAL
TEOLOGICO BAUTISTA
ETICA
CRISTIANA
DERECHOS HUMANOS
PARA TODOS
Alianza Mundial Bautista
DERECHOS HUMANOS
PARA TODOS1
Cada da los medios de comunicacin nos confrontan con males terribles causados a
nuestros hermanos y hermanas de la familia humana. Sabemos que todas las
sofisticaciones de la tecnologa moderna se aplican a la invencin de instrumentos de
tortura cada vez ms eficaces, con el propsito de mutilar y quebrantar el cuerpo y el
espritu de hombres, mujeres y nios. Sabemos que ideologas tales como el racismo, la
discriminacin racial y la discriminacin por razones de sexo, niegan la igualdad de
condiciones a millones de personas. Sabemos que da a da desaparecen estudiantes,
obreros, pastores y periodistas, y nunca se vuelve a saber de ellos. Sabemos de los millones
de refugiados y asilados que sobreviven en condiciones inhumanas y que, adems, son
despreciados como los marginados de la sociedad humana moderna. Sabemos del
permanente aumento de la tasa de desempleo, que empuja a millones de personas a una
crisis de identidad a la vez que les roba la posibilidad de bastarse a s mismos y atender las
necesidades de sus familias.
Adems, sabemos que en todos los rincones de nuestro planeta hay personas a quienes se
les niega la libertad religiosa de adorar y vivir de acuerdo con sus impulsos religiosos.
Sabemos que la carrera armamentista, por su enorme distraccin de fondos, est en efecto
causando muchsimas muertes. Mientras que los gobiernos del mundo gastan miles de
millones de dlares para crear armas cada vez ms sofisticadas y destructivas, dos terceras
partes de la humanidad se hunden cada vez ms en la pobreza y la desilusin. Sabemos que
cada ao mueren 12 millones de nios de menos de 5 aos, es decir, 35.000 por da, porque
no tienen suficiente para comer, suficiente agua potable ni cuidado mdico adecuado; y que
muchos de los que sobreviven sufren la explotacin a travs del trabajo y/o la prostitucin
infantil.
1
Tomado de Alianza Mundial Bautista. Divisin de Investigacin y Estudio. Nosotros los
Bautistas. Con publicacin electrnica de la Casa Bautista de Publicaciones, 2000.
http://www.ministerioscristianos.org/Documentos/nosotros.pdf
4
2
Sean MacBride, "The Universal Declaration30 Years After," en Alan D. Falconer, ed.,
(Dublin: Irish School of
Understanding Human Rights: An Interdisciplinary and Interfaith Study
Ecumenics, 1980), p. 10.
7
medir su trato para con los ciudadanos y a su vez los ciudadanos puedan conocer sus
propios derechos frente al estado y la comunidad humana.
Esta declaracin fue seguida 20 aos despus, en 1966, por dos pactos: el Pacto
Internacional de Derechos Econmicos, Sociales y Culturales y el Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Polticos, junto con el Protocolo Facultativo de este ltimo pacto. Para
los gobiernos que lo ratificaron este protocolo permite que cualquier persona eleve
individualmente una queja por cuestiones de derechos humanos ante un Comit
Internacional de Derechos Humanos. Junto con la Declaracin Universal, estos pactos
forman la Ley Internacional de Derechos Humanos, que establece una norma moral y
jurdica para la comunidad humana. Ms de 100 naciones ratificaron estos pactos y con
ello se comprometieron a implementar con la mayor urgencia estos derechos humanos en
sus reas de jurisdiccin.
La Declaracin Universal y los pactos estn respaldados por otras declaraciones y
convenciones que tratan con la definicin y la implementacin real de los derechos
individuales del hombre. Ejemplos recientes son la Declaracin Sobre la Eliminacin de
Toda Forma de Intolerancia y Discriminacin por Causa de Religin o Creencia (1981), la
Convencin Contra la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes
(1984), y la Convencin sobre los Derechos del Nio (1989). Las Convenciones sobre
libertad religiosa y sobre objecin por cuestiones de conciencia estn en proceso de
preparacin.
Lo que estn haciendo los bautistas con respecto a los derechos humanos
Junto con muchas otras iglesias cristianas y organizaciones no gubernamentales los
bautistas estn comprometidos en la lucha por los derechos humanos. Muchos de nuestros
pueblos sufren la privacin de sus derechos humanos. Los cristianos en pases donde otras
religiones dominan, no tienen libertad religiosa; lo mismo puede decirse de aquellos lugares
en que una iglesia cristiana niega la igualdad a los miembros de otras iglesias cristianas.
12
ayudar a implementar los derechos del nio. Podemos ayudar a las Naciones Unidas y al
Concilio Mundial de Iglesias en sus esfuerzos por ayudar a los refugiados y erradicar el
racismo. Podemos apoyar a Green Peace en el esfuerzo necesario para proteger el medio
ambiente. Si hacemos que esta preocupacin por los derechos humanos sea parte de
nuestra agenda cristiana, pronto descubriremos maneras de participar.
Conclusin
Como bautistas estamos comprometidos con el mensaje de la Biblia como la Palabra de
Dios para nosotros. Es una palabra que perdona nuestro pecado y nos libra de nuestro
inters propio de modo que podamos sintonizarnos creativamente con la pasin sanadora de
Dios para el mundo. Al mismo tiempo somos una comunidad mundial de creyentes en la
que sentimos la agona y el gozo de nuestros hermanos y hermanas alrededor del mundo.
De manera que si un miembro padece, todos los miembros se conduelen con l; y si un
miembro recibe honra, todos los miembros se gozan con l (1 Cor. 12:26). Cuanto ms
nos acerquemos a Cristo, ms podremos or el clamor silencioso y el expresado de
hombres, mujeres y nios por los cuales Cristo muri. En nuestra fe, nuestra oracin y
nuestra vida ya no podemos ignorar a quienes se les niega su dignidad humana. Nuestro
compromiso con la lucha por la implementacin de los derechos humanos se convierte en
un aspecto fundamental de nuestra fe en el Dios trino.
16
SEMINARIO INTERNACIONAL
TEOLOGICO BAUTISTA
ETICA CRISTIANA
DISCIPLINA ECLESIAL
PROFESOR
Toms Mackey
18
LA DISCIPLINA ECLESIAL
I. LAS DISCIPLINAS ESPIRITUALES PUERTA A LA LIBERACION
(Resumen de Richard Foster en Alabanza de la Disciplina y Study Guide For Celebration of Discipline)
A. EL INTERES DE DIOS
La Biblia muestra que Dios desea de cada uno de nosotros una vida plena y que la abundancia consiste en la
correlacin adecuada de por lo menos tres cosas: provisin, lugar y personalidad. La bueno para la vida humana resulta
de una combinacin de las tres.
1. Provisin: todas las cosas necesarias para desarrollar la vida abundantemente.
2. Lugar, mbito, espacio: Es algo ms que la vivienda, es el mbito para las relaciones interpersonales.
3. Personalidad: Refiere a la persona interior, que se expresa en hbitos.
B. EL PECADO ESTROPEA
1. El pecado hace que fracasemos en trminos que destruyen las tres cosas mencionadas.
2. Estamos acostumbrados a pensar que el pecado est constituido por actos individuales de desobediencia a
Dios. Pero tambin es una condicin que infecta a la raza humana (Rom. 3: 9-18).
3. El pecado tambin es parte de la estructura interna de nuestra vida.
C. ERRORES POSIBLES.
1. La atencin puede moverse de la reconciliacin del ofensor a su castigo.
2. La atencin puede moverse de la persona a la ofensa.
3. La atencin puede moverse del ofensor a las normas.
4. La responsabilidad se mueve del hermano que ha cometido la falta a la iglesia que aplica la
disciplina.
5. Paralelamente a esos malos entendimientos, bien pudiera desarrollarse la idea de una
distincin entre varias categoras de pecado.
6. La reconciliacin y la restauracin son el nico motivo adecuado de una disciplina.
7. Aunque son consecuencia no son motivos primarios:
a. La pureza de la iglesia como un motivo valioso per se.
b. Proteger la representacin de la iglesia frente al mundo exterior.
c. Testificar de las justas demandas de Dios
d. Dramatizar las demandas eclesiales sobre la membresa; particularmente para los
21
5. En el caso de todo hermano que fuere sorprendido en cualquier falta, merece nuestro respeto,
5 nuestro amor, y nuestro intento de recuperarle para el bien.
6. Debe procurarse la salud del creyente, como persona individual, y de la iglesia como cuerpo.
6 Debe existir entre ambas cosas una sabia tensin.
7. Debe procurarse no seguir rumores, mucho menos cuando son infundados, partidistas, y
7 divisionistas.
8. Debe aprenderse de la experiencia. El dolor puede ensear mucho.
9. Debe practicarse la oracin intercesora mutua. Debe pedirse, incluso, por uno mismo para no ser
8 tentado.
2. PRECAUCIONES.
1. La accin pecaminosa de mi hermano no debe, en reaccin provocar mi pecado.
2. El dolor por uno no justifica que provoquemos ms dolor.
3. El pecado de uno no debe dividirnos sino unirnos
4. Las diferencias de criterio no deben conducimos a descalificamos con los adjetivos de ms o
9 menos santos, ms o menos dbiles (fuertes)
5. Ambos causamos mucho dolor
6. Dios nos libre de enjuiciar nosotros
7. El nfasis bblico es el cado y no slo el resto.
8. La divisin es carnalidad, no es del Seor. Las diferencias de criterio son atendibles, no la
10 divisin.
SEMINARIO INTERNACIONAL
TEOLOGICO BAUTISTA
ETICA CRISTIANA
La tica de la
interrelacionalidad
El bien del Busquen lo que es bueno para los unos y los otros
1 Tesalonicenses 5: 15
Cuerpo. Todo aquello que le hace bien a los otros
1 Tes 5:15 Mirad que nadie devuelva a otro mal por mal; en cambio, procurad
siem pre lo bueno los unos para los otros y para con todos.
Sean honestos unos para con otros
Colosenses 3: 9
No robar la verdad a los otros
Col 3:9 No mintis los unos a los otros; porque os habis despojado del viejo
hombre con sus prcticas,
Muestren hospitalidad los unos para con los otros
1 Pedro 4: 9
Estar abiertos a las necesidades de los otros
1 P 4:9 H ospedaos los unos a los otros sin murmuraciones.
Saldense unos a otros con el beso santo
Romanos 16: 16
Un signo de amor, afecto e inters genuino.
Rom 16:16 Saludaos unos a otros con un beso santo. Os saludan todas las
iglesias de Cristo.
La unidad y Estn en paz unos con otros
1 Tesalonicenses 5: 13
la paz en el Las relaciones unidas y armoniosas en procura de un objetivo
cuerpo de
Cristo 1 Tes 5: 13 ... Tened paz entre vosotros.
Dedquense unos a otros en amor de hermanos
Romanos 12: 10
Con la actitud de ser una familia
Rom 12:10 am ndoos los unos a los otros con am or fraternal; en cuanto a honra,
prefirindoos los unos a los otros;
En el honor prefiranse unos a otros
Romanos 12: 10
Posiblemente una de las cosas que ms rompe el equilibrio sean las cuestiones de
preferencias, de poder, de actitudes personalistas, grupales.
Aqu se habla de preferir al otro.
Rom 12:10 am ndoos los unos a los otros con am or fraternal; en cuanto a honra,
prefirindoos los unos a los otros;
Vstanse con humildad con respecto al otro y sujtense unos a otros.
1 Pedro 5: 5
Una auto afirmacin que parte del sentirme aceptado por la gracia de Dios y poder tener la
capacidad de reconocer el valor y el aporte de otros.
1 P 5:5 Asimismo vosotros, jvenes, estad sujetos a los ancianos; y revestios
todos de humildad unos para con otros, porque: Dios resiste a los soberbios pero
da gracia a los humildes.
28
RESUMEN
CONCLUSION
Estamos comprometidos con el principio: los unos a los otros?
Si no lo estamos, no nos animaramos a comenzar a ser creyentes al estilo unos a otros?
Podemos confeccionar una lista de los mandamientos unos a otros y revisarla peridicamente.
Podemos pedirle a Dios que nos haga sensitivos respecto de los que estn a nuestro alrededor y nos
capacite para aplicar estos versculos a nuestras vidas y podamos crecer en nuestro compromiso de
cuidar los unos a los otros.
Podemos pedirle, adems, que nos ayude para que cuando nos confrontemos con actitudes y
sentimientos que entorpezcan el cuidado y la preocupacin por los otros, podamos reemplazarlos
por un compromiso de servir a los otros.
El tema del poder suele esconderse en muchas de las cosas que decimos,
hacemos y sentimos.
SEMINARIO INTERNACIONAL
TEOLOGICO BAUTISTA
ETICA CRISTIANA
LECTURAS
SELECCIONADAS
Martn Buber: Yo y T
Martn Buber: Yo y T
34
Se dice que el hombre posee una experiencia del mundo al que pertenece. Qu significa
esto?
El hombre explora la superficie de las cosas y las experimenta. Extrae de ellas un saber
relativo a su constitucin; adquiere de ellas experiencia. Experimenta lo que pertenece a las
cosas.
Pero las experiencias solas no acercan el mundo al hombre. Pues el mundo que ellas le
ofrecen slo est compuesto de esto y de aquello, de l y de Ella, y de Ella y Ello.
Tengo la experiencia de algo.
Nada cambiar con agregar a las experiencias externas las experiencias internas, segn
una distincin en ningn modo eterna, que nace de la necesidad que la especie humana
tiene de hacer menos agudo el misterio de la muerte. Cosas externas o cosas internas, no
son sino cosas y cosas!
Tengo la experiencia de algo.
Nada cambiar la situacin si aadimos secretos a las experiencias visibles, segn esa
presuntuosa sabidura que conoce en la cosa un compartimiento cerrado y reservado
solamente a los iniciados y del cual se tiene la llave. Oh secreto sin misterio! Oh
amontonamiento de informacin! Ello, siempre Ello !
El hombre que tiene experiencia de las cosas no participa en absoluto en el mundo. Pues es
en l donde la experiencia surge, y no entre l y el mundo.
El mundo no tiene parte en la experiencia. Se deja experimentar, pero no compromete su
inters. Pues esta experiencia nada le agrega y nada agrega a la experiencia.
En cuanto experiencia, el mundo pertenece a la palabra primordial Yo--Ello.
La palabra primordial Yo-T establece el mundo de la relacin.
Tres son las esferas en que surge el mundo de la relacin.
La primera es la de nuestra vida con la naturaleza. La relacin es all oscuramente recproca
y est por debajo del nivel de la palabra. Las criaturas se mueven en nuestra presencia, pero
no pueden llegar a nosotros, y el T que les dirigimos llega hasta el umbral del lenguaje.
La segunda esfera es la vida con los hombres. La relacin es all manifiesta y adopta la
forma del lenguaje. All podemos dar y aceptar el T.
La tercera esfera es la comunicacin con las formas inteligibles. La relacin est all
envuelta en nubes, pero se devela poco a poco; es muda, pero suscita una voz. No
distinguimos ningn T, pero nos sentimos llamados y respondemos, creando formas,
pensando, actuando. Todo nuestro ser dice entonces la palabra primordial, aunque no
podamos pronunciar T con nuestros labios.
Pero qu derecho tenemos de integrar lo inefable en el mundo de la palabra fundamental?
En las tres esferas, gracias a todo lo que se nos torna presente, rozamos el ribete del T
eterno, sentimos emanar un soplo que llega de l; cada T invoca el T eterno, segn el
modo propio de cada una de las esferas.
Considero un rbol.
Puedo encararlo como a un cuadro; pilar rgido bajo el asalto de la luz, o verdor
resplandeciente, suavemente inundado por el azul argentado que le sirve de fondo.
Puedo percibirlo como movimiento: red hinchada de vasos ligados a un centro fijo y
palpitante, succin de as races, respiracin de las hojas, incesante intercambio con la tierra
36
sin cesar obligado a hacerlo, pero desde entonces es un l o Ella, esto es, un Ello, y no ms
mi T.
Mientras se despliega sobre mi cabeza el cielo del T, los vientos de la causalidad se
aplastan bajo mis talones, y el torbellino de la fatalidad se detiene.
Del hombre a quien llamo T no tengo un conocimiento emprico. Pero estoy en relacin
con l en el santuario de la palabra primordial. Solamente cuando salgo de este santuario lo
conozco de nuevo por la experiencia. La experiencia es el alejamiento del T.
La relacin puede existir aunque el hombre a quien digo T no lo sepa en su experiencia.
Pues el T es ms que lo que el Ello conoce. El T es ms activo y experimenta ms de lo
que el Ello tiene consciencia. Ninguna decepcin tiene acceso aqu; aqu est la cuna de la
Vida Verdadera.
He aqu la fuente eterna del arte; a un hombre se le presenta una forma que desea ser fiada.
Esta forma no es producto de su alma, es una aparicin de fuera que se le presenta y le
reclama su fuerza eficiente. Se trata de un acto esencial del hombre; si lo realiza, si con
todo su Ser dice la palabra primordial a la forma que se le aparece, entonces brota la fuerza
eficiente, la obra nace.
El acto envuelve un sacrificio y un riesgo. El sacrificio: la infinita posibilidad inmolada en
el altar de la forma. Ser menester arrasar todo lo que hasta ese momento apareca en la
perspectiva. Nada de ello penetrar en la obra. As ha de ser por una exigencia de
exclusividad. El riesgo: la palabra primordial slo puede ser dicha por el Ser entero; quien
se decida a decirla nada puede reservar de s. La obra no tolera, como lo hacen el rbol y el
hombre, que yo me aparte y descanse en el mundo del Ello; pues es la obra la que manda.
Si no la sirvo bien , ella se quiebra o me quiebra a m.
No puedo ni conocer por la experiencia ni describir esa forma que se me aparece; slo
puedo realizarla. Y sin embargo, la contemplo esplndida en el radiante brillo de lo que me
confronta, ms clara que toda la claridad del mundo emprico. No la contemplo como una
cosa entre las cosas interiores, ni como una construccin de mi fantasa, sino como la
presencia. Si se le aplica el criterio de la objetividad, esta forma no tiene existencia. Mas
qu hay que sea tan presente como ella? Y la relacin en que me encuentro acta sobre m
como yo acto sobre ella.
Actuar es crear; inventar es encontrar; dar una forma es descubrir. Al crear descubro.
Introduzco a forma en el mundo del Ello. La obra producida es una cosa entre cosas, una
suma de cualidades; es, entonces, experimentable y descriptible. Pero a quien la contempla
y la crea, ella puede algunas veces reaparecrsele en la plenitud de su forma corporizada.
-Cul es, entonces, la experiencia que uno puede tener del T?
-Ninguna. Pues no se puede experimentarlo.
-Entonces qu se sabe del T?
-Todo o nada. Pues no se sabe nada parcial a su respecto.
38
ensearla, nada tiene en comn con una humanidad viviente en la que el hombre dice T
con todo su ser. La ficcin, por noble que sea, slo es un fetiche; la creencia ms sublime,
si es ficticia, resulta depravada. Las ideas no estn entronizadas por encima de nuestra
cabeza ms de lo que habitan en ellas; vagan entre nosotros y se dirigen a nosotros.
Desdichado aqul que descuida decirles la palabra primordial, y pobre de aquel que para
hablarles emplea un concepto o una frmula como si fuese su nombre!
En uno de los ejemplos es obvio que la relacin directa implica una accin sobre lo que me
confronta. En el arte el acto del ser determina la situacin en la cual la forma se convierte
en una obra. La simple coexistencia adquiere todo su sentido en el encuentro; entra en el
mundo de las cosas para prolongar all su accin al infinito, para tornarse infinitamente en
Ello, pero tambin infinitamente T, para comunicar la inspiracin y la dicha. Ella
adquiere cuerpo; su cuerpo emerge del flujo inespacial e intemporal, a la orilla de la
existencia.
El sentido de este efecto es menos evidente en la relacin con un T humano. El acto
esencial que crea aqu la inmediatez es lo frecuentemente interpretado errneamente en
trminos de sentimiento. Los sentimientos acompaan al hecho metafsico y metapsquico
del amor, pero no lo constituyen. Los sentimientos concomitantes pueden ser de especies
muy diversas. El sentimiento de Jess para con el poseso es otro que su sentimiento para el
discpulo bienamado; pero el amor es uno. No hay en esto metfora: es la realidad. El amor
no es un sentimiento que se adhiere al Yo de manera que el T sea su contenido u objeto;
el amor est entre el Yo y el T. Quien no sepa esto, y no lo sepa con todo su ser, no conoce
el amor, aunque atribuya al amor los sentimientos que experimenta, que siente, que goza y
que expresa. El amor es una accin csmica. Para quien habita en el amor y contempla en
el amor, los hombres se liberan de todo lo que los mezcla a la confusin universal; buenos y
malvados, sabios y necios, bellos y feos, todos, uno despus de otro, se tornan reales a sus
ojos, se tornan otros tantos T, esto es, seres liberados, determinados, nicos; los ve a cada
uno cara a cara. De una manera maravillosa surge de vez en cuando una presencia
exclusiva. Entonces puedo ayudar, curar, educar, elevar, liberar. El amor es la
responsabilidad de un Yo por un T. En esto reside la igualdad entre aquellos que se aman,
igualdad que no podra residir en un sentimiento, cualquiera que fuese, igualdad que va del
ms pequeo al ms grande, del ms dichoso, del ms protegido, de aquel cuya vida entera
se halla incluid en la de un ser amado, hasta aquel que toda su vida est clavado sobre la
cruz de este mundo porque pide y exige esta cosa tremenda: amar a todos los hombres.
Quede en el misterio el significado de la accin recproca en el tercer caso; el de la criatura
y nuestra contemplacin de ella. Si crees en la simple magia de la vida, si crees que se
puede vivir al servicio del todo, presentirs lo que significa esta espera, este quin vive, ese
cuello tendido de la criatura. Toda palabra falseara los hechos; pero observa!: en torno
de ti viven su vida seres y en cualquier punto adonde te diriges siempre llegas al ser.
La relacin es mutua. Mi T me afecta como Yo lo afecto a l. Nuestros discpulos nos
forman, nuestras obras nos edifican. El malvado se torna revelador cuando la sagrada
palabra primordial ha tocado su ser. Cuntas cosas aprendemos de los nios y de los
animales! Vivimos nuestras vidas inescrutablemente incluidos en la fluyente vida mutua del
universo.
40
-Te refieres al amor como si fuera la sola relacin entre los hombres. Mas, hablando con
propiedad, puedes elegirlo como ejemplo nico, si tambin existe el odio?
-En cuanto el amor es ciego, esto es, en cuanto no ve la totalidad de un ser, todava no
est sometido a la nocin primordial de la relacin. El odio es, por su naturaleza, ciego.
Slo puede ser odiada una parte de un ser. Quien percibe un ser en su totalidad y est
constreido a repudiarlo, no se halla ms en el reino del odio; se encuentra en el reino de la
limitacin humana de la capacidad de decir T. Es incapaz de decir la palabra primordial al
otro ser humano que lo confronta. Esta palabra envuelve coherentemente una afirmacin
del ser a quien se dirige. Por eso est obligado a renunciar a s mismo o al otro. El poder de
entrar en relacin reconoce su propia relatividad en esta barrera, barrera que solamente
puede ser abolida con esa misma relatividad. Sin embargo, el hombre que experimenta
inmediatamente el odio est ms cerca de la relacin que cuando no siente ni amor ni odio.
La exaltada melancola de nuestro destino reside en el hecho de que en el mundo en que
vivimos todo T se torna invariablemente en Ello. Es indiferente el grado de exclusividad
en que el T se hallaba presente. Desde que se ha agotado la obra de la relacin, o desde
que ella ha sido contaminada de mediatez, el T se vuelve un objeto entre objetos, quizs el
objeto principal, pero un objeto en todo caso, fijado en su tamao y en sus lmites. En la
obra de arte, la realizacin de cierto sentido significa prdida de realizacin en otro. La
intuicin verdadera pasa en tiempo breve; luego la vida natural que se me haba revelado en
el misterio de la accin recproca se ha vuelto descriptible, descomponible, clasificable. Ya
es slo el punto de interseccin de innumerables sistemas de leyes. Y el amor mismo no
puede mantenerse en la inmediatez de la relacin; dura, pero con una alternancia de
actualidad y de latencia. El ser humano que haba sido nico e incondicionado, no algo al
alcance de la mano, sino presente, no es susceptible de ser experimentado, sino realidad
plena, se ha vuelto un l o un Ella, una suma de cualidades, una cierta cantidad con cierta
forma. Ahora puedo de nuevo abstraer de l o ella el color de su cabello, el color de sus
dichos y el matiz de su bondad. Pero tengo esta posibilidad en tanto que ya no es ms mi
T, y ya no puede volver a serlo.
Cada T en el mundo est, por su naturaleza, condenado a volverse una cosas, o por lo
menos a recaer sin cesar en la condicin de cosa. Se podra decir en lenguaje objetivo que
toda cosa en este mundo puede, antes o despus de que se ha hecho cosa, aparecer a un Yo
como su T. Pero el lenguaje objetivo nunca capta ms que un jirn de la vida real.
El Ello es la eterna crislida, el T es la mariposa eterna. Mas no siempre los estados se
distinguen netamente, sino que a menudo hay un proceso profundamente dual,
confusamente intrincado.
La diferencia fundamental entre las dos palabras primordiales se pone de manifiesto en la
historia del hombre primitivo. Ya en el fenmeno de relacin elemental pronuncia la
palabra Yo-T con una naturalidad que precede a lo que cabe llamar visualizacin de las
formas, esto es, antes de conocerse a s mismo como un Yo. En cambio, la palabra
primordial Yo-Ello, slo se torna posible una vez adquirido este conocimiento, una vez
efectuado el aislamiento del Yo.
La primera palabra primordial ciertamente puede descomponerse en Yo y T, pero no ha
nacido de la reunin de ambos; es por su ndole anterior al Yo. La segunda palabra
primordial Yo-Ello ha nacido de la unin del Yo y del Ello; por su ndole es posterior al Yo.
41
bien ordenado, un mundo aislado. Este mundo merece hasta cierto punto nuestra confianza.
Tiene densidad y duracin. Su ordenamiento puede ser abarcado con la mirada; se lo tiene
bajo la mano, se lo puede representar con los ojos cerrados y examinarlo con los ojos
abiertos. Est siempre all, contiguo a tu piel, si lo consientes, acurrucado en tu alma, si lo
prefieres, es tu objeto, permanece sindolo mientras as lo deseas; te es familiar, ya sea en ti
o fuera de ti. Lo percibes, haces de l tu verdad, se deja captar, pero no se te entrega. Es
el solo objeto sobre el cual puedas entenderte con otro; aunque se presenta
diferentemente a cada uno, est siempre pronto para servirte de objeto comn. Pero no es el
lugar donde puedas encontrarte con otro. No podras vivir sin l, su slida realidad te
conserva; pero si mueres en l, tu sepulcro estar en la nada.
Por otro lado, el hombre que encara lo que existe y lo que deviene como su interlocutor,
siempre lo confronta simplemente como un ser singular; y a cada cosa la confronta
simplemente como un ser. Lo que existe se le descubre en el acontecer, y lo que acontece se
le presenta como lo que es. Slo le est presente esa cosa nica, pero ella implica el mundo
en su totalidad. Medida y comparacin se borran; de ti depende que una parte de lo
inconmensurable se vuelva para ti realidad. Esos encuentros no se ordenan de manera de
formar un mundo, sino que cada uno es una seal del orden del mundo. No estn ligados
entre si, sino que cada uno te garantiza tu solidaridad con el mundo. El mundo que se te
aparece bajo esta forma apenas merece tu confianza, porque continuamente adquiere otro
aspecto; no puedes tomarle la palabra. No tiene densidad, pues todo en l lo penetra todo ;
no tiene duracin, pues aparece sin que se le llame y se desvanece cuando se lo retiene. No
puede ser examinado, y si quieres hacerlo susceptible de examen, lo pierdes. viene a ti,
viene a revelarte; pero si no te alcanza y no te encuentra, se disipa; pero vuelve en otra
forma. No est fuera de ti. Toca lo profundo de tu ser, y al llamarlo alma de mi alma nada
de excesivo has dicho. Pero cudate de querer transportarlo en su alma, pues lo aniquilaras.
Es para ti la presencia; slo por l tienes presencia. Puedes convertirlo en un objeto para ti,
puedes experimentarlo, utilizarlo. Hasta ests constreido a hacerlo una y otra vez. Pero en
cuanto lo haces, ya no tienes ms presencia. Entre l y t hay reciprocidad de dones: le
dices T y te das a l; l te dice T y se da a ti. No puedes con nadie entenderte a su
respecto. En el encuentro con l, ests con l solo. Pero l te ensea a encontrarte con otros
y a sobrellevar el encuentro. Por el favor de sus apariciones y por la solemne melancola de
sus partidas, te conduce hasta el T en el cual las lneas paralelas de las relaciones se
encuentran. Nada hace para conservarte en vida; slo te ayuda a atisbar la eternidad.
El mundo del Ello es coherente en el espacio y en el tiempo. El mundo del T no es
coherente ni en el espacio ni en el tiempo. Cada T, una vez transcurrido el fenmeno de la
relacin, se vuelve forzosamente un Ello.
Cada Ello, si entra en la relacin, puede volverse un T.
Tales son los dos privilegios bsicos del mundo del Ello. Llevan al hombre a encarar el
mundo del Ello como el mundo en el que ha de vivir y en el cual el vivir es cmodo, como
el mundo que le ofrece toda suerte de atractivos y de estmulos, de actividades, de
conocimientos. En esta crnica de beneficios slidos, los momentos en que se realiza el T
aparecen como extraos episodios lricos y dramticos de un encanto seductor, ciertamente,
pero que nos llevan a peligrosos extremos que diluyen la solidez del contexto bien trabado
y dejan atrs de ellos ms inquietud que satisfaccin, quebrantando nuestra seguridad; se
los encuentra inquietantes y se los juzga intiles. Como es menester, despus de tales
43
SEMINARIO INTERNACIONAL
TEOLOGICO BAUTISTA
ETICA CRISTIANA
Ser iglesia y superar el racismo:
ha llegado el momento de la
justicia transformadora
Documento del Consejo Mundial de Iglesias
http://www2.wcc-coe.org/ccdocuments.nsf/index/plen-4-sp.html
Consejo Mundial de Iglesias COMIT CENTRAL
Ginebra, Suiza 26 de agosto - 3 de septiem bre de 2002
Ser iglesia y superar el racismo:
ha llegado el momento de la justicia transformadora
1. Introduccin
Ser iglesia hoy exige una participacin consciente, coherente y constante en la lucha por la justicia
racial. S er iglesia hoy exige un esfuerzo para luchar contra el racismo por medio de actos que
transformen la sociedad y sus estructuras de poder y de exclusin. Ser iglesia hoy exige la
transformacin en com unidades eclesiales que vivan plenam ente la diversidad de sus pueblos y
sus culturas como un reflejo claro de la creacin y la imagen de Dios en la humanidad. Ser iglesia
hoy exige a las iglesias que se comprometan a superar su propia divisin por motivos raciales o de
identidad tnica. Ser iglesia hoy significa luchar contra el racismo restableciendo las buenas
relaciones con el propio pueblo al que pertenecen las iglesias: hombres y mujeres, pueblos
indgenas, africanos y personas de ascendencia africana, dalit y personas pertenecientes a
minoras tnicas. Significa iglesias que enfrentan la verdad de los nefastos errores que ellas
mismas cometieron en el pasado contra pueblos oprimidos por motivos raciales y tnicos, as como
sus actos de racismo contra el medio ambiente. Es buscar y decir la verdad sobre las realidades de
racismo como se expresan en las polticas de asimilacin, los mitos de superioridad, la falta de
respeto a la diversidad de las culturas y las identidades tnicas, la falta de respeto a la creacin.
Ser iglesia hoy es ser com unidades que curan, transform adas por la vida, los dones y el espritu de
su propio pueblo y apoyar la interrelacin de la vida como un todo.
Estas son algunas de los desafos que plantea el Estudio Ecumnico sobre el Racismo a las
iglesias. En estas pginas exam inarem os esos desafos.
El presente documento, que es una parte del Estudio Ecumnico sobre el Racismo, tiene el
objetivo de promover la discusin sobre las iglesias que actan mediante una justicia
transformadora para luchar contra el racismo. Una discusin plenaria sobre el racismo y la justicia
transformadora, en la reunin del Comit Central del CMI, har avanzar el debate y ahondar en
las reflexiones sobre las dim ensiones teolgicas, eclesiolgicas y ticas de trabajar en favor de la
justicia racial y contra la violencia racial.
Una breve introduccin sobre el proceso que condujo a la Conferencia Mundial de las Naciones
Unidas contra el Racismo, la Discriminacin Racial, la Xenofobia y las Formas Conexas de
Intolerancia (CMCR) de 2001 da el contexto para una discusin sobre la justicia transformadora.
2001 p g .7
En varios otros artculos de la Declaracin se expresa una enrgica condena. En los artculos 99 y
100 se dice que lam entam os profundamente los masivos sufrimientos hum anos y el trgico
padecimiento de millones de hombres, mujeres y nios causados por la esclavitud, la trata de
esclavos, la trata transatlntica de esclavos, el apartheid, el colonialismo y el genocidio". Se hace
un llamamiento a los Estados interesados para que honren la memoria de las vctimas de pasadas
tragedias" y se afirma "que dondequiera y cuando quiera que hayan ocurrido deben ser
condenados y ha de impedirse que ocurran de nuevo. Adems, se hace notar que algunos
Estados han tomado la iniciativa de pedir perdn y han pagado una indemnizacin, en los casos
procedentes, por las graves y m asivas violaciones perpetradas. dem, pg. 18
Estos y otros contenidos de la Declaracin y el Programa de Accin se lograron gracias a la ardua
y difcil debate que tuvo lugar antes, durante y despus de la Conferencia Mundial. Tal vez no
llegaron tan lejos como lo hubieran querido algunos gobiernos, organizaciones no
gubernam entales (entre ellas las iglesias ) y la sociedad civil. Sin embargo, el hecho de que estos
asuntos -q u e son de vida o muerte para millones de personas- se expresaran es un avance.
Pueblos y gobiernos tom arn m s medidas de apoyo para hacer progresar el debate acerca de la
m anera m s eficaz de reparar y de indemnizar esos crm enes del pasado y del presente.
La Conferencia Mundial fue, desde luego, un foro para expresar m uchas de las cuestiones que se
plantean actualm ente, entre las que figuran un movimiento creciente de personas en favor de que
se diga la verdad, el reconocimiento de los errores del pasado y del presente, la puesta en tela de
juicio de la impunidad, llamamientos para que se establezcan relaciones y procesos de
reconciliacin. En su Comisin para la Verdad y la Reconciliacin, Sudfrica destac estas
cuestiones. Otros pases, como Australia y Aotearoa-Nueva Zelanda, tambin lo hicieron. Las
iglesias han sido conscientes de estas exigencias, que tienen repercusiones en sus propias vidas.
En el presente documento, se eligi la expresin justicia transform adora para describir los
conceptos y las exigencias que se presentan. La expresin se basa en el concepto de justicia
restauradora. Justicia restauradora significa restaurar a las vctimas, un sistem a que d prioridad a
las vctimas, as como a la restauracin de los victimarios y de la comunidad. (...) BRAITHWAITE,
John, Restorative Justice and a Better Future, Australian National University, 1996, en Restorative
Justice Selected Readings, World Council of Churches, International Relations Team, p. 4.. La
expresin se relaciona con los conceptos y las m aneras de considerar el crimen y la justicia de los
sistem as de justicia penal, y en especial el concepto de justicia retributiva.
En la obra Fundamental Concepts of Restorative Justice, presentada por Howard Zehr (Eastern
Mennonite University, Estados Unidos) y Harry Mika (Central Michigan University, Estados Unidos),
se afirma que el crimen es fundam entalm ente una violacin de las personas y de las relaciones
interpersonales. En este caso, las vctimas y la comunidad han sido daadas y necesitan restaurar
su vida. Las vctimas principales son las afectadas m s directam ente por la accin criminal, pero
hay otros, como los miembros de la familia de las vctimas y los victimarios, los testigos y los
miembros de la comunidad afectada, que tambin son vctimas. (...) Las vctimas, los victimarios y
las com unidades afectadas son los principales interesados en la justicia. KEHR, Howard y MIKA,
Harry, Fundamental Concepts of Restorative Justice, en Restorative Justice Selected Readings,
p. cit., p. 1.. La justicia restauradora es un proceso por el cual se defiende la integridad de la
comunidad.
Cuando se em pez a abordar el tem a de la justicia restauradora desde la perspectiva de la justicia
racial/tnica, se emple la expresin justicia restauradora-transform adora. Pero al tratar de definir
con precisin su significado, se consider que conservar los dos trminos era ambiguo. Sin dejar
de afirmar los valores del movimiento en favor de la justicia restauradora, que directa o
48
indirectamente forman parte del presente documento, la expresin justicia transform adora pareci
adecuarse m s a esa finalidad y fue la que se prefiri.
En el contexto de la justicia racial/tnica, las iglesias, los gobiernos, la sociedad civil, las vctimas y
los victimarios no pueden restaurar - restituir, restablecer, traer de nuevo, devolver- lo que se ha
perdido. No pueden borrarse -e n el plano histrico, colectivo o individual- siglos de racismo,
discriminacin racial y discriminacin por motivos de sexo. La vida y las culturas de los pueblos, las
lenguas, los estilos de vida, las liturgias y la espiritualidad no pueden volver a ser lo que fueron. La
justicia transformadora se ocupa del pasado en el presente. Su objetivo es luchar contra el racismo
y lograr la curacin, la reconciliacin y la restauracin (enderezar las cosas) de las relaciones de
los pueblos, haciendo hincapi en la justicia para los pueblos vctimas de la opresin racial o
tnica.
Las iglesias como com unidades en las que rige la justicia transformadora
Como iglesias, creem os que som os hijos de Dios y que som os una comunidad pluricultural. Esto es
a la vez una realidad como don de Dios y una realidad que an no ha llegado a ser.
Al mismo tiempo que afirmamos la realidad trascendente de la iglesia, reconocem os que la iglesia
todava no es totalmente, en su manifestacin emprica, lo que es en Dios. En este sentido
podem os decir que la iglesia como institucin histrica est sufriendo ella misma un proceso de
formacin moral guiado por Dios, un proceso que continuar hasta que llegue el reino de Dios. As
pues, las tareas de formacin y discernimiento espiritual y moral siempre formarn parte de la vida
y la misin de la iglesia. Es decir, una vez ms: en las propias luchas de la iglesia por la justicia, la
paz y la integridad de la creacin, est en juego la esencia de la iglesia. BEST, Thomas y ROBRA,
Martin, directores de edicin, Ecclesiology and Ethics: Ecumenical Ethics Engagem ent, Moral
Formation and the Nature of the Church, WCC Publications, Ginebra, 1997, p. 47.
La iglesia como institucin histrica se encamina a ser plenam ente la comunidad de los hijos de
Dios. La visin que nos lleva hacia adelante -la de una iglesia y un mundo sin racismo, la de
com unidades justas y sin exclusiones- es una visin que nos gua para que seam os hijos, iglesia,
pueblos y creacin de Dios com pletam ente transformados. No os conformis a este mundo, sino
transform aos por medio de la renovacin de vuestro entendimiento, para que comprobis cul es la
buena voluntad de Dios, agradable y perfecta. (Rom anos 12: 2)
La justicia transformadora como visin que gua la construccin de com unidades verdaderam ente
justas e incluyentes exige la metanoia. Implica cambiar, reorientar nuestras percepciones, nuestra
m anera de pensar y de vivir. Como dice W anda Deifelt:
La metanoia -la conversin- nos obliga a aceptar la am bigedad de la existencia humana: esa
am bigedad que hace que seam os santos y pecadores al mismo tiempo. Los hum anos som os
capaces de bondad, de generosidad y de amor. Pero tambin hay en nosotros un potencial de
maldad, de egosm o y de odio. Y ante esa dicotoma cedem os fcilmente a los argum entos de la
autopreservacin, al mantenimiento del statu quo. No nos atrevem os a arriesgarnos. Es asom broso
com probar cun fcilmente, nosotros, cristianos y cristianas, aceptam os los criterios de valor de
este mundo. Y ya hace mucho que hem os dom esticado nuestra pasin por la justicia, as como
nuestra capacidad de aceptar los riesgos, y nuestro deseo de establecer relaciones ms justas,
basadas en la igualdad. DEIFELT, W anda, 2.3. Metanoia, en El Tem a Central de la Asam blea,
Juntos en el Camino , WCC Publications, Ginebra, 1998, p. 35.
La justicia transformadora nos llama a superar esa am bigedad de la existencia hum ana. Creernos
santos y actuar como tales. Investigar diariamente y por extenso nuestra capacidad de bondad,
generosidad y amor. Abrirnos a la novedad de no cumplir con las reglas de este mundo sino, por el
contrario, asum ir actitudes deliberadas, firmes y constantes contra el racismo. Es atreverse a tener
una pasin renovada por la justicia racial, la capacidad de arriesgarse y ensayar relaciones ms
igualitarias entre nosotros. Implica que las iglesias -a s como la sociedad- cambien la m anera de
entender, las costum bres, las m aneras de actuar y las estructuras.
49
para las vctimas como para los victimarios. La verdad cura a cada miembro de la comunidad as
como a la comunidad y su vida institucional. Decir la verdad, en el plano personal y en el plano
institucional, forma parte de nuestra nocin de justicia.
Un perspectiva incluyente y participativa exige que una comunidad comprometida encuentre el
modo de traer a la m esa o volver a traer a la m esa a los que se resisten al cambio y a la
participacin. La exclusin propia o de cualquier otra ndole debera superarse por el bien de toda
la comunidad.
Si, por un lado, quienes han cometido el pecado de racismo, y la iglesia en su conjunto, son
llamados a confesarse y pedir perdn, es deber de las vctimas aceptar (o no) las confesiones y las
disculpas as como conceder el perdn. Este aspecto es muy importante para el avance de la
justicia transformadora, en especial para nosotros como iglesias y com unidades religiosas, ya que
puede realm ente abrir el camino para todos los pasos que hay que dar en el transcurso del mismo.
Un paso para com pensar las desigualdades y el dao que caus el racismo es la reparacin y la
indemnizacin como obligacin moral.
La justicia debera com pensar el desequilibrio de las relaciones y los desequilibrios de poder. Esto
forma parte de un proceso de restitucin a la vctima por parte del victimario, que puede ser la
iglesia institucional. Las iglesias tienen la responsabilidad y la necesidad de com prom eterse a
rectificar las injusticias y de trabajar para redefinir los sistem as de poder y las relaciones para que
dejen de ser racistas, coloniales, paternalistas y/o patriarcales. Lo que se nos exige es superar el
racismo institucional.
En una comunidad en la que se instaure la justicia transformadora, quienes han sufrido la injusticia
son quienes tienen la credibilidad y la legitimidad para decir cundo se ha logrado la justicia en los
planos racial, tnico, de las relaciones entre los sexos y del medio ambiente. Esto puede significar
que la relacin entre vctimas y victimarios ha llegado a ser de respeto y ha logrado un equilibrio
que no es solam ente econmico o de posicin social, sino de hijos de Dios, miembros iguales de la
comunidad transform ada por la justicia. Puede querer decir que los pueblos han experimentado la
curacin y la integridad, se sienten valiosos colectiva e individualmente y han recuperado su fuerza
y su dignidad. Puede querer decir que las estructuras, la cultura y los valores determ inantes de las
com unidades se han transformado y reflejan la peregrinacin para superar el racismo. Lo ms
probable es que todos estos elem entos estn presentes en un grado u otro. Las com unidades en
las que reine la justicia transformadora podrn discernir ese momento por sus propios frutos de
justicia.
La justicia transformadora repercute en el contexto mundial, en especial en su [des]orden
econmico y en la visin del mundo como comunidad mundial. Una comunidad en la que toda la
creacin y los pueblos estn verdaderam ente juntos es mucho m s difcil de lograr en el plano
mundial. La actual dinmica de la mundializacin que excluye, margina y destruye el medio
ambiente m uestra claram ente que no vivimos en una comunidad y, lamentablem ente, esto influye
en toda la creacin y en las com unidades en el plano local, que ven am enazados tambin sus
valores y modos de vida.
IV. Cuando Cronos se encuentra con Kairos: las iglesias se enfrentan con su pasado histrico
Ha llegado el momento.
Ha llegado el momento de la v e rd a d .
Este es el KAIROS,
El momento de la gracia y la oportunidad El docum ento sobre Kairos, en Informacin sobre el PLR,
CMI, Programa de Lucha contra el Racismo, p. 11.
Entender que la justicia transformadora tiene que estar arraigada en contextos especficos indujo la
decisin de que esta sesin plenaria se basara en experiencias concretas. Las experiencias se
eligieron segn dos criterios. El primero fue que el contenido estuviera relacionado con el de la
justicia transformadora. El segundo fue que las experiencias tuvieran relacin con los pueblos que
51
han colaborado con el CMI en la lucha en favor de la justicia racial -pueblos indgenas,
descendientes de africanos y minoras tnicas- y por esta razn sirvieran como ejemplos de la
m anera cmo las iglesias estn tratando los tem as que se examinan en el presente documento.
Esperam os que inspiren otras ideas y acciones.
Tres de las experiencias tienen en comn que las iglesias de que se trata pidieron perdn a los
pueblos afectados. Ellas son:
- La Iglesia Unida del Canad: pidi perdn a los pueblos naciones autctonos (los pueblos
aborgenes de Canad);
- La Iglesia Luterana de Noruega: pidi perdn al pueblo roman;
- La Iglesia Metodista Unida de Estados Unidos: pidi perdn a los pueblos indgenas de ese pas y
pidi perdn por los actos de racismo que provocaron la creacin de denom inaciones negras
separadas.
La cuarta experiencia se relaciona con Sudfrica. No se menciona ninguna iglesia en particular,
pero pretende exponer algunas de los desafos que tienen ante s las iglesias en relacin con el
racismo.
V. La Iglesia Unida del Canad: enfrentarse con el pasado histrico El presente apartado se basa
en la informacin obtenida en Justice and Reconciliation: The Legacy of Indian Residential Schools
and the Journey Toward Reconciliation, a resource for congregations, The United Church of
Canada, Division of Mission, 2001.
La historia de las relaciones entre los europeos y los pueblos naciones aborgenes de Canad se
caracteriz por la aplicacin de diversas polticas en diferentes momentos. Durante alrededor de
200 aos (1500-1700), hubo algunos procesos de elaboracin de tratados, especialm ente con
respecto al comercio de pieles, que tena especial inters para los europeos. Ms tarde, se pas a
la dominacin, en gran parte debido al hecho de que el inters econmico en el comercio de pieles
estaba decayendo.
En el siglo XIX, la atencin se centr en nuevos recursos como la m adera, los minerales y la
agricultura. Empezaron nuevos asentam ientos de europeos. Las incursiones en tierras de los
aborgenes fueron muy destructivas para su modo de vida. Con los asentam ientos se llevaron
enferm edades y los aborgenes fueron reasentados en tierras que no se adecuaban a su modo de
subsistencia. La pobreza que origin esta situacin condujo a la muerte y a una importante
disminucin de la poblacin de los pueblos aborgenes - de 500.000 que haba antes de la llegada
de los europeos a alrededor de 100.000 en 1871. Ibid, p. 7. Las personas encargadas de elaborar
polticas en C anad afirman que la doctrina de la asimilacin fue el medio de dominacin ms
eficaz.
Esta doctrina se bas en juicios deshum anizantes sobre los pueblos aborgenes y sus culturas:
(...) que eran pueblos inferiores; que eran incapaces de gobernarse a s mismos y que las
autoridades coloniales canadienses saban mejor que ellos cmo proteger sus intereses y su
bienestar; que la relacin especial de respeto e intercambio consagrada en los tratados era una
anomala histrica que ya no tena vigencia o significado; que las ideas europeas sobre el progreso
y el desarrollo eran evidentem ente correctas y podan imponerse a los pueblos aborgenes sin
referencia a cualesquiera otros valores y opiniones que pudieran poseer. Royal Commission on
Aboriginal Peoples, People to People, Nation to Nation, en Justice and Reconciliation, op. cit., p. 8.
En un proceso paralelo, la labor misionera de las iglesias en C anad, como en otras partes del
mundo, trajo consigo algo m s que el Evangelio: recibir el Evangelio significaba adoptar la cultura
occidental europea. Ni los pueblos indgenas ni los misioneros evanglicos podan separar el
Evangelio de la cultura occidental europea. Para los pueblos indgenas, su espiritualidad formaba
parte de su modo de vida. El cristianismo no se adapt a los indgenas. Esto solo hubiera sido
posible si el Evangelio hubiera estado integrado en la cultura.
52
Como el poder pas a m anos de la sociedad blanca y del gobierno federal, los pueblos aborgenes
tuvieron m enos oportunidad de adoptar el cristianismo de una m anera que tuviera sentido para
ellos. Por lo tanto, la misin de las iglesias se llev a cabo con la idea de que cristianizar y
civilizar eran sinnimos Ibid. p. 9. En un informe redactado en 1991 por un Grupo de Trabajo
sobre los Internados (de las escuelas) de la Iglesia Unida del Canad se lleg a la conclusin de
que no es exagerado decir que la iglesia exigi a los pueblos nativos que se arrepintieran de ser
pueblos nativos si queran seguir el camino de los cristianos Ibid. p. 14. El presupuesto bsico
acerca de la superioridad de la cultura europea -y de la norteam ericana - signific una falta total de
respeto a los pueblos indgenas y sus culturas milenarias.
Para llevar a la prctica la doctrina de la asimilacin se aplicaron varias polticas. La que iba a
repercutir directam ente en las iglesias fue la de crear internados -com o instrumento de asimilacin-
para los nios. Las escuelas y sus enseanzas se convirtieron en medios para integrar a los
aborgenes en la sociedad, medios para la destruccin de las culturas indgenas, lo que hoy se
llama genocidio tnico.
El gobierno federal de Canad adopt el sistem a de internados y encom end a ciertas iglesias la
direccin de los mismos.
En m uchos internados de indgenas se adoptaron costum bres que eran com unes en los internados
de la poca: uso de uniformes, trabajo manual, separacin de los herm anos, etctera. Ahora bien,
para los nios aborgenes, estas costum bres tuvieron efectos devastadores en su cultura y su vida
familiar. Y lo que es peor, en las escuelas que no tenan suficiente financiacin, los nios a menudo
pasaban hambre. Todas las escuelas eran estrictas, pero m uchas eran conocidas por el maltrato
fsico que reciban los nios, que inclua palizas y castigos delante de los otros nios. En los casos
peores, los nios eran vctimas de abuso sexual. Ibid. p. 11
La participacin de la Iglesia Unida en los internados tuvo motivos que iban m s all de la misin
de propagar el cristianismo. En su esfuerzo para tener una presencia significativa en la sociedad,
especialm ente en relacin con las personas de escasas oportunidades, se dedic (al igual que la
Iglesia Metodista) a brindar educacin a los nios de familias de bajos ingresos, entre los que
estaban los nios aborgenes.
Muchos factores interrelacionados hicieron que los internados fueran perjudiciales para los nios
aborgenes. Por ejemplo, el gobierno financiaba las escuelas y a m enudo la financiacin era
insuficiente. Esto haca que los salarios fueran bajos, lo que a su vez tena como consecuencia la
designacin de los m aestros y adm inistradores m enos calificados.
En consecuencia, algunos m aestros y directores de escuela se aprovecharon de la situacin de los
internados para ridiculizar las culturas nativas de los estudiantes y llegar a extrem os innecesarios a
fin de erradicar todos los vestigios de esas culturas. En algunas escuelas, esto inclua la
prohibicin de hablar en su propio idioma, de hablar con los herm anos o de aferrarse a los
preciados recuerdos que se traan de la casa. Lo que es peor, esto cre un ambiente en el que
personas desequilibradas podan aprovecharse del poder que tenan sobre esos jvenes, lo que
origin casos de abuso fsico y sexual. Ibid., p.72. En el otoo de 2000 haba en el tribunal cerca de
500 dem andas contra la Iglesia Unida. Dicha cifra representaba aproxim adam ente el 10% de las
dem andas totales presentadas en relacin con los internados. Algunas se referan a la
responsabilidad de la iglesia y del gobierno con respecto a las alegaciones de abuso sexual y
fsico.
Nueva conciencia y nuevas iniciativas
vieron esta forma impuesta de igualdad como la muerte de sus identidades colectivas, el fin de su
existencia como pueblos distintos. Se form un movimiento de pueblos aborgenes, que
com prenda 400 jefes, que fueron al Parlamento (Parliament Hill), en Ottawa, a ejercer presiones
contra el libro blanco. En 1970, durante el gobierno de Trudeau, el docum ento fue retirado.
(Los pueblos aborgenes) Junto con los inuit y los mtis (mestizos) [Primeras Naciones] em pezaron
a darse cuenta de toda la importancia de su supervivencia ante los esfuerzos perm anentes para
asimilarlos. Empezaron a ver su lucha como parte del movimiento mundial por los derechos
hum anos de los pueblos indgenas. Empezaron a preparar la accin jurdica para defender su
continuidad como naciones de C anad y a hablar de ello. (...) La enrgica oposicin de los pueblos
aborgenes a la invitacin que se haca en el libro blanco para que se unieran a la sociedad
dominante tom por sorpresa a los no aborgenes. La cuestin de saber quines eran los pueblos
aborgenes y cul era su lugar en Canad se convirti en el centro del debate nacional. Royal
Commission, en Justice and Reconciliation, p. 12.
En la dcada de 1980 y principios de la de 1990, los canadienses no aborgenes tomaron ms
conciencia de las consecuencias de la misin cristiana -com o se llevaba a cabo en los internados-
en la vida de los pueblos aborgenes. Se plante una preocupacin crucial para la relacin de la
iglesia con los pueblos aborgenes: la de las relaciones rotas. Ibid., p. 4.
Som os parte de una iglesia que intervino en los internados en nombre del Evangelio. Som os parte
tambin de una sociedad que puso en prctica y se benefici materialmente de las polticas
dirigidas a desvalorizar las culturas aborgenes. Como individuos y como iglesia podem os
responder a esta herencia m anteniendo una postura de negacin o de defensa, pero nuestra fe nos
presenta otra posibilidad: la de tratar de curar y entablar nuevas relaciones con Dios y con las
personas a quienes hem os hecho mal. Ibid, p. 21.
No hay frmulas hechas para intentar la curacin, la reconciliacin y el establecimiento de nuevas
relaciones con las personas a quienes hem os perjudicado. En cada sociedad y en cada
comunidad, el camino debe ser definido en comn y debe tener en cuenta a todos los afectados,
vctimas y victimarios, opresores y oprimidos. Debera ser un camino que condujera a una
verdadera comunidad en el futuro.
Lograr un nuevo tipo de comunidad implica, como se ha dicho, un cambio de paradigma, un
cambio radical: de corazn y de mentalidad, de teologas, de liturgias y de estructuras. Sin estos
cambios, los viejos sistem as pueden perdurar en nuestros actos. Es un proceso costoso.
En la Iglesia Unida del C anad (UCC por su sigla en ingls), los aborgenes y los no aborgenes
han iniciado un proceso a largo plazo hacia la curacin y la reconciliacin. Se compone de tres
etapas principales: 1. Decir la verdad; 2. Lamentacin y arrepentimiento; 3. Buscar el Espritu. La
tradicin judeocristiana de la lamentacin, la labor pastoral del dolor y la experiencia de los crculos
de curacin de los aborgenes inspiran estas etapas. El contenido de las tres etapas que se
describen aqu es sacado de las pginas 23-49 de Justice and Reconciliation
1. Decir la verdad
Esta etapa implica nombrar los presupuesto en los que se basaba el establecimiento de internados
y la misin cristiana, por ejemplo: la presuncin de la superioridad de los pueblos y las culturas de
los blancos europeos. Implica la voluntad de exam inar las creencias centrales. Es admitir que lo
que cream os est y estaba equivocado, que lo que pensbam os que era la verdad era
posiblemente solo nuestra parte de la verdad pero no toda la verdad. La verdad abarca las
perspectivas y las verdades de todos los pueblos concernidos. Es denunciar el racismo
dondequiera que exista.
La iglesia ha buscado en las Escrituras la sabidura que pueda ayudarla a volver a pensar su
propia m anera de decir la verdad. La iglesia, como parte del pueblo de Dios, est llamada a resistir
la tentacin de hablar solam ente de salvacin y gracia sin tener en cuenta el trgico contexto de
traicin y pecado que ha heredado. A la luz de esto, est llamada a descubrir su propia historia
como iglesia. Est llamada, como pueblo de Dios, a no dar falso testimonio negando, fingiendo
54
El arrepentimiento y un cambio de m anera de ser son tambin pasos importantes del proceso de
curacin. Se necesita la metanoia -com o concepto bblico que ayuda a entender el
arrepentimiento, la m etanoia como reorientacin de nuestras percepciones y de nuestra m anera de
pensar y vivir- . Q u tengo que cam biar yo personalm ente? Q u significa el arrepentimiento
para la iglesia institucional, que crey que su misin requera que las personas renunciaran a sus
'espritus' para salvar sus 'alm a s'?
La metanoia exige renunciar a
Hacer de la aceptacin de la cultura occidental una condicin para la aceptacin del Evangelio; al
racismo y los presupuestos de superioridad cultural de Occidente; a la esperanza de que la iglesia
tenga un lugar privilegiado en el Estado; a la jerarqua y al poder de dominacin; a la creencia de
que la iglesia tiene el monopolio de la verdad; a la creencia de que la misin es un mandato para
que el Evangelio se acepte como lo hem os definido para las personas que no lo conocen. P or qu
el arrepentimiento y el cambio de m anera de pensar son importantes en relacin con la herencia de
los internados? Porque nos agobiam os cargando para siempre con los errores; porque nos
aferram os a cosas que causan dolor a otros y a nosotros mismos; porque necesitam os abrirnos a
lo que vendr: transformacin profunda y nacer de nuevo. Ibid., p. 41.
En el camino hacia la justicia y la reconciliacin, el arrepentimiento exige de nosotros actos de
reconocimiento, la confesin y la bsqueda de formas de reparacin y restitucin. Gregory Baum
hace notar que aunque el pasado no puede borrarse, la reconciliacin exige un salto de fe para
redefinir un camino hacia un futuro lleno de vida. Quienes han causado dolor a otros, quienes han
participado directa o indirectamente en actos de opresin, deben reconocer el origen de su poder y
su privilegio inducidos por el mal, arrepentirse y estar dispuestos a reparar el dao. Ibid., p. 44.
3. Buscar el Espritu
Vivir los dos procesos descritos m s arriba -e n los que escuchar las historias penosas e ir
elaborndolas son actos concretos- nos lleva a un lugar donde nos vaciam os de nosotros mismos,
donde sabem os que se necesita la reconciliacin. En ese momento, el camino lo seala Dios:
Cmo podem os continuar? A dnde nos volvemos? Nos volvemos a Dios. Necesitam os invocar
al Espritu. Aunque el Espritu estuvo con nosotros en las etapas de decir la verdad, la lamentacin
y la confesin, esta es la fase en la que, en vez de actuar, necesitam os esperar en Dios. En vez de
hablar, necesitam os escuchar. Ibid. p. 47.
Volverse a Dios es buscar caminos, respuestas para determ inar acciones que pueden enderezar
las cosas basndose en la sabidura espiritual. Es confiar en la sabidura divina y no solam ente en
nuestra sabidura hum ana para hacer que las cosas ocurran por nuestra cuenta. No hay receta
mgica para la reconciliacin. La reconciliacin se va descubriendo como misterio y gracia.
Necesitam os los dones del Espritu -paciencia, humildad, compasin, bondad y respeto- cosas que
no podem os fabricar nosotros. Ibid.
La sabidura espiritual de los pueblos aborgenes ha destacado la experiencia de buscar al Espritu
de conformidad con su propia comprensin de que es posible ponerse en contacto con el Creador
atendiendo a los detalles pequeos, terrenales, cotidianos. Se llama al Espritu sacando agua,
consiguiendo alimentos, contando una historia, honrando a un anciano. Llevando una vida
equilibrada, uno se conecta con el Espritu del Creador. Ibid.
Las reflexiones teolgicas sobre la bsqueda del Espritu En las pginas 47-48 de Justice and
Reconciliation hay m s elem entos para la reflexin teolgica sobre este tem a, basados en 2
Corintios 5:17-18 y Juan 3:1-8. permitieron entender que solo el Espritu de Dios puede sacarnos
de la parlisis ante el terrible dolor -d e la herencia de los internados- y en cambio llevarnos por el
camino de la justicia y la reconciliacin.
Las etapas descritas aqu caracterizan el proceso por el que atraviesa la UCC. Como parte de ese
proceso, la iglesia ha pedido perdn a las Primeras Naciones Aborgenes. En agosto de 1986, en
nombre de la 31 Asam blea General el m oderador de la UCC pidi perdn por el perodo durante el
56
cual la iglesia haba asociado la aceptacin de la cultura europea con el anuncio del Evangelio de
Jesucristo y haba reprimido a las culturas de las Primeras Naciones.
En 1997, la 36 Asam blea General de la IUC hizo pblico su arrepentimiento por su actuacin en
los internados. Esta declaracin indujo el arrepentimiento de la iglesia. En 1998, el Comit
Ejecutivo de la Asam blea General pidi perdn formalmente por la complicidad de la iglesia en el
sistem a. La peticin de perdn proviene de un sentimiento de pecado colectivo de obra por
aquellos tiempos en los que la iglesia particip en el sistem a. Est relacionada tambin con el
pecado de omisin por los tiempos en los que no hablam os en contra de las polticas y las
prcticas nacionales que dieron origen al sistem a de los internados. Ibid., p. 54
El proceso de justicia y reconciliacin prosigue en el plano local. Al mismo tiempo, en 1994, el
Asam blea General estableci un Fondo de Curacin. Creado como una m anera de que la iglesia
llevara a la prctica su Peticin de Perdn de 1986 a las naciones aborgenes, es una cam paa de
educacin y colecta de fondos. Con el apoyo de dicho Fondo, se llevaron a cabo muchos
program as de curacin en com unidades aborgenes. Los pueblos aborgenes idean, inician y
realizan los programas.
Ya hem os dicho que hoy hay un movimiento creciente de pueblos en favor de que se diga la
verdad, un reconocimiento de errores pasados y presentes, impugnaciones de la impunidad,
llamamientos a la curacin de las relaciones y procesos de reconciliacin. La experiencia de la
UCC es un reflejo de esa realidad. Dem uestra un compromiso a fondo -un compromiso costoso-
para entablar de nuevo buenas relaciones con los pueblos aborgenes. La reflexin sobre las
experiencias de vida y el anlisis de las mismas ya han influido en la comprensin de lo que
signific la misin y lo que debera significar hoy; y dieron tambin una respuesta a la bsqueda de
formas radicales de abordar los asuntos relativos a la justicia racial.
Adem s de la reflexin m s extensa sobre la experiencia de la Iglesia Unida del Canad,
quisiram os dar algunos breves ejemplos m s de algunos esfuerzos que se realizan actualm ente
para alcanzar la justicia transformadora desde una perspectiva racial/tnica.
VI. La Iglesia Metodista Unida [Estados Unidos de Amrica]
Lo que ya se ha dicho sobre la UCC y otras iglesias canadienses se aplica igualmente a la misin
de la Iglesia Metodista Unida de los Estados Unidos: la tarea de cristianizar se realiz
conjuntam ente con el em peo de occidentalizar, y la cultura blanca de los europeos y su
supuesta superioridad sentaron las bases de la misin de la iglesia. La creencia en la superioridad
justific el racismo y la conquista, la esclavitud y la evangelizacin de los no europeos.
El mito de la superioridad sigue actuando no solo en la m anera cmo las personas de ascendencia
europea blanca se relacionan con los pueblos indgenas y los afroamericanos, sino tambin con
otros que estn emigrando actualm ente a los Estados Unidos: chinos, mexicanos, portorriqueos,
cubanos, hawaianos, filipinos, jamaiquinos y haitianos. A estas personas se les dan trabajos de
baja categora, y la vivienda, la educacin y los servicios mdicos que se les brindan son
insuficientes. An prevalece una mentalidad colonial que fomenta desigualdades.
El anlisis de la iglesia sostiene que poco ha cambiado en la prctica en Estados Unidos por lo que
respecta a las instituciones sociales, econm icas y polticas. El racismo y la discriminacin racial
continan. Algunas instituciones han eliminado el lenguaje y las m aneras de proceder
discriminatorios que son obvios, pero el racismo se sigue practicando. La iglesia institucional
tambin tiene actitudes de discriminacin, a pesar de sus esfuerzos para eliminar el racismo.
El poder y el privilegio de las personas con ascendencia europea blanca se mantienen.
Consciente de esta realidad, la Iglesia Metodista Unida en su Charter for Racial Justice Policies
(Carta de Normas de Justicia Racial) afirma:
57
Som os conscientes de que Pecam os nosotros, como nuestros padres; hicimos maldad,cometimos
impiedad (Salmo 106:6). Se nos exige un compromiso renovado para erradicar el racismo
institucional. Afirmamos la Declaracin de la Conferencia General de 1976 sobre la Iglesia
Metodista Unida y la Raza, en la que dice inequvocamente: Segn el precepto bblico y teolgico,
las leyes de la iglesia, el pronunciamiento de la Conferencia General y la expresin episcopal, la
cuestin es clara. Con respecto a la raza, el objetivo de la Iglesia Metodista Unida es nada menos
que una iglesia inclusiva en una sociedad inclusiva. Por lo tanto, la Iglesia Metodista Unida llama a
todos sus miembros a llevar a la prctica en la iglesia y en la comunidad esos actos de am or y
justicia que hagan realidad ese objetivo. United Methodist Church Charter for Racial Justice
Policies in an Interdependent Global Community. Aprobadas en 1980 por la Conferencia General
de la IMU.
Con esta declaracin, la iglesia se comprometi a transformar muchos aspectos de su ministerio.
De conformidad con ese compromiso, en una Confesin a los estadounidenses autctonos, hecha
en 1992, reconoci que las iglesias cristianas, la Iglesia Metodista Unida y sus predecesores
participaron en la destruccin del pueblo y la cultura estadounidenses autctonos y sus prcticas
religiosas, y que las iglesias no haban confesado lo suficiente su complicidad en ese pecado.
United Methodist Confession to Native Americans. La Conferencia General recom end que las
iglesias locales elaboraran declaraciones de confesin similares como una m anera de fom entar un
hondo sentimiento de comunidad con el pueblo indgena estadounidense.
En 1996, en el escrito Sand Creek Apology la Asam blea General pidi perdn a los pueblos
cheyenne y arapaho por la muerte de m s de 200 personas, en su mayor parte mujeres y nios, en
el estado de Oklahoma.
Ms recientem ente, la Iglesia Metodista Unida, por medio de su Comisin de Unidad Cristiana y
Asuntos Interreligiosos, prepar y distribuy una gua de estudio llamada Steps toward W holeness:
Learning and R epentance (Pasos hacia la plenitud de vida: aprender y arrepentirse). El
mencionado organismo y el Consejo de Obispos de la iglesia estn patrocinando el estudio. La
gua tiene el propsito de ayudar a las congregaciones a prepararse para los actos de
arrepentimiento por el racismo y prestar asistencia en las conversaciones panm etodistas sobre la
unin entre la Iglesia Metodista Episcopal Africana, las iglesias Metodista Episcopal Africana de
Sin y Cristiana Metodista Episcopal y los m etodistas unidos. Los delegados y los asistentes a la
Conferencia General de la Iglesia Metodista Unida, celebrada en mayo de 2000, participaron en un
Acto de Arrepentimiento en favor de la Reconciliacin. Se pidi perdn por los actos de racismo
que motivaron la creacin de denom inaciones negras separadas y tambin por la existencia de
secciones segregadas de la predom inantem ente blanca Iglesia Metodista de 1939 a 1968.
Al realizar el estudio, la iglesia se propone hacer participar tambin a otras iglesias metodistas
unidas de todo el mundo. En una nota de la introduccin a la gua de estudio se afirma:
Si bien el presente estudio trata de las iglesias y la historia relacionada con los Estados Unidos,
esta historia y sus enseanzas pueden ser instructivas tambin para las iglesias m etodistas unidas
de fuera de Estados Unidos. Las iglesias m etodistas que se examinan aqu existen en pases que
no son Estados Unidos y en ellas las cuestiones de la cooperacin y la unidad adoptan una forma
diferente. No obstante, a todas las afectan las historias y los esfuerzos que se detallan aqu y se
invita a todas a unirse al estudio. Steps Toward W holeness: Learning and Repentance, The
General Commission on Christian Unity and Inter-religious Concerns, The United Methodist Church,
2001, p. 2.
La experiencia de la Iglesia Metodista Unida seala el hecho de que poco ha cambiado en Estados
Unidos por lo que respecta a las instituciones sociales, econm icas y polticas en relacin con el
racismo. La experiencia destaca otro elem ento esencial y plantea una gran exigencia en la
discusin de la justicia transformadora y la lucha por la justicia racial en la iglesia: la de abordar la
divisin que existe en las iglesias por criterios raciales y tnicos. Lo que ensea el estudio de la
Iglesia Metodista Unida sobre este asunto puede ser una contribucin importante para otras
iglesias que quieren hacer frente a los mismos problemas, con el fin de establecer nuevas
58
relaciones con quienes han sido perjudicados y excluidos por las actitudes y las m aneras de
proceder racistas en el pasado y en el presente.
Querem os reconocer las importantes medidas tom adas en el curso de los aos en favor de la
justicia y la reconciliacin entre la Iglesia de Noruega y el pueblo sami, que dieron por resultado la
creacin del Sami Church Council y otras iniciativas. Sin embargo, hem os optado por destacar
brevem ente la actuacin m s reciente de la iglesia con respecto al pueblo roman.
Hace casi 500 aos que el pueblo roman est presente en Noruega. Los llamados gitanos -los
vlach, un grupo tnico bien determinado- llegaron a Noruega alrededor de 1850. De los 4,3
millones de habitantes que tiene Noruega, 20.000 son romanes. En su modo de vida tradicional, el
pueblo roman acostum bra viajar y ganarse la vida con el comercio, las artesanas y diversas
formas de trabajos de reparacin.
El Estado intervino en la vida del pueblo roman mediante, entre otras cosas, polticas relativas a la
segregacin forzosa por las que incluso era legal matarlos (hasta finales del siglo XIX). Los
sacerdotes que bautizaban, confirmaban y casaban rom anes u oficiaban en sus funerales eran
estigm atizados y corran el riesgo de perder sus em pleos en el ministerio de la iglesia.
Otra poltica del gobierno fue la asimilacin forzada. Durante la mayor parte del siglo XX, se
quitaban los hijos a los padres. 1.700 nios, de una poblacin de m enos de 10.000, fueron criados
en otras familias o en instituciones. Se promulgaron leyes para imposibilitar a los rom anes seguir
su vida tradicional y fueron som etidos a la esterilizacin forzosa, m uchas veces sin su
conocimiento.
Muchas de las organizaciones que intervinieron en la represin de la cultura roman eran dirigidas
por la iglesia o adm inistradas por el clero. La m s destacada fue la Norwegian Mission among the
Hom eless (Misin Noruega para las Personas sin Hogar), a la que ahora se considera responsable
de por lo m enos el 40% de las esterilizaciones forzosas de mujeres rom anes en las dcada de
1930 y 1940. Ecumenical News International, 12 de agosto de 2000.
En los ltimos aos, la lucha del pueblo roman para que se respete su patrimonio cultural y para
que se reconozca su condicin de minora nacional ha adquirido m s notoriedad. Sin embargo,
m uchos rom anes no quisieron que los llamaran minora porque teman ser m s estigm atizados
an.
En 1998, el Snodo General de la Iglesia de Noruega recibi un informe de un dilogo a largo plazo
mantenido entre representantes del pueblo roman y el Consejo de la iglesia para Relaciones
Ecumnicas. A la luz de ese informe, el Snodo General en nombre de la iglesia confes y pidi
perdn: Tenem os un pecado y una vergenza que no podem os seguir soportando. Por lo tanto, en
nombre de nuestra iglesia expresam os: Perdnennos nuestros pecados. Ms adelante agrega:
2. El Snodo solicita a los obispos que enven una carta a todas las congregaciones sobre esta
cuestin. Esta carta debera contener informacin acerca de lo que sucedi y comunicar que esto
se pondr en primer plano en el Domingo de los Derechos Humanos de 1999, segundo domingo
de Adviento. Proponemos:
Una ofrenda para la labor de las organizaciones del pueblo roman, a fin de fortalecer su cultura y
su identidad.
Que la Comisin de Liturgia del Consejo Nacional de la Iglesia de Noruega formule elem entos
litrgicos que ayuden a las parroquias a pedir perdn por nuestro pecado comn.
3. El Snodo seala el hecho de que las autoridades noruegas tienen una responsabilidad particular
por lo que respecta a la indemnizacin y a la reparacin que se deben a los romanes, tanto a ttulo
personal como en su calidad de pueblo. El Snodo pide al Gobierno y al Parlamento noruegos que
59
VIII. Comentarios sobre los problemas de racismo con que se enfrentan las Iglesias en
Sudfrica
D espus de la publicacin del Documento Kairos, hubo voces profticas dentro de las iglesias que
invitaban a stas a confesar su culpa por el apartheid en nombre de la nacin y a fomentar la
reconciliacin sobre la base de la justicia. El arzobispo Desmond Tutu fue tambin figura clave a
este respecto. Varios docum entos y conferencias importantes tuvieron como tem a principal la
reconciliacin y la necesidad de arrepentimiento y reparacin Se da un breve informe de esas
conferencias y docum entos en DE GRUCHY, John, COCHRANE, John y MARTIN Stephen, en
Facing the Truth, South African Faith Communities and the Truth and Reconciliation Commission,
editado por John Cochrane, John de Gruchy y Stephen Martin, David Philip Publishers, Cape Town
y Ohio University P ress Athens, 1999, pgs. 3 y 4.. Estas y otras experiencias prepararon a los
cristianos de Sudfrica para el proceso sobre la verdad y la reconciliacin. Y todos estos procesos
culminaron en el establecimiento de la Comisin de la Verdad y la Reconciliacin (CVR).
Cuando se cre la CVR en febrero de 1996 La CVR fue establecida por las autoridades
sudafricanas. Los diecisiete miembros de la Comisin, dirigidos por el arzobispo Desmond Tutu,
arzobispo anglicano emrito de Ciudad del Cabo, fueron designados por el entonces presidente
Nelson Mandela y representaban una amplia gam a de intereses polticos, tnicos y culturales de
Sudfrica. Su tarea era investigar la naturaleza, las causas y el grado de las violaciones de los
derechos hum anos com etidas en gran escala desde marzo de 1960 hasta abril de 1994; conceder
la amnista a las personas que revelaran por completo todos los hechos pertinentes; dar a las
vctimas una oportunidad para que relataran las violaciones sufridas a fin de que se pudieran tomar
medidas de indemnizacin, rehabilitacin y restauracin; hacer recom endaciones en relacin con
las violaciones y las vctimas y para prevenir violaciones de derechos hum anos. La CVR tuvo tres
subcom isiones: de Violaciones de Derechos Humanos, de Amnista y Reparacin y de
Rehabilitacin., dos aos despus de que em pezara el proceso de democratizacin, la poblacin, e
incluso las iglesias, pusieron en ella m uchas esperanzas. Debido a la presencia de m uchas
personas de la iglesia en la CVR, especialm ente del arzobispo Tutu, mucha gente pens que la
iglesia estaba representada en ella. Esta fue una suposicin errnea, como lo fue la de que los
objetivos de la Comisin eran espirituales y teolgicos. Op. cit., pg. 69.
Las respuestas que dieron las com unidades religiosas, entre ellas las iglesias, a la CVR no fueron
tan importantes como se esperaba. Las respuestas provinieron m s bien de congregaciones
individuales y de pastores o de grupos especializados, con muy poca coordinacin. Hubo ausencia
y silencio de los negros y los pobres en el proceso de verdad y reconciliacin, que puede haber
sido en s mismo parte de un proceso de silenciamiento. MALULEKE, Tinyiko S., Truth and
Reconciliation Discourse, en DE GRUCHY, John, COCHRANE, John, MARTIN, Stephen (ed.),
1999, pgs. 107 y 113.
(...) Una de las realidades m s asom brosas es que aunque las iglesias tienen en su seno leones
y conejos [victimarios y vctimas], ni unos ni otros han propiciado la reconciliacin. La
reconciliacin es algo que tiene que hacerse y orquestarse, y varios rganos de la sociedad,
sobre todo la iglesia, deben hacerlo. Las iglesias pueden desem pear un papel por lo que respecta
a fomentar el incremento, la difusin, la variedad y la calidad del proceso de reconciliacin. Hasta
ahora ese proceso ha sido en Sudfrica responsabilidad exclusiva de los hom bres blancos. Y
ahora tiene que difundirse entre negros y blancos, varones y mujeres, sin distincin. Op. cit., pg.
197.
En una conferencia sobre racismo celebrada por el SACC en octubre de 2000, el obispo Mvume
Dandala en su discurso de apertura mencion la necesidad de la reconciliacin y, para las iglesias,
la de hacer frente al racismo desde dentro:
A los que ahora estam os dirigiendo nuestras iglesias, iglesias que durante muchos aos fueron
dirigidas por blancos, a veces nos gustara creer que el racismo ha sido extirpado de ellas, en
especial cuando nos dam os cuenta de que la mayora de esos dirigentes son negros. Pero la
verdad es que en Sudfrica m uchas iglesias cristianas el domingo se renen segn sus categoras
raciales. Muchas de nuestras iglesias encuentran excusas para perm anecer dentro de las
categoras raciales que les resultan cm odas.
(...) Como iglesia ya no podem os seguir instando a este pas a que encuentre la m anera de
derrotar el racismo cuando en nuestras propias iglesias nos ajustam os a m aneras racistas de
61
proceder. Discurso del Obispo Mvume Dandala -presidente del SACC y obispo presidente de la
Iglesia Metodista de Africa Meridional con ocasin de la apertura de la Conferencia del SACC
sobre el Racismo, celebrada en Kempton Park, Johannesburgo, en octubre de 2000, pg. 2.
El obispo Dandala expres su creencia de que las iglesias no haban hecho lo suficiente para
responder a los problemas que tenan ante s como consecuencia de las revelaciones de la CVR.
Seal dos tareas que podan ayudar a las iglesias a encontrar soluciones:
- el compromiso de establecer autnticas congregaciones que, sin exclusiones raciales, compartan
su fe, su cultura y sus recursos;
- el compromiso de exam inar de nuevo las m aneras de trabajar juntos ecum nicam ente para curar
las heridas del pasado y unir a las personas. Ibid.
Con respecto a la curacin en particular, propuso que se determinaran lugares interreligiosos de
curacin para vctimas y victimarios, lugares que las com unidades pudieran reservar para la
curacin espiritual.
La Sudfrica postapartheid est en proceso de transformacin hacia una sociedad sin
discriminacin por razones de raza o de sexo. Esta visin se ha mantenido con una comprensin
clara de que los pobres deberan tener prioridad cuando se definen las estrategias. La pobreza es
uno de los principales problemas. En la actualidad, contra la pobreza se est luchando mediante
medidas afirmativas que refuercen la capacidad econmica de los negros. Abordar efectivamente
las desigualdades socioeconm icas y crear un medio econmico prspero se considera una
prioridad.
Esterhuyse, en el artculo citado supra, dice que no puede haber reconciliacin duradera en este
pas sin la transformacin de las consecuencias del apartheid. De hecho, los valores que se
defienden en la Constitucin del pas - el desarrollo de una dem ocracia sin discriminaciones por
razones de raza o de sexo sobre la base de la reconciliacin - es imposible sin una transformacin
de largo alcance.
Ahora bien, una transformacin como la que se propone exige un tratamiento coherente de las
secuelas del apartheid y el racismo, en las iglesias y en la sociedad. Y est relacionada con el
proceso de verdad y reconciliacin y con la aplicacin de la justicia transformadora en los planos
estructural e institucional de la sociedad sudafricana para corregir las desigualdades
profundamente arraigadas que se manifiestan en la pobreza de su poblacin negra.
IX. Comentarios sobre la cuestin de las indemnizaciones
La cuestin de la reparacin a las vctimas o a los descendientes de las vctimas que sufrieron
muerte y violaciones de sus derechos hum anos es muy controvertida. Esto qued claro en el
proceso de preparacin de la Conferencia Mundial contra el Racismo (CMCR) que se celebr en
Durban. A pesar de que m uchas organizaciones de la sociedad civil -e n especial las de los
africanos y descendientes de africanos en la dispora- estaban convencidas de que las
indemnizaciones era necesarias, no hay com pensacin material que pueda reparar el inmenso
dao que hicieron en el pasado el colonialismo, la esclavitud, el trfico de esclavos, el genocidio y
el etnocidio de los pueblos indgenas, y las num erosas injusticias histricas que se perpetraron.
En Sudfrica, por ejemplo, an se plantean dificultades a este respecto. Hubo un debate acerca de
los poderes de decisin entre el Comit de Amnista y el Comit de Rehabilitacin y Reparaciones.
El primero tena poder para conceder la amnista enseguida, mientras que el segundo -q u e se
ocupaba de las reparaciones a las vctimas- solo poda hacer recom endaciones al presidente o a
una comisin perm anente del Parlamento.
Otro elem ento digno de m encionarse es que el requisito para conceder la amnista a las personas
que hacan una revelacin completa de todos los hechos pertinentes no era que los victimarios
dem ostraran remordimientos o mostraran buena disposicin para reparar las consecuencias de sus
62
de reparacin y es necesario diferenciarlas. Las m s de las veces, especialm ente desde el punto
de vista jurdico, reparacin es igual a indemnizacin. Sin embargo, el concepto de reparacin es
m s amplio. Incluye, por ejemplo, la reparacin simblica. Aparte de los ejemplos que ya hem os
dado, en muchos casos los parientes de las personas desaparecidas en Amrica Latina pidieron un
lugar donde se recuerde a esas personas -un monumento, una calle, una plaza- ms que una
indemnizacin. Los parientes de los desaparecidos estim aban que esa era una m anera de
dem ostrar que esas personas no haban sido criminales sino vctimas del terrorismo de Estado. La
reparacin simblica era un reconocimiento pblico de lo sucedido. En todas sus formas, la
reparacin significa tambin curacin y reconciliacin. Dr. Guillermo Kerber, Comentarios sobre
Ser Iglesia y superar el racismo: Ha llegado el momento de la justicia transform adora, pg. 2.
X. El racismo es un pecado que se repite
El movimiento ecumnico, el CMI y sus iglesias miembros han elaborado m uchas declaraciones en
las que se condena el racismo sin dejar lugar a dudas. En los ltimos aos, las iglesias han dado a
conocer m uchas peticiones de perdn y confesiones de actos de racismo cometidos contra pueblos
indgenas, descendientes de africanos y minoras tnicas, algunas de las cuales se mencionan en
el presente documento. E sas peticiones, as como las declaraciones, se basan las m s de las
veces en la creencia de que los seres hum anos son creados a imagen de Dios (Gen. I. 26), que
todos los seres hum anos son creados iguales y que el racismo es un pecado.
