Capitulo 11
Capitulo 11
Capitulo 11
Camilo Gantiva
Abogado. Garrigues
1. INTRODUCCIÓN
2. EL CONTROL SOCIETARIO
2.1. El concepto de control societario
2.2. El control desde el punto de vista del adquirente. La prima de control
2.3. El control desde el punto de vista del gestor
2.4. El control desde el punto de vista del accionista minoritario
2.5. Recapitulación: los intereses en juego en un cambio de control
4. ESTÁNDARES Y RECOMENDACIONES
4.1. Existencia de Regulación en materia de opas
4.2. Regímenes de opas a priori y a posteriori
4.3. Actuación de los administradores
4.4. Ofertas competidoras
4.5. Compras y ventas forzadas
1. INTRODUCCIÓN
De igual forma, la capitalización bursátil tampoco resulta uniforme como puede ver-
se a continuación.
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Paraguay 40 1.268,61
Bolivia 39 4.759,39
Ecuador 45 6.538,00
El Salvador 39 10.902,00
Panamá 28 13.436,00
Venezuela 40 71.283,31
Portugal 60 182.714,62
Colombia 78 215.086,00
A pesar de las significativas diferencias entre los diferentes mercados bursátiles ibe-
roamericanos, una característica común es la alta concentración de la propiedad en
el capital social en las sociedades cotizadas. En este sentido, encontramos por ejemplo
4. Muchos de los emisores de renta variable en España son vehículos fiscales y no sociedades que real-
mente tengan un Gobierno Corporativo efectivo. Por esta razón, para este caso se toman los datos publi-
cados por la Comisión Nacional del Mercado de Valores “Informe anual sobre mercados de valores y su
actuación 2013”. Estos datos solo incluyen mercado continuo y mercado alternativo bursátil (MAB).
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que Colombia5 tiene una desconcentración promedio del 16,31%, Portugal del 28%,
España6 del 35,8% y México del 41,78%. La existencia de una baja desconcentración
de la propiedad, dificultan las tomas hostiles de control.
Esta concentración del capital contrasta con la situación que se presenta en países
anglosajones en los cuales la base del capital flotante es amplia y por lo tanto la
naturaleza de los conflictos societarios es también mayor. En los mercados donde
existen compañías con capital disperso, lo habitual es que el legislador regule las
relaciones y problemas de agencia existentes entre los administradores y los accio-
nistas, mientras que en los mercados con capital mayoritariamente concentrado, el
legislador tienda a regular y prevenir conflictos y problemas de agencia entre accio-
nistas significativos y accionistas minoritarios.
2. EL CONTROL SOCIETARIO
Procede en primer lugar tratar de apuntar algunas ideas relevantes relacionadas con
el control societario.
5. Estudio adelantado por Garrigues sobre Gobierno Corporativo en las Sociedades Cotizadas en 2014
con datos de Colombia, Portugal y México.
6. Informe anual de Gobierno Corporativo publicado por la Comisión Nacional del Mercado de Valores de
España en diciembre de 2010 (relativo al ejercicio 2009).
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Por otro lado, los mecanismos que se pueden utilizar o que conducen a la adquisición
del control son múltiples: a través de la propiedad de las acciones y del control de los
derechos de voto asociados a las mismas, mediante acuerdos parasociales con otros
accionistas que permitan el nombramiento de consejeros, etc.
Existe una tercera cuestión, menos obvia, relacionada con el concepto de control,
dejando a un lado las cuestiones relativas a qué es y cómo se adquiere el control, será
necesario indagar qué tipo de efectos produce.
No existe una única respuesta a cuáles son los efectos del cambio de control socie-
tario. Tiene unas consecuencias distintas dependiendo de qué perspectiva se adopte:
la del inversor que quiere adquirir el control, la del gestor de la sociedad cuyo control
es objeto de adquisición, o la de sus accionistas minoritarios.
Para explicar los efectos del control desde el punto de vista del adquirente, puede ser
útil reflexionar primero sobre el concepto de la “prima de control”, cuyo origen no es
jurídico sino económico.
Una acción representa una parte alícuota del capital social de una sociedad. Por con-
siguiente, en principio, el valor de la acción será proporcional a la parte alícuota del
capital que representa. Ahora bien, la práctica económica demuestra que los opera-
dores en el mercado están dispuestos a pagar un precio superior por acción si la ad-
quisición de un determinado paquete de acciones les confiere el control de la socie-
dad. Ese sobreprecio es la “prima de control”.
