Desde La Galaxia
Desde La Galaxia
Desde La Galaxia
Luna una gata blanca con negro de ojos azul cielo profundo vivía en un condominio de casas color
ladrillo, dormía con su hermana humana, pero solía caminar cerca de su casa antes de dormir, a
veces la curiosidad de saber que había al otro lado no la dejaba conciliar el sueño, pues su amiga
Sabrina una gata con gran pelaje atigrada con unos ojos ardientemente amarillos le contaba lo
bien que la pasaba cazando su propia comida en sus ratos libres, pero ese día Luna decidió
acurrucarse con su ama y no pensar en aquellas cosas que asaltaban sus pensamientos.
El día no se hizo esperar así que Atila como siempre despertó despertó a su humano a las 5:30 AM
por comida, luego se acurruco hasta las 8:00 AM, hora en que su familia salía a trabajar siempre
con la frase “Atila pórtate bien, ya volvemos te dejamos comida y agua volvemos más tarde”. Atila
se dirigió a buscar su pelota jugo un poco, comió, tomo agua y comenzó a pensar en la charla que
había tenido con Yiyo, así que suspiro y se imaginó como se sentiría, se preguntó si duele
enamorarse, Atila estaba dispuesto a ir esa noche a preguntar a su viejo amigo acerca de su
interrogante.
Al caer la noche Yiyo lo esperaba sentado junto a su casita de madera, le dijo – me alegra verte
amigo- Atila le dio un pequeño empujoncito juguetón y le ronroneo, el French poodle le comento
que por años sus dueños no lo habían paseado quizá llevaba una vida un poco triste, pues desde
que nació su pequeña hija lo habían lanzado al olvido, a su amigo Atila se le hizo un nudo en la
garganta después de escuchar esto. Yiyo continuo diciéndole – por eso me alegra tanto que
vengas a hablar conmigo, la soledad se hace llevadera si cuentas con un buen amigo, pero ¿sabes?
Le dijo: no conocí el amor de mis amos pero si el de Isis la perrita más hermosa que hayas visto,
era blanca como un copo de nieve, fue amor a primera vista sentía una sensación extraña en la
panza pensé que algo me había caído mal o quizá fuese la emoción de verla, eran unas cosquillas
nerviosas que recorrían desde mis orejas hasta la punta de mi colita-, el gato color plata lanzo una
riza burlona y dijo: -¿el amor duele?- su viejo amigo le contesto: -eso es relativo, pero siempre
lleva consigo algo de tristeza, pero no te preocupes es el sentimiento más noble que se podría
albergar en tu corazón-.
Luna por otro lado andaba jugando con su juguete nuevo, un ratón a control remoto que le había
comprado su dueña escuchó de pronto un maullido, era su amiga Sabrina quien la llamaba salió de
un salto y le dijo: ¿Qué ocurre? - solo queria sacarte un poco de la monotonía, tu humana
siempre está ocupada trabajando, tanto así que no tiene tiempo para jugar contigo. Después de
pensarlo por varios minutos la gata aceptó, su amiga
añadió te veré a media noche y se despidió con un
lametón en los bigotes.
Atila de regreso a casa sentia una sensación extraña, le saltaba el corazón había saltado
atrapando con pequeños saltos traviesos una que otra luciérnaga dejando las de nuevo en
libertad, el amanecer llegó con tanta rapidez que parecía haber sido un sueño así que cumplió con
su rutina gatuna, esperando ansiosamente la llegada de la noche pensando que su amigo debía ser
testigo de tanta belleza de Luna. Unos minutos antes de la hora fijada Atila trajo por primera ves
su collar rojo con su nombre, pues no quería correr riesgos de perderse sus dueños no salían del
asombro pero se lo colocaron felices, pasó por unos segundos ante el espejo para comprobar lo
apuesto que se veía. En el camino iba entrenando su maullido para llamar a Luna, iba jugando
con las hojas que habían caído de los árboles, llegó al condominio y pensó: - caramba todas las
casas son iguales- de repente reconoció el olor de Luna así que pudo llegar fácilmente a la casa,
lanzó un maullido sigiloso no quería despertar a sus vecinos y menos la inesperada aparición de un
perro, Luna salió de una gran ventana su pelaje brillaba se miraba preciosa haciéndole honor a su
nombre, Atila quedo casi sin voz y le mencionó lo hermosa que era. En el camino el gato color
plata le propuso ir a conocer a su viejo amigo, la gata aceptó mientras hablaban de sus vidas, y
por supuesto de sus dueños y del porque ellos los habían elegido. Cuando llegaron a la casa de
Yiyo, la gata se sobresalto pues no pensó que se tratara de un perro, al principio ella actúo con
precaución pero después descubrió porque Atila
visitaba todas las noches a el French Poodle. por
otro lado nunca había mirado a su amigo tan
contento, pues su mirada tenia algo que jamás lo
tenido, le agradaba la idea de tener una nueva
amiga.