El racismo es un pecado porque nos separa de Dios y de nuestros sem ejantes, y nos impide ver la
realidad del sufrimiento de la gente. Esto permite la perpetuacin de las actitudes y las m aneras de
proceder racistas y del racismo institucional. El racismo es un pecado, porque conduce al silencio y
a la omisin. El racismo es un pecado porque es una negacin patente de la fe cristiana y es
incompatible con el Evangelio. El racismo es un pecado porque constituye una violacin flagrante
de los derechos humanos.
Es un pecado, pero no solo porque, al dar por supuesto que los seres hum anos no son iguales
ante Dios es contrario a las enseanzas de la Biblia (en especial, en G latas 3.28) sino tambin
porque niega la justicia elemental y la dignidad humana. El racismo es un pecado principalmente
porque destruye el origen mismo de la condicin de los humanos, que es su creacin a imagen y
sem ejanza de Dios. El racismo profana la imagen de Dios en cada persona, y as rechaza a Dios
Creador y rechaza la Creacin y su bondad. Slo som os verdaderam ente hum anos cuando la
llama divina de la imagen de Dios brilla en nosotros, como individuos, como iglesias y como
sociedades, y disipa el mal. La lucha contra el racismo es una afirmacin de la verdad y de la vida
en su plenitud.
El llamamiento de la Octava Asam blea del CMI - Buscad a Dios, con la alegra de la esperanza-
nos est exhortando siem pre a volver a nuestra verdadera condicin de hum anos y a apartarnos y
a arrepentim os del pecado de racismo. Nos enfrentam os una vez ms a la necesidad de una
metanoia, de un cambio de direccin (vase pg.13) por medio de un proceso sincero que nos
prepare para una verdadera transformacin. Ese reconocimiento nos dice que la misin de las
iglesias no puede seguir como siempre. Debem os reconocer que los actos de los individuos, de las
iglesias y de las sociedades tienen que ser transform ados por el poder de Dios.
La erradicacin del racismo es una tarea que realizamos por entender que el Ser de Dios est
reparando, a travs de nosotros, todas las cosas y todos los pueblos que constituyen la Creacin
de Dios.
De hecho, Dios cre un universo y una especie hum ana que se caracteriza por su diversidad. La
Creacin no es una realidad monoltica, sino una manifestacin de la diversidad. En el relato de la
creacin que se hace en el libro del Gnesis, la diversidad es una realidad dominante. No obstante,
junto con el hincapi en la diversidad, el libro del G nesis tambin habla de coherencia, armona,
interaccin y unidad como cualidades inherentes a la Creacin. Estos dos aspectos muestran que,
en el contexto de la Creacin de Dios, la diversidad es una fuente de enriquecimiento que adquiere
su verdadero significado y valor en la unidad. En realidad, la creacin del universo y de la especie
64
Hemos confesado que el racismo es un pecado, no solo como cristianos sino tambin como
iglesias. Afirmar que el racismo es un pecado tiene consecuencias ineludibles para las iglesias, las
cuales deberan asum ir el compromiso radical de superarlo.
XI. Compromisos para lograr la justicia transformadora
Nuestra seguridad es que el Espritu de Dios est presente, guiando y abriendo nuestros
corazones y m entes, que la justicia transformadora fortalece el papel proftico de las iglesias y que
no es solam ente un proyecto humano. La obra divina en favor de la justicia transformadora est en
marcha en el mundo. As pues, estam os llamados a cooperar con el Espritu de Dios que exige e
impulsa esta dinmica en el mundo. Esta es la creencia que nos lleva a proponer los compromisos
siguientes que se derivan de las reflexiones expuestas en estas pginas.
1. a) Compromiso con la justicia en el mbito racial, tnico, de castas y de sexos, as como en el
mbito del medio ambiente, como una afirmacin de la imagen de Dios en los seres hum anos y de
la Creacin de Dios. Es una afirmacin de la verdad y de la vida en su plenitud. Desde ese punto
de vista, la riqueza de culturas, de identidades, la diversidad racial y tnica deben ser defendidas
como dones de Dios, que deberan servir de base a com unidades justas e inclusivas. Por eso, ante
la aceleracin del individualismo, se deberan fomentar los valores comunitarios. Nuestro objetivo
debera ser construir com unidades multirraciales que preserven la diversidad, en las que
interacten las diferentes identidades y la unidad y en las que los derechos y las obligaciones de
todos sean plenam ente respetados. De este compromiso surge otro: que las iglesias aborden y
resuelvan el problema de la divisin que existe entre ellas por motivos raciales y tnicos.
b) Reconocimiento del pecado y arrepentimiento individual y colectivo. La expresin pecado
colectivo es apropiada porque indica que el racismo ha penetrado tanto en las iglesias y en las
65
sociedades que ha pasado a ser parte de la vida cotidiana. El problema con que actualm ente se
enfrentan las iglesias y todos los pueblos es que, pese a no estar personalm ente implicados en los
actos del pasado, estam os relacionados con las secuelas que stos dejaron en nuestras
sociedades, com unidades e iglesias.
c) Esta m anera de entender implica que nosotros, como iglesias, debem os vencer nuestro
complejo de superioridad y nuestra creencia de que nuestra tradicin occidental europea y blanca,
nuestra interpretacin y nuestras m aneras de ver son normativas para la vida de la iglesia en todos
los rincones del mundo. Las iglesias deben estar dispuestas a aprender de las culturas y la
sabidura de los pueblos.
2. La necesidad de las iglesias de tener una conciencia crtica de la historia de sus relaciones con
los pueblos que sufrieron las consecuencias de su misin, es decir, principalmente con los pueblos
indgenas, los africanos y los descendientes de africanos, los dalit y las minoras tnicas. La
reflexin sobre las experiencias y el anlisis de las mismas influyen en la comprensin de lo que
signific la misin de las iglesias y lo que debera significar hoy, a la luz del Evangelio y de los
asuntos que ataen a la justicia en el mbito racial, tnico, de las castas, de los sexos y del medio
ambiente. Habra que prestar atencin a las nuevas olas de evangelizacin entre los pueblos
indgenas. Este compromiso debera tener prioridad en las medidas que tomen las iglesias en favor
de la justicia transformadora.
3. a) Al enfrentarse con el racismo y los errores histricos, es esencial no disociar elem entos tales
como el reconocimiento de los hechos, la fidelidad a la verdad, la confesin de las complicidades,
la accin o la omisin, la peticin de perdn, la reparacin, el mejoramiento de las relaciones, la
reconciliacin, la curacin y la integridad. Es sta una tarea difcil de la que som os conscientes,
pero sin olvidar que todos los elem entos enum erados no son sino etapas ntimamente relacionadas
entre s.
b) En todas las sociedades y com unidades debe definirse en comn un camino para alcanzar la
justicia. Y ese camino, en el que debera tenerse en cuenta a todos los interesados, vctimas y
victimarios, opresores y oprimidos, as como a todos los miembros de las iglesias y de las
com unidades, debera abrir la posibilidad de crear una verdadera comunidad en el futuro y
garantizar que la justicia sea una realidad para todos los pueblos y para toda la creacin.
c) La justicia transformadora exige que las iglesias estn dispuestas a exam inar la cuestin del
pago de indemnizaciones, teniendo debidam ente en cuenta las opiniones y las m aneras de ver de
los perjudicados, como sujetos y agentes principales para el restablecimiento de relaciones justas.
4. a) Una necesidad perm anente de contar con program as e instrumentos que fomenten la
conciencia del racismo, a fin de sensibilizar a las iglesias en relacin con las creencias religiosas,
culturales o histricas, que fundamentaron y siguen fundam entando actitudes y m aneras de
proceder racistas con respecto a los pueblos m encionados en el compromiso 2.
b) El mito de la superioridad de los blancos sigue vigente y debe ser desm antelado. Sirvi para
justificar el racismo y la conquista, la esclavitud y la evangelizacin de los pueblos. Y en muchos
pases est dirigido a sus propios habitantes, pueblos indgenas, descendientes de africanos y
minoras tnicas, as como a otros que en la actualidad estn emigrando a esos pases.
c) El compromiso con la justicia transformadora por lo que respecta a la lucha en favor de la justicia
racial implica un cambio radical de paradigma: pensam ientos, palabras y obras transformados
que deben reflejarse en leyes, principios, estructuras y m aneras de proceder de la iglesia y del
Estado. A este respecto, cuestiones como la prdida de idiomas, culturas, formas de espiritualidad
y sistem as comunitarios y familiares deberan ser objeto de una atencin especial. Tambin habra
que abolir el racismo institucional y otras formas de racismo disfrazado, como las medidas legales
que, por ejemplo, en el marco de las polticas de inmigracin, mantienen la separacin y la
discriminacin entre los diferentes pueblos y grupos tnicos.
66
d) Finalmente, habra que corregir los desequilibrios de poder. Porque la historia dem uestra que el
desequilibrio de poder es causa del abuso de ste. Aplicar la justicia transformadora a las
estructuras y las instituciones de las sociedades significa corregir las desigualdades profundamente
arraigadas que se expresan en la pobreza de las personas oprimidas por motivos raciales y
tnicos, especialm ente las mujeres y los nios. Es necesario no olvidar que el racismo se
desarrolla donde se cruzan los elem entos de la raza, la casta, el color, la edad, el sexo, la
orientacin sexual, la clase, los lmites territoriales, la identidad tnica, la nacionalidad, la lengua y
la incapacidad. Desm antelar y erradicar el racismo requiere que abordem os todas sus
m anifestaciones y expresiones histricas. Las iglesias tienen la responsabilidad y la necesidad de
com prom eterse a corregir las injusticias y de esforzarse para redefinir los sistem as y las relaciones
de poder, que deberan dejar de ser racistas, coloniales, paternalistas y/o patriarcales.
Proponem os estos compromisos con la esperanza de que conduzcan a nuestras iglesias y
com unidades hacia la justicia transformadora y que contribuyan a la obra de justicia de Dios en
nuestro mundo.
27 de junio de 2002
Bibliografa
BARTOLOMEO, Su Santidad, Patriarca Ecumnico, Declaracin para la Conferencia Mundial de las Naciones
Unidas contra el Racismo, la Discriminacin Racial, la Xenofobia y las Formas Conexas de Intolerancia,
Durban, 2001.
BEST, Thomas y ROBRA, Martin, (ed.), Ecclesiology and Ethics: Ecumenical Ethics Engagement, Moral
Formation and the Nature of the Church, Ginebra, WCC Publications, 1997.
BRAITHWAITE, John, Restorative Justice and a Better Future, en Restorative Justice, Selected Readings,
Ginebra, World Council of Churches, International Relations, 2001.
BRION, Ion, et al. (ed.), Dictionnaire Oecumenique de Missiologie: Cent mots pour la mission, Pars, Ginebra y
Yaound, Cerf, Labor and Fides, 2001.
BULMER, Martin y SOLOMOS, John, Ethnic and Racial Studies Today, Londres y Nueva York, Routledge,
1999.
CHURCH IN SOCIETY TEAM (Escritores y asesores aborgenes y no aborgenes), Justice and Reconciliation:
The Legacy of Indian Residential Schools and the Journey Toward Reconciliation, a resource for
congregations, The United Church of Canada, Division of Mission, 2001.
CHURCH OF NORWAY, Apology to the Roma People, General Synod, 1998.
DANDALA, Mvumelwano, Discurso en la apertura de la Conferencia del SACC sobre el Racismo, en Report
on Conference on Churches and Racism, Kempton Park, Johannesburgo, octubre de 2000.
DANDALA, Mvumelwano, entrevista sobre la justicia restauradora, 2002.
DEIFELT, Wanda, Juntos en el Camino, 2.3. Metanoia, Buscad a Dios, con la Alegra de la Esperanza,
http://wcc-coe.org/wcc/assembly/pth2-e.html, 1998.
EPPS, Dwain, Comentarios sobre Ser Iglesia y superar el racismo: lleg el momento de la justicia
transformadora, Ginebra, 2002.
ESTERHUYSE, Willie, Truth as a Trigger for Transformation: from Apartheid to Transformational Justice, en
Looking Back Reaching Forward, VILLA:VICENCIO, Charles y VERWOERD, Wilhelm, (ed.), Ciudad del Cabo
y Londres, University of Cape Town Press y ZED Books, 2000.
FENTON, Steve, Ethnicity: Racism, Class and Culture, Houndmills, Basingstoke, Hampshire y Londres,
Macmillan Press Ltd., 1999.
67
HENNINGER, Carolyn, Steps Toward Wholeness: Learning and Repentance, The General Commission on
Christian Unity and Interreligious Concerns, Estados Unidos, The United methodist Church, 2001.
KEHR, Howard y MIKA, Harry, Fundamental Concepts of Restorative Justice, en Restorative Justice
Selected Readings, Ginebra, World Council of Churches, International Relations, 2001.
KERBER, Guillermo, Comentarios sobre Ser Iglesia y superar el racismo: lleg el momento de la justicia
transformadora.
LARSEN, Bjorke, Norway's Lutherans Apologise to Romany People, en Ecumenical News International, 12
de agosto de 2000.
LOSSKY, Nicholas, et al. (ed.), Dictionary of the Ecumenical Movement, Ginebra, WCC Publications, 1991.
MALULEKE, Tinyiko S., Can Lions and Rabbits Reconcile?, en The Ecumenical Review, vol. 3, Ginebra,
World Council of Churches, 2001.
MALULEKE, Tinyiko S., Dealing Lightly With the Wound of my People?: The TRC Process in Theological
Perspective, en Missionalia, vol. 25, N 3, Menlo Park, frica Meridional, Southern African Missiological
Society, 1997.
MALULEKE, Tinyiko S., The South African Truth and Reconciliation Discourse, en Democracy and
Reconciliation, MAGESA, Laurenti y NTHAMBURI, Zablon (ed.), Nairobi, Acton Publishers, 1999.
MALULEKE, Tinyiko S., Truth and Reconciliation Discourse: A Black Theological Evaluation, en Facing the
Truth, DE GRUCHY, John, COCHRANE, John, MARTIN, Stephen, (ed.), Claremont, Sudfrica, David Phillip
Publishers Ltd., 1999.
MALULEKE, Tinyiko S., Truth, National Unity and Reconciliation in South Africa, en Missionalia, vol. 25, N 1,
Menlo Park, frica Meridional, Southern African Missiological Society, 1997.
PITYANA, Barney y VILLA-VICENCIO, Charles, Being the Church in South Africa Today, Johannesburgo,
South African Council of Churches, 1995.
ROGERS, Barbara, Race: No Peace Without Justice, Ginebra, World Council of Churches, 1980.
THORPE, Brian, Comentarios sobre Ser Iglesia y superar el racismo: Lleg el momento de la justicia
transformadora, Ginebra, 2002.
UNITED METHODIST CHURCH, Charter for Racial Justice Policies in an Interdependent Global Community,
aprobada en 1980 por la Conferencia General de la IMU, http://www.umc-gbcs.org/Soc-Comm.htm.
NACIONES UNIDAS, Declaracin de la Conferencia Mundial de las Naciones Unidas contra el Racismo, la
Discriminacin Racial, la Xenofobia y las Formas Conexas de Intolerancia, Durban, 2001.
WEAVER, Jace (ed.), Defending Mother Earth: Native American Perspective on Environmental Justice, Nueva
York, Orbis Books, 1996.
CONSEJO MUNDIAL DE IGLESIAS, Background Information, en Gospel And Cultures Study Process,
Churches in Mission, WCC, 1995.
CONSEJO MUNDIAL DE IGLESIAS, Challenge to the Church, A Theological Comment on the Political Crisis
in South Africa: The Kairos Document and Commentaries, en PCR Information, Special Issue, World Council
of Churches, Programme to Combat Racism, 1985.
CONSEJO MUNDIAL DE IGLESIAS, In the 2000s: Koinonia Without Racism, informe de una consulta
organizada por el Programa de Lucha contra el Racismo, Ginebra, 1991.
CONSEJO MUNDIAL DE IGLESIAS, Racial Justice: an issue of Justice, Peace and the Integrity of Creation,
en PCR Information, N 26, WCC, Programa de Lucha contra el Racismo, 1990.
68
CONSEJO MUNDIAL DE IGLESIAS, Racism in Theology and Theology Against Racism, informe de una
consulta organizada por la Comisin de Fe y Constitucin y el Programa de Lucha contra el Racismo,
Ginebra, 1975.
CONSEJO MUNDIAL DE IGLESIAS, Suggested Guidelines for Local Groups, en Gospel And Cultures
Process, Churches in Mission, WCC, 1995.
WRAY, Harmon, HUTCHINSON, Peggy y CONNELLY, Brenda, Restorative Justice: Moving beyond
Punishment, Estados Unidos, General Board of Global Ministries, The United Methodist Church, 2002.
YOO-CROWE, Seongja y CROWE, Crowe, Multicultural Ministry: Report of the First International Network
Forum, Sydney, Multicultural Ministry, Uniting Church in Australia, 2000.
69
SEMINARIO INTERNACIONAL
TEOLOGICO BAUTISTA
ETICA CRISTIANA
EUGENESIA
Y
EUTANASIA
SEMINARIO INTERNACIONAL
TEOLOGICO BAUTISTA
ETICA CRISTIANA
ACTUALIDAD DE LA
EUGENESIA
DANIEL SOUTULLO
http://fai.iinne.edu.ar/bioetica/eugenesia.htm
Daniel Soutullo: Actualidad de la eugenesia: las intervenciones en la lnea germinal
El presente trabajo corresponde al texto de una conferencia pronunciada por el autor en el Instituto de
Biotecnologa de la Universidad de Granada el 11 de mayo de 2000.
Introduccin: Objetivos
Los objetivos en los que me centrar en esta exposicin sobre la actualidad de la eugenesia son tres:
1.Hacer una breve caracterizacin de la eugenesia en la actualidad y de las diferencias con la eugenesia
clsica de principios del siglo XX.
2.Enunciar unos criterios generales para enjuiciar las prcticas eugensicas.
3.Analizar, en concreto, las intervenciones en la lnea germinal como paradigma de la eugenesia del futuro.
Punto de partida
Como acabo de indicar, el punto del que partir sern algunas caractersticas de la eugenesia actual y sus
posibilidades tcnicas, que la diferencian de la eugenesia clsica. Aunque es una cuestin polmica, en esta
exposicin considerar eugensica toda intervencin, individual o colectiva, encaminada a la modificacin de
las caractersticas genticas de la descendencia, independientemente de la finalidad, teraputica o social, que
persiga.
Esta definicin engloba decisiones privadas, es decir, individuales o familiares, sobre tratamientos
teraputicos, siempre y cuando se realicen con la finalidad de influir sobre la transmisin de caractersticas
genticas a la descendencia. Aunque no me parece til establecer una discusin puramente terminolgica
sobre el concepto de eugenesia, la definicin que utilizo tiene la ventaja de que nos permite considerar
algunas intervenciones mdicas en el contexto ms amplio de las repercusiones sociales de los programas
eugensicos, al tiempo que invita a analizar el sustrato ideolgico comn a todas las prcticas eugensicas, en
caso de que tal sustrato exista.
Las caractersticas propias de la eugenesia actual en las que me centrar son las siguientes:
Tcnicas: Desde el punto de vista tcnico, la eugenesia actual se caracteriza por la posibilidad de emplear
procedimientos de biologa molecular para el diagnstico gentico y la intervencin directa sobre los genes.
Entre ellas estaran los diagnsticos preimplantatorio y prenatal, la terapia gnica germinal y la ingeniera
gentica de mejora. Los dos tipos de diagnstico citados (preimplantatorio y prenatal) se aplican en la
actualidad, mientras que las intervenciones en la lnea germinal an no estn suficientemente desarrolladas
para poder ser puestas en prctica.
Sociales: Por lo que hace referencia a sus caractersticas sociales son de resaltar las siguientes:
1. Privacidad: La eugenesia actual se plantea como una cuestin privada de los individuos y de sus familias,
como parte de su derecho a la reproduccin.
2. Voluntariedad: Cualquier intervencin eugensica se basa, al menos en teora, en la decisin libre y
voluntaria de las personas afectadas.
3. No discriminacin: Las potenciales prcticas eugensicas que se propugnan en la actualidad no se dirigen,
en principio, a grupos de poblacin especficos, que pudieran resultar discriminados en sus derechos, como
72
consecuencia de estas prcticas, sobre todo si son aplicadas de modo coactivo. Al ir abandonando las
principales connotaciones racistas y clasistas que tena la eugenesia tradicional, ahora son los individuos y no
poblaciones especficas el objeto de intervencin eugensica. La oferta eugensica se dirige a toda la
poblacin, sin discriminacin en funcin de distintos grupos sociales. Ya veremos que, este desidertum es
muy difcil que se cumpla y que, en la prctica, pueden aparecer motivos de discriminacin por razones
econmicas, tnicas u otras.
Esta caracterizacin que acabo de realizar es sobre todo terica y se refiere a lo que constituye la tendencia
general del ideario eugensico en la actualidad. No conviene olvidar, sin embargo, que existen excepciones
importantes. Las prcticas eugensicas de la Repblica Popular China, en aplicacin de la Ley sobre
asistencia sanitaria materno-infantil vigente, no cumplen estrictamente estos presupuestos (en especial los de
privacidad y voluntariedad)[1] En este aspecto, la eugenesia china est ms prxima en sus caractersticas
sociales a las prcticas eugensicas tradicionales. Otras prcticas eugensicas coercitivas, basadas en motivos
de higiene racial, fueron aplicadas de forma generalizada en Suecia, desde 1935 hasta 1996, hace solamente 4
aos. No debemos olvidar, por tanto, que la eugenesia, incluso en su forma ms tradicional y discriminatoria,
no es un fenmeno que corresponda nicamente al pasado.
La eugenesia clsica, en la medida en que fue aplicada, se caracteriz por limitar los derechos reproductivos
individuales en aras de la salud gentica de las generaciones futuras. Fue, en lo fundamental, una eugenesia
negativa aplicada casi siempre de forma coactiva. La eugenesia actual es, sobre todo, una eugenesia con fines
teraputicos que es considerada, en general, aceptable en sus objetivos aunque discutible en sus mtodos. Sin
embargo, incluso en los casos de prcticas eugensicas privadas, voluntarias y con finalidad teraputica se
pueden formular objeciones que hagan problemtica su aceptacin.
Aunque los dos primeros problemas enunciados son muy importantes para enjuiciar las prcticas eugensicas
estn fuera de los objetivos que me he marcado para esta exposicin. Las personas interesadas en ellos pueden
leer el clarificador texto de Enrique Iez Retos ticos ante la nueva eugenesia[2], contenido en el libro
colectivo La Eugenesia hoy, de reciente publicacin. A la tercera de las objeciones citadas s me referir ms
adelante cuando aborde los problemas de la terapia gnica.
Pero la eugenesia moderna no se circunscribe nicamente a un programa de intervenciones teraputicas.
Existen defensores de otras formas de eugenesia, de objetivos ms sociales, encaminadas al
73
reaccin del genotipo al conjunto de fenotipos que puede presentar un determinado genotipo en una gama de
ambientes distintos.
La nocin de norma de reaccin resulta muy til para representar la interaccin entre los genes y el ambiente
para un carcter determinado. Como puede observarse en este ejemplo, tanto el genotipo como el ambiente
influyen sobre el fenotipo de forma notable. No puede decirse que la magnitud del carcter est determinada
directamente por los genes. Tampoco podemos hablar, en general, de genotipos superiores e inferiores para el
carcter considerado.
Esta misma idea se ilustra de forma clara en la siguiente ilustracin[6]. Los dos individuos de la figura son
gemelos monocigticos que presentan un grado bastante diferente de desarrollo corporal (en particular, una
diferencia de altura notable), simplemente porque uno de ellos sufri a los 5 aos una infeccin que afect a
su hipfisis, lo que determin una produccin menor de hormona del crecimiento. Este ejemplo muestra
claramente la importancia de la interaccin entre los factores externos e internos en el desarrollo del
organismo y la disparidad de resultados que se pueden producir, an en los casos de una identidad gentica
completa.
Si considersemos caracteres complejos de los seres humanos, como son los que determinan la personalidad o
el desarrollo mental, la interaccin entre los genes y las influencias ambientales de todo tipo sera todava
mucho ms importante. An aceptando que puedan estar influidos por los genes, resulta totalmente imposible
determinar a priori el valor de un genotipo al margen de las contingencias ambientales por las que ha de pasar
la persona durante su vida. Aunque lo considersemos deseable, cosa que es obviamente discutible, no hay
forma posible de determinar qu genes son los ms adecuados para realizar una seleccin de tipo eugensico
de estos caracteres.
La segunda caracterstica es la idea de que el progreso social depende en lo fundamental del desarrollo
tecnolgico. Si a esto le aadimos la idea determinista que acabamos de comentar de que los caracteres,
incluida la conducta, dependen de la dotacin gentica, no debera extraarnos que los eugenistas crean que la
mejor forma de solucionar los problemas sociales es actuando directamente sobre la herencia, gracias a los
adelantos de la tecnologa gentica.
Daniel Kevles inicia su estupenda historia de la eugenesia con la siguiente frase: Francis Galton, ignorando
el futuro, equiparaba con confianza ciencia y progreso[7]. Esta misma confianza ha sido y es una constante
de los defensores de la eugenesia. Sin embargo, el crecimiento incontrolado de la industria qumica con sus
secuelas de contaminacin a nivel planetario o el desarrollo de la energa nuclear o la propia historia del
movimiento eugensico durante la primera mitad de siglo han puesto sobradamente de manifiesto la
ambivalencia del desarrollo de la ciencia y la tecnologa. No se puede negar que la ciencia y sus aplicaciones
pueden contribuir decisivamente al aumento del bienestar social, pero la confianza ciega en que el desarrollo
tecnolgico producir inexorablemente el progreso social es una creencia ingenua e incluso peligrosa.
La tercera caracterstica del ideario eugenista que deseo comentar est muy relacionada con las dos anteriores.
Consiste en la idea de que las intervenciones genticas son siempre preferibles a las ambientales y, dentro de
ellas, las que suponen cambios directos en los genes de la lnea germinal son las que resultan ms eficaces y
duraderas. De ah, la confianza que se deposita en la aplicacin futura de la terapia germinal, no solamente
con fines teraputicos, sino como una forma de ingeniera gentica para la mejora de distintas caractersticas
humanas.
Esta idea es apoyada por muchas personas que no comulgan con los postulados eugenistas, sobre todo en lo
que se refiere a la posible erradicacin de las enfermedades hereditarias[8]. No niego que en algunos casos de
genes deletreos esto pueda ser cierto. Pero esta es una idea que se acepta demasiado acrticamente. Creo que
no puede aplicarse con carcter general. Es ms, considero que en la mayora de los casos resulta falsa, como
tratar de demostrar despus.
Criterios para enjuiciar las prcticas eugensicas
75
Para el anlisis que pretendo realizar de las intervenciones en la lnea germinal me servir de los siguientes
criterios:
1.Ponderacin de riesgos / beneficios que presenta la prctica eugensica en cuestin.
2.Eficacia relativa de la intervencin eugensica frente a otros tipos de intervenciones genticas o ambientales
no eugensicas.
3.Valoracin de las intenciones declaradas y de los efectos producidos, tanto en el plano biolgico como
social.
Estos criterios pueden ser objetados como consecuencialistas. Sin embargo, conviene tener presente lo
siguiente:
En el anlisis de cualquier problema biotico una evaluacin de las consecuencias resulta ineludible. En este
sentido los criterios consecuencialistas son necesarios aunque puede ser que no sean suficientes.
Los criterios que acabo de exponer, adems de permitir la realizacin de valoraciones concretas, pueden
englobar consideraciones sociales, que vayan ms all de un simple clculo material de costes y beneficios
individuales.
Puede y debe existir una perspectiva social de fondo, que considere el contexto ideolgico, social y poltico
en el que tienen lugar las prcticas que se pretende enjuiciar.
Aunque mi intervencin no pretende cubrir todos estos aspectos, no es incompatible con un anlisis a fondo
de estos problemas. El alcance que pretendo darle a los criterios expuestos es el siguiente:
1. Riesgos / beneficios
Desde el punto de vista de los riesgos y los beneficios, el criterio fundamental es el de la prudencia, sobre
todo en lo referente al uso de procedimientos tcnicos que puedan producir consecuencias negativas no
deseadas. Mencin especial merece en este sentido la puesta en prctica de la llamada terapia gnica
germinal.
Al considerar los riesgos, el tipo de intervencin a realizar cobra una gran importancia. No puede ser
valorado de igual forma un procedimiento de eugenesia negativa cuando se tiene la certeza, o una
probabilidad alta, de que sin la intervencin se va a sufrir una enfermedad grave que una intervencin de
eugenesia positiva sobre un embrin sano, encaminada a prevenir la posibilidad de llegar a estar enfermo
introduciendo, por ejemplo, un gen de resistencia para una enfermedad infecciosa que se considera peligrosa.
Si en el primer caso podra estar justificada la intervencin eugensica desde el punto de vista de los riesgos,
en el segundo caso no.
Tambin deben considerarse los riesgos que acarrea la experimentacin necesaria para la puesta a punto de la
tcnica que se pretende implantar. Este aspecto a menudo suele ser omitido.
En primer lugar, debe aceptarse que no existen razones morales para impugnar la terapia germinal por sus
propsitos. La no modificacin del patrimonio gentico de la descendencia no puede tener un valor
sacrosanto, sobre todo si lo que se pretende es la erradicacin definitiva de una enfermedad grave en un linaje
familiar. El motivo para rechazar la terapia germinal no puede ser nicamente que produce cambios
permanentes en el genoma, cambios que se transmitirn a las sucesivas generaciones. Esta cuestin tiene
mucha importancia desde un punto de vista prudencial y no est claro que, dados los protocolos que se estn
investigando en la actualidad, podamos llegar a un grado de fiabilidad aceptable en ninguno de los casos que
se puedan presentar. Pero, ms all de este criterio prudencial, los cambios permanentes en los genes no
constituyen por s mismos un criterio suficiente para rechazar esta posibilidad teraputica.
Los principales motivos para no optar por la terapia gnica germinal, tienen relacin con los dos primeros
criterios que he expuesto anteriormente: el de los riesgos de la misma frente a los beneficios potenciales y el
de su posible eficacia relativa frente a otras acciones teraputicas que entraan un menor riesgo.
Consideremos en primer lugar la utilidad. La terapia germinal podra llegar a aplicarse a enfermedades
monognicas recesivas, insertando un gen cuyo efecto supliese el del gen defectuoso. A ms largo plazo
incluso podra pensarse en la correccin dirigida del gen deletreo, lo que permitira la actuacin sobre
enfermedades causadas por un gen de efecto dominante. En cualquiera de los dos casos nos referimos a
dolencias monognicas. Las enfermedades multifactoriales quedaran fuera del mbito de accin de la terapia,
por dos razones. Son enfermedades polignicas, lo que dificultara sobremanera, o incluso imposibilitara, la
intervencin. Y porque, adems, estas dolencias dependen para su manifestacin de factores ambientales. Por
estos motivos, no se divisa an en el horizonte la posibilidad de su puesta en prctica. Pero incluso en ese
caso futuro, otras estrategias, incluidos algunos protocolos de terapia somtica, podran resultar mucho ms
eficaces que la terapia germinal para enfrentarse a este tipo de enfermedades.
En cuanto a los riesgos, adems de los derivados de la experimentacin necesaria para la puesta a punto de la
tcnica, es indudable que, an en el mejor de los escenarios, existir un cierto porcentaje de intentos que
resulten fallidos, bien porque el defecto no se corrija adecuadamente, bien porque se produzcan efectos
secundarios no deseados que podran transmitirse a las generaciones sucesivas. Hay que considerar tambin
que se necesitara algn mtodo fiable de verificacin de los resultados, que permitiese no tener que esperar
hasta despus del nacimiento para comprobar si la terapia funciona correctamente y no se presentan efectos
secundarios importantes. De no existir un mtodo aceptable de verificacin, la valoracin del riesgo en los
individuos sometidos a la terapia podra hacer desaconsejable la misma en la mayora de los casos.
Ignoramos los avances que se realizarn en las tcnicas de manipulacin gentica que puedan afectar a la
precisin, fiabilidad y seguridad de la terapia. Las consideraciones sobre los riesgos tendrn que ser
reconsideradas en funcin de esos avances. Lo que s parece claro es que, con el horizonte de las tcnicas que
se estn ensayando en la actualidad, la terapia gnica germinal resultar extremadamente problemtica.
Frente a estos peligros, para la gran mayora de los casos en que pudiese ser de aplicacin la terapia germinal,
el diagnstico preimplantatorio seguido de la seleccin de embriones cubrira los mismos objetivos, sin
presentar los mismos riesgos. Como se sabe, este diagnstico se realiza separando un blastmero de un
embrin en estado de 6-8 clulas, procedente de una fecundacin in vitro. Una vez realizado el diagnstico
gentico sobre la clula extrada, el embrin puede ser transferido al tero o desechado, si presenta algn
rasgo patolgico. En principio, el embrin no tendra que verse afectado por la separacin del blastmero que
va a ser sometido a diagnstico. Tampoco tendra que sufrir el embrin ninguna intervencin como
consecuencia del diagnstico, que se circunscribe nicamente al blastmero separado.
La ventaja radica en que siempre ser preferible seleccionar los embriones una vez diagnosticados sin
necesidad de realizar ninguna manipulacin sobre ellos, que llevar a cabo la intervencin teraputica,
asumiendo el riesgo de la misma, aunque ste no fuese muy elevado. Si el diagnstico preimplantatorio, una
vez que se desarrolle y aumente su eficacia, puede abarcar los mismos supuestos de la terapia germinal, por
qu recurrir a ella, si siempre presentar un grado mucho mayor de riesgo?
78
nicamente en algunos casos no podra ser de aplicacin la seleccin de embriones previo diagnstico
preimplantatorio. Consideremos algunas de las situaciones que se pueden presentar:
1.El primer caso es el de una enfermedad dominante de manifestacin tarda (como la enfermedad de
Huntington), cuando el portador es homocigtico. Aunque sea raro, este caso se puede dar cuando la
consanguinidad familiar es elevada, como ocurre en las poblaciones que bordean el lago Maracaibo en
Venezuela, donde esta enfermedad se presenta con una frecuencia alta. En este caso no es posible la
realizacin de la seleccin de embriones porque todos ellos son portadores y, debido al carcter dominante del
gen que determina la enfermedad, todos acabaran sufrindola. Sin embargo, la mayora de los casos de
enfermedades dominantes tampoco podran ser tratado mediante terapia germinal de insercin gnica. Tendra
que utilizarse algn tipo de correccin dirigida del gen defectuoso, situacin esta que aleja mucho en el
tiempo su viabilidad prctica.
2.El segundo caso es el de una enfermedad recesiva en el que los dos progenitores son enfermos. No podra
ser una enfermedad muy grave, porque de ser as sera prcticamente imposible que ambos llegasen a la edad
reproductiva en condiciones de tener hijos. Pero podra presentarse en casos menos graves o en otras
enfermedades genticas, como la fenilcetonuria, en las que existe algn tipo de terapia paliativa que permite
que los enfermos lleguen a la edad adulta. Esta situacin tambin sera rara, pero podra presentarse. De ser
as, la seleccin de embriones despus del diagnstico preimplantatorio no podra realizarse por los mismos
motivos del caso anterior.
En estos dos supuestos, y quiz en algn otro, de no existir otra posibilidad de actuacin, podra optarse por la
terapia germinal si sta llegase a ser factible y segura. Pero, excepto en situaciones como stas, muy poco
comunes en general, no estara justificado optar por una terapia que en el mejor de los casos presentara un
riesgo injustificado en relacin con la posibilidad de seleccionar los embriones previo diagnstico
preimplantatorio.
No cabe duda de que el diagnstico preimplantatorio podra ser utilizado con una finalidad distinta de la
comentada aqu. Por esta razn, Jacques Testart ha propuesto su prohibicin total[9]. Yo creo que aunque los
peligros existen, los beneficios teraputicos que se pueden obtener hacen aceptable su uso con una
reglamentacin muy precisa. Estos mismos riesgos, incluso mayores, existiran tambin para la terapia
germinal, por lo que desde este punto de vista el diagnstico preimplantatorio seguira siendo preferible.
Obviamente, existen otras posibilidades diagnsticas y teraputicas, como el consejo gentico antes de la
concepcin o el aborto, previo diagnstico prenatal. Aparte de los problemas que la interrupcin del embarazo
plantea para muchas personas, estos mtodos no constituyen una alternativa completa a la terapia germinal, ya
que no impiden la transmisin del gen causante de la enfermedad de forma definitiva.
Si lo que se pretendiese fuese realizar una accin de mejora, introduciendo un gen que antes no exista,
obviamente la ingeniera gentica germinal sera la nica posibilidad. Analizar ahora ese segundo caso.
II. Ingeniera gentica de mejora
La defensa de la la ingeniera gentica de mejora suele presentarse mediante un razonamiento encadenado del
tipo siguiente:
l.No existe diferencia moral entre provocar cambios en el genoma mediante terapia germinal para evitar una
enfermedad gentica, y modificarlo para introducir un gen de resistencia a una enfermedad infecciosa. En
ambos casos se trata de combatir una enfermedad.
2.Si aceptamos la proposicin anterior, tambin debemos aceptar que no hay diferencia entre mejorar el
genoma para dotarlo de resistencia a una enfermedad y mejorarlo para otros atributos socialmente
deseables, no ligados a enfermedades.
3.En consecuencia, la ingeniera gentica de mejora es tan aceptable moralmente como la terapia gnica
germinal. No existe barrera moral entre intervencin teraputica e intervencin mejoradora.
79
En una poblacin que haya sido sometida a ingeniera gentica para hacerla resistente a todas las infecciones
importantes, incluidos el sida, la hepatitis y las enfermedades del corazn, quien no estuviese as protegido
estara gravemente discapacitado[13]
Que una discapacidad se pueda presentar de forma natural no hace ms aceptable que sta se produzca como
consecuencia de una accin deliberada. Los defensores de la eugenesia de mejoramiento argumentan que las
oportunidades para enfrentarse a las contingencias de la vida tambin son distintas por causas sociales. Por
ejemplo, diferencias en ingresos econmicos pueden resultar en diferencias notables en el acceso a la
educacin, a la salud o a una nutricin de mayor calidad, y a pesar de ello no impedimos que la gente pueda
llevar a sus hijos a colegios privados caros o ir a hospitales donde les garanticen una asistencia sanitaria de
calidad superior.
Que esto sea cierto no hace ni deseable ni justo que las diferencias sociales se traduzcan en una distinta
calidad de vida. Puede ser una consecuencia no igualitaria del funcionamiento de nuestras sociedades, pero la
igualdad de oportunidades sigue siendo un valor social que hay que defender y potenciar por todos los
medios. Este es el fundamento del llamado estado del bienestar, de la existencia de un sistema sanitario
pblico y de una enseanza gratuita para toda la poblacin. Nuestra propia Constitucin reconoce esto en su
artculo 9.2: Corresponde a los poderes pblicos promover las condiciones para que la libertad y la igualdad
del individuo y de los grupos en que se integra sean reales y efectivas. Lo que no puede estar justificado en
ningn caso es que las diferencias socioeconmicas se traduzcan en diferencias biolgicas con distinto valor
social entre las personas, ya que se podran convertir en causa de discriminacin. De ser as, no estaramos
muy lejos de una nueva forma de racismo.
Es casi seguro que propuestas de este estilo, aplicadas a otras caractersticas como pueden ser la inteligencia u
otros caracteres de incidencia social, no tendran repercusiones biolgicas dignas de mencin, por las razones
comentadas acerca del funcionamiento de los sistemas genticos. Pero a pesar de esto pueden tener
consecuencias sociales discriminatorias. Si, a pesar de su dudosa eficacia biolgica, hay personas dispuestas a
ponerlas en prctica es porque de la posesin de esos genes esperan obtener para sus hijos alguna ventaja
social importante. Esta ventaja puede convertirse en real por el solo hecho de adquirir esos genes, aunque
biolgicamente la repercusin de la intervencin sea nula y los genes introducidos no afecten en absoluto a la
caracterstica que se quiere potenciar. Las expectativas sociales creadas por la intervencin gentica pueden
ser precisamente el motivo para que la discriminacin gentica llegue a producirse por la simple presuncin
de que tal influencia existe. En esto reside precisamente la principal razn para el rechazo a este tipo de
actuaciones eugensicas porque, en la medida en que tengan xito social, conllevarn inevitablemente
consecuencias elitistas y discriminatorias. De otro modo careceran de inters para sus promotores.
Las caractersticas genticas pueden ser utilizadas como coartada para la discriminacin social de las personas
aunque los genes no influyan en absoluto en las diferencias sobre las que se pretende establecer esa
discriminacin. Ya he comentado anteriormente que en la primera mitad de siglo la sola creencia, a todas
luces falsa, de que el nivel mental se poda establecer en base a un simple test de inteligencia y que la
debilidad mental era hereditaria fue usada como motivo para la discriminacin social de miles de personas.
Tambin en la actualidad ya se han empezado a producir discriminaciones por causas genticas sobre
personas en relacin con situaciones laborales o con seguros sanitarios y de vida. Del mismo modo, la
insercin de un gen que codifique para una supuesta superioridad mental, aunque no produzca ese efecto,
puede ser motivo de que los portadores de ese gen sean considerados superiores y tratados de ese modo, lo
que tal vez s podra llegar a tener repercusiones sobre su desarrollo intelectual. En cualquier caso, las
personas no agraciadas con esos genes quedaran en una situacin de inferioridad y podran sufrir un trato
discriminatorio, o menos favorable, por este motivo. De ser as, por la va de una nueva eugenesia libremente
decidida, se estaran reproduciendo los aspectos ms negativos de la eugenesia clsica con sus consecuencias
injustas, discriminatorias y elitistas. Si, desde el punto de vista biolgico, hay pocos motivos para defender
una eugenesia positiva de perfeccionamiento, desde el punto de vista tico y social hay razones poderosas
para oponerse a ella.
81
Conclusiones
Las prcticas eugensicas no constituyen un todo monoltico que podamos aceptar o rechazar de forma global,
sobre todo desde que su principal objetivo ha pasado a ser el tratamiento preventivo de las enfermedades
hereditarias.
Algunas formas de eugenesia teraputica podran formar parte legtimamente del esfuerzo por combatir las
causas de sufrimiento humano y en este sentido integrarse en los programas de medicina predictiva que el
desarrollo de la biomedicina est empezando a poner en prctica, aunque sus aplicaciones deben ser evaluadas
con la mayor seriedad, para evitar posibles repercusiones negativas.
Por el contrario, la eugenesia con fines perfectivos no debera ser aceptada en ningn caso por ser
intrnsecamente injusta y discriminatoria. Como afirmara Lionel Penrose, es preferible vivir en una sociedad
genticamente imperfecta, la cual conserve principios humanitarios de vida, que en una cuyas bases
tecnolgicas sean dechado de perfeccin hereditaria[14].
[1] Aitziber Emaldi Cirin, La gentica y las actuales corrientes eugensicas: la nueva Ley de la Repblica Popular
china, Revista de Derecho y Genoma Humano, ni 5, Julio - Diciembre 1996, pp. 159-168.
[2] Enrique Iez Pareja, Retos ticos ante la nueva eugenesia, en Carlos Mara Romeo Casabona (Ed.), La eugenesia
hoy, Ctedra de Derecho y Genoma Humano-Editorial Comares, S. L., Bilbao-Granada, 1999, pp. 197-221.
[3] H. Tristram Engelhardt, Jr., La naturaleza humana tecnolgicamente reconsiderada, Arbor 544, Tomo CXXXVUI,
abril 1991, pp. 75-95.
[4] Richard Lewontin, La diversidad humana, Prensa Cientfica, S. A., Barcelona, 1984, pp. 25-26.
[5] Reproducida de Richard Lewontin, La diversidad humana, op. cit., p. 23.
[6] Reproducida de A. M. Winchester, Introduccin a la gentica humana, Editorial Alhambra, S. A., Madrid, 1986, p.
174.
[7] Daniel J.Kevles, In the Name of Eugenics, Harvard University Press, Cambridge, Massachusetts, 1995, p. 3
[8] Vase, por ejemplo, Javier Blzquez Ruiz, Derechos Humanos y Proyecto Genoma, Editorial Comares, S. L., Granada,
1999, pp. 127 y ss.
[9] Jacques Testart, La procreacin artificial, Editorial Debate, S. A., Madrid, 1994, p.102.
[10] H. Tristram Engelhardt, Jr., La naturaleza humana tecnolgicamente reconsiderada, op. cit., pp. 82-83.
[11] John Harris, Supermn y la Mujer Maravillosa. Las dimensiones ticas de la biotecnologa humana, Editorial Tecnos,
S. A., Madrid, 1998, pp. 37, 253.
[12] John Maurice, El ltimo asalto contra la poliomielitis, Mundo Cientfico, n 199, marzo 1999, p 20-23.
[13] John Harris, Supermn y la Mujer Maravillosa. Las dimensiones ticas de la biotecnologa humana, op. cit., p. 127.
[14] Citado por Daniel J. Kevles, In the Name of Eugenics, op. cit., p. 289.
82
SEMINARIO INTERNACIONAL
TEOLOGICO BAUTISTA
ETICA CRISTIANA
INGENIERA GENETICA
Y REPRODUCCIN HUMANA:
ALGUNOS INTERROGANTES ETICOS
EN TORNO A SUS
POTENCIALIDADES EUGENESICAS
ENRIQUE IAEZ
La disponibilidad de tcnicas adecuadas hara factible y deseable una ampliacin del rango
de opciones reproductivas libres de los individuos, quedando incluso abierta la posibilidad
de redisear el sustrato hereditario de nuestra especie con objeto de alcanzar ciertos
objetivos individuales, familiares y sociales estimados valiosos.
En una de sus formulaciones actuales ms extremas y explcitas(6) se dice que dado que los
individuos tienen derecho a reproducirse(7), y dada la perspectiva de un "mercado libre de
tcnicas genticas y reproductivas", no debera existir lmite a la libertad reproductiva,
incluyendo la ingeniera gentica perfectiva y la clonacin. Cada individuo tendra derecho
a reproducirse por el modo que quisiera, eligiendo incluso la configuracin gentica de su
descendencia, plasmando en ello la visin que cada cual tenga sobre la clase de personas
que deben existir.(8)
Otra tendencia patente en la nueva eugenesia, que la distingue de la, digamos, clsica, es
que las nuevas posibilidades tecnolgicas no slo (y ni siquiera principalmente) estn al
servicio de objetivos o necesidades previos, sino que de alguna forma es la misma
tecnologa disponible en cada momento la que "determina" o al menos sugiere nuevos
objetivos y nuevas opciones que previamente no existan.
En resumen, la nueva eugenesia es radicalmente distinta de la clsica, tanto en su objeto
como en sus mtodos y su sujeto:(9) Parte de una imagen reduccionista de lo humano,
principalmente la reflejada por la poderosa y triunfante gentica molecular y en la
emergente gentica de la conducta.(lO)
Los mtodos ya no son los toscos imaginados por Galton (que usaban el paradigma
darwinista de la cra selectiva), sino que aprovechan el conocimiento analtico ganado
recientemente para pretender una remodelacin sinttica al menos parcial.
La tecnologa gentica es una ingeniera, aunque no total, ya que siempre parte de material
vivo previo. El aspecto ingenieril se pone de manifiesto en la posibilidad de diseo racional
y en la "construccin" de nuevas caractersticas en el organismo vivo por sntesis de
elementos in vitro.
La "evolucin dirigida" de la eugenesia clsica, que dependa enteramente de farragosos
cruces y selecciones a lo largo de varias generaciones, da paso a "saltos cunticos" en los
que superando barreras evolutivas, se pueden "construir" nuevos rasgos.
Amniocentesis: extraccin fluido amnitico, con clulas piel fetal. Se puede realizar entre las semanas 16a y 20a. El
riesgo fetal est en torno al 0.5%.
Extraccin de vellosidades corinicas (del tejido placentario): Semana W-12a. Los riesgos son similares al anterior.
Toma de muestras de sangre fetal (por puncin de cordn umbilical): tras la semana 17a. Riesgo fetal 0.6-1.7%.
El aborto eugensico (a veces llamado "terapetico") est legalizado en numerosos pases,
justificado por razn de riesgo de malformacin congnita y graves anomalas genticas del
feto.(11) Dos tipos de avances tcnicos van a influir en la posibilidad de ampliacin de su
alcance en cuanto mtodo de prevencin de nacimientos juzgados "anmalos":
Mejoras en toma de muestras fetales, que hasta ahora dependen de tcnicas invasivas caras y no exentas de cierto riesgo
(tanto para la madre como para el feto). Si se confirman y consolidan procedimientos no invasivos como el aislamiento de
clulas fetales a partir de sangre materna, y si stos resultan suficientemente baratos y fciles de realizar, el sistema
sanitario los podra incorporar dentro del lote de pruebas rutinarias aplicadas a la poblacin de mujeres gestantes.
La tcnica anterior suministrara material biolgico fetal sobre el que se desplegara el potencial diagnstico derivado de
la investigacin sobre el genoma humano. Como se sabe, dentro del amplio repertorio de investigacin genmica en
curso, no slo se cuenta con la lnea central del Proyecto Genoma Humano (PGH) original (es decir, la cartografa y
secuenciacin de un genoma humano "estndar"), sino que en paralelo se pretende obtener un catlogo de la variacin
gentica humana, incluida la responsable de enfermedades genticas y predisposiciones a estados patolgicos. Tcnicas
tan prometedoras como los actuales "chips de ADN" podran permitir en el inmediato futuro rastrear el genoma de cada
individuo (y en el caso que nos ocupa, de cada feto) en busca de una amplia gama de variantes genticas, tanto "normales"
como patolgicas.
Se abrira pues, la perspectiva, de lo que ya se ha llamado "control de calidad fetal": en
funcin de los defectos genticos detectados, o de las variantes predisponentes a ciertas
patologas, o incluso en funcin de variantes no relacionadas con estados patolgicos, las
madres o las parejas podran tener a su disposicin una poderosa herramienta de criba sobre
un amplio catlogo de condiciones y variantes fenotpicas. Las actuales discusiones ticas y
casustica jurdica sobre los conceptos de "nacimiento incorrecto" y "vida incorrecta"
parecen confirmar la sensacin de que este tipo de cuestiones van a seguir en el centro del
debate en el inmediato futuro.
Los litigios judiciales sobre "nacimiento incorrecto", con su eventual demanda de
compensaciones econmicas al sistema sanitario, estn retroalimentando la presin para la
adopcin de ensayos genticos, con lo que se puede entrar en una espiral de "diagnstico
gentico preventivo", que por supuesto es bienvenido (y espoleado) por la emergente
industria de tests genticos.
El concepto de "vida incorrecta" se basa en la idea de que la mera existencia es un dao tal
que la persona afectada preferira no haber nacido. El nio habra sido perjudicado en sus
intereses al nacer con severas deficiencias.(12)
La expresin "mejor sera estar muerto" significara, para sus proponentes, que la vida es
tan terrible que ya no es un beneficio o un bien para quien la vive. Pero esto no se podra
aplicar a los nios, que no son an capaces de comprender las opciones.
Para Feinberg, en casos extremos (nios con discapacidades fsicas y psquicas muy graves
junto con dolor crnico), se podra recurrir "principio de la preferencia racional" por un
"escogedor sustituto", que actara como abogado y representante del nio o del feto.
86
La opcin de la no existencia en estos casos extremos sera racional, ya que los intereses
presentes y futuros del nio estn condenados a la frustracin irremediable, y su situacin
mental le impide encontrar compensaciones. (por ejemplo, un indivuduo que no se pueda
mover, que no pueda interaccionar socialmente, que sufra intensos dolores, etc.). Pero tales
casos son excepcionales.
El argumento de la "preferencia racional" de los padres en nombre del hijo no nacido pierde
fuerza conforme nos vamos alejando del caso de una enfermedad grave inhabilitante hacia
condiciones ms leves, y an ms cuando entramos en el terreno de las simples
predisposicones genticas (en patologas donde es importante el papel del ambiente para el
inicio, desarrollo y pronstico de la enfermedad).
Una gran dificultad, no evaluada en su plena dimensin en las propuestas ms radicales, es
cmo justificamos la creencia o sospecha de que un individuo va a llevar una vida
"indigna" o "infeliz", y cmo basamos en ella la idea de que ese individuo hubiera preferido
no nacer, y que por lo tanto llevar una vida que no merece la pena ser vivida.
En contra de este tipo de planteamientos y sentencias sobre vida o nacimiento incorrectos
emanados sobre todo en el mbito anglosajn, el Tribunal Supremo Federal alemn
desestim en 1983 la demanda de un nio en un caso de "nacimiento incorrecto",
argumentando que el mdico no tiene obligacin de impedir que venga al mundo ninguna
vida humana, con independencia del grado de lesiones que el nio pueda padecer.(13)
Segn esta jurisprudencia, nadie tiene derecho a proclamar que la vida de otro es indigna,
"todos tenemos que aceptar la vida tal como ha sido creada por la naturaleza", no existiendo
derecho a reclamar que se impida la propia vida. De esta manera se intenta evitar que se
introduzcan prejuicios y arbitrariedades sobre lo que se considera vida digna a la hora de
determinar si un nio debe nacer.
Sin embargo, para Steinbock, ms all del principio de Feinberg, la paternidad responsable
debera incluir la obligacin de asegurar un mnimo bienestar (incluido el biolgico) al nio
que va a nacer. Los individuos deberan sopesar sus intereses procreativos para que no
colisionen con los intereses de sus futuros hijos en cuanto a nacer en unas mnimas
condiciones de salud biolgica.
El problema es si esa paternidad responsable (que legtimamente podra emplear
diagnstico preconcepcional y de portadores) incluye recurrir al aborto en casos de
anomalas genticas y malformaciones congticas. Algunas cuestiones ticas:
Tiene el feto el mismo estatuto moral que el nio ya nacido? (14)
En qu fase de su desarrollo? Son los fetos meras "cosas", disponibles por sus padres?
Debera respetarse la vida del feto aun a sabiendas de que el nio llevar una vida incapaz de
relacin social, llena de dolor para l y la familia?
Para algunos autores, el feto es titular de un derecho firme a la vida slo si posee la
potencialidad de convertirse en un ser autoconsciente, capaz de autodeterminacin y libre
actuacin, cosa que no se da en numerosas enfermedades genticas.(15)
87
normalidad, junto con el olvido de consideraciones ticas y sociales de primer orden y con
las aspiraciones creadas por una eugenesia de la normalidad podra dejar allanado el
camino a la intervencin de fuerzas ideolgicas. El grupo que tenga el poder de definir la
normalidad o excelencia humana podra intentar imponer de alguna manera sus conceptos.
(29)
Ahora bien, en un contexto de banalizacin del aborto, y dada la tendencia a
reclamar el aborto libre por plazos, las discusiones sobre los criterios justificadores de la
interrupcin del embarazo se vuelven irrelevantes. Qu se puede esgrimir contra
interrupciones de embarazo justificadas en simples predisposiciones a enfermedades de
manifestacin tarda, o contra patologas leves que se pueden paliar con adecuados ajustes
ambientales? Si el nico valor tico a proteger es la autonoma de la mujer o de la pareja,
por qu no permitir abortos por razones triviales, incluida la eliminacin de sexo no
deseado?(30)
Pero, por otro lado, si se proclama que el feto, al menos a partir de algn momento
del desarrollo, tiene estatuto moral significativo, estamos abocados a protegerlo a toda
costa, cualquiera que sean sus perspectivas patolgicas, sobre todo si entran en colisin con
expectativas e intereses de la madre o de la familia?(31)
2.2 Seleccin de embriones tras diagnstico preimplantatorio
La tcnica consiste esencialmente en tomar una o dos clulas de un embrin in vitro,
se examina su cariotipo (conjunto de sus cromosomas) y se amplifica su ADN por reaccin
en cadena de la polimerasa (PCR), con objeto de sondear alguna posible anomala gentica.
El resto del embrin tiene la capacidad de seguir su curso de desarrollo normal una vez
transferido al tero.
Hasta ahora la seleccin de embriones tras diagnstico preimplantatorio, dentro de
programas de fertilizacin in vitro (FIVTE) est limitada a la deteccin de anomalas
cromosmicas (trisomas, aneuploidas...) y a mutaciones responsables de ciertas
enfermedades monognicas (distrofia de Duchenne, enfermedad de Tay-Sachs, . ) , aunque
tambin se puede determinar el sexo. De esta manera se pueden escoger para su
implantacin aquellos embriones seleccionados por la ausencia de anomalas detectadas, o
por el gnero deseado, eliminando los dems o dedicndolos a fines no reproductivos (p.
ej., en investigacin).
Aunque no es el tema central de nuestro debate, diremos que esta tcnica an es
experimental, y que desconocemos si los nios nacidos con ella presentan o no ms
probabilidad de ciertos riesgos.
Ello plantea un problema tico al que quiz no se le est dedicando la atencin que merece,
y es el de la moralidad de realizar autnticos experimentos con "material de verdad" que se
convertir en personas, que obviamente no pueden dar su consentimiento.
Se trata de una dificultad especfica de las tecnologas reproductivas, pero no deja de llamar
la atencin la "ligereza" con la que se aplican ciertas tcnicas incluso cuando no se han
91
Desde el punto de vista tcnico y cientfico, es incluso probable que, debido en parte a
ciertas caractersticas de las clulas germinales y embrionarias, la terapia gnica de lnea
germinal (TG) termine sobrepasando en facilidad, rigor y exactitud a la ya aceptada terapia
de clulas somticas.
Ya est habiendo movimientos en las altas esferas de los comits consultivos y bioticos
estadounidenses para "reconsiderar" la prohibicin de dedicar fondos federales para
investigar sobre intervencin en lnea germinal (pero hay que recordar que la ley no prohibe
hacerlo con fondos privados).
En la reunin, LeRoy Walters, director del Centro de Biotica de la Universidad
Georgetown ya advirti que "la cuestin clave es si la intervencin gentica se pretende que
sea para prevenir la enfermedad".(41) Porque efectivamente, una vez que dispongamos de
la tcnica, esta permitir igualmente diversas modalidades de manipulacin:
Terapia gnica en sentido estricto (correccin de una anomala)
Intervencin gnica preventiva (adicin de genes nuevos que permitan una
profilaxis gentica frente a ciertas afecciones, incluidas infecciosas).
Ingeniera gentica perfectiva o meliorativa
Es ms, probablemente, en alguna fase intermedia de la evolucin de la tcnica (a juzgar
por los modelos en ratones), quiz sea ms fcil una intervencin preventiva o meliorativa
que una terapia gnica que pretendiera sustituir un gen anmalo por uno normal en su
localizacin genmica natural. (La tecnologa gentica "cosmtica" puede que est ms
cerca de lo que pensamos).
Esto se debe a dos razones: Como ya ha quedado apuntado, una vez que se dispone de una
serie de embriones in vitro de una pareja, es mucho ms fcil y seguro seleccionar
simplemente el embrin no slo fenotpicamente normal, sino el homozigoto para genes
normales, descartando los heterozigotos y los homozigotos para el alelo mutante, Sera
tico comenzar un experimento real de TG germinal consistente en tratar un embrin
"anmalo"? (Aqu nos volveramos a encontrar con el espinoso problema de cmo poner a
punto la tcnica con zigotos que se pretende implantar, sin poner en riesgo al futuro
individuo, sobre todo cuando existe una alternativa ms segura).
Pero por otro lado, hoy por hoy es mucho ms fcil aadir genes que sustituir un
gen mutante por uno normal. De aqu se sigue que el "inters" de un experimento real de
manipulacin de lnea germinal sera el de realizar una adicin preventiva o incluso
perfectiva, con genes que pueden proceder incluso de especies distintas a la humana (p. ej.
gen de la hormona de crecimiento).
Uno de los intentos de regular la intervencin en la lnea germinal va en el sentido de
declarar inviolable el genoma humano, y las proclamas al derecho a nacer con un genoma
no manipulado.(42) Sin embargo, estas propuestas estn siempre en riesgo de llegar a una
sustancializacin y sacralizacin del genoma, como si la esencia humana residiera en ste.
(43)
94
familiares y sociales, smbolos, etc., que aunque estn histricamente construidos, aportan
solidez y estabilidad a las culturas.
Se ha tendido a desechar los argumentos de pendiente resbaladiza, en el sentido de que no
suelen cumplir las reglas de la lgica (no es lgico descalificar una accin moralmente
vlida por el simple riesgo de que al permitirla se pueda llegar a situaciones moralmente
incorrectas).
Sin embargo, no hay que descuidar lo que alguien ha llamado "pendiente resbaladiza
emprica". Para Gardner(50) suponiendo que se decidiera una prohibicin o restriccin de
la ingeniera gentica perfectiva tras una serie de elecciones sociales deliberadas (una
situacin ideal que, respecto de las grandes tecnologas nunca se ha cumplido) cabe
imaginar que la presin competitiva entre individuos y pases para evitar quedarse
rezagados, podra alimentar una presin imparable a favor de la liberalizacin de esa
tecnologa. (La sociologa de la tecnologa podra aportar muchos ejemploa histricos de
comportamientos de este tipo).
Las tecnologas biolgicas son fciles de reproducir y su uso tiende a diseminarse
rpidamente. Con el suficiente clima de presin por parte de empresas, grupos, etc., no es
difcil imaginar que el acuerdo biotico perdiera su fuerza. Se entrara en una fase de
competicin por "no perder el tren", en la que los padres no querran renunciar a mejorar a
su descendencia amparndose en el postulado de la libertad de opciones reproductivas.
Gardner concluye que entonces, el determinismo supuestamente tecnolgico, es en realidad
un determinismo social o poltico que refuerza el abandono de un acuerdo tico previo.
Para John Harris (que sigue en parte las ideas de Ronald Dworkin en el sentido de que la
constitucin de EEUU es base suficiente para proteger la libertad de los individuos en la
eleccin de sus opciones reproductivas) existe un derecho de los individuos, amparable
legalmente, a reproducirse con los genes que cada uno elija, y con los medios (incluida la
clonacin) que reflejen nuestra idea de la clase de personas que deberan venir al mundo,
aunque esto suponga pagar el precio de que tengamos que soportar cierto grado de ofensa
social por contemplar elecciones con las que no estamos de acuerdo.(51)
(Esta ltima parte de la frase esconde probablemente el punto clave de las discrepancias de
otras propuestas, que precisamente se centran en las "ofensas sociales", ya que esta
expresin aparentemente inocente reserva toda la complejidad de dimensiones simblicas y
culturales que no se pueden obviar precipitadamente).
En ltima instancia, se podra llegar a un control de la evolucin por los propios seres
humanos, pero con el riesgo de que los objetivos estuvieran fuertemente determinados no
tanto por las autnticas aspiraciones y valores humanizantes, sino por la tecnologa
disponible en cada momento y las modas ms o menos coyunturales sobre la
"perfectibilidad" de nuestra naturaleza biolgica.
Las propuestas ms atrevidas en este sentido, como las de Lederberg o Huxley van
precisamente en la direccin de considerar a la tecnologa como la constante, a la que se
97
supedita la variable dependiente del desarrollo de valores y fines, con el riesgo de ahogar la
subjetividad humana (al igual que el sustancialismo naturalista tiende a sacralizar una
visin metafsica de la naturaleza humana, a costa de esa subjetividad).
Podra una tica de la responsabilidad lidiar con esa madeja de cuestiones simblicas y
sociales, ms all del mero clculo utilitarista? La tarea sera formidable, ya que apelara a
un tipo de sociedad muy participativa, probablemente requerira un nuevo modelo poltico
(una democracia de nuevo cuo), y unos eficientes mecanismos consensuados de control y
gestin.
Muchos crticos lamentan que estemos perdiendo la oportunidad de un autntico debate
social sobre tcnicas que ya tenemos con nosotros, como la FIVTE. Habra que ser muy
cuidadoso en el anlisis filosfico y emprico de cmo estas tecnologas afectan o pueden
afectar a las relaciones familiares, a las concepciones sobre paternidad y filiacin, a la
separacin entre amor y reproduccin, etc.
En el caso de la eugenesia positiva, se plantean las cuestiones de cmo se decide y quin
decide lo que es normal, mejor o excelente. Sera razonable sustituir lo que Jonas llama el
"diletantismo de la bendita ignorancia de la eleccin personal por el conocimiento loco de
un arte arrogante"?(52)
Ganaramos algo, incluida mayor seguridad, con el cambio de lo "imprevisto" de los
mecanismos evolutivos con lo planeado por nosotros?.
Qu garanta habra de que estamos obrando con autntica sabidura, de que estamos
teniendo en cuenta todos los factores de esa compleja ecuacin, y de que la configuracin
tecnolgica de la naturaleza humana estara aportando autntico "progreso" a la
humanidad? (pero de nuevo, quin define el progreso, o la felicidad, o el bien?).
Justificara el "progreso" de la humanidad futura los sacrificios de seres humanos
concretos en las fases previas de "puesta a punto" de la tecnologa? Como dice Jonas, el
contrato social no incluye el sacrificio unilateral de personas salvo en situaciones extremas
de catstrofes inminentes.
Dicho contrato no se puede ampliar para que incluya el sacrificio individual en aras de
ulteriores mejoras de la sociedad.(53) Es de temer que el desarrollo de las tecnologas de
intervencin en lnea germinal requirieran el "desperdicio" de seres humanos reales,
resultado de experimentos fallidos.
Pero no podemos exigir a ningn ser humano que se sacrifique por el progreso, o por
personas situadas en un futuro. Mientras que la sociedad tiene una legtima aspiracin
moral al bien comn (incluyendo el progreso), no cuenta con un derecho a tal bien, ni a los
medios para obtenerlo.
Probablemente este principio debera ser suficiente para limitar ciertos tipos de prcticas
que pudiera pretender la tecnologa gentica. No hay nada sagrado en el ritmo con el que
alcancemos determinados objetivos de progreso. No tenemos derecho a acelerar ese ritmo
98
si es a costa de destruir la dignidad de seres humanos reales e imponerles cargas que ellos
no han elegido.
Glenn McGee viene realizando desde hace tiempo una serie de penetrantes estudios sobre
los valores simblicos puestos en juego por una hipottica ingeniera gentica de mejora.
(54)
En toda crianza y educacin de los hijos, los padres colocan una serie de esperanzas y
aspiraciones ms o menos implcitas, que suelen presentar el lado oscuro de crear
expectativas y presiones conscientes e inconscientes en los hijos. El peligro de la ingeniera
gentica sera que los padres pretendieran tener el derecho a aspirar de un modo sistemtico
y tecnolgico al hijo perfecto o al fruto de sus fantasas, coartando de esta forma su libertad
para el autodescubrimiento. Lo malo de la decisin paterna es que tiende a prefigurar y
condicionar la vida del hijo, en base a preferencias y modas ms o menos caprichosas del
entorno social y poltico.
Para Bayertz, la autonoma de los padres incluye la libertad de decidir el nmero de hijos
que desean tener por medio de medidas contraceptivas o "proceptivas" (mediante tcnicas
de fertilizacin asistida), pero no se puede prolongar en el sentido de realizar
manipulaciones genticas o reproductivas a voluntad con el propsito de configurar su
dotacin gentica (modificacin gentica no teraputica y clonacin).
La razn es que estas manipulaciones atentaran al derecho del nuevo ser a no ser producto
del diseo de otras personas, a no venir "prejuzgado", a no ser fruto de un plan o ideal de
vida que otros (aunque sean sus padres) le imponen desde fuera, y que con ello crean unas
expectativas que coartan radicalmente la posibilidad de autodescubrimiento, y por lo tanto,
atentan a su libertad.(55)
De otra manera, se creara una ilcita asimetra, por la que la autodeterminacin de los
padres entrara en radical colisin con derechos inalienables del hijo, que quedara de esta
forma "instrumentalizado", convertido en un objeto sometido a la voluntad de otros.
La nica manipulacin moralmente vlida sera la destinada a curar o prevenir una
enfermedad en el individuo en cuestin, lo que incluira la terapia gnica germinal en el
caso de que su puesta en prctica no supusiera el sacrificio de vidas humanas inocentes.
No deja de resultar desconcertante (y en cierto modo preocupante) que pensadores tan
influyentes como Ronald Dworkin, Peter Singer, o John Harris, propugnadores de una
especie de eugenesia individual en una sociedad liberal de mercado, sean remisos a
considerar la seriedad y profundidad de las cuestiones simblicas y sociales que surgen de
sus propuestas.
De acuerdo con Hottois,(56) pienso que "los efectos individuales y genticos
supuestamente positivos funcionan aqu como un mal pretexto para un cambio social y
simblico real", por lo que las nuevas estructuras simblicas corren el riesgo de nacer con
una grave mistificacin de partida.
99
Pero para ello, hay que decidir nada menos que sobre la validez o no de las normas, valores
y derechos enfrentados que se supone que estn en juego, sabiendo que quiz es imposible
una vuelta a un sistema absoluto (metafsico) de valores, y que nos espera una bsqueda sin
fin en el descubrimiento y justificacin de valores, ideales de vida, y propuestas de sentido.
Y ello contando con la implicacin de toda la Humanidad, en un dilogo continuo que no
debera sino crecer hacia nuevas cotas de justicia.
AGRADECIMIENTOS
Quiero agradecer los comentarios crticos brindados por los doctores Miguel Moreno Muoz y Javier
Rodrguez Alczar.
REFERENCIAS Y NOTAS
1 Vase el competente y completo repaso a las posibilidades respecto de la intervencin gentica en J.R. LACADENA
(1992): "Manipulacin gentica", en M. Vidal (coordinador): Conceptos fundamentales de tica teolgica, Trotta, Madrid,
pp. 457-493; y respecto a la manipulacin de la reproduccin y sus problamas ticos y teolgicos, J. GAFO, ibd., pp.
493-515.
2 Para una revisin crtica de las ideas sobre determinismo gentico de la conducta humana, vase M. MORENO (1995):
"La determinacin gentica del comportamiento humano. Una revisin crtica desde la Filosofa y la Gentica Molecular",
Gazeta de Antropologa, n 11 (enero): 46-58, y la segunda edicin del clsico texto de S.J. GOULD (1997):La falsa
medida del hombre, Crtica, coleccin Drakontos, Barcelona.
3 Alelo es cada una de las formas alternativas en las que se puede dar un determinado gen o una determinada localizacin
(locus) del material gentico. Los organismos superiores son diploides, es decir, tienen su genoma "duplicado", porque
reciben un juego completo de genes del padre y otro juego completo de la madre. Las enfermedades genticas llamadas
mendelianas o monognicas se deben a la presencia de un gen mutante ("defectuoso"). Los genes mutantes pueden ser
dominantes o recesivos; en el primer caso, basta que el individuo herede un gen mutante de uno de sus progenitores para
que se manifieste la enfermedad, aunque el gen equivalente (del mismo locus) heredado del otro padre sea normal; en
cambio, para que se manifieste una enfermedad debida a un gen recesivo el individuo debe recibir las dos copias anmalas
(homozigosis para el gen mutante), pero si recibe slo un gen mutante y el otro es normal, se dice que el individuo es
heterozigtico portador sano, porque puede transmitir el gen mutante, pero no manifiesta la enfermedad.
4 Como ejemplo significativo moderno de "pseudoexplicaciones" biolgico-raciales para las desigualdades sociales, vase
el muy citado estudio de R.J. HERRNSTEIN y CH. MURRAY (1994): The Bell Curve: the reshaping of American life by
difference in intelligence, Free Press, Nueva York. Una crtica al concepto de heredabilidad usado por los "neorracistas"
Herrnstein y Murray es la de N. BLOCK (1997): "Raza, genes y C.I", Mundo Cientfico, 177: 242-250.
5 Como muy bien ha mostrado el excelente estudio de D. NELKIN y M.S. LINDEE (1995) The DNA mystique. The gene
as a social icon, W.H. Freeman & Co., Nueva York. Un artculo de divulgacin de estas mismas autoras, recientemente
aparecido es D. NELKIN y S. LINDEE (1998): "Del gen como icono cultural", Mundo Cientfico, n 194, pp. 71-74.
6 Vase J. HARRIS (1998a) "Rigths and reproductive choice", en The Future of Human Reproduction. J. Harris y S.
Holm (eds.), Clarendon-Oxford University Press, Oxford y Nueva York, pp. 34-36. Harris coincide parcialmente en
propuestas recientes de Ronald Dworkin.
7 El supuesto derecho inalienable a la reproduccin, incluso por tcnicas mdicas, no est recogido directamente como tal
por los ordenamientos jurdicos, aunque algunos autores pretenden hacerlo derivar de ciertas declaraciones
constitucionales y de derechos humanos. Un caso excepcional, muy comentado por la literatura especializada, es el de la
Ley espaola 35/1988 sobre Reproduccin Asistida, que apartndose de sus propias premisas, parece reconocer tal
derecho a la mujer sola, estril o no. Un magnfico comentario de derecho comparado a esta cuestin es el de E. ROCA I
TRAS (1998): "Derechos de reproduccin y Eugenesia", en Biotecnologa y Derecho. Perspectivas en Derecho
comparado, ed.: C.M. Romeo Casabona, Ctedra de Derecho y Genoma Humano, Universidad de Deusto, Bilbao y
Editorial Comares, Granada, especialmente pp. 127-139. Otro autor que ha tratado, desde una perspectiva tica el
supuesto "derecho a la procreacin" es M. VIDAL (1989): Biotica. Estudios de biotica racional. Tecnos, Madrid.
8 El significativo ttulo original del libro de J. GLOVER (1986): El hombre prefabricado, Ariel, Barcelona, es "What sort
of people should there be?".
101
9 Cfr. K. BAYERTZ (1994): GenEthics. Technological Intervention in Human Reproduction as a Philosophical Problem,
Cambridge University Press, Cambridge. Vase el captulo 3. Cito esta edicin inglesa, traduccin actualizada de la
original alemana (1987).
10 Las frecuentes alusiones en la prensa a supuestos descubrimientos sobre "genes para" determinados rasgos complejos
de comportamiento humano no hacen sino acentuar ciertas creencias populares potencialmente dainas. El artculo
editorial "Not everything in the genes"de Nature (1997), vol. 387, p. 743 tuvo que salir al paso para alertar sobre las
peligrosas consecuencias sociales de una mala divulgacin de resultados cientficos parciales en un campo sometido a
intenso debate sobre sus presupuestos metodolgicos y su alcance epistemolgico. El comentario reconoce que la
mentalidad eugensica sobrevive de modo sofisticado en nuestras sociedades, y sigue ejerciendo una poderosa influencia
en ciertas tendencias del moderno pensamiento poltico y social. Advierte igualmente del riesgo de que la explicacin
biolgica o gentica se convierta en el rasero dominante sobre la "normalidad".
11 Una breve perspectiva comparada sobre la legislacin al respecto en los diversos pases europeos se puede encontrar en
H. LILIE (1998): "Aborto eugensico", en Biotecnologa y Derecho. Perspectivas en Derecho comparado, ed.: C.M.
Romeo Casabona, Ctedra de Derecho y Genoma Humano, Universidad de Deusto, Bilbao y Editorial Comares, Granada,
especialmente pp. 181-186.
12 Para la siguiente discusin, cfr. B. STEINBOCK y R. McCLAMROCK (1994): "When is birth unfair to the child?",
Hastings Center Report, noviembre-diciembre, pp. 15-21.
13 Vase comentario de LILIE, cit., p. 180.
14 En este trabajo no vamos a insistir en el debate sobre el estatuto ontolgico-moral del embrin y del feto. Para un breve
anlisis crtico de las diversas posturas, vase M. CUYS (1989): "Dignidad de la persona y estatuto ontolgico del
embrin humano", publicado originalmente en La Civilt Cattolica, n14/2, pp. 438-451, y reproducido en Labor
Hospitalaria, n 218, pp 334-338. Vase tambin el anlisis que desde la filosofa zubiriana realiza D. GRACIA (1998):
"El estatuto del embrin", en Procracin asistida: aspectos tcnicos, ticos y legales. Dilemas ticos de la Medicina actual
(vol. 11), J. Gafo (ed.), Universidad Pontificia Comillas, Madrid.
15 Cfr. H. LILIE (1998): cit., p. 188.
16 Vase, p. ej., R. de ANGEL (1996): "Diagnsticos prenatales y responsabilidad". Revista de Derecho y Genoma
Humano, nms. 4 y 5.
17 La expresin es de H. JONAS (1997): Tcnica, Medicina y tica. La prctica del principio de responsabilidad, Paids,
Barcelona, p. 117. Jonas realiza una crtica de todas estas propuestas.
18 J. HARRIS (1998 a): Supermn y la Mujer Maravillosa. Las dimensiones ticas de la biotecnologa humana. Tecnos,
Madrid, especialmente captulos 3 y 4.
19 En el caso de los nios, Harris concede que en todo caso se cometera injusticia con los padres que valoraran la
existencia de aquellos, pero es evidente pues, que queda abierta la posibilidad de infanticidio. En lo que me parece una
palmaria falta de matizacin sobre el estatuto ontolgico y moral de las diversas fases de desarrollo, mete en el mismo
saco de la "pre-personeidad" al vulo fecundado y al recin nacido.
20 Vase P. SINGER (1997): Repensar la vida y la muerte, Paids, Barcelona. Vanse los captulos 5 y 6, y respecto de la
"justificacin del infanticidio", pp. 206-213
21 Para un anlisis de la decisin tica ante el diagnstico prenatal de anencefalia y anomalas similares, vase P.
VERSPIEREN: "Diagnstico prenatal y aborto selectivo. Reflexin tica", Labor Hospitalaria, n 218, pp. 319-325.
22 La Ley espaola 35/1988 sobre tcnicas de reproduccin asistida, en su Disposicin Final Primera, letra d) prev la
elaboracin de una lista (an no publicada) de enfermedades genticas o hereditarias que pueden ser detectadas en el
diagnstico prenatal. Para las cuestiones legales de este tema, vase C.M. ROMEO CASABONA (1998): "Aspectos
jurdicos del diagnstico gentico", en Biotecnologa y Derecho. Perspectivas en Derecho comparado, ed.: C.M. Romeo
Casabona, Ctedra de Derecho y Genoma Humano, Universidad de Deusto, Bilbao y Editorial Comares, Granada, pp. 51
75. Pero como dice este mismo autor en el citado captulo, el Cdigo Penal (art. 417bis. 1, 3a) se pronuncia de una manera
muy ambigua: "Que se presuma que el feto habr de nacer con graves taras fsicas o psquicas" (cursiva ma).
102
23 Un artculo de divulgacin reciente sobre los lmites y paradojas tcnicos de las pruebas genticas es el de H. KEMPF
(1998): "El problema de las pruebas genticas", Mundo Cientfico n 194, pp. 63-65.
24 De hecho, a diferencia de la norma hasta ahora, habra que justificar la continuacin de ciertos embarazos.
25 Vase en este sentido: E. Bon (1989): "Una sociedad cada vez ms intolerante a la minusvala", en La vida humana,
origen y desarrollo. Reflexiones bioticas de cientficos y moralistas., F. Abel, E. Bon, J.C. Harvey, eds., Universidad
Pontificia Comillas, Madrid, pp. 199-210. D. CALLAHAN(1996): "The genetic revolution", en Birth to Death. Science
and Bioethics, D.C. Thomasma y T. Kushner (eds.), Cambridge Univerity Press, Cambridge, pp. 13-20.
26 La biotica norteamericana, tradicionalmente tan pragmtica y amante de la autonoma individual, est ltimamente
girando hacia una ponderacin ms equilibrada de otros principios y valores ticos. D. CALLAHAN (1994): "Bioethics:
private choice and common good", Hastings Center Report, mayo-junio, pp. 28-31 propone una tica comunitaria que
debe comenzar a analizar los modos en que la cultura (incluyendo las opciones tecnolgicas) configura las opciones
individuales, creando el contexto y los lmites para esas opciones. En este planteamiento es fundamental dar el valor que
merece al bien comn y la responsabilidad moral del uso de las opciones individuales. (En el mismo nmero de esta
revista se puede observar la recepcin de tales ideas, incluyendo artculos de Thomas Murray y James Childress con John
Fletcher). La biotica europea continental ha estado en este sentido ms inclinada a este tipo de consideraciones; vase
una comparacin de ambas tradiciones en D. GRACIA (1992): "Planteamiento global de la biotica", en M. Vidal
(coordinador): Conceptos fundamentales de tica teolgica, Trotta, Madrid, pp. 431-434. Un anlisis del pragmatismo de
la biotica americana, en F. DRANE (1988): "La biotica en una sociedad pluralista. La experiencia americana y su
influencia en Espaa", en J. GAFO (editor) Fundamentacin de la biotica y manipulacin gentica, Publicaciones
Univesidad Pontificia de Comillas, Madrid, especialmente pp. 92-105.
27 Vase N. PRESS, y C.H. BROWNER (1995): "Risk, autonomy and responsability. Informed consent for prenatal
testing. Hasting Center Report, n 25, suppl. pp. S9-S12.
28 FOX KELLER, op. cit., pp. 293 ss.
29 Vase R.A. SHWEDER (1995): "Genetics and the human behavior", en Encyclopedia of Bioethics, 2a edicin, W.T.
Reich (ed. principal), MacMillan, Nueva York.
30 En los EEUU una nada desdeable proporcin de genticos clnicos estaran dispuestos a ofrecer el diagnstico de sexo
a parejas con varios hijos del mismo gnero, considerando que con ello slo se prolongan los derechos reproductivos.
31 Vase un interesante anlisis de jurisprudencia comparada en E. ROCA I TRAS (1996): "Derechos de reproduccin y
eugenesia", en Biotecnologa y Derecho. Perspectivas en Derecho comparado, ed.: C.M. Romeo Casabona, Ctedra de
Derecho y Genoma Humano, Universidad de Deusto, Bilbao y Editorial Comares, Granada, especialmente pp. 142-151.
Segn la doctrina del Tribunal Constitucional espaol, el feto sera una vida entendida como bien jurdico protegido, pero
carente del derecho fundamental e inalienable a la vida, garantizado a la categora de personas. Si se produce un conflicto
entre la madre y el feto, hay que elegir. El problema tico de fondo estriba en cmo sopesar la vida de un feto, frente a
"intereses" de la madre heterogneos, que pueden ir, dependiendo de las legislaciones, desde justificar el aborto slo ante
amenazas a la vida de la madre, pasando por amenazas a la salud fsica, la psquica, o por indicacin socioeconmica. Y
esto sin olvidar que en la legislacin estadounidense, el aborto libre en el primer e incluso segundo trimestre se justifica
slo en el derecho a la intimidad de la mujer embarazada.
32 J. TESTART (1998): "La eugenesia mdica, una cuestin de actualidad", Revista de Derecho y Genoma Humano, n 8,
pp.21-27.
33 Vase S. HOLM (1998): "Ethical issues in pre-implantation diagnosis", en The Future of Human Reproduction, J.
Harris y S. Holm (eds.), especialmente pp. 183 ss.
34 Pero vanse diferentes razones para conceder al embrin cierta proteccin jurdica en ROCA I TRIAS (1998), cit., pp.
142-164. Para un examen de los distintos argumentos sobre el estatuto moral del embrin, vase F. MANTOVANI
(1998): "Uso de gametos, embriones y fetos en la investigacin gentica y con propsitos industriales",. en Biotecnologa
y Derecho. Perspectivas en Derecho comparado, ed.: C.M. Romeo Casabona, Ctedra de Derecho y Genoma Humano,
Universidad de Deusto, Bilbao y Editorial Comares, Granada, pp. 249-259. Autores paradigmticos en la no concesin de
valor moral al embrin son HARRIS (1998): Supermn ..., cit., pp. 53-76 y SINGER (1997): Repensar..., cit. Del tema
de la investigacin con embriones y su regulacin legal se ocupa H. NYS (1998): "Investigacin con embriones", en
Biotecnologa y Derecho. Perspectivas en Derecho comparado, ed.: C.M. Romeo Casabona, Ctedra de Derecho y
Genoma Humano, Universidad de Deusto, Bilbao y Editorial Comares, Granada, pp237-248.
103
35 Un ensayo sobre los valores puestos en juego en conceptos como enfermedad, anomala gentica, disfuncin y
minusvaloracin (con la mirada puesta en las consecuencias del Proyecto Genoma Humano, incluidas propuestas
eugensicas) es la de A.L. CAPLAN (1992) "If gene therapy is the cure, what is the disease?", en Gene Mapping, G.
Annas y S. Elias (eds.), Oxford Universiy Press, Oxford, pp. 128-141.
36 Daniel Callahan se ha referido a dos principios que podran esgrimirse para contener la proliferacin abusiva de
reclamaciones de autonoma en mbitos clnicos (incluidos los derechos reproductivos): el principio ecolgico (que
examinara los efectos globales negativos resultantes de elecciones individuales, as como las interacciones con otros
mbitos), y el principio de la institucin vital (que restringira ciertas aspiraciones individuales basndose en el impacto
sobre intereses e instituciones sociales vitales). Se puede encontrar una interesante serie de ensayos sobre tales propuestas
en Hasting Center Report (1996) vol. 26, n 6, pp.41-47.
37 J. HARRIS (1998a): "Rights and reproductive choice", en The Future of Human Reproduction, J. Harris y S. Holm
(eds.), especialmente a partir de la pg. 32.
38 Desde otro enfoque filosfico totalmente diferente, Hans JONAS (1994), en su El principio de responsabilidad, Crculo
de Lectores, Barcelona (la edicin original alemana es de 1979) ha sido uno de los pensadores que ms se ha centrado en
este tipo de dilemas ticos, que segn l acompaan intrnsecamente a una tecnologa que ahora tiene una dimensin
planetaria y un impacto global y a menudo impredecible.
39 La lnea germinal consiste en clulas reproductoras (vulos, espermatozoides) o sus precursores. La manipulacin
gentica de un zigoto o un embrin temprano supone manipular la lnea germinal del futuro individuo, ya que algunas de
las clulas de ese embrin darn a su vez lugar a las clulas germinales. Las dems clulas son clulas somticas. La
manipulacin de slo las clulas somticas (terapia somtica) no influye en la descendencia del individuo, al contrario de
lo que ocurre con la intervencin sobre la lnea germinal.
40 Frases del tipo "ir preparando a la sociedad" reflejan una visin determinista del avance tecnocientfico, como si lo
nico que pudiramos hacer fuera adaptarnos a los cambios y choques previstos por el complejo tecno-industrial. Pero hay
que tener en cuenta que los estudios sobre evaluacin constructiva de tecnologas ponen el acento en la flexibilidad
tecnolgica, en la necesidad de amplio debate social previo, y en la posibilidad de que sea toda la sociedad la que
democrticamente rechace, modifique o acepte crticamente determinados "avances".
41 Vanse reseas de este congreso en la revista Nature (1998), vol. 392, p. 317, y en Nature Biotechnology (1998), vol.
16, p. 407.
42 Vase la Declaracin Universal sobre el Genoma Humano y los Derechos Humanos, UNESCO, 11 de noviembre de
1997 (recogida en la Revista de Derecho y Genoma Humano, n 7, pp. 247-252). Una justificacin de esta declaracin, en
H. GROS-ESPIELL (1997): "El proyecto de Declaracin Universal sobre el Genoma Humano y los Derechos de la
Persona Humana de la UNESCO", en el mismo nmero de esta revista, pp. 131-160. Vase igualmente el reciente
comentario de la presidenta del Comit Internacional de Biotica de la UNESCO: N. LENOIR (1998): "UNESCO's
Universal Declaration on the human genome and human rights, 11 november 1997", Revista de Derecho y Genoma
Humano, n 9, pp. 119-141.
43 Una crtica a la "sacralizacin secular" del genoma es la de J.R. LACADENA (1996): "El proyecto Genoma Humano:
Ciencia y tica", en Jornadas Iberoamericanas de Ciencias Farmacuticas, Real Academia de Farmacia, Madrid,
especialmente pp. 34-38.
44 Un penetrante ensayo sobre los dilemas filosficos subyacentes a la "mejora" humana por mtodos biotecnolgicos es
el de E. PARENS (1998): "Is better always good? The enhancement project." Hasting Center Report, (suplemento) enero-
febrero, pp. S1-S17. Vase tambin el sitio web del "Enhancement Technologies Group" en www.gene.ucl.ac.uk/bioethics
45 Un texto magnfico para tratar este tema es el ya citado de K. BAYERTZ, especialmente la segunda parte.
46 Esto se comprueba en la frecuencia con que las ticas de conviccin de base teolgica o metafsica recurren a
"argumentos" sobre riesgos e incgnitas ms o menos indeterminados.
47 Cfr. R. WACHBROIT (1995): "Genetic engineering: Human genetic engineering", en Encyclopaedia of Bioethics, 2a
edicin., pp. 936-940.
48 T. ENGELHARDT (1991): "La naturaleza humana tecnolgicamente reconsiderada", Arbor, n 544, pp. 75-95. Vase
tambin del mismo autor (1995): Los fundamentos de la biotica, Paids, Barcelona, pp. 441-453.
104
49 Segn J. RODRIGUEZ ALCZAR (1999, comunicacin personal) "esto valdra tambin en el caso de que el diseo
biolgico de los seres humanos obedeciera a un diseo teleolgico y no a la seleccin azarosa de rasgos, e incluso si el
establecimiento de esa teleologa se debiera a Dios, pues si tiene razn Hume, es falaz pasar de la afirmacin de que algo
ha sido establecido por Dios a la de que lo as establecido debe preservarse. Para que la deduccin fuera vlida sera
necesario introducir premisas adicionales como lo hecho por Dios no debe modificarse o Debe hacerse lo prescrito por
Dios, de justificacin bastante ardua".
50 W. GARDNER (1995): "Can human genetic enhancement be prohibited?", Journal of Medicine and Philosophy, vol.
20, pp. 65-84.
51 Esta idea sobre la potencialidad permisiva de la constitucin norteamericana es refrendada por Harold Shapiro,
presidente de la Comisin Asesora Estadounidense de Biotica. Vase H. SHAPIRO (1998): "Sistemas ticos y polticas
pblicas: la clonacin de seres humanos. Un ejercicio de noventa das sobre la tica prctica y profesional", en En las
fronteras de la vida: ciencia y tica de la clonacin, Fundacin Ciencias de la Salud y Editorial Doce Calles, Madrid,
pp.114-130.
52 H. JONAS (1997): Tcnica, Medicina y tica. La prctica del principio de responsabilidad, Paids, Barcelona, p. 119.
53 De ah la necesidad de una escrupulosa legitimacin y regulacin de los experimentos con humanos. Cfr. JONAS
(1997), ibid., captulos 6 y 7.
54 Se puede obtener informacin directa en su sitio web: www.med.upenn.edu/~bioethic/. Un artculo reciente es G.
McGEE (1997): "Escatimar genes, estropear a los hijos? Los pecados no tan capitales de la mejora gentica", Revista de
Derecho y Genoma Humano, n 7, pp. 211-233.
55 BAYERTZ, op. cit., pp. 307-311. Aunque las ideas de Bayertz guardan similitud con las de Jonas, surgen desde un
planteamiento no metafsico, a partir de una tica laica subjetivista que busca su apoyo en las ticas discursivas de
Habermas y de Apel.
56 G. HOTTOIS (1991a): "La ingeniera gentica: tecnociencias y smbolos. Responsabilidades y convicciones", Arbor,
n 544, pp. 97-123. Para entrar en ms detalle, vase su libro (1991b) El paradigma biotico. Una tica para la
tecnociencia, Anthropos, Barcelona.
105
SEMINARIO INTERNACIONAL
TEOLOGICO BAUTISTA
ETICA CRISTIANA
EUTANASIA
J. E. SALGADO
http://www.geocities.com/jesalgadom/eutanasia_espanol.html
1. Definicin del trmino eutanasia
La palabra eutanasia viene del griego, as : eu = bueno, thanatos = muerte. "Buena muerte" trmino que ha
evolucionado y actualmente hace referencia al acto de acabar con la vida de otra persona, a peticin suya, con
el fin de minimizar su sufrimiento.
2. Formas de aplicacin de la eutanasia
- Eutanasia pasiva : este es un trmino mal utilizado por los medios de comunicacin y a lo nico que se
refiere es a la muerte natural, as se suspende el uso de los instrumentos de apoyo de vida o el suministro de
medicamentos para que se d una muerte completamente natural que no contraria en nada la ley natural.
- Eutanasia activa : este trmino se refiere a la muerte que se ocasiona de una manera directa para poner fin al
sufrimiento del paciente.
El suicidio asistido se relaciona vagamente con la eutanasia, este se produce cuando alguien le da informacin
y los medios necesarios a un paciente para que pueda terminar fcilmente con su propia vida.
3. Creencias sobre la eutanasia
- Las creencias cristianas fueron bien documentadas por Toms de Aquino, l conden el suicidio porque :
* Infringe el deseo natural de vivir
* Daa a otra gente
* La vida es un regalo de Dios y as mismo slo l puede quitarla
- Michel de Montaigne fue el primer disidente importante entre los escritores europeos. Escribi 5 ensayos
que tocaron el tema del suicidio, y concluy que es una eleccin personal, y racional bajo algunas
circunstancias.
4. Preguntas ticas levantadas por la discusin sobre la eutanasia
- Un gran porcentaje de pacientes terminales sufren de dolor intratable y/o experimentan una intolerabilidad
hacia su pobre calidad de vida. Ellos, ms bien, preferiran que su vida termine en vez de que contine hasta
que su cuerpo muera. Se les debe dar asistencia?
- El suicidio es un acto legal que tericamente cualquiera puede practicar. Pero una persona que est
terminalmente mal, est en un hospital o es incapacitada no puede ejercer esta opcin. En efecto, ellos estn
siendo discriminados. Debe drseles la misma opcin de suicidio que la gente sana de fuera tiene?
- Muchos grupos de fe, como el cristiano y el judo, creen que Dios da vida y por lo tanto slo l debera
quitarla. Entonces el suicidio sera considerado como un rechazo a la soberana de Dios y a su plan de amor.
Ellos sientes que nosotros somos mayordomos de nuestras propias vidas, y el suicidio no debera ser una
opcin. Este es un factor importante para una persona que considera la eutanasia y que es a la vez miembro de
uno de estos grupos religiosos. Sin embargo, parece fundamentalmente injusto utilizar un argumento religioso
para decidir poltica y pblicamente. Hay un nmero considerable de adultos, con sus creencias religiosas,
que toman la eutanasia como una opcin moral deseable en algunos casos. Hay tambin muchos secularistas,
ateos, agnsticos, etc, que activamente difieren de tal argumento religioso.
- Muchos grupos de fe creen que el sufrimiento humano puede tener un valor positivo para el enfermo
terminal. Para ellos el sufrimiento puede ser una oportunidad divina para aprender o purificarse. Algunas
menciones romanas catlicas dicen que los cristianos prefieren que se modere el uso de analgsicos, a fin de
aceptar voluntariamente por lo menos una parte de sus sufrimientos y as asociar en s mismos de manera
consciente los sufrimientos de Cristo crucificado. Estas pueden ser sugerencias significativas para algunos
107
creyentes cristianos. Sin embargo, estos parecen argumentos pobres para justificar la negacin de la eutanasia
a las personas que no comparten estas creencias.
- Mucha gente argumenta que el dolor experimentado por los enfermos terminales puede controlarse a niveles
pasaderos mediante el tratamiento apropiado. Sin embargo diez millones de individuos en Amrica del norte
no tienen acceso a la salud pblica adecuada, y tal control de dolor no est disponible para todos los enfermos.
Las reducciones previstas al financiamiento de salud aumentan la posibilidad de sufrimiento de enfermos
terminales y har la asistencia ms importante. Tambin, para algunos, el dolor intratable no es la principal
razn para que deseen morir, puede ser una prdida de independencia, dignidad y capacidades.
- Al estar el suicidio asistido y/o la eutanasia disponibles alguna gente presionar a sus familiares para que
acepten morir, esta presin puede ser muy sutil. Este es un argumento importante en favor de controles
estrictos que confirmaran que un paciente no est siendo influido por otros.
- Alguna gente desear morir porque sufren de depresin clnica. Otro argumento a favor de controles
estrictos para confirmar que una asistencia solicitada por un paciente agonizante sea consciente.
- En una poca cuando el financiamiento mdico total se restringe y es continuamente reducido, es
comprometedor para la tica la aplicacin de tratamientos sumamente caros a enfermos terminales a fin de
extender sus vidas por unas pocas semanas en contra suya? El dinero usado en esto entonces no est
disponible para el cuidado pre-natal, el cuidado del infante, etc. Con lo que se ahorraran vidas y se mejorara
la calidad de vida a largo plazo para otros.
- Alguna gente argumenta que los pacientes se asustaran por que sus mdicos los podran matar. Este no es
un inters valedero, slo el paciente podra pedir la asistencia. El doctor continuara trabajando para encontrar
los deseos de sus pacientes.
7. Posicin de las distintas religiones frente a la eutanasia
La Iglesia Catlica Romana, la Luterana y la Episcopal han emitido declaraciones formales opuestas a la
eutanasia y al suicidio asistido. Los grupos de fe Evanglica y Fundamentalista se cree que estn tambin en
desacuerdo con estas prcticas. La Asociacin Unitaria - Universalista, un grupo liberal, emiti una
declaracin en 1.988 a favor de la eutanasia y, si hay condiciones adecuadas, del suicidio asistido.
Declaraciones similares han sido hechas por la Iglesia Unida de Cristo y la Iglesia Metodista. Las otras
Iglesias parecen divididas en este punto. La mayora de cuerpos religiosos no se oponen a la eutanasia pasiva
que no es ms que dejar que la muerte se produzca de una manera natural sin aplazarla ni acelerarla.
e. No hay obligacin de someter al paciente terminal a nuevas intervenciones quirrgicas, cuando no se tiene
la fundada esperanza de hacerle ms llevadera su vida.
f. Es lcito suministrar narcticos y analgsicos que alivien el dolor, aunque atenen la consciencia y
provoquen de modo secundario un acortamiento de la vida del paciente, con tal que la intencin de la accin
sea calmar el dolor y no acelerar disimuladamente (intencionalmente) su muerte.
g. Es lcito dejar de aplicar procedimientos extraordinarios a un paciente en coma cuando haya perdido toda
actividad cerebral. Pero no lo es cuando el cerebro del paciente conserva ciertas funciones vitales, si esa
omisin le provoca muerte inmediata.
h. Las personas minusvlidas o con malformaciones tienen los mismo derechos que las dems personas, en lo
que se refiere a la recepcin de tratamientos teraputicos. En la fase prenatal y en la postnatal se han de
proporcionar las mismas curas que a los fetos y nios sanos.
i. El Estado no puede atribuirse el derecho de legalizar la eutanasia, pues la vida del inocente es un bien que
prevalece sobre el poder mismo.
j. La eutanasia es un crimen contra la vida humana y la ley divina, del que se hacen responsables todos los que
intervienen en la decisin y ejecucin del acto homicida.
Por ltimo, el 12 de junio la Iglesia pidi la anulacin del fallo ya que fue aprobado con violacin del debido
proceso y en medio de contradicciones entre magistrados sobre su texto final. Tambin pidi que si el fallo
era anulado, el caso fuera definido luego por una sala de conjueces. Pero la corte decidi mantener el fallo
intacto basndose en: la decisin tomada el 20 de mayo se refleja, en lo esencial, en el texto del fallo C-
239/97; los magistrados que votaron a favor o en contra, lo hicieron con pleno conocimiento de causa; existe
una completa correspondencia ente la parte resolutiva del fallo y las razones que le sirvieron de fundamento.
A esto la Conferencia Episcopal replic diciendo que jams aceptar la figura de la eutanasia, por considerar
que atenta contra el principal de todos los derechos: el de la vida.
109
SEMINARIO INTERNACIONAL
TEOLOGICO BAUTISTA
ETICA CRISTIANA
A law permitting euthanasia, which was passed by the Legislative Assembly of the Northern Territory of Australia in 1995 (and which
came into force in July last year) was overturned last month by a law passed by the Australian Federal Parliament. The 'Andrews Bill' had
been passed by a large majority in the House of Representatives, but the result in the Senate remained uncertain up to the day of voting.
In the event it was passed by 38 to 33 votes. The Linacre Centre was gratified to learn that several Senators said they had been influenced
to change their minds and oppose the legalization of euthanasia by a talk given in 1995 by Luke Gormally at the John Plunkett Centre in
Sydney, which the Centre subsequently published and distributed widely. The article below is an edited version of a Submission made
last year by Luke Gormally to the Senate Legal and Constitutional Legislation Committee, which reported on the issue of legalization
prior to the Senate vote.
Hence the law must also refuse to accommodate the behaviour of those who effectively endorse the choice of
the suicide: for they too are acting on the view that the person they are helping no longer has a worthwhile
life. Their behaviour would not be sufficiently explained if one were to say that they were acting 'out of
friendship' or 'out of compassion'. For how could the motives of the person assisting in suicide be described as
'friendship' or 'compassion' if they were not informed by the thought that the person intending to kill himself
would be better off dead? If one thought this person could continue to have a worthwhile life it would hardly
be an act of friendship, for example, to help him kill himself.
So there is reason to resist the legalization of assisted suicide as fundamental as the first reason given for
resisting the legalization of euthanasia.
3. If voluntary euthanasia is legalized then the most compelling reason for opposing
the legalization of non-voluntary euthanasia has been abandoned
Many of those who support the legalization of voluntary euthanasia are opposed to the legalization of non
voluntary euthanasia. But if we cannot make sense of the claim that euthanasia is a benefit to the person to be
killed without relying on the thought that that person no longer has a worthwhile life, then supporters of
voluntary euthanasia are buying into a larger package-deal than they perhaps realise. For if one can be
benefited by being killed, is it reasonable to deprive people of that benefit simply because they are incapable
of asking to be killed? And if we are puzzled (rightly) by the claim that someone might be benefited by
having his life ended, we might nonetheless accept the claim that a person cannot be harmed by having his
worthless life ended.
In fact the most active and clear-sighted advocates of the legalization of voluntary euthanasia are also
advocates of the legalization of non-voluntary euthanasia. They promote the view that many human beings
lack the 'moral standing' (what is here called 'basic dignity') in virtue of which they enjoy basic human rights;
so they cannot be wronged even if the motive for killing them is merely the convenience of those human
beings who do have 'moral standing'. The whole exercise of drawing a line between human beings who do
and those who do not possess 'moral standing' is utterly arbitrary. Advocates of the legalization of euthanasia,
such as the philosophers Peter Singer and Helga Kuhse, who embrace such arbitrariness, do so without any
evident concern for the subversion of the foundations of justice which the arbitrariness entails.
There is much in all three Reports that is worthy of the attention of the Legal and Constitutional Legislation
Committee of the Senate of the Australian Federal Parliament. Let the following quotation from the House of
Lords' Select Committee Report stand as the epitome of the collective wisdom of these Committees:
'[S]ociety's prohibition of intentional killing ...is the cornerstone of law and social relationships. It protects
each of us impartially, embodying the belief that all are equal. We do not wish that protection to be
diminished and we therefore recommend that there should be no change in the law to permit euthanasia ...The
death of a person affects the lives of others, often in ways and to an extent which cannot be foreseen. We
believe that the issue of euthanasia is one in which the interest of the individual cannot be separated from the
interest of society as a whole.'
It is the hope of the present writer that the members of the Legal and Constitutional Legislation Committee
will, after due consideration, associate themselves with the moral and political wisdom exhibited in this
statement.
113
SEMINARIO INTERNACIONAL
TEOLOGICO BAUTISTA
ETICA CRISTIANA
POBREZA
MATERIALES DE:
MACKEY
ELLACURRIA
KLIKSBERG
PROFESOR
Toms Mackey
114
LA IGLESIA
Y LOS POBRES
TOMAS MACKEY
115
I. Jess y su pobreza
Mateo 8:20 Jes s le dijo: --Las zorras tienen cuevas, y las aves del cielo tienen nidos, pero el Hijo
del Hombre no tiene dnde recostar la cabeza.
Lucas 9:58 Jes s le dijo: --Las zorras tienen cuevas, y las aves del cielo tienen nidos; pero el Hijo
del Hombre no tiene dnde recostar la cabeza.
2 Corintios 8:9 Porque conocis la gracia de nuestro Seor Jesucristo, que siendo rico, por amor
de vosotros se hizo pobre, para que vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos.
II. Ilustraciones en donde Jess tom como ejemplos a pobres y a ricos
1. La viuda pobre
Marcos 12:42 y una viuda pobre vino y ech dos blancas, que equivalen a un cuadrante.
12:43 El llam a sus discpulos y les dijo: --De cierto os digo que esta viuda pobre ech m s que
todos los que echaron en el arca. 12:44 Porque todos han echado de su abundancia; pero sta, de
su pobreza, ech todo lo que tena, todo su sustento.
Lucas 21:2 Vio tambin a una viuda pobre que echaba all dos blancas. 21:3 Entonces
dijo: --De cierto os digo que esta viuda pobre ech m s que todos.
21:4 Porque todos stos de su abundancia echaron a las ofrendas; pero sta, de su pobreza, ech
todo el sustento que tena.
2. El pobre Lzaro
Lucas 16:20 Y cierto pobre, llamado Lzaro, estaba echado a su puerta, lleno de llagas,
"Aconteci que muri el pobre y fue llevado por los ngeles al seno de Abraham. Muri tambin el
rico, y fue sepultado.
3. El joven rico
Mateo 19:21 Le dijo Jess: --Si quieres ser perfecto, anda, vende tus bienes y dalo a los
pobres; y tendrs tesoro en el cielo. Y ven; sguem e.
Marcos 10:21 Entonces al mirarlo Jess, le am y le dijo: --Una cosa te falta: Anda, vende
todo lo que tienes y dalo a los pobres; y tendrs tesoro en el cielo. Y ven; sguem e.
Lucas 18:22 Jess, al orlo, le dijo: --An te falta una cosa: Vende todo lo que tienes y
reprtelo a los pobres, y tendrs tesoro en el cielo; y ven, sguem e.
116
1. Bienaventuranzas.
Mateo 5:3 "Bienaventurados los pobres en espritu, porque de ellos es el reino de los
cielos.
Lucas 6:20 Y alzando l los ojos hacia sus discpulos, deca: "Bienaventurados vosotros los
pobres, porque vuestro es el reino de Dios.
2. El mensaje a los pobres
Mateo 11:5 Los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son hechos limpios, los sordos
oyen, los m uertos son resucitados, y a los pobres se les anuncia el evangelio.
Lucas 7:22 Y respondiendo les dijo: --Id y haced saber a Juan lo que habis visto y odo:
Los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son hechos limpios, los sordos oyen, los muertos son
resucitados, y a los pobres se les anuncia el evangelio.
Lucas 4:18 El Espritu del Seor est sobre m, porque me ha ungido para anunciar buenas
nuevas a los pobres; me ha enviado para proclamar libertad a los cautivos y vista a los ciegos,
para poner en libertad a los oprimidos
3. Su accin con los pobres, testificada por los cristianos .
Lucas 1:53 A los hambrientos saci de bienes y a los ricos los despidi vacos.
(Canto de Mara)
2 Corintios 9:9 como est escrito: Esparci; dio a los pobres. Su justicia perm anece para
siempre.
4. Los pobres que son invitados al banquete
Lucas 14:13 Pero cuando hagas banquete, llama a los pobres, a los m ancos, a los cojos y
a los ciegos.
Lucas 14:21 Cuando volvi el siervo, hizo saber estas cosas a su seor. Entonces se enoj
el dueo de casa y dijo a su siervo: "V pronto a las plazas y a las calles de la ciudad y trae ac a
los pobres, a los m ancos, a los ciegos y a los cojos."
5. Algunas recomendaciones de Jess.
Mateo 6:24 "Nadie puede servir a dos seores; porque aborrecer al uno y am ar al otro,
o se dedicar al uno y m enospreciar al otro. No podis servir a Dios y a las riquezas.
Mateo 19:23 Entonces Jes s dijo a sus discpulos: --De cierto os digo, que difcilmente
entrar el rico en el reino de los cielos. 19:24 Otra vez os digo que le es m s fcil a un camello
pasar por el ojo de una aguja, que a un rico entrar en el reino de Dios.
Lucas 12:15 Y les dijo: --Mirad, guardaos de toda codicia, porque la vida de uno no
consiste en la abundancia de los bienes que posee.
117
Lucas 12:19 y dir a mi alma: Alma, m uchos bienes tienes alm acenados para muchos
aos. D escansa, come, bebe, algrate." 12: 20. Pero Dios le dijo: "Necio! Esta noche vienen a
pedir tu alma; y lo que has provisto, para quin ser?"
Lucas 12:33 Vended vuestros bienes y dad ofrendas de misericordia. H aceos bolsas que
no se envejecen, un tesoro inagotable en los cielos, donde no se acerca el ladrn, ni la polilla
destruye.
G latas 2:10 Solam ente nos pidieron que nos acordsem os de los pobres, cosa que
procur hacer con esm ero.
2. La mala actitud cristiana frente a los pobres y la reaccin de Dios.
a. Los cristianos:
Santiago 2:2 Porque si en vuestra congregacin entra un hombre con anillo
de oro y ropa lujosa, y tambin entra un pobre con vestido sucio, y slo atendis
con respeto al que lleva ropa lujosa y le decs: "Sintate t aqu en buen lugar"; y al
pobre le decs: "Qudate all de pie" o "Sintate aqu a mis pies", 2: 6 Pero
vosotros habis afrentado al pobre. No os oprimen los ricos, y no son ellos los
que os arrastran a los tribunales?
b. Dios:
Santiago 2:5 Amados herm anos mos, od: No ha elegido Dios a los
pobres de este mundo, ricos en fe y herederos del reino que ha prometido a los
que le am an?
118
Marcos 14:5 Porque podra haberse vendido este perfume por m s de trescientos denarios y
haberse dado a los pobres. Y murmuraban contra ella,
Juan 12:8 Porque a los pobres siem pre los tenis con vosotros, pero a m, no siem pre me
tendris.
Los pobres que siempre estarn
Mateo 26:11 Porque siem pre tenis a los pobres con vosotros, pero a m no siem pre me tenis.
Marcos 14:7 Porque siem pre tenis a los pobres con vosotros, y cuando queris les podis hacer
bien; pero a m no siempre me tenis.
Juan 12:5 --Por qu no fue vendido este perfume por trescientos denarios y dado a los pobres?
12:6 Pero dijo esto, no porque le importaban los pobres, sino porque era ladrn, y teniendo la
bolsa a su cargo sustraa de lo que se echaba en ella.
Juan 13:29 porque algunos pensaban, puesto que Judas tena la bolsa, que Jes s le deca:
"Compra lo que necesitam os para la fiesta", o que diese algo a los pobres.
119
Ignacio Ellacura
LOS POBRES,
LUGAR TEOLGICO
EN AMRICA LATINA
120
http://www.exodo.org/textos/5.htm
Ignacio Ellacura
LOS POBRES, LUGAR TEOLGICO EN AMRICA LATINA
Aunque mantengo el ttulo que se me ha pedido, porque "Amrica Latina", cuando se habla de estos
problemas teolgico-polticos en contextos como el de este Congreso sobre "Teologa y Pobreza", es ms una
categora conceptual que una realidad empricamente histrica, quisiera indicar que la concrecin para m de
Amrica Latina es la actual situacin histrica de El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y otros pases
o situaciones semejantes que se les puedan comparar. Porque es en esos pases y en esas situaciones donde los
"pobres", tal como van a ser definidos ms tarde, cobran concrecin. Dicho en otros trminos, esos pases y su
situacin realizan y verifican bien eso, que, en relacin con los pobres, se entiende que es Amrica Latina
como lugar teolgico.
Lo que va a decirse a continuacin no es sino la reflexin creyente sobre una realidad vivida. Lo primario es
la realidad, en la que el Espritu de Cristo, que es el Espritu de Jess, se va haciendo carne, se va haciendo
historia. Y esa realidad es vista en un segundo momento desde aquella fe en el Jess histrico muerto por
nuestros pecados - manteniendo en la expresin el que nuestros pecados han dado muerte y a la vez el que su
muerte nos va liberando de nuestros pecados en la liberacin del pecado del mundo -, que se nos ha dado en
la Iglesia, en la conservacin que la Iglesia ha hecho y hace, a veces contra su gusto y su voluntad, de la
palabra de Dios.
De aqu se sigue, por lo pronto, que no vamos a teorizar en abstracto sobre quines son los pobres de los que
habla Jess o sobre qu tipo de pobreza es aqulla a la que se refiere el Evangelio, la buena nueva a los
pobres. La encarnacin histrica de los pobres evanglicos y de la pobreza evanglica es un hecho primario
en nuestra realidad concreta y sabernos que lo son porque ellos nos salvan y no se nos ha dado otro nombre en
el que podamos ser salvados que el de Jess. Lo que pasa es que no es un hecho meridiano, como no lo fue
tampoco el hecho de Jess pobre y de la pobreza de Jess. Por eso necesitamos volver una y otra vez al Jess
originario y fundante para que estos pobres que son su continuacin y seguimiento sean plenaria y
lcidamente los pobres de Jess. De ah que nuestro mtodo sea ir de la realidad viva a la revelacin de Jess
y de la revelacin de Jess a la viva realidad.
Y, sin embargo, esta concrecin no rompe con la universalidad de la fe cristiana. Es evidente que el fenmeno
de los pobres y de la pobreza no se da de la misma manera en cualquier parte del mundo y en cualquier
situacin social, Esto es as, aun sin confundir interesadamente a los pobres evanglicos con cualquier
sufriente o doliente. Es claro que Jess y la fe cristiana tienen palabras de salvacin para los sufrientes y los
dolientes y, a su vez, es claro que los dolientes y los sufrientes aportan salvacin cristiana al mundo o pueden
aportarla; pero lo hacen en otro contexto y de otra forma que los real y materialmente pobres. Pues bien, aun
sobrepasando esta confusin, queda lugar para decir que es distinto el modo de ser pobre en diversas
situaciones. Pero esto no puede convertirse en escapatoria porque en esto de los pobres hay tambin grados de
perfeccin, de modo que slo poniendo los ojos en los ms-perfectamente-pobres es como se puede valorar
todo lo que da de s la pobreza evanglica. Quisiramos mostrar que esos ms- perfectamente-pobres se dan
de modo excepcional en situaciones como las que hoy estn viviendo las mayoras populares en pases y
situaciones como las de El Salvador, Guatemala, y, en otro sentido, Nicaragua Esto es lo que se quiere afirmar
cuando hablamos de los pobres como lugar teolgico en Am- rica Latina. La explicacin y comprobacin de
esa frase es lo que van a procurar mostrar las siguientes reflexiones. Pero no olvidemos el punto de partida
concreto. Vamos a ver cmo los pobres evanglicos de Amrica Latina estn siendo lugar teolgico.
121
Medelln y puebla no han tenido grandes dudas sobre el particular. La verdad es que tampoco las tuvo grandes
el Vaticano II. Y es difcil que las tenga quien vive en un ambiente, en el que el dato primario, aplastante es el
de la pobreza. Tampoco es difcil reconocer en abstracto la importancia que el hecho y el ideal de la pobreza
pueden tener para la vida cristiana. Es impresionante con cunta tozudez los grandes reformadores de la
Iglesia han vuelto una y otra vez a la pobreza como exigencia fundamental de la fe cristiana " de la perfeccin
cristiana. Claro que con igual tozudez se han encontrado pronto escapatorias ms o menos sutiles para
espiritualizar las exigencias histricas, en lo personal y en lo colectivo, de la pobreza material.
Y, sin embargo, desde el hecho de los pobres en Amrica Latina puede decirse que la concepcin clsica de
los pobres y de la pobreza no tocaban apenas aspectos que hoy vemos con claridad. Dos de ellos me parecen
fundamentales: el carcter dialctico de la pobreza y su carcter poltico. Dicho en sntesis previa: los pobres
son pobres "frente a los ricos" - carcter dialctico - y los pobres desempean un papel poltico decisivo en la
salvacin de la historia. Esto sea dicho sin olvidar ni por un momento el carcter estrictamente cristiano de la
pobreza, porque lo que queremos sostener aqu es que precisamente la pobreza cristiana debe constituirse en
pobreza dialctica y en pobreza poltica para dar de si todo lo que tiene, mientras que a su vez la pobreza
dialctica y poltica tienen que hacerse cristianas para ser realmente afirmadoras y creadoras y no meramente
destructoras y negativas.
Est, ante todo, el carcter dialctico de los pobres y de la pobreza. En nuestra situacin concreta hay pobres
"porque" hay ricos; hay una mayora de pobres porque hay una minora de ricos. Lo cual vale en semejante
medida tanto de los distintos grupos sociales dentro de un pas como de los distintos pases en el contexto de
la geografa universal. Si todos furamos pobres porque los recursos disponibles fueran escasos, no podra
hablarse propiamente de pobres. Ni siquiera podra hablarse propia y formalmente de pobres, si hubiera
nicamente desigualdad; esto ya permitira hacerlo de algn modo, incluso de algn modo propio, porque
seria ininteligible dentro de la fraternidad universal de los hijos de Dios este grado abusivo de iniquidad entre
los que tienen todo hasta el despilfarro y los que apenas tienen nada. Este segundo aspecto nos acerca ms al
problema real y su problematismo est presente de lleno tanto en la Biblia como en la predicacin de los
grandes Padres de la Iglesia. Pero hay un tercer aspecto que es todava ms fundamental, que habr podido ser
estudiado analticamente por Marx y los marxistas, pero que como hecho est descrito y denunciado
abundantemente por los Profetas y por los Padres y Doctores de la Iglesia; es el hecho de que los ricos se han
hecho tales desposeyendo a los pobres de lo que era suyo, de su salario, de sus tierras, de su trabajo, etc. Es un
elemento decisivo para entender lo que tiene que ser y est siendo la "respuesta de los pobres" en lugares
teolgicos y polticos como el de Amrica Latina.
Este carcter dialctico de los pobres reclama dialcticamente a su contraparte que son los ricos. Si los pobres
son los empobrecidos, los ricos son los empobrecedores; si los pobres son los desposedos los ricos son los
poseedores; si los pobres son los oprimidos y reprimidos, los ricos son los opresores y los represores. Lo cual
quiere decir de nuevo que si hay gentes con muchos recursos, pero que no son ni han sido sus antecesores -
corno bien apuntillaba un gran Padre de la Iglesia - empobrecedores, desposeedores, opresores ni represores,
no son ricos en el pleno sentido de la palabra, en el sentido tan severamente condenado por la misma palabra
de Dios. Aun entonces tendrn problemas espirituales graves, aquellos, por ejemplo, que tienen que ver con el
apego del corazn o con la idolatra del dinero, pero no aquel problema estrictamente "mortal" que tiene que
ver con la injusticia y con el dar muerte al hermano.
122
Vuelvo a repetir que esto no tiene todava nada de marxismo o de lucha de clases estrictamente tal. El
marxismo comienza cuando se da a este hecho real, cuya interpretacin cristiana se hace de momento en
trminos religioso-morales, a explicacin analtica a travs de la plusvala de la acumulacin original, de las
clases sociales. Por tanto, carece de justificacin cristiana el acusar a la interpretacin dialctica de la pobreza
de estar inficionada por el marxismo. Esta acusacin lo que pretende es desvirtuar la pobreza evanglica. Una
cosa es que no se haya acentuado en la predicacin y praxis de la Iglesia ese carcter dialctico de la pobreza
y otra que ese carcter dialctico haya sido tomado del marxismo; una cosa es que ese planteamiento
dialctico de la pobreza cristiana est ms cerca de los planteamientos marxistas que de los capitalistas y que,
por tanto, favorezca en parte a aquellos y desfavorezca a stos y otra muy distinta que sea un ardid del
marxismo, que introduce en la fe cristiana y en su praxis aspectos que no le son propios. Como deca antes, no
sera nada difcil mostrar cmo es plenamente evanglico y cristiano este aspecto de la pobreza, que hemos
llamado dialctico.
Est, por otro lado, el aspecto poltico de los pobres y de la pobreza: el carcter poltico de los pobres. No
estoy seguro de que sea tan fcil mostrar en las mismas fuentes de la revelacin este segundo carcter como lo
era el primero. Mostrarlo es ms cuestin de razn teolgica que de lectura bblica Sin embargo, nos
encontramos al mirar sobre los desposedos y empobrecidos de Amrica Latina que su pobreza consciente y
activamente asumida representa antes y despus de la revolucin una fuerza fundamental de cambio social y
un referente imprescindible para la reestructuracin de la sociedad. Son los "pobres de la tierra" los que estn
impulsando, de hecho, la lucha por la justicia y por la libertad, la lucha por la liberacin que incluye tanto la
libertad como la justicia en El Salvador y en Guatemala; aquellos que apenas nadie crea que podan ser
sujetos activos de lucha social y poltica estn resultando ser no slo los portadores y aguantadores de la lucha
"con ros de su propia sangre dejados en los surcos de su tierra -, sino los orientadores objetivos de la misma.
Y son tambin los "pobres de la tierra" los que se convierten en el sujeto del futuro revolucionario, cuando se
buscan las formas econmicas y polticas que de verdad les corresponden. Una revolucin hecha desde los
pobres, con ellos y para ellos, se convierte as "escandalosamente" en un nuevo signo fundamental del Reino
de Dios que se acerca porque est ya entre nosotros, signo fundamental de un Reino de Dios que busca y va
logrando operativizarse en la historia. La. buena nueva predicada a los pobres como sujetos primarios de
salvacin se hace ms consonante con esta realidad social y poltica en la que los pobres son tambin sujetos
primarios de su propia historia y de cada una de las historias nacionales. Desde el punto de vista poltico de la
pobreza cristiana y en respuesta al carcter dialctico de la misma nos encontramos con unos pobres activos
obligando a los ricos a despojarse de las condiciones materiales de su riqueza empecatada. Esto no es posible
sin lucha poltica, que las ms de las veces tendr que ser revolucionaria y que en casos extremos podr ser
violenta y armada.
Quines son, entonces, los pobres en Amrica Latina? Quines son desde una perspectiva cristiana los
pobres en Amrica Latina?
Ante todo, los que son "materialmente" pobres. La materialidad de la pobreza es el elemento real insustituible
y consiste no tanto en carecer incluso de lo indispensable, sino en estar desposedo dialcticamente del fruto
de su trabajo y del trabajo mismo, as como del poder social y poltico por quienes con ese despojo se han
enriquecido y se han tomado el poder. Esta materialidad real de la pobreza no puede ser sustituida con
ninguna espiritualidad; es condicin necesaria de la pobreza evanglica, aunque no es condicin suficiente. Se
dir que en este sentido hay muchos desposedos, por ejemplo, todos aquellos que trabajan por cuenta ajena,
todos aquellos que cuentan poco en el reparto tanto de la riqueza como del poder. Probablemente es as. Pero
puestos los ojos en Amrica Latina, lo que se ve es que el desposeimiento privativo llega hasta lmites
absolutamente intolerables, pues toca al hecho mismo de la vida, que ni se puede sustentar ni se puede retener.
Y se ve, en segundo lugar, que muchos de los que en algn modo son desposedos en el Primer Mundo, por
ejemplo, las clases proletarias y sus a6nes, son en su conjunto parte del sistema des- poseedor de los hombres
123
del Tercer Mundo. Fuera de que su relativa pobreza material puede estar anulada por la codicia
individualizada de la riqueza.
Pero no basta cristianamente con ser "materialmente" pobres. Hay que serlo tambin "espiritualmente". La
espiritualidad no es aqu un sustitutivo de la materialidad, sino un coronamiento de la misma. Ser ricos
materialmente y pobres espiritualmente es una contradiccin inasimilable e insuperable desde un punto de
vista cristiano, al menos mientras haya pobres materiales y, al parecer, "siempre habr pobres entre vosotros".
Esta contradiccin es, sobre todo, inasimilable cuando los pobres no son unos pocos marginados por
incapacidades congnitas o por desidia voluntaria, sino que son la mayora. Y no olvidemos que, tomado el
mundo en su conjunto, los pobres materiales son la inmensa mayora de la humanidad. De ah la actualidad y
la universalidad de nuestro problema. Qu es, entonces, la espiritualidad cristiana de la pobreza?
Ante todo, una toma de conciencia sobre el hecho mismo de la pobreza material, una toma de conciencia
individual y colectiva. La toma de con- ciencia pasa por lo pronto a travs de lo que la dialctica pobreza-
riqueza tiene de injusticia y de insolidaridad, tiene en definitiva de pecado; la dialctica riqueza-pobreza no
slo hace imposible la voluntad genrica de Dios sobre los bienes de este mundo, tan recordada por los
ltimos Papas, sino - lo que es mucho ms grave desde un punto de vista cristiano - hace imposible el ideal
histrico del Reino de Dios, anunciado por Jess y, dentro de ese ideal, hace especialmente imposible el
mandamiento del amor y la confesin real de la filiacin consustancial del Hijo, as como la de fraternidad de
los hombres, especialmente la de aquellos que por el bautismo se han hecho miembros de un mismo Cuerpo.
Se trata, por tanto, de elementos sustanciales de la fe cristiana que tienen que ver con la confesin de Dios
como Padre, con la confesin de Jess como Hijo y con la confesin del Espritu Santo como vinculador de
ese nico Cuerpo que es la Iglesia. Hacen bien los que predican como elemento esencial de la Iglesia y de la
fe cristiana la comunin, pero no hacen bien esos predicadores cuando no reconocen que la dialctica riqueza-
pobreza, ricos-pobres, es en su misma realidad la negacin primaria de esa comunin y uno de los orgenes
radicales de todas las divisiones y confrontaciones. Quien no lucha contra ella, no lucha en favor de la
comunin; quien no combate eficazmente contra ella no desea de verdad la comunin. Est en lo que San
Ignacio de Loyola llamara primer o segundo binario al retrasar hasta el juicio final y la otra vida el rechazo
absoluto de los ricos (Mt 25, 40 ss.) o al proponer medios que realmente no combaten con eficacia el mal.
Esta toma de conciencia individual y colectiva ha de convertirse de algn modo en accin, en praxis. Es el
segundo elemento de la espiritualidad. Esto requiere, e primer lugar, organizacin, organizacin popular. No
me estoy refiriendo a un tipo determinado de organizacin popular, porque hablar de esto no compete a una
reflexin teolgica; me refiero al hecho bruto de que los pobres han de organizarse en cuanto pobres para
hacer desaparecer ese pecado colectivo y originante que es la dialctica riqueza- pobreza. Cabria la evasin
individualista y/o interiorizante ante ese pecado, pero ese no sera en principio un camino cristiano. Requiere,
en segundo lugar, una praxis apropiada, efectiva. No se trata tan slo de que sea perdonado el pecado del
mundo, sino que necesita ser quitado, por ms que tanto el perdn como la desaparicin del pecado sean
acciones progresivas y complementarias. Tampoco aqu hay por qu sealar cules hayan de ser los modos de
esa praxis; en este punto, como tantas veces recordaba Monseor Romero, la Iglesia debe ir detrs del pueblo,
aunque anuncindole futuros utpicos y sealndole tropiezos del camino.
Hay un tercer elemento en la espiritualizacin cristiana de la pobreza material, que consiste en el anuncio
historizado de los grandes valores del Reino de Dios, que no por ser utpicos y aun trascendentes, dejan de ser
realizables de algn modo en los procesos histricos. As, tenemos que el Reino de Dios, a pesar de lo que
digan los hombres de la Ilustracin europea, no es sin ms el "reino de la libertad", sino que es ms bien el
"reino de la justicia y de la fraternidad", en el que se busca servir ms que ser servido, en el que se busca el
ser el ltimo de los hermanos, en el que se tienen grandes reservas contra todas las formas de poder. Es un
124
punto en el que aqu no podemos entrar y cuyo tratamiento exigira responder a la pregunta de cules son los
valores estructurales que la espiritualizacin cristiana de la pobreza y de los pobres aportarla a la construccin
de una sociedad nueva, en la que no dominara el pecado de la riqueza y de su concupiscencia, sino la gracia
de la pobreza y de su correspondiente entrega a los dems.
Hay, finalmente, un cuarto elemento en la espiritualizacin cristiana ms de los pobres que de la pobreza. La
espiritualizacin de la pobreza misma dice ms relacin a lo estructural; la espiritualizacin de los pobres dice
ms relacin a lo personal. La experiencia nos demuestra una y otra vez que apenas es posible una vida
personal justa en medio de estructuras injustas y sometida a ellas, pero nos demuestra tambin que no basta
con cambiar las estructuras para que mecnica y reflejamente cambien las personas y que incluso slo
hombres cambiados radicalmente pueden propulsar y mantener cambios estructurales adecuados. Es aqu
donde la fe cristiana como mensaje y la gracia de Jess como dan operativo tienen un campo inmenso de
accin. Necesitamos imperiosamente "pobres con espritu" y ese espritu es, sobre todo, el espritu de las
bienaventuranzas y del sermn del monte, porque ah especialmente se hace presente lo que es en definitiva el
Espritu de Jess. Ya he desarrollado este tema en otros lugares y lo han hecho tambin otros muchos entre
los telogos de la liberacin. Baste con subrayar que se trata de cultivar todo lo que de "metanoico", de
"conversivo" tiene el mensaje evanglico y el anuncio de la buena nueva que Jess hizo a los pobres, y desde
ellos y con ellos a los ricos tambin.
Los pobres en Amrica Latina eran ya materialmente pobres y van siendo cada vez ms espiritualmente
pobres. El Hijo de Dios se encarn de nuevo en esa pobreza y desde esa pobreza est floreciendo un nuevo
espritu, que hace de los pobres de Amrica Latina un singular "lugar teolgico" de salvacin y de
iluminacin.
Los pobres en Amrica Latina son lugar teolgico en cuanto constituyen la mxima y escandalosa presencia
proftica y apocalptica del Dios cristiano y, consiguientemente, el lugar privilegiado de la praxis y de la
reflexin cristiana. Esto lo vemos y lo palpamos en la realidad histrica y en los procesos que vive Amrica
Latina y lo reconfirmamos en la lectura que desde ese lugar hacemos de la palabra de Dios y de toda la
historia de la salvacin.
No es difcil probar desde el evangelio que sean los pobres un lugar excepcional de la presencia de Dios entre
los hombres. La revelacin de Dios a los hombres en el Nuevo Testamento a travs del Hijo es de estructura
estrictamente "kentica", esto es, de vaciamiento y alteracin (Fil 2, 6-11) Pero este vaciamiento no es
puramente el de un Dios que se hace hombre y que, dejando de lado la dignidad divina que le corresponda, se
hace como uno de nosotros en todo menos en el pecado. Es un vaciamiento mucho ms concreto. Es, por lo
pronto, un vaciamiento que pasa por el fracaso y la muerte para reconstituirse como Seor e Hijo de Dios
(Rom 1, 2-4), pero por una muerte causada por un asesinato histrico como pago de una vida histrica bien
determinada. Y es, adems, un vaciamiento en lo que es la vida de los pobres y hasta cierto punto en lo que es
la lucha de los pobres por su propia liberacin; puede, en efecto, decirse que la praxis de Jess es
fundamentalmente una praxis desde los pobres y con ellos, y, por eso, contra los otros, contra los
empobrecedores y dominadores, precisamente en la afirmacin permanente de la paternidad de Dios y del
consecuente amor entre los hombres. Este triple vaciamiento constituye la escandalosa y beligerante presencia
de Dios entre los hombres. Y en esto hay un problema estrictamente dogmtico.
pobres desde donde se confiesa en verdad que Jess es Dios y que Dios es para nosotros el Dios de Jess.
Confesar que Jess es Dios, entendiendo por Dios algo que tiene poco que ver con el Dios de Jess, no es
estar defendiendo la divinidad de Jess, sino que es estar atribuyndolo una divinizacin falsa. Y el Dios de
Jess, no lo olvidemos, es un Dios absolutamente escandaloso, inaceptable tanto para los judos como para los
griegos, tanto para los religiosos como para los intelectuales. A veces, y aun con demasiada frecuencia, se
acusa a los telogos de la liberacin no slo de politizar la figura de Jess, sino horizontalizarla privndola de
su divinidad; pero lo que no se piensa con cuidado es si, tras esta acusacin, lo que se busca es anular el
escndalo de un Dios crucificado e impotente, tal como histrica- mente se nos ha dado y tal como
histricamente sigue operando. A ningn cristiano hay por qu obligarle a sostener que Jess es el Dios de
Platn, de Aristteles, del Santo Toms de las cinco vas, el Dios de las Teodiceas, menos an, el Dios de los
imperios y de las riquezas. Al cristiano le basta con confesar que Jess es Dios, primero tal como se lo
confes a si mismo y, segundo, tal como l lo anunci y lo visualiz corno imagen consustancial histrica del
Padre, Evidentemente la humanidad de Jess no se identifica sin ms con su divinidad, pero no hay lugar ms
claro y transparente de lo que es la divinidad que la humanidad de Jess. Y esta humanidad tiene que ver de
modo especial con los pobres y la pobreza. De ah que, en consecuencia, los pobres sean especial lugar
teolgico.
Lugar teolgico se entiende aqu, en primer lugar, el lugar donde el Dios de Jess se manifiesta de modo
especial, porque el Padre as lo ha querido. Se manifiesta no slo a modo de iluminacin revelante, sino
tambin a modo de llamada a la conversin. Los dos aspectos estn extremadamente enlazados entre si: sin
conversin y, los pobres, como lugar donde Dios se revela y llama, no se acerca uno adecuadamente a la
realidad viva de Dios y a su luz clarificadora, y sin la presencia y gracia de Dios que se nos da en los pobres y
a travs de ellos no hay posibilidad plena de conversin.
Ahora bien, esta especial presencia de Dios, del Dios de Jess, en la realidad histrica de los pobres tiene una
configuracin propia, por la que se distingue de otras presencias tambin reales de Jess, el Hijo de Dios, las
cuales constituyen a su vez singulares lugares teolgicos, en el primer sentido aqu apuntado como lugar
donde ms luminoso y vivificante se hace el Dios cristiano. Es inicialmente una presencia escondida y
desconcertante, que tiene caractersticas muy semejantes a lo que fue la presencia escondida y desconcertante
del Hijo de Dios en la carne histrica de Jess de Nazaret; es inmediatamente despus una presencia proftica,
que dice su palabra primera en la manifestacin desnuda de su propia realidad y dice su palabra segunda en la
denuncia y en el anuncio que son la expresin de su propia realidad vivida cristianamente y que son resultado
de una praxis que busca quitar el pecado del mundo; es, finalmente, una presencia apocalptica porque en
muchos sentidos contribuye a consumar el fin de este tiempo de opresin, mientras que apunta con dolores de
parto y con signos escalofriantes al alumbramiento de un nuevo hombre y de una nueva tierra, en definitiva,
de un tiempo nuevo. Presencia escondida y escandalosa, presencia proftica y presencia apocalptica, he ah
tres caractersticas esenciales de este lugar teolgico peculiar que son los pobres.
Lugar teolgico se entiende aqu, en segundo lugar, el lugar ms apto para la vivencia de la fe en Jess y para
la correspondiente praxis de seguimiento. Hay lugares peligrosos para la fe autntica como es, entre nos
otros, la riqueza y el poder; cuando Jess habla de la dificultad de que los ricos y los poderosos entren en el
Reino de los cielos no se refiere tan slo a una dificultad moral, sino que se refiere primariamente a una
dificultad teolgica: los instalados en la riqueza tienen una enorme dificultad para la fe cristiana, entendida
como aceptacin real de la totalidad concreta de Jess - y no slo de su divinidad descarnada - y como
seguimiento real y concreto de lo que fue su vida. Pero si hay lugares peligrosos para la fe, hay tambin
lugares privilegiados. Y uno de ellos muy especial es el tugar que representan los pobres, sus problemas reales
y sus luchas de liberacin; y esto no slo porque sea el contrario al lugar especialmente peligroso que es la
riqueza, sino porque fcilmente pone en juego el escndalo revelante Jess y aquellas disposiciones en las que
florece ms fecundamente lo que es el seguimiento pleno hasta la muerte en cruz de quienes han puesto los
ojos en Jess y han apostado por l. Formas implcitas de fe y de seguimiento como las del sentir con el ms
126
pobre y necesitado, las de amar a quienes los dioses de este mundo han despojado de su dignidad y aun de su
misma figura humana, las de tener misericordia sobre aquellos que han sido constituidos en turba porque se
les ha impedido desarrollarse como personas, las de entregar la vida en defensa de aquellos prjimos a los que
se la est arrebatando... todo esto es, evidentemente, expresin de fe y, al mismo tiempo, predisposicin para
formas ms autnticas y vigorosas de fe.
Lugar teolgico se entiende aqu, finalmente, el lugar ms propio de hacer la reflexin sobre la fe, de hacer
teologa cristiana. Lo que conduce a determinar que son los pobres lugar teolgico en este tercer sentido es,
por un lado, el reconocimiento creyente del designio y de la eleccin de Dios, que han querido que lo des
hecho y lo des-echado de este inundo se hayan convertido en piedra angular para confundir al mundo; por
otro lado, la adopcin del principio metodolgico, segn el cual se afirma que el lugar ptimo de la revelacin
y de la fe es tambin el lugar ptimo de la praxis salvfica liberadora y de la praxis teolgica. En apariencia
puede ser ms discutible que sea el mismo el lugar teolgico de la revelacin el lugar ms propio de esta labor
intelectual que es la teologa, sobre todo si se entiende mal ha afirmacin de que son los pobres y la pobreza
lugar teolgico en este tercer sentido que estamos desarrollando. Por eso conviene insistir algo ms en este
punto.
Es cierto que el hacer teolgico tiene una especificidad intelectual, que no debe confundirse con la mera
predicacin, con el profetismo o con un moralismo voluntarista y apasionado, que rechazara la debida
elaboracin intelectual de la fe cristiana. El hacer teolgico tiene leyes propias y mtodos propios que no se
improvisan y que pueden parecer a veces incluso intelectualistas, pero que son insustituibles, no para
aparentar virtudes acadmicas que comparar con las de los cultivadores de otras disciplinas cientficas, sino
para profundizar la fe y ponerlas en relacin con las exigencias de la vida personal y del proceso histrico.
Los intelectuales pueden ser un peligro, pero no por eso dejan de ser una necesidad, tambin en la Iglesia. No
obstante, aun reconocida una cierta autonoma de la teologa como labor intelectual, no hay que hacerse
ilusiones sobre el mbito y el ejercicio de esa autonoma, pues el telogo y su hacer dependen enormemente
del horizonte en que se mueven y de la praxis a la que se orientan. Reconocido esto, no parece descabellada la
tesis de que el hacer teolgico mismo, ya no digamos la praxis cristiana que lo sustenta o lo debe sustentar,
por su misin y por su contenido, deben tener una proximidad especial a los lugares ms propios de la
revelacin y de la fe.
Pero para evitar equvocos es conveniente distinguir, al menos metodolgicamente, "lugar" y "fuente",
tomando como "lugar" desde donde se hace la vivencia y la reflexin teolgicas, y tomando como "fuente" o
depsito aquello que de una u otra forma mantiene los contenidos de la fe. La distincin no es estricta, ni
menos excluyente, porque de algn modo el lugar es fuente, en cuanto aqul hace que sta d de s esto o lo
otro, de modo que gracias al lugar y en virtud de l se actualizan y se hacen realmente presentes unos
determinados contenidos. Aceptada esta distincin, sera un error pensar que bastara con el contacto directo,
aunque sea creyente y est vivido en oracin, con las fuentes, para estar en condicin de ver en ellas y de
sacar de ellas lo que es ms adecuado para lo que ha de constituir una autntica reflexin teolgica. La razn
ltima es que la Palabra de Dios, contenida en las fuentes, es una Palabra referencial y viva, dirigida ms a
unos que a otros, comprensible, por lo tanto, ms por unos que por otros. Una Palabra, adems, que no es
conservada ni entendida sino por la accin del Espritu de Jess, que es un Espritu presente de manera
preferente en los pobres. Lo que tradicionalmente se deca acerca de la necesidad de hacer teologa en la
Iglesia para que la teologa no se convirtiera en tarea puramente profesional y acadmica, se recoge aqu de
otra manera, entendiendo la referencia a la Iglesia como referencia al verdadero pueblo de Dios. Si necesario
es que la teologa y los telogos se hagan problema de su relacin con el Magisterio, es tambin necesario que
se lo hagan de su instalacin en ese autntico lugar teolgico que son las mayoras oprimidas.
Los pobres se convierten as en lugar donde se hace historia la Palabra y donde el Espritu la recrea. Y en esa
historizacin y recreacin es donde "connaturalmente" se da la praxis cristiana correcta, de la cual la teologa
127
es, en cierto sentido, su momento ideolgico. Hay que reconocer que es fundamental para la praxis y la teora
cristiana el lugar de recepcin, de interpretacin y de interpelacin, y hay que reconocer que ese lugar es de
modo preferencial y connatural el lugar teolgico que constituyen los pobres, ya asumidos en su materialidad
por el Espritu de Jess.
No conviene olvidar en ningn momento que el hacer cristiano, y dentro de l el hacer teolgico, es un hacer
en el mbito de la historia de la salvacin. La historia de salvacin implica, como historia, una praxis
determinada, pero como salvacin cristiana cualifica esa praxis como praxis de los pobres. De ah que todo
hacer cristiano, incluido el hacer intelectual o re- flexivo, que es el hacer teolgico, debe entenderse como una
praxis eficaz. Ni la fe cristiana, ni consecuentemente la labor teolgica tiene como finalidad primera el ser
mera interpretacin o mero dar sentido - cosas en si mismas necesarias, pero no suficientes - ; menos an
tienen como destinatarios principales a los poderosos, a los ricos o a los sabios de este mundo. Su finalidad y
sus destinatarios preferenciales son otros. Su finalidad es la conversin y la transformacin, que implican,
ciertamente, un interpretar y dar sentido, pero que no se contenta con ello, pues la conversin y la
transformacin han de ser reales y no puramente idealistas, subjetivistas. Pero es, asimismo, importante la
cuestin del destinatario principal: si es para el opresor o es para el oprimido, si va a favorecer ms a uno que
a otro. Lo cual no significa de modo alguno una especie de devaluacin intelectual de la teologa, porque de lo
que se trata no es de una devaluacin y vulgarizacin pedaggicas, sino de una reorientacin potenciadora.
Por poner dos ejemplos muy dispares, la Biblia y El Capital son dos obras escritas desde los pobres y para los
pobres y no por ello dejan de ser dos obras, humanamente hablando, de excepcional vala intelectual.
Si tomamos en serio que los pobres son "lugar teolgico" en el sentido que acabamos de apuntar, es claro que
se convierten no slo en una priori- dad, sino hasta cierto punto, en una absolutez, a la que deben subordinarse
muchos otros elementos y actividades de la Iglesia. As, la denominacin Iglesia de los pobres debe tomarse
como una formulacin dogmtica, que puede aadirse a la de Cuerpo Mstico y otras similares. Lo que con
ella se expresa no es algo accidental o algo perteneciente a la perfeccin eclesial; es ms bien algo esencial y
constitutivo, cuya falta hara que la Iglesia dejara de ser la Iglesia de Cristo, en la medida en que dejara de ser
Iglesia de los pobres. Y dejara de ser Iglesia de los pobres, no slo en cuanto desatendiera gravemente a los
pobres y a sus problemas, sino mucho ms radicalmente en cuanto los pobres dejaran de ser su opcin
preferencial a la hora de constituir su jerarqua, a la hora de orientar su enseanza, a la hora de constituir sus
estructuras, a la hora de enfocar su pastoral entera, a la hora tambin de los momentos dogmticos. La ltima
razn de estas afirmaciones estriba en que es el Reino de Dios lo absoluto en la Iglesia, que la Iglesia est
subordinada al Reino y no el Reino a la Iglesia; ahora bien, los pobres son de mltiple manera parte esencial
del Reino de Dios y gozan en 5l de prioridad y de absolutez, en cuanto en ellos se hace presente de modo
insustituible el Dios cristiano, el destino de la humanidad y el camino de la conversin.
Por eso, hay que aclarar y sostener enrgicamente que el recurso a los pobres como lugar teolgico no se hace
como un intento directo e inmediato de revitalizar la pastoral y, menos an, la teologa como prctica
intelectual. Se hace primariamente como un servicio a la causa de la fe que es la causa de los pobres; se hace
en funcin del Reino de Dios y por causa de l, en cuanto el Reino de Dios mantiene estructuralmente
conexas la cosa de los pobres y la cosa de Dios; mantiene indisolublemente unidos los caminos de Dios y los
caminos de los pobres de este mundo.
Sin duda, la instalacin en la lucha de los pobres, como lugar originante de la praxis y de la teora cristianas;
traer muchos bienes a una y a otra, como est siendo confirmado en Amrica Latina; traer muchos bienes a
128
la Iglesia. Pero la teologa y los telogos lo deben hacer para servir y no para ser servidos, para salvar al pobre
y no para salvar a la teologa. No se trata, pues, de una nueva utilizacin y explotacin de los pobres, con
vertidos ahora en recurso metodolgico de potenciacin de la teologa o de la pastoral; ni tampoco se trata de
un acto conmiserante de mala conciencia, sino de la necesidad de ser salvados para poder realizar
cristianamente lo que toca hacer en la historia de la salvacin. Se trata de un vaciamiento de si mismo, no slo
por parte de la teologa y de los telogos, de una estricta exteriorizacin que los saque de si mismos y de su
asimilacin a grupos intelectuales, ante los que se quiere quedar bien mundanamente; sino tambin por el
resto de los estamentos de la Iglesia.
De ah que la prctica teolgica fundamental de los telogos de la libe- racin, en cuanto se han puesto al
servicio de la causa de los pobres, no busque ltima ni directamente aclarar misterios para hacerlos crebles a
los sabios de este mundo, ni siquiera busca primariamente dar razn de la esperanza o de la fe de los
cristianos, sino que intenta ante todo ayudar al pueblo empobrecido en su prctica activa y pasiva de
salvacin. Esto significa que el horizonte de la labor teolgica y de la praxis pastoril es siempre esa salvacin
liberadora, y lo es de forma operativa, aunque res- petada la especificidad y los lmites de la fe y de la labor
teolgica. Incluso los temas tratados - y no slo el horizonte que los enmarca y segn el cual se orientan - son
preferentemente los que dicen relacin ms urgente e importante a esa salvacin liberadora de los
empobrecidos, que luchan - o en orden a que luchen - para ser en alguna medida sujetos de su propia historia
y los autnticos salvadores y santificadores de la misma. Por intentar lograr este servicio, no slo muchos
cristianos comprometidos, sino tambin pastores y telogos son perseguidos por los poderosos de este mundo
y por sus aliados, incluso dentro de la propia Iglesia. Es doloroso a veces, pero profundamente significativo y
denunciador, que sean perseguidos los cristianos tanto por autoridades civiles como por autoridades
eclesisticas, cuando esas autoridades civiles son reconocidas como responsables ltimas de fa opresin y de
la represin del pueblo. Esta persecucin tanto civil como religiosa, esta acusacin frecuente de heterodoxia
teolgica y de heterodoxia poltica es singularmente significativa tanto por la razn de las mismas como por la
unidad de los responsables, pero su anlisis detallado nos llevara demasiado lejos. A la acusacin de que los
que trabajan en favor de las luchas de los pobres en Amrica Latina desde el campo de la Iglesia estn
marxistizados, habra que responder por lo pronto que quienes les acusan de eso estn aliados tantas veces con
el capitalismo represor. Pero no es ste nuestro tema.
Este carcter absoluto de los pobres tiene una vertiente que conviene subrayar por su inters terico y
prctico. Es la vertiente de la relacin del pueblo con las vanguardias tanto eclesisticas como polticas. Es,
pues, una afirmacin que tiene carcter teolgico y carcter poltico.
No queremos negar la necesidad instrumental de las vanguardias y/o de las jerarquas, Pero la perspectiva
cristiana del carcter primario y absoluto de los pobres exige la negacin del carcter absoluto y primario de
las mismas, tanto de las polticas como de las eclesisticas. Las vanguardias han de ser del pueblo, con el
pueblo y para el pueblo y no el pueblo para las vanguardias. El profundsimo pensamiento de Jess de que no
est hecho el hombre para el sbado, sino el sbado para el hombre, debe ser retomado respecto de cualquier
institucin que quiera asumir el significado absolutizante del sbado judo y debe ser retomado tambin
poniendo en lugar del hombre genrico a esos hombres predilectos de Dios que son los pobres con espritu y
aun simplemente los pobres, que han sido despojados de todo en el camino de Jeric. Desde este principio y a
esta luz hay que denunciar lo fcilmente que son sustituidos los hombres de a pie por sus vanguardias o
jerarquas y o fcilmente que stas se sustantivizan y se constituyen en valor supremo que ha de salvarse por
encima de cualquier otro valor. En la Iglesia se ha propendido con demasiada frecuencia a sobre valorar el
puesto de la jerarqua frente al puesto que en ella debe ocupar el verdadero pueblo de Dios; en el campo
poltico igualmente se sobre valora el puesto de la clase poltica, del dirigente, del representante. En ambos
casos y por distintas razones se pierde la voz de Dios y se pierden los intereses del pueblo; se pierde la
capacidad de salvacin y de liberacin que hay en quienes por llevar sobre sus hombros el peso y la cruz de la
historia tienen los ttulos reales para convertirse en principio efectivo de salvacin. Tanto las jerarquas
129
eclesisticas como las vanguardias polticas estn prontas a decir que son servidoras del pueblo, pero la
realidad es muy distinta. No toman en serio que son los pobres con espritu los que salvan y liberan, incluso a
los mediadores de su propia salvacin y a los conductores delegados de su prctica. Son lugar de conversin
personal, de justificacin- - hacer justicia y ser justificados -, de liberacin como fruto de la justicia y de
verificacin, que pruebe, despus de hacer la verdad, dnde se est realizando eficazmente esa verdad. No
queremos con esto dejar reducida la legitimacin de las vanguardias a una fundamentacin puramente
sociolgica, aunque la fundamentacin sociolgica puede abrir a horizontes trans-sociolgicos. Lo que
queremos es subrayar el carcter ms absoluto de los pobres, ms absoluto que cualquier otra presunta
dignidad o primaca. El punto encierra graves consecuencias tericas y prcticas, pero de momento basta con
recalcar el principio, que surge como consecuencia obvia del especial lugar teolgico que constituyen los
pobres, tanto en la historia de la Iglesia como en la historia de la Sociedad.
Lo que hasta aqu se lleva dicho no es sino la elevacin a concepto de algo que es experiencia real en Amrica
L-atina. Pero esta experiencia de los pobres como lugar privilegiado no se reduce a la que puedan tener de
lugar teolgico; lo tienen tambin como lugar poltico. En muchos pases de Amrica Latina, y especialmente
en El Salvador, Guatemala y Nicaragua, los pobres estn siendo lugar privilegiado de la presencia revelante y
de la accin transformante de Dios, pero lo estn siendo tambin de lucha revolucionaria contra las estructuras
y los grupos de poder injusto y en la reconstruccin de una nueva sociedad. Desde este ltimo punto de vista,
no ajeno al anteriormente expuesto, puede decirse que los pobres son tambin lugar poltico, lugar ptimo de
revolucin.
Sobre este punto puede construirse una teora social, pero no es eso lo que aqu interesa. Lo que interesa es
constatar el hecho de que estn siendo los pobres, los desposedos, quienes de forma excepcional estn
contribuyendo al cambio de las estructuras sociales. Lo que no pudieron hacer durante decenios otros grupos
sociales y otros partidos, que queran ponerse en lugar del pueblo y al frente de l, lo estn consiguiendo en
estos ltimos aos las fuerzas estrictamente populares. Si esta lucha ha de caracterizarse en estas situaciones
concretas como lucha de clases, es algo que puede dejarse sin discutir en este momento, entre otras razones,
por- que la lucha no se ha dado en virtud de consideraciones terico-dogmticas, sino en virtud del fracaso de
otras formas de resistencia y como res- puesta efectiva a una violencia estructural y represiva, que ha obligado
a las clases populares a tomar la iniciativa. Los pobres - que abarcan mucho ms que lo que pudiera estimarse
como la clase estrictamente proletaria - se estn convirtiendo, de hecho, en lugar poltico de revolucin y se
apuesta por ellos como fuerza indispensable para el derrocamiento y la reestructuracin del sistema
dominante.
Ante este hecho, al que han contribuido en buena medida los cristianos en tanto que cristianos, suele hablarse
de horizontalizacin y politizacin de la fe cristiana y tambin, en el otro extremo, de teologizacin y
clericalizacin de las revoluciones. Nada ms lejos de la verdad, al menos en principio. Es cierto que la
teologa y la pastoral de la liberacin han buscado historizar la fe cristiana tratando de que ella sea operativa
en los procesos histricos y de que sea asumida por hombres y mujeres, que desde su pobreza y opresin
luchan, no para ser ricos, sino para ser libres y para que haya justicia para todos; es cierto tambin que la
teologa y la pastoral de la liberacin han buscado que los movimientos revolucionarios sean impulsados y
sean orientados por valores cristianos. Pero de este hecho comprobable y en su conjunto altamente positivo no
se sigue que sean verdaderas las acusaciones de politizacin y clericalizacin. Fenmenos de politizacin de
la fe y de clericalizacin de la poltica se han dado y se siguen dando con frecuencia en nuestro mundo; se
est dando de manera sobrecogedoramente efectiva a travs del Islam y de los pases islmicos, fenmeno de
primera importancia en el mundo de hoy. Pero lo que hace ms novedoso el punto en nuestra situacin de
Amrica Latina es que la conjuncin de fe e historia, de creencia y de accin poltica, est planteada desde y
para los pobres, desde quienes y para quienes han sido inmemorialmente olvidados y sojuzgados. El
fenmeno tiene precedentes en la historia, pero el modo en que hoy se presenta en algunos pases, hace de l
130
un fenmeno nuevo que debe ser analizado cuidadosamente, pues en l se est dando una renovacin de los
pueblos y una profunda reconversin de la Iglesia. En buscar la unidad diferenciada y mutuamente
potenciadora de los pobres como lugar poltico y lugar teolgico est uno de los temas capitales de la
reflexin y del quehacer de muestro tiempo.
As lo han entendido los cristianos de Amrica Latina y as lo estn empezando a entender y sentir los
revolucionarios de Amrica Latina. Y es que esa unidad se da realmente, aunque el horizonte y el propsito
puedan ser distintos por parte de unos y de otros. Por lo que toca a los cristianos, en un horizonte ltimo de
reconciliacin y de esperanza aun dentro del proceso histrico, los pobres como lugar teolgico y poltico nos
sitan en actitud conflictiva y dialctica, aunque mediata y posterior, ante el poder opresivo y represivo, que
responde con la persecucin, en definitiva y de hecho, por causa de los pobres, entendida como causa del
Reino, y por causa del Reino, entendida como causa de los pobres.
Desde los pobres, tal como se da entre nosotros el fenmeno de la pobreza, el conflicto y la lucha son
inevitables. Es cierto que la comunin y la reconciliacin son metas del propsito cristiano y es cierto que el
espritu de reconciliacin y comunin debe animar todo tipo de lucha y de conflicto. Pero, como se deca
usualmente, no se puede ir a la comunin sin pasar por la penitencia, y es que no se pueden propiciar modos
de comunin que sean como una capa encubridora de un conflicto, en el que se sigue dando bula de
explotacin y de represin a los poderosos de este mundo. Sin embargo, es importante subrayar que no se
entra en la lucha por odio a nadie ni directamente en contra de nadie; se entra ms bien por amor a los
oprimidos y en favor de ellos, aunque, eso si, arrostrando todas las consecuencias que puedan venir de ese
amor y de esa opcin partidista, de esa opcin preferencial. Aqu tambin el misereor super turbas, la
compasin por esa multitud de desposedos y oprimidos, es punto de arranque para una accin que no se
queda en la compasin o en la llamada a la conversin, sino que lleva a acciones efectivas. Pero la efectividad
no reniega de su principio ni de su espritu. Lo cual no es fcil para el revolucionario, pero es esencial tanto
para el cristiano que participa en la revolucin como para la revolucin misma, que quedara truncada, si de
un modo o de otro no quedase embebida por los valores cristianos de esos pobres con espritu, que estn
presentes en ella.
Y es que desde el Reino de Dios y desde la fe en Jess como Hijo con- sustancial del Padre que est en los
cielos no puede perderse nunca ni la primaca del amor como principio de libertad y de unidad, ni el horizonte
de la reconciliacin y de la esperanza, incluso en el fragor de la lucha revolucionaria, aun en aquellos casos en
que se entienda y se practique como lucha de clases. La pura negacin dialctica del mal presente no lleva sin
ms ni en el fondo ni en la forma a la afirmacin deseada, por ms que esa negacin sea ineludible y dolorosa.
No puede olvidarse que la lucha no es de dioses contra demonios, sino de dioses y de demonios encarnados en
hombres histricos y en grupos sociales; lo cual si, por un lado, lleva a una lucha y a unas formas de lucha
que van ms all de lo inmanente y de lo histrico; por otro, lleva a una lucha y a unas formas de lucha que
tienen que ver efectivamente con lo histrico y lo inmanente. Por eso la historizacin de la salvacin exige las
mediaciones poltico-sociales, mientras que su trascendencia exige desabsolutizarlas en relacin al hombre
mismo, que es ms grande que el sbado, pero sobre todo en relacin con el Reino de Dios, que se hace
presente entre los hombres. De ah una cierta distancia y una cierta reserva, que impide identificaciones
prematuras.
Pero la no-identificacin no equivale a divisin. De ah que la represin por causa de la lucha en favor de los
pobres no pueda separarse sin ms de lo que es estrictamente persecucin por causa del Reino de Dios. A los
poderosos no les duele la condena, hecha en nombre de Dios, si esa condena no pone en peligro su
dominacin; slo cuando esa condena se convierte en accin liberadora eficaz, se levantan contra ella y
desatan toda suerte de persecucin contra quienes luchan eficazmente en favor de la justicia. Veamos que la
pobreza tiene, entre otras, una dimensin poltica; de ah que no deba extraarnos esa persecucin de los
pobres, que desde el cristianismo quieren vivir la pobreza en su integridad. La terrible represin del pueblo en
Amrica y la cada vez ms aguda persecucin de los cristianos muestra hasta qu punto los pobres son "lugar
teolgico", pero lugar teolgico estrictamente cristiano. As lo anunci Jess y as se est cumpliendo.
(Ponencia del da 26/09/1981)
131
AMERICA LATINA:
UNA REGIN EN RIESGO
POBREZA, INEQUIDAD E
INSTITUCIONALIDAD
SOCIAL
BERNARDO KLIKSBERG
132
BERNARDO KLIKSBERG *
El tema social se halla actualmente en el centro del escenario histrico de Amrica Latina.
Se suceden desde las ms variadas fuentes los llamados de alerta sobre la magnitud y
profundidad de los problemas que sacuden a la regin en el campo social. La mayor
reunin de Presidentes del Continente, la cumbre hemisfrica (Santiago de Chile, 1998)
consign en su declaracin final, suscrita por todos los mandatarios, que "superar la
pobreza contina siendo el mayor desafo confrontado por nuestro Hemisferio".
Caracterizando algunos de los principales problemas existentes, los Presidentes indicaron
"estamos decididos a remover las barreras que deniegan a los pobres el acceso a nutricin
adecuada, servicios sociales, un medio ambiente saludable, crditos y ttulos legales sobre
su propiedad". El Secretario General de la CEPAL, Jos A. Ocampo resalt (1998) sobre la
situacin que "siguen aumentando los niveles de pobreza absoluta, los niveles de
desigualdad no muestran mejora y sigue aumentando el empleo en el sector informal". El
Presidente del BID, Enrique V. Iglesias ha destacado (1997) que "el proceso de cambio ha
dejado sin resolver en la gran mayora de los pases un tema central: la pobreza crtica y la
mala distribucin del ingreso". El Banco Mundial ha hecho continuos sealamientos sobre
la gravedad del problema: "Amrica Latina es notable como una regin en la que la
pobreza, particularmente la pobreza absoluta, no registra mejora alguna" (Burki, 1996), e
indic en reciente conferencia internacional sobre la regin (Chile, 1999), los riesgos que
corra la democracia en tales condiciones. La Secretaria de Estado de EE.UU., Madeleine
Albright, lament en un discurso para lderes empresariales de las Amricas (1999) las
desigualdades en ingresos y educacin en Amrica Latina, resalt que son mayores que en
cualquier otro continente y advirti que "ni la democracia ni la prosperidad pueden durar a
menos que tengan una base amplia". Un respetado economista, Celso Furtado (1998),
vaticin "que la gobernabilidad estar en riesgo si no se revierte el proceso de
concentracin de ingresos y exclusin social". A estas voces de lderes polticos,
organismos internacionales, gobiernos externos y pensadores, se suma un hondo clamor
que surge de las bases de la sociedad. La principal preocupacin que hoy aflige a los
latinoamericanos se halla, segn las encuestas de opinin, en los temas sociales.
Interrogados por Latinobarmetro (1998), encuesta que cubre a la mayora de los pases de
la regin, sobre los problemas ms importantes en sus pases, los interrogados contestaron
sealando, como los principales, a diversos problemas sociales: desocupacin 21%,
educacin 18%, bajos salarios 8%, pobreza 7%, inestabilidad en el empleo 6%. A ellos se
sum corrupcin, 7%.
133
Las advertencias desde tan diversas fuentes, y el clamor de la poblacin por soluciones, han
influido en un cambio radical en la presencia del tema social en la gran agenda de discusin
de la regin. La problemtica social tena hasta hace pocos aos limitada inclusin en dicha
agenda. Era casi necesario hacer lobby para conseguir que formara parte de los temarios de
las reuniones presidenciales, y apareciera con significacin en los medios masivos. Hoy
aparece obligadamente en el orden de dichas reuniones, se ha convertido en la cuestin eje
de las campaas electorales en donde los candidatos de todas las tendencias sienten que
deben tomar posicin frente a ella, y es una materia de informacin crecientemente
jerarquizada por diversos medios de opinin. La gran mayora de los sectores percibe que la
regin toda se halla en riesgo por lo que est sucediendo en materia social. Ello ha llevado
al replanteo de ideas tradicionales al respecto, al planteo de nuevos interrogantes, y a la
bsqueda acuciosa de soluciones ms efectivas frente al claro fracaso de las
convencionales. Hay dos grandes reas donde la discusin est comenzando a activarse
hacia direcciones renovadoras. La primera es la de las polticas sociales. Hay reenfoques
importantes en marcha sobre su rol mismo, su inter-relacin con las polticas econmicas y
sus contenidos. El otro, es el de los problemas gerenciales e institucionales que plantea la
ejecucin de polticas sociales de nuevo cuo. El presente trabajo tiene por finalidad poner
a foco algunos de los temas cruciales que deben analizarse y encararse en ambas reas para
"refrescar" con aires nuevos la accin en el campo social. A tal fin, en primer lugar
reconstruye un cuadro de situacin sobre algunos de los principales problemas sociales que
afronta la regin, para disponer de un marco de referencia concreto sobre la problemtica
abierta. En segundo trmino, presenta y analiza lneas del nuevo debate que est surgiendo
sobre las polticas. En tercer trmino, reflexiona sobre la institucionalidad social que sera
necesaria para posibilitar la implementacin efectiva de polticas renovadoras. Finalmente
formula una reflexin de conjunto.
II. CUADRO DE SITUACIN SOCIAL
La inquietud por lo social que recorre el Continente tiene razones muy concretas en qu
basarse. Vastos sectores de la poblacin sufren dificultades y carencias que afectan
duramente sus condiciones bsicas de existencia. A continuacin se resean sumariamente
nueve problemas sociales claves de gran impacto en la regin. Hay diversos otros
problemas sociales que deberan agregarse a esta lista, pero los enfocados permiten
aproximarse a lo que constituye la "vida cotidiana" de muchsimos latinoamericanos.
1. El aumento de la pobreza
Hay disensiones metodolgicas significativas sobre cmo medir la pobreza. Sin embargo,
la mayor parte de las fuentes internacionales coinciden en una constatacin bsica respecto
a la regin: la pobreza ha crecido considerablemente en ella en las dos ltimas dcadas. El
grfico siguiente indica los resultados que se obtienen adoptando un criterio de uso
frecuente, considerar pobres a quienes ganan menos de dos dlares diarios. La medicin
por otros criterios como la canasta bsica de vida, normalmente arroja resultados mayores.
Pero an utilizando esta medicin "conservadora" de la pobreza, es posible apreciar
ntidamente la tendencia:
134
GRFICO 1
PARA TODOS LOS GRAFICOS VER AL FINAL DEL APUNTE DONDE ESTN
AGRUPADOS.
Como se observa, con fluctuaciones menores, la pobreza ha crecido fuertemente en la
regin desde los inicios de los 80. Dadas las condiciones econmicas recesivas de los dos
ltimos aos, 1998 y 1999, es probable que la situacin se haya deteriorado an ms en
ellos.
Algunas de las mediciones nacionales recientes permiten tener idea de la magnitud del
problema. El informe "Estado de la regin" (PNUD-Unin Europea, 1999) indica, respecto
a Centroamrica, que son pobres el 75% de los guatemaltecos, el 73% de los hondureos, el
68% de los nicaragenses, y el 53% de los salvadoreos. En los sectores indgenas las
cifras pueden ser an peores. As en Guatemala es pobre el 86% de la poblacin indgena
frente al 54% de los no indgenas. En Venezuela los estimados oficiales sealan que es
pobre el 80% de la poblacin. En Ecuador se estima que el 62,5% de la poblacin est por
debajo del umbral de pobreza. En Brasil se ha estimado que el 43,5% de la poblacin gana
menos de dos dlares diarios y que 40 millones de personas viven en pobreza absoluta. En
Argentina la tasa de pobreza de las provincias del noreste es del 48,8% y la de las
provincias del noroeste, 46%. Una estimacin reciente (1999) indica que el 45% de los
nios menores de 14 aos del pas, son pobres. Una estimacin de las Naciones Unidas para
toda la regin refiere que entre 1970 y 1980 haba 50 millones de pobres e indigentes, pero
que en 1998 seran 192 millones (Verrier, 1999).