En palabras del profesor Paz-Ares, la prima de control se paga “o bien porque el adqui-
rente confía en producir más valor del que estaba produciendo el Management anterior
(…) o bien porque confía en apropiarse de más valor del que corresponde a su participación”7.
7. PAZ ARES, I. “La reforma de opas y el espejismo de la prima de control” publicado en dos artículos
separados en Expansión los días 16 y 18 de octubre de 2002.
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8. “the controlling shareholder as 800-pound gorilla whose urgent hunger for the rest of the bananas is
likely to frighten less powerful primates like putatively independent directors who might well have been
hand-picked by the gorilla (and who at the very least owed their seats on the board to his support)” In re
Pure Resources Inc., Shareholder Litigation, 808 A.2d 421, 436
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En la práctica, las cosas no son tan sencillas: lo habitual, en las operaciones de toma
de control, será que se mezclen ambas finalidades, en mayor o medida, y que incluso
en el segundo supuesto, la “prima mala” no sea del todo perjudicial para la sociedad
cuyo control se adquiere, debido a la posible creación de sinergias en la sociedad
adquirente como resultado de la toma de control9.
En cualquier caso, los legisladores, a la vista de cómo se solucionan (o, mejor dicho,
como no se solucionan), en la realidad económica, estos problemas de agencia entre
accionistas mayoritarios y minoritarios, exacerbados en un mercado bursátil concen-
trado, como ya hemos señalado, han creído equitativo brindar la oportunidad de sali-
da a los accionistas minoritarios en un supuesto de cambio de control, a través del
procedimiento de oferta pública de adquisición (“opa”), que luego analizaremos, y que
pretende hacer partícipes a todos los accionistas de la prima de control satisfecha.
Los efectos del cambio de control desde el punto de vista del gestor, del órgano de
administración, son fundamentalmente dos: En primer lugar, el cambio de control
puede representar una amenaza para el gestor en la forma en la que se ha venido
gestionando la sociedad o inclusive respecto de su vínculo mismo con la sociedad. El
accionista que controla una sociedad es el que determina, en última instancia, quién
la gestiona. Es más, como ya hemos indicado, en términos generales, la racionalidad
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Un segundo efecto respecto del gestor tiene que ver con el cumplimiento de las obli-
gaciones propias de su labor. El órgano de administración de la Sociedad, en el des-
empeño de sus deberes de lealtad para con los accionistas, debe velar por la maximi-
zación del valor de la sociedad y colaborar u oponerse a la operación, en función de si
estima que ésta será beneficiosa o perjudicial para los accionistas.
Respecto del procedimiento para llevar a cabo para formular una oferta pública de
adquisición, existen fundamentalmente dos soluciones regulatorias. Por una parte
encontramos que algunas jurisdicciones han optado por un régimen de oferta pública
de adquisición a priori, cuando la respectiva oferta pública debe formularse de forma
previa a la adquisición del control de la sociedad, mientras que otras jurisdicciones
han establecido una oferta a posteriori, donde la obligatoriedad de formular la oferta
surge una vez el adquirente ya ha alcanzado el control de la sociedad. Del estudio
adelantado respecto de 219 legislaciones en Iberoamérica, encontramos que en 14
se ha establecido un régimen obligatorio de opas, de las cuales 8 han optado por el
régimen a priori11, mientras que 6 cuentan con un régimen a posteriori12.
10. Este incentivo a la permanencia y al mantenimiento del statu quo constituye el tan temido “entren-
chment” que ha justificado en numerosas ocasiones en la jurisprudencia norteamericana medidas defen-
sivas, como las que analizaremos más adelante.
11. Estos países son Argentina; Colombia; Costa Rica; Guatemala; México; Nicaragua; Panamá y Venezuela.
12. Estos países son Brasil; Chile; España; Perú; Portugal y Uruguay.
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Por el contrario, el accionista que considere que el cambio de control lleva aparejado
un cambio en la gestión negativo para la sociedad y para el valor de la acción, estará
interesado en vender.