A la noche siguiente como siempre fueron a visitar a Yiyo, esta ves él los esperaba con un
banquete muy suculento los conocía lo suficiente para saber acerca de sus gustos, la comida
tenia un increíble olor, después de esto salieron a observar a las estrellas y dijo el perro: queridos
amigos ¿miran esa estrella la mas brillante?, ellos asintieron con la cabeza, él dijo; es Isis, Atila
asombrado le dijo a du amigo que no le había comentado a fondo la historia, Yiyo respondió: no
es fácil dejar ir mi querido amigo, aun duele hablar de ello pero algún día me reuniré con ella en la
galaxia, le hablaré de ustedes mis queridos amigos y cuando este perro viejo este allá busquen las
dos estrellas mas brillantes y síganme hablando acerca de sus vidas, Atila añadió que para ello
faltaba mucho tiempo así que se abrazaron y jugaron que eran perseguidos por unos perros
policías.
Pasó un mes cuando se dirigían a visitar a su gran amigo, iban a entrar al caminito que conducía a
la casita, pero escucharon la voz de una niña pequeña entendieron que se trataba de la hija de los
dueños de Yiyo, no se acercaron demasiado pero al parecer le estaban dando su comida ya que
esa noche habían llegado mas temprano que de costumbre, se habían inventado un nuevo juego
que de seguro le gustaría a su amigo. De repente la niña salió corriendo. Luna se dispuso a saltar
pero Atila la detuvo, enseguida entraron los dueños junto a su hija pequeña, los gatos levantaron
bien sus orejas para escuchar lo que ocurría, la esposa movió la cabeza y con voz temblorosa y
triste dijo; el veterinario acertó le quedaba un mes de vida, la niña pequeña con gran tristeza y
lágrimas coloco una rosa blanca en el cuerpo, le cubrieron con su cobija y su amo quien lo había
adoptado cuando apenas era un cachorro, limpiando sus lágrimas dijo que lo enterrarían en una
pequeña finca de la familia. Ambos gatos bajaron sus cabezas y brotaron incesantes lagrimas que
recorrían sus mejillas y bigotes, esperaron que hubiera un silencio absoluto para acercarse ellos
se acurrucaron junto a él toda la noche, le contaron de su amor de lo feliz que eran de estar
juntos, le dijeron que iban a cumplir lo que les había pedido buscarían esas dos estrellas. Luna se
alejó un poco para que Atila le diera el ultimo adiós a su amigo, él coloco su patitas en su pelaje y
le dijo al oído gracias mi querido amigo por tanto, algún día nos reuniremos y seremos parte de la
galaxia. Atila se sentia muy triste ahora entendía el porque su amigo no hablaba de la muerte de
Isis, también le había dejado muchas enseñanzas y sobre todo el concepto de amor que el mismo
pudo experimentar. Luna empezó hacer un sinfín de cosas para animarlo, desde salir de caza con
él hasta amanecer acurrucados, así como inventarse juegos nuevos, Atila le agradecía por amarlo
tanto y apoyarlo en esa situación difícil, sabia que juntos superarían la perdida de su gran amigo.
Salían todas las noches de paseo, pero una de esas noches estaba tanto o mas estrellada que KAS
anteriores, se subieron a una peña alta y buscaron las dos estrellas mas brillantes efectivamente
allí estaban juntas con su resplandor, un sentimiento de emoción recorrió sus cuerpos y
abrazados añadió Atila: - Querido amigo estoy feliz de poder vernos tu desde la galaxia y nosotros
desde la peña mas alta que encontramos.