Jean Meyer
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Jean Meyer
LA FIEBRE AFTOSA Y LA
UNION NACIONAL SINARQUISTA (1947)*
Jean Meyer
El Colegio de Michoacán
Universidad de Perpignan/IE M
A fines de 1946 aparece en México la fiebre aftosa, venida quizás del Brasil,
quizás de otra parte. Es una enfermedad desconocida en el país y los veteri
narios no se encuentran preparados para enfrentarla. Presionado por los
Estados Unidos, deseoso de escapar a tal azote, el gobierno mexicano elabo
ra un programa de emergencia; en realidad sus autores son veterinarios y
ganaderos de los Estados Unidos que hacen que se adopte una solución ra
dical que los campesinos bautizan luego como el “rifle sanitario”. Todo ga
nado enfermo será destruido: más aún todo el sospechoso. Si un animal tie
ne fiebre aftosa en un poblado, morirá todo el ganado. Este método había
sido empleado en los Estados Unidos en 1922, cuando hubo una epidemia
muy grave, aunque muy localizada.
Pero México no es Texas, y la res no es filete, sino un elemento funda
mental de la economía agraria; cada agricultor tiene sus vacas y su yunta de
bueyes para trabajar la tierra; trabaja con su ganado, vive de su ganado. La
destrucción de los animales en el centro del país significaría pura y simple
mente la destrucción de la agricultura.
Los dirigentes de la UNS, tan poco preparados como el gobierno,
forman una comisión técnica para averiguar si es inevitable la destrucción
de animales. Los informantes afirman que la variedad mexicana de la fiebre
aftosa es benigna y que no requiere un tratamiento tan draconiano. Enton
ces el Comité Nacional inicia una campaña contra el “rifle sanitario” y con
tra los Estados Unidos. ¿Por qué contra los Estados Unidos? Porque el 16 de
febrero de 1947 el senado norteamericano aprobó por unanimidad un proyec
to de ley que autorizaba al Ministerio de Agricultura a colaborar con las au
toridades mexicanas en la lucha contra la fiebre aftosa. Esa ley preveía el tra
bajo conjunto de ambos gobiernos para exterminar, controlar, evitar o re
tardar la fiebre en las regiones de México, donde fuese indispensable “para
* Versión castellana de María Palomar.
proteger el ganado y las industrias agroalimenticias de los Estados Uni
dos”. Se precisaba que el Ministerio de Agricultura proporcionaría los espe
cialistas, el material e incluso el dinero necesario.
La gente de las ciudades, la clase política, no se daba cuenta de la gra
vedad del asunto, ya que el campesino, fuera de su zoolatría (una pasión
sentimental, orgullosa, bien arraigada en todo ganadero) veía amenazada
su existencia misma. Los periódicos de las ciudades guardan silencio acerca
de la masacre del ganado, mientras que el campo entra en una efervescencia
a veces peligrosamente cercana a la insurrección. Rubén Jaramillo, antiguo
zapatista, importante líder agrario en Morelos y Puebla hasta su violenta
muerte en 1962 (asesinado por parientes del presidente), reacciona con ve
hemencia:
“Si usted permite, escribe al gobernador de Morelos, que se fusile el
ganado en nuestro estado, comenzaremos nuestra lucha defensiva. Usted sa
be que no se mata a los enfermos, se les cuida. Regreso de Michoacán, donde
he visto las injusticias cometidas por el gobierno, he visto llorar a los hom
bres cuando sus bestias caían bajo las balas del tristemente célebre fusil sa
nitario”. 1Jaramillo recorre los pueblos, arma a su gente, hace propaganda a
favor de la vacuna. Igual que la UNS, que ha llegado a la conclusión de
que bastará con la vacuna.