En resumen, tal y como hemos visto, con un cambio de control en una sociedad, exis-
ten los siguientes intereses que puedan entrar en conflicto:
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13. Por ejemplo, en Ecuador del anterior régimen de aviso de toma de control, la Ley Orgánica para el
Fortalecimiento y Optimización del Sector Societario y Bursátil (LOFOSSB) muda a una regulación más
moderna y de mayor protección a los derechos de los accionistas minoritarios, bajo un régimen de oferta
pública de adquisición. Revista Iberoamericana de Mercado de Valores, nº 42, Julio 2014.” Principales cam-
bios en la Legislación Ecuatoriana de Mercado de Valores. Un análisis en tres ejes”. Rafael Enrique Balda
Santistevan, Intendente Nacional de Mercado de Valores de la Superintendencia de Compañías y Valores
del Ecuador
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A pesar de que las acciones de una sociedad cotizada tienen una vocación negociable,
en mercados con baja liquidez la protección otorgada mediante una oferta pública de
adquisición es particularmente relevante. En estos mercados, un accionista minorita-
rio que no desea continuar en la sociedad puede verse obligado a tener que liquidar
su inversión a un precio muy bajo, en comparación con el que pueden recibir otros
accionistas que hayan participado en la venta del control, o inclusive, en relación con
otros accionistas minoritarios que sin participar en la venta de control, puedan en-
contrar una mejor oportunidad de venta en ese mercado ilíquido. Por lo tanto, al es-
tablecer un régimen de oferta pública de adquisición se crean oportunidades de ven-
ta en condiciones igualitarias para todos los accionistas minoritarios.
Estos porcentajes significativos oscilan entre el 15% y el 35% del capital social, de-
pendiendo de cada una de las respectivas jurisdicciones15.La tendencia latinoameri-
cana fija el 25% como participación significativa a partir de la cual surge la obligación
de llevar a cabo una oferta pública de adquisición, a diferencia de la tendencia euro-
pea, que sigue España, en la que dicho porcentaje es del 30% de los derechos de voto
en la sociedad.
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porcentaje significativo de acciones sin necesidad de formular una opa, por ejemplo,
cuando se adquieran los valores como consecuencia de una sucesión, o cuando la
transferencia de las acciones se produzca como consecuencia de la liquidación de
una sociedad, o cuando las acciones no se adquieran en el mercado, sino en una am-
pliación de capital de la sociedad.
Existen casos particulares en los que se considera adquirido el control de una socie-
dad, y por lo tanto surge igualmente la obligación de formular una oferta pública de
adquisición por parte del controlante, con independencia del número de acciones en
poder del respectivo adquirente. En el caso español, la normativa aplicable establece
que se adquiere control cuando el adquirente pueda nombrar un número de conseje-
ros que represente más de la mitad del total de los consejeros.
16. La normativa costarricense define, de forma no taxativa, como cláusula destinada a proteger a los
minoritarios, las que les otorgue representación en la junta directiva, las que establezcan órganos de fis-
calización internos, y las que establezcan mayorías calificadas para tomas de decisiones.
17. Reglamento de la Oferta Pública de Valores. Artículo 100.
18. Son ejemplos de esto, entre otros, España (Real Decreto 1066 de 2007 Artículo 10); Brasil (Ley 6404
de 1976 artículo 4º, § 4º e Instrucción 361 de 2002 Artículo 2 Numeral I), Perú (Reglamento de Oferta
Pública de Adquisición aprobado mediante Resolución CONASEV Nº 009-2006-Ef/94.10 Artículo 32) y
Colombia (Decreto 2555 de 2010 Artículo 5.2.6.1.2)
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Por otra parte, puede ocurrir que los costos transaccionales en los regímenes con
sistemas de opa a priori resulten más bajos que en los del otro sistema, dependiendo
del número de valores por los cuales se deba formular la oferta. Esto se explica por-
que en los eventos en los que se sigue un régimen de oferta pública de adquisición
a posteriori, quien adquiere el control o porcentaje significativo de acciones usual-
mente debe formular una oferta por la totalidad de los valores remanentes, pese a
que no sea realmente su intención adquirir el 100% de la participación sino única-
mente el porcentaje que le permite controlar la sociedad.
En este punto vale la pena mencionar el caso Peruano. De acuerdo con esta regula-
ción es posible realizar la adquisición de la participación significativa de forma priva-
da, con la obligación de formular una opa a posteriori, pero sin que exista la obligación
de realizar la oferta por la totalidad de los valores remanentes. En este caso se apli-
ca una solución única en la región, que consiste en establecer una fórmula para de-
terminar el porcentaje sobre el cual debe lanzarse la oferta en cuestión20. Dicha fór-
mula pretende aligerar la carga del adquirente comprador, ya que no tendrá que
formular una oferta por la totalidad del remanente, sino que dicho porcentaje depen-
derá del porcentaje de valores adquiridos durante los últimos tres años, del porcen-
taje de participación de terceros antes de la adquisición que da lugar a la opa y del
porcentaje de participación luego de la adquisición que da lugar a la opa.
