Resumen Grupo 5 - Derecho Penal I

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UNIVERSIDAD PRIVADA ANTENOR ORREGO

FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS POLÍTICAS

INTERPRETACIÓN DE LA LEY PENAL

INTEGRANTES - GRUPO 5 :

Casiano Paucar Milenka Thais


Mejia Olivares Maria de los Ángeles
Montes Martinez Gonzalo Martin

ASIGNATURA:
Derecho Penal - Parte general

DOCENTE:
Miguel Albornoz Verde

Año del Fortalecimiento de la Soberanía Nacional


PERÚ
2022
INTERPRETACIÓN DE LA LEY PENAL

La interpretación de la ley, en nuestro caso la penal se define como: Fijar el sentido y alcance
del espíritu de la ley; es decir que la interpretación de la ley penal, se debe entender como
"Una operación completa que exige establecer el significado abstracto de la regla legal; es
decir la intelección de la ley y su significado concreto frente al caso a resolver o aplicación de
la ley." Entonces el trabajo de interpretar la ley es indispensable, pero esta varía en su
entendimiento por quien la interpreta por su estudio u oficio; es decir que dependiendo el
surgimiento o desenvolvimiento del individuo así va a evaluar o considerar la norma jurídica.

Una vez sancionada la ley penal, es necesario interpretarla, «comprender» lo que dice en
abstracto, para ser aplicada al caso concreto. La interpretación es aquella operación mental
que tiende a establecer la voluntad de la ley.

Hay autores que piensan que la interpretación tiene por objeto buscar el sentido de la misma,
otros el significado de ella, y otros el espíritu de la ley. Nosotros consideramos más acertado
establecer que la interpretación tiene por objeto el conocimiento de la voluntad de la ley, ya
que la ley en cuanto es sancionada adquiere una voluntad soberana, y su obligatoriedad es tal
en cuanto traduce esa voluntad.

Hablamos de la voluntad de la ley y no de la voluntad del legislador, porque lo que el


intérprete debe investigar es no lo que el legislador ha querido, sino aquello que en la ley
aparece objetivamente querido, la mens legis y no la mens legislatoris; y ello porque las leyes
no emanan de una individualidad sino de cuerpos colegiados, y puede haber sido muy diverso
el espíritu que ha determinado el voto en idéntico sentido, por parte de los integrantes de esa
mayoría.

Suele dividirse la interpretación de la Ley según diversos criterios:

a) Por los sujetos que la realizan, es decir según su origen, se habla de interpretación
auténtica o legislativa, judicial o jurisdiccional y doctrinal o privada.

1.- Interpretación Auténtica

Consiste en una ley que se dicta con el objeto de aclarar conceptos o términos confusos de
otra ley. En realidad no se trata de una interpretación, por que, como dice GRISPIGNI, «el
significado que ella atribuye a otra disposición puede no corresponder en absoluto a las
palabras o a los conceptos de esta última».

La ley interpretativa es retroactiva, porque se limita a aclarar la voluntad efectivamente


contenida en la ley interpretada. En consecuencia, abarca el pasado, a partir de la vigencia de
la ley a que se refiere. Si en algún punto se aparta de las disposiciones preexistentes, no será,
propiamente, una ley interpretativa, y será obvio que no podrá retrotraer sus efectos más
gravosos, en vista al quebrantamiento que sufriría el principio Nullum crimen sine previa lege
penale.

La interpretación auténtica puede ser contextual o posterior. Interpretación contextual o


simultánea es la que se hace en el propio texto de la ley. En la interpretación de esta índole es
importante la fijación. del valor de las rúbricas o epígrafes de las secciones de un Código.
Este poder interpretativo contextual no pasa por y sobre el tipo concreto de la definición
legal, pero de no existir títulos detallada definición que contrarie el epígrafe, éste puede ser
decisivo para hallar la voluntad de la ley, puesto que en él se manifiesta taxativamente el bien
jurídico protegido.

