(Novela Completa) Losgirasoles

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Los Girasoles

Juan Gonzlez
Juan Gonzlez
Fundacin Editorial el perro y la rana, 2006
Av. Panten. Foro Libertador
Edif. Archivo General de la Nacin, planta baja,
Caracas- Venezuela, 1010.
Telf.: (58-0212)5642469-8084492/4986/4165
Telefax: (58-0212) 5641411

correos electrnicos:
mcu@ministeriodelacultura.gob.ve
elperroylaranaediciones@gmail.com

edicin al cuidado de: Alejandro Silva


correctora: Yessica La Cruz Bez
foto portada y diagramacin: Carlos Herrera
diseo de la coleccin: Carlos Zerpa

hecho el Depsito de Ley


N lf 40220068004293
ISBN 980-396-374-0
c o l e c c i n Pginas Venezolanas

La narrativa en Venezuela es el canto que dene


un universo sincrtico de imaginarios, de historias
y sueos; es la fotografa de los portales que han
permitido al venezolano encontrarse consigo
mismo. Esta coleccin celebra a travs de sus cuatro
series las pginas que concentran tinta como
savia de nuestra tierra, esa feria de luces que dene
el camino de un pueblo entero y sus orgenes.
La serie Clsicos abarca las obras que por su fuerza
se han convertido en referentes esenciales de la
narrativa venezolana; Contemporneos rene
ttulos de autores que desde las ltimas dcadas han
girado la pluma para hacer rezumar de sus palabras
nuevos conceptos y perspectivas; Antologas es un
espacio destinado al encuentro de voces que unidas
abren senderos al deleite y la crtica; y nalmente
la serie Breves concentra textos cuya extensin le
permite al lector arroparlos en una sola mirada.

Fundacin Editorial

elperroy larana
Diecinueve pesados vehculos, suben penosamente, una empi-
nada cuesta. Selva virgen estremecindose, cuando la monstruosa
mquina cabeza del convoy la penetra desgarrando sus entraas.
Sangre de doncella desflorada, se adhiere a las orugas de la bestia
que va destripando pequeas especies. Extraa y curiosa la larga
caravana.
Marcha lenta, aunque avanzando; tres das ha desde cuando aban-
donaron aquel apestoso garaje, taller, depsito, con hedor a herrum-
bre, a aceite quemado, y fango ptrido. All estuvieron por ms de una
semana con el estmago revuelto dando vueltas, primero para enrolarse,
luego esperando la hora de la partida. Cincuenta hombres contratados
por una compaa minera. Ignoran a dnde van. Preguntan y reciben
por respuesta: Rumbo al Sur. Hay como algo de misterio pero la paga
es buena.
Las sombras van tiendo la tarde, por ventanas y parabri-
sas va penetrando el crepsculo inundando de colores las almas.
Andan preguntando a dnde van dndose ellos mismos la respues-
ta: Rumbo al Sur, Sur fantasmagrico y escurridizo. All est la
noche junto a ellos, les cay de repente. En medio de las ramas
silba el viento, silbar quedo, trinar de pjaros que a su hbitat re-
gresan, saltando entre las piedras cantan las aguas. Chillan los

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Los Girasoles

monos atormentando a los odos, guturan las aves agoreras, se oye


el arrastrar de las serpientes.
En las puertas de un tupido bosque se detienen, dos ceibas
redondas, corpulentas, parecen fungir de centinelas. Abren paso
hacia un claro que divisan dentro. A travs de un tnel vegetal van
penetrando al centro, corazn de la selva. Alguien comenta: Aqu
las almas de todos los fantasmas tienen su aposento. A su alrededor,
los dos extremos del torbellino: Cojua y Canaima; la fecundacin
y la muerte. Aprensin causan los fenmenos del medio, y an es
temprano, falta por ver las fuerzas de las sombras y sus misterios.
Cuando todo aquello va penetrando por sus ojos, por los odos, por
todos los poros y el olfato; le irn perdiendo el miedo a este mundo
para ellos tan desconocido. Ahora sienten aprensin ante la impre-
sionante naturaleza, ya irn desentraando sus secretos y lanzarn
a los ros sus temores. Y ese tal Canaima quin ser?: El maligno!
Sombra divinidad que espanta a Pemones, Guaicas y Mariquita-
res. Dios principio del mal, frentico, causa de todos los males; lo
demonaco sin forma determinada, capaz de adoptar cualquier apa-
riencia, disputndole el mundo al bueno de Cojua.
Frente a ellos, la majestuosidad e imponencia de la naturaleza,
casi siempre estuvieron ajenos a aquella magnificencia que ahora
pugnaba por entrar en sus cerebros.
Rayos sesgados, estertores del gran astro, colndose entre las
ramas, ltimos vestigios de la luz natural iluminando dbilmente
aquel claro del bosque. Ordenan los carros ya cayendo la noche. Se
oye un coro cercano: el canto de las aguas de un pequeo arroyuelo,
el silbido del viento. El rumor de las hojas movidas por las patas
de pequeas especies. Los monos se alborotan. Quin perturba el
reposo?: ese, l que lo agita todo, l que corrompe el aire, l que en-
charca los suelos y ensucia hasta los cielos.
Formacin en crculo, un reguero de cables, una hoguera en el
centro. El ruido de un motor, la luz se hace en el bosque, esa, la luz ar-
tificial invento de los hombres. Chillido agonizante; pequeo roedor
en fauces de una fiera. Las bombillas titilan, mariposas nocturnas se
acercan y perecen. Un bao, la comida y el alma conmovida entre
luces y sombras. Bajo un manto sagrado, dilogos, coloquios y mon-
logos quedos con la naturaleza como testigo mudo. Alguien conversa
solo, quin sabe si su espritu invoca a algunos deudos. Calla el motor
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y slo alumbran las lucirnagas. Un bramido lejano, un mariposo


en celo mensajeando a la hembra. Ahora llega ms quedo el canto
de las aguas, se le suman las notas de una vieja guitarra. Un mgico
concierto enternece a las almas, los msculos se rinden y la ambicin
descansa.
Amanece! Huyen zigzagueando los fantasmas corriendo entre
los rboles! Los ojos, an soolientos, tratan de visualizar las borro-
sas imgenes. Caen los mosquiteros, los hombres se levantan, echan
ms lea al fuego avivando las llamas, dos pailas de caf al rato estn
hirviendo. Orinas y excretas, aseo y desayuno. Qu da? All no hay
calendario, poco importa la fecha, hay que seguir rondando hasta dar
con el Sur. All adonde van, mucho azufre, dicen que hay. Seor
de los demonios apidate de los hombres! Ya salen y saludan a los
dos grandes rboles. Aqu hay que detenerse a revisar los planes para
seguir rodando. Los guardias rinden cuenta de lo ocurrido anoche,
he aqu el parte: Vomitaron los winchester; dos cochinos de monte,
tres venados, una lapa, ya han sido desollados y estn acomodados en
la cava despensa. Hay que seguir rodando; rueda, rueda y ms rueda.
Ese Sur del carajo! Dnde coo se encuentra? Una protesta airada
de un hombre ya agotado.
Van tragando kilmetros atravesando montes, ros, breves co-
linas y trechos sabaneros. Chocan contra los carros aves y otras es-
pecies. Saltan varias imgenes sobre los parabrisas, los hombres se
conmueven ante tan vastos mundos, ante tanta belleza. No, en nada
parecido a lo visto en la tele; ante aquel mundo vivo la vista y los odos
sumados al olfato van grabando al instante imborrables imgenes, el
hombre, ante lo inmensurable. Flora y fauna, tal vez vistas, en la te-
levisin o en algunas revistas, helas all cerquita, percibiendo el olor,
la forma y el color. Va penetrando todo conmoviendo al espritu. Un
grito: Carajo lo estoy contemplando, estoy vivo!. Tal vez antes de
esto viva como un muerto, tal vez lo enterraran con los ojos abier-
tos. Quin mova los hilos? Quien cubra de velos que me impidiera
verlo. Aqu estoy, poco me importa ahora cun lejos quede el Sur.
Patinan las ruedas sobre el fango, re el pantano ante la angustia
del joven: Un tremedal Joseto!, para la reflexin ya es tarde, ni con
la mocha logra despegarse, el pequeo rstico va hundindose, fraca-
so de un explorador bisoo. Regresa el nimo entrando por los odos,
ruido de motores, la caravana viene acercndose. Desde Mi Nia
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lanzan una guaya, Joseto la atrapa y engancha al Pitufo. Parte de


la historia que contarn maana.
Oscuras nubes o una lejana cadena de montaas all en la leja-
na? Reverbera un sol inclemente produciendo alucinaciones. Siete
horas rodando, una de la tarde, el estmago reclama alimentos y un
poco de descanso el resto del cuerpo. A orillas de un pequeo ro
deciden detenerse. Los ojos se van tras de las aguas bordeadas de
verdes morichales. Del otro lado trochas, veredas y caminos; pri-
mero las especies en busca de las aguas y ms tarde los indios tras los
animales y del precioso lquido.
Moriche!, van cayendo los frutos y brotan de su seno hijos de
Amalivaca. Moriche!, carato espeso, fermento y aguardiente; fibra
para el chinchorro y hurgando en sus races, gusanos suculentos
atemperan el hambre. Moriche!, el rbol de la vida.
Saltan los peces a flor de agua, all van las atarrayas, anzuelos
anudndose en las gargantas, una fogata, caldero grande, al poco
rato hierve el aceite. Las tortas de casabe, el agua de panela y sobre
las palmas tienden los paos, una buena comilona. Cincuenta hom-
bres que al principio apenas se vean, ahora se miran, a travs de
los ojos se van encontrando. Tres horas son suficientes para reponer
las fuerzas llenndose de aquellos paisajes donde la naturaleza solt
toda su exuberancia en flora y fauna, y dej correr las aguas a sus
anchas. Ronronean de nuevo los motores y all van aquellos cin-
cuenta hombres sobre diecinueve vehculos tras un Sur que se va
haciendo escurridizo.
Otra vez la noche tiende sus sombras, estn al pie de elevadas
montaas, extraas sus formas, caprichos de la Madre Natura: es-
pecies de monolitos separados entre s en medio de una gran sabana,
uno de ellos no logr desprenderse totalmente de aquel imponen-
te sistema montaoso, es el ms elevado; de l se desprende como
si arrancara de los cielos, una inmensa cortina de agua que parece
nunca llegar a caer al suelo, la vista se cansa de arriba abajo, hasta
cuando se oye como un bramido y brota de la tierra una llovizna.
Arriba, muy cerca de ese cielo ozono, de ese cielo azul, de ese cielo
sueos; tiene su morada Wanadi, el padre de los hombres, de los
troncos sobre las aguas. Cien ojos miran, ojos que nunca jams
pensaron podran ver lo que ahora contemplan. El ruido que pro-
duce la cada y elevacin de la neblina, no es estruendo, es sonido
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grato que llega a los odos como un canto mgico. Se miran entre
ellos y callan, nadie se atreve a romper con palabras el hechizo de
aquel sortilegio perturbando la quietud de las almas. Nubes, velos
sombras, vienen asomndose algunos fantasmas, la noche los llama,
coro de murmullos como ecos lejanos llegan a los odos a travs del
aire; parece y no son coros gregorianos, fragor de los vientos: tam-
bores, timbales! Percusin frentica! Carmina Burana!
El fro oblig a refugiarse en las cobijas y alimentar cada vez
ms las hogueras, sin embargo, profundo fue el sueo de aquellos
hombres. La aparicin de los duendes nios que se cuelan por los
corrales llorando por una joven que iba a ser su novia cuando aquel
creciera, estuvieron rondando con otras confusas imgenes que
emergieron en los sueos. Escucharon voces lejanas, como si ba-
jaran de las montaas y hasta el bramido del tigre de Palenque.
Melesio el viejo, alistado en la expedicin como cocinero, estuvo
toda la noche contando una serie de leyendas salidas de tan solita-
rios parajes.
Esas voces eran de Wanadi para alejar a Canaima, el ma-
ligno que ronda en medio de las sombras y al cual temen los hom-
bres de los troncos sobre las aguas; all donde Aquel habita, fue
donde naci la tierra y ese gran chorro de agua es el cordn umbili-
cal donde cuelga a veces su chinchorro Wanadi.
Una vez ms la voz del viejo Melesio. Los hombres al levantar-
se sienten el cuerpo como ms liviano, como si flotaran alrededor
de las aguas que de lo alto caen, los pies parecen que no tocaran el
suelo, frescas las mentes, unos a otros se miran sonrientes:
Me siento con ganas de derribar a patadas todos los cochi-
nos mundos que los hombres han creado y empujar con mi pecho
al fondo de los mares los podridos escombros y crear uno nuevo
pero con los nios, los adultos no sirven para un coo! Joseto, el
chamo de la expedicin lanza al viento aquella exclamacin.
Rueda y ms rueda, de nuevo, ante otro curso de agua, un
poco ms ancho y profundo de cuantos han vadeado. Don Manuel
Garca y Maldonado, jefe de la extraa expedicin, se rene con su
plana mayor; discuten y al rato toman una decisin: el puente mili-
tar. Cuando dan la orden para la instalacin, se hace sentir la voz de
un hombre:

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La instalacin del puente puede durar tres o ms das, hacia


la cabecera del ro est lloviendo, quiero que vean esto lleva a los
ingenieros a un lugar y seala: Esta estaquita la enterr mientras
ustedes deliberaban, las aguas la han rebasado en diez centmetros,
dentro de muy poco tiempo todo esto quedar anegado, y si nos da
tiempo a montar el puente, ser arrastrado por la corriente.
Gran conmocin produce aquel pronunciamiento. Don Ma-
nuel Garca y Maldonado pregunta.
Qu propone usted?
Responde el Zambo:
Si tendemos unas guayas de aqu al otro lado del ro, unos
cuarenta metros debe tener de ancho, luego encajando dentro de
ellas dos grandes troncos de rboles que hemos dejado cerca y ten-
diendo sobre ellos las lminas de acero del puente, en menos de seis
horas estaremos hombres y vehculos del otro lado.
Luis Alberto Machado, un ingeniero joven segundo al mando,
quien ha tenido la mayor comunicacin con aquellos hombres, luego
de mirar de frente al ingeniero jefe, expone:
Lo expuesto por este trabajador es razonable aunque discutible.
Nuevas deliberaciones, ahora con la presencia del Zambo y al
poco rato comienzan a tender las guayas mientras el Zambo con
Mi Nia y el chamo Joseto con el roquero ms cuatro hombres,
salen en bsqueda de los rboles. Dos horas ms tarde comienzan a
empujar los troncos entre las guayas, encajan, tienden las planchas
bien ajustadas.
Recemos ahora para que no se vaya a hundir esta vaina.
Habla Manuel Rodrguez el Mata Tigre, contratado como
amuleto para proteger a la caravana de tan temible fiera. El primer
carro, se trata de Mi Nia, el ms pesado; crujen las planchas, se
hunde un poco el improvisado puente, las duras manos se aferran al
volante y ya a mitad del trayecto, pareciera que todo est perdido;
el agua llega hasta las orugas, dos metros ms adelante, emergen
de nuevo puente, mquina y hombre. Cinco minutos ms tarde, del
otro lado del ro, re aquel hombre alzando el sombrero y saludando
sobre la poderosa mquina; bajo la algaraba de unos adultos vueltos
a la alegra de la niez, el saludo es devuelto.
Tras Mi Nia cruz la Yequera: es buena, una cava refri-
gerada para la conservacin de los alimentos; luego la Rochelera:
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una vieja gandola con una larga historia vagabunda; ahora pasa el
Pitufo, un jeep Willis, el mismo que estuvo a punto de ser devorado
por el tremedal; toca el turno al viejo desahuciado Internacional,
vuelto milagrosamente a la vida, pero un campen en las subidas;
airoso pasa la Loca, dolor de cabeza de choferes y mecnicos; tras de
la loca el Tuerto, un 750 que dej un faro en los cachos de un toro;
por ltimo el Chivo, un Whites de los aos cincuenta, Chivo
llaman al chofer pero bajo la onomatopeya del berrido del caprino.
Diecinueve vehculos con su respectiva identidad producto de aque-
llos hombres, que viajan sin saber destino cierto.
El hombre de la nariz grande achatada, de un rostro liso y de
anchas espaldas, es felicitado por el xito de aquella operacin, su
cara refleja como una cierta inocencia y la humildad de siempre.
Pero si todo fue muy sencillo explica riendo: yo haba
calculado con la vista la altura de los rboles, al llegar aqu me di
cuenta la anchura del ro. Lo dems fue tender las guayas y empujar
luego los dos troncos.
Pero cmo Zambo?
Coma otra cosa porque me va a regurgitar, pero oiga, con los
ojos uno calcula; claro que haba que ajustar bien guayas, troncos y
planchas.
Pero lo de la marquita? pregunta otro.
Bueno, yo me cre a la orilla de un ro, mi madre me pari sobre
la arena, me acostumbr a medir el ciclo y magnitud de las crecidas,
antes de llover las nubes anunciaban lo que el menguante presagia.
Para aquel hombre, obrero especializado en maquinaria pesada,
resultaban de lo ms sencillo las cosas ms complicadas, las solucio-
nes brotaban de su mente con la velocidad del viento. El ingeniero
jefe, quien pens desde un principio en la instalacin del puente, es
el ms asombrado, ninguno de sus colegas dudaron, salvo cuando in-
tervino el Zambo.
Pero cmo fue que encajaron tambin en las guayas si se
tendieron cuando l haba salido a la bsqueda de los rboles que
resistieron hasta sesenta toneladas, y an, con el agua llegndole a
los controles de Mi Nia, el hombre se mantena impvido?
Dos horas tard en ir y regresar con las dos moles, y cuatro
ms, entre el ensamblaje de troncos y planchas. Qu materia gris
se alojaba dentro de aquella cabina craneana capaz de tan grande
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capacidad de respuesta? Habr ms hidrgeno, ms oxgeno o ms


carbono all dentro? Tendr un mejor contacto la sinapsis en sinto-
na con las neuronas?
Del otro lado, todos alborozados, celebran el haber vencido en
su rumbo al Sur, uno de los mayores obstculos.
Sobre caballos salvajes all vienen cabalgando jinetes apo-
calpticos otra vez el viejo Melesio. Grandes nubarrones se van
formando ya cayendo la noche allende en el horizonte. Sobre un al-
tiplano a prudente distancia organizaron un campamento.
Per la Madonna! Por qu tan escurridizo ese Sur del carrizo?
Interjeccin de Enrico Cantieri, italiano contratado como maes-
tro de obras. Tanto tiempo tras ese punto que no ms darle la espalda
al Norte lo tenemos de frente. Esa noche, pasado ya el jolgorio, tron el
rifle de Manuelito Rodrguez el Mata Tigre. Un hermoso ejemplar
mariposo, agonizaba bajo el vientre de la Vaca.
Lo del viejo no es cuento! grita el chamo Joseto, joven de
apenas unos veinte aos, osado, capaz y voluntarioso; un diablo con un
volante en la mano, y a pesar de su corta edad, un genio de la mecni-
ca. Viejo, es verdad que usted ha matado como mil tigres?
Unos cuantos hijo, pero no tantos, mil tigres es un cargo de
conciencia demasiado pesado. Mira muchacho; esto para m es un
oficio como lo es para ti conducir un vehculo o meterte de cabeza
dentro de la boca de un carro, a ti te contrataron para eso, a m para
lo otro y hemos estado cumpliendo con el compromiso. Sabes una
cosa? Nunca he matado un tigre por deporte y ya me estoy cansando
de este oficio.
Alborada, despertar de un nuevo da, a levantar el campamento
y a seguir rodando. Contemplando desde arriba la majestuosidad del
ro, ahora se dan cuenta cunta razn tena el Zambo: los rboles y
las dos grandes piedras donde haban fijado las guayas, estaban casi
bajo las aguas. Algunos nombres se van haciendo familiares: Juan de
la Cruz Gonzlez, el Zambo; Joseto Colina, el Chamo; Enrico
Cantieri, Perla Madona, maestro de escuela en su patria, maestro
de albailera en la adoptiva; Manuel Rodrguez, el Mata Tigre.
Nombres y seudnimos repetidos, una veces para la chanza, otras
para escuchar cuentos y leyendas o para la bsqueda de la solucin a
un problema.

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Tras las dos primeras semanas como cosa escurridiza se ha ido


escapando el tiempo, ya no se mide por horas, transcurren los das
de sol a sol a la espera de la noche, la nica medicin la dan los ki-
lometrajes de los carros en ascenso a bajas montaas, recorridos de
sabanas, vadeo de los ros. De los das tantos cuantos por aquellos
apartados mundos no se tiene nocin, y poco importa, si hoy es
lunes, martes, jueves o domingo, todos son muy parecidos. Desde
cuando abandonaron la ciudad para internarse por aquellos parajes
exuberantes amplios y misteriosos, la selva les fue borrando el valor
de algunos conceptos, metindoseles por los ojos, los odos, el olfato
y la boca; incrustndoseles en todos los poros. Ahora se dan cuenta
cuntas cosas casi imprescindibles en su vida diaria, resultan all su-
perfluas. Las extensas sabanas han ampliado el horizonte y las altas
montaas elevado el pensamiento; todo lo alienante y contaminante
ha quedado atrs, hasta la ansiada aparicin del Sur ha dejado de
angustiarles. All horas de labor, horas de descanso: Aprate, hijo,
vas a llegar tarde. Los domingos, escapar del infierno y bajar a la
playa con el mismo rebao sin conocer a nadie o quedarse en la casa
y hartarse de aguardiente. Aqu, no se ha detenido el tiempo, pero
fluye, como si hubiesen ms horas para los sueos.
La historia no est siendo computada con la prisa de llegar
a, corroe un poco la impaciencia por dar con el Sur, sobre todo
corroa al principio, ahora, para aquellos hombres todo aquello es
parte de un Sur mucho tiempo ignorado; si todo cuanto han visto
ha sobrepasado su capacidad de asombro, el punto elegido o tierra
prometida donde deben llegar, debe estar muy cerca de una morada
celestial, puertas del cielo ozono, cielo azul, cielo sueo.
Joseto insiste ante Manuel Rodrguez comentando asombrado
la aventura del tigre muerto de un solo disparo por aquel famoso
cazador.
La verdad, viejo, que yo le respeto dijo el muchacho. Y
eso que en el cuartel era de los mejores con un fusil, pistola o carabi-
na y mire que all haban buenos tiradores, pero lo que yo vi anoche
parece mentira: un solo tiro y el bicho salt cayendo tieso, hizo diana
en todo el codillo! Yo sent al animal, ol y segu su rastro, lo senta
cerca, de pronto. Puum!, y el bramido de la fiera herida, para caer
tieso enseguida, mis respetos viejo.

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Los Girasoles

No seas tonto ni exagerado muchacho; claro que conozco


bien al animal, sus costumbres, maas e instintos que les mantienen
atento en medio de un follaje para sestear de da, en la noche todo
su vigor conmueve el cuerpo, es hora de buscar la comida. Rara vez
ataca a un oso hormiguero, teme a los aguijones de sus pezuas, tal
vez las ms largas del reino animal, tampoco se mete con un toro
madrinero y puede enfrentar hasta dentro del agua a un cocodrilo
desgarrando la blandura de su vientre, pero su mayor enemigo es el
olor de su cuerpo que aperciben a tiempo casi la ms de las veces sus
indefensas presas, dicen que por eso marcha siempre contrario a la
direccin del viento. Y en cuanto a que es un animal daino, ha sido
un invento de los vendedores de pieles.
Viejo Manuel, es cierto que no ataca a los araguatos porque
estos lo baan de mierda y se les cae el pelo?
Eso por all dicen, pero, hasta ahora, yo no he visto ningn
tigre calvo. Vamos muchacho que ya la caravana est en marcha.
Ms all del episodio del tigre, Joseto siente una atraccin
particular hacia este hombre, es posible que lo est viendo, no slo
como aquel cuerpo de fibras musculosas an de poca estatura, con
aquellas grandes entradas de su frente, unos ojos rayados que pa-
recen ser agrandados tras la caza del tigre. Aquel aplomo con que
habla, su rostro bondadoso, aquella seriedad que le hace exclamar
cuando de ello hacen mencin: No tengo cara de payaso, dibujada
en la cara, yo llevo la risa que en el alma, la vida me ha grabado.
S, Joseto, es posible ests viendo en el viejo Manuel, el padre que
nunca conociste.
Ahora no se miran sin hablarse ni se hablan sin mirarse, el nos
va sustituyendo al yo apareciendo el nosotros. La selva les ha
ido acercando? La distancia dejada atrs les ha acercado? Tal vez se
han ido dando cuenta cunto se necesitan.
Aun as, a veces surgen voces depresivas.
Per la Madonna! Dnde queda ese Sur de la mierda?
Ma que dicce cornuto!
La gruesa voz del Zambo a la imprecacin de Enrico Cantieri
responde. Aquel maestro de escuela que por necesidad se convier-
te en maestro de albailera en Suramrica, se ha ido convirtien-
do en otro ser indispensable al irse revelando toda su dimensin
humana. Entre el habla de su idioma y el chapucear del castellano,
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van surgiendo situaciones embarazosas unas, cmicas otras. Ya no


son aquellos seres vindose a hurtadillas dentro de aquel depsito
con olor a herrumbre, a aceite quemado y fango ptrido, malolien-
te, pestfero. S, all adentro donde tantos esperan, haba roce o
desconfianza, todos esperaban ser contratados y no eran tantas las
plazas. Los tantos das bajo el sol o la lluvia atravesando espacios
nunca jams imaginados, a veces en situaciones angustiosas cuando
se van haciendo caminos hiriendo a la naturaleza con unos mons-
truos de acero peor que la ms cruel de las especies. Aquel onero-
so tributo, algn da cobrar esa excelsa Maestra, cosa que a veces
entre ellos comentan y hay el encuentro. Por primera vez se sienten
seres-sociales-humanos y cada vida, la del uno y la del otro es la vida
del todos nosotros. El da cuando llevaron a la choza del viejo Me-
lesio al chamo Joseto picado o mordido por una culebra, algunas
lgrimas asomaron en muchos ojos. Chupada la herida y puesta una
cataplasma con su respectivo rezo por aquel viejo cocinero de oficio
y brujo por aficin, trasladado al motor home que serva de oficina,
hospital y dormitorio, donde le aplicaron la antiofdica, nadie se
movi de all hasta el tercer da cuando la risuea cara asom por
una ventana. A partir de all, comenzaron a llamarse familia, una
familia de puros hombres.
Qu misterios se esconden tras de aquella fachada de ir a ex-
plotar unas minas de azufre en tan recnditos lugares?, cavila el
Zambo solo en medio de un descanso, cuando se le acerca Manuel
Rodrguez el Mata Tigre.
Cuanto t dices Zambo, yo tambin me lo he estado pregun-
tando.
Explotar minas de azufre por estos mundos? Que yo sepa,
amigo Mata Tigre, por estos lados abundan otros materiales ms co-
diciados: diamantes, oro, esmeraldas y hasta algunos recursos estrat-
gicos parece que hay en abundancia. Me temo Manuel, que nos han
estado metiendo en una buena vaina.
Quiera la suerte Zambo que sea en una vaina buena y no una
mala vaina.
Comparto sus temores, compa, sin ninguna cobarda, apren-
siones del hombre, deca mi abuelo.
Bueno Zambo si nos hemos estado metiendo ya estamos
bien adentro. Deca el maestro Jos Vicente Infante: No se meta en
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vaina para que no aparezca, pero si usted quiere aparecer Mtase


Manuel! Yo he escuchado o ledo por all muchas cosas que ocurren
por estos mundos: desastres ecolgicos, caza indiscriminada de al-
gunas especies para vender sus pieles, muchas de ellas en extincin
como el caimn, la baba, el oso hormiguero y los pobres cunagua-
ros, sumado a eso el arrase de los bosques y hasta asesinatos en masa
de pobladores indgenas. As es Zambito, expoliacin, destruccin
y muerte.
Para los contratos como carpinteros, albailes, herreros, ope-
radores de maquinaria pesada y hasta obreros toderos, fue una
solucin a su situacin de desempleado. La paga era buena, poco
import al principio a dnde y a qu iran.
Ms a la derecha! grita Silbido al hombre fuerte quien
sobre Mi Nia va rebajando un rosario de bajas colinas que impi-
den la entrada a un extenso valle, el cual se abre ante los ojos atni-
tos del Zambo cuando la mquina empuja una gran piedra, ltimo
obstculo. Las retinas se agrandan ante el maravilloso espectculo:
al fondo las imponentes montaas contempladas antes y de ellas se
desprenden un sinfn de cadas de aguas que ms abajo se junta-
rn en tres grandes corrientes; una grande en el centro que divide al
valle en dos partes, las otras dos corren paralelas a la primera, a pru-
dente distancia. Deben caer millones de litros por segundo. Exa-
geracin del Zambo? Cristalinas se ven las corrientes en medio de
la degradacin de verdes esmeraldas, verde ms, verdes claros cer-
canos al amarillo hasta los ms oscuros que semejan negros. Todo
aquello, en medio de profundas es formadas por las ondulaciones
de la montaa con la coronacin de picos elevados.
Qu pasa Zambo? le dicen, porque a pesar de haber apa-
gado la mquina, el Zambo slo tiene odos, ojos, nariz y garganta
para percibir aquello con todos los sentidos. La mquina se pierde
de vista y tras ella va el Pitufo con Joseto y Silbido. Paso franco
hasta una mediana planicie y all se va acomodando la caravana. No
hay duda, al fin han dado con el Sur de la mierda. Un ro grande
divide al valle casi en dos partes iguales de Norte a Sur, dos, un poco
menos caudaloso corren paralelos, uno a la derecha y otro a la iz-
quierda del ro padre.
Seis de la tarde, de Este a Oeste avanza una nube un poco oscura;
nube ruidosa, parlanchina. Aproximndose se ve aclarando, sin
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embargo, sobre el valle una inmensa sombra se expande. Se posan


sobre un pequeo bosque al pie de montaa. Nube de loros que a su
hbitat regresan.
Parece ser, entra en reposo el alma, con el ocaso, anuncindose
bajo un hermoso crepsculo. Gracias naturaleza, parece ir repitien-
do el viento, recogiendo de los hombres las voces del silencio. Ella,
la Mater et Magistra enamorada del valle umbroso, derram en l
hermosura y belleza y all solt, de la flora y la fauna sus mejores
especies; sus ofrendas en colores y formas, y el don de tantas aguas,
regocija a los cuerpos elevando las almas. Una muestra?: de Norte
a Sur se mecen millares de palmas sobre las riveras del Ro Padre,
danzan, danzar frentico cual si fuesen bacantes ebrias y lujuriosas.
Junto al silencio de las mquinas, tambin callan los hombres,
aunque de dentro alguien les habla, tal vez el alma; estn hablan-
do s, para s, se miran y todos se escuchan, sin mediar palabras, se
estn comunicando con cdigos de luces, aqu o all, alguien dir
ac, lo mismo da. Hay un encuentro en espacio y en tiempo.
No, Enrico, ni t ni nadie lo habra imaginado, en cul ima-
ginacin cabe? S, Enrico, te hablaron de una realidad mgica, de
un mundo de fbula. Tal vez leste de Fray Simn que en la Baja
California habitaban unos indios con unas orejas tan grandes que
bien podra arroparse con ellas al acostarse; y en no s qu lugar de
los demonios, unos naturales que slo se alimentaban con la fra-
gancia de los frutos y las flores, porque carecan de orificios anales.
Enrico, ahora que tus retinas intentan agrandarse, te das cuenta de
que debes reprogramarte para que las neuronas tracen en tu cere-
bro esta inmensidad, mgico mapa. Y te quedas lelo mirando en los
cielos a una bandada de aves de plumaje rosado, formando un delta
casi perfecto. Y eso que desde aqu sientes, no es bronco ruido, oye el
zumbido, es la cancin de las aguas, por un can, precipitndose.
Pernoctaron a las puertas del paraso. Hoy cambia un poco la
rutina, no hay que apurar caminos. Alrededor de Silbido, se renen
los hombres, pero l ya no da rdenes. Un caso fortuito en la travesa lo
oblig a tomar la jefatura y tom las riendas prescindiendo del ltigo.
Nunca antes, en sus quince aos de ejercicio, del trabajador, se hizo un
buen juicio, siempre los vio como fuerza de trabajo asalariada, aquella
experiencia cambiaba su visin tan prejuiciada. Toma la palabra:

-19-
Los Girasoles

Al fin hemos llegado al Sur muchachos, despus de tantos


sobresaltos, tal vez, tras esas altas montaas estn marcadas las
fronteras del infinito. Alguno de ustedes imagin un espacio se-
mejante? Confieso haber sobrevolado la zona pero mis ojos debie-
ron estar empaados, lo que ahora veo no lo captaron, parece que
en el camino se despejaron y ahora miran, tejiendo hilos de fanta-
sa. Fantstico! Fantstico! Mundo nico e irrepetible cierto,
Silbido ha roto su mutismo, la belleza del valle me ha soltado la
lengua y creo que nunca, nunca jams me la detendrn o amarrarn.
Veamos los mapas.
Arman un mesn, mientras hierve el caf en una olla grande;
en otra, sancochan yuca y un cochino de monte lo asan en vara.
Miren ustedes cierto, esos puntos y rayas, ni puta idea
tienen del mundo que ellas reflejan, veamos, cuntas hectreas
ustedes calculan? algunas cifras son mencionadas. Silbido le-
vanta la cabeza cuando tartamudea el Zambo:
A ver a ver, a ver, deben ser como veinticuatro mil quinien-
tas.
Veinticuatro mil quinientas Zambo?
Veinticuatro mil quinientas Silbido.
Veamos: son veinticuatro mil trescientas.
Bueno me pel por doscientas, deben habrseme perdido por
el can.
Silbido fija la vista en aquel hombre mirndole de arriba abajo,
ahora la detiene junto a la cara, cuyos ojos, ligeramente achinados,
no pestaean. Tom Silbido la calculadora, realiza una operacin y
exclama:
Coo usted debe ser de otro planeta! Sabe cul es el margen
de error? 0,775. Sabe usted, cul es el mo, siendo uno de los ms
bajos en mi curso de Ingeniera? 3,35, cuatro veces superior al suyo.
Pero yo no tengo la culpa!
De cul culpa hablar el Zambo? Quin sabe si dentro del
fardo asqueroso de la vida de la mayora de los hombres, este sea el
sentimiento que ms arruina su existencia, muy pocos son aquellos
que al llegar a cierta edad, son capaces de tirar ese fardo al fondo de
los abismos, sobre todo aquellos pertenecientes a las clases ms hu-
mildes, quienes en un momento razonan o reaccionan culpndose,
no slo de su mala suerte, parecieran sentirse los responsables de
-20-
Juan Gonzlez

todos los males de todos los suyos y de todas las gentes. Ese senti-
miento se hace ahora en el Zambo presente, quien se siente culpable
de que los dems no tengan una mente tan despierta, sin embargo el
hombre se defiende:
Pero de qu usted se asombra? Uno llega, ve, y viendo, va cal-
culando, una operacin que automticamente hacen las neuronas y
no es cuestin de clculos matemticos; me dicen, son mil hectreas
donde debes remover la tierra para llevarla a un mismo nivel, tiendo
la vista, prendo la mquina, y, sdate rabo!, traguen tierra pulmo-
nes, que son diez mil machacanes! Tiempo? Tal vez una semana.
Amigo Silbido, tengo una idea clara de reas, son ms de treinta aos
sudndome las nalgas sobre un monstruo de acero.
Mis mayores respetos amigo Zambo. Creo que en el camino
he ido rompiendo viejos paradigmas. S muchachos este es ese Sur
de la mierda que Enrico Cantieri y ms de uno de ustedes vena
maldiciendo por tan duros caminos. Bajemos, Zambo, vaya usted
adelante allanando, o digamos mejor abriendo, hay que rellenar los
tantos canjilones, no importa si zigzaguea un poco, debemos respe-
tar esos rboles, deben ser centenarios.
Ya descienden bajo la estridencia de las cornetas y el ulular de
las sirenas para aquella silvestre fauna, es como un pandemnium
lo que se le viene encima, genrase el pnico entre los animales:
saltan como un celaje los venados, conejos y cachicamos abandonan
sus cuevas, los pjaros en desorden vuelan, apuran el paso las cule-
bras, los araguatos desatan sobre la caravana una lluvia de mierda,
hasta el temido Don Tiburcio emprende una veloz carrera. Ella
no lleg a pensar nunca jams que pudiera llegar all la ms temi-
ble de las especies. Como sonmbulos, se quedan contemplando
las montaas, brotan de ellas un mundo de agua, semejan hilos de
plata al contemplarlos desde aquella distancia, el ms impresionan-
te cubierto arriba por las nubes, parece desprenderse de la altura
de los cielos: cielos azules, cielo ozono, cielo sueos, quin sabe si
all arriba, en la frontera de los infinitos, la madre lluvia mantiene
todos sus grifos abiertos, arrojando cerro abajo a millares de hijos
que irn vagabundeando por el mundo, saciando la sed del hombre,
animales y plantas.
Bajan de las mquinas y siguen sonmbulos. Aquellos aires pa-
recen que escaparan de los pulmones para ir a oxigenar las almas,
-21-
Los Girasoles

y como si de pronto se acordaran que ha brotado del vientre de la


misma madre que a ellos amamantara, todo cuanto sus ojos contem-
plan asombrados, caminan como almas desoladas por haberse olvi-
dado de la autora de sus das, su Mater et Magistra. Si en el camino
creyeron haber culminado, por cuanto vieron, de su capacidad de
asombro, ahora aquellos hombres se inclinan compungidos, y como
si escuchara el Moiss de Hndel, dentro sienten, muy dentro, las
notas del aleluya. Algo inslito; el viejo Melesio desnudo en pelota,
corre como un loco gritando: Madre ma! Madre ma, perdona
la impiedad de todos tus hijos! No, antes no, nunca antes, jams,
jams de los jamases, ella les haba conmovido tanto. Por todos los
poros de aquellos cuerpos, desde la planta de los pies hasta los pelos
de la cabeza, se iba internalizando, y al respirar se internalizaba
mucho ms. Joseto despega los ojos de la montaa y estos tropiezan
con el Pitufo; lo observa un rato y como en un arranque de rabia,
una fuerte patada asesta al vehculo, luego como en un acto de re-
flexin por lo absurdo de aquella accin soba y besa el lado donde ha
dado la patada y dice:
Perdona, pana, y gracias por haberme trado hasta el paraso.
Toda la aprensin del camino ha quedado disuelta, como si las
aguas donde ahora se baan la arrastrara hacia lejanas distancias.
Las mentes, ms despiertas, ms frescas, aquellos aires entran por
las fosas nasales, van rumbo a los pulmones, llegan al corazn,
saltan al torrente sanguneo y por l corren, como llevando una can-
cin de paz a todo el cuerpo. Hay como una nueva percepcin de
la vida, que ahora miran con ms nobles sentimientos. No, nunca
all en la ciudad, nunca jams, hubiesen podido experimentar lo
que muy dentro anda bullendo, all, respondiendo a travs de los
reflejos condicionados, casi siempre, fuerza de trabajo asalariada,
sin consideracin alguna, sin miramientos, aunque siendo miem-
bros de la especie hombre, lejos estaban de la condicin humana,
eran slo miembros del rebao perplejo, fuerza bruta de trabajo,
parte esencial de un despiadado engranaje, s, los que mueven las
mquinas que imprimen billetes. Si t acabas de cargar sobre tus
hombros una caja contentiva de unos cuantos millones, hasta tus
fosas nasales ha llegado el olor a tinta de esos papeles. A cuntos
de ellos tendrs acceso?

-22-
Juan Gonzlez

Recuerda Joseto, t Zambo, viejo Melesio, vos no tenis tar-


jeta de crdito, es difcil que la tenga quien produce la riqueza, no
pensis ahora en nada de eso, no olvides que fuiste contratado para
extraer azufre. Yo por qu?, necio de m, teniendo ante m tanta
belleza, vuelvo la vista a la incongruencia.
Vagan por all al principio, como si los pies se mandaran y los
llevaran adonde ellos les da la gana. Van en grupo, parejas o solita-
rios, andan por los caminos abiertos por los animales en la bsqueda
del agua, empleado ms tarde por el indio que prefera enfrentar
fieras que al hombre civilizado. Ahora, ante el Ro Padre, dice el
Zambo:
Doscientos metros de orilla a orilla, lo dice el Zambo.
Casi recto se va alargando en medio de grandes palmares, se
va perdiendo hasta dejarse sentir con gran estruendo al tragrselo
un can, cinco kilmetros ms abajo. El ro de la margen derecha
es mediano, tributa sus aguas al ms grande; el ms pequeo baja
entre raudales por las es que han formado las cascadas con profun-
dos cortes sobre la montaa. Aguas que irn calmando la sed del
hombre, animales y plantas, hasta desembocar en el Atlntico.
Los primeros das fueron de entrega a la naturaleza, la observan y
luego se van internalizando. A partir de la primera semana comenza-
ron las mediciones, los teodolitos van y vienen en el reconocimiento
del terreno, bajan instrumentos y equipos de los camiones e inician la
construccin de cuatro barracones, sustituyendo las calurosas carpas.
Salvo Mi Nia, el Pitufo y el Tuerto 750, el resto de los vehcu-
los permanece en reposo. Joseto con el pequeo vehculo, se aventu-
ra un poco ms all del valle, no descartan la proximidad de alguna
etnia y deben estar preparados. Un detalle muy llamativo: sobre la
montaa ms elevada, se yergue un pico con altura aproximada
segn el Zambo, a los trescientos metros y llama poderosamente la
atencin su forma de obelisco con punta aguda sobresaliente; le han
puesto por nombre el Papeln. naturaleza virgen hasta ayer no ms,
desbordada en toda su grandeza.
Por all por el can, se va hundiendo el sol y la umbra de la
montaa va empujando las sombras, sobre stas cabalgan jinetes de la
noche. Con el crepsculo llegan las garzas, suave se posan sobre las
palmas. Ahora se hace sentir la banda sonora de la nube de loros, de
tal estruendo, que hasta el can queda en silencio. Contemplando
-23-
Los Girasoles

ahora de la nube el vientre, alguien exclama: No puede ser que


se junten tantas! No puede ser y lo est viendo. Atraviesan las bajas
colinas volando hacia el Este y se pierden por un umbroso bosque.
Quince minutos bajo el estruendo de parlanchinas. Un bramido en
lo alto, El Yaguarte! Tobi! Don Tiburcio! El macho llama a la
hembra y all en lo alto, se ve, mostrando su bella estampa. Llaman
al Mata Tigre y ste responde:
Est en su mundo, los intrusos somos nosotros.
Ella, all, haba estado virgen candorosamente a travs de los
siglos, a travs de milenios!, desbordada en toda su magnificencia
se entregara dcilmente a los forasteros sin saber la intencin de
estos? As, noble y bella dentro de aquella hermosa tierra la percibe
el hombre. Que no se equivoque y comience a destruirla!, con toda
y aquella mansedumbre, es capaz de desatar fuerzas terribles, arran-
cando rboles y no dejando piedra sobre piedra.
Lleg la noche, con su carga de fantasmas y misterios, all en
lo profundo de la selva, tiende sus velos. Que ni tan oscuras son las
tinieblas; hace su aparicin la luna llena y alumbran millares de lu-
cirnagas. Dicen que en las noches oscuras cuando llueve, desandan
caminos los espantos, asustando a los blandengues, respetando a
los hombres vergatarios. Dicen que por estos mundos la noche es
la amante de Canaima, se le aparece a los machos con cara de mujer
bonita y a las hembras conquista con su risa y ambos pagan su osada
con la propia vida. Salvo los guardias, nadie sale de noche, y no es
que sean hombres temerosos, sino que guardan respeto. De pronto,
absoluto silencio, calla hasta el viento! Un gran estruendo sobre los
cielos, como cuando Tor anda tras los yotunes en aquellas carretas
infernales. Rayos y centellas sobre la selva! Todos sus grifos abren
las nubes. Mirando al cielo ozono, el cielo azul, el cielo sueos, ste
se ilumina y rompe en mil pedazos, como un espejo que recibe una
pedrada.
La lluvia es de tales proporciones que hasta Canaima y los fan-
tasmas ms arrechos, desaparecen.
Juan Jess de La Cruz Gonzlez, quien atiende ms por el alias,
el Zambo!, rinde un informe ante Silbido y Fluido, los ingenieros
encargados de las obras. El Zambo ha asumido la funcin de caporal
y supervisor, ms por presin del resto de los compaeros que por sus

-24-
Juan Gonzlez

propios deseos, sin embargo, no abandona a Mi Nia, sobre ella sigue


tragando tierra. Ledo el parte, comentan:
Silbido, ese hombre es un fenmeno.
Cierto, Fluido, su alcance escapa a cualquier razonamiento
lgico. Mientras uno est pensando cmo resolver un problema, ya
el Zambo tiene la respuesta.
Silbido, lo del improvisado puente fue algo asombroso, ya
habamos decidido lo del puente militar, y ante aquella propuesta,
cedimos sin titubear, lo dejamos hacer.
Y al peso de sus argumentos agrgale la fuerza de la voz y la
seguridad de sus razonamientos Fluido. A m lo de la estaquita me
dej fro, a pesar de lo simple y lo sencillo.
Silbido, ese es un aprendizaje que lo da el convivir con los
elementos y cmo en la diaria existencia pesan estos!
Ahora yo te pregunto, Fluido, cmo fue posible que enca-
jaran tan bien aquellos troncos si cuando l sali a buscarlos an
no se haban tendido las guayas, y cubrieron de lado a lado casi sin
sobrarle nada?, otro detalle, dijo, unos treinta metros de ancho y el
ro tena treinta cero cinco.
Sabes qu he estado haciendo, Silbido?; colocando estaqui-
tas por las mrgenes de los tres ros. Debe ser una buena gua para la
instalacin de los puentes.
Amigo Fluido, creo estamos hablando demasiado para el tiem-
po que nos conocemos.
Me ests cortando, permteme un ltimo comentario a pro-
psito de la capacidad del Zambo. Antes de iniciar ingeniera tena
gran inclinacin por la psicologa, lea a Freud, a Adler, Jung, hasta
el hombre de la tina, Francisco Antonio Mesmer, lea todo cuanto
poda sobre esta ciencia, si mal no recuerdo, oxgeno, hidrgeno,
carbn y creo que hierro junto a algunos tipos de grasa, son los com-
ponentes del cerebro, me hice hasta una teora: la inteligencia del
hombre debe estar en razn directa a la proporcin que en el cerebro
se encuentren estos elementos.
Escuche una vaina coleguita: es mejor abandonar esos ve-
ricuetos, por esos tortuosos caminos se ha vuelto loco ms de un
psiquiatra.
Por ltimo, cundo piensas t Silbido decirle a esta gente
los verdaderos motivos de esta empresa?
-25-
Los Girasoles

Fluido, dmosle tiempo al tiempo.


Por las tardes, llegan con el plumaje un poco desteidos, tal vez
por el efecto de las sombras, con las primeras luces de la maana
se ven brillantes. Buscan el nido, dan de comer a los polluelos y se
entregan al descanso; los loros despus de su tremenda algaraba no
hacen ms ruido; los araguatos son los que ms tardan en acomo-
darse alborotando; las garzas blancas ocupan la copa de los rboles
del ro que baja por la izquierda, y las rojas, rojo encendido, las ms
exuberantes se acomodan sobre las palmeras. Este valle es el reino
de las aves, hasta las agoreras junto al bho y las lechuzas tienen por
all sus madrigueras, en cuanto a los vertebrados, como no se tienen
cuantificados, llevar su tiempo clasificarles.
Aquella maana el ingeniero Silbido reuni a sus hombres, ten-
di sobre un mesn un montn de planos y fue explicando:
Esto que ustedes estn viendo es un proyecto urbanstico
para cuatro mil casas, para unas veinte mil personas
Y el azufre?
Ante la pregunta ocurrente Silbido responde:
Eso es cuestin del diablo en unin de los demonios y a noso-
tros nos protege el dios Wanadi. En cuanto a los materiales, ya irn
llegando por esa improvisada pista de aterrizaje. No sabemos cunto
podr durar esto, pero de acuerdo con lo estampado en el contrato,
parte de su sueldo se les hace llegar a sus familiares y el saldo se les
abona a la cuenta de ahorro que ustedes mismos abrieron en el banco
de la compaa, yo no tengo ms explicaciones hasta nueva orden.
De aquel barracn-oficina salieron vindose las caras.
Proyecto urbanstico por estos mundos, esto es pa locos.
Qu piensa usted viejo Mata Tigre?
Mire mi amigo Zambo, a lo mejor esas cuatro mil casas son
para la mam de Tarzn y su cuerda de monos.
Las preguntas y comentarios iban y venan, aquellas cuatro mil
casas no caban en ninguno de aquellos cerebros, pero los hombres
continuaron trabajando.
El valle iba siendo transformado. En la parte central aplanaban
unas cuantas hectreas y las iban cuadriculando. Armaron una es-
pecie de horno para hacer cemento y en la parte alta, el roquero iba
acumulando material para la fabricacin del importante elemento.
Fue encendido un potente generador de corriente y los barracones
-26-
Juan Gonzlez

se vieron por la noche iluminados. Transcurran los das y los hom-


bres trabajaban afanosamente. Eran aproximadamente las diez de la
maana, cuando se hizo sentir un ruido de lo ms extrao; no era la
hora de los loros y el can por la maana no bramaba, de las alturas
vena el ruido, apareci en el cielo un potente helicptero. Salieron a
relucir rifles, escopetas, revlveres y machetes, cuando aquella nave
aterrizaba en la pista improvisada. Con tres palabras de Silbido, la
gente fue tranquilizada:
Es gente nuestra.
Cuando se pos en tierra, enseguida fue rodeado. Baja de aque-
lla especie de gigantesca tarntula, un hombre alto aunque un poco
redondo y de gruesa humanidad, semejante a la de un oso, cara
gruesa, pelo rojizo. Saca del bolsillo un instrumento que se lleva a
la boca y Son de la India, brota de aquella flauta. Ante la presencia de
Silbido y Fluido y de todos los trabajadores, entrega un grueso sobre
al ingeniero jefe; lee ste unos papeles y pregunta:
Es usted Ivn el Kosako?
Su identidad el hombre confirma. Luego extrae del bulto de
mano casi un centenar de cartas, y Silbido va entregando a los desti-
natarios, quienes las reciben muy entusiasmados.
Qu otra cosa trae usted en ese helicptero?
Aparte de unas cajas, una carga muy preciosa, veamos.
Ivn abre las puertas de la nave y comienzan a descender un
grupo de hermosas mujeres. Kosako! Qu vaina es esta? Por pri-
mera vez se ve alteracin en aquel rostro. Una nueva pregunta.
Es que usted se ha vuelto loco?
Bueno, si usted no querer yo las regreso.
Cmo?!
El cmo brota de un coro de voces, casi un centenar de ojos
en la figura del flaco Silbido se clavaron. Silbido entra a la oficina
seguido por Fluido. El primero pregunta al segundo:
Qu hacemos?
Mi estimado Silbido, tenemos aqu ya ms de dos meses sin
verle la cara a Dios.
Pero es que esos hombres se van a matar por esas mujeres!
No lo creo Silbido; a travs del camino y en el tiempo que
aqu llevamos, se han tratado con una hermandad entraable, mos-
trndose solidarios y humanos.
-27-
Los Girasoles

Qu propones t?
No queda ms remedio que montar un burdel por una sema-
na, por ese tiempo dice Ivn que vienen.
Bueno, encrguese usted de esa vaina.
Es que me has visto cara e cabrn?
Entonces llmate al italiano!
Para aquel joven ingeniero, aquello representaba una situacin
enojosa, nada de puritanismo haba en aquella postura, tema s,
que estando ms de dos meses sin tocar ni oler un puo de pelo,
aquellos hombres fuesen a convertirse en fieras. Cuando Silbido y el
Fluido salieron a ordenar las cosas, salvo el Kosako Ivn y su flauta,
mujeres y hombres haban desaparecido. A medianoche tocan la
puerta del motor home, dormitorio del mdico y los ingenieros. Abre
Silbido y se encuentra con la sonrisa de tres hermosas damas. Dice
una de ellas:
El Kosako nos manda.
Pasen adelante!
Infundados los temores de Silbido, se impuso el espritu soli-
dario, y como se baaban desnudos en la orilla de uno de los ros,
papo lavado, papo nuevo. Aquellas visitas conyugales, luego de
una discusin entre todos los componentes de aquella gran familia,
se acord repetirlas cada treinta das. Tratndose de un aconteci-
miento de tan vital importancia, le pusieron un nombre: El da del
Espritu Santo.
Ivn el Kosako ruso de mierda como le llamar ms tarde
Joseto, tal vez un da nos cuente su historia. La compaa lo
haba puesto a la orden de aquel proyecto. Cada dos o tres semanas,
el silencio del valle era roto desde los cielos, sin contar la ruptura
de las parlanchinas, parte de aquel entorno. Equipos, instrumentos,
cartas y alimentos, llegaban en la tarntula y aquellos alegres
puos de pelo, una vez al mes!
Aquellas trabajadoras sexuales eran mujeres a las que aquel
ejercicio de la prostitucin, no las inhiba de ser buenas amigas y
llenar el vaco de la ausencia femenina, aparte de que como aman-
tes, conocan todos los secretos de las relaciones sobre una cama.
Despertaron y se les despertaron tambin los sentimientos, entran-
do en aquellas escabrosas intimidades, de contar cmo llegaron

-28-
Juan Gonzlez

a convertirse en trabajadoras sexuales. Como hembras y como


damas, saban comportarse, para ellas haba en sus relaciones con
aquellos hombres, una especie de atenuante: se les trataba respe-
tuosamente, fuera de la cama, se les mostraba afecto y hasta llena-
ban el vaco de aquellos seres tan lejos de madre, hijos, esposas o
amigas. Curiosa la confesin que hace una de ellas, la ms joven, al
chamo Joseto:
Yo desde chiquita era putsima, me gustaba agarrarle el pi-
picito a los carajitos. No te voy a echar el cuento de que ca en este
mundo por desgracia. Nada de que ca porque una amiga me llev a
una casa en donde llegaban hombres de mucho dinero y con l, eran
esplndidos; ni el cuento que echan muchas, que de pronto se vieron
solas con cuatro muchachos y no teniendo ningn oficio, pero s un
buen cuerpo y una cara bonita, cayeron sin darse cuenta. S chico!
Nada de buscar compasin inventando historias con letras de tango
y msica milonguera, ya te dije; yo era puta desde chiquita y me en-
cantaba desde los doce aos, que los carajitos frotaran su palomita
en mi cuquita, era mi naturaleza. Vi regla a los nueve aos, amane-
ciendo toda asustada al verme mi cuerpo de la cintura para abajo con
tantas manchas de sangre. Mi desfloracin?, a los doce aos, en casa
de una ta. Hola Armando, y mi madrina?, Anda de compra, pero
pasa, sintate, debes tener sed por lo empinado de la subida. Fue a la
cocina, trajo un vaso de jugo y se sent a mi lado en un amplio sof.
Distradamente puse una mano sobre sus muslos, dejndola correr.
Armando tena quince aos, not enseguida como aquello que tena
entre mis manos, se iba alargando y engrosando, mientras l succio-
naba uno de mis senos que a esa edad los tena bien desarrollados.
Lo dems fue recostarme, bajarme los calzones y Ay Dios mo,
qu dolor tan grande cuando aquello penetraba en mis entraas!,
pero qu gozadera ms buena! No te digo pues, que yo era puta
desde chiquita.
Cada una ha ido contando su historia al hombre que ms le
conmueve el alma. Penetra profundamente en su vagina y lo menea
bien para que no se empelote; van contando en medio de la re-
friega, recostada de un rbol, en las chozas de palma o a orillas de
los ros sobre la arena. Algunas narran buscando compasin para
justificar su oficio, y hasta dejan correr algunas lgrimas. Las hay

-29-
Los Girasoles

buenas actrices que escenifican. Para ellas, Los Girasoles s, ya


aquel mundo tiene nombre, es como tenderse sobre un colchn
de flores, quienes hasta en pelados jergones han hecho de meretri-
ces. El porqu Los Girasoles?, pues alguien ms adelante echar el
cuento.
Melesio, Manuel y el Zambo, especie de Trinidad no santa, es-
pecie de seres indispensables en el cielo de Los Girasoles, asumen
con dignidad y coraje la construccin de aquel espacio, que sigue
siendo para ellos algo incongruente, algo indefinido sin un claro
destino. Sienten apego, el valle ha penetrado y dentro, hay sueos
irrealizables: Ay s! No, no lo creen. A pesar de la direccin pro-
fesional de los ingenieros, aquel grupo de hombres, incluyendo a
Enrico Cantieri Perla Madonna, al chamo Joseto y al resto
del grupo que mantienen un bajo perfil, a pesar de su entrega y en-
tusiasmo, son ellos quienes les estn dando vida humana al paradi-
saco espacio a travs de esos dos instrumentos mgicos que tanto
nos diferencia del resto de los animales: nuestras sagradas manos. Y
pas el tiempo.
Una moto de alta cilindrada, una 750 Indian, va remontando
la cuesta. Gruesas manos aferran el volante, sorteando baches y
canjilones. Alcanza la cspide y se detiene; exhala profundamente
aquellos saludables aires y extiende la vista sobre el extenso valle.
El paisaje natural ha sido violentado, alterado toda la armona del
natural entorno. El hombre, da rienda suelta a la aoranza: un par
de aos ha cuando justamente por aquel estrecho desde donde mira,
entraron a la parte ms baja de la cadena montaosa. Hay movi-
miento constante, afanados se ven los hombres en la transformacin
del entorno, el paisaje cultural desplazando al natural para hbitat y
confort de los humanos, todo a capricho del ingenio. l lo sabe, res-
ponde a sus propias interrogantes. No Zambo!, no puedes devol-
verle las especies que espantaron, ni los rboles arrancados. Cmo
retribuirle tanto por el tanto dao? Cunta flora y fauna aniquila-
da! Las garzas se alejaron de las palmas, hay menos peces entre las
aguas, los loros siguen siendo un reloj: seis de la maana, seis de
la tarde, pero ahora su bullaranga se escucha muy lejana, hasta los
araguatos se fueron con su msica a otra parte.
Lo ests viendo Manuel?
Lo estoy viendo Melesio.
-30-
Juan Gonzlez

Con ese mono negro, esa infernal 750, el aln del sombrero
y la capucha negra, asemeja la imagen de un santn o un personaje
del averno.
El mismo diablo de los infiernos.

Por aquellos parajes se detiene un vehculo y bajan dos jvenes.


Abandonan la mquina echndose a andar; husmean, remueven
la tierra, revisan los rboles como si buscaran algo. No se sabe qu
ruido esperan escuchar pegando sus odos a los suelos, regresan un
poco desalentados, de pronto los ojos del ms alto se posan en un
objeto brillante, envase vaco de vidrio, aquello casi insignificante,
para ellos vale ms en aquel momento que cualquier diamante. El
ms bajo, algo retaco, pega un grito y salta dando rienda suelta a su
entusiasmo, ha sido el autor de aquel hallazgo.
Andamos por buen camino Julio!
Acude el amigo y al ver aquella joya, mirando al astro rey
exclama: Un milln de gracias pana! Ahora tenan un hilo en la
mano y por nada del mundo lo soltaran. Registraron la espesura
y fueron apareciendo platos y cubiertos de plstico ya deshechos,
huesos de alguna especie all tal vez asada, lo que fue corroborado al
tropezar con carbones y chamisas chamuscadas. Siguieron rodando
y horas ms tarde hallaron una inscripcin en varios rboles: Los
Girasoles. Al siguiente da, de nuevo el desaliento, perdieron todo
rastro.

Cuatro mil casas bien alineadas, divididas en manzanas cua-


driculadas, con ciento ochenta metros. De construccin, amplias y
slidas. La madera, el bamb, ladrillos cocidos, pisos de arcilla. El
Zambo, desde su atalaya mirador, contempla y detalla: All est la
plaza, de lado a lado del ro nico unido por un puente balsa. El pro-
yecto Cul? Aqu todos nos volvimos locos y las cosas se hicie-
ron de acuerdo a la invencin de cada hombre Esa idea es buena,
Quin est de acuerdo?; hagmoslo entonces.
Silbido, Gilberto Cara e Nio, el Fluido, toda la plana mayor
daba la impresin de que perda la brjula, contagiados de la locura
colectiva.
-31-
Los Girasoles

Pero esa torre mirador, cuarenta metros de alto, me sigue pa-


reciendo un mamotreto, idea de Gilberto. Eso se vendr abajo por
la fuerza de los vientos! De dnde van a sacar los materiales?
Yo los traigo dijo el Kosako.
Todo aquello me pareca un derroche, gasto innecesario de ma-
teriales y fuerza de trabajo. Cuarenta y nueve votos contra uno, por
primera vez conoc aqu la derrota, dulce derrota, en vez de encono,
sent mayor afecto y respeto por aquellos hombres. Un da, luego de
ms de seis meses de inaugurado, sent por primera vez la tentacin
de subir, estaba solo, mir a los lados y tropec con los ojos del Mata
Tigre contemplndome. Escupa ese pendejo orgullo, trelo al ro
para que las aguas lo arrastren y el can lo destroce! acercn-
dose me dijo: Vamos, hombre, subamos! Arriba, ests sobre una
plataforma de 8 x 5 metros, 40 m 2. S, desde mi Atalaya tengo una
visin completa del valle, sin moverme, aqu debo dar vueltas para
captar todo, sin embargo, aqu palpo ms de cerca los elementos:
veo las aguas de los tres ros en el can juntndose, se oye el es-
truendo, los detalles de las casas enmanzanadas y arborizadas; el sol
entra de frente por las maanas, y en las tardes por los corrales. Las
separan cuatro grandes avenidas y veinte amplias calles llenas de r-
boles. La Plaza Grande, en todo el medio del lado Oeste, tres por
tres hectreas, de lado a lado del Ro Grande. En todo el medio, un
girasol gigante con millares de estas flores como un jardn colgan-
te, alimentado por unos canales a la altura de diez metros, cayendo
luego como cascadas.
Hace rato me est mirando Manuel sin dirigirme la palabra,
abro yo mi bocota:
Manuel, quin ir a disponer de toda esta vaina maana?
Manuel calla.
El nimo descompuesto por la infructuosa bsqueda, hecho
harina, anda por los suelos. Llama la atencin de ambos, una ins-
cripcin en uno de los rboles: Los Girasoles. Ms animado, reini-
cian sus pesquisas y aparecen: Objetos no degradables, una rama
arrancada de un rbol, desgarradas por la mano del hombre, an
resecas, se ven las huellas de pesados carros. Al cuerpo les va regre-
sando el alma. Ahora viendo las fotografas instantneas, observan
algunos detalles: plantas que van apareciendo a cierta distancia, no
pertenecientes a estos parajes. De pronto un tic tac. Levantan la
-32-
Juan Gonzlez

vista y miran cmo brilla un reloj en una rama. Cunto tiempo ha


estado all? Quin sabe, lo cierto es que sigue andando. Aquellas
plantas alguien ha ido dejando por el camino algunas seales.
Esa noche, en una cueva pernoctan.
..