Frente a estas cifras resulta casi trivial el tipo de lnea argumental utilizada por algunos
sectores relativizando el problema: "'pobres hay en todos lados", "pobres ha habido
siempre". Existe efectivamente pobreza en numerosas sociedades. Pero mientras en los
pases desarrollados tiende a estar por debajo del 15% de la poblacin, en diversos pases
de Amrica Latina triplica cuadruplica, o quintuplica, esa cifra. El informe de una
Comisin regional presidida por Patricio Aylwin (1995) estima que se hallaran en pobreza
"casi la mitad de los habitantes de Amrica Latina y el Caribe". Ello significa otro tipo de
problema totalmente distinto. No se trata de "bolsones de pobreza", sino de extensos
sectores en esa situacin. Por otra parte, como se ha visto, las cifras marcan una tendencia
al aumento de la pobreza en la regin.
2. Algunos impactos de la pobreza
Las cifras sobre crecimiento de la pobreza brevemente referidas se transforman en
carencias y penurias agobiantes en la vida diaria. Ms de 10 millones de centroamericanos
(29% de la poblacin) no tienen acceso a servicios de salud, y dos de cada cinco carecen de
agua potable y saneamiento bsico. Un tercio de la poblacin de Centroamrica es
analfabeta. Una tercera parte de los nios menores de cinco aos presenta una talla inferior
a lo normal en lo que inciden procesos de acumulacin de insuficiencias nutricionales en la
madre y el nio.
135
GRFICO 2
Fuente: CEPAL, "Panorama Social de Amrica Latina, 1996" (mencionado por Minujn,
A., "Vulnerabilidad y exclusin en Amrica Latina", en Bustelo y Minujn, Todos entran,
UNICEF, Santillana, 1998)
136
En todos los casos las tasas de desempleo de los jvenes duplican las elevadas tasas
generales. Tambin puede apreciarse que hay un problema de gnero. El desempleo entre
las mujeres jvenes es mayor al que se da entre los hombres jvenes.
Al problema del desempleo se le suma el crecimiento de los trabajos informales. Si bien el
universo de los mismos es heterogneo, un porcentaje mayoritario es, segn lo caracteriza
el PREALC, trabajos inestables, sin apoyo tecnolgico ni crediticio, y sin cobertura social.
Un puesto de trabajo en la economa informal tiene de una tercera a una cuarta parte de la
productividad de uno en la economa formal. Segn los clculos de Tokman, en 1980
trabajaba en la economa informal el 40,6% de la mano de obra no agrcola ocupada, y
actualmente la cifra habra ascendido al 59%.
Las ocupaciones informales implican en muchos casos puestos de trabajo frgiles, de baja
calidad, y sus ingresos son comparativamente cada vez menores en relacin a los puestos
de trabajo de la economa formal. De acuerdo a la CEPAL (1997), los que se desempean
en la economa informal ganan en promedio el 50% de quienes lo hacen en empresas
modernas y trabajan ms horas. Las diferencias salariales entre los profesionales y tcnicos
y los trabajadores en sectores de baja productividad aumentaron entre un 40 y un 60% entre
1990 y 1994. Un tercer problema es actualmente el de la precarizacin de las condiciones
de trabajo. Aumentan los trabajadores sin contrato, o bajo contratos temporales. Se estima
que cerca del 35% de los asalariados est en esas situaciones en Argentina, Colombia y
Chile, y el 74% en el Per.
4. Dficits en salud pblica
Hay avances considerables en las condiciones de salud de la regin. Sin embargo, cuando
se desagregan los datos se observan considerables brechas entre los pases y a su interior.
Tienen clara presencia en tres de los principales indicadores de salud pblica. En cuanto se
refiere a la esperanza de vida, mientras la misma es en Costa Rica de 76,3 aos, slo llega
en Hait a 56,6 y en Bolivia a 59,3. En cuanto a mortalidad infantil, en Costa Rica perecen
13,7 nios de cada mil, antes de cumplir un ao de edad. En cambio la tasa llega en Hait a
86,2, en Bolivia a 75,1, en Brasil a 57,7, en Per a 55,5. Las cifras de mortalidad materna
son en Costa Rica inferiores a 28 por 100.000 madres por ao. En barrios urbanos de Lima
se han estimado en 286, y en comunidades indgenas mapuches en 414.
Diversos anlisis indican que tras esas inquietantes cifras en diversas reas geogrficas y
grupos de la poblacin, subyacen entre otros aspectos marcados dficits en aspectos
cruciales para la salud pblica. El acceso a agua potable, instalaciones sanitarias,
alcantarillado, y energa elctrica, es limitado para amplios sectores. Ello crea factores de
riesgo de mucho peso en salud. Se estima que 130 millones de personas carecen de agua
potable. Por otra parte, el costo del agua para los pobres es mucho mayor que para las
clases medias y altas. Un informe reciente de la Comisin Mundial del Agua (Banco
Mundial, 1999) calcul que para adquirir un metro cbico de agua un habitante de los
barrios de Lima tiene que pagar 20 veces el importe que abona un residente urbano, de los
estratos medio o alto, que slo abre la canilla de su casa. La falta de agua potable y de
instalaciones de disposicin de excretas es esencial en todo orden de riesgos en salud,
particularmente para la poblacin infantil, entre otras expresiones, a travs de las
137
GRFICO 3
TIEMPO NECESARIO PARA GRADUARSE DE SEXTO GRADO
1988-1992
*Fuente: Publicaciones varias del Banco Mundial. Incluido en Claudia Piras "Una
herramienta para mejorar la educacin: mayor poder para las escuelas". Polticas de
Desarrollo. Boletn de Investigacin, BID, marzo 1997.
En todos los pases consignados el nio promedio tarda ms de 6 aos en cursar 6 grados.
En Nicaragua ms de 11 aos, en Per 9, en Venezuela ms de 7. El peso de la elevada
138
GRFICO 4
PORCENTAJE DE NIOS DE 7 A 14 AOS REZAGADOS EN SUS ESTUDIOS
POR RESIDENCIA Y CUARTILES DE INGRESO EN PASES SELECCIONADOS
1990
estudios sobre el Uruguay que indican que los nios extramatrimoniales tienen una tasa de
mortalidad infantil mucho mayor, y que los nios que no viven con sus dos padres,
presentan mayores daos en el desarrollo psicomotriz. Bordieau y Darbel (1999) resaltan el
peso de la familia en las actitudes hacia la cultura y el arte.
Esta unidad, eje de la historia humana, y como se advierte ahora fundamental para el
desarrollo, est atravesando graves problemas en la regin por el embate de la pobreza.
Los indicadores disponibles dan cuenta de diversos procesos de debilitamiento. Crece el
nmero de familias incompletas con madres pobres, solas, jefas de hogar al frente. Se
estima superior al 20%. Se observa una renuencia a formar familias. Ante las
incertidumbres econmicas, Filgueira (1996) detecta en el caso del Uruguay una clara
correlacin entre descenso del salario real y disminucin del nmero de matrimonios.
Aumentan los nacimientos ilegtimos. Se incrementa el nmero de madres adolescentes
Ellas difcilmente van a conformar familias orgnicas.
La familia humilde aparece cada vez con ms dificultades para proporcionar una infancia
normal a los hijos. Est aumentando significativamente el nmero de nios menores de 14
aos que trabajan. Segn la OIT hay en Amrica Latina ms de 17 millones de nios
trabajadores. Ello los va a convertir en candidatos naturales para la desercin y la repeticin
escolar. Aumentan fuertemente los nios que viven en la calle, en la ms absoluta miseria,
y sometidos a todo orden de riesgos. Son una expresin lmite de la incapacidad del ncleo
familiar de contenerlos apropiadamente y del fracaso de la sociedad toda en esta funcin
bsica. A todo ello se suma el ascenso de la violencia domstica en la regin. Segn
estimaciones de Buvinic, Morrison y Schifter (1999), entre el 30 y 50% de las mujeres de la
regin sufre de violencia psicolgica en sus hogares, y un 10 a un 35% de violencia fsica.
Uno de los factores incidentes es el tremendo stress socioeconmico que estn
experimentando numerosas familias ante el avance de la pobreza.
8. El ascenso de la criminalidad
La regin registra una gravsima tendencia al aumento de la criminalidad. Es actualmente la
zona del mundo con ms homicidios del globo, despus del Africa Subsahariana. La tasa
promedio de Amrica Latina cercana a 28,4 homicidios cada 100.000 habitantes por ao,
ms que duplica la tasa promedio mundial. La Organizacin Panamericana de la Salud
estima que la tasa de homicidios de la regin creci en ms de un 44% durante el perodo
1984-94. La criminalidad se ha expandido en la gran mayora de las ciudades. En Rio de
Janeiro en 1996, uno de cada tres nios haba sido asaltado y la mitad haba visto un asalto.
En el Distrito Federal de Mxico en 1990 se robaban 40 automviles por da, y en 1996,
157. Incluso en ciudades con buenos niveles de seguridad en el pasado, como Buenos
Aires, tambin la situacin se ha deteriorado.
La violencia latinoamericana aparece ntidamente como una violencia joven. Los
delincuentes tienden a ser de edades jvenes. Diversos estudios estn indicando
significativas correlaciones entre las tasas de violencia, y factores como la organicidad de la
familia, las tasas de desocupacin juvenil, y los niveles educativos. Investigando los
menores internados en el Instituto Nacional de Menor, en el Uruguay, Kaztman (1997)
141
encontr que slo uno de cada tres formaba parte de una familia normal. Sugerentemente
un estudio de amplio alcance sobre la criminalidad en EE.UU., identific que el 70% de los
jvenes en centros de detencin juvenil del pas, provenan de familias con padre ausente
(Dafoe Whitehead, 1993). El aumento de la violencia parece asimismo tener fuertes lazos
con la antes mencionada elevadsima tasa de desocupacin de los jvenes en la regin, que
supera en muchos pases el 20% y duplica los promedios nacionales. Las cifras indican
tambin vnculos con educacin. En El Salvador, donde el 60% de los reclusos son menores
de 30 aos, el 45% no ha completado la escuela primaria. Si bien el tema es de gran
complejidad e intervienen mltiples factores, los datos indican en general la existencia, en
la regin, de un vasto contingente de jvenes que a travs de los procesos descriptos est
quedando fuera del sistema educacional y del mercado de trabajo, que por ende presenta
una alta conflictividad, y puede ser objeto de manipulacin por los grupos criminales
organizados.
9. El crculo perverso de la exclusin
Los problemas reseados no se dan aisladamente. Tienen profundas interrelaciones que van
conformando "crculos perversos" regresivos. La pertenencia a un hogar pobre aumenta las
probabilidades de que el nio deba trabajar y deserte de la escuela. Las bajas tasas de
escolaridad van a marginarlo de la economa formal. Tendr a su vez dificultades para
formar familias que puedan superar estas condiciones. El destino de pobreza tender a
reproducirse. Un aspecto clave, la probabilidad de ser desocupado, variar sustancialmente
segn el estrato social al que se pertenezca, como puede apreciarse en el grfico siguiente:
GRFICO 5
DISTRIBUCION DE LOS DESEMPLEADOS POR DECILES DE INGRESOS
(Porcentajes)
(a) Buenos Aires, (b) San Pablo y Rio de Janeiro, (c) Bogot, (d) Gran Santiago, (e) reas
de alta densidad
Fuente: CEPAL, basado en tabulaciones de encuestas de hogares. Incluido en Jimnez y
Ruedi (1998)
Como se advierte en los primeros estratos del grfico, los ms pobres, las cifras de
desocupacin multiplican ms de 10 veces en casi todos los casos las que se registran en el
ltimo estrato, el 10% de mayores ingresos.
El crculo perverso "familia pobre, educacin incompleta, desocupacin, pobreza",
interactuar con otros crculos perversos como el de "falta de accesos a bienes bsicos
como agua potable, instalaciones sanitarias, electricidad, mala salud, dificultades
laborales", o el de "delincuencia, imposibilidad posterior de encontrar trabajo para
reinsertarse, probabilidad de reincurrir en delincuencia". En el conjunto de la situacin se
va produciendo un acentuado proceso de exclusin social. Un extenso sector de la
142
Esa visin ha chocado fuertemente con los hechos. El crecimiento sostenido no deviene
mgicamente de algunas recetas tcnicas. Parece ser un proceso mucho ms complejo y
difcil. An alcanzando crecimiento tampoco se derrama solo. En diversas experiencias
latinoamericanas se han dado tasas de crecimiento significativas y los datos sociales no
variaron y en algunas, como la de Chile durante la dictadura militar, segn las cifras
empeoraron, aumentando fuertemente el porcentaje de poblacin en pobreza. Por su parte,
las polticas sociales desjerarquizadas cumplieron muy limitadamente su papel de
"asistencia pblica". Eran muy dbiles para contestar a la creciente demanda por respuestas
sociales y en el enfoque puramente asistencial tenan un rol muy limitado.
Los resultados contrastaron en Amrica Latina y otras regiones con los supuestos de la
visin convencional. Sus promesas de mejora de las condiciones de la poblacin en
perodos razonables no se cumplieron. Ante ello ha surgido una fuerte corriente de
pensamiento que exige la revisin de toda la visin. El Vicepresidente y Economista Jefe
del Banco Mundial, Joseph Sitglitz (1998), sostiene: "yo argumentara que la experiencia
latinoamericana sugiere que deberamos reexaminar, rehacer y ampliar los conocimientos
acerca de la economa de desarrollo que se toman como verdad, mientras planificamos la
prxima serie de reformas". Propone en varios de sus trabajos recientes revisar el Consenso
de Washington y avanzar hacia un nuevo consenso post Washington. Su propuesta implica
una reestructuracin integral de la concepcin de cules son las metas del desarrollo y
variaciones consiguientes sustanciales en los instrumentos. La sintetiza as:
"El consenso de Washington abog por el uso de un conjunto pequeo de instrumentos
(incluyendo la estabilidad macroeconmica, comercio liberalizado y la privatizacin) para
alcanzar una meta relativamente estrecha (el crecimiento econmico). El consenso post
Washington reconoce, tanto que un conjunto ms amplio de instrumentos es necesario,
como que nuestras metas son tambin ms amplias. Buscamos incrementos en los niveles
de vida, incluyendo mejoras en salud y educacin, no solamente incrementos en el
Producto Bruto Interno que se calcula. Buscamos el desarrollo sostenible, que incluye la
preservacin de los recursos naturales y el mantenimiento de un ambiente sano. Buscamos
el desarrollo equitativo que garantice que todos los grupos de la sociedad, no slo el estrato
alto, disfruten los beneficios del desarrollo, y buscamos el desarrollo democrtico, en el que
los ciudadanos participen de varias formas en las tomas de decisiones que afectan sus
vidas".
El Premio Nobel Amartya Sen (1999) sugiere que debe haber revisiones profundas en la
visin convencional del desarrollo, por cuanto en mltiples planos es posible advertir que el
slo crecimiento, desde ya necesario y deseable, no soluciona los problemas sociales. As
seala, con apoyo en una amplia base de datos y mediciones economtricas, cmo variables
fundamentales como la mortalidad y la morbilidad no reaccionan mecnicamente ante el
aumento del producto bruto per cpita, refutando concepciones circulantes. Describe as la
situacin real: "A igualdad de otros factores, una renta ms alta hace al individuo o a la
comunidad ms capaz de eludir la mortalidad prematura o la morbilidad evitable". Pero
subraya que ese es un escenario ficticio. Resalta: "en general los dems factores no son
iguales. Por consiguiente, los ingresos constituyen un factor de influencia positiva y, sin
144
embargo, dada la variacin de otros factores (servicios mdicos, atencin de salud pblica,
condiciones de la enseanza, etc.) muy a menudo la gente ms rica tiene vidas mucho ms
breves y se ve superada por gente ms pobre en trminos de proporciones de supervivencia
(se refiere a pases con per cpita mayor a otros, y en cambio esperanza de vida menor)".
Concluye: "Tan estpido sera pretender que una renta elevada no es un factor que favorece
la buena salud y la supervivencia prolongada, como sostener que es el nico factor que
contribuye".
Las nuevas ideas apuntan a la revisin de planos claves. Los objetivos del desarrollo no
pueden ser unidimensionales. Se buscan metas macroeconmicas, pero al mismo tiempo
metas de desarrollo social, de equidad, de preservacin del medio ambiente, de estabilidad
y profundizacin de la democracia. Los instrumentos no pueden estar atados a una sola de
las metas, deben ser vlidos para avanzar coordinadamente hacia todas ellas. No pueden ser
compatibles con una, a costa de incompatibilidades severas con las otras. Todo ello
complejiza desde ya el tema del desarrollo. Pero de ello se trata, los fracasos exigen
complejizarlo para poder tener resultados mejores.
En este nuevo marco la poltica social tiene un rol muy distinto al semi marginal que le
corresponda en la visin convencional. Surge la necesidad de articular estrechamente las
polticas econmicas y sociales, para generar resultados conjuntos en trminos de las metas
de ambos campos. Se aprecia que siendo impresincidible que haya crecimiento, no habr
derrame sino hay una poltica social agresiva. Los vnculos entre crecimiento econmico y
desarrollo social no son lineales. Las interrelaciones son mucho ms complicadas,
especialmente en sociedades con altos niveles de inequidad. La dimensin asistencial es
slo una de las funciones potenciales de la poltica social, cumple roles tiles, pero se
requiere una poltica social con mayscula, que no slo "tape agujeros", sino que movilice
capacidades latentes. En la concepcin renovada, la poltica social s importa.
2. El redescubrimiento del potencial productivo de la poltica social
La poltica social tiene una clara legitimidad tica. Es inadmisible moralmente que amplios
sectores de la poblacin de un continente tan dotado de recursos naturales como Amrica
Latina estn sumidos en graves privaciones. Pero a ello se suma actualmente una
"legitimidad macroeconmica. La "calidad poblacin" de un pas es a fines del siglo XX un
dato decisivo en las posibilidades de alcanzar progreso tecnolgico, competir y crecer. Los
cambios fundamentales en los patrones tecnolgicos de produccin de bienes y servicios
han puesto en un lugar central a las capacidades humanas disponibles en cada pas. Las
innovaciones tecnolgicas ms significativas en un espectro amplio de campos, desde las
comunicaciones, hasta la electrnica, tienen en comn que se apoyan en el conocimiento y
las competencias de los seres humanos para manejarlas. Por ende, las posibilidades de un
pas de acceder a ellas, utilizarlas adecuadamente, difundirlas en su economa, estn
fuertemente ligadas a su "stock" de calificaciones en su poblacin. Contar con un capital
humano saludable, desde ya bien nutrido, y bien preparado, es un prerequisito esencial para
el desarrollo y la competitividad
Las economas ms exitosas del mundo han hecho buen uso de estas constataciones. Llevan
adelante una enrgica poltica social en las reas de educacin y salud, destinada a mejorar
145
continuamente las calidades de sus recursos humanos. Los resultados son muy concretos.
Exportan crecientemente "tecnologa de punta" basada en dichas calidades.
Estos procesos tienen pleno reflejo a nivel microeconmico. Las empresas de avanzada se
caracterizan por realizar crecientes inversiones en entrenamiento y desarrollo de su
personal, y el rea de "desarrollo de recursos humanos" ha sido rejerarquizada en sus
estructuras organizacionales, hallndose en la cpula de las mismas. Han verificado en la
prctica que la inversin en "capacidades del personal" es una de las que tienen mayor
retorno en la economa.
La educacin "paga," y tambin lo hace la asignacin de recursos a salud y la vigorizacin
de las polticas respectivas. Dar agua potable e instalaciones sanitarias al conjunto de la
poblacin, por ejemplo, factores decisivos para la salud pblica, puede prevenir costos
extenssimos posteriores en infraestructura hospitalaria, y atencin mdica.
Por otra parte, es posible a travs de la poltica social desatar "crculos virtuosos"
optmizantes, mediante la combinacin a fondo de las polticas de salud y educacin. As,
entre otras reas, se considera que una de las inversiones ms rentables del planeta es
actualmente gastar en "educacin de nias". Los resultados macroeconmicos medidos son
espectaculares. Dotar a las nias de familias pobres de ms y mejor educacin, significa
aportarles capital educativo que utilizarn luego en reducir el embarazo adolescente,
manejar mejor los perodos preparto y parto, y administrar adecuadamente la nutricin de
sus hijos. El papel multiplicador de este gasto puede ser muy relevante. As, las
correlaciones entre nivel de educacin y embarazo adolescente, son muy robustas. Puede
apreciarse ello en el cuadro siguiente:
CUADRO 2
AMRICA LATINA (12PASES): MUJERES ENTRE 20 Y 24 AOS
CON HIJOS SOBREVIVIENTES TENIDOS ANTES DE LOS 20 AOS,
SEGN NIVEL EDUCACIONAL ALCANZADO, 1994
(porcentajes)
GRFICO 6
INGRESO QUE RECIBE EL 5% MS RICO
(porcentaje del ingreso total)
GRFICO 7
INGRESO QUE RECIBE EL 30% MS POBRE
(porcentaje del ingreso total)
Reconstruir capital social implicar procesos muy amplios de trabajo en mltiples esferas.
Entre ellas, la poltica social tiene un gran rol a jugar tanto indirecto a travs del
enfrentamiento de la pobreza y la desigualdad, como directo, promoviendo en sus
iniciativas y programas, como un objetivo deliberado y sistemtico, el desarrollo de las
ingentes potencialidades que en trmino de capital social tienen las sociedades
latinoamericanas.
5. Desarrollo distorsionado versus desarrollo integrado
Todos los frentes de "nuevas ideas" anteriores y otros aadibles a ellos, estn en pleno
debate en los pases, en la academia y en diversos organismos internacionales a cuyo
interior hay importantes discusiones y revisiones. Todo ello est confluyendo en los inicios
de la reformulacin del proyecto global de desarrollo. Stiglitz (Octubre, 1998) resume as
algunos de los aprendizajes realizados de los errores cometidos:
"Hemos aprendido en el ltimo medio siglo que el desarrollo es posible, pero tambin que
no es inevitable. Hemos aprendido que el desarrollo no es slo un tema de ajustes tcnicos,
sino una transformacin de la sociedad. Me he referido a las desilusiones con el consenso
de Washington, que ha previsto un conjunto de prescripciones que han fallado en avanzar
esas transformaciones para el desarrollo. El consenso ha sido demasiado estrecho, tanto en
sus objetivos, como en sus instrumentos".
El Informe sobre el Desarrollo Mundial 1999, del Banco Mundial, seala en esa direccin
que los marcos de trabajo para el desarrollo en los ltimos 50 aos tendieron a concentrarse
demasiado en una sola clave para el desarrollo. Cuando una clave fallaba, dice, todo el
tiempo y en todos los lugares se apartaba y se buscaba otras. Menciona entre otros errores
de "que tampoco funcion la prctica de reducir impuestos a los ricos con la esperanza de
que beneficiarn a los pobres".
El sistema de las Naciones Unidas ha hecho cuestionamientos de fondo a las metas
propuestas por el proyecto de desarrollo convencional a travs de su paradigma de
Desarrollo Humano. La propuesta de la ONU plantea que es errneo medir si estamos
progresando en desarrollo a travs de indicadores tan restringidos y ambiguos como el
producto bruto per cpita. Se requiere una medicin mucho ms integral. La meta final del
desarrollo, alega, no es esa; ese es un medio, hay que focalizarse en ver si se avanza
realmente las metas finales que tienen que ver con que la gente viva ms aos, con mejor
calidad de vida, tenga libertades, acceso a la educacin, acceso a la cultura, y otras reas.
Est emergiendo la idea de que muchos esfuerzos se han enfocado en lograr un desarrollo
que en la prctica se convirti en un "desarrollo distorsionado". Slo algunos sectores de la
sociedad se beneficiaron de l, aumentaron las brechas internas, vastos sectores quedaron
excluidos, y el perfil mismo de sociedad se resinti en aspectos bsicos. Se propone
encaminarse en cambio hacia un "desarrollo integrado". En esta concepcin se trata de
avanzar armnica e integradamente en los campos del desarrollo econmico y el social. La
idea bsica es que es imprescindible que una sociedad crezca econmicamente, tenga
condiciones de estabilidad, progreso tecnolgico, competitividad, pero ello no excluye, sino
por el contrario, requiere de un desarrollo social a fondo y polticas sociales agresivas. La
152
GRFICO 8
153
GRFICO 9
INCIDENCIA DEL NIVEL DE INEQUIDAD SOBRE EL CLIMA
DE CONFIANZA (39 Estados de EE.UU.)
Fuente: Kawachi, I., B. Kennedy and K. Lochner (1997). "Long live community. Social
capital as public health." The American Prospect (November-December).
En la visin que lleva normalmente al desarrollo distorsionado, interrelaciones de este tipo
entre variables de equidad, de cohesin social, culturales, y las cifras vitales han sido
desconocidas. Lo mismo ha sucedido con muchos otros patrones de interrelacin. Ello
puede llevar a resultados que despiertan profundos interrogantes, como los que formula
Birdsall (1998) respecto a Amrica Latina, poniendo a foco las consecuencias en trminos
de inequidad de diversos 'crculos perversos': "es posible que las tasas de crecimiento en
Amrica Latina no puedan ser ms del 3 el 4% a distancia de las necesarias, en tanto no
se cuente con la participacin y el aporte de la mitad de la poblacin que est comprendida
en los porcentajes ms bajos de ingresos".
6. La revalorizacin de las polticas pblicas y del rol del Estado
La discusin sobre el rol del Estado pareca casi terminada hasta hace pocos aos. Bajo una
andanada de cuestionamientos sobre sus funciones y capacidades surga con fuerza la idea
eje de minimizar su presencia, y cundan los esfuerzos de desmantelamiento. Ahora est
replanteada. No hacia atrs sino hacia adelante. En las nuevas ideas no se defiende volver al
Estado de dcadas atrs, que activaba en las ms diversas reas, y a la ilusin de que el
Estado solo podra resolver todos los problemas. Ello se descarta. Pero se plantea, como lo
hace el Banco Mundial (1997) en su informe especial sobre el rol del Estado, que el
extremo opuesto ha demostrado asimismo ser errado e ineficiente. El desarrollo, dice el
informe, requiere un Estado efectivo y resalta que "sin un buen gobierno no hay desarrollo
econmico ni social". Los dos extremos: el Estado omnipotente, y el Estado ausente, estn
dejando paso a otra manera de ver el problema. La misma forma parte del ncleo central de
ideas del enfoque de desarrollo integrado recin expuesto. Si se desea alcanzar simultnea y
coordinadamente desarrollo econmico, social, sustentable, y poltico, se necesita
imprescindiblemente de polticas pblicas activas, y gerenciadas con alta eficiencia.
Hay una amplia serie de roles no tradicionales que se esperan del Estado. Tienen que ver
con campos como el mejoramiento de la equidad, el asegurar salud pblica y educacin
para todos, la regulacin, la integracin econmica regional, el impulso al progreso
tecnolgico y la competitividad, un sistema de justicias que sea garanta para todos, y otros.
154
Interrogantes como estos no pueden ser contestados con "recetas". Se requiere una
bsqueda "heurstica" que se interne en la complejidad de los problemas institucionales y
gerenciales subyacentes. Por otra parte, cada realidad nacional tiene su propia historia y
caractersticas en este plano que debe ser respetada. Como bien seala Hood (1998)
refirindose a la reforma de la administracin pblica en general, previniendo sobre las
'soluciones generalizables': "los factores histricos y culturales determinan el rango de
reformas disponibles para cada gobierno".
Intentaremos, dentro de estas coordenadas, el respeto a la complejidad del tema, y sus
particularidades a nivel nacional, delinear algunas proposiciones de trabajo que podran ser
tiles en el camino de bsqueda que debera recorrerse en cada realidad. Surgen de la
observacin y el estudio de los problemas de gestin que se presentan continuamente en la
ejecucin de las polticas sociales en Amrica Latina, y tambin del anlisis de errores
tpicos que se cometen en los intentos de reforma de dichas reas.
de fondo que slo pueden ser corregidos con polticas adecuadas. La gerencia no puede
variar en el proyecto mismo de desarrollo.
Entre esos dos extremos, su marginacin o su idealizacin, se halla el rol real que puede
cumplir la gerencia que es fundamental para la reforma social. Las modificaciones en el
proyecto de desarrollo y las polticas renovadoras podrn transformarse en realidades slo
si se cuenta con una institucionalidad social y una gerencia de la mejor calidad posible.
2. Gerenciar en el campo social no es lo mismo que hacerlo en otras reas de la economa
La gerencia no es un fin en s mismo. Es un medio para obtener determinados objetivos. La
"misin" organizacional condiciona el tipo de gerencia necesario. Los objetivos que se
busca obtener en el campo social, al llevar adelante polticas y programas sociales, tienen
caractersticas singulares. Entre ellas, son objetivos que normalmente no son alcanzables a
corto plazo. Reducir la desercin en la escuela primaria, bajar el nmero de madres
adolescentes, reducir la criminalidad joven, son por naturaleza objetivos que slo pueden
cumplirse en el mediano o largo plazo. Ello significa, entre otros aspectos, que habr que
sostener acciones continuadas durante perodos extensos de tiempo, y prever cmo
mantener el apoyo hacia las mismas a pesar de que sus resultados no sean visibles
rpidamente. Por otra parte, los objetivos son en diversos casos de neto corte cualitativo.
Por ejemplo, mejorar la autoestima de una comunidad pobre, desarrollar elementos de
capital social, como el clima de confianza o la conciencia cvica, fortalecer las relaciones
familiares. Son mltiples los factores a movilizar para obtener objetivos de este orden. No
dependern nunca de un programa nico, o una institucin determinada. Asimismo, no
sern medibles a travs de las mismas metodologas aplicadas a objetivos cuantitativos.
Requieren abordajes diferentes.
A estas y otras singularidades se agrega que en el campo social cualquier programa,
distribucin de vaso de leche, agua potable para zonas rurales, saneamiento urbano en
barrios, descenso de la repeticin escolar, tiene que cumplir junto a sus metas especficas
ciertos meta-objetivos. Actualmente se aspira a que todos los programas sean eficientes, es
decir hagan un uso optimizante de los recursos asignados. Al mismo tiempo contribuyan
efectivamente a mejorar la equidad. Si el modelo gerencial no es el adecuado para llegar a
poblaciones carenciadas, puede darse, y ha sucedido en la regin en diversas oportunidades,
que el programa sea cooptado por sectores con mayor educacin y poder, como estratos
medios de la poblacin, desvirtundose sus metas y no cumplindose los propsitos de
mejorar la equidad. Los programas deben desarrollar, asimismo, bases para su
autosustentacin. Evaluaciones internas del Banco Mundial (Blustein, 1996) han indicado
que cerca de un 50% de sus proyectos no pasaban el test respectivo. Despus de
completarse el proyecto en cinco o seis aos, los beneficios para los pases recipientes no
continuaban. Los programas deben desarrollar fuerzas en la direccin de la
autosustentacin. Ello lleva directamente a un cuarto objetivo: se desea que los programas
sociales sean participativos. Que la comunidad asistida tenga un rol activo en ellos. La
experiencia comparada ha demostrado terminantemente que esa es una va central para
construir autososteniblidad. A ello se suma que la participacin tiene mltiples beneficios
para el desarrollo del capital social, y el crecimiento de las personas, y ventajas gerenciales
muy concretas.
157
Las polticas y programas sociales tienen, por lo visto, metas con contenidos propios de
ellas. No se puede trasplantar para cumplir metas de este tipo, modelos gerenciales que
pueden ser altamente eficientes para otras metas pero no estn adecuados a estas. Entre
fracasos frecuentes en el campo social se hallan los casos en donde se trat de copiar
recetas del "business administration", calcando modelos de la empresa privada, que estn
diseados para metas muy distintas: maximizacin de utilidades, rotacin del capital,
captacin de clientes, etc. Tambin se hallan los intentos de replicar modelos de la
administracin pblica tradicional, que pueden ser apropiados en procesos rutinarios pero
no son vlidos para las caractersticas muy diferentes de la accin en el campo social.
Surge la necesidad de una "gerencia social" que debe tomar todos aquellos aspectos de
otras gerencias que le puedan ser tiles, pero debe tener un perfil propio correlativo a sus
metas particulares.
El planteo de respetar las singularidades no se hace slo en el campo de la gestin social.
Goodard y Riback (1999), despus de analizar gobernadores y alcaldes exitosos en EE.UU.,
afirman que "los que prestan el mejor servicio a sus ciudadanos estos das, son aquellos que
reconocen las claras diferencias entre el propsito del gobierno y el propsito de los
negocios". Krugman (1996) examina los requerimientos para disear poltica econmica y
para manejar empresas privadas, y concluye que son muy diferentes. Seala que "un pas
no es una corporacin de negocios". Advierte contra los errores cometidos al tratar de
extrapolar de la gestin privada al manejo de la economa.
3. Se debe montar una institucionalidad social fuerte, jerarquizada y profesionalizada
La envergadura de los problemas sociales de la regin requiere respuestas acordes para que
no sigan producindose los moralmente inadmisibles padecimientos y vctimas que estn
causando y los graves daos que se estn produciendo al desarrollo y la democracia. Dichas
respuestas deben darse en cambios en las polticas pero tambin tener registro en los
instrumentos institucionales. Ello no se observa en la mayor parte de los pases. La realidad
est caracterizada, entre otros aspectos, por: asignaciones de recursos a reas como salud,
educacin, vivienda, familia, que si bien han mejorado en algunos pases, siguen siendo
inferiores a las medias internacionales, y en otros son muy escasas; fuerte tendencia - ante
problemas financieros - a recortar en primer lugar esos recursos; Ministerios sociales sin
acceso a los foros de decisin macroeconmica cuyas resoluciones van a tener enormes
consecuencias sociales; inexistencia de un servicio civil profesionalizado; falta de atencin
a la preparacin de una gerencia de alto nivel especializada y estable.
O'Donell (1999) alerta sobre la magnitud de los daos institucionales causados al sector
social en aos recientes:
"... los sueldos, las condiciones de trabajo, y las perspectivas profesionales de los
funcionarios del rea social que estn en contacto directo con los pobres y les ofrecen
servicios (trabajadores de la sanidad, maestras, asistentes sociales), se deterioraron
tremendamente. Algo semejante cabe decir de los funcionarios de la burocracia central que
trabajan en la poltica social tanto en el plano nacional como, especialmente, el local. Es
158
sabido que estas esferas del Estado han sido a menudo bastiones de clientelismo e
ineficiencia, pero la blitzkrieg desatada contra ellas con el propsito de reducir el dficit
fiscal, o por mero antiestatismo, no hizo nada por mejorar su situacin. Por el contrario, en
varios pases esa ofensiva prcticamente amput el brazo del Estado ms necesario para
llevar a cabo polticas sociales razonablemente eficaces".
Es urgente superar las condiciones que pone a foco con precisin O'Donell. Es necesario
levantar en la regin una institucionalidad social adecuada al papel prioritario que segn
reclama la poblacin deben tener los problemas correspondientes. La inversin en la
materia debe ser consona con la magnitud y profundidad de los problemas vistos. En los
recortes deben considerarse los efectos devastadores que suelen producir los que se
efectan en este campo, no perder de vista su carcter de necesidad prioritaria, y buscar
cmo generar recursos por otras vas, como el mejor control de la evasin fiscal. Debe
establecerse un servicio civil profesional en las instituciones sociales, con adecuadas
remuneraciones, posibilidades de desarrollo, entrenamiento continuo, y a su tope una
gerencia especializada y estable. Debe jerarquizarse el papel de las entidades ministeriales
y agencias respectivas, y tomar muy en cuenta sus puntos de vista en el diseo de las
polticas econmicas.
4. Optimizar resultados en el campo social requiere necesariamente abordajes
intersectoriales
La coordinacin es deseable con frecuencia en gerencia, pero en gerencia social es
imprescindible. Los programas sociales procuran metas que por la configuracin del
problema mismo no son alcanzables por un solo actor organizacional. Aumentar el nmero
de nios que terminan la escuela primaria en un municipio, por ejemplo, no significa slo
trabajar en el mbito de la escuela. Ella es clave, pero las causas de la desercin la exceden.
Ser necesario utilizar un enfoque que opere sobre la unidad familiar, creando incentivos
para que la misma se empee en que el nio contine en la escuela, se deben mejorar las
condiciones nutricionales, en muchos casos causantes de la desercin, facilitar el transporte
del nio a la escuela, sensibilizar a los padres sobre las ventajas que implicar completar los
estudios y otros factores. Se necesitar el trabajo mancomunado de instituciones de diverso
tipo que pueden operar sobre esas variables, de salud en lo relativo a la nutricin, de apoyo
a la familia, de vivienda, de transporte. Por ello, programas como el de Brasilia que ha
combinado estmulos a la familia, con la accin de la escuela, y otros elementos, ha logrado
resultados significativos en plazos reducidos. Lo mismo sucede con la mayora de los
programas sociales. Para mejorar la salud preventiva, por ejemplo, es indispensable que
haya un trabajo muy bien articulado entre las reas de salud y educacin. Programas como
el desenvuelto en aos recientes en Costa Rica, entre ambos Ministerios, preparando a los
maestros para desarrollar unidades formativas en salud preventiva en el aula, pueden arrojar
resultados muy efectivos en las cifras de salud pblica.
Las causas de la pobreza son mltiples e interrelacionadas. Combatirlas efectivamente
requiere abordajes consiguientemente intersectoriales. La accin combinada multiplica la
posibilidad de logros de cada uno de los actores organizacionales. La coordinacin en
gerencia social es obligada si se desea eficiencia, porque hay una dependencia estructural
159
entre los actores. Los mejores programas sern en muchos casos programas imaginativos en
cuanto a potenciar estas interdependencias, y transformarlas en externalidades comunes.
En Amrica Latina ha predominado en el campo social un enfoque casi opuesto, con fuerte
nfasis sectorial. Cada rea social ha hecho casi un punto de "honor organizacional" de su
autonoma, y salud, educacin, familia, juventud, trabajo, se plantean como "feudos"
separados, y tratan de que los "extraos" no intervengan en sus operaciones. Ello conduce
necesariamente a resultados limitados, y a serias ineficiencias.
3. 5. Hay que aprender gerencia interorganizacional
Una de las habilidades que debe desarrollar una nueva institucionalidad social en la regin
es la de la gerencia interorganizacional. Los programas debern ser, como se mencion,
programas donde participen varios Ministerios, diversas agencias pblicas, Gobernaciones,
Municipios, y la sociedad civil a travs de diversas expresiones. Gerenciar la operacin
conjunta de distintas organizaciones no es lo mismo que llevar adelante una organizacin
especfica. Se requieren importantes capacidades para sensibilizar permanentemente sobre
las ventajas del trabajo conjunto, desenvolver procesos de negociacin para zanjar las
diferencias, capitalizar las fortalezas y limitar las debilidades de cada organizacin,
comprender las diferentes culturas organizacionales, construir puentes entre ellas,
desarrollar un lenguaje comn, aprovechar las oportunidades que pueden surgir para la
accin combinada.
6. Es necesario superar las falsas oposiciones entre gobierno por un lago, y ONG y
sociedad civil por el otro
El problema social latinoamericano no puede ser delegado exclusivamente en el Estado.
Todos los sectores de la sociedad deberan asumir responsabilidades y participar en su
enfrentamiento. Deben armarse extensas redes de colaboracin permanente que engloben a
todos los actores sociales posibles, orientadas a atacar problemas concretos de envergadura.
En la actualidad la situacin es muy diferente. Hay grupos de la sociedad civil que no
reconocen tener responsabilidades al respecto. Permanecen indiferentes. Hay con
frecuencia desconfianza y conflictos entre la accin estatal y la de las ONG. Hay amplios
sectores que tendran alta disposicin al trabajo voluntario que no encuentran caminos
apropiados para canalizar sus aportes.
Existen importantes oportunidades organizacionales en superar estas situaciones. Estado y
ONG deben aliarse estrechamente aprovechando los puntos fuertes de cada uno y
minimizando sus limitaciones. Las ONG tienen un importante potencial en trminos de
factores como flexibilidad, agilidad, compromiso, cercana a la comunidad. Pero deben
estar conscientes de que solas no producirn cambios de fondo, se necesita para ello el
concurso de las polticas pblicas. La realizacin de alianzas estratgicas entre ambos y la
incorporacin a las mismas de iglesias, comunidades vecinales, asociaciones de inters
pblico, Universidades, sectores empresariales dispuestos a la solidaridad, sindicatos
obreros, y otros grupos, puede ampliar considerablemente los recursos reales humanos y
materiales para la accin social e incrementar su efectividad. Por ejemplo, vase el papel
160
cumplido por uno de los actores potenciales de esas alianzas, el voluntariado, en diversos
pases. En Espaa en aos cercanos un gran movimiento de opinin gestado por los jvenes
exigi y logr compromisos formales en cuanto a aumentar sustancialmente los recursos
del pas para solidaridad internacional. En Israel, el pas del mundo con mayor porcentaje
relativo de trabajadores voluntarios, ellos producen en servicios principalmente sociales, el
8% del producto bruto nacional.
7. Una clave para la eficiencia; descentralizacin ms participacin
La descentralizacin de los programas sociales aparece como una posibilidad muy concreta
de acercarlos a la comunidad, tener contacto directo con sus necesidades, obligar a mayor
transparencia, posibilitar el control ciudadano, desburocratizar, generar mayor agilidad,
poder realizar un monitoreo sobre la marcha de su ejecucin y otras ventajas
organizacionales. Sin embargo, en la experiencia internacional y en la prctica de la regin
tambin ha demostrado tener riesgos. Uno de los principales es que si los niveles de
polarizacin social y de asimetra en el poder son muy amplios en las gobernaciones y
municipios, hacia los que se descentraliza, los grupos poderosos puedan cooptar en su favor
los procesos descentralizados, "capturando" los programas. Otro es que el proceso sea
ambiguo en algunas de sus dimensiones. Se transfieran recursos limitados en relacin a las
responsabilidades asignadas, no se delimitan con precisin los roles que le quedan al poder
central, las delegaciones son fcilmente reversibles. Tambin puede darse la situacin de
que las organizaciones regionales y locales hacia las que se descentraliza no tengan
suficiente capacidad institucional para gerenciar los programas puestos a su cargo. En todos
esos casos, la situacin post descentralizacinn puede incluso llegar a ser peor que la
previa, por cuanto los servicios que antes prestaba con ineficiencias el poder central, pero
con cierta seguridad, ahora pueden quedar en el "aire".
Todo ello no invalida el enorme potencial de la descentralizacin como arma de gestin
social. Obliga a tomar provisiones que puedan contrarrestar estos riesgos. Se impondr,
entre otros aspectos, disear con claridad los trminos de la descentralizacin y tratar de
que sean efectivamente viables para los niveles regionales y locales, y desarrollar la
capacidad institucional de los mismos. La "combinacin ganadora" parece surgir, segn la
experiencia, cuando se suman la descentralizacin y la participacin genuina de la
comunidad. Los procesos de descentralizacin son uno de los campos en donde la
participacin considerada actualmente una de las vas maestras para obtener mejor
eficiencia en todo tipo de organizaciones pblicas y privadas, tiene mayores positividades.
Si la comunidad organizada cogestiona los programas sociales descentralizados, se
ajustarn estrictamente a las demandas reales, habr un "feed back" continuo sobre sus
efectos que permitir corregirlos sobre la marcha, habr una presin por transparencia y
pulcritud en el uso de recursos que erradicar la corrupcin, y limitar las prcticas
clientelares, recibirn aportes permanentes de ideas para su mejora, y habr un contrapeso
efectivo a la posibilidad de cooptacin por "elites' locales.
As como la descentralizacin requiere de la participacin, crea asimismo oportunidades
importantes para esta ltima, y los "crculos virtuosos" que puede desencadenar una
participacin genuina son formidables. Las comunidades carenciadas tienen mucho que
aportar a los programas sociales dirigidos a ellas. Los razonamientos que las desvalorizan, a
161
partir de su misma pobreza, han resultado desmentidos por los hechos. Los programas
sociales de mayor rendimiento comparado son aquellos en que se ha abierto posibilidades
autnticas de participacin. Entre otros, un estudio de Narayan (1994) sobre la contribucin
de la participacin popular, muestra su potencialidad. La investigacin analiz 121
proyectos de dotacin de agua potable a campesinos pobres en 49 pases de Africa, Asia y
Amrica Latina. Los proyectos con elevada participacin tuvieron un alto rendimiento en el
80% de los casos y un rendimiento mediano en el 20% restante. Ninguno tuvo bajo
rendimiento. Los de baja participacin tuvieron un alto rendimiento slo en el 2,7% de los
casos, un rendimiento mediano en el 40%, y un bajo rendimiento en el 5,3%.
Las mismas constataciones pueden hallarse en Amrica Latina. La apelacin masiva y
genuina a la participacin fue la base de algunas de las experiencias sociales ms exitosas y
renombradas internacionalmente de Amrica Latina, como Villa el Salvador del Per, las
escuelas pblicas gestionadas por los padres en Minas Geraes, y el Presupuesto
Participativo de Porto Alegre. En todos estos casos la participacin moviliz a fondo el
capital social latente en la comunidad. En Villa El Salvador la muchas veces premiada
comunidad autogestionaria del Per, de cerca de 300.000 almas, los pobres no tenan
ningn tipo de bienes, y levantaron un municipio entero con sus manos en un breve perodo
histrico. No tenan patrimonio econmico, pero s capital social muy rico. Provenan de las
sierras peruanas y contaban con un bagaje muy amplio de valores, actitudes solidarias,
experiencia de vida comunal, y otros elementos culturales, cultivados durante siglos por la
cultura andina. En el ambiente propicio de la participacin dichos elementos se movilizaron
activamente y fueron decisivos en sus logros2.
8. Se necesitan pactos y concertaciones sociales de apoyo para posibilitar una gerencia
social eficiente
Los programas sociales necesitan contar con respaldos amplios de la sociedad para poder
cumplir con efectividad sus metas. Como se seal anteriormente por lo pronto existen
sectores que desconfan casi por principio de los programas. Que consideran que el gasto
social es "ilegtimo". Los programas deben procurar contrarrestarlos explicando
detalladamente a la opinin pblica sus aportes posibles, tanto desde el punto de vista tico,
como del productivo, y deben procurar en el marco de los mecanismos democrticos
concertaciones sociales en su apoyo. Esas concertaciones les sern asimismo fundamentales
para "aguantar" los extensos perodos que con frecuencia se necesitan para lograr objetivos
tangibles en el campo social. Tambin permitirn sostenerlos frente a las amenazas de
recortes destinados a solucionar desequilibrios financieros en otras reas. Asimismo, sern
vitales si se necesitan de nuevas etapas para consolidar el programa y extenderlo.
Todos estos aspectos son fundamentales para que pueda desenvolverse en los programas
sociales una gerencia eficiente con proyecciones de mediano y largo plazo. En esta, como
en otras reas del desarrollo, la dimensin poltica es esencial. Si por ejemplo, programas
dirigidos al fortalecimiento de la escuela pblica cuentan con asociaciones de padres de las
mismas, organizados para defenderlos, muy distintos sern los resultados a si slo los
defienden los profesionales que los ejecutan.
V. UNA REFLEXIN FINAL
162
En recientes presentaciones pblicas, el Papa Juan Pablo II (1999) que "el problema de la
pobreza es algo urgente, que no puede dejarse para el maana", pues desde todo el mundo
"se alza el lamento de los pobres, el grito de los nios, de las mujeres, de los ancianos, los
refugiados, de las vctimas de la guerra, de los desempleados". Asimismo, resalt que "el
desarrollo y el progreso econmico nunca deben llegar a costa del hombre y de la mujer
dificultando la tarea de satisfacer sus necesidades fundamentales, el avance no puede ser a
cualquier precio".
Sus afirmaciones parecen muy sugerentes para los dilemas latinoamericanos. Los
problemas a los que se pas revisin en este trabajo no admiten demoras. Hay un costo muy
pesado por cualquier postergacin. En el campo social, a diferencia de otras reas, los
daos que puede producir el diferimiento de las soluciones son en diversos casos
irreversibles. As, entre muchas otras consecuencias de las dilaciones en dar respuesta, se
ha verificado que si un nio no recibe una nutricin adecuada en las primeras etapas de la
vida, sus capacidades cerebrales quedan afectadas y despus no hay retorno posible. En otra
rea, la mortalidad materna, la regin tiene una tasa cinco veces mayor a la de los pases
desarrollados. Dado el estado actual de los avances mdicos al respecto, ello implica que
hay numerosas "muertes gratuitas" que no se daran si hubiera la cobertura de salud
apropiada para todas las madres.
Urge dar el salto a una visin integrada del desarrollo que logre otro tipo de equilibrio
diferente entre las polticas econmicas y las sociales, y que reconozca el papel
imprescindible de estas ltimas en la obtencin de un desarrollo que tenga bases realmente
sostenibles. Como lo plantea Touraine (1997): "en vez de compensar los efectos de la
lgica econmica la poltica social debe concebirse como condicin indispensable del
desarrollo econmico".
Se arguye con frecuencia que todo es un tema de recursos econmicos, que al faltar los
mismos no es viable obtener resultados muy distintos a los actuales. Que mientras no haya
mayores recursos la situacin no podr variar. Desde ya que es importante contar con ms
recursos econmicos y deben hacerse todos los esfuerzos para mejorar el crecimiento, la
productividad, y la competitividad de la economa. Pero el tema no parece reducirse a ello.
En un trabajo reciente sobre la mortalidad como indicador del fracaso o xito econmico,
Sen (1998) contesta al argumento de los recursos escasos con datos empricos muy
sugerentes. Compara la situacin de una serie de pases en trmino de dos indicadores:
producto bruto per cpita que se supone mide progreso econmico, y esperanza de vida,
indicador decisivo para apreciar el xito integral de una sociedad. Los resultados son los
siguientes:
GRFICO 10
PRODUCTO NACIONAL BRUTO Y ESPERANZA DE VIDA
EN PASES SELECCIONADOS, 1992
163
Fuente: Amartya Sen, "Mortality as indicator of economic success and failure." The
Economic Journal, January 1998.
Las tres primeras sociedades del cuadro: el Estado de Kerala en la India de ms de 30
millones de habitantes, China, y Sri Lanka tienen un bajsimo producto bruto per cpita
inferior a los 550 dlares anuales. Las otras tres: Sud Africa, Brasil y Gabn tienen un
producto que es 5 a 10 veces mayor. Sin embargo, en las primeras la gente vive bastante
ms aos promedio que en las segundas: 71, 69, y 72, versus 63, 66, y 54.
Influyen factores como el grado de equidad que es considerablemente mejor en las
primeras, y los arreglos sociales que han organizado en temas claves para la salud pblica,
como el agua potable, las instalaciones sanitarias, la luz, la educacin, y la cobertura
mdica. Despus de todo, reflexiona Sen, por ejemplo, los costos relativos de algunos de
los insumos esenciales de los sistemas de salud, como el personal mdico y paramdico,
son mucho ms bajos en los pases en desarrollo que en los desarrollados. Pases como los
mencionados y Costa Rica, subraya, "han registrado una reduccin muy rpida de las tasas
de mortalidad y una mejora de las condiciones de vida, sin un crecimiento econmico
notable".
Hay en juego, por ende, no slo problemas de recursos, sino tambin de prioridades, de
grados de equidad, y de organizacin social. El tema de las prioridades es crucial. No slo
en las asignaciones de recursos sino tambin en los ajustes. Por qu cortar con tanta
frecuencia por el presupuesto de los sectores sociales? Por qu no revisar cuidadosamente
los costos que implican ese tipo de cortes para las metas finales de la sociedad, para la
cohesin social, y para el mismo crecimiento. Ante la Asamblea Mundial de la Salud,
resalt al respecto el Premio Nobel de Economa (Sen 1999):
"Es indicacin de que vivimos en un mundo al revs el hecho de que el mdico, el maestro
de escuela o la enfermera, se sientan ms amenazados por el conservadurismo financiero
que un general del ejrcito. Para subsanar esta anomala es preciso no ya penalizar la
prudencia financiera, sino tener ms plenamente en cuenta los costos y los beneficios de las
distintas opciones".
El enfrentamiento de la pobreza y la inequidad en la regin requiere una revisin profunda
del rol de las polticas sociales, de su modo de diseo, y de la estratgica dimensin
institucional y gerencial. Pero la misma debe ser hecha no slo a la luz de consideraciones
tcnicas, sino teniendo como marco de discusiones a fondo sobre las metas ltimas del
desarrollo, la bsqueda de vas compatibles con ellas, y las prioridades y urgencias en la
asignacin de recursos.
De dichas discusiones puede emerger el nuevo modelo de poltica social que estn
reclamando amplias mayoras en la regin a travs de los diversos canales de la
democracia. La poltica social agresiva, y activa, que se precisa, que debe ser cogestionada
por el Estado y la sociedad civil, deber contar con una institucionalidad social renovada,
con las capacidades gerenciales apropiadas, y ser transparente, abierta, y participativa.
164
El tema no admite postergaciones. constituye un "escndalo moral" que a fines del siglo
XX, millones y millones de latinoamericanos vean transcurrir sus das y los de sus familias,
en medio de privaciones que cercenan sus derechos humanos ms bsicos.
Notas
1El tema de los nuevos hallazgos sobre las posibilidades de la participacin es tratado en
Bernardo Kliksberg, "Seis tesis no convencionales sobre participacin" (1998), Revista
Instituciones y Desarrollo, Instituto Internacional de Gobernabilidad, Barcelona, N 2,
diciembre.
2Puede verse sobre Villa el Salvador: Carlos Franco, "La experiencia de Villa El Salvador".
Incluido en B. Kliksberg comp.) "Pobreza. Un tema impostergable. Nuevas respuestas a
nivel mundial", 4a. edic., Fondo de Cultura Econmica, 1997.
Referencias
Albright, Madeleine (1999). Discurso a empresarios de las Amricas, Washington, mayo 4.
Banco Interamericano de Desarrollo (1998). Informe de progreso econmico y social.
Washington.
Aylwin, Patricio y otros (1995). Informe de la Comisin Latinoamericano y del Caribe
sobre el desarrollo social. BID, CEPAL, PNUD.
Banco Mundial, (1999). Conferencia sobre desarrollo en Amrica Latina y el Caribe
Valdivia, Chile.
Blustein, Paul (1996).Missionary Work. The Washington Post Magazine, November 10.
Burki, Shadid Javed, (1996). Opening statement. En "Poverty & Inequality". Annual World
Bank Conference on Development in Latin America and the Caribbean. The World Bank.
Banco Mundial (1995). America Latina y la crisis mexicana: nuevos desafios.Washington.
Benabou, Roland (1996). Inequality and growth. En Benabou R., Ben S. Rotenberg J.eds.
NBER, Macroeconomics Annual. MIT Press.
Birdsall Nancy and Juan Luis Londono (1997). Assets inequality matters: an asessmente of
The World Bank's approach to poverty reduction. American Economic Review,May.
165
Hagan J.,R.MacMillan and B.Wheaton (1996). New kid in town: social capital and the life
course effects of family migration on children. American Sociological Review,V.74, No.2,
May 1984.
Hood, Christopher (1998). The art of the state: culture, rhetoric and public management.
Oxford,: Clarendon Press.
Katzman, Ruben (1997). Marginalidad e integracion social en Uruguay. Revista de la
Cepal,No.62,agosto.
Kawachi I.,B.Kennedy and K.Lochner (1997). Long live community. Social capital as
public health. The American Prospect, November-December.
Kliksberg, Bernardo (1999). El rol del capital social y de la cultura en el proceso de
Desarrollo (en edicion, BID, 1999).
Kliksberg, Naum (1999). Practicas de interaccion y de pensamiento democraticas y
autoritarias. Revista Venezolana de Gerencia, No.7. Universidad del Zulia, Venezuela.
Knack, Stephan and Philip Keefer (1997). Does social capital have an economic payorff?.
A cross country investigation. Quarterly Journal of Economics, November, Vol.11,No.4.
Krugman, Paul (1996). A country is not a company. Harvard Busines Review. January-
February.
Lagos, Ricardo (1999). Crecer con igualdad. Discurso Curanilahue. 20 de septiembre.
Chile.
La Porta, R, F.Lopez de Silanes, A.Shleifer and R. Vishny (1997). Trust in large
Organizations. American Economic Association papers and proceedings, may 1997.
Teachman, Jay D.,Kathleen Paasch, and Karen Carver. Social capital and the generation of
human capital. Social Forces, June 1997, Vol.75, No.4. Latinbarometro (1998). Encuesta
1998. Santiago de Chile.
Minujim, Alberto (1997). Estrujados: la clase media en America Latina. Incluido en
Bernardo Kliksberg (comp.).Pobreza, un tema impostergable. 4ta.edicion, Fondo de Cultura
Economica, Mexico 1997.
Narayan, Deepa and Lant Pritchett (1997). Cents and sociability. Household income and
social capital in rural Tanzania. The World Bank.
Narayan, Deepa (1994). The contribution of people's participation: 121 rural water supply
proyects. World Bank, Workshop on participatory development.
Ocampo, Jose Antonio (1998). Conferencia en Asamblea Extraordinaria de la OEA,
Bogota, Abril.
167
G R F IC O 1
160
EVOLUCION DE LA POBREZA EN AMERICA LATINA 1970-1996
150
140
S 130
120
110
1 loo
90
80
70
1B7D 1972 1974 197S 1S79 19ED 1982 1S84 'S6 196S 1990 1952 1994
G R A FIC O 2
C U AD R O 1
T A SiAS DE D E S E M P LE O A B IE R T O E N TR E LO S JO V E N E S Z O N A S U R B A N A S
T a s a de T a s a de d e s e m p le o ,
d e s e m p le o , P o b la c i n e n t r e
P as Seno t o ta l d e la 1 5 - 2 4 aio s
p o b la c i n
Argentina Tct3 1 3 r0 2 2 ,8
Hombres 11,5 2 0 ,3
M u /eres 15,5 2 6 ,7
Bra si 1 Total 7 ,4 14,3
nom bres 5 ,4 12,4
Mujeres 8 ,9 17,0
Colonrbia 7c-fa'' 8 ,0 16,2
nom bres 5,4 11,9
Mu j'ere." 11,6 2 1 ,0
C"ile 7cfa'' 6 ,8 16,1
nom bres 5,9 14,0
Mujeres 8 ,4 19,3
Uruguay Teta1 9 ,7 2 4 ,7
nom bres 7 ,3 19,8
Mujeres 13,0 3 1 ,5
Fue"ie: CEPAL, "Panorama Gocia de Anri'ca Lati"a, 1996" (m encio"ado po- Minujn,
A ., "Vu "erabilidad y exclusi" en Amrica Ladna", en Buste o y M in u jn , Todos entran,
UNICEF, Santi a n a r 19 98 )
170
171
G R A FIC O 5
D IS T R IB U C IO N DE LOS D E S E M P LE A D O S PO R D EC ILE S DE IN G R E S O S
[Porcentajes)
A rq e n tn a B ra sil C o lo m b ia C h ile M x ic o
1992 (a) 1990 (b) 1992 [el 1992 (d) 1992 fe)
7cta 1 100 ICC 100 100 ICC
1 33,6 25,6 13,6 29,0 13.8
2 19,2 13,1 15,4 15,3 17.0
3 9,3 11,9 14,4 15.2
4 14, 0 13,0 11,0 10,2
5 7,3 9,5 10,6 9,7 11.3
6 5,1 6,7 11,0 5,6 7,4
7 5,2 7,1 6,2 5,3 10,S
3 0,9 5,5 7,0 3,9 2,5
9 2,1 3,4 5,4 4,9 7,5
10 2,4 3,5 2,7 2,= 4,2
(a) Buenos A re;, (b) San Pablo y Rio de Janeiro, (c) Bogot, [d; Gran Santiago, [eO
reas de alia densidad
Fue"ie: CEPAL, basado en tabulaciones de encresta; de hogares. I"cluido en Jimnez y
Rued' (1998)
172
CUADRO 1
A M E R IC A LA T IN A (12 PA IS ES ): M U JER ES EN TR E 20 Y 24 AO S
CON H IJO S S O B R E V IV IE N T E S TE N ID O S A N TES DE LOS 20 AOS,
SEGUN N IV E L E D U C A C IO N A L ALC AN ZA D O , 1994
(p o rce n ta je s)
Como suede verser en todos los pa ses se obseva que al ascender el nivel
educacio"al de a Tiuje-, descie"de rueitemente el "LTie-o de hijos q-e se t'ene" a":es
de los 20 anos. Para toda la -egin ce esiima que el porce"iaje de madres
adolescentes, e"ine las jvenes de ce"iros -ba"C5 co" m enc5 de seis afics de
educaci", es un 40%. Ciando el nnrerc de anos de ed^cac'n cube de 6 a 9, se
red-ce al 30%, En e grupo que t'ene 10 a 12 anos de estud'c., es nreno- al 15%,
SEMINARIO INTERNACIONAL
TEOLOGICO BAUTISTA
ETICA CRISTIANA
HOMOSEXUALIDAD
PROFESOR
Toms Mackey
177
SEMINARIO INTERNACIONAL
TEOLOGICO BAUTISTA
ETICA CRISTIANA
PASTORAL DE LA
HOMOSEXUALIDAD
Andrs Bardot
PROFESOR
Toms Mackey
178
5 Kolodny, Masters, Johnson, Biggs Manual de Sexualidad Humana (Madrid, Ediciones Pirmide:
1979), 330.
6 Ibid..
7Stamateas, Perversiones Sexuales, 207.
180
8Ibid..
9 Ibid., 208.
10Juan Carlos Kusnetzoff, La Mujer Sexualmente Feliz. Del Mito a la Verdad Cientfica (Buenos
Aires, Javier Vergara Editor:1987), 76.
11 Stamateas, Perversiones Sexuales, 205.
12 Kolodny, Masters, Johnson, Biggs Manual de Sexualidad Humana, 335.
181
excitacin sexual al realizar esta prctica. Pero al contrario del transexual, no desea cambiar de sexo, solo de
ropa. Cada 100 varones travests, existen solo entre dos y seis mujeres travests. 13
Mitos sobre la homosexualidad
Casi todo lo que se sabe sobre la homosexualidad, provienen de los homosexuales
que se someten a tratamientos (psquicos, hormonales, fsicos, etc.). Esto implica que una
gran masa de la poblacin homosexual que ni consulta, ni se trata, ni mdica, ni
psicolgicamente, constituyendo una subcultura muy particular que debe ser diferenciada
de los casos clnicos arribados a un tratamiento. Estos ltimos tienden a ser vistos como
enfermos, perversos, patolgicos, inadaptados, invertidos, etc. Si eliminamos estos y otros
mitos de nuestra apreciacin estaremos en mejor condicin para aconsejar, comprender y
pastorear. De la misma manera, la sociedad los observa y saca conclusiones facilistas, o
tiene creencias irreales de la situacin homosexual, como de la sexualidad en general,
formando as mitos:
-Las personas, o son totalmente heterosexuales o son totalmente homosexuales.
Como ya se ha mencionado sobre el informe Kinsey se observa que existe toda una gama
entre la heterosexualidad absoluta y la homosexualidad absoluta, pasando por la
bisexualidad. Incluye gente de toda clase social, nivel intelectual, o religin.
- El desequilibrio hormonal es causa de la homosexualidad. Cuando se efectan
anlisis hormonales en hombres y mujeres normales, se encuentran hormonas de ambos
sexos en cualquiera de ellos, si bien predominan los correspondientes al sexo biolgico.
Este mito no ha podido probarse, pues si as fuera sera fcil la modificacin de conductas
complejas.
- El sexo bucogenital entre un hombre y una mujer es indicador de tendencias
homosexuales. Esto es totalmente falso y no tiene asidero cientfico alguno, ms del 60
por ciento de los matrimonios practican con frecuencia este tipo de placer sexual.14
- Todos los homosexuales son neurticos y tienen trastornos en su conducta y en
su capacidad intelectual. Esto es falso, pues aunque muchos de los homosexuales han
tenido experiencias y dificultades en su infancia ( como muchos heterosexuales) el que sean
homosexuales no disminuye ni afecta la capacidad intelectual o sus relaciones
interpersonales. Muchos hombres famosos e inteligentes de la historia fueron homosexuales
(Platn, Aristteles, Scrates, Leonardo da Vinci, Miguel ngel, Garca Lorca,
Shakespeare, Oscar Wilde, la reina Cristina de Suecia, Rodolfo Valentino, Beethoven,
Tchaikovsky, Alejandro Magno, Adriano, Calgula, Claudio, Nern, Julio Cesar).15
- Todos los homosexuales son afeminados. Muchos homosexuales no poseen
ningn rasgo femenino, o de marica. Son masculinos, o femeninos como su apariencia,
pero su preferencia sexual es homosexual.
- Todos los afeminados son homosexuales. Tambin esto es falso, una persona
puede ser delicada en su forma de ser, pero esto no implica que sea homosexual. Tampoco
es real que las lesbianas sean todas machonas o masculinoides.
intimidad con mujeres. Padre Dbil: Si a lo anterior se le suma un padre dbil la tendencia
aumenta. El hijo no cuenta con el apoyo de su padre en la lucha por ser hombre. Pierde as
respeto a su padre y su propio sexo. Madre complaciente excesivamente: Sus excesos hacen
que el nio tenga tan gran apego a su madre que no logre romperlo al crecer. Siente que no
hay mujer que se iguale a su madre y no desarrolla relaciones heterosexuales normales.
Padres crueles: La madre o el padre cruel y arbitrario puede provocar en el nio del sexo
opuesto una predisposicin hostil hacia el sexo del padre hostil. Esos sentimientos hostiles
concluyen en incapacidad de establecer relaciones heterosexuales adecuadas y aceptacin
en los de su propio sexo. Matrimonio Mal avenido: Malas relaciones conyugales de los
padres producen una falta de confianza en el matrimonio, de adulto, evita el matrimonio,
pero sus impulsos sexuales lo llevan a contactos homosexuales. Exceso de intimidad con un
progenitor del mismo sexo, o no, madre erotizadora que duerme con sus hijos, y los
acarician erticamente, les comparten como a sus mismos maridos todas sus inquietudes y
planes.26
Tambin se podran aadir los mandatos familiares como causales psicosociales
causantes de homosexualidad. Un mandato es un mensaje que se ha transmitido en forma
oral o en forma de conductas por parte de la familia a sus hijos, muchas veces de manera
inconsciente. Mandatos tales como: las mujeres son una porquera, la vida es dura, todos
tratan de engaarte, aquel es medio maricn, el casamiento es peligroso. Son intromisiones
causales de traumas sexuales, miedos, etc.27
Las teoras psicoanalticas que atribuyen la homosexualidad a la madre dominadora
y al padre pasivo no son, como se ha visto, las nicas. De cualquier manera, fracasa en
explicar el por qu muchas madres dominadoras tienen hijos heterosexuales, o por qu
padres normales tienen hijos homosexuales. Igualmente, hay en esta teora suficiente
verdad como para tenerlas en cuenta con todo cuidado, pero no tanta como para ver el
mundo solo a travs de cristales psicoanalticos.28
Pero, segn lo que los cientficos conductistas llaman aprendizaje reforzado, el
hbito puede modelar su conducta. Si un joven logra placer con el juego sexual de alguien
de su propio sexo, para la prxima vez el juego sexual tendr ms atractivo. La
vulnerabilidad del joven dominado por su madre que describimos anteriormente, se
fundamenta en esta afirmacin. Debido a que sus urgencias sexuales estn bloqueadas en
un sentido, encontrarn una salida fcil en otra direccin. Y porque resulta sencillo lograr
relaciones ntimas con otro joven de su mismo sexo, su urgencia sexual se abrigar en ese
contexto. El placer logrado, ms el alivio resultante en la relacin homosexual, fijar este
tipo de conducta y se afirmar naturalmente en el futuro en este sentido.29
Por esto es que los siclogos prefieren hablar hoy de comportamiento
homosexual y no de persona homosexual. Los factores determinantes son bsicamente
sicolgicos, educacionales, sociales y ambientales. La homosexualidad es una conducta
aprendida, el (o la) homosexual no nace, se hace.30
Biblia y Homosexualidad
A la hora de ver los textos que hablan de homosexualidad existen dos tendencias
claras: a) a tomarlas aisladamente, sin tener en cuenta el resto del mensaje de Cristo, y b)
diluyendo su fortaleza entre las interpretaciones que se basan en los aspectos de las ciencias
psicosociales.
Se debe considerar que la lectura homosexual de estos pasajes elimina todo lo
negativo a su prctica y fortalece slo los aspectos rituales, es decir, en Sodoma se critica la
falta de hospitalidad, en los textos del Pentateuco son slo leyes que enfatizan la pureza en
lo ritual, y se ven prcticas homosexuales en David y Jonatan, Daniel y el Eunuco, Noem y
Rut.31 Tambin en cuanto al Nuevo Testamento no aceptan las conclusiones que aportamos,
sino exponen que son distorsiones de la tradicin homofbica, donde en Ro. 1 se habla de
algo poco acostumbrado o poco normal, fuera de lo usual, no contra natura. En 1 Co. Se
habla de violencia sexual. El eunuco de Hechos es el modelo para ellos en el Nuevo
Testamento.32
El primer pasaje que refleja la homosexualidad es el de Gnesis 19.1-38, con el
relato de Sodoma y Gomorra. Este pasaje ha influido directamente en el pensamiento de la
sexualidad judeo cristiana. En este pasaje los habitantes de Sodoma quieren tener relaciones
sexuales forzadas con los ngeles de forma humana presentados ante Lot. Pero no es este
acto lo que relaciona directamente la destruccin de la ciudad con la homosexualidad, ya
que otros pasajes describen la maldad de esta ciudad de otros rdenes (Dt. 32.32; Jer.23.14;
Is.1.10; Ez.16.49) all se habla de maldad, soberbia, adulterio, mentira, falta de
arrepentimiento. Las costumbres de hospitalidad obligaban a cuidar y proteger a aquellos
que se hospedaba, y era ms importante el husped que an las propias hijas. Tal es el caso
en Sodoma como en Jueces 19.13-20 con la ciudad de Gabaa con el Levita y su concubina.
Era preferible la deshonra de una mujer y no de un varn. Obviamente existe un
componente misgino aqu.33
El Antiguo Testamento condena las prcticas homosexuales con severidad. Pero no
se puede valorar esta condena y su severidad si nos abstraemos de su trasfondo histrico
que le dio origen. Limitarse a citar versculos bblicos fuera de su sitz in lebem
aplicndolos hoy a los homosexuales no hace justicia ni a la Biblia ni a unas personas que
ya han tenido que sufrir demasiado a causa de este travestismo de la interpretacin bblica.
No yacers con un varn como con una mujer, porque es una abominacin (to'ebah) " Lv.
18.22. Pero tambin existen otras leyes tab, como por ejemplo las relaciones sexuales en
el perodo de impureza menstrual de Lv. 20.18.34 Si un varn yace con otro varn como
con una mujer, ambos han cometido una abominacin (to'ebah); sern condenados a
muerte y su sangre caer sobre ellos, Lv. 20.13. As se ve que para tales prcticas se exige
la pena de muerte. La razn de esta condena es explcita: no hars como hicieron ellos en
la tierra de Egipto, donde vivas, ni hars como hicieron ellos en la tierra de Canan, en la
que yo te introducir. No seguirs sus caminos (Lv. 18.3). Es decir, las naciones practican
tal sexualidad, ustedes no deben hacerlo. Pues el trasfondo tico de la Torah es la santidad,
la pureza ritual.35
sexual, en que se cambian lar relaciones naturales por otras antinaturales.38 Aqu se ve que
el intercambio de orientacin sexual es consecuencia del alejamiento de Dios. El acto
homosexual es antinatural (parafsicos) contrario al plan natural de Dios respecto a la
sexualidad.39 Tambin es antinatural el uso del varn de cabello largo en 1 Co.11.14. Por
esto muchos concluyen que Pablo se refiere nicamente a los que deliberadamente eligen
las relaciones homosexuales en vez de las heterosexuales. No se distingue en la Biblia entre
perversin deliberada y orientacin homosexual indeliberada.40
45 Elizabeth A. Johnson. Fiends of God and Prophets. A Feminist Theological Reading of the
Communion of Saints. (Nueva York: The Continuum Publishing Company, 1999), 90.
46 Kosnik, La Sexualidad Humana, 224-225.
47 Los protestantes dan luz verde al matrimonio [en lnea].
<http://www.cristianshomosexuals.org/arxiu/premsa/prensa.htm > [Consulta: 16 de Mayo
2002].
48 John White. Eros y El Pecado Sexual, 104.
49 Tim LaHaye. Homosexualidad. Lo que Es. lo que Hace y Cmo Superarla. (El Paso, Texas:
Editorial Mundo Hispano, 1990), 87.
190
humana. La homosexualidad debe asumirse como estilo de vida pues es una orientacin
electa de expresin sexual. Puede ser duradera o no, por amistad o por placer y recreacin
sin compromiso personal. No debe haber sentimientos de culpabilidad. Es la postura de los
movimientos gay y lesbianos. Usa mal la escritura y los conocimientos histricos y
cientficos. Por esto para algunos es una posicin de auto justificacin y de estrategia
poltica.56Mientras muchos homosexuales dicen que el problema moral es de los
heterosexuales que en su ignorancia privan a los homosexuales de sus derechos de igualdad
plena en la sociedad.
As, el Grupo de Homosexuales Cristianos Lambda lucha con el objetivo de: a)
Trabajar por la liberacin y la normalizacin de las minoras sexuales en las iglesias
cristianas. b) Ofrecerse como Grupo de referencia para las personas cristianas
pertenecientes a las minoras sexuales. c) Promover la formacin sobre cristianismo y
minoras sexuales. d) Expresar la opinin de los miembros del Grupo en todo aquello que
les afecte. e) Denunciar ante la comunidad eclesial y la opinin pblica en general, toda
discriminacin o marginacin a causa de la identidad u orientacin sexual, realizada por
cualquier persona, grupo, institucin... que se ampare en la fe o en el poder otorgado por la
Iglesia. f) Colaborar con aquellos grupos o colectivos que trabajen por la construccin del
Pueblo de Dios desde el clamor de los oprimidos y de los empobrecidos.57
La Pastoral de la Homosexualidad
Se entiende que tildar de intrnsecamente malas las prcticas homosexuales, sera
equivocado. Muchsimas relaciones heterosexuales son intrnsecamente malas. Tambin
considerarlas buenas en si mismas estara equivocado, dara lugar a aprobar otras relaciones
heterosexuales cuestionadas (bestialismo, pederasta, swingers, etc.). Lo realmente ofensivo
es el desafo al orden divino. Tal vez, al aproximarnos debamos explorar el sentido de una
homosexualidad principalmente con fines relacionales, teniendo en cuenta que no es el
ideal de Dios, y es una manera imperfecta de sexualidad y relacionalidad. En el mundo de
la creacin ordenada de Dios, donde cada cosa tiene su lugar y funcin exactas, la
desviacin de ese modelo no solo es una violacin del orden de Dios, sino que frustra el
propsito que hay en esa voluntad creadora.58 Indudablemente, el pecado con toda su
virulencia ha distorsionado completamente ese orden, an en la sexualidad, y la
relacionalidad heterosexual.
Sin embargo, un grupo de cristianos homosexuales expresan su comprensin del
problema as:
La sexualidad humana supone, expresa y realiza el misterio integral de la
persona. Abarca pues, toda la persona. La sexualidad humana no es algo separado
al ser del hombre; lo condiciona en su ser ms profundo. La influencia de la
sexualidad repercute en todas las manifestaciones de la vida personal. Si esto es
as, y estamos seguros que nadie lo podr poner en duda, ni tan siquiera la misma
Iglesia, a nosotros no slo se nos niega la posibilidad de ser hombres, creados por
56 Ibid., 226-234.
57 Reglamento del Grupo Cristiano del Colectivo Lambda_[en lnea]. <
http://www.cristianshomosexuals. org/actualitat/manifiesto.htm> [Consulta: 16 de Mayo 2002].
58 John White. Eros y El Pecado Sexual, 113.
193
Dios, sexuados porque Dios lo quiso as, sino que tambin se nos impide el que
nos realicemos como personas.59
Para algunos cristianos, la homosexualidad tiene una analoga con el alcoholismo.
Ambos son destructivos para si mismo, para sus relaciones sociales y no es el plan de Dios
para ellos. Algunas personas tienen una predisposicin hacia el alcoholismo, otros no. Una
orientacin alcohlica no es pecaminosa en si misma, la prctica del alcoholismo si.
Similarmente es lo que ocurre con la homosexualidad. La iglesia no aprueba ni apoya el
alcoholismo, y no debe hacerlo con la homosexualidad. La analoga es corta, pues muchos
homosexuales no consideran lo suyo como una enfermedad.60 Queda claro entonces que no
cabe duda acerca de la condenacin bblica de las prcticas homosexuales, pero no dice
nada sobre los sentimientos homosexuales. Es que la mayora de los profesionales que
atienden estos casos indican que gran cantidad de ellos jams se libran del deseo
homosexual.61
Nuevamente se debe admitir que en muchos libros cristianos se dan consejos
simplistas de curacin en etapas. Es posible que el Cristo de poder extirpe completamente
todo sentimiento y prctica homosexual, como puede sanar una enfermedad fsica, pero se
sabe que no es la norma, sino la excepcin. Igualmente es la experiencia de muchos
consejeros cristianos que los homosexuales, tanto hombres como mujeres, que son
motivados a cambiar, y que desean cambiar, cambien.62 Es decir, si bien las estadsticas no
son muy alentadoras, no debe ser tampoco fatalista, no puede saber si es imposible cambiar
para el o ella.63
Han sido empleadas diversas tcnicas teraputicas para los homosexuales que se
quieren convertir a heterosexuales; sin embargo, en la actualidad, es difcil discernir cul es
lo mejor, pero lo que es evidente, es que ayudan a un importante nmero de casos.64
El primer elemento que debe dominar la pastoral es la dignidad y defensa de la
persona humana como imagen de Dios. Si Jess es la norma suprema, su ejemplo cuando la
pecadora llora en sus pies y le enjuga las lgrimas con sus cabellos, siendo prostituta, no la
rechaza. Jess, mirando al corazn, ve la capacidad de amar de la mujer que amo mucho
a Jess, mientras la personalidad del fariseo, tena un corazn seco, no saba amar, aunque
si censurar. Por tanto Jess, reprueba los actos pecaminoso, pero valora a las personas al
fondo del corazn. El homosexual, como persona humana debe ser promovido y
contenido.65 Es de notar que la iglesia muchas veces ha ignorado, en el narcisismo de su
similitud, el reclamo homosexual que se siente una minora oprimida, que debe ser liberada.
Porque en Cristo se haya la plena libertad.
59 Grupo Cristiano Homosexual [en lnea]. <
http://www.cristianshomosexuals.org/castella/principal.htm> [Consulta: 16 de Mayo 2002].
60 Jeffrey S. Siker, How To Decide? Homosexual Christians, the Bible, and Gentile
Inclusion [en lnea]. <http://theologytoday.ptsem.edu/jul1994/v51-2-article2.htm >
[Consulta: 16 de Mayo 2002].
61 Ibid..
62 Hoff. El Pastor Como Consejero. 123.
63 Lewis Smedes, Sexologa para Cristianos (Miami, Editorial Caribe: 1982), 78.
64 Kolodny, Masters, Johnson, Biggs Manual de Sexualidad Humana, 335.
65 Domnico Capone, Reflexin sobre los Puntos Relativos a la Homosexualidad, en: Volk,
Ahern, Benzo, Caffarra, Capone, Carriquiry y otros, Algunas Cuestiones de tica Sexual. Comentarios a la
Declaracin Persona Humana, de la Sagrada Congregacin Para la Doctrina de la Fe, (Madrid, Biblioteca
de Autores Cristianos: 1976), 124-125.
194
semejanza (1994) aporta textos y testimonios que prueban la prctica de celebrar uniones litrgicas
entre personas del mismo sexo durante la Antigedad Tarda y la Alta Edad Media. Que existieran
Matrimonios "civiles" homosexuales en la civilizacin greco-romana es aceptado
mayoritariamente. No ocurre lo mismo con las uniones litrgicas: No todos los historiadores
aceptan la tesis de Boswell. En definitiva estas ceremonias, llamadas hermanamientos, para
Boswell son equiparables a un matrimonio religioso entre personas del mismo sexo; para otros
historiadores slo eran adopciones como hermano; es decir, ceremonias litrgicas en las que una
persona entraba como hermano en la familia de otra sin que esto tuviera carcter matrimonial
alguno. Algunos historiadores son tan poco objetivos, que para no admitir lo que no les gusta
inventan explicaciones mucho ms complicadas.75
Como se sabe, el pastor no declara legal una unin. Pero como consideramos que el
plan de Dios es la unin heterosexual, no se puede esperar una bendicin similar de parejas
homosexuales estables. Igualmente, en la tradicin de las iglesias libres, la ceremonia de
casamiento no tiene carcter sacramental. Orar por la bendicin de las personas
involucradas en una relacin homosexual estable quedar a criterio del pastor. La oracin a
favor de dos personas que se esfuerzan por vivir cristianamente, encarnando los valores de
fidelidad, sinceridad y amor, no queda fuera de la gracia multiforme de Dios, sabiendo que
es opcin como mal menor, pero siempre requerir de la prudencia del pastor y teniendo en
cuenta la comunidad eclesial y las consecuencias sociales que implique. 76
El sptimo elemento a considerar en la pastoral del homosexual tiene que ver con
los sacramentos u ordenanzas de la Santa Cena y el Bautismo. La persona homosexual tiene
la misma necesidad y el mismo derecho que los heterosexuales de las ordenanzas de Cristo.
Si se cree en Cristo como salvador y Seor se proceder al bautismo del mismo. Ante la
Santa Cena, tal como los heterosexuales, las personas homosexuales se examinarn a s
mismas para tomar dignamente la eucarista. El pecado no es cuestin de gnero, o eleccin
sexual, sino de la raza humana toda. No podemos abrir las puertas a la comunin de la
iglesia y por otro lado negarles los sacramentos. Esto vale para los homosexuales hombres
o mujeres clibes por causa de Cristo. Pero para aquellos que formalizan parejas estables?,
se les condenar a la exclusin de iglesias homogneas de homosexuales para gozar de
plena comunin?.
Un octavo elemento que pronto tocara discutir tal como en el hemisferio norte ser
el tema de la ordenacin al ministerio pastoral de gay y lesbianas activos. La 205
Asamblea General de la Iglesia Presbiteriana de Estados Unidos, en 1993, reafirm la
prohibicin de la ordenacin de homosexuales activos y se llam a un estudio eclesial y
dilogo por tres aos sobre el tema.77 Bblicamente existen requisitos para el pastorado,
entre los que se habla de relaciones heterosexuales, siendo marido de una sola mujer. Ni
siquiera aparece una mencin de condiciones posibles ni para homosexuales ni
heterosexuales.