Surge la cuestión de saber si se debe considerar como interpretación auténtica contextual los
trabajos preparatorios de las leyes. las discusiones parlamentarias, los preámbulos, las
exposiciones de motivos, etc., que aparecen concomitantemente con las leyes. Estos
documentos, muchas veces exponen con exactitud la voluntad de la ley. A través de sus
consideraciones, que justifican la preferencia por los nuevos institutos y por los nuevos
preceptos, el legislador expone las razones por las cuales acoge aquellas reglas; suministra
elementos valiosos para que se conozca el sentido de puntos oscuros de las disposiciones
legales. Pese a ello, no se puede decir que dichos documentos constituyen interpretación
auténtica, cuya forma peculiar es una nueva ley. En la elaboración de las leyes se conjugan
esfuerzos de diversas personas. y puede darse el caso de exposiciones de motivos que no
expresan exactamente el pensamiento legislativo. Algo más; es posible que se advierta
contradicción entre la exposición de motivos y el texto legal, en cuyo supuesto prevalece el
texto legal.

Interpretación auténtica posterior es la que se hace mediante una nueva ley, cuando la anterior
presenta oscuridades que, por la importancia de la materia, interesa aclarar. Las disposiciones
dictadas con el objeto de enmendar las erratas aparecidas en el texto legal, las llamadas fé de
erratas, no constituyen interpretación auténtica contextual, ni de ninguna otra clase: se limitan
a corregir los errores de expresión o materiales que suelen deslizarse dentro del texto de la
ley, y que razonablemente no ejercen ninguna influencia sobre la manifestación de voluntad
de la ley. Los errores de redacción y conceptuales pueden У deben ser corregidos por los
jueces que conocen del asunto, a los fines de la aplicación de la ley, en los casos concretos,
sin formalidad alguna para evitar el sentido absurdo e ilógico del precepto.

2.- Interpretación Judicial.-

Es la que llevan a cabo los órganos judiciales, jueces o tribunales, a través de sus decisiones,
sentencias y acuerdos. Para lograrla generalmente toman en cuenta la interpretación
legislativa, si existe. y la doctrinal si la hay, así como su propio criterio, resultando una
interpretación sui generis. A diferencia de la auténtica, sólo obliga en la especie juzgada. El
poder —deber— del juez en la interpretación de la ley, no se extiende a su censura o
corrección, sin perjuicio del control de constitucionalidad y la facultad de dar cuenta de sus
vacíos y defectos al Poder Legislativo.

La interpretación judicial, llamada también jurisprudencial forense o usual (usus fori), es


precisamente la que proviene de los magistrados de justicia, del órgano jurisdiccional, es
decir de la jurisprudencia en su sentido estricto. En otras palabras es la interpretación
realizada por el Juez para la correcta aplicación de una ley a un caso particular, teniendo
presente siempre la voluntad contenida en la norma.

3.- Interpretación Doctrinal:

Es la que propugnan los especialistas en estudios, artículos, conferencias, cátedras y tratados


cuya fuerza descansa en los razonamientos con que se expone cada opinión, más que en la
autoridad que se pueda reconocer a sus expositores. Aunque hoy las opiniones de los juristas
no tienen el valor que les dió el Derecho Romano y la práctica judicial a partir del siglo XVI,
es evidente que la separación absoluta entre la teoría y la práctica carece por completo de
sentido. En materia jurídica no se concibe una teoría que no se destine a servir para la
práctica, y si ésta no está penetrada de un verdadero espíritu científico constituye el más
vacío y primitivo empirismo.

Esta interpretación es la realizada por los juristas o doctrinarios, como su nombre mismo lo
dice, a través de su tarea de descubrir el contenido de la ley y por medio de sus trabajos
científicos. Este tipo de interpretación no tiene efecto obligatorio para el juez al momento de
aplicar la ley. “Interpretación doctrinal es la que proviene de los juristas en su estudio del
derecho y puede tener solo un influjo indirecto sobre la interpretación judicial, y aun
eventualmente sobre la auténtica, de las leyes.”

b) Por los medios o métodos empleados, se clasifica en gramatical o literal y teleológica o


lógica.