A travs del bullir de la nube de loros, la hora llega a sus odos,


en un aletear de alas y los graznidos. Cinco y cuarenta y cinco de la
maana, desde el Mirador alguien grita: All vienen! Antes de
verles todos los sienten, llegan y pasan las parlanchinas. El reloj vivo
cubre los cielos, han despertado Los Girasoles. Los loros, son como
la sirena de una fbrica. El da que el Kosako baj de la montaa con
cuatro de estos en una jaula, Joseto estuvo a punto de caerle a palos:
Kosako de mierda suelta esas aves!
Qu pasa mocoso?
Cuando Joseto levant el garrote, el Kosako solt la jaula y sali
corriendo. En Los Girasoles, los loros son aves sagradas.
Aquella tarde, ya cayendo la noche, la plana mayor hace un lla-
mado al que todos acuden. Habla Silbido:
Hoy, tres de abril, hacen exactamente tres aos que a este
lugar llegamos, cuando ya muchos desesperaban porque el Sur no
apareca. Nuestros ojos, recibieron el mejor regalo de sus vidas, lo
inimaginable estaba frente a nosotros. Hoy podemos decir regocija-
dos que hemos concluido la obra, sin un solo accidente lamentable.
Hay algo para m de lo ms loable: todos, todos ustedes, no slo han
demostrado entrega y una gran capacidad de trabajo, la solidaridad
en todo momento, el calor humano y esa especie de hermandad de
unos con otros que los hace dignos no slo de los mayores elogios
sino que hay algo curioso, por su afn y entrega daba la impresin
que actuaban en la construccin de algo propio, derrochando in-
genio y creatividad, a la altura de los mejores artistas. Me imagino
que todos tendrn ganas de regresar a casa, tres aos sin ver a los
miembros de la familia, es pena grande para cualquier ser humano,
al margen de estar recibiendo noticias constantemente. No soy
hombre de discursos, pero debo darles una noticia sin muchos
adornos: la compaa me ha encargado proponerles que sean uste-
des, junto a sus familiares, los primeros habitantes de Los Giraso-
les un fuerte rumor de voces quedas se extendi por todo aquel
-33-
Los Girasoles

saln. Silbido, pide silencio: Escuchen por favor, la compaa me


ha hecho llegar una especie de contrato o condiciones, los cuales
har de inmediato entrega junto a una carta que han enviado a sus
familiares. Tienen una semana para tomar la decisin. A partir de
este momento 7:30 pm, del da tres, mes cuatro del ao ochenta y
nueve, se da inicio a la primera feria de Los Girasoles. Salgamos
a disfrutar de una buena bebida, msica, comida y algo ms el
algo ms estaba representado en las veinte damas, que por ser da
del Espritu Santo, esperaban la seal del Kosako para abandonar
el helicptero.
Un fuerte bramido despert a los dos jvenes. Soltaron las co-
bijas y en el momento de abandonar la cueva, menuda sorpresa les
esperaba afuera: un bello ejemplar de tigre mariposo, bostezando,
aguardaba en la puerta. Cedi el miedo inicial tal vez por la postura
de aquella fiera que no se intimidaba; sentado sobre sus patas trase-
ras, con las delanteras pareca estarse espantando algunos moscos.
Salieron frente al animal y ste no hizo el menor movimiento. A
los pocos metros voltearon y vieron cmo el felino mova una de sus
patas an sentado, como si los saludara. Luego de rodar un buen
trecho, parndose de vez en cuando e inspeccionando, subieron y no
haba manera de que el motor se encendiera, revisaron y Dios mo
la gasolina!, grita Juan, respondindole Julio:
Que yo sepa, este energtico no baja de los cielos.

Una semana completa de comida, bebida, msica y gustitos al


cuerpo. Hubo algo ms: improvisaron piezas de teatro, compuestos
los guiones por Perla Madonna, el Zambo y el Kosako; no falt
quien cantara o recitara. Bailaban hasta el agotamiento aunque no
hubo ningn incidente y nadie dio muestras de abusar del aguar-
diente. Tres das necesitaron para recuperarse, previa salida del
Kosako, su helicptero y de las damas complacientes. Ya todos
haban ledo el contrato para la adjudicacin de las casas y las cartas
que la compaa hizo llegar a los familiares. Rezaba el contrato:

La Compaa Constructora del Sur, ofrece a los trabajadores del com-


plejo habitacional Los Girasoles, ser los primeros habitantes de esta
urbanizacin, bajo las siguientes condiciones:

-34-
Juan Gonzlez

1. Las viviendas se les ofrece con un cuarenta por ciento menos de su


valor real.
2. Del pago de sus prestaciones se les deducir un 20% como cuota
inicial.
3. Familias y enseres sern trasladados a Los Girasoles por cuenta de
la compaa.
4. Se les garantiza fuente de trabajo en el complejo urbanstico.
5. Tendrn luz verde para su organizacin social.
6. Los nios y los jvenes tendrn asegurados estudios de primaria y
de secundaria.
7. Les ser establecido servicio mdico eficiente.
8. La cuestin de seguridad ser ejercido por los pobladores.
9. Se les darn veinte aos para el pago de la vivienda.
10. Se les cobrar un inters de un 12% anual.

Si en un principio, principio ni tan lejano, apenas tres aos


cuando el ingeniero Silbido les revelara los objetivos de aquella
misin que nada tena que ver con ningn azufre de los infiernos,
si aquella explicacin caus asombro y estupor, esta propuesta no
tena para ellos pies ni cabeza. Qu futuro les esperaba all a unas
cuarenta y tantas familias, viviendo a ms de 2.000 kilmetros de
la poblacin ms cercana, sin carreteras para llegar adonde pudie-
ran adquirir las cosas ms necesarias? Quines habitaran aquellas
3.950 casas restantes? Cierto que all se haba contemplado toda una
infraestructura que cubriera todas las necesidades de esas 4.000 fa-
milias, pero y los servicios elementales, los profesionales, tcnicos
y educacionales?, de dnde saldran? No, aquello no tena pies ni
cabeza. A casi tres mil kilmetros de la capital cmo seran las re-
laciones con el Gobierno Nacional?, si hasta en los centros poblados
ms cercanos, la atencin a la salud, educacin, transporte y otros
servicios fundamentales, eran todos un caos. Qu les esperaba a
ellos? No resultara nada fcil convencer a aquellos hombres de las
bondades de aquel ofrecimiento. En qu andan los que han mon-
tado toda esta tramoya, cuyo andamiaje intentaban presentar como
muy slido? Para aquellos hombres de aspecto sencillo y humilde, aquel
andamiaje cojeaba de una pata. En cuanto a la carta a los familiares
exhortndolos al traslado a Los Girasoles, haba un parrafito que
endulzaba muy bien la pldora: El futuro de esta formidable nacin,
-35-
Los Girasoles

est en el Sur, donde abunda la riqueza mineral, estn las tierras


ms frtiles, donde nunca tendrn problemas con el precioso lquido
vital, por ser un mundo de agua; en donde abundan tantas especies
posibles de domesticar y que an silvestres, sern una fuente segura
para la ingestin de prtidos: chigires, cochinos de monte, dantn,
pavas salvajes, lapas, conejos, venados y morrocoyes, adems unos
ros con una inagotable cantera pisccola. Para Melesio, el Zambo,
Manuel Rodrguez, Joseto y Perla Madonna, quienes se haban
constituido en una especie de direccin del grupo, aquello tena un
olor a cacho quemao. Cuando pasada la semana Silbido convoc a
una nueva asamblea, la decisin estaba tomada: rechazaban el ofre-
cimiento.

Los dos tambores de gasolina, las dos bombonas de gas, el


tanque del jeep y el auxiliar, estaban completamente vacos.
La situacin es grave! seala Julio.
No quiero lloriqueos. Tratemos de mantenernos serenos
dice Juan.
Tomaron del equipaje lo ms indispensable y se echaron a andar.
Julio cantando de lo ms alegre y Juan bajo un rostro sombro.
Juan, an no est escrita la hora.
Sabes cundo tuve esa corazonada? Cuando salimos de la cue-
va-refugio obligado bajo una noche tempestuosa. Si por la maana,
aquel mariposo en la puerta era para que a cualquiera se le aflojara el
barro, no s de dnde saqu tanto valor para sacarte de tu parlisis y
pasar frente al animal como frente a un buen conocido.
Te refieres a que no est escrita la hora de los difuntos.
Haban caminado cinco horas, cuando se les ech encima la
noche. A orillas de un riachuelo, consumieron algunas de las pro-
visiones y dentro de aquellas bolsas de dormir, luego de un bao,
introdujeron los aporreados cuerpos.

En la segunda asamblea, una semana ms tarde, Silbido intro-


duce algunos argumentos que producen una mayor confusin.
S amigos, si ustedes toman la decisin de quedarse en Los
Girasoles, quienes hemos dirigido este proyecto les seguiremos
-36-
Juan Gonzlez

acompaando. Se preguntarn por qu seis profesionales con buena


posicin social y prestigio, toman una decisin tan aparentemente
disparatada?, respondo por m y el resto del grupo director, porque
hemos discutido hasta la saciedad la decisin: todos hemos tenido
la oportunidad de unas vacaciones junto a los nuestros, y al regreso
de cada uno qu comentan?, qu comentamos?, pues el pandem-
nium de nuestras ciudades y barrios, la situacin de una sociedad en
decadencia, en donde quienes dirigen el Estado, administran los re-
cursos como hacienda propia; un caos en casi todos los servicios, con
un estado de inseguridad personal terrible y en donde reinan tahres
y bufones, follones y malandrines, payasos y maromeros. Disculpen
que no les haya entregado las ltimas cartas enviadas por sus familia-
res, me imagino encontrarn en ellas algunas opiniones en torno al
ofrecimiento de la compaa.
Entregadas las cartas, se acord una espera de tres das para
una nueva asamblea, mientras aquellos hombres trabajaban afano-
samente por el embellecimiento del entorno. A Melesio, el autor del
girasol gigante en medio de la extensa plaza, se le ocurri una pre-
gunta inocente:
Y si nosotros nos vamos, quin va a mantener los jardines?
Quin atender al acuario? Quin va a poner en funcionamiento
el mecanismo que riega todas las flores del girasol gigante, y que
produce tan hermosa cascada?
Verdad dijo Manuel Rodrguez el Mata Tigre.
Aquellas interrogantes giraban a toda hora en el cerebro de
aquella emprendedora y noble gente.

Julio, no aguanto ms.


Una voz como eco del ms all. Del riachuelo haban salido de
lo ms animado, hasta unos pequeos peces asados les haban servi-
do. En la medida que avanz la maana y el sol fue calentando, los
cuerpos se resentan.
Julio en un principio animaba al amigo, pero lleg un momento
cuando le dijo:
S Juan, estamos al lmite de nuestras fuerzas, pero la volun-
tad puede aumentar la resistencia fsica, yo creo que en cualquier

-37-
Los Girasoles

momento me voy a desplomar, pero sigo insistiendo: no est escrita


la hora.
Cul? La de que nos toquen las campanas de difunto?
Es bueno conservar el humor, Juan.
Llevaban una semana caminando, dejando por el camino cuanto
sacaron del vehculo, en aquel caer y levantarse, tropezar con plantas
espinosas y apenas ingerir agua de los ros; parecan dos despojos hu-
manos, fantasmas de la selva.
..

Apresurada decisin de rechazar el ofrecimiento. Discutan


de nuevo. Aquellos argumentos del Silbido calaron ms profundo
cuando en las cartas de la familia, entre tantas cosas, poda leerse: En
cualquier parte del mundo con tal de salir de este infierno; Aqu,
qu ser de nuestros pequeos? Drogadictos los varones, prostitutas
nuestras nias.
S Juan Jess de La Cruz Gonzlez, creo que junto a nuestra
fuerza de trabajo, el sudor cado sobre la tierra, parte y esencia del
ser-hombre, quiere que nos quedemos.
Viejo Melesio, de pronto me he dicho: Fuera de aqu!,
hombre solo, aguardiente y putas. Cuando subo a la 750 que en
buena hora trajo el Kosako, cuando descend de mi Atalaya. Re-
cuerdas?, por all entramos, cuando mis ojos planeaban sobre el ex-
tenso valle. Te confieso que he vertido unas lgrimas pensando en
la partida y a la vez deca: Quedarse aqu Zambo, es enterrarse en
vida; ahora dan vueltas en mi cerebro lo que dicen las cartas y los
argumentos del Silbido.
Zambo, qu habr ms all del ofrecimiento de la compaa?
Un enigma viejo Melesio.
Pero lo de Silbido, Gilberto, el Fluido, el Ronco y el Cara e
Nio; profesionales con buenas posiciones sociales y adems exito-
sos me cuesta asimilarlo.
Zambo, nadie sabe dnde le duele al otro! La travesa, la actua-
cin como equipo, ese acercamiento de todos los das, las revelaciones
en la hora de resolver hasta saltando por encima de la jerarqua, una
jerarqua que se fue disolviendo dentro de los hechos, por la capaci-
dad de respuesta de un Manuel, de un Perla Madonna, de un Joseto
y sobre todo por la suya incomparable
-38-
Juan Gonzlez

Un momento Melesio!
Calle y escuche: esas relaciones rompieron con podridos es-
quemas y visin de una sociedad disolvente. Creo Zambo que aqu
nos hemos encontrado como seres humanos.
Viejo Melesio, es el discurso ms bonito que mis odos hayan
escuchado.
Y entonces qu Zambo?
Yo me quedo!
Nos quedamos Zambo!
Decir el viejo Melesio y el Zambo: Nos quedamos!, empuj a
quedarse a todo aquel que an dudaba.
Julio, voy a dejarme caer y que repiquen las campanas.
No lo hagas Juan, sentirs un alivio pasajero, pero no volve-
rs a levantarte, es preferible seguir avanzando aunque sea a rastras,
como te digo, dejarse caer es un llamado a la muerte, agonizando.
Nos atormentar un buen tiempo pero hay que continuar hasta des-
plomarse, nada sentirs estando inconsciente una mano sobre el
hombro del otro, zigzagueando hasta tropezar con un viejo samn y
desplomarse.

Al mes de aquella decisin, la compaa hizo llegar una especie


de modificacin del contrato inicial, tratando de despejar algunas
dudas:
1. Llevar las familias a Los Girasoles para ocupar las 3.950
casas en un plazo no mayor de tres meses.
2. Se les garantizaba suministro alimentario durante dos aos.
3. Todos quedaban contratados por un tiempo de un ao ms,
hasta culminar algunos detalles de las obras.
4. La organizacin social de aquella comunidad, sera cuestin
de la participacin de todos sus miembros, siendo los pioneros quie-
nes en un principio orientaran esas relaciones.
5. Se reitera la garanta de estudios primarios y secundarios, y
la instalacin de una escuela industrial con todos los equipos indis-
pensables, con un grupo de profesores probos. Aquellos estudiantes
sobresalientes, que culminen la secundaria, recibiran becas para
estudiar fuera de Los Girasoles.
Qu le parece a usted todo esto mi Mata Tigre?
-39-
Los Girasoles

Mire, mijo, perro viejo late echao.


Pero aqu no hay perros ni nadie se echa!, contsteme la pre-
gunta.
Mire Joseto, no sabemos qu habr detrs de todo esto, pero
si me entierran en este valle, me morira contento. Junto a ustedes,
desde hace ms de tres aos. Luego de andar algo ms de un mes
en aquella heroica travesa y sabiendo cmo se vive en ese mundo,
en donde hemos sido vistos como escoria social, es preferible aqu
luchar contra la veinticuatro, con la araa mona, contra las ser-
pientes y el yaguaret, que all en la selva de cemento, donde fieras
ms degradantes viven al acecho.
Buena esa mi viejo Mata Tigre, yo por all no tengo a nadie
salvo infernales recuerdos. Aqu encontr una familia, particular-
mente veo en usted al padre que nunca conoc.
Cierto Joseto, aqu se ha conformado una familia, aunque
de puros hombres, hay lazos de profundos sentimientos.
Alguien sabe qu opina el Zambo? La opinin de l, para
nosotros, es ms importante que la de los ingenieros.
Cuando vena para ac lo vi conversando con el viejo Melesio.
Al final, todos aceptaron. Uno de los ms emocionados es Perla
Madonna, quien se encuentra con Joseto.
Mio carissimo, vivo la mayor emocin de mi vida!, irme de
aqu era ms triste que el da que abandon mi patria, mi corazn
se pona triste al ver el fin de la obra; Dnde encontrar a un Mata
Tigre, un Melesio, un Zambo o a un loquito como Joseto?
Scate esas lgrimas Enrico, no seas marico.
Ma qu dice cornuto?!
Que se calme amiguito.
Joseto suelta todo aquello, sin abandonar su proverbial sonrisa.
Abraza a Enrico y es ahora a l a quien se le aguan los ojos.
Desciende el helicptero, baja el Kosako y tras l, el grupo
de damas habituales en Los Girasoles el da del Espritu Santo.
Llegaron las Nias!, alguien grita. Horas ms tarde, prende la
moto el Zambo, monta en la parrilla a Josefina, y enfila hacia la
colina. Hoy ms que nunca tiene deseos de estar all arriba, por all
entraron hace ya un poco ms de tres aos. Quera contemplar el
valle desde lo alto, ver aquello donde l puso tanto empeo y coraje,
dando gracias a la vida, y contarle a aquella mujer las peripecias de
-40-
Juan Gonzlez

unos hombres que hoy sienten como si all hubiesen nacido. Cierto
que era el trabajo de cuarenta y nueve hombres, pero en este mo-
mento hablan de Los Girasoles por la boca del Zambo. Por qu t
eres el centro? Juan Jess de La Cruz Gonzlez, siempre fue as an
sin quererlo Si me comprometo es con todos los hierros Pero
por qu aqu tanta relevancia? Otros tambin se han rebelado, pero
para ellos ha sido el Zambo el hombre de mayor trascendencia, y en
la medida que iban encontrndose, un sentimiento de familia alber-
gaba en las almas. S, decisin unnime; Nos quedamos! Todos
sienten el peso del pasado oprobioso, hoy un presente sonriendo y el
maana est andando Pero escucha, Josefina siente fro, recla-
ma tu presencia!.
S, Josefina es una de las chicas que llega a Los Girasoles el da
del Espritu Santo, trada por el Kosako ruso cabrn, como le
llama Joseto. Joven bonita, como todas ellas, no tiene mucho
tiempo en el oficio, pero esa es otra historia. Aqu en Los Gira-
soles ha encontrado un remanso, tal vez por eso, a veces, se siente
asqueada de su cuerpo.
Qu decirte ahora Josefina!, no es cuestin de pensarlo, lo
tengo decidido. Me gustas como mujer y yo te agrado
Me agradas Zambo, yo te amo.
Escucha: Tenemos tres meses para organizar todo esto y,
ustedes?, bueno harn unos cuatro viajes ms antes que llegue la
gente, el resto de las personas que ocupar todas esas casas que ests
viendo all abajo. Tenemos an tiempo para resolver; te prometo,
eso s, que una de esas casas ser tuya.
Yo tambin dir algo: no volver a putear por nada del mundo!
Te traje hasta aqu con la intencin de contarte parte de toda
una historia: por aqu entramos, fui el primero en divisar el valle
sobre Mi Nia.
Quin es Mi Nia?
Ves aquel galpn hacia la margen izquierda de la plaza?,
galpn de madera cubierto de flores, all reposa. Aqu se le venera,
con ella aprendimos a darle valor a muchas cosas que en nuestros
centros de trabajo, nos resultaban odiosas. Contemplar desde aqu
desde esta altura esas montaas, todo este valle, todas esas aguas,
un espacio en estado virginal por los siglos de los siglos, fue como

-41-
Los Girasoles

descorrer un velo que por mucho tiempo me haba mantenido ciego.


Di gracias a la vida.
Bsame Zambo!
Las bocas se buscan, las lenguas se encuentran, y cuando ya
falta el aliento, ella protesta:
Ya, que me ahogas!
Con la joven mujer entre sus brazos, relata, ella escucha so-
ando con el recuerdo de sus primeros aos: muchacha del campo,
criada entre flores, frutos, pjaros y rboles, una vaquita, gallinas
y pavos, con sus bellos doce aos. Un da, la muchacha del campo,
junto con la familia, arrib a la ciudad, arrastrada por el padre en
busca de fortuna, y encontraron ruina: ante varios fracasos, el padre
termin alcohlico y la madre con ocho muchachos, qued turula-
ta. Ella, con sus catorce aitos, trabaj en una casa, ms tarde fue
mesera y termin puteando.
Ests escuchando?, llegan a nuestros odos el canto de las aguas.
Maana Josefina, esa cancin sublime dormir a nuestros nios.
Zambo, quiero quedarme contigo.
Josefina, dentro de m vives, esperemos un poco, pronto es-
taremos juntos.
El Kosako con la flauta, Joseto a la guitarra, Melesio tocando el
cuatro, el Silbido rasgando el arpa y el Mata Tigre con las mara-
cas; tocan y cantan mientras los dems hablan o bailan. Las mujeres
estn all desde el da de la feria. Tratndose de feria llegaron veinti-
cuatro, Joseto comenta: Menos aguacate.
Los Girasoles son un hecho irreversible, segn sus pioneros. Ya
los campos florecen, brota el humo de las chimeneas de algunas f-
bricas, y se ve la chiquillera por los caminos a la escuela o saliendo de
ellas. Los hombres sobre cuyos hombros descansaba aquel proyecto,
se fueron multiplicando en el esfuerzo y asumiendo cada vez mayo-
res responsabilidades, todas cuantas la dinmica les fue exigiendo.
Muchos logros haban alcanzado, pero para ellos no era suficiente, y
cada da, con todos y consigo mismos, eran ms exigentes. Al prin-
cipio hubo choques y enfrentamientos: los vicios, taras, desviaciones
de conductas, costumbres disociativas y un individualismo malsano,
fueron combatidos hasta el punto de arrojar de Los Girasoles, hasta a
familias enteras, por lo viciadas y perniciosas. All haba un empeo
en ciernes de una nueva sociedad, a travs de un nuevo hombre, una
-42-
Juan Gonzlez

nueva forma de vida. Ellos, los pioneros, en gran parte lo haban lo-
grado, a un buen precio, que bien vali la pena. Cmo hacer para
convertir en ser-humano-social, al animal visceral? Dira el poeta:
Ser humanista/ es muy bonito/ pero muy triste/ la tanta pena/ la
tanta angustia que el hombre sufre/ te mortifica. Cuando el malan-
drito, uno de los casos escabrosos, por su siembra de mafafa muy
bien oculta, le encomendaron el caso a Joseto.
Mire pana, eso aqu no se debe ni se puede.
Qu te pasa a ti pescuezo e violn? fue la respuesta. El
chico es bravo, en su barrio lo llamaban Chico Malo. Una bofe-
tada a tiempo, pero el Chico Malo, mulo de Bruce Lee, pega un
grito de guerra y una certera patada en el pecho de Joseto. Es de cui-
dado el contrincante, en guardia Joseto, recuerda: No inicie usted
el ataque, pero ante una agresin responda con fuerza. Cinco mi-
nutos ms tarde, el chico malo se soba en el suelo cuatro costillas
rotas. En el cuartel se aprende, en la escuela se instruye y en la calle
se acera, bajo esos principios creci el Joseto, era cinta negra con
dieciocho aos. No a todos lo enfermos se les aplica la misma medi-
cina. Un Consejo de Familia tiene a su cargo las relaciones en Los
Girasoles, sociales, culturales, servicios, salud, educacin y hasta los
econmicos. Est integrado por los pioneros y dos representantes
por cada uno de los sectores en que se divide Los Girasoles. Cada
sector tiene un Consejo, un Consejo cada manzana. Existen unas
normas, especie de cdigo, y a todo aquel que llega le leen la cartilla:
Y llvese esa copia, para que no se le olvide. Hay convivencia y
poco a poco la gente ha ido entendiendo la diferencia de esto con lo
otro. Ya no viven con los sobresaltos por los malandros del barrio ni
la de los uniformados, los Pantaneros de la Metropolitana.
El hombre de la chaqueta negra, apaga su caballo de hierro, la
poderosa Indian, ha llegado al paso que ahora llaman el paso del
Zambo, cosa que no le hace gracia; no es nombre oficial, pero se ha
hecho costumbre. All est el nombrado contemplando su valle.
Qu grande es todo esto Zambo! Qu vista tan extraordi-
naria! Veinte mil y tantas personas! Cmo se asombran, cuando
ven en la pantalla las filmaciones de lo que era este valle cuando
aqu llegamos! Esa plaza Zambo, esa plaza con su girasol gigan-
te hecho de barro, con cuatro patas grandes de madera, cuerpo de
barro, el agua regando y cayendo en forma de cascada! Diez metros
-43-
Los Girasoles

de alto y treinta cuadrados, con millares de girasoles floreados todo


el tiempo.
Gracias viejo Melesio, t eres el padre de la criatura.
Cunta resistencia al mirador, necio de m, bastara que dijera el
Zambo no, y no se haca, yo no vea lo que ellos miraban, ni uno
me acompa en mi negativa. Desde ese da aprend a apreciarlos
ms, para m no era ms que un mamotreto, hasta el da del encuen-
tro bajo sus sombras con el viejo Manuel, sub por primera vez con
l, y fui testigo de un juramento:
Zambo, nunca jams mis dedos apretarn un gatillo contra
esa especie.
Le oira aquel bello animal que bramaba en la distancia? El
acuario, ingenio de Kosako si slo es verdad una cuarta parte de
lo que cuenta, su vida es de leyenda. Diez metros de largo, dos
de alto y cuatro de ancho, semeja una culebra de cabeza aplastada
y suena un cascabel adosado a su cola. Abre la boca y junto al agua,
brotan algas y peces corriendo libremente para entrar por la cola
nuevamente, airendose en ese trayecto; cientos de peces de todos
los colores y variadas especies. Diez hectreas de parques alrededor
de la plaza, con teatro, concha acstica, cuatro salas de cine, una
amplia biblioteca, salones de ping pong, de ajedrez, sala de con-
ciertos y talleres de artesana. Quin poda imaginarse esto antes
cuando llegamos en aquellos viejos armatostes? Armatostes no
Zambo, los pioneros de hierro que an andan por all rodando, los
cuatro puentes que unen las dos mrgenes del ro principal!.
Con qu carajo? pregunt el Silbido. Joseto y el Kosako
le dieron la respuesta; a la semana el helicptero vomitaba lingo-
tes de va frrea; esas campanitas que caen a las aguas desde las ba-
randas, rojas, rojas rojsimas, por all donde silvestre crecen, con el
verano desaparecen. Cuando llueve, las plantas reverdecen y el rojo
reaparece. Cuntas flores silvestres! Extraas formas, variadsimos
colores. Cundo y cmo llegaron all esas perezas?, las tantas ar-
dillas siempre las hubo, conejos y cachicamos por las noches dejan
verse. Zambo, la presa, ese complejo elctrico!, Que s se puede,
rezong el Fluido, Y cmo fluye la fuerza elctrica? Mi Nia, los
pioneros, los tantos hombres, las cuantas mujeres y hasta los nios,
all fueron hroes: todo un pueblo, Zambo.

-44-
Juan Gonzlez

La represa hidroelctrica o la muerte de Los Girasoles. Com-


plicada que se vea la vaina. Duro hubo que trabajar! Cuando dije:
Se acercan las lluvias, pregunt el Silbido:
Ya pusiste las estaquitas?
Por suerte ayuda la conformacin del terreno. Hubo acaso all
en un tiempo una laguna? Cost desviar las aguas del cauce, por un
tiempo, pero ah estaba Mi Nia abriendo un boquete para caer
de nuevo al ro doscientos metros ms adelante. Pero mira que hubo
que tragar tierra. La represa o la muerte. Silbido tena razn, desde
aqu se aprecia mejor, hubo all, en otra poca un lago. Encaj bien
en ese recodo la planta de tratamiento, de donde sale el acueducto,
llegando por precipitacin las aguas al poblado; al igual que el siste-
ma de riego por la margen izquierda, Zambo recuerdas? Cuando
entramos por aqu, casi quedas ciego ante tanta belleza Todo tan
deslumbrante! Ningn artista capaz sera de imaginar tanta belleza.
Las fbricas estaban muy cerca de la presa, haba que ahorrar cables
y fuerza de trabajo. El cambural protegido del viento por las altas
montaas, ms abajo los caaverales y el ingenio arriba, y nuestro
ganado en el vallecito adyacente al can. La historia de nuestro
ganado: un da se presentaron Joseto y el Taita Manuel Rodr-
guez, arreando como a cuarenta bichos sin hierro. Cachilapos,
dijo el Mata Tigre, hombre del llano bregao en estos, toro madri-
na, cinco novillos, veinticinco vacas y nueve becerros; tres machos y
seis hembras, ya pasan de quinientas reses. Zambo, no es un sueo
todo esto? No Zambo, esto fue el despertar, de ti y tus compaeros
ignorados hasta por ustedes mismos, sumergidos en el ostracismo
como parias del mundo. Todos despertaron y cada uno se fue re-
belando, apareci en toda su dimensin el hombre, dejaron de ser
rebaos perplejos. El uno se vio en el otro y comenzamos a llamar-
nos nosotros. Ya no es el otro con quien tropezamos y disputamos
pelendonos un espacio. Ayer tropezbamos en la calle, en la fbri-
ca, en el valle y aqu nos encontramos, reptelo Zambo; reptelo a
gritos. Nos encontramos!, nos encontramos!, nos encontramos!,
nos encontramos!
El disco anaranjado tornndose rojizo, hacindose ms grande,
por el can se pierde y el espacio se ve salpicado de rosado; a esa
hora, hacen su aparicin los loros, vuelan de nuevo por el centro
del valle, dejaron de temernos, regresan las garzas, las rojas y las
-45-
Los Girasoles

blancas, se agitan en los rboles los araguatos, ltimo trino de los


pjaros, dan de comer a sus polluelos. Hace su entrada su majestad
la noche, tras de ella todo un squito de sombras y fantasmas.
Revuelo y agitacin en el hospital, en cerca de diez aos, pro-
djose un suceso que tanto les conmoviera: dos cuerpos de hombres
jvenes, lejos de all fueron encontrados por Joseto en estado ag-
nico pero an respiran, se hacen esfuerzos por volverles a la vida. A
veinte kilmetros de Los Girasoles, por caminos casi intransitables,
de casualidad los hall Joseto, andando tras unos terneros.
Julio, Julio, voy a dejarme caer, ya no resisto.
El ms joven delira. No se tiene noticias de siniestro alguno
de aviacin por esos lugares, por donde casi nadie se aventura y por
donde llegaron los pioneros. Es difcil que persona alguna, intente
adentrarse por esos mundos.
Al paso de los loros despiertan Los Girasoles. Todos se apres-
tan a sus labores, pendientes del caso de los dos intrusos.
Se recuperan dicen los mdicos.
La gasolina, la gasolina, la gasolina! Ests escuchando Ro-
salba?
No soy sorda eso hace suponer que venan en un vehculo y
los dej botados.
Se les puede interrogar maana?
Ni maana ni pasado, hasta cuando no se hayan recuperado,
estuvieron a punto de morir por inanicin y una fuerte deshidrata-
cin, as que, como mdico encargado de este caso, no lo recomien-
do ni lo permito.
Por cunto tiempo?
Ya le dije ciudadano pionero fundador de Los Girasoles:
hasta cuando se hayan recuperado.
Cuatro aos de haber llegado a Los Girasoles, poco tiempo de
graduada, comenz en uno de los mdulos revolucionando todo.
Cuando hubo quejas por mandona y autoritaria, Gilberto, el Di-
rector de Salud, comenz a ver y estudiar los resultados: en aquel
mdulo haba ms orden y disciplina, era donde mejor se aplicaba
la medicina preventiva, la mujer traa una visin muy amplia del
oficio. Escribi en una cartelera: Acrcatele y sonrele, pregntale
por la familia, si tiene hijos qu hace?, qu le gustara hacer?, si est
contento en Los Girasoles, comuncate, gnate su confianza que es
-46-
Juan Gonzlez

el mejor medicamento. Fue ganando espacio a pesar del fuerte ca-


rcter. Al ao, del mdulo pas al hospital central. Le propusieron
enviarla a la capital para un postgrado y rechaz la oferta, eso s,
pidi le hicieran llegar todas las revistas y libros que hablasen de los
nuevos avances en pediatra. Por nada del mundo quera regresar al
lugar de donde vena, Alguien le habl de Los Girasoles, pintn-
dole un mundo de fbula, donde se haca realidad la utopa. Para
Rosalba, Los Girasoles eran los sueos de todos los nobles pensado-
res, que aspiraban un mundo ms justo para todos los hombres. Con
veintisis aos tena ideas claras: estudiaba, era buena lectora y par-
ticipaba en todo cuanto significara lucha contra un estado de cosas
deplorables. La carta presentada junto a las credenciales para optar
por el cargo, era ms elocuente que todas sus notas sobresalientes.
La juventud les empuj a tamaa aventura: la gran noticia
por un mundo perdido muy dentro de la selva, a ms de tres mil
kilmetros de la capital esto pareca inverosmil, he all el acicate
para dos jvenes periodistas, quienes ejercan la profesin con gran
entrega, con mucho amor al oficio, profesin tan digna como des-
prestigiada, y salieron hacia el lugar de la leyenda, donde estuvie-
ron a punto de encontrar la muerte. Gracias a su resistencia fsica
y a los cuidados prestados lograron sobrevivir. Su misin: llegar al
pueblo de Los Girasoles, ubicado dnde? Haba un indicio: ms
all o ms ac de la frontera con Brasil. Ningn ministerio, nin-
guna institucin pblica o privada ofrece informacin sobre aquel
fenmeno, as es como se le llama. Consiguen algunos datos que les
llegan por va telefnica, sin identificacin del informante: viven
all cerca de veinte mil familias, si es que as puede llamarse a un
conglomerado formado por gente escapada de los pases fronteri-
zos, donde abundan los ladrones, asesinos, traficantes de droga y
de blancas, alguna comunidad aborigen y sobre todo, un grupo de
norteamericanos y europeos, quienes trafican con pieles, plantas,
algunas especies, oro, diamantes, esmeraldas y hasta con materia-
les estratgicos muy abundantes en la zona. Aquello les cort el
resuello. Informan al director de la revista para quienes trabajan, y
ste se limita a decirles:
Lo toman o lo dejan.
Haba un gran incentivo: seis meses en la zona con el pago
de un ao, reportajes en todas las televisoras del mundo y revistas
-47-
Los Girasoles

internacionales. De concluir con xito aquella expedicin, un mes


en la Ciudad Luz con todos los gastos pagados.
Juan, t qu dices?
Cundo salimos Julio?
Antes de partir les lleg una misiva, sin firma, pero con una
informacin distinta a la degradante descripcin del informador
telefnico. La carta leyenda describa un mundo de seres irreales.
Todo cuanto la carta resea les sonaba a cuento de hadas o de Las
mil y una noches, con todo y alfombras voladoras.
Joseto encontr el jeep de los periodistas, diez kilmetros ms
all del lugar donde los hall rondndoles los sanitaristas alados.
Todo parece indicar que giraban en crculo una vez se les acab la
gasolina. El Consejo de Familia llev a cabo varias reuniones para
analizar aquel caso. No saban quines eran ni qu hacan tan cerca
de Los Girasoles. Habra que esperar su recuperacin para que ellos
les explicaran.
Julio, Julio, dnde estamos?
Juan, en el otro mundo, no escuchas el repique de las campanas.
Cuartos, repiques de difuntos.
Tardo yo un poco ms en llegar y dan el salto dijo Joseto
que casi no se despega de la cabecera.
T quin eres?
Un enviado de San Pedro, me ha mandado a recibirles.
Ya han salido del estado de coma, en una sala con todas las
atenciones estn recuperndose, pero an no han recobrado total-
mente el conocimiento, entran en desvaro, no tienen clara idea
donde se encuentran. Joseto les cuenta el hallazgo de los casi di-
funtos. Ellos dan las gracias y cuentan: periodistas de una revista,
con la encomienda de dar con el fenmeno de Los Girasoles. La
travesa, peripecias, el desconocimiento de un medio tan lejano y
al cual eran ajenos, sobre la percepcin de un mundo tan distante y
desconocido, los peligros y miedos, el jeep que los deja en el camino
y casi aquel encuentro con la muerte. Entra la doctora Rosalba, mira
en silencio;
Joseto es hora de retirarse, ya habr tiempo de hablar ms y
mejor con los pacientes.
Dos semanas ms de convalecencia, ya estn de alta, Joseto les
da albergue, vive solo. Dan la impresin de ser dos jvenes sanos, de
-48-
Juan Gonzlez

nobles intenciones, pero son periodistas, una mala plaga para Los
Girasoles. El Consejo de Familia les escucha, divididas estn las
opiniones. Se abre un comps de espera, el Consejo tiene en la capi-
tal buenos informadores.
Qu sentiste Juan, cuando despertaste en el hospital?
Que viajaba al otro mundo envuelto en la penumbra.
Deja la mariconera, chico. De m puedo decirte que no sent
mi cuerpo, que andaba dando tumbos por un laberinto. Unas pa-
labras que no saba si escuchadas en este o en el otro mundo, repe-
tanse en mis odos: No te detengas, sigue andando hasta que tu
cuerpo se desplome, si te dejas caer, sentirs un breve alivio pero ya
no podrs volver a levantarte, ser ms larga la agona y ms lenta la
muerte.
S recuerdo. Eso te dije cuando queras dejar caerte.
Qu opinas de esto Julio?
Parece estarse incubando algo distinto a las experiencias
que ha vivido el hombre, creo que necesitara de ms tiempo para
emitir un juicio, lo cierto es que aqu hemos tropezado con gente de
un sentir, pensar y actuar diferentes: Joseto, la doctora Rosalba, la
seora Carmen, tres oficios distintos y un mismo sentimiento.
Por favor Julio, no te vayas a soltar una de tus tantas peroratas.
Juan, me harn falta palabras cundo has visto t a un
mdico que no se separa de tu cama hasta cuando te considera fuera
de peligro? Dnde tanta pulcritud cumpliendo cada uno su fun-
cin con cara de satisfaccin y sonrisa en los labios?
Para, para hermano, djame decir algo: esa seora Carmen,
quien puede ser tu madre
La suya hermano.
Djeme concluir la vaina, te deca, esa seora hablaba conmi-
go como si me conociera desde hace aos, y al medioda, al recibir su
guardia, llegaba siempre con una fruta en sus manos, dicindome:
Coma, hijo, hablaba como mi progenitora y hasta contaba cmo
haba cambiado aqu su vida, y cmo era antes de llegar a Los Gira-
soles. Por el atuendo y manera de expresarse te imaginas a una en-
fermera profesional. Mijo, me dedico al aseo. Me sent apenado.
Cierto, hay divisin del trabajo pero sin trato discriminato-
rio; el amigo o amiga del aseo, los amigos de la salud, el seor de la
farmacia. Julio, esa doctora Rosalba es hermosa, dulce y graciosa, y
-49-
Los Girasoles

a la vez una mujer enrgica. Le dijo a Joseto: Tiene quince minutos


para la entrevista, y a los quince minutos entr mirando el reloj, sin
chistar, el hombre se retir. Buen trato nos han dispensado.
Tal vez por las condiciones en que llegamos, porque tienen
gran reserva con nuestra profesin. Creo hermano Juan, tienen des-
confianza y aversin. Razones no les falta. Las cochinadas publica-
das por un colega
Julio, te regalo mi parte. Salieron publicadas luego de nues-
tra partida, Joseto me mostr la revista. El relato es propio de un
cagatinta bien tarifado. Algo repugnante Julio.
El dilogo se va alargando debajo del acuario, a travs de un
pasadizo. El paseo por la ciudad produjo cierto asombro por la lim-
pieza, ornamentacin y orden. Recorriendo la plaza creen haber lle-
gado a saturar su capacidad de asombro:
De pronto me da la impresin de estar ante una obra de un
emperador griego o romano, que a travs del boato y la ornamen-
tacin intentaron perpetuar su nombre. El financiamiento de esto
Julio? Ningn registro de empresa, no hay quien informe sobre per-
misologa para edificar en un medio considerado como el pulmn ve-
getal del mundo, con unos ros que arrojan ms de un veinticinco por
ciento de las aguas dulces que caen en el Atlntico.
Juan todo esto est envuelto en un gran misterio. Un proyec-
to urbanstico para cuatro mil familias, construido en el culo del
mundo causa conmocin y asombro salvo que descifra t los
puntos suspensivos.
Muchos enigmas, puntos suspensivos y especulaciones alrededor
de Los Girasoles. Todo parece haber surgido tras unos bastidores, en
donde danzaron millones de dlares. Los periodistas tienen algunos
indicios, entre ellos, el capital forneo, aceit y afloj tuercas y, al o los
que no probaron nada del guiso, se hicieron de la vista gorda. Lo cierto
es, parece ser, que aquello a alguien se le fue de las manos y sin poder
emplear recursos legales.
Buenos das don Manuel!
Le devuelvo los buenos das, pero por favor me quita el don,
a un pobre con don lo miran feo. Hasta cundo por aqu? el
tono no es agresivo, tampoco suena amistoso.
Bueno, aunque sabe una cosa.

-50-
Juan Gonzlez

Suelte la lengua que aqu nadie se la va a cortar, eso s, sin


empearse en hacerse los simpticos.
Manuel, para llegar hasta aqu, hicimos casi el mismo recorri-
do que ustedes, pero en condiciones menos favorables, hasta el punto
del riesgo de encontrar la muerte, gracias a sus cuidados estamos
vivos, y no hemos venido a hacer turismo, somos periodistas anda-
mos tras la noticia, ejerciendo el oficio apegados a principios
Para, para, para Julio es el nombre suyo?, no quiero discur-
sos, el Consejo est estudiando su caso, mientras tanto, mantn-
ganse de bajo perfil, ya les informaremos, buenos das.
Aquel recibimiento no se lo esperaba, de all salieron un poco
amoscados.
Qu te parece Juan?
Que no siempre es bueno discursear.
Tal como nos lo pintaron.
Manuel Rodrguez, el Mata Tigre, hombre de baja estatu-
ra, cortos los brazos pero fuertes, nervudos y musculosos; grandes
y gruesas las manos, la porcin de los dedos ms larga que la de la
palma, se debe a tanto apretar sobre el gatillo eso dicen; un
rostro, sin ser severo adusto y serio, grandes los ojos, un poco salto-
nes y rayados que cuando miran, lanzan destellos como de animal
al acecho. De l dicen, hay que temerle ms a sus palabras que a su
aceitado rifle; asocian su figura a la del tigre, dicen que los veinte
aos lidiando con estos animales, le han dado el aspecto de la te-
mible fiera. Cincuenta aos cuando lleg a Los Girasoles, hombre
conservado y conservador, dice Joseto, Manuel no tuvo hijos
ni Joseto padre. En Los Girasoles, padre e hijo se encontraron. Jo-
seto le llama el Taita y Manuel le echa la bendicin. Es conside-
rado, algo as como la conciencia mayor de aquel pueblo. La Madre
Superiora, lo mientan muchos por lo bajo.
Por cuatro meses, se les dio visa a los periodistas para realizar su
trabajo de recabar informacin y dar a conocer al pas y al mundo, la
realidad de una nueva forma de vida. Una intervencin del viejo Me-
lesio en el Consejo de Familia, facilit aquella decisin:
Creo en la buena voluntad de esos muchachos y rara vez me
equivoco.

-51-
Los Girasoles

Concluidas las deliberaciones, los periodistas fueron informa-


dos por Manuel Rodrguez, quien esta vez dulcific el trato con los
dos jvenes, permitiendo ahora la truncada entrevista.
Manuel, algo sabemos de su persona a travs de otros, pero
ms que indagar sobre su vida, nos interesa la historia, la historia
de Los Girasoles, para nosotros es lo ms importante. Tenemos en-
tendido que ustedes, el viejo Melesio y el Zambo, son los personajes
ejes de cuanto aqu ha ocurrido. Para nosotros, para la revista, para
el pas, para el mundo y principalmente para Los Girasoles, es de
suma importancia que se conozca de manera fehaciente la realidad
de esta nueva forma de vida.
Un caletrazo llamo yo a eso. Cunto tiempo estuviste en-
sayando ese discurso edulcorado? No va con nosotros ese trato, la
vanidad no nos sofoca. Es un recurso manipulador, ustedes abusan
de l, cre haban aprendido la leccin del encuentro anterior, parece
que no. Tena la mejor disposicin, pero es mejor dejarlo para otra
ocasin.
Perdone a Julio amigo Manuel, y a m, si digo impertinencias
o palabras de ms, es el instrumento de trabajo de los periodistas,
cierto que a veces manipulamos.
Para, para, para. Por ms de veinte aos un rifle fue para m
un arma de trabajo, no por eso sala a la calle todo el tiempo dispa-
rando.
De acuerdo amigo Manuel, discut con Julio su estilo gran-
dilocuente, pero le ruego queremos escucharle, necesitamos infor-
macin para la mejor defensa de esta bella experiencia.
Bueno ya esa es otra voz, pero dile a ese necio que levante la
cabeza, no voy a repetirles cmo llegamos aqu, bien lo saben uste-
des y en cuanto a todo lo realizado, no es ningn milagro. Arriba-
mos cuarenta y nueve hombres
Pero partieron cincuenta, amigo Manuel.
A ese que falta se lo trag la selva. Fui contratado como es-
pecie de amuleto contra el mal de mariposas don Tiburcio, viv
muchos aos de ese miserable oficio, de no ser por l, no hubiese
conocido esta hermosa experiencia. Lo de Mata Tigre, s, me in-
flaba, cosa que ahora repudio; matar a uno de esos bellos ejemplares
por una miserable paga. La misin a cumplir por estos andurriales,
luca bastante extraa, cosa que comuniqu al Zambo, a quien Los
-52-
Juan Gonzlez

Girasoles deben un monumento, l tambin manifest aprensin;


El azufre guele a diablo, coment. Al llegar aqu, Silbido nos
sorprende, informa: Proyecto Urbanstico para cuatro mil casas.
Esto es pa locos, comenta el Zambo. Hubo dudas en cuanto a
abonar parte de nuestro sueldo en la capital, a la familia, pero en
eso no fallaron. Silbido nos haba dado garantas y en l cremos, se
hizo uno de nosotros en el camino. Y cuando digo uno de nosotros
saben bien lo que estoy diciendo! Todo el secreto del crecimiento
de lo construido aqu est en la travesa, creo que por senderos ros,
valles, montes y por todos los abismos, fuimos arrojando el saco
mugriento y pesado de nuestro asqueroso pasado; y es tan as lo que
digo, que hombres como Silbido, Fluido, Gilberto y Simn, profe-
sionales universitarios, tan alejados antes de los hombres que nacen
para ser triturados por el engranaje de un deshumanizado sistema
como fuerza de trabajo, esos profesionales fueron dndose cuenta
cunto vale un hombre ms all de las estructuras del modelo eco-
nmico, dentro de un bestial modo de produccin
Disculpe usted la interrupcin don Manuel, Dnde apren-
di ese discurso?
No voy a montar en clera por su impertinencia, pero esa pre-
gunta obedece a su pobre formacin como ser humano. Vean hacia
su izquierda, contemplen ese gran arco que da entrada al valle, por
ese estrecho entramos; el estrecho del Zambo lo llamamos, porque
fue l el primero en asomarse a este hermoso valle, montado sobre
Mi Nia. No, Mi Nia no es ninguna yegua, tampoco mula, se
trata de un Caterpilar que hoy en Los Girasoles se le ver, saben
por qu?, fue esa mquina y el genio del Zambo, quienes hicieron
posible nuestro arribo al nuevo mundo. Diecinueve pesados vehcu-
los, salvo el Pitufo explorador.
Qu vena sobre esos armatostes?
Ni puta idea. Bueno s, maquinarias, equipos para extraer
azufre, parece que viajamos a las calderas del diablo.
Cundo comenzaron a saber de la familia? Julio, te des-
pertaste?!
Recibimos noticias tres meses despus de nuestro arribo,
un mes antes, sobrevol el valle una avioneta y pensamos aterriza-
ra, con tristeza la vimos descender, luego elevarse y perderse por
el Norte. Dos meses ms tarde fue un helicptero, perda altura y
-53-
Los Girasoles

aterriz en los terrenos del estadio, y hasta all llegamos armados


de escopetas. Abren la puerta y baja un hombre grande como un
oso, con el pelo rojizo y una flauta en la boca, de esas de la altipla-
nicie andina; tocaba una msica como esas que sirven para dormir
serpientes. Dio los buenos das masticando el castellano, y pregun-
t por el jefe. Como el polvo cubri todo el aparato, qued todo
empaado, pero se notaba que dentro haba gente movindose. El
piloto, supimos luego, era un ruso que desde aquel momento estaba
al servicio de aquel proyecto. Desde un principio se hizo muy sim-
ptico; cuando pregunt Silbido dijo llamarse Kosako, entregan-
do un sobre grande y extrayendo de un bolso de mano, un manojo
de cartas, diciendo a su vez que traa una carga especial. Silbido
imaginando algunos instrumentos y herramientas necesarias, dio
orden de descargar. Abri la puerta el Kosako, y dijo: Pueden bajar
nias. Doce hermosas jvenes mujeres comenzaron a descender,
todas bien parecidas. Silbido mont en clera. Imagin que nos
bamos a despedazar por aquellas carnes; y digo carnes porque as
las vimos, carnes vivas para unos hombres que tenamos ms de
tres meses sin verle la cara a Dios. Todos recibimos cartas de las
familias. Cuando quienes dirigan aquel proyecto deliberaban qu
hacer con aquellas mujeres, nosotros nos las llevamos al ro, y unos
desnudos unos y unas, desnudos en pelota y otros, y otras con
todo y ropa nos lanzamos al agua como locos y locas. Cada cuarenta
y cinco das recibimos aquellas visitas, que pagaba la compaa. El
viejo Melesio lo bautiz como el da del Espritu Santo, la llegada
de las bien amadas. Algunas de ellas formalizaron vida aqu con
varios compaeros.
Quines, Manuel?
Juan, usted todava no ha aprendido a ser hombre. Buenas
noches muchachos. Muchos pioneros tienen bastante qu decir
sobre la Historia de Los Girasoles. Joseto, el Zambo, el viejo Me-
lesio, Perla Madonna y otros. Una historia que ayer fue angustia y
que esperamos seguirla haciendo para que otros la escriban. Dije
buenas noches.
De all salen con algo adelantado hacindose conjeturas. Bas-
tante han palpado en torno a una forma de vida donde los hombres,
mujeres y nios, tienen una leccin aprendida. Aquello, para los pe-
riodistas, en un principio no era sino una explotacin ms que una
-54-
Juan Gonzlez

fuerza de trabajo de unos hombres sobre un medio que ofreca toda


clase de riquezas: minerales, vegetales y animales. Qu ocurri
para que le dieran tal vuelco? Caminaron hasta el hotel, ya haban
abandonado la casa de Joseto.
Los Girasoles tienen buen desarrollo econmico sostenido, y
en cuanto a educacin y salud, los resultados son superiores al resto
del pas, sin que el Estado tenga que desembolsar ni un centavo.
Hay acuerdos con el gobierno en torno a los programas y regular-
mente son visitados por personeros del Ministerio de Sanidad y de
Instruccin, y de all llevan las estadsticas que producen asombro.
Por mucho tiempo aquel espacio fue ignorado, pero ahora con las
noticias enviadas por los periodistas y aquellas estadsticas, los fac-
tores de poder comienzan a moverse y presionan al Estado.
El ciudadano Presidente en Consejo de Ministros, lleva en
agenda el caso de Los Girasoles. Algunos medios se alarman:
En nuestra frontera con Brasil se est gestando un mundo extra-
o, una sociedad extraa, aunque algunos dicen se desarrolla all
un mundo lleno de grandes posibilidades para hombres y mujeres,
otros lo niegan y sealan:

Se tienen noticias de que llegan forajidos de todo el mundo: rusos,


italianos y espaoles. Se ha generado una gran explotacin y prosti-
tucin de grupos indgenas, y se est atentando contra la naturaleza,
contra toda una biodiversidad en donde corre y llega al Atlntico, ms
del 40% del agua dulce que recibe el gran Pilago Mare Nostrum.
Es el reino de los buscadores de diamantes, esmeraldas, oro y hasta
materiales estratgicos como el uranio. Todo esto, sin que gobierno
alguno haya puesto coto a tantos desmanes.

El ministro del Interior, lee la informacin de prensa.


Julio y Juan, poseen una serie de datos, en sus idas y venidas a
Los Girasoles, reciben llamadas y les llegan cartas, todo en completo
anonimato. Van atando hilos de aquella tramoya. Todo hace supo-
ner que los planes iniciales sufrieron un cambio o fueron burlados.
Un miembro prominente de los factores de poder, anda movindose,
tocando influencias, invierte dinero, compra hombres y conciencias,
soborna y cuenta con la complicidad de algunos medios, quienes
alarman, esgrimiendo argumentos patrioteros, tratando de crear en
-55-
Los Girasoles

la poblacin cierta zozobra, y a la vez, enva mensajes subliminales


al Alto Mando Militar.
Los ministros fueron opinando, algunos, de bajo perfil con el
ciudadano Presidente, llegando a exagerar la nota, particularmente el
ministro de la Defensa, quien habl hasta de enviar un batalln de Ca-
zadores a Los Girasoles. El ministro del Interior no se qued atrs.
Parece que all llegan todos los facinerosos del mundo. Es
bueno transcribir aqu parte de la exposicin del hombre de sables
y armas:
Ciudadano Presidente, seores Ministros, representantes de
nuestra Santa Iglesia, representantes de Fedecmaras y dems invi-
tados a este Consejo de Ministros Ampliado.
Disculpen los representantes de los medios de comunicacin,
por no haberlos nombrado antes. Estamos reunidos aqu con la
misin de estudiar y buscar una solucin a la situacin anmala de
una parte de nuestro extenso y amado territorio, se trata del caso de
Los Girasoles, del cual creo, dominan alguna informacin la mayo-
ra de ustedes. Las noticias que llegan son alarmantes, lo ledo por
el ministro del Interior es muestra fehaciente. No voy a abundar en
ms detalles, pero creo se hace necesario, tomar drsticas medidas.
A partir de lo dicho por el hombre de la caja de machetes, los
siguientes expositores echaron ms lea al fuego.
Tiene la palabra el ciudadano ministro de Educacin.
Gracias. Tenemos entendido que viven all, cerca de cuatro
mil familias, que tienen buena cobertura para la educacin primaria,
secundaria y hasta escuelas tcnicas. Como recin me he encargado
del ministerio, no tengo un conocimiento a profundidad de la situa-
cin, es cierto que un representante nuestro viaja tres veces al ao
a esa regin, y por los datos estadsticos, sabemos que es una de las
regiones del pas con el mejor rendimiento educativo.
Esta exposicin fue la excepcin de entre las otras en el Gabi-
nete Ampliado. Cuando intervena el representante de Fedecma-
ras, se escuch alrededor del Palacio de Gobierno, una andanada
de disparos, y a los pocos minutos entraban por las ventanas gases
lacrimgenos. El Consejo de Ministros fue suspendido. Obreros
desempleados, hombres de la tercera edad, jubilados que no cobra-
ban, maestros y enfermeras que reclamaban aumento de sueldo, y

-56-
Juan Gonzlez

buhoneros desplazados de sus centros de trabajo, manifestaban y


eran atropellados por los cuerpos policiales y guardias nacionales.
El Rinoceronte y la Ballena desataron un verdadero diluvio,
cosa aprovechada por ms de un manifestante para baarse, porque
en sus barrios hace mucho tiempo que el agua no llega. Las peinillas
sobaron espaldas y nalgas, y no faltaron disparos al aire de los pul-
mones de los manifestantes. El balance, segn la polica fue: nueve
muertos, decenas de heridos, cientos de detenidos, cinco vehculos
quemados y muchos negocios con las vidrieras rotas. Los maestros
se declararon en huelga indefinida, luego de enterrar a tres de sus
compaeros. Otro tanto hicieron las enfermeras, pagando una de
ellas con su vida, la justa protesta; los obreros, tragando lgrimas de
impotencia, enterraron cuatro muertos, de aquella sociedad en la
que eran hurfanos.
Manuel, Melesio y el Zambo, la Santsima Trinidad de Los
Girasoles.
No se meta en vaina para que no aparezca, pero si quiere apa-
recer, mtase deca Jos Vicente Infante.
Ya estaba un poco ms sosegado Manuel el Mata Tigre, cuan-
do ese desliz non sancto. Los remite a Joseto, quien antes de Los Gi-
rasoles no era ms que un malandrito. Nuestra Santsima Trinidad:
1) Amor y ms amor al trabajo; 2) Respeto y ms respeto a lo humano;
3) Devocin y ms devocin por la naturaleza y la botella de Concha
e Palo, un licor seco, medio amargn. A partir de unos tragos, el
carcter se le fue suavizando.
Pregntele al viejo Melesio, l les echar el cuento, es el qu-
mico de la espirituosa bebida y el encuentro con el Forastero.
Otra de las tantas historias inverosmiles de Los Girasoles?
Para Julio y Juan, aquellas entrevistas que estaban iniciando se
convertan en un verdadero calvario. La capacidad de respuesta de
aquellos hombres, era superior a la de cualquier persona estudia-
da, y la mayora de los pioneros apenas si haba alcanzado el sexto
grado. Tal vez la capacidad para resolver ante los hechos, les trans-
miti aquella en el dominio del verbo. S, un lenguaje aprendido
all casi de manera natural. Bueno es remitirnos aqu a la opinin
de algunos lingistas: El pueblo soberano es quien crea la lengua,
Vctor Garca de La Concha, director de la Real Academia de la

-57-
Los Girasoles

Lengua; En cada dislate de los palurdos, percibo lo que podr ser


nuestra lengua culta del porvenir, Alfonso Reyes, gran humanista
mexicano. S, todo estaba saliendo, se iba haciendo en la medida
que la comunicacin los acercaba. Los yo fueron quedando por los
caminos rezagados y el nos se puso al frente de la caravana. Hay
como una especie de igualitarismo respetuoso, todos y cada uno de
ellos realiza su labor, an las aparentemente ms penosas, con alti-
vez y gallarda. Es una especie de humanismo aprendido fuera de
las aulas, ajeno a los libros.
El grupo de bachilleres regresa de una jornada de siete horas en
las que realizan actividades agrcolas y pecuarias, las cuales fueron
divididas de la siguiente forma: tres en los laboratorios y talleres, dos
en las aulas, y dos en el campo. Asimismo, le dedicaban los sbados
cuatro horas al mundo de la creatividad y cuatro los domingos para
el deporte. Formacin Integral, reza el programa. Las inquietudes
y potencialidades son exploradas y desarrolladas. En una cartelera
reza una consigna: Los potenciales para la creatividad viven en el
hombre, como vive el petrleo debajo del subsuelo, hay que explo-
rarlas y desarrollarlas. Aulas, talleres y laboratorios amplios, bien
aireados y mejor dotados. Hay una identidad educador-educando:
Nuestras actividades tienen que ver con el crecimiento y bienestar
de Los Girasoles, porque estn all, tanto el bienestar como el cre-
cimiento de todos sus pobladores. Son principios indisolubles, que
todos los habitantes de Los Girasoles asumen. Adems, hay horas
para la recreacin: desde las siete de la noche, hasta las diez, en las
que utilizan las salas de ajedrez, ping-pong, domin, y buenos sa-
lones de lectura. En cuanto a los rboles, jardines, plazas y parques,
reciben los mayores cuidados. En relacin con los rboles, se paga
caro cualquier arboricidio. Tal vez no haya lugar en el mundo donde
abunden tantas especies con gran variedad de diferencia, por ellas
se tiene el mayor respeto, aunque suministran buena parte de los
prtidos que all se consumen. Existe tambin, una veda rigurosa.
Hay espacios jardineras, donde pueden verse las variadas y
extraas formas de la regin, con un arcoris de colores, todas bien
clasificadas, con sus nombres cientficos, con los naturales de cos-
tumbre y con las designaciones de los indgenas. Eso aqu descrito,
es slo una parte de la vida de aquel extrao muro.

-58-
Juan Gonzlez

Juan y Julio van en busca de Gilberto, Director de Salud de Los


Girasoles, mdico que lleg con los cuarenta y nueve uno ms de
los pioneros.
Julio!, con Gilberto la entrevista ha de resultar menos di-
fcil, se trata de un profesional de la medicina, lo ocurrido con el
viejo Manuel es bueno, eso nos permite ser ms cautos y poner ms
atencin a los valores aqu establecidos. Todo parece estarse deba-
tiendo en un mar de ebullicin, distinto y distante a nuestra visin y
conceptos, en cuanto a las ciencias sociales; sobre todo en lo cultural
y en lo econmico, medimos y hemos sido medidos a travs de un
rasero, y aqu da la impresin de que existen otros parmetros.
Quieres que te diga algo, Juan? Me gustara conseguir aho-
rita una arepa caliente, a ver si me la como y puedo digerir ese dis-
curso.
Amaneci mamn usted hoy!
Ms all de la joda, la honda suya es acertada. Aqu sin bus-
carla, parece se ha materializado la utopa al margen de todas las
teora, todo de una manera espontnea y hasta simple.
Oye Juan, parece que las neuronas hoy andan a milln!
Cobraste?
No hermano, es que estamos filosofando que juega garrote!
Debe ser la adaptacin al medio, Julio.
Juan y Julio continan su labor, intentando develar un sinfn de
misterios, van rumbo al hospital a entrevistarse con Gilberto, espe-
cie de ministro de Salud de Los Girasoles.
Buenos das, Gilberto!
Buenos das, muchachos!
Un hombre medianamente alto, buen desarrollo corporal, rostro
redondeado, nariz perfilada, boca mediana, ojos negros oblicuos y un
pelo negro, en el que asoman unas entradas. El saln-oficina: un es-
critorio de madera de pino las bajas colinas fueron arborizadas con
esta especie de madera, una biblioteca, un estante y cuatro sillas; al
fondo, el retrato de un mdico, personaje legendario, quien cambi su
maletn de ejercer la medicina por un fusil y una caja de balas.
Cre que ya los haban despachado!
Bien sabe usted que no dice Juan.

-59-
Los Girasoles

Bueno, un decir nuestro! Cmo se encuentran?


Yo bien, Juan es quien anda cado de la mata.
Julio, cul es el mal?
Que tiene mucho tiempo que no guele.
Para eso la medicina parece no tener remedio, aunque, un
colega recomendaba unas pastillas de pelo. Qu los trae?
Saber cmo marchan por aqu las cosas.
Recuerdo ahora a la seora Dionisia; cuando uno le pregun-
taba cmo estaban las cosas, ella responda: La ma buena, yo no s
las otras. Te respondo, Juan, sin grandes problemas. Los Girasoles
es el nico lugar del mundo donde parece que todos los problemas
se han resuelto.
Los hay Julio, ahora mismo hay uno que nos preocupa en
grande: una amenaza del gobierno nacional pretende intervenirnos.
En cuanto a nuestras responsabilidades cumplimos a cabalidad.
Mayor atencin a lo preventivo y lo materno-infantil, es nuestra
divisa; mientras ms prevengas, menos enfermos. La misma pol-
tica se aplica en la educacin, mayor atencin a la adolescencia y a la
infancia.
Y las estructuras, Gilberto?
En los meses que ustedes tienen aqu Juan, supongo que las
han ido palpando. No existe aparataje burocrtico, las instituciones
creadas se manejan sobre la marcha, resolviendo, claro. Elaboramos
programas pero con la participacin comunitaria. En cada manzana
existe un Consejo de Familia, a quien atae abordar la problemti-
ca. Cuando se les enreda el papagayo, acuden al Consejo Central. S
surgen problemas sociales, pero de baja monta, el sentido de familia
rebasa lo consanguneo, es consensual como en un espejo, el uno
se ve en el otro, y por encima del yo, est el nosotros. Ese girasol
gigante que adorna en el centro nuestra plaza, tiene tantas flores,
como habitantes Los Girasoles, todo el tiempo parece frondoso,
vivo, brillante; es como el reflejo de la vida de nuestra gran familia.
Ya le deca yo a Julio que contigo la entrevista sera menos
complicada que con el viejo Manuel.
Cuidado carajo, se expresan ustedes mal del viejo Manuel
Rodrguez o de cualquier miembro de la Gran Familia! Cuiden su
lengua!