19. MANZUETO ABANTO BOSSIO, R., KANASHIRO SHINZATO, L., “Las Ofertas Públicas de Adquisición a la
luz de la experiencia peruana: Balance sobre la aplicación del reglamento de oferta Pública de Adquisición y
de Compra de Valores por Exclusión”, Revista Iberoamericana de Mercado de Valores, 2008, núm. 24, p. 51.
20. Ibídem.
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Bajo el régimen de las opas a priori, cuando las aceptaciones superan el número de
valores demandados en la oferta, el oferente adquirirá los valores a prorrata, con el
fin de permitir una participación proporcional de todos los interesados en vender. Lo
anterior, sin perjuicio de que según lo establecido en diversas legislaciones, el oferen-
te pueda ampliar el número de valores inicialmente demandados, con el objetivo de
atender todas las aceptaciones recibidas. No obstante, si se pretende adquirir un pa-
quete de acciones en particular, la regla de la prorrata obliga a formular la OPA por
el 100% de las acciones, para que ese paquete de acciones no se vea diluido.
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capital social con derecho a voto de una sociedad cotizada sin realizar previamente
una opa. No obstante lo anterior, es posible que como resultado de una fusión, algu-
nos de los accionistas de la sociedad cotizada resulten con un porcentaje de acciones
superior al 25%, el cual no tenían previamente. En este caso, el accionista deberá
formular una opa a posteriori dirigida a los demás accionistas de la sociedad cotizada.
No obstante, en estos eventos la oferta se realizará por una cantidad de valores igual
a la adquirida en el mencionado proceso de fusión y no por la totalidad de las accio-
nes remanentes.
El criterio más común es que el precio de la oferta no pueda ser inferior al precio más
elevado que el oferente hubiera pagado por los mismos valores durante un determi-
nado plazo previo al anuncio de la oferta24. De igual forma, es común encontrar que
en aquellos casos en los que previamente se haya acordado un precio mayor con
ciertos accionistas que pretendan participar en la oferta, el precio a pagar a los de-
más accionistas tendrá que ser igual.
En el caso de España se aclara que cuando el oferente haya acordado entregar algu-
na compensación adicional al precio, o cuando se haya pactado un diferimiento en el
pago, el precio de la oferta no podrá ser inferior al más alto que resulte incluyendo
el importe correspondiente a dicha compensación o al pago diferido. De esta forma
se busca evitar distorsiones en el cálculo del precio equitativo a pagar.
por ser propietario de bonos obligatoriamente convertibles en acciones, capacidad decisoria; esto es, la
facultad o el poder de votar en la elección de directivas o representantes o de dirigir, orientar y controlar
dicho voto, así como la facultad o el poder de enajenar y ordenar la enajenación o gravamen de la acción.
24. Por ejemplo, el plazo corresponde a 90 días en Argentina; 3 meses en Colombia; 12 meses en España;
12 meses en Uruguay y 6 meses en Venezuela.
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significativa, como lo pueden ser por ejemplo la cancelación del registro en bolsa de
la sociedad o la ocurrencia de una compra o venta forzada, el precio ofrecido debe
estar normalmente estar justificado con valoraciones independientes25.
Por regla general las opas deben ser previamente autorizadas27 por las autoridades
del mercado de valores del respectivo país, o al menos, deben ser puestas en su co-
nocimiento28, pero además con el fin de asegurar que los inversores recibirán la con-
traprestación ofrecida, generalmente es necesario que el oferente presente una ga-
rantía (por ejemplo carta de crédito standby, aval bancario o depósito) que acredite
que cuenta con los recursos suficientes para cumplir con la obligación de pago deri-
vada de las aceptaciones que reciba de los destinatarios.
25. RAMIREZ, A., OVALLE, P., “El nuevo régimen de OPAs en Colombia o la protección a los accionistas”,
Revista Instituto Iberoamericano de Mercado de Valores, núm. 24. Pág. 63-69
26. En el caso colombiano es posible fijar porcentajes mínimos a partir de los cuales se entiende que las
ofertas públicas de adquisición resultan obligatorias.
27. A manera de ejemplo, Brasil: Artículo 255 A Ley 6404 de 1976; Colombia: D. 2555 de 2010 Art.
6.15.2.1.6; Costa Rica: Art. 107 de Reglamento sobre Oferta Pública de Valores; España: Artículo 21 Real
Decreto 1066 de 2007; México: Artículo 96 LMV; Uruguay Artículo 254.12 RNMV y Venezuela: Resolución
220-2000, Artículo 7, Numeral 7, Literal c, Artículo 9 y Artículo 23.
28. A manera de ejemplo Chile: Ley 18045 de 1981. Artículo 214.
409
El tiempo mínimo durante el cual debe estar vigente la oferta, exigido en las diferen-
tes regulaciones de Iberoamérica, oscila entre 15 y 30 días30.
29. Colombia: Decreto 2555 de 2010. Art. 6.15.2.1.13. En el caso costarricense eso es analizado en MEN-
DEZ P., OCAMPO CHACÓN H., PACHECO ROMERO G., “Ofertas Públicas de Adquisición en el Mercado de
Valores Costarricense”, Revista Iberoamericana de Mercado de Valores, 2008, núm. 24, p. 33.
30. A manera de ejemplo, 30 días en Brasil según Artículo 12 de la Instrucción 361 de 2002 de la CMV;
20 días en Chile, según Ley 18045 de 1981; 15 días en Colombia según el Decreto 2555 de 2010 Art.
6.15.2.1.7; 15 días en Costa Rica según el Art. 119 de Reglamento sobre Oferta Pública de Valores; 15 días
en España según el Artículo 23 del Real Decreto 1066 de 2007; 20 días en México según Artículos 97 y 98
de la LMV; 30 días en Panamá según Artículo 16 del Acuerdo 7 de 2001; 30 días en Uruguay según Artículo
254.15 del RNMV y 20 días en Venezuela según Resolución 220-2000, Artículo 8.
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Por ello, el ordenamiento europeo, siguiendo el sistema inglés, considera este deber
de pasividad del órgano de administración de la sociedad afectada como la solución
más eficiente ante una opa, toda vez que al evitar interferencias, defiende los intere-
ses de los inversores y, en general, un funcionamiento eficiente de los mercados.
Por otra parte, de acuerdo con la Directiva Europea31, que ha sido adoptada interna-
mente en el caso de España y Portugal, los administradores podrán tomar medidas
que puedan impedir el éxito de la oferta, si cuentan previamente con autorización de
la junta general de accionistas, o salvo que adelanten la búsqueda de otra oferta.
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Esto hace que dichos países se aparten de la tendencia general establecida en los
demás países de Iberoamérica.
32. Unocal Corp. v. Mesa Petroleum Co., 493 A.2d 946 (Del. 1985).
33. ARMOUR J., JACOBS J., MILHAUPT C. “The evolution of hostile takeover regimes in developed and
emerging markets: An analytical framework”. Vol. 52, No. 1. 2001. p. 243.
34. Revlon, Inc. v. MacAndrews & Forbes Holdings, Inc., 506 A.2d 173, 175–79 (Del. 1986).
35. A manera de ejemplo, Chile, según Artículo 207 c de la Ley 18045 de 1981; Costa Rica según el Art.
117 de Reglamento sobre Oferta Pública de Valores; España según el Artículo 24 del Real Decreto 1066 de
2007; México según Artículo 101 de la LMV; Panamá según Artículo 17 del Acuerdo 7 de 2001; Perú según
Artículo 15 de la ROPA; Portugal según el Código de Valores Mobiliarios; Uruguay según Artículo 254.16
del RNMV y Venezuela según Resolución 220-2000, Artículo 12.
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Las ofertas competidoras tienen que ser formuladas durante un plazo determinado
antes de la finalización del periodo de aceptación de la primera oferta y deben mejo-
rar la primera oferta de alguna forma, bien sea aumentando el precio o el número de
valores sobre el cual se formula.
Como regla general encontramos que existe una escasa regulación sobre la posibili-
dad de establecer desincentivos a las ofertas competidoras.
En el caso español se ha regulado en mayor detalle este aspecto. Así, en primer lu-
gar, los administradores de la sociedad afectada tienen la obligación de dar un trato
igualitario a todos los potenciales oferentes y particularmente se indica que este
trato equitativo se extiende al suministro de información no pública de la sociedad
afectada36. Por otra parte, la norma española establece un límite a las comisiones
que puede llegar a pactar la sociedad con un oferente en caso de que la oferta no
prospere, quedando limitados dichos gastos al 1% del importe total efectivo de la
oferta y buscan resarcir los gastos incurridos en la preparación de dicha oferta. Dicha
comisión solamente puede pactarse con el primer oferente del respectivo proceso,
debe ser aprobada por el consejo de administración con el informe favorable de los
asesores financieros de la sociedad, y debe detallarse en el folleto informativo de la
oferta.