1.- Interpretación Gramatical o también llamada literal:

Es el primer grado y la forma más simple de interpretación. Consiste en indagar el significado


propio de las palabras con las cuales se expresa la voluntad de la ley.

Comprende tanto el elemento filológico como el sintáctico. La ley emplea, en su mayor parte,
palabras comunes: en menor grado se vale de términos técnicos, y también emplea vocablos
de peculiar significación jurídica. Las palabras de la ley se entenderán en su sentido natural y
obvio, según el uso general de las mismas palabras, porque la ley es para el pueblo, y es
lógico que el legislador la haya escrito para que sea interpretada por el pueblo con su lenguaje
usual; pero cuando la ley las haya definido expresamente para ciertas materias, se les dará en
éstas su significado legal. Las palabras técnicas de toda ciencia o arte se tomarán en el
sentido que estas expresen, a menos que aparezca claramente que se han tomado en sentido
diverso. Así, la Corte Suprema ha declarado que el art. 125 del C. P., que establece que la
prescripción de la acción se interrumpe por la reincidencia. se refiere no al concepto jurídico
del que delinque después de condenado, sino al concepto gramatical de la repetición del
hecho (Res. Sup. de 13 de octubre de 1937, en R. de los T. 1947, p. 415).

Cuando la ley, en la descripción de un delito, se refiere a hechos, personas o cosas, haciendo


uso del género plural (arts 188, 189, 190, 192, 244, 252 del C. P.), sin ninguna designación
numérica u otra indicación cuantitativa, se debe entender que se refiere también a uno solo de
tales hechos, personas o cosas (art. 187)

El uso del género masculino no excluye el género femenino (arts. 199, 200, 246, Inc. 2) en
los supuestos en que la exclusión no es necesaria por la naturaleza de las relaciones reguladas
por la disposición. La Corte Suprema ha declarado: «El art. 199 del C. P. comprende también
a los delitos contra el honor sexual cometidos en agravio de mujeres menores de 16 años»
(Res. Sup. de 17 de abril de 1936, on A. J., 1936, ps. 32-36).

2.- Interpretación Teleológica:

Se propone conocer la voluntad de la ley con arreglo al fin perseguido. En tal virtud. el
intérprete penetra en el texto de la ley por todas las vías que puedan iluminar sus oscuridades
o indecisiones. Este método se refiere al fin de la norma, que no es más por el cual fue
creada; es decir la interpretación de los bienes jurídicos, por lo tanto, su principal objetivo
son los valores o derechos protegidos por la ley penal, de tal manera que su fundamento es la
finalidad de dichos intereses tutelados. Varios son los elementos que permiten desentrañar el
fin perseguido por la ley: racional, sistemático, histórico, comparativo extranjero, extra-penal
y extra-jurídico.

El elemento racional (ratio legis) averigua la razón de ser del precepto, vale decir, los fines
sociales que persigue, a fin de comprender su mandato. Como la finalidad del Derecho penal
es la de amparar bienes jurídicos de alta trascendencia social, uno de los medios más
adecuados para captar el alcance de sus normas será el de indagar cuál es el bien jurídico
tutelado por el precepto que se interpreta. También hemos de apreciar la ocasión legis, que
alude a la circunstancia histórica que alumbró el precepto.

El elemento sistemático consiste en tomar en consideración todo el conjunto de la ley, por sus
principios básicos, por su orientación doctrinal y en atención a todas las disposiciones que se
relacionen con el punto que se trata de esclarecer. El Derecho positivo constituye realmente
un sistema, aunque no tan perfecto como los sistemas científicos. Por eso, para averiguar la
idea contenida en un precepto, es necesario relacionar las normas con las otras que componen
el sistema y, particularmente, con las que tratan de la misma institución. Es frecuente que una
disposición contenida en otra rama del Derecho puede ser útil para interpretar un artículo del
Código Penal: por ejemplo art. 151. en cuanto alude «al que matare a su ascendiente,
descendiente o cónyuge», el art. 216, segundo apartado, que reprime al oficial público que sin
saberlo autorizase un matrimonio, «cuando su ignorancia, provenga de no haber llenado los
requisitos que la ley prescribe para la celebración de un matrimonio», etc.

