Fiebre Reumatica

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Fiebre Reumática

Concepto: La fiebre reumática es una enfermedad multiorgánica causada por una reacción
autoinmunitaria a la infección por estreptococos del grupo A. Aunque resultan afectadas muchas
partes del organismo, casi todas las manifestaciones desaparecen en su totalidad. La mayor
excepción es la lesión de las válvulas cardiacas (cardiopatía reumática) que puede persistir
después de que desaparecen las demás manifestaciones.

Epidemiología: La fiebre reumática es una enfermedad sobre todo de los niños de entre 5 a 14
años de edad. Los episodios iniciales se tornaron menos comunes en adolescentes mayores y
adultos jóvenes, y son inusuales en personas >30 años de edad. En cambio, los episodios
recurrentes de fiebre reumática son todavía relativamente frecuentes en adolescentes y adultos
jóvenes. Este patrón difiere de la prevalencia de la RHD, que alcanza su máximo entre los 25 y
40 años de edad. No hay una relación clara respecto del género para la fiebre reumática aguda,
pero la cardiopatía reumática afecta más a menudo a las mujeres, algunas veces hasta dos veces
más que a los varones.

Etiología: Con base en las evidencias disponibles, la ARF se debe de forma exclusiva a la
infección de vías respiratorias superiores por estreptococos del grupo A. Si bien en las regiones
con incidencia alta de ARF se la relacionaba casi siempre con ciertos serotipos M (sobre todo los
serotipos 1,3,5,6,14,18,19,24,27 y 29), en la actualidad se cree que cualquier cepa de
estreptococos del grupo A puede producir ARF. En la actualidad se investiga la contribución
potencial de las infecciones cutáneas y los estreptococos de los grupos C y G.

Cuadro clínico: Hay un periodo de latencia de unas 3 semanas (1 a 5 semanas) entre la


infección por estreptococo del grupo A desencadenante y la aparición de las manifestaciones
clínicas de la ARF. Las excepciones son corea y carditis indolente, que pueden presentarse tras
periodos de latencia prolongados que persisten hasta por 6 meses. Si bien muchos pacientes
refieren una faringitis previa, el grupo precedente de infecciones por estreptococos del grupo A
no suele ser sintomático; en estos casos, sólo se confirma con pruebas de anticuerpo
estreptocócico. La característica clínica más común de la ARF es la poliartritis (se presenta en
60-75% de los casos) y la carditis (50-60%). La prevalencia del corea en la ARF varía mucho
con la población y fluctúa <2-30%. En la actualidad, el eritema marginal y los nódulos
subcutáneos son raros y se observan en <5% de los casos.
Hasta 60% de los pacientes con fiebre reumática aguda evoluciona a la cardiopatía reumática. El
endocardio, el pericardio o el miocardio resultan afectados. La lesión valvular es el dato
distintivo de la carditis reumática. La válvula mitral casi siempre está afectada, algunas veces
junto con la válvula aórtica; la alteración sola de la válvula aórtica es rara.

Afección articula es la forma más frecuente de afectación articular en la ARF es la artritis, es


decir, evidencia objetiva de inflamación, con articulaciones calientes, hinchadas, enrojecidas o
dolorosas al tacto, y la afectación de varias articulaciones.

Diagnóstico: Dado que no hay una prueba definitiva, el diagnóstico de ARF se basa en la
presencia de una combinación de manifestaciones clínicas típicas junto con datos de una
infección previa por estreptococos del grupo A y la exclusión de otros diagnósticos, para
facilitar el diagnóstico se utilizan los criterios de Jones, exige que el médico determine si el
paciente proviene de una población que se sabe que experimenta tasas bajas de ARF. Para este
grupo, hay un ajuste de criterios de "bajo riesgo''; para todos los demás, hay una serie de
criterios más sensibles.