Conclusiones
La iglesia y los pastores, normalmente caen en los siguientes errores: a) una incapacidad colectiva para
reconocer su propio fracaso en enfrentar la complejidad sexual de la gente. b) La inadecuada expresin de
comunidad, que mantiene la divisin de clase, raza, diversidad sexual an dentro de las congregaciones. c) su
fracaso para probar ms profundamente la relacin entre gracia y sexualidad: bajo que circunstancias la
sexualidad conviene a la gracia y en cuales no?.78Existe una analoga entre los sentimientos de Pedro y los
judos con respecto a los gentiles con los cristianos de hoy y sus sentimientos con los homosexuales, a los
cuales Dios les da la gracia de la salvacin y el Espritu Santo como a los heterosexuales. Estamos llamados
como cristianos no slo a la tolerancia de la homosexualidad sino a la plena inclusin en el seno de la iglesia.
La cuestin de fondo que se juega es la definicin de pecado que se tiene. Cul es el criterio para definir
como pecado cierto comportamiento? Nosotros utilizamos varias fuentes de autoridad: la Escritura, la
tradicin, la razn, experiencia y conveniencia. Se puede argir que la Biblia no da una gua clara con
respecto a la inclusin de gays y lesbianas en la comunidad Cristiana, sino que nos da una gua clara con
respecto la inclusin de aquellos quienes, para nuestra sorpresa han recibido el Espritu de Dios.79
BIBLIOGRAFA
Almeida, Abrao de. La Homosexualidad. Enfermedad o Perversin?. Deerlield, Florida: Vida, 1990.
Boswell, John.Las Bodas de la Semejanza. Uniones entre personas del mismo sexo en la Europa Premoderna. Barcelona:
Muchnik Editores, 1996.
------------- . Cristianismo, Tolerancia Social y Homosexualidad. Barcelona: Muchnik Editores, 1992.
Carroll, W., Cunningham, A., Modras, R., Schulte, J., y Kosnik, Anthony. La Sexualidad Humana. Nuevas Perspectivas
del Pensamiento Catlico. Madrid: Ediciones Cristiandad, 1978.
Coleman, John. The Sexual Revolution. Edimburgo: T. & T. Clark LTD, 1984.
Deutsch, Bonaparte, Riviere, Freeman, Greenson, Loewenstein, Fenichel, Bak, y Khan. Psicoanlisis y Desviaciones
Sexuales. Buenos Aires: Ediciones Horm S.A.E.y Editorial Paids, 1967.
Equipo Interdisciplinar. Sexualidad y Vida Cristiana. Santander: Editorial Sal Terrae, 1981.
Hans, Lich. Vida Sexual de la Antigua Grecia. Madrid: Abraxas, 1976.
Henry, George W.. Sex Variants. A Study of Homosexual Patterns. Nueva York, Londres: Paul B. Hoeber, Inc., 1960.
Hoff, Pablo. El Pastor Como Consejero. Deerfield, Florida: Editorial Vida, 1990.
Johnson, Brbara. Guarda tus Tristezas en una Caja Grande, Sintate Encima y Re. Nashville: Editorial Caribe, 1995.
Johnson, Elizabeth A.. Fiends of God and Prophets. A Feminist Theological Reading of the Communion of Saints. Nueva
York: The ContinuumPublishing Company, 1999.
Kolodny, Masters, Johnson, y Biggs. Manual de Sexualidad Humana. Madrid: Ediciones Pirmide, 1979.
Kusnetzoff, Juan Carlos. La Mujer Sexualmente Feliz. Del Mito a la Verdad Cientfica. Buenos Aires: Javier Vergara
Editor, 1987.
-----------------------. El Hombre Sexualmente Feliz Del Mito a la Verdad Cientfica. Buenos Aires: Javier Vergara
Editor, 1986.
LaHaye, Tim. Homosexualidad. Lo que Es, lo que Hace y Cmo Superarla. El Paso, Texas: Editorial Mundo Hispano,
1990.
Marrou, Henri Irenee. Historia de la Educacin en la Antigedad. Buenos Aires: Editorial Universitaria, 1976.
Narramore, Clyde M. Enciclopedia de Problemas Sicolgicos. Miami: Editorial Unilit y Logoi Inc., 1971.
Oraison, Marc. La Cuestin Homosexual. Buenos Aires: Asociacin Editorial La Aurora, 1978.
Ruitenbeek, Hendrik M., ed.. The Problem of Homosexuality in Modern Society. Nueva York: E.P. Dutton &Co., Inc.,
1963.
Smedes, Lewis. Sexologa para Cristianos. Miami: Editorial Caribe, 1982.
Stamateas, Bernardo. Perversiones Sexuales. Un Mundo Oculto a la Luz de la Psicologa y la Pastoral. Barcelona: CLIE,
1997.
Storr, Anthony. Las Desviaciones Sexuales. Buenos Aires: Ediciones Horm S.A.E. y Editorial Paids, 1965.
Volk, Ahern, Benzo, Caffarra, Capone, Carriquiry y otros. Algunas Cuestiones de tica Sexual. Comentarios a la
Declaracin Persona Humana, de la Sagrada Congregacin Para la Doctrina de la Fe. Madrid: Biblioteca de
Autores Cristianos, 1976.
White, John. Eros y El Pecado Sexual. Buenos Aires: Ediciones Certeza, 1980.
Wynn, John Charles, ed.. Sex, Family, and Society in Theological Focus. Nueva York: Association Press, 1965.
CONSULTAS EN LNEA
Carey, John J.. Carlyle Marney as Ethicist [en lnea]. <http://theologytoday.ptsem.edu/jul1980/v37-2-article2.>
Grupo Cristiano Homosexual [en lnea].
< http://www.cristianshomosexuals.org/castella/principal.htm>
<http://www.cristianshomosexuals.org/actualitat/encuentro.htm>
<http://www.cristianshomosexuals.org/castella/documentos/antiguotestamento.htm
<http://www.cristianshomosexuals.org/castella/documentos/nuevotestamento.htm>
http://www.cristianshomosexuals.org/arxiu/premsa/prensa.htm
< http://www.cristianshomosexuals. org/actualitat/manifiesto.htm>
Navarro Caro, Edgar Esau Prcticas Homosexuales, [en lnea]. <_
http:/www.monografias.com/trabaio6/praho/praho. shtml.>
Siker, Jeffrey S.. How To Decide? Homosexual Christians, the Bible, and Gentile
In clu sio n [en lnea]. <http://theologytoday.ptsem.edu/jul1994/v51-2-article2.htm>
199
SEMINARIO INTERNACIONAL
TEOLOGICO BAUTISTA
ETICA CRISTIANA
Responding to Pro-Gay Theology
Joe Dallas
PROFESOR
Toms Mackey
200
201
http://www.leaderu.com/j hs/dallas.html
Responding to Pro-Gay Theology by Joe Dallas
Joe Dallas, founder of Genesis Counseling, is the author of three books on homosexuality: Desires in Conflict, Unforgiven Sins, and A
Strong Delusion: Confronting the Gay ChristianMovement. A former gay rights activist and staff member of a Metropolitan
Community Church, he has worked with hundreds of men and women struggling with homosexuality and related problems. Mr. Dallas is
available for conferences and seminars, and can be reached at Genesis Counseling, 1774 N. Glassell, Orange, CA 92865, Phone 714-502
1463.
This three-part series will address the pro-gay theology by dividing its arguments--or
tenets--into three categories: social justice arguments, general religious arguments, and
scriptural arguments. A brief description of these arguments will be provided, followed by
a response/rebuttal to each.
Social Justice Arguments
General Religious Arguments
Scriptural Arguments
Major denominations ordaining homosexuals, priests and clergy presiding over same-sex
weddings, sanctuaries invaded by boisterous gay activists, debates over homosexuality
ripping congregations apart-who would have guessed we would ever reach such a point in
church history?
A vigorous debate between Christians and homosexuals shouldn't be surprising in and of
itself. If author and commentator Dr. Dennis Praeger is right when he says the Judeo-
Christian ethic is responsible for the Western World's disapproval of homosexuality,[1]
then conflicts between the Church and the gay rights movement are not only
understandable, they are inevitable. (While acceptance of homosexuality in ancient cultures
is well documented,[2] the past 2000 years of Western thought have, by and large, rejected
it,[3] and the influence of both Old and New Testaments can be credited for that.)[4]
What is surprising, though, is the current trend in which these ethics are not only being
challenged, but rewritten as well, most notably in the form of the pro-gay theology.
The pro-gay theology is much like the broader gay rights philosophy, in that it seeks
legitimization (not just tolerance) of homosexuality. Gay spokesmen have made no secret
of this as being their goal in secular culture; activist Jeff Levi put it plainly to the National
Press Club during the 1987 Gay Rights March on Washington:
We are no longer seeking just a right to privacy and a protection from wrong. We also have
a right-as heterosexual Americans already have-to see government and society affirm our
lives. Until our relationships are recognized in the law-in tax laws and government
programs to affirm our relationships, then we will not have achieved equality in American
society.[5]
But pro-gay theology takes it a step further by redefining homosexuality as being God-
ordained and morally permissible:
202
"I have learned to accept and even celebrate my sexual orientation as another of God's good
gifts."
-gay author Mel White[6]
When God is reputed to sanction what He has already clearly forbidden, then a religious
travesty is being played out, and boldly. Confronting it is necessary because it (the pro-gay
theology) asks us to confirm professing Christians in their sin, when we are Biblically
commanded to do just the opposite. As Christ's ambassadors on earth, we unfaithfully
represent Him if a professing believer's ongoing sin has no effect on our relationship with
that believer...which is, in essence, what Paul told the Thessalonians:
In the name of the Lord Jesus Christ, we command you, brothers, to keep away from every
brother who is idle and does not live according to the teaching you received from us. If
anyone does not obey our instruction in this letter, take special note of him. Do not
associate with him, in order that he may feel ashamed. Yet do not regard him as an enemy,
but warn him as a brother. (2 Thes 3:6, 14- 15)
Likewise, when Paul heard of a Corinthian church member's incestuous relationship with
his stepmother, he ordered the man be excommunicated (1 Cor 5:1-5), then explained the
principle of confrontation and, if necessary, expulsion from the community of believers:
Don't you know that a little yeast works through the whole batch of dough? Get rid of the
old yeast that you may be a new batch without yeast. (1 Cor 5:6-7)
A healthy body purges itself of impurities; the Body of Christ cannot afford to do less.
Error, like leaven, has a toxic effect.
The pro-gay theology is a strong delusion-a seductive accommodation tailor-made to suit
the Christian who struggles against homosexual temptations and is considering a
compromise. Some who call themselves gay Christians may be truly deceived into
accepting it; others might be in simple rebellion. What compels them to believe a lie we
cannot say. What we can say is that they are wrong...dead wrong.
But even as we say so, the caution of a proper spirit is in order. When we answer the pro
gay theology, we do so as sinners approaching other sinners, nothing more. Rev. Andrew
Aquino of the Columbus Baptist Association expressed it perfectly during a recent
interview:
My message to the homosexual is: We love you. Come and struggle with us against sin.
Don't give in to it.[7]
The Pro-Gay Theology in Brief
Exactly what do the "gay Christians" believe, and how did they come to believe it? The first
question is more easily answered than the second. Explaining what a group believes is not
hard. Explaining how they have come to believe it is another matter.
203
We cannot read minds or motives. That, I am sure, is one reason Jesus warned against
judging (Mt 7:1). We can be certain the teachings themselves are false; why people have
accepted them is something we cannot prove one way or another. Yet the Bible offers
clues, and testimonies from members of the gay Christian movement are also enlightening,
in helping to understand what the gay Christian movement believes, and what personal and
spiritual factors may have influenced their beliefs.
The pro-gay theology is the cornerstone of the "gay Christian" movement (which is
comprised of whole denominations, like the Universal Fellowship of Metropolitan
Community Churches, as well as gay caucuses within mainline denominations) just as the
Athanasian and Nicene Creeds are the foundation of most Protestant's beliefs.[8] The
movement is diverse; some of its spokespersons-Episcopal Priest Robert Williams and
Bishop John Shelby Spong, for instance -promote flamboyant and blatantly heretical ideas.
But most groups within the gay Christian movement ostensibly subscribe to traditional
theology. (The Statement of Faith of the Metropolitan Community Churches, for example,
is based on the Apostles and Nicene Creeds.)[9]
Although the pro-gay theology claims a conservative theological base, it includes additions
and revisions to basic, traditional ethics. First, homosexuality is seen as being God
ordained. As such, it's viewed as being on par with heterosexuality. Gay author Mel White
points out, quite accurately, that "if you don't see that premise (that God created
homosexuality) then gay marriage looks ridiculous, if not insane."[10]
But to be seen as created by God, the traditional understanding of homosexuality needs to
be discredited. This is done four basic ways within the "gay Christian" movement. First,
prejudice against homosexuals is blamed for the understanding most Christians have of the
Biblical references to it. The founder of the Metropolitan Community Churches, Rev. Troy
Perry, asserts this is his writings:
To condemn homosexuals, many denominations have intentionally misread and
misinterpreted their Bibles to please their own personal preferences.[11]
So, according to Perry and others, not only are most Christians wrong about homosexuality,
but many or most are intentionally wrong- deliberately reading their prejudice against gays
into the Bible.
White goes even further, stating that major leaders in the Christian community-Jerry
Falwell, James Kennedy and Pat Robertson-take public stands against the gay rights
movement for the sake of raising funds and increasing their visibility.[12]
Casting doubt on the motives of conservative leaders, and numerous denominations, makes
it easier to discount their Bible-based objections to homosexuality. No wonder this tactic is
so common in the "gay Christian" movement. Others within the movement contend the
scriptures we understand to condemn homosexuality have actually been mistranslated.
According to this view, the Bible should be taken literally in its original language; the
problem with most Christians, they say, is that they don't know Biblical Greek and Hebrew
well enough to realize our modern translations on homosexuality are all wrong.
204
Another claim pro-gay theorists make is that the Bible verses (Lev 18:22 and 20:13; Rom
1:26-27; 1 Cor 6:9-10; 1 Tim 1:9-10) which seem to prohibit homosexuality have actually
been yanked out of context from their original meaning, or that they only applied to the
culture existing at the time they were written. (Professor Robin Scroogs of Union
Theological Seminary, for example, claims, "Biblical judgments about homosexuality are
not relevant to today's debate."[13])
These arguments do not sit well with most serious Christians. The scriptures mentioned
earlier are so clear and specific they defy interpretation of any sort. "Thou shalt not lie with
a man as with a woman" requires no more interpretation than "Thou shalt not kill." It is
intellectually dishonest to say conservatives "interpret" such verses out of prejudice against
homosexuals. Those same "prejudiced" conservatives (Falwell, Kennedy, Robertson et al)
also take scriptures against heterosexual sins quite literally. If they only prohibit
homosexuality out of their own prejudice, why on earth do they, as heterosexuals, also
condemn heterosexual sins? The argument makes no sense.
Neither does the "mistranslation" argument. We can allow some discrepancy in minor areas
of translation, but, on something as important as sexual ethics, are we really to believe the
Bible translators we rely on got it wrong five different times, in two different testaments?
And only on the scriptures regarding homosexuality? (Pro-gay apologists seem to have no
problem with the other scriptures condemning sins like adultery and child abuse.)
Equally poor is the "out-of-context" argument. The fact is, in Leviticus, Romans, 1
Corinthians and 1 Timothy, homosexuality is mentioned in the context of sexual and
immoral behavior! The context is quite clear-a variety of behaviors are prohibited;
homosexuality-along with adultery, fornication and idolatry-is one of them.
The "cultural" argument fares no better. In some cases, a scripture may seem culturally
bound (injunctions against long hair on men, or women speaking to their husbands during
church.) But again-five times? Five different scriptures, from both testaments, addressed to
highly different cultures (from the Hebrew to the Roman) are obviously not culturally
bound. The cultures they address are just too different.
All of which leaves conservatives highly skeptical of the "gay Christian" movement's claim
to respect Biblical authority. It takes mental gymnastics to accept these inadequate
arguments; those not having a stake in accepting them are unlikely to do so. But those
having a personal interest the pro-gay theology are another matter. Twist the Scriptures
hard enough and you can make them appear to say anything you please. Author Paul Morris
raises this very issue when he warns:
But if I were a Christian homosexual, I think this one question would disturb me most: Am
I trying to interpret Scripture in the light of my proclivity; or should I interpret my
proclivity in the light of Scripture? [14]
An unfortunate pattern of doing the former can be seen in the "gay Christian" movement's
testimonials. Rev. Troy Perry writes about having already decided homosexuality was
acceptable, then searching the Bible to equip himself to answer conservatives.[15] Mel
205
White alludes, in his book, to some earlier studies of the destruction of Sodom[16] but his
turning point seems to have come not from a careful, prayerful study of scripture, but from
a psychologist who encouraged him to accept his homosexuality and find a lover![17] And
gospel musician Marsha Stevens (composer of the beloved song "For Those Tears I Died"
and now openly lesbian) gives a lengthy account of her acceptance of homosexuality
without once explaining how she reached the point of believing homosexuality was
scripturally acceptable. (The closest she comes is in telling how she prayed one night for
confirmation that lesbianism was okay; the next morning someone gave her a pin saying
"Born Again Lesbian.")[18] Considering the background and theological training of the
above-mentioned believers in pro-gay theology, their acceptance of it is astounding.
Or maybe it is not. Paul predicts an abandonment of truth for the sake of personal
fulfillment:
For the time will come when men will not put up with sound doctrine. Instead, to suit their
own desires, they will gather around them a great number of teachers to say what their
itching ears want to hear. They will turn their ears away from the truth and turn aside to
myths. (2 Tim 4:3-4)
Self over truth, man over God-can a Christian be so deceived? Evidently- Paul referred to
the Galatian church as having been "bewitched" (Gal 3:1), and Jesus warned that a
prominent sign of the days before His coming would be an increase in deception (Mt
24:14). To confront the pro-gay theology, then, is to confront a deceptive element of our
time- the tendency to subjugate objective truth to subjective experience.
That is one reason confrontation is not enough to change a heart. Being knowledgeable
enough to dismantle all the "gay Christian" movement's claims will not be enough to
persuade a homosexual to repent. The heart, having been hardened through deception or
rebellion or both, has to be softened. And that is the work of God alone. Ours is to simply
speak the truth, trusting Him to quicken it to our hearers.
To that end, this three-part series will address the pro-gay theology by dividing its
arguments-or tenants-into three categories: social justice arguments, general religious
arguments, and scriptural arguments. A brief description of these arguments will be
provided, followed by a response/rebuttal to each.
Social Justice Arguments
Social justice arguments are effective because they sound so good. They demand an end to
homophobia and insensitivity; who wants to say they are against such goals? But just as the
question "When did you stop beating your wife, Mr. Jones?" assumes (without proof) that
Mr. Jones has been beating his wife, so the pro-gay social justice arguments assume
(without proof) that gays are victims, and that the conservative church is largely responsible
for their victimhood.
These arguments are most effective in secular discussions (talk shows, interviews,
university debates) where listeners are unlikely to judge them by Biblical standards. Instead
206
of discerning which side is theologically correct, non-Christian audiences tend to side with
whoever seems "nicest." Usually, that means the gay spokesman asking for anti
discrimination laws or support clubs for gay teenagers. The person against these things-
usually a conservative Christian-does not seem "nice," no matter how nice he or she may
truly be.
That is not to say pro-gay social justice arguments are unwinnable; answered properly and
politely, un-Biblical ideas can be challenged in the secular arena. Paul proved that with the
citizens at Mars Hill (Acts 17:22). But the challenger needs to be aware that often, because
of his position, he will be seen as the bad guy. And that is all the more reason to speak with
an equal measure of clarity and politeness.
Social Justice Argument #1: "Homosexuality Is Inborn."
significant difference between the brain structures of heterosexual and homosexual men, it
is unclear whether the brain structure caused their homosexuality, or if their homosexuality
affected their brain structure.
In fact, one year after LeVay's study was released, Dr. Lewis Baxter of UCLA obtained
evidence that behavioral therapy can produce changes in brain circuitry, reinforcing the
idea that behavior can and does affect brain structure.[23] Therefore, even if differences do
exist between the INAH3's of homosexual and heterosexual men, it is possible that the
diminished size of the homosexual's is caused by his behavior, rather than his behavior
being caused by the INAH3's size.
Fourth, LeVay was not certain which of his subjects were homosexual and which were
heterosexual. Dr. LeVay admits this represents a "distinct shortcoming" in his study.
Having only case histories on his subjects to go by (which were by no means guaranteed to
provide accurate information about the patient's sexual orientation), he could only assume
that, if a patient's records did not indicate he was gay, he must have been heterosexual.
Yet 6 of the 16 reportedly heterosexual men studied had died of AIDS, increasing the
chances their sexual histories may have been incompletely recorded.[24] If it is uncertain
which of LeVay's subjects were heterosexual and which were homosexual, how useful can
his conclusions about "differences" between them really be?
Fifth, LeVay did not approach the subject objectively. Dr. LeVay, who is openly
homosexual, told Newsweek that, after the death of his lover, he was determined to find a
genetic cause for homosexuality or he would abandon science altogether. Furthermore, he
admitted, he hoped to educate society about homosexuality, affecting legal and religious
attitudes towards it.[25] None of which diminishes his credentials as a neuroscientist. But
his research can hardly be said to have been unbiased.
Sixth, the scientific community did not by any means unanimously accept Dr. LeVay's
study. Comments from other scientists in response to LeVay's work are noteworthy. Dr.
Richard Nakamura of the National Institute of Mental Health says it will take a "larger
effort to be convinced there is a link between this structure and homosexuality."[26] Dr.
Anne-Fausto Sterling of Brown University is less gentle in her response:
My freshman biology students know enough to sink this study.[27]
Dr. Rochelle Klinger, at Psychiatrist at Medical College of Virginia, doubts we will "ever
find a single cause of homosexuality."[28] And Scientific American sums up the reason
many professionals approach the INAH3 theory with caution:
LeVay's study has yet to be fully replicated by another researcher.[29]
ARGUMENT #1-B: Twins
208
In 1993, Dr. Dean Hamer of the National Cancer Institute studied 40 pairs of non-identical
gay brothers and claimed that 33 of the pairs had inherited the same X-linked genetic
markers, thus indicating a genetic cause for homosexuality.[35]
Response #1: The argument is misleading and exaggerated for two reasons:
First, like LeVays' study, Hamer's results have yet to be replicated. Again, it should be
noted a lack of replication does NOT mean a study is invalid; it only means the study's
conclusions have not been confirmed by further research.
Second, a later, similar study actually contradicted Hamer's conclusions. George Ebers of
the University of Western Ontario examined 52 pairs of gay brothers, and found "no
evidence for a linkage of homosexuality to markers on the X-chromosome or
elsewhere."[36]
Ebers also, with an associate, studied 400 families with one or more homosexual male, and
found "no evidence for the X-linked, mother-to-son transmission posited by Hamer."[37]
Again, like Pillard and Bailey's earlier work, a later study similar to Hamer's yielded clearly
different results.
Response #2: This argument, like those based on LeVay, Pillard, and Bailey's work, is
illogical in that it assumes inborn means normal or morally acceptable . That
assumption is faulty, for three reasons:
First, "inborn" and "normal" are not necessarily the same. Even if homosexuality is
someday proven to be inborn, inborn does not necessarily mean normal. Any number of
defects or handicaps, for example, may be inborn, but we'd hardly call them normal for that
reason alone. Why should we be compelled to call homosexuality normal, just because it
may be inborn?
Second, inborn tendencies towards certain behaviors (like homosexuality) do not make
those behaviors moral. Studies in the past fifteen years indicate a variety of behaviors may
have their roots in genetics or biology. In 1983 the former Director of the National Council
on Alcoholism reported on a number of chemical events that can produce alcoholism;[38]
in 1991, the City of Hope Medical Center found a certain gene present in 77% of their
alcoholic patients.[39] Obesity and violent behavior are now thought to be genetically
influenced,[40] and even infidelity, according to research reported in Time, may be in our
genes![41]
Surely we're not going to say that obesity, violence, alcoholism and adultery are legitimate
because they were inherited. So it is with homosexuality. Whether inborn or acquired, it is
still, like all sexual contact apart from marriage, immoral. And immoral behavior cannot be
legitimized by a quick baptism in the gene pool.
Third, we are a fallen race, born in sin. Scripture teaches we inherited a corrupt sin nature
affecting us physically and spiritually (Ps 51:5; Rom 5:12). We were born spiritually dead
210
(Jn 3:5-6) and physically imperfect (1 Cor 15:1-54). We cannot assume, then, that because
something is inborn, it is also God ordained. There are mental, psychological, physical and
sexual aspects of our beings that God never intended us to have. "Inborn," in short, does not
mean "divinely sanctioned."
Response #3: Professional opinion is by no means unanimously convinced of the
"Homosexuality is Inborn Argument.
Some researchers, according to the Chronicle of Higher Education, actually say the "born
gay" theories are "unfounded and politically dangerous."[42] Dr. William Byne of
Columbia University calls the "inborn" evidence "inconclusive" and compares it to "trying
to add up a hundred zeroes so you can get 1."[43] Dr. Fausto-Sterling says the studies, and
ensuing debate, are not even about biology but about politics,[44] and Professor John
D'Emilio of the University of North Carolina, while willing to consider the possibility of
inborn homosexuality, says there's "too much else we haven't explored."[45]
Social Justice Argument #2: "Homosexuality Cannot Be Changed."
"Sexual orientation simply cannot be changed," a gay psychiatrist says confidently,[46]
warning "there may be severe emotional and social consequences in the attempt to change
from homosexuality to heterosexuality."[47] This argument draws heavily from the social
sciences, as it must; the Bible supports no such claim. Indeed, St. Paul makes the opposite
remark, clearly stating homosexuals can change, when he asserts:
Do you not know that the wicked will not inherit the kingdom of God? Do not be deceived:
Neither the sexually immoral nor idolaters nor adulterers nor male prostitutes nor
homosexual offenders... will inherit the kingdom of God. And that is what some of you
were. But you were washed, you were sanctified, you were justified in the name of the Lord
Jesus Christ and by the Spirit of our God. (1 Cor 6: 9-11; emphasis added)
Still, the "I-tried-to-change-but-I-couldn't" argument is quite popular among homosexuals
who have accepted their orientation and insist others do the same.
Response #1: The "unchangeable" argument is misleading. While many mental health
authorities believe homosexuality is unchangeable, many others believe it can be
changed.
In 1970, the Kinsey Institute reported that 84% of the homosexuals they studied had shifted
their sexual orientation at least once; 32% of them reported a second shift, and 13%
reported five changes, during their lifetime, in their sexual orientation![48]
The Director of the New York Center for Psychoanalytic Training, no doubt aware such
changes occur, remarked on the "misinformation spread by certain circles that
homosexuality is untreatable," saying it did "incalculable harm to thousands."[49]
211
Dr. Irvine Bieber concluded (after treating over a hundred homosexuals) that "a
heterosexual shift is a possibility for all homosexuals who are strongly motivated to
change."[50]
Sex researchers Masters and Johnson (hardly a pair of standard-bearers for the traditional
view!) said the "homosexuality cannot be changed" concept was "certainly open to
question."[51] Drs. Wood and Dietrich, writing about the effectiveness of treatment for
homosexuality, confirmed "all studies which have attempted conversions from
homosexuality to heterosexuality have had significant success."[52] And the New Report of
the Kinsey Institute explains people do not "necessarily maintain the same sexual
orientation throughout their lives," then explained that "programs helping homosexuals
change report varying degrees of success."[53]
But no one says it better than Stanton Jones, Chair of Psychology at Wheaton College:
Anyone who says there is no hope (for change) is either ignorant or a liar. Every secular
study of change has shown some success rate, and persons who testify to substantial
healings by God are legion.[54]
Response #2: This argument is illogical in that it assumes if a condition is
unchangeable it is therefore desirable.
For the sake of argument, suppose it could be proven that homosexuality, as a condition, is
unchangeable-that no amount of prayer, counseling or efforts of any sort could make a
homosexual become attracted to the opposite sex. What then? Should that change our view
of homosexual behavior as being sinful? Hardly. There's no contingency in any scriptural
reference to any kind of sin, in the Old or New Testament, saying: "Thou shalt not do thus
and so!" ("Unless, of course, you tried hard to change, went for prayer and counseling, and
found you just could not stop wanting to do thus and so. If that's the case, then thus and so
is no longer a sin. It's an inborn, immutable gift and you can indulge it!")
The Apostle Paul's thorn in the flesh, whatever it may have been, was unchangeable;
despite his prayers for deliverance, God allowed it to remain. But it certainly was not
desirable (2 Cor 12:7-9). Other conditions-alcoholism, for example, or various addictions-
are widely believed to be unchangeable, and have to be coped with daily. That hardly
makes them desirable, natural or God-ordained.
Social Justice Argument #3:
10% of the Population Is Gay. Could So Many People Be Wrong?
This argument has been so roundly disproved, in secular, clinical and theological sources
worldwide, that it may be unnecessary to mention it. But on the chance that the reader may
need to confront it in future discussions, we will briefly review what is commonly called
the "10% Myth" and how to respond to it.
212
In 1948, sex researcher Alfred Kinsey published Sexual Behavior in the Human Male,
which listed his findings after taking the sexual histories of 5,300 American men. The
findings, especially on homosexuality, shocked American sensibilities: 37% of the subjects
admitted at least one homosexual experience since their adolescence,[55] and 10% claimed
to have been homosexual for at least three years.[56]
Word was out-ten percent of the male population was homosexual! Knowing there is power
in numbers, pro-gay theorists and spokesmen repeated the statistic relentlessly until it
became a given: one out of every ten males was gay; therefore, homosexuality was much
more common than anyone had previously thought. The concept was extremely useful to
activists when, decades later, they would ask how anyone could believe ten percent of the
population was abnormal, immoral or just plain wrong.
Response #1: The argument is exaggerated; Kinsey did NOT claim 10% of the male
population was homosexual.
Kinsey's wording was plain-10% of the males surveyed claimed to have been homosexual
for at least three years. They had not necessarily been homosexual all their lives, nor would
they necessarily be homosexual in the future. Future studies by the Kinsey Institute, in fact,
would confirm that sexual orientation is not necessarily fixed, and may change throughout a
person's lifespan. The 1990 Kinsey Institute New Report on Sex states:
Some people have consistent homosexual orientation for a long period of time, then fall in
love with a person of the opposite sex; other individuals who have had only opposite-sex
partners later fall in love with someone of the same sex.[57]
Response #2: The "10/o" is misleading for two reasons:
First, Kinsey's data was not taken from a population accurately representing American men.
Dr. Judith Reisman, in her book Kinsey, Sex and Fraud: The Indoctrination of a People has
soundly discredited Kinsey's conclusions and methods. One of her important findings was
that 25% of the men he surveyed were prisoners, many of whom were sex offenders.[58]
Naturally, a higher incidence of homosexuality would be found among prisoners, especially
sex offenders, many of whom may have been in prison for homosexual behavior. (In the
1940s that was quite possible; today, thankfully, people are not incarcerated for
homosexuality.)
Second, subsequent studies have disproved the 10% claim. USA Today reported on April
15, 1993, a new survey of 3,321 American men indicating 2.3% of them had engaged in
homosexual behavior within the previous ten years; only 1.1% reported being exclusively
homosexual.
This was only the latest in a series of studies proving Kinsey wrong. In 1989, a U.S. survey
estimated no more than 6% of adults had any same-sex contacts and only 1% were
exclusively homosexual; a similar survey in France found 4% of men and 3% of women
had ever engaged in homosexual contacts, while only 1.4% of the men and 0.4% of the
213
women had done so within the past five years. The article concluded, not surprisingly, that
the 10% statistic proposed by Kinsey was "dying under the weight of new studies."
A candid remark by a lesbian activist explains how the 10% figure stayed in the public's
awareness for so long:
The thing about the 'one in ten'-I think people probably always did know that it was
inflated. But it was a nice number that you could point to, that you could say 'one in ten,'
and it's a really good way to get people to visualize that we're here.[59]
If what she's saying is true, gay spokesmen were willing to repeat something they knew to
be false, for the sake of furthering their cause. With that in mind, one wonders what other
"facts" on homosexuality ("gays are born gay," "gays cannot change") will someday be
disproved as well-exposed as propaganda that people "always knew was inflated," but
promoted anyway because the end justified the means.
We can accept some parts of these pro-gay arguments. We can allow, for example, the
possibility of genetics someday being found to play a role in the development of
homosexuality. We can agree that, in many cases, the homosexual condition-sexual
attractions to the same sex rather than the opposite one-begins very early in life. And while
it's common knowledge that ten percent of the population is not, nor ever has been, gay,
we'll admit there are probably far more homosexuals in the population than we're aware of.
Their claim of not having asked for their orientation is, in most cases, true; we ought to feel
genuine compassion for people struggling with, or mistreated for, something they never
chose. Stanton Jones of Wheaton College puts it well:
If you cannot empathize with a homosexual person because of fear of, or revulsion to,
them, then you are failing our Lord.[60]
But where we must part company with promoters of the pro-gay theology is in the
conclusions they've drawn. We cannot rewrite scripture, as they have, to accommodate a
sin simply because it has been shown to be inborn, unchangeable or common. On this point,
we might well borrow a quote from, of all people, the liberal playwright Lillian Hellman:
I cannot and will not cut my conscience to suit this year's fashions.
General Religious Arguments
A recent poll showed 66% (two thirds) of Americans no longer believe there is such a thing
as "absolute truth." More disturbing, though, was the fact that 53% of those not believing in
absolute truth identified themselves as born again Christians; 75% of whom were mainline
Protestants.[61]
If "absolute truth" no longer exists, even in the minds of half the "born-again" population, it
logically follows that doctrine, and the Bible itself, is given less credence. Pollster George
Gallup Jr. noticed this in The People's Religion: American Faith in the 90's. "While
214
religion is highly popular in America," he states, "it is to a large extent superficial. There is
a knowledge gap between American's stated faith and the lack of the most basic knowledge
about that faith."[62]
In short, self-identified Christians in the 90s are Biblically ignorant. Doctrine has become
less important than good feelings; indeed, a USA Today survey found that, of the 56% of
Americans who attend church, 45% did so because "it's good for you," 26% went for peace
of mind. Specific doctrines, the pollster noted, seemed unimportant.[63]
If the notions of "truth" and "doctrine" are becoming unimportant to Christians, can the idea
of "sin" hope to survive? Probably not; 25% of Christians polled in 1993 believed sin to be
"an outdated concept."[64]
"The awareness of sin used to be our shadow," Cornelius Plantinga writes in Christianity
Today. "Christians hated sin, feared it, flew from it. But now the shadow has faded.
Nowadays, the accusation you have sinned is often said with a grin."[65]
But the gospel truth is never so accommodating. John the Baptist was ferocious with the
Pharisees (Mt 3:7-8), Jesus trounced Peter when he tried to interfere with the His mission,
(Mt 16:22-23) and Paul was willing to publicly rebuke hypocrisy, even when committed by
a respected disciple (Gal 2:11-14). To be sure, there is a place for gentleness. But never at
the expense of truth.
Yet today the gap between truth and modern practice has been large enough to allow any
number of false (albeit "nice") ideas to enter the church, creating a mentality that says,
"Let's all get along without conflict, shall we?" Author J. Stephen Lang attempts to explain
this phenomenon:
Love is understandable-warm and fuzzy. Doctrine, on the other hand, sounds cold, difficult
and demanding.[66]
A desire for "warm and fuzzy" without a commitment to truth makes the general religious
arguments of the pro-gay theology all the more palatable. Unlike the social justice
arguments, these arguments are more "religious"; that is, they appeal to general religious
themes of harmony and goodwill, while bypassing issues of the fallen nature, sin and
obedience. To the Biblically ignorant they can pass for truth; in the light of scripture,
though, they have no leg on which to stand.
Since they are more religious in tone than social arguments, these arguments can be
answered almost exclusively in Biblical terms. Remembering that members of the gay
Christian movement say they believe in Biblical authority, these arguments are best
answered with a call to return to the objective truth of the Bible, in lieu of the subjective
winds of human experience and understanding.
Religious Argument #1:
"Jesus Said Nothing About Homosexuality."
215
This argument is a favorite at gay parades. Invariably, when the "gay Christian" movement
is represented, someone in their group will hold up a sign saying, "WHAT JESUS SAID
ABOUT HOMOSEXUALITY:_________________." The idea, of course, is that if Jesus
did not specifically forbid a behavior, then the behavior must not have been important to
Him. Stretching the point further, this argument assumes if Jesus was not manifestly
concerned about something, we should not be, either.
Troy Perry (as most gay Christian leaders do) makes much of this argument based on
silence:
As for the question, 'What did Jesus say about homosexuality?", the answer is simple. Jesus
said nothing. Not one thing. Nothing! Jesus was more interested in love.[67]
So, according to the argument of silence, if Jesus did not talk about it, neither should we.
Response: The argument is misleading and illogical for four reasons:
First, the argument assumes the gospels are more authoritative than the rest of the books in
the Bible. The idea of a subject being unimportant just because it was not mentioned by
Jesus is foreign to the gospel writers themselves. At no point did Matthew, Mark, Luke or
John say their books should be elevated above the Torah or, for that matter, any writings
yet to come. In other words, the gospels-and the teachings they contain-are not more
important than the rest of the Bible. All scripture is given by inspiration of God. The same
spirit inspiring the authors of the Gospels also inspired the men who wrote the rest of the
Bible.
Second, the argument assumes the gospels are more comprehensive than they really are.
Not only are the gospels no more authoritative than the rest of scripture, they are not
comprehensive either. That is, they do not provide all we need to know by way of doctrine
and practical instruction.
Some of the Bible's most important teaching, in fact, does not appear in the gospels. The
doctrine of man's old and new nature (outlined by Paul in Romans 6); the future of Israel
and the mystery of the Gentiles (hinted at by Christ but explained more fully in Romans 9
11); the explanation and management of the spiritual gifts (detailed in 1 Corinthians 12 and
14); the Priesthood of Christ (illustrated in Hebrews)-all of these appear after the accounts
of Christ's life, death and resurrection. (And we have not even mentioned the entire Old
Testament.) Would anyone say none of these doctrines are important because they were not
mentioned by Jesus?
Or, put another way, are we really to believe that Jesus did not care about wife beating or
incest, just because He said nothing about them? Are not the prohibitions against incest in
Leviticus and 1 Corinthians, as well as Paul's admonition to husbands to love their wives,
enough to instruct us in these matters without being mentioned in the gospels? There are
any number of evil behaviors that Christ did not mention by name; surely we don't condone
them for that reason alone! Likewise, Jesus' silence on homosexuality in no way negates the
216
very specific prohibitions against it which appear elsewhere, in both Old and New
Testaments.
Third, this argument is inaccurate, in that it presumes to know all of what Jesus said. The
gospels do not profess to be a complete account of Jesus' life or teachings. Whole sections
of His early years are omitted; much of what He did and said remains unknown.
Luke wrote his gospel so Theophilus would "know the certainty of those things wherein he
had been instructed" (Lk 1:4). John's motives are broader: "These are written that ye might
believe that Jesus is the Christ, and that believing, ye might have life through His name" (Jn
20:31). But none of these authors suggested they were recording all of Christ's words. John,
in fact, said that would have been an impossibility:
Jesus did many other things as well. If every one of them were written down, I suppose that
even the whole world would not have room for the books that would be written. (Jn 21:25)
If that is the case, how can we be certain He said nothing about homosexuality? No one can
say. But we know there are other equally important subjects left undiscussed in the gospels,
but mentioned in detail in other books of the Bible. Homosexuality, while absent from
Matthew, Mark, Luke or John, is conspicuously present in both testaments and, just as
conspicuously, it is forbidden.
Fourth, this argument assumes, because Jesus said nothing specific about homosexuality,
that He said nothing about heterosexuality as a standard. Jesus referred in the most specific
of terms to God's created intent for human sexuality:
But at the beginning of creation God "made them male and female. For this reason a man
will leave his father and mother and be united to his wife, and the two will become one
flesh." So they are no longer two, but one. Therefore what God has joined together, let man
not separate." (Mk 10:6-9)
In this passage, Jesus had been presented with a hypothetical question: Is divorce lawful?
Instead of giving a simple yes or no, He referred to Genesis and, more specifically, to
created intent as the standard by which to judge sexual matters. By repeating the Genesis
account, He emphasizes four elements of the created intent for marriage and sexual
relating: independence was one-a man was to leave his own home to establish his own
family with his wife; a one flesh sexual union was another; and, of course, monogamy.
But the first element of created intent Jesus stressed was the complimentary factor: it was to
be a union of male and female, man and wife.
Homosexuality may not have been mentioned by Jesus-many other sexual variations were
not, either. But He could not have spelled out the standard for sexual expression more
clearly: male to female, joined as God intended them to be. He cannot be assumed to have
approved of anything less.
217
Religious Argument #2: "I'm a Born-Again Believer and I'm Gay. How Can That Be,
If Homosexuality Is Wrong?"
This argument is most often promoted by a declaration: I'm gay and Christian, which is
living proof you can be both! Mel White, upon his installation as pastor of America's
largest gay congregation, made a similar affirmation:
Now, thank God, after thirty years of struggle, I can say at last who I really am. I am gay. I
am proud. And God loves me without reservation.[68]
The message, then, is that if a person is truly born again and homosexual, the two must be
compatible.
Response: The argument is illogical in that it assumes if one is a Christian, and if one
is loved by God, then what one does must be all right in God's sight.
We can assume Dr. White's assertions are true: he is gay, he says he is proud (and no one is
in a position to say otherwise) and God loves him. But does God's love for him, or Dr.
White's pride in being gay, justify homosexuality itself?
Hardly. And while it is beyond the scope of this article to enter into the debate over eternal
security ("once saved, always saved"), let us remember that Christians do not automatically
become non-Christian just because they are sinning. The fact they are sinning- even if they
do not realize it-does not automatically nullify their salvation.
But neither does their salvation legitimize their sin. A Christian may, indeed, be openly
homosexual; that is no proof homosexuality and Christianity are compatible. In fact, a
Christian may be openly sinning; that is no proof sin and Christianity are compatible,
either.
Ananias and Sapphira, a husband and wife mentioned in Acts Chapter 5, were evidently
believers. Yet their sin of hypocrisy (pretending to give more money to the church than
they actually did) cost them their lives. They were Christians, and they were in serious
error. Their error did not mean they were not Christian; their Christianity did not legitimize
their error.
The Apostle Peter was, on one occasion at least, afraid to be seen associating with Gentiles,
for fear of reprisals from Jews who felt Jews and Gentiles should never mix. So when
Jewish people were not around, he was willing to eat with Gentile friends; when Jews were
present, he avoided Gentiles (Gal 2:11-13). His hypocrisy in the face of prejudice was
wrong, yet no one doubts he was a Christian. Yet that in no way justified his hypocrisy.
In other words, being a Christian is no indication, in and of itself, that your life is pleasing
to God. And any honest believer knows that. It is a waste of time to argue intangibles, such
as whether or not a 'gay Christian' is truly born again, or "saved." We may argue that if he
continues in sin, he risks hardening his heart toward God, or reaping corruption, since God
218
is not mocked. But we cannot see inside his soul to determine how hardened or deceived he
may be.
No matter how proud, confident or loved by God a person is, he can be walking in darkness
without knowing it. That is exactly why we have an objective standard by which to judge
our actions. "Take heed unto thyself," Paul told Timothy, "and unto the doctrine. Continue
in them, for in doing this thou shalt both save thyself, and them that hear thee" (1 Tim
4:16).
Saying "I'm Christian and gay" proves nothing. The question shouldn't be Can a person be
homosexual and still belong to God? But rather, Is homosexuality right or wrong according
to the Bible?
Religious Argument #3: "I Attend a Gay Church Where the Gifts of the Spirit and the
Presence of God Are Manifest. How Can That Be, If Homosexuality Is Wrong?"
When the late Rev. Sylvia Pennington, a defender of the pro-gay theology, attended her
first gay church, she still believed homosexuality was wrong. But something happened to
change her mind:
I became aware of the Holy Spirit's presence hovering around, about and within me. They
[gay Christians] were sensing the same Spirit that I sensed and loving God back as I was.
They were actually worshiping God. And God was there-undeniably there![69]
The argument, then, is that if God's presence and gifts are manifest in a gay church, it is
evidence that God accepts and blesses homosexuality.
Response: The argument is misleading in that it assumes God's gifts or presence are an
indication of His approval.
By Rev. Pennington's description of a gay church, we can assume one of three things: either
God's presence was not there at all, and what she felt was just emotion; or what she (and the
others present) felt was a demonic counterfeit; or, in fact, God's presence was there.
I find it useless to argue over whether or not the presence of God can actually be found in
gay churches. Instead, it is best to ask, "So what?" Even if God is present in gay churches
and if His gifts are manifest there, does that prove He condones homosexuality?
Not at all. God's presence, wonderful as it is, and His gifts, valuable as they are, are given
freely. They are neither a reward for, nor evidence of, righteousness. (I am not arguing that
God IS present in gay churches; I'm only saying that, like the "I'm gay and Christian"
argument, it is best to stick to the bottom line issue: Is homosexuality right or wrong?)
To illustrate this, look at the Corinthian church. No one could doubt they were genuine
believers; Paul opens his letter to them addressing them as "sanctified in Christ Jesus" (1
Cor 1:2). Further, the gifts of the Spirit-teaching, preaching, prophetic words and so forth-
219
were manifest there; Paul spent all of Chapters 12 and 14 teaching them how to manage
these gifts. So God's presence, and His gifts, were clearly a part of the Corinthian church's
life.
And the Corinthian church was a mess. They were, by Paul's own account, carnal and full
of divisions (1 Cor 3:3-4), incest was openly committed among them (5:1-5), they were
hauling each other to court over lawsuits (6:1-3), and getting drunk at the communion table
(11:21). Yet God's presence was at Corinth. Because He approved of their behavior? Of
course not. But His gifts and calling, as Paul said in Romans 11:29, are without repentance.
He would not remove them, even when the church they operated in was in serious error.
Modern examples abound. By now we have all heard of evangelists or preachers whose
ministries thrived even when, unfortunately, they were involved in sexual immorality. For
years, in some cases, God's presence and blessing was on their work, even as they
continued their secret sin. Yet none of us would assume God approved of their behavior.
What, then, can we assume? Two things: first, if God has given someone a gift of the
Spirit, that gift may continue to operate even if the person is willfully sinning. Second, the
gift, or God's presence, is a sign of grace, not approval. It cannot be said that, because the
gifts are operating in a church, the church's activities are legitimate. Legitimacy is
determined by scripture, not spiritual dynamics.
Religious Argument #4: "My Lover and I Are in a Monogamous Relationship, and
We Truly Love Each Other. That Can't Be Wrong!"
As the gay rights and gay Christian movements have evolved, more emphasis has been put
on the quality of homosexual relationships. Initially, gay apologists argued for sexual
freedom; today, they argue for legitimacy. As this is being written, in fact, the nation is
holding its breath to see how the Hawaii Supreme Court will rule on the legality of gay
marriages.
"God is ecstatic that I'm so happy in a relationship with a woman," a lesbian member of the
Metropolitan Community Church gushed on a recent news program.[70 ] A stable
relationship, then, is seen as evidence of God's blessing. And if true love is involved, so the
argument goes, it must be right.
Response: The argument is misleading in that it assumes love sanctifies a relationship.
It is hard these days to say love is not the final standard for right and wrong. Love is nice,
after all; in our culture, it has been nearly deified as something so intense and beautiful, it
justifies almost anything done in its name. And with all the hatred and violence in the
world, why knock a loving relationship between any two people? Because love, in and of
itself, does not make a relationship right. In fact, contrary to the touchy-feeling wisdom of
the times, love is not always such a good thing.
An essay on homosexuality and ethics puts it well:
220
One of the most popular errors in the realm of Christian ethics has been the effort to make
love an omnipotent spiritual quality which has the power to sanctify anything that is done
its name.[71]
Love can, according to Jesus, interfere with God's plan for an individual. He warns His
followers that love for anyone, no matter how legitimate the relationship, becomes sin
when it surpasses our love for Him (Mt 10:37). King Solomon, in a similar vein, loved his
foreign wives. Problem was, they turned his heart away from God (1 Ki 11:3-4). In his
case, love became a snare.
Love is not enough to justify a relationship. An unmarried Christian couple may be very
much in love; if they become sexually involved before marriage, it will still be sin, no
matter how much love went into it. And it will still be wrong. A married man can fall
deeply in love with a woman other than his wife; that will never sanctify adultery.
Likewise, two men, or women, may be in love. Their love may run very deep, they may
pledge fidelity to each other and live as happily as any married heterosexual couple. Again,
that will not, of itself, justify a homosexual relationship. Scripture places boundaries on
human relationships, offering no compromise, even if love is present and desires to cross
those boundaries. If a form of sexual relating is wrong, it remains wrong no matter what
degree of love goes along with it.
We would rather be nice. That is a strange tendency creeping into the church: "niceness" is
taking precedence over truth. Immorality-even among Christian leaders-is going
unconfronted, and many churches seem more concerned with making people comfortable
than arousing in them a sense of their need for God. In such an environment, it is no
wonder erroneous teachings like the pro-gay theology are flourishing. Evangelist and Pastor
Greg Laurie summed up the problem nicely:
What is being depicted to individuals is a 'user-friendly' God who will smile benignly down
upon their lifestyles of choice, as they continue to live as they like.[72]
But, however the social justice arguments of the pro-gay theology compel us towards
"niceness," the God we represent places a higher premium on truth than accommodation.
May we, by His grace, never shun the two-fold mandate to speak the truth, in love.
Scriptural Arguments
This part of the pro-gay theology offers what appears to be a series of conservative,
fundamentalist responses to conservative, fundamentalist objections. That is, it meets every
Bible verse referring to homosexuality head on, and attempts to explain why each verse is
misunderstood today. It is the boldest part of pro-gay theology, and, for many Christians,
the most difficult for which to give response.
221
That is because these arguments take what is obvious and claim to have discovered it has a
different, heretofore hidden meaning. To illustrate, let us take a fairly straightforward
scripture:
Come unto me, all ye that labour and are heavy laden, and I will give you rest. (Mt 11:28,
KJV)
The meaning is clear: Jesus invites the weary to come to Him for rest. No need to check the
original Greek or review the cultural context; the scripture is clear.
Now suppose someone tells you they have done an extensive word study on this verse, and
discovered Jesus was really inviting pregnant women to stay at His maternity ward in
Nazareth. It seems ridiculous; the context so clearly points to something else. But if you
have not taken the time to study the original Greek in this verse, you cannot technically
refute the "maternity ward" idea, though common sense tells you it is nonsense.
That is the power of the pro-gay theology. It takes scriptures we are all familiar with, gives
them an entirely new interpretation, backs its claims with well-credentialed scholars, and
gives birth to a new sexual ethic. Common sense may reject it, but until it is examined a bit
more closely, it is difficult to refute.
To approach this portion of the pro-gay theology, we will review each scripture referring to
homosexuality, establish the traditional view of the scripture, name the pro-gay arguments
against that view, and offer a response to each.
Creation/Created Intent: Genesis 1:27-28; 2:18, 23-24
So God created man in his own image, in the image of God he created him; male and
female he created them. God blessed them and said to them, "Be fruitful and increase in
number; fill the earth and subdue it. Rule over the fish of the sea and the birds of the air and
over every living creature that moves on the ground."
The LORD God said, "It is not good for the man to be alone. I will make a helper suitable
for him." The man said, "This is now bone of my bones and flesh of my flesh; she shall be
called 'woman,' for she was taken out of man." For this reason a man will leave his father
and mother and be united to his wife, and they will become one flesh.
Traditional View: God's intention for human sexual relationships is limited to
heterosexual union between a man and a woman in marriage.
Pro-Gay Argument:
The Genesis account does not forbid homosexuality; it simply does not refer to it, for
obvious reasons. A gay couple could hardly begin the population process. But these verses
cannot be seen as a model for all couples: many heterosexual couples are childless, or
222
unable to have sexual relations. Are they in sin because they do not conform to the Genesis
account?
Response #1:
While it is true this passage does not forbid homosexual relations, it does provide the
primary model for sexuality by which other forms of sexual expression must be judged.
Thomas Schmidt puts it well:
It [Genesis] provides a basis for Biblical commands and for subsequent reflection on the
part of those who wish to construct a sexual ethic to meet changing situations-it is
appropriate for us to explore the relevance of Biblical commands about marriage and to
evaluate modern homosexuality in light of Genesis.[73]
Stanton Jones, regarding creation as a model for sexuality, adds:
The heart of Christian morality is this: God made sexual union for a purpose-the uniting of
husband and wife into one flesh in marriage. God uses sexual intercourse, full sexual
intimacy, to weld two people together.[74]
Response #2:
The male-female union, introduced in Genesis, is the only model of sexual behavior
consistently praised in both Old and New Testaments. While other forms of behavior
(polygamy and the use of concubines, for example) are introduced and even allowed in the
Old Testament, a monogamous relation between husband and wife is the standard upheld as
the ideal within scripture. While the old phrase, "God created Adam and Eve, not Adam
and Steve" seems flippant, it is a fair assessment of created intent: whereas heterosexuality
is commended throughout the Bible, not once is a homosexual relationship mentioned in
anything but negative terms.
The Destruction of Sodom. Genesis 19:4-9
Before they [the angels visiting Lot to judge the wickedness of Sodom and determine
whether or not to spare it] had gone to bed, all the men from every part of the city of
Sodom-both young and old-surrounded the house. They called to Lot, "Where are the men
who came to you tonight? Bring them out to us so that we can have sex with them [lit., 'so
we may know them']." Lot went outside to meet them... and said, "No, my friends. Don't do
this wicked thing. Look, I have two daughters who have never slept with a man. Let me
bring them out to you, and you can do what you like with them. But don't do anything to
these men... ." ...And they said, "We'll treat you worse than them."
Traditional Position: The men of Sodom were attempting homosexual contact with Lot's
visitors. Sodom was subsequently destroyed for its great wickedness, homosexuality
playing a major role in its destruction.
223
case for the event being much like a prison rape, or the kind of assaults conquering armies
would commit against vanquished enemies,[77] but her argument is weakened by Professor
Thomas Schmidt's cited evidence in early literature connecting Sodom with more general
homosexual practices:
The second-century BC Testament of the Twelve Patriarchs labels the Sodomites 'sexually
promiscuous' (Testimony of Benjamin 9:1) and refers to 'Sodom, which departed from the
order of nature' (Testament of Nephtali 3:4). From the same time period, Jubilees specifies
that the Sodomites were 'polluting themselves and fornicating in their flesh' (16:5, compare
20:5-6). Both Philo and Josephus plainly name same-sex relations as the characteristic view
of Sodom.[78]
Pro-Gay Argument #3:
The real sins of Sodom, according to Ezekiel 16:49, were that it was "arrogant, overfed and
unconcerned; they did not help the poor and needy." These have nothing to do with
homosexuality.
Response:
Again, the argument is partially true. When Sodom was destroyed, homosexuality was only
a part-or symptom-of its wickedness. Romans Chapter One gives a similar illustration,
describing the generally corrupt condition of humanity, while citing homosexuality as a
symptom of that corruption. But Ezekiel also says of the Sodomites: "They were haughty
and did detestable things before me" (16:50). The sexual nature of these "detestable" things
is suggested in 2 Peter 2:6-7:
If he [God] condemned the cities of Sodom and Gomorrah by burning them to ashes, and
made them an example of what is going to happen to the ungodly; and if he rescued Lot, a
righteous man, who was distressed by the filthy lives of lawless men...
And again in Jude 7:
In a similar way, Sodom and Gomorrah and the surrounding towns gave themselves up to
sexual immorality and perversion. They serve as an example of those who suffer the
punishment of eternal fire.
Dr. Bruce Metzger of Princeton Theological Seminary mentions other references to
Sodom's sexual immorality in 3 Maccabees 2:5: "the people of Sodom who acted
arrogantly, who were notorious for their vices." And again in Jubilees 16:6: "the
uncleanness of the Sodomites."[79]
The pro-gay interpretation of Sodom's destruction has some merit: homosexual rape was
attempted, and the Sodomites were certainly guilty of sins other than homosexuality. But in
light of the number of men willing to join in the rape, and the many other references, both
Biblical and extra-Biblical, to Sodom's sexual sins, it is likely homosexuality was widely
225
practiced among the Sodomites. It is also likely that the sin for which they are named was
one of many reasons judgment finally fell on them.
The Levitical Law. (Leviticus 18:22; 20:13)
Do not lie with a man as one lies with a woman; that is detestable [or, 'an abomination'].
If a man lies with a man as one lies with a woman, both of them have done what is
detestable [or, 'an abomination']. They must be put to death; their blood will be on their
own heads.
Traditional Position: Under Levitical Law, homosexuality was one of many abominable
practices punishable by death.
Pro-Gay Argument:
The practices mentioned in these chapters of Leviticus have to do with idolatry, not
homosexuality.
The Hebrew word for "abomination," according to Boswell, has less to do with something
intrinsically evil and more to do with ritual uncleanness.[80] The Metropolitan Community
Church's pamphlet, "Homosexuality: Not A Sin, Not A Sickness," makes the same point:
The (Hebrew word for abomination) found in Leviticus is usually associated with idolatry.
[81]
Gay author Roger Biery agrees, associating the type of homosexuality forbidden in
Leviticus with idolatrous practices. Pro-gay authors refer to the heathen rituals of the
Canaanites-rituals including both homosexual and heterosexual prostitution-as reasons God
prohibited homosexuality among His people. They contend homosexuality itself was not
the problem, but it is association with idolatry and, at times, the way it was practiced as a
part of idol worship. In other words, God was not prohibiting the kind of homosexuality we
see today; He forbade the sort which incorporated idolatry.
Response #1:
The prohibitions against homosexuality in Leviticus 18 and 20 appear alongside other
sexual sins-adultery and incest, for example-which are forbidden in both Old and New
Testaments, completely apart from the Levitical codes. Scriptural references to these sexual
practices, both before and after Leviticus, show God's displeasure with them whether or not
any ceremony or idolatry is involved.
226
Response #2:
Despite the UFMCC's contention that the word for abomination (toevah) is usually
associated with idolatry, it in fact appears in Proverbs 6:16-19 in connection with sins
having nothing to do with idolatry or pagan ceremony:
There are six things the LORD hates, seven that are detestable [an abomination or toevah]
to him: haughty eyes, a lying tongue, hands that shed innocent blood, a heart that devises
wicked schemes, feet that are quick to rush into evil, a false witness who pours out lies and
a man who stirs up dissension among brothers.
Idolatry plays no part in these scriptures; clearly, then, toevah is not limited to idolatrous
practices.
Response #3:
If the practices in Leviticus 18 and 20 are condemned only because of their association with
idolatry, then it logically follows they would be permissible if they were committed apart
from idolatry. That would mean incest, adultery, bestiality and child sacrifice (all of which
are listed in these chapters) are only condemned when associated with idolatry; otherwise,
they are allowable. No serious reader of these passages could accept such a premise.
Paul on "Natural" and "Unnatural". Romans 1:26-27
Because of this, God gave them over to shameful lusts. Even their women exchanged
natural relations for unnatural ones. In the same way the men also abandoned natural
relations with women and were inflamed with lust for one another. Men committed
indecent acts with other men, and received in themselves the due penalty for their
perversion.
Traditional Position: Paul views homosexuality as a symptom of fallen humanity,
describing it as unnatural and unseemly.
Romans 1, in fact, is to stigmatize persons who have rejected their calling, gotten off the
true path they were once on.[82]
Mollenkott agrees, saying, "What Paul seems to be emphasizing here is that persons who
are heterosexual by nature have not only exchanged the true God for a false one but have
also exchanged their ability to relate to the opposite sex by indulging in homosexual
behavior that is not natural to them."[83]
In short, Paul in Romans 1 describes heterosexuals who have deliberately committed
homosexual acts, thus violating their true nature. Homosexuality, if committed by true
homosexuals, is not a sin.
Response:
Paul is not speaking nearly so subjectively in this passage. There is nothing in his wording
to suggest he even recognized such a thing as a "true" homosexual versus a "false" one. He
simply describes homosexual behavior as unnatural, no matter who it is committed by.
His wording, in fact, is unusually specific. When he refers to "men" and "women" in these
verses, he chooses the Greek words that most emphasize biology: arsenes and theleias.
Both words are rarely used in the New Testament. When they do appear, they appear in
verses meant to emphasize the gender of the subject, as in a male child (arsenes). In this
context, Paul is very pointedly saying the homosexual behavior committed by these people
was unnatural to them as males and females (arsenes and theleias ). He is not considering
any such thing as sexual orientation. He is saying, in other words, that homosexuality is
biologically unnatural-not just unnatural to heterosexuals, but unnatural to anyone.
Additionally, the fact these men were "burning in lust" for each other makes it highly
unlikely they were heterosexuals experimenting with homosexuality. Their behavior was
born of an intense inner desire. Suggesting, as Boswell and Mollenkott do, that they were
heterosexuals indulging in homosexual behavior requires unreasonable mental gymnastics.
Besides which, if verses 26-27 condemn homosexual actions committed by people to whom
they did not come naturally, but do not apply to people to whom those actions do come
naturally, then does not consistency compel us to also allow the practices mentioned in
verses 29-30-fornication, backbiting, deceit, etc.-so long as the people who commit them
are people to whom they do come naturally?
Pro-Gay Argument #2:
This scripture describes people given over to idolatry, not gay Christians who worship the
true God.
Perry states: The homosexual practices cited in Romans 1: 24- 27 were believed to result
from idolatry and are associated with some very serious offenses as noted in Romans 1.
228
Taken in this larger context, it should be obvious that such acts are significantly different
than loving, responsible lesbian and gay relationships seen today.[84]
Response:
Idolatry certainly plays a major role in Romans Chapter One. Paul begins his writing by
describing humanity's rebellion and decision to worship creation rather than the Creator.
The pro-gay theorist seizes on this concept to prove that Paul's condemnation of
homosexuality does not apply to him-he does not worship idols, he is a Christian.
"But," Schmidt cautions, "Paul is not suggesting that a person worships an idol and decides
therefore to engage in same-sex relations. Rather, he is suggesting that the general rebellion
created the environment for the specific rebellion. A person need not bow before a golden
calf to participate in the general human denial of God or to express that denial through
specific behaviors."[85]
A common sense look at the entire chapter bears this out. Several sins other than
homosexuality are mentioned in the same passage:
Fornication, wickedness, covetousness, maliciousness; full of envy, murder, debate, deceit,
malignity, whisperers; backbiters, haters of God, disobedient to parents.... (vv 29-30)
Will the interpretation applied to the verse 26-27 also apply to verses 29-30? Any sort of
intellectual integrity demands it. If verses 26-27 apply to people who commit homosexual
acts in connection with idolatry, and thus homosexuals acts are not sinful if not committed
in connection with idolatry, then the same must apply to verses 29-30 as well.
Therefore, we must assume that fornication, wickedness, covetousness, maliciousness et al
are also condemned by Paul only because they were committed by people involved in
idolatry; they are permissible otherwise.
Which is, of course, ridiculous. Like homosexuality, these sins are not just born of idol
worship; they are symptomatic of a fallen state. If we are to say homosexuality is
legitimate, so long as it's not a result of idol worship, then we also have to say these other
sins are legitimate as well, so long as they, too, are not practiced as a result of idolatry.
Paul and 'Arsenokoite'. 1 Corinthians 6:9-10; 1 Timothy 1:9-10
Do you not know that the wicked will not inherit the kingdom of God? Do not be deceived:
Neither the sexually immoral nor idolaters nor adulterers nor male prostitutes nor
homosexual offenders ['abusers of themselves with mankind']... will inherit the kingdom of
God.
We also know that law is made not for the righteous but for lawbreakers and rebels... for
adulterers and perverts ['them that defile themselves with mankind']...
229
Traditional Position: "Them that defile themselves with mankind" comes from the word
Greek word arsenokoite, meaning "homosexual." Paul is saying homosexuality is a vice
excluding its practitioners from the kingdom of God.
Pro-Gay Argument:
'Arsenokoite' is a word coined by Paul. It never appeared in Greek literature before he used
it in these scriptures. There were, at the time, other words for "homosexual." Had he meant
to refer to homosexuality, he would have used one of the words already in existence. Most
likely, he was referring to male prostitution, which was common at the time.
Boswell points out, accurately, that the word is peculiar to Paul, suggesting he did not have
homosexuality in mind when he used it.[86] Prostitution is Boswell's first choice. If not
that, he suggests Paul was condemning general immorality. At any rate, the term, according
to this argument, means some sort of immoral man but not a homosexual.
Response:
Paul coined 179 terms in the New Testament. The terms do not, because they are original,
significantly change the context of the verses they appear in.
Nor is it remarkable he would have coined this one, considering he derived it directly from
the Greek translation of the Old Testament (the Septuagint):
meta arsenos ou koimethese koiten gyniakos (Lev 18:22)
hos an koimethe meta arsenos koiten gynaikos (Lev 20:13)
In other words, when Paul adopted the term arsenokoite, he took it directly from the
Levitical passages-in the Greek translation- forbidding homosexual behavior. The meaning,
then, could not be clearer: Though the term is unique to Paul, it refers specifically to
homosexual behavior.
As for the inference that it applies to male prostitution, a breakdown of the word shows it
implies nothing of the sort. 'Arsene,' as mentioned earlier, appears few times in the New
Testament, always referring to "male." 'Koite' appears only twice in the New Testament,
and means "bed," used in a sexual connotation:
Let us behave decently, as in the daytime, not in orgies and drunkenness, not in sexual
immorality [koite] and debauchery... (Rom 13:13)
Marriage should be honored by all, and the marriage bed [koite] kept pure, for God will
judge the adulterer and all the sexually immoral. (Heb 13:4)
The two words combined, as Paul used them, put "male" and "bed" together in a sexual
sense. There is no hint of prostitution in the meaning of either of the words combined to
make arsenokoite.
230
I remember clearly, and with inexpressible regret, the day I convinced myself it was
acceptable for me to be both gay and Christian. Not only did I embrace the pro-gay
theology-I promoted it as well, serving on the staff of the local Metropolitan Community
Church and presenting the arguments cited in this series. Twelve years have passed since I
realized my error, and during those years the pro-gay theology has enjoyed unprecedented
exposure and acceptance, both in mainline denominations and among sincere (albeit
sincerely deceived) believers.
Many Christians are unaware that there is such a thing as pro-gay theology, much less a
movement built around it. And many who are aware of it have no idea how to answer its
claims. Yet an answer is required; the pro-gay theology, like the gay rights movement it
represents, grows daily in scope and influence. With the love Christ showed while weeping
over Jerusalem, and the anger He displayed when clearing the Temple, the Church must
respond.
[This article was revised and abridged from the book, A Strong Delusion: Confronting the Gay ChristianMovement, by Joe Dallas
(Harvest House 1996).]
Endnotes
[1]Praeger in Broward Jewish World, October 16, 1990, cited in Grant and Horne, Legislating Immorality (Chicago:
Moody Press,1993), p. 24-25.
[2]See Boswell, John. Christianity, Social Tolerance and Homosexuality (Chicago: University of Chicago Press, 1980), p.
61- 87, Grant and Horne, p. 21-38, and Churchill, Wainwright, Homosexual Behavior Among Males (NewYork:
Hawthorne Books, 1967), p. 121- 141.
[3]Bayer, Ronald. Homosexuality and American Psychiatry (NewYork: Basic Books, 1981), p. 15.
[4]Praeger, Dennis. "Why JudaismRejected Homosexuality" Mission and Ministry: The Quarterly Magazine of Trinity
Episcopal School for Ministry, Summer Edition, 1995, Vol. 10, No. 3, p.13.
[5]From Jeff Levi's speech to the National Press Club during the 1987 Washington Rally, cited in Shadowin the Land
Dannemeyer, William (San Francisco: Ignatious Press, 1989), p. 86.
[6]White, Mel. Stranger at the Gate (NewYork: Simon and Schuster, 1994), p. 311.
[7]Fromtelevision special "Gays and the Church" ABC World News Tonight, February 28, 1996.
[8]See Hanegraff, Hank. Christianity in Crises (Eugene: Harvest House, 1993), p. 317 for the roles both creeds play in the
essentials of Christianity.
[9]Perry, Troy. Don't Be Afraid Anymore (New York: St. Martin's Press, 1990), p. 342.
[10]Frame, Randy. "Seeking a Right to the Rite," Christianity Today, March 4, 1996, Vol 40, No. 3, p. 66.
[11]Perry, p. 39.
[12]White, p. 295, 300, 309, 315.
[13]Scroogs, Robin. The New Testament and Homosexuality (Philadelphia: Fortress Press, 1983), p. 127.
[14]Morris, Paul. Shadowof Sodom (Wheaton: Tyndale Press, 1978), p. 89.
[15]Perry, p. 39.
[16]White, p. 36-39.
[17]Ibid., p. 156.
[18]Pennington, Sylvia. Ex-Gays? There Are None! (Hawthorne: Lambda Christian Fellowship, 1989), p. 388.
[19]LeVay, Simon. "ADifference in Hypothalamic Structure Between Heterosexual and Homosexual Men," Science,
August 30, 1991, p. 1034-1037.
[20]Ankerberg, John. "The Myth That Homosexuality Is Due to Biological or Genetic Causes" (Research Paper), PO Box
8977, Chattanooga, TN 37411.
[21]"Is This Child Gay?" Newsweek, September 9, 1991, p. 52.
[22]Ibid.
[23]Los Angeles Times, September 16, 1992, p. 1, as cited in NARTHNewsletter, December 1992, p. 1.
[24]"Sexual Disorientation: Faulty Research in the Homosexual Debate," Family (a publication of the Family Research
Council), October 28, 1992, p. 4.
[25]"Is This Child Gay?", p. 52.
[26]Los Angeles Times, August 30, 1991, Section A, Page 1.
[26]Time, September 9, 1991, Vol. 138, #10, p. 61.
[27]Newsweek, September 9, 1991, p. 52.
[28]Chronicle of Higher Education, February 5, 1992, p. A7.
231
SEMINARIO INTERNACIONAL
TEOLOGICO BAUTISTA
ETICA CRISTIANA
QU DICE LA BIBLIA
SOBRE LA HOMOSEXUALIDAD?
Rafael S. V. Rivera
PROFESOR
Toms Mackey
233
Algunos cristianos y judos afirman basarse en la Biblia para condenar la homosexualidad. Cuando el ltimo
libro de la Biblia se escribi ni siquiera exista una palabra para decir "homosexual".
Condena la Biblia la homosexualidad? A lo largo de los siglos la Biblia ha sido invocada como autoridad
para justificar la esclavitud, la Inquisicin, el racismo, oponerse al avance cientfico, condenar el
heliocentrismo, sostener que la tierra era inmvil y plana; actualmente muchos basan la discriminacin de ia
mujer y de los homosexuales apoyndose en argumentos bblicos. Nuestra opinin es que en la Biblia se
utiliza con frecuencia para justificar ideas preconcebidas no sometidas al menor sentido crtico.
Hay dos maneras de acercarse a la comprensin de cualquier texto o literatura antiguos, como es la Biblia: un
acercamiento literal y uno histrico-crtico. La interpretacin literal finge limitarse a repetir lo que el texto
dice, sin hacer interpretacin; naturalmente cualquier lector interpreta el texto al leerlo, es inevitable: el
entorno cultural del lector condiciona necesariamente la lectura. El mtodo histrico-crtico trata de
reproducir el contexto en que fue escrito el texto para comprender lo que entendan quienes lo leyeron por
primera vez, es decir, trata de actualizarlo para hacer una comprensin lo ms correcta posible. Al problema
de la comprensin hay que aadir el problema de la traduccin de los textos antiguos a lenguas modernas, que
reflejan unos esquemas mentales muy distintos: con frecuencia traduccin puede querer decir traicin.
El Antiguo Testamento contiene varias citas que se invocan como prohibiciones de la homosexualidad. Todas
ellas se refieren a los varones, ninguna al lesbianismo, y vamos a ver que su sentido es muy distinto del que se
suele explicar.
El pecado de Sodoma (Gen.19,1-11) y su texto paralelo en Jueces (Jue, 19,22-30)
Los sodomitas no fueron condenados por un "pecado sexual", sino por faltar al deber sagrado de la
hospitalidad ( obligacin generalizada y comn en numerosas civilizaciones antiguas). Numerosas citas
bblicas y escritos judos y cristianos de los primeros siglos de nuestra era as lo atestiguan:
Hay numerosas citas bblicas en las que no se relaciona Sodoma con el sexo homosexual, sino con "otros"
pecados:
en Eclo. 16,8 la soberbia,
en Ez. 16, 49-50 "soberbia, gula y bienestar apacible, no socorrieron al pobre y al indigente"
en Jer 23,14 "cometen adulterio, viven en la mentira, apoyan a los malvados".
En otras sencillamente no se hace referencia al tipo de pecado concreto: II Pedro 2,6-8, Is.1,10-20, Is.3,8-9.
Muchos pasajes dejan claro que el pecado de Sodoma fue faltar a la hospitalidad contra los extranjeros, por
ejemplo, Sab. 19,13-15 dice "Los de Sodoma no acogieron a los desconocidos que llegaban ... los de Sodoma
dieron hostil acogida a los extranjeros".
Solamente a partir del siglo I dC. se empez tmidamente a pensar que Sodoma fuera condenada por haber
practicado la homosexualidad; pero de hecho esta confusin tard mucho tiempo en imponerse; ciertamente
hasta casi terminada la Edad Media se sigui pensando en "otros" pecados (por ejemplo, Plowman en el siglo
XIV crea que sus pecados fueron la opulencia y la pereza). Lo ms importante para los cristianos es que
Jess consider que el pecado de Sodoma fue atentar contra la hospitalidad: as lo demuestran las palabras de
Jess en Luc 10, 8-12 o en Mat. 10, 5-15.
234
LA HOMOSEXUALIDAD
Denominamos "Cdigo de Santidad" al conjunto de normas que regulan la pureza ritual de la religin hebrea.
Su misin era mantener la cultura y la religin del pueblo hebreo (libre del contagio de los pueblos vecinos.
El Cdigo de santidad prohbe, entre otras cosas, la homosexualidad masculina -no la femenina- y algunas
otras actividades sexuales como practicar el sexo durante la menstruacin, y no sexuales: tocar sangre, tocar
cadveres, asistir a partos o enterrar cadveres, comer marisco o carne de cerdo, cortarse el pelo, afeitarse,
llevar puesta a la vez ropa de tejidos diversos, etc. Todas estas acciones y otras muchas aparecen calificadas
en el texto original hebreo como "to'iev"(1) , palabra que nuestras Biblias suelen traducir como
"abominacin" o "sacrilegio"; ciertamente abominacin y sacrilegio parecen cosas extremadamente graves,
pero esto es un problema de mala traduccin o quizs de mala comprensin del texto: el hebreo contrapone
"to'iev" a palabras como "'iawn""zimm" o "het", palabras las tres que califican actos inmorales,
ticamente incorrectos, que equivalen por tanto a nuestro trmino "pecado". En cambio "to'iev" califica a
todo acto que transmita la impureza ritual: su traduccin correcta, por tanto, es "tab". La traduccin de los
Setenta(2) traduce "to'iev" al griego como "bdlygma" incluyendo bajo este concepto las transgresiones de la
pureza ritual y la idolatra, en tanto que las acciones inmorales o injustas se denominan con el trmino
"anoma".
Los primeros cristianos se enfrentaron entre s para decidir si los nuevos conversos no originarios del
judaismo (llamados "helenistas") deban cumplir estas normas de pureza ritual. Finalmente, encabezados por
Pablo de Tarso, decidieron que no. Solamente el prejuicio de ciertos moralistas sigue considerando hoy en da
vinculante para los cristianos no mantener relaciones homosexuales, mientras que comer carne de cerdo, o
mezclar en la misma comida la carne con el queso, o afeitarse o llevar puesta al mismo tiempo ropa hecha de
tejidos diversos o tantas otras les parecen actividades inocuas.
En virtud de la Ley de Moiss, los judos no podan participar en ningn culto pagano, pues todos
comportaban idolatra. Sin embargo, los ritos de fertilidad, que incluan diversas prcticas heterosexuales y
homosexuales, eran muy frecuentes en Canan y los hebreos recin llegados de su destierro en Egipto
sucumbieron al contagio; a lo largo de varios siglos omos la voz de los profetas de Jud e Israel clamar
contra los cultos extranjeros. Se prohbe la prostitucin sagrada de ambos sexos, es decir, se prohbe practicar
el sexo como idolatra en los cultos a diosas de la fertilidad, no la homosexualidad (ni el sexo heterosexual)
fuera de estos cultos.
"Adam and Eve. not Adam and Steve" Con esta frase (inventada por los fundamentalistas norteamericanos) se
pretende convertir el relato de la creacin en un discurso tico que considere como nica sexualidad vlida la
heterosexual. No era sa la intencin del autor sagrado, que eligi un individuo de cada sexo para simbolizar
la totalidad de la raza humana y la reproduccin, ncleo y sentido esta ltima de la institucin matrimonial de
los pueblos antiguos. Pero en cualquier caso, en el mtodo cientfico, de la ausencia de argumentos positivos
no se puede concluir un argumento positivo. Es pueril creer que porque en los primeros captulos del Gnesis
no se mencione la homosexualidad sta queda implcitamente condenada.
Tenemos dos claros ejemplos de relacin homosexual: la del futuro rey David con Jonatn, el hijo del rey
Sal, relatada en el libro I Samuel (especialmente I Sam. 18,1-4, I Sam. 20, 30;20, 41-42 y II Sam.1,19-27); el
amor de David y Jonatn no necesita explicacin alguna, en la elega fnebre que canta David por Sal y
Jonatn, muertos en combate contra los filisteos, David dice:
235
"Qu angustia me ahoga, hermano mo, Jonatn! Cmo te quera! Tu amor era para m ms dulce que el
amor de las mujeres. (II Sam 1, 26).
La historia del profeta Daniel y el jefe de los eunucos del palacio real de Babilonia contada en el libro de
Daniel (especialmente Dan. 1,9 ss} puede resultar menos evidente para el lector moderno, pero al antiguo no
se le escapara que las atenciones dispensadas por el jefe de los eunucos y alto cargo de la corte del rey
Nabucodonosor de Babilonia a Daniel y a sus compaeros revelan un inters excepcional por Daniel. Se suele
citar tambin la historia de Rut y su suegra Noem (se cuenta en el libro de Rut, especialmente Rut 1,16-17),
pero nosotros no vemos claramente un amor homosexual; no obstante la mencionamos porque fue puesta
como ejemplo de amor incondicional en enlaces matrimoniales heterosexuales de la iglesia primitiva; creemos
que el mero hecho de que la iglesia antigua pusiera como ejemplo de amor para los nuevos esposos el que se
tuvieron dos mujeres basta para desautorizar cualquier condena contra el amor homosexual.
Varias citas en el Nuevo Testamento se refieren, o se dice que se refieren, a la homosexualidad: las ms
representativas son: Rom 1,18-32, I Tim 1,9-11 y I Cor 6,9-10. Cada una de estas citas y algunas otras
merecern atencin expresa.
Consideraciones generales
Para la comprensin de la sexualidad desde un punto de vista cristiano no debemos tomar citas aisladas, sino
intentar hacer una comprensin global basando toda apreciacin en criterios evanglicos:
- no excluir a ninguna persona o grupo en razn de ninguna diferencia: racial, lingstica, social, econmica,
religiosa, y naturalmente sexual. Jess no excluy a nadie.
- no convertir la tica cristiana en un legalismo sin sentido, lo cual sera volver a la Ley juda (Tor), que
Jess y las primeras comunidades abandonaron.
- basar toda tica en el precepto del amor al prjimo: no hagas a los dems lo que no quieras que te hagan a ti.
Debemos considerar que Jess dio muy poca importancia a la tica sexual y familiar, nunca habl contra las
prostitutas, relativiz la importancia de la familia como institucin, perdon a las adlteras -nica actividad
sexual que parece considerar pecaminosa-. No habl nunca de la homosexualidad; era un tipo de relacin que
no afectaba a intereses sociales o humanitarios: no produca viudas o mujeres abandonadas sin sustento, no
generaba hurfanos o hijos sin padre, ni tampoco provocaba otros problemas sociales. Convertir el sexo en el
eje fundamental de la moral, como se hace con frecuencia, es una gravsima traicin al mensaje liberador de
Jess.
ROMANOS 1,18-3 2
El texto de Rom.1,18-32 es el ms difcil de comprender, aunque es importante porque para muchos es el
nico texto de la Biblia que menciona el lesbianismo, es al que se hace decir que la homosexualidad es
antinatural, y es en e! que se apoyan los fundamentalistas norteamericanos para afirmar que el sida es un
castigo de Dios a los homosexuales. Para la enseanza tradicional en este texto dos referencias directas
condenan la homosexualidad: el versculo 26 se refiere al lesbianismo y el 27 a la homosexualidad masculina.
El versculo 26 dice "thleiai autn metlaxan ten physikn khresin eis ten par physin" la verrsin Cantera-
Iglesias hace una traduccin muy, muy literal como sigue: "sus mujeres cambiaron el uso natural del cuerpo
por el contra la naturaleza"(3). La palabra physis aparece con frecuencia en el Nuevo Testamento, pero no con
el sentido de naturaleza; veamos algunos ejemplos: en Rom 2,27 "he ek physes akrobysta" "!a
236
incircuncisin fsica", "la incircuncisin corporal"; en Gl 2,15 "hmeis physei Ioudaioi" "somos por
nacimiento judos", "somos judos de nacimiento"; Rom 2,14 "physei t to nmou poiosin" "instintivamente
hacen las obras de la Ley", "por inclinacin natural cumplen la Ley"; Gl 4,8 "tois physei me osin theois" "a
los que por naturaleza no son dioses", "que en realidad no son dioses";
I Cor11,14-15 "oude h physis aute didskei hyms hoti aner en komai atima autoi? "no os ensea la
propia costumbre que el que un varn Ileve pelo largo es una deshonra para l?". De todas estas citas
deducimos que "physis" nombra "lo caracterstico, lo propio, lo esperable"; tambin en nuestra lengua
empleamos la palabra "naturaleza" para referirnos al carcter de algo o alguien. El adjetivo derivado physiks
significa "lo que responde o se ajusta al propio carcter de algo o alguien". En cuanto a la preposicin par no
significa en absoluto "contra", sino "al lado de" , "adems de", "al margen de"(4) : ambas palabras juntas no
se pueden traducir "contra la naturaleza", sino "al margen de lo habitual", "fuera de lo acostumbrado" o "de
manera no esperada". Ciertamente traducir "par physin" "contra la ley natural" es suponer que Pablo haba
aceptado la hiptesis de la filosofa estoica que postulaba la existencia de una ley universal que gobernaba el
universo; para los estoicos el principal imperativo tico consista en ajustar la vida a la ley universal.
Ciertamente la filosofa popular impregnada de ideas estoicas (y tambin de otras escuelas filosficas) estaba
muy divulgada por todo el Mediterrneo, pero Pablo en el texto de Romanos que estamos estudiando dice
(versculos 21-22) "aunque haban conocido a Dios, no le glorificaron ni le dieron gracias como a Dios
corresponde, sino que se entregaron a sus razonamientos y su corazn necio se oscureci; aunque se decan
sabios, se volvieron tontos". Creemos que estos dos versculos contienen una alusin despectiva hacia el
pensamiento filosfico griego; no parece razonable que unas lneas ms abajo Pablo argumente su predicacin
con ideas tomadas del estoicismo; recordemos que l, antes de convertirse al cristianismo, era fariseo, no
proceda de un movimiento helenista, sino de una doctrina muy enraizada en la tradicin juda(5). A qu
prcticas se refiere el versculo 26: no al lesbianismo, como se lee a veces; Pablo no puede aadir nada a la
Ley juda, sencillamente el lesbianismo no est prohibido como tab en el cdigo de santidad, pero s el tener
relaciones sexuales durante la menstruacin, tenerlas con hombres incircuncisos, coito anal u oral, la zoofilia,
el coito en posturas desacostumbradas (por ejemplo, de pie).
En el versculo 27 Pablo vuelve sus dardos contra los hombres gentiles diciendo segn la versin Cantera-
Iglesias: "y lo mismo tambin los varones, dejando el uso natural (physiken) de la mujer, ardieron en la
concupiscencia de unos por otros, realizando la accin vergonzosa (askhmosynn) varones con varones y
recibiendo en s mismos la paga (antimisthan) adecuada a su extravo"(6) . El comienzo del versculo indica
que va a continuar tratando de sexualidad, pero la especificacin de que son "varones con varones" y que
"ardieron en la concupiscencia de unos por otros" se debe a que el versculo anterior no trata de lesbianismo,
en este versculo concreta para los varones otro tipo de transgresin. En cuanto al "uso natural" (physikn
khrsin), ya hemos hablado arriba suficientemente: la traduccin adecuada sera "el sexo habitual", "el sexo
caracterstico". La palabra "askhmosyn" se suele traducir como "acciones vergonzosas", "vergenza"; su
sentido no es tan fuerte, pues sencillamente se refiere a cosas inapropiadas, impresentables o inconvenientes.
El versculo 26 comienza diciendo "por esto los entreg Dios a pasiones deshonrosas"; la Nueva Biblia
Espaola traduce "pasiones degradantes", y en general encontramos esas traducciones similares. sin embargo
"atima" es una palabra que no tena connotaciones morales, atima es sencillamente algo infravalorado, mal
considerado socialmente, de mala nota, pero no contra la tica.
Observamos que el versculo 26 empieza con la palabra "di toto" "por eso", es decir, lo dicho en los
versculos 18-25 es la causa de que Dios los haya entregado a sus pasiones contrarias a la pureza ritual.
Efectivamente los judos de la poca pensaban que los paganos desarrollaban su vida permanentemente en la
impureza, pues no seguan la Ley juda; segn Pablo nos dice en los versculos que estamos analizando, eso se
deba a que, habiendo conocido al Dios nico verdadero, prefirieron la idolatra. Pablo no est haciendo
ninguna valoracin moral sobre la homosexualidad masculina, ni sobe las otras formas de sexo prohibidas en
el cdigo de santidad (el lesbianismo ni siquiera se menciona), sencillamente las nombra como muestra de
impureza ritual evidente a los ojos de los judos a quienes se dirigen los primeros captulos de la epstola. A
partir del versculo 28 Pablo hace consideraciones morales: retoma lo dicho en los versculos 18-25 con las
palabras "y como no se dignaron tener un conocimiento verdadero de Dios" y a continuacin repite "los
entreg Dios a una conciencia indigna que los lleva a hacer injusticias"; ahora s, Pablo hace una lista de
237
McNeill creen que en su origen el trmino se refiere a la prostitucin masculina; esta interpretacin se ve
reforzada por el contexto del Antiguo Testamento, donde se asociaban ciertas formas de prostitucin con
cultos idoltricos paganos. Helminiak aporta una explicacin ms actualizada: La lengua hebrea no tiene un
trmino para expresar la idea de homosexualidad en sentido genrico; la expresin hebrea "mifkav zaxr"
serva para hacer referencia en la enseanza sinagogal a la prohibicin de Levtico 18,22 y 20,13; cuando los
rabinos enseaban o predicaban en griego usaban un calco griego construido sobre la mencionada expresin
hebrea: "arsenokotes": la raz griega "koi-" se corresponde con la hebrea "fkb-" ambas con el sentido de "
acostarse, tener relaciones sexuales", y la raz griega "arsen-" se corresponde con la palabra hebrea
"zaxur""masculino, macho"; "-tes"es un sufijo que construye nombres de agente masculinos, por lo que la
palabra est caracterizada como masculina. Si Jess y las primeras comunidades cristianos abolieron la pureza
ritual de la Ley hebrea, cabe preguntarse por qu aparece en estas epstolas; aparentemente es una flagrante
contradiccin. Qu pensaban los moralistas del S. I dC. cuando hacan apreciaciones negativas de la
homosexualidad? Pensaban en adultos copulando con preadolescentes, pensaban en nios y adolescentes
raptados para el comercio de esclavos y destinados a la venta y con frecuencia a la prostitucin; por ese
motivo no es necesario mencionar el lesbianismo, que no da lugar a abusos semejantes. Cuando nosotros hoy
en el S XX hablamos de homosexualidad nos referimos a una variacin normal de la orientacin sexual que
inclina emotiva y genitalmente a algunas personas hacia adultos de su mismo sexo; es una variante definitiva
e irreversible(13) . Por tanto concluimos que "arsenokoitai" hace referencia a un tipo de sexo abusivo o
explotador. De hecho, si el autor hubiera querido calificar como intrnsecamente mala la homosexualidad,
debera hacer referencia tambin a la homosexualidad femenina.
JUDAS 6-7
Queriendo ser exhaustivos, vamos a explicar una cita que no tiene que ver con la homosexualidad, pero que,
por contener unas palabras un tanto extraas, ha dado lugar a traducciones muy desacertadas. La expresin en
cuestin es "sarks hetras" : hteros significa primeramente "el otro", y de ah deriva "diferente, distinto,
ajeno, extrao"; "sarx" significa "carne", pero en un texto escrito por alguien de habla semtica, como es el
caso de la Epstola de Judas, se puede rastrear un calco del hebreo y del arameo consistente en usar la palabra
"carne" con el sentido de "cuerpo", nociones que en lenguas semticas se expresan con la misma palabra (por
ejemplo, en hebreo "basar"(14) significa tanto "cuerpo" como "carne"). Por tanto el sentido de la expresin es
"una carne extraa", "un cuerpo ajeno" o "un cuerpo distinto"; nada tiene que ver con la homosexualidad. La
expresin tanto en la Biblia como en la literatura hebrea no cannica hace referencia a las relaciones sexuales
entre ngeles y humanos; as tenemos numerosos textos: Gnesis 6,1-4, Libro de los Jubileos 7,20-21; 10,5 y
ss.; 20,5-6, Testamento de Rubn 5,6-7, Testamento de Neftal 3,5, Enoc 6-10; II Pedro 2,4-6 es un claro
apoyo a lo que estamos diciendo(15) . Desde el punto de vista del amor homosexual esta cita de Judas es
irrelevante, pero ciertamente proporciona un excelente ejemplo de la diferente visin del mundo que haba en
la poca de Jess y de cmo los traductores hacen decir a su versin cosas que realmente el original no puede
contener.
HECHOS 8, 6-39
Como en el Prximo Oriente algunos actos homosexuales masculinos eran expresin de burla, humillacin y
castigo a enemigo vencido(16) y suponan un grave menoscabo de la virilidad, no podan estar en absoluto
bien considerados socialmente; la homosexualidad femenina, en cambio, resultaba indiferente(17) . Por otro
lado la alianza de Dios se transmita racialmente a travs del pueblo de Israel , por lo que era muy importante
transmitir la vida(18). Esta concepcin de la sexualidad est por doquier en el Antiguo Testamento y
condiciona la moral sexual de la nacin hebrea. Pero el pueblo de Dios en la Nueva Alianza ya no se
construye sobre vnculos de sangre, por lo que la necesidad de reproducirse pierde importancia. Al mismo
tiempo la perspectiva de la resurreccin y la vida del mundo futuro hace que el deseo de perpetuarse por
medio de los hijos pierda fuerza. Esta nueva actitud evanglica se pone de manifiesto en Hech 8,26-39. El
239
libro de Isaas profetizaba en Is. 56,3-5 la incorporacin de los extranjeros y de los eunucos al pueblo de Dios;
Hechos subraya la voluntad de Dios por una Nueva Alianza universal, por eso es el Espritu Santo el que toma
la iniciativa enviando a Felipe para que el extranjero eunuco, alto cargo en una corte extranjera, sea bautizado.
As los grupos que la Ley consideraba impuros en el viejo Israel son plenamente miembros del nuevo pacto:
leprosos, samaritanos y los excluidos por razones sexuales: stos son simbolizados por el eunuco.
Recordemos que en el Nuevo Testamento la palabra eunuco (eunouks) se refiere no solamente a los
castrados, sino a todos aquellos que por razones varias no se casaban o no tenan hijos: as en Mateo 19,12
puesta en labios de Jess se contiene la definicin ms cercana a lo que hoy entendemos como
homosexualidad de toda !a Biblia.
CONCLUSION
La raz de la homofobia no es la Biblia; hasta el siglo XII la homosexualidad fue admitida
plenamente por las iglesias europeas(19) hasta el punto de celebrar liturgias de unin entre
personas del mismo sexo(20) . Pero desde el siglo XII los detractores de los homosexuales
buscaron justificacin a sus ideas en todas las fuentes que tenan a su alcance, tambin en la
Biblia y contribuyeron de este modo a generar la creencia de que la Biblia condena la
homosexualidad. Afortunadamente hoy el mtodo histrico-crtico devuelve a la exgesis
bblica la racionalidad que tanto tiempo le ha faltado y nos devuelve a los creyentes la
Biblia como historia de una liberacin comunitaria y experiencia de una liberacin
personal.
La Biblia no es un libro mgico, no es un amontonamiento absurdo de normas ticas
contradictorias, no puede ser reducido a un almacn de citas aisladas para justificar los
prejuicios sociales, religiosos, tnicos, sexuales raciales, etc. La Biblia es un patrimonio
religioso, humano y cultural universal tambin de los homosexuales, consistente en la
experiencia religiosa de 2000 aos, desde que Abrahn sali de Ur abandonado a sus dolos
hasta que las primeras comunidades cristianas se organizan para dar testimonio de la
resurreccin de Jess. Para nosotros los cristianos, Jess de Nazaret es la cumbre de la
Biblia y la luz que le da todo su sentido. Quienes condenan la homosexualidad, adems de
justificar la homofobia social, en la prctica excluyen a los homosexuales de la comunidad
cristiana; para una persona homosexual no tiene sentido que le digan "la condicin
homosexual no es pecaminosa, su prctica s lo es", porque la sexualidad afecta a la raz
ms profunda de la psique humana e involucra numerosas facetas de la personalidad de
heterosexuales y de homosexuales: nadie puede separar condicin de sentimientos. Quienes
excluyen a los homosexuales excluyen tambin a Jess, que anduvo en compaa de
leprosos y prostitutas.
BIBLIOGRAFIA
En nuestras lenguas no es abundante la bibliografa sobre cristianismo y homosexualidad, menos an sobre
homosexualidad en la Biblia; no obstante desde hace algunos aos lentamente van apareciendo traducciones: Para un
planteamiento inicial del problema de los homosexuales en la Iglesia Catlico Romana, especialmente desde un punto de
vista psicolgico, tenemos la obra del presbtero y psiquiatra francs Marc ORAISON "El problema homosexual",
Madrid 1976 (Ed. Taurus); cabe aadir que no este libro ha perdido actualidad y consiguientemente inters. Haciendo
tambin un planteamiento inicial, pero atrevindose ya a proponer soluciones es mucho ms interesante la obra de John J.
McNEILL "La iglesia ante la homosexualidad", Barcelona 1979 (Ed. Grijalbo), este autor adems hace un estudio
completsimo sobre exgesis, tradicin teologa moral, etc., introduce a la psicologa: su lectura es imprescindible. Quien
240
quiera informarse de los ltimos avances exegticos en relacin con la homosexualidad no puede prescindir del la lectura
de la obra de Daniel A. HELMINIAK "What the Bible Really Says about Homosexuality", San Francisco 1994 (Ed.
Alamo Square Press); desgraciadamente no traducida a ninguna de nuestras lenguas esta breve obra concebida en
perspectiva ecumnica hace un estudio histrico-crtico muy interesante de todos los textos bblicos real o supuestamente
relacionados con la homosexualidad y los explica ampliamente; no se necesita ser un experto en exgesis para entenderlo
por su gran claridad y concisin. Algunos de los argumentos que da Helminiak aparecen recogidos de forma resumida en
la obra de John BOSWELL "Cristianismo, tolerancia social y homosexualidad", Barcelona 1992 (Muchnik editores);
Boswell es un historiador especializado en edad antigua y media que hace un estudio amplio sobre el origen de la
homofobia en Europa y su relacin con el cristianismo; llega a conclusiones sorprendentes que desmontan muchos lugares
comunes. Del mismo historiador John BOSWELL "Las bodas de la semejanza", Barcelona 1996 (Muchnik editores) trata
sobre las ceremonias para la unin de personas del mismo sexo existentes en las iglesias primitivas; esta obra, aunque no
investiga directamente el tema de la homosexualidad en la Biblia, es sumamente ilustrativa de cmo los prejuicios pueden
ganar carta de naturaleza y pasar por ser lo originario, cuando en realidad son tardos y han sustituido a la tolerancia
cristiana original.
En especial queremos dar las gracias al presbtero de la Iglesia Espaola Reformada y experto en teologa moral D.
Antonio Andrs Puchades, por sus orientaciones valiosas e imprescindibles (especialmente en lo referente a la tica
neotestamentaria), sin las cuales no habramos concluido este artculo.
NOTAS:
1. Vase SCHOEKEL Diccionario bblico hebreo-espaol. Valencia, 1998 (editorial Institucin San
Jernimo).
2. La Biblia de los Setenta es una traduccin de la Biblia hebrea al griego hecha entre el 250 y el 150 aC. para
los judos de habla griega dispersos por toda la cuenca del Mediterrneo que ya no comprendan el texto
griego. Es importante por su antigedad y porque fue considerada por los cristianos prcticamente como un
original.
3. La versin de la Casa de la Biblia traduce: "sus mujeres han cambiado las relaciones naturales del sexo por
usos antinaturales"
4. Consltese BAILLY Dictinnaire grec franais, Pars 1963 (editorial Hachette), o en su lugar, YARZA
Diccionario griego espaol, Barcelona 1964 (reedicin 1984), editorial Sopena.
5. De hecho el que algo sea "par physin" no implica en absoluto inmoralidad. En el Rom 11,23-24 el que
acta "par physin" es el propio Dios.
6. Consltese el original griego.
7. Versin Cantera-Iglesias
8. En I Corintios 6, 9-10 aparece en plural: "maiakoi"
9. En latn molticies o mollitia.
10. Observemos cmo el cambio en la traduccin no se basa en nuevos datos exegticos o filolgicos, sino en
un cambio de mentalidad en la moral sexual.
11. En I Corintios 6, 9-10 y I Timoteo 1, 9-10 aparece en plural "arsenokoitai"
12. "-ts" en singular y "-tai" en plural
13. A este respecto pueden consultarse obras recientemente publicadas como MONDIMORE "Una historia
natural de la homosexualidad", Barcelona 1998, editorial Paids (primera edicin original Baltimore y
Londres 1996) donde aparecen recogidas las ltimas investigaciones cientficas sobre la homosexualidad
explicadas con un lenguaje asequible a no especialistas; y SORIANO RUBIO "Cmo se vive la
homosexualidad y el lesbianismo", Salamanca 1999, ediciones Amaru, donde se investiga principalmente
desde el punto de vista psquico, la obra es muy actualizada y asequible a no especialistas.
14. En hebreo
15. De hecho (al menos esta) las traducciones de este texto ya se estn rectificando, por ejemplo la versin
Cantera Iglesias dice: "fueron tras la carne de seres de otra naturaleza"
241
16. En concreto, el coito anal practicado con los vencidos en combate, pero tambin en otras circunstancias,
simbolizaba la derrota del sodomizado y el paso a su violador de toda la autoridad, poder, o propiedades que
pudiera tener antes de ser violado.
17. Esto no era as en las culturas occidentales, como Grecia o Roma.
18. En la mentalidad precientfica solamente los varones la transmitan; las mujeres eran el campo que el
hombre sembraba; de hecho el hombre siempre emite semen, pero para los pueblos antiguos no siempre la
mujer tena capacidad para concebir.
19. Vase BOSWELL "Cristianismo, tolerancia social y homosexualidad". Barcelona, 1992 (Muchnik
editores).
20. Vase BOSMIELL "Las bodas de la semejanza". Barcelona, 1996 Muchnik editores)
242
SEMINARIO INTERNACIONAL
TEOLOGICO BAUTISTA
ETICA CRISTIANA
LA JUSTICIA
EN LA BIBLIA
(Con particular nfasis en los Profetas y en Jess)
Profesor
Toms Mackey
243
LA JUSTICIA EN LA BIBLIA
(conparticularnfasisenlosProfetasyenJess)
PRESENTACION DEL ESTUDIO
El estudio de una temtica tan importante como la justicia en la Biblia es un ejercicio tan
fascinante como sorprendente. No slo se trata de una temtica abundantemente planteada
sino que tiene una vigencia llamativa. Tal como se desprender del estudio que sigue,
slo bastara cambiar los nombres de los personajes y las ciudades mencionadas para
descubrir que la argumentacin, las exhortaciones, los diagnsticos, las soluciones,
refieren a los temas de actualidad sin ningn desperdicio.
El estudio se focaliza en primer trmino en el fundamento de la justicia que es el mismo ser
y la propia accin divina, que alcanza su perfeccionamiento en la persona y la obra de
Jess.
En segundo lugar se explora la actuacin del pueblo en respuesta a la invitacin divina de
actuar la justicia que Dios propone. Se descubren las tremendas irregularidades
practicadas por el propio pueblo de Dios, los responsables de las mismas, y sus
repercusiones en la sociedad. Tambin aparece en este apartado la propuesta de solucin
que Dios ofrece.
En tercer lugar se considera el aporte ofrecido por Jess, que obviamente es no slo el
cumplidor de la justicia, sino quien da a la justicia un sentido ms profundo y
enriquecedor.
En cuarto lugar se presentan las conclusiones, que ofrecen una descripcin de la realidad
social que no practica la justicia, un detalle de las formas pecaminosas de la administracin
de la justicia (con una semejanza contempornea sorprendente!), un detalle de las
personas a las que Dios dirige su enseanza, las tareas y las actitudes que Dios reclama
para que su justicia sea instrumentada, y culmina con un detalle de las actitudes y las
disposiciones que cada creyente puede y debe vivir.
El estudio fue realizado con uso de vocabulario tcnico, hebreo, griego, y con un
instrumental teolgico-exegtico crtico, pero es ofrecido aqu con sus resultados
desprovistos del aparato tcnico a los efectos de ser presentado para su uso pastoral-
eclesial. Fue experimentado, adems, en un retiro espiritual eclesial en donde fue
sometido a evaluacin por parte de los participantes y enriquecido por los mismos.
244
A. DIOS ES JUSTO.
1. Dios ama la justicia: Isaas 61: 8; Salmo 37: 28
2. Dios hace justicia y la ejecuta: Salmo 103: 6; Salmo 146: 7-9
3. Dios es justo
a. Dios tiene el criterio de justicia en su propia voluntad y en su accin
Deuteronomio 32: 4; Isaas 45: 9-12
b. Cuando referimos la justicia a Dios, es un nombre que le damos a la
forma en que Dios es, porque Dios no se ajusta a un criterio fuera de
s mismo.
c. De su ser justo se desprende nuestro llamado a ser justos
Deuteronomio 10: 18-19; 24: 17-18
2. Violencia
Ezequiel 7:23 Prepara cadenas, porque la tierra se ha llenado de juicios de sangre, y la ciudad se ha llenado de
violencia.
3. Gobernantes corruptos que son ladrones, aman el soborno y gobiernan
motivados por la coima. No cumplen con su labor social.
Isaas 1:23 Tus magistrados son rebeldes y compaeros de ladrones; cada uno ama el soborno y va tras las
recompensas. No defienden al hurfano, ni llega a ellos la causa de la viuda.
4. El dinero como motivador de todo.
Miqueas 3:11 Sus jefes juzgan por soborno, sus sacerdotes ensean slo por paga y sus profetas predicen por
dinero . . .
5. Asesinatos
Oseas 4:2 El perjurar, el engaar, el asesinar, el robar y el adulterar han irrumpido. Uno a otro se suceden los
hechos de sangre.
6. Profetas falsos que usan a Dios como quieren
Miqueas 3:11 . . . sus profetas . . . se apoyan en Jehovah diciendo: "Acaso no est Jehovah entre nosotros?
No vendr el mal sobre nosotros!"
7. No pago de salarios, uso de bajos asalariados
Jeremas 22:13 "Ay del que edifica su casa sin justicia, y sus salas sin derecho, sirvindose de su prjimo de
balde, sin pagarle su salario.
246
17. Robo
Zacaras 5:3 Entonces me dijo: --Esta es la maldicin que sale sobre la faz de toda la tierra; porque todo aquel
que roba (segn consta en este lado del rollo) ser excluido de acuerdo con ella;
18. Mentiras, engaos, dobles discursos. Jurar para engaar.
Miqueas 6:12 Sus habitantes han hablado mentiras, y su lengua es engaosa en su boca.
19. Arrogancia
Malaquias 3:15 Ahora, nosotros consideramos que son felices los arrogantes y que los que hacen impiedad
son prosperados.'"
20. Miran mal al que defiende lo recto
Amos 5:10 Ellos aborrecen al que les amonesta en el tribunal, y abominan al que habla lo recto.
21. Comercio con vidas humanas
Ezequiel 27:13 Grecia, Tubal y Mesec comerciaban contigo. Con vidas humanas y objetos de bronce pagaban
tus mercancas.
22. Imperialismo econmico
Ezequiel 27:27 "En el da de tu cada caern en medio de los mares: tus riquezas, tus mercaderas, tus
productos, tus marineros, tus timoneles, los que reparaban tus desperfectos, los agentes de tu intercambio,
todos tus hombres de guerra que estn en ti, y toda la multitud que se halla en medio de ti.
tolerando que exploten a los dems. Se trata de darles una oportunidad, como hizo Jess
con Zaqueo.
7. Desafa a todas las personas, incluyendo a los pobres a:
a. La renuncia radical, exigida a los discpulos (Lucas 14,33) y que stos
ponen en prctica (Mateo 19,27; Lucas 18,28);
b. La actitud de servicio, tal como la practican las mujeres que acompaan a
Jess (Lucas 8,3).
En sntesis, para Jess y la Iglesia primitiva los bienes de este mundo slo tienen
sentido cuando se ponen al servicio de los dems, en todo o en parte. Son una riqueza
injusta con la que debemos ganarnos amigos. Una responsabilidad y motivo de
preocupacin, no de placer.
8. Anima y acompaa a los pobres a buscar la justicia de Dios y a no caer en los
mismos errores de los ricos y explotadores. Buscad primero el reinado de Dios y su
justicia, y todo lo dems se os dar por aadidura (Mateo 6,33).
Mammn, dios de la riqueza. Es la tentacin idoltrica de su tiempo. Jess no se limita a
decir, como Ezequiel, que el oro y la plata no podrn salvar el da de la clera (Ezequiel
7,19); afirma expresamente que condenan al hombre, son su mayor tentacin.
Ciertamente, Jess no promete slo el reino de los cielos. Afirma que todo lo dems
se os dar por aadidura, y se sobrentiende que en esta tierra, ya que todo lo dems es el
vestido, la comida, de los que acaba de hablar.
El error bsico al interpretar esta frase es que se ha entendido el reinado de Dios como
algo exclusivamente futuro, del ms all. Para Jess comienza ya en esta tierra, es una
realidad que va creciendo y con la que debemos colaborar.
IV. CONCLUSIONES.
A. LA PALABRA DE DIOS DESCRIBE UNA SITUACION COMO LA
SIGUIENTE:
La descripcin social que formulan los profetas se ajusta con exactitud a una
descripcin contempornea. Los profetas hablan de Israel siglo VIII antes de Cristo, pero
hablan tambin, de Latinoamrica 2007.
A todos los lderes en todos los rdenes: poltico, social, econmico, judicial,
militar, religioso.
A los que ejercen algn poder.
Al pueblo en general.
A las ciudades.
Al mundo entero.
A las personas cuyos pecados concretos seala: usureros, corruptos, explotadores.
TEXTOS BIBLICOS
Exodo 23:6 "No pervertirs el derecho del necesitado en su pleito.
Deuteronomio 10:18 El hacejusticia al hurfano y a la viuda, y tambin ama al extranjero y le da pan y vestido.
Deuteronomio 24:17 "No torcers el derecho del forastero o del hurfano, ni tomars en prenda la ropa de la viuda.
Deuteronomio 27:19 " 'Maldito el que pervierta el derecho del forastero, del hurfano y de la viuda!' Ytodo el pueblo
dir: 'Amn!'
Deuteronomio 32: 4 "El es la Roca, cuya obra es perfecta, porque todos sus caminos son rectitud. El es un Dios fiel, en
quien no hay iniquidad; es justo y recto.
1Reyes 3: 7 Yahora, oh Jehovah, Dios mo, t has constituido a tu siervo rey en lugar de mi padre David, a pesar de que
yo soy muy joven y no s cmo salir ni entrar. 8 Tu siervo est en medio de tu pueblo al cual escogiste; un pueblo tan
numeroso que por su multitud no se puede contar ni se puede numerar. 9. Da, pues, a tu siervo un corazn que sepa
escuchar, parajuzgar a tu pueblo, y para discernir entre lo bueno y lo malo. Porque, quin podr gobernar a este tu
pueblo tan grande? 10. Pareci bien al Seor que Salomn pidiese esto. 11 Y Dios le dijo: Porque has pedido esto, y no
has pedido para ti muchos aos, ni has pedido para ti riquezas, ni has pedido la vida de tus enemigos, sino que has pedido
para ti discernimiento para administrarjusticia, 12 he aqu que yo har conforme a tus palabras. He aqu que yo te dar un
corazn sabio y entendido, tal que no ha habido antes de ti otro como t, ni despus de ti se levantar otro como t. 13 Y
tambin te dar las cosas que no has pedido: riquezas y gloria tales que no haya nadie como t entre los reyes en todos tus
das. 14 Y si andas en mis caminos, guardando mis leyes y mis mandamientos, como anduvo tu padre David, yo
prolongar tus das. 15 Cuando Salomn despert, he aqu que haba sido un sueo. Entonces volvi a Jerusaln, se puso
de pie delante del arca del pacto del Seor, ofreci holocaustos e hizo sacrificios de paz. Tambin dio un banquete a todos
sus servidores.
2 Crnicas 12: 6 Los jefes de Israel y el rey se humillaron y dijeron: -- Justo es Jehovah.
Esdras 9: 15 Oh Jehovah Dios de Israel, t eresjusto, pues hemos quedado sobrevivientes como en este da. Henos aqu
delante de ti, a pesar de nuestra culpa; porque nadie puede permanecer en tu presencia, a causa de esto."
Job 36:6 No otorga vida al impo, pero a los afligidos concedejusticia.
259
Salmo 4: 1 (Al msico principal. ConNeguinot. Salmo de David) Respndeme cuando clamo, oh Dios de mi justicia! T
que en la angustia ensanchaste mi camino, ten misericordia de m y oye mi oracin.
Salmo 7: 9Acbese ya la maldad de los impos, y establece al justo; pues el Dios justo pone a prueba los corazones y las
conciencias. 10 Mi escudo est en Dios, quien salva a los de recto corazn. 11 Dios es el quejuzga al justo; es un Dios
que emite sentencia cada da. 12 Si el impo no se arrepiente, afilar su espada; ha dispuesto su arco y lo ha preparado.
Salmo 11: 5 Jehovah prueba al justo, pero su alma aborrece al impo y al que ama la violencia. 6 Sobre los impos har
llover brasas; fuego, azufre y vientos huracanados sern la porcin de la copa de ellos. 7 Porque Jehovah es justo y ama la
justicia; los rectos contemplarn su rostro.
Salmo 35: 23 Despierta y levntate para hacerjusticia a mi causa, Dios mo y Seor mo. 24 Oh Jehovah, Dios mo,
hazmejusticia conforme a tu rectitud. Que no se alegren de m,
Salmo 45: 6Tu trono, oh Dios, es eterno y para siempre; cetro dejusticia es el cetro de tu reino. 7 Has amado lajusticia y
aborrecido la injusticia; por eso te ha ungido Dios, el Dios tuyo, con aceite de gozo, ms que a tus compaeros.
Salmo 58: 11 Entonces dir el hombre: "Ciertamente el justo tiene frutos; ciertamente hay un Dios quejuzga la tierra."
Salmo 96: 13 delante de Jehovah, pues l viene. Porque l viene parajuzgar la tierra. Juzgar al mundo conjusticia y a los
pueblos con su verdad.
Salmo 103: 6 Jehovah es quien hace justicia y derecho a todos los que padecen violencia.
Salmo 116: 5 Clemente y justo es Jehovah; s, misericordioso es nuestro Dios.
Salmo 119: 137 Justo eres t, oh Jehovah, y rectos son tus juicios. 138 Has ordenado tus testimonios enjusticia y en
completa fidelidad.
Salmo 146:7(Bienaventurado aquel, v 5) quien hacejusticia a los oprimidos y da pan a los hambrientos. Jehovah suelta a
los prisioneros,
Isaias 1:17 Aprended a hacer el bien, buscad el derecho, reprended al opresor, defended al hurfano, amparad a la viuda.
21 Cmo se ha convertido en prostituta la ciudad fiel! Llena estaba de derecho, y en ella habitaba lajusticia; pero ahora la
habitan homicidas. 22 Tu plata se ha convertido en escoria; tu vino est adulterado con agua.23 Tus magistrados son
rebeldes y compaeros de ladrones; cada uno ama el soborno y va tras las recompensas. No defienden al hurfano, ni llega
a ellos la causa de la viuda. 26 Luego restaurar tus jueces como al principio, y tus consejeros como al comienzo. Y
despus sers llamada Ciudad de Justicia, Urbe Fiel."
Isaias 3: 13 Jehovah est de pie para litigar; est a punto dejuzgar a su pueblo. 14 Jehovah entrar enjuicio contra los
ancianos y contra los magistrados de su pueblo. "Porque vosotros habis consumido la via, y el despojo del pobre est en
vuestras casas. 15Qu motivos tenis para aplastar a mi pueblo y moler las caras de los pobres?", dice el Seor Jehovah
de los Ejrcitos.
Isaias 5:23 (ay) de los que por soborno declaranjusto al culpable, y al justo le quitan sujusticia!
Isaias 10:1 Ay de los que establecen leyes inicuas y dictan decretos opresivos, 2 para apartar del juicio a los pobres, para
privar de sus derechos a los afligidos de mi pueblo, para hacer de las viudas su botn y para despojar a los hurfanos!
Isaas 30: 18 Por tanto, Jehovah espera para tener piedad de vosotros; por eso, se levanta para tener misericordia de
vosotros. Porque Jehovah es un Dios dejusticia, bienaventurados son todos los que esperan en l!
Isaias 33:15 El que camina enjusticia y habla con rectitud, el que aborrece el lucro de la opresin, el que sacude sus
manos para no recibir soborno, el que tapa sus odos para no or de hechos de sangre, el que cierra sus ojos para no ver la
iniquidad, 16 l vivir en las alturas, y una fortaleza de roca ser su alto refugio. Su pan le ser provisto, y su agua no
faltar.
Isaas 41: 10 No temas, porque yo estoy contigo. No tengas miedo, porque yo soy tu Dios. Te fortalecer, y tambin te
ayudar. Tambin te sustentar con la diestra de mi justicia.'
260
Isaas 45: 21 Hablad, presentad vuestra causa. S, que deliberenjuntos. Y quin ha anunciado esto desde la antigedad?
Quin lo ha dicho desde entonces? No he sido yo, Jehovah? No hay ms Dios aparte de m: Dios justo y Salvador. No
hay otro fuera de m. 24 De m se dir: 'Ciertamente, en Jehovah est lajusticia y el poder.' "
Isaias 58: 5Es ste el ayuno que yo escog: slo un da en que el hombre se aflija a s mismo? Acaso el doblegar la
cabeza comojunco y el acostarse sobre cilicio y ceniza es lo que llamis ayuno y da agradable para Jehovah? 6No
consiste, ms bien, el ayuno que yo escog, en desatar las ligaduras de impiedad, en soltar las ataduras del yugo, en dejar
libres a los quebrantados y en romper todo yugo? 7No consiste en compartir tu pan con el hambriento y en llevar a tu
casa a los pobres sin hogar? No consiste en cubrir a tu prjimo cuando lo veas desnudo, y en no esconderte de quien es tu
propia carne?
Isaas 59: 12 Porque nuestras transgresiones se han multiplicado delante de ti, y nuestro pecado ha testificado contra
nosotros. Porque con nosotros permanecen nuestras transgresiones; reconocemos nuestras iniquidades. 13 Transgredimos
y negamos a Jehovah; volvemos atrs dejando de seguir a nuestro Dios. Hablamos de opresin y de rebelin; concebimos
y proferimos desde el corazn palabras de mentira. 14 El derecho ha sido rechazado, y lajusticia se mantiene a distancia.
La verdad tropieza en la plaza, y la honestidad no puede entrar. 15 La verdad est ausente, y el que se aparta del mal es
despojado. Jehovah ha visto esto, y el hecho que no hayajusticia es malo ante sus ojos. 16 Vio, pues, que no haba nadie,
y se asombr de que no hubiese quien intercediese. Por tanto, su propio brazo le produjo salvacin, y su propiajusticia lo
sostuvo.
Isaas 61: 8 "Porque yo, Jehovah, amo lajusticia, y aborrezco la rapia y la iniquidad. Recompensar sus obras con
fidelidad, y har con ellos un pacto eterno. 9 Sus descendientes sern conocidos entre las naciones; y sus retoos, en
medio de los pueblos. Todos los que los vean reconocern que ellos son la simiente que Jehovah bendijo." 10 En gran
manera me gozar en Jehovah; mi alma se alegrar en mi Dios. Porque l me ha vestido con vestiduras de salvacin y me
ha cubierto con manto dejusticia. Como a novio me ha ataviado con una diadema, y como a novia que se adorna con sus
joyas. 11 Porque como la tierra produce sus brotes y como el huerto hace germinar las semillas sembradas en l, as el
Seor Jehovah har germinar lajusticia y la alabanza delante de todas las naciones.
Jeremias 5:27 Comojaulas llenas de pjaros, as estn sus casas llenas de fraude. As se han hecho grandes y ricos. 28 Se
han puesto gordos y lustrosos. Incluso, sobrepasan las obras del malo. En el juicio no defienden la causa del hurfano de
modo que se le haga prosperar, y no juzgan la causa de los necesitados.
Jeremias 6:8 Corrgete, oh Jerusaln, no sea que mi alma se aparte de ti; no sea que yo te convierta en desolacin, en tierra
no habitada." ... 13 pues desde el menor hasta el mayor de ellos, cada uno persigue las ganancias deshonestas. Desde el
profeta hasta el sacerdote, todos obran con engao
Jeremias 7:5 Porque si realmente corregs vuestros caminos y vuestras obras, si realmente practicis lojusto entre el
hombre y su prjimo,6 si no oprims al forastero, al hurfano y a la viuda, si no derramis sangre inocente en este lugar, y
si no vais tras otros dioses para vuestro propio mal, 7 entonces os dejar habitar en este lugar, en la tierra que desde
siempre y para siempre di a vuestros padres.
Jeremas 9: 24 Ms bien, albese en esto el que se alabe: en entenderme y conocerme que yo soy Jehovah, que hago
misericordia, juicio yjusticia en la tierra. Porque estas cosas me agradan, dice Jehovah.
Jeremas 11: 20 Pero, oh Jehovah de los Ejrcitos, quejuzgas conjusticia y escudrias la conciencia y el corazn, deja
que yo vea tu venganza contra ellos; porque ante ti he expuesto mi causa.
Jeremias 17:11 Como la perdiz, que incuba lo que no puso, es el que acumula riquezas, pero no conjusticia. En la mitad
de sus das las dejar, y en su postrimera resultar ser un insensato.
Jeremias 21:12 oh casa de David. As ha dicho Jehovah: Juzgad cada maana conjusticia y librad a quien es despojado de
mano del opresor, para que, por la maldad de vuestras obras, no salga mi ira como fuego y se encienda, y no haya quien la
apague. 16 El juzg la causa del afligido y del necesitado; entonces le fue bien. No es esto conocerme?, dice Jehovah.
Jeremias 22:3 As ha dicho Jehovah: Practicad el derecho y lajusticia; librad a quien es despojado de mano del opresor;
no maltratis ni tratis con violencia al forastero, ni al hurfano ni a la viuda; no derramis sangre inocente en este lugar.
... 13 "Ay del que edifica su casa sinjusticia, y sus salas sin derecho, sirvindose de su prjimo de balde, sinpagarle su
salario. 14 El que dice: 'Edificar para m una casa espaciosa y amplias salas; le har ventanas, la cubrir con cedro y la
pintar de ocre rojo.' 15 Acaso reinars porque compites con cedro? Acaso no comi y bebi tu padre, y practic el
derecho y lajusticia, y entonces le fue bien? 17Pero tus ojos y tu corazn no estn puestos sino slo en tus ganancias
deshonestas, en derramar sangre inocente, y en hacer agravio y extorsin."
261
Jeremias 23: 5 "He aqu vienen das, dice Jehovah, en que levantar a David un Retoo justo. Reinar un Rey que obrar
con inteligencia y que practicar el derecho y lajusticia en la tierra. 6 En sus das ser salvo Jud, e Israel habitar
seguro. Y este es el nombre con el cual ser llamado: 'Jehovah, justicia nuestra.'
Ezequiel 7:23 Prepara cadenas, porque la tierra se ha llenado dejuicios de sangre, y la ciudad se ha llenado de violencia.
Ezequiel 22: 6 "'He aqu que los gobernantes de Israel, cada uno segn su poder, estn en ti solamente para derramar
sangre. 7 En ti desprecian al padre y a la madre; en medio de ti tratan con abuso al extranjero; en ti explotan al hurfano y
a la viuda. 8 Menosprecias mis cosas sagradas y profanas mis sbados.9 En ti hay calumniadores listos a derramar sangre;
en ti estn los que comen sobre los montes. En medio de ti cometen infamia:12 En ti reciben soborno para derramar
sangre. Cobras usura e intereses, y te aprovechas de tu prjimo con extorsin. Te has olvidado de m', dice el Seor
Jehovah. 13 "'He aqu que golpeo con mi mano a causa de las ganancias deshonestas que has conseguido, y a causa de la
sangre que hay en medio de ti. 14 Estar firme tu corazn? Estarn fuertes tus manos en los das cuando yo acte contra
ti? Yo, Jehovah, he hablado y lo cumplir: 15 Te dispersar entre las naciones y te esparcir por los pases. As eliminar
de ti tu impureza. 21 Os reunir y soplar sobre vosotros con el fuego de mi ira, y seris fundidos dentro de ella. 22 Como
se funde la plata dentro del horno, as seris fundidos dentro de ella. Y sabris que yo, Jehovah, he derramado mi ira sobre
vosotros.'"25 Porque en medio de ella hay una conspiracin de sus profetas; son como un len rugiente que arrebata la
presa. Devoran a la gente, se apoderan del patrimonio y de las cosas preciosas, y multiplican sus viudas en medio de ellos.
26 "Sus sacerdotes violan mi ley y profanan mis cosas sagradas. No hacen diferencia entre lo santo y lo profano, ni
ensean a distinguir entre lo impuro y lo puro. Con respecto a mis sbados esconden sus ojos, y he sido profanado en
medio de ellos. 29 "Yel pueblo de la tierra ha practicado la opresin y ha cometido robo. Abusan del pobre y del
necesitado, y oprimen sin derecho al extranjero. 31 Por tanto, derramar sobre ellos mi indignacin; con el fuego de mi
ira los consumir. Har recaer su conducta sobre sus propias cabezas", dice el Seor Jehovah.
Ezequiel 27:13 Grecia, Tubal y Mesec comerciaban contigo. Con vidas humanas y objetos de bronce pagaban tus
mercancas.... 27 "En el da de tu cada caern en medio de los mares: tus riquezas, tus mercaderas, tus productos, tus
marineros, tus timoneles, los que reparaban tus desperfectos, los agentes de tu intercambio, todos tus hombres de guerra
que estn en ti, y toda la multitud que se halla en medio de ti.. 36 Los mercaderes de los pueblos silban a causa de ti.
Has venido a ser objeto de espanto, y dejars de existir para siempre."
Daniel 9: 14 Por tanto, Jehovah ha tenido presente el hacer este mal y lo ha trado sobre nosotros. Porque Jehovah nuestro
Dios esjusto en todas las obras que ha hecho; sin embargo, no hemos obedecido su voz. 15 "Ahora pues, oh Seor Dios
nuestro -- que con mano poderosa sacaste a tu pueblo de la tierra de Egipto y te hiciste de renombre, como en este da -- ,
hemos pecado; hemos actuado impamente. 16 Oh Seor, conforme a tujusticia, aprtense, por favor, tu ira y tu furor de
sobre Jerusaln, tu ciudad, tu santo monte. Porque a causa de nuestros pecados y por la maldad de nuestros padres,
Jerusaln y tu pueblo han sido entregados a la afrenta en medio de todos los que nos rodean. 17 Ahora pues oh Dios
nuestro, escucha la oracin de tu siervo y sus ruegos, y por amor de ti mismo, oh Seor, haz que resplandezca tu rostro
sobre tu santuario desolado. 18 Inclina, oh Dios mo, tu odo y escucha; abre tus ojos y mira nuestros lugares desolados y
la ciudad sobre la cual es invocado tu nombre. Porque no estamos presentando nuestros ruegos delante de ti, confiados en
nuestras obras dejusticia, sino en tu gran misericordia.
Oseas 4: 1Od la palabra de Jehovah, oh hijos de Israel: "Jehovah tiene pleito con los habitantes de la tierra, porque no
hay en la tierra verdad, ni lealtad, ni conocimiento de Dios. 2 El perjurar, el engaar, el asesinar, el robar y el adulterar
han irrumpido. Uno a otro se suceden los hechos de sangre.
Oseas 10: 12 Sembrad para vosotros justicia y segad lealtad. Abros surcos, porque es tiempo de buscar a Jehovah, hasta
que venga y haga lloverjusticia para vosotros.
Amos 2:6 As ha dicho Jehovah: "Por tres pecados de Israel, y por cuatro, no revocar su castigo. Porque venden por
dinero al justo y al pobre por un par de zapatos,
Ams 3:10 No saben hacer lo recto, los que atesoran violencia y despojo en sus palacios", dice Jehovah.
Amos 4:1 oprims a los pobres, que quebrantis a los necesitados, que decs a vuestros maridos: "Traed y bebamos!"
Amos 5: 10 Ellos aborrecen al que les amonesta en el tribunal, y abominan al que habla lo recto. 11 Por tanto, puesto que
pisoteis al pobre y tomis de l tributo de granos, aunque hayis edificado casas de piedra labrada, no las habitaris.
Plantasteis hermosas vias, pero no beberis el vino de ellas. 12 Porque yo conozco vuestras muchas rebeliones y vuestros
grandes pecados: que hostilizis al justo, que tomis soborno y que hacis perder su causa a los pobres en el tribunal. 15
Aborreced el mal y amad el bien. Estableced el juicio en el tribunal; quizs Jehovah Dios de Israel tenga piedad del
remanente de Jos.. 24 Ms bien, corra el derecho como agua, y lajusticia como arroyo permanente.
262
Amos 6:12 Acaso corren los caballos por las peas? Se arar con bueyes en el mar? Pero vosotros habis convertido el
derecho en veneno y el fruto de la justicia en ajenjo.
Amos 8:4 Od esto, los que pisoteis a los necesitados y arruinis a los pobres de la tierra, 5 diciendo: "Cundo pasar la
luna nueva, para que vendamos el trigo; y el sbado, para que abramos los almacenes del trigo; para que reduzcamos el
peso y aumentemos el precio, falsificando fraudulentamente las balanzas; 6 para comprar a los pobres por dinero y a los
necesitados por un par de zapatos; para que vendamos los desechos del trigo?"
Miqueas 3: 1Dije: Escuchad, por favor, oh jefes de Jacob y magistrados de la casa de Israel! Acaso no os corresponde a
vosotros conocer el derecho? 2 Pero vosotros aborrecis lo bueno y amis lo malo. Les arrancis su piel y su carne de
sobre sus huesos; 3 y asimismo, comis la carne de mi pueblo. Desollis la piel de sobre ellos; quebrantis y desmenuzis
sus huesos como si estuvieran destinados para la olla, como si fueran carne en el caldero.... 9 Od, pues, esto, oh jefes de
la casa de Jacob y magistrados de la casa de Israel que hacis abominable el juicio y perverts todo lo que es recto.10
Vosotros edificis a Sion con sangre y a Jerusaln con iniquidad. 11 Sus jefes juzgan por soborno, sus sacerdotes ensean
slo por paga y sus profetas predicen por dinero, y se apoyan en Jehovah diciendo: "Acaso no est Jehovah entre
nosotros? No vendr el mal sobre nosotros!"
Miqueas 6: 8 Oh hombre, l te ha declarado lo que es bueno! Qu requiere de ti Jehovah? Solamente hacer justicia,
amar misericordia y caminar humildemente con tu Dios. 11 He de justificar las balanzas de impiedad y la bolsa de pesas
fraudulentas, 12 con las cuales sus ricos se han llenado de explotacin? Sus habitantes han hablado mentiras, y su lengua
es engaosa en su boca.
Miqueas 7:3 Han adiestrado sus manos para hacer el mal: El gobernante exige, el juez juzga por soborno y el poderoso
habla segn el antojo de su alma; y as lo retuercen. 9 Porque pequ contra Jehovah, soportar su ira, hasta que l juzgue
mi causa y me haga justicia. El me sacar a la luz, y yo ver su justicia.
Sofonas 3: 1 Ay de la ciudad rebelde, manchada y opresora! 2 No escucha la voz, ni recibe la correccin. No confa en
Jehovah, ni se acerca a su Dios.3 Sus magistrados en medio de ella son leones rugientes. Sus jueces son lobos vespertinos
que no dejan hueso para la maana.4 Sus profetas son insolentes y hombres traicioneros. Sus sacerdotes han contaminado
el santuario y hacen violencia a la ley. 5 Jehovah es justo en medio de ella; l no har maldad. Cada maana saca a luz su
juicio; nunca falta. Pero el perverso no conoce la vergenza.
Zacaras 5:3 Entonces me dijo: --Esta es la maldicin que sale sobre la faz de toda la tierra; porque todo aquel que roba
(segn consta en este lado del rollo) ser excluido de acuerdo con ella;
Zacaras 7:9 "As ha dicho Jehovah de los Ejrcitos: 'Juzgad conforme a la verdad; practicad la bondad y la misericordia,
cada uno con su hermano.
Zacaras 8:16 Estas son las cosas que habis de hacer: Hablad verdad cada cual con su prjimo. Juzgad en vuestros
tribunales con juicio de paz. 17 Ninguno de vosotros piense en su corazn el mal contra su prjimo. No amis el falso
juramento, porque yo aborrezco todas estas cosas'", dice Jehovah.
Malaquias 3:5 "Entonces me acercar a vosotros para juicio y ser veloz testigo contra los hechiceros y adlteros, contra
los que juran para engaar, contra los que oprimen al jornalero, a la viuda y al hurfano, y contra los que hacen agravio al
forastero, sin ningn temor de m", ha dicho Jehovah de los Ejrcitos.. 15 Ahora, nosotros consideramos que son felices
los arrogantes y que los que hacen impiedad son prosperados.'" 18 Entonces os volveris y podris apreciar la diferencia
entre el justo y el pecador, entre el que sirve a Dios y el que no le sirve.
Mateo 6: 33 Ms bien, buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os sern aadidas.
Lucas 23: 47 Y cuando el centurin vio lo que haba acontecido, dio gloria a Dios, diciendo: -- Verdaderamente, este
hombre era justo!
Romanos 1: 17 Porque en l la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como est escrito: Pero el justo vivir por la fe.
32 A pesar de que ellos reconocen el justo juicio de Dios, que los que practican tales cosas son dignos de muerte, no slo
las hacen, sino que tambin se complacen en los que las practican.
Romanos 2: 5 Pero por tu dureza y por tu corazn no arrepentido, acumulas sobre ti mismo ira para el da de la ira y de la
revelacin del justo juicio de Dios.
Romanos 3: 21 Pero ahora, aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios atestiguada por la Ley y los Profetas. 22
Esta es la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo para todos los que creen. Pues no hay distincin; 23 porque
263
todos pecaron y no alcanzan la gloria de Dios, 24 siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redencin
que es en Cristo Jess. 25 Como demostracin de sujusticia, Dios le ha puesto a l como expiacin por la fe en su
sangre, a causa del perdn de los pecados pasados, en la paciencia de Dios, 26 con el propsito de manifestar sujusticia
en el tiempo presente; para que l seajusto y a la vez justificador del que tiene fe en Jess.
Romanos 10: 3 Pues, ignorando lajusticia de Dios y procurando establecer su propiajusticia, no se han sujetado a la
justicia de Dios. 4 Porque el fin de la ley es Cristo, parajusticia a todo aquel que cree.
Romanos 14: 17 porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sinojusticia, paz y gozo en el Espritu Santo.
Colosenses 4: 11 y Jess, llamado Justo. Ellos son los nicos de la circuncisin que son colaboradores conmigo en el
reino de Dios y que me han servido de consuelo.
2 Tesalonicenses 1: 5 Esto da muestra evidente del justo juicio de Dios, para que seis tenidos por dignos del reino de
Dios, por el cual tambin estis padeciendo. 6 De hecho es justo delante de Dios retribuir con afliccin a los que os
afligen,
Santiago 5:1 Vamos pues ahora, oh ricos! Llorad y aullad por las miserias que vienen sobre vosotros. 2 Vuestras riquezas
se han podrido, y vuestras ropas estn comidas de polilla. 3 Vuestro oro y plata estn enmohecidos; su moho servir de
testimonio contra vosotros y devorar vuestra carne como fuego. Habis amontonado tesoros en los ltimos das! 4 He
aqu clama el jornal de los obreros que segaron vuestros campos, el que fraudulentamente ha sido retenido por vosotros. Y
los clamores de los que segaron han llegado a los odos del Seor de los Ejrcitos. 5 Habis vivido en placeres sobre la
tierra y habis sido disolutos. Habis engordado vuestro corazn en el da de matanza. 6 Habis condenado y habis dado
muerte al justo. El no os ofrece resistencia.
1Juan 3: 10 En esto se revelan los hijos de Dios y los hijos del diablo: Todo aquel que no practicajusticia no es de Dios,
ni tampoco el que no ama a su hermano.
264
BIBLIOGRAFIA
Alonso Schokel, Luis; y Jos Luis Sucre. Los Profetas. 2 vols. Madrid: Cristiandad, 1980.
Del Cid Garca. Carlos Moiss. Fundamentos Bblicos e Histricos de la Justicia y los Derechos Humanos.
http://209.85.165.104/search?q=cache:0fuK59rgRCcJ:
www.asjhonduras.com/pdf/expos-justicia.pdf+los+diez+mandamient.os+b%C3%
ADblicos&hl=es&ct=clnk&cd=22&gl=ar
Eichrodt, Walter. Teologa del Antiguo Testamento. 2 vols. Madrid: Cristiandad, 1975.
Ellacura, Ignacio. Los Pobres, Lugar Teolgico en Amrica Latina. http://www.exodo.org/textos/5.htm
Garca Trapiello, J. Preocupacin Social en el Antiguo Testamento. Angelicum 55 (1978), 161-192.
Kliksberg, Bernardo. Ms Etica, Ms Desarrollo. Temas: Buenos Aires, 2006.
Mackey, Toms. La Corrupcin en la Biblia. Seminario Internacional Teolgico Bautista, 2006.
Rad, Gerhard von. Teologa del Antiguo Testamento, 2 vols. Salamanca: Sgueme, 1975.
Sicre, Jos Luis. Con los Pobres de la Tierra. Madrid: Cristiandad, 1984.
________ . Los Dioses Olvidados. Madrid: Cristiandad, 1979.
Tresmontant, Claude. La Doctrina de Yesha de Nazaret. Barcelona: Herder, 1973.
________ . La Doctrina Social de los Profetas de Israel. Madrid: Taurus, 1962.
265
SEMINARIO INTERNACIONAL
TEOLOGICO BAUTISTA
ETICA CRISTIANA
DIVORCIO
Y NUEVO MATRIMONIO
LUEGO DEL DIVORCIO
PROFESOR
Toms Mackey
266
SEMINARIO INTERNACIONAL
TEOLOGICO BAUTISTA
ETICA CRISTIANA
PROFESOR
Toms Mackey
267
POSTURA II
Enfasis en:
0 Permiso cristolgico en caso de porneia
0 Disolucin que produce libertad
0 Posibilidad para el inocente y condena para el culpable
POSTURA III
Enfasis en:
0 La gracia y el amor recuperador de Dios.
0 La bondad del matrimonio y la posibilidad de capitalizar las experiencias de fracaso para constituirlo
adecuadamente en segunda instancia.
POSTURA II
Dificultades y riesgos:
0 Interpretacin demasiado legalista
0 Traduccin demasiado legalista de porneia
0 Reconoce slo la falta del adltero
POSTURA III
Dificultades y riesgos:
0 Que los sucesivos pasos se den a la ligera y sin agotar instancias
0 No asumir todos los compromisos
269
SEMINARIO INTERNACIONAL
TEOLOGICO BAUTISTA
ETICA CRISTIANA
RESPECTO AL MATRIMONIO,
EL DIVORCIO
Y EL NUEVO MATRIMONIO
CONTRA MUNDUM
http://www.contra-mundum.org/castellano/declaraciones/coalicion/Resp_Matrimonio.pdf
3. 1 Cor. 7:3-5
Artculo X
Afirmamos que la Biblia condena el adulterio, la fornicacin,1 el incesto,2 la conducta
homosexual,3 la violacin,4 la bestialidad,5 y el abuso fsico y emocional.6
Negamos que la Biblia acepte o sea indiferente con respecto a estos y todos los otros
pecados sexuales.
1. xo. 22:16; Sal. 50:16-18; Mal. 3:5; 1 Cor. 6:9; Heb. 13:4
2. Levtico 18:6-18; 20:11-12, 17, 19-21; Deut. 22:30; 27:20, 22-23; Ezequiel
22:11; 1 Cor. 5:1
3. Levtico 18:22-24; 20:13-16; Romanos 1:24-32; 1 Cor. 6:9-11; 1 Tim. 1:8-11
4. Deut. 22:25-27
5. xodo 22:19; Levtico 18:23; 20:15-16; Deut. 27:21
6. xodo 21:24; Levtico 19:18; 24:20; Deut. 19:21; Miqueas 2:9; Mateo 5:21, 27,
43; 22:39
Artculo XI
Afirmamos que Dios les prohbe a los creyentes casarse con no creyentes.1
Negamos que la Escritura requiera que los cnyuges creyentes quienes vienen a la fe
posterior al matrimonio, deban abandonar o divorciarse de sus cnyuges no creyentes
que deseen permanecer en el matrimonio.2
1. 1 Cor. 7:39; 2 Cor. 6:14
2. 1 Cor. 7:12-14
Artculo XII
Afirmamos que, as como Cristo es la cabeza del hombre, el esposo es la cabeza de la
esposa; que as como la Iglesia est sujeta a Cristo, la esposa ha de estar sujeta a su
propio esposo .1
Negamos que un esposo pueda ejercer la tirana sobre su esposa o someterla a un papel
que disminuya su posicin divinamente ordenada como compaera complementaria para
su esposo en el mandato cultural.2
1. 1 Cor. 11:3; Efe. 5:22-24
2. Gn. 1:27-28; Efe. 5:25-33; 1 Ped. 3:7-8
Artculo XIII
Afirmamos que los efectos de la Cada de la humanidad en el pecado incluyen: una
sexualidad impura y culpable, la dominacin injusta en la relacin marital, y el aumento
del dolor en el parto .1 Afirmamos, sin embargo, que la autoridad esencial del esposo
como cabeza federal de la esposa exista en la relacin matrimonial antes de la Cada.2
Negamos que los resultados de la Cada incluya la colocacin de la esposa bajo el
liderazgo de su esposo por parte de Dios.
1. Gn. 3:16; Miqueas 2:9; Rom. 1:22-32; 1 Ped. 3:7-8
2. 1 Tim. 2:11-13; 1 Cor. 11:3, 7-9
Artculo XIV
273
SEMINARIO INTERNACIONAL
TEOLOGICO BAUTISTA
ETICA CRISTIANA
DECLARACION SOBRE
MATRIMONIO-DIVORCIO-
NUEVO MATRIMONIO
PREAMBULO
Es esencial que el propsito de esta declaracin sea claro para que se la comprenda y utilice correctamente.
Es una "declaracin instructiva de La Alianza Cristiana y Misionera" para servir como una pauta expositiva
de puntos de comn acuerdo, a la cual el Concilio General de 1977 (Calgary, Alberta, Canad) se subscribi
como una base para expresar acuerdo o desacuerdo con gracia y tolerancia.
Para algunos, la interpretacin puede parecer demasiado amplia, y para otros, muy limitada. Pero se necesita
un criterio comn para tratar adecuadamente los problemas del divorcio y nuevo matrimonio. La posicin
declarada aqu ni promueve el divorcio ni debilita la posicin bblica representada en legislacin previa. La
Comisin sobre el Estudio del Divorcio procur ni quitar ni aadir a la enseanza bblica sobre el divorcio.
UNA DECLARACION INSTRUCTIVA DE LA ALIANZA CRISTIANA Y MISIONERA
1. Introduccin
a. Hoy en da ms y ms matrimonios estn fracasando; los divorcios y segundos matrimonios son cada vez
ms comunes. Si contamos parejas que conviven sin beneficio de un matrimonio legalmente constituido y que
luego se separan, la mitad de los matrimonios que se realizan hoy en Norteamrica fracasan.
b. An as el matrimonio es una institucin esencial, sagrada, una piedra angular de nuestra sociedad.
Fue establecido por Dios mismo cuando el Seor dijo, "No es bueno que el hombre est solo; le hare ayuda
idnea para l" (Gnesis 2:18); y el matrimonio ha disfrutado de la aprobacin y bendicin divinas a travs de
los siglos. Efesios 5 revela lo sagrado que es el matrimonio cuando se usa la union entre Cristo y la iglesia
para ilustrar la relacin esposo-esposa.
c. Por tanto, la Iglesia de hoy tiene que hacer todo lo que est a su alcance para apoyar y mantener la
institucin del matrimonio sobre fundamentos dados por Dios. Algunos actualmente quieren establecer reglas
de conducta en esta rea aparte de la autoridad de la Palabra de Dios. Aun entre los que buscan regirse por la
autoridad bblica hay opiniones divergentes, sobre todo en cuanto al derecho de personas divorciadas a
casarse de nuevo. Parece imperativo, por tanto, que La Alianza Cristiana y Misionera establezca lo que
entendemos ser la enseanza bblica sobre estos temas.
d. Esta declaracin est diseada, no para contestar todas las preguntas y cubrir todas las situaciones, sino
para proveer pautas de las cuales se puedan extraer aplicaciones bblicas para situaciones diversas. Ha sido
escrita enfocando las condiciones sociales de Norteamrica. Por tanto puede necesitar algunas adaptaciones
en pases del extranjero a causa de situaciones culturales diferentes.
2. Matrimonio
a. Dios instituy el matrimonio como un estado honroso (Hebreos 13:4) para bendicin de la pareja (Gnesis
2:18) y como una continuacin de la obra divina de creacin en la historia de la raza humana (Gnesis 4:1). El
matrimonio no es un requisito para la perfeccin de la personalidad, ni tampoco es una necesidad para el
cumplimiento de los ms altos propsitos divinos. El matrimonio
2
puede, de hecho, impedir la disposicin incondicional de la persona para el llamamiento de Dios, y hay
aquellos que tienen el don de abstenerse del matrimonio (Mateo 19:12; 1 Corintios 7:7).
276
b. Dios dispuso que el matrimonio fuera una unin mongama y vitalicia, segn lo implica claramente
Gnesis 2:24: "Por tanto, dejar el hombre a su padre y a su madre, y se unir a su mujer, y sern una sola
carne." Jess record esta orden divina de la creacin para derribar la floja interpretacin y prctica de la ley
de Moiss (Marcos 10:6 y vv. siguientes). Aunque la poligamia se practicaba a veces en tiempos del Antiguo
Testamento, la Biblia aclara que Dios dispuso que el matrimonio existiera entre un hombre y una mujer por
todo el tiempo que ambos viviesen. En Romanos 7:2 el
apstol Pablo escribi: "Porque la mujer casada est sujeta por la ley al marido mientras ste vive; pero si el
marido muere, ella queda libre de la ley del marido." (Vea tambin 1 Corintios 7:39.)
c. Los trminos estrictos y elevados con que el lazo matrimonial se describe en el Nuevo Testamento tienen su
enfoque principal en el compaerismo humano y la familia. Para el cristiano, la base de todo amor marital es
el amor de Cristo para la iglesia (Efesios 5:31 y vv. siguientes). El matrimonio se constituye primero por un
pacto mutuo. El matrimonio es un acuerdo solemne, con fuerza de ley, hecho delante de Dios y los hombres
(Malaquas 2:14). Ezequiel 16:8 usa el matrimonio para ilustrar la relacin entre Dios e Israel y habla de esta
relacin como un pacto establecido por un juramento o una promesa. Jess, en Juan 2, sancion con su
presencia un matrimonio que se reconoca y solemnizaba por una celebracin pblica. Por tanto, hombres y
mujeres deben entrar al matrimonio con un contrato legal y votos hechos, de preferencia bajo la
administracin de un ministro cristiano, y no por slo decidir empezar a vivir juntos.
d. El matrimonio es una unin fsica. Esto el apstol Pablo lo establece claramente en 1 Corintios 6:16 y vv.
siguientes. El matrimonio est designado para ser una unidad de carne y espritu y representa la totalidad de
esa unin (1 Tesalonicenses 4:3-5). En 2 Corintios 12:19-21 Pablo advierte a la iglesia de Corinto que la
impenitencia de aquellos que cometieron inmoralidad sexual requerira su intervencin personal.
e. En ningn caso debe una persona entrar en ningn as llamado "matrimonio" con alguien del mismo sexo.
Uniones homosexuales son especficamente prohibidas, y son descritas en las Escrituras como
manifestaciones de las ms bajas formas de conducta pecaminosa, ya que degradan la dignidad humana y
profanan el designio de la creacin de Dios (Levtico 20:13; Romanos 1:26-27, 32; 1 Corintios 6:9).
f. Un cristiano no debe casarse con una persona que no conoce a Cristo como Salvador personal. 2 Corintios
6:14 es explcita, "No os unis en yugo desigual con los incrdulos". Las ltimas palabras de 1 Corintios 7:39
sugieren la misma regla; se dirige a las viudas que se vuelven a casar a hacerlo nicamente "en el Seor". El
amor a Cristo nunca debe ocupar un segundo lugar (Mateo 6:33).
3. Divorcio
a. El divorcio es una desviacin de los propsitos de Dios. Aunque en el Antiguo Testamento el divorcio era
permitido y aparentemente se consegua fcilmente, esto, como la poligamia, era contrario a las ms altas
intenciones de Dios. Jess explic que las provisiones para el divorcio en el Antiguo Testamento eran una
acomodacin a la "dureza" del corazn de la gente y un mal necesario (Mateo 19:8). El profeta Malaquas
declar, "Yo aborrezco el divorciodice el Seor, Dios de Israel" (2:16 NVI). Jess dijo, "Por tanto, lo que
Dios junt, no lo separe el hombre" (Mateo 19:6, y Marcos 10:6
9). La Iglesia, por tanto, siempre debe aconsejar en contra del divorcio como una solucin a los problemas
maritales. La Biblia ensea que aun cuando un cristiano es casado con un incrdulo, el cristiano debe procurar
vivir con l o ella si de alguna manera es posible (1 Corintios 7:12-13).
b. Aunque el divorcio es siempre contrario a las intenciones de Dios, hay ciertas circunstancias en que se
permite. Jess dijo en Mateo 5:32 y de nuevo en Mateo 19:9 que una persona no puede
3
divorciarse de su cnyuge excepto por causa de fornicacin. La palabra griega usada para "fornicacin" se
refiere a inmoralidad sexual habitual para lo cual se puede usar el sinnimo "prostitucin", implicando toda
277
clase de inmoralidad, incluyendo adulterio que profana la relacin matrimonialuna posicin generalmente
aceptada por eruditos del griego.
c. La ausencia de esta concesin en Marcos 10:6-12 y Lucas 16:18 no echa a un lado las condiciones prcticas
para cumplir con la enseanza Mosaica sobre el divorcio en la nueva era que Cristo establece. Pero El hace
una interpretacin ms limitada, que considera el problema del divorcio como un mal que sera menor que
continuar en una situacin imposible. El divorcio se rechaza cuando el propsito inmediato es casarse con otra
persona (Marcos 10:11-12). Por tanto, es necesario que el creyente piense en el divorcio slo como un ltimo
recurso y a causa de violacin del matrimonio por
fornicacinnunca como ocasin para casarse con otra persona. Cuando uno de los esposos en unmatrimonio
se ha envuelto en adulterio, al cnyuge ofendido se le permite, aunque no se le requiere, que se divorcie. Si un
marido incrdulo o una esposa incrdula se niega a continuar viviendo con su cnyuge y se va, el creyente
puede aceptar esta separacin. "Pero si el incrdulo se separa, seprese; pues no est el hermano o la hermana
sujeto a servidumbre en semejante caso" (1 Corintios 7:15).
Tal separacin puede resultar en divorcio, y en tal caso el cristiano no es culpable de ningn delito.
4. Nuevo matrimonio
a. El segundo matrimonio de personas que se han divorciado es permitido en la Escritura bajo ciertas
circunstancias. Si, despus de haberse divorciado, uno de los cnyuges originales muere, el cnyuge
sobreviviente est libre para casarse de nuevo. Romanos 7:2 y 1 Corintios 7:39 aclaran que la muerte disuelve
la relacin matrimonial.
b. Cuando una relacin adltera ha producido un divorcio, la parte que es inocente de adulterio tiene derecho
a casarse de nuevo. Las palabras de Jess, "Cualquiera que repudia a su mujer, salvo por causa de
fornicacin", implican el derecho a volver a casarse. Cuando El aade, "El que se casa con la repudiada,
comete adulterio" (Mateo 5:32), se niega el derecho de casarse con cualquiera culpable de adulterio y tambin
el casarse con cualquiera que haya obtenido el divorcio con el propsito deliberado de casarse de nuevo
(Marcos 10:11-12).
c. La armona entre el Antiguo y Nuevo Testamentos se ve en la interpretacin dada por Jess. El pasaje de
Deuteronomio que cit Jess en Mateo 5:31 y Marcos 10:11-12 indica que el "repudio" de una esposa
disuelve el matrimonio y permite casarse de nuevo. Jess no cambi la naturaleza del divorcio, que disuelve
el matrimonio y permite nuevo casamiento; El simplemente rechaz toda racionalizacin y excusa por el
divorcio y aclar que slo la parte inocente cuyo matrimonio previo fue revocado por el divorcio poda
casarse de nuevo sin hacerse culpable.
d. De acuerdo con la enseanza de 1 Corintios 7, que permite el divorcio cuando el cnyuge incrdulo de un
creyente "se aparta" (Seccin 3c), no se permite el segundo matrimonio solamente por motivo de desercin,
de acuerdo al verso 11: "Y si se separa (la mujer) qudese sin casar, o reconcliese con su marido; y que el
marido no abandone a su mujer". En otras palabras, si la parte incrdula, que se separa, no ha muerto ni se ha
vuelto a casar, tampoco el que ha sido abandonado debe casarse de nuevo.
e. Cuando dos incrdulos se han divorciado y uno ms tarde se convierte y ninguno de los dos se ha casado de
nuevo, el cristiano debe intentar restaurar el matrimonio. Si el inconverso rehusa, esto hace que el matrimonio
sea lo mismo que la clase descrita en 1 Corintios 7:15.
f. Si una persona se divorcia por otras razones que no sean las bblicas expuestas arriba y su cnyuge previo
se vuelve a casar, ese cnyuge, por casarse de nuevo, de acuerdo a los preceptos bblicos cometi adulterio
(Mateo 5:32 y 19:9), y ha disuelto el matrimonio original.
4
g. Casarse de nuevo nunca es obligatorio, en algunos casos solamente se permite. Las personas divorciadas
que tienen fundamento bblico para casarse de nuevo deben entrar a tal matrimonio slo con el ms grande
cuidado. Escasamente hay fracaso matrimonial por cualquier causa en que uno de los cnyuges sea
278
"totalmente inocente". Quien solicite casarse de nuevo debe demostrar una actitud de arrepentimiento por
cualquier parte que haya tenido en el fracaso original. Debe recibir consejera de la iglesia de modo que evite
repetir actitudes y acciones destructivas.
h. Las personas que se casan de nuevo despus de haberse divorciado por razones no bblicas son culpables de
adulterio ante Dios. Jess dijo en Mateo 5:32, "El que repudiare a su mujer, a no ser por causa de fornicacin,
hace que ella adultere; y el que se casa con la repudiada adultera". Tales matrimonios no deben ser realizados
por un ministro cristiano.
i. Personas que se han divorciado por motivos no bblicos que posteriormente llegan a ser creyentes no estn
absueltas de la necesidad de mantenerse sin casar porque se han convertido. Aunque es cierto que somos
hechos nuevas criaturas en Cristo, seguimos llevando responsabilidades morales y legales que existieron antes
de la conversin. Una persona, por ejemplo, que contrajo una deuda como inconverso no se absuelve de la
obligacin de pagar la deuda porque ya es creyente. Un hombre que ha trado hijos a este mundo como no
creyente tiene todava que proveer para esos nios despus de su conversin. Un hombre que contrajo
matrimonio mientras no era cristiano tiene que cumplir los trminos de ese contrato matrimonial aun despus
de estar en Cristo.
j. Personas que eran divorciadas y se volvieron a casar sin fundamento bblico antes de convertirse no deben
sentirse obligadas despus de la conversin de retraerse del matrimonio subsecuente. El Nuevo casamiento al
cual entr indebidamente constituy un acto de adulterio que rompi el matrimonio previo. Entonces, con su
matrimonio previo disuelto, la persona que se cas de nuevo es responsible de ser fiel a su nuevo contrato.
Habiendo roto su matrimonio previo, "vive en adulterio" slo si es infiel a su actual contrato matrimonial.
k. Personas que son divorciadas o que se divorciaron y se volvieron a casar con base bblica tienen derecho a
los privilegios de compaerismo y membresa en la iglesia. Un creyente que fue divorciado o se divorci y se
volvi a casar por motivos no bblicos mientras era incrdulo debe de igual manera ser recibido a la plena
comunin cristiana. La gracia de Dios en Cristo perdona todos los pecados; la persona en Cristo es una nueva
creacin.
l. Sin embargo, se debe ejercer discrecin en la seleccin de personas divorciadas que se han vuelto a casar
para posiciones de liderazgo en la iglesia. Aunque todos los creyentes son miembros por igual del cuerpo de
Cristo, no todos los miembros estn igualmente capacitados para cargos en la iglesia.
Los cargos de anciano (lder espiritual) y dicono (lder de negocios) en la iglesia deben ser ocupados por
personas de altas cualidades morales y espirituales, cuyos patrones de vida cristiana ejemplar estn tan claros
que puedan imitarse.
m. Un creyente que a sabiendas consigue un divorcio sobre bases no bblicas o un creyente que a sabiendas se
casa con alguien que ha sido divorciado por razones no bblicas o un creyente cuyo divorcio fue concedido
por razones no bblicas y se vuelve a casar debe ser disciplinado por la iglesia y se le debe dar plenos
privilegios de compaerismo cristiano slo despus de demostrar arrepentimiento genuino por haberse
apartado deliberadamente de las normas bblicas.
279
SEMINARIO INTERNACIONAL
TEOLOGICO BAUTISTA
ETICA CRISTIANA
Matrimonio
Divorcio
y Nuevo Matrimonio
Jay Adams
MATRIMONIO
DIVORCIO
Y NUEVO
MATRIMONIO
INTRODUCCIN
ste no es un libro sobre el matrimonio en sentido primario, aunque he tenido que
decir mucho sobre el matrimonio (para ms detalles ver mi libro Vida cristiana en el hogar.
No hay manera de hablar sobre el divorcio y el nuevo casamiento sin discutir primero el
matrimonio.80 No quiero decir que hayamos de tratar el matrimonio de modo exhaustivo,
pero hay necesidad de considerar los principios bsicos. Sin esto como fondo, es difcil ver
el punto de vista bblico sobre el divorcio y el nuevo casamiento.
Los temas tratados en este libro implican cuestiones de gran inters para la Iglesia.
Si bien no todos los problemas pueden ser resueltos en estas pginas, espero que el lector
estar de acuerdo en que se resuelven bastantes. Debido a que los asuntos del divorcio y el
nuevo casamiento han sido evitados en el pasado reciente, hay poco material sustantivo a
disposicin. Los comentaristas lo discuten brevemente, de paso, cuando tocan los pasajes
pertinentes en la Biblia. De vez en cuando se oye algn sermn que toca algunas de las
cuestiones fciles. Pero, de modo fundamental, la direccin de la Iglesia ha ido a la deriva,
y los miembros la han seguido.
Cuando hace veinticinco aos empec oficialmente mi ministerio como pastor de
una iglesia en la seccin occidental de Pennsylvania, los cristianos apenas hablaban del
divorcio y el nuevo casamiento. No es que estas cuestiones fueran tab; es que no pareca
que fuera necesario. Aparte del libro de John Murray, virtualmente nadie escriba sobre
estas cuestiones. Hoy, naturalmente, los estantes de las libreras cristianas estn atiborrados
de libros sobre el matrimonio y el divorcio, aunque uno pierde las ganas de seguir leyendo
la mayora de ellos una vez ha dado una ojeada a varias pginas. Pero en aquellos tiempos
las cosas eran as. Por qu?.
No veamos la necesidad de discutir la familia por cierto nmero de razones. En
primer lugar, estbamos liados en una lucha de vida o muerte con el modernismo o
liberalismo, y estbamos perdiendo la mayora de las batallas. Las instituciones cristianas a
docenas caan en mano modernistas; los conservadores eran echados de sus iglesias, en
tanto que las denominaciones, una tras otra, pasaban bajo el control de lderes no creyentes.
La radio (la TV religiosa estaba slo en su comienzo) perteneca a los modernistas. Los
evolucionistas iban a la cabeza. Los conservadores estaban sentados frente a sus iglesias,
cados y vendndose las heridas. La lucha era encarnizada por todas partes, y pocos los
recursos o el personal. En realidad, en comparacin con la abundancia de materiales de
hoy, se publicaban muy pocos libros de cristianos. Las grandes editoriales las dirigan los
80 En mi opinin, sta es una de las razones por la que muchos libros sobre el divorcio no han dado en el
blanco.
281
dos) creci sabiendo que estaba a favor del matrimonio, aunque no saba por qu.
Bblicamente ramos analfabetos respecto a la familia, el matrimonio, el divorcio y el
nuevo casamiento.
Hoy se ven muchas diferencias: la gente ya no piensa tanto que la bandera
norteamericana, la maternidad y la tarta de manzana sean intangibles. Los jvenes han visto
quemar la bandera, los adherentes a la ERA y las lesbias han denunciado la maternidad, y
espero que el FDA o el cirujano general, uno de esos das, va a prohibir la tarta de manzana
como peligrosa para la salud. Los tiempos han cambiado. La familia no ha quedado
inmune; junto con otros valores axiomticos, el suyo ha sido puesto en duda. En realidad, la
familia est sometida a serios asaltos; no es de extraar que haya tantos divorcios!
Los matrimonios de tipo abierto y otra docena de variedades son defendidos en las
escuelas; los programas de TV han popularizado el divorcio y el nuevo casamiento, lo han
hecho aceptable y an lo glorifican; y a los jvenes se les dice que el matrimonio es una
invencin humana y que ahora ya no es necesario cuando hemos llegado a la mayora de
edad. Se nos dice que ha dejado de ser til y que en el mejor de los casos es inofensivo, si
bien innecesario, un vestigio o reliquia del pasado. Estamos ya ms all de la necesidad de
un matrimonio para que controle la vida humana. Si hoy es ms conveniente no casarse,
cuando ya no somos tan cndidos sobre los mtodos anticonceptivos, pues uno deja de
casarse. Despus de todo, el matrimonio tiene sus inconvenientes, no? Y si el hombre lo
invent como una conveniencia, ahora que estn a disposicin la pldora y los abortos a
peticin legales, el hombre puede prescindir del matrimonio, pues ya no es necesario.
Bajo esta clase de ataque por parte de telogos modernistas, los polticos, maestros,
mdicos y otros, la juventud cristiana est confusa. Han crecido sin una instruccin bblica
slida, positiva, sobre el matrimonio, tanto de sus padres como de la Iglesia, y ahora
sucumben al bombardeo de estas ideas negativas sobre el matrimonio y la familia.
Esta nueva situacin exige una nueva respuesta de la Iglesia y del hogar cristiano. Hemos
de aprender a discutir los elementos bsicos del matrimonio y del divorcio. Ya no podemos
seguir dependiendo de instituciones sociales para que lo hagan por nosotros. (En realidad
nunca han podido. Siempre han apoyado el matrimonio por razones no bblicas y, por tanto,
han sembrado la semilla de su destruccin.) Si no lo hacemos nosotros, podemos estar
seguros de que el mundo les va a ensear sus ideologas. Y ahora que el mundo ha salido de
su escondrijo, abiertamente expresa las ideas de la nueva normalidad que ya estaban
presentes antes, pero debajo de la mesa. Es imposible, pues, que los cristianos se queden
mano sobre mano en tanto que nuestra juventud va siendo corrompida.
En pocas anteriores, cuando tenamos entablada la batalla con el modernismo,
cuando los recursos eran tan limitados y cuando la sociedad abiertamente apoyaba algo
similar a los ideales cristianos del matrimonio y el divorcio, poda ser fcil dejar dormir
toda la cuestin. Adems, como haba tan poco divorcio, en general (y especialmente en la
Iglesia), el divorcio representaba una tentacin en la cual la Iglesia no se crea que iba a
tropezar. El creyente cansado de luchar poda fcilmente razonar (con alguna justificacin):
Por qu defenderse contra el perro si est durmiendo? Quin lucha contra la familia,
despus de todo? Por qu preocuparse de este tema? Pero, aunque entonces no era del
todo errneo hablar de esta forma, quin puede dejar de ver que hoy es falso? La guerra
que luchamos hoy es en un frente distinto: el frente pasa por el hogar.
En cierta forma, pues, estamos en mejores condiciones que nunca antes. Este ataque
ms abierto, menos sutil, sobre la familia, ha forzado a la Iglesia a volver a la Biblia y
renovar el estudio del matrimonio y el divorcio, que haba sido descuidado durante tanto
283
tiempo. Esto, desde el punto de vista de su responsabilidad, es algo bueno (aunque las
razones de la presin que se le hace son muy tristes).
A menos que nos lancemos ahora a mostrar lo que tenemos ya no podemos
esperar ms, todos los valores cristianos quedarn arrastrados. Y la prxima generacin
de cristianos va a crecer como los infieles, siguiendo sus sentimientos sobre estas materias,
en vez de seguir sus responsabilidades bblicas.
Consideremos ahora un factor ms. En aquellos das, yendo hacia atrs todo lo que
puedo recordar, muchas iglesias no trataban los asuntos del divorcio y el nuevo casamiento,
porque (como apunt) esta cuestin no tena importancia. El divorcio era virtualmente
desconocido entre cristianos hasta hace unos veinticinco aos. Por ello, la Iglesia poda
cerrar los ojos sobre el tema. Era conveniente, porque el divorcio estaba embrollado y los
pasajes bblicos no se mostraban fciles de entender. Entonces, tambin, los nuevos con
vertidos eran pocos, de modo que haba menos personas ya divorciadas que entraban en la
Iglesia, de las que entran hoy. Adems, la sociedad (como hemos dicho) no vea con buenos
ojos el divorcio, y las leyes presentes hacan el divorcio difcil, de modo que tambin haba
menos fuera de la Iglesia. Las iglesias conservadoras, respaldadas por esta postura tica de
la sociedad, en general, tenan muy pocos casos que resolver. En general seguan una
poltica de no intervencin. Haba algunas excepciones, naturalmente. Pero, en conjunto,
las iglesias conservadoras se mantenan en una ignorancia feliz, por encima de estos
asuntos srdidos y mundanos, y no tenan por qu dedicar tiempo y sudor a estudiar y
resolver los problemas desconcertantes y desagradables relacionados con toda esta rea.
Pero hubo un rudo despertar cuando las cosas dieron media vuelta; la nueva moralidad sac
ventaja y se proclam victoriosa, y la Iglesia, pillada desprevenida, no supo qu decir.
La Iglesia pudo fcilmente mantener su actitud de yo soy ms santo que t
cuando haba tan pocos casos con que enfrentarse (o sea, que podan ser esquivados). Estos
casos solan darse en vidas que haban naufragado, despus de todo. Y se pensaba: No
son estos casos sospechosos?
Algunos divorciados consiguieron sobrevivir a este tratamiento por su cuenta. Otros
se fueron, quin sabe adonde? Muchos se eliminaron de la primera fila, nada de cargos, de
ensear, incluso de cantar en coros, porque eran divorciados, y, as, pasaron a ser
ciudadanos de segunda clase en el reino de Dios.82
Y la mayora de pastores nunca, en ningn caso y bajo ninguna circunstancia, volva
a casar a las personas divorciadas; sta era la actitud general. Los pastores defendan con
xito sus posiciones atrincheradas en mtodos y reglas, o sea, poltica operativa: Me sabe
mal, pero nosotros no casamos a las personas divorciadas. No se haca pregunta alguna
sobre el pasado; haba ocurrido un divorcio y esto era bastante! Este tipo de actitud no ha
desaparecido del todo. Hoy persiste todava en algunos puntos, y ciertamente va siendo
reforzada por medio de enseanzas que circulan por todo el pas.
De modo que todo esto hemos de tenerlo en cuenta como fondo para nuestra
discusin. Es as que hemos llegado al punto en que estamos. Bien, y si es as, dnde
estamos?
82 Con frecuencia importaba poco el que fueran inocentes o culpables, el que el divorcio fuera legtimo
bblica- mente o no lo fuera; el ser divorciado bastaba para descalificar a uno (a pesar del arrepentimiento,
ofrendas, etc.).
284
Vivimos en una cultura ambiental en transicin. Vivimos en unos das en que todos
los valores son discutidos (tanto dentro como fuera de la Iglesia). Han sido arrancados de
raz, echados al aire, y ahora empiezan a posarse como una ensalada mezclada toda ella.
1) Los cristianos estn confusos. No saben seguro lo que han de creer.
2) No saben lo que es tradicin y lo que es bblico.
3) Quieren rechazar las tradiciones de los hombres en favor de una posicin ms
bblica.