El elemento histórico comprende no sólo el conjunto de condiciones que históricamente


dieron nacimiento al principio, sino también el proceso sufrido por el precepto mismo hasta
transformarse en ley. En tal sentido, tienen valor los trabajos preparatorios de las leyes, las
discusiones parlamentarias, las exposiciones de motivos, la actas o informes de comisiones,
pero solamente aquellas que realmente hayan determinado un criterio en ella.

El elemento comparativo extranjero resulta de la comparación entre la disposición de nuestro


derecho positivo con la análoga de otros países cuando, la legislación nacional o una parte de
ella, se ha basado o inspirado en la legislación extranjera. Nuestro C. P., por ejemplo ha
seguido al C. P. argentino de 1921, que a su vez se inspiró en el C. P. italiano de 1889; y así,
el conocimiento de éstos, su aplicación e interpretación, han de ser de suma utilidad para la
interpretación del nuestro.

El elemento extra-penal considera el régimen político-social que motivó la ley y dentro de


cuyo medio debe aplicarse. La ley aparece desprovista de alma para un juez que no tome en
cuenta este elemento. El intérprete no ha de olvidar que el Derecho sólo se produce por la ley;
pero que para interpretarla hay que acudir también a las normas de cultura del país.

El elemento extrajurídico, pretende lograr el esclarecimiento de los términos y palabras de


procedencia extraña a la jurídica que concluyen en la redacción de la ley. Por ejemplo: los
términos “anomalía psíquica”, “grave alteración de la conciencia”, “alteraciones en la
percepción” utilizados en el artículo 20º núm. 1 del Código Penal , deben ser interpretados de
acuerdo a puntos de vista médicos, sociológicos y criminológicos.

Más que consideraciones lógicas, son las teleológicas las que juegan un rol principal. La
interpretación de una ley debe estar en armonía con la finalidad y representación que de la
justicia posea el ordenamiento jurídico, allí donde sea posible. Así pues, la interpretación
debe elegir un significado que se acerque en la mayor medida posible a la idea de justicia
dominante en la comunidad . Pero, no debemos olvidar que nuestro Derecho penal responde a
una verdad legal –obtenida durante un proceso judicial, el que debe respetar los
procedimientos establecidos por la ley- que no siempre es justa pero, debe tender a ella.

c) Por sus resultados, se divide en declarativa, restrictiva, extensiva, progresiva.

1.- Declarativa:
Es aquella cuando las palabras de la ley dicen con precisión lo que el texto quería y debía
decir, de modo que el intérprete no puede ni ampliar, ni restringir el alcance de su significado
literal y cualquier duda se resuelve con la exacta correspondencia entre el texto de la ley y la
voluntad del Legislador; debe entenderse entonces que la ley se comprende como surge de
sus palabras.

2.- Restrictiva:

Surge cuando la palabra de la ley excede la voluntad de la misma y, por tanto, se debe
reconducir. Por ejemplo: el artículo 147º del Código Penal , sobre sustracción de menor,
establece que la persona actúa mediando relación parental, cuál es esta relación, debemos
entonces interpretar en forma restrictiva este concepto. Otro ejemplo, lo encontramos en el
artículo 126º, el cual señala responsabilidad sólo sobre el sujeto que omitió prestar socorro a
una persona que ha herido o incapacitado, poniendo en peligro su vida o su salud, no se
incluye a la persona que creó la situación de peligro para la persona.

Esta forma de interpretación tiene lugar cuando el alcance de las palabras contenidas en la ley
se reduce por considerar el intérprete que su pensamiento y voluntad no permiten atribuir a su
letra todo el significado que esta podría contener. La norma deberá interpretarse en forma
restrictiva toda vez que perjudique al imputado de una acción punible (indubio pro-reo).
Cuando la palabra de la ley excede lo que se quería decir, y por consiguiente corresponde
reconducir la fórmula verbal a los límites de su voluntad.

3.- Extensiva:

Surge cuando se amplía el significado natural de las palabras empleadas, para hacerlas
coincidir con la voluntad de la ley. Esto se da porque, pareciera que ciertos supuestos no están
incluidos dentro del alcance de la ley, en otras palabras, la ley dice menos de lo que quiere
decir. Por ejemplo, cuando el artículo 20º núm. 3 del Código Penal , referido a la legítima
defensa trata el punto de la necesidad racional del medio empleado, no quiere decir que el
medio debe ser igual al que usa el agresor sino que, bajo las circunstancias que se han
producido, el comportamiento realizado era la única manera de lograr una efectiva defensa.
Por ejemplo, si me ataca Mike Tyson no voy a defenderme con los puños, sino con cualquier
medio que esté a mi alcance para defenderse (una pistola, un cuchillo, una botella, etc.). Otro
ejemplo, lo podemos ver respecto del artículo 139º del Código Penal (bigamia), el cual
establece como supuesto de hecho: “el casado que contrae matrimonio”, se puede incluir la
hipótesis de que el casado contraiga varios matrimonios.

Es cuando se amplía el natural y obvio alcance de la ley, de manera que por encima de su
tenor literal aparezca su verdadero espíritu; pero esta interpretación no puede sobrepasar el
límite de la voluntad de la ley. Y si fuera así se violaría el principio de legalidad, lo que se
pretende, en sí es descubrir los verdaderos alcances de la ley penal; será aplicable siempre y
cuando favorezca al presunto culpable. Cuando se amplía el significado natural de las
palabras empleadas, para hacerlas coincidir con lo que se quería decir, pero no se dijo en
forma adecuada.

4.- Progresiva.

Como la sociedad está en constante cambio, las normas deben adaptarse a las situaciones que
se vayan presentando tanto en el ámbito científico, jurídico y social para armonizar la
seguridad jurídica. Es la que atiende a los elementos cambiantes de cultura, de costumbre y
de medio social, comprendidos en la ley o supuestos por ella, y evoluciona de acuerdo con
esos factores, aún cuando la redacción del precepto permanezca inalterada.

Según JIMÉNEZ DE ASÚA:

El juez no puede ser ajeno a las transformaciones sociales, científicas y juridicas. La


ley vive y se desarrolla en ambientes que cambian y evolucionan y, si no queremos
estar reformando de un modo frecuente, preciso es que la adapte, como su propia
voluntad permite, a las nuevas necesidades de la época.

Para MEZGER la meta de la interpretación es la adaptación de la ley a las necesidades y


concepciones del presente. Escribe:

Ninguna rama del Derecho y por lo tampoco el Derecho penal- es algo fijo e
inalterable dentro del marco de la ley, que sólo hubiera de contemplar de modo
retrospectivo la época en que la ley surgió. En realidad es algo viviente y por ello, en
constante cambio. La principal tarea de la interpretación consiste en poner de
acuerdo la ley del pasado con las necesidades y concepciones del presente,
estableciendo de este modo la conexión de ayer con el hoy. Así resulta que los
conceptos preceptos que hemos obtenido de la ley cambian en el curso de los años
sin que la ley misma necesite cambiar en su texto.

Interpretación analógica de la Ley penal

En el ordenamiento penal está prohibida la analogía (artículo III del Título Preliminar del
Código Penal). Las leyes penales no pueden ser aplicadas a supuestos distintos de aquellos
para los que están previstos.

La analogía consiste en aplicar la ley a supuestos no contemplados en ella pero similares a los
que la ley describe. La analogía no es una forma de interpretación de la ley, sino de creación
de la misma. La analogía trata de que, una vez interpretada la ley –es decir, una vez
establecido los supuestos que contiene-, se extienden sus consecuencias a otros supuestos no
contenidos, pero similares o análogos.
La interpretación analógica no entraña la creación de un nuevo supuesto, sino deducir uno de
análoga existencia en la ley y previamente autorizado por el contexto de la ley penal, es decir,
el legislador ha comprendido que la fórmula casuística empleada no ha podido prever todos
los casos. Por ejemplo: el artículo 46º del Código Penal , sobre las bases para determinar la
pena, establece que se tendrán en cuenta los numerales de dicho artículo pero, esta
enumeración no es cerrada. Otros ejemplos, los encontramos en los artículos 108º núm. 4 y
170º del Código Penal, el primero, referido al delito de asesinato, en el cual encontramos la
fórmula: “(…) o por cualquier otro medio capaz de poner en peligro la vida o salud de otras
personas”; el segundo, se refiere al delito de violación de la libertad sexual, en el que se
utiliza la fórmula “(…) practicar el acto sexual u otro análogo” .

Conforme nos lo indica el profesor Roxin : “La prohibición de la analogía plantea la tarea de
tener que delimitar la interpretación fiel a la ley, que está permitida, de la analogía creadora
de derecho, que está prohibida”. Todos los puntos tratados nos pueden ayudar a interpretar la
ley penal pero, en esencia la interpretación de la ley penal está dirigida a la protección de los
bienes jurídicos que ha recogido nuestro ordenamiento penal.

Por tal razón, debemos tener en cuenta el fin de la ley penal, el cual se centra en evitar que los
individuos cometen delitos. Esto tiene relación directa con los fines de la pena, los que se
explican de acuerdo a las teorías de la prevención general y especial :

1. Prevención general.- la cual tiene dos aspectos, uno positivo enfocado en reforzar los
valores de la sociedad y otro aspecto negativo que consiste en amenazar con una
sanción la realización de las conductas establecidas como prohibidas dentro de la
sociedad. La prevención general debe aplicarse antes de que se cometa el delito, se
quiere motivar al sujeto para que de una u otra forma no realice conductas típicas.
2. Prevención especial.- Se centra en el momento posterior a la comisión de un delito,
busca resocializar al delincuente, mediante diversos tratamientos terapéuticos, se
quiere hacer comprender al sujeto que su conducta es errada y, que compromete a
toda la sociedad, la cual lo requiere como un ser productivo que pueda desarrollarse
armónicamente con sus conciudadanos.

Cuando el magistrado tenga en cuenta todos estos aspectos realizará una correcta
interpretación de las leyes penales.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

INTERPRETACIÓN DE LA LEY PENAL, explicado por Luis a. bramont arias. (2022, 31 marzo). lp
pasion por el derecho .recuperado 21 deseptiembre de 2022 , de
HTTPS://LPDERECHO.PE/INTERPRETACION-LEY-PENAL-LUIS-A-BRAMONT-ARIAS/#:
~:TEXT=2.-,CLASES%20DE%20INTERPRETACI%C3%B3N,JURISDICCIONAL%20Y%20
DOCTRINAL%20O%20PRIVADA

INTERPRETACIÓN DE LA LEY PENAL. (2008, 12 junio). Derecho & Sociedad. Recuperado 21 de


septiembre de 2022, de http://blog.pucp.edu.pe/blog/derysoc/2008/06 /12/interpretacion-
de-la-ley-penal/

INTERPRETACIÓN DE LA LEY PENAL,. (s. f.). Bitstream. Recuperado 21 de septiembre de


2022, de https://dspace.uazuay.edu.ec/bitstream/datos/699/1/05631.pdf

Interpretación de la Ley Penal. (2003, 3 julio). Monografias.com. Recuperado 5 de octubre de


2022, de https://www.monografias.com/trabajos13/interley/interley

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