Pero el gobierno, con seráfica inconsciencia, declara zona aftosa a los
17 estados del centro y del sur, la región más poblada del país, y hace respon
sable al ejército de la protección de los inspectores. Los campesinos no saben
qué hacer con el dinero que les ofrecen para comprar muías y tractores que
no conocen, y la masacre, desde 1947, disloca la economía y causa escasez de
leche, carne y cereales. Cerca de 500 000 cabezas de ganado han sido destrui
das ya cuando, en el otoño, el gobierno da marcha atrás: el rifle será reem
plazado por la vacuna. ¿Por qué?
Porque el campo está en guerra. “El gobierno mexicano teme a la gen
te enfurecida, y la oposición es muy fuerte. Cuando se va a una región en la
que el ganado forma parte de la familia, se comprende el impacto formida
ble de la campaña sanitaria”, informa un veterinario norteamericano a la
comisión investigadora parlamentaria.2 A principios del verano de 1947,
los técnicos son evacuados de los estados de Guerrero, Michoacán y Méxi
co, donde se han producido incidentes graves con pérdida de vidas. En junio
un veterinario, un oficial y seis soldados resultaron muertos en Senguio
(Michoacán). Como este último fue un incidente grave, el gobierno lo atri
buyó a la UNS.
Un centenar de personas son detenidas y juzgadas, mientras circulan
panfletos que denuncian a los “capitalistas, únicos beneficiarios del rifle
sanitario, ya que, sin animales no se podrá trabajar la tierra y tendrá que ser
vendida por un mendrugo de pan”.
Los enfrentamientos con el ejército se multiplican en octubre; en el es
tado de Michoacán la resistencia es tan intensa que se tiene que emplear ma
sivamente el ejército; el gobernador es víctima de un atentado (se trata de
un general y político corrupto, como tantos otros que sirve de chivo expia
torio) y, por fin, ante la resolución de los campesinos, se suspende la destruc
ción del ganado, primero sólo en Michoacán, luego en toda la República.
En ese momento ambos gobiernos, el mexicano y el norteamericano,
aceptan considerar la opinión de los especialistas, quienes afirman, desde
hace meses, que con la vacuna basta. Los norteamericanos están impresio
nados por la violencia de los sentimientos antiyanquis en el campo (son tales
que en 1948 y 1949 no se emplea sino a mexicanos para vacunar a los anima
les) y los políticos por la violencia de los enfrentamientos, que se multipli
can. Los campesinos muestran aún más firmeza al constatar que los efectos
de la enfermedad en el ganado son en realidad muy benignos.
En noviembre de 1947 la comisión méxico-norteamericana de la fiebre
aftosa propone abandonar el rifle sanitario y reemplazarlo con la vacuna.
El periódico de la UNS destila sentimientos de triunfo; luego se de
dica a fondo a promover la campaña de vacunación, ya que, para que ésta
tenga éxito habrá que convencer a los enardecidos campesinos: corren ru
mores de que la vacuna produce esterilidad en las vacas, que envenena la le
che, que es un invento de los “gringos” para contagiar la fiebre a todo el ga
nado, etc. Todos los comités municipales emprenden una gran campaña de
educación y de preparación.
Ello no obsta para que el gobierno proclame que la UNS en su obs
curantismo reaccionario, se opone a la vacunación y agita al campesinado.