4) Pero no saben dnde hallar la ayuda que necesitan. Personalmente, esto me
gusta a m.
Hay oportunidades para pensar bblicamente, de nuevo, sin los estorbos de
prejuicios, que realmente no tienen base para que sean aceptados por personas que quieren
pensar de modo bblico. Es un momento magnfico en que ministrar la palabra. Con todo,
tiene sus propias tentaciones. El radicalismo de la clase que lo echa todo, lo bueno y lo
malo prospera en perodos as. El miedo al radicalismo, por otra parte, ahoga los cambios
buenos y el verdadero progreso en el pensamiento. Pero no hemos de permitir que los
extremos impidan el progreso en entender y aplicar las Escrituras. La gran ventaja de un pe
rodo as es que los cristianos conservadores estn dispuestos a prestar atencin seria a los
nuevos puntos de vista, con tal que sean realmente bblicos. Mi propsito en este libro es
explorar las Escrituras y llegar a posiciones ms concretas y ms definidas de carcter
bblico. Quiero ser tan bblico como pueda. El lector puede decidir si lo he conseguido o
no.
No hay otra posibilidad. La Iglesia est sufriendo. Las personas divorciadas son una
avalancha en nuestras congregaciones. Los nuevos casamientos tienen lugar por todas
partes. Es recto? Es malo? Sobre qu base se trata a las personas divorciadas? Estas
preguntas y otras muchas similares no pueden ya ser descartadas, no se puede hacer a las
mismas odos sordos. Por el hecho de que creo tener algunas respuestas (aunque no todas),
considero que no debo abstenerme en intentar aclarar tantos problemas como pueda. El
lector tiene en las manos el fruto de mis esfuerzos.
Dije antes que me gusta el hecho de que la Iglesia no puede ya evitar tratar esta rea
durante ms tiempo. Esto es verdad; la frecuencia de las preguntas y la enormidad del
problema presente ha llevado a innumerables peticiones de que se escriba un libro as.
Reconozco que este libro llega demasiado tarde para ayudar a muchos. Pero quiz
podemos recobrar algo y evitar ms traspis.
Reconozco, tambin, que hay muchas personas que preferiran barrer el problema
dejando todo el polvo bajo la alfombra. Este hecho no va a detenernos. Ni debera frenarnos
el peligro implicado. Hablo de peligro a propsito. Hay algunos quiz ms de lo que
parece para los cuales sta es la ms explosiva de todas las cuestiones. La murmuracin,
el cisma, incluso el adulterio (tal como ellos lo ven), todo les parece perdonable; pero el
divorcio? Nunca! Es un asunto altamente cargado de pasin para ellos, y pasan un mal rato
incluso reconsiderando de nuevo lo que la Biblia tiene por decir sobre el divorcio y el nue
vo casamiento debido a sus emociones exacerbadas. Es por esto que hay algn peligro al
escribir sobre el divorcio y el nuevo casamiento. Deseara que si el lector es uno de estos
cuyos sentimientos sobre el tema son intensos, hiciera por lo menos tres cosas:
1) No me descartara sin ms. Me escuchara y considerara seriamente lo que tengo
285
4
UNA ACTITUD BBLICA SOBRE EL DIVORCIO
En contra de algunas opiniones, el concepto del divorcio es bblico. La Biblia
reconoce y regula el divorcio. Hay ciertas provisiones hechas sobre l. Esto ha de ser
afirmado claramente y sin vacilacin. Como el divorcio es un concepto bblico, usado y
mencionado frecuentemente en las pginas de la Biblia, los cristianos deben hacer todo lo
que puedan para entenderlo y ensear lo que Dios, en su santa palabra, dice sobre el mismo.
Adems, la Iglesia tiene la obligacin de aplicar a los casos reales de divorcio, los
principios que hay en la Escritura respecto a ste.
Hay algunos, no obstante, que conciben el divorcio de forma que, si se siguiera su
modo de pensar, se llegara a la conclusin de que la Biblia no hace provisin alguna para
el divorcio, sino que (ms bien) slo lo condena y lo denuncia. Uno llegara a creer que las
Escrituras no dicen nada absolutamente nada positivo sobre el divorcio. Sin embargo,
como hemos visto, Jos (un hombre justo) no era condenado por tener la intencin de
divorciarse de Mara. De modo que tienen que haber ms en la cuestin del divorcio de lo
que algunos creen.
Para empezar, quede bien claro el hecho de que ni la Biblia guarda silencio sobre el
tema del divorcio, ni siempre, bajo cualquier circunstancia, y para todos, condena el
divorcio. Esto debe dejarse bien establecido desde el principio.
Aunque se dice de Dios, de modo enftico, l aborrece el repudio (divorcio)
(Malaquas 2:16), esta afirmacin no debe tomarse de modo absoluto en el sentido que no
hay nada en el divorcio que no pueda considerarse de otro modo que detestable, porque l,
l mismo, dice tambin: ...vio que por haber cometido adulterio la apstata Israel, yo la
haba despedido y le haba dado carta de repudio (divorcio) (Jeremas 3:8).
Si Dios mismo haba entrado en un proceso de divorcio con Israel, es un error
indudable el condenar todo divorcio por el hecho de serlo, sin ms consideracin. Es
evidente por este pasaje (y por el pasaje de Mateo 1) que algunas veces, en algunas formas,
para algunas personas, bajo ciertas circunstancias, el divorcio es del todo apropiado y no es
objeto del aborrecimiento de Dios.
286
Es por completo cierto que Dios aborrece el divorcio. Pero l no aborrece todos los
divorcios de la misma manera ni aborrece cada aspecto del divorcio. l aborrece lo que
ocasiona todo divorcio, incluso aquel que l dio a la pecadora Israel. l aborrece los
resultado que con frecuencia resultan de l para los hijos y la parte ofendida del divorcio,
pero esto no le detuvo de desear el divorcio en Esdras 10:11, 44. Y l aborrece los
divorcios obtenidos impropiamente sobre bases que l no sanciona. Ciertamente, l no
condena o aborrece los procedimientos del divorcio per se, es decir, el divorcio como un
proceso. Ni tampoco aborrece el divorcio cuando es obtenido conforme a los principios y
reglas establecidas en las Escrituras y que l sigue en sus tratos con la infiel Israel.
Creo que con esto ya se ve que el asunto no puede tratarse de modo demasiado
simplista. El decir, pues: No quiero tener nada que ver con personas divorciadas es
hablar de modo irresponsable y, adems, le pone a uno en la posicin poco deseable de no
tener nada que ver con Dios! (Es indudable que Dios se divorci de Israel!)
La actitud que uno tiene es importante, porque esta actitud se va a manifestar en los
tratos con las personas divorciadas. Si descubres que t tienes una actitud pobre, como es
posible si has crecido en un clima totalmente opuesto al divorcio, vas a hallar que entorpece
tu trabajo al aconsejar a aquellos que tienen la intencin de divorciarse, as como tu trabajo
con aquellos que son divorciados y tu enfoque de aquellos que quieren volverse a casar.
Es importante, pues, desarrollar una actitud bblica equilibrada hacia el divorcio: por
una parte, aborrecer todas las cosas que Dios aborrece sobre el divorcio, si bien
reconociendo que en este mundo pecaminoso hay situaciones en que (como Dios mismo ha
demostrado) puede que sea necesario conseguir un divorcio.83 Tu posicin, evidentemente,
va a afectar tu actitud. De modo que es del todo importante entender y adoptar una posicin
verdaderamente bblica.
Hay acerca del divorcio y los divorciados muchas actitudes equivocadas en las
iglesias conservadoras. A juzgar por la forma en que algunas tratan a las personas
divorciadas, podra creerse que piensan que stos han cometido el pecado imperdonable.
Dejemos claro, pues, que los que obtienen un divorcio de modo pecaminoso (sin motivos
justificados) no deben ser excusados por lo que han hecho: un pecado. Pero, precisamente
porque es pecado, es perdonable. El pecado de divorciar a un cnyuge por motivos no
bblicos es malo, no slo por la miseria y dolor que ocasiona, sino especialmente porque es
una ofensa contra el santo Dios. Pero no queda grabado de modo indeleble en la vida del
pecador, de modo que no pueda ser lavado y borrado por la sangre de Cristo.
Realmente, es notable descubrir que en estas listas de pecados aborrecibles (1.a
Corintios 6:9, 10; Apocalipsis 22:15; Calatas 5:19-21) el egosmo, la envidia y algunos
otros quizs inesperados (como la murmuracin) ocupan un lugar al lado de la embriaguez,
la idolatra, el homicidio y la homosexualidad, pero no se menciona en ningn punto el
pecado del divorcio ilcito.
El que haga notar este hecho no es debido a que piense, por un momento, que es
tolerable un divorcio impropio, o un divorcio adquirido de modo pecaminoso; el divorcio
ilcito es pecado y tiene que ser etiquetado y condenado como tal. No; mi propsito al
83 Ver tambin Esdras 10:2, 3, 11, 19 Aqu queda claro que fue hecho un pacto con Dios para divorciar a
las esposas extranjeras. Y se dice de modo explcito que esto se hizo para honrar a Dios, haciendo lo que
El quiere (v. 11). Fue hecho en fe, en un perodo de arrepentimiento (ver. v. 19), en un pacto con Dios.
Ciento trece divorcios tuvieron lugar como resultado del arrepentimiento, para honrar a Dios. Sin duda, no
todo divorcio es malo en s, si bien todos los divorcios stos incluidos son ocasionados por el pecado.
287
supiramos los hechos, sin embargo, el divorcio, por indeseable que sea, quizs es la nica
opcin que les queda. Las respuestas as ayudan a otros a ver la situacin de una forma
realista, afectuosa, bblica, que proporciona la respuesta apropiada para centrarse en los
datos, ms bien que en las emociones y los sentimientos. Sin duda, incluso el divorcio
puede ser discutido de esta manera.
289
SEMINARIO INTERNACIONAL
TEOLOGICO BAUTISTA
ETICA CRISTIANA
PRINCIPIOS DE JESUS
ASOCIADOS AL AMOR
Profesor
Toms Mackey
290
1. Para Jess la ley ms importante de la vida es amar a Dios con todas las fuerzas que el ser humano es capaz
de tener, y amar al prjimo como a uno mismo.
Estos dos mandamientos estaban ya enseados en el Antiguo Testamento (Dt 30: 6 y Lev 19:18), pero Jess
los vincul de una manera muy profunda y resumi todo el contenido de la religin y de la tica con ellos dos.
2. Jess ensea que el centro de la experiencia cristiana se resume en el mandamiento de amar a Dios y al
vecino.
3. El amor, en efecto, se presenta como la virtud caracterstica de la fe cristiana.
La importancia y la supremaca del amor est definida por Jess mismo, tanto en su declaracin
explcita de Mat 22: 34-40, como en su estilo de vida.
40. De estos dos m andam ientos dependen toda la Ley y los Profetas.
4. Para Jess el amor a Dios es inseparable del amor al ser humano, por lo que la falla del amor al prjimo es
una prueba evidente de la ausencia de un genuino amor a Dios (Vase tambin 1 Jn 4: 20).
1 Juan 4:20 Si alguien dice: "Yo amo a Dios" y odia a su hermano, es mentiroso. Porque el
que no am a a su hermano a quien ha visto, no puede am ar a Dios a quien no ha visto.
Lo inverso tambin es cierto, el amor al ser humano es inseparable del amor a Dios. Quien no ama a
Dios no puede practicar un amor profundo al ser humano.
5. Los mandamientos de amar a Dios y al prjimo son muy pocos legales. No prescriben ni prohiben
ninguna accin particular. Se aplican eternamente a la disposicin con la cual un ser humano deber amar a
Dios y a su prjimo, por lo que su autntico cumplimiento dependera de la voluntad humana dispuesta a
obedecerlos.
291
6. Por lo tanto, lo central de la tica de Jess no est en el cumplimiento de una ley, sino en una
transformacin muy profunda del corazn, que conduce a una reforma radical de la conducta exterior. Vale
decir que su tica no se funda en la forma de una ley exterior sino en un principio de vida interior.
7. Jess indica que el amor a Dios es lo primero. Slo el amor puede dar al ser humano su sentido ms hondo
y amplio.
8. El poder para amar al semejante deriva principalmente del amor de Dios por el ser humano y tambin del
amor de ste por Dios.
9. En un sentido profundo el amor al prjimo es una expresin prctica del amor a Dios.
10. Jess escoge para hablar del amor una palabra griega muy especial, agape. Con ella el Seor marca
una diferencia esencia con otros tipos de amor.
No se refera Jess al amor pasional, ni al amor de la familia, ni siequiera al amor que se recibe en
la familia.
Jess dara al amor un nuevo y original sentido.
Para El el amor ms profundo, al cual alude, es el que se brinda y sin esperar nada a cambio.
11. Dios practic ese amor con los seres humanos, porque sin que lo merezcamos, y sin esperar de ellos
nada a cambio, El dio a su Hijo por el bien de todos (Jn 3: 16).
12. El amor a Dios y el amor al prjimo constituyen el resumen ms perfecto de la tica de Jess porque en
algn sentido todas las dems cosas que se requieren estn contenidas en esas dos expresiones del amor.
13. En realidad el mandamiento de amar al prjimo ya exista en el AT. Puede preguntarse en qu sentido el
mandato de amar es novedad. Es novedad porque el parmetro o referente de amor que el que ama tiene en
cuenta ha variado. El mandato del AT ensea que se amar al prjimo como se ama cada uno a s mismo,
mientras que Jess ensea que se amar al prjimo como Jess lo am. La diferencia es abismal.
14. El nuevo mandamiento no slo es amar sino que es ser semejantes a El en un amor sin lmites como el
suyo.
15. El que ama al prjimo como a si mismo limita su amor a su propio egoismo, pero el que ama al otro
como lo hizo Jess lo ama en el sentido ms pleno del trmino.
16. Amar a Jess como El nos am es la caracterstica distintiva de la tica del Evangelio. (Robertson)
La auto-entrega total es la caracterstica de la tica de Jess (Manson).
17. Jess profundiza el mero cumplimiento legalista del mandamiento y establece un nuevo paso, ahora debe
amarse como El am, y no slo como naturalmente se ama uno a uno mismo.
18. La suya (de Jess) es una forma de vida basada en una relacin de entrega al prjimo permanente. Lo
que aprenden sus discpulos no es slo una doctrina sino principalmente un comportamiento.
19. No van a comunicar a la humanidad una especulacin sobre Dios. Van a mostrar la posibilidad del
amor (Mateos-Barreto)
292
Lucas 6:27-31 "Pero a vosotros los que os, os digo: Amad a vuestros enem igos y haced
bien a los que os aborrecen; bendecid a los que os maldicen y orad por los que os maltratan.
Al que te hiera en la mejilla, presntale tambin la otra; y al que te quite el manto, no le niegues la
tnica. A cualquiera que te pida, dale; y al que tome lo que es tuyo, no se lo vuelvas a pedir.
"Y como queris que hagan los hombres con vosotros, as tambin haced vosotros con ellos.
6. La oracin intercesora en favor del enemigo es lo sumo porque en la oracin nos ponemos al lado del
enemigo, estamos con l, junto a l, en favor de l, delante de Dios
Si bien la oracin por los enemigos es la demostracin ms perfecta del amor por ellos, tambin es
el mejor camino para procurarlo.
7. Uno no debe esperar a amar a los enemigos para orar por ellos, debe orar por ellos para aprender a
amarlos como Jess quiere y lo hizo El mismo (Luc 23: 54; ver Hech 7: 60).
Lucas 23:34 Y Jes s deca: -- Padre, perdnalos, porque no saben lo que hacen. Y
partiendo sus vestidos, echaron suertes.
Hechos 7:60 Y puesto de rodillas clam a gran voz: -- Seor, no les tom es en cuenta
este pecado! Y habiendo dicho esto, durmi.
Cuanto ms le hacemos el bien a otros, ms amor le tenemos. La Biblia dice: Donde est vuestro tesoro,
all estar tambin vuestro corazn (Mateo 6: 21).
3. La tercera regla es reconocer que Jess est de alguna manera en la persona que se quiere amar.
Cristo es una presencia viva dentro de la persona que nos confronta en su necesidad.
Cmo amar a los enemigos?
1. Lo primero que tenemos que hacer es comenzar analizndonos a nosotros mismos?
Muchos no nos amarn por superficialidades.
Pero despus de mirarlas, debemos llegar a la conclusin de que podemos disgustar a alguien, por:
alguna razn de nuestra personalidad
por algo hecho en el pasado y que no perdonamos
Algo puede haber en nosotros que motive la respuesta del otro.
2. Lo segundo es descubrir el elemento de bien en nuestro enemigo.
3. Cuando se presente la oportunidad de vencer a tu enemigo, esa es la oportunidad en que conviene no
hacerlo.
4. El odio intensifica el odio, la violencia produce nueva violencia, slo el amor rescata.
5. El odio no slo daa al odiado, destruye la personalidad del que odia.
6. El amor tiene en si mismo un poder redentor.
III. El principio de hacer a los dems lo que queremos que hagan con nosotros.
Lucas 6:31 Y com o queris que hagan los hom bres con vosotros, as tambin haced
vosotros con ellos.
Mateo 7:12 As que, todo lo que queris que los hom bres hagan por vosotros, as
tambin haced por ellos, porque esto e s la Ley y los Profetas.
1. Jess formula en forma positiva lo que ya se conoca desde la antigedad pero en trminos negativos.
2. Por lo tanto su principio supera ampliamente el ya practicado de no hacer a los dems lo que nos fastidia.
En el principio de Jess no se trata de no hacer lo que nos disgusta, se trata de actuar con los otros
como uno deseara que actuaran con uno mismo.
3. Este principio obliga a usar el gusto personal no en beneficio propio, sino en el de los dems.
4. Jess ensea a colocarse en el lugar del otro y a preguntarse, Cmo me gustara que me trataran en esta
situacin?
5. El principio recomienda pensar en trminos de lo mejor para el otro.
Lo mejor es medido con honestidad por nosotros mismos, porque lo que debemos ofrecerle es lo
que queremos que hagan con nosotros.
294
6. Jess no habla aqu de un desconocimiento de la falta, ni reprime todo esfuerzo por lograr cambiar lo que
est mal.
7. Jess no contradice el principio justo de la retribucin.
8. Tampoco desconoce el dolor y la angustia que provocan las injusticias y cualquier tipo de agresin.
9. Lo que si hace es condenar el espritu de venganza, o la represalia descontrolada para proponer el
principio de la aceptacin de la injusticia sin venganza ni reparacin.
10. El mandato de Jess a no resistir el mal no debe propiamente usarse para justificar la debilidad
temperamental, ni la transigencia moral, ni la anarqua poltica. En cambio, lo que Jess demanda aqu de
todos sus seguidores es una actitud personal hacia los que hacen mal que est inspirada en la misericordia y
no en la justicia, que renuncia a la venganza en forma tan total que se arriesga a un sufrimiento mayor y ms
costoso, que nunca est dominada por el deseo de causarles dao sino siempre por la determinacin de
proporcionarles el sumo bien. (Stott).
11. El principio apunta a la superacin de lo que el otro me causa por va de lo positivo, por va de la
misericordia.
12. Luther King:
Un hecho bsico que caracteriza la no violencia es que no busca derrotar o humillar a su oponente,
sino ganar su amistad y comprensin.
La resistencia no violenta, evita no slo la violencia fsica externa, sino tambin la violencia
interna del espritu. El resistente no violento no slo rechaza golpear a su enemigo, sino que tambin rechaza
odiarlo.
Estoy convencido de que aun los temperamentos ms violentos pueden ser canalizados a travs de
las disciplinas no violentas, el movimiento se est moviendo, si ellos pueden actuar constructiva
mente y expresar su ira muy legtima a travs de un canal efectivo.
Estoy tambin consciente de las debilidades y fallas humanas que existen, las dudas de la eficacia
de la no violencia, y la defensa de la violencia por algunos. Pero aun estoy convencido de que la no
violencia es todava la va ms sana prcticamente y moralmente excelente para vencer el viejo problema de
la injusticia racial.
Como me gusta decirle a las personas en Montgomery, la tensin en esta ciudad no es entre la
gente negra y la gente blanca. La tensin es, en el fondo, entre justicia e injusticia, entre las fuerzas
de luz y las fuerzas de las tinieblas.
Debemos reconocer que el mal que nuestro vecino enemigo nos hizo, lo que ms nos doli de l,
nunca expresa todo lo que l es. Un elemento de bondad puede encontrarse aun en nuestro peor enemigo.
Cada uno de nosotros es algo de una personalidad esquizofrnica trgicamente dividida contra s misma.
La obscuridad no puede manejar a la obscuridad, slo la luz puede hacerlo. El odio no puede
manejar el odio, slo el amor puede hacerlo. La cadena en reaccin del mal -el odio que reclama odio,
guerras produciendo ms guerra- debe quebrarse o estaremos conectados al abismo de la aniquilacin.
De alguna manera debemos poder decir a nuestros enemigos ms rencorosos y cidos lo siguiente:
A vuestra capacidad para infligir el sufrimiento, opondremos la nuestra para soportar el sufrimiento. A
vuestra fuerza fsica responderemos con la fuerza de nuestras almas. Haced lo que queris y continuaremos
amndoos. En conciencia, no podemos obedecer vuestras leyes injustas, porque la no-cooperacin
296
con el mal es, igual que la cooperacin con el bien, una obligacin moral. Metednos en la crcel, y an os
amaremos. Arrojad bombas en nuestras casas, aterrorizad a nuestros hijos, y os amaremos todava. Enviad
en plena noche a nuestras comunidades a vuestros bandoleros para nos apaleen y nos dejen medio muertos, y
an os amaremos.
Hablamos elocuentemente sobre nuestro compromiso a los principios del cristianismo, y todava
nuestras vidas estn saturadas con las prcticas del paganismo. Proclamamos nuestra devocin a la
democracia, pero tristemente practicamos lo opuesto del credo democrtico. Esta extraa dicotoma, este
golfo agonizante entre lo que se debe y lo que es, representa el tema trgico del peregrinaje terreno del ser
humano.
El ser humano es un hijo de Dios, hecho a su imagen, y por lo tanto debe ser respetado como tal.
Hasta que los hombres vean esto en todas partes, hasta que las naciones lo vean en todas partes,
estaremos peleando guerras.
Hemos aprendido a volar en el aire como los pjaros, y nadar en el mar como los peces, pero no
hemos aprendido el simple arte de vivir juntos como hermanos. Nuestra abundancia no nos ha trado ni paz
de mente ni serenidad de espritu.
Si hemos de tener paz sobre la tierra, nuestras lealtades deben llegar a ser ecumnicas ms que
sectoriales. Nuestras lealtades deben trascender nuestra raza, tribu, clase, y nuestra nacin,
y esto significa que debemos desarrollar una perspectiva mundial.
La verdadera paz no es meramente la ausencia de tensin, es la presencia de justicia y hermandad.
1. Jess se confronta aqu con los fariseos y los escribas, quienes le presentan una serie de conflictos legales
(tema ya planteado en 2: 23-28 y 3: 1-6).
2. La cuestin especfica giraba en torno de una de las ordenanzas de la tradicin de los ancianos.
Con esta ltima expresin se aluda al conjunto de sentencias, enseanzas y decisiones de los
rabinos que formaron el cuerpo de prescripciones que constituan una ley en s misma, con igual peso, o a
veces mayor en la prctica, que la ley de Moiss misma.
3. En el presente relato la discusin refiere al lavamiento de las manos antes de comer, que era un acto de
purificacin ritual que estaba regulado por una gran cantidad de prescripciones.
4. Debe aclararse que los fariseos no deben identificarse rpidamente con lo que hoy llamamos hipcrita.
Para muchos el factor motivador de la conducta no era la apariencia, sino el deseo de cumplir
estricta y fielmente la ley de los padres a los efectos de obtener el favor y la salvacin de Dios, y tambin la
santidad con la cual acelerar la venida del Mesas.
5. Sin embargo Jess critica duramente los excesos legalistas de sus interlocutores.
6. El Seor reacciona fuertemente en contra de la piedad externa del legalismo y fomenta la moralidad que
procede del corazn y del convencimiento interno.
7. Deja bien en claro, adems, que su tica es la tica de la obediencia nacida del corazn.
8. Jess fundamenta su crtica diciendo que la actitud legalista conduca al extremo de abandonar el mandato
divino para conformarse al humano.
Ilustra sus palabras con el ejemplo del voto del Corbn.
Mediante este voto un judo poda realizar una ofrenda al templo y convertirla en
sagrada con lo cual ese objeto ya no poda ser usado con un fin profano, ni siquiera para beneficiar
a sus padres.
Con el tiempo esa accin result en una forma de asegurar la tenencia de muchos
bienes, aunque luego no se entregaran para el servicio en el templo.
9. Estos excesos fueron rechazados categricamente por Jess, quien pone el amor por sobre todos los otros
requisitos.
298
Es tan claro al respecto que indica a los fariseos y escribas que cualquier
legalismo que perjudique al amor al prjimo, en este caso el Corbn, por el cual negaban la ayuda a
sus padres, invalida la palabra de Dios (7:13).
10. Jess corrige a los fariseos con una frase de los profetas, quienes con frecuencia insistan en el mismo
tema, este pueblo de labios me honra, mas su corazn est lejos de m (7: 6).
11. El culto dirigido a Dios no deba ser slo exterior, tena que ser acompaado por una conciencia recta, y
por una prctica de la misericordia nacida del corazn.
12. Tampoco complace a Dios el cumplimiento legalista de las prescripciones humanas, sin la
correspondiente pureza de corazn.
13. El corazn es el factor decisivo, es necesario purificarlo para que nazcan pensamientos y acciones
humanas.
14. La obediencia a ordenanzas, aun la estricta, no necesariamente es el reflejo de un corazn sincero, ni
tampoco lo purifica.
15. La obediencia que Jess quiere es la que brota de un corazn contrito y humillado.
16. Cuando se impone el legalismo -cumplimiento de la ley al pie de la letra-, junto con la complacencia del
hombre en s mismo, surge la caricatura del fariseo.
17. La hipocresa que Jess les reprocha, no debe ser una desfiguracin intencionada, sino que puede
significar simplemente la contradiccin entre lo que aparece a los ojos de los hombres y la actitud interna tal
como Jess la juzga.
18. Lo que contamina al ser humano no es lo que est afuera sino el corazn que no est bajo el control
divino.
19. Con ello ha establecido Jess el principio decisivo de la moral, anclando la moralidad en la decisin
consciente del ser humano, al mismo tiempo que inserta la vida religiosa en el terreno moral y le da una
mayor interioridad.
Jess conoce el corazn humano cuyas tendencias son malas desde su juventud
(Gn 8: 21), aunque Dios creo al hombre a su imagen (Gn 9: 6).
Pese a la afirmacin de lo creado y de su bondad natural, pese a la alta
valorizacin del ser humano y de su imagen y semejanza divina, la experiencia de este mundo
muestra que el ser humano tiene una tendencia oscura y misteriosa hacia el mal, que es la fuente de la
inmoralidad, de los pecados y los vicios . . . es evidente un cierto pesimismo en le
enjuiciamiento moral del ser humano.
Ello est en relacin con las exigencias de conversin que proclama Jess y que
afectan a todos los oyentes sin distincin. (Schnackenburg).
299
SEMINARIO INTERNACIONAL
TEOLOGICO BAUTISTA
ETICA CRISTIANA
Caractersticas de la Etica
del Nuevo Testamento
Profesor
Toms Mackey
300
1. Etica de la comunidad.
Dios llama a una comunidad contracultural de discpulos para ser una orden
alternativo que se erige como un signo de los propsitos redentores de Dios en el mundo.
Hay referencias al individuo pero al mismo tiempo a la comunidad, o en todo caso al
individuo en comunidad. Ms que a transformar el mundo es ofrecer un orden alternativo.
2. Etica de cruz.
La cruz es el paradigma de lo que es ser fiel a Dios en este mundo, y por lo tanto es
el standard para la obediencia cristiana. Los cristianos somos llamados a ser fieles ms
que efectivos. Sus acciones van a ser juzgadas por su conformidad a la fidelidad a Jess.
3. Etica de la nueva creacin.
La comunidad de creyentes corporiza el poder de la resurreccin en el medio de un
mundo todava no redimido. Se comienza con el nuevo nacimiento, y se vive segn la
nueva criatura que es Cristo, como hombre nuevo.
4. Etica del ya est y del todava no.
El reino ya vino pero no est totalmente cumplido, en cierta manera crece, con lo
cual se reconoce cierto grado de no plenitud.
5. Etica del indicativo y del imperativo.
La tica comienza con lo que el Espritu ya hizo en nosotros, pero al mismo tiempo
hay una orden dada a nosotros de responsabilidad.
6. Etica que integra religin y tica.
Hay integracin entre el amor a Dios y la conducta externa e interna.
7. Etica que nace de la interioridad transformada.
No porque ignore la externalidad, sino porque aplica aun a las actitudes, y al ser
primero transformado por Cristo.
301
SEMINARIO INTERNACIONAL
TEOLOGICO BAUTISTA
ETICA CRISTIANA
ETICA DE JESUS
Profesor
Toms Mackey
303
LA ETICA DE JESUS
Por Toms Mackey
La Biblia es un manual de vida y de tica. Presenta a Jess como el verdadero paradigma de persona
tica. No se encontrar nada, ni nadie que sea tan tico, tan desafiante, tan ejemplar como Jess. Si se
desea una tica fecunda, profunda y practicable que construya al ser humano, nadie mejor que Jess.
Nadie con ms autoridad moral para hacerlo que El mismo.
Seguidamente se indicarn algunos (hay otros igualmente importantes) de los
principios ticos de Jess, que obviamente, deben ser rectores en la vida de todos sus
seguidores:
0. Para Jess la ley ms importante de la vida es amar a Dios con todas las
fuerzas que el ser humano es capaz de tener, y amar al prjimo como a uno mismo. Jess
ensea que el centro de la experiencia cristiana se resume en el mandamiento de amar a Dios y
al vecino. (Marcos 12: 30-31; Mateo 5: 43-44; Juan 13: 34)
Mateo 5: 43 "Habis odo que fue dicho: Amars a tu prjimo y aborrecers a tu
enemigo. 44 Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, y orad por los que os
persiguen;
Marcos 12: 30 Y amars al Seor tu Dios con todo tu corazn, con toda tu alma,
con toda tu mente y con todas tus fuerzas. 31 El segundo es ste: Amars a tu
prjimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento mayor que estos dos.
Juan 13: 34 Un mandamiento nuevo os doy: que os amis los unos a los otros.
Como os he amado, amaos tambin vosotros los unos a los otros.
Jess indica que el amor a Dios es lo primero. Slo el amor a Dios puede dar al ser
humano su sentido ms hondo y amplio. El poder para amar al semejante deriva principal
mente del amor de Dios por el ser humano y tambin del amor de ste por Dios. En un sentido
profundo el amor al prjimo es una expresin prctica del amor a Dios. Jess dara al amor un
nuevo y original sentido. Para Jess, el amor ms profundo, al cual alude, es el que se
brinda sin requerir mritos en el amado y sin esperar nada a cambio.
El mandamiento de amar ya era distintivo desde la antigedad, pero Jess lo
profundiza. El nuevo mandamiento no slo es amar sino que es ser semejantes a El en un
304
amor sin lmites como el suyo. El que ama al prjimo como a s mismo puede limitar su amor
a su propio egosmo, pero el que ama como Jess lo hizo ama en el sentido ms pleno del
trmino.
2. Adems del amor, Jess sostuvo el principio de actuar con los otros tal como uno
deseara que actuaran con uno mismo. (Luc. 6: 31). Jess respeta el gusto personal, pero
ensea a usarlo no en beneficio propio sino en el de los dems. Jess ensea a colocarse en el
lugar del otro y a preguntarse, cmo me gustara que me trataran en esta situacin?.
Seguramente ninguna de las acciones horrendas que se han cometido a lo largo de los siglos se
hubiera cometido siguiendo este principio.
Lucas 6: 31 "Y como queris que hagan los hombres con vosotros, as tambin
haced vosotros con ellos.
3. Jess est en contra de la propuesta de vida que hace de los bienes materiales el
bien supremo y que niega o distorsiona los valores morales y espirituales. (Mt. 6: 19-21). Su
propuesta apunta a valorar la calidad de vida y a colocar el carcter moral obediente a la
voluntad de Dios y el servicio sacrificial a los dems como prioridades fundamentales de la
vida. Jess no critica las posesiones en s mismas, ni el ahorro, ni demanda despreciar las
cosas buenas que fueron hechas para disfrutarlas. Lo que s hace es prohibir a sus seguidores
la acumulacin egosta de bienes; la vida extravagante y opulenta; la dureza de corazn que
no siente la necesidad colosal de los desheredados del mundo; la fantasa insensata de que la
vida de una persona consiste en la abundancia de los bienes que posee; y el materialismo que
ata nuestros corazones a la tierra (Stott).
Mateo 6: 19 "No acumulis para vosotros tesoros en la tierra, donde la polilla y el
xido corrompen, y donde los ladrones se meten y roban. 20 Ms bien, acumulad
para vosotros tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el xido corrompen, y donde
los ladrones no se meten ni roban. 21 Porque donde est tu tesoro, all tambin
estar tu corazn.
305
5. Jess ense que el comportamiento del cristiano debe ser tan digno de confianza,
y que su palabra debe ser de tal veracidad, y su honestidad tan caracterstica que no haga
falta ningn juramento. (Mt. 5: 34-37). El cristiano debe poseer la autoridad que da la
veracidad, hablada y vivida. Su palabra debe ser ms firme que un juramento.
Mateo 5: 34 Pero yo os digo: No juris en ninguna manera; ni por el cielo, porque
es el trono de Dios; 35 ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies; ni por
Jerusaln, porque es la ciudad del Gran Rey. 36 No jurars ni por tu cabeza,
porque no puedes hacer que un cabello sea ni blanco ni negro. 37 Pero sea
vuestro hablar, 's', 's', y 'no', 'no'. Porque lo que va ms all de esto, procede del
mal.
6. Jess sustituy el mandamiento del ojo por ojo y diente por diente por la tica
del perdn. Todo cristiano debe renunciar a la venganza y estar pronto para mostrar
misericordia y bondad incluso para con los que le han causado dao. Jess no habla aqu de
un desconocimiento de la falta, ni reprime todo esfuerzo por lograr cambiar lo que est mal.
Jess no contradice el principio justo de la retribucin. Tampoco desconoce el dolor y la
angustia que provocan las injusticias y cualquier tipo de agresin. Lo que s hace es condenar
el espritu de venganza, o la represalia descontrolada para proponer el principio de la
aceptacin de la injusticia sin venganza ni reparacin. (Mateo 5: 38-42 y 18: 21-22).
Mateo 5: 38 "Habis odo que fue dicho a los antiguos: Ojo por ojo y diente por
diente. 39 Pero yo os digo: No resistis al malo. Ms bien, a cualquiera que te
golpea en la mejilla derecha, vulvele tambin la otra. 40 Y al que quiera llevarte
306
Mateo 18: 21 Entonces Pedro se acerc y le dijo: --Seor, cuntas veces pecar
mi hermano contra m y yo le perdonar? Hasta siete veces? 22 Jess le dijo:
--No te digo hasta siete, sino hasta setenta veces siete.
7. Jess mostr un concepto del prjimo nuevo y radical. El prjimo es todo aquel a
quien podemos y debemos servir y amar, sin discriminacin de raza, cargo o religin. Puede
que nuestro prjimo sea un enemigo, pero aun as debemos amarlo.
Jess ensea que el amor a los enemigos debe expresarse con los hechos, con las palabras,
con las oraciones, y con actitudes concretas de servicio. (Mateo 5: 38, 43-44).
Mateo 5: 38 "Habis odo que fue dicho a los antiguos: Ojo por ojo y diente por
diente. 43 "Habis odo que fue dicho: Amars a tu prjimo y aborrecers a tu
enemigo. 44 Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, y orad por los que os
persiguen;
Mateo 18: 21 Entonces Pedro se acerc y le dijo: --Seor, cuntas veces pecar
mi hermano contra m y yo le perdonar? Hasta siete veces? 22 Jess le dijo:
--No te digo hasta siete, sino hasta setenta veces siete.
11. Jess ensea que su tica se basa en una escala de valores que impone un cambio
radical a los sistemas sociales que se caracterizan por la lucha por los puestos preferenciales
y por la ostentacin de grandeza. (Marcos 9: 33-37).
Marcos 9: 33 Lleg a Capernam. Y cuando estuvo en casa, Jess les pregunt:
--Qu disputabais entre vosotros en el camino? 34 Pero ellos callaron, porque lo
que haban disputado los unos con los otros en el camino era sobre quin era el
ms importante. 35 Entonces se sent, llam a los doce y les dijo: --Si alguno
quiere ser el primero, deber ser el ltimo de todos y el siervo de todos. 36 Y tom
a un nio y lo puso en medio de ellos; y tomndole en sus brazos, les dijo: 37 --El
que en mi nombre recibe a alguien como este nio, a m me recibe; y el que a m
me recibe no me recibe a m, sino al que me envi.
12. Su tica es tica de humildad y servicio. Jess se identifica con quien est
necesitado de ayuda por ser indefenso, dbil, irrelevante o sin prestigio para merecer el
cuidado de los dems. (Marcos 9: 33-37).
13. La tica de Jess es una tica de acercamiento y llamamiento a los pecadores.
El sabe que la voluntad divina es salvadora, y que El es quien da esa transformacin a todo
aquel que le sigue. (Mateo 9: 9-13).
309
Todo creyente que quiera vivir como El vivi debe sentir la misma pasin por los
pecadores y asumir la misma actitud para con ellos. Para Jess los pecadores se han alejado
de Dios, pero El mismo sale a su encuentro, los confronta con la posibilidad de un cambio
radical, los capacita para El mismo, y les ofrece la tremenda y maravillosa misin de seguirle
como discpulos comprometidos con toda su vida por su Seor.
Despus de todo Jess es siempre coherente con lo que se ensea; su actitud evidencia
la prioridad de la misericordia sobre toda obligacin cultural. El discpulo fiel que quiere
profundizar su compromiso tico procurar, por todos los medios (sobre todo con su estilo de
vida) mantener con los pecadores una relacin de amor y de desafo tal, que se convierta en
canal de la gracia salvadora de Cristo.
14. Jess ense una tica que vincula adoracin con la reconciliacin fraterna. Las
relaciones interpersonales son tan importantes que en algunos casos pueden hasta requerir la
interrupcin de la adoracin; la pureza de corazn es fundamental en la adoracin. (Mt 5: 23s)
Mateo 5: 23 "Por tanto, si has trado tu ofrenda al altar y all te acuerdas de que tu
hermano tiene algo contra ti, 24 deja tu ofrenda all delante del altar, y v, recon-
cliate primero con tu hermano, y entonces vuelve y ofrece tu ofrenda. 25
"Reconcliate pronto con tu adversario mientras ests con l en el camino; no sea
que el adversario te entregue al juez, y el juez al guardia, y seas echado en la
crcel.
310
Para Jess la armona entre los hermanos es algo ms que una cosa deseable, es uno de
los mayores desafos que el creyente debe plantearse. En realidad la calidad de las relaciones
interpersonales describe el nivel o la hondura de la espiritualidad de los creyentes y de la
comunidad como tal.
Una persona cuya vida interior est cargada de malos sentimientos, o que no puede
perdonar, o que no es capaz de buscar la reconciliacin, no puede adorar de verdad. Si aquel
que desea adorar a Dios fuera sincero, si lo moviera una espiritualidad genuina, lo primero
que hara sera hacer todo lo que est de su parte para mejorar la relacin con aquel que tiene
problemas.
15. Tan intenso es el inters del Seor por lograr que aquel que ha cado se restablezca
a una va plena que no duda en asumir un compromiso por ellos, aun a riesgo de su propia
reputacin. Jess vive una tica de profundas races rehabilitadoras de la persona humana
que ha cado en pecado. Ninguna persona queda al margen del poder rehabilitador de Jess.
Nadie tiene autoridad para desechar a aquel que Jess acepta, por lo menos como una
posibilidad de ser transformado. (Lucas 7: 36-50).
Lucas 7: 36 Uno de los fariseos le pidi que comiera con l; y cuando entr en la
casa del fariseo, se sent a la mesa. 37 Y he aqu, cuando supo que Jess estaba
a la mesa en casa del fariseo, una mujer que era pecadora en la ciudad llev un
frasco de alabastro con perfume. 38 Y estando detrs de Jess, a sus pies,
llorando, comenz a mojar los pies de l con sus lgrimas; y los secaba con los
cabellos de su cabeza. Y le besaba los pies y los unga con el perfume. 39 Al ver
esto el fariseo que le haba invitado a comer, se dijo a s mismo: --Si ste fuera
profeta, conocera quin y qu clase de mujer es la que le est tocando, porque es
una pecadora. 40 Entonces, respondiendo Jess le dijo: --Simn, tengo algo que
decirte. El dijo: --Di, Maestro. 41 --Cierto acreedor tena dos deudores: Uno le
deba quinientos denarios, y el otro, cincuenta. 42 Como ellos no tenan con qu
pagar, perdon a ambos. Entonces, cul de stos le amar ms? 43
Respondiendo Simn dijo: --Supongo que aquel a quien perdon ms. Y l le dijo:
--Has juzgado correctamente. 44 Y vuelto hacia la mujer, dijo a Simn: --Ves esta
mujer? Yo entr en tu casa, y no me diste agua para mis pies; pero sta ha
311
mojado mis pies con lgrimas y los ha secado con sus cabellos.45 T no me diste
un beso, pero desde que entr, sta no ha cesado de besar mis pies. 46 T no
ungiste mi cabeza con aceite, pero sta ha ungido mis pies con perfume. 47 Por lo
cual, te digo que sus muchos pecados son perdonados, puesto que am mucho.
Pero al que se le perdona poco, poco ama. 48 --Y a ella le dijo--: Tus pecados te
son perdonados. 49 Los que estaban con l a la mesa comenzaron a decir entre
s: --Quin es ste, que hasta perdona pecados? 50 Entonces Jess dijo a la
mujer: --Tu fe te ha salvado; vete en paz.
16. Jess procur que todos sus seguidores, cualquiera fuere su condicin,
independientemente de su sexo, cultura, o situacin econmica, fueran uno. Jess
practic la tica de la unidad. (Juan 17: 21 y 23).
Juan 17: 21 para que todos sean una cosa, as como t, oh Padre, en m y yo en
ti, que tambin ellos lo sean en nosotros; para que el mundo crea que t me
enviaste. 23 Yo en ellos y t en m, para que sean perfectamente unidos; para que
el mundo conozca que t me has enviado y que los has amado, como tambin a
m me has amado.
SEMINARIO INTERNACIONAL
TEOLOGICO BAUTISTA
ETICA CRISTIANA
SEXUALIDAD
PROFESOR
Toms Mackey
313
LA SEXUALIDAD BIBLICA
14. La Biblia es testigo del uso de la sexualidad con fines ajenos a ella misma:
Lograr fines propios. Incluso venderse para alcanzar algo.
Conquistarlo
Distraerlo
Forzarlo
Vincularlo con el poder o el dinero
15. Posiblemente el mayor problema a las continuas referencias al sexo hoy no pecan por su
abundancia, sino por su unilateralidad, es decir, por hablar tan poco de aspectos claves
del sexo.
La solucin no es suprimir el sexo, sino vivirlo en su integralidad de acuerdo al proyecto de Dios.
315
SEMINARIO INTERNACIONAL
TEOLOGICO BAUTISTA
ETICA CRISTIANA
ABORTO
Y
BIOETICA
PROFESOR
Toms Mackey
316
SEMINARIO INTERNACIONAL
TEOLOGICO BAUTISTA
ETICA CRISTIANA
ABORTO
RELIGIOUS TOLERANCE
Abortion access:
All sides of the issue
PROFESOR
Toms Mackey
317
http://www.religioustolerance.org/abortion.htm
About 72 hours after conception, the embryo has reached the 7 cell-stage, shown here. (The
embryo is in the center of the microphotograph, being held between two micro-pipettes.)
Among women without an IUD, about 50% of fertilized ovum develop into a baby which is
born some nine months later. Some of the rest are aborted. Others, because of genetic
imperfections or other reasons, are lost by a miscarriage.
A consensus exists that an infant is the most precious form of life on earth, and needs to be
protected under law. The philosophical and religious principle behind the pro-choice/pro
life argument is: when does human personhood begin?. After that event occurs, terminating
life is a form of murder which many people believe can only be justified to prevent the
death of the mother, to prevent permanent disability, or to prevent extremely serious injury.
Some would also allow an abortion in cases of rape or incest.
Unfortunately, there is no consensus of when human personhood starts.
Science can tell us, with increasing detail, the processes that start with a sperm and ovum
and end up with a newborn baby. But it cannot tell us:
Does the fetus have a soul?
When do the products of conception become a person?
Does a zygote have a full set of human rights?
Is an ovum and sperm a person?
Is abortion murder?
These are questions with philosophical, religious and political aspects. Science cannot contribute
a great deal towards resolving them . And because these questions have a religious com ponent,
there will always be a wide variety of beliefs among persons in different faith groups.
Some indication of th e lack of consensus is listed below:
Some pro-lifers hold this belief because of their religious faith. Their denomination or religion
teaches th a t a soul enters the just-fertilized egg at the instant of conception. The cell becomes a
human person at th at tim e because of the presence of the soul. The concept of a soul is a
religious one; it cannot be located, weighed, seen, smelled, felt, measured or otherwise detected
by any known instrum ent. This argum ent is not particularly convincing to Atheists, Humanists and
others who do not believe th at souls exist. It is also not convincing to those religious folk who
believe th a t a soul enters the body later in gestation or even after birth.
319
Other pro-lifers point out th at shortly after conception, a unique DNA code is formed which will
remain unchanged through the life of the fetus, and throughout the potential life after birth.
They might say th at the presence of a unique DNA code converts th e egg into a human person.
But others disagree. A skin scraping of a child or adult contains a very large number of living,
single cells; each has the same unique human DNA code as does the human from which it came.
Scottish scientists have been able to start with a cell removed from the mammary tissue of a
sheep, and produce "Dolly," a new sheep who is genetically identical to her "parent." This same
procedure has been replicated for many other mammals. It is possible th at the same procedure
can be used to clone a human. DNA from skin scraping, or a swab of the inside of the mouth, or a
hair follicle could be used to produce exact twins of th e donor human. W ired Magazine for 2001 -
JAN predicts th a t human cloning will happen during the year 2001, even though it violates the
medical ethic regulations of many countries. Since a just-fertilized egg contains the same DNA
information as a hair follicle, they presumably should both be given the same status. We don't
consider hair follicles, skin scrapings or swabs from mouths to be a human person. Skeptics might
argue th a t we should not look upon fertilized ova as persons either.
Everyone agrees th a t a newborn child is a human person. One can work backwards in tim e
through the birth process, fetal developm ent, embryo growth, and finally end up at th e just-
fertilized ovum. That is the point when the process begins. Prior to th at point, there was no
single entity; there was ju st an ovum and one very lucky sperm. Conception is the first point
w here a single, living entity exists th at will grow to become a newborn. The just-conceived ovum
is simply th e earliest stage of human developm ent; it is w hat human persons look like about 9
months before we are born. Again, skeptics would disagree. They would say th at the DNA strand
is th e beginning of the process. One m erely needs to extract one from a hair follicle or skin
scraping, place it in the right environm ent (an ovum which is free of genetic m aterial), im plant it
in a womb and w atch it develop into a newborn. They would argue th at a just-fertilized ovum
consists of a DNA strand (which makes it human) inside a replicating machine. If it is considered a
human person because of its DNA strand, then hair follicles and cells from skin scrapings should
also be considered to be human persons.
Other pro-lifers are reluctant to define the advent of personhood at a later point than
conception, because this might lead to a "slippery slope" situation in which abortions would be
legal at progressively later tim es in gestation.
Aristotle (384-322 BCE) w rote in one of his biological treatises , th at the male embryo develops a
human soul about 40 days after conception, whereas a fem ale fetus acquires its soul at about 90 days.
For much of its history, the Christian Church believed in this, delayed-ensoulm ent principle and
allowed abortions up to 90 days into pregnancy.
Some pro-choicers feel th at this transition to personhood does not happen at conception. They state
th at the just-fertilized ovum has no limbs; no head; no brain; no ability to see, hear, smell, taste or
touch; no internal organs, no self-consciousness, no ability to think, reason, sense its environm ent, etc.
Even a t the age of one month, it cannot be distinguished from the embryo of a cat or dog. Some
different beliefs about when personhood begins are:
A few hours after conception when the ovum splits into two cells. Some regard human personhood
as being defined by the act of cell splitting.
About 12 days from conception when pregnancy begins. i.e. when th e fertilized ovum has
developed to the blastocyst stage and has attached itself to the lining of the uterus.
About two weeks from conception when a yellow streak develops in the embryo. This will later
become the neural tube which will be protected by the backbone. Once this develops, it is
impossible for the embryo to split into a pair of identical twins. The concept of personhood
implies a single entity; twins would be two persons. Before this stage of developm ent, the
embryo may still split and become two persons.
3 weeks from conception when the embryo is about 2 mm long and has started to develop visible
external body parts.
4 weeks when its heart starts to beat.
6 weeks from conception, when brain waves can be first sensed.
320
2 months, when the fetus has lost its neck structures which resem ble gill slits, and its face
resembles th a t of a prim ate.
3 months the fetus begins to "look like" a baby.
4 months when the fetus' face has developed to the point w here one can tell one fetus from
another.
About 24 weeks, when the fetus becomes viable, (i.e. able to live outside the womb).
6 months or later, when its brain has developed to a particular degree. Scientists have: "
measured brain-wave p a tte rn s like those during dreaming a t 8 months g e sta tio n ." 2 Carl Sagan
discusses this point in his final book. He suggests th at the one factor th at is uniquely human is our
ability to think. Thus we become persons when the cerebral cortex is in place and "large-scale
lin king up o f neurons" begins. This does not start until the 24th to 27th w eek of pregnancy -- the
sixth month.
Judaism teaches th at the fetus becomes a person when it half-em erges from its mother's body
during childbirth.
A few pro-choicers believe th a t the fetus becomes a human person only after it has been delivered and
is breathing on its own. There is some Biblical justification for this belief. Genesis 2:7 states th at God
m ade Adam's body from the dust of the ground. But it was only after God "breathed in to i t the breath
o f life " th a t "man became a living person." They may be reluctant to consider a fetus th at is about to
be delivered as human, because th at might result in a "slippery slope argum ent th at would criminalize
abortions at gradually earlier gestational ages. Pro-lifers would reject these argum ents totally. An
about-to-be-delivered fetus is fully capable of living on its own as an independent human; it is thus a
person.
No consensus and no compromise appears possible:
To a person who believes th at a human person is created at conception, an abortion clinic is the ethical
equivalent to a Nazi death camp; embryo research is the equivalent of th e fabrication of lampshades
made from human skin in those same death camps.
To a person who believes th at human personhood begins at the start of the second trim ester or later, a
first trim ester abortion (i.e. during the three months following conception) is a regrettable option, but
often the most ethical choice for a pregnant woman who does not wish to continue pregnancy for
em otional, physical or economic reasons.
The medical profession appears to follow th e viability criteria. Medical societies enforce
regulations prohibiting abortions after (typically) 20 or 21 weeks of pregnancy. The US Supreme
Court also seems to have used fetal viability as a significant event; it allows states to prohibit
abortions after viability for a wide range of reasons.
Public opinion surveys give conflicting results, depending upon the exact questions asked. It
would appear th at a significant m ajority of adults in the US and Canada agree th at a woman
should have free access to a safe abortion in at least the first trim ester.
Legislative action:
In the year 2000, the Unborn Victim s o f Violence A ct (UVVA) passed th e House with a substantial
majority, but was defeated in the senate. The law defines a fertilized ovum, an embryo, and a
fetus as a full human person a t any stage of developm ent from conception to birth. The law is
concern about damage or death to the products of conception as a result of violence. In 2001,
the law was passed in the House by a vote of 252 to 172.
321
Acknowledgements:
The color microphotograph of a just-fertilized ovum shown by permission from Dr. R. C. Wagner,
D epartm ent of Biological Sciences, University of Delaware, Newark, DE. They have many other
photographs a t their Web page: http://w w w .udel.edu/B iology/W ags/
The black and white m icrophotograph which shows an embryo at the seven-cell stage is shown by
permission of Dr. Malpani of the Malpani Infertility Clinic, Bombay, India.
We thank these physicians for allowing us to reproduce these microphotographs.
References
1. Aristotle "History o f Animals, Book VII, Chapter 3, 583b.
2. "Do You Hear What I Hear?", Newsweek, Special Issue, Summer 1991
3. Pictures of a human embryo from 22 to 56 days after ovulation are at:
http://embryo.mc.duke.edu/carnStages/allStagesButtons.gif
4. " Using PGD to prevent sex-linked diseases," at: http://www.healthlibrary.com/pgd/ This web site has
a remarkable series of microphotographs, including the one of a 7-cell embryo shown on this page.
They describe how a single cell is extracted from a seven-cell embryo. See:
http://www.healthlibrary.com/pgd/biopsy.htm
5. V.J. Scodolski, "Science reshapes the struggle over abortion," Chicago Tribune, 2000-MAY-10, at:
http://chicagotribune.com/news/nationworld/
6. Carl Sagan, "Billions and Billions: Thoughts on Life and Death at the Brink o f the Millennium:
Chapter 15" Read reviews or order this book safely from Amazon.com online book store Chapter 15
has been reprinted at: http://www.2think.org/abortion.shtml
7. Paul Campos, "Opinions: PAUL CAMPOS: Abortion and the rule o f law ," Scripps Howard News
Service, 2002-JAN, at: http://www.nandotimes.com/opinions/story/226504p-2182439c.html
In the case of a multiple pregnancy, the woman may be faced with giving birth to more
newborns than she feels she can deal with. She may elect to go through a selective reduction
procedure, which involves the killing of one or more fetuses.
A small m inority of abortions are sought for m edical reasons:
The fetus might have been hurt by exposure to high levels of toxic chemicals, m edications th at
might be dangerous to the fetus, alcohol, drugs, etc. They may cause the fetus to be genetically
damaged.
Some girls become pregnant at a very young age, when pregnancy can be dangerous.
The fetus has a genetic defect or other health problem. Virtually all couples who find th at the
fetus suffers from Down's Syndrome, or a similar defect, elect to have an abortion.
The woman may develop eclam psia. This involves a sudden increase in blood pressure, and onset
of seizures. The results can be fatal to both the woman and fetus. This used to be called
toxem ia of pregnancy.
In the case of a multiple pregnancy, some or all of the fetuses will end up with various long-term
health problems; some may not survive at all. Physicians will som etim es recommend a selective
reduction process w here one or more fetuses are killed in order th at the remaining fetuses
would be born normal.
Increases rate: In the past in North America, and in some countries of the world today, the tim e
interval betw een puberty and m arriage was measured in weeks or months. Puberty is now occurring
at younger ages, and the average age for first m arriages is gradually increasing. As a result, the
interval betw een puberty and m arriage is now on the order of 15 years. During this tim e, the vast
m ajority of women become sexually active and risk unwanted pregnancy. Thus, they are more liable
to seek an abortion.
323
Increases rate: W elfare payments in the past w ere increased with the birth of each baby. However,
many states now cap payments so th at th e family's standard of living decreases with each birth.
Faced with the choice of a lower standard of living or an abortion, many women will chose the
latter.
Cost of abortions:
D ecreases rate: "Since the 1970's, the fe d e ra l governm ent and most states have severely re stricte d
M edicaid funding fo r abortion. As a result, low-incom e women -- who are disp ro p o rtio n a te ly women
o f color -- o fte n fin d i t d iffic u lt o r impossible to obtain safe, legal abortions. 2
Availability of abortion services:
D ecreases rate: By 1999, 86% of all counties in the U.S. had no known abortion provider, and only
12% of obs/gyn residency programs required training in first-trim ester abortions. Many abortion
clinics are picketed by pro-life groups, making access more difficult.
A lternatives to risky behaviors:
D ecreases rate: There is a little-studied phenomenon th at has recently surfaced among sexually-
active youth. In order to avoid pregnancy and the transmission of STDs, some couples are
increasingly engaging in sexual activity th a t does not involve intercourse: oral sex, mutual
m asturbation, etc. These alm ost elim inate the chance of pregnancy, and lower (but not elim inate)
the probability of STD transmission.
Em ergency co n tracep tio n :
D ecreases rate: "EC is available in some locations and tim es. These pills help women who have had
unprotected intercourse prevent the start of a pregnancy. If all fertile women w ere aware of the
m edication, if all pharm acies honored physicians' prescriptions for em ergency contraception, and if
women kept a stock of EC on hand, then the unwanted pregnancy rate would be greatly decreased.
Some sources estim ate th at the abortion rate could be halved with proper education. However, most
women do not know about EC, and some pharm acies like the Wal-Mart chain refuse to dispense EC.
Increases rate: Many pro-lifers have a unique definition of pregnancy. They believe th at it happens
a t conception. Since EC can som etim es prevent th e im plantation of a fertilized ovum in th e wall of
the uterus, some pro-lifers believe th at EC is an abortifacient. Thus, with their definition of term s,
EC usage may increase the abortion rate.
Childless families:
Increases rate: Some women have decided to remain childless (either for now, or for their entire
life). This is more common today as women en ter the workforce, seeking a long-term career. If they
inadvertently become pregnant, they are more likely to w ant to term inate th e pregnancy.
One & tw o child families:
Increases rate: Many women and their partners have decided to have one or two children during
their lifetim e. They are keen to have "perfect" babies, and may be more likely to choose to have an
abortion if they suspect th a t th e developing embryo or fetus may be genetically defective.
Techniques of Pre-im plantation genetic diagnosis
G enetically-related couples:
Increases rate: These are typically first cousins. They som etim es seek abortions because of concerns
th a t their baby will be born with a genetic defect because of the similarities in the parents' DNA.
According to a 2002 study, an unrelated couple has a three to four percent risk of having a baby with
a birth defect, significant m ental retardation or genetic disease. The study found th at first cousins
run an additional risk of 1.7 to 2.8%. Many couples would consider this increase an acceptable risk, if
they knew its magnitude. 3,4
References:
8. "Abortion FAQ," Planned Parenthood of Central and Northern Arizona, at:
http://www.ppcna.org/abortfaq.html
324
9. "The right to choose: A fundamental liberty," American Civil Liberties Union, at:
http://www.aclu.org/library/Right.Choose2000.pdf You need software to read these files. It can be
obtained free from:
http://www.adobe.com/prodindex/acrobat/readst.ep.ht.ml http://www.adobe.com/prodindex/acrobat/re
adstep.html
10. "Kissing cousins get the okay," Associated Press, 2002-APR-3. Published in the Toronto Star, 2002-
APR-4, Page A1.
11. Robin Bennett, article in Journal o f Genetic Counseling, published by the National Society o f
Genetic Counselors.
Life:
Sperm is a form of life which is not human life. An individual sperm might have been alive for
many months before it has the possibility to come into the vicinity of an ovum.
326
An ovum is a form of life which is not human life. It ripens and is expelled by an ovary many days
before having the possibility being exposed to sperm.
Pro-life: A belief th at life becomes human life at the instant of conception (or perhaps shortly after)
and th at it should be protected under law from th at point. According to one Pro-life group, legislators
who have vote in favor of a partial birth abortion ban are now calling them selves "pro-life": "When the
p ro -life m ovem ent began in the e arly 70's, being p ro -life m eant you were 100% opposed to any and a ll
abortion. In the e a rly 80's, th a t standard was w atered down to include those who had rape, incest,
and the life o f the m o th e r exceptions. Now in the 90's, things have declined so ra p id ly th a t someone
who is o n ly opposed to p a rtia l-b irth abortions can sell themselves as p r o -life . 1
Sperm , Sperm atozoa: The m ature sex cell generated by males. They are about 1 /500 inch long.
Almost all of their length is formed by a tail. Tens of thousands are generated every minute by most
males, starting a t puberty. Over 99.999% of sperm die w ithout being able to fertilize an ovum.
Stages of developm ent: An ovum, after fertilization, is called a Zygote. This becomes, in turn, a
morula, blastocyst, embryo and fetus. After birth, the fetus is a newborn. Pro-lifers describe all stages
of developm ent after fertilization as a baby.
T rim ester: A period lasting nominally 3 months. A human pregnancy is often divided into three
trim esters, from fertilization to birth. Laws restricting abortions often differ among the trim esters.
Twinning: A process by which an morula, blastocyst or embryo divides in half to produce twins with
identical genetic makeup. This normally happens at some tim e up to the 14th day after fertilization,
before a "primitive streak" appears. Twinning does rarely happen later th at 14 days and produce
conjoined twins; these are popularly called "siamese twins'
Viability: The ability for the developing fetus to live on its own if it w ere delivered by cesarean section
or by normal delivery. This typically occurs som etim e after the 21st w eek after conception. Abortions
are allowed by various state and provincial Medical Associations only prior to viability. Terminations of
pregnancies a t or after viability are not usually perform ed, except for overwhelming medical reasons
(threat to the woman's life or death of the fetus). The US Supreme Court defined viability (Roe v.
Wade, 1973) as "p o te n tia lly able to live outside the m other's womb, a lb e it w ith a r tific ia l a id ."
Zygote: A recently-fertilized ovum.
Reference:
12. Pastor Matt Trewhella, "Coming home to roost: F ru it o f the Ill-conceived P a rtia l-B irth
A bo rtio n Strategy ," at: http ://w w w .execpc.com /~ restore/m tp/m tp
cells) each second. It would take about 500 of them lined up in a row to to tal 1 inch in length. They
take a month or so to travel through a long tube called th e "vas deferens" and are stored in a small
reservoir inside the man's prostate gland, where sem en (a m ixture of sperm atozoa and fluids) is
formed.
Perhaps one day before conception: The woman ovulates and produces one ovum (egg cell) th at
travels down one of her fallopian tubes. It is about 1 /100" in diam eter, and is barely visible to the eye.
At conception: One very lucky sperm out of hundreds of millions will penetrate the outside layer of the
ovum and fertilize it. The surface of th e ovum changes its electrical characteristics and prevents
additional sperm from entering the ovum. A genetically unique entity is formed shortly thereafter,
called a zygote. Half of its 46 chromosomes come from th e egg and the other half from the sperm. It
has a unique DNA structure. This is the point th at most, or all, Pro-Life groups define as the start of
pregnancy. They also define this as the transition from life (in the form of an ovum and sperm) to
human life as a person.
5 days o r so a fte r conception: The fertilized ovum, called a blastocyst, has traveled down the
fallopian tubes and has started to attach itself to the endom etrium , th e wall of the womb.
12 days or so a fte r conception: The blastocyst has fully attached itself to endom etrium This is is the
event th a t physicians and most (or all) Pro-Choice groups define as the start of pregnancy. If
instructions are followed exactly, a home-pregnancy te st may reliably detect pregnancy at this point,
or shortly thereafter.
2 w eeks: It is now called an embryo. It is a very small piece of undifferentiated tissue.
3 w eeks: The embryo is now about 1/12" long, the size of a pencil point. It most closely resembles a
worm - long and thin and with a segm ented end. Its heart begins to beat about 18 to 21 days after
conception. By this tim e, th e woman's period would have been missed; she might suspect th a t she is
pregnant and conduct a pregnancy test. If it is an unwanted pregnancy, she might have arranged and
carried through with an abortion by this tim e.
4 w eeks: The embryo is now about 1/5" long. It looks something like a tadpole. The structure th a t will
develop into a head is visible, as is a noticeable tail. The embryo has structures like the gills of a fish in
th e area th a t will later develop into a throat.
5 w eeks: Tiny arm and leg buds have formed. Hands with webs betw een the fingers have formed at the
end of the arm buds. Fingerprints are detectable. The face "has a d is tin c tly re p tilia n aspect." 1
6 w eeks: The embryo is about 1 /2" long. The face has two eyes on the side of its head; th e front of the
face has "connected s lits where the m outh and nose eventua lly w ill b e ." 1
7 w eeks: The embryo has alm ost lost its tail. "The face is m amm alian b u t somewhat p ig -lik e ." 1
2 m onths: The embryo's face resembles th at of a prim ate but is not fully human in appearance. Some
of the brain begins to form; this is the "reptilian brain" th at will function throughout life. The embryo
will respond to prodding, although it has no consciousness at this stage of developm ent.
10 w eeks: The embryo is now called a fetus. Its face looks human; its gender may be detectable.
3 m onths: The fetus is about 3 inches long and weighs about an ounce. Nails and bones can be seen.
Over 90% of abortions are perform ed before this stage.
4 m onths: 8 " long and weighing a half pound, the fetus' movements may be felt. Its heartbeat can
usually be detected.
5 m onths: 12" long and weighing about a pound, the fetus' has hair on its head. Its movements can be
felt. An abortion is usually unavailable at this gestational age because of medical society regulations,
except under very unusual circum stances. Half-way through this month, the fetus' lungs may be
developed to the point w here it has a chance to live on its own.
6 m onths: 14" long and alm ost two pounds. The lungs' bronchioles develop. Interlinking of the brain's
329
neurons begins. Some rudim entary brain waves can be detected. State laws generally outlaw abortions
a t this stage, except under very unusual circum stances.
7 m onths: 16" long and weighing about three pounds. Regular brain waves are detectable which are
similar to those in adults.
8 m onths: 18" long and weighing about 5 pounds
9 m onths: 20" long and with an average weight of 7 pounds, the fetus' is born about this tim e.
References:
13. Carl Sagan, "Billions and Billions", Random House, New York NY (1997), Pages 163-179
14. B.F. Miller, "The Complete M edical Guide", Simon & Schuster, New York, NY, (1967)
15. The V isib le Em bryo is a rem arkable web site. It shows the various stages of developm ent
from a fertilized egg to fully-formed fetus. See:
http://w w w .visem bryo.com /baby/index.htm l
John Connery (1977) said: " If anyone expects to fin d an e x p lic it condemnation o f abortion in the New
Testament, he w ill be disappointed. The silence o f the New Testament regarding abortion surpasses
even th a t o f the Old Testam ent ." 4
Ward finds this silence difficult to understand, because abortion was widely practiced during New
T estam ent era in the Middle East. The Assyrians had a law concerning self-induced abortions as
far back as the 12th century BCE.
On the other hand, there are Biblical passages which might be interpreted as referring to the
worth of a fetus. One source states th at pro-life groups have cited over 100 Bible passages in
support of their position. 5 The passages in this section appear to be the most commonly used in
abortion debates. We research the beliefs of both religious conservatives and liberals in the
preparation of this and similar essays. We use the King James Version (KJV) or the New
International Version (NIV) of the Bible, unless indicated.
Conclusions:
Neither the Hebrew Scriptures (Old Testam ent) nor the Christian Scriptures address abortion
directly. However, writings in the early Christian m ovement by the end of the 1st century or the
beginning of the 2nd century CE do condemn abortion.
H ebrew Scriptures: Exodus 21:22 is a key passage. As translated in th e New International Version, this
verse implies th a t the fetus is a human person. However, th e most common interpretation of this same
verse, as seen in other translations, implies th at the fetus is not a human being. Other passages in the
Hebrew Scriptures tend to devalue the fetus.
330
Christian Scriptures: Luke 1:41 might be interpreted to condemn abortions after fetal viability.
The Hebrew and Christian Scriptures (Old and New Testam ent) use the same word to refer to an
unborn fetus, newborn or older child. This is a limitation of the Hebrew and Greek languages. It
might be interpreted as implying that:
Both ancient Israelites and Pagan Greeks considered th at the fetus is fully human, equivalent to a
newborn child...or
They simply called both children and potential children by the same term , much as modern-day
parents-to-be refer to a fetus as a baby.
A case can be made th at the 99% of all abortions (those which are perform ed prior to viability of
the fetus) do not appear to be prohibited by Bible passages, as translated by most versions of the
Bible.
References:
16. What Does the Bible Say about Abortion?," at:
http://www.infidels.org/org/ffrf/nont.racts/abortion.ht.ml
17. Roy Bowen Ward, "Is the Fetus a person?" at: http://www.rcrc.org/religion/es2/comp.html
18. John T. Noonan, "An Almost Absolute Value in History," in John T. Noonan, ed., "The M orality o f
Abortion: Legal and Historical Perspectives," Harvard University Press, Cambridge MA, (1970),
Page. 6
19. John Connery, S.J. "Abortion: The Development o f the Roman Catholic Perspective," Loyola
University Press, Chicago IL, (1977), Page. 34.
20. Paul D. Simmons, "Personhood, the Bible, and the Abortion Debate," at:
http://www.rcrc.org/religion/es3/comp.html
Genesis 25:21-23 "...Rebekah his w ife conceived. And the children struggled togethe r w ith in her; and
she said, I f i t be so, w hy am I thus? And she w ent to inquire o f the LORD. And the LORD said unto her,
Two nations are in th y womb, and tw o m anner o f people shall be separated fro m th y bowels; and the
one people shall be stronger than the o th e r people; and the eld e r shall serve the younger. " The
passage refers to the twin fetuses of Rebekah as being "nations ." They are clearly not nations at th at
state of developm ent; th e word has to be interpreted symbolically. They are rather two fetuses who
w ere later born and whose descendents, according to the Bible, becam e two nations. The passage also
refers to the twin fetuses as "banim :" a Hebrew word which alm ost always means a "newborns or
"in fa n ts ," or "children." The ancient Hebrews did not have a separate word to describe "fetuses ." So
they used th e same word to describe fetuses th a t they also used to refer to children. English
translations of th e Bible use th e term "children " here; this would more accurately be translated as
"fetuses " except th a t th e latter is really only a medical term . Again, th e passage does not address the
main question: are the fetuses full persons, or are they potential persons?
Genesis 38:24 Tamar's pregnancy was discovered th ree months after conception, presumably because
it was visible a t th a t tim e. Because she was a widow, w ithout a husband, she was assumed to be a
prostitute. Her father-in-law Judah ordered th at she be burned alive for her crim e. If Tamar's twin
fetuses had been considered to have any value whatsoever, her execution would have been delayed
until after their birth. There was no condem nation on Judah for deciding to take this action. (Judah
later changed his mind when he found out th at he was responsible for Tamar's pregnancy.)
Exodus 13:1-2 "The Lord said to Moses, 'Consecrate to me every firs tb o rn male. The fir s t offspring o f
every womb among the Israelites belongs to me, w hether [hu]m an o r a n im a l.'" Throughout much of the
ancient Middle East, th e firstborn son in each family was ritually m urdered as a sacrifice to th e Gods.
However if the first son was preceded either by the birth of a girl or a miscarriage, then the ceremony
is not perform ed, as the son was not th e first offering of the womb. In later years, this practice
evolved into a substitute animal sacrifice, or a cash donation to th e tem ple, or a dedication of the
child to their deity. "... the ancestors o f the Israelites p robably a t one tim e a c tu a lly sacrificed th e ir
f ir s t born children, as Genesis 2 2 :1 -1 4 im plies ." 2 These passages relate to infanticide, not abortion,
because th e infant would be killed after birth. But it shows the low regard for newborn human life
during th at era. Other references of human sacrifices in the Hebrew Scriptures are found at:
Judges 11:29-40: Jephthah promises God th at he will make a human sacrifice of the first person
who comes to greet him when he returns home after a successful battle. He ends up making a
human sacrifice of his only daughter.
I Kings 16:34: This passage may refer to the killing by Hiel of his two children during the
reconstruction of Jericho. Excavations have uncovered th e remains of persons who seem to have
been sacrificed "to obtain divine fa v o r.' 9
II Kings 16:3: Ahaz, king of Judah, m urdered his son as a human sacrifice.
II Kings 17:17: The people of Judah abandoned worship at the tem ple in Jerusalem . They burned
their children as human sacrifices to Baal.
II Kings 21:6: Manasseh burned his son as a human sacrifice to Baal.
Isaiah 57:5: Isaiah, speaking for th e Lord, com m ents on the practice of th e people of Israel in
sacrificing their children, "down in the valleys, under overhanging rocks. "
332
Jerem iah 7:31: Jerem iah, speaking for the Lord, criticizes the people of Judah for burning
" th e ir sons and daughters in the f ir e . '
etc.
Exodus 20:13 You shall n o t m u rd e r." This verse is often m istranslated "Thou shalt not kill." Murder is
being referred to -- th e killing of a human being. But since the w riters of the Hebrew Scriptures and
the tradition of the Jewish people regarded a human person as beginning at birth when the newborn
first takes a breath, this verse would not apply to abortion.
Exodus 21:22 I f men s triv e [fig h t] an h u rt a woman w ith child, so th a t h e r f r u it [fe tu s ] depart fro m
her, and y e t no m ischief fo llo w : he shall be surely punished, according as the woman's husband w ill
lay upon him ; and he shall pay as the judges determ ine.
One source com m ents th at because some Bible translations (KJV, RSV) use the phrase "woman w ith
child" th a t God considers a fetus to be a human child. 3 But other translations render the phrase simply
as "pregnant woman " and make no direct reference to the fetus.
This verse describes a situation in which a man, who is fighting another man, accidentally hits a
pregnant woman, and causes a term ination of her pregnancy. The following verse, 23, explains th at if
the woman died, the guilty man would be executed by the state. The accidental killing of a woman
under these circum stances was considered a capital offense, because she was a human being.
Verse 22 is confusing. The key Hebrew word "yatsa literally means to "lose h e r offspring." 4 This has
been translated in different Bible versions as:
m iscarriage: This would imply th at the fetus died im m ediately as a direct result of the accident.
Assuming no further harm happens (e.g. th at the woman does not die), the man responsible
would have to pay at a fine. The am ount would be set by her husband and approved by the
judges. This would imply th at the death of th e fetus was not considered to be the death of a
human being. If it w ere, then the man responsible would be tried for m urder and executed.
However, because the fetus had possible future economic worth to the father, he would be
reimbursed for his loss.
prem atu re birth: This implies th at the fetus is born earlier than full term . Assuming no further
harm happens (e.g. th a t neither the woman nor the baby dies) then the man would pay a fine.
One possible interpretation of this passage would be th at if th e prem ature baby died, then the
man responsible had killed a human being, and would be tried for murder. The verse is
ambiguous at this point.
Code o f H am m urabi (209, 210) which reads: "If a seignior struck a [n o th e r] seignior's daughter
and has caused h e r to have a miscarriage [lite ra lly , caused h e r to drop th a t o f h e r wom b], he
shall pay ten shekels o f s ilv e r f o r h e r fetus. I f th a t woman had died, they shall p u t his daughter
to d ea th.
H it t it e Laws, (1.17): "If anyone causes a fre e woman to m iscarry [lite ra lly , drives out the
e m b ry o ]-if ( it is) the 10th m onth, he shall give 10 shekels o f silver, i f ( it is) the 5th m onth, he
shall give 5 shekels o f s ilv e r ..." The phrase "drives out the embryo" appears to relate to a
miscarriage rather than to a prem ature birth.
Brian McKinley, a born-again Christian, sums the passage up with: "Thus we can see th a t i f the baby is
lost, i t does not re quire a death sentence -- i t is not considered m urder. But i f the woman is lost, i t is
considered m urde r and is punished by de a th . 4
Exodus 22:29T hou sh alt not delay to o ffe r the fir s t o f th y ripe fru its , and o f th y liquors: the
firs tb o rn o f th y sons shalt thou give unto m e ." This is another rem nant of the tim e when Israelites
ritually m urder their first son, sacrificing him to their god.
Leviticus 27:6 And i f i t be fro m a m onth old even unto fiv e years old, then th y estim ation shall be o f
333
the m ale fiv e shekels o f s ilv e r and f o r the fem ale ten shekels. A child was only given a value after the
age of one month; boys w ere worth five shekels; girls three; below th a t age, (and presumably before
birth) they w ere assigned no m onetary value.
Numbers 3:15 Take a census...including every m ale a m onth o r m ore old. Only male babies over one
month of age w ere considered persons for the purposes of enum eration. A baby under one month of
age and a fetus w ere apparently not worthy of being counted as a human.
Numbers 5:17-31 Then he shall take some holy w a te r in a clay j a r and p u t some dust fro m the
tabernacle flo o r in to the w a te r ...... This passage describes the action th at a husband could take if
he
suspected th at his wife had engaged in an adulterous relationship. He would take her to the
tabernacle, w here th e priest would make a magical drink consisting of holy w ater and sweepings from
the tabernacle floor. He would have the woman drink the w ater while he recited a curse on her. The
curse would state th a t her abdomen would swell and her thigh w aste away if she had com m itted
adultery. If she w ere pregnant at this tim e, the curse would certainly induce an abortion. Yet nobody
seems to be concerned about the fate of any fetus th at was present. There was no similar magical test
th at a woman could require her husband to take if she suspected him of adultery.
Numbers 31:17-18 Now, k ill a ll the boys. And k ill every women who has sle p t w ith a man, b u t save
f o r yourselves every g irl who has never slept w ith a man. This occurred at end of the campaign against
the Midianites. Moses, presumably under orders from God, ordered the soldiers to kill every boy and
non-virgin woman. Presumably, a certain percentage of the latter would be pregnant. So, their fetus
was killed along with the m other-to-be. The fem ale virgins would be spared, because they had value.
The fetuses would be destroyed, presumably because they w ere perceived to have had no value.
D euteronom y 2:34 "At th a t tim e we took a ll his towns and com pletely destroyed them - men, women
and children. We le ft no survivors." The Israelites tried to negotiate peaceful passage through the land
of Heshbon. They w ere unsuccessful. So they exterm inated all of the people, including innocent
children and the fetuses of pregnant women - apparently under the instruction of God. This is an early
exam ple of ethnic cleansing.
D euteronom y 30:19: "I call heaven and earth to record this day against you, th a t I have set before
you life and death, blessing and cursing: therefore choose life , th a t both thou and th y seed may liv e . "
The segm ent "choose life , th a t...th e y seed may live at first glance might be interpreted as referring
to th e choice to not have an abortion. It is even clearer in the Living Bible which says "Choose life ,
th a t...y o u r children m ig h t liv e .' However, it is always im portant to consider the context of any
isolated quotation. Verses 15 to 18 clearly state th at the choice referred to in verse 19 is w hether to
worship Jehovah, or th e gods of the Canaanites, whose land they were about to invade. Verses 20 and
21 pick up the same them e. Verse 19 thus relates to religious choices and is unrelated to abortion.
However, the "choose life portion of this verse is often quoted by pro-life groups. Michigan Christians
for Life offers a free, 3" x 6 " bum per-sticker which says simply "Deuteronomy 30:19." 6
D euteronom y 32:23-26: "I w ill heap mischiefs upon them ; I w ill spend m ine arrows upon them. 24
They shall be b u rn t w ith hunger, and devoured w ith burning heat, and w ith b itte r destruction: I w ill
also send the tee th o f beasts upon them, w ith the poison o f serpents o f the dust. 25 The sword
w ith o u t, and te rro r w ith in , shall destroy both the young man and the virgin, the suckling also w ith
the man o f gray hairs. 26 I said, I w ould sca tte r them in to corners, I w ould make the remembrance o f
them to cease fro m among men. " God is here describing how he will commit genocide against a specific
nation. He will m urder of persons of all ages and both genders, from infants to old people. It also
involves erasing the memory of them as a nation.
2 Kings 2:22-24 This describes Prophet Elisha, a bald man, and his interaction with a group of young
boys. They called him by a derisive term : "baldhead." Elisha was angry; he cursed them in the name of
the Lord. Two fem ale bears cam e out of the woods and mauled (and presumably killed) 42 of the boys.
This passage has nothing to do with abortion, but does indicate the low regard th at Elisha had towards
334
the life of children (because he issued a curse) and th at God has towards the children (because he
presumably sent the two bears to kill the boys).
2 Kings 15:16a He [Menahem, king o f Israel] sacked Tiphsah and ripped open a ll the pregnant women.
He apparently was angry th a t th e people of Tiphsah refused to open the gates of the city. Considering
the state of medical sophistication at the tim e, all of the pregnant women and their fetuses probably
died. The king obviously gave no value to the life of a fetus.
Job 3:2-4; Job 3:11-19; Job 10:18-19: Here, Job is suffering. God instructed Satan to preserve Job's
life while killing his children and destroying everything of value in Job's life, including his health. Job
says th at it would have been b etter if he had died at or before birth, so th at he would never have
experienced such m isfortune. This passage seems to imply th at a term inated pregnancy is b etter than
bringing into the world a baby who will suffer greatly.
Psalms 51:5 Behold I was shapen in in iq u ity and in sin did m y m o th e r conceive me. This is a reference
of "original sin": th e concept th at because Adam and Eve disobeyed God, all subsequent humans have
inherited their sin. Thus the writer's m other was in a state of sin when he, David, was conceived. Some
conservative Christian com m entators feel th at David's reference to his own conception implies th at the
author regarded himself as a human being, continuously from conception, to birth, to adulthood. 3 But
the passage has an alternate interpretation. David may have believed th at before he developed into a
human, he was a pre-human fetus; and before th at, he was a pre-fetal fertilized ovum. i.e. th at at
conception, he was a living entity which later developed into David, the human.
Psalms 139:13-16 For thou hast possessed m y reins [fo rm e d m y inner p a rts ]: thou has covered
[fo rm e d ] me in m y m other's womb. Again, this describes Jehovah observing and controlling the
developm ent of a fetus during pregnancy. No reference is made to miscarriage or abortion. The
passage does not deal with the critical question of w hether th e fetus is a person. The first chapters of
Genesis describe how God created every living thing: plants, land animals, fish, birds and human. But
this does not say th at all living entities are human.
Ecclesiastes 4:1-3 "...B u t b e tte r o f f than both o f them is the one who has never existed, who has
never seen the e vil a c tiv ity th a t is done under the sun. " Here, the author talks about acts of
oppression and the suffering th at this brings to innocent people. The author, traditionally believed to
be Solomon, appears to refer to an interrupted pregnancy being better than a live birth, if the person
born would suffer great injustices and pain.
Ecclesiastes 6:3-5 I f a man begats 100 ch ild re n ...a n d his soul be not f ille d w ith good, and also th a t he
have no b u ria l; I say th a t an u n tim e ly b irth [a m iscarriage] is b e tte r than he. The passage implies th at
a person can have many children and a long life; but if he is not m otivated by love and goodness, and if
he is not properly buried, then it would have been better if he had been born dead. The suggestion
here is th a t a term inated pregnancy (one th at does not produce a live birth) is b etter than a pregnancy
th at produced a life th a t is em pty and miserable.
Isaiah 49:1 "...T he Lord hath called me fro m the womb; fro m the bowels o f m y m o th e r hath he made
m ention o f m y nam e." This apparently means th at Jehovah was aware of th e author's name before the
latter was born. Some people interpret this as implying th at God recognizes a fetus as a human by
recognizing its name. Others simply regard this as a indication of God's ability to know the future.