Prevención: Prevención primaria comprende la eliminación de los principales factores de


riesgo de infección estreptocócica, en particular el hacinamiento. Esto es difícil en la mayor parte
de los lugares donde es común la ARF. Por tanto, la base de la prevención primaria de la fiebre
reumática aguda es todavía la profilaxis primaria, es decir, el tratamiento oportuno y completo de
la faringitis por estreptococos del grupo A con antimicrobianos. Si se instituye durante los
primeros 9 días después de iniciada la disfagia, el régimen de penicilina, previene casi todos los
casos. En sitios en que son frecuentes ARF y RHD, pero no se cuenta con el diagnóstico
microbiológico de faringitis por estreptococos del grupo A, como en países de escasos recursos,
las guías de atención primaria recomiendan tratar a todo paciente de faringitis con penicilina o,
de manera alternativa, utilizar un algoritmo clínico para identificar a individuos que muestran
una mayor probabilidad de padecer faringitis por estreptococos del grupo A. Estas medidas,
aunque son imperfectas, reconocen la importancia de la prevención de ARF a costa de tratar en
grado excesivo muchos casos de faringitis sin relación con estreptococos del grupo A.

Tratamiento: En los pacientes con posible ARF se establece una vigilancia ulterior constante
para asegurar la confirmación del diagnóstico, el tratamiento de la insuficiencia cardiaca y otros
síntomas, además del inicio de medidas preventivas que comprendan profilaxis secundaria,
incluidos un registro de ARF y la educación para la salud. Se solicita ecocardiografía en todos
los casos posibles con el propósito de ayudar a establecer el diagnóstico y determinar la gravedad
al inicio de cualquier carditis. No hay ningún tratamiento para la ARF que modifique la
probabilidad de aparición o agravamiento de la cardiopatía reumática. Con la excepción del
tratamiento de la insuficiencia cardiaca, que puede salvar la vida en caso de carditis grave, el
tratamiento de la ARF es sintomático.

Antibióticos: Todos los pacientes con fiebre reumática aguda deben recibir antibióticos
suficientes para tratar la infección desencadenante por estreptococos del grupo A. La penicilina
es el fármaco de elección y se administra por vía oral como fenoximetilpenicilina, 500 mg [250
mg para niños <27 kg] VO c/12 h, o amoxicilina, 50 mg/kg [ máximo 1g] por día durante 10
días) o en una sola dosis de 1.2 millones de unidades ( 600 000 unidades para niños <27 kg) IM
de penicilina G benzatínica.

Salicilatos y antiinflamatorios no esteroideos: Pueden utilizarse para tratar la artritis, la


artralgia y la fiebre, una vez que se confirma el diagnóstico. No son de utilidad en el tratamiento
de la carditis o la corea. El ácido acetilsalicílico es el fármaco más indicado, en dosis de 50 a 60
mg/kg de peso al día hasta un máximo de 80 a 100 mg/kg al día (4 a 8 g/día en adultos) en cuatro
a cinco fracciones. Con dosis mayores, es importante vigilar al paciente en busca de síntomas de
salicilismo, como náusea, vómito o acúfenos; si aparecen tales manifestaciones es necesario
reducir la dosis. Cuando los síntomas agudos se resuelven de forma importante, por lo regular en
las primeras 2 semanas, pueden disminuirse las dosis altas a 50 a 60 mg/kg al día durante 2 a 4
semanas más. Después de 3 semanas de interrumpir el fármaco, algunas veces reaparecen la
fiebre, los signos articulares y los reactivos de fase aguda altos; ello no implica una recurrencia y
puede comenzarse de nuevo el uso de salicilatos por un lapso breve. En vez del ácido
acetilsalicílico, una alternativa útil es el naproxeno en dosis de 10 a 20 mg/kg al día, con la
ventaja adicional de que se administra dos veces al día.

Bibliografía:

1. Harrison. Principios de Medicina Interna. XX ed. Jameson JL, editor. Ciudad de México : Mc. Graw Hill
Education; 2018.

2. Farreras, Rozman. Medicina Interna. XIX ed. Rozman C, editor. Barcelona, España: ELSEVIER; 2020.

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