Pero el testimonio de los técnicos es radical: “tal acusación no puede ser
mantenida ante la evidencia abrumadora: los sinarquistas fueron política
mente los primeros grupos organizados que apoyaron la campaña de lucha
contra la aftosa”.3
Aún más: si entre 1948 y 1950,60 millones de inyecciones fueron admi
nistradas a 15 millones de animales fue porque “los sinarquistas respalda
ron la campaña con toda su autoridad. Los líderes de la U.N.S. presionaron
a sus militantes a cooperar con las brigadas de vacunación por el bien de Mé
xico. La Confederación de Ganaderos siguió luego. . .”4
Cuando la Comisión Mixta, en 1947, en el informe en que preconiza
el abandono del rifle sanitario, afirma que una de las razones principales es
“la oposición de un grupo organizado de campesinos”, está hablando de la
UNS. Pero dicha oposición se mantiene dentro de los límites observados
siempre por los sinarquistas: “El sinarquismo no podía oponerse por la fuer
za a la matanza de los animales, pues eso habría significado, como podrán
imaginar, provocar una revolución en todo el país, multiplicar por mil los
sucesos de Senguio. Si no nos hubiéramos opuesto a la violencia, habría
ocurrido una masacre en toda la República, tanto de gente del pueblo como
del gobierno. Por esta razón no nos quedaba por decir sino que el remedio
era peor que la enfermedad y de tomar la campaña en nuestras manos. An
te lo irremediable, hacer sufrir lo menos posible a nuestro pueblo”.5
C A N C IO N T R IS T E R E C U ERD O A LA F IE B R E A U T O S A
C A R A T U L A .-
Expediente número 143/947.— Por los delitos de HOMICIDIO:
ROBO, LESIONES, DAÑO EN P RO PIED A D AJENA, ASOCIACION
DELICTUOSA, CONTRA LA ECONOMIA, RESISTENCIA DE PAR
TICULARES, ASONADA O MOTIN, y CONTRA FUNCIONARIOS
PUBLICOS.
Aparecen los nombres de los procesados Teodora Medina de Guijosa,
Juan y Primitivo López Vázquez, Luis García, Jesús Mendiola, Alfredo
Mora e Isidora Mejía Ponce.
Foja 8 ocho.—
Ante los C.C. Fernando Cruz Ramírez, Agente Federal de Hacienda
en Senguío, Coronel Gustavo Iza zaga. Teniente Rafael Ortega Tapia y
Mayor Arcadio Rubio Rodríguez declaró JUAN AGUILAR GORJON
que a partir del viernes 29 de agosto los ejidatarios de “San Juan Huertas",
“Guadalupe Victoria" y “ Los Sauces" por medio de sus Comisarios JUAN
GOMEZ, FELIPE CRUZ y PRIMITIVO PEÑA pero siendo principales
instigadores LORENZO, MANUEL, SIMON e IGNACIO MORA, LU
CAS GUEVARA y LUCAS TREJO se dedicaron a agitaren la reunión que
tuvieron en la Manzana Guadalupe en Senguio.— Que ese mismo día se pre
sentó el veterinario a quien amenazaron con matarlo si iba a la inspección y
que en vista de eso se regresó dicho veterinario.— Que el susodicho veteri
nario de nombre AUGUSTO JUAREZ MEDINA era acompañado ese día
por AM ADO GARDUÑ O y que supo de las amenazas por boca de Primo
Gallegos.— Que el día primero se dio cuenta que en concentración llegaron
a temprana hora los agraristas de los tres ejidos mencionados más los de
Pupátaro, Ia y 2a Sección de “El Calabozo" “ El Sauz"y Colmena y habla
ron con el Presidente Municipal Néstor Valdespino González levantando
un acta el Profesor MELCHOR RODRIGUEZ del ejido de “ Las Huertas"
en la que se hizo constar que por no haber llegado el veterinario se retiraban.
Que en eso llegó el veterinario a la Presidencia Municipal v allí lo rodearon
los ejidatarios, lo cual supo por boca del Presidente: y que estando él en su
oficina y salió a ver que corrían hombres a pie y a caballo y que no se movió.
Que como a las 12 horas, calmada la situación fue a dar fe de los hechos
acompañado de LOS JUECES MENORES BENITO MALAGON
ARROYO Y CLEMENTE GONZALEZ SO R IA .- Que oyó por boca de
VICTOR MARTINEZ que los mismos Comisarios y Ejidatarios que agi
taron el \iernes anterior andaban agitando en los asesinatos.