-60-
Juan Gonzlez

Disculpe a Juan, amigo Gilberto, y a m si digo alguna barra-


basada. Cierto que hubo un pequeo impasse con el Mata Tigre,
pero fue cosa de poca monta, una indiscrecin nuestra, cuestiones de
metodologa y esquemas del periodismo, cosas que aqu chocan y all
abomba a nulidades.
Reconocen fallas, intentan adaptarse, pero no les es fcil. Es
otra gente en otro tiempo, espacio y paradigma. Una concepcin
muy amplia del mundo del hombre y la naturaleza, de la sociedad y
el mundo de las cosas. Es como si se llegara a otra galaxia, en donde
no vas a encontrar extraterrestres, pero tampoco animales domes-
ticados, ayuntados como bueyes, ni bueyes que mueven noria; que
mientras mueles, un engranaje va triturando. Aqu y en cualquier
parte, el hombre y el animal como una simbiosis natural, viven
dentro de un organismo, de un cuerpo o un ser, pero aqu, cuando lo
visceral sofoca, el hombre, ser-social-humano, se aplaca.
Gilberto, llegaste con los cuarenta y nueve?
Soy uno de los pioneros, Juan.
Sabas a dnde venas?
Salvo don Manuel Garca y Maldonado, y creo que Silbido,
el resto lo ignoraba. Muchas dudas rondaban mi cerebro, catorce
das ms tarde de andar por caminos que no sabamos si rodamos
hacia el paraso o hacia los crculos del infierno; de pronto una
sabana abrazada en llamas por combustin natural y las lenguas
de fuego lamiendo a la caravana, cuando no una lluvia cual diluvio
universal, y el que no saba nadar, all aprendi.
Qu te llev a enrolarte?
La pelazn Julio, la necesidad, estaba desempleado.
Me he estado preguntando, Juan y yo lo comentamos, cmo
pudieron pasar tanto tiempo ustedes tan alejados del mundo civiliza-
do?, alejados de los seres queridos y rodeados de tantos peligros?
Juan, el hombre acta, las ms de las veces, bajo motivacio-
nes, las hay muy variadas, aqu surgi una: el encuentro del hombre
con el hombre. quien habla a un hombre, habla al hombre y quien
habla al hombre, habla a todos los hombres, dice Antonio Macha-
do. Nosotros, por todo el camino nos vinimos hablando y nadie se ha
callado. El hombre Melesio, el hombre Joseto, el hombre Zambo,
el hombre Silbido, el hombre Perla Madonna y este hombre aqu

-61-
Los Girasoles

presente, nos fuimos aceptando, los potenciales afloraron y a travs


de ese par de instrumentos mgicos, lo que ms nos diferencia del
resto de los animales, fue generando una especie de sentimiento
de posesin: El valle es nuestro! Y lo transformamos, ms all del
proyecto urbanstico, y as como el aire del espacio fortificaba los
pulmones, el encuentro entre nos, fue ampliando los corazones.
Todo un poema Gilberto.
Con el fondo musical del trino de los pjaros, rugidos del
can y el canto de las aguas, Julio.
Cul fue tu actitud cuando el Kosako arrib con su carga
preciosa?
Mucho se ha especulado el caso. Ese y otros acontecimien-
tos posteriores, son como una evidencia de que esto a alguien se
le escap de las manos, y surge la otra pegunta: cules fueron las
manos donde cay ms tarde?
Demasiadas interrogantes. El igualitarismo, Gilberto?
No poda ser de otra manera, despus que en el camino de-
saparecieron todas las diferencias sociales, culturales, de raza y de
credo. Cuando un hombre como el Zambo le da una leccin a tres
ingenieros profesionales probos, ante una situacin donde l, slo
l, ve un inminente peligro, y enseguida propone una solucin de la
cual nadie duda, ese hombre, surgido de los estercoleros de la so-
ciedad, como l repite siempre, cobra otra dimensin, se agiganta,
all se va incubando el posterior igualitarismo.
Gilberto, pero cmo es que una poblacin tan heterognea,
con una gran mayora de marginales excluidos, rebao perplejo
y todos esos adjetivos, que nosotros los periodistas repetimos sin
darnos cuenta, cuntos intereses medran alrededor de esas descali-
ficaciones? Cmo es posible que se hayan elevado tanto en la con-
dicin humana?
Los excluidos carecen de alimentos, de bienes, educacin y
hasta de salud, siendo la gran mayora de la poblacin Y la que
ms produce! La minora disfruta y se harta de todo cuanto le ape-
tece, pero ms all de bienes y riquezas, carece de esa ambicin im-
prescindible, que hace crecer al hombre, siempre que se le brinden
oportunidades con posibilidades ciertas, y aqu, esa heterognea

-62-
Juan Gonzlez

poblacin de marginales excluidos, y del rebao perplejo, por mo-


tivaciones y ambicin, con los pies sobre la tierra, se ha empinado y
elevando los brazos al espacio, ha tocado con las yemas de los dedos,
sus instrumentos mgicos, las bvedas del cielo: cielo ozono, cielo
azul, cielo sueos.
Por qu el Cara e Nio, Gilberto?
El viejo Melesio, fue poniendo sobrenombres por todo
el camino. Parece que se cri en un pueblo en donde a nadie se le
identificaba sino por su apelativo: El Chivo, el Burro, el Co-
chino, el Lobo, Perro Seco, Carne Frita, Chamisa, la Rabo
eCandela, Conservita, el Sapo, el Come Concha; all, segn
Melesio, era raro un cristiano que atendiera por su nombre, y peor
an, que de fuera alguien preguntara por Francisco Porra, nadie le
conoca, daba la sea el interesado y enseguida le decan: Ah no
amigo ese es el Chivo! y toda la familia arrastraba el sobrenombre:
los chivos, los lobos, los rabo o las rabo e candela.
Gilberto, cuntos son los Cara e Nio?
Mi mujer, una hembrita y un varn. Hablemos un poco de
salud. Este es el Hospital Central, ustedes bien lo conocen. Se in-
tent ponerle mi nombre por ser el primer mdico de Los Giraso-
les, y lo rechac de plano: rindmosle culto al hombre, al trabajo, a
los pueblos; que los idiotas rindan culto a los hroes. El culto a la
personalidad no se rinde en este mundo. Aqu hay cupo para dos-
cientas camas en los dos pisos, con todos sus servicios y un par de
pabellones bien equipados. No pasan de cuarenta los pacientes que
requieren de hospitalizacin, mayormente por alguna operacin; la
medicina preventiva evita gastos en lo curativo, por eso somos una
poblacin sana.
Epidemias?
Eso ocurre por una pobre alimentacin y por bajas defensas,
por all penetran. Hace tres aos hubo una fiebre tifoidea, fue a causa
de nuestro primer encuentro con la gente de La Esperanza. Llegaron
aqu murindose, a casi todos les salvamos, excepto dos nios que lle-
garon en estado agnico. A partir de all extremamos precauciones.
Los cuatro sectores en que estn divididos Los Girasoles, cada uno
cuenta con un mdulo hospitalito, con capacidad para veinte camas

-63-
Los Girasoles

cada uno, cinco mdicos y diez enfermeras. Tienen laboratorio y rayos


X. Se atienden algunas emergencias referidas de prenatal y parturien-
tas. Tambin se lleva a cabo la atencin mdica al escolar que consiste
mayormente en vacunacin y servicio dental.
Gilberto, nos vamos y nada nos ha dicho de la salud de Los
Girasoles.
Somos un pueblo sano.
Muchas preguntas sobre los proyectistas, arquitectos, inge-
nieros, ebanistas, pintores y de los artistas que all confluyeron, en
un espacio y en un tiempo, capaces de crear lo hermoso, lo til y lo
bello, en donde el hombre pidi permiso a la naturaleza para cam-
biar un poco el curso de las aguas, para arrancar algunos rboles,
pero plantndole diez por cada uno derribado, para cambiar un
poco el paisaje natural y sembrar el paisaje cultural, ingenio para
plasmar los sueos.
Lo til artstico-cultural en armona con la naturaleza, sin
agresin al medio, es lo que creo, Julio.
De acuerdo, Juan, tenemos muchas coincidencias en cuanto
a conceptos y visin del mundo, al igual en cuanto a nuestro res-
peto al hombre, pero hay como una pequea diferencia en torno
a la manera de mirar las cosas, yo atiendo ms al pragmatismo de
William James, t vives soando como un ser contemplativo. Re-
cuerdas a aquel tronco de rbol seco en el patio de doa Rosa? Me
preguntaste que cmo yo lo vea. Comindoselo los comejenes,
fue mi respuesta. T lo estabas viendo sembrado de orqudeas por
todas sus ramas.
Julio creo que aqu crecen las orqudeas envueltas en sueos
y nunca habr vida para comejenes. A propsito, no te gustara ser
hijo adoptivo de Los Girasoles?, estaba por hacerte esa pregunta.
Eso va a depender mucho de nuestro trabajo.
Pasean la vista ms all del paisaje urbanstico, sobre los caa-
verales van a posarse las miradas, y ms arriba sobre una colina, el
edificio de la Escuela Tcnica. Hay toda una continuidad arquitec-
tnica, toda una infraestructura funcional sin sacrificio de lo estti-
co, todo erigido en pleno siglo veinte con una arquitectura colonial,

-64-
Juan Gonzlez

detalles sin afeites. Aqu me reconcilio con el hombre, ese ser todo-
poderoso, rey de la tierra y aspirante al trono del universo.
Coastre! exclam la seora baronesa.
Estamos llegando, luego te cobro esa.

-65-
Santuario
Grandes letras, estilo gtico. Un frente con fachada de piedra,
con una extensa hiedra adherida. Debe usted despojarse de los za-
patos antes de traspasar aquella amplia y elevada puerta. All dentro
oficia el viejo Melesio. Velas encendidas, pebeteros despidiendo
aromticos olores, varios salones, muchos altares. Paredes decora-
das con pieles y conchas de animales, aves embalsamadas, al igual
que pequeos roedores. Vitrinas con imgenes de madera, hierro
forjado, bronce y hasta algunos de plata. Carapachos de tortuga,
de cachicamos, iguanas y matos de agua disecados. Chopos de la
Guerra de Independencia, placas de los primeros carros que circu-
laron en el pas, lmparas de aceite de carburo, planchas de hierro
que eran calentadas al fuego, botellas de refrescos y de cervezas,
que hace ms de ochenta aos desaparecieron. Hay muchas otras
cosas que ustedes irn reconociendo. Se mueve un caimn all en el
fondo.
En rplicas o disecados: bquiros, lapas, dantn, tragavenado,
chigires y tigres. En brillantes anaqueles artsticamente ordenados
haba frascos de variados tamaos, diferentes contenidos y de todos
los colores: aceites, pcimas, mantecas, cidos y brebajes. Las im-
genes, figuras de cera o de madera, van desde los dioses del Panten
Yoruba, pasando por santos de la Iglesia, hroes de la Independen-
cia, lderes revolucionarios de hace siglos o del presente, y aquellas
67
Los Girasoles

figuras de deidades adoradas por las clases populares: Mara Lionza,


el Negro Felipe, Guaicaipuro, Negro Primero, el nima Sola y la
Negra Matea. Salones para las yerbas, races y semillas.
Todo aquello, segn Melesio, es un arsenal contra los males del
cuerpo y del espritu. Unos llaman aquello la Casa de los Miste-
rios, otros el Templo de lo Esotrico, en donde se invoca a Jess,
a Mahoma, Odn, Al, a las once mil Vrgenes, a Mara Lionza y
al Negro Antonio, a Mao y al Che Guevara; todo un sincretismo
esotrico-poltico-religioso. Lo ms curioso de todo esto, es una
semblanza de las once mil Vrgenes, en ruidosos bacanales, donde
machos cabrios, stiros y faunos, penetran y desfloran. A Buda le
es sobada la barriga por una doncella con la mano izquierda, mien-
tras que con la derecha se frota entre las piernas. Un burro derra-
ma espermas sobre el cuerpo de unos ngeles. Un primer ministro
ruso, dando un zapatazo sobre un escritorio de la Organizacin de
las Naciones Unidas. Una mancheta en letras grandes, donde puede
leerse USA y ms abajo: Una Sociedad Asquerosa. Un perro que
echa candela por el rabo, otro perro que alza la pata, confundiendo
la figura del Presidente con un rbol, un gallo al que le han cortado
la cabeza y sobre la de Ogn derrama su sangre. Un Hitler vomi-
tando sapos y culebras. Y por ltimo, el presidente de los Estados
Unidos desnudo, asomando su cabeza por entre las piernas, con un
tabaco prendido en medio de las nalgas. Luego de visitar la serie
de salones, hay al fondo una puerta de madera de cuatro metros de
ancho por tres de largo, luciendo en su parte central, un vitral con la
imagen de la Virgen de Coromoto. Ambiente musical selecto: coros
gregorianos, Los zapatos de Manacho, Las slfides, Cabeza de hacha,
El cascanueces, T lo que quieres es que me coma el tigre, El lago de los
cisnes, Ahora te llaman Claudia, Carmina Burana, Bernab le peg a
Muchilanga. Se escuchan tambin valses, pasajes, danzas y joropos.
Con el Himno Nacional abre sus puertas a las seis de la maana y
cierra con el Alma llanera a las doce de la noche. Tras la gran puerta
un vitral, all est reflejada la Virgen de Coromoto, delante de ella
el altar donde el padre Antonio oficia la misa los domingos. Ante la
parbola que un amo en la poca de la esclavitud deja unos talentos
a varios de sus esclavos para que trabajen mientras l se va de vacacio-
nes, al regreso, el hombre premia a quienes multiplicaron el capital, e
ignora a quien devolvi la misma cantidad recibida. Toma la palabra
-68-
Juan Gonzlez

el viejo Melesio: Cul es la enseanza? Acaso se premia a quienes


multiplican el capital de los amos, sin importar la angustia y hambre
de quien trabaja?.
Buenos das, amigo Melesio.
Buenos das, muchachos.
Venimos por lo acordado.
Significa que estoy en deuda?
Los nicos deudores aqu somos nosotros, hasta la vida le de-
bemos.
Quiera la suerte que sea para bien y no tengamos que arre-
pentirnos.
Luce hoy poco amistoso. La cordialidad es una de sus mayo-
res virtudes, eso dicen.
A m no me van a endulzar con pildoritas.
Podemos hablar, amigo Melesio?
Sin muchos rodeos ni cuestionarios.
Est bien Melesio, hablemos de Los Girasoles.
El viejo Melesio, cocinero, tallista de madera, contrabandista
de pequea monta en sus aos mozos, obrero, todero y yerbate-
ro, toca el cuatro y las maracas, y cantando galern no hay quien le
aguante la mecha as l mismo se presenta. Dicen que de Me-
lesio hay que cuidarse, a cualquiera le mete un sapo en la barriga.
Un metro ochenta y cinco de alto, corpachn de unos cien kilos, de
fuerte musculatura, color blanco, pero dice el Zambo: Por la boca
se le sale el negro, blanco bembn es creole. Nunca entendi para
qu carajo sirven los libros, hasta cuando lleg a Los Girasoles, fue
con el tiempo cuando eso de Los Girasoles para l tuvo pertenencia,
se le fue adhiriendo a la piel y grabando en la conciencia.
Los muchachos recorren el Templo con Melesio, ante algunas
imgenes surgen los comentarios.
Ese burro Melesio? Con cara de hombre, monta a una burra
con cara de mujer, es toda una incongruencia.
Para usted que es dbil de mente: all est representado el
mundo de donde vengo; yo soy el burro y la cara de la burra es de la
hembra; de donde vengo nos vean y vivamos como asnos: trabajo,
un poco de pienso y a reproducirse, que el sistema necesita burros
para mover la noria.
No es simple esa deduccin Melesio?
-69-
Los Girasoles

Vuelve el burro a las batatas,deca Mara.


Melesio, por qu usted no nos brinda un trago de su qumi-
ca, a ver si nos dejamos de burreras.
De acuerdo, Julio. Mientras voy y vengo, dgale a su amigo
que revise el disquete, que hasta aqu le trajo programado, a lo mejor
en el camino le entr algn virus a su computadora.
Regresa con una botella y tres copitas y comienza a echar el
cuento:
Llegu aqu con los cuarenta y nueve hombres, contratado
como cocinero, me guardaba lo de yerbatero para un mejor momen-
to, pero tuve que aplicarlo desde un comienzo, as es como aparece
el brujo, qu poda aspirar un hombre ya pasados los sesenta? Y
ya ven ustedes, estoy viviendo los momentos ms bellos de mi aza-
rosa vida Melesio sabe de lo que habla, ahora, que los muchachos
sepan de que se trata es de otra cosa, a lo mejor lo entienden pero no
lo comprenden, no slo por la diferencia de aos y cultura, en estos
casos es importante la visin que se tiene del hombre. Bueno
muchachos, como dices t, Julio: aqu uno entra y todo el cuerpo
se estremece, alejndose de aprensiones y malos pensamientos, s,
como entrar en un templo, pero no de esos donde la gente cree que
se sacan pasaportes para el cielo. Hueles un perfume y ese olor pro-
duce un estado de quietud, ingieres un licor y sientes que el nctar
acaricia el paladar de tu alma, comes un dulce y parece estar hecho
con leche de parturienta y endulzado con miel de abeja reina, sobre
todo, para quien ha probado la miel del alacrn. Quienes venden
por esos mundos pcimas, ungentos, jarabes, jaleas, jabones, ora-
ciones y menjurjes, se llaman vendedores de ilusiones para calmar
los males, y quienes compran, quienes anhelan el amor de una mujer
o un hombre, el que espera la suerte le haga millonario. Pero no aqu
en Los Girasoles, donde todo sueo se hace realidad con el trabajo,
con el empeo, con la voluntad de hacer y vencer. No existen tabes
ni hay represin con el sexo; t tienes lo que a m me falta y lo que te
falta a ti lo tengo yo, y los pelos se juntan, as de simple, sin desmo-
ralizarse ni prostituirse. Y no hay hijos de la calle, no se tienen hijos
no deseados, vivimos en una sociedad de hombres y mujeres respon-
sables. S, todo esto es como una iglesia, pero no vendemos pasajes
para el ms all, porque la cosa es aqu (esa frase es de Vctor Soto,
es el que explica mejor el fenmeno porque es socilogo). Pero mira,
-70-
Juan Gonzlez

la gente llega, se frota con una agita perfumada, lleva unas ramitas
para echarse un bao, tira una moneda a la fuente, pide un deseo y
lee los letreros de las paredes; fjate en ese: No estoy dispuesto/ a
dar explicaciones a los necios/ no hacer concesiones a los imbciles/
ni al que simula ser inteligente/ para con la gente humilde/ con los
seres sencillos/ seres silentes/ quienes viven escondindose/ cuya
voz se niegan a escuchar/ vida de angustias y miserias/ por ellos soy
capaz/ hasta de humillarme.
Melesio, quin es ese poeta?
Juan, es un ser annimo que va soltando sus sentimientos,
envueltos en papeles que por all ruedan. S, muchachos, aqu hay
como una elevacin del espritu; y no es que al salir te vas a encon-
trar con las incongruencias que te han atormentado siempre! Escu-
cha la msica del agua, est cantando en la fuente. Fjate cmo la
gente se mira y se habla, a veces sientes una sobadita en tu espalda,
o t distradamente le tocas a una dama una nalga y ella se siente
halagada. Todo esto hace fluir mejor la sangre.
Cierto Melesio, es como un templo, sin figuras sangrantes ni
imgenes dantescas, sin rincones bajo las sombras y velas por todas
partes, que no representan la luz sino tinieblas.
S hubo preocupacin en un principio, constru, construi-
mos, desde el inicio, bajo las burlas de Joseto. Aunque no compar-
tan esto, los dems guardaban respeto y comenzaron a llamarlo El
Templo; yo segu adelante, y poco a poco se fueron acercando, y
desde aqu comenzamos a comunicarnos con Dios sin intermedia-
rio. En presencia de Vctor Soto hubo una discusin sobre asuntos
religiosos, y dijo el hombre repitiendo a Voltaire: Si no hubiese Dios
habra que inventarle. Y fue del hombre el invento ms grande.
S, el hombre en su infancia an sin haber desarrollado el
habla, era conmovido por los fenmenos naturales: salida y ocul-
tamiento del Sol y de la Luna sus primeros dioses, el furor de
las tempestades, la fuerza de los vientos, los maremotos, temblores
y terremotos, en fin, todos los fenmenos telricos de la naturale-
za, los llev a buscar en las alturas, a ese alguien capaz de tantas
conmociones y surgi el Todopoderoso. El surgimiento de las re-
ligiones, las iglesias y las clases dominantes, que lo tomaron como
estandarte, para en su nombre, explotar a la mayora de los hombres
es otra cosa.
-71-
Los Girasoles

Un da apareci el padre Antonio: un cuerpo flotando en la


represa, una vez rescatado se comprob que no era habitante de Los
Girasoles. Grit Joseto: Respira! Y el padre Antonio volvi a la
vida, al igual que ustedes. Hablen con Antonio, una caja de sorpre-
sas van a encontrar en ese hombre. Por sus luchas en un barrio de la
capital y sus peleas con las autoridades, lo enviaron como condenado
a unas misiones, que segn l, quedan en el carajo, yo no s dnde.
En el barrio flotaban todas las miserias de las zonas marginales.
Lo arrastraron las aguas de una creciente, y cay desde all, donde
ustedes ven desprenderse tan alto que parece caer desde los mismos
cielos.
Melesio, se cercioraron si se trataba realmente de un religioso?
S, nos dio una prueba: se sac la paloma y nos ense una
cruz que le hacen en la cabeza al iniciarse.
Por favor, Melesio!
Es que parecen necios! A ms de tres mil kilmetros de
la capital, cmo bamos nosotros a averiguar eso! Bueno, aquel
hombre hablaba cosas incomprensibles para la mayora de nosotros:
s, andan buscando el anticristo y lo tienen all dentro engordando
en el mismo Vaticano! Comentaba sobre la Teologa de la Libera-
cin, que aqu estbamos practicando el Materialismo Histrico sin
saber qu vaina era eso, que al fin haba encontrado el Paraso de
la fbula. Lo cierto es que Antonio es todo un lder social y nos ha
ayudado mucho.
Las entrevistas con los pioneros representan un calvario para
Juan y Julio, todo cuanto aprendieron en la universidad y sus casi
ocho aos de experiencia, casi de poco o nada en Los Girasoles les
vale. Tropiezan con una manera de pensar y responder que rompen
todos sus esquemas, no vale la habilidad de una pregunta y se en-
redan todos cuando a su vez son interrogados. Discuten y ensayan
nuevos mtodos y siempre los mismos resultados. No son seres
inaccesibles, es que son impredecibles y no es fcil sacarlos de sus
casillas. Poco es para ellos el provecho sacado al viejo Melesio. El
problema? No son capaces de captar la diferencia; acostumbrados
al trato segn el nombre y posicin que ocupan los hombres, no
se dan cuenta que existe aqu otra valoracin de los seres. Nada de
que si fulano o zutano; baluartes somos y hemos sido todos! Todos y
cada uno tiene un papel en el reparto como primeros actores. Ese es
-72-
Juan Gonzlez

todo el secreto, una ruptura con todas las estructuras de prebendas


y jerarquas.
Sesenta y cinco aos, un cuerpo grande, grueso y macizo como
un rbol, piel clara un poco quemada, boca grande y labios gruesos
por all le asoma el negro, ese es Creole, dice el Zambo, ojos
pardos, nariz alargada, un poco chata en las fosas nasales. Hombre
de una fuerza descomunal. Levanta del suelo cien kilos de peso con
muy poco esfuerzo: le llaman tambin el Burro, el Oso y el Ele-
fante, pero atiende ms por el Brujo. Llano y seco al hablar, llama
a las cosas por su nombre. Para muchos es figura cumbre dentro del
Consejo de Familia, para s, contina siendo uno ms obligado a
cumplir con sus responsabilidades. Se le escucha con atencin y res-
peto, tiene capacidad natural para dar respuestas. Escucha a Julio
y a Juan, va hilvanando historias, algunas cosas las calla en otras se
expande, no muestra desconfianza ni da mucha.
Qu bueno est esa Concha e Palo amigo Melesio!, nos
caera bien otro guarapazo. chenos el cuento del burro y si no
quiere hablarnos de Ofelia y de Mariposo, las dos cuatro narices
que comen de su mano y duermen en su cama, no nos importa.
La gente s que inventa vainas! busca el hombre la bo-
tella, sirve tres tragos, apura l uno largo, la manzana de Adn se
mueve al paso del espirituoso. Mira con un poco de recelo, se aclara
el pecho: Bueno, los domingos da de descanso, cada quien lo
disfrutaba a su manera, yo lo dedicaba a recorrer los campos; iden-
tificaba plantas, probaba yerbas y races. Llam mi atencin un ma-
nantial donde pareca hervan unas hojas y conchas de un rbol, me
inclin a recoger unas muestras, y siento que me dan un topetazo
por las nalgas
Bendita sea la parte Melesio.
Djeme seguir contando. Carajo, qu susto!, el tigre me dije,
y Manuelito tan lejos; salt machete en mano dispuesto a defenderme
Qu tigre de mis tormentos!, un pobre burro de ojos soolientos que
parecan pedir perdn por su atrevimiento. De dnde poda venir ese
animal?, hasta ahora, sigue siendo un misterio. Recog mis cosas y ca-
yendo ya la tarde regresamos al campamento, y el burro atrs. Bueno,
lo adoptamos como a una mascota. Met en agua mi nuevo descubri-
miento, los pioneros, mis conejillos de indias, probaron el fermento.
Las conchas citadas las tena en un tobo bien tapadas; las destap el
-73-
Los Girasoles

burro, bebi y agarr una buena borrachera. Envas mi nuevo produc-


to y surgi lo que ahora ustedes beben con tanto gusto.
Melesio, este es un mundo en donde nunca el hombre ver
saturada su capacidad de asombro.
Juan, quiere le cuente la historia del hombre ms arrecho
del mundo? Francisco el Chivo, lleg con las primeras cien fami-
lias, un catire flaco de mediana estatura, cara color; la forma de su
crneo, los ojos un poco brotados, el andar pegando la barbilla siem-
pre contra el pecho y una chivita que se dejaba, le daban la imagen
de un chivato. Buen ebanista el hombre, aqu fund la escuela. Se
le escuchaba a veces algunos gritos de guerra: Me cago en el cruel
imperio y en toda su gente guapa, cuando no: Mierda! Mierda!
Mierda! No era en verdad un hombre agresivo, pero responda
agresivamente cuando lo molestaban. Cuando se corri el rumor de
la posible intervencin de Los Girasoles por el Estado, se le escuch
gritar: Sepan esos cabrones del gobierno, que por Los Girasoles
est dispuesto el Chivo a pelear con todos los hombres, contra todos
los dioses y contra todos los demonios!.
Arrechsimo que era el Chivo, Juan aqu se le fue toreando.
Y es que de aqu no me sacan ni que Cristo baje del cielo y cague
tomates!, fue una de sus ltimas explosiones, hubo una final, no
sabemos los motivos: se subi a la torre mirador, y desde lo alto co-
menz a gritar como un energmeno: No voy a morir por designio
de ningn Dios del carajo, sino cuando a m me d la gana, he de-
cidido que sea hoy. Todos pensamos que el hombre se lanzara al
vaco, pero no, permaneci all en medio de unos temblores terribles
de todo su cuerpo, hasta quedar tieso. Subimos, lo revis Gilberto y
dijo: Est muerto. Haba dejado un papel muy lacnico:

Quiero ser enterrado parado, de ser posible, embalsamado, pongan


una nota en mi epitafio: Francisco el Chivo, el hombre ms arrecho
del mundo.

Muri el da que le dio la gana, de lo que a l le dio la gana y


en el sitio donde le dio la gana. All est en el cementerio, embalsa-
mado y enterrado parado. Para la gente de Los Girasoles, Francisco
el Chivo era un santo. Vayan a verle, es lugar de postracin, se le

-74-
Juan Gonzlez

piden milagros, se le venera, la gente construy una pequea capilla


a su alrededor.
Melesio, qu coo tratan de demostrar ustedes?
Nada Julio, aqu todo est demostrado, sobre todo la real di-
mensin del hombre.
Melesio, cierto que Manuel Rodrguez los hizo comer un
da tigre?
Tigre, mono, culebra, rabipelao, dantn, lapa, iguana y todo
bicho de ua. En un principio, apelamos a todo cuanto nos ofreca
la naturaleza, slo lo necesario. Vino luego la cra de aves, nuestro
ganado.
Cmo lleg aqu Melesio?
Otra historia: Joseto, el Zambo y yo, nos extraviamos
en medio de la selva, y fuimos a dar a una sabana, all pastaban
unas treinta reses. De quin seran? Las correteamos con el viejo
Willy y logramos arrinconarlas, como me cri en el llano, s cmo
se tumba una res, luego de revisar unas cuatro, nos dimos cuenta
que no tenan marcas. Ganado orejano o cachilapo. Ocurri hace
diez aos, los arreamos y hoy tenemos aproximadamente unas mil
cabezas. Saban ustedes que fue el ganado el que fund las ciuda-
des llaneras?: fueron dejados libres, al traerlos, en los potreros cerca
de las ciudades costeras, y estos agarraron sabana reproducindo-
se de manera natural. Aos ms arde, los exploradores tropezaron
con millares de ellos cerca de los ros y all fundaron ciudades. El
lago nos suministr camarones y peces en cautiverio; aqu tenemos
una cra natural del chigire, un animalito que se reproduce como
conejo, puede pesar hasta veinte kilos y es una carne rica y nutri-
tiva. En todas las mesas de Los Girasoles, llega un buen suminis-
tro de comida. Luego de haber vivido esta experiencia me he dado
cuenta el crimen que se comete, sometiendo al hambre a tanta gente
a travs de la comercializacin de los alimentos, y lo ms grave es el
hambre de tantos nios.
Melesio, son parte de las leyes de un sistema.
Me cago en el Guadalete y en toda su gente guapa! Leyes
que condenan a millones de seres a morir de hambre? No me joda
usted Julio!
Mejor dejarlo hasta aqu, a Melesio se le ha revuelto el Fi-
gueredo.
-75-
Los Girasoles

Un poco ms Melesio, dganos, de dnde le viene lo de


Brujo?
Medicina natural que uno aprendi en el camino, conoci-
mientos dados por la naturaleza: primero fueron las pcimas, los
jarabes, las cataplasmas, los rezos, los sahumerios, trtago, ricino,
hipequecuana, alcanfor, agua sedativa. Aaaaah!, pero surgi la
ciencia, los grandes laboratorios con sesudos investigadores, estu-
dios qumicos de la composicin de esas plantas, de los ungentos,
de las pcimas y de todo cuanto el hombre vena utilizando a travs
de los siglos. Se descubrieron grmenes y bacilos, agentes transmi-
sores, pero muy poco de esto con funcin humanitaria, todo se ha
hecho para el incremento de los capitales de los financistas de esas
investigaciones. Fueron muchos los descubrimientos, por ejemplo:
cmo el trigo se descompona al poco tiempo de ser molido, se le
desprendi el germen y con l la vitamina E, y la comunidad fue
condenada a comer vagazos de trigo y la vitamina se la venden bien
cara en el germen envasado. Igual pasa con el maz y otros cereales.
Ahora todo le viene patentado, en las farmacias no se consigue hoy
trementina, aceite de linaza, jarabe de Tol ni aceite alcanforado.
Aaaah!, pero los puede encontrar patentados con unos nombres
bien raros. Aqu las madres no van al hospital cuando los nios
tienen sapito, asma, culebrilla, cadillos, chiquichiqui o un vulgar sa-
ban, sarna. Viv unos diez aos en un barrio, la gente me consul-
taba y yo recetaba, haba trabajado tres aos en una farmacia, y con
mis conocimientos como yerbatero, hasta les inventaba oraciones
por aquello de que la fe cura. Me ganaba mis centavitos, a veces una
gallinita, unas posturas de gallina. Algunas mujeres pagaban con
el carapacho. Lea los orines, los meta en un recipiente de vidrio
preparados. El cido rico reactivaba algunos agentes y Usted
est viendo esos gusanitos?, esos son los que no la dejan dormir, o
cuando no, Esos son!, esos son, son los que la vuelven loca, obli-
gndola a buscar un hombre que la acomode. Me denunciaron a la
polica y me fui a perder lejos por un pueblo, como por esos lados
la gente es ms inocente, haca mi agosto. Ya llevaba mis seis aos
ejerciendo cuando crearon la medicatura, me hicieron la guerra los
galenos, pero ya yo tena mucha fama en aquel pueblo, la misma
gente les haca la guerra. Un da lleg una mujer al consultorio.

-76-
Juan Gonzlez

Cul es el problema suyo seora?; Yo no tengo ninguno, vengo


preocupada por los suyos; Los mos?; S, soy la nueva encargada
de la medicatura. Oigan, la mujer me sorprendi, miraba fijo a los
ojos, como lo hace la gente de carcter fuerte. De mala gana le dije:
Bueno y qu es lo que quiere usted?; Que conversemos. Era una
mujer inteligente, saba del poder de los brujos en sus comunida-
des. Saba bastante de m, conoca de medicina natural y me dijo:
Mucha gente viene aqu ms por desengao que por males de salud,
cuando esto ocurra, tenga cuidado con gente adolorida muy cerca de
la ingle, revise si tiene fiebre y alguna dificultad en la pierna derecha,
lo ms seguro es que sea una peritonitis. Si usted le da un brebaje y
la despacha, no se ponga a practicar alboroto, cuidado con personas
que presenten fuertes dolores de cabeza. A eso que hoy llamamos
peritonitis, se le denomina clico mi seresere muerte inmisericor-
de. Nada se saba de ese apndicis. Me instruy en muchas cosas
y hasta hice cursos de primeros cuidados, en el hospital ms cercano
de atencin primaria. Nunca olvid a la doctora Mara Avelina.
Ahora lo ven rodar y recuerdan: un tren!, grit un da alguien.
T lo que ests es loco!, le dijeron a Joseto. Y por qu no?, se
oy una voz. Latn, madera, aluminio, plstico, la Escuela Tcni-
ca a marcha forzada. Diseadores? Los mismos estudiantes, los
rieles los trae el helicptero: Joseto, el Zambo y Chicho, el Tro
Magnfico. Genios de la mecnica llegan un da al Instituto de los
Ferrocarriles, hablan del proyecto, presentan planos y slo piden
materiales arrumbados de lo que un da dio vida a un extenso terri-
torio. All en donde la desidia y la indiferencia tenan casi enterrado
un hermoso pasado, estaba en parte el destino de Los Girasoles.
Joseto, conductor de aquel extrao vehculo construido, se podra
decir, con piezas de museo, les va echndole cuento:
S, s panas, fue una labor titnica, lo que ms nos cost no
fue tender los rieles, los trajimos por partes y aqu lo soldamos, el
Kosako sabe mucho de eso.
Llegan a la plaza, Juan y Julio le han contado sobre el encuen-
tro con Melesio, comentan las incidencias, los tragos y alaban un
famoso estofado preparado por Melesio; a punto estuvieron de vo-
mitar al saber que haban comido iguana. Deambulan por la plaza
un buen rato: cunto derroche de utilidad, belleza y armona! La

-77-
Los Girasoles

flora silvestre ocupa grandes espacios, sobresaliendo las enredade-


ras. Campanas, campanitas y campnulas donde disputan los ama-
rillos con los rosados, los azules y los morados, reinando por doquier
el rojo. Unas campanitas de este color se desprenden desde lo alto
del puente, sembradas a una altura de dos metros, abajo las aguas las
reciben y juegan con ellas, es como una cortina vegetal exhibida al
aire. Lo de las cortinas se repite en la mayora de los espacios, como
jardines colgantes, donde se aprecian los siete colores del espectro,
casi siempre en movimiento; la brisa de la montaa hace ms fresco
el fenmeno. Las orqudeas reinan en todas sus formas y colores,
en esos lugares se consiguen hasta las negras, novias de Los Gira-
soles, compiten con estos en belleza, pero ellos son la flor insignia y
dentro del porrn gigante expanden su luz a todas partes. Millares
all sembrados son estandarte: Una flor por cada habitante, es la
consigna. El Ro Grande, atraviesa la plaza ofreciendo la claridad
de sus aguas y la belleza de sus palmas. El moriche: de ellas brotaron
los hijos de Amalivaca, segn la leyenda. La palma real bajo de las
montaas transplantadas por amorosas manos, all fueron sembra-
das. En cada esquina de Los Girasoles, hay una palma y cuatro ha-
ciendo esquina en los corrales, para Joseto la palma es una planta
lujuriosa, cuando las mueve el viento, parecen bacantes que danzan
antes de entregarse.
Juan y Julio intentan, devanndose los sesos, encontrar una ex-
plicacin a todo aquello. Frente al acuario, obra del Kosako
Qu Kosako de mis tormentos, de todo Los Girasoles!,
ya lo hemos descrito, ellos ms de una vez lo han visto, pero a cada
visita un nuevo detalle: esa entrada y salida libre de los peces que
bien pueden volver al ro y quedar libres. No, no se marchan, en
aquel hbitat estn a sus anchas, porque comen, desovan y se repro-
ducen sin temor a los depredadores.
Julio, a ti no te parece todo esto algo as como la obra de uno
de esos locos emperadores romanos, que se ponan a inventar vainas
para pasar a las pginas de la historia?
Pero aqu no ha sido un loco, sino un bojote: primero cuarenta
y nueve, los pioneros, y los miles que van llegando se van enloque-
ciendo, una locura madre de hombres, mujeres, nios, jvenes y an-
cianos. Locura esparcida en la construccin de una nueva vida.

-78-
Juan Gonzlez

Hay un pasaje en la vida de Van Gogh estando en Arles, sur


de Francia. Tierras de Tartarn de Tarascn, donde desemboca el
Rdano. All quema el sol hasta el alma y el Mistral penetra hasta
los huesos. Aparecen las primeras alucinaciones y tiene diferencias
con Gauguin, otro monstruo. El mdico quien le atiende luego de
haberse rebanado un lbulo de la oreja y entregrselo a una da-
misela, le dice: La visin que ustedes tienen del mundo, difiere
mucho de cmo lo ve la mayora de los mortales, son temperamen-
tos nerviosos y a veces violentos; ven color donde uno apenas divisa
una tenue luz, las formas de las cosas tienen otra configuracin, son
hipersensibles; tienen la idea de que la vida no tiene sentido si el
hombre no crea algo y ven al resto de la humanidad con algo de ls-
tima, y quienes formamos parte del comn de los hombres, vemos
en cada uno de ustedes a un loco. Slo a esa forma de locura, a esa
visin irracional de la existencia, debe la humanidad el poder con-
templar tanta obra grande, hermosa, bella y hasta til. Julio, a lo
mejor omit cosas o sum algunas; traa a colacin el genio creador
de Van Gogh y la opinin del mdico por lo que estamos viendo.
Aqu ha quedado muy mal parado aquello de el rebao perplejo.
Yo andaba por el mundo de la economa: quin financia?
Qu hay de los cincuenta millones botados por all?
De los que habl Gilberto remitindose a Simn, especie de
ministro de Hacienda de Los Girasoles? Hubo un mecenas? La
permisologa?
Aqu hay gato encerrado. Gatos que se encerraron y planifi-
caron el gran negocio.
Cul negocio Juan?
Julio, nadie sabe nada en las esferas del gobierno. Cmo
llegar a la cabeza financiadora del proyecto? Aparentemente, no hay
negocio sucio a la vista, nos hemos movido a placer por todos lados
y ni un indicio.
Aqu estn sembrados todos los ahorros de la poblacin y
no hay preocupacin por el dinero; todo se reinvierte en beneficios
sociales en la bsqueda de una mejor forma de vida. No existe un
aparato burocrtico, ejrcito, ni policas, en cada manzana hay una
especie de Consejo de Familia en grande, con todo y su Cdigo de
Justicia, y las penas se pagan con horas extras de trabajo para benefi-
cio de las comunidades.
-79-
Los Girasoles

Y nadie la chilla Juan cmo sacarle algo a Simn o a ese otro


personaje, que parece moverse en las sombras, que no habita en Los
Girasoles y al que tanto se le venera?
Vctor Soto!
Y si han estado sacando oro, diamantes, esmeraldas y co-
merciando? En cuellos y muecas abundan aqu esas prendas.
Te ests haciendo eco de las cochinadas del enemigo. Si todo
el mundo las usa es porque no hay comercio ilcito.
Comprendo, ha sido un comentario adverso Julio, no crees
t que es mucho lo que el Kosako debe saber? Segn Joseto ese ha
recorrido medio mundo. Qued aislado cuando Berln fue tomada
por los rusos, cayendo ms tarde en manos de los yanquis; en Bonn
se escap de una crcel y desde entonces, ha estado metido en un
mil negocios turbios.
El fenmeno Los Girasoles, llama la atencin en l, o en casi
todo el mundo. La experiencia socio-econmica marcha al margen
de todos los sistemas y modelos econmicos que hasta hoy ha co-
nocido el mundo. Abundan los misterios en torno a su desarrollo,
muchas especulaciones y hasta temores para ciertos sectores. Los
estudiosos de las ciencias humanas, intentan descifrar el fenme-
no con muchas especulaciones, pero los hechos escapan a todos
los parmetros con los cuales se miden. Existe un orden a travs de
algunas instituciones, en nada parecidas a las infraestructuras ad-
ministrativas hasta ahora conocidas, con sus hipertrofias degenera-
tivas, bases de un estado monstruo de las sociedades. Todo cuanto
se produce tiene un valor de uso, un pequeo margen se emplea en
el cambio fuera de Los Girasoles, y el valor agregado generador de
riqueza, se emplea en beneficios sociales, y no puedes llevarte diez
panes si en el da te comers seis. Todo ha sido levantado sobre los
cimientos del inters colectivo.
Coo Juan, pero cmo es que funciona de manera tan ar-
mnica!
Creo que aqu han estado danzando Marx, Bakunin, San
Jiuss y San Simn, tal vez hasta un Kaines habr metido su cucha-
ra y en los pioneros hayan reencarnado Emiliano Zapata, Ezequiel
Zamora, Csar Sandino, etc.
En otras experiencias, los genios de las ciencias econmicas
prenden la mecha, y al rescoldo de las llamas empujan a los pueblos,
-80-
Juan Gonzlez

que terminan siendo incinerados. En este lugar ha ocurrido algo


curioso; el fuego est quemando el culo de los dioses.
Los Girasoles est enclavado dentro de un territorio, en donde
deben hacerse presente las instituciones del Estado y ser regidos por
sus leyes. Pero el Estado, antes ni ahora se han asomado por estos
lares, donde antes hubo toda clase de depredaciones, con destruc-
cin de flores y fauna. Al Estado ahora le preocupa, ahora cuando
all se ha asentado una comunidad, que por los decires, vive sin Dios
y sin ley, nada ms falso: ya hemos dicho, llegan funcionarios de
Salud, Educacin, Relaciones Interiores y han avalado comporta-
miento, desarrollo, armona y rendimiento en todos los rdenes de
la vida, es ms, Los Girasoles paga una serie de tributos al Estado
sin recibir nada a cambio.
Julio, hasta dnde podr llegar su crecimiento?, no estarn
tocando techo?
Juan, creo que otro techo es el que siente la amenaza, no
tanto por la elevacin de ste, sino por el ejemplo a seguir por todo
el pueblo, todos los pueblos, por todo el mundo, en la bsqueda de
su propio destino.
Cpula de vidrio Julio?
Bastante frgil.
Fuertes presiones a que se integren, y le proponen crear una
especie de estado autnomo, agregando uno ms a los veinticinco ya
existentes. En Los Girasoles se resisten.
No sera extrao una intervencin, empujado por los factores
de poder y ordenado por el Alto Mando Militar.
Sera un crimen de lesa humanidad.
Recuerda lo que deca Rosalba: Los problemas internos
sobre la marcha los resolvemos, nos preocupan los externos, son su-
periores a nuestras fuerzas.
Los pioneros y las voluntades que se sumaron ms tarde, nunca
llegaron a imaginar lo que estaban creando, de all que ahora les
sorprenda la aparicin de tan despiadados enemigos.
Julio, qu estamos haciendo?, pregunta el director de la re-
vista, le respond: estamos interviniendo en un campeonato de pe-
lotita e goma y en otro de chapitas. El director solt la risa, estn la
mar de contentos con los materiales que mandamos, y han generado
una conmocin en la opinin pblica, formndose comits para la
-81-
Los Girasoles

defensa de Los Girasoles. A propsito, Juan, no te gustara ser ciu-


dadano de este fabuloso mundo?
Pensaba en eso, pero, lo permitirn? Mira hemos cambiado,
no slo en la manera de abordar el periodismo, yo particularmente
ech por la poceta todo lo aprendido en la Escuela de Comunica-
cin Social.
Pero es que hasta en nuestras conversaciones estamos ms
atentos a los problemas del hombre. All nos metamos en un bar a
beber cerveza y a contar nuestras hazaas, con aquellos personajes
que bien podamos convertir en hroes o villanos.
Me gustara Juan.
Nos aceptaran? Hemos ganado amigos, saben que somos
honestos y les estamos defendiendo, pero no sabemos cmo reac-
cionarn si lo pedimos, siguen teniendo reservas con los medios y
razn no les falta. Qu criterios privaron para escoger las familias
que vendran a Los Girasoles? Pregntele a Vctor Soto, socilogo
ligado a las luchas sociales. Algunas fueron devueltas, no se adap-
taban a una forma de vida, donde el nos estaba antes que el yo,
y nosotros seguimos deslumbrados ante una gente que el respirar
purifican el aire, todo lo hacen en medio de un gran entusiasmo y
existe una competencia de crecimiento humano.
Dame una palomita, parecen paridos por no se sabe qu
clase de vientre y que me perdone mi santa madre. No hay doblez
ni mezquindad, y les sobra coraje y voluntad: Yo s lo que estoy ha-
ciendo, Sabe usted lo que hace?, fue la respuesta de un trabajador
a Joseto, al llamarle la atencin, luego me dijo: El hombre tena
razn. Julio, no tenemos capacidad de respuesta para enjuiciar esto.
Nos estamos atiborrando de palabras sin decir nada, y fjate a
propsito de tu cita del obrero y Joseto, estuve presente en dos casos.
1) Elda. De manera plana le reclama una falla a la seora Carmen, la
doa que no se separaba de nuestra cama, y sta le respondi: Aqu
cada quien tiene sus responsabilidades y debe responder por ellas,
desde quien realiza una operacin hasta el que barre. 2) Gilberto le
dice a la seora Olimpia: Tienes sesenta aos, es hora ya del des-
canso. Respondi la seora Olimpia: Ocpese de sus asuntos, yo
seguir respondiendo por los mos.
Juan, estamos hablando mucho para el tiempo que nos cono-
cemos, se nos olvida que tenemos que ir en busca de Mito.
-82-
Juan Gonzlez

Una casa grande toda hecha de madera, techo de tejas, encla-


vada en un alto, en el lugar por donde entraron al valle los pioneros.
Diez metros de frente por cuarenta de fondo, amplio corredor en la
entrada, es la construccin ms vieja de Los Girasoles; tiene amplias
ventanas conformadas por vitrales, la sostienen puntales de bamb
secados, pulidos y barnizados; abundan las cortinas con piecitas muy
pequeas del mismo rbol, sonando como campanitas al moverlas la
brisa que baja de las montaas. No ms entrar, tropieza la vista con
un amplio sombrero negro guindado en un clavo, parece un zamuro
disecado. Del techo bajan las campanitas rojas, flor que junto a los
girasoles y las orqudeas, son emblema de este pedazo de tierra.
Sobre diecisis grandes troncos se levanta, despegados cincuen-
ta centmetros del suelo, el musgo abunda entre aquellas diecisis
piezas. A pesar de los trece aos bajo sol y agua, se conserva en buen
estado. En un principio fue centro de operaciones: oficina, campo de
trabajo para la realizacin de planos, estudios y proyectos. Los inge-
nieros y tcnicos, pedan muchas veces la comparecencia del Zambo
y l fue agregando detalles de embellecimiento. Ya avanzado el pro-
yecto, las oficinas fueron trasladadas al centro, y el Zambo la ocup
para otros planes y programas, y a la vez residencia. Por all entraron
y el Zambo, fue el primero encaramado sobre Mi Nia, quien con-
templ por primera vez, el extenso y hermoso valle. Dentro trope-
zaremos con un mundo, parecido o semejante al templo de Melesio,
con una salvedad, no existen elementos esotricos ni burla a lo sa-
grado, salvo el cuadro de los ngeles, donde aparecen estas figuras
celestiales completamente desnudas o asexuadas, aqu resolvieron el
s o no de su sexo: son hermafroditas, se les ve a cada uno su rajita y
su palomita. Entramos, y como ya dijimos, lo primero con que tro-
pezamos es con el sombrero negro, borsalino, enganchado en un
clavo, al lado derecho un saln biblioteca, y al izquierdo exposicin
fotogrfica, recogidas en los veintin das camino a Los Girasoles
y los de trece aos de vida. Apartamos una cortina de bamb y en
un saln bien grande, aparecen copias de casi todos los genios de
La Plyade: Monet, Manet, Rousseau el aduanero, Matisse, Van
Gogh, Toulouse-Lautrec, Gauguin, Pizarro y en todo el centro, el
cuadro de los ngeles. Otra cortina y un saln de artesana: tallas de
piedra y de madera, muecas de trapo, bellos trabajos en cascarn
el tallo de la mata de pltano secado, confeccionan animales,
-83-
Los Girasoles

figuras religiosas, tiles caseros, muecas, tapices; aparte, aparece


un pesebre fabricado con estas fibras: Jess, Mara y Jos, los tres
Reyes Magos, la mula y el buey, y otros animales, los rostros de las
figuras se ven tan finos, que parecen porcelanizados. Abrimos la
tercera cortina y tropezamos con un escenario con todo y tramoya
y por butacas, bancos de madera. Cuenta el Zambo, que desde nio
l quera hacer teatro, entr a formar parte de un grupo y cuando
el padre lo supo, le dijo: All las mujeres aprenden a ser putas y los
hombres maricos.
Juan y Julio van al encuentro del Zambo. Se han visto, y conver-
sado brevemente, algo en aquel rostro impeda abordarle. Ms all
del tamaote, largos y nervudos brazos, las manazas y el grueso de
la voz, despide un aire que impresiona, inhibe. Pamplinas! dice
Rosalba, no es ms que un nio grandote. A todos los pioneros les
sorprende la aprensin de Julio y Juan frente al Zambo. Hay un poema
que podra identificar al Zambo: No cargo sonrisa de payaso/ dibu-
jada en la cara/ yo llevo la risa/ que en el alma/ la vida me ha grabado.
Sobre una de las siete colinas de Los Girasoles se ha clavado el teatro,
centro de trabajo de aquel hombre. Penetran al recinto, contemplan
un mundo, no como el Museo Perolito del viejo Melesio, pero hay
muchas cosas como identidad del mismo espritu.
Buenas tengan!
Retumba la voz en el recinto, sorprende de espaldas a los mucha-
chos. Una voz entre bartono y bajo. No es santo ni Dios, tampoco
diablo, ninguna figura mitolgica. Se cuentan cosas, muchas se in-
ventan y ha ido creciendo la leyenda. No es ms que un hombre, hijo
de indio y negra.
Buenas tenga el ser supremo de Los Girasoles.
No me ponga cabezn, que despus no entra el sombrero.
Perdnenos a Juan y a m si decimos barbaridades. Acostum-
brados en el ejercicio periodstico a alargar vanidades, aqu vivimos
dando tropezones.
Cranme, bastante agradecidos les estamos; los nmeros
de la revista traen buenos trabajos, se nos hace justicia. Pintan muy
bien ustedes la realidad de Los Girasoles. Han demostrado valor
cuando han emplazado a los factores de poder a entender bien este
fenmeno. Es bueno s, hagan un esfuercito por deslastrarse de
cierta cochambre, pero han mejorado bastante.
-84-
Juan Gonzlez

Gracias Juan Jess de La Cruz Gonzlez.


Menos mal que no me pusieron Juan de Dios.
Por qu Zambo?
Mi abuela, para echarle broma a mi padre, deca: Juan es
nombre de pendejo y Dios es consuelo de tontos.
Nos han hablado de una tarjeta de presentacin y una partida
de nacimiento.
Acrquense all y lanla en aquella cartelera: Me llamo
Juan/ Juan es mi nombre/ si alguien me llama/ yo le respondo/ soy
Juan sin pan/ soy Juan sin tierra/ Juan holgazn/ soy Juan querella/
soy Juan solito/ Juan el obrero/ soy Juan primito/ Juan guerrillero/
soy Juan don nadie/ Juan de la calle/ aaah! Pero soy Juan/ el ar-
tesano/ un ser humano/ ser solidario/ de mente amplia/ y hbiles
manos. Mi partida de nacimiento reza:/ Nac y me cri en medio
silvestre/ tal vez por eso/ no me convert/ en hombre de xito/ por
supuesto/ esto me salv/ de ser un imbcil.
Zambo, creo que con usted no se hace justicia.
Se equivoca Julio, he all la plena identidad de un hombre,
que se hizo ser-social-humano, aqu en Los Girasoles.
Aunque nos han dado ms que una explicacin en torno a
los cambios operados aqu en millares de nios, jvenes, mujeres y
hombres, y gente ya anciana, nos gustara escuchar de usted algu-
nas opiniones, sobre todo por su caso: obrero de maquinaria pesada,
convertido en una celebridad de la noche a la maana.
Julio, coo, qu mierda! Qu celebridad del carajo! Cuarenta
y nueve hombres, emergen del pantano y se internan en la selva, ms
tarde transforman el entorno y el entorno los transforma, le van dando
un nuevo sentido a la vida libre de las odiosas ataduras de un sistema
envilecido, donde se les deca: Aqu todos tienen salvavidas. Por su-
puesto que los cuarenta estaban reservados a la primera clase. Plaza
para cuatro mil familias y llegan veinte mil desheredados de la fortuna,
se les lee una cartilla, la asimilan, le encuentran otro sabor a la existen-
cia y aparecen Los Girasoles!, y esa gente que estuvo dando bandazos
a travs de tres o ms generaciones, encuentran cmo dar una nueva
proyeccin al ser hombre. Tuve un amigo, y un da hablndole sobre
mi preocupacin por el destino de unos nios con tan incierto futuro
por el haber nacido en medio de los excluidos, me responda: Jos

-85-
Los Girasoles

de la Cruz, los nios nacen como en las fbricas los envases de plsti-
cos. En unos guardarn ricas especies, perfumes caros y cremas muy
suaves; mientras que algunos servirn para recoger papeles en las ofi-
cinas o en los sanitarios, otros para los desperdicios de los mercados
y hasta para recoger la comida de los cochinos. Hasta ese da trat a
aquel cretino. Cmo se puede confundir contenido con continente,
y de manera tan grotesca?!
A propsito, contenido y continente se juntan en el hombre?
Cuerpo y cerebro son continentes, y todo cuanto ellos lle-
guen a percibir es como todo un universo: El hombre es capaz de
levantarse sobre la punta de los pies/ empinarse elevando los brazos
al espacio/ y con los dedos de las manos/ alcanzar las bvedas del
cielo/ sin despegarse de los suelos. Quiero que sepan que, al decir
cielo hablo de azules, hablo de anhelos, hablo de sueos.
Mientras Julio lleva la voz cantante, Juan se acerca a un estante
de libros, algunos han perdido la cartula, otros se ven bastante es-
tropeados, pero son ejemplares dignos de un buen amante de la lec-
tura: Sartre, Moravia, Garca Mrquez, Bertrand Russell, Garca
Bacca, Tolstoi, Cervantes, Gorki, Rabindranath Tagore, Marx,
Mao, el Ch Guevara, Quiroga, Mario Benedetti, Eduardo Ga-
leano, Miguel Hernndez, Antonio Machado, Garca Lorca, Jorge
Amado y hasta dos tomos del Ciego Maldito.
Una pregunta Juan, ustedes han cotejado en sus treinta y
tantos aos de vida sus siete de ejercicios de profesin y lo que han
vivido? Han cotejado todo eso con lo que han visto, lo palpado y
percibido? Se han dado cuenta cmo actan y piensan los nios,
sus juegos y travesuras? Han conversado con un maestro para que
les cuente lo grotesco del ejercicio de tan noble y bello oficio, all
en los infiernos de donde vienen? Hagan ese ejercicio, hablen con
toda la gente; los pioneros no somos nada ms que los pioneros, los
que iniciaron esto, cosa que jams hubiese sido posible de no haber
aparecido, no los dems no: esa gente! Gente Juan, gente Julio.
Cierto, Zambo, hay que ir all, o all, como le gustaba decir
a un colega metido en la candela, nosotros les hemos dedicado el
tiempo a ustedes. Por qu son noticia? La noticia es el patrn del
periodista, la noticia y l o los personajes envueltos en ellas. Cierto,
debemos ir all. Se lo promete Julio y Juan se compromete.

-86-
Juan Gonzlez

Estuve revisando su biblioteca, buena literatura, aunque un


poco aporreados los tomos.
Uso y abuso Juan, al contrario de esas lujosas colecciones que
la mayora de los miembros de la necia clase media que uno ve en
muebles finos, muy vistosos, libros y enciclopedias en tomos dorados,
la mayora envueltos en papel plstico, nunca han sido abiertos.
De esos rsticos textos es de donde han salido sus obras de
teatro de tan rico contenido?
Ellos han ayudado un poco, pero de no haber vivido lo que
viv antes de llegar aqu: casi cuarenta aos llevando vergajazos, a
esas vivencias y a mi cerebro tambin les debo.
Son cerca de mil o ms ejemplares, los ha ledo todos?
Nos estamos encallejonando de nuevo en su pobre esquema
de preguntas y respuestas. Hilvanen una idea y en torno a esto desa-
rrllenla, yo les oigo y ayudo a ampliarlas o les contradigo, pongan a
trabajar al cerebro, no sean perezosos.
Juan, quien parece andar no se sabe por dnde, pregunta.
Cmo se hace el Zambo director de teatro?
Juan siente que aquellos ojos le taladran, son achinados, no se
sabe si negros o azul oscuro, no pestaean en cambio se mueven las
pobladas cejas y se lee claramente en aquella mirada:
Hay que ver que usted es bien necio.
Alrededor de aquella vida han tejido una red o han puesto una
aureola que lo ha convertido en una leyenda: obrero de maquinaria
pesada, cincuenta y tantos aos, surge de la nada, de los ms oscu-
ros agujeros del mundo de los excluidos, asombra al mundo con su
talento a travs del teatro El recoge perolita, Petra y Pedro, La patria y
el nio, y otras, que no son obras de compleja trama de la ms eleva-
da dramaturgia, pero de un profundo contenido humano en donde
aparece el hombre con toda su grandeza y podredumbre. As habla
un crtico.
Viv por mucho tiempo tan mudo, ciego y sordo como ahora
lo estn ustedes. Aqu aprend a escucharme junto con el canto de
los pjaros y la msica de las aguas y las notas del viento, abr ms
mis ojos ante la presencia del arcoris y esas flores silvestres que no
van al mercado me pidieron que las mirara y aqu que descubro una
nueva forma de la belleza y les doy las gracias, fue en ese momento
cuando me detuve a mirar ms profundamente al hombre, a tratar
-87-
Los Girasoles

de encontrarle sentido a las cosas que hace, sobre todo, cuando


comete disparates, lo vi solo, lo vi triste, pero a la vez me daba cuenta
que bastaba un buen motivo para animarse, y me dije: Acta bajo
motivaciones, igual que has actuado t durante cincuenta aos de
vida, y l, el otro tambin se dio cuenta de mi orfandad y soledad,
y nos acercamos, aqu en Los Girasoles.
Yo le deca a Juan: amigo, Jos de La Cruz que no es el caso
de un grupo de hombres dirigentes, con todo y cuanto hayan apor-
tado, es el crecimiento de millares de personas que se han empinado
ms all de la capa de ozono.
No crees que aqu se ha plasmado la verdadera dimensin
del hombre cuando ha encontrado oportunidades y posibilidades
reales de realizacin, teniendo que superar tan slo los obstculos de
la naturaleza, que los dems, nunca a los dems, digamos: los unos
no se han puesto trabas a los otros y han actuado como un todos
nosotros. Hacedores de sueos en colectivo. Permtanme hablar un
poco del inicio del teatro; ya les dije de mi frustracin cuando mi
pap me sac de un grupo porque all lo que iba era a terminar en
marico. Enrico Cantieri Perla Madonna, tiene buenos conoci-
mientos del arte escnico, aqu en donde estamos ahora, intentamos
distraernos. Dijo Enrico: Vamos a montar una obra de teatro. De
qu se trata?, cmo se llama?, llovan las preguntas. La historia
de la princesa Perla Madona, Enrico haca el papel de la princesa,
Joseto el del prncipe, Melesio el rey y Manuel Rodrguez la reina,
mi papel fue el de bufn del rey. La representamos luego de ensayar
por tres semanas. El mejor papel lo hizo Manuel. Por buen tiempo
estuvimos presentndola, mejorndola mucho; luego de la llegada
del Kosako con su preciosa carga, varias de las amigas haban hecho
teatro en el liceo, y Josefina haba incursionado por un tiempo en
las tablas. As naci el teatro de Los Girasoles, estamos invitados al
Festival Internacional que este ao se celebra en la capital.
Zambo, por la experiencia de ustedes en toda la actividad
del hombre, viendo los avances, si fuera de aqu se emplearan los
mismos mtodos, con esos esquemas y las novedosas prcticas; si se
le prestara mayor atencin a los sectores humildes habra un buen
rescate de los grupos inferiores.
Te embalas bien en el anlisis y luego te lanzas por el abismo
de las odiosas clasificaciones. Cuando al hombre se le ve como un
-88-
Juan Gonzlez

todo social y se tienen en cuenta sus potencialidades, desaparecen


las capas, los grupos, los sectores y todas las asquerosas clasificacio-
nes, donde la mayora de los seres humanos son lanzados al estier-
colero y una nfima minora se constituye en el grupo dirigente que
disfruta de todo.
Zambo, pero es que vivimos dentro de un sistema orientado
por una serie de instituciones que rigen la vida de la sociedad y all
privan los criterios de las clases dirigentes: econmicas, polticas, cul-
turales, religiosas y militares que representan a los factores de poder.
Usted sigue all dentro, nosotros no, hace tiempo que sali-
mos de esa charca ptrida Accion el mecanismo de la poceta/
y ha ocurrido algo bastante asqueroso/ me ba de mierda de pies a
cabeza, se trata de un poema que ha estado rodando por ah, esa
es la primera estrofa, a continuacin hay como una referencia a las
sociedades latinoamericanas en cuanto al oero dentro del cual se
debaten.
Zambo, gracias, seguimos pidiendo disculpas por nuestros
errores y atrevimientos. Ahora vemos a Los Girasoles como a una
laguna mgica, donde millares de seres se han baado y deslastrado
de toda la mierda que por mucho tiempo fuera de aqu la sociedad
arroj sobre sus cuerpos y sus cerebros.
Amanece el valle pintado de rosado, tenues nubes como velos, los
rayos del astro rey acarician. La gran plaza, las calles y la corriente de
los ros amanecen con las mejillas sonrosadas. Se oye el bullicio de los
loros y el viejo lino prende la locomotora, ya estn enganchando los
vagones. Apagaron los reflectores de las torres. Nuevo da, nuevas es-
peranzas y all van hombres, mujeres y nios realizndose hoy seguros
del maana. Qu inventamos hoy? Parecen preguntarse, a diario. El
sentido de la vida obliga a prodigarse en el amor al ser humano, a la
naturaleza y al trabajo.
El benjamn de Los Girasoles, jefe de transporte y manteni-
miento, el mismo diablo al frente de un volante y genio de la mec-
nica as indica Julio el encuentro con Joseto. ste responde:
Caballero, andante en rocinantes. No le sorprende aquella
visita, hay acuerdo previo. Intenta mantenerse serio pero eso es con-
trario a su naturaleza.
Cmo andan ese par de locos?
Por usted venimos.
-89-
Los Girasoles

Bienvenidos sean.
Unos treinta aos, un metro setenta de estatura, joven fuerte,
temperamento nervioso, piel clara, tostada un poco por el sol. Casi
saliendo del cuartel se alist en aquella expedicin. Dice muchas
veces: De no haber venido aqu, hubiese ya muerto en la calle en
una balacera o chuceado en una crcel. Es como una tarjeta de pre-
sentacin.
Hemos conversado bastante, como buenos panas, ahora lo
haremos como periodistas que seguimos indagando y agchese que
ya le estoy disparando.
Qu diferencia hay entre el malandro de ayer y la prominen-
te figura hoy del reino de Los Girasoles?
Ests comenzando con tiros de plvora, Juan. Es obvia la di-
ferencia, algo as como comparar creciendo a un coco y una patilla;
all rodaba por los suelos aqu me he elevado a las alturas, pero no
sobre el resto de mi gente sino sobre la misma tierra.
El viejo Melesio dice que usted parece un saltaperico.
Me vivo moviendo Juan, si hay que correr corro, salto cuando
me obligan y de vez en cuando me encaramo. En cuanto a la travesa
Julio. La experiencia ms extraordinaria para un joven de veinte aos,
es algo apotesico.
Es cierto que llegando aqu te mordi una cuaima?
Cuatro narices, gracias a Melesio la cuento. Chup la herida
aplic unas yerbas. Eso fue como un pago por todo cuanto me ha brin-
dado Los Girasoles. Pregunt a Melesio un da Qu hubiese pasado
de picarme la bicha en bendita sea la parte?, su respuesta fue: Te hu-
bieses muerto pendejo. Lo de la guitarra lo aprend de retn en retn
dando bandazos, en uno de esos, conoc a un malandrito de buena
familia; tena estudios y talento, con l aprend a leer msica. Me
fugaba de todos los retenes, all pas casi un ao por el gusto de
aprender. Me habl de los grandes maestros: Segovia, Alirio Daz,
Villalobos, Antonio Lauro, Tarrega, me habl de l Mangor, Al-
benis, Joaqun Rodrigo, Narciso Ypez y otros nombres perdidos en
mi memoria. Ms tarde aqu aparece el Mechuso, nunca habla de
s, nadie sabe quin es, Mi pasado es un cadver insepulto, le es-
cuch decir un da. Supe por otras vas que fue concertista de buena
fama, lo que se fue esfumando entre farras y barras. Por tanta insis-
tencia ma se abri la escuela. La guitarra es muy parecida a una
-90-
Juan Gonzlez

dama, cuando sobre ella posamos nuestras manos, pongmosla en


contacto con nuestra alma. Eso dijo en su primera leccin.
Te perfeccionaste Joseto?
Mejor un mundo. Pienso mucho en esos jvenes que en
nuestros campos dan demostracin, al igual que en nuestros barrios,
de talento, de grandes potenciales que nunca tendrn la oportuni-
dad de entrar a ese mundo que tanto anhelan, y si por buena leche
llegan a pisar una escuela, all se van a encontrar con unos progra-
mas caducos y unos vejestorios, la mayora, que estn a siglos luz del
avance de este instrumento. Saben qu le ocurri al Mechuso?
Tena ms odo y ms sensibilidad que aquellos vejestorios a quienes
viva corrigiendo, hablndole de nuevas formas, de nuevos mtodos
y hasta de la posibilidad de ampliar el pentagrama con nuevas notas
musicales. Para la fecha de la feria tendremos varios conciertos con
la primera promocin. Aqu se les hace un seguimiento a los nios
desde la primaria. El Mechuso y yo visitamos las escuelas, ha-
blamos con los maestros, tienen un instructivo para la observacin
cuando escuchan conciertos de guitarra, ellos nos sealan quines
han mostrado algn inters y nosotros, cuando salen de sexto grado,
los llevamos al estudio riguroso, antes les damos algunas instruc-
ciones en contacto con el instrumento. Me disculpan que me haya
extendido, a veces siento como si mis cuerdas vocales se tensaran
como las de la guitarra.
Y yo sigo en el limbo, an siendo un gran amante de ese ins-
trumento, he escuchado a todos los concertistas por ti nombrados,
se te escap Williams, y digo en el limbo porque el malandrito
de ayer acaba de darme una clase magistral en torno a la guitarra,
vuelvo a repetir: en Los Girasoles todos hablan el mismo idioma y
no es una perogrullada decir con el mismo abecedario, y nos siguen
sorprendiendo. No hay un lugar del mundo donde sobresalgan
tantos las individualidades con un sentido tan grande, tan alto de
igualitarismo.
Nosotros en diez aos cambiamos nuestros parmetros, ustedes
van a necesitar diez siglos. Sabemos las miserias de los grupos sociales,
fuera de aqu, los cotos profesionales, sabemos cmo se bate el cobre,
las experiencias ayer vividas nos ensearon para ensayar y afirmar esta
forma de vida, no hemos logrado de un todo domar al animal, pero
es menos salvaje. Es raro aqu un hecho de sangre, salvo cuando es
-91-
Los Girasoles

roto un virgo jojoto, de vez en cuando dos hombres se entran por una
hembra o dos hembras por un macho, pero hasta ahora no ha habido
el primer asesinato. Nuestro Cdigo Penal? Una semana barriendo
las calles, un mes en el campo sembrando campo por crcel. Lo
ms severo? Un ao de extraamiento cerca de donde ronca el can
entre bostas de vaca, cachos y garrapatas.
Una pregunta tonta, Jos a todos mira por igual la sociedad?
No, la sociedad no nos mira, nosotros nos miramos iguales.
Un caso: Alejandro Rivero, de treinta aos, campen de ajedrez,
profesor instructor en escuelas y liceos, compite en eventos interna-
cionales y siente un gran placer en barrer las calles, bajo un concepto:
Una escoba, una pluma y un fusil, tres instrumentos fundamenta-
les, para barrer toda la porquera, toda la escoria, que la sociedad y
los hombres arrojan a diario a la calle. Qu le pasa a Juan que no
habla?
Juan observa y escucha, tiene rato contemplando a Joseto de
edad igual a la suya. De sus propios labios ha escuchado la historia
de cuanto fue su vida antes de Los Girasoles: todo un monumento
al delito; atracos, drogas, violaciones
S pana contina Joseto, despus de cuatro tabacos y
unos tragos, un carro, hay que buscarlo, cerca est la universidad
y las parejitas morbosendose, fuera el macho y nos llevamos a la
carajita, la gozamos. Julio, un estado total de inconsciencia se vive
en esos bajos instintos, falsos principios; y se muere abaleado en una
calle o en un retn chuceado: El Chico Malo, diecisiete aos y die-
cisiete asesinatos, cay en La Charneca; El Ratn, Robin Hood
de las lomas, asalta un banco y cerro abajo corre un ro de billetes.
Qu ocurre pana?
Me estaba paseando por tu vida de malandro y recordando: cua-
renta o ms jvenes semanalmente borrados del mundo de los vivos en
medio de las calles, sin haberle an cogido un gustito a la vida.
Da tristeza, verdad, Juan?
Joseto, por qu antes no nos detuvimos a pensar e intentar
aportar? No, no lo hicimos, cubramos la noticia hasta con cierto sa-
dismo: Diecisiete tiros recibi el Patas Blancas, sobre un charco de
sangre exhibamos la muerte. Estbamos insensibilizados. En Los
Girasoles he sentido desprecio y vergenza por este mi oficio.

-92-
Juan Gonzlez

Atrs ha quedado mi vida pasada contina Joseto; ese


fardo asqueroso, mugriento y pesado, en el camino hacia aqu lo tir
por un profundo barranco. Ahora sin sentimientos de culpa, entre-
go mi vida al bien colectivo. Ac en este Nuevo Mundo, sin follo-
nes y malandrines descubridores, ni sotanas insolentes, o sea, en el
mundo que aqu hemos estado construyendo.
Joseto, al hurgar en ese tenebroso pasado, al saber de dnde
viene la mayora de la gente, y qu haca para subsistir miserablemente,
valoramos mucho ms cuanto estn haciendo y lo que han hecho.
Basta ya de lata! Uno de pendejo se engolosina creyendo
que est contando hazaas y no son ms que recuento de una vida
miserable!
Clmese, Chamo, clmese.
Julio, no somos ningunos extraterrestres, no queremos se
nos vea como a unos fenmenos, no es esa la idea. Lo importante
para nosotros es que ustedes revelen que todo esto no es ms que el
producto del afn y el empeo de unos seres comunes que un da se
animaron a construir una nueva forma de vida, a riesgo de pelearse
como deca el hombre ms arrecho del mundo, con todos los
hombres, con todos los dioses y todos los demonios.
Bravo, bravsimo que era ese Chivo.
Creo que se volvi a enredar el papagayo.
El papagayo est en lo alto, desafiando las fuerzas de los vien-
tos y casi alcanza el arcoris, pero an no se ha elevado tanto como
los hombres, mujeres y nios de Los Girasoles, quienes afincados
en las puntas de los pies, alzando los brazos al espacio, abren sus
manos, y con las yemas de sus dedos, acarician las bvedas del cielo:
cielo ozono! Cielo azul! Cielo sueos!
Muy bonito el panegrico Julio, pero es mejor parar ahora, a
tener que esperar a comenzar a decir sandeces. Buenas noches.
Por qu Los Girasoles? pregunta en el aire, la mueve el
viento, pasa por entre las ramas de los rboles y se eleva hasta lo ms
alto de la montaa.
Insisten los periodistas y los remiten al porrn de la plaza, en
donde giran centenares de esas flores. Una flor muy a gusto de quien
elabor el proyecto. Silbido dice: Los objetivos iniciales de esta
empresa? Eso debera saberlo don Manuel Garca y Maldonado, y

-93-
Los Girasoles

se lo llev a la tumba. Lo cierto es que all estn Los Girasoles,


una comunidad que ensay una manera de vivir ajena a mezquinos
intereses. Cuarenta mil personas; hombres, mujeres y nios, sin las
angustias de un incierto destino. Un todo indivisible donde lo tuyo
y lo mo ceden paso a lo nuestro. All nadie es dueo de nada, all
no se conoce a nadie: todos y cada uno tienen un nombre, y sin ser
dueos de nada, pueden disfrutar de todo. El sentido de pertenen-
cia?: el ms grande que haya experimentado el hombre: t, yo, l, el
otro y todos nosotros pertenece a cada rbol, cada flor, cada fruto,
cada pan que sale de los hornos, y somos dueos, de cada palmo de
este suelo. Consignas que pueden leerse en todos los centros educa-
cionales y culturales, en las fbricas y hospitales, en las avenidas y en
las calles, y aunque priva el sentido comunitario, hay una frase que
sintetiza el valor de las individualidades: Ni segundos ni terceros
luchando por el primero.
Cmo viven all los nios?
Con expresin alegre en sus rostros, bien alimentados, mejor
atendidos, gozan del amor y proteccin de todos, se les cuida y prote-
ge en el hogar, en el colegio encuentran la mayor comprensin, y en
los parques y en las calles, reciben el amparo de los ms grandes. Y
encuentran para forjar nobles paradigmas. Tienen un sentido justo
del tiempo: la escuela, las tareas, el entretenimiento dirigido, las horas
del deporte y sus horas libres. Van a las fbricas y se familiarizan con
la funcin de las mquinas, los que salen del sexto grado, ya tienen
una mediana idea de los instrumentos de trabajo, de la funcin de la
electricidad, del poder electromotriz, de las aguas. Presentan diseos
y trabajos manuales. Los deseos inmensos de aprender son satisfe-
chos. Ustedes no entienden amigos periodistas, y mucho menos
comprenden, lo que ha forjado y sigue aqu forjando el hombre. El
trencito? Fue ms producto de la necesidad que del ingenio. Unos
viejos vehculos automotores sin gasolina. Una revista sobre la his-
toria de los ferrocarriles en nuestro territorio. Da vueltas el tren en
la cabeza de Joseto. Habla con el Zambo, le pareci excelente y
solt una pregunta: Cmo coo, Joseto?; Eso se chupa pero no
se traga. El ruido de la locomotora la cabeza de Joseto atormenta.
Ped permiso al Consejo de Familia para viajar a la capital, eso
estaba permitido bajo una justificacin, yo no quera soltar prenda.
Ment al Consejo: una carta enviada por un familiar, una hermana
-94-
Juan Gonzlez

me haba escrito en esos das y me sirvi de justificativo. Me dieron


licencia. Llegu a la ciudad buscando a Vctor Soto, lo hall en la
universidad, lo entusiasm con el proyecto y comenz a llamar per-
sonas. En la tarde estbamos en el Instituto Nacional de Ferroca-
rriles. A Vctor lo conoce mucha gente, se le aprecia y hasta se le
respeta. Aparte de profesor universitario es hombre de liderazgo.
Nos atendi un joven mayor, un muchacho para el grado militar, se
emocion, saba de nuestra existencia, puso mucha atencin a mis
explicaciones. Prest servicio en la frontera del Sur y le llegaron no-
ticias de nuestra existencia, cunto se especulaba dentro del ejrcito
y los relatos de la revista, trabajos de Juan y Julio. Mostr planos
por primera vez lo ignoraban en Los Girasoles, el Kosako me
ayud a elaborarlo.
Esto parece una locura, pero por lo que he odo, cualquier
locura es posible. Rieles, una locomotora, vagones, por all hay un
poco de peroles viejos herrumbrosos. Y piensas llevarte todo eso en
los hombros?
All viene el trencito doblando por los caaverales, va cru-
zando el puente para luego perderse entre los samanes. El hombre
vio en m tanta ansiedad que nos dijo:
Les voy a regalar esa vaina que no es ms que herrumbre, ya
ustedes vern cmo se lo llevan. Visitamos talleres y depsitos,
hicimos inventario; casi podamos contar para el recorrido. El ofi-
cial nos invit a almorzar y all entramos en confianza. Pregunt
si tenamos aeropuerto, dije s sin pensarlo dos veces. Hubo uno
que se utiliz cuando la llegada de los grupos familiares. Les voy
a conseguir un Hrcules, la locomotora se la llevan desarmada en
el helicptero. Sal de all ms contento que muchacho comiendo
moco. Algo haba en aquel hombre que no pas para nosotros de-
sapercibido: un inters especial en lo que estbamos haciendo, nos
pidi le mantuvisemos informado y que poda enviar un personal
para orientarnos. El Zambo, inteligentemente dej en mis manos
toda la iniciativa, afuera, me dijo: Joseto, vas a poner a rodar la
mquina con lea o vas a importar carbn?, le contest grosera-
mente: Algn culo echa sangre. Al llegar a Los Girasoles, cont al
Zambo toda la verdad, me dio un haln de oreja. Inform al Con-
sejo de Familia presentando el proyecto. Fui fuertemente criticado,

-95-
Los Girasoles

pero al final, me dieron luz verde. Los durmientes? All me ayud


el hombre ms arrecho del mundo:
Por aqu hay mucho palo sano, esa madera es brava, con ella
fabrican los postes de los pueblos acompa la informacin con
una ancdota: los pinos eran unos hombres bravos por all por un
pueblo de oriente, formaban unos vaineros y hasta el Prefecto tena
miedo de meterlos presos. Lleg un jefe de polica nuevo y samp
en chirona a uno de los pinos revoltosos, los otros pinos entraron al
rescate: nosotros somos los pinos! a m me llaman palo sano,
metan a estos Pinos pa dentro!
En el Consejo el debate fue fuerte, estuvo dividido en dos
bandos, al final pesaron ms los argumentos del Mata Tigre, del
viejo Melesio y del Zambo las tres divinas personas de Los Gi-
rasoles. Sin embargo, hubo unanimidad a la hora de votar por
negar o apoyar el desarrollo del proyecto.
Tres hombres se van a constituir en los ejecutores, sobre ellos
cae la direccin, la mayor responsabilidad, el mayor peso: Joseto,
el Zambo y el Chicho Bichito Bucky. En cuanto a armar y
desarmar motores es difcil encontrar alguien con la habilidad del
Chicho, el Zambo no se diga, ms tarde se agreg el Kosako, piloto
y mecnico de aviacin.
Derribamos unos cuantos palos sanos, para probarlos, los ali-
nebamos y Mi Nia pasaba por encima de ellos, ni se astillaban.
Los Hrcules dieron cuatro viajes y cuando la locomotora ronrone
con el viejo Lino al volante, todos brincbamos y nos abrazbamos.
Hubo como un paro de alborozo, la gente sala de las casas, los obre-
ros de las fbricas; estudiantes, profesores, maestros de escuela y sus
alumnos, llegaban en procesin hasta la primera estacin en donde
hacamos las pruebas. Rieles de acero en los lugares ms pendientes
y palo sano en los ms planos. Prendi la mquina, todo est listo
Cmo vamos a alimentarlo? Lo convertimos en elctrico, dijo el
Kosako. Habra que ampliar la represa, razona Fluido. Hay que
pensar en algo! Yo lo plante en la discusin del proyecto, asoma
Silbido. Tenemos el problema de la alimentacin permanente. Llega
el Bichito Bucky con el Willy y casi me ordena: Mntese!. Sin
chistar obedezco y ms tarde pregunto: A dnde vamos? Voltea el
Chicho, me mira y calla. Qu se traera entre manos? Media hora
ms tarde detuvo el vehculo y una nueva orden: Bjese y sgame!
-96-
Juan Gonzlez

Callado lo sigo, aparta unos arbustos y penetramos a una cueva.


Quince minutos ms tarde saca una linterna y alumbra unas pare-
des, quedo asombrado, en el suelo hay pequeos trozos, recogemos
varios y salimos. Chicho dice: Patroncito, si no me equivoco esto es
carbn casi puro. Por qu no lo avisaste antes?; tenemos tiempo
pensando y penando por esto. No estaba seguro, realic unas
pruebas patroncito.
Aquel patroncito no encerraba sumisin, Chicho lo emplea-
ba casi como burla, mucho antes de llegar a Los Girasoles, all en
los bajos mundos, Joseto era el lder de la banda, el Patroncito.
Cuando regresamos con aquel tesoro, alzaron al Chicho en hom-
bros y lo pasearon por toda la plaza, como a los buenos toreros y de
ah salimos en procesin hasta la mina.
Viene llegando el trencito, bajan los jovencitos y jovencitas de
los liceos y de las tres escuelas tcnicas. El trencito, la plaza, la torre
mirador, la presa, las fbricas, su mediana industria, liceos, escue-
las, parques y jardines, y una vida de equilibrio con la naturaleza.
Relaciones armnicas entre los seres humanos sin mezquindades ni
envidias. Todos crecen ayudndose a crecer. Todos participan, hasta
los nios si las circunstancias obligan. El valor de las cosas tiene que
ver con la funcin del trabajo. Ese clavo!, recjalo del suelo; prime-
ro se fundi el material para obtener el hierro y ms tarde pas a otra
mquina para sacar la pieza, ese clavo es producto del trabajo del
hombre. Valores y paradigmas establecidos all en Los Girasoles.
La enorme Tara desciende dentro de un crculo sobre la
grama verde, de cuarenta metros de largo en forma de girasol. Se
detiene, calla el silbar de las aspas, las que han levantado una intensa
polvareda. Desciende un hombre de figura alta, gruesa, rechoncha,
otra de las figuras populares de Los Girasoles. Entre el Kosako y el
helicptero existe una especie de simbiosis, semejante a la de Mi
Nia y el Zambo, no se concibe la existencia del uno sin el otro. La
primera comunicacin con la familia y el exterior, fue a travs del
Kosako que junto con las cartas trajo unas medicinas que les estaban
haciendo mucha falta: unas pastillas de pelo. Al principio la com-
paa lo contrat para servir de enlace con Los Girasoles y suminis-
trarles alimentos, instrumentos, equipos, medicinas y todo cuanto
all hiciere falta para el desarrollo del proyecto. Con el tiempo el
Kosako tambin se vio atrapado entre las redes maravillosas que
-97-
Los Girasoles

haba tendido sobre aquel valle la naturaleza. Historias y leyendas


sobre la vida de este hombre: soldado del ejrcito rojo en la Segunda
Guerra Mundial, prisionero de los norteamericanos en Bonn en un
aterrizaje de emergencia, espa al servicio de su pas. Preso de nuevo
escapa de una crcel y va a parar al frica. Traficante de piedras pre-
ciosas, de armas, de mujeres y hasta de drogas. Todo un prontuario
de bandido internacional reclamado por ms de un estado.
En Los Girasoles se le tiene por un ser providencial, apreciado
por todos, sobre todo por los nios cuando entra en la plaza tocando
su flauta, los muchachos lo siguen como a un encantador de ser-
pientes. Del vientre del helicptero bajan cajas y ms cajas, sacos e
instrumentos y los van pasando a la barriga del trencito. Vaca uno
su estmago, otro lo llena.
Cmo estuvo el viaje Kosako?
Como una pepa, muchacho.
Los Girasoles no son concebidos en la cabeza de una imagi-
nacin translcida. No, no nacen, se hacen; se van haciendo por
necesidad a travs de la inventiva del hombre. No se niega la apari-
cin de individualidades con ideas geniales en funcin del bienestar
humano. La paternidad de aquel proyecto? A cul? Nadie sabe si
hubo en realidad alguno, pero algo qued plasmado en el tiempo
por suerte y por ventura para la gente. Aparecieron unos hombres,
ms tarde llegaron otros acompaados de muchas mujeres, jve-
nes, nios y ancianos, seres con un nombre y un apellido, sin ttulos
ni pergaminos, seres humildes en la bsqueda de un destino. El
peso de nuestros cerebros no es inferior al peso del que identifica al
genio, eso dijo alguien cuando los hombres se iban agigantando.
Mentes, terrenos baldos, reino de las xerfilas, alguien removi la
capa de musgo rica en nutrientes, no se sabe quin sembr all unas
semillas que dieron origen a tantas flores: Los Girasoles.
Don Manuel, usted dir que somos los ms impertinentes,
quisiramos cotejar con su persona algunos datos, algunas cifras y
nos dicen que no hay alguien ms indicado que usted para suminis-
trarnos tan valiosos datos.
Toma tu pldora dorada y chpatela que est dulcita, te la
llevas a la boca y resulta una chupeta de ajo. No aprenden, saben
bien que no hay ningn problema a la hora que necesiten hablar con
algunos de los miembros del Consejo de Familia.
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Juan Gonzlez

Disculpe a Julio, a Manuel y a m por cualquier impertinencia.


Cambien sus mtodos, ya es tiempo. Permtanme, hay un
poema en el templo de Melesio que ustedes deban de aprenderse,
dice: Defiendo con celo inusitado/ mi anonimato/ no quiero vivir
en sociedad/ tratando de avasallar a los dems/ como hombre de
xito/ aunque no niego/ disfruto un pullero/ las sobadas a mi ego/
la vanidad anda siempre tentando/ pocos son inmunes/ a sus en-
cantos/ hablando con ella/ en un encuentro/ le hice una propuesta/
seora vanidad propongo un trato/ entrego a usted mi anonimato/
cuando venga la muerte y me arrebate.
Manuel, quin es el autor?
Annimo. Ya les he dado suficiente informacin y ustedes
insisten en seguir buscando yo no s qu vaina. A propsito, estuvi-
mos hablando ayer de ustedes en el Consejo de Familia.
En el Kremlin!
En el coo de la madre!
Don Manuel!
Don cojones de la Mancha! El Kremlin, la Santa Inquisi-
cin, las Madres Superioras y otras vainas tan asquerosas como la
CIA. Esos trminos en boca de nuestros enemigos no nos extraa,
nos sorprende s escucharla en la de un joven egresado de nuestra
mxima casa de estudios, que han estado defendiendo valientemen-
te nuestro derecho a darnos una vida digna. Eso, esa vaina, a uno lo
solivianta.
Juan, cohibido, cariacontecido, mira al techo. Otra vez las neuro-
nas me han jugado una mala pasada. Dnde coo estaba mi raciocinio
cuando dije Kremlin? Cundo va entrar definitivamente este mundo
en mi mente? Tendr que restregar mi cerebro con uno de esos cepillos
de pasarle a los caballos cuando los baan, o con los de alambre de acero
que usan para retirar el xido de algunas piezas?.
No estn cansados ustedes en seis meses de ver cmo se vive
aqu, que no somos sino unos facilitadotes de las relaciones entre
cuarenta millares de personas que han entendido, contribuido y
sostenido esta forma de vida? Bueno no es de sorprenderse, vienen
de un mundo de jerarquas, de instituciones corrompidas y de nuli-
dades engredas. No tenemos ejrcitos ni policas, no existen crce-
les. Si se les ocurre volver a pronunciar palabras semejantes, tendrn
que irse bien lejos al carajo!
-99-
Los Girasoles

Disculpe a Juan, don Manuel.


Otra vez el don no joda! Qu don del coo, aqu el nico
don es don trabajo, a l se le rinde pleitesa todos los das, l nos ha
dignificado y nadie tiene que estarse partiendo el culo para ganarse
un bocado. Nadie tiene que salir a matar tigres para ganarse la vida;
ninguna joven se trasnocha y tiene que consumir litros de alcohol
por la noche, e irse con un cliente borracho a la cama para medio
subsistir acabando con su vida. Cuntos tigres ha matado usted
don Manuel?, yo de bolsa me vanagloriaba y sacaba cuentas, y con-
taba hazaas. Qu pena, deshonra y vergenza haber vivido ms de
cuarenta aos exterminando a esos animales! Nunca supe, en esos
casi cuarenta aos, que un tigre haya devorado a un hombre. Saben
por qu rechaza la carne humana? Porque le sabe a oa. Mejor es
que se vayan.
De all salieron con el rabo entre las piernas. Era otro aquel
Manuel que apareci al final. Es qu acaso puedan convivir dentro
de un mismo ser dos o tres personalidades? Ah hombre pa arrecho!
La pusimos.
La puso usted caballero, buena plasta, una bosta de vaca.
Buena ayuda en mi afliccin.
Los golpes ensean. A vergajazos limpios tambin se apren-
de, deca mi abuelo.
Y nos quedamos sin escuchar la historia de los altos oficiales,
dos, que se presentaron aqu ofreciendo proteccin armada a Los
Girasoles, a travs de una compaa de vigilancia privada. Resulta-
ron un par de fulleros expulsados de las Fuerzas Armadas.
Ya no las contar alguien Julio. Hagamos una lista de las pa-
labras que no debemos pronunciar en Los Girasoles.
Giovanni y Manuelito van entrando al colegio, estudian quinto
grado. A menudo se les ve juntos, pelean hoy y maana se abrazan.
Nietos de pioneros, el Mata Tigre y Perla Madonna, han estre-
chado su amistad al igual que los viejos, juegan, rien discuten y se
confiesan sus preocupaciones.
Manuelito t vas a ser mata tigre cuando grande?
No, yo voy a ser Perla la Madre.
Perla la tuya.
El sonido del timbre evita el choque. Dos horas de clase, una
buena merienda y dos horas ms hasta la hora de almuerzo.
-100-
Juan Gonzlez

Muchachos, entreguen sus trabajos antes de salir, ya hay


algunas pegas anunciadas. Manuel es fsicamente ms fuerte que
Giovanni, ste es un poco ms gil. Ya cayendo la tarde cuando las
sombras penetran por las amplias ventanas salen los muchachos.
Los que viven cerca se irn caminando, la mayora, abordar el tren-
cito que ya viene llegando.
Manuelito, perdona lo de esta maana.
Tengo parte de la culpa. Olvidemos esa parte.
Giovanni, cmo hiciste para armar en la hora de taller ms
pupitres que la mayora?
Bueno chico, conoces a Franco, mi hermano mayor, l pre-
sent el diseo en la tcnica y gan el concurso, me mostr los
planos, arm un modelo me explic los detalles y los apliqu hoy.
Con razn, vale trampita. Buen ejercicio, nos formamos y
ayudamos. La nota poco importa, todos captamos, aprendemos y
aprobamos.
Yo no s qu voy a hacer. Y t Manuel?
Aqu como que todo est hecho y los maestros dicen que no-
sotros nos estamos formando para hacer.
Hacer qu si ya todo parece estar hecho? Qu nos van a
dejar para que nosotros hagamos? Y la maestra dice: Ustedes estn
descubriendo un mundo, y qu hemos descubierto? Que hay que
besar a Mi Nia, porque gracias a ella se hicieron Los Girasoles,
que el Zambo es como un padre de la patria y que nuestros abuelos
son unos vergatarios.
Bueno, Manuelito, pero tambin vamos a las fbricas y a los
campos.
S Giovanni, vemos cmo las semillas del girasol se convierten
en aceite, cmo se muele la caa y ms tarde convierten el azcar;
recogemos frutos, podamos plantas y hasta sembramos Ah, se me
olvidaba! Tambin ordeamos las vacas y nos embarramos de mierda.
Hacemos deportes y de vez en cuando nos entrompamos.
Pero bueno Manuel, tambin dijo la maestra que nosotros
nos estamos preparando para el mundo que se est construyendo!
Pero si ellos lo estn construyendo y nosotros nos estamos
preparando, cuando nosotros nos preparemos ya todo estar hecho,
es que t no entiendes!

-101-
Los Girasoles

Pero bueno, Manuel, t eres el que no entiende nada; la


gente se va poniendo vieja y muriendo, nosotros vamos a ocupar el
puesto de los muertos!
Yo no quiero ocupar un puesto de muerto, yo quiero un
puesto de vivo.
No vale, ocupamos los puestos de quienes se mueren y el de
los mayores que ya han cumplido; adems la maestra tambin dijo
que el mundo est en constante evolucin por los avances de las cien-
cias y la tecnologa, y que hay que prepararse para los nuevos retos.
Muchos de ustedes saldrn de aqu a estudiar en alguna universidad
nacional o extranjera, entonces se darn cuenta de la diferencia, que
no es igual al mundo en el que ahora viven, lo que han aprendido aqu
podr ayudar a muchos jvenes y a gente mayor.
A m que me expliquen primero cmo es el mundo all
afuera, lo poco que veo en las dos horas de tele me da miedo.
Manuel, estamos todos enredados, ya veremos qu pasa
maana, a lo mejor todo el mundo no se acomoda. Por qu no juga-
mos una partida de ajedrez?
Mejor hablamos de Virginia, ella tiene diez y t once.
T lo que quieres es hablar de Graciela.
Observan y absorben, perciben y piensan, entre ellos se expre-
san, cunto les preocupa lo que estn viviendo y ese devenir all
entre las sombras, es poco visible, aunque en Los Girasoles, se vis-
lumbra claro.
Teresa, te has fijado bien en Manuelito y en Giovanni?
Todos los das.
Qu par de nios! Son excepcionales.
Todos lo son en Los Girasoles, ahora hay que entender bien
este concepto; el ministerio llama excepcionales a los impedidos por
cuestiones fsicas o mentales.
T sabes que esa vaina es un mamotreto.
Quera comentarte una conversacin que le escuch a los
dos carricitos; tienen conciencia de estar creciendo, les preocupa el
maana, hablan como adultos, les inquieta el futuro del mundo.
Graciela, todos son sobresalientes, no ser que te has fijado
ms en ellos por venir de donde vienen?
Es como un insulto.

-102-
Juan Gonzlez

Quera picarte.
Lo conseguiste.
Te invito a comer a casa para hacer las paces.
Paso.
Pasas de graciosa?
Aqu, paso por necia.
Una nia voluntariosa es lo que pareces.
Te pones as con Julio cuando?
Ni as ni en cuatro patas.
Vamos a continuar jugando a las traviesas?
Bien, ir a tu casa.
Aquel dilogo le hace gracia a Teresa, directora de aquel plantel,
tena das buscando una oportunidad y no despreci esta. Graciela es
una mujer joven con poco tiempo en Los Girasoles. Se gana la sim-
pata de todos por su entrega a los nios y amor al trabajo, aparte de
ser una maestra eficiente, tiene el don de buena persona. La menuda
figura de tez blanca, ojos muy grandes y algunas pecas en la naricita,
se mueve como movida por el viento, da la impresin de que no pisa el
suelo, su voz es suave: es una mujer delicada, pero de carcter firme. Se
ha adaptado bien a las exigencias de la educacin all impuestas, una
imposicin en torno a objetivos muy claros, pero se oyen ideas hasta del
personal que realiza el aseo y se adoptan, si valen la pena.
Quera hablar contigo.
No lo hacemos a diario en la escuela?
Aqu ser diferente, te dir porqu: a todo maestro se le hace
un seguimiento con evaluacin mensual, a veces, hasta los cam-
biamos de grado para ver cmo andan los muchachos y el grado de
aceptacin. No se trata de una vigilancia tipo policial, tampoco se
les espa; es nuestro mecanismo de defensa, ahora estamos extre-
mando las evaluaciones. En Los Girasoles en todos los rdenes, se
aplica este mtodo, pero donde hacemos los mayores esfuerzos es
en la educacin: no aceptamos maestros vagos, disociadores, ni in-
dolentes, aquellos que no tienen sentido de la misin sagrada que
representa para nosotras el formar las nuevas generaciones, le suge-
rimos si quiere seguir aqu, tendr que dedicarse a sembrar papas,
o cualquier oficio noble. La educacin tiene que estar en manos de
seres muy probos.

-103-
Los Girasoles

Vacas una cacerina y montas la otra, disparas a diestra y si-


niestra, pero ninguno de esos disparos hacen en mi blanco.
T como que estuviste en las Fuerzas Armadas de Libera-
cin Nacional?
Dirig una UTC.
Coo!
Yo tambin pagu mi cuota: me mataron un hijo.
A m un hermano.
Se miran reteniendo la mirada, en aquellas mentes deben estar
destilando imgenes, angustias y aprensiones. Se perdi aquella gesta
y las sombras siguieron oscureciendo los cielos de la Patria, pero no
ahondan, sera como abrir viejas heridas que desgarran el alma.
Es como una hoja clnica que se lleva a cada miembro de esa
sociedad, se evala, aparte del rendimiento, la conducta social, acti-
tud ante el grupo, iniciativas y espritu de colaboracin. A casi nadie
le preocupa ese seguimiento, no se piensa en eso, nuestras mentes
estn ocupadas en el cmo hacer la faena diaria, existe una respon-
sabilidad compartida, los fines y beneficios son comunes. Todos se
mantienen vigilantes para que esto no se nos escape de las manos.
Cuidan que no vaya una manzana apestada a corromper las
buenas?
Medio cursi el smil, aparte que t no pareces manzana sino
un huevo de pjaro con tus pequitas. No tienes hijos. A lo mejor un
da pares un polluelo con las alas doradas.
No s si es burla, pero me abrumas, parece de pronto como un
halago, algo as como un manjar endulzado con miel del alacrn.
Tendrs que escuchar eso y algo ms, pero espera: Rayito!
Diga seora.
Esta es Graciela, va a comer con nosotras.
Encantada seora. Preparar comida para tres.
S Graciela, una indiecita. No la tenemos como servicio,
aunque nos ha ayudado bastante. Nos trajimos un grupo de mucha-
chas y muchachos de La Esperanza. No te han hablado de nuestros
amigos los indgenas?, estamos trabajando con ellos en un proyecto.
Julio me ha informado algo.
Es una idea de Rosalba, un diablo con faldas. Discuti con-
migo el Proyecto de Formacin, Rehabilitacin y Educacin; res-
petando sus tradiciones culturales, sus lenguajes; no tratando de
-104-
Juan Gonzlez

cambiarles sus costumbres y mantenindolos dentro de sus entornos.


Aqu se formara una especie de ncleo que volvera a los tres aos,
devuelta a su terruo con conocimiento materno infantil, medicina
preventiva y educacin. Con sumo cuidado de no alterar su animis-
mo, la identidad con su medio. Conseguimos todos los materiales
posibles para no cometer errores. Bueno, te cuento esto no vayas a
pensar que estamos abusando de unos seres que merecen una forma
distinta de vida.
No soy mujer de prejuicios y tengo una mediana idea de la
moral imperante en Los Girasoles.
No tenemos contigo ni una sola queja, estamos muy con-
tentos con tu desempeo. Te confieso algo: estamos introduciendo
cambios, nuevos esquemas, nuevas metodologas, eso s, nada que
ver con los programas y tcnicas forneas que no son ms que copias
ya en desuso en los pases de origen. Queremos contar contigo, te
vamos a incorporar a un grupo de estudios. Te das cuenta el valor
del seguimiento?
No s, claro que acepto, pero quisiera que me escucharas un
poco, hago a diario un gran esfuerzo por deslastrarme de todo el
porqueriero que estuve tragndome durante diez podridos aos.
Mija, no me hables de piedra fina que yo viv en la esmeralda.
Estudias, te gradas, vas entusiasmado al encuentro con
los nios: amas la docencia, te dan el cargo y comienzas a transi-
tar por un mundo de pestilencia; eres bienvenida si ests inscrita
en el partido y debes pertenecer al sindicato nido de gnsters.
Tus ascensos dependen de tus relaciones con el supervisor, si no eres
mojigata y abres las piernas.
Graciela, escucha!
No te escucho, no me interrumpas! Cuando Julio plante el
viaje a Los Girasoles, donde lo haba enviado la revista; aquello me
pareci una vaina para locos: atravesar casi tres mil kilmetros de
selvas, sabanas, ros, bosques, valles y montaas buscando un punto
que ni en el mapa apareca, lugar en donde estaba ocurriendo un
extrao fenmeno, l acept y yo mont un berrinche: Haz lo que
te d la gana pero, por un lado sales t por esa puerta y enseguida
llamo a mi abogado! Rog, berre y hasta llor, pero me mantuve
firme y l se vino. Llegaron las primeras cartas, apareci el primer
nmero de la revista en donde se hablaba de Los Girasoles. Me
-105-
Los Girasoles

fueron entusiasmando aquellos reportajes pero no contestaba sus


cartas, salvo la ltima. Lleg otra muy breve: Van a llamarte, pre-
para maleta si quieres conocer el paraso. Bendigo a los nios y no
olvides que te amo. A los dos das recib una llamada.
La seora Graciela?
S habla con ella.
Mi nombre es Joseto Colina, vengo de Los Girasoles y traigo
noticias de su esposo lo recib esa tarde. Terrible la impresin! La
viva imagen de mi desaparecido hermano. Respondi algunas pre-
guntas con detalladas respuestas. Aquel joven me inspiraba una salu-
dable confianza. Dentro de tres das, respondi cuando le pregunt
por su regreso, En burro o en mula?. En una tara de largo vuelo
contest. Llmeme tres horas antes de su partida. Me vine, sin
decirle adis a nadie, por suerte era poca de vacaciones. Con Julio
haba unos problemitas pero de poca monta.
Como periodista ha sido un profesional honesto, con principios
y entrega. Con Juan hizo una buena llave, joven noblezote, buen lector
aunque a veces da la impresin de andar perdido en el tiempo y en el
espacio, pero es fiel a las exigencias del oficio y muy estudioso.
Aqu cayeron como llovidos del cielo.
Djeme concluir! Mis ojos en el trayecto se haban dilatado
ms all de sus cuencas, me los restregaba a cada rato a ver si era
cierto lo que ellos contemplaban: imponentes montaas, ros y ms
ros, aguas y ms aguas. El Kosako volaba en medio de los tepuyes
o casi rozando en las alturas o entre caones, que bramaban como
dioses enfurecidos. Antes de descender, el Kosako me hizo un brin-
dis: sobrevol todo el valle, describiendo cuanto aqu han hecho. No
poda ser cierto lo que estaba viendo, todo como en un sueo. Me
reconcili con Julio, con todos los seres humanos, con el mundo, con
la vida. Daba gracias a Dios: mis hijos podan criarse en un mundo
que ni en los sueos. Gracias a ustedes Teresa! Gracias a la vida!
Bueno chica, no te pongas as, seca esas lgrimas. Si estu-
viste tanto tiempo viviendo una pesadilla, has tenido la fortuna de
despertar en Los Girasoles. Ya formas parte de esta gran familia, el
sentido de familia difiere de ese manipulador del hombre a quien
someten, a quien impiden moverse ms all de su entorno, porque
hay que mantener y cuidar la familia, es cosa sagrada. Mentira
cretinos! Qudate all, no te muevas, sigue vendiendo tu fuerza de
-106-
Juan Gonzlez

trabajo por unos mendrugos, cuida tu trabajo, es el pan de tus hijos.


Esa es la consigna para mantener al hombre al pie de la mquina
y si el sueldo no le alcanza para cubrir los gastos, no es culpa de la
empresa. Aqu, Graciela, hay una sola consigna: Amaos los unos a
los otros, fuera de todo contexto religioso.
Teresa, permteme hablarte de lo que hace ya un tiempo fue
mi centro de trabajo.
Graciela habla, hasta que se te agoten las palabras, hasta
cuando sientas aliviada tu alma.
Una aula estrecha en un viejo casern, hbitat de ratas y cu-
carachas, un sexto grado con cuarenta y seis muchachos, de doce a
diecisis aos, la mayora con los problemas propios, de un barrio
de excluidos: varones que se drogan, asaltan y hasta violan; hem-
bras ya sexualmente iniciadas desde los diez a once aos violenta-
das por su padrastro, un to o cualquier hijo de puta con acceso a
la casa; nias violadas, desfloradas, maltratadas, desvirgadas; nias
de catorce aos paridas ya dos veces, padres desconocidos, muchas
haban abortado y aparecan los fetos en los basureros. Algunas, a
escondidas, ejercan la prostitucin. Era difcil arrancarle una son-
risa. Un barrio donde se reproduca la desvergenza, una escuela
donde hasta los maestros se prostituan. Asaltada varias veces por
los mismos egresados. Hubo intentos de violacin contra maestras,
sufr una de esas desagradables experiencias. Cuatro zagaletones
cuchillo en mano haba salido un poco tarde montando una car-
telera, un callejn oscuro, se me abalanzaron arrancndome la
cota y metiendo sus manos por entre mis piernas; me defend, aru-
azos y dentelladas. Parece que Dios meti la suya, no entre mis
piernas. Uno que intentaba besarme retrocedi y enfrent al resto.
Haca dos aos fue alumno mo y entre los dos hubo mucho afecto
y cario. Aunque estaba drogado, parece que recobr la lucidez por
un momento. Tuve que ponerme a consolarlo: lloraba como un nio.
Como pude me arregl un poco, me puse el suter y la crisis revent
en la casa. Julio tuvo que llevarme al hospital. Presentaba moretones
en la cara, los muslos y los senos, a Julio le hicieron un largo interro-
gatorio, era indiciado. Arm un escndalo, hubo investigaciones,
nos tuvieron al tanto; un maestro y la directora del plantel estaban
envueltos en el patuque de los estupefacientes.
Qu es un patuque, Graciela?
-107-
Los Girasoles

Un rollo, un negocio sucio, un entaparao en donde anda


ms de uno enredado, pero no me interrumpas!
Est bien nia!
Me inici en el magisterio recin cada una oprobiosa dictadu-
ra, das de euforia y de contagiosa alegra. Recib mi ttulo de manos
del propio ministro, un hombre probo, profesor universitario, honesto
como muy pocos, una de las pocas luminarias que ha pasado por una de
las instituciones ms pervertidas de los ltimos cuarenta aos. Se ins-
tauraba una democracia y el pas pareca se enrumbara hacia destinos
superiores. Poco dura la dicha en la casa del pobre. Regresaron los exi-
lados y pusieron el caldo morao, con ellos, los ms tarde mal llamados
Padres de la Democracia, ya que resultaron padrastros de los peores.
Ofrecieron villas y castillos e instauraron un rgimen que super a la
dictadura, en el cohecho, el robo, la tortura y los asesinatos, y pusieron
en prctica la inmoralidad de los desaparecidos, y dentro de toda una
podredumbre Surgi la sociedad de cmplices con el envilecimiento
del Poder Judicial, la vista gorda de las altas jerarquas de la Santa Igle-
sia, el repartimiento del diez por ciento en los Altos Mandos Militares
en los contratos por compra de chatarra y equipos obsoletos; todo esto
avalado por un liderazgo poltico que le entr al saco del erario pbli-
co y creci la angustia. Juntronse corruptos, demagogos, znganos,
irresolutos, incultos, volubles, vacilantes, entreguistas, inconsecuentes,
veleidosos, strapas, trapisondistas, trnsfugas, veletas, torpes, incom-
petentes, birrias, monigotes, gallanes infecundos, patanes estrafalarios,
brbaros, montaraces, ridculos botarates, palurdos zafios, tarambanas
mentecatos, fulleros intrigantes, embrollistas de siete leguas, trampo-
sos hasta con los nios, follones y malandrines, payasos y maromeros.
Hijos de Puta!
Hijos de puta, Graciela?
Hijos de puta, Teresa!
Parece hubieses agarrado un diccionario de sinnimos des-
pectivos y copiado toda una pgina.
En reserva me quedan algunos.
No, mija, est bueno con lo que vomitaste.
Con razn quieren acabar irracionalmente con esta expe-
riencia, para ellos es inaudito que existe una parte de nuestro bello
territorio en donde no lleguen sus tentculos. Te sigo contando al-
gunas perlas de mi colegio: tenamos un maestro medio raro, entr
-108-
Juan Gonzlez

al bao con tres muchachos de sexto grado, sin tocar ni anunciarme


entr y lo encontr: lo tenan clavado.
Clavado, Graciela?!
Clavado, Teresa! Otra: la directora del colegio, en complici-
dad con el presidente de la sociedad de padres y maestros los dos
firmaban los cheques, hicieron, con cuanto se recoga, su agosto.
Sacaron al maestro pargo y lleg un puyn, pre a una nia de
doce aos. Cuarta joya: maestra loca de bola. Abandonaba el aula
gritndole a sus muchachos: Sganme los buenos!, coga la calle,
los muchachos tras de ella hacindole coro, cuando ella declamaba:
No hubo compasin Gomorra!.
Graciela escupe todo aquello como si arrancara de su garganta
una costra, que la inmoralidad hubiese all formado, de un tirn ha
logrado arrancarla.
Estuve envenenada, gracias a ustedes llegu aqu, Teresa.
Graciela, en secundaria son mayores las inmoralidades, se-
r breve: profesora de secundaria, dos horas aqu, otras tres ms
all, cinco aos ejerciendo y an sin cargo fijo, ms tarde, gan una
subdireccin por concurso; antes escuchaba chismes, ahora me
atormentan los hechos: el profesor de Qumica, cambia notas por
catalina, la profesora Z a los ms cargados les pone nota, el fu-
moncito profesor de Fsica, organiza excursiones y desflora don-
cellas bajo el efecto de las drogas. Un da llegaron los padres de una
cursante y ponen la denuncia: el profesor de Fsica, el fumoncito,
Efe sub uno. Convoc a un Consejo, niega los cargos, hago entrar
a los padres y a la agraviada. Ella cuenta: La ltima excursin, des-
pus de la comida, una bebida, un mareo; los muchachos y mucha-
chas salieron en parejas, l se qued conmigo, comenz a tocarme,
yo no tena idea de dnde estaba, ni lo que haca hasta cuando sent
el profundo dolor del desgarramiento de mis entraas. El hombre-
cito miraba sin pestaear y negaba los hechos. Elaboramos un acta
con los pormenores y declaraciones, la elevamos al ministerio, lo
sacaron del liceo cambiado para otro. Dura y fina se fue tejiendo
la tela y casi nadie se daba cuenta. Se escuchaban las denuncias y
archivaban los casos. Complicidad a todos los niveles.
Sirvo, seora?
Coma usted y vyase a clases.
Decas Teresa?
-109-
Los Girasoles

Fueron tejiendo una tela, gruesa alfombra. Araas blancas,


araas verdes, araas anaranjadas y araas con gorra y sables, y unas
botas bien lustradas. Y cuando la alfombra de las araas lo oscureci
todo, alguien grit las ratas! Y no hubo un Hameln que sonara su
flauta. Tienen carnet las ratas, entran y arrasan: ratas verdes, ratas
blancas, ratas anaranjadas, azules y plateadas, ratas con gorra, sable
y bayoneta calada. Se hicieron dueas de todo, quedando la socie-
dad convertida en charco inmundo. Esta fbula que acabas de or se
la escuch a un obrero, en un foro convocado por un candidato a la
presidencia que all se present, criticando al sistema y l haba sido
presidente del Banco Central y ministro del Fondo de Inversiones.
Al final pregunt el obrero al candidato y su squito: Han perte-
necido o no ustedes a esa asquerosa fauna? El candidato entr en
clera embistiendo como un bfalo.
Teresa, ahora, situndonos en Los Girasoles es cuando uno se
da cuenta cunto dao le han hecho a todo un pueblo y cunto siguen
haciendo, convirtieron a la sociedad en un prostbulo al aire libre.
A propsito Graciela, tengo por all un poema escrito por un
amigo, como reflejo de ese prostbulo. Ya te lo traigo.
Graciela al quedar sola, fija la vista en un cuadro para ella muy
extrao: imgenes de unos campesinos arrancndole a la tierra unos
tubrculos, no se aprecian los rostros pero se siente el aire que los
refresca, dan la impresin de que se mueven dentro de la tela.
Teresa, quin pint ese cuadro?
Un joven, excelente alumno, estuvo en Francia y que estudian-
do Qumica y pas todo el tiempo dedicado a la pintura, all dicen que
se hizo famoso, pero aqu tiene un rollo que est estudiando el Consejo
de Familia. Pero djame leerte: Cecilia Matilde/ una precoz nia/
jugando en el bao/ se encontr una mina/ tropez con ella/ cuando
se baaba/ diecisis aitos/ la nia contaba/ pasaba el jabn/ por el
bajo vientre/ cuando el dedo medio/ se perdi en la veta/ se puso a
estrujarla/ muy emocionada/ y por el esfuerzo/ acab extenuada/
poderoso socio/ la ayud a explotarla/ en muy poco tiempo/ se hizo
millonaria/ por la sociedad/ fue muy aclamada/ y hasta la llama-
ban/ la primera dama/ la insidia y la saa/ ahora la seala/ de ser
barragana/ del socio de marras.
Teresa, conozco a ese personaje femenino, fue y sigue siendo
noticia. La fuerza de su mina ha sido tan grande, que hasta divorci
-110-
Juan Gonzlez

al socio de marras. Se mova a placer dentro del Palacio haciendo


negocios.
Cuando hablo de estas cosas las nuseas me sofocan.
A m me est sofocando el hambre Teresa. Crees podamos
superar las ferias del ao pasado?
Veremos si las superamos, pero despus del almuerzo.
Educadoras amantes de la docencia, por ella se decidieron
desde la adolescencia. Una maestra normalista, la otra profesora de
secundaria. Llegaron al aula llenas de entusiasmo a poner en prcti-
ca sus conocimientos: Simn Rodrguez, Pestalozzi, Bello, Beltrn
Prieto son sus paradigmas, para ellas la docencia es un apostolado.
Una cosa son los sueos y otra la realidad objetiva, con ella trope-
zaron, seora muy ajena a todos sus principios y anhelos. El edu-
cando no es la blanda cera que desean moldear, es como un material
seco impermeable, la realidad los ha endurecido, alguien deca,
decir que yo combata: son masa amorfa, tratar de darle forma es
perder el tiempo. Los planes del ministerio son como ajenos a la
formacin integral del nio y de los jvenes, por eso, nada extrao,
la graduacin de tantos monstruos anualmente en nuestras univer-
sidades. Cuntos nios este ao fuera de matrcula?; 30%, no es
tan alta la cifra. La desercin escolar? 40%, irresponsabilidad de
los padres. Los sueldos de profesionales y tcnicos de la docencia?;
eso lo resuelve la Federacin de Maestros, el Colegio de Profeso-
res, all estn las fichas nuestras. Pero, ciudadano Presidente, usted
les va a rebajar el 10%? Por qu no pecha a las transnacionales del
Aceite?. Usted es el ministro de Minas, yo soy el Presidente y no
voy a tocar esos intereses. As se bata el cobre en un bello pas de
nuestra Amrica.
Polticas entreguistas y una poblacin inerme, vctima de un
liderazgo cnico. Plasmados estn all en la historia de esas dos do-
centes, los abusos y vicios dentro de un sector responsable del futuro
de nios y adolescentes. Estas dos mujeres tuvieron la suerte de
llegar a Los Girasoles, mientras, millares de docentes siguen cha-
paleando en un lago ptrido y pestilente.
La feria, quieres hablar de eso?
Cierto que lo otro es algo demasiado asqueroso. Te confieso,
Teresa, cunto me encant la anterior, cierto, aport poco, estaba
recin llegada Qu distintas a las de ciudades y pueblos que tan
-111-
Los Girasoles

poco ofrecen en cuanto a sus tradiciones y valores! Y cunto


dinero gastan en promociones! Las resumo: corridas de toros para
quienes tienen el mismo gusto que las vacas, bailes en grandes sa-
lones con las mejores orquestas, para aquellos quienes tienen la car-
tera llena de billetes y para el poblacho, bebedera de aguardiente,
comedera de fritanga y meneadera de rabo en un templete. Cunto
entusiasmo aqu! Incontable la variedad de actos y todos al alcance
de todos. No hay una sola persona ajena a sus ferias ni espectculo
vedado a sus posibilidades. Qu grado de cultura han alcanzado
ustedes, nunca imagin que aquel tejer y destejer del Sebucn, lo
realizaban los pioneros con aquellos trajes de variados animales.
Ahora s por qu llaman a Rosalba Mam Canguro, gan la ca-
rrera de sacos en cuatro saltos.
S Graciela, habamos ganado los seis festivales anteriores, y,
aparecieron ellos: el Teatro Negro! Como figuras de bano se movan
en las tablas, nunca haba escuchado una diccin tan sonora y clara,
tan ajustada a la trama, cada mmica, una expresin corporal de una
plasticidad propia de balletistas; aquellos rostros, casi sin maquilla-
je, qu finura de piel y todo dentro de una trama tan sencilla como
conmovedora: dos tribus africanas dispuestas a exterminarse por los
amores de una doncella y un joven que estn en tribus opuestas; los
separa un ro: la mezquindad de viejos rencores. Atraviesa las aguas
el joven cansado de estar languideciendo ambos, entre palmeras de
lado a lado y rapta a su enamorada. Los cuerpos se entregan al amor
cuando sienten el bullicio de la persecucin. Huyen, corren, cae ella,
l la levanta y ya a las orillas de un lago en su parte alta; se toman de
las manos y al vaco se lanzan. Luego un narrador cuenta, que con el
tiempo, al lago le nacieron dos volcanes.
Qu bello!, pero oye, narras como crtico de arte.
Sabrs que de vez en cuando me subo a las tablas. Qu gesto
tan noble el del Zambo; subi al escenario y felicit a cada uno de los
actores, los daba ya por ganadores. El Teatro Negro de Oriente, nos
hizo sentir que el arte, en particular el teatro, es una manifestacin
humana que va ms all de credos y razas.
Yo, an con los ojos un poco nublados por cuanto vea, cuanto
haba mirado, trataba de abrirlos ms all de su alcance para fijar
imgenes. Nunca imagin una Feria del Libro en donde tres pre-
mios Nbel estuviesen vendiendo y firmando sus obras en humilde
-112-
Juan Gonzlez

kiosco. Grandioso Teresa!: de pronto vas por una calle, ves venir
hacia ti en carrera desenfrenada a tres jvenes indgenas y cuando
crees van a llevarte por delante, saltan y se elevan como si fuesen
pjaros. Atnita piensas Se harn dao al caer! Y descienden sua-
vemente, tomados de las manos formando un tringulo y quedas
dentro, sin darte cuenta. Sabes, me encantaron Eduardo Galeano y
Mario Benedetti.
Cudate, Julio!
Por favor, Teresa.
Nia, se te encarnaron hasta las pecas!
Teresa, veo que dedican bastante recursos y tiempo a la cultura.
En primer lugar nos preocupa la cuestin econmica, ello es
fundamental para la seguridad social: salud, educacin, alimenta-
cin, vivienda, servicios fundamentales y la recreacin. La cultura
tiene un captulo aparte: velamos por una formacin integral, pen-
sando en primer lugar, en los nios y jvenes, eso no niega oportu-
nidad, con posibilidades ciertas de realizacin, a los adultos, sobre
todo cuanto se les neg antes de llegar a Los Girasoles. Tenemos
ms de cuatro mil personas estudiando en la Universidad Abierta
y unas seis mil terminando la secundaria. El desarrollo tiene que ir
mucho ms all que la cuestin econmica.
Al principio dijiste: La cuestin econmica nos preocupa en
primer lugar.
De ello depende el resto.
Curiosa tu biblioteca, amn de los textos sobre educacin,
encuentra uno clsicos universales, siglo de oro espaol, literatura
rusa del siglo XIX, los grandes de Latinoamrica y la mejor produc-
cin nuestra. Presentaciones sencillas, cartulas medio rsticas casi
artesanales, se nota que han pasado por muchas manos.
Has ledo Las venas abiertas de Amrica Latina Graciela?
Claro! Nunca imagin tener un ejemplar firmado por su
propio autor y en qu otro lugar iba a ser si no en Los Girasoles,
en medio de su Feria?
Ese libro es la historia de un vil despojo: luego de tres siglos
de ser explotados por los espaoles cuando nos los estamos quitan-
do de encima a palo, piedra y dentelladas, aparecen desinteresada-
mente los ingleses, haciendo una inversin en hombres y armas, se
entrometen y cambiamos de amo en poco tiempo. Tienes una idea
-113-
Los Girasoles

de cunto nos cost cada soldado ingls? Para la Prfida Albin


homologaban su precio con el de unos fusiles o caones, poco les
importaba la vida de esos jvenes. El capitn Robin, herido en la
travesa de Los Andes en la Batalla de Tunja, contrae gangrena en
una pierna, no hay anestesia pero hay que cortarla. Corten de una
vez esa vaina que aqu hay hombre para rato! Ese coraje y derroche
de valor, lo tasaba la corona en libras esterlinas.
Esa imprenta Teresa. La rescataron de una siderrgica o fue
regalo de un museo?
Yo no conozco su origen pero ha tenido un glorioso destino,
all imprimimos todos los textos educativos y reproducimos toda
clase de libros. Fluido dice: En esa imprenta deben haber impreso
el Correo del Orinoco. La consiguieron yo no s dnde ni cundo.
Una maana, la barriga del helicptero, hecha pedazos la fue vomi-
tando. Joseto, el Chicho y el Kosako, el tro magnfico de la mec-
nica, arrancaron el xido y armaron el monstruo.
Para m todo esto es como una novela que leo en vivo en un
texto en donde los personajes y hroes de la trama salen de las p-
ginas, me dan la mano y me llevan por estas calles contndome su
historia. Es para m, Teresa, como la utopa tantas veces persegui-
da y que aqu dej de ser escurridiza. Cmo llegan? Qu los junta?
Quines paren la idea? Cmo cambian los hombres hasta el sentido
de pertenencia! Una nueva visin amplia de la vida y el entierro de un
pasado oprobioso.
Tal vez Graciela, esto sirva a estudiantes de Sociologa para
una tesis de grado.
Teresa, te ests burlando de m. Tienes diez aos aqu, has
vivido involucrada en este proceso. Quienes recin llegamos nos
asombramos y ustedes se burlan de nuestro asombro.
Basta Graciela, muchacha necia! Siete horas hablando, pa-
sendonos por diferentes escenarios; he intentado responder fiel-
mente a tus preguntas intentando satisfacer tus inquietudes, pero
he agotado mi capacidad de respuesta Estoy terriblemente agota-
da, son las diez de la noche! Te pido perdones mi aspereza. Voy a
preparar un t, eso s, lo tomamos en completo silencio. Dentro de
poco debe llegar Joseto que trae a Rayito, l te llevar hasta tu casa.
Tienes derecho a decir dos palabras.

-114-
Juan Gonzlez

Gracias, Teresa.
Desde Los Girasoles los periodistas siguen enviando materiales
a la revista y a otros medios interesados. All se resea la vida de este
rincn del pas. Su desarrollo econmico, organizacin social, avan-
ces en cuanto a salud y educacin. Esto contrarresta la campaa de
ciertos factores de poder conocedores de las potenciales que guarda
all la naturaleza, la cual es posible ahora explotar con muy poca
inversin econmica, ya que existe toda una infraestructura y una
mano de obra, fuerza de trabajo que no habra de trasladar a distan-
cia tan lejana. Una matriz de opinin favorable se viene generando:
agrupaciones culturales, sectores populares organizados, grupos
ecologistas, individualidades acadmicas, asociaciones deportivas.
Todo un conglomerado progresista cuya insurgencia en defensa de
Los Girasoles, ha servido de muro de contencin a las intenciones
de sectores polticos y grupos econmicos.
Juan y Julio van en busca de Fluido, joven ingeniero elctrico,
quien sigue preguntndose, despus de trece aos, qu lo llev a que-
darse en Los Girasoles. Lo de alistarse en aquella aventura fue como
una travesura de nio deseoso de fuertes aventuras. Con todo un futuro
halageo, cinco aos de graduado, familia pudiente, egresado summa
cum laude, joven atltico, campen de natacin, rasgos varoniles. Qu
lo llev a alistarse?, qu lo impuls a quedarse?
Todas las mquinas que se mueven en Los Girasoles, en sus f-
bricas, todas las luces que all se encienden, cuanto ilumina la ciudad
y pone a funcionar maquinarias y artefactos elctricos en los hogares,
todo motor que se mueve o pone a mover algo: todo cuanto tenga que
ver con luz y fuerza, se le debe en gran parte a Fluido.
Camino a la presa, un camino largo rodeado de rboles, flores
y sembrados donde pacen las garzas, cantan los pjaros, saltan las
ardillas, corren los conejos y otros roedores. Una suave brisa acaricia
los rostros, del torrente se escucha el bramar de las aguas.
Buenos das ingeniero Alberto Jos Rsquez Fluido tarda
en responderle. Le sorprenden por primera vez en ms de diez aos,
alguien le llama por sus nombres y apellido.
Buenos das, muchachos.
Amigo Fluido, ha descubierto al fin qu es la electricidad?

-115-
Los Girasoles

Lo sigo intentando, no importa que en el intento hayan fra-


casado Volta, Marcon, Edison, Galvani y otros grandes fsicos.
No me extraara que aqu lo consiguiera y hasta dieran con
la cuadratura del crculo.
La electricidad es para la sociedad como la sangre para el
cuerpo humano, ponen en movimiento todas las partes esenciales.
De ella no s ms que los beneficios que presta. Pero, hasta cundo
andan ustedes por aqu?
Estamos esperando la nacionalidad.
Los van a botar de la revista.
Contentos estn con todo cuanto enviamos.
Y la familia?
Bien, gracias.
Venimos por lo acordado.
Concedo la entrevista porque esgrimieron fuertes argumentos
y por el pedido del Consejo de Familia. Bueno, vamos al grano.
Permteme antes un comentario breve: comentaba en torno
a la tanta resistencia de ustedes a la entrevista, t en particular, has
sido el ms empecinado en negarte, a pesar de cuanto has aportado
a este proceso y cuanto representas. Se habla mucho del Zambo, de
Joseto, Melesio, Manuel, de Silbido y casi ni se te nombra.
Mal comienzas las cosas, hablas como un necio.
Creo estar haciendo justicia.
Hacer justicia. Qu sentido tienes t de ella? Por qu y qu
se dice de quien se habla? Nadie disputa aqu espacio y valorando
te valoras sin problemas de liderazgo. Ests contento con lo que
haces? No te detengas, sguelo haciendo. Andar en busca de los
aplausos, aqu a nadie se le niega, pero bastante nos los ahorramos y
no hay lugar del mundo donde mejor se valore al hombre. El apren-
dizaje? Todo un largo trayecto al lado de unos hombres que de ellos
siempre viste su fuerza de trabajo, ignorndolos siempre y ahora se
te rebelan. Revisas tus valores y todo paradigma. Encima de una
mquina abre alguien los caminos, el mismo que ayer viste abriendo
carretera o raudas autopistas, pero ahora lo tienes cerca y es algo
ms que fuerza, hay capacidad de respuesta, te resuelve problemas,
y ese hombre, ignorado por ti hace tanto tiempo, que no slo abre
caminos sino que, a la vez seala sendas, te hace rectificar en cuanto
a tu valoracin del ser humano.
-116-
Juan Gonzlez

Una clase magistral.


