La Madremonte
La Madremonte
La Madremonte
Los campesinos describen a la madremonte de diferentes formas: A veces aparece como una
mujer musgosa y putrefacta, enraizada en los pantanos, que vive en los nacimientos de los
riachuelos y cerca de grandes piedras. Generalmente aparece en zonas de marañas y
maniguas, con árboles frondosos y en regiones selváticas.
Otros la describen con ojos brotados como de candela, colmillos grandes como los de los
zainos, con manos largas y una impresionante expresión de furia, vestida siempre con
chamizos, hojas y bejucos.
La madremonte ataca cuando hay grandes tempestades, vientos e inundaciones que acaban
con los sembrados, las cosechas y los ganados. Los campesinos cuentan que oyen sus
bramidos y gritos infernales en noches tempestuosas y oscuras.
• LA PATASOLA
Algunos campesinos creen que la patasola es la personificación de una madre que mató a su
hijo y fue condenada a vagar por los montes. Otra versión muy popular dice que era una bella
mujer muy pretendida por los hombres, pero perversa y cruel, que se dio al libertinaje, motivo
por el cual le amputaron la pierna con un hacha y la arrojaron al fuego en una hoguera hecha
con tusas de maíz. La mujer murió como consecuencia de la mutilación y desde entonces vaga
por los matorrales de las montañas gritando lastimeramente en busca de consuelo. Se
enfurece cuando ve hombres, le disgusta encontrarse con el hacha, la tusa y la candela;
asimismo, odia la peinilla y el machete. Las personas, para resguardarse de ella llevan perros u
otros animales domésticos. Dicen los campesinos que si la Patasola aparece de improviso, hay
que recordarle los objetos que sirvieron para amputarle su pierna: el hacha, las tusas y la
candela.
• EL MOHÁN
El mohán a veces aparece como un hombre gigantesco con barba y cabellera abundantes, ojos
rojizos de intenso brillo como brasas encendidas, boca grande, dientes de oro, tez quemada de
indio viejo y en general un aspecto muy demoníaco. Aparece bastante juguetón, enamorado,
muy obsequioso y serenatero. Se dice que es el creador del torbellino, el bambuco, el pasillo,
la múcura, y se le oye tocar el tiple, el requinto y las maracas, al estilo antiguo. Su canto no es
conocido, no se le atribuyen ‘coplas’, ni se le reconoce un lenguaje poético.
Los campesinos creen que el Mohán es antropófago, pues le gusta la sangre de los niños de
pecho, a quienes, después de sacársela, se los come asados en hogueras de hojarasca. Le
gustan las mujeres bellas y jóvenes, principalmente las muchachas casaderas, a quienes
persigue para llevarlas a los ríos.
Alrededor de los charcos y en los peñascos donde vive, custodia sus tesoros en oro, piedras
preciosas, alhajas, brazaletes, narigueras y numerosas joyas. Algunos dicen que tiene un
palacio subterráneo con muchos tesoros, oro y piedras preciosas.