Jerem iah 1:5 "Before I fo rm e d thee in the b e lly I knew thee; and before thou camest fo rth out o f the
womb I sa n ctifie d [se t a p a rt] thee." God is here saying th at he knew Jerem iah before he was formed in
his mother's womb. That is, God knew Jerem iah before conception, when even the most conservative
pro-life advocate believes th at human personhood begins. Jehovah appears to be referring to his ability
to foretell the future. God had im portant plans for the adult Jerem iah, a priest of the tribe of
Benjamin, even before the latter was conceived. Presumably, an all-knowing God would know: when
the conception would occur, th at a miscarriage would not happen, the tim e when Jerem iah would be
born, the name th a t th e baby would be given, and the im portant role th a t Jerem iah would play as an
335
adult. The passage does not appear to be related to the morality of abortion or w hether a fetus is
human. But it is often cited in debates over abortion. It merely seems to discuss how God had planned
the life of Jerem iah the prophet, before he was even conceived. To say th at this passages proves th at a
fetus is human appears to be faulty logic; th e passage would then also say th at all ova and sperm are
also a human being before fertilization.
Ezekiel 37:8-10 Ezekiel was taken by the Lord to a valley which contained many dry, human bones. As
he was prophesying, the bones came together...tendons and flesh appeared on them and skin covered
them , b u t there was no breath in them. That is, they looked like humans, but w ere in fact not alive
because they had no breath. He prophesied and "breath entered them ; they came to life and stood up
on th e ir fe e t ..." The implication of this passage is th at an apparently fully formed human is not a living
person until it breathes. This would seem to imply th at a fetus is not alive until it takes its first breath,
after birth.
Hosea 13:15-16 I w ill have no com passion...the people o f S a m a ria ...w ill f a ll by the sword; th e ir lit t le
ones w ill be dashed to the ground; th e ir pregnant women ripped open. Their crime was to have
changed their religious belief. God obviously exhibited profound hatred against people who worship
another deity, and assigned no value to the fetuses of the pregnant women.
Amos 1:13 "I w ill not revoke the punishm ent because they have ripped up women w ith child in Gilead,
th a t they m ig ht enlarge th e ir borders ." This refers to atrocities allegedly com m itted by Ammonite
soldiers. Disemboweling pregnant women in th at era would be certain to kill both the women and their
fetuses. The reference to enlarging their border may m ean th at the Ammonites w anted to prevent
children from being born who later might grow up to fight th e Ammonites. The horrible nature of the
crime appears to be directed a t the killing of defenseless women; the deaths of the fetuses is not
discussed.
The Talmud: "Talmud" means "Book o f Study in Hebrew. 7 They contain "discussions and analysis on
Jewish law and how i t is applied in everyday lif e . " The Talmuds regard human personhood as beginning
only a t birth. Specifically, if the fetus is born normally, this happens when its forehead has left the
birth canal. If the fetus is born feet-first, it happens when more than half of its body has been
delivered.
References:
21. Hans Walter Wolff, "Anthropology o f the Old Testament," Fortress Press, Philadelphia PA, (1974),
Pages 14 & 59.
22. C.M. Laymon, Ed., "The Interpreter's One-Volume Commentary on the Bible," Abingdon, (1991), P.
46.
23. D.W. Cloud, "Birth Control and the Christian," at:
http://wayoflife.org/~dcloud/otimothy/tl110003.htm
24. B.E. McKinley, "Why Abortion is Biblical," at: http://www .elroy .net/ehr/abortion.html
25. Roy Bowen Ward, "Is the Fetus a person?" at: http://www.rcrc.org/religion/es2/comp.html
26. Michigan Christians for Life has a free (as of 2001-SEP-14) bumper-sticker offer at:
http://www .nonprofitpages.com/mcfl/free .htm
27. Talmud Project at: http://www.font.world.com/talproj 1.html
"Those who slew the unborn children w ill be to rtu re d fo re ve r, fo r God w ills it to so." 2:264
A thenagoras: He stated th at Christians "call women who take m edications to induce an abortion
m urderers" (Petition to Emperor Marcus Aurelius (121-180 CE), circa 150 CE)
C lem ent of Alexandria: (? - 215 CE) "Our whole life can go on in observation o f the laws o f nature, i f
we gain dom inion over our desires fro m the beginning and i f we do not k ill, by various means o f a
perverse a rt, the human offspring, born according to the designs o f divine providence; f o r these
women who, i f orde r to hide th e ir im m o ra lity, use abortive drugs which expel the child com pletely
dead, a b o rt a t the same tim e th e ir own human fe e lin g s. Paedagogus 2
337
T ertullian (circa 155 - 225 CE): "...w e are not p e rm itte d , since m urder has been p ro h ib ite d to us once
and fo r a ll, even to destroy ...th e fe tu s in the womb. It makes no difference w hether one destroys a
life th a t has already been born o r one th a t is in the process o f b ir th ." 4
St. Hippolytus (circa 170-236 CE): "Reputed believes began to resort to drugs f o r producing S te rility
and to g ird themselves round, so as to expel w hat was conceived on account o f th e ir not w anting to
have a child e ith e r b y a slave o r b y any p a ltry fe llo w , f o r the sake o f th e ir fa m ily and excessive
w ealth. Behold, in to how g re at im p ie ty th a t lawless one has proceeded, by inculcating a d u lte ry and
m urde r a t the same tim e ." "Refutation of all Heresies" 9:7
Minicius Felix (a Christian lawyer; circa 180 - 225 CE): "Some women take medicines to destroy the
germ o f fu tu re life in th e ir own bodies. They com m it in fa n ticid e before they have given b irth to the
in fa n t" 5
St. Basil th e G reat (circa 330 - 379 CE): "She who has d e lib e ra te ly destroyed a fe tu s has to pay the
p e n a lty o f m u rd e r...h e re it is not only the child to be born th a t is vindicated, b u t also the woman
h e rs e lf who made an a tte m p t against h e r own life , because usually the women die in such attem pts.
F urtherm ore, added to this is the destruction o f the child, another m urder... Moreover, those, too,
who give drugs causing a bortion are d e liberate m urderers themselves, as w e ll as those receiving the
poison which k ills the fe tu s .' Letter 188:2
St. Ambrose: (339 to 397 CE) "The po o r expose th e ir children, the rich k ill the f r u it o f th e ir own
bodies in the womb, lest th e ir p ro p e rty be divided up, and they destroy th e ir own children in the
womb w ith murderous poisons. and before life has been passed on, i t is a n n ih ila te d ." 6
St. John Chrysostom (circa 340 - 407 CE): "Why sow where the ground makes i t its care to destroy the
fru it? Where there are m any e ffo rts a t abortion? Where there is m urder before the b irth? For you do
not even le t the h a rlo t rem ain a m ere h a rlo t, b u t make her a m urderer also. Y ou see how drunkenness
leads to whoredom, whoredom to adultery, a d u lte ry to m urder; o r ra th e r som ething even worse than
m urder. For I have no real name to give it, since it does not destroy the thing born b u t prevents its
being born. Why then do you abuse the g ift o f God and fig h t w ith His laws, and fo llo w a fte r w hat is a
curse as i f a blessing, and make the place o f procreation a chamber f o r m urder, and arm the woman
th a t was given f o r childbearing unto slaughter ?" Homily 24 on Romans
St. Jero m e (circa 342-420 CE): "They drink potions to ensure s te r ility and are g u ilty o f m urdering a
human being not y e t conceived. Some, when they learn th a t they are w ith child through sin, practice
a bortion by the use o f drugs. Frequently they die themselves and are brought before the rulers o f the
lo w e r w o rld g u ilty o f three crimes: suicide, a d u lte ry against Christ, and m urder o f an unborn c h ild .
Letter 22:13
T ertullian circa 160-240 CE:
"For us [C hristians] we m ay not destroy even the fe tu s in the womb, w hile as ye t the human
being derives blood fro m o th e r p a rts o f the body f o r its sustenance. To hinder a b irth is m erely
a speedier m an-killin g; nor does i t m a tte r when you take away a life th a t is born, o r destroy
one th a t is coming to b irth . That is a man which is going to be one: you have the f r u it already
in the seed.' -Apology 9:6
"They [John and Jesus] were both alive w hile s till in the womb. Elizabeth rejoiced as the in fa n t
leaped in h e r womb; M ary g lo rifie s the Lord because Christ w ith in inspired her. Each m other
recognizes h e r ch ild and is known by her ch ild who is alive, being not m erely souls b u t also
s p irits ." -De A ninta 26:4
The Epistle o r Barnabas, circa 125 CE: "Thou shalt love th y neighbor m ore than th y own life . Thou
s h a lt not m u rd er a ch ild by abortion. "
19:5
338
"Those who slew the unborn children w ill be to rtu re d fo re ve r, fo r God w ills it to so."
The Synod of Elvira, held in Spain in 306 CE: "If a woman becomes pregnant by com m itting adultery,
w h ile h e r husband is absent, and a fte r the act she destroys the child, i t is p ro p e r to keep h e r fro m
communion u n til death, because she has doubled h e r crim e. " Canon 63.
The Synod of Ancyra, held in 314 CE, condem ned abortion. The penalty was 10 years of penance
The Apostolic C onstitutions (circa 380 CE) allowed abortion if it was done early enough in pregnancy.
But it condem ned abortion if the fetus was of human shape. "Thou shalt not slay the ch ild by causing
abortion, nor k ill th a t which is begotten. For everything th a t is shaped, and his received a soul fro m
God, i f slain, i t shall be avenged, as being u n ju s tly destroyed. " 7:3
Pope Innocent III (?-1216) w rote a letter which ruled on a case of a Carthusian monk who had
arranged for his fem ale lover to obtain an abortion. The Pope decided th at th e monk was not
guilty of homicide if the fetus was not "animated."
Early in the 13th century, Pope Innocent III stated th a t the soul enters the body of the fetus at
the tim e of "quickening" - when the woman first feels movement of the fetus. After ensoulem ent,
abortion was equated with murder; before th a t tim e, it was a less serious sin, because it
term inated only potential human life, not human life.
St. Thomas Aquinas (1225-1274) also considered only the abortion of an "animated" fetus as
murder.
Pope Sixtus V issued a Papal bull "Effraenatam " in 1588 which threatened those who carried out
abortions a t any stage of gestation with excommunication and the death penalty. Pope Gregory
XIV revoked the Papal bull shortly after taking office in 1591. He reinstated the "quickening" test,
which he said happened 116 days into pregnancy (16% weeks).
References
28. Aristotle "H istory o f Animals, Book VII, Chapter 3, 583b.
29. Philo of Alexandria, "On the Individual Laws", 3, 20, 110.
30. Uta Ranke-Heinemann, "Eunuchs f o r the Kingdom o f Heaven: Women, Sexuality and the
Catholic Church", Doubleday, New York NY, (1990). Pages 68-70
31. Tertullian, "Apology" (9:7-8)
32. Minucius Felix, "Octavious (30, 2)
33. Ambrose, "Hexaemeron", (5, 18, 58)
34. St. Augustine, "On Exodus", (21, 80)
35. St Jerom e, "Epistle" (121, 4)
36. Uta Ranke-Heinemann, op cit., Page 298-311
37. Rosemary Stasek, "A B rie f H istory o f A bortion in the Catholic Church", 1991 speech.
Available at: http://w w w .stasek.com /ccffc/pvspeech.htm l
38. "What Does the Bible Say about Abortion?, at:
http://w w w .infidels.org/org/ffrf/nontracts/abortion.htm l
340
Background:
Within Christianity, Judaism, Humanism and other religions and ethical systems, the morality of
abortion is grounded in th e precise belief of the nature of the fetus. There is a general consensus
in North America th a t when the fetus becomes a human person, then abortions should be
severely limited. Most would confine abortions at th at stage to situations th at threaten the life of
the pregnant woman; a very few would elim inate access to abortions totally. The problem th at
generates so much controversy is th a t no consensus exists in society over the point, betw een
conception and birth, when personhood begins.
Halacha (Jewish law) does define when a fetus becomes a nefesh (person). "...a baby...becomes
a fu ll-fle d g e d human being when the head emerges fro m the womb. Before then, the fe tu s is
considered a 'p a rtia l li f e . " 5 In the case of a "feet-first" delivery, it happens when most of the
fetal body is outside th e mother's body.
Jewish beliefs and practice not neatly match either th e "p ro -life " nor the "pro-choice" points of
view. The general principles of m odern-day Judaism are that:
The fetus has great value because it is potentially a human life. It gains " fu ll human status a t b irth
o n ly .' 2
Abortions are not perm itted on the grounds of genetic im perfections of the fetus.
Abortions are perm itted to save th e mother's life or health.
With the exception of some Orthodox authorities, Judaism supports abortion access for women.
"... each case m ust be decided individually by a rabbi well-versed in Jewish law ." 5
Historical Christianity has considered "ensoulm ent," the point at which the soul enters th e body)
as the tim e when abortions should normally be prohibited. Belief about the timing of this event
has varied from the instant of fertilization of the ovum, to 90 days after conception, or later.
There has been no consensus among historical Jewish sources about when ensoulm ent happens. It
is regarded as "one o f the 'secrets o f God' th a t w ill be revealed only when the Messiah comes. ,
The Babylonian Talmud Yevamot 69b states that: "the embryo is considered to be m ere w a te r
u n til the fo r tie th day." Afterwards, it is considered subhuman until it is born.
"Rashi, the great 12th century com m entator on the Bible and Talmud, states cle a rly o f the fe tu s
'lav nefesh h u --it is n o t a person.' The Talmud contains the expression ubar yerech im o--the
fe tu s is as the thigh o f its m o th e r,' i.e ., the fe tu s is deemed to be p a rt and parcel o f the
pregnant woman's body." 1This is grounded in Exodus 21:22. That biblical passage outlines the
Mosaic law in a case w here a man is responsible for causing a woman's miscarriage, which kills
341
the fetus If the woman survives, then the perpetrator has to pay a fine to th e woman's husband.
If th e woman dies, then the perpetrator is also killed. This indicates th at th e fetus has value, but
does not have the status of a person.
There are two additional passages in the Talmud which shed some light on the Jewish belief
about abortion. They imply th a t the fetus is considered part of the m other, and not a separate
entity:
One section states th at if a man purchases a cow th at is found to be pregnant, then he is the owner
both of the cow and the fetus.
Another section states th at if a pregnant woman converts to Judaism, th at her conversion applies also
to her fetus.
A passage from the Mishna quotes a Jewish legal tex t from the second century CE. It describes
the situation in which a woman's life is endangered during childbirth. A D&X procedure (often
called Partial Birth Abortion in recent years) might be used under these conditions today.
However, this technique was unknown in ancient tim es. The legal tex t states th at the fetus must
be dism em bered and removed limb by limb. However, if "the g re a te r p a rt of the fetus had
already been delivered, then the fetus could not be killed. This is based on the belief th at the
fetus only becomes a person after most of its body em erges from the birth canal. Before
personhood has been reached, it may be necessary to "sacrifice a p o te n tia l life in o rd e r to save a
f u lly existent human life , i.e. the pregnant woman in labor." 1After the forehead em erges from
the birth canal, the fetus is regarded as a person. Neither the baby nor th e m other can be killed
to save the life of the other.
A second consideration is the principle of self-defense. Some Jewish authorities have asserted
th at if the fetus placed its mother's life at risk, then the m other should be perm itted to kill the
fetus to save herself, even if the "g re ater p o rtio n [o f its body] had already em erged' from the
birth canal.
Other abortions:
Some Jewish authorities have ruled in specific cases:
One case involved a woman who becomes pregnant while nursing a child. Her milk supply would dry up.
If th e child is allergic to all other forms of nutrition except for its mother's milk, then it would starve.
An abortion would be perm itted in this case. An abortion of the fetus, a potential person, would be
justified to save the life of the child, an actual person.
An abortion would be permissible if the woman was suicidal because of her pregnancy.
Jewish authorities differed in a case w here a continued pregnancy would leave the m other
perm anently deaf. She obtained permission for an abortion from the Chief Rabbi of Israel.
Many Jewish authorities perm it abortion in the case of a pregnancy resulting from a rape, if needed in
order save her great m ental anguish.
Most authorities do not perm it abortion in the event th at the fetus is genetically defective or will
probably pick up a disease from its m other. The rationale is th at even though the child will be
malformed, disabled, or diseased, it would still be formed in the image of the creator. Rabbi Eliezar
Waldenberg is one authority who believes otherwise. He "allows fir s t trim e s te r a bortion o f a fe tu s
which w ould be born w ith a d e fo rm ity th a t w ould cause i t to su ffe r, and te rm in a tio n o f a fe tu s w ith a
le th a l fe ta l defect such as Tay Sachs up to the end o f the second trim e s te r o f g e sta tio n . 3
An abortion is som etim es perm itted if the woman suffers great em otional pain about the birth of a
child who will experience health problems.
342
Abortions are not perm itted for economic reasons, to avoid career inconveniences, or because the
woman is unmarried.
In a very unusual case, a woman in New Jersey was pregnant with a hydroencephalic fetus. Its large
head prevented a conventional delivery. The physician recom m ended a Caesarian section. But the
woman asked for a D&X procedure on the grounds th at th e fetus' life was doomed anyway and a C
section would weaken her uterus for her next pregnancy. Her rabbinic authorities agreed. 4
References
39. R.A. Zwerom & R.J. Shapiro, "Religion and choice: Judaism and a b o rtio n ," at:
http://w w w . rcrc.org/religion/es/com p. html
40. Heyden Graham, "Judaism and A b o rtio n ," at: http://w w w -
scf.usc.edu/~hgraham /portfolio/rel 1 .htm l
41. Daniel Eisenberg, "Abortion and Halacha," JSOURCE, at: http://w w w .us-
israel.org/jsource/Judaism /abortion.htm l
42. M.Z. Warhman, "Partial birth abortion", JSOURCE, at: http://w w w .us-
israel.org/jsource/Judaism /partial.htm l
43. "Ask the Rabbi: A b o rtion - Yes o r No," at: http://w w w .aish.com /rabbi/A T R browse.asp?
l=A&offset=1
should be considered as a "pre-born" human person worthy of protection. It says nothing about a first
trim ester fetus w ithout a functioning brain, consciousness or nervous system. This passage might be
used to argue against th e morality of a third-trim ester abortion.
The passage also clearly relates to two miraculous pregnancies: th at of John th e Baptist and Jesus; it
would not necessarily apply to pregnancies of ordinary people. There never has been a case whereby
an "ordinary" fetus could understand the words of the woman who was carrying it.
One conservative Christian source 1 noted th at the "Greek word f o r 'babe' in the above te x t is 'brephos'.
In Luke 2 :1 2 , 16, the same Greek w ord is used to describe Christ in the manger. 'Brephos' is also
translated 'babe' in I P e te r 2 :2 , 'child' in II Tim . 3 :1 5 ; 'in fa n t' in Luke 18:15; and 'young child' in A cts
7:19. These scriptures show th a t God uses the same w ord to describe a ch ild w h ether i t is unborn,
new-born o r som etim e la te r ." Another way of looking at the term "Brephos" is to note th at the Pagan
Greeks had only a single word to refer to a fetus, newborn and young child. Since the New Testam ent
was w ritten in Greek, the authors had only th at one term available for their use. The fact th at they
used it to refer to a fetus, newborn and young child is a reflection on Greek Pagan beliefs, not on God's
intent.
Luke 1 :42...Blessed a rt thou among women, and blessed is the f r u it o f th y womb. This statem ent by
Elizabeth might imply th at the embryo th a t Mary was carrying is a child. Otherwise, she would have
said "blessed w ill be the f r u it o f th y womb. On the other hand, it might simply mean th at the embryo
was special at the tim e because it will grow, become a human person, and eventually be born as the
infant Jesus.
Galatians 1:15-16 But when i t pleased God, who separated me fro m m y m other's womb and called me
b y his grace th a t I m ig ht pre ach.... This appears to repeat the beliefs of Jerem iah 1:5; i.e. th at God
knew Paul's role from before his birth.
The latter part of the phrase probably refers to the w idespread practice of infanticide in the
Roman Empire: The m other would lay a newborn outside the home. If the father accepted
responsibility for the child, he would pick it up and bring it into the house; otherwise, the child
would be abandoned to die. The early Christian movement was known for its practice of scooping
up such abandoned newborns and adopting them into their families. Some Roman Pagans accused
the Christians of collecting newborns in order to engage in rituals of human sacrifice. Ironically,
during the Satanic Panics (1980 to circa 1995 CE), th e tables w ere turned. Some Christians
accused Neopagans of seizing children and infants for abuse and sacrifice in w hat was called
"Satanic R itual Abuse ." Of course, ritual abuse and human sacrifice did not happen, either in
among Christians in the Roman Empire or among Neopagans in modern America.
References:
44. E.L. Bynum, "A bortion! Is i t m urder?', an unsolicited Email from a reader.
45. John Chapman, "Didache: D octrine o f the Twelve Apostles ," The Catholic Encyclopedia,
http://w w w .new advent.org/cathen/04779a.htm
344
46. Alan Cairns, "D ictionary o f theological term s ," Ambassador Prod., (1998), Page 124 -125.
Read reviews or order this book
References
47. "What Does the Bible Say about Abortion?,"at:
http://w w w .infidels.org/org/ffrf/nontracts/abortion.htm l
48. John Cardinal O'Connor, "A bortion: Questions and Answers," (1990), Page 23.
346
We denounce irresponsible sexual behavior and acts o f violence that contribute to the large
number o f abortions each year.
We grieve w ith a ll who struggle w ith the d iffic u lt circumstances that lead them to consider
abortion. Recognizing that each person is u ltim a te ly responsible to God, we encourage men and
women in these circumstances to seek spiritual counsel as they p rayerfully and conscientiously
consider th e ir decision.
We condemn violence and harassment directed against abortion clinics, th e ir s ta ff and clients,
as w ell as sanctions and discrimination against medical professionals whose consciences prevent
them fro m being involved in abortions. " 2
Assemblies of God:
"The Assemblies o f God is unashamedly pro-life. Even though a United States Supreme Court
decision legalized abortion in 1973, abortion is s till immoral and sinful. This stand is founded on
the biblical truth that a ll human life is created in the image o f God (Genesis 1:27). From that
truth issues the long-standing Christian view that aborting the life o f a developing child is e v il ."
3
"All human life is sacred from its inception until death. The Church
takes seriously its obligation to help form the consciences of its
members concerning this sacredness....We regard all abortion as
having a tragic dimension, calling for the concern and compassion of
all the Christian community. While we acknowledge that in this
country it is the legal right of every woman to have a medically safe
abortion, as Christians we believe strongly that if this right is
exercised, it should be used only in extreme situations. We
emphatically oppose abortion as a means of birth control, family
planning, sex selection, or any reason of mere convenience.
"Differences hold prom ise o r p e ril. Our differences are deep and p o te n tia lly divisive. However,
they are also a g if t th a t can lead us in to constructive conversation about o u r fa ith and its
im plications fo r o ur life in the w o rld ."
A developing life in the womb does not have an absolute rig h t to be born, nor does a pregnant
woman have an absolute rig h t to te rm in a te a pregnancy. The concern fo r both the life o f the
woman and the developing life in he r womb expresses a common com m itm ent to life . This
349
requires th a t we move beyond the usual 'p ro -life ' versus 'pro-choice' language in discussing
a b o rtio n ."
"Abortion ought to be an option on ly o f last resort. Therefore, as a church we seek to reduce the
need to tu rn to a bortion as the answer to unintended pregnancies."
"Because o f the Christian presum ption to preserve and p ro te c t life , this church, in most
circumstances, encourages women w ith unintended pregnancies to continue the pregnancy."
"This church encourages and seeks to support adoption as a p ositive option to a b o rtio n ."
"This church recognizes th a t there can be sound reasons fo r ending a pregnancy through induced
a b o rtio n ."
"This church opposes ending in tra u te rin e life when a fe tu s is developed enough to live outside a
uterus w ith the aid o f reasonable and necessary technology. I f a pregnancy needs to be
in te rru p te d a fte r this p o in t, every reasonable and necessary e ffo rt should be made to support
this life , unless there are le th a l fe ta l abnorm alities indicating th a t the prospective newborn
w ill die very soon.' 7
Girl's Inc.:
"Girl's, Inc. supports a woman's freedom o f choice, a co n stitu tio n a l rig h t established by the U.S.
Supreme Court in 1973 in Roe vs. Wade." 1
Judaism
This is discussed in a separate essay.
concern.' In short, the p o lic y states, abortion should be the choice o f last resort in cases o f
problem pregnancy ." 9
Salvation Army:
In 1999-OCT, th e Commissioner's Conference of the Salvation A rm y in the U.S. approved a
statem ent which said, in part:
The Salvation Army recommends th at all unwanted pregnancies be carried to term . They offer help and
assistance to support th e woman.
"The Salvation A rm y recognizes tragic and perplexing circumstances th a t require d iffic u lt decisions
regarding a pregnancy. Such decisions should be made only a fte r p ra y e rfu l and th ough tful
consideration, w ith appropria te involvem ent o f the woman's fa m ily and pastoral, m edical and o th e r
counsel. A woman in these circumstances needs acceptance, love and compassion. "
The Salvation Army offers post-abortion "love and compassion ..." They "o ffe r its services and
fe llo w sh ip to those involved ."
10
In 1986 the Salvation Army stated:
"T erm ination o f a pregnancy m ay be ju s tifie d in those rare instances where:
in the ju d g m e n t o f com petent m edical and a llie d s ta ff the pregnancy poses a serious th re a t to the life
o f the m o th e r o r could re sult in irreversible physical in ju ry to the m other, and
where re lia b le diagnostic procedures determ ine th a t a fe ta l anom aly is present which is incom patible
w ith postnatal survival f o r m ore than a fe w weeks, o r
1968:
"BE IT RESOLVED: That the 1968 General Assembly o f the U nitarian Universalists Association urges th a t
e ffo rts be made to abolish existing abortion laws except to p ro h ib it perform ance o f an a bortion by a
person who is not a d u ly licensed physician, leaving the decision as to an abortion to the doctor and
his p a tie n t. "
1977:
"WHEREAS, attem pts are now being made to deny Medicaid funds for abortion and to enact
Constitutional Amendments th a t would limit abortions to life-endangering situations and thus remove
this decision from th e individual and her physician; and...
WHEREAS, we affirm th e right of each woman to make th e decisions concerning her own body and
future and we stress th e responsibilities and long-term com m itm ent involved in th e choice of
parenthood;...
THEREFORE BE IT RESOLVED: That the 1977 General Assembly of the Unitarian Universalist Association
expresses its dismay and regret at the June 20, 1977 decision of the Supreme Court as seriously
jeopardizing the right of legal abortion won in the Supreme Court decisions of January, 1973; opposes
th e denial of Medicaid funds for abortion and any Constitutional am endm ent prohibiting abortion and
urges members of the societies of th e Unitarian Universalist Association to w rite or wire their senators
and representatives in Congress and state legislatures to inform them of our position on these issues."
1993:
THEREFORE BE IT RESOLVED th at Unitarian Universalists in the United States be urged to prom ote
passage of federal legislation to:
48. guarantee the fundam ental right of individual choice in reproductive m atters;
49. require th a t counseling agencies receiving federal funds provide information about pregnancy
options, including abortions;
50. provide federal funds to make abortion available to women of low income and to women in the
armed services;
51. ensure the provision of abortion services for all women within a national health program;
52. protect medical personnel who supply abortion services, and their families, from harassm ent
and intimidation; and
53. guarantee unrestricted access to counseling and abortion services, regardless of age, class,
race, or situation, w ithout curtailing peaceful protest. 11
1. Taken from a list at "MTTU News: P ro life News f o r the Church A ctive, at:
http://w w w .m ttu.com /A rticles/supporters-of-abortion.htm They reported th at the list
originated from Mark Crutcher of Life Dynamics, Inc.
2. "AMERICAN BAPTIST RESOLUTION CONCERNING ABORTION AND MINISTRY IN THE LOCAL
CHURCH. American Baptist Churches USA, 1987, at: http://w w w .abc-
usa.org/resources/resol/abortion.htm
3. "Assemblies o f God Beliefs: A b o rtio n :," at: http: //w w w .ag .org/top /b eliefs/
4. "Frequently asked questions ," LDS, at: http://w w w .m orm on.org/question/faq/
5. "Tragic Compromises on A b o rtio n ...,' at: http://ic.net/~erasm us/RA Z426.H TM
6 . "Pastoral and Healthcare Ethics: A b o rtio n ," at: http://w w w .episcopalchurch.org/aehc/
7. "A Social Statem ent on A b o rtio n , Evangelical Lutheran Church in America, at:
http://w w w .elca.org/dcs/abortion.htm l
8 . A. L. Barry , "What A bout A b o rtio n ?," The Lutheran ChurchMissouri Synod, at:
http://w w w .lcm s.org/president/aboutlcm s/w hatabout/abortion.asp
9. "General Assembly backgrounder: A b o rtio n ," PC(USA), 2001-MAY-8, at:
http://w w w . pcusa.org/pcnew s/
10. "The Salvation Army's Position on A b o rtio n ," at: http://w w w .usc.salvationarm y.org/
11. "U nitarian Universalist Association: Actions, Resolutions & Resources has a search
facility th a t found 19 docum ents on their web site th a t discuss abortion. See:
http://w w w . uua.org/actions/
12. Hans Holznagel, "HR 1833 and the United Church o f C hrist, at:
http://w w w .w fn.org/1996/05/m sg00749. html
13. "The Book o f Discipline o f The U nited M ethodist Church--2000: A b o rtio n ," at:
http://w w w . um c.org/abouttheum c/policy/
Other references:
Mark Ellingsen, "The Church and A bortion: Signs o f Consensus," at: http://w w w .religion-online.org/
"We A ffirm ! N ational Religious Organizations Support Reproductive Choice," at:
http://w w w .rcrc.org/religion/w eaffirm /affirm .htm l
Paul D. Simmons, "Personhood, the Bible, and the A bortion Debate ," at:
http://w w w .rcrc.org/religion/es3/es3.htm l
353
A brief history:
Prior to 380 CE, many Christian leaders issued unqualified condem nations of abortion. The
Didache (also known as "The Teaching o f the Twelve Apostles"), which was w ritten circa 100 - 150
CE for the guidance of Christians, also forbids abortion. So did two church synods in the early 4th
century. More information
The Apostolic C onstitutions (circa 380 CE) allowed abortion if it was done early enough in
pregnancy. But it condem ned abortion if the fetus was of human shape and contained a soul:
"Thou shalt not slay the child b y causing abortion, n o r k ill th a t which is begotten. For everything
th a t is shaped, and his received a soul fro m God, i f slain, it shall be avenged, as being u n ju stly
destroyed. (7:3)
St. Augustine (354-430 CE) returned to the Aristotelian Greek Pagan concept of "delayed
ensoulm ent. He w rote th a t a human soul cannot live in an unformed body. 1 Thus, early in
pregnancy, an abortion is not m urder because no soul is destroyed (or, more accurately, only a
vegetable or animal soul is term inated).
In the 17th century, the concept of "sim ultaneous an im a tio n . gained acceptance within the
medical and church communities. 2 This is the belief th at an embryo acquires a soul at the time
of conception, not a t 40 or 80 days into gestation as the church had previously taught.
Pope Pius IX dropped the distinction betw een the "fetus animatus" and "fetus inanimatus" in 1869.
Canon law was revised in 1917 and 1983 to refer simply to "the fe tu s .' The church penalty for
abortions a t any stage of pregnancy was, and remains, excommunication.
A Papal decree in 1884 prohibited craniotomies. This is an operation th at kills the fetus by
dismantling its skull. The procedure was occasionally needed in order to save the life of the
pregnant woman. In 1886, a second decree extended the prohibition to all operations th at
directly killed the fetus, even if done to save the woman's life. The effects of these decrees
would often be the death of both the woman and the fetus. These rules are still in place today,
although they are ignored by most North American physicians -- Catholic and non-Catholic.
The Roman Catholic church has occasionally "held fu n e ra l and b u ria l services " for aborted
fetuses. 3 However, this has not been the general rule. Embryos and pre-viable fetus have not
usually been considered full persons to the extent of being worthy of a formal requiem mass or a
formal burial service.
354
Examples:
We have found four examples in the literature involving the morality of killing an embryo or
fetus:
Ectopic Pregnancy: In a normal conception, sperm fertilizes an ovum in one of the woman's two
fallopian tubes (aka oviducts). The fertilized ovum then moves down the tube and implants itself in the
wall of the uterus. In an ectopic pregnancy, the embryo becomes lodged in the duct. Initially, there is
no problem. However, as the embryo grows, it will become too large to be accom m odated in the duct.
The latter ruptures. Unless the woman obtains im m ediate medical care, she will inevitably die of an
internal hemorrhage. Ectopic pregnancies happen in about 1 per 4,000 pregnancies, and about 1 per 65
in-vitro fertilization pregnancies. The normal medical procedure is to cut the fallopian tube, remove
the developing embryo, and stop the bleeding. The embryo inevitably dies due to lack of life support
services which had previously been supplied by the woman. We have found three interpretation of
church law in such a case:
According to an article in Touchstone Magazine , the church has no objection to this procedure.
That is because th e woman's life was saved by the removal of the oviduct; it was not directly
saved by the death of the fetus. The fetal death was unintended and was not a goal of the
procedure. 5
According to author Gerald Kelly, "there is...a pathological condition in the m o th e r which is
d is tin c t fro m the m ere fa c t th a t the fe tu s is present, (and) th is condition exists in an organ
which is not indispensable f o r the m other's life , (and) the sacrifice o f it, when i t is in a m orbid
condition can save h e r life , the rem oval o f the diseased organ is m o ra lly perm issible, although
the death o f the fe tu s ensues, because the operation is directed, n o t against the fe tu s b u t
against the pathological condition o f the m other. It is not the case o f a tta in in g a good e ffe c t by
means o f the bad, because the m other's life is saved, not by the death o f the fetus, b u t by the
rem oval o f the pathological condition ." The fetal death is an indirect effect of saving the
woman's life.
However, th e C atholic Encyclopedia, Volume 1, quotes a decision of the Tribunal o f the Holy
O ffice on 1902-MAR-20. The Tribunal's answer was: "No; according to the decree o f 4 May, 1898;
according to which, as f a r as possible, earnest and opportune provision is to be made to
safeguard the life o f the child and o f the m other. As to the tim e, le t the questioner rem em ber
th a t no acceleration o f b irth is lic it unless it be done a t a tim e, and in ways in which, according
to the usual course o f things, the life o f the m o th e r and the ch ild be provided fo r". Removal of
the fetus from the oviduct would directly result in the death of the fetus; its life cannot be
saved. It would inevitably die. The Catholic Encyclopedia draws an analogy betw een this
operation, and plunging an adult into a medium (e.g. w ater) and holding him there until he dies.
The Catholic Encyclopedia has a Nihil Obstat, dated 1907-MAY-1 by Remy Lafort, S.T.D., Censor, and an
Imprimatur by John Cardinal Farley, Archbishop of New York. We would assume th at their ruling would
be the correct one.
U terine Cancer: Very rarely, a pregnant woman is diagnosed with cancer of the uterus. From a moral
standpoint, this situation is similar to the previous exam ple. However, in this case, the fetus would not
be threatening the life of the woman; the cancer would. The normal medical response would be to
surgically remove the womb and its contents, including the cancerous growth and the fetus. Unless a
late-term fetus was involved, it would inevitably die -- again because of lack of life support. The
morality of the procedure, in the eyes of th e church, is not clear to us. We have asked for a ruling.
Multiple pregnancies: New methods are now coming into common use to help infertile couples
conceive. These involve in-vitro fertilization (IVF) and ovary stim ulation techniques. Unfortunately, the
procedures are som ew hat unpredictable. Sometimes they produce too many sim ultaneous pregnancies
-- four, five or even more fetuses sharing one womb. Often, all of them can not come to full term and
356
be born together; they will be born so prem aturely th at their survival is questionable. They may survive
but be seriously disabled. Physicians have introduced the technique of "fe ta l reduction " to handle such
situations. A number of the fetuses are selectively aborted. This reduces the number remaining in the
womb to a m anageable level, so th at all have a good chance of developing fully before being born.
The church considers each fetus to have the status of a full human person. They all have full human
rights, including th e right to life. Fetal reduction is a form of selective abortion -- the "d ire c t and
w illfu l e lim in a tio n o f an innocent human b e in g ...It therefore, w hether w ille d as an end o r only
u tiliz e d as a means, always constitutes a grave m oral disorder. 8 It cannot morally be done, in the
eyes of the church, even if it is necessary to preserve the life or health of the woman or th e other
fetuses. That is because it would violate th e church's prime directive in such cases: "It is never lic it to
do evil, even in view o f a tta in in g a good... even i f due to human lim ita tio n s we are sometimes forced
to only helplessly witness the death o f innocent creatures, i t can never by m o ra lly lic it to w illfu lly
provoke death. 8
T reatm ent of frozen em bryos: Surplus fertilized embryos are generally produced during each in-vitro
fertilization (IVF) procedure. Multiple ova are fertilized in the laboratory, and allowed to divide.
Typically four of th e healthiest-looking embryos are then im planted in the woman's uterus. The hope is
th at one will successfully im plant and lead to a normal pregnancy. About tw enty surplus embryos are
typically left over after the procedure is com pleted. These are normally frozen in liquid Nitrogen.
Cardinal Hume of W estminster, UK, com m ented on the options for handling these embryos. The church
considers these embryo to have been full human persons from the tim e th at their original ovum was
fertilized.
His preference would be th at IVF procedures be stopped. But even if this w ere done, there remains the
problem of the fate of the existing surplus embryos. Cardinal Hume was aware of two suggestions,
"n e ith e r o f which is w ith o u t m oral d iffic u ltie s . He notes th at the freezing process is an extraordinary
means of preserving life. The least worse solution would be to simply expose the embryos to the
laboratory environm ent and allow them to die. An alternate m ethod would be to find other couples
who would be willing to 'adopt' the spare embryos by having them im planted in infertile women who
wished to become pregnant. He concludes th at this would raise "substantial pra ctica l d iffic u ltie s , and
presents theological problem s. These w ould have to be examined and resolved, i f the Church were to
endorse this o p tio n ." 9
References:
54. St. Augustine, "On Exodus", (21, 80)
55. Uta Ranke-Heinemann, "Eunuchs f o r the Kingdom o f Heaven: Women, Sexuality and the
Catholic Church", Doubleday, New York NY, (1990). Pages 298-311
56. John Cardinal O'Connor, "A bortion: Questions and Answers ," (1990), Page 23.
57. "A b o rtio n ," New Advent. Translated from the Catholic Encyclopedia, Volume 1 (1907).
Online at: http://w w w . new advent.org/cathen/01046b.htm
58. Patrick Reardon, "A bortion & the m other's life ," Touchstone Magazine. Online at:
http ://w w w .cath olic.n et/h ot topics/
59. Pope Pius XI, "C hristian M arriage," 1930-DEC-31 at:
http://w w w .vatican.va/holy father/pius xi/encyclicals/
60. Gerald Kelly, "M edical-M oral Problems," Page 112f. Cited in: "Father Mateo Archives:
A b o rtio n : M other's life in danger; Deform ed fe tu s ,' at:
http://w w w .cin.org/m ateo/abortion.htm l
61. Pontifical Council for th e Family, "Declaration on fe ta l reduction in cases o f m u ltip le
pregnancies,'' 2000-JUL-12, at: http://w w w .cin.org/docs/fetal-reduction.htm l
62. Basil Hume, "Statem ent made by Cardinal Hume in response to questions raised
concerning the tre a tm e n t o f frozen human embryos," Cathnews, 1996-AUG-5.
357
Others would argue th a t a woman should have th e right to term inate her pregnancy at any tim e
in pregnancy, up to th e point w here th e fetus is viable and fully formed.
Medical professionals, through their state and provincial organizations have passed regulations th at
forbid abortions after 2 0 or 2 1 weeks gestation, except in very unusual circum stances.
This essay describes the rationale for two interm ediate positions -- betw een the main pro-choice and
358
pro-life movements.
Almost all spontaneous abortions, (a.k.a. miscarriages), occur fairly early during pregnancy -
typically before the 15th w eek of gestation. For reasons th a t are not entirely clear, "nature"
realizes th a t the embryo or fetus is defective for genetic or other reasons. It is expelled from the
woman's body and pregnancy ceases. Author Ruth Colker argues th at "One m ight argue th a t the
fe tu s is not p o te n tia l life u n til nature has determ ined the tru e p o te n tia lity o f th a t life by
deciding w h eth er to a b o rt the fe tu s spontaneously. A t a m inim um , I w ould ague th a t a woman
should have control over this p e rio d o f spontaneous abortion (usually lasting u n til week 13 o r 15
o f the pregnancy) by deciding w h e th er she wants to choose an elective a b o rtio n . " 4
References
64. David A Jones, "The UK D e fin itio n o f d eath, at: http://w w w .linacre.org/death.htm l
65. Stuart J Youngner, e t al. eds., "The D e fin itio n o f Death: Contem porary Controversies,
Johns Hopkins University Press, ISBN 0 8018 5985 9
6 6 . Richard C. Carrier, "A bortion is not im m oral and should not be ille g a l ," at:
http://w w w .infidels.org/library/m odern/richard carrier/
67. Ruth Colker, "Abortion & Dialogue: Pro-choice, p ro -life and Am erican la w ," Indiana Univ.
Press, (1992), Note 9, Page 126.
if her behavior threatens her fetus. It is perhaps ironic th at the decision was handed down on
Halloween.
Madam Justice Beverley McLachlin w rote the decision for the majority. She stated: "The only law
recognized is th a t o f the born person. Any rig h t o r in te re st the fe tu s m ay have remains inchoate
and incom plete u n til the b irth o f the c h ild ." She concluded th at any attem p t to forcibly tre a t a
pregnant woman would violate "th e most sacred sphere o f personal lib e rty - the rig h t o f every
person to live and move in fre e d o m ...A pregnant woman and h e r unborn ch ild are one...To make
orders p ro te c tin g fetuses w ould ra d ic a lly impinge on the fundam ental lib e rtie s o f the m other -
both as to life s ty le choices and as to where she chooses to liv e ..." She expressed concern th at if
the state w ere found to have a right to interfere with a pregnancy then women who smoke
cigarettes or who exercise strenuously might be the next to be taken into custody. This could
cause the problem to be driven underground: pregnant women might refuse counseling and
medical help out of fear of being confined; some might even resort to having an abortion in order
to continue their addiction. "In the end, orders made to p ro te c t a fetus's health could u ltim a te ly
re su lt in its de structio n."
Judge McLachlin w rote th at if "th e unborn child is a legal person w ith legal rights" then all types
of ramifications would result. For example:
A woman seeking an abortion might be countered by an injunction obtained on behalf of the fetus
A drunk driver who causes an accident which kills a pregnant woman might be sued by her family for
the death of the fetus
Carissima Mathen, a lawyer with the Women's Legal and Education and A ddiction Fund agreed
with the decision. She said: " It was a very serious case, a very grave case. I was surprised a t how
com pletely they appeared to agree w ith us. They grasped th a t this is an issue o f fundam ental
rig hts f o r w om en."
Mr. Justice John Sopinka and John Major issued a dissenting judgm ent, stating th at intervention
against the wishes of a pregnant woman should be possible if there is a reasonable probability
th at her behavior would cause "serious irreparable harm to the unborn c h ild ...In any event, this
inte rfe re nce is always subject to the m other's rig h t to end i t by deciding to have an
abortion...W hen a woman chooses to carry a fe tu s to term , she m ust accept some responsibility
f o r its w ell-being and the s ta te has an in te re st in tryin g to ensure the child's h e a lth ."
Jim Hughes, president of Campaign L ife Canada, (a "pro-life group) called "on Parliam ent to
im m e diately enact legislation to p ro te c t the most defenseless m em ber o f our human fa m ily -
the preborn child. It is a m a tte r o f s c ie n tific tru th and fundam ental ju s tic e . "
Ms. G has overcome her addiction, is now pregnant, and was m arried in 1997-NOV. She has
become a born-again Evangelical Christian. Her child appears to not have been damage by his
mother's addiction. He is thriving. The couple has withdrawn from the spotlight.
PRE-IMPLANTATION GENETIC DIAGNOSIS
Introduction:
This is a procedure th at is intended to weed out genetically defective embryos before they have
a chance to develop. It is usually requested by prospective parents who are concerned about
passing an incurable genetically based disease or disorder to their child. Typically one or both
partners have been genetically screened and found to be a carrier.
This "te chn ica lly demanding and com plex procedure " was developed only recently. 5 Currently, it
is only available in a few clinics worldwide. It involves the following steps:
The woman is given drugs to produce "super-ovulation." She normally produces many eggs, which are
collected.
As for a standard in-vitro fertilization (IVF) procedure, the eggs are placed in a dish and are fertilized
by donated sperm (usually from the woman's partner).
About three days after IVF, each embryo has divided to about the 8 cell level.
361
http://www.healt.hlibrary.eom/pgd/biopsy.ht.mht.tp://www.healt.hlibrary.com/pgd/biopsy.ht.mThis photograph
shows the start of the procedure. Here, a 7-cell embryo which is fixed in position with a holding
pipette at the left. A second pipette, on the right is used to drill a hole through the shell of the
embryo. A single cell is dislodged from the embryo with a gentle suction. * The procedure is typically
perform ed on a blastocyst -- a collection of 4 to 10 cells.
One or two cells are removed and "subjected to a m olecular analysis. This requires the removal o f the
genetic m a te ria l DNA. This minuscule am ount o f DNA is am p lifie d , meaning m u ltip le copies are
made through a m ole cula r process known as PCR (polymerase chain reaction). These copies are then
subjected to a m o lecu lar analysis th a t assists in id e n tifyin g the sequence (code) th a t w ill determ ine
the inheritance o f the gene in question." 8 If a genetic defect is found, then the embryo from which it
was taken is destroyed
Typically 3 of the embryos which are free of abnorm alities are im planted in the woman's womb. The
others are destroyed.
Sometimes, none of the 3 embryos develop into fetuses, and the procedure is repeated; Often one or
even two embryos do live and develop into fetuses which are later born.
At this tim e, cells can be checked for dozens of genetically determ ined diseases. One site lists:
achondroplasia
adenosine deam inase deficiency
alpha -1 -antitrypsin deficiency
Alzheimer disease (AAP gene)
beta thalassem ia
cystic fibrosis
epidermolysis bullosa
Fanconi anemia
Gaucher disease
hemophilia A and B
Huntington disease
muscular dystrophy (Duchenne and Becker)
myotonic dystrophy
neurofibromatosis type I
OTC deficiency
p 53 cancers
phenylketonuria
retinoblastom a
retinitis pigmentosa
sickle cell disease
spinal muscular atrophy
Tay Sachs disease 11
Elsewhere on the Internet, sites also list: Fragile X syndrome, Lesch-Nyhan syndrome - Retinitis
pigmentosa, Charcot-Marie-Tooth disease, Barth's syndrome, Turner syndrome, Down's syndrome
and Rett's syndrome. Female ovum can be checked for a gene th at increases the propensity to
develop breast cancer.
Some genetic diseases are sex-linked. e.g. they can be only passed on to male children. Even if a
particular sex-linked disease cannot be detected directly, the PGD m ethod can elim inate all of
the male embryos and im plant only fem ale embryos, thus preventing the transmission of the
disease.
362
The first PGD baby was born in 1989. 1>2 By 1997, over 30 babies had been born world-wide,
following the use of this technique.
Dr. Perry Phillips, an obstetrician and gynecologist, is one of the directors of IVF Canada. He said:
"This is the beginning o f the end o f genetic disease...That's the dream o f medicine. It's our
dream. This should have the same impact [th a t] antibiotics did to bacterial disease.
Some genetically caused diseases only develop symptoms when th e person is in their 30's or 40's. By
th at tim e, a cure might have been found.
The procedure could be the start of a slippery slope. Perhaps embryos would be elim inated th at might
leave the individual a t higher risk for heart disease, or stroke, or obesity, etc. And th ere is the
possibility th a t th e procedure could be used to elim inate fem ale embryos, or embryos th a t would grow
into adulthood with a minority sexual orientation.
Advantages to th e procedure
Most genetic testing now is done through am niocentesis when th e fetus is 12 to 16 weeks old. The
results are typically available after a w ait of an additional three weeks. In this, a sam ple of the
amniotic fluid is drawn from around th e fetus. A floating cell from the fetus is then found and
analyzed. If th e analysis shows th at the fetus is genetically defective, then the parents have the option
of aborting the fetus. Essentially all couples do elect to have an abortion. Amniocentesis is be far more
distressing than Pre-Im plantation Genetic Diagnosis to most couples, because the fetus is so fully
developed. The PGD technique is perform ed before pregnancy begins; it would avoid much of the stress
and moral conflict in most couples. However, strongly pro-life couples may not differentiate morally
betw een the destruction of a three-m onth fetus and an eight-cell embryo; they may consider both to
be fully human persons.
Some adults who know th a t they are carriers of a genetically transm itted disease decide to not have
children. The P re-Im plantation Genetic Diagnosis procedure allows them to have a child with full
assurance th at it would not be carrying th at disease. (Of course, the child could be born with other
malformations, diseases and disorders th at w ere not tested for.)
If th e procedure becam e widespread, th e incidence of many diseases would be reduced.
The procedure could significantly reduce the cost of medical systems in North America. T reatm ent of
some genetic diseases can easily cost multiple-millions of dollars over the lifetim e of a single
individual.
"They w ant to know w he th e r the p u b lic fin d s i t acceptable f o r genetic technology to be used to screen
embryos to e lim in a te those th a t w ould be born w ith distressing in h e rite d diseases, such as cystic
fibrosis. I f such screening is acceptable, the tw o bodies are asking, then how f a r should i t go? What
so rt o f se ve rity o f disease should the labs be allow ed to screen for? I f i t becomes possible to de te ct a
genetic m u ta tio n th a t w ill lead to a n o n -life threatening d is a b ility such as deafness, w hat should be
done? " 6,7
References:
6 8 . Anuja Dokras, M.D.Ph.D., "Pre-Im plantation Genetic Diagnosis, Pre-Im plantation Genetic
Diagnosis, Vol.1 No.5. See: http://w w w . hygeia.org/poem s5. htm
69. Fact Sheet: "P reim plantation Genetic Diagnosis, American Society for Reproductive
Medicine, 1996-DEC. See: http: //w w w . hygeia.org/pgd.htm
70. J.D. Schulman e t al., "P reim plantation genetic testing fo r H untington disease and
certain o th e r dom in a ntly in h e rite d disorders ," at:
http://w w w .givf.com /pgt huntingtonv.htm l
71. S.A. Beyler, "Diagnosis o f Genetic Diseases in the Prem plantation Embryo ." Lab Med,
1993; 24:642-647.
72. "Using PGD to preven t sex-linked diseases, at: http://w w w .healthlibrary.com /pgd/ This
web site has a rem arkable series of microphotographs, including the one shown on this
page. They show how a single cell is extracted from a seven-cell embryo. See:
http://w w w . healthlibrary.com /pgd/biopsy. htm
73. Sarah Boseley, "Public views on embryo genetic testing sought,
http://w w w .guardian.co. uk/uk new s/story/
74. "Consultation docum ent on p re im p la n ta tio n genetic diagnosis," The Human Fertilisation
and Embryology Authority, at: http://w w w .hfea.gov.uk/pgd/index1.htm
75. Luba Djurdninocic, "Pre-Im plantation Testing ," at:
http://w w w .vhl.org/new sletter/vhl1998/98aopgt.htm
76. "P re-im plantation genetic diagnosis (PGD) A com m entary on its u t ilit y and p o te n tia l
value ," at: http://w w w .sirm .com /new s/pgd.asp
77. "Fact sheet: P reim plantation Genetic Diagnosis, American Society for Reproductive
Medicine, at: http://w w w .asrm .org/Patients/FactSheets/PG D -Fact.pdf This a PDF
docum ent. You can obtain a free softw are to read this type of file from Adobe.
78. Ricki Lewis, "P reim plantation Genetic Diagnosis: The next big thing ?," The Scientist,
14[22]:16, 2000-NOV-13. See:
http: / /www. the-scientist. com /yr 2 0 0 0 /
365
SEMINARIO INTERNACIONAL
TEOLOGICO BAUTISTA
ETICA CRISTIANA
BIOETICA
Pontificia Academia
PONTIFICIA ACADEMIA
PARA LA VIDA
DECLARACIN FINAL
DE LA XII ASAMBLEA GENERAL
PROFESOR
Toms Mackey
366
SEMINARIO INTERNACIONAL
TEOLOGICO BAUTISTA
ETICA CRISTIANA
BIOETICA
REVISTA DE BIOETICA E ETICA MEDICA
PROFESOR
Toms Mackey
http://www.google.com.ar/search?hl=es&q=status+of+the+cigoto&meta=
370
http://www.google.com.ar/search?hl=es&q=Al+aceptar+que+todo+cigoto+es+potencialmente+un+ser+humano%2C+habr
%C3%A1+de+devaluarse+esas+potencialidades+a+que+s%C3%B3lo+aproximadamente+un+22%25+de+los+cigotos+llegar
%C3%A1n+a+constituirse+en+embriones&meta=
Biotica del comienzo de la vida Cuntas veces comienza la vida humana?
Miguel Kottow
Biotica 2001 - vol 9 - n 2; p. 25 42
Es necesario reflexionar sobre la biotica del comienzo de la vida, en consideracin a la secularizacin de los
valores involucrados, as como los recientes y trascendentes cambios tecnocientficos en materias de
anticoncepcin, reproduccin programada, fertilizacin asistida, diagnstico embrionario precoz y
manipulacin gentica. La visin concepcional - el ser humano y la personalidad comienzan con la
concepcin - y la postura evolucionista - el ser humano comienza a partir de algn evento embriolgico o del
desarrollo -, no dan cuenta de las prcticas sociales que vigen en lo concerniente a la reproduccin humana.
El presente artculo plantea que tanto los cambios sociales como la tecnociencia de la reproduccin requieren
una nueva perspectiva biotica que entienda el inicio de la vida como un proceso relacional, en que la mujer
toma consciencia de estar embarazada y adopta la decisin de aceptar al embrin como hijo y asumir su
cometido biolgico, social y tico de ser madre.
26
que nos encontramos en tanto latinoamericanos, es un concepto tico, ms que biolgico
o metafsico, del comienzo de la vida humana, porque de este concepto dependern
nuestra moralidad y nuestras decisiones frente a este inicio. Como todo concepto que involucra decisiones
fundamentales en la vida de otros, cualquier perspectiva tica ser trunca y moralmente sospechosa si no
contempla y da prioridad a los valores explicitados por los ms directamente afectados.
El comienzo de la vida en tanto vida es una pregunta que puede interesar a los bilogos,
tambin a la metafsica, pero es de escasa relevancia para la tica. Es difcil asignarle
trascendencia moral a la vida porque la vida vive a costa de s misma, es decir, la vida es un proceso
predatorio que es exitoso en la medida que se nutre de la vida. La vida siempre implica creacin y evolucin,
pero asimismo aniquilamiento y muerte, fenmenos que son naturalmente determinados y por lo tanto se
sitan en el mbito fctico antes que valrico.
No interesa a la moral, ciertamente, el comienzo de la vida terrestre, tampoco hay
preocupacin por el inicio de la vida eucaritica, de la vida de los mamferos, ni siquiera de los homnidos y
slo muy perifricamente del comienzo del homo sapiens sapiens en cuanto especie. Lo esencial, desde la
biotica, es el comienzo de la vida humana individuada.
Entendida como naturaleza biolgica, la vida se presta a reflexin pre-moral, que se convierte en tica cuando
aborda el comienzo de la vida humana. Es efectivo que la tica tambin reflexiona sobre seres vivos no
humanos, pero lo hace siempre desde la perspectiva del ser humano capaz de ejercer influencia sobre otras
formas de vida. La tica de la vida de Albert Schweitzer lo ilustra con especial claridad cuando dice que
[Etica es el respeto ante la voluntad de vivir, en m y fuera de m [...](2), una visin que, quirase o no, es
antropocntrica.
Segn las caractersticas que se consideren ms sustantivas de humanidad, es posible
plantear una diversidad de puntos de vista para precisar el comienzo de la vida. O, como
seal la Corte Suprema de los EE.UU. en su muy comentada decisin Roe vs. Wade de
1973: No es preciso que resolvamos la difcil pregunta de cundo comienza la vida. Si aquellos entrenados
en las respectivas disciplinas de medicina, filosofa y teologa, son incapaces de llegar a algn consenso,
tampoco est la judicatura a estas alturas del conocimiento humano en condiciones de especular (3).
Al interior del nutrido debate sobre el tema es posible distinguir 3 posiciones fundamentales sobre el
comienzo de la vida humana: la concepcional, la evolutiva y la relacional.
La postura concepcional
371
El fundamento metafsico de la postura concepcional indica que el momento de la concepcin da origen al ser
humano en cuanto persona, si bien esta caracterstica es potencial y se desarrollar a lo largo del tiempo. La
Iglesia Catlica ha abandonado la discusin sobre el momento de la animacin, prefiriendo hablar de
hominizacin y declarando que el vulo fecundado muestra que desde el primer instante se encuentra fijado
el programa de lo que ser el ser viviente: un hombre, este hombre individual con sus caractersticas ya bien
determinadas (4).
Al decir que con la unin de los gametos estn dadas las condiciones esenciales para la formacin de un
nuevo ser, se desconoce que una proporcin importante de cigotos estn destinados al fracaso, de manera que
el diagnstico de la singamia exitosa es siempre retroactivo.
No existe modo de saber que se ha producido una concepcin fructfera, la que slo puede ser reconocida a
posteriori cuando se detecta los signos de un embarazo viable, de modo que el comienzo concepcional de la
vida slo ocurre por inferencia post factum y es, siempre, un comienzo virtual. Toda concepcin viable tiene
como elemento necesario, pero no suficiente, la constitucin de un cigoto, requiriendo sin embargo de otros
elementos tambin necesarios y complementarios, para iniciar la ontognesis de un nuevo ser, de manera que
el punto de vista concepcional habr de reconocer que el comienzo de la vida humana es ab initio un proceso
y no un episodio.
Segn esta visin la vida humana comienza en plenitud ontolgica y tica en el momento de la concepcin
(5). Su carcter metafsico descansa en dos presupuestos que, no siendo a su vez metafsicos, son susceptibles
de escrutinio racional: la potencialidad y el concepto de persona, que adems de ser de difcil esclarecimiento,
buscan apoyo en hechos biolgicos inferidos.
Potencialidad
La potencialidad es un concepto que proviene de Aristteles y est en deuda con su hilemorfismo - la materia
como potencia actualizada por la forma. El principio de la Dynamis o disposicin y capacidad - potencia -
acta sobre la Energeia o fuerza realizadora y actualizadora - acto - para producir el ser. Esta interaccin
requiere dos condiciones: toda transformacin es efectuada por un ser realizador, y todo ser tiene por meta su
propia realizacin.
Dice A.N. Whitehead que la potencialidad puede tener dos significados: la potencialidad
general, que es el conjunto de posibilidades que se encuentran en la multiplicidad de los objetos eternos, y la
potencialidad real que est condicionada por los datos que provee el
mundo actual (6 ). El primero es un concepto platnico de realidades ideales que potencialmente dan origen a
realidades fenomnicas. El segundo, ms atingente al presente tema, indica que una realidad dada ofrece
informacin sobre las posibles nuevas realidades en que puede devenir o transformarse. La potencialidad slo
puede ser razonablemente predicadade un ente realmente existente, es una causa eficiente real as como una
causa final tambin real de llegar a ser aquello que se anuncia como potencial (7).
El ente potencial no tiene en s valor sino en la medida que alberga la promesa de llegar a ser valioso. Con
frecuencia se ha rechazado la equivalencia de lo potencial con lo actual sealando que si algo es
potencialmente valioso, significa que por de pronto an no es ese algo valioso y por lo tanto no puede asumir
el valor que an no realiza (8 ). Desde el arte podemos ver que la idea de potencialidad no tiene solidez a
menos que sea contextualizada, pues un pigmento, una porcin de arcilla o un bloque de mrmol pueden
llegar a ser una obra de arte nica, pero eso no convierte estos materiales en arte potencial. Tienen valor
porque potencialmente pueden llegar a ser algo valioso, pero ese valor potencial no posee el mismo status
axiolgico que aquello en que eventualmente devendr.
De manera que no basta con sealar que algo puede llegar a ser una actualidad valiosa, para asignarle por la
va de la potencialidad un valor similar al que alcanzar si se realiza. Con toda esta debilidad conceptual, la
potencialidad aplicada al cigoto genera la pregunta por su status moral. Tiene lo potencial valor moral en
nombre de la eventual actualidad en que puede convertirse? Y si la tuviese, son todas las potencialidades
moralmente equivalentes? Para lograr cierta aproximacin a una respuesta, es preciso cuantificar las
372
entonces situaciones ticamente difciles de aceptar, como las posturas de Singer ("...parece plausible que la
capacidad de anticipar el propio futuro sea una condicin necesaria para poseer un serio derecho a la vida[.]";
(11) Engelhardt ("...personas se destacan por poseer una importancia especial para discusiones morales, pues
son ellas entitades que tienen derechos de tolerancia, y que no pueden ser utilizadas sin su autorizacin. Es
preciso enfatizar que esta preocupacin moral enfoca no en seres humanos sino en personas.";(12) o Harris
("Identificar a individuos como personas es incorporarlas a la misma categora moral que la nuestra, en tanto
que considerar a alguien como pre-persona o no-persona es distanciarla en algn modo de nosotros."(13)
La salida a esta aparente apora consiste en reconocer que todo ser humano es sujeto moral en plenitud, vale
decir, tiene los mismos derechos que todo otro ser humano. Si y cuando se constituye en persona, este ser
humano mantiene inmodificado su status de sujeto moral, pero adquiere adems el de agente moral que acta,
en la visin de Kant, en forma racional y moral. La persona es un sujeto moral humano que adems asume
una agencialidad racional y moral.
Al sugerir el comienzo existencial isomorfo y simultneo de ser humano y persona se desvirta y dificulta el
concepto de status moral, hacindose necesario aceptar el desarrollo diacrnico de humanidad y personalidad,
sin generar una discriminacin tica deletrea hacia los seres humanos que todava no, ya no, o nunca sern
personas. Siendo la personalidad una condicin ntica diferente de la sola humanidad, no podrn ser tratados
como ticamente idnticos. Pero esta diferencia moral no reside en los derechos, que son iguales para todo ser
humano, sino en la agencialidad que le impone deberes al ser humano en tanto se desarrolla como persona.
En suma, la visin concepcional del comienzo de la vida no encuentra apoyo ms all de la concepcin
metafsica, ya que la biologa no permite establecer la formacin del cigoto como dato objetivo del comienzo
de una nueva vida humana, ni es posible sustentar una tica que entiende por persona a todo ente
genticamente humano, an cuando sea unicelular. La fundamentacin del status moral pleno de todo
conceptus humano se basa en un uso rgido y muy ad hoc de la argumentacin desde lo potencial, que
requiere ser modificada para reconocer un respeto tico menos robusto por el embrin que el correspondiente
a todo ser humano.(14)
La visin evolutiva del inicio de la vida humana
La segunda postura es aquella que centra el comienzo de la vida humana, y del correspondiente status
moral, en la aparicin de algn rasgo morfolgico o evolutivo del embrin, o en un momento determinado del
proceso de gestacin. Como criterio de inicio se ha propuesto la anidacin, la individuacin, la aparicin de la
cresta neural, el antiguo y ya obsoleto criterio de movilidad fetal, la viabilidad extrauterina, el nacimiento e,
incluso, la adquisicin de competencia racional en la infancia. La postura evolutiva es an ms compleja si
incorpora el desarrollo de la persona, con sus rasgos de identidad, racionalidad, consciencia de s,
relacionalidad, y le concede diverso status moral a las diferentes fases de maduracin. Se comete aqu la
misma falacia naturalista que se da en la visin concepcional, al utilizar datos empricos para fundamentar
valoraciones ticas. Es evidente que si existen tantos posible criterios, ninguno de ellos posee ms solidez
conceptual que otro y no podr usarse para establecer diferencias de status moral entre antes y despus de la
etapa de desarrollo elegida.
De una concepcin evolutiva del comienzo de la vida emergen asignaciones arbitrarias de status ontolgico,
acompaadas de conceptos tambin evolutivos del status moral que carecen de utilidad para la biotica.
El desarrollo de cualidades antropolgicas como el pensar, el hablar, la relacin interpersonal y la insercin
social son ms definitorias de personalidad que los datos biolgicos de la gestacin. Quien carece de alguno
de estos atributos sigue siendo un ser humano, por cierto, pero padece su humanidad de un modo defectuoso o
insuficiente que le resta posibilidades de realizar un proyecto de vida pleno o, en el lenguaje aristotlico, de
realizarse humanamente hasta alcanzar la felicidad. Lo cual no le niega status moral alguno sino, por el
contrario, debiera hacerlo recipiente de derechos y proteccin adicionales para suplir su deficiencia, cosa que
nuestras sociedades estn lejos de entender.
La antropologa nos ensea que todo rasgo considerado esencialmente humano es arbitrariamente elegido por
una perspectiva determinada, pudiendo ser reemplazado por otras caractersticas que enfatizan de diverso
374
modo lo propiamente humano. Lo que parecen tener en comn las visiones antropolgicas es que todas
entienden al ser humano como proyectado hacia el futuro, como actuando con determinados fines en mente,
consciente del transcurso del tiempo y de que su vida es un proyecto a realizar. Esto ya lo dijo Sartre al poner
la existencia como devenir por delante de la esencia, lo dijo Heidegger al sealar que el modo de ser del
hombre es un estar-en-el-mundo, un ser-ah (Dasein). Por cierto que no todos los seres humanos ni en
cualquier etapa de su ontognesis, son capaces de vislumbrar su proyecto de vida. Los nios pequeos, por
ejemplo, estn amparados en el proyecto de vida de sus padres en tanto desarrollan las capacidades para
determinar su propia existencia.
La postura evolutiva no sincroniza el comienzo de la vida humana con el de persona, pero al determinar que
la personalidad aparece durante el desarrollo del ser humano, cae en la falacia de enfatizar una diferencia de
status moral entre ser humano y ser persona. Los argumentos que reservan la plena valoracin tica hasta el
desarrollo de la persona se presentan en dos variantes. Los menos, son tan radicales que no le otorgan ningn
status moral a quien no sea persona, en tanto los otros conceden que los seres humanos, aun sin ser personas,
pueden inspirar una moral benevolente. En trminos kantianos, existe hacia las personas el deber perfecto de
respetarlas, deber que se troca en uno imperfecto de ser benevolente con seres vivos de racionalidad mnima o
defectuosa. Esta visin extrema llega a sostener que un ser humano discapacitado en lo racional tiene un
status moral comparable, incluso inferior, al de ciertos animales.(15)
La radicalidad de esta postura se hace transparente en la definicin de persona que da, por ejemplo, John
Harris, y de las consecuencias ticas que de all deduce cuando aparece: "[Definiendo <persona> como una
criatura capaz de valorar su propia existencia..."(16), que es simplificable a sealar que persona es todo ser
vivo -ser humano- que puede decir de s que es persona. En consecuencia, resultara coherente darle status
moral al ser humano slo en la medida que sea considerado persona, negando o reduciendo ese status a
"humanos que carecen de personalidad metafsica y moral."(17) Perspectivas elitistas como stas hacen dao
a la biotica racional, que aparece inmisericorde, discriminatoria y dando soporte a lo que supuestamente
combate: el dogma, la irracionalidad, la intolerancia.
Tanto la visin concepcional como la evolutiva no han logrado establecer de forma convincente el
comienzo de la vida humana y el inicio de la vida personal, cayendo pues en falacias naturalistas que
concluyen valoraciones morales en base a datos biolgicos arbitrariamente seleccionados. Destacar la
concepcin como el inicio del ser humano en toda su integridad significa homologar un cigoto con una
persona, recurriendo a un entendimiento frgil de potencialidad y relegando a segundo plano todos los dems
elementos necesarios para la ontognesis humana y personal, desde la madre y el proceso fisiolgico de
gestacin, hasta las diversas etapas de socializacin. La perspectiva evolutiva, a su vez, genera descripciones
de desarrollo a las cuales espuria y arbitrariamente concede status moral, pero carece de argumentos
convincentes para afirmar que la aparicin de la cresta neural, por ejemplo, sea un signo ms valioso de
humanidad que algn otro aspecto del desarrollo embrionario o fetal y, ante todo, no justifica conceder a las
personas un valor moral superior que a los seres humanos de racionalidad deficiente.
Todos los seres humanos son sujetos morales, todas las personas son agentes morales, el llegar a ser persona
no otorga un status moral -en cuanto a derechos- pero s asigna una irrenunciable responsabilidad tica
-obligaciones-. El corte entre ser sujeto moral y poseer agencialidad tica es vlido. Se puede definir a los
agentes por cuanto se autodefinen, pero no es tan simple definir a los sujetos porque son definidos por otros y
por lo tanto estn en riesgo de ser discriminados. De all que sea preciso elaborar descripciones legtimas de
quin es ser humano y a partir de cundo. Esta legitimidad slo puede estar dada por quienes vlidamente
establecen una relacin tica, decisin con la cual sealan que ha comenzado una nueva vida por cuyo
desarrollo asumen la responsabilidad de proteccin.
La visin relacional del inicio de la vida humana
El que la mujer constituya tambin una potencialidad necesaria para la gestacin de un ser humano abre el
concepto que la aceptacin del inicio de una vida humana no sea un hecho biolgico exclusivamente radicado
en el cigoto, sino que dependa de la presencia de este cigoto y de la aceptacin de la mujer en asumir la
potencialidad de ser madre. Esta perspectiva tiene un aval sociolgico, ya que en la inmensa mayora de los
pases occidentales la mujer es libre de asumir o no esta potencialidad, y de procurar la interrupcin del
375
embrazo si desiste. Y en los pases donde el aborto es ilegal, las mujeres recurren a prcticas clandestinas con
la misma frecuencia con que asumen y llevan a trmino el embarazo; es decir, es tan probable que la mujer
asuma como que rechace un embarazo.
Segn el modo de entender relacional, la vida humana se inicia en el momento que es asumida en una
relacin, que en su forma ms natural es generada por la mujer que se acepta a s misma como madre. Este
vnculo requiere dos condiciones, la consciencia de la mujer de estar preada y la aceptacin de esa
condicin.
Cuando la deteccin de vida humana es artificial -test de embarazo, ecografa- recibe un valor subalterno al
motivo que comand el acto de la deteccin: certeza del embarazo, precisin de su data, nitidez de la
caracterizacin anatmica, deteccin de anomalas. La relacin no se produce en tanto se est forzando la
obtencin de informacin que llevar a la decisin de inaugurar, o no, la potencialidad de un nuevo ser y
asumir una relacin madre/hijo. Cuando la mujer solicita una exploracin gineco-obsttrica para saber acaso
est embarazada o para precozmente conocer las caractersticas del embrin, no lo hace para anticipar
gozosamente su estado reproductivo, sino para tener elementos de juicio que la llevarn a tomar decisiones
sobre la conducta a seguir. En esta etapa, la mujer busca el diagnstico biolgico y cualitativo de preez para
luego tomar la decisin acaso asumir el status existencial de madre potencial.
El respeto por la autonoma de la mujer y el respeto asimismo por el profundo compromiso tico que
significa asumir una relacin madre/hijo, hacen necesario que sea ste un acto decisional, ms que un evento
natural, inconsciente, incuestionado y eventualmente indeseado. En ese momento no se produce el
enfrentamiento de una vida humana en etapa inicial con una mujer que puede destruir o albergarla, sino que se
encuentran potencialidades parciales: de una forma embriogentica incipiente, de una mujer que decide acaso
ser madre, y de circunstancias que facilitan o dificultan la gestacin. Lo plenamente potencial de este
momento es la posibilidad de establecer la relacin madre/hijo. Es una potencialidad posible, pero que ha de
ser ratificada, actualizada; y slo en ese momento se establece un nexo o relacin que solicita a la madre
asumir el proyecto existencial de la vida humana en ciernes o, dicho de otro modo, incorporar la vida humana
dependiente al propio proyecto de vida. Esta asuncin se traduce en que los intereses de la vida dependiente
adquieren igual valor que los intereses propios de la madre. El respeto a la nueva vida humana consiste en
aceptar esa equivalencia de intereses con los propios, y ese respeto slo puede provenir de la mujer
potencialmente madre, por ser la nica que est calificada para cuidar y fomentar los intereses de la vida
naciente. As, el proceso incipiente e incierto de vida se convierte en un estado de vida humana en el
momento que queda incorporado a un proyecto de vida y contina sindolo hasta convertirse en la forma
especfica, individual y racional de ser que es la condicin de persona. A su modo, el reconocimiento del
comienzo de la vida humana es anlogo al encuentro que, segn describe Lvinas, inicia la interlocucin
tica; slo que la madre no mira el rostro del otro, como ocurre en el encuentro levinasiano, pero s siente y
decide asumir la existencia de un potencial otro que es su hijo.
De las ya sealadas cualidades antropolgicas -pensamiento, lengua, gregariedad, relacin interpersonal-, la
menos complicada de realizar es la relacional, pues no depende de las competencias del ms dbil sino que,
en gran medida, de la persona que establece la relacin. El ser humano incipiente carece de todo poder de
actualizar rasgos antropolgicos, pero puede ser recipiente de una relacin desarrollada desde una persona
que, por naturaleza, es la mujer vuelta madre. De all que sea planteable que la vida se inicia humanamente en
el momento que adquiere algn rasgo antropolgico y el primero que puede pensarse es la inauguracin de la
relacin de la madre con su hijo.
Este concepto relacional del inicio de la vida humana no dista mucho del que han adoptado algunos pases
que no penalizan la interrupcin voluntaria del embarazo en tanto se haya realizada previamente una asesora
de esclarecimiento y convencimiento para que la mujer decida informadamente acaso asume el embarazo o
insiste en procurar el aborto. La realidad social no es, ciertamente, un aval de correccin moral y es preciso
reconocer que un concepto relacional del inicio de la vida humana discrepa por una lado con ideas
tradicionales y religiosas que mantienen la posicin concepcional y, por otro lado, se aviene mal con
planteamientos evolutivos. Sin embargo, es preciso repensar el tema a la luz tanto de la evolucin de los usos,
costumbres y legislaciones al respecto, como por el desarrollo de una compleja investigacin tecnocientfica y
una prctica mdica cada vez ms extendida de fertilizacin asistida. As lo han entendido diversos
pensadores como Grobstein ("...la cuestin es determinar cundo el desarrollo del embrin o feto es
376
generalmente reconocible como humano y evoca empatia en otro ser.)"(18). La posicin de Maturana es aun
ms definida: "...la humanizacin del embrin o feto, no es un fenmeno que tenga lugar como parte de su
desarrollo, sino que... empieza cuando el embarazo comienza a ser un estado deseado por la madre, y sta se
desdobla en su sentir y reflexin, dando origen en su vientre a un ser que tiene un nombre y un futuro."(19)
La postura relational no tiene la menor intencin de negar las implicaciones morales de las decisiones
reproductivas. Todo lo contrario: al describir el establecimiento de la dada madre/hijo como un proceso
relacional voluntariamente asumido, se le est dando el ms pleno valor tico que tal decisin merece y se
est reconociendo que el aborto procurado es siempre una decisin moral y psicolgicamente opaca y
dolorosa que nadie asume gratuitamente, por lo que es de desear que no ocurra sino por motivos de peso. Lo
que la perspectiva relacional intenta rescatar es que la aceptacin de gestar un nuevo ser humano sea producto
del deseo y de una decisin consciente, y no ocurra por imposicin de valores que los afectados tal vez no
comparten.
Es necesario aclarar que una relacin madre/hijo no es rescindible. Una vez aceptado el embarazo e iniciada
la relacin de la mujer-madre con el embrin-hijo, comienza tambin el cuidado de los intereses del por nacer
y su proteccin por parte de la madre. Si esta proteccin pudiese ser arbitrariamente revocada, no sera
legtima proteccin, por lo que un aborto procurado con posterioridad a la aceptacin del embarazo constituye
una difcilmente excusable occisin. La excepcin est dada si posteriormente a haber asumido el embarazo la
madre o el hijo sufren un proceso que pone en riesgo su vitalidad. En ese caso, es legtimo desvincular la
relacin de proteccin ya que las circunstancias han determinado que este vnculo est destinado a no ser
viable.
Como toda teora, la propuesta relational contiene incongruencias y excepciones. Qu sucede con la mujer
violada que es obligada a llevar a trmino un embarazo que ella rechaza? Acaso no nace un ser humano, a
pesar de la falta de relacin madre/hijo? Las enormes complicaciones de este nacimiento deben imputarse a
quienes impidieron el aborto procurado, no a la teora relational. Al respecto conviene recordar un estudio
que detect que un 56% de embarazos no deseados termina con el nacimiento de nios con "perturbaciones
fsicas o psquicas", adems de producirse un 15% de abortos espontneos. Los embarazos deseados que se
produjeron en estas mismas parejas reducen a 12% los nios perturbados, aunque mantienen un 14% de
abortos.(20) Por lo dems, la solidez de una propuesta terica con respecto a otra reside en que contenga
menos contradicciones, y una muy breve mirada a la realidad social acusa las mucho mayores incongruencias
que tienen la teora concepcional -ignorada por el aborto legalizado o clandestino- y la evolutiva
-descalificada por la discriminacin a que da lugar-.
El comienzo artificial de la vida humana
El trmino de la vida, tanto el proceso de morir como el evento de la muerte, han debido ser sometidos a
nuevas revisiones conceptuales y a una reflexin tica que considere la intervencin artificial que la medicina
ha introducido en una realidad tradicionalmente natural y ajena a toda manipulacin tecnocientfica. Del
mismo modo, el inicio de la vida humana requiere ser repensado a la luz de la fertilizacin asistida, de la
reproduccin artificial y de la posibilidad de intervenir y alterar la dotacin gentica.
El proceso natural de la reproduccin ha cambiado radicalmente de carcter al haberse transformado en un
acto intervenible y artificiable. La gestacin natural haba sido slo indirectamente y por lo tanto
ineficientemente regulado por el hombre, volvindose ahora un tema lgido al desarrollarse tcnicas que le
permiten fomentar o interrumpir la reproduccin por medios instrumentales. Que en forma natural an no sea
posible un dominio acabado del comienzo de la vida sita al ser humano en la incmoda posicin de querer
trasladar este comienzo a un punto artificial que sea biolgicamente mejor controlable sin caer en falencia
tica, lo cual exige mayor claridad conceptual. La tecnociencia reproductiva hace necesario evaluar y
aquilatar la importancia de lo que la instrumentalidad es capaz de hacer, pero es preciso tener presente que la
intervencin humana es artificial e incierta, por ende tiene costes y est sometida a ponderacin tica.
Las intervenciones fertilizantes que manipulan el acercamiento y la fusin de los gametos, o realizan este
proceso en el laboratorio, preceden temporalmente a la existencia de una clula fecundada, de modo que la
vida humana en la visin concepcional se iniciara con posterioridad y a consecuencia de la intervencin
tcnica. Si se aplica el concepto de potencialidad, habr de reconocerse que la potencialidad del nuevo ser es
mucho ms compleja que en el evento natural.
377
Las potencialidades de gestar un ser humano mediante fecundacin artificial son compartidas por la
voluntad de todos los partcipes en la empresa de preparar e implantar un pre-embrin artificialmente
cultivado, potencialidades que tienen que ratificarse en la medida que el proceso es exitoso. El cigoto
fecundado e incubado en sus primeras fases de desarrollo tiene donantes gnicos, pero carece de progenitores,
por lo cual es valorado como un producto de laboratorio cuyo destino slo excepcional y aleatoriamente ser
la implantacin y la viabilidad gestacional. Los embriones supernumerarios son vidas humanas segn la
postura concepcional, pero no de acuerdo a la visin evolutiva, ya que su desarrollo es incierto e improbable,
ni lo son desde el punto de vista relacional, pues no cuentan con personas que han asumido el deseo y la
responsabilidad de cuidarlos. Ni siquiera los embriones implantados son considerados como vida humana, ya
que en el curso del desarrollo algunos de ellos se perdern, mientras otros sern intencionalmente destruidos
en el proceso de seleccin necesario para hacer prosperar al ms viable de ellos.
Todas estas tcnicas reproductivas se realizan con frialdad afectiva y desapego relacional porque su destino
es muy incierto y slo una minora sern eventualmente embriones viables. La tica de esos procesos se
concentra en la eficiencia tcnica y en la aceptacin que se trata de etapas potenciales de generar vida, que
requiere la postergacin de todo compromiso valrico hasta la resolucin de las incertidumbres. El duelo de
personas que ven fracasar su proyecto de fertilizacin asistida es el duelo de la fecundacin frustrada, no el de
la supuesta muerte de hijos que no han podido llegar a reconocer como tales.
Conclusiones
Las innovaciones tecnocientficas, sobre todo de la segunda mitad del siglo XX, han transformado la
reproduccin humana de un proceso natural, azaroso e impredecible, en una funcin biolgica programable.
Transformaciones sociales tales como la fragmentacin de la familia, el nacimiento de los hijos en ausencia
de vnculos matrimoniales o de pareja, la insercin laboral de la mujer, el precario apoyo social para el
cuidado y la educacin de los nios, adems de otros factores, han generado el deseo de determinar acaso,
cundo y cuntos nios se tendr. La posibilidad del diagnstico embrionario precoz ha abierto la eleccin
acaso se desea continuar con un embarazo problemtico, y la multiplicidad de tcnicas de fertilizacin asistida
tambin ha contribuido a que la reproduccin sea consecuencia de decisiones personales.
Tales cambios dificultan la mantencin de criterios de comienzo de la vida que se basan en hechos
biolgicos sin considerar motivaciones y decisiones. Precisamente en respeto de que tener hijos es cada vez
ms una eleccin y un compromiso, es que se comienza a postular que el evento ms importante para afirmar
el comienzo de la vida humana es su aceptacin por la mujer que desea y decide ser madre, con esta decisin
inaugurando un proceso de consolidacin y proteccin de esta vida incipiente, que es vida humana
precisamente porque comienza con su reconocimiento como tal.
Sin desestimar la importancia del padre, hay que considerar que su presencia es importantsima pero no
indispensable. Sin madre no hay vida humana, pero puede haberla sin padre. Adems, la aceptacin de la
paternidad que el hombre hace es formal; asumir la maternidad, en cambio, crea un punto de inflexin
necesario y suficiente para que un proceso biolgico se concierta en el inicio de una vida humana.
Las tcnicas artificiales de fecundacin y reproduccin fortifican la idea que el comienzo de una vida
humana est dado por una decisin relacional en la cual los progenitores asumen y reconocen la existencia de
un nuevo ser, por cuyo desarrollo se hacen responsables y cuyos intereses incorporan a su propio proyecto de
vida, en forma incondicional e irreversible. Se observa aqu la forma ms pura de dar inicio a una vida
humana a partir de una voluntad autnoma y una decisin responsable, ilustrando que tanto en la fecundacin
natural como en la artificial hay un mandato tico de reconocer, asumir y configurar existencialmente el
proceso de tener hijos. La antropologa y la biotica solicitan que la reproduccin humana no est sometida al
automatismo biolgico de los animales sino que se consolide como un compromiso relacional responsable.
V o lu m e 9, n m e ro 2 - 2001
Revista de Biotica e tica Mdica publicada pelo
Conselho Federal de Medicina
Braslia
h ttp ://w w w .c fm .o rg .b r - e-mail: re v ista b io e tica @ c fm .o rg .b r
378
INDICE