Fojas 10 y 11.—
NESTOR VALDESPINO GONZALEZ.— Presidente Municipal de
Senguio declaró ante el mismo funcionario que el veterinario le comunicó
había sido amenazado por el Comisariado de San Juan Huertas pidiéndole
citara a dicho Comisariado, al Jefe de la Defensa y al Encargado del or
den.— que el día 1Q llegaron los hermanos Mora con el Prof. M ELCHOR
RODRIGUEZ para levantar una acta porque no se había presentado el
veterinario.— Que terminando el acta llegó el veterinario y al bajar del Jeep
Manuel Mora le dio un garrotazo, que el doctor trató de correr y fue enton
ces cuando Simón Mora le dio la primera puñalada por la espalda, siguió
corriendo el doctor y la gente lo siguió apuñaleando.— Que en esos momen
tos voltio y vio a TOR1BIO LLANOS que sacaba un arma y al oír la deto
nación vio que caía el Capitán JULIAN P. GOM EZ MACIAS y que ya
caído Teodora Medina de Guijosa le dio una puñalada. Que también le pegó
al capitán un vigilante de 2^ Sección de El Calabozo de apellido Sánchez.
Que la principal instigadora es la Medina de Guijosa.— que el regidor y eji-
datario SABINO GARCIA tomó mucha participación.— Que los Mora
le dijeron el viernes anterior que si el veterinario iba al ejido de “Guadalupe
Victoria” ya no volvería.
Aclara que la principal instigadora es de filiación sinarquista y que los
principales instigadores son LOS MORA, SILV1NO GARCIA, TORIBIO
LLANOS y LA SRA. MEDINA DE GUIJOSA, que de Senguio nadie to
mó parte.
Fojas 12 y 13.—
AM ADO GARDUÑO RETANA declara confirmando la amenaza
del viernes por parte de los ejidatarios y que él advirtió al veterinario que
querían matarlo.
Fojas 14 y 15.—
ADOLFO GONZALEZ ROBLES declara y confirma las mismas
amenazas por constarle personalmente y porque así se lo dijo el Presidente
Municipal de Senguio Néstor Valdespino González.— Que él advirtió al
veterinario que no fuera.
Fojas 19, 20 y 21.—
PRIM O GALLEGOS SANCHEZ declara confirmando la amenza
del viernes de los ejidatarios y que ese mismo ya le tiraron de balazos los eji
datarios al veterinario.-
TODAS LAS ANTERIORES DECLARACIONES FUERON ANTE EL
JEFE DE LA OFICINA SUBALTERNA DE C IUDA D HIDALGO EN
FUNCIONES DE M INISTERIO PUBLICO.
Fojas 43, 35 y 36.—
TEODORA MEDINA DE GUIJOSA declara ante el Juez de Pri
mera Instancia de Ciudad Hidalgo: — Que en la Junta del primero de Sep-
tiembre en la Presidencia de Senguio sólo ella era de la población.— Que el
Presidente de Senguio dijo a cuatro señores y a ella que estaban con él y en
relación con la matanza de ganado: “Defiéndanse como puedan porque
mañana se va a ver lo bueno. Yo no estoy vendido con nadie y son muy libres
de defender su derecho”, esto fue el 31 de agosto.— Que el día IQde septiem
bre estando reunidos en la plaza más de 100 hombres de a pie y de a caballo
y unas 15 mujeres el Presidente los volvió a decir “Que se defendieran como
pudieran que él no estaba vendido con nadie”.— Que después de los hechos
se retiró a su domicilio en la Manzana de San Antonio con varias mujeres
entre quienes recuerda a Marta Torres y Amalia Sandoval de “Los Ailes”.—
Que los hombres que intervinieron en los hechos son de las Comunidades ya
mencionadas y que logró identificar a ISIDORO MEJIA (de El Calabozo),
a CAM ERINO ROSAS de Tupátaro y a PRIM O GALLEGOS de Carin-
dapaz.
Fojas 37 vuelta, 38 y 39.—
DECLARA JUAN LOPEZ VAZQUEZ negando los cargos diciendo
no se encontraba en Senguio el día de los hechos.— incurre en contradic
ciones sobre el lugar donde se encontraba.