Una vivencia extraordinaria. Leyendo las entrevistas a los
otros pioneros, he encontrado un discurso comn, y todos y cada
uno insiste en negar protagonismo, todo lo atribuyen al esfuerzo
comn y ustedes insistiendo en elevar estatuas a supuestos hroes y
aqu se les rinde culto a los pueblos. Hay como una satisfaccin del
deber cumplido, deber impuesto por uno mismo y por todos com-
partido. Nos vemos la cara a diario estrechndonos las manos. No
s si decir que la justicia tiene aqu su reino.
Deberamos devolvernos por donde vinimos.
Julio, chivo que se devuelve se esnuca. Cuando se hagan de
la idea de haber venido aqu a aprender, les ser ms fcil compren-
der mejor el fenmeno. Pasarn menos penas y sentirn menos ver-
genza. Vamos a recorrer las instalaciones, les dar detalles, contar
la historia, y grbense: todo cuanto veo, todo cuanto palpo, las cosas
que disfruto en este espacio y en este tiempo, es producto de un gran
esfuerzo de millares de mujeres, hombres, jvenes y nios. Hasta los
nios, s, desde los diez aos realizan labores en las fbricas en los
campos, al principio contemplando hacer, luego haciendo, sin nada
que altere ni atrofie su desarrollo. Permtaseme un breve comentario:
las labores de los nios, es como parte de un desarrollo integral, de
all ha de nacer el amor al trabajo y el respeto por las cosas que el
hombre realiza. Todo parece indicar que en Los Girasoles, hay como
una redimensin del hombre, ese hombre con quien tropezaste en
el camino ignorado siempre, sus tristes experiencias pasadas los ha
obligado, no quieren que las generaciones que ahora emergen, vivan
las amargas experiencias que ellos han vivido.
Eso s que es una clase magistral. Remienda un poco el
capote, hecho jirones, por una faena estrafalaria.
Tan noble y tan despiadados que son ustedes, a veces.
Dilo ahora, si te lo callas vas a envenenar tu alma, y tratars
de envenenar la ma maana. Consigna de todos los das.
Se sienten desorientados; el ingeniero elctrico, doblado en fi-
lsofo y socilogo, justamente el hombre con quienes ellos creyeron
tendran menos complicaciones.
Pero es que este fenmeno frase trunca!
Pero cul fenmeno? ahora, su confusin es mayor. El
discurso es parecido, pero cada uno tiene sus giros
-117-
Los Girasoles

Soy uno ms dentro del grupo, pero cada uno aqu conserva
su individualidad. Comprenden eso? Vayamos al grano. La histo-
ria: Joseto, el Zambo y yo habamos recorrido todo el cauce del ro
desde aqu, casi hasta su nacimiento. En cuanto a represas, tena
una pasanta de casi tres aos en la construccin de la ms grande,
constituida hasta hoy en el pas. Conversamos en torno a y, en
nuestras mentes se embalsaban las aguas, tantas que la ahogaban.
Elaboramos el proyecto y elevamos al Consejo de Familia. Carlos
Alberto Silbido, pregunt si habamos perdido la chaveta, en
verdad, pareca poco viable. Y por qu no?, pregunt afirman-
do el viejo Melesio, una locura ms qu importa si nos han salido
bien las otras. Cierto que es una de nuestras grandes necesidades,
pero cmo llevarla a cabo? Preguntaba Silbido. Piensen en los
recursos, piensen en turbinas, en las toneladas de cemento que se
traga un monolito. Era como recitar: He renunciado a ti/ no era
posible. No recitamos, nos encorajinamos. El Kosako se sum al
proyecto diciendo: Coo, carajo, no joda, yo consigo las turbinas,
algn culo echa sangre! Estas palabras fueron las ms claras que
el Kosako haba pronunciado en castellano. Pieza a pieza llegaron
las turbinas y los aparatos de la sala de mquina. Los monolitos!
Oste? Y casi quedamos sordos y taponados los pulmones cuando
pulverizamos las primeras rocas. Por aqu abundan los silicatos, te-
nemos nuestra fabriquita de hierro, una de vidrio y un horno para
producir cemento, en pequea escala. Queda un problema: las com-
puertas. Comenzaron a llegar hecha pedazos las vomitaba el est-
mago del helicptero. Soldamos, reforzamos e instalamos. El lago!
All lo tienen; el lecho es grantico, rocoso y como le cae ese chorro
del cielo, genera una gran fuerza. No creo se les ocurra preguntar
por el cableado, planta de generacin y el sistema computarizado.
Hay una parte de la historia, hecho luctuoso, algo ocurrido har
unos cuatro aos, no soy el ms llamado a contarlo, tiene que ver
con aquella figura sobre la montaa, que es como un guardin de
Los Girasoles.
Juan, qu piensas?
Recordaba noticias sobre la construccin de esa extraordina-
ria represa. Eran denuncias:

-118-
Juan Gonzlez

1. Desastres ecolgicos, sacrificio de flora y fauna, desaparicin de varias


especies.
2. Fraudulentos contratos con consorcios forneos.
3. Innumerables accidentes con hechos luctuosos: a. En una revisin
aparecieron algunos cadveres en la sala de mquinas. b. Desaparicio-
nes con la 72; cuando algn familiar preguntaba por un trabajador,
registraban una lista y respondan: l sali la semana pasada con las
setenta y dos. Tres das libres por diez seguidos de trabajo, lo que no
le aclaraban al familiar que fueron 72 toneladas de concreto que le
cayeron encima, cuando tropez y cay dentro del monolito. Un inge-
niero chileno miembro de la DINA comentaba: con sangre, huesos y
carne humana fragua mejor el cemento.
4. Llegaron a trabajar all en un momento hasta 15 mil obreros, a
quienes se les burlaba en cuanto al contrato de trabajo, a los lderes
naturales que protestaban junto a muchos compaeros, la Guardia
Nacional los apresaba y encadenaba en los portones de la empresa.
5. Hubo muchas denuncias que llegaron hasta el Congreso, pero
fueron engavetadas por toneladas de billetes.

Muchachos, estuve all, conozco toda la tramoya, hasta los pe-


ridicos de los trabajadores les eran decomisados por las denuncias im-
presas. Luego de elaborados los proyectos y firmados los contratos, eran
adulterados los cmputos de manera fraudulenta. El jefe de seguridad en
las reuniones con los profesionales y los directores del consorcio deca:
Hay que denunciar a los obreros, a quienes se les encuentre La Chispa,
ese periodiquito del coo nos va a incendiar hasta la represa!; Que los
guardias les cojan el culo a plan!.
Mientras, all en el kiosco Punta de Mulatos, Joseto se toma
unos minutos de descanso con unos traguitos de Concha e Palo,
fuerte ha sido el da. Desde el kiosco se contempla toda la panor-
mica de aquel lago artificial que da vida a Los Girasoles, el kiosco
est enclavado dentro de l como pequea pennsula y como est
en la parte ms alta del valle, toda la ciudad est al alcance de los
ojos. Joseto esgarra y suelta un escupitazo, soltando una bocanada
de saliva y moco.
Qu asco!

-119-
Los Girasoles

La voz de la mujer y el perfume embriagador conmueven al


hombre.
Puedo sentarme?
S, s, s, co, co, co, cmo no tartamudea y se levanta Le
gustara tomar algo?
No me confunda con una de sus dilectas amigas. Tenemos
casi todo listo para el viaje, la fecha est cerca y en La Esperanza nos
esperan.
Le informo: el Consejo de Familia es quien dispone hora y
fecha de ese viaje, no Joseto Colina.
Mis disculpas a su seora, el hombre del ao en Los Gira-
soles.
Extraa conducta de aquella mujer, la sabe voluntariosa y man-
dona, pero esa actitud no le cuadra.
Juan, con la iglesia hemos topado!
Buenos das, padre Antonio.
Buenos das, muchachos. Todava por aqu este par de Quijotes.
Hasta cuando doble las patas Rocinante.
Con usted queremos conversar un rato.
Sin cuestionario!
Ni cuestionamientos.
Juan y Julio conocen gran parte de la historia de Antonio, su
manera muy particular de impartir la fe, sus misas participativas
y sobre todo, sus angustias por lo humano. Un cura para cuaren-
ta mil almas. Bueno, antes de llegar Antonio, no haba ninguno
dira el Zambo: Ni falta que haca. Un hombre flotando en el
lago y no hay que enterrarlo, respira, ya en el hospital: altas fiebres,
fuertes escalofros, delirios: El ro!, el ro!, el ro! y La crecien-
te!, la creciente!, la creciente!, la iglesia!, la iglesia!, la iglesia! Se
cae el campanario los nios!, los nios!, los nios! Slvalos Seor!
Slvalos Seor! Slvalos Seor!.
Cmo llegu aqu? Bien que ya lo saben; casi igual que uste-
des, cantando aleluya.
Y te quedaste.
Regresar a dnde?
Despus de haber encontrado el paraso?!
Despus de haber vagado por los crculos del infierno.

-120-
Juan Gonzlez

Antonio, t que estuviste cerca hay vida ms all de la


muerte?
Ms all de la muerte? Las tinieblas. No me gustan las espe-
culaciones.
Me dije despus de escuchar al viejo: Este gran carajo me cag
el cielo. Julio y Juan no aguantan ms y sueltan la risa: la voz de
Antonio ayudaba a hacer ms pattico el relato, y para elevar ms la
comicidad su conclusin era para carcajearse.
Ese da llegu a la casa parroquial todo descompuesto. Busqu
el diccionario y en efecto, all le el otro concepto: Vida de unos
insectos en medio de los excrementos. Le algo ms en torno al tr-
mino, llegu a la conclusin que por mampuesto, aquel hombre me
estaba llamando escatfago.
Qu significa Antonio?
Come mierda! busqu al hombre, indagu ms sobre su
vida, estrech ms las relaciones. Era un ser sorprendente: haca
teatro, pintaba, escriba, lector empedernido, con cierto dominio
del marxismo, haba participado en levantamientos militares, pade-
cido persecuciones, crceles y torturas.
Antonio, estaba en su sano juicio?
Con casi sesenta aos era ms lcido que cualquier joven
caga tinta. Hombre de amplia cultura, participativo, pintaba,
haca teatro, escriba y sobre todo un colaborador muy activo en be-
neficio de la comunidad. Con el tiempo hubo discusiones, escabro-
sas muchas de ellas. Un da, en medio de unas cervezas me dispar
una andanada: Toda una tramoya farragosa son los principios reli-
giosos, las religiones y las ideologas son manipuladoras de los seres
humanos. Casi sin respirar hablaba. Contest en alta voz: Qu
hubiese sido de la humanidad de no existir las religiones como espe-
ranza y como freno?! Respondi en el mismo tono: Igualito, nos
estaramos robando, matando unos a otros, inmolando a millares de
jvenes en los campos de batalla! Enfrentndonos a diario a palo,
piedra, plomo, coazos y cuchillo, y unos pocos, seguiran explo-
tando la fuerza de trabajo de las grandes mayoras. Qu religin
lo ha evitado? La catlica en particular tiene toda una historia san-
grienta y vergonzante; es que acaso olvida usted La noche de San
Bartolom, las quemas en las hogueras, al papa Po XII bendiciendo
los caones que iban a destruir gran parte de frica? Quema en la
-121-
Los Girasoles

hoguera para la expiacin y purificacin de los pecados. As habla-


ba aquel hombre, deca verdades que a m me laceraban, pero no he
conocido en mi vida alguien ms solidario, desprendido y con tanto
amor por los nios, un verdadero cristiano. Una beata de esas que
van a la iglesia buscando un pasaporte para el cielo, me dijo un da:
Padre Antonio, no deje entrar ms a ese hombre a la iglesia, ese es
el demonio. Le pregunt si era cierto que Mara como dicen los
evanglicos tuvo otro hijo, y me dijo: Tuvo cuatro: una hembri-
ta medio zorrita, el menor medio malandrito y un tercero que era
medio raro, por ltimo vino Jess, quien salv la honra de la fami-
lia. Vade retro, le hice la cruz padre.
Cierto todo eso Antonio?
En una de esas duras discusiones comenz a hablar de la Teo-
loga de la Liberacin, citando a los hermanos Leonardo y Cleofe
Vof, a Helder Cmara y a Jacinto Gutirrez despotricando con las
altas jerarquas de Roma, a quienes acusaba como aliadas incondi-
cionales del Imperialismo y hasta me cit un movimiento de hace
unos doscientos aos con planteamientos semejantes.
Antonio, ese hombre cargaba en la cabeza una biblioteca.
Creo que hasta con libros de la edad de piedra.
Creo que pasaramos das, semanas hablando y no termina-
ramos con esta historia, djeme agregar algo y luego les escucho:
creo que saben ustedes que la Teologa de la Liberacin aborda parte
del marxismo, ya que creemos que para salvar las almas hay que
llenar los estmagos, por eso abordamos el Materialismo Histrico.
Disertaba yo el porqu cremos en esos principios, trat de dar una
explicacin de por qu no aplicbamos lo Dialctico y me dispar a
boca de jarro: Claro porque con el Materialismo Dia-lctico se les
cae todo el parapeto.
No quieren Julio y Juan seguir por el camino abierto por An-
tonio, no por ser ajeno a esa problemtica tan llena de recovecos, de
claridades oscuras como dijera un clrigo; les interesa ms ahondar
en los sentimientos religiosos de Los Girasoles, as como los tumbos
que ha dado Antonio en su ejercicio de la fe cristiana.
Antonio, dinos, qu fuerzas malvolas te arrojaron por esas
cascadas?
Las de la naturaleza que no son malvolas, malvolos son los
dioses que las desatan.
-122-
Juan Gonzlez

Creemos que ests razonando igual al viejo loco de quien


hablaste.
Con l aprend una nueva manera de razonar, antes lo haca
pensando en Dios y en el Espritu Santo, ahora razono en funcin
del hombre.
Con Antonio, no hay manera de conducir la entrevista dentro
de un cartacarbn religiosa, parece que nada le atara a su condicin
de hombre del clero. Sus denuestos y hasta burlas a la religin dan la
impresin de estar frente a un Giovanni Papini en sus mejores aos.
Es difcil lo encallejonen.
Antonio, en las religiones hay algn razonamiento lgico?
Si la gente razonara no creyese, en qu cabeza cabe que
una mujer para y siga siendo virgen? As haya sido concebida por
el Espritu Santo. Con ese bodrio no hicieron ms que daar la
reputacin de una mujer honesta, sencilla y humilde. Julio, haba
necesidad de esto? Han podido hablarnos del encuentro sagrado del
espermatozoide sagrado con el vulo bendito y del desarrollo en la
ventural vagina de un ser prodigioso. Yo, el padre Antonio, confieso
mi devocin por las tres divinas personas, Jess, Mara y Jos y mi
adoracin por esa madre que vio morir a su hijo, un ser noble, en una
cruz smbolo del crimen, de tantos seres culpables o inocentes. Mi
admiracin y devocin por esa mujer tan sufrida como vilipendiada,
soy respetuoso devoto.
Por qu no volviste a las misiones?
Por qu, por qu, por qu Por qu, coo, t Juan y t Julio
no son capaces de elaborar un pensamiento, una idea y preguntar
luego por mi parecer en cuanto a su ltimo por qu?, porque hubiese
tenido que nadar ro arriba por esa cascada, que tiene una altura
casi de un kilmetro. Por qu las aguas de los ros no regresan a su
cauce, alimentan a otros ros o van a endulzar los mares?
Tenas vocacin?
Por poco te digo que para cabrn, pero no, fue eleccin de
mis padres, en particular l, un cura falangista que bendijo las hues-
tes de Franco. Aquel hombre de quien les hablaba, me llev a serias
reflexiones. Un da me dijo: Ustedes al igual que los brujos son
unos vendedores de ilusiones, quienes ms manipulan a los seres
humanos. Aquel da me ley un poema: Santsima Trinidad!/
Dios Padre, Hijo y Espritu Santo!/ una paloma lo representa/ ave
-123-
Los Girasoles

que vive follando y en su propio nido cagndose/ hay otra divina


trinidad que yo ms admiro/ Mara mujer no virgen/ Jos hombre
viril no santo y a un Jess preocupado/ por el destino de los hom-
bres/ Y en su nombre!/ La ciencia arde en las hogueras/ culto que se
rinde al Todopoderoso/ hay que tener contento a los dioses/ Dios
la idea ms grande del hombre/ de no existir habra que inventarle/
dijo el pensador Voltaire/ y lo invent el hombre/ sin imaginarse
que con l/ lo iban a vivir perreando/ las clases dominantes/ Y en
su nombre/ la horca, la cruz/ la guillotina y la silla elctrica!/ Como
el nico que puede hablar de Dios es el hombre/ nada se le ha odo
decir a los perros, a los gatos ni a los monos!/ hagamos un ejercicio
antropolgico/ los primeros hombres ante los grandes fenmenos/
el Sol, la Luna quin enciende esas grandes bombillas?/ Quin
los tantos grifos de las lluvias?/ Quin desata los vientos que pro-
ducen huracanes y maremotos?/ Se preguntaba todo esto/ mirando
el firmamento/ como nada de aquello era capaz de comprender/ lo
atribuy a un ser/ superior a l/ Fabuloso existe un Todopoderoso!/
lo tomaron como estandarte las clases dominantes/ a los hombres se
les comenz a atemorizar/ desde nios/ Dios te va a castigar!/ All
viene el coco!/ el diablo te va a llevar./ La aparicin de las religiones
y sus jerarcas/ es otra historia/ triste y vergonzante.
Antonio, quiere decir el poema que Dios es un invento del
hombre?
Es su creador, no su inventor, es su idea ms grande. Besa la
cruz hijo, y por pendejo agarra una infeccin del diablo. Cuntas
engaifas para satisfaccin de las clases dominantes y las grandes
jerarquas eclesisticas pateando los ms puros y nobles principios
cristianos! Te venden a un Jess blanco, pelo rubio, ojos azules, tal
vez ario y anglosajn, y es en el frica negra donde aparece el primer
hombre. Jess con una desgastada bata y pobres sandalias, en cambio
el Papa se echa encima una percha de marca que cuesta mucho ms
que cuanto pueda comerse una familia pobre en el transcurso de un
ao. Saben ustedes a cuntos alcanzan los bienes de la Iglesia?, no
muchachos!, todo el valor de las catedrales inclusive la Capilla Six-
tina; las millares de hectreas de tierra en todo el mundo, todas las
edificaciones eclesisticas incluyendo escuelas, liceos y universida-
des; todo ese capital junto es una birria comparado con sus grandes
inversiones en la construccin, en el sector financiero, en industrias
-124-
Juan Gonzlez

transnacionales: no existe empresa, ni siquiera la OPP, que maneje


tantos capitales. Recuerdan el caso del Banco Ambrosiano? La
Cosa Nostra, mafia calabresa, guardaba all sus reales.
Por favor, Antonio!
Qu favor del coo! Los brujos, los periodistas, los idelogos
y los eclesisticos, son los mayores manipuladores del hombre.
Tan evanglica como la suya es nuestra misin, Antonio.
Mentirosos de mierda, vendedores de mentiras, no ms somos.
Actuamos dentro de unas reglas que otros imponen, a veces
intentamos rebelarnos, pero los que tienen la sartn por el mango,
nos someten a travs del hambre. T hablas burlndote de las jerar-
quas eclesisticas a las cuales debes obediencia. Nosotros de jerar-
quas econmicas, de jerarquas polticas, de jerarquas militares y
de la jerarqua superior, los dueos de los medios, de los medios de
comunicacin y de medio mundo. Recuerda los cuatro crmenes
tan sonados en un tiempo y cmo acallaron la verdad cuatro pode-
res?: 1) La joven mujer muerta a tiros en la planta baja del edificio
donde habitaba, esposa de un capitn del Ejrcito. 2) La muchacha
que amaneci cocida a pualadas en su propia cama por el amante,
su propio hermano hombre de mirra y sotana. 3) La joven a quien le
explot una bomba en la cara cuando destapaba un regalo, esposa
de un congresista que haba estado en la guerrilla y era experto en
explosivos. 4) Un nio de doce aos aparece asfixiado en la maleta
de un carro, hijo de buena familia; quienes lo asesinaron pertene-
can a familias adineradas, parece que el muchacho no entreg un
dinero producto de una venta de drogas. Las jerarquas polticas, las
jerarquas econmicas y las jerarquas militares, acallaron todas las
investigaciones y hasta detectives que tenan hilos de estas tramas
fueron asesinados.
Bien deca el poeta: Una escoba/ una pluma/ y un fusil/ tres
armas fundamentales/ para barrer toda la suciedad/ toda la oa/
toda la escoria/ que la sociedad y los hombres/ arrojan a diario a la
calle.
Julio, quin escribi eso?
Lo escuch en Los Girasoles y es annimo. Seora sociedad
propongo un trato/ entrego a usted mi anonimato/ cuando venga
la muerte/ y me arrebate. Este poema tambin annimo,
bien podra identificar a todos los miembros de este territorio. Pero
-125-
Los Girasoles

quera comentar todo eso que desembuch Juan. Cmo es posible


que todo eso haya ocurrido en un pas con una historia tan extraor-
dinaria de hombres valerosos, de mujeres de agallas, de tantos va-
lores intelectuales?! Por suerte, este fenmeno de Los Girasoles, es
posible que el ejemplo pueda llevar a este pas a la reconquista de sus
viejos laureles. Bastante he odo repetir: Lo construido aqu por el
hombre a travs de un desbordamiento de esfuerzos, tesn, entrega,
voluntad y coraje, ms all de Los Girasoles, es posible; para ello,
nosotros, periodistas y sacerdotes, estamos obligados a no seguir
vendiendo ilusiones, en particular los sacerdotes que expenden
pasajes y pasaportes, pagaderos por cuotas de miseria, angustias,
hambre y sufrimientos, porque de los ms hambrientos es el reino
de los cielos. Y ustedes no pueden ni deben seguir desvirtuando la
verdad convirtiendo a villanos en hroes, condenando a inocentes y
absolviendo a culpables por posiciones econmicas y sociales.
A veces da la impresin de que recobraras la lucidez, hay co-
herencia en tu discurso, aunque te andas repitiendo.
Tienes razn, encasillamos con el repetitivo por qu? Sa-
bemos que resulta antiptico y cansn, tanto para el entrevistado
como para el lector, pero, hasta ahora el periodismo mantiene el
detestable esquema, pero quisiramos saber, quieren saber muchos
lectores, la relacin en las misiones. Quedan tan alejadas de los cen-
tros de informacin, comunicacin y cultura, que a veces, quienes
las visitan en funcin periodstica, tienen limitaciones impuestas,
eso les hace casi imposible palpar la realidad all existente. Muchas
denuncias han llegado hasta nosotros, tanto de las reservas cus-
todiadas por militares, como el maltrato en las misiones, que los
muestran como animales de un zoolgico.
Juan, es cierto todo eso, sumndole detalles: nacen muchos
indios con los ojos azules. A ese animalito le suman los temores
que les ha sembrado los fenmenos de la naturaleza, el temor a Dios
y le negamos emplear su propia lengua. Pongan atencin: hay na-
rraciones en sus idiomas que son un canto a la vida y en donde casi
siempre expresan su amor y respeto por la naturaleza, hay en ellos
una espiritualidad sublime. Tienen una concepcin del mundo a
travs de la fauna, de la flora, de los cielos cielo ozono, cielo azul,
cielo sueos, la casa y las cosas se internizan muy dentro y hay
algunas especies, como el loro, que forman parte integral de su vida
-126-
Juan Gonzlez

espiritual. Dice una leyenda Pemn: No dejes que se te escape el


loro de la casa, porque sta entristece y la gente se enferma. El pjaro
campana canta, el loro lo escucha, el loro regresa, y todos se alegran,
la gente y la casa. No dejes que se escape el loro de tu cuerpo, de tu
cuerpo es el alma. Wanadi protege a los hombres del tronco sobre
las aguas, y desva los ros, no deja que los arrastre. l habita all
arriba, muy cerca de los cielos tepuyes, pero unido a la tierra.
Aprendiste algn dialecto?
Amu con paparoro itoto, creo que as se pronuncia y significa:
Slo los Caribes son hombres, perdn, no ando muy bien de la cabeza:
Slo los Caribes son hombres, se expresa: Ana karina rote.
Y la primera locucin seala?
Que los dems son una pila de pendejos.
Y an as, con todo ese mundo de belleza, les siguen tratando
como a unos animalitos.
Por los siglos, Juan. El aborigen en las misiones es como una
guacamaya a la que le han cortado las alas, anda por all, sube a los
techos, pero nunca volver a posarse sobre los rboles, y ah la tienes,
sirve de adorno. Las guacamayas sin alas, siembran la yuca, hacen
el casabe, siembran la caa y hacen panelas; cran chivos, cochinos,
ordean las vaquitas y fabrican el queso, pescan y salan bagres y ca-
chamas, siembran hortalizas, extraen piedritas: oro, diamantes,
esmeraldas, todo esto es trabajo de guacamayos.
Y las hembras Antonio?
Desde carajita, te dan cuquita.
Nunca te sentiste cmplice?
Cargo ese sentimiento de culpa sobre mis hombros. El hom-
bre! En cualquier lugar del mundo, es el hombre, ms all de los
credos, las razas, las religiones. El hombre, la mxima representa-
cin de la vida. Alguien deca: hombre muerto paz a sus restos, y el
hombre, del cual le he hablado tanto viva repitiendo: Soy inmortal,
la vida nada tiene que ver con la muerte. Y saben en qu consista
su inmortalidad? Vivir intensamente sin pensar en la muerte, ella a
l no le tocara, porque ms all de la muerte l vivira reencarnado,
su materia como alimento de las flores de un jardn, en las alas de una
mariposa, en la miel de las abejas porque su materia ira a alimentar a
mltiples especies.
Antonio
-127-
Los Girasoles

Antonio retoo mat a su mujer, con un cuchillito del


tamao de l, le sac las tripas las mand a vender y con esos reales
compr otro querer.
Coo, por favor!, escucha. Todo el tiempo nos confundes,
luego de unos anlisis tan concienzudos, que te ubican dentro de
quienes enjuician sin prejuicios cosas tan delicadas como lo es la re-
ligin, luego te lanzas por unos caminos y laberintos infernales.
Bien hablemos de lo que ustedes quieren escuchar: te sacan
de la ciudad capital porque el gobierno se queja ante las jerarquas
eclesisticas: Ese hombre es un agitador. Por qu? Levanta a la
gente de los barrios porque no les llega el agua, pelea con los policas
porque decomisa droga a una banda, y se la pasa a otros malandros en
un negocio miti-miti y por los operativos donde se llevan preso hasta
al gato; pones una denuncia en la jefatura: un burdel clandestino en
donde se prostituyen nias, y qu, resulta que el burdel lo regenta
la madre de este hijo de puta. Me niego a ir a bendecir una fbrica
porque sobre su maquinaria el obrero dejar sudor y sangre. Organic
a la gente, me ganaba a los malandros, organizaba encuentros folkl-
ricos, centros culturales, equipos deportivos, buscbamos por todo
los medios que nios y jvenes emplearan el tiempo ocioso en activi-
dades provechosas, la comunidad demostraba entrega, capacidad de
respuesta y un espritu solidario, por todo eso, era un cura peligroso, y
del barrio me sacaron las jerarquas cmplices.
De qu te acusaban?
De toda vaina, vainas malsanas!: el cura rojo, el Diablo
con sotana, el cura borracho, el cura loco, agitador subversivo,
alterador del orden pblico; hasta de tener relaciones sexuales con
una nia de doce aos me acusaron; la consegu tarde de la noche,
acurrucada en un zagun y lloraba. Le dije: Qu te pasa hija?, y
ella Nada padre, Cmo que nada y ests llorando!, le hice levan-
tarse y me la llev a la casa, la obligu a baarse; no haba comido
en todo el da. T problema hija?, pregunt y ella respondi: Mi
padrastro me pre y mi mam me bot de la casa. All la tuve unos
das, luego la coloqu en casa de una vecina, all dorma, pasaba la
maana en la iglesia, en mi casa el resto del da. Busqu al padras-
tro, lo denunci y como las autoridades no me hicieron caso, le di
unos coazos. Lo ltimo, un cabo de la polica me sembr droga y

-128-
Juan Gonzlez

me mand a parar apenas haba rodado unas dos cuadras desde la


iglesia, fue directo adonde estaba el patuque. Me entr a pia con el
carajo y me gan mi viaje a la selva.
Antonio, hablabas de la acusacin de una relacin con una
nia de doce aos, lo negaste, lo sigues negando y te creemos, pero,
s le dabas su gustito al cuerpo.
Y se lo sigo dando, soy cura pero nunca he dejado de ser
hombre.
Por favor, Julio, vas a sacar la entrevista de esos charcos in-
mundos donde estamos nadando! La hemos convertido en una me-
rienda de negros.
Quieres t decir que la merienda del amo es manjar delicado
y la del negro pup de perro?
Todo esto es un asco.
No imaginaron, no, aunque como periodistas conocen las in-
mundicias religiosas, comentarios y entretelones que se hacen vox
ppuli porque escapa de los muros de los conventos y echan al viento
los campanarios. Pero escuchar todo aquello de boca de un represen-
tante de la Santa Iglesia, de un hombre con ms de cuarenta aos
movindose en estos escenarios, es algo sorprendente! Considerarlos
desvaros atribuibles a un estado mental desequilibrado por los golpes
recibidos desde su cada de la cascada, es como esconder la basura
bajo la alfombra.
Cuando hablo de esto, saco espinas de mi pecho, pero me
queda la herida y un mal sabor en la boca luego agrega: Estn
hurgando en el pote de la basura, rebuscando entre el estiercolero,
quieren exhibir lo ms suculento de la podredumbre.
No, Antonio!, aunque una mezcla de humor negro y aberra-
ciones, descarnando lo que casi todo el mundo sabe y calla. Hay mucho
de grotesco en toda la historia del hombre, tal vez por eso Fukuyama
intent asesinar a la historia apualndola por la espalda. La iglesia ca-
tlica que tuerce su camino redentor a partir del siglo III, cuando el
emperador Inocencio la declara religin oficial, ya que el cristianismo
amenazaba con echar a rodar todo el andamiaje de unas estructuras
que se venan abajo. La iglesia cristiana ingresa a los factores de poder y,
a partir de all, nacen dentro de ella todos los vicios y la descomposicin
de un imperio en decadencia.

-129-
Los Girasoles

No hubo compasin, Gomorra fue como un castigo de Dios.


Todo cuanto ha ocurrido a travs de los siglos dentro del cristia-
nismo. Cun caro lo han pagado los pueblos donde el cristianismo
ech races!
Antonio, Julio, no perdamos las esperanzas! Tal vez por las
calles de Los Girasoles ande caminando l, hace tanto tiempo es-
perado, es posible haber tropezado con l sin reconocerle. Lo que
s creo, es que donde encuentre una cruz la va a quemar, nunca
fue smbolo de amor, ni de paz, representa un sino trgico, el de la
muerte. En ella moran tanto culpables como inocentes: deberamos
aborrecer la cruz miserable, encima de ella derram su sangre Jess
y no era culpable.
Mientras Julio desarrolla su tesis y cree tener para todo una res-
puesta, Juan se pasea por el mundo de las ideas, por senderos y tro-
chas, y hasta por vericuetos, halla la flor por esos caminos, aunque
le hinquen las espinas, emerge la luz que ilumina el pensamiento.
Julio responde a las exigencias del momento, Juan a las de ahora y
siempre.
Ya en la puerta, Juan y Julio se despiden, se contemplan ambos
rostros graves, no se sabe si por un sentimiento de culpa o cargos de
conciencia.
Parece que nos apartamos del pantano, Antonio.
Habra que preguntarse, Juan, si estaba dentro o vino de fuera.
Yo por si acaso, me sacudir la ropa y los zapatos.
Julio, yo me ir al ro, me meter en l con ropa y todo, me
despojar dentro de las aguas, saldr desnudo al fin purificado.
Hacia etapas superiores fluye la vida en Los Girasoles. Vctor Soto
acua frases extradas del diario quehacer del hombre. Desarrollar
cada vez ms su potencial fsico y mental, hasta alcanzar la plena reali-
zacin del hombre-ser-social-humano, sino la plena y total, ir ms all
de las nubes y rozar con los sueos, las bvedas del ozono, la inmensi-
dad de sus azules. Oportunidades con posibilidades reales sin exclu-
siones y alcanzaremos el reino de los bienaventurados. Los seres
sociales-humanos, vayan siempre unidos de las manos caminando
por el camino de las realizaciones y de la mediocridad sern sal-
vados. Forma organizada de vida en donde se estrechen cada vez
ms, los nexos afectivos, sin disputas de espacios ni andar buscando
posiciones, estas se ganan participando, actuando en funcin de un
-130-
Juan Gonzlez

todo, pensando en todos. Quin dirige? Aquel que demuestra la


mayor capacidad de respuesta, desprendido de honores y ambicio-
nes, con el sentido de pertenencia de que todo nos pertenece a todos,
aquel quien demuestra inteligencia en la bsqueda de las soluciones,
aquel quien tiene el mayor respeto por el hombre y grande amor por
la naturaleza.
No insista Juan, digo no en este momento y gracias por su
generosa oferta. Quin sabe, a lo mejor ms adelante. Algunos obs-
tculos que no creo insalvables. El que estoy decidida a gozar de mi
libertad e independencia es el de mayor peso.
Muy extrao para m, cre que lo deseabas tanto como yo.
No niego que la he pasado bien contigo, pero existe una abis-
mal diferencia entre pasarla bien con un hombre y atarse a l en ma-
trimonio, en un para siempre que yo no admito.
Lo suyo fue disfrute pasajero.
No niego que le doy su gustico al cuerpo, contigo, o cualquier
otro, ms despierto o ms tonto.
Me asombras!
Es que no entiendes que vivimos en dos mundos diferentes
en visin, espacio y tiempo? T perteneces al de las jerarquas en-
gredas con sus clasificaciones odiosas y excluyentes, donde cada
quien se debe a s mismo y el resto que se hunda. Hoy ests aqu en
Los Girasoles, y no de modus propius, te envi la revista, para ella
cumples una misin, por supuesto que les estamos muy agradecidos,
tanto t como Julio han asumido valientemente la defensa de nues-
tro proyecto. Te pregunto: si los otros factores de poder presionan al
medio que representas, y los dueos cambian su posicin con rela-
cin a nosotros, cul sera la posicin que t asumiras? Manten-
dras tu parecer y respeto a los principios? Vas a cumplir un ao por
estos montes, como t dices, y repites estar participando en uno de
los grandes partos de la historia. Dicen que las euforias pasan y los
hombres reflexionan, a lo mejor de pronto, te cansas de esto y quie-
res volver all en donde las candilejas brillan y los aplausos atronan,
donde florecen las insidias y los hombres viven serruchndose las
patas, envenenndose con el nctar de la envidia, buscando el aplau-
so o rindiendo pleitesa a nulidades engredas, es el papel que siempre
has representado Juan.

-131-
Los Girasoles

Me siento como un boxeador contra las cuerdas, recibiendo


una andanada de golpes y no poder siquiera levantar los brazos,
cuanto dices es como caerle a patadas a mis sentimientos. S, en la
gran ciudad somos idiotas clasificados dentro de ese mundo de je-
rarquas dentro de las instituciones, aqu sufren de unas benditas
epidemias: institufobia y jerarquifobia de las cuales cuesta conta-
giarse, el virus de la vanidad y la obtencin no los impide. Pisan
ustedes terreno firme, afuera nos movemos en terrenos movedizos,
pantanos ptridos. Acaso no tengo yo la oportunidad, la misma
que tuvieron aqu miles de personas de salir del estiercolero? Quiero
esa oportunidad Rosalba.
Podra ser, pero recuerda; esos seres necesitaron diez o ms
aos para convertirse en seres-sociales-humanos, crecieron cons-
truyendo y en ese hacer se fueron deslastrando, creci su autoesti-
ma a travs de las motivaciones, encontrando en el otro estmulos
que se fueron retribuyendo, el nos sustituy al yo y apareci el
todos nosotros. Cunto tiempo necesitaras t para ese cambio?
Pero vayamos al asunto del matrimonio. Es cierto que has sido un
buen amigo y mejor como amante. Me inclin hacia ti, cuanto te
rescat de las garras de la muerte. Pensando en todas las peripecias y
sufrimientos que padecieron, es posible hayan despertado tales sen-
timientos empujando a la entrega. Pero bueno, de qu te quejas?,
has gozado de mi amor y de mi cuerpo! Es el caso, Juan, que en este
momento no quiero unir mi vida a ningn hombre, cierto que ne-
cesito un par de muchachos, aqu en Los Girasoles no faltar quien
me los ponga. Ya basta! Mrchate! diciendo esto, Rosalba abre
la puerta retirando la cara cuando Juan intenta un beso.
Joseto detiene el pequeo vehculo y baja, los nios contemplan
y tocan. El Pitufo es uno de los pocos automotores que circulan en
Los Girasoles. No es por asombro que tocan y besan, no, es que
conocen la historia-leyenda contada por sus maestros, escuchemos a
un nio describirlo:
Es como un animalote con patas de goma, como un caimn
tiene la bocota, los ojos como un sapo.
A veces Joseto monta a unos cuantos y los pasea hasta la presa.
Los das de la Feria encabeza el desfile de todos los pioneros de
hierro, que bien engalanados recorren todo el valle. Bullir de loros,

-132-
Juan Gonzlez

seis de la tarde, fresca la brisa acariciando, Juan y Julio tocan una


puerta, una joven risuea les abre.
Buenas tardes, cmo estn ustedes?
Bien gracias, buenas para usted y para todos los de la casa.
Qu se les ofrece?
Queremos hablar con doa Leo.
Abuela, aqu la buscan!
Quin o quines?
Dos pavos bellos.
Pselos para el corral que en diciembre nos los comemos.
Jardn acogedor, reino de los colores, formas y el aroma de las
flores: las rosas cortejadas por los claveles, los crotos acarician a las
cayenas, por los corazones suspiran las azucenas, las margaritas, por
los novios viven en pena, las gladiolas son besadas por los girasoles,
las violetas se rinden ante los tulipanes, todas y todos perfumados
por las diamelas. Dos mesas, una a la izquierda otra a la derecha
bajo las sombras de dos palmeras. Los rayos de sol entran a las casas
por la maana y en la tarde les calientan las espaldas. En la sala hace
su aparicin la doa.
Buenas tardes muchachos, disculpen la tardanza.
Buenas tardes doita dice Juan.
Buenas tardes doa Leo agrega Julio. Qu dulce es esa
jovencita, parece que nunca deja de rer! Gracias por el caf.
Los dos famosos periodistas?
Ocurrencia suya lo de la fama.
Julio es el nombre suyo?, he estado leyendo sus trabajos y
a veces les escuchamos por la radio, muy bueno su trabajo, dan la
impresin de ser periodistas honestos.
Ochenta y un aos, rasgos finos, mujer blanca de semblante
altivo, cara ligeramente ovalada, vivaces los ojos aunque un poco
pequeos, debe medir un metro ciento setenta, un cuerpo bien es-
tructurado; medianas las manos, alargados los dedos, sedosos los
ya grises cabellos, voz suave con buena entonacin de las palabras,
pestaea poco, propio de las mujeres de carcter.
Queremos conversar con usted doita.
Y eso?
De usted se habla mucho en Los Girasoles.
De m?! Una mujer sencilla de origen tan humilde.
-133-
Los Girasoles

Con todo y eso dicen que usted es un paradigma: mujer que


pari siete hijos y fue capaz de mantenerlos y verles crecer sin des-
carriarse. En condiciones casi pauprrimas las cinco hembras y los
dos varones fueron educados y lleg a graduar a tres de mdicos, los
otros cuatro, bachilleres se abrieron paso en medio de las dificulta-
des, ganando dentro de la sociedad buenos espacios.
Bueno s, debo dar gracias a la vida, Julio.
Hay algo ms doa; cuentan fue pintada por Armando a los
quince aos, en el bosque de La Manguita.
Cuidado, Juan, si usted publica eso tal como lo est diciendo
la gente ir a pensar que con el artista yo me andaba revolcando,
escuchen: yo pasaba a buscar el agua a la acequia y l pintaba bajo
una gran mata de mango que al bosque daba nombre, yo responda
a su corts saludo. Un da al pasar me llama y muestra un cuadrito,
all apareca yo con mi lata de agua en la cabeza, me lo regal con el
tiempo y el andar de un lado para otro con mis siete muchachos, el
cuadrito desapareci.
Por otras cosas se le mienta tanto.
Qu otras cosas muchachos?
Su hijo mayor ha tenido mucho que ver con el fenmeno de
Los Girasoles.
Mi pobre muchacho, de l hube que echar mano desde los
diez aos: vendi gofio, man, iba conmigo al mercado a comprar
verduras y frutas para un negocio que tena all en Punta de Mu-
latos, con apenas doce aos se echaba al hombro sacos y guacales;
me ayudaba luego en un negocito donde vendamos caramelos, re-
frescos y galletas, y tuvo casi tres aos lidiando con borrachos en
un botiquincito que mont su padre; era quien compraba los ci-
garros, el aguardiente y el pescado que se venda frito los fines de
semana. Encabez una huelga en el aeropuerto sin haber cumplido
los quince aos. Desde los diecisis a los veinte estuvo empeado en
una empresa, sacando materiales para la primera casa decente que
pudimos habitar en tantos aos; veinte bolvares le quedaban en el
sobre al culminar la jornada de trabajo, pero pasamos del rancho de
madera a la casa de platabanda.
Venturoso vientre el suyo.
Siempre he sido agradecida, todos los das doy gracias a la vida.

-134-
Juan Gonzlez

Julio fija la vista en la doa, ella le mira sin pestaear, man-


teniendo firme la mirada de manera altiva. Juan vindola para sus
adentros comenta: Joven debi ser una mujer muy atractiva, con
todos y sus aos conserva el encanto de agraciada dama.
Usted y Armando eran amigos?
Vuelve el burro a las batatas!, dira Mara. Ustedes los perio-
distas siempre andan buscando hurgar en las intimidades de las per-
sonas, para luego echarlas a la calle, sin detenerse a pensar cunto
dao puedan causar. Armando era un joven conocido con quien no
intercambi ms que saludos y buenos das.
Quin la trae hasta ac?
El hombre producto de mi vientre, que en Los Girasoles ha
estado haciendo historia. De nio fue quien tuvo menos estudio,
el de mayor estatura fsica y el que ms creci hacia adentro. Hasta
hace unos meses estuvo en la universidad renunciando a ella, le es-
cuch decir en un momento: Sabe una cosa madre, ninguna uni-
versidad del mundo me hubiese dado la concepcin que hoy tengo
del mundo del hombre, de la naturaleza, de esta sociedad tan esca-
brosa y del mundo amplio de las cosas.
Cmo se siente aqu doa Leo?
En primer lugar como un ser realizado y feliz por cuanto me
rodea, y lo ms importante: estar rodeada de personas que no andan
rodando, en medio de toda la miseria en donde viv mis primeros
cincuenta aos y a la vez lamentando que anden tantos millones de
compatriotas desgastndose miserablemente para poder llevarse un
trozo de pan a la boca, habitando en ranchos miserables. Ustedes no
saben lo triste que es despertarse a medianoche en medio de un to-
rrencial aguacero, tener que rodar las camitas y buscar peroles para
recoger las goteras.
Sabemos que pas por eso, es lo que le da mayor valor a su
vida, es por lo que se le considera un paradigma, posiblemente las
mujeres que conozcan su historia puedan, como dice el poeta: Em-
pinarse sobre la punta de los pies/ abrir los brazos al espacio/ y con
las yemas de los dedos de las manos/ alcanzar las bvedas del cielo/
cielo ozono/ cielo azul/ cielo sueos.
Ojal y as sea.
Por ltimo, doa Leo, qu es del hijo que la trajo a Los Gi-
rasoles?
-135-
Los Girasoles

Debe andar quin sabe dnde, l vive en una bsqueda cons-


tante, pero siempre est presente en las pginas de esta historia.
Buenas noches doa Leo, buenas noches sonrisa.
Buenas noches muchachos.
El valle de las siete colinas, cuntas le rodean!, de variadas di-
mensiones y follaje renovante; las espigas de las gramneas al recibir
el sol de la maana se tornan rosadas, cambian a moradas en las
horas de la tarde; salvo los que han sembrado los hombres, no en-
contraron all rboles. Ya en el crepsculo forman como un arcoris
despidiendo haces de colores. Vara la altura entre trescientos y cua-
trocientos metros con reas muy semejantes. Como estn descritas
aqu la encontraron los pioneros. Veamos de ella qu hicieron: all
estuvo Mi Nia y sobre ella sudndose las nalgas el Zambo, po-
niendo a nivel un rea de ocho hectreas, construyeron camineras,
les sembraron araguaneyes, samanes, ceibas, bucares, apamates y
unos cuantos rboles frutales: mango, mamn, naranjas, nsperos,
merey, mamey y otros tantos. Luego vinieron las edificaciones: en
la ms alta parte sureste, una construccin tipo colonial sede del
Consejo de Familia es la ms alta. La del suroeste es asiento de
la Escuela Tcnica, el teatro en la noreste y en la noroeste un hotel
supuestamente de cinco estrellas. Los pioneros construyeron todo
esto dentro del proyecto inicial de la compaa, ms tarde, ellos
les dieron otro destino, mayor y mejor vida.
De Norte a Sur tiene el valle una extensin de veintin kilme-
tros, de Este a Oeste doce kilmetros. Salvo las siete colinas, que
tienen una topografa poco accidentada. Bueno es sealar que en
las tres restantes alturas no edificadas, se yerguen los rboles y flo-
recen las jardineras para disfrute de grandes y nios. Excepto la
Torre Mirador, no hay estructura con ms de diez metros de altura.
La sede del Consejo de Familia semeja un castillo medieval, no se
sabe para qu estaba destinado en el proyecto inicial, lo cierto es que
desde all se contempla todo el valle.
Ya hablamos de los tres ros y dijimos: el ms largo y caudaloso
se extiende por todo el centro, casi recto, exceptuando dos kilme-
tros antes de perderse por el can, tiene una especie de recodo, con
algunos saltos difciles de sortear. Cien metros tiene en su parte ms
ancha con seis de profundidad; el de la derecha visto desde el pie
de la montaa es el ms corto, pero el de mayor raudal, sobre l hay
-136-
Juan Gonzlez

un puente para comunicarse con La Esperanza; el de la margen iz-


quierda es empleado mayormente, para el regado de la zona agrco-
la y la crianza de animales.
El valle es un lugar bendecido por la naturaleza, adornado y
desarrollado racionalmente por las manos y la mente del hombre,
que encontr all la tierra prometida. A la riqueza y belleza de flora
y fauna habra que sumarle las grandes reservas minerales: oro, dia-
mantes, esmeraldas y hasta materiales estratgicos.
Las aguas de los ros son ricas en peces y camarones, muchos de
estos se reproducen en cautiverio, aunque abundan en las cuevas de
los pozos y a pesar de la abundancia, hay veda para la pesca y para la
caza, ninguna persona puede transgredir las estrictas ordenanzas,
no hay comercio clandestino de ninguna especie, ya que el hombre
no sufre de angustia por el problema de la subsistencia. Tal vez sea
en Los Girasoles, el nico lugar del planeta donde nunca escasean
los alimentos, y en donde toda la poblacin lo que consume es na-
tural y fresco. Todo cuanto busque y encuentre en los mercados, son
productos de la tierra y de la mano del hombre. Es que aparte de la
cra de caprinos, porcinos, vacunos, chigires y aves, abundan las
especies silvestres: danto, pava de monte, cochinos silvestres, mo-
rrocoyes, cachicamos y hasta gordezuelas iguanas. Muchos de estos
animales como el chigire y el pescado son salados, pudindose con-
sumir todo el ao. Con respecto a la produccin agrcola, el maz, la
caa y el arroz que son vendidos al natural e industrializados en ms
de mil hectreas, aparecen sembrados as como infinidad de rboles
frutales, que en poca de cosecha en almbar son envasados. En Los
Girasoles no se pierde nada: papel del bagazo de la caa, alimen-
to para animales de la cscara del arroz. En Los Girasoles siempre
estn en guerra contra el plstico y todo material no degradable.
La ciudad, planificada a medias o a capricho como dice Sil-
bido, fue erigida cambiando los planes iniciales y transformn-
dola en un todo armonioso. Una avenida principal de Norte a Sur
pasando por todo el frente de la plaza, paralela al ro mayor se va
desplazando; la otra gran avenida de Este a Oeste atraviesa tres
puentes sobre los ros, estas dos arterias viales permiten la confor-
macin de cuatro zonas al entrecruzarse, cada una est integrada
por manzanas y entre ellas fueron trazadas varias calles con muchos
rboles. Todo est pavimentado por lajas de piedras de gran tamao
-137-
Los Girasoles

y piezas de arcilla cocida. En cuanto a las casas, el bamb, el adobe,


tejas y lozas de arcilla, son los materiales empleados. Las manzanas
cuentan con un espacio interior, que sirve de expansin a las fami-
lias, tienen adems parques infantiles, salones de pintura, espacios
para juegos de saln, teatro; tambin podemos hallar una espaciosa
churuata que sirve para el ejercicio de la danza y trabajos de arte-
sana, as como una biblioteca. En la parte superior de esta edifica-
cin indgena, se eleva una lmpara cnica a manera de vitral. Existe
un inmueble que sirve de sede al Consejo de Familia de la manzana.
En medio de aquellos espacios se encuentran rboles, camineras y
jardines en los que abunda mucho la palma real.
Un detalle: de lado a lado de las dos grandes avenidas se yerguen
corpulentos y frondosos ejemplares, que al crecer fueron entrelazan-
do sus ramas conformando una especie de tnel vegetal.
Bueno es sealar la competencia entre las familias que habitan
cada sector por presentar el suyo como el ms limpio, ms hermo-
so, con los mejores murales y ms cuidado; en el resumen de fin de
ao sern sealados. De suma importancia: cul es la manzana que
presenta los mejores actos culturales?
El ro de la margen derecha, visto el valle desde el Norte, es el
ms corto y de menor caudal, se desplaza zigzagueante por los acci-
dentes del terreno. Un puente en su parte baja, comunica a Los Gira-
soles con La Esperanza. Mientras las aguas de la margen izquierda,
rinden tributo al ro que pasa por el centro, las de la izquierda caen al
can con gran estruendo. Los tres ros son ricos en especies pisc-
colas, en sus partes ms altas de riberas rocosas, abundan los cama-
rones de gran tamao, en las cuevas que se forman entre las piedras
de los pozos. Tanto para la pesca como para caza hay pocas de veda
que nadie infringe, sobre todo cuando las zapoaras desovan. En Los
Girasoles no hay problemas alimenticios, hay garanta de la dieta
diaria, ms del noventa por ciento de cuanto se consume, se produce
en la regin: buena cra de aves, una racional de chigire, roedor que
pesa hasta doce kilos y pare tres veces al ao, carne de buen gusto y
que cobra su mejor sabor cuando es salada y secada al sol; millares
de cabezas de ganado, excelente produccin de porcinos, y como si
fuera poco, los cochinos de monte, los dantones, pavas silvestres,
morrocoyes, iguanas y otras especies suman prtidos a la dieta. Pro-
ductos agrcolas hay en abundancia.
-138-
Juan Gonzlez

Es de gran arraigo el espritu de competencia en Los Gira-


soles, todo bajo una consigna: Ni segundos ni terceros luchando
por el primero, en todo lugar donde est en actividad el hombre
usted encontrar esta consigna. Una competencia y rivalidad para
el crecimiento humano, haciendo mejor las cosas y no es que hay
que ganar buscando ser el mejor, lo planteado es el crecer y nadie se
queda atrs; hasta los ms pusilnimes toman impulso para no que-
darse en el camino. Todo esto aumenta la capacidad de respuesta, a
estar a la altura de las exigencias y bandera en la competencia: Los
Imbatibles, Insuperables, Los Vencedores, Los Comuneros.
Amarillo, azul, rojo y vinotinto, son los colores de sus banderas, con
sus pendones respectivos. En el deporte, la educacin, el ornato, la
cultura, en la conservacin y juegos recreativos hay competencia
todo el ao.
Durante la celebracin de las ferias, celbranse las competen-
cias anuales, de all se escogen las figuras para los juegos nacionales
y fuera del pas. Aparte de tales selecciones, se nombra a un hombre
y una mujer del ao que se haya destacado en Educacin, Salud,
Conservacin, Produccin y en las Artes.
Las casas, ya dijimos: hubo planos y planes iniciales, pero las
cosas cambiaron para bien de Los Girasoles. Mucho se ha dicho
sobre las volteretas, cabriolas y saltos de esa seora tan casquivana,
que por nombre lleva Historia. Al jefe de aquella expedicin le da
un infarto en el camino y para cuarenta mil personas se abren las
puertas de un mejor destino. Descanse usted bien en paz don Manuel
Garca y Maldonado, nunca hubo muerte tan afortunada. Bueno, las
casas estn construidas en un rea de trescientos metros cuadrados,
con ciento cincuenta de construccin, el sol alumbra el frente por la
maana y en las tardes entra por los corrales, a estas casas nunca les
falta luz ni aire. Enclavadas dentro de aquel trazado cuadricular par-
tiendo de la Gran Plaza, rodeadas de rboles por todas partes, pro-
tegidas por un variado sistema montaoso, sin las molestias de los
automotores, sus gases que envenenan el ambiente, irritan la piel,
atormentan los odos y producen escozor en los ojos. Ya hablamos
de los materiales empleados. Dicen quienes habitan, que las casas
tienen alma y en cada una hay como un duende, que vive susurrando
palabras de aliento para no desmayar y seguir adelante, dicen que se

-139-
Los Girasoles

escuchan pegando el odos en las paredes, nada hay dentro de ellas


que llegue a perturbar el nimo.
Con excepcin de una cocina elctrica y una nevera, se puede
decir que son artesanales todos los utensilios y enseres. Aun la
nevera y la cocina tienen arreglos de laboriosas manos, al igual que
el chorro de agua y las bombillas, hasta los utensilios de cocina, uno
imagina que todos y cada uno de aquellos objetos tienen vida, vida
transmitida por los instrumentos mgicos que los elaboraron;
tienen un trato como cosas sagradas.
La casa no es simplemente una construccin para habitarla,
vivir las intimidades, tener un techo que nos ampara, s, y una cama
y una almohada para las intimidades, la casa se ha interiorizado
a nuestra propia esencia, le hemos integrado. Vemosla desde su
entrada.
Ya recorrimos el jardn cuando Juan y Julio visitaron a doa Leo,
se escap algo: las dos plantas de girasoles de uno cincuenta de alto con
cuatro flores en cada tallo. Antes de mostrar las casas, planeemos un
poco sobre el valle; ya hablamos de las siete colinas y sus edificaciones.
Subidos a la torre Mirador, tendiendo la vista hacia las altas montaas,
cerca de la presa, observamos un inmueble tipo castillo, sobre una baja
colina, todo un castillo medieval, con sus cuatro torrenteras y hasta un
puente levadizo, sede de la tcnica industrial. En otras dos elevaciones
construyeron, en una, una amplia casa colonial, que sirve de asiento al
Consejo de Familia. Todo este fastuoso panorama estaba considerado
en los planes iniciales, contrarios a lo que es hoy Los Girasoles. Tratare-
mos de buscar mejor informacin para trasladarla al lector.
Miremos un poco, observemos algunos detalles de la sede del
Consejo de Familia. Dijimos: Construccin tipo colonial: cincuenta
metros de largo tiene la fachada, construccin de tres plantas escalo-
nadas, la primera de amplio corredor, sostenido por columnas rom-
nicas sin capitel, unos cuatro metros de altura; la segunda muestra
tres secciones, una en el centro, sobresalen dos metros de las otras, dos
con unos veinte metros de largo y amplios ventanales, las de los lados
muestran y no llegan al borde de la primera planta, quedan distantes
cinco metros; la tercera plana da la impresin de estar superpuesta a
lo largo de quince metros. Los techos tienen una inclinacin de cin-
cuenta centmetros entre plantas con relacin a la suprema altura de la
tercera, rematando en las columnas de la fachada esta descripcin
-140-
Juan Gonzlez

corresponde a los datos del arquitecto, no soy responsable si esto no


se entiende. Construccin sobria, simtrica, techos de tejas sobre
urdimbre de madera y travesaos finamente pulimentados, al igual
que las columnas de la fachada.
Entremos a las casas: se me ocurre comenzar mostrndolas
por el corral, este tiene cien metros cuadrados de superficie; all se
yerguen frondosos rboles frutales: mangos, mamones, nsperos,
mameyes, pomarrosas; junto a estos: las lechosas, naranjas, guan-
banas y aguacates. Una churuata ocupa en el centro un buen espa-
cio, es una construccin de troncos de madera y palma, semejante a
un embudo boca abajo, tpica de algunas etnias del Amazonas, casa
multihogar cuyo techo cnico culmina en una especie de columna
saliente, unos cinco metros por un tronco muy delgado y que encie-
rra una especie de cdice, ya que esa columna clavada en el piso, es
como una comunicacin entre el cielo y la tierra. Un punto y aparte
para sealar un detalle.
Los Girasoles es el reino de los pjaros: las reinitas, los azule-
jos, curruat, los turpiales, los cristofu, gonzalitos, tucusitos, los
arrendajos, los capa negra, los canarios tejados, los pico e plata, los
carpinteros, la soisola y las paraulatas. Desde las cinco de la maana
alborotan las paraulatas, y a las seis pasan los loros despertando a
Los Girasoles.
Alrededor de la especie de antena que sobresale de la churuata, en
su parte baja, se aprecia una especie de vitral, son encendidos los das
de la Feria, a las doce de la noche del amanecer del 3 y 4, salvo estas
luces, esa noche no hay otra iluminacin en Los Girasoles. A esa hora
repican las campanas y todo el pueblo se abraza en la gran plaza. En
ese corral, aparte de toda la diversidad de rboles frutales y la churua-
ta, hay todo un espacio para la cra de variados animales que forman
parte de la dieta diaria, y sobre todo, dos o tres chivas que dan leche
para los nios. Tambin reservan un lugar para el pequeo huerto:
tomates, aj dulce, cebollas, ramas para el alio, pimentn, zanaho-
ria y hasta pepino. Todo el ao estn cosechando para las ensaladas.
Una pequea laguna para los patos y una cerca aparte para las gallinas,
y como si fuera poco, las matas de mango gotean parchitas. En ese
corral hay forma, color, sabor, luz, aire y vida.
Debemos entrar a la casa pero no antes de echarle un vistazo
al ro: desde l se desprenden sus aguas en una hermosa cascada,
-141-
Los Girasoles

recorriendo unos diecisis kilmetros en lnea recta antes de cruzar


a la derecha, para caer en el can, navegable para embarcaciones
hasta de treinta toneladas, una anchura de unos veinte metros con
ocho a doce de profundidad; a travs de l se trasladan los frutos de
los campos, madera y el ganado beneficiado; sirve para transpor-
tar pasajeros y se ve toda su ribera adornada por el moriche de
donde brotaron los hijos de Amalivaca. Estupendo el reservorio
de peces: cachamas, rayaos, bocachico, morocoto y blanco pobre.
En la semana de la Feria, es cuando cobra su mayor colorido. Hay
competencias de natacin, barcas de vela y botes con remo, muchas
son las chalanas engalanadas para el paseo de visitantes y lugareos,
y al lado de stas pasan algunas cargadas de muchachas, las ms bo-
nitas, las ms hermosas, las ms hacendosas, ese paseo se lo ganan
las que en el ao han hecho ms por Los Girasoles, la casa!
Dos ventanas amplias en la fachada y seis en las laterales, entre
una casa y otra, hay un espacio libre de unos cinco metros que sirve
de caminera, con arbustos floridos, conducen al centro de cada
manzana, en donde funcionan centros culturales y salones para la
elaboracin de manualidades. Puerta de entrada: un metro cin-
cuenta de ancho, cuatro metros de altura en fina madera tallada, dos
hojas terminan el grabado en forma de ojiva mostrando un vitral
con un metro de altura. Paredes de calicanto, los techos de teja, las
columnas son de bamb y estn finamente pulimentados, tres en-
trelazados van dividiendo paredes. Cuarenta centmetros las corni-
sas de los techos. La piedra en la fachada da lustre y ornamenta con
cincuenta centmetros de alto desde los cimientos, y forma una es-
pecie de guarnicin alrededor de la puerta. No es muy arquitectni-
ca, esta descripcin la hace un habitante de Los Girasoles que lo ha
internalizado y mira con amor. Toquemos ya abren entremos:
gran saln a todo lo ancho con cuatro metros de fondo, arco media
luna en el centro. Dos medias paredes, una a la izquierda otra a la
derecha que lo divide en tres partes, la del centro especie de recibo,
el de la derecha, estudio para los nios, el de la izquierda, el estudio
de los adultos. Cada uno tiene una biblioteca, una mesa, cuatro sillas
y decoracin a capricho. La puerta del arco da a un patio; bueno es
sealar las dos ventanas laterales que permiten entrada de aire y luz
al saln principal, que a su vez es aireado e iluminado por las dos
ventanas de la fachada.
-142-
Juan Gonzlez

Lentamente descienden los dos aparatos, poderosos helicpte-


ros artillados, aquello alarma a toda la poblacin que apenas ven
llegar all al viejo avispn que pilotea el Kosako. La tensin au-
menta cuando se detienen y de ellos saltan hombres uniformados
fuertemente armados. Esgrimen armas largas mirando con gesto
amenazador hacia todos lados. Aplacada la polvareda levantada
por las grandes hlices de los dos potentes aparatos, desciende un
seor muy bien trajeado de prominente vientre y calvicie pronun-
ciada, dibujada en su rostro una especie de sonrisa-mueca, como si
la hubiesen mandado a tallar en una imagen de piedra. Desde el
helicptero se escuchan fuertemente las notas del Himno Nacional.
El ciudadano Presidente ha llegado a Los Girasoles.
De buena estatura y aspecto bonachn, cara redonda y edad
avanzada, roja la nariz como un pimentn, parece mirar sin fijar la
mirada. Una delegacin compuesta por Carlos Alberto Mendoza
Zuloaga Silbido, el viejo Melesio, Manuel Rodrguez, Gilber-
to el mdico y el Zambo. En el saln de recibimiento hay algunos
maestros con un grupo de nios alineados en orden y bien vestidos,
las criaturas se muestran nerviosas ante la presencia de los solda-
dos armados, quienes se mueven con gestos amenazadores. Lleg
el Presidente con una comitiva de veinte personas, entre ellas, tres
rigurosamente uniformados, luciendo en el pecho un guilindajo de
medallas, uno de los tres, muestra un sable y bastn de mando; llama
la atencin dos empingorotadas damas, ricamente engalanadas. No
eran muchos los honores que podan rendir en Los Girasoles a tan
distinguida comitiva. El Consejo de Familia estaba enterado de la
visita anunciada, pero esto no alter para nada la vida ni las activi-
dades de los pobladores. En Los Girasoles no existan cofradas de
las Damas Bolivarianas, no haba all cuartel para las concebidas
paradas militares, ni fuerzas vivas que rindieran honores. La po-
blacin activa se mantena entregada a sus labores, las amas de casa
a sus actividades cotidianas, los jvenes en sus liceos y las tcnicas,
los nios en sus escuelas: las fuerzas vivas de Los Girasoles, se man-
tenan vivas cumpliendo con sus responsabilidades.
Al ciudadano Presidente y a su comitiva, el recibimiento les pa-
reci algo fro: no hubo salva de veintin caonazos, no aparecieron
figurones ni figurines, tampoco damas encopetadas. Las vigorosas
y clidas manos, estrechan las glidas perfumadas de unos seres de
-143-
Los Girasoles

sonrisas forzadas, particularmente la del ciudadano Presidente,


quien parece tenerla dibujada y en nada pareca a la risa del poeta:
No cargo sonrisa de payaso/ dibujada en la cara/ yo llevo la risa que
en el alma/ la vida me ha grabado. No hubo invitacin, la presencia
all del ciudadano Presidente fue por iniciativa propia.
Extra mucho esta visita del ciudadano Presidente y su co-
mitiva, en Los Girasoles ignoraban los motivos, no as en la capital
de la Repblica: se avecinaba un proceso electoral y en el tapete po-
ltico la discusin sobre los destinos y tratamiento que se deba dar
a una zona, que an siendo parte del territorio nacional, escapaba
a las orientaciones de las instituciones de la Repblica. Luego de
un copioso almuerzo y de intercambio de impresiones, el ciudadano
Presidente se dirigi a todos los miembros de aquella comunidad.
Ciudadanos, hijos benemritos de nuestra querida Patria,
hoy he tenido el placer de conocer una de las regiones ms bellas
y hermosas de nuestro pas, y en donde se ha asentado un grupo de
familias numerosas, quienes con gran esfuerzo y dedicacin, han
desarrollado una forma de vida que yo siempre he deseado para
todos mis compatriotas, pero que por motivos ajenos a mi voluntad
poltica, no ha podido lograrse. Bienaventurados ustedes que han
logrado lo que podramos llamar la redencin humana y social del
hombre. Traigo algunas propuestas que le permitirn a todos am-
pliar sus horizontes y asegurar de una vez por todas un futuro pro-
visor, a travs de la intervencin del Estado protector; las propuestas
las har llegar al venerable Consejo de Familia, que como ente gua
de la vida de esta regin, decidir e informar a todos sus habitantes.
Muchas gracias.
Al siguiente da recorrieron todos los espacios de la produc-
cin, educacin, salud, deportes, reas recreativas y todas aquellas
que tienen que ver con la vida en Los Girasoles. El representante
educativo convers ampliamente con Perla Madonna, la directo-
ra tcnica y la del liceo, junto con algunos maestros y estudiantes,
quedando sorprendido de la organizacin, la belleza y confort de
las infraestructuras, la entrega de los educadores y el rendimien-
to de los estudiantes. El de salud alab la medicina preventiva, la
atencin materno-infantil, la limpieza de los mdulos y su dota-
cin, as como la pulcritud del Hospital Central y la forma de aten-
cin al paciente. El ciudadano ministro de la Defensa, el hombre
-144-
Juan Gonzlez

de la quincallera tintineante, prometi la instalacin de un cuar-


tel, ante el rechazo del ofrecimiento, el hombre expres en tono
muy prusiano: Ciudadanos, todas las fronteras de nuestra amada
Patria, deben ser resguardadas por los valerosos soldados herederos
de las glorias de nuestro Ejrcito Libertador que nos dio la inde-
pendencia. Las dos damas, una de ellas la secretaria privada del
ciudadano Presidente, a pesar de todas las bellezas del entorno, se
aburrieron horriblemente; no hallaron all con quin tomar un t
canasta, hablaron de moda, de las figuras del jet set, y de los ltimos
modelos de automviles. He aqu las respuestas del Consejo de Fa-
milia al ciudadano Presidente y a su comitiva:

1. No rechazamos de plano la carretera, aunque nos parece menos


costoso el ferrocarril electromagntico, un proyecto nacional con po-
sibilidades de construirlo en todo el pas, resulta adems ecolgico, sin
el desgaste por friccin de una tecnologa del siglo XIX y el cual puede
desarrollar buenas velocidades, tanto en plano como en ascensos. Pero
no siendo la carretera ni el ferrocarril una obra prioritaria, creemos
que esa inversin bien podra emplearla el gobierno en construir una
serie de caminos vecinales, necesidad imperiosa de nuestros hombres
del campo, a su vez, llegaran ms productos agrcolas a las ciudades,
ayudando a bajar el costo de la vida.
2. Ciudadano Presidente, conocemos su preocupacin por la situacin de
este pedazo de nuestro territorio, tan lejos de los centros urbanos y tan
cercano de un vecino muy poderoso, aunque amigo hoy, no sabemos si
por caprichos de la historia o la ambicin de los hombres, se rompa esa
amistad maana, pero la instalacin de un cuartel aqu, llevara al vecino
a hacer lo mismo en su cercano territorio y podra hasta emprenderse
una carrera armamentista, y crear tensiones militares, a su vez, seran
trasladados hasta Los Girasoles, centenares de jvenes de apartadas
regiones y muy lejos de sus seres queridos.
3. La seguridad social y personal en Los Girasoles es de todos bien co-
nocida, tan as es, que aqu no tenemos crceles ni retenes, resultando
inoperante la instalacin de destacamentos policiales.
4. Los funcionarios ofrecidos para el mejor desenvolvimiento de nues-
tra vida institucional y administrativa, no lo creemos necesario, ya
que introduciran aqu todos los vicios de la administracin pblica,
cargando a su vez mayores gastos al Estado.

-145-
Los Girasoles

5. Queremos hacer hincapi en la inutilidad de enviarnos magistrados


de la Administracin de Justicia, sta encontr su reino aqu en Los
Girasoles.
6. En cuanto a una apertura al comercio nacional y a las importacio-
nes, le informamos ciudadano Presidente: estamos produciendo casi
al cien por ciento cuanto consumimos, y adquirimos algunos faltantes
donde nos ofrecen mejores precios. Mucho sabramos agradecer sus
buenos oficios, para que no se sigan hostigando a nuestros estudiantes
universitarios que venden nuestros excedentes en las zonas de menor
poder adquisitivo a menores precios.
7. Hemos tenido problemas con el representante de la hacienda pbli-
ca que regularmente viene a Los Girasoles, por su incapacidad para el
cargo y el hecho de hallarse casi siempre bajo influencia alcohlica.
8. No alterar el acuerdo en cuanto a la entrada de los canales privados
de la televisin nacional, ya que eso perturba nuestros programas de
estudio y resulta demasiado pernicioso una programacin de violencia
y sexo, en horas cuando ms tiempo dedicamos a la formacin integral
de los jvenes y de los nios. Por la potencia de esos canales, la seal
del nuestro se ve interferida en sus transmisiones educativas.
9. Ciudadano Presidente, sabemos de todas sus angustias por el por-
venir de la Patria, bien quisiramos ayudarle en todo cuanto est a
nuestro alcance, aqu donde usted ha comprobado una forma armo-
niosa de vida en donde los hombres han logrado superar un pasado
oprobioso y los nios y jvenes bajo una formacin integral crecen
y se fortalecen. Estamos dispuestos ciudadano Presidente, a prestar
nuestros servicios desinteresados por el bienestar de todos nuestros
compatriotas.
10. Aumentar los aportes de Los Girasoles a las rentas nacionales es una
soberana injusticia, ya que del presupuesto de la Nacin, ni siquiera del
situado constitucional, se destinan aportes para la salud, educacin y
otras necesidades, ninguna partida a pesar de nuestros aportes.

FIRMAN

Poco grato el contenido de aquel documento para el ciudadano


Presidente. Lea en el Consejo de Ministros con su proverbial sonrisa
de Mona Lisa, de mona chita o mono triste; lo pas a su secretaria
privada, que sentada en sus piernas le acariciaba.
-146-
Juan Gonzlez

Los periodistas, de nuevo, ante el Zambo. Qu se traen? Ayer, du-


rante la visita del Presidente conversaron bastante, sobre todos los pro-
blemas que preocupan en Los Girasoles. Saludan y pasan al interior.
Habla Julio:
Zambo, creo que esa poltica es de ablandamiento y de acuer-
do con el giro de la situacin nacional, enfilarn todas sus bateras.
La situacin nacional se agrava cada vez ms Julio!, cercano
est un comicio electoral, cualquier accin sobre Los Girasoles en
este instante es un disparate poltico.
La reflexin de Juan se ajusta a nuestras conclusiones en el
Consejo de Familia. La celebracin del Congreso Mundial por la
Paz en el marco de la Feria, servir de muro de contencin. En la
agenda est contemplado el anlisis de la situacin de Latinoam-
rica, coyuntura favorable para que todos nuestros pueblos sepan lo
que aqu se est debatiendo.
A propsito de ese proceso electoral que acabas de mencionar
cmo abordan ustedes el nombramiento de las autoridades?
Me ola que eso es lo que los traa. Quieren saber si celebra-
mos librrimos comicios. Les informo: al principio, los pioneros nos
vimos en la obligacin de asumir la direccin de algo que para no-
sotros no era asimilable, pero estbamos conscientes; algo se vena
forjando. A los cuatro aos, cuando creamos haber echado las
bases para un desarrollo armnico, hicimos nuestra primera consul-
ta a travs de un documento elaborado en lo que dimos por llamar
el Consejo de Familia. Planteamos: conformar en cada una de las
cuatro zonas en que estn divididos Los Girasoles, una direccin
zonal. En un mes se llev a cabo todo este proceso, particip el no-
venta y cinco por ciento de los habitantes. Esa direccin procedi a
nombrar las direcciones por manzanas. El Consejo de Familia fue
ampliado, sumndole un representante por cada zona.
Perdn, Zambo, quin fiscalizaba esos procesos?
La mam de Tarzn!
Por favor Zambo!
Qu favor del coo! Esa es una pregunta indignante. No
tienen suficiente conocimiento de cmo se manejan y marchan aqu
las cosas? La pulcritud con que se manejan los recursos? No se han
dado cuenta que los miembros del Consejo de Familia comen, visten
y viven tan igual como el resto de la poblacin? Coo y vienen a
-147-
Los Girasoles

hablarnos de procesos electorales, del nombramiento de los repre-


sentantes del pueblo, del ciudadano Presidente! All tienen el que
acaba de salir de aqu, all en Palacio sucede que es frecuente que
cuando hay algn brindis, salga borracho en cuatro patas. Debemos
nombrar a los alcaldes y gobernadores, pillos de profesin y oficio.
Y ustedes los periodistas son los vendedores de imgenes, quienes
ponen el maquillaje para embellecer a horribles vagabundos!
Un momento Zambo!
Qu momento del coo!
Djanos explicarnos.
Explquense.
Hay un problema con el ejercicio del poder, si se permanece
mucho tiempo en l, quienes lo ejercen actan como posedos, ele-
gidos por los dioses, seres providenciales y nosotros somos enemigos
de las hegemonas grupales o individuales.
Juan, has visto alguna manifestacin de las por ti sealadas?
No crees que el hombre debe nombrar libremente a quien l
desea debe gobernarlo o representarlo?
Julio, debo decir algunas cosas: de acuerdo, son vlidos esos
argumentos. Una pregunta cules son las credenciales del ciuda-
dano que va a representarme? Lo escojo libremente? No, aparecen
las ofertas, en la televisin, radio y prensa, quien tenga ms dinero
ocupar ms espacios, sin embargo, aparece un personaje popular
con gran aceptacin, a l se acercan los factores de poder, sueltan bi-
lletes, y si el hombre llega, cobran con elevados intereses: Ministe-
rio de Hacienda, Banco Central, Ministerio de Comercio Exterior,
gobernadores, alcaldes y otros cargos menores. Por supuesto aquel
producto sale a la calle bien presentado pero adulterado, y antes de
ganar las elecciones, ya el hijo de puta me ha vendido a unos cabro-
nes; compras el producto por la marca, ms tarde te das cuenta: es
una estafa.
Disculpe a Julio, Zambo, y a m si digo otros disparates; cierto,
nos resulta difcil romper con nuestros viejos esquemas (no s hasta
cundo lo estaremos repitiendo). No, para nosotros no est planteado
en Los Girasoles formas distintas de gobierno y su eleccin, diferen-
te a las escogidas por la misma poblacin. La preocupacin?, ya lo
dijo Julio: la posibilidad de la perpetuacin del poder, es un supuesto

-148-
Juan Gonzlez

negado, pero no es malo hacer la reflexin, por las imperfecciones


humanas.
En ese terreno podemos discutir, y es curioso; aqu regu-
larmente se hacen consultas, pero con otros parmetros. Melesio,
Manuel Rodrguez, Perla Madonna, Fluido, Silbido y Joseto,
hemos planteado la necesidad de ser sustituidos, por ms de cinco
aos lo venimos pidiendo. Los representantes de las cuatro regiones
y los de las manzanas, dicen: Mientras la conduccin de nuestros
intereses, mientras la marcha de la economa, de la educacin, la
salud, produccin, deportes y cultura no decaigan, ustedes deben
permanecer en la direccin de Los Girasoles.
Tanto Julio como yo estamos conscientes de cunto repre-
senta esto como esperanza de una nueva forma de vida, en donde
el hombre no viva bajo la constante angustia del maana dentro de
un presente azaroso, y en donde todo esfuerzo no da ms que para
medio comer.
Ya les deca, celebramos consultas cada dos aos, la gente se
organiza a nivel de manzanas y de los cuatro sectores, participan
todos los mayores de diecisis aos para nombrar los nuevos Con-
sejos de Familia, pudiendo ser ratificados quienes estn en ejercicio.
Se conforman Comits de Salud, de Educacin, de Produccin y de
la Cultura.
Zambo, eso de tantos comits me huele a Kuomitans.
Nuestros mujiks estn organizados en konsomoles.
Un poco de humor, Zambo.
Buenas noches.
Otra vez con las tablas en la cabeza. Juan increpa a Julio:
Qu le ocurre amigo? Demasiada incoherencia, necias pro-
vocaciones, frases hirientes y altisonantes. En casi diez aos ejer-
ciendo junto a usted este digno oficio, solidificando cada da ms
nuestra amistad, nunca antes le he visto tan necio y empequeecido.
Qu le ocurre amigo?
Es que acaso he metido la pata?
No es el Julio que yo conozco, un hombre tan equilibrado
jugando al loco. Hermano, qu le ocurre?
Te confieso que me cae gordo el Zambo: Miren muchachos,
olviden por un momento que son periodistas, no pregunten tanto y
escuchen a la gente, tiren el carnet del Colegio al ro, bense en l,
-149-
Los Girasoles

tirndose de espalda para que toda la suciedad que les ha salpicado


durante treinta aos de vida, les desprendan las aguas y arrastre la
corriente, esas aguas purifican.
No, eso no lo dijo un miembro del Consejo de Familia, fue la
seora Leo cuando intentaste ahondar en una relacin entre ella y el
famoso pintor que la plasm en una pequea tela.
Fluye de manera incesante la vida en Los Girasoles, como
fluyen las aguas de sus ros cristalinos y asciende el hombre en la
escala humana. El animal que lleg de la ciudad por la selva fue
domesticado y hasta lleg a confundirse con el resto de las especies,
a tal punto, que el Mata Tigre Manuel Rodrguez, abjur de la
caza de ese animal, y sin embargo en Los Girasoles es en donde ms
el hombre se ha diferenciado del resto de los animales, gracias a sus
manos, par de instrumentos mgicos dice el poeta: La mayor di-
ferencia entre los animales/ de nio volaba tras las mariposas azules/
posbame en la copa de los rboles/ aleteaba sobre los mares/ cunta
tristeza al despertar un da/ mis alas haban desaparecido/ por suerte
repar en mis manos/ al levantarme me doy a contemplarlas/ les doy
las gracias besndolas/ las mas son las de un hacedor de sueos/
como hacedor de lo til y lo bello/ me elevan a espacios infinitos/
han escrito un libro/ plantado un rbol/ cierto que a veces han gol-
peado a irrespetuosos/ son suaves y delicadas cuando en el acto del
amor acarician a una dama/ las extiendo en gesto solidario/ entre-
gando cuanto lleve en ellas/ han peleado por los condenados de la
tierra una pluma, una escoba y un fusil!/ han empuado tres armas
indispensables para barrer toda la porquera/ que son sociedad y son
hombres/ arrojan a diario a la calle:/ Mis manos. Instrumentos
mgicos! En Los Girasoles se vive una constante: nos necesitamos
los unos a los otros; hay una religin que abrazan todos: el amor al
trabajo. Aqu nadie es dueo de nada y puede disfrutarlo todo. No
hay los dems. Ese nadie, empleado antes, lo estamos suprimiendo
diciendo personas, as que aqu no hay nadie ni dems, slo gente.
Tampoco negamos las individualidades y nos gusta competir, eso
nos hace crecer. Hemos copiado una consigna que trajo Vctor Soto
de una isla del Caribe: Ni segundos ni terceros, luchamos por ser
primeros. Al levantarnos, nos empinamos sobre la punta de los pies
abriendo los brazos y con la yema de los dedos de las manos, acari-
ciamos las bvedas del cielo: cielo ozono, cielo azul, cielo sueos.
-150-
Juan Gonzlez

El concepto de nosotros y de lo nuestro, impone el nos por


encima del yo, y cada yo es un ser nico, incomparable e intransfe-
rible. El hombre vive sobre la cresta de la ola, desafiando las furias de
Neptuno y Poseidn, dioses colricos de los mares cuando se trata
de la defensa de Los Girasoles, y si es necesario desafiamos a todos
los hombres, a todos los dioses y a todos los demonios. Intentamos
erradicar del cuerpo y del alma todas nuestras miserias, ampliando
cada vez nuestros conceptos sobre el mundo del hombre, el mundo
de la naturaleza, el de la sociedad y el mundo de las cosas. Los que
en principio llegaron y los que vinieron ms tarde, casi todos salan
como de un invernadero, bajo las catacumbas de una sociedad opre-
sora, despertaron a la vida, emergiendo como ser-social-humano.
Posiblemente muchas neuronas tanto tiempo ociosas, aqu con el
hombre hayan despertado, reparado el cableado para establecer un
mejor contacto entre la sinopsis para llevar ms y perfecta informa-
cin al neuroeje, y este poder dar las ms rpidas y mejores respues-
tas. Lo mejor de todo?: el gran pacto con la Madre excelsa, que la
han estado devorando. Ella dijo: Te doy la luz y energa del sol, te
doy las aguas, te doy los rboles, te doy la flor, te doy los frutos, te
doy el aire y tantas especies para tu alimento, slo te pido no me
degrades. Conmovi al hombre la voz de la Madre ofrecindole
tanto, pidindole tan poco a cambio y se comprometi: sembrarle
diez por cada rbol arrancado, por cada criatura sacrificada cinco
deben ver la vida, en cuanto a las aguas; Los Girasoles es un de los
pocos lugares del mundo donde stas se siembran.
La identidad hombre-natura, desde nio se va adquiriendo, en
el hogar se inicia, en la escuela se profundiza y en los campos y vida
diaria se aplica. No olvidemos el compromiso es visin de con-
junto, de all se parte para el anlisis y poder llegar a la sntesis para
luego transformarla en tesis. Algunas palabras, en el diccionario
de Los Girasoles han sido borradas: lo mo, las masas, los yo, los
dems, nadie, los excluidos, los marginales, las vanguardias, lder,
jefe, patrn y otras excluyentes, peyorativas.
No hay jerarquas institucionalizadas, ni existen estructuras
burocrticas representativas del Estado, imperan principios natura-
les: respeto por el hombre y por la naturaleza.
Tienen indicios, aqu y all husmean. Se da por descontado que
el financista es mster Brown quien permanece en la sombra. Ya no
-151-
Los Girasoles

es azufre sino un proyecto habitacional para cuatro mil familias,


que ms tarde se duplican. El proyecto urbanstico no era un simple
parabn.
Mster Brown es nuestro hombre, segn los indicios, tir
aqu mil millones. Qu haba ms all del conjunto residencial?
Qu crees t Juan?
Julio, un helicptero va y viene y sigue viniendo. Un da una
pista para aviones medianos, ms tarde es borrada del mapa, ne-
gocios? Cules?: piedras preciosas, pieles, materiales estratgicos.
Alguna combinacin con las nuevas tribus que han penetrado la
cuenca amaznica?
Y don Manuel Garca y Maldonado, el jurungo clave le da un
infarto en el camino y se lleva sus secretos a la tumba.
Juan, quines o quin da el golpe de timn en un giro de
ciento ochenta grados y hace que la barca se dirija a tan extrao
puerto? Qu sabe Vctor Soto el socilogo profesor universitario?
Es quien selecciona al personal y ms tarde al resto de la gente que
viene a habitar Los Girasoles. Por cierto, cumianga el tipo. Un
hombre audaz que de incgnito viene a la regin.
Julio, quin realiz todo el papeleo, adquiri las tierras? C-
mo se logr esa permisologa en una zona tan delicada como lo es la
Amazonia, el pulmn vegetal del mundo, desde donde se vierten casi
el cuarenta por ciento de las aguas dulces al Atlntico?
Juan, a pesar de tanta agua, a m me gele a quemao.
A mi mente le cuesta digerir cmo han logrado tanto desa-
rrollo con una inversin inicial de apenas mil millones; los cuatro
ltimos gobiernos nuestros han gastado unos cuantos billones y el
pas lo nico que ha acumulado es deuda y miseria.
Julio, bien sabes que aqu no ha habido acumulacin de capi-
tal, los bienes de produccin se han invertido reproduciendo benefi-
cios sociales, no hay derroche ni confort excesivo, de all que tengan
tan buena infraestructura, nadie acumula el producto de la fuerza
de trabajo.
Juan, de la revista piden salgamos tras las huellas del bendito
gringo.
Lo siento camarita, en este momento no pienso viajar, arre-
gl mis problemas con Rosalba.

-152-
Juan Gonzlez

Coo, panita, usted est cambiado por cuquita. Yo s salgo


tras la noticia, debo localizar a mi fantasma favorito.
Los maizales se han ido extendiendo por las bajas colinas y las
papas van remontando la montaa, un poco ms abajo junto al can:
tomates, cebollas, pimentones, zanahorias, se dan jugosas y de buen
tamao; para tomates y pimentones se emplea la tcnica hidropnica.
Un poco ms arriba aparecen los pepinos, el coliflor, el ajo y la beren-
jena. Muchos de estos productos son procesados y envasados, segn
una tcnica empleada por campesinos de las riberas del Volga, intro-
ducida aqu por el Kosako. Hay grandes parcelas verdecitas en ramas:
cilantro, hierbabuena, apio espaa y ajoporro.
Generosa, la tierra da buenos frutos, salvo con el trigo, intentos
fallidos, es muy fuerte el clima, pero abunda la yuca y no falta el
casabe; siembran mucho maz y all tienes la arepa, los granos y el
arroz se dan profusamente. Suministra la Madre, ella alegre res-
ponde a todas las exigencias porque el hombre protege a todas sus
especies.
La cosecha de maz superar en mucho a la del pasado ao; las
fbricas de harinas y aceite, tendrn bastante materia prima.
Qu piensas t Rafael?
Rafael Lpez el Gago, hombre de campo, lder campesino,
enfrentado todo el tiempo a los terrfagos. Los latifundistas pu-
sieron su cabeza a precio y tras Rafael fueron los sicarios, se salv
de milagro de un atentado perdindose en la selva acorralado, una
semana ms tarde fue encontrado por los aborgenes de La Espe-
ranza, estos lo trasladaron a Los Girasoles, y desde entonces, all
se qued sembrando, con cierta nostalgia por sus compaeros del
campo, a veces se le oye recitando: Nuestro campesino/ rasgua
la tierra /planta la semilla/ mirando a los cielos/ clama por las llu-
vias/ vela da y noche/ y vive rogando/ no invada la plaga/ azote el
verano/ ni abusen los vndalos/ los frutos se han dado/ los lleva al
mercado/ vende, cobra, paga/ y queda endeudado.
Me preguntas qu pienso?: aqu estoy aprendiendo a pensar
de nuevo. Los esfuerzos del hombre son bien recompensados, ama
la tierra y sta, generosa, le da ms y mejores frutos. El maz est
bonito. Habr bastante mazorca para las arepas y las cachapas, a la
caa s la veo apagata, no las ray la Royal. T naciste aqu Francisco
y te has criado en Los Girasoles, sientes un gran amor por la tierra,
-153-
Los Girasoles

yo te he visto besndola y acariciando sus frutos, por lo grande, por lo


hermoso, por lo bello, amor tuyo natural que ha brotado de tu alma
y demuestras cunto la amas. Yo he llegado a maldecirla: abuelo,
padre, hermanos, tos, sobrinos, pegados de sol a sol para arrancarle
unos mendrugos, sin haber conocido otras formas de vida, aqu en
tan poco tiempo, me he reconciliado con el campo.
Amigo Rafael, me atrajo el campo desde nio, y desde nio
me fui confundiendo con sus elementos, era coleccionador de in-
sectos e investigaba sobre su utilidad o perjuicio, mis compaeros
de clase me llamaban busca bichitos. Poda pasar todo un da con-
templando la vida de los insectos, una vez pas casi tres horas bajo
un reventadero de sol contemplando el ir y venir de unas hormigas,
de pronto, se detienen frente a un agujero dando vueltas alrededor,
no podan pasar los trozos de hojas que cargaban, parece que hubo
una orden, soltaron la carga y continuaron la faena recolectora, al rato
subi una cuadrilla con picos, palas, chcoras, escardillas, ampliaron
la entrada y bajaron cuanto haban amontonado. La cuadrilla recogi
sus instrumentos y se perdieron por el mismo. Dato curioso, observ
una piedra que haca ms difcil la ampliacin, pero no emplearon la
dinamita, cavaron ms abajo.
Organizacin, Francisco, sentido de grupo.
Cierto, es la sociedad animal perfectamente organizada, con
un gran sentido de comunidad, la participacin colectiva es para ellas
la mejor forma de resolver los problemas.
Una buena leccin muy bien aprendida en Los Girasoles.
Slo que en Los Girasoles no somos hormigas.
Francisco, todo esto que ahora hablamos, me ha hecho re-
cordar las enseanzas de mi padre que tena, al igual que t, una
gran identidad con esos elementos, con muy poca instruccin pero
con una extraordinaria intuicin, deca: Cada uno de esos bichitos,
tienen su razn de ser, quisiera a veces ser como ellos y poder explo-
rar las primeras capas de la tierra, ver cmo toma agua una mata de
maz a travs de las raicillas, y el momento cuando el pequeo tallo
muestra su cara al sol. Cierta vez me pregunt: T nunca has es-
cuchado el glu glu de las races cuando toman el agua que nutre a la
planta? No has sentido caer una semilla al suelo, cmo la envuelve
la tierra, rompe su envoltura, se va alimentando, cambia de forma y
vuelve a ser planta?.
-154-
Juan Gonzlez

Cuando he salido de Los Girasoles, casi me han dado ganas


de llorar al contemplar tanta tierra ociosa y cunta necesidad de
comida, y lo ms triste, tierras buenas con ros que las atraviesan y
para colmo de mi angustia, veo por all escondido en el fondo, un
rancho miserable, un hombre, una mujer y unos nios famlicos.
Tantas posibilidades de producir el sustento y cunta pobre-
za. Por suerte, no existe ese problema en Los Girasoles, pero cunta
melancola saber que otros padecen.
Y andan asustando con la teora de Malthus.
Quin es ese jurungo Francisco?
Un estudioso de las ciencias humanas que esboz una especie
de teora, segn l: Mientras la produccin de alimentos crece en
progresin aritmtica, el crecimiento de la poblacin est expresado
en progresin geomtrica.
Ahora con la aritmtica y geomtrica estoy como loro en estaca.
Rafael, significa que mientras se cosechan cincuenta kilos de
caraotas, nacen cien muchachos, y que terminamos alimentndo-
nos con pastillas.
Se supone ms pequea una de mandarina que la de patilla.
Mamador que es usted. A propsito, en mis pasantas por
hatos y haciendas ya para graduarme, miraba con tristeza cmo in-
cineraban toneladas de productos y arrojaban al lado camionadas
de leche, y cuando uno preguntaba, le respondan: Cuestiones del
mercado, y yo de eso ni puta idea tena!
Actividad incesante en el confortable y acogedor hotel. Por
todos los pasillos y salones hay grupos de gente conversando. Muchas
flores, gratos olores. Quedamente llegan a los odos las notas del Con-
cierto de Aranjuez. Hombres y mujeres de distintos pases y variadas
edades, estudiosos de los graves problemas que aquejan a la huma-
nidad, acuden al Congreso Mundial por los Derechos y la Dignidad
del Ser Humano. En la entrada puede leerse: Ser Humanista/ es
muy bonito/ pero es muy triste/ la tanta pena/ la tanta angustia que el
hombre sufre/ te mortifica.
Socilogos, educadores, antroplogos, historiadores, acadmi-
cos, escritores, poetas y toda una gama de representantes de sectores
artsticos y culturales; no faltan ecologistas, filsofos y muchos acti-
vistas de la cultura popular. En lo alto de una de las Siete Colinas se
divisa la vistosa edificacin. Es como una rplica de un famoso hotel
-155-
Los Girasoles

que en un tiempo alberg en la capital a las figuras ms prominen-


tes en las artes, las ciencias, la poltica y la economa que llegaban
al pas. Dos frondosos y corpulentos samanes franquean la entra-
da del hotel. Sobre este rbol corre una leyenda: No hay otro que
d una sombra ms fresca, atrae a los poetas, a los seres sensibles;
quien pone una mano sobre su tronco, siente como si la savia que lo
alimenta subiera por el brazo, entrara al torrente sanguneo y te lle-
nara de vigor y voluntad. Por el fenmeno de sus hojas que cierran
de madrugada y retienen el agua del roco, despide tanta frescura y
genera tanto musgo.
Se multiplican los miembros del Consejo de Familia para aten-
der a tan distinguidos visitantes: estudiantes, profesores y maestros,
sirven de gua y dan respuestas a las preguntas. En las calles, nios y
nias los abordan, responden cualquier interrogante y a su vez inte-
rrogan, sealan lugares y se prestan a llevarles. Todo nio mayor de
ocho aos, conoce la historia de Los Girasoles, muchos de ellos han
vivido grandes acontecimientos.
Por peticin de los directores del Congreso, se lleva ste a cabo en
Los Girasoles, tiene que ver tal peticin por las amenazas que se cier-
nen sobre una regin que est dando al mundo una de las mejores lec-
ciones de la historia. Gracias al trabajo de los dos periodistas, el mundo
tiende sus ojos sobre Los Girasoles, muchos gobiernos ven con recelo el
fenmeno, otros, le prestan su mayor apoyo.
El Consejo de Familia, buenos como anfitriones, celebran una
sesin especial en honor a los distinguidos visitantes. Luego de
breves palabras, Rosalba Briceo, oradora de orden, se dirige a la
concurrencia. Luego del saludo ceremonioso y de nombrar a unas
cuantas personalidades, expresa:
Nuestro mayor agradecimiento por el enconado esfuerzo de
ustedes, para que en un lugar tan apartado del mundo, se llevase a
cabo este honorable congreso. Segn gelogos y antroplogos, se
encuentran en donde el planeta tierra sac su partida de nacimiento.
Conozco la obra de algunas personalidades: Sartre, Garca Mr-
quez, Bertrand Russell, Salvador de la Plaza, Juan Garca Bacca,
Eduardo Galeano, Mario Benedetti, nuestro amigo Saramago
y otros, cuyos nombres en este momento de mi memoria escapan.
Ahora cuando hemos tenido la suerte de estrechar sus manos y es-
cuchar de sus labios tan acertados planteamientos, consecuentes
-156-
Juan Gonzlez

con su amplia concepcin del mundo del hombre, el mundo de la


naturaleza, de la sociedad y de las cosas, no nos queda, aparte de
dar las gracias en nombre del Consejo de Familia, en el de todos los
habitantes de Los Girasoles y en el mo propio, debo agregar: placer
y alivio han sentido nuestros corazones al escuchar en boca de hu-
manistas de la talla de ustedes, unos argumentos que bien deben
llevar a reflexionar al Gobierno Nacional en profundidad, en razn
de cunto representa nuestra experiencia para los destinos de la hu-
manidad. Ese documento con las conclusiones lo conocern hasta
nuestros hijos, slo deseamos, esperamos y exhortamos a darlo a
conocer tambin en sus pases de origen, y de ser posible al resto del
mundo. Seoras y seores, muchas gracias.
Son las seis de la tarde la anunciaron los loros, hay un lugar
en Los Girasoles, de la plaza un poco ms arriba, enclavado muy
cerca de las aguas del ro; es un sitio de solaz y esparcimiento, all
acuden los pioneros de vez en cuando. Juan de la Cruz Gonzlez, el
Zambo y Manuelito Rodrguez, se encuentran aqu conversando.
Grandioso, Zambo!
Manuelito, qu cosa ms grande! Cundo iba yo a imagi-
nrmelo, ni an viviendo diez vidas lo creera y las he vivido, las
hemos vivido. Cuando conocemos a un hombre y su obra a travs de
los libros, bien lo dijo Rosalba: Se teje un mundo de sueos, porque
ese hombre es gua en la bsqueda de superiores formas de existen-
cia, es un paradigma, tratas de seguirle, pero no tenemos clara la
idea de la dimensin del compromiso, la cual calibramos cuando
nos percatamos de los factores tan poderosos que debemos encarar.
De pronto Manuel, los tienes enfrente, te firman un libro, conversan
contigo, y cuando los oyes sientes que ests alcanzando las nubes.
Siempre hemos confiado en la grandeza del hombre, en cualquier
lugar o rincn del planeta, ustedes nos han dado la demostracin
ms grande, de cun en lo cierto hemos estado. El hombre t, Mata
Tigre, el hombre Joseto, la mujer Rosalba, el hombre Melesio, el
hombre Fluido, el hombre Silbido, l Perla Madonna: Millares de
hombres y mujeres en este rincn del planeta Los Girasoles.
Coo, Zambo y toda esa vaina cabe en tu cerebro?
Por favor, Manuel Rodrguez, tratmonos igual como cuando
venamos por esos caminos sin rumbo fijo, asediados por nuestros
propios miedos.
-157-
Los Girasoles

Perdneme mi Zambo; cunto hemos crecido casi sin per-


cibirlo, los hombres del Congreso llegan y nos calibran, y nosotros,
seguimos siendo los mismos, para nuestros adentros, aprecian de
afuera y lo manifiestan, y eso no te afecta.
Viste! Cun elevado ese pensamiento!
Zambo, unos ms que otros hemos crecido en esta tierra, tu
caso, por dems curioso. Yo me paseo todos los das por los caminos
recorridos, buscando al inaccesible Sur, tropezando a diario con un
hombre encaramado sobre un armatoste de hierro, que l llama Mi
Nia: aqu abriendo camino, all taponando un ro para abrirnos
paso y con una idea a flor de mente ante cualquier obstculo. Grande
se hizo en el camino, llegamos y se ha agigantado, el obrero de ma-
quinaria pesada en Los Girasoles es intelectual.
No me eche esa vaina Manuelito. Siempre tuve de cabecera
un libro, fui conociendo a travs de sus obras y su vida, a unos seres
creyentes, ser conciencia de un pueblo y al verles ms de cerca termi-
n por odiarles.
Aparecieron una maana, dos colosales tallas en madera, nadie
sabe quines, cmo ni cundo, fueron instaladas. Una de doce metros
de altura, efigie de una esbelta figura, la otra, cuatro metros ms baja,
cuatro de dimetro tiene esta, tres la otra. Han sido bautizadas como
el gordo y el flaco. Representan la imagen de dos hombres, no me
pregunten nombres, aunque el del autor de la obra, no podras negar-
le: el viejo Melesio, tallista desde nio, por azares de la vida, aban-
don el oficio. Curioso el destino para quienes se explican la vida,
por un sino: cuando slo el cansancio pareca quedarle, junto con el
olvido, fluy ms y mejor sangre en Los Girasoles, ensanchando las
venas, avivando la mente, dando fuerza a los msculos. Y toma de
nuevo las cuchillas, afila los formones, vuelve a sentir el ruido de la
sierra, percibe el olor de la madera, hunde con precisin la caladora,
el taladro perfora, pule la lijadora. Todo gracias a sus manos, l las
llama mis instrumentos mgicos. Ahora dice Melesio:
Voluntad, coraje y trabajo, el mejor remedio contra la arterios-
clerosis, sobre esto, he elaborado una tesis: el aire del valle purifica y
dilata los pulmones, la sangre llega al corazn con ms oxgeno, corre
cantando aleluya por todo el torrente sanguneo, fortifica los mscu-
los, da ms fuerza a los huesos, las glndulas rejuvenecen, el resto de
los rganos se crecen; sube por las cartidas a la sala de mquina, en
-158-
Juan Gonzlez

donde est el cableado que mueve el engranaje y en la computadora se


van fijando datos y aumentando su capacidad de respuesta. Todo esto
a travs de voluntad, coraje y amor al trabajo.
Al principio pregunt el Zambo:
Para qu los dos rboles?
Obedezca y calle le respondi Melesio.
El hombre intenta replicar ante aquella grosera, pero call y
obedeci. Ms tarde aclararan. Ni tan hiriente la frase, conoca
bien al viejo Melesio, al final agreg en tono zumbn:
Tenga la seguridad, no sern para lea ni para hacer carbn.
Una de las figuras se presenta ante Melesio en vivo, en carne y
hueso insistimos en callar los nombres de aquellas imgenes la-
bradas. Todos son merecedores de este y mayores homenajes, pero
al viejo Melesio se le ocurri tallar aquellos dos. Es indudable el pa-
recido, el colorido es refrescante an en los ms pequeos detalles: el
negro de las pupilas de uno, azules en el otro, finos y delgados labios
en una boca, gruesos en otra. Una cabellera lisa y bien peinada, en la
otra encrespada y alborotada. All estn a la entrada del puente que
da a los campos, el par de colosos, como dos celosos centinelas.
Est frente a Melesio, mirando cmo ste se mueve de un lado
para otro aceitando algunos instrumentos. El visitante, da la impre-
sin, est ensayando cmo abordarle
Melesio, no cree usted que
Yo s creo.
No acab la pregunta.
Acabe pues.
Se siente desconcertado, no le sale el discurso preparado, debe
haberse enredado en alguna sinopsis camino a la boca: comenza-
ra por alabar la obra, bien mereca los gratificantes elogios. Silbido
es un hombre de amplia cultura, adquirida fuera de Los Girasoles.
Hijo de familia pudiente, conoce los mejores museos de Europa
esos que exhiben la cultura de medio mundo, producto de la
accin de los filibusteros ingleses, espaoles, franceses y de otros
bucaneros. Est fuertemente impresionado, ante aquel par de obras
colosales, sobre todo, por el fino acabado. Una gran preocupacin le
atormenta: nefasta aquella distincin!; todos son merecedores de
los mayores honores, lo ha repetido siempre. Aunque difcil pensar

-159-
Los Girasoles

en resquemores, nadie sabe cmo puede reaccionar el hombre, es


tan impredecible. Melesio rompe el silencio.
Mire camarita, andbamos el Zambo y yo explorando un
poco fuera, cuando vi el par de rboles, los seal y dije al hombre:
Zambo, yo necesito llevarme esos dos troncos. Estaban secos. l
me respondi:
Bueno, cheselos al hombro. Yo me vea aserrndolos, cor-
tndoles, dndoles forma. Prepar mis herramientas, y fue dale y
dale como en un sueo, hasta cuando despert una maana y vi en
mi taller a ese par de figuras. Silbido, te confieso: haba pasado por
all muchas veces.
Y por primera vez viste al Silbido y al Zambo.
Quiere que le diga algo? Podemos pasar muchas veces por
un lugar, y en un momento, lo que antes ligeramente habamos
visto, ahora miramos, es el momento cuando fijamos, y surge la
tela, emerge la talla, aparece el poema, nos ocurre a todos los ha-
cedores de sueos. Cuando le dije al Zambo obedezca y calle, no
llegu a medir mi grosera, no haba ningn razonamiento lgico,
los rboles haban entrado en mi cerebro, el ms corto y ms grueso
pareca cruzar los brazos sobre el pecho, como lo hace el Zambo; el
ms largo y delgado, por curiosidades del enramaje, mostraba una
rama deshojada, como un dedo sealando el horizonte, por todo el
camino usted lo vino haciendo.
Veinte aos de diferencia entre este par de hombres, a eso hay
que sumarle de dnde vienen: el ms viejo gordo y bonachn, coci-
nero de oficio, y brujo por aficin, tallista en los mejores aos de su
vida; olvidado por un tiempo tras de una avera. Por all se le fue
desgastando la vida, hollando caminos sin horizontes. El otro, un
profesional de la ingeniera, con fama, fortuna y un futuro hala-
geo. En la travesa se fueron encontrando, el encuentro los fue
nivelando, y en Los Girasoles, las diferencias desaparecieron. Se
dieron cuenta que pertenecan a la misma especie, andaban juntos
en aquella empresa, eran hijos de la misma patria y posean ambos
nobles sentimientos.
Melesio, yo quera
Silbido, le promet a ella sembrarle todos los rboles que me
fueran posible, por haberle arrancado aquellas dos bellas estampas,
y entre carretos, apamates, samanes, caobas, pinos, bucares y otras
-160-
Juan Gonzlez

especies, en estos ltimos cinco aos que me llev la obra, sembr


seiscientos ejemplares y ninguno se ha secado, pero no tengo edad
para tallar cuarenta y siete figuras ms, ni para sembrar millares de
rboles.
Melesio, pueden surgir
Resentimientos Cundo? Quin ser capaz? Esta gran
familia que nosotros hemos creado, en esas dos figuras se ven re-
presentadas. No s si la vanidad me jug una mala pasada y quise
perpetuar mi nombre con esa obra.
Coo Melesio que yo no he pensado en eso! Y ahora me es-
cuchas!: ms que nadie celebro tu ingenio, es una obra digna del ms
famoso tallista de madera en el mundo, extraordinaria obra, pero temo
que no sabemos cmo puede reaccionar la gente, y que de pronto se
rompan los hilos que por tanto tiempo han mantenido a esta familia
unida, no quiero discutir merecimientos. Temo, temo repito: susurros
y comentarios, temo el enrarecimiento del ambiente.
Quin se atrevera?
No faltar quin, Melesio, somos humanos, imperfectos e
impredecibles. Aqu ha mejorado un mundo el hombre, pero an
andamos en paales.
Imagin que realizaba una obra encomiable, cinco aos me
llev culminarla, casi digo que fue un trabajo clandestino.
Viejo, aplaudo y admiro tu talento, todo ese esfuerzo, tal vez,
de no ser yo uno de esos personajes por ti tallado, hara otras consi-
deraciones.
Pens por mis tantos aos que nunca llegara a culminarla,
recbanla como un testimonio de reconocimiento y afecto de un
viejo que junto a ustedes, ha vivido los mejores aos de su vida, y que
tal vez no pueda acompaarles por mucho tiempo.
Mire, viejo Melesio, no quiero seguir discutiendo esto, bsque-
se la bruja con el Concha e Palo y la morronga que tiene dentro,
localcelos rpido antes que se nos vayan a salir las lgrimas.
El brujo mira a Silbido con los ojos aguados, se levanta, va y
trae la botella, sirven, elevan las copas, las llevan a la boca y luego
se abrazan. All estn a la entrada del puente, tallados en madera el
Silbido y el Zambo, an las figuras no han sido develadas, la gente
comenta, son dos santos tapados.

-161-
Los Girasoles

Juan y Julio creen tener entre manos una punta del ovillo, de un
carrete llamado mster Brown. Julio presiona a Juan, y Juan se frena,
algo en Los Girasoles le retiene.
Entonces, compita, cundo salimos?
No, compita, por ahora ni lo piense.
Ah caramba!, ya s qu le retiene. Se han perdido imperios,
fortunas, herencias, empresas, reinos, que se pierda un pendejo
como usted por un puo de pelos, a nadie sorprende.
Va en serio, Julio, por una mujer as, bien vale la pena se pierda
un pendejo, pero para m es como ganar el cielo. Pienso darle esa sor-
presa a la vieja Rosala, siempre me ha dicho: Yo quiero un nieto,
pero legtimo, porque como dice la cancin: Los hijos de mis hijas,
mis nietos son; los de mis hijos, son o no son . Ella los ha criado
como si los hubiese parido, con dedicacin y cario, pero tiene razn,
basta de andar vagabundeando.
Lo entiendo, sera mezquindad de mi parte, estar enamo-
rado es algo bello y casarse con una mujer como Rosalba bien vale
la pena. Le expliqu a Graciela, ella comprende, parto esta semana
para el pas del Norte.
La elevada pared de cuatro metros de alto y ciento cincuenta de
largo, uno la ve alargarse a travs de una hilera de frondosos rboles
cubrindola de sombras, aunque el sol radiante del verano ilumine
sus ramas. Pared nveamente blanca arropando todo el recinto del
camposanto. Dentro, jardines floridos, una rica arboleda y el canto
de los pjaros, al fondo pasa el ro, dejando escuchar el canto de las
aguas y si algo faltaba a la acuarela; sopla la brisa, danzan las palmas.
Ancha la puerta de hierro forjado. El mrmol labrado por el hombre
en mausoleos de ribetes verdes, para honra de los deudos. Tres am-
plias avenidas de quince metros de ancho de Este a Oeste, veinte
calles de Sur a Norte. Visit la capilla rodeada siempre de gente, all
reposan los restos de Francisco El Chivo, el hombre ms arrecho
del mundo. Son diez hectreas de un terreno plano en la parte baja
del valle. Hoy hay un movimiento inusitado. Hoy hay un movimien-
to inusual, no, no ha ocurrido ningn hecho luctuoso ni entierros
colectivos: hoy dan cristiana sepultura a don Manuel Garca Maldo-
nado, cuyo cuerpo ha sido rescatado de lo profundo de la selva. Don
Manuel era el jefe de la expedicin a Los Girasoles y le dio un infarto

-162-
Juan Gonzlez

en el trayecto. Por todo cuanto ha ocurrido en el tiempo, nunca hubo


infarto tan oportuno ni tan celebrada muerte.
Mster Brown un mecenas u otro de esos filibusteros que desde
el pas del Norte ha infectado las aguas del Caribe? Dnde encon-
trarle? Parece que el hombre se mueve entre las sombras, o siempre
ha estado oculto por las mamparas criollos que actan como testa-
ferros? S esos! Quienes conocen cmo se bate el cobre en los mi-
nisterios, quienes conocen a cules funcionarios hay que engrasarles
las manos. Qu les fall a estos tteres en Los Girasoles? Dnde
el meollo de aquel patuque? Cuntos papeles verdes con el ave de
rapia impresa fueron entregados bajo una mesa?, nadie sabe nada
en las esferas oficiales. El Silbido: Carlos Alberto Zuloaga Macha-
do, cuando es interrogado, remite a sus interlocutores a casa de don
Manuel Garca Maldonado. Para Juan y Julio, Carlos Alberto sabe
lo que se calla. Ya aquello ha estado envuelto en el misterio. Ningn
dato en los Registros Principales ni en los Subalternos, ya dijimos:
nadie sabe nada en el gobierno.
Julio investiga, pero es poco lo que consigue, es cuando decide el
viaje, le han hablado de mster Brown. Cuando est a punto de tomar
el avin, le viene a la mente el nombre de Vctor Soto, pero ya estn
llamando a los pasajeros. Ya en el aire va recordando una cancin: Me
fui para Nueva York/ en busca de unos centavos/ y he regresado a mi
casa/ como fuete de arrear pavos/ el Norte es una quimera/ qu atro-
cidad/ y dicen que all se vive/ como un pach/ a New York jams yo
voy/ all no hay berro/ no hay justicia/ ni hay amor.
Joseto se acerca al Zambo quien es como su hermano mayor en
quien busca apoyo, consejo o conversacin amena. Con Melesio la
relacin es como de padre a hijo y al padre se le debe respeto y con-
sideracin. Con el Zambo, Joseto se hizo adepto al teatro, asiste a
todas las representaciones y vive pidindole obras para leer.
Zambo, cmo nace La zorra?
Por parto natural, tratndose de un mamfero.
No chico, me refiero a tu obra de teatro.
Ese cuento es largo, as que tome asiento: al principio no
fue ms que recoger historias y aventuras de carretera, mi padre
era gandolero y cargaba conmigo desde los doce aos, a los quince,
haba recorrido casi todas las carreteras del pas. Sitios hay, de
parada obligada que con el tiempo se van formando cofradas, los
-163-
Los Girasoles

choferes entre s son muy solidarios; cuando algn vehculo se acci-


denta en carretera no faltar quien lo auxilie: un cable, un filtro, una
bobina, bujas, cargar una batera y hasta un caucho que necesite el
otro le es suministrado, nadie pide pago por el repuesto, pero puedes
estar seguro pasado un tiempo que encontrars en el restaurante
de parada casi obligatoria, el repuesto con el que auxiliaste. En ese
deambular con mi padre, conoc a los ms curiosos y estrafalarios
personajes con los sobrenombres de antologa: El Curita, Medio
Culo, El Tuqueque, Culo e Pollo, Juan Culito, Culo Alegre.
Al Medio Culo le recitaba un colombiano: En el alto del salitre
me salieron unos perros/ me quitaron medio culo/ como poco ms
o menos.
Haba un catire cincuentn siempre bien arreglado que car-
gaba un viejo Internacional pintadito, bien pulido, con muchas
bombillitas y muequitos en la cabina, casi siempre llevaba dos mu-
jeres, no siempre las mismas, alguien cargaba con ellas. Joseto, as
como hay locos de carreteras hay la loca que jode, pero no andan a
pie. Una noche, pasadas las doce, tocan a la puerta del Mercedes, al
camin de mi padre, l guindaba un chinchorro fuera, yo dorma en
la cabina. Despierto y miro al personaje, quien me dice: Esta mu-
chacha tiene mucho fro. Tena yo quince aos y no pens en nada
malo, porque no saba que aquello era tan bueno, fue mi primera
experiencia. Por la maana, mayor sorpresa para mi padre. No dijo
nada, mir de arriba abajo a la muchacha; era bonita, cuerpo bien
proporcionado, unos diecisiete aos. Dnde va usted ahora?, le
pregunt mi padre, Voy para el pueblo de La Cuchilla, veinte ki-
lmetros ms arriba. All la dejamos, le ech el cuento a mi padre;
en la primera farmacia compr una penicilina y le dijo al farmaceuta
que me la inyectara.
Fuera de la farmacia me dijo: As, carajita como t la ves,
te pegan una gonorrea. Pasamos por all como a los dos meses.
Djeme aqu, le dije a mi padre quien no hizo objecin alguna,
ms o menos recordaba la casa donde viva y me present. Viva con
una ta joven, medio zorrona, pas con ella como una semana. Mi
padre no puso ningn pero, cuando le dije que me quedaba; no me
iba a quedar?; me coga a mi carajita en el da, y como ella en la
noche sala, me coga a la ta. As fue que supe lo que era putera.
Esa vivencia le dio vida a La zorra.
-164-
Juan Gonzlez

Y el nombre de Mi Nia Zambo?


Nunca pude olvidarla. Cuando hace diez aos sal de aqu en
una comisin, para una entrevista con gente del gobierno, ped permi-
so por un da y me fui hasta aquel pueblo, a doscientos kilmetros de la
capital, pregunt por ella Muri de sida, fue la respuesta.
No me vas a contar cmo hiciste para armar la obra.
La conoces de sobra y tengo motivos suficientes para no querer
hablar de eso.
Gracias mi pana, mis respetos hermano.
Los hechos engendran las noticias. Principio de todo periodista,
se anda tras ella, el asunto est en cmo tratarla, casi siempre estn
presentes sentimientos humanos. Los hechos: cmo abordarlos sin
comprometerse, sin tocar ciertos intereses, siendo fiel a la verdad en
una sociedad tan descompuesta, tan conflictiva? Se es periodista,
con una imagen y posicin social, se te acercan los ms dbiles para
pedir justicia, los ms poderosos para torcerla y sabes que viven en
un mundo de jerarquas, y que esa justicia falla de acuerdo con la
oferta y la demanda Quin da ms? Un periodista inconsciente
o vende oficio, es ms peligroso que un loco con una metralleta. Los
medios tienen dueo, el periodista conciencia y principios su-
puestamente. A travs del ejercicio del Cuarto Poder, poder
convertir a un villano en hroe o a un hroe en villano. Juan y Julio
saben cunto los medios manipulan, semjanse mucho a las ideo-
logas y a las religiones, conocen bien cmo hacer para inclinar a la
opinin pblica; cmo se orienta y alimenta la defensa de una causa,
mala o buena, conocen de las llagas de la sociedad y cmo gusta a
muchos hurgar en sus pstulas; que un delito puede ser ocasional,
debilidad de un hombre en un instante, pero no olvidan a quines
viven delinquiendo, en menor escala o en grandes proporciones, de
cmo se maneja la cosa pblica negociando desde altas posiciones,
directamente o a travs de testaferros y no olvidan las veleidades de
la Dama Ciega.
Juan y Julio reflexionan, van en busca del nico abogado que
ejerce en Los Girasoles.
La majestad de aquellos rboles conmueve, se yerguen majes-
tuosos, desafiantes al sol con su umbroso ramaje. En la medida que
van subiendo y contemplndoles se les van revelando, imponentes,

-165-
Los Girasoles

cual celosos custodios. All estn protegiendo las puertas del Centro
Administrativo de Los Girasoles.
El edificio es una especie de reliquia arquitectnica, copia fiel
del edificio en donde funcionaran en poca de la colonia, las ofici-
nas de la Compaa Gipuzcoana. Posiblemente estaba destinada a
otras funciones, pero por esas cabriolas de la historia, hoy funge de
Centro Administrativo de Los Girasoles.
Buenos das.
Buenos das. En qu les podemos ser tiles?
En ponernos al habla con el abogado Betulio Chacn.
Tenga la bondad de esperar un momento, ya les atiende.
Una oficina sobria, entrando a mano izquierda, un cuadro de buenas
proporciones en la pared del Padre de la Patria hacia la parte derecha,
otro cuadro, la efigie de un gran jurisconsulto: Miguel Jos Sanz, de
destacada actuacin en los acontecimientos independentistas. Llama
la atencin una serie de escritos, especie de manchetas en retablos de
madera: La dama no naci ciega, la enceguece un fajo de billetes. No
se vende, pero la compran los grandes mercaderes. Es su majestad en
el reino del dinero. Un juez debe ser como un buen vendedor de telas,
debe conocer bien el gnero.
Un hombre cercano a los cuarenta aos, mediana estatura, moreno
claro, aunque el pelo es liso, lleva corte de recluta, contextura fuerte,
rostro fresco. Julio y Juan andan por el saln leyendo, cuando se les apa-
rece el hombre.
En qu puedo servirles? Buenos das muchachos.
Buenos das Betulio, queremos conversar un poco.
Betulio, nico abogado en Los Girasoles, Julio y Juan, perio-
distas nicos. Por qu aqu, son tan escasas ambas profesiones? Al-
guien deca: Mientras la sociedad es ms conflictiva, ms necesita
de estos mercachifles. Eso tal vez explique, su ausencia, as como
tampoco se consiguen militares, policas y sindicalistas. No se sabe
si es que sobran, o que son vistos como malas plagas.
Una pregunta necia, Betulio, cmo aplican la justicia?
Juan, aqu empleamos: El Cdigo de Hammurabi, la Ley de
las Doce Tablas de Moiss y la Ley del Talin. Hubo una propuesta
de aplicar la Ley Lara, pero fue rechazada.
Coastre! exclam la seora Baronesa

-166-
Juan Gonzlez

A decir verdad existen una especie de leyes naturales, par-


tiendo de un principio: Cualquier dao a uno, nos afecta a todos y
aqu no existen daaos.
Y cuando el animal que llevamos dentro aflora?
Depende: si es un toro se le torea, si es un cochino se le mete
en un chiquero, y se le pone un bozal si aflora un perro.
Y si aflora un mono?
Como no tenemos zoolgicos, lo llevamos al pequeo circo
que tenemos, slo el animal brota del hombre cuando en la selva de
cemento lo indisponen.
Y t, nico juez para una poblacin de ms de cuarenta mil
personas.
Quin dijo eso? Quin les dijo a ustedes que para impartir
justicia es obligado ser abogado? Cada manzana tiene una especie
de juez de familia, cada sector tiene su juzgado y aqu, con este per-
sonal bastante competente, se atienden casos graves y aquellos que
nos envan los tribunales menores. Todos cuantos imparten justicia
conocen la Constitucin, el Cdigo Penal y las leyes referentes a
su misin; del Cdigo suprimimos aberrantes artculos y numerales
que ponen en estado de indefensin a los ms dbiles, y, dentro de
nuestras caractersticas particulares, legislamos.
T eres algo as como el presidente de una Corte Suprema.
Soy uno ms entre tantos, me gust el Derecho desde niito
y a partir del bachillerato, estaba decidido a estudiar leyes. Este ao
nos llegan cuatro jvenes graduados fuera, ejercern aqu en las va-
caciones en los juzgados locales y son unos crneos, dos de ellos se
gradan summa cum laude. Quiero hacerles una confesin y espero
un trato respetuoso: la tenencia de la tierra es un problema de los
ms graves en los campos; un seor con miles de hectreas hostiga
a los pequeos parceleros, quiere ser dueo de todo, hubo un caso:
el seor don Jolines de La Mancha, tiene una extensin de dos mil
hectreas, colinda con alguien que tiene unas cuarenta pero mejor
ubicadas, un pequeo riachuelo le pasa por el centro. A las ofertas
de compra slo hubo peticin negada, entonces le rompen la cerca
y penetra el ganado arruinando la siembra; hubo quejas, denuncias,
citaciones y no hay castigo para los culpables, por ltimo, aparece un
documento forjado y el ms dbil queda en la calle; el agraviado pega
candela a la casa y el dueo manda a matarle la misma noche cuando
-167-
Los Girasoles

me graduaba, lo supe tres das ms tarde, el muerto era mi padre.


Rescat la tierra para mi madre y hermanos, y una noche asalt la
casa del asesino con tres peones, lo sacamos junto a tres de sus secua-
ces y le pegamos candela a todo cuanto encontramos a nuestro paso,
mientras la gente corra hacia aquella hacienda, nosotros colgba-
mos a los asesinos en la plaza. En la universidad habl con Vctor
Soto y ste nos envi a Los Girasoles.
Con esa carita, esa voz tan suave y delicados ademanes.
Con un dolor profundo, con sentimientos de impotencia,
con asco contra una sociedad tan nauseabunda. Qu torcida es la
justicia en nuestro pas, falla siempre a favor de los poderosos, con
potentes bufetes que controlan a centenares de jueces, conocidas son
las llamadas tribus judiciales: absuelven a ladrones y criminales y
castigan a inocentes, despojan a industriales de marcas y franqui-
cias, y hasta de infraestructuras con todo y maquinarias, a travs de
leguleyismo, documentos forjados y juicios amaados.
Muchos casos de esos hemos cubierto nosotros y cuando le
llegbamos al hueso, comenzaban las presiones, las amenazas, y
por ltimo el Consejo de los dueos de los medios: Esa gente es
muy poderosa, por el bien de ustedes y seguridad de sus vidas, es
mejor no seguir jurungando ese avispero, nos decan. Por cierto, te
graduaste en?
En la ms combativa, la mejor forjadora de profesionales ho-
nestos, con formacin humanstica y una visin integral del mundo.
Lstima que todo eso se haya ido perdiendo, en la casa que vence
las sombras venca. Aquel principio: que vence las sombras, las
ambiciones lo oscurecieron.
Orgullo que compartimos.
Tengo un libro, regalado por un amigo, de esos que uno
nunca olvida; un obrero que escriba. Sali con tercer grado de la
primaria, cuarto grado de noche a los quince, el sexto grado y el
bachillerato los hizo por libre escolaridad. Lo conoc en el curso
propedutico, escuch su exposicin en torno al conflicto de la re-
novacin universitaria, aquellos lderes planteaban: Universidad
socialista o la quemamos, l dijo: Dentro de una sociedad capi-
talista, la universidad es la fbrica de profesionales que va a dirigir
y gerenciar el engranaje que tritura a la fuerza de trabajo, ella estar
siempre sometida a los factores de poder, luchemos desde adentro
-168-
Juan Gonzlez

por su transformacin, llevmosla a la calle, subamos con ella a los


barrios de los cerros, llevmosla a los campos, convirtmosla en es-
tandarte de las luchas populares. Me le acerqu, entablamos amis-
tad y conoc a un hombre que uno no sabe porqu carajo permaneca
en el anonimato, un da me recit: Seora vanidad propongo un
trato/ entrego a usted mi anonimato/ cuando venga la muerte/ y
me arrebate. A los seis meses me dijo en la universidad: Me voy de
esta vaina, es mucho el monstruo que se grada todos los aos temo
convertirme en uno de ellos. Viene en la poca de la Feria. Una vez
permaneci aqu un tiempo, se fue dicindome: Qu carajo hago
yo aqu si falta poco por hacer y ya lo estn haciendo, me reclaman
en otros lugares. Con el tiempo me confes: La decisin ms tras-
cendental de mi vida, fue la de abandonar la carrera universitaria,
ninguna universidad del mundo me hubiese dado la concepcin que
hoy tengo del mundo del hombre, del mundo de la naturaleza, de la
sociedad tan escabrosa y de ese mundo amplio de las cosas. Nunca
he conocido un hombre que abarcara tanto.
Y el libro Betulio?
Ya te lo busco.
De paso, trigase un Concha e Palo
El libro, se ve, es un ejemplar escrito en gallego y en castella-
no, se nota, por el desgaste, que ha pasado por muchas manos. Cien
casos y cosas del Derecho. Dice la dedicatoria:

Querido amigo, celebro tu grado, s que eres hombre de principios,


pero no olvides que del Derecho viven truhanes de toga y birrete, que
mientras la sociedad es ms conflictiva, los truhanes mejor viven, no
olvides de lo que el abogado vive:
1. De la agresin y del crimen.
2. De la disolucin de la familia.
3. Del negocio de las drogas.
4. De la malversacin de los dineros pblicos.
5. De la desfloracin a la fuerza de una doncella.
6. Del asalto a los bienes ajenos.
7. De las ofensas y el perjuro.
8. Del despojo de los bienes y la honra.
9. De los conflictos internacionales.
10. De todos los vicios, de todos los yerros, de todos los males.

-169-
Los Girasoles

Amigo, ya le dije continu Betulio; mientras la socie-


dad es ms conflictiva, el abogado mejor vive.
Betulio, de ser yo abogado, al leer eso me sentira gusano.
Juan, te confieso que al principio consider el Derecho como
un oficio despreciable, aquel declogo hondo me haba calado. Re-
flexion luego: el abogado? Su papel dentro de la sociedad puede
ser tan noble como miserable! Debe buscar, en un principio, se
pongan las dos partes de acuerdo, por aquello de: peor es un buen
juicio que un mal arreglo. Los derechos y deberes de los hombres.
El derecho propio termina all donde comienza el ajeno, creo dijo
Jurez, ese gran presidente mexicano. Las leyes son sancionadas
para evitar, supuestamente, que se imponga la del ms fuerte, pero
como en todo conflicto hay un juego de intereses, la Dama Ciega
mira siempre en la balanza donde hay ms billetes, pisoteando
a los dbiles sus derechos. Abogados honestos?, existen y es muy
cierto, pero no pasan del uno por ciento. Me deca un colega: Uno
no puede ni debe andar enderezando entuertos, ejerza su oficio
tratando de comportarse de la manera ms decente, pero, hay que
vestir bien, comer lo mejor, tener un carro, una buena casa y eso no
se logra defendiendo a los ms necesitados; por el buen status que
debe cuidar el abogado.
Ese personaje en Los Girasoles sera un fracasado.
Aqu, Julio, ni llegan ni crecen tales alimaas, no olvides que
en nuestras universidades nacen, se hacen y crecen miles de mons-
truos que anualmente salen con un ttulo bajo el brazo para tragarse
a todo aquel con quien se tropiece.
Y los cdigos de tica y la deontologa?
Juan, t como periodista bien sabes que son principios sobre
el papel y que los presidentes de los gremios emplean en los discur-
sos electorales, pero en la prctica son papeles tan intiles, como
aquellos que son arrojados a la papelera en los sanitarios.
Juzgando eres implacable.
Juzgo desde el nuevo orden que aqu est representado, desde
selva adentro vemos con tristeza y horror la selva de cemento, ustedes
dos y yo all, nos deformamos hacindonos profesionales, y entramos
al engranaje como tales, triturando y siendo triturados y nunca llega-
mos a imaginar como hombres-seres-humanos-sociales, que hemos

-170-
Juan Gonzlez

sido simplemente parte de una maquinaria que produce para hartaz-


go y beneficios de los dueos de los grandes capitales.
Eso huele a marxismo.
Me gusta ms ese olor que los del farisesmo, del fascismo y
los apestosos olores del cinismo.
Hasta donde nos ha trado un inocente declogo. Debemos
reconocer aqu que se ha roto con todas las concepciones histricas
sobre la condicin y destino de los hombres.
Bien podran venir a elaborar sus tesis todos los profesionales
del mundo, y las Naciones Unidas a declarar a Los Girasoles, patri-
monio universal del hombre.
A Juan no se le haba escuchado y miren cunto tena guardado.
Carlos Alberto Zuloaga Mendoza, Silvio, reflexiona bajo una
ligera depresin: Deb echar para afuera de una vez por todas
cuanto de sucio haba en este proyecto porque los factores de poder
dejaron pasar tanto tiempo para el hostigamiento. Mi familia y el
sector que representan los amos del valle, en convivencia con
los filibusteros del Norte a quienes los amos del valle siempre obe-
decen. No, Carlos Alberto, ni los pienses, esa carta mantenla
bajo la mesa. Mercedes, la esposa, al verle pensativo-cariaconteci-
do, trata de tranquilizarle: Mi amor, no tienes porqu deprimirte,
ests haciendo lo correcto; no hay porqu cargar con sentimientos
de culpa cuando se ha actuado a conciencia; todo tiene su momen-
to deca mi abuela no lo dejes pasar ni lo adelantes. Mira mijo,
tienes un arma en tus manos de gran potencia, no debes desperdi-
ciar los proyectiles disparndole a las sombras. No podas ni debas
hacerlo por entusiasmo y tratar de tranquilizar a tus compaeros,
deja correr el comps de espera y cierra el crculo en el punto preci-
so. Ustedes no tienen idea cabal de que cuanto han estado haciendo
hoy toca sagrados intereses, esos que tanto t como yo ampliamente
conocemos: las familias se enlazan para el mantenimiento y am-
pliacin de sus negocios, nos casamos creyendo que nos amamos
cuando han sido ellos quienes han tejido las redes para los matri-
monios de conveniencia y la vida sigue un negocio, y en este negocio
nos metieron o nos metimos, y ahora estamos asqueados de aque-
llas sagradas conchupancias. Carlos Alberto Zuloaga Mendoza, yo
Mercedes Gertrudis Blanco Aristiguieta, hoy da gracias a la vida
por este cambio de rumbo. Bien ha valido la pena el sacrificio de mis
-171-
Los Girasoles

viajes anuales a Europa y al poderoso pas del Norte. Los Girasoles


nos ha deslastrado de esa existencia sin horizontes.
Carlos Alberto Zuloaga Mendoza, joven ingeniero de rancios
apellidos y holgada posicin econmica. Treinta y dos aos tiene
cuando asume como segundo al mando de aquella empresa. Qu
lo empuja a aquella aventura? No, no fueron los negocios, an no
tiene las garras de los hombres de presa, aunque lleve en la sangre
esos genes. Y cmo es que cambia todo aquel confort y el disfru-
te de tantos bienes, el brillo en los mejores salones, la entrega de
hermosas mujeres, disponer de lujosos carros, yates, aviones, vueltas
alrededor del mundo codendose con magnates y hasta reyes?
S, Carlos Alberto: la nube de loros, la cada de las aguas, el
bullicio de los monos, el trinar de ruiseores, la imponencia de esas
montaas, y por sobre todas las cosas, ese encuentro tan maravilloso
con unos hombres tan nobles y generosos. No, no puede ser que
sean los mismos por tantos aos vistos con desdn y hasta despre-
cio! En el camino fueron apareciendo y aqu se elevaron, como si
hubiesen puesto las puntas de los pies sobre la tierra, y empinndose
abrieran los brazos y con las yemas de los dedos de las manos, acari-
ciaron las bvedas del cielo: cielo ozono, cielo azul, cielo sueos.
En la cabecera del ro est lloviendo, para el puente militar
no tendremos tiempo, todo esto quedar inundado en un momento,
y mis seis aos de estudio y diez de ejercicio? Y los cuarenta del in-
geniero jefe? Llega el obrero especializado en maquinaria pesada y
en seis horas improvisan un puente, sacrificio grande el tuyo: la nia
bella, una corte de necios siempre a su alrededor. Tu padre nico
importador de la Viuda y t, la reina de la cliquot de no ser por tu
arrogancia no me hubiese casado con la loquita Jenny: cinco aos
de amargura, apareci este negocio y ahora doy gracias a la vida
porque se transform en Los Girasoles y estoy aqu contigo.
Hablas de mi arrogancia y no era mayor a tu orgullo, me ro-
deaban los necios y quera estar cerca de ti; es cierto que hubo breves
encuentros, furtivos, y al poco tiempo, chocaban dos carcteres
fuertes. Hasta los 19 fui virgen esperando por ti y apareci Pablo en
la casa que vence a las sombras, no era de nuestra clase pero era
un hombre de porte atltico, de amplia cultura, inteligente; como
clases magistrales dictaba cuando hablaba, y por primera vez me
entrego a un hombre, t fuiste el segundo.
-172-
Juan Gonzlez

Ests tratando de darme celos?


No tiene sentido a estas alturas y sobre todo en Los Giraso-
les. T eras el elegido. Pablo se gradu un ao antes que yo, y se fue,
lejos de la ciudad. Un da antes me dijo: Quieres venir conmigo?
Lo pens un poco cuando lo decid ya se haba ido; a estas alturas
andara enguayucada por el alto Orinoco, y todo porque te enamo-
raste o te metieron por los ojos a la loquita Jenny, la nia genio:
pianista a los doce aos, a los catorce la reciben los mejores salones
de pintura, a los diecisis cargaba la cartera llena de condones, te
casaste con ella y te puso tu buena caramera, no lo pensaba dos veces
para abrir las piernas.
Mercedes!
No te agites nio, ya termino. No sabes cunto lament tu
matrimonio, saba que tu vida sera un infierno. A propsito, debes
sacar de aqu a Margarita, tiene genio, pero al igual que su madre es
una loquita, aqu no se adapta y la siguen envenenando las cartas de
la primita.
Te he dejado hablar, diste un salto de la reflexin pondera-
da por cuanto est ocurriendo en Los Girasoles, y brincaste a ese
pasado tenebroso que he querido borrar de mi mente. A dnde
quieres llegar?
Saltos y brincos?, ni que fuera una canguro o una tara. T
prefieres los caminos llanos para pelearte con molinos de viento, por
suerte, encontraste este atajo, Los Girasoles.
Ests filosofando del carajo!
Bravo por ese ajo! Creo que lo mejor es acabar esta discusin,
pero en la cama.
Del encuentro verbal pasaron a una refriega cuerpo a cuerpo.
Las bocas se buscan las lenguas se encuentran, no hay ventajas para
uno o el otro de los dos contraatacantes, la pelea es pelo a pelo; el
rubor envuelto entre las sbanas rod por los suelos, no hay un solo
poro ajeno a las caricias de aquel goloso rgano instrumental de las
palabras, y ya cuando los cuerpos estn a punto de estallar, grita la
hembra: Prteme esa mierda en cuatro cabrn!.
Cmo est la vieja Juana?
Como a ella le da la gana.

-173-
Los Girasoles

Oye, Juanita, como que no tomaste anoche el anticido?


Antes cuando vivamos aqu nos llamaba mis hijos y nos pona lo
mejor de la cocina.
Cuando eso no eran ustedes tan chismosos y lengua larga y
uno poda confiarles las cosas sin temores.
Aaaah, ya s! No mi viejita; bastantes cosas bonitas dijimos,
ahora no es mentira que por tus aos deberas descansar o tener otro
tipo de trabajo.
Qu quieren ustedes, que salga de aqu a rellarme en una
poltrona?! No mijo yo soy una mujer bastante fuerte, fuerte y sana,
puedo seguir dejando estos pisos y estas columnas de madera como
espejos, adems, aqu hay muchachas estudiantes que me ayudan
sin abandonar sus deberes! Por fin cundo es el matrimonio?
Ser para la fecha de la feria, viejita.
La feria viejita?
Bueno, viejita, para la fecha de la feria.
Djate de amapuches, t sabes para quin debes guardar esos
abrazos y cuidado si te portas mal con esa muchacha! Te vas arre-
pentir de no haberte muerto en el camino si le haces algn dao.
Oye Juana, t como que amaneciste con el Martnez atra-
vesao?
Mejor es que se sienten a desayunar y no me sigan fuendo la
paciencia.
Deja el pleito con Juanita, nosotros no venimos a desayunar,
queramos verte y saludarte.
Julio, creo que estamos hablando demasiado para el tiempo
en que nos conocemos, as que se sientan, comen y punto.
Bueno, as por las buenas ni modo, pero te sientas con nosotros.
S hombre, como son tan bonitos me voy a sentar a verles la
cara. Dgame el bicho este; parece una cucaracha de panadera. Yo
no s qu le vio esa muchacha tan bonita a este dientuso, narizn,
bachaco y pecoso.
Juanita, por qu esa tirria conmigo? Bien seguro que de joven
te enamoraste de un catire buen mozo como yo y te dej plantada.
Catire buen mozo ja ja ja ja ja! Permtame que me carcajee!
Un huevo de pjaro, eso es lo que t pareces. Sabes una cosa?; en
mi juventud tuve buenos pretendientes y nunca en mi vida me ha
faltado un hombre. Hombre! No renacuajo como t.
-174-
Juan Gonzlez

Entonces, te sientas con nosotros?


Lo voy hacer por ti Julio, pero lo que este cabeza de repollo,
ojos de culebra mala, orejas de conejo, paticas de tequeteque, ni por
el cipote.
Con razn: Julio para ac, esto pa ti Julito, Julito para all, los
nsperos ms grandes, las naranjas ms hermosas. Todo para Julito.
Mira bicho, si no fuera porque estn comiendo te sacara de
aqu a palos.
Ya est bueno!, parecen marido y mujer, se quieren tanto y
viven peleando.
Dios me libre de semejante bicho!
Largos aquellos dilogos, a veces tediosos, Juan pone el humo, Julio
la razn, Juanita el cido dulzn, sin embrago para un odo atento, es-
pritu analtico, podra hallar all en aquella extraa manifestacin de
sentimientos, algo oculto que aflora en aquellos encuentros: Juana no
estar viendo en Juan el hijo catire que nunca tuvo? Por aquel trato
que le da Juan no estar viendo a la madre?
Mira viejita, vamos a dejar el pleito. Cmo est la pierna?
Te entregaron las medicinas?
Has debido empezar por all, gran cipote.
Ahora caigo! Uno anda con cosas pendientes. Pero no me
vas a negar que me acord de tu pata chueca!
Pata chueca ser tu agela! Mejor es que salgan de aqu
antes que yo le entre a escobazos a este dientuso.
Cnchale, Juanita, cuando paso por aqu solo, te portas de lo
mejor, pero si llego con Julio te pones cida. Por qu mi negra linda?
Ay yo no s chico! Esperen un momentito, ya vengo.
Julio y Juan cambian impresiones en torno a la conducta de
Juana Dolores:
Creo, Juan, que le recuerdas a alguien, un alguien internali-
zado en el fondo de su alma asociado a tu figura, un poco deformada
tal vez con sentido de amor y rechazo. Acaso el hijo que no tuvo?
Un hombre a quien am sola en silencio? Revuelves el pasado en
su memoria, y esa figura del hombre a solas amado o el hijo deseado
que nunca tuvo, est representado por un dientuso, orejas de conejo,
ojos de culebra mala, cucaracha de panadera, cara de huevo de
pjaro, paticas de tequeteque.

-175-
Los Girasoles

Especie semejante; no es de dudar que ponga de rodillas a


todas las mujeres.
Elucubraciones mas, Juan, no olvides mi pasin era la psi-
cologa; no s quin coo me mand a estudiar periodismo! Tal vez
hoy sera un famoso loquero.
Cllate, que all viene.
Aqu tiene, esto es para Graciela y esto para Rosalba, y no lo
vayas a dejar botado por all, mira que t eres medio locote.
Juana Dolores Martnez, la negra buena entrada en aos y en
carnes, hermana natural del Zambo. Encarnada en uno de los tantos
cerros de la capital, por all en un piazo e rancho. Baja todas las
maanas a montarse como pueda en un destartalado bus para ir a
deambular por las urbanizaciones buscando un da de plancha, de
lavado o fregado de los pisos; das fatigosos de trabajo, y eso cuando
se consigue. Le dan la comida, le regalan ropa usada y zapatos y unas
cuantas monedas. Llega cargada al cerro, a ella poco le sirve todo
aquello pero all hay bastantes necesidades. Cunto le cuesta atrave-
sar la puerta de los autobuses, un guasn le grita: All falta puerta o
sobra culo! Un postrer esfuerzo y ya est dentro; las nalgas de la negra
son voluminosas. Aquella maana, ya a punto de salir a la calle, se
sobresalta: una figura inmensa cubre toda la puerta, sobre el rancho
tiende sombras.
Recoja sus trapos que nos vamos de esta vaina!
Pero Juan de la Cruz, cmo te imaginas t?
Vine a buscarla.
Pero mis matas, mis gallinas y mis cosas.
Regale toda esa vaina y pguele candela al rancho! Adonde
vamos le sobrarn matas y gallinas.
Est bien, pero eso de pegarle candela al rancho s que no mi
Zambo.
Bueno, reglelo. Tengo cosas por hacer; por la maana vuel-
vo por usted.
Y Juana Dolores lleg a Los Girasoles. Qu saba hacer?, que
hara aqu? A los pocos das se encar con el hermano:
Mira, mijo, tienes que buscarme que hacer. Usted no es aqu
chivo grande? No, mijo, aqu hasta los nios estn haciendo algo y
yo no me voy a qued de jolgachona por ah, arrellan.

-176-
Juan Gonzlez

Y Juana Dolores entr al hotel, al principio, un poco modosa,


enseguida se dio cuenta del trato distinto, cogi confianza hacien-
do, las columnas de madera estilo romnico sintieron las caricias de
aquellas manos negras y hacendosas, ai igual los pisos de madera.
Aquella mujer se senta en un mundo nuevo, un mundo bello, le
daban buen trato y la tomaban en cuenta. Ahora sus manos, cuando
limpiaba, cuando pula, cuando estaban en contacto con todo
cuando haba creado el hombre no por el simple pago de un salario,
Mara Dolores senta ms aprecio por las cosas, ms amor por la
vida. En sus momentos libres se echaba a andar por las calles y no le
pesaban tanto las nalgas, se llegaba al telar cargaba unos retazos y
consegua algodn para los rellenos sin que nadie le gritara: Negra
culona! Busca hilos, tiene agujas, y cose, cose, cose y sigue cosiendo
y van emergiendo las figuras, sus muecas de trapo. Los cabellos
barba de jojoto para las catiras, para las morenas de las conchas del
coco; hay un pelo negro, negro que nadie sabe de dnde lo saca, es
el cabello de ngel pintado de azabache. Ya pocos la llamaban Juana
Dolores, ahora es la Muequera.
Desde horas tempranas se fueron concentrando, densas y oscu-
ras bajan de la montaa. Una suave brisa que eriza la piel, los poros
se abren y el fro penetra. Las primeras gotas gruesas y espaciadas,
un quedo silencio, gris como la tarde se ve todo el valle, de pronto
parece dejaron abiertos todos los grifos, las nubes descargan su
lluvia inclemente. Llueve, llueve, llueve y cunde la alarma y sigue
lloviendo cada vez ms fuerte y ahora le acompaa a la lluvia rfa-
gas de viento! Es fuerte ahora la alarma y ya todos saben; plan de
contingencia! Brama el can que quiere meter miedo, las aguas fu-
riosas rebasan su cauce encienden los motores los pioneros de acero.
El vestido de celefn que cubre a Mi Nia sin miramientos le es
desgarrado; encima de ella presuroso el Zambo llega hasta la plaza.
Hay miles de hombres, mujeres y nios apilando arena, van llenan-
do sacos, sacos van y vienen y todo se hace bajo de la lluvia la plana
mayor se rene urgente.
Una hora ms de lluvia no aguanta la represa expresa Fluido.
Las aguas rebasan los puentes.
La plaza est anegada.
Creo que debemos concentrar nuestros esfuerzos alrededor de
la represa, si sta cede adis Girasoles. Mi Nia y el Roquero
-177-
Los Girasoles

deben ser llevados all para reforzar los flancos dbiles. Opinin de
Zambo.
Enrico Cantieri propone suspender el fluido elctrico en todos
los lugares salvo en el hospital. No hay discursos sino respuestas a la
grave contingencia.
Se multiplican los esfuerzos exigiendo el mximo a los cuerpos,
no hay angustia, pero s una gran preocupacin revelada en cada
rostro. Suena estridente la mxima alarma. Mujeres y nios recogen
lo que pueden y se les ve subiendo por las siete colinas con ms de
trescientos metros de altura; el hospital es evacuado, los enfermos
van a la sede del Consejo de Familia que para tal efecto es habilita-
do, se ve a los pioneros de hierro sacando las reservas de alimentos y
llevndolas a las partes ms altas. Resulta afanosa la llenada de los
sacos para impedir que las aguas inunden la ciudad ms de los que la
han atiborrado.
Dos hombres, con la angustia reflejada en sus rostros, frente a
un aparato contemplan el ascenso lgubre de unas agujas.
Cunto podr aguantar, Fluido?
No ms cinco minutos, Silbido. Si abrimos ms las compuer-
tas no creo que quede casa en pie en Los Girasoles, de mantenerlas
en ese nivel, sin parar la lluvia, podran ceder las bases.
Qu esperamos?
Un milagro?
Sunala Fluido! tono imperioso de quien da la orden.
Pasan tres minutos, ya no hay esperanzas. La mxima alarma
significa abandonarlo todo y buscar refugio en las alturas, ya que la
mxima alarma indica que se abrirn las compuertas y las aguas lo
arrasarn todo. Algo inslito ocurre cuando Fluido va a accionar el
mecanismo que abre las compuertas, suena una explosin violenta
y a l y a Silbido los arroja contra el suelo, desde all contemplan las
agujas descendiendo.
Chicho, el bichito, como lo llama Joseto, estuvo con ste en
el cuartel y entre las cosas que aprendi, le atrajeron los explosivos.
Aunque nunca lleg a entender bien aquello del efecto de simpata,
no caba en su cabeza una simpata destructiva, ese desconocimiento lo
llev ro abajo hecho pedazos, pero haba salvado a Los Girasoles.
Hasta la naturaleza se conmovi ante aquella inmolacin y dej
de llover, la gente no sala de su asombro; diecisis horas continuas
-178-
Juan Gonzlez

de lluvia. Desde las siete colinas sintieron y vieron una fuerte sacudi-
da como la de un terremoto junto a aquella fuerte explosin y cmo
volaba parte del cerro bajo un fuego como pirotcnico. Nadie saba
qu haba ocurrido ni qu o quin haba producido aquel milagro.
Fue la mayor sacudida que haba recibido Los Girasoles. Por
primera vez los rostros se mostraron sombros, hasta de la cara de
los nios se borr la sonrisa. Prdidas materiales: destruidos el
80% de los caaverales sembrados en la parte baja, el 60% de los
camburales, arruinada casi toda la siembra de girasoles as como la
de frutos menores, muerte de millares de aves y ahogado una gran
cantidad de ganado. La plaza anegada y arruinados los jardines, las
casas un poco enchumbadas. Las aguas desviadas arrasaron gran
parte del cementerio arrancando a varios muertos de sus fosas, ha-
ciendo ms dao en donde estaba enterrado Francisco el Chivo,
el hombre ms arrecho del mundo, pero ocurri otro milagro, no
tocaron su ermita. Todos los daos eran reparables, menos ese
hombre pequeito llamado el Chicho, Bichito Bucky, quien se
elev por encima de las montaas, cayendo luego hecho pedazos
salvando con su inmolacin a millares de familias y sus esfuerzos de
casi veinte aos. Joseto y Chicho juntos en el barrio, ms tarde en el
cuartel y en la travesa hasta Los Girasoles.
Del lado sureste de la represa qued abierto un boquete, la in-
clinacin del terreno y la amplitud del valle hacia ese lado permiti
que se fueran por all las aguas sin tocar la parte habitada. El viejo
Willy qued destrozado entre las piedras del can, el cuerpo del
Chicho fue encontrado cien metros antes. En el templo sagrado
del viejo Melesio, velan sus restos. Un hombre inconsolable lo llora,
aunque en otros ojos afloran las lgrimas, las de Joseto empapan
el piso. El padre Antonio, pide silencio y reza: Gloria al hombre
que en un instante est a la altura de las circunstancias, sobre todo
cuando desde los estercoleros de una sociedad envilecida se eleva a
lo alto en la condicin humana. T que en vida conociste el infierno
y el paraso de Los Girasoles, vivir en el corazn de millares de
nios, jvenes, mujeres y hombres, quienes agradecidos, repetirn
siempre tu nombre. Chicho, Bichito Bucky te seguiremos viendo en
las alas de la mariposa, en los colores de las flores, en el alumbrar de
las lucirnagas y en cada rincn de Los Girasoles.

-179-
Los Girasoles

Con el tiempo le naci otro santo a Los Girasoles; el Chicho fue


enterrado al lado de Francisco el Chivo el hombre ms arrecho
del mundo. Erigieron una nueva capilla y all se le venera como
Bichito. Santo y hroe a la vez. Ninguno de los pioneros quiso
asumir jams papel de hroe, las furias de la naturaleza se encargaron
de erigirle uno; todos hablan del Chicho, hasta ayer, el ms descono-
cido de aquella plyade de hombres creadores del Nuevo Mundo. Un
extraordinario mecnico que decan era el producto de un revolcn de
un tornillo y una tuerca sobre un charco de aceite. Chicho, el pionero
ms chiquito, creci en unos segundos y se elev a los cielos: cielo
ozono, cielo azul, cielo sueos. Como a todo hroe hay que levantarle
estatuas; sobre la ms alta montaa alumbra todas las noches sobre
un jeep de madera tallado por Melesio.
El nombre de Chicho? Julio Prez. Desde los doce, al igual
que Joseto, fue un malandrito reclutado a los dieciocho, a ambos los
salv el cuartel de morir apenas amaneciendo a la vida en una calle
cocidos a tiros por la polica o chuceado en unos de esos antros de
porquera donde te entierran vivo.
Julio est de regreso de la capital, conversa con Juan en torno a
una serie de acontecimientos: mucha adhesin est ganando el pro-
ceso, viene emocionado y le informa sobre la familia.
Juan, no te imaginas cunto ha calado nuestro trabajo, la opi-
nin pblica est al tanto de cuanto aqu estamos haciendo, ya hay
movimientos de protesta en pueblos caseros y barrios. La sociedad
organizada, universitarios, centrales obreras desafectas al gobierno
y hasta sectores progresistas de la Iglesia, sobre todo los curas de
la Teologa de la Liberacin, ateneos, ecologistas, casas de cultura,
centros deportivos y hasta pronunciamientos de la oficialidad joven
de las Fuerzas Armadas, en todas partes se estn formando comits
de defensa de Los Girasoles.
Lo soltaste todo sin tomar aliento; cunto me alegran esas no-
ticias, muy bueno todo eso. Yo me he estado moviendo, aprovechan-
do la proximidad de las ferias y la serie de personalidades que vienen,
me he comunicado con Vctor Soto, l est promoviendo aqu un en-
cuentro con todos los representantes de los sectores que nos apoyan
para discutir las intenciones del gobierno y luego de las conclusiones
elevar un documento al Estado, hacindolo pblico a la vez con las
acciones a tomar en caso de intervencin. Segn Vctor, la situacin
-180-
Juan Gonzlez

del gobierno es grave en extremo, en lo poltico, lo econmico, la


salud, la educacin, en lo social y en todos los rdenes.
Toda una incongruencia Juan, se explica, creen distraer la
atencin pblica con una accin militar contra unos facinerosos que
han invadido nuestras fronteras, as lo veo en primera pgina de los
manipuladores medios, cuyos dueos, los amos del valle, estn sa-
cando cuenta de beneficios a corto plazo. Sin embargo, hay algo que
les tiene preocupados: la efervescencia, participacin y derroche de
coraje del sector popular, este poder nunca ha estado en la balanza
de los clculos polticos, parece que ahora tiene un peso especfico,
que ha visto en la experiencia de Los Girasoles un camino y destino.
Los Girasoles han creado un sentido de pertenencia internalizado,
ya es cosa propia.
Julio y qu te dijo mi vieja Rosala?
Te entregu cartas y otras cosas que te manda, tu hijo sali
de sexto grado y es todo un atleta de pista y campo, dicen que al
cumplir los diecisis debe estar marcando diez segundos en los
cien metros. Quiero seguir hablando de la efervescencia popular,
y creo que debemos revisar nuestros parmetros, ha dejado de ser
el rebao perplejo. Hoy por hoy es necesaria una nueva lectura
en torno a nuestras clases sociales, los supuestamente marginados
hoy estn participando con una gran capacidad de respuesta. Pas
el tiempo aquel cuando vivan al margen de los manejos pblicos,
ahora dicen presente. Gran asombro escucharle a un hombre del
campo exponiendo: Nos han empujado a ir tras la aventura de la
ciudad deslumbrante donde se vive sembrando hierro y cemento,
muchos se han ido y all han sido convertidos en desechos huma-
nos: droga, alcohol y prostitucin con prdida de sus naturales va-
lores; yo prefiero las penurias del campo, por lo menos aqu hay la
posibilidad de intentar algo.
Julio, esto no puede ser una reflexin alegre, se est dando
una gran demostracin del inmenso valor de nuestro pueblo.
Dices pueblo, tienes alguna idea sobre la esencia del con-
cepto? Cunto han manipulado con este trmino el liderazgo insen-
sible. Podramos reinvertir ese trmino?, me resulta odioso seguir
repitiendo pueblo, y lo peor es cuando lo emplean anteponiendo el
posesivo mi.

-181-
Los Girasoles

Juan, olvidaba algo, convers con Vctor Soto, no tiene con-


fianza en nosotros aunque reconoce cuanto hemos hecho. Serio y
reservado es el hombre, cambiamos una serie de impresiones. Creo
anda en algo muy serio, se mueve con mucho sigilo. No quiere que
especulemos con lo de mster Brown. Es el hombre a quien le toc
hacer la seleccin de los pioneros y de los que luego vinieron, dice que
no, no hubo seleccin rigorosa, insisti s, en algunos detalles en los
que hubo ms intuicin que otra cosa, muy poco pude sacarle.
A veces creo estar girando en un crculo vicioso, y otras, en un
charco pantanoso; crees tener en tus manos la punta del ovillo y se te
escapa sin darte cuenta; lo de pantanoso viene al caso por las presiones
de ese Estado omnipotente. Creo que lo mejor es seguir insistiendo en
nuestras investigaciones, sin apurar ni desmayar. Alrededor de esto
se est moviendo mucha gente de variados intereses, mucha gente de
otros medios se est moviendo con muchos recursos, por suerte para
nosotros tienen vedada a Los Girasoles su entrada.
Nosotros contamos con buenas fuentes universitarias y acad-
micas, no as en los crculos oficiales, vuelvo a la figura de Vctor Soto:
tiene una red de informantes a travs de instituciones internacionales,
creo fue l quien nos date acerca de mster Brown a travs de terceras
personas. Mis tretas y halagos de nada me valieron No chico qu
genialidad ni qu ocho cuernos! Un medio favorable y se dinamizaron
todos los potenciales del hombre.
Escucha Juan, a Vctor Soto nadie le va a hacer cambiar esa
postura de no atribuirse mritos y existe un solo hroe: Chicho el
Bichito, un loquito con la cabeza llena de tuercas y tornillos Y
de no haber sido por l! Qu sera hoy de Los Girasoles? Hoy por
hoy todos los mritos son del Chicho con el jeep y las cuatro cajas de
dinamita, la naturaleza queriendo acabar con todo, una explosin,
carro, hierro, huesos y hombre vuelan ro abajo; las aguas represadas
presionan sobre la estructuras y de pronto escapan por un boquete y
se salv la patria. Hoy al fin Los Girasoles tiene un hroe: Chicho,
el Bichito Bucky!
Julio, hay momentos cuando filosofas del carajo!
Entre tantas cosas que hemos aprendido aqu, sealo: las re-
laciones establecidas entre los seres humanos no tienen el sello de las
simpatas o los rechazos; podemos acercarnos sin desconfiar en el otro
si confiamos en nosotros; los prejuicios, las envidias, los temores y
-182-
Juan Gonzlez

aprensiones, sobre todo el temor al ridculo hoy no los asfixia. El que


vino a Los Girasoles tir todo ese saco putrefacto por un barranco.
Coo Juan, los amores con Rosalba te han mejorado una bola!
Basta de jodienda Julio!
Riamos amigo, hoy estoy de humor, cuando mis amigos son
felices, yo tambin lo soy.
Julio, qu te traes? Es muy serio lo que hemos estado tratan-
do y lo tomas a guasa.
Juan, creo que eso merece un Concha e Palo.
Julio, a las diez de la maana? Qu te pasa?
Algo apotesico, extraordinario, Juan.
Mster Brown Julio! Mster Brown Juan!
Extraordinario! Hablas con?
Perdneme, hermano. Lo del Chicho, nuestro hroe sagrado,
ese desprendimiento de los pioneros que t sealabas; todo con lo cual
hemos estado identificados, mis neuronas bloqueaban, empeadas en
una idea fija que a ellas dominaba. Disclpame, Juan, ese estado de
locura pasajera.
Qu te dijo el hombre?
Alguien quiere llevarnos hasta donde se encuentra, aunque
nuestro informador se mantiene en la sombra, pero suministra buenos
datos. He recibido varias llamadas y hasta una carta donde acotan:

Estn en el camino correcto, podemos suministrarles informacin va-


liosa y llegar hasta pero deben cumplir con algunas condiciones:
1) No hacer pblico ningn dato que les suministremos. 2) En ningn
momento establecer relacin entre las empresas transnacionales y el
personaje involucrado en el caso de Los Girasoles. 3) Mantener en
reserva nombres de funcionarios y personajes gubernamentales de esa
nacin. 4) No hacer indagaciones en los despachos pblicos. 5) Una
vez que tengan informacin veraz y todo el movimiento econmico
y poltico llevado a cabo, hacer aparecer toda transaccin como una
misin social de una fundacin cultural la cual aparecer registrada.
Tendrn la ms valiosa informacin siempre y cuando se comprome-
tan con los puntos sealados.
Atentamente

-183-
Los Girasoles

Julio, todo eso es de tomar en cuenta, pero esos cinco puntos


nos atan de pies y manos, estamos al tanto de que no andamos des-
pistados, toman precauciones.
Hay preocupacin por la atencin a La Esperanza, los aborge-
nes han confiado en los hombres del Consejo de Familia. Las relacio-
nes son de intercambio, siendo los nativos los ms favorecidos por la
atencin mdica, ayuda tcnica en los cultivos y desarrollo educativo.
La gente de La Esperanza suministra chinchorros, pescado salado,
frutos menores, casabe, tubrculos y frutas de la regin pero en con-
sejo de ancianos ven estas relaciones con cierto temor.
Por fortuna dos jvenes aborgenes formados en Los Girasoles,
estn al frente de su comunidad. Maigualida y el Venao dirigen todas
estas relaciones, administran los recursos e implementan todos los
programas junto con el resto de los moradores.
Juan, Joseto, Rosala, Graciela y el padre Antonio, hacen los
ltimos ajustes, a las cinco de la maana para el viaje al campamen-
to aborigen. El jeep de los periodistas y la moto Indian estn ya
equipados, la moto tiene una adaptacin de especie de vagn creado
por el ingenio del Chicho. Rugen los motores y arrancan.
Joseto, sobre el animal de hierro seala el camino. Desaparecen
los temores en cuanto a que el vagn se pueda volcar, el muelle de los
resortes lo mantiene estable. El camino a La Esperanza es un poco
abrupto al principio, por la parte noreste se sale de Los Girasoles,
luego de superar una bajas serranas, se entra en un terreno plano
de unos cuantos kilmetros, nueva sierra, paso de dos ros y se est
en casa de los amigos aborgenes. Hubo discusiones en un principio
por la alteracin del orden de vida, nunca se quiso cambiar sus cos-
tumbres aunque algunas cosas cambiaron para bien de la poblacin,
todo se hizo bajo constantes consultas.
El trayecto tiene puntos de orientacin que Joseto se da en
llamar pasos. Llegando al paso de la Ceiba Madre, percibe el joven
un celaje y el olor del animal llega hasta su olfato, justo al levantar la
vista, encima le vena la fiera saltando desde el rbol; hermoso ejem-
plar mariposo, certero disparo de carabina y cae el animal abatido
con una bala en el codillo Joseto era el mejor con esa arma en el
cuartel. Apesadumbrado, contempla al ejemplar agonizando, no hay
manera de justificar la muerte de ese animal salvo

-184-
Juan Gonzlez

Entran a terreno plano, todo es sabana. Ya han bajado las aguas,


todo es verdor, espectculo maravilloso: bandada de garzas, trinar
de los pjaros, bullir de pequeos roedores, intentan volar las pavas
monteses, despavorido corre un danto y tras l una piedra de co-
chinos de monte y llegan al Paso de los Duendes: cuatro grandes
frondosos samanes y delante de cada uno un enorme peasco, al pie
de estos una piedra lisa de regular tamao que sirve de mesa, a su al-
rededor unas ms pequeas a unos tures semejantes; lugar de solaz y
de reposo salvo en las horas de la noche. La leyenda:
Doce de la noche, emergen debajo de las piedras extraas figuras,
especie de nomos, corretean por todo el pequeo bosque; luego, en
todo el centro forman una especie de crculo tomndose de la manos
y entonando unos canto tipo coros gregorianos. El crculo tiene un
dimetro de unos treinta metros, emerge un tallo desde su centro y de
l parten treinta pequeas ramas, engrosando y creciendo a cada uno
de los treinta duendecillos van llegando mientras el tronco inicial se
va elevando; entra in crescendo el canto y como un tro vivo va giran-
do lo que ahora es un corpulento rbol, el giro es cada vez ms rpido,
se escucha a los duendecillos gritando. De manera intempestiva la
gran ceiba se detiene y en medio de gritos ensordecedores los nomos
son lanzados al espacio, son exactamente las cuatro de la maana.
Dicen que desde La Esperanza se han escuchado los gritos ensorde-
cedores, por eso de noche por all no se acercan sus moradores.
No te da lstima haber sacrificado ese animal?
Hubiese preferido usted que el sacrificado fuese yo? Graciela!
Usted estaba muy cerca, dgale a la doctora Rosalba lo que vio.
Me embarg un gran pnico cuando el animal salt desde
el rbol, de no ser por los reflejos y la puntera de Joseto no s qu
hubiese pasado.
Joseto Colina, el rey de la carabina, con razn se le consiente
tanto en Los Girasoles.
Para l, es extraa la conducta de esta mujer; algn resenti-
miento?, no creo haya envidia, Rosalba no es de tales sentimientos.
Enamoramiento?, no puede ser, est a punto de contraer nupcias.
Vainas de mujeres, Joseto.
Llegan a La Esperanza con las sombras de la noche, alegra en
el campamento. Medicinas, instrumentos y equipos de trabajo, ma-
terial educativo y sanitario, fertilizantes, algunos tipos de alimentos,
-185-
Los Girasoles

y sobre todo, la atencin mdica para los nios, mujeres en estado y


parturientas. Al principio, hubo cierta resistencia; tristes y amargas
las experiencias con el hombre blanco, con favores de aquella gente
haban recibido.
El primer encuentro:
S, es un grupo indgena, me les acerco y corro a dar la alarma?
Acrcate un poco ms Joseto Traen unos nios en los
brazos y parece que estn enfermos. Dnde irn? Abrdalos, Jo-
seto! Cundo carajo ha tenido usted miedo? Frena el jeep frente al
grupo y se ve rodeado y apuntado por las flechas de seis hombres jve-
nes. Cuando le ven alzar las manos en son de paz bajan los arcos, uno
de ellos, escapado de las misiones, habla un poco el castellano:
Nios y mujeres enfermas, buscar ayuda.
Monta en el Pitufo a los ms decados, sobre todo a los nios,
hace seales de que va y regresa. A la hora llega a Los Girasoles to-
cando corneta y gritando a la gente que se aparten. En el hospital les
atienden de inmediato. La doctora Rosalba imparte rdenes:
Aislamiento total, salvo el doctor Jorge Florencio, la doctora
Mary y la doctota Elsa, ningn otro personal tendr contacto con
los pacientes.
Qu padecen?: unos paludismo, otros fiebre amarilla, todos des-
nutricin. Cuando se busca a Joseto para vacunarle ya ste ha parti-
do en busca del resto. Enseguida se dispuso una vacunacin colectiva
contra el sarampin, fiebre amarilla, tifus, paludismo adelantando en
cuatro meses las campaas del ao. Atencin especial prestaron a los
nios en donde aparecieron sntomas de raquitismo.
Con el tiempo contaron una parte de su historia: la mayora
haba escapado de unas misiones en donde se les daba un trato de
animalitos silvestres, se les explotada en faenas agrcolas y trabajos
pesados en una mina extrayendo materiales que ellos no saban de
qu se trataba. Joseto fue puesto en cuarentena por quince das, y
aunque rabi y patale, se someti a lo dispuesto, no slo por los
mdicos, a su vez fue orden por parte del Consejo de Familia; estaba
en juego la salud de toda una poblacin.
Seis meses ms tarde regresan de su lugar de origen un grupo de
aborgenes, unos seis hombres cargados de chinchorros de moriche,
casabe, piezas de arcilla, plantas de orqudeas, utensilios de cocina

-186-
Juan Gonzlez

hechos de madera, pescado salado y frutos menores, as como una


serie de piezas de artesana. Un nio de once aos y una nia de
doce se haban quedado en Los Girasoles bajo el cuidado de Rosal-
ba y Joseto, all se les instrua para que pudiesen ir luego a prestar
ayuda al grupo familiar.
La comunidad indgena fue visitada por miembros del Consejo
de Familia y a partir de all hubo relaciones de intercambio pres-
tndosele la mayor atencin en su desarrollo y aprendiendo de ellos
la mejor manera de convivir en paz con la naturaleza. Les fueron
respetadas todas sus creencias, y sus valores, sobre todo los espiri-
tuales, se les ense el castellano y se aprendi su lengua. Hubo al-
gunos cambios en cuanto a su forma de vida, sobre todo en cuanto a
alimentacin y atencin a los nios. A fin de cuentas, all se estable-
cieron relaciones humanas en igualdad de condiciones.
El entorno ha ido cambiando gracias a la habilidad de las manos
de los hombres. Un vallecito entre bajas colinas tiene un rea de unas
ochenta hectreas, alargado de este a oeste 1.600 m, de norte a Sur
tiene 500 m, parte habitada entre un mediano ro y la montaa. Con
un chasis llevado por el Kosako en partes improvisaron un puente
(chasis de gandola) para aprovechar una extensin para la siembra y
aprovechamiento de una laguna rica en peces. Aparte de las churua-
tas, vivienda que la gente ha construido con adobes, bamb y techo de
teja: un mdulo para la atencin de la salud, una escuela, una cancha
deportiva y un centro para la cultura tambin dieron vida a una plaza
con jardineras a la orilla del ro. El Venao, dirige las obras junto a un
grupo de jvenes. All en La Esperanza se estudia hasta sexto grado, la
secundaria se cursa en Los Girasoles, algunos muchachos lo hacen en
la Escuela Tcnica.
La delegacin que recibe a la comitiva la encabezan el Venao
y Maigualida, pupilos de Rosalba y Joseto, demuestran poder de
decisin, capacidad de respuesta y mucha disposicin para el traba-
jo, lo han demostrado por todo cuanto all se ha hecho. Todo es al-
borozo en el centro de salud. Graciela, Juan y el padre Antonio son
presentados. La noche se hizo presente. Hubo conversa, algunos
informes, descarga del jeep y del vagn adaptado y una buena cena
con unos tragos de Cachire y Concha e Palo. Llam poderosa-
mente la atencin ver al chamn levantarse de la mesa e irse a sentar
a comer en el suelo, el Venao dio una explicacin:
-187-
Los Girasoles

Es costumbre de nuestros mayores, es un tributo que rinden a la


tierra, ella es la que suministra los alimentos en su contacto, se nutren
el organismo junto al espritu, la madre naturaleza velar siempre por
el buen provecho. Un recorrido por la plaza y al rato el cuerpo de los
visitantes fue invadido por el cansancio y buscaron el reposo.
Febril actividad cobra aquella maana La Esperanza; a la consulta
materno infantil acudieron ms mujeres que de costumbre, sobre todo
las ms jvenes, aprovechando la presencia de la doctora Rosalba, Gra-
ciela, Juan el periodista y el padre Antonio se dirigieron hacia la
escuela guiados por Maruisa y Marahuaca, ella pas dos aos estu-
diando con Perla al igual que el varn con un nombre de leyenda;
veintids aos l, veinte ella. Ambos inteligentes, laboriosos y aven-
tajados.
Madre, cmo va todo?
Maigua, eso de madre es el trato que dan en los conventos
y las misiones a esas monjas ya bastante ancianas que ya perdieron
la lbido despus de haberle dado bastante gusto al cuerpo. A m
me llamas Rosalba! No te acuerdas que te hablaba de autoestima la
cual se eleva tanto. Es mayor en nosotros la institufobia y jerarqui-
fobia? Veo que has mejorado mucho. Y esos anaqueles y vitrinas?
Los ha trado el Kosako. Lucerito y la Adormila han mejora-
do mucho, cada vez comprende mejor la importancia de su trabajo
asumindolo con mayor responsabilidad.
Problemas? Das atrs hubo uno bien serio: una muchacha
de quince aos con dolores abdominales, fiebre, pierna derecha en-
calambrada. Aumentaron fiebre y dolores; me dije: una peritonitis,
le echo cuchillo o con un clico miserere se me muere. Entonces le
abr la barriga.
La operaste? T s eres arrecha! Dnde la tienes?
Venga por aqu.
Cara redonda, risa a flor de labios, agraciado el rostro, de baja
estatura, pelo renegrido, los ojos inquietos. Siente la mano de Ro-
salba sobre su vientre, le toman las de ella como si buscara pronto
saneamiento. Rosalba revisa la sutura:
Buen trabajo, que ni se ven los puntos. Me dijiste: antibiti-
cos, antipirticos y pomada sobre la herida, se ve un poco inflamada,
s, por lo recin. Qu otra novedad?

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Juan Gonzlez

Tres parturientas y un mordido de culebra, con las primeras no


hubo problema, el de la culebra me dio mucho miedo: botaba espuma
por la boca, todo el cuerpo le temblaba, le puse antiofdica, una cata-
plasma del viejo Melesio y la oracin de las cuatro narices.
El Venao muestra a Joseto algunos trabajos: ya han levantando
un horno para alfarera, han producido algunas losas y empleadas en
las camineras de la plaza. Lo lleva a la parte alta del ro y muestra
cmo con unos materiales suministrados por el Kosako, intenta pro-
ducir electricidad para el poblado. Aprovechando la fuerza de la cada
de las aguas hace una conexin y echa a andar un motor, saca de ste
un cable y lleva a un generador, otra conexin y el recinto queda todo
iluminado. El Kosako le prometi traerle unos quinientos metros de
cable y un motor ms grande, habla l de una turbina.
Quiero un permiso para permanecer all un mes para ver
cmo funciona la generacin de fuerza y luz en Los Girasoles.
No me diga que yo le d un permiso. Informe por escrito el
inters en pasar all ese tiempo y puede irse con nosotros siempre
que aqu le den licencia.
Gracias, Joseto.
La educacin marcha a medias: apenas seis aos tiene de ins-
talada y an los nios no han agarrado el paso, son un poco reacios
a la disciplina, aprenden jugando poco a poco motivando inters
por el estudio. En la agricultura han avanzado bastante y la cra
de aves. Tienen sistema de riego por precipitacin, cuentan con
tres vacas y un corral de chivos. No hay preguntas sobre la apari-
cin de aquellos animales ni informes no solicitados. A las once
de la maana lleg el helicptero, el Kosako desciende del aparato
y es rodeado por la chiquillera, se detiene y brinda algunas notas
con su flauta mgica, este instrumento le abre el camino hacia la
infancia. Joseto contempla el sistema de riego y observa a travs
de todo el curso piedras de lajas bien ensambladas en el fondo del
lecho y a los lados, aprovecha esta iniciativa para sugerirle a los
jvenes que vayan empedrando las calles que van al colegio, al
dispensario y a la plaza.
Discusiones entre socilogos y antroplogos sobre la condicin
del aborigen ayudndole sin alterar su entorno y sus costumbres
no incomodan en Los Girasoles, aunque respetan sus tradiciones

-189-
Los Girasoles

y cultura, introducen nuevos elementos en la bsqueda de mejores


formas de vida y aquel poblado se muestra agradecido.
Cajas de medicinas, abonos, comestibles, instrumentos de trabajo,
el motor reclamando por el Venao. Joseto se encara con el Kosako.
Ivn, cundo trajo usted esas vacas y esos chivos?
Hablas muy en serio, cagn.
Responda a mi pregunta, le exijo ms respeto.
Ivn conoce bien a Joseto, a pesar del trato franco y hasta un
poco vulgar hay respeto. Aquel rostro inmutable del hombre res-
ponsable obliga al Kosako.
Las traje hace poco, quise ayudar. He cometido algn error?
Bien sabe usted la situacin, los ataques por el trabajo con esta
gente, las acusaciones: explotacin indgena, extraccin de oro, dia-
mantes, etc., hasta de prostituir a las indiecitas nos acusan. Son insi-
diosos los medios de comunicacin.
Y eso qu tiene que ver con cuatro vacas y veinte chivos?
Que todo cuanto viene aqu debe tener la autorizacin del
Consejo de Familia y ninguna persona debe violar tal disposicin,
an con toda y la buena intencin.
El Kosako mira a Joseto con rostro afable buscando una sonrisa
pero aquel permanece inmutable, el Kosako piensa: Si me disculpo
reconozco una falta, si lo mando al ca sera una grosera. Otra al-
ternativa?.
Mira muchacho, entiendo el celo de ustedes, la responsabilidad
que tienen encima es bastante grande al estar al frente de todo esto.
Yo estoy por aqu por poco tiempo. Me comprometo con ustedes a dar
participacin de cualquier actividad ma aqu en La Esperanza.
Se buscan con la mirada distendindoseles los msculos de la
cara, las manos se extienden y al estrecharse desaparece toda apren-
sin, ambos sonren.
Hora de la partida, La Esperanza se aglomera alrededor de los
dos vehculos y el helicptero. A tempranas horas, el Venao y dems
jvenes, introdujeron una serie de cajas y sacos dentro del Avispn
Azul, como le llama el Venao.
Antes de subir, el Kosako extrae su flauta dejando escuchar ale-
gres notas, an as, asoman algunas lgrimas, muchos abrazos, algu-
nos besos.

-190-
Juan Gonzlez

El grupo de jvenes espera tranquilo en el helipuerto. Una hora


difcil para ellos: abandonarn por algunos aos el querido terruo,
deben cursar fuera estudios superiores. Unos en universidades nacio-
nales y otros ms all de nuestras fronteras. Dos amigos inseparables,
desde la primaria, estn all en la misma espera, viven en la misma
manzana y son hijos de pioneros: Manuel y Giovanni; Manuel, tres
meses mayor que el otro. Joseto, all presente, bromea con el hijo del
Mata Tigre.
T eres el producto del ltimo cartucho que dispar tu padre
todos sueltan la risa. El clamor de una universidad para Los Gi-
rasoles no llega a los odos de la indolencia gobernante, en cambio
siguen ofreciendo un cuartel con su carga de drogas, sida, descompo-
sicin social y un destacamento policial arrastrando marginalidad y a
sicpatas gatillos alegres.
Giovanni y Manuel, pertenecen a las nuevas generaciones de Los
Girasoles; el segundo, joven fuerte introvertido, delgado el primero,
pero gil y abierto como una patilla, la pasin de este es el ftbol, estre-
lla del equipo de este nuevo mundo, iniciar la carrera de arquitectura;
la pasin de Manuel es el bisbol y aspira a convertirse en el primer
ingeniero hidrulico de Los Girasoles ambos van a estudiar a Italia,
en Roma, cerca queda la ciudad de Tvoli, a pocas horas de all est
el pueblo donde naci Enrico Cantieri Perla Madonna. Tan buenos
estudiantes como atletas con formacin integral y un amplio concepto
del mundo del hombre, la naturaleza, el mundo de la sociedad tan es-
cabrosa y el mundo amplio de las cosas.
El Kosako les observa, se acerca, saluda. l ha visto salir y re-
gresar ya a unos cuantos, por todo lo que ha vivido, les ve como a
unos nios y comenta:
Otros carajitos que van en busca de un ttulo.
Hombres Kosako, nacidos y criados en Los Girasoles, donde
desde pequeo se asumen responsabilidades respuesta dada por
el hijo del hombre ms arrecho del mundo.
Se escucha el zumbido del motor del aparato que conduce el
Kosako. En el saln de espera estn despidindose los familiares,
junto a ellos, Joseto, el Zambo, el viejo Melesio y Perla Madonna,
viaja a la capital y hasta no ver despegar el avin o aviones donde
van algunos al exterior, y hasta colocar bien a quienes estudiarn en

-191-
Los Girasoles

las universidades del pas. Suena la sirena del helicptero y brotan


algunas lgrimas que humedecen la despedida:
Tranquila vieja, ida y vuelta, ya regresamos.
Mi amor, el Atlntico no es ms que un charquito que uno
da un brinco y cae al otro lado, es ms nosotros nos lo vamos a pasar
a nado. Cario, chame esas lagrimitas en esta flor para que no se
me seque y traerla viva al regreso.
Vamos muchachos, al abordaje!
Los jvenes se despiden de los familiares, y como un sentimien-
to de desprendimiento se apodera de estos. El cundo volvern las
novias piensan que por all se enamorarn. Estas y otras opresiones
les atormentan. Abordan la Tarntula as llaman al aparato.
Bueno, Manuel, ya sabes a dnde vamos; macarronata y es-
paguetis a la putanesa.
Suerte la nuestra, no tendremos problemas con el idioma, t
bien que lo dominas y yo bien que me defiendo.
Mi padre dice que tienes facilidad para el aprendizaje.
Quien no aprende con tu padre, con nadie aprende. Tus te-
mores?
Ms que temor opresin: otros espacios, otra gente, un or-
den establecido tan ajeno al nuestro; la droga y el sida que destruyen
vidas.
Dira Joseto: todo un mierdero; me ha contado pasajes de
su vida antes de Los Girasoles.
Terrible existencia, qu historia tan cruel con slo dieciocho aos.
Y hoy es paradigma. Hablando de aprensiones, pensaba en
esa Europa envejecida.
Y envilecida, segn tu padre.
Tiene sobrados motivos, cuando vino a este pas vivi una
terrible pesadilla, todo por la ambicin de sus propios compatriotas;
negocios entre consulados y cancilleras trata de esclavos entre
blancos; ya no se traen negros fuertes de frica para ser esclaviza-
dos en Amrica, de la culta Europa llegan italianos, gallegos, por-
tugueses y desventurados de la Europa del Este.
Sobre un hecho asqueroso una clase magistral.
Manuelito, conocer esa historia ha hecho crecer mis senti-
mientos, respeto, admiracin y amor por mi padre.

-192-
Juan Gonzlez

Sabes en qu estaba pensando? En ese salto sobre el Gran


charco. Doce horas hay de vuelo!
Hemos ido y venido por ms de siete horas de vuelo en este
aparato que cada vez que se eleva da la impresin fuese a desin-
tegrarse. A cuntas competencias hemos ido con el Kosako? En
cambio sientes aprensin de montarte en unas naves de los ms mo-
dernas y confortables.
Hemos ido y venido con un Kosako que te echa cuentos o se
pone a tocar la flauta, que mete el helicptero por entre los tepuyes
y te dice: Este es el Simiriquiare, all arriba habita Wanadi, el Dios
que vela por la vida de los hombres de los troncos sobre las aguas o
pasa rasando por las riberas del ro para que veamos los cocodrilos
y que aterriza en cualquier lugar cuando no viene tu padre, para que
nos baemos y disfrutemos del paisaje, la flora y fauna.
Le da a uno seguridad verse entre los suyos, saber a dnde
vamos y los gratos encuentros en donde compite por Los Girasoles,
sentir el aplauso estruendoso cuando nos anuncian y tener en el ir y
venir al Kosako como piloto.
Seis aos fuera, Giovanni!
A los tres podemos ganarnos unas vacaciones.
Si le echamos bolas t no sientes como si te estuvieses des-
prendiendo de un algo para ti indispensable?, como si te faltara el aire
o te sacaran un diente que sabes nunca ms volver a nacerte?
Djate de vainas, Manuel, lo que sentira en este momento es
que este animal vaya a desprenderse, caiga al ro, y los caimanes nos
almuercen.
Qu pas con tu confianza de estar entre los tuyos y llevar
de piloto al oso? Kosako, qu pas con el descenso en donde moran
los dioses cuando Canaima duerme y al despertar los corres?
Ya lo pasamos muchacho, pero ms adelante vamos a descen-
der en donde Wanadi mora.
Ma que tu diche Kosako e la merda!
Muchachos, no se puede, no quiere la madre superiora, se los
debo.
Enrico Cantieri, tiene su peculiar manera de enfrentar las si-
tuaciones: habla el idioma adoptivo de manera clara y fluida ante
los funcionarios del gobierno, durante las reuniones del Consejo
de Familia y frente a las personalidades de las artes y las ciencias,
-193-
Los Girasoles

en cambio, cuando enfrenta situaciones incmodas con gente de su


entorno, mezcla ambos idiomas como una manera de hacer menos
desagradables sus expresiones, provocando la risa entre los camara-
das. El Perla Madonna ya sabemos cmo se lo gan:
Dnde queda ese Sur de la merda, Perla Madonna?
Y la respuesta del Zambo:
Ma que diche, cornuto!
El aparato desciende en un campo deportivo donde una mu-
chedumbre espera para recibir a los estudiantes de Los Girasoles.
Cantos, grupos musicales y de danza, cantautores de msica de pro-
testa. Todo organizado por los Comits de Defensa de una nueva y
hermosa forma de vida. El Consejo de Familia ha girado instruccio-
nes para evitar violencias y que los grupos tradicionales de la poltica
les d provecho, as como el rechazo a los lderes comodonos de la
izquierda, que hacindole el juego a un supuesto pluralismo demo-
crtico, han olvidado sus arrestos revolucionarios.
Los muchachos tienen la satisfaccin de conocer a Soto, joven
menor de treinta aos, buena estatura, un poco grueso, frente amplia
y mirar acucioso, se mueve con ellos en cuanta gestin es necesaria para
inscribirlos y ubicarlos en las residencias masculinas universitarias, les
muestra todas las facultades, el Aula Magna, la Federacin de Centros,
comedores, canchas deportivas, en fin, todas las instalaciones. Alrede-
dor de los muchachos se aglomeran grupos de estudiantes. Un joven de
hablar rpido con tremendo vozarrn le dice a Manuel:
Coo, ustedes s que son unos vergatarios! Yo con diez carajos
de Los Girasoles hago la revolucin en toda Latinoamrica, no est
lejos el da en que se levante de su sepulcro y volvamos a cabalgar hasta
la Pampa argentina atravesando de nuevo los Andes y saquemos hasta
del ltimo rincn a esos vergajos del imperialismo yanqui el joven
del vozarrn, es nativo de la tierra del Gran Mariscal.
Ubicados los muchachos, con todos sus papeles arreglados, ya
han salido para el exterior los becados. Enrico Cantieri resuelve los
problemas en el ministerio, debe esperar dos das para entrevistarse
con el ministro, espera por la firma de los ttulos de los muchachos
de la Escuela Tcnica. Aprovecha una tarde y se va hasta el barrio
donde estuvo viviendo como esclavo.
Una buseta hasta un barrio del oeste de la capital. Rueda por
la avenida, lo observa todo; en ese cine recuerda haber visto a
-194-
Juan Gonzlez

Humphrey Bogart y a Lauren Bacall, all estaba el bar Los Cam-


peones, de all para arriba queda el manicomio, el teatro b
Ahora es un tugurio donde viven familias hacinadas, nios des-
nudos y barrigones asoman por donde antes estaba la platea; al
Seguro Social, all lo llevaron una vez con una herida en un pie,
vio a Celia Cruz (jovencita) en ese cine, junto a Brenda Conde,
reina del striptease, al final, ya casi saliendo del escenario, se
bajaba las pantaletas y enseaba el rabo pelado. Bar los Pinos.
Djeme aqu por favor.
Calle Staduim, larga y empinada la subida, llueven los recuer-
dos: La Coromoto, la funeraria de la SN, la que pona los muertos,
transporte la G, ya no existe el caf de los chinos; empanadas y
caf a medio y medio una gelatina, atrs ha quedado la bomba, diez
cntimos un litro de gasolina, el bar del portugus Manuel en toda
la esquina, y all est
Coo e la madre, Perla Madonna! A un largo saln con veinte
camas, una mesita, una silla y dos baos para veinte condenados a
montarse en la camioneta por la maana, desayunarse con un pan con
mortadela y un refresco de botella; el almuerzo: un refresco de botella
y mortadela dentro de un pan; en la noche un plato de espagueti y el
grandsimo ngelo hijo de p enriquecindose a costa del sudor de
sus compatriotas. Qu bueno!, dentro del parque construyeron una
escuela. All el hotel Sigi, hotel-matadero, all viva la rata asquerosa.
Vmonos para el coo, Perla Madonna!
Carlos y Emilio sintieron un ligero dolor de estmago al escu-
char las palabras del gerente.
Tenemos bastante en depsito. Los anaqueles estn vacos,
as que vuelvan el mes que viene.
Eso tiene un nombre Emilio: estrangulacin econmica.
Qu haremos?
Conversemos con los muchachos, Carlos, ellos se mueven
mucho alrededor de los mercados haciendo cualquier cosa para pa-
garse los estudios y son patria o muerte con Los Girasoles, en dos
semanas los aceites, las margarinas, los dulces y mermeladas embasa-
dos, el casabe de La Esperanza, nuestra azcar morena, las muecas
de la negra Juana Dolores, los granos, el pescado seco, los chincho-
rros de moriche, las pomadas, cataplasma y los menjurjes que segn
Melesio curan dolores de estmago, de cabeza, sabaones, erisipela,
-195-
Los Girasoles

culebrilla, clico miserere, mozosuelo, mal de ojos, mal de amores y


hasta puntadas de culo. Acurdese de las consignas del Chicho: en
Los Girasoles a nadie se le muere un muchacho en la barriga.
Y las de Joseto, Emilio: Algn culo echa sangre.
Ay culo por qu te arrugis, Carlos!
Emilio, de dnde sacaste esa vaina?
Escuchadas al viejo Melesio en sus momentos de afliccin.
Estaba pensando: tenemos dos camionetas a nuestra disposicin,
sbado y domingo podemos ir a la entrada de muchos barrios; all
la gente sale esos dos das a comprar las cosas de la semana, nuestros
productos son buenos y podemos vender a bajos precios.
De acuerdo, buena esa, esta tarde discutiremos con los mucha-
chos en la residencia, todos son pila, con buena disposicin de nimo.
Sobre todo el oriental, desde un principio se identific con
nosotros y puso su camioneta a la orden, es un muchacho que goza
de liderazgo. Quiere ir a Los Girasoles en vacaciones, dispuesto a
meterse da y noche en el hospital. Va a terminar el quinto y eso le
servir de pasante, eso dice.
Carlos plantemoslo a Vctor Soto, l lo conoce. No te ha ense-
ado a jugar truco?, ah juego para hijo de puta. Cuntas vulgaridades
y groseras se escuchan, parece estar empeado cada uno en inventar la
mayor ofensa!
Carlos, a veces creo se van a los puos por cuanto se dicen,
pero no, las groseras parecen ser parte esencial del juego. Nicols
es el nombre del oriental?
Nicols Salazar, dice ser Salazar, no zalamero. Es un diablo
marcando las cartas, me estuvo explicando: a los tres juegos piden
unas nuevas.
Emilio, segn parece. Ese muchacho es hijo del mejor ju-
gador de truco de todo oriente, hasta hoy no le he visto perder una
jornada.
Carlos dejemos al oriental tranquilo y velemos por los intere-
ses de Los Girasoles.
Una ltima mencin del juego: truco a ti culo cacao. Quie-
ro y retruco, mal baao, estas fueron las que hicieron hablar al
mudo. Nicols tena la reservada:
Sota y caballo de la vira.

-196-
Juan Gonzlez

Aparte de las buenas cartas, el que ms grita y ms ofende


parece llevar ventaja. No es juego para tmidos.
Hace su aparicin el sol y las flores levantan la cabeza para con-
templar al astro rey y alrededor de l todo el da pasarn girando, as
es la vida del girasol. Bulliciosa antes, pas la bandada de loros. En
Los Girasoles todo es movimiento. Gira la tierra, corren las aguas,
alla el viento y all hombres, mujeres y nios entonando un canto a
la maana, himno a la vida y amor al trabajo. Es la cancin de todos
los das y que inventamos hoy es la consigna, alguien exclama: Los
Girasoles es un hecho irreversible!, y eso les anima. Capitalizamos
bienes sociales y solaridad humana. La fuerza de trabajo, tiene aqu
un amplio espacio.
Cintillos, manchetas, pancartas, murales; las paredes de todas
las calles lo van repitiendo, es cancin de las aguas y cntico del
viento, lo repiten los loros y lo imitan los pjaros; es la cancin de
todos los vecinos: Los Girasoles es un hecho irreversible.
Por desgracia, sobre Los Girasoles pende una espada de Damo-
cles, que va siendo afilada en la medida que para el Estado van au-
mentando la dificultades y prenden la alharaca con los medios como
cmplices, pero hay una opinin pblica que hoy no come cuento.
Juan y Julio comentan:
Cuesta creerlo Julio: todo el berenjenal que tienen encima e
insisten en intervenir Los Girasoles, siendo esta parte del pas la que
tiene menos dificultades, con mayor seguridad social y personal y
con bonanza econmica, mientras que el resto del pas es un pande-
mnium.
Reflexionando Juan, me pregunto: les falta inteligencia o es
que han perdido la chaveta? All en ese pobre liderazgo podemos
hallar la respuesta.
No dejan de haber hombres valiosos, pero son muy pocos y no
son capaces de enfrentar la pestilencia. Todo anda entrampado en
un juego sucio de intereses: copa la escena el sector financiero aho-
gando al sector industrial, este, a su vez, ahoga al agrcola; el pol-
tico aplasta al sector cultural y la poblacin en general es vctima
de toda esta podredumbre. El Estado? Todos sus poderes estn al
servicio de quienes delinquen desde las altas esferas.
Y de este lado, Julio, un gigantesco esfuerzo por romper todo
nexo con un pasado, que segn parece, se le viene encima de nuevo:
-197-
Los Girasoles

tesn, gran voluntad, creatividad, espritu de trabajo que lleva a darle


forma a una manera ms humana de concebir la existencia; un encon-
trarse con el otro despus de encontrarse consigo mismo y pensar a
partir de all en el todos nosotros. Despiertan aqu de una pesadilla y
pretenden de nuevo ahogarles en el pantano.
Alguien deca: Las grandes crisis determinan los partos de
la historia y en todo parto hay derramamiento de sangre, pero lo que
nace debe crecer fuerte y sano. Aqu el nacimiento ha sido un parto
natural, del otro lado, el muchacho se agita queriendo ver la luz,
habr que aplicar frceps o cesrea.
Julio, Juan, tenemos rato andando por esos caminos. Por qu
no caminar un poco por Los Girasoles? Preguntara usted cules
son las estructuras que tiene aqu esa institucin? Ya la he respondi-
do. Y ahora permiten decir un disparate: entre nosotros, la justicia es
como una entelequia, y no es porque se le pudre, porque no se aplique;
es que aprendiendo a respetarse a s mismo aqu todo el mundo ha
aprendido a respetar al otro. Por all deca alguien: Mientras ms es-
cuelas, menos crceles se necesita algo ms que escuela; es necesario
ms hospitales, ms que hospitales, mucha ms medicina preventiva;
el hombre debe dedicar no ms de seis horas al trabajo para garan-
tizar una forma decente de vida. El Estado no puede seguir siendo
el monstruo en sus leyes punitivas. La distribucin del producto del
trabajo debe ser ms equitativa. Dsele al hombre todas las oportuni-
dades posibles con posibilidades reales y crecer hasta el infinito.
Estas entrevistas, nos han permitido un material valioso para
dar conocer el fenmeno y argumentar mejor en su defensa, pero estn
hacindose cansonas, no por las personas a las que entrevistamos, es
falla nuestra. Betulio, dijiste hace rato: Nos perdemos entre montaas
de palabras, eso nos afecta, sobre todo a m y a Julio, sabes, queramos
conocer el caso de los indgenas que el terrateniente, trat de despojar
de sus tierras, muriendo algunos de ellos cuando los aborgenes le qui-
taban un poco de sal de esa que le da al ganado. En algunos sitios, el
desnaturalizado la envenenaba. Sabemos que gracias a ti y a todo Los
Girasoles pudo evitarse el despojo.
En otra oportunidad hablaremos de eso. Tmense un tragui-
to y se marchan. Ya escucho el regreso de los loros.
Nos ests echando, Braulio?
No, despidiendo.
-198-
Juan Gonzlez

El rugir de las aguas estrechndose en el can, llega levemente


hasta las altas colinas donde funcionan las oficinas administrativas
de Los Girasoles. El sol, cansado de dar luz y energa al valle, va
ocultndose tras las bajas montaas occidentales. Sus ltimos rayos
del da, pintan de rosados los caaverales. Las voces de can son
acalladas, al valle invade la nube de loros. Son las seis de la tarde. A
esa hora, en el depsito taller de los pioneros de hierro, conversan
dos hombres, el uno dobla la edad al ms joven, estn unidos por
profundos sentimientos y ambos se profesan gran respeto. El uno ve
en el otro el hijo varn que nunca tuvo, y el otro en el ms viejo suele
ver al padre que nunca lleg a conocer.
Taita, a qu atribuye usted que hombres como Rafael Cova,
Edgar Lpez, Jos Vicente, Leonell Gmez y el resto de los pione-
ros, a pesar de todas las oportunidades que aqu han tenido, con po-
sibilidades reales para proyectarse, mantengan esa especie de bajo
perfil y mire que son buenos para proyectarse? y se mantienen
participando en el crecimiento de Los Girasoles.
Joseto, no todos los hombres son saltapericos, esos seres
inquietos que no pueden vivir si no es metindose en vainas.
Tampoco se trata de seres apticos, estn en lo suyo con todos
los hierros. Camino hasta aqu, en todo trayecto fueron activos, es-
forzados y fue mucho lo que aportaron, pero por qu ese mante-
nerse un poco lejanos de la efervescencia en la que nosotros casi nos
licuamos?
Como una boca lquida est usted hablando. Tratamos ese
asunto, el Zambo y yo, deca l no todos son saltapericos, los hay
tranquilos y muy inquietos; unos andan buscando proyectarse,
ocupar espacios, otros parece no preocuparle las jerarquas ni posi-
ciones sociales, estos son hombres tiles y muy cabales, seres razo-
nables, diaria Vctor Soto. A propsito, cuando hablo de estas cosas,
es porque las he aprendido con ese hombre y los libros que me reco-
mienda. Bien, esa simpleza de que unos mandan y otros obedecen, en
un manejo para el sometimiento de los pendejos, pero cuidado, entre
estos aparecen los lderes naturales que en determinadas coyuntu-
ras histricas, copan la escena. Dentro de los sistemas por nosotros
conocidos existe como una escuela de lderes para la supervivencia
de los partidos, de los manejos econmicos, direcciones culturales o
deportivas y agentes gubernamentales, la sociedad los forma para que
-199-
Los Girasoles

mantengan el engranaje, son agentes, obedientes al sistema. Entre


este liderazgo emerge el ms nefasto: el liderazgo sindical, forjado-
res de gnsters, son los ms perniciosos. Se suponen defensores de
los derechos de los trabajadores, y son los mejores aliados para que
los patrones los despojen de su fuerza de trabajo, de su dignidad y
condicin de hombres, dentro de la sociedad capitalista son los ms
inmorales y venden a su propia clase.
Le insista al Zambo en los casos que t sealabas: Melesio,
dejemos a esos hombres quietos, cumplen su misin, lo dan todo
por Los Girasoles.
Joseto escucha atento; para l las palabras de Melesio y las del
Zambo son santa palabra. Escuchar es una de sus mejores virtu-
des. Los que hablan mucho aprenden menos, es su consiga. Es el
hombre capaz de hilvanar una idea con todas las precisiones en el
menor tiempo posible. Ireverente, analiza y resume, es su consigna.
Taita, creo en el liderazgo, no as en las jerarquas. No en el lide-
razgo impuesto, si no ese que brota natural en los campos o en los barrios
y asume con todos los hierros, se compromete y arriesga todo.
Me sorprendes, muchacho.
Los Girasoles viejo!
Los Girasoles, mijo. Quin le iba a decir al viejo Melesio que
ya por encima de los cincuenta iba a vivir tan bella experiencia.
Treinta aos es la diferencia, los ltimos quince pasados en aquel
mundo construido por ellos. El da en que la cuaima mordi al mucha-
cho lejos del campamento, el viejo Melesio chup la herida varias veces,
luego abri parte de la carne, sigui chupando, busc en el porsiacaso,
sac unas ramas, prepar una cataplasma y rez una oracin, tal vez fue
que ese da teniendo por testigo a la muerte, cuando ambos se vieron por
primera vez bien de cerca. En ese momento Melesio encontr al hijo y
Joseto al padre desaparecido.
Descienden densas nubes de las altas montaas, blancas, nveas,
como copos de nieve. Aprovechando que una de aquellas se encuen-
tra apartada, la penetra el astro rey tornndola rosada, bajan algunas
hasta el campo santo arropando con sus mantos a los que en paz re-
posan; van humedeciendo los maizales, de los ros besan sus aguas y
alegres se abrazan a las palmas.
Seis de la tarde, para la recreacin se abren las salas, se detie-
nen las mquinas, algranse las almas, por los senderos de la plaza
-200-
Juan Gonzlez

pasean las muchachas, se acercan los galanes a cortejarlas. Juego


de luces: bombillas, lmparas y reflectores buscan donde haya una
sombra y la sacan de sus escondrijos, las campnulas rojizas quedan
iluminadas cayendo como cortinas sobre las aguas. Msica suave,
delicada: Sherezada, El lago de los cisnes, La danza de las Horas; luego
se escuchan piezas folklricas, valses criollos y a las doce de la noche
el Alma llanera. Rodeado por la chiquillera emerge una descomunal
figura acompaado con su flauta que entre sus manos parece un es-
carbadientes al Son de la India de su paisano Kimski Korsakoff, van
los nios tras de l, sube a la Concha Acstica y desde all deleita a
los presentes sentado en el suelo rodeados de los chicuelos, l parece
el ms grande de todos ellos.
La tarde dice adis cuando llega la noche y la envuelve entre
sus sombras, tienen stas vedada la entrada a la plaza. Por encima
del cerro El Papeln, la luna hace su aparicin: grande luna llena,
redonda como nunca juntando los labios de los enamorados, bus-
cndose las bocas.
El gran porrn, fuente y sostn de centenares de girasoles, des-
prende todo un haz de luces amarillas, envolviendo a toda la estruc-
tura de ladrillos cocidos. La plaza, Gran Plaza, es gora, luz y flor,
toda esplendor, un conjunto de gracias; es regalo que el hombre dio
a s mismo para mostrar la grandeza de su espritu.
Amanece, el sol se ha quedado adormilado, gris un poco la
cumbre de la montaa. Adormilado el sol, no as los pujantes gira-
soles, aunque es un poco fra la maana, camino al colegio va la chi-
quillada. En el bosque, cantan para ellos los pjaros alegres. Rato
hace ya que pasaron los loros atormentando con su alborozo. El
trencito espera all junto a la plaza con msica de cuatro, maraca y
arpa, y el trinar de una garganta. Hora del trabajo y del estudio, de ir
a las fbricas, llegarse hasta los campos, de tostar el pan, de ordear
las vacas. Es hora de la accin del msculo y la mente. Los rostros
sonrientes miran la montaa y va saludando a todo el que encuen-
tran. Altiva la frente porque la buena autoestima es diario alimento;
gente activa que no tiene angustia con la comida. Un hombre alto,
nariz aguilea, de cara alargada; en los ojos claros hay una mirada
casi melanclica, portafolio en mano, ruma de carpetas debajo del
brazo. Una puerta abierta de un edificio rodeado de rboles, pulcro
muy aseado.
-201-
Los Girasoles

Buenos das tengan. Cmo estn muchachos, buen rato es-


perando?
Algunos minutos, buenos das Enrico. El doble maestro.
Aqu sin dobleces.
El Perla Madonna?
Por la virgencita, por la Santa Madre.
El Perla Madonna, no le molesta?
No Juan, convertido aqu en otro hombre, nada extrao el
cambio de nombre, hay algo ms, esa expresin me recuerda siem-
pre a mi patria.
Entonces Perla Madonna no es una sombra sobre la persona-
lidad de Enrico Cantieri, sino un rayo de luz que lo ilumina por los
senderos de Los Girasoles.
Suena bonito, Julio, pero sobran los cumplidos, conversemos.
Te molestara el pedirte un pequeo relato de tu vida antes,
sobre todo cuando llegas aqu viniendo de la bota que se llena con
agua del Mediterrneo.
Es una lstima no poder llenarla con Concha e Palo. Era
maestro normalista, llegu aqu por los aos cincuenta, en Europa, con
todo y el Plan Marshall, nos estbamos muriendo de hambre y aqu
haba bastante trabajo, eso nos decan. Fueron terribles los primeros
das; trados como agricultores, aqu llegamos en calidad de esclavos:
entre embajadores, cnsules, funcionarios de identificacin y compa-
triotas nuestros con tiempo en el pas, buenas relaciones con la dictadu-
ra y jugosos contratos de construccin, entrbamos nosotros como una
especie de mercanca, fuerza de trabajo bruta. Llegbamos en barco
y del puerto nos arrastraban hasta unos barrios de la capital, hacia la
parte oeste, y all nos metan en una especie de cuadra de cuartel, te-
namos unas camitas de hierro y dormamos sobre unas esteras. De all
a la construccin y de la construccin a la cuadra. Pan con mortadela
y tomate, y un refresco de botella por la maana, al medioda un plato
de espaguetis. Los sbados, unas monedas para unas cervezas y un
poco ms a fin de mes, para ir a la casa de las putas. Por ese tiempo
abundaban los burdeles con mujeres espaolas e italianas, que vinieron
llegando despus de la Segunda Guerra Mundial a ganarse la vida, su-
dndose la vagina. En uno de esos tugurios establec contacto con un
compatriota, me puso al tanto y en contacto con gente nuestra que ya
haba pagado su cuota de esclavitud. Con ellos supe todo en cuanto a
-202-
Juan Gonzlez

la trata de esclavos, slo cuando aprendan vuestro idioma rompan las


cadenas. A las mujeres les pintaban un mundo de fantasa e iban a parar
a los latrocinios.
Es cierto todo eso Enrico?
Asombroso! Esa trata de esclavos en pleno siglo veinte, y no
son negros de frica, arrancados de las costas, son hombres blancos
trados a la Amrica desde Europa. La culta Europa manda a Am-
rica mano esclava y reses, carne fresca a los mataderos, comercio
de sexo.
Enrico, por qu no acudan a la Embajada o al Consulado?
Porque embajadores y cnsules andaban en la pomada.
Lleg un momento en que estall el escndalo. La prensa de aqu
inform poca cosa, pero la internacional ech la noticia a los cuatro
vientos. Hubo remociones de embajadores y cnsules. El maestro
de escuela se hizo aqu maestro de obra, de no haber vivido tanta
inmundicia, no hubiese conocido el Paraso. En Los Girasoles he
vuelto a la profesin de mis sueos, el explorar potenciales y cul-
tivarlos a flor de tierra, es suficiente motivacin para la entrega.
Cuando el Zambo me burlaba en el camino con: Ma que diche,
cornuto!, recordaba aquella amarga experiencia, y a la vez se hacan
presentes en mi memoria, unos trabajadores de este pas que me lo
repetan mucho, pero nunca en tono ofensivo; hice amigos y fui co-
nociendo la grandeza de este pueblo. Y me enamor, no slo de sus
mujeres, en ninguna parte del mundo hay tanta variedad como en
esta bienaventurada tierra: su gente, sus mares, su flora y su fauna,
Cunta agua corre por todas partes! Esa morena que hasta aqu me
traje, me ha dado dos hijos, mujer excelente, muy buena maestra,
la hice mi esposa. Yo no s quines han sido ms sortarios; mis dos
nios que se estn criando en Los Girasoles, o Enrico Cantieri el
Perla Madonna, que ha encontrado aqu la paz de su alma.
Y tu esposa?
La ms feliz de todos nosotros.
Enrico, hablabas de reses y de carne fresca trada de
Europa, es de suponerse una gran demanda de punta trasera.
Y mucho ossobuco. Basta Juan, vayamos al asunto. Aqu
apareci el Nuevo Mundo. Un nuevo mundo con oportunidades
y posibilidades ciertas para todo lo humano. Una naturaleza prdi-
ga, hermosa, bella, exuberante, se entrega a unos hombres y los va
-203-
Los Girasoles

colmando de grandes favores, y ste la posee con delicadeza, y no la


degrada ni siquiera un palmo. Le siembra diez cuando tumba un
rbol. Es la bienamada, a ella le prodiga amor y cuidados. El pro-
ducto de estos amores est expandido por todo Los Girasoles.
Bonito todo eso, pero an seguimos en el limbo. Hblanos
de lo que acordamos. La historia con todo y ancdota ya la conoce-
mos, queremos centrarnos en un punto, uno que nos lleve a despejar
un cmulo de dudas.
Bien claro hemos hablado desde un principio, sin callar nada,
pero sin encallejonarnos. Algunos enigmas? Vyanse a la capital,
es posible den con algn hilo que los lleve al ovillo. Consganse un
mdium para que invoque el espritu de don Manuel Garca y Mal-
donado, tal vez l les indique dnde est el tesoro. Intntelo Julio.
Humor fnebre.
Cundo se van a convencer que no es aqu donde van a encon-
trar lo que andan buscando. Te fuiste al Norte, Julio. Qu trajiste?
Es posible que sea un secreto bien guardado. Hablamos de educa-
cin? Les invito, caminemos por esos pasillos, con alumnos y maes-
tros conversemos, y con los amigos que mantienen este espacio como
tacita de plata. Contemplemos los jardines, miremos a los rboles
escuchando el canto de los pjaros, entremos a los talleres para que
ustedes vean destreza e ingenio. Quieren datos estadsticos?, se los
suministraremos.
Les adelanto: no tenemos desercin escolar, el rendimiento por
ao es del 98%. Si un nio falta a clase, debe llevar al siguiente da
una nota de los padres, explicando la ausencia, si se repite la inasis-
tencia, el padre es quien debe explicar muy bien qu es lo que pasa,
se le reprende y exhorta a velar por su representado. Es raro un nio
o joven reprobado, en primaria es de 16 la nota ms baja, y es de 18
el promedio, en secundaria es de 16, y a quien le quede materia, se
le somete a un proceso inmediato de recuperacin. En caso de bajo
promedio pasamos al alumno a un psiclogo, y casi siempre opinan:
Anda en otra cosa, es posible que se trate de un genio.
En uno de los mdulos tiene guardia la doctora Rosalba, todos
los mdicos al margen de sus cargos, realizan estas guardias, esto
motiva y estimula a los nuevos profesionales. En Los Girasoles, de los
doscientos y tantos galenos, hay unos cuarenta nativos del terruo,
con al menos, cinco aos de graduados y algunos con postgrados. Ya
-204-
Juan Gonzlez

hemos dicho: la medicina preventiva, la atencin al nio, los cuida-


dos materno-infantiles y los programas sanitarios, son norte y gua
en cuanto a salud en Los Girasoles.
Dominga!
Diga, doctora.
Cuntos pacientes quedan?
Una joven seora, por cierto, primera vez que la veo.
Hgala pasar.
Rosalba queda un rato pensativa: Quin podr ser? ltima-
mente no ha llegado gente nueva. Fija la vista en una revista mdica:
Demasiados prejuicios morales para la clonacin humana; me
imagino escogern al tipo ario, un escandinavo o un ingls, para
sustituir a los piojosos indios latinoamericanos, a los amarillos de
Asia y los negros tiosos del frica, creando un ejrcito de zombis
blancos, que atiendan sumisamente a las polticas del liberalismo.
Una formacin de hombres en serie, posiblemente con ingredientes
transgnicos. Comentario de una humanista de la Medicina.
Buenos das, doctora la voz de la paciente la vuelve al con-
sultorio.
Buenos das, mujer no me digas que se te rompi el term-
metro y has encargado tu primer girasolito!
Roto no, creo s me fall la matemtica, fui mala siempre en
esa materia.
Se va quitando la ropa, no la voy a auscultar con los trapos
puestos. Tiempo hubo cuando, por la mojigatera catlica, los m-
dicos examinaban a las mujeres vestidas, sin ver nada; la inmorali-
dad cientfica ms grande que he conocido. Cmo estn Julio y los
muchachos?
Todos bien. Quien anda por all medio ambulado es el po-
bre Juan.
Una cuita. Es gratuita? Qu tiempo que no te viene?
Diez das, en cuanto a la cuita, t lo dijiste, es gratuita.
Es de suponerse por algunos sntomas.
Lo ms extrao, ni vmitos ni antojos. Ahora yo creo que el
problema de ese muchacho, es que se siente aqu muy solo, en donde
casi todos los jvenes de su edad viven en pareja.
Y a ti te mandaron, y ests haciendo el papel de pendeja, y lo
peor de todo es que viniste a cumplir esa misin bajo un supuesto
-205-
Los Girasoles

embarazo, te cre ms inteligente. Si en l es una falta de coraje, lo


tuyo es una burla a la amistad. Te confieso que me sent atrada por
aquel muchacho, que estbamos arrancndoselo a la muerte, su vida
estaba en mis manos y lo vi tan indefenso. Como mdico multipliqu
esfuerzos, tal vez toda esa situacin y estando hurfana de afecto,
me fue inclinando como mujer hacia aquel joven. Sabes?, creo que
su mal radica en que es posible que lo haya tenido todo, o casi todo
desde nio, y, ahora aqu, tan lejos de su mami s eso es; mamitis!
Terrible enfermedad, y eso s es verdad que no me la calo yo.
Rosalba por favor!
Qu por favor ni qu ocho cuartos! Trtenle como hombre
para que deje de ser un nio.
Bien ganado este regao. Juan es para m como un hermano,
por eso lo hago. Ha sido una imprudencia de mi parte. Qu hars
esta tarde?
Estoy libre, libertad condicionada, te llaman y all va la esclava.
Como un absurdo lgico.
No, una enmienda a la lgica. Aqu siempre hay algo por
hacer, si no lo hay se inventa.
Y en cada lugar y en cualquier labor surge un fenmeno, te
cuento: un nio de diez aos, quinto grado, en taller desarma cuatro
veces un pupitre, mientras los otros muchachos en el mismo tiempo
arman uno. Pregunto la razn y me responde: Maestra, estoy ensa-
yando mtodos. A la semana me trajo una hoja con explicacin del
proceso de armar y desarmar en menos tiempo, con un detalle; su-
gera eliminar una parte que no haca funcional el mueble, gastando
ms material y tiempo. Es el mtodo empleado en todas las fbricas
de muebles.
No se est gestando una sociedad de genios, Graciela, pero
todo cuanto aqu hace el hombre es genial. Acepto tu invitacin a
pasar la tarde juntas.
Aqu dedico el doble de tiempo a la enseanza, y nunca siento
pesadez ni cansancio, no s si es creerse indispensable o que ves en
el hacer, la oportunidad de realizarse, de avanzar como ser humano
viendo a los dems avanzando. Hay algo en lo que se cree: hago falta y
no soy indispensable, pero all debo estar, s que me estn esperando.
Y ms all de toda palabra dicha o escrita, hablan los hechos.

-206-
Juan Gonzlez

Muy bonito todo eso muchacha Ya se te enrojecieron has-


ta las pecas! Sabes, tengo horario hasta las seis de tarde, de lunes a
viernes, amaneciendo un da en el hospital, jueves en la tarde atien-
do en un mdulo, el martes lo paso recorrindolos todos para ajustar
su funcionamiento; los sbados y los domingos son supuestamente
libres: el sbado en la tarde la paso en el hospital inspeccionando
y los domingos en la maana, me doy una vueltecita por la emer-
gencia. A veces cuando llego imponiendo correcciones o con nuevas
propuestas, me preguntan: Cundo se dio cuenta de eso?, y no
tengo respuesta. Cmo se explica? Intento entonces responderme:
te hace crecer y llena la labor que realizas y como nuestras profesio-
nes estn tan cerca de profundos sentimientos humanos, del dolor
y de los sueos del otro, te dices: Alviale el mal, clmale el dolor,
l quiere vivir y en ti confa, eso se dice Rosalba. Y Graciela? Son
nios y estn en tus manos, creen en ti y en ti confan, no los defrau-
des, puedes hacer tanto por ellos, sin la angustia del sueldo, tienes
una ventaja, es hermoso el entorno; bien alimentados y saludables si
te empeas, ellos se empinarn sobre las puntas de los pies/ abrirn
los brazos al espacio/ y con las yemas de los dedos de las manos/ aca-
riciarn las bvedas del cielo/ cielo ozono/ cielo azul/ cielo sueos.
No s Rosalba, si en lo que trato de explicar me doy a entender.
El de dnde venimos explica muchas cosas, sabemos cmo
se fue armando all la tramoya; tambin son hombres y mujeres, y
sobre todo nios, pero todos han quedado atrapados bajo la alfom-
bra de cochinos intereses, debajo de ella estuvo revolvindosenos a
diario la bilis, bajo una gran tristeza, parece que all no hubiese sal-
vacin para los condenados de la tierra.
Medianoche, hora de las nimas, el trasnochador las escucha,
voltea y mira: multitud de velas encendidas y sotanas blancas que a
su alrededor danzan, el coro murmullo de Santa Mara que ests
en los cielos Le atormentan y pierde el conocimiento, pasa la
Sagrada Polica Gomera y se lo lleva preso. Son las doce
sereno, farol en mano va gritando el farolero. Se oye el grito ate-
rrador de La Llorona. A travs del postigo de una ventana, una
anciana fisgona ve al perro negro echando candela por el rabo. Se
escucha el carretn rechinando sobre las calles de piedra, alguien
se asoma y mira, el jinete es un escabezao. Los cascos de la mula

-207-
Los Girasoles

mani arranca chispas a las piedras. Son las doce sereno, hora de las
nimas y de los fantasmas.
Djese de esas vainas, viejo Melesio, todo eso se acab cuan-
do apareci la electricidad.
El viejo Melesio, en su Sagrado Templo, relata historias y cuen-
tos de aparecidos a la hora de recogerse, ya para terminar cuenta:
El hombre sali de la casa a medianoche arrecho y al pasar
por frente al cementerio, escucha que le gritan desde adentro:
Aqu es en donde se conocen los guapos carajo!.
Camino a la zona industrial van Julio y Juan, pero no como
Domingo Brando y Francisco Liendo. All van ascendiendo,
camino a la zona industrial. La maana es fresca, el pasaje produce
recogimiento y espiritualidad. Atrs han quedado las ltimas casas.
Pasan por debajo de un tnel vegetal; los samanes han entretejido
sus ramas, fro el tnel de unos trescientos metros. Ahora bordean
la carretera de piedra con encajes de losa, aparecen las trinitarias
rojas, blancas, amarillas, rosadas y moradas; al fondo de este juego
de colores, se ve caer el poderoso torrente de la montaa y casi ni se
dan cuenta, cuando estn en las puertas de una de las fbricas, la de
aceite de palma. Jos Vicente, joven de veinticinco aos, egresado
de la Escuela Tcnica, es quien dirige aquel complejo, se molesta
cuando bromeando le dicen que es un ministro de Industria. La
mayora de los proyectos de Los Girasoles, han sido elaborados por
este aventajado joven; a una edad en donde la mayora de los es-
tudiantes universitarios en el otro mundo, no han culminado
carrera. Bien dice el viejo Manuel: El futuro nuestro, el de millares
de personas, reposa en buenas manos.
Buenos das muchachos, adelante.
Buenos das Jos Vicente.
Alguna cuaima en el camino? Tienen cara de asustados.
Juan es el que viene medio medroso, le hablaron de alguien
muy serio.
A ustedes le pintaron un animal muy fiero, aqu, al nico
animal al que hay que temer es al Zambo, dicen se vuelve tigre de
palenque.
Qu bicho es ese?
Pregntele a Manuel o al viejo Melesio. Qu les trae?

-208-
Juan Gonzlez

Nuestro oficio. Queremos saber cmo se maneja y funciona


es-to, as como las otras fbricas, aunque a decir verdad; aqu parece
que todo funciona a la perfeccin. Cmo es posible, nos preguntamos,
producir aqu a ms bajo precio productos de tan buena calidad?
Una serie de factores econmicos y sociales estn implcitos:
no hay patrn que se apodere de la plusvala, no hay gastos de re-
presentacin, de publicidad ni de mercadeo, las ganancias se rein-
vierten, no existe un patrn que acumule los mayores beneficios,
siendo baja la inflacin, no tenemos problemas con la retribucin
del trabajo o compensacin, aqu no hablamos de salario. Nuestra
red de comercializacin son cuatro grandes establecimientos donde
se expende todo cuanto requiere una familia para una vida decente,
uno por cada sector que conforman Los Girasoles y el gran mer-
cado, mercado principal donde abundan las carnes y los productos
agrcolas frescos. Todos los productos van directamente del produc-
tor al consumidor. Siempre hay excedentes, estos van todas las se-
manas a travs del helicptero a los sectores populares de la capital,
en convenios con especies de cooperativas comunales, con costos
inferiores hasta de un cuarenta por ciento.
Por cunto tiempo puede mantenerse ese sistema? Ustedes
hablan de una comercializacin que elimina la red de intermedia-
rios, lo que suma un valor agregado, sin embargo, de esas redes
viven miles de personas.
Cierto, igualmente de la economa informal buhoneros ma-
yormente, dependen millones de personas, ms de un cincuenta
por ciento de la poblacin ocupacional: es bueno para la economa
de un pas, que millares de jvenes, adultos y hasta nios pasen hasta
diez y ms horas en un kiosco, o tirados en el suelo esperando que
alguien llegue y le compre una pantaleta, unas medias, unos zapatos,
un condn, una curita? Es bueno que ese material humano pase los
mejores aos de su vida sin producir ni crear nada?
Necio de parte nuestra hacer comparaciones con otras lati-
tudes. Jos, cmo son las relaciones entre el personal obrero y la
direccin de la empresa?
No tenemos personal obrero, error de concepto, aqu todos
somos socios. Esperen un momento: Mara!
Buenos das, dgame Jos.

-209-
Los Girasoles

Llmese a uno de los muchachos para que le muestren a estos


jvenes el funcionamiento de nuestra empresa.
A cualquiera?
No, cualquiera no tiene capacidad de respuesta, no sera capaz
de mostrar toda la complejidad de la produccin, y que yo sepa, aqu no
trabaja ningn cualquiera. Llmese a Pedro Luis, al maestro Cachim-
bo u otro de nuestros trabajadores.
La joven se retira un poco apenada, est all de pasanta y no
est al tanto de las relaciones humanas all establecidas. Pedro Luis
se presenta.
Dime Jos Vicente.
Dale una vuelta a los amigos por las instalaciones, explcale
nuestro proceso productivo y responde a cuanto te pregunten. Eso
s, antes los pasas por la sala de pelar cochinos!
Pedro Luis es mi nombre, pero se me conoce por el Cara e
Vaca.
Alguna grasa animal en los productos aqu elaborados?
Por lo de pelar cochino? No chico, es el lugar por donde de-
bemos pasar, toda persona que atraviesa esta puerta; una especie de
sauna para evitar contaminar lo que se elabora, aceites, margarinas,
palmito, frutas en almbar. Todo desecho vegetal pasa a la fbrica de
fertilizantes. Desnudos entramos al sauna, guardando antes la ropa,
diez minutos luego sales y te colocas un traje especial, que usamos
todos los trabajadores que manipulamos los productos. Ya nos acos-
tumbramos, es reconfortante, te sientes ms liviano. De all al co-
medor, buen desayuno, tienes una hora, te lo indica una luz azul,
cada uno a sus puestos. A las diez, una luz rosada, refrigerio y media
hora de descanso; doce y quince minutos: luz amarilla, el almuerzo
y reposo, y luego de dos a cuatro, todo aquel que antes de marcharse
quiera pasar por la sala de pelar cochinos, nada se lo impide.
El transporte Pedro?
El trencito.
Sabes cmo nos hemos sentido aqu?
No se me ocurre.
Como si estuvisemos filmando una pelcula de Walt Disney,
todo es tan fantstico.
Igual para todas las plantas, ideas de Jos Vicente, todos
somos egresados de la Tcnica, no existen jerarquas, pero s grandes
-210-
Juan Gonzlez

responsabilidades. Hay seguimiento y evaluacin constante, para


mantener la calidad de cuanto se produce. Recibimos mucha infor-
macin y lecturas sobre procesos semejantes, bajo las mejores tc-
nicas. El ao entrante procesaremos aceite de oliva, fallamos en el
primer intento, no se nos dio la cosecha, corregimos y ya los frutos
estn madurando.
Realismo mgico?
Nada de fantasa Juan, ninguna magia, dedicacin, identi-
dad, realizacin, empeo en el trabajo bajo grandes motivaciones.
He ledo sus reportajes, muy buenos, salvo, algunos conceptos
errados; t Julio, dices en el ltimo nmero: En Los Girasoles los
hombres y mujeres parecen de otro planeta. Qu puede imaginar
la gente? Que no pertenecemos a las entraas de este pueblo, que
somos ajenos al terruo, que quin sabe de dnde venimos.
Ninguno de los miembros del Consejo de Familia, ni otras
personas con grandes responsabilidades ejecutivas y administrati-
vas han hecho observacin al respecto, y mira que aqu, llega un
Cara e Vaca y nos enmienda la plana.
Mis disculpas.
La disculpa la pedimos nosotros, una leccin ms aprendida
en Los Girasoles. Repteme los detalles de un da de trabajo.
Llegamos a las seis y media de la maana, pasamos por la
sala D y luego al comedor y un buen desayuno. Siete y cuarto, una
serie de luces azules. Cinco minutos encendidos, al apagarse, cada
quien en su puesto de trabajo. A las diez bombillas verdes, receso
con refrigerio; doce y media, hora del almuerzo, luz amarilla una
hora de receso. Tres y treinta minutos: luz rosada, regreso a casa. A
esa hora entra a la faena el personal de mantenimiento, laborando
hasta las siete. Rotamos para que todos nos familiaricemos con todo
el proceso de produccin.
Empleo del tiempo libre?
Quien no es profesor de la Escuela Tcnica, es asesor de-
portivo o atleta de alta competencia, entre nosotros puedes hallar
poetas, pintores, teatreros y abundan los titiriteros.
La sociedad perfecta?
La ms humana, en donde se le rinde amor al trabajo, respeto
y tributo al hombre.
Diferencias de sueldos?
-211-
Los Girasoles

O segn las necesidades.


Cmo se explica?
Cunto necesitas?
Quin invent esto?
Fuenteovejuna.
El mejor alcalde, el pueblo.
Julio, t siempre llevas la voz cantante, sin embargo, las aco-
taciones de Juan, siempre dan en el clavo; eso de El mejor alcalde, el
pueblo, es como un acto de justicia. Creo que la epopeya comenz
a plasmarse en el camino hacia el Sur, y, los hoy pioneros, ni puta
idea tenan a dnde iban o venan, apenas si les sealaban, un
punto cardinal sobre unos mapas: Hacia el Sur y estalla Perla Ma-
donna: Perla la Madonna dnde queda ese Sur de la mierda! Res-
pondindole el Zambo: Ma que diche, cornuto! As, los hombres
se fueron encontrando. Sudor y lgrimas amasaron el barro de las
primeras casas. Y sembraron pactando con la naturaleza: maz, caa
de azcar, arroz, pltanos, hortalizas, criaron aves y animales, y esas
siembras eran como semillas de esperanza, de los grandes sueos.
Quienes llegamos ms tarde, viniendo de los crculos de los infier-
nos, aqu encontramos, que todo o casi todo estaba hecho, eso crea-
mos en un principio, nuestro aprendizaje fue el inicio. Aqu hay que
estar inventando cada da, para que cada da sea ms alegre, ms til
y ms bella la vida. Por eso las nuevas generaciones, vemos en cada
uno de los pioneros a forjadores del hombre-ser-social-humano.
Aunque ellos digan: No queremos el culto a los hroes, el culto lo
merecen los pueblos.
Todo un poema Cara e Vaca.
A propsito, escuchen: Dispuesto a sus tareas/ estaba el
hombre/ cruz por su mente/ una sombra/ Atormentaban acaso/
unos fantasmas?/ La luz se fue haciendo en su cerebro/ la sombra
brotaba desde dentro/ una voz le invitaba/ ven, demos unas vueltas/
vio caer el agua de las cascadas/ qued extasiado contemplando la
montaa/ escuch el canto de los pjaros/ camino a clases contem-
pl a la muchachada/ una sonrisa le brind la agraciada dama/ le dio
nusea a hora tan temprana/ ver a un borracho apurando un trago/
mir a un perro entretenido con su sarna/ extasiado el hombre/
elev su vista hasta las nubes/ y viaj por espacios siderales/ la voz de

-212-
Juan Gonzlez

nuevo escuchan sus odos/ estoy cerca de ti y me has ignorado/ soy el


poeta, habito en lo profundo de tu alma./ Llmame.
El autor Pedro Luis?
Es annimo.
Qu anonimato tan arrecho! Aqu nadie parece haber hecho
nada, y todo o casi todo est hecho, como si un hada madrina moviera
una varita mgica.
Te das cuenta, Julio: Jos Vicente llama a Pedro y nos pasan
por la sala de pelar cochinos. Luego se aparece el Cara e Vaca, y
escuchamos el Sermn de la Montaa.
Juan, en Los Girasoles cada hombre es una caja de sorpresas.
Y de resonancia, Julio.
Muchacho, luz amarilla, acompennos, hora de almuerzo.

Girasol: 1. Planta herbcea de flores grandes amarillas, que se cultiva


por sus semillas, de las que se extrae un aceite de mesa y un orujo uti-
lizado en la alimentacin del ganado (Familia compuesta). 2. Flor de
esa planta. 3. Variedad de palo lechoso y azulado.

Julio cierra el diccionario.


Juan, recuerdas, los Girasoles del pintor Vincent Van Gogh?
El loco que se quit una oreja y en prueba de amor la regal a
una damisela y termin dndose un tiro?
Si otra persona hubiese hecho un recuento tan miserable, tal
vez lo hubiese tolerado, pero escuchrtelo a ti!, es inconcebible. Te
remito a leer su biografa, all, ms all del artista, encontrars a un
hombre bajo el ms elevado concepto de la palabra, quien por des-
gracia, tuvo una existencia miserable, y lo ms triste: gloria eterna
despus de muerto, en el ao 88 u 89, se vendi un cuadro de l en
40 millones de dlares, quien en vida pasara tanta hambre.
Los Girasoles y punto dice Joseto. Todo est a la vista,
en su creacin no han intervenido dioses ni demonios, todo es obra
del hombre. Pero es parte integral del mapa fsico de un pas, regido
por un Estado.
Pa mis jolines le responde el benjamn de los pioneros. Y,
antes qu? Tierra de nadie, tomada por toda clase de facineroso y
todo aventurero que por all llegue. Ms tarde llegaron los hacedores
de sueos y despertaron cosechando mieses. Y ahora? Alguien est
-213-
Los Girasoles

moviendo los hilos y se habla de los intereses sagrados del Estado,


monstruo sagrado al que se le debe rendir sacrificio. Quin pasa la
raqueta despus de la misa? Se mueven las altas jerarquas: sanedrines
de la iglesia, del Alto Mando y de la economa. Hay ruido de sables
y el cuarto poder se pone a la orden. La muerte de la utopa.
No, Juan, el hombre, desde hace siglos, con las religiones se
puso un mecate al cuello, con un nudo corredizo, y los factores de
poder cmo y cuando quieran pueden templarlo, y la utopa quedar
en el aire balancendose, y uno con la esperanza calara esto en todo
el mundo.
Se lo calara el imperialismo?
Consejo de Familia, reunin extraordinaria: dar respuesta al
documento del gobierno, que pide la integracin de Los Girasoles al
mapa fsico de la Nacin Confunden Nacin con Estado. Otro
punto en la agenda: el caso del estudiante Vicente Bandre. Diecio-
cho hombres y una mujer tienen en sus manos los destinos de Los
Girasoles. Larga y agria la discusin del documento. Los jvenes
por su fogosidad no medan consecuencias. El ltimo documento,
con relacin al primero, haba cambiado radicalmente. Era una in-
tervencin en todos los rdenes de la vida de aquellos seres.

1. La economa tena que abrirle espacio a la participacin del capi-


tal privado.
2. El gobierno tomara las medidas para la participacin de las orga-
nizaciones polticas en la conduccin de aquella regin.
3. Dar cabida a la organizacin sindical para la defensa de los traba-
jadores.
4. Establecimiento del Poder Judicial.
5. Darle oportunidad a los profesionales y tcnicos, de participar en
los distintos colegios profesionales.
6. Designacin de un funcionario con rango de Gobernador, para la
administracin de la pujante regin.
7. El Gobierno Nacional considera una necesidad imperiosa, la pre-
sencia all de nuestra Santa Iglesia, para la difusin de la religin ca-
tlica.
Por ltimo, mucho sabremos agradecer al honorable Consejo de Fa-
milia, se sirva dar respuesta cuanto antes a este nuevo petitorio.

-214-
Juan Gonzlez

Aquel documento tena carcter de ultimtum, en donde el


Gobierno Nacional ha decidido la suerte de ms de cuarenta mil
personas, que all haban organizado una forma de vida cnsona con
la condicin humana, y ahora se veran de nuevo entre las manos de
quienes ayer los hundieron en la miseria. Habla Joseto:
Eso de petitorio, tiene que ver con la pituitaria?
A m que me registren, pregntenle a Rosalba dice el
Zambo.
Con una palabra parecida se pide pepita en el llano agrega
Melesio.
A m me deja patidifuso afirma Gilberto.
A lo mejor se trata de un pajarito familia del pitirrojo dice
el Mata Tigre.
Los comentarios del documento, a Rosalba le parecen incon-
gruentes, no se explica la negra humorada, ante una situacin tan
delicada, en donde est en juego el destino de Los Girasoles. Toma
la palabra llamando la atencin:
No es malo el humor en ciertas ocasiones, pero en este ins-
tante, lo que he odo ha sonado grotesco a mis odos. Seores, ese
monstruo llamado Estado, pone a prueba nuestra capacidad de res-
puesta.
Silencio en la sala, hasta en el momento que pide la palabra el
viejo Melesio.
Perdone la doctora Rosalba y el resto de los compaeros, es
cierto que el momento reclama lo mejor de nosotros para hallar las
mejores respuestas, pero a decir verdad, la redaccin de ese docu-
mento provoca risa. Mi respuesta es: rechazamos este, al igual que el
documento anterior. Ahora bien, veamos nuestras fortalezas y debili-
dades. Sabemos que militarmente no podremos defender esto, desde
el punto de vista legal, el Estado reclama derechos y todos los factores
de poder, con algunas excepciones individuales, se pliegan al pedido
gubernamental, buscando sacar de aqu algn provecho, tampoco
podemos contar con los medios, salvo el apoyo de un Juan y de un
Julio, pero como no debo cogerme la seccin para m solo, quiero es-
cuchar la opinin de otros pioneros.
Como bien dice el viejo Melesio, no se trata de formar ba-
rricadas, ni de ms arrestos blicos, lo que est a prueba es nues-
tra inteligencia. Melesio seala algunas debilidades, y deja al resto
-215-
Los Girasoles

el problema de nuestra fortaleza. Aqu todos aportamos y somos


tiles; otro aspecto, en todo el pas y ms all de nuestras fronteras,
se est hablando de Los Girasoles, y tanto en las ciudades como en
los campos existen comits de apoyo, como no contamos con per-
trechos blicos, iniciemos una ofensiva diplomtica.
Buenos factores hay a nuestro favor: la mayora de nuestras
universidades se han pronunciado contra la posible intervencin, y
promueven una serie de encuentros a travs de foros, talleres y con-
ferencias, fuera y dentro del pas, discutiendo cunto representa
nuestra experiencia para los destinos de la humanidad. Aqu hemos
recibido infinidad de correspondencia de instituciones humansticas,
de muchas partes del mundo, manifestndose psiclogos, socilogos,
antroplogos, historiadores, hombres que vienen sealando desde
hace unas cuantas dcadas su angustia por la actual situacin del
hombre y su futuro inmediato, alarmados por la imposicin de un
modelo neoliberal, un sistema semi-esclavista. Esto pesa en la balan-
za a nuestro favor, es todo, que hablen otros compaeros.
Enrico Cartieri, se pronunci con una actitud firme pero serena.
Cierta incomodidad sent por el regao de Rosalba, pero bien
merecido se nos est cuando se ha perdido la brjula, por suerte, in-
mediatamente hemos encontrado el norte. Hay que tener en cuenta
la situacin nacional, nada color de rosa para este desprestigiado go-
bierno; en lo poltico, lo econmico y social existe una especie de caos,
a lo que hay que sumar el ruido de sables y eructo de caones. Tengo
confianza en el apoyo popular que hemos generado, los desposedos
ven en nosotros una esperanza, hasta dirigentes obreros honestos,
han hecho fervorosos pronunciamientos, todo esto, a la hora de las
decisiones debemos tener en cuenta.
Hay coherencia en cada exposicin, todos estn conscientes de
la delicada situacin, las ideas se llevaban precisando, hablan y no
aturden, dicen lo indispensable. Han hablado los hombres sobre
quienes recay la responsabilidad del proyecto inicial, que se di-
suelve en breve tiempo y emerge inverso a los objetivos de expo-
liacin de una zona rica en piedras preciosas, y en una variedad de
especies, cuyas pieles tienen altos precios. En la palabra Silbido:
Hora del pensar profundo para las decisiones irrevocables, en la
defensa de Los Girasoles, la de un mundo distinto a lo que hasta ahora
ha conocido el hombre, mundo que todo ser humano tiene derecho a
-216-
Juan Gonzlez

soar, y a participar para despertar convirtiendo en realidad el hermoso


sueo. Vengo de la universidad donde deberan discutirse los destinos
del hombre, en la bsqueda de su redencin, y ocurre todo lo contrario,
de all se sale con un ttulo que es como un martillo para remachar ca-
denas, aqu de pronto se tira por un barranco, toneladas de pginas del
pensamiento universal, que siempre se ha cuidado de tocar poderosos
intereses representados en el gran capital, jerarquas de la iglesia y la
fuerza militar. Lo que estoy viviendo nunca para m fue un sueo, pero
Carlos Alberto Machado y Zuloaga, dos de los apellidos ms odiados
por nuestros compatriotas, despert de la pesadilla de ser miembro de
las clases dominantes. Busquemos inteligentemente una salida, aunque
en ellos se nos vaya la vida.
Cunto me queda? Por Los Girasoles va el resto. Cuntos
recuerdos gratos! No, no vuelvo atrs repitiendo historias. Palante
es que brinca el sapo man que le puyen los ojos. No habla el obrero
ni el profesional, lo hace un hombre hbil en apretar un gatillo en la
caza de un tigre, una habilidad que en Los Girasoles he maldecido,
por esa habilidad fui contratado, heme aqu en donde hemos hecho
realidad la vil mentira del Paraso. No, a ustedes no les est permi-
tido, son rebao perplejo, deben seguir nadando en el pantano.
Pensaron que una vez logrados sus objetivos seramos pasto de las
fieras, la veinticuatro, la fiebre amarilla o la paldica, de tantas
plagas, y emergimos. No imaginan cmo carajo, pero lo hicimos,
otros millones de hombres, mujeres y nios tambin podrn ha-
cerlo, representamos un gran peligro. He all el dilema: No, nunca
jams la aparicin de otros Girasoles! Perdonen la larga reflexin
de Manuel Rodrguez el Mata Tigre, no debera maldecir tal
fama, ella me trajo hasta Los Girasoles.
Disculpen las duras palabras iniciales, me hallaba confun-
dida, y de pronto emergieron los hombres de la historia, a quienes
desde la universidad vea como a mis hroes, s, como a gigantes
universales! Y llegu aqu con cinco aos de graduada, ejerciendo
en un hospital rodeado de barriadas miserables. Pavor un da de
emergencia!: muertos o heridos por atracos, nias violadas, cinco
muertos y catorce heridos por los Pantaneros de la Polica Me-
tropolitana. Rostros crispados, caras de angustia o desesperadas, y
en medio de la ira, se arremete a un mdico, abatido por la de-ses-
peranza. Al bajar del helicptero, humedec mis labios y bes esta
-217-
Los Girasoles

tierra. Ahora nos acechan los mismos enemigos de los que creamos
habernos liberado. Cmo defendernos? Toda sociedad parece estar
condenada a ser dirigida por lites, a travs de una serie de institu-
ciones, lo cual fue roto en Los Girasoles. El Estado, monstruo sa-
grado! Entidad poltica que preside instituciones para los mejores
beneficios de un colectivo, el cual ejerce el poder le-gal Menti-
ra! Histricamente no ha sido sino el agavillamiento de forajidos:
Follones y malandrines, payasos y maromeros! Por favor disculpen
ustedes, hago estos sealamientos porque en nuestros quince aos
de vida, nunca reparamos en la existencia de este monstruo, que en
cualquier momento hara su aparicin, y ahora nos amenaza. Por
qu? Aqu hemos burlado la esencia de su existencia, borrado toda
su preeminencia, con nuevos parmetros, en donde han emergido
nuevos y ms asequibles paradigmas, en cuanto a gobernar y formas
de gobernarse. Gracias.
No es el simple lo toma o lo deja, es lo toman o los tomamos!,
no ofrecen alternativas, slo el sometimiento al poder legal, al poder
central. Al poder joder!, como en un momento dice Joseto. Todas
las experiencias histricas sealan que en toda sociedad existen unos
factores de poder, ejercidos por una nfima minora, a quien les est
reservado el derecho a gobernar sometiendo a capricho a la gran ma-
yora, que debe someterse a ese poder que se ejerce casi siempre bajo
el manto sagrado de la democracia; nada ms falso, no es ms que
un parabn, detrs estn las fuerzas del orden y el sometimiento. Pero
veamos cmo los pioneros resuelven la papeleta de Los Girasoles.
Bien claras que han sido las exposiciones, permtanme agre-
gar algo: a los viejos planteamientos suman nuevas presiones, pero
an no hay ultimtum, por qu? Porque el gobierno vive una si-
tuacin explosiva, ya se ha dicho. Propongo: 1) Una fuerte campa-
a de informacin publicitaria dentro y fuera del pas. 2) Llamar
la atencin de los organismos internacionales, sobre la amenaza en
contra de nuestras vidas. 3) Enviar copias a todas las instituciones
posibles y al pueblo en general, de nuestras estadsticas de la econo-
ma, salud, educacin, deportes, cultura y sobre todo del sector pro-
ductivo. 4) Plantearle a Vctor Soto, intensifique sus contactos con
el sector castrense progresista y los ponga al tanto de las intenciones
del gobierno. Yo, Fluido, hombre al servicio de esta bella experien-
cia, acoger lo que aqu decida la mayora.
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Juan Gonzlez

Haciendo referencia al desarrollo industrial de Los Girasoles,


Juan Brito interviene:
Quien recorra nuestro pas con un poco de acuciosidad, ob-
servar un nefasto detalle, encontrar en cada estado las llamadas
zonas industriales, y hasta ciudad las llaman, con slidas y atractivas
infraestructuras, con sus buenas vas de acceso e internamente con
todas las comodidades, para las oficinas y las mquinas, pero en esos
desarrollos para nada son tomados en cuenta aquellos que movern
el engranaje productor. Irn llegando y acomodndose en los alre-
dedores, es el nacimiento de los barrios marginales, al lado de los
complejos industriales, lo cual aqu se ha evitado: por encima de las
mquinas y la produccin hemos puesto al Hombre, con mayscu-
la. Se imaginan qu nos ocurrira si a esto le pone la mano el capital
privado. Para finalizar y haciendo un razonamiento con el absurdo,
propongo: chantajeemos al gobierno con la amenaza de abandonar
esto, haciendo volar la represa.
Estupefaccin en los rostros ante tan temeraria propuesta, que an
como amenaza resultaba terrorfica. Luego del prolongado deba-te, se
tomaron algunas decisiones en torno a las conclusiones, dejando abierto
un comps de espera, enumerando: 1) Intensificacin con instituciones
e individualidades internacionales, comprometidas con los destinos de
Los Girasoles. 2) Nombrar una comisin que viaje a la capital a entre-
vistarse con Vctor Soto, para la movilizacin de sectores, institucio-
nes, individualidades y las organizaciones populares comprometidas
con nuestro proyecto de vida. 3) Indagar con investigaciones, cules
son los sectores ms empeados en nuestra desaparicin y sus planes.
4) Quedan encargados de elaborar un plan de contingencia, Silbido, el
Zambo, Joseto y Perla Madonna.
La delicada situacin no amilana, cada vez se pone mayor empeo
en la realizacin de las tareas. Mes de mayo, el de las lluvias, de las flores
y de los mangos. Siente el nio que cae sobre su cara lo que imagina que
es agua, justo cuando deja de cantar una chicharra, ms tarde sabr que
cantan hasta cuando revientan. Al llevar la novedad a la escuela, donde
se abrir una clase participativa con la orientacin del maestro, sin la
atiborracin libresca, cada quien hablar de su experiencia. Ya saben el
origen de los alimentos, las bondades de la naturaleza y cmo el hombre
puede sacarle provecho sin herirla ni agotarla.

-219-
Los Girasoles

Entre diez y doce aos tienen. Marcha el grupo a las fbricas a


familiarizarse con las mquinas y la produccin, no, ellos no sern
maana simple fuerza de trabajo alquilada por una miserable paga,
no sern arrastrados por el terrible engranaje que tritura y muele;
han tenido la suerte de nacer en Los Girasoles. En las aulas, ms
all del hombre, de la naturaleza, el mundo de la sociedad y el de
los objetos. El maestro no es un gana pan, sino un gua hacedor,
vigilante de los primeros pasos de los educandos. Para eso leen un
letrero que encabeza una cartelera: Esa cera no es para moldear un
mueco cualquiera. Ya fuera de las aulas, en el hogar, en la calle o
en el gimnasio, encontrarn sus guas naturales.
Vicente Bandr, est frente a frente a Rosalba, Enrico Cantieri
y el viejo Melesio, designados para estudiar, ir y resolver su caso.
Vicente, quisiramos escucharle.
Debo aclarar una situacin incmoda, y quiero la mayor
atencin.
Necesitamos una explicacin convincente en torno a una
conducta que en nada le favorece. Usted era la mayor y mejor pro-
mesa de una generacin.
Sin duda, una accin reprochable, sobre todo para un joven
nacido y criado en Los Girasoles, donde todo joven tiene la oportuni-
dad con posibilidades reales de alcanzar con las yemas de los dedos, la
capa de ozono. Cualquier decisin que el Consejo de Familia tome, la
acepto sin objeciones, pero es importante que hagamos un anlisis.
Vicente, no condenemos de antemano, somos todo odos,
Rosalba aplaude el que, con todos los espacios por ti ganados en tan
corto tiempo, adquiriendo la fama, codendote con los mejores de
la pintura, era para quedarse por esos mundos, ante tantos halagos y
posibilidades de enriquecerse, tu regreso aqu es una demostracin
de coraje, mucho valor y amor a tu terruo.
Gracias doctora Rosalba.
Est dems el ttulo.
Cierto que fue una bribonada enviar supuestas notas con do-
cumentos forjados, sin embargo, quiero sealar algo: recuerda usted
maestro Cantieri, cuntos concursos gan de dibujo desde el segun-
do grado?, cunta habilidad en el manejo del leo en secundaria?,
cuntas veces gan mi manzana los premios a los mejores murales?
Cierto, era estudiante sobresaliente en qumica, matemtica, fsica,
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Juan Gonzlez

biologa y en lenguaje, pero parece que Los Girasoles necesitaba de


todo menos pintores. Mis tres primeros aos en la Ciudad Luz, los
altern entre la pintura y la medicina, esta ltima me gustaba mucho
pero la pintura me absorba el cerebro; hubo alguien, el amigo To-
lousse, quien me dijo un da: En Los Girasoles no faltarn jvenes
que se graden de mdicos, pero entre miles o millones de seres, slo
un Vicente Bandrs tiene el talento para convertirse en un artista
universal, del cual hablarn maana muchas generaciones. Aquello
termin por hundirme dentro de la acuarela, embarrarme de colores
y cambiar el bistur por los pinceles.
Habla con seguridad, explica, no justifica ni da excusas, tam-
poco pide clemencia y hasta hace reclamos:
Algo fall en mi seguimiento, en Los Girasoles las artes han
sido vistas como actividad secundaria.
Interroga a los interrogadores interrogndose a s mismo. Enrico,
Rosalba y el viejo Melesio, escuchan y reflexionan: no justifica lo que
hizo ni se arrepiente, expone argumentos y cuestiona. Hubo alguna
falla en mi seguimiento?
Tendrn que pensar muy bien la decisin. Hasta recortes de
prensa muestra con la alta valoracin de muchos crticos.
Vicente, es muy cierto, alguna falla hubo, poco hemos valo-
rado las artes ms all del entretenimiento de nios y jvenes. Siendo
yo Vicente y usted Enrico Cantieri, Qu pena me pondra?
A esta reunin llegu llena de coraje y rabia, te vea como a un
truhn desalmado, ahora al escucharte rectifico: esto debe servirnos
para la ms profunda reflexin. La sociedades a veces se petrifican, es el
momento de sacudirlas, infiltrar sus articulaciones para dinamizar sus
movimientos, debemos revisar la maquinaria; aceitar los engranajes.
Vicente, qu respondes?
Profesor Enrico, puede sentirse orgulloso de su trabajo, de la
formacin dada a nuestros jvenes. Confieso que mi mayor vergen-
za era el tener que verlo cara a cara. Nunca olvido aquellas palabras ya
abordando el avin que atravesara el Atlntico. Usted dijo: Tendrn
problemas superiores no slo con el idioma, sino por la diferencia de
formas de vida, valores y paradigmas, como jvenes tropezarn con
muchas tentaciones, otras costumbres y miserias humanas, no sim-
plemente por hambre, en la culta Europa, hay otras miserias que aco-
gotan. Ya son hombres, non sanctos, pero representan una forma de
-221-
Los Girasoles

vida no conocida hasta ahora, no olviden, que all tras de un puo


de pelos, acecha el sida. Espero sean capaces de actuar a conciencia.
Esas palabras estuvieron latigando en mi mente desde cuando sub
al avin para el regreso. La penitencia?: traje suficientes recursos
econmicos como para devolver cuanto en m se ha invertido y un
poco ms, para abordar algunos proyectos: quiero me permitan ce-
lebrar una bienal internacional de pintura durante las festividades
de la Feria, de lo cual, con la aceptacin del Consejo de Familia, yo
me encargara. Una vez ms mis disculpas a todos Aaah!, olvi-
daba algo, quiero, de ser aceptado mi proyecto, que sea del cono-
cimiento pblico, o cualquier otra decisin que tome el Consejo de
Familia.
Quiero decirte algo, muchacho, a pesar de la farsa, no nos
has defraudado, de ti se ha hablado mucho, de un potencial ex-
traordinario, de una nueva versin del Zambo; has dicho algo: Sin
negar todo el aporte que un mdico pueda brindar a la humanidad,
un mdico se hace, se puede formar; millares salen todos los aos de
las universidades, un artista en cambio, es un ser dotado, nace con
un potencial para plasmar las obras que enaltecen el espritu. A un
error no slo debe buscrsele solucin, es una mala experiencia de
la cual hay que sacar algn provecho, sirva esta equivocacin para
enderezar entuertos. En cuanto a tu proyecto de desarrollar valores
desde la primaria, lo de la bienal de pintura y otros, cuente con el
apoyo del viejo Melesio.
Terminada aquella reunin, Rosalba invita a conversar a Vicen-
te. No, no es la hembra atrada por un hombre, es la mujer pensante,
la que siente a Los Girasoles en todos y cada uno de los poros de su
cuerpo.
Vicente, no crees que haya sido como un momento transito-
rio de locura?
No, yo dira un encuentro con los mayores anhelos de un
hombre. Usted lleg a Los Girasoles un ao ms tarde de haber yo
salido, conoce a Vicente Bandrs de odas. Allende nuestras fron-
teras palp otro mundo, pero no me cegaron las candilejas. A usted
qu la trajo tan lejos?, donde el futuro es tan incierto.

-222-
Juan Gonzlez

Tal vez esa incertidumbre conoca esto de odas, comparado


con el mundo en que viva, mundo incongruente donde querer ser-
virle a la gente como profesional de la medicina, es tan cuesta arriba;
tropiezas con unas estructuras institucionales donde da la impresin
de que la salud de la gente poco o nada importa al Estado. Es de-
sesperante una noche de guardia en una sala de emergencia: heridos
a cuchillos, a machetes, a tiros y no consigues el hilo para la sutura o
la anestesia para una intervencin menos dolorosa. Hblame de ti, en
Pars, slo pintabas?
Viva, doctora Rosalba, viva y me desviva por la pintura;
all tropec con unos monstruos geniales, una plyade de artistas
que estaban removiendo todos los conceptos en torno a la pintura,
capaces de pintar, perdone la frase, hasta con sus genitales. Tolo-
usse, antes por m sealado, hijo de un hombre con ttulo noble,
tena una deformacin fsica congnita, viva con su madre, sta y el
padre le daban cuanto le apeteciera, deca l, le complacan en todo
por un sentimiento de culpa: le haban hecho tan, tan torcido. Era
el pintor de las prostitutas. Deca: Dejar de pintar el da en que
haya plasmado y me haya acostado con la ltima prostituta que haya
en Francia. Me code con mucha gente, inteligentes algunas, otras
muy necias, logr cierta fama, recorr parte de Europa.
Qu te parece lo dicho por Melesio?
Me conmueven sus opiniones, l vive inmerso en el mundo
de la creatividad, muy buen tallista en madera, y cuando dice: Mira
muchacho, a m no me vas a venir a dorar la pldora, has hablado
muy claro, pero con relacin a nuestra valoracin del arte, sabemos
que este no es ajeno a la formacin integral, rechazamos s, ver cmo
un hombre que tiene todos los dineros del mundo, paga 40 millones
de dlares por un lienzo, pedazo de tela, de 56 x 53 centmetros,
mientras que el autor vivi dentro de una espantosa miseria. Aqu
a nadie se le niega la oportunidad y posibilidad real de crecer en
cualquier actividad del quehacer humano.
Melesio plantea el problema en su justa dimensin.
Y usted es capaz de juzgar con justicia.
Gracias muchacho, ya habr oportunidad de seguir hablan-
do, debo visitar algunos de los mdulos de salud para ver cmo
marchan.

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Los Girasoles

La impresin inicial de un conflicto de envergadura, termin


por convertirse en un ejercicio reflexivo para la correccin de fallas y
errores. Rosalba comenta con Joseto el caso.
Confieso que crea que iba a encontrarme con un loquito, me
sorprend. No, no se estaba dando la gran vida de bohemio irres-
ponsable, el muchacho sabe bien en dnde est parado. Reconoce su
error, lo juzga una canallada, pero a la vez cuestiona con argumentos
de peso, a la vez emplaza: Qu pas con el seguimiento que desde
primaria se le hace al estudiante? Acaso fallaron conmigo? Trae
infinidad de credenciales, recortes de peridicos, en donde se habla
de un genio. Enrico dice es de un coeficiente intelectual poco comn.
Sus obras son bien valoradas, afirma poder devolver todo cuanto se
invirti en sus estudios y plantea unos proyectos novedosos.
Conozco a ese muchacho desde nio, es de una asombrosa
precocidad, sus preguntas me dejaban loco: Joseto por qu siendo
el verde el color que representa a la naturaleza, no se considera pri-
mario? No supe qu contestar. Cuando tena ocho aos me llam
y me dijo: Toma, quiero que siempre lo conserves: Era un trozo
de madera de 25 x 20 centmetros, bien pulimentado, estaba all yo
bien reflejado, conduciendo al Willy dibujado a creyn, muy bien
delineados todos mis rasgos. l convirti la manzana donde vivi-
mos, en la Manzana de los Murales. Desde los diez aos maneja-
ba ya muy bien la pintura.
Otro, con todo cuanto la pintura ofreca, se hubiese quedado
por aquellos lados.
Demostr ser un producto genuino de Los Girasoles Rosalba.

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Fundacin Editorial

elperroy larana
Se termin de imprimir en diciembre de 2006
en la Fundacin Imprenta del Ministerio de la Cultura
Caracas, Venezuela.
La edicin consta de 1.000 ejemplares
impresos en papel Alternative, 60 gr.

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