413
Un tema mucho más decantado en los países europeos, pero poco regulado en Ibe-
roamérica38, es el que tiene que ver con las ventas y compras forzadas de acciones de
compañías cotizadas.
En algunas jurisdicciones está contemplado que quien hubiera formulado una ofer-
ta pública de adquisición obligatoria podrá, una vez liquidada la misma, exigir a los
restantes titulares de acciones u otros valores afectados por la oferta, su venta
forzosa a un precio equitativo. Este tipo de operaciones de ventas forzadas son co-
múnmente conocidas bajo la denominación inglesa de squeeze-out. Esta medida de
cierre trata de evitar que una minoría de accionistas pueda aprovecharse de su
posición de “últimos minoritarios” y tratar de obtener, a su vez, un precio mayor por
la venta de sus acciones al accionista mayoritario, o entorpecer, antieconómica-
mente, la eficiencia del mercado de control societario. Normalmente en estos ca-
sos el oferente estará interesado en alcanzar el 100% del accionariado y excluir a
la sociedad de cotización.
38. En Argentina, el Régimen de participaciones residuales se regula en los arts. 91 a 96 de la Ley 26.831.
En Brasil ver Ley 6404, art. 48-5 e Instrucción 361 art. 10.2. Chile Vid, art. 199 bis de la Ley 20.382. En
España la regulación se detalla en el art. 47 y SS. del RD 1066 de 2007.
414
A nivel europeo, la Directiva 2004/25 requiere que los estados miembros adopten
este tipo de medidas estableciendo el porcentaje mínimo de aplicación entre el 90%
(como es el caso de España, Portugal e Inglaterra) y el 95% (como en el caso de
Francia, Alemania, Holanda e Italia)41. Sin embargo, este tipo de medidas no han sido
consagradas en la mayoría de regulaciones iberoamericanas, ya que de la muestra
recogida, sólo 3 estados otorgan esta posibilidad42.
Brasil43 permite que en las opas por exclusión se aplique la figura del squeeze-out
cuando, después de realizada la oferta quede un capital desconcentrado del 5%. Así
mismo, permite para todo tipo de opas, a excepción de la oferta pública de adquisi-
ción por toma de control, la aplicación del sell-out, siempre y cuando el oferente ad-
quiera durante la oferta pública de adquisición más de 2/3 de la sociedad. Por otro
lado, Argentina44 establece la posibilidad de aplicar una y otra figura cuando una so-
ciedad quede bajo control de un accionista que tenga al menos el 90% de las accio-
nes autorizadas para ser negociadas mediante oferta pública.
415
Por otra parte, el artículo 70 de la ley 510 de 1999, previó una forma de squeeze-
out, al establecer que las acciones de una sociedad cotizada, respecto de las cuales
no se hubiesen ejercido, durante un término de 20 años, ninguno de los derechos
consagrados en la ley o en los estatutos sociales; podrían ser objeto de readquisi-
ción por parte de la sociedad, previa aprobación de la asamblea de accionistas. En
estos casos, el precio de readquisición se establecería según el valor patrimonial de
la sociedad al último ejercicio contable y dicho precio se consignaría por la socie-
dad a favor del accionista. Como se observa, esta particular forma de se generaba
no en razón de la reducción del capital flotante, sino como consecuencia de la inacti-
vidad del accionista.
En conclusión, se puede afirmar que si bien estas medidas son comunes en Europa,
en Iberoamérica no han sido ampliamente desarrolladas. No obstante, desde un pun-
to de vista de la eficiencia del mercado de toma de control resulta conveniente poder
consagrar estas disposiciones en la medida en que benefician tanto al adquirente
como a los accionistas minoritarios.
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4. ESTÁNDARES Y RECOMENDACIONES
Por regla general las legislaciones Iberoamericanas cuentan con una regulación apli-
cable a las tomas de control de sociedades cotizadas, aunque existen casos en los
que no se ha regulado la materia, por lo que los accionistas minoritarios de las socie-
dades cotizadas no cuentan con una protección adecuada.
A pesar de que el estándar ibérico sigue la Directiva Europea que prevé un sistema de
opas obligatorias a posteriori, la tendencia mayoritaria en Iberoamérica mantiene un
régimen de opas obligatorias a priori.
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Por otra parte, aunque actualmente es la regla general en los países de Iberoaméri-
ca, no en todas las regulaciones se exige que los administradores se pronuncien fren-
te a las opas en curso.
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