Fojas 39 vuelta y 40.—
LUIS GARCIA ESQUIVEL declara negando los cargos.
Fojas 41 y 42.—
PRIM ITIVO LOPEZ declara que estando él trabajando fuera de Sen-
guio el día de los hechos vio que pasaron a Senguio tapados con sus sarapes
los caciques ejidales TORIBIO LLANO, SIMON LOPEZ MORA, CAM E
RINO Y CLEMENTE SANTOS acompañados de su gente la que los obe
dece.
Fojas 43 vuelta y 44.—
JESUS MENDIOLA TELLO declara que no se encontraba en Sen-
guio el día 1Q de septiembre sino donde trabaja como puede atestiguarlo
Raymundo Sandoval.— Que no tiene ningunos animales y NEGO SER
SINARQUISTA.
Fojas 45 y 46.—
ALFR EDO MORA declara negando los cargos y NEGANDO SER
SINARQUISTA.
Fojas 46 vuelta y 47.—
RANULFO VEGA declara que el día de los hechos estaba trabajando
con su yunta en “ Pomas” y que Eligió Valdés y sus dos hijos lo vieron.
Fojas 49 vuelta y 50.—
ANGELA GUIJOSA DE LUNA declara: Que Teodora Medina y su
esposo Antelmo Guijosa son sus tíos y que ellos son sinarquistas. ES LO
QUE MAS INVOLUCRA AL SINARQUISM O pues declara que Benito
Malagón anduvo recorriendo domicilios de una larga serie de individuos a
quienes les imputa filiación sinarquista citándolos a los asesinatos, etc., pero
al final declara QUE NO ESTUVO EN SENGUIO EL DIA DE LOS
HECHOS.
Fojas 56 y 57.—
ISIDORO MEJIA PONCE declara: que en el local de la Escuela rural
de El Calabozo, donde vive CAM ERINO SANTOS el día 30 de agosto se
pusieron de acuerdo para el lunes siguiente matar al veterinario y los solda
dos.— Que en esa junta se acordó que todos los ejidatarios se presentaran el
lunes a las 9 de la mañana en Senguio.— Que la matanza la iniciaron la Me
dina de Guijosa. Marta Torres, Amalia Sandoval y otras.— Que vio tam
bién que LOS LOPEZ Y SILVINO GARCIA también participaban.— Que
entre los hombres que atacaban al Doctor vio a APOLINAR GONZALEZ
y a BENITO APOLINAR y que los mismos empezaban a tirar balazos y
apuñalear al Capitán.— Que en esos momentos se oían gritos de “Viva el
sinarquismo”, “Viva la Virgen de Guadalupe”.— Que tanto sinarquistas
como ejidatarios se oponían a la campaña contra la fiebre aftosa.— Nota.—
Este detenido fue herido el día de los hechos en un testículo, logró escapar
hasta México donde se curaba y allá fue aprehendido y regresado a declarar
y se encuentra preso.
Fojas 65 y 74.—
El Juez de Primera Instancia de Ciudad Hidalgo, en 5 cinco de sep
tiembre dicta auto de formal prisión contra de Teodora Medina de Guijosa,
Primitivo y Juan López, Luis García Esquivel, Jesús Mendiola, Ranulfo Ve
ga Martínez, Alfredo Mora e Isidoro Mejía Ponce.
Foja ¡60.—
La foja 160 es una proclama con el nombre de Tomás Sánchez al calce
y más abajo con el nombre y firma de Benito Malagón contra la campaña
contra la fiebre aftosa, dice, contra el rifle sanitario señalando a los capita
listas como los conformes con tal medida, porque sin animales dejarán las
tierras y será ello un medio para que las recuperen.
Foja 194.—
Ante el Jefe de Averiguaciones Previas de la Procuraduría General de
la República Licenciado Cordero declara Benito Malagón.
FO R M U LA R IO DE DEFENSA JU R ID IC A
R EPA RTID O POR LA UNS
HECHOS:
NO TAS: