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Prueva 3 Penal

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VII.

EXEGESIS O INTERPRETACIÓN DE LA LEY PENAL

Uno de los temas más importantes en cuanto a la Teoría de la Ley Penal, consideramos que es
su interpretación, por cuanto que de ella la de veces depende su buena o mala aplicación, y de
su aplicación depende la libertad y hasta la vida de muchas personas, he aquí la característica
que hace que el Derecho Penal sea la rama más delicada de todas las ciencias jurídicas sin
menospreciar, desde luego, a las otras ramas del Derecho que por demás está explicar su
importancia. Es tan delicado el acto de interpretar la Ley Penal que en principio algunos
clásicos sostuvieron la tesis de que no debía ser interpretada sino únicamente aplicada; al
respecto, el Marqués de Beccaria decía:

"Tampoco la autoridad de interpretar las Leyes Penales, puede residir en los jueces criminales,
por la misma razón que no son legisladores":

Sin embargo, el criterio que más ha dominado hasta nuestros días es el contrario, así,
Sebastián Soler considera que negar la necesidad de interpretar las leyes es como negarles la
aplicación o como creer que la ley actúa por sí misma o como afirmar que el acto del juez no es
psíquico, sino mecánico. El problema consiste en determinar las condiciones de validez de esa
interpretación, conforme con la naturaleza del Derecho Penal. Vicenzo Manzini -citado por
Soler- expresa que la interpretación, aunque a veces aparezca evidente, es siempre necesaria,
ya que la fórmula que expresa la voluntad de la ley tiene necesariamente carácter general y
abstracto.

En nuestro ordenamiento jurídico, es la Ley del Organismo Judicial en su artículo 10 la que


establece las reglas y la forma como debe interpretarse la ley en nuestro país, el cual
comentaremos en su oportunidad, más adelante.

1. DEFINICIÓN DE EXÉGESIS

La exégesis, (interpretación) de la Ley Penal, es un proceso mental que tiene como objeto
descubrir el verdadero pensamiento del legislador (teoría de la Escuela Exegética), o bien
explicar el verdadero sentido de una disposición legal. Según opinión del profesor Palacios
Motta, la interpretación jurídica tiene como finalidad descubrir para sí mismo (comprender) o
para los demás (revelar) el verdader pensamiento del legislador o explicar el sentido de una
disposición legal. Sin embargo -apunta Soler al respecto, no se investiga, propiamente
hablando, la voluntad del legislador, sino la voluntad de la ley, La voluntad de la ley vale más
que la voluntad del legislador, no basta que el legislador quiera hacerle decir una cosa a la ley,
para que ésta efectivamente la diga. Interpretar es una operación que consiste en buscar no
cualquier voluntad que la ley puede contener, sino la verdadera. La interpretación de la ley-
para Raúl Carranca y Trujillo-, pertenece a la estática del Derecho. mientras su aplicación
pertenece a la dinámica del mismo.
2. CLASES DE INTERPRETACIÓN DE LA LEY PENAL

Una de las clasificaciones que más acogida ha tenido en nuestro medio es la que se plantea,
desde tres puntos de vista:

2.1 Desde el punto de vista del intérprete

Es decir, de quien realiza la interpretación.

2.1.1 Interpretación auténtica

Es la que hace el propio legislador, en forma simultánea o posteriormente a la creación de la


ley; es simultánea la que hace en la propia ley, ya sea en la exposición de motivos o en el
propio cuerpo legal. Como ejemplo de ésta tenemos el artículo 27 del Código Penal, incisos 2,
3, 14, 23 y 24 (Circunstancias Agravantes), en el que el legislador explica que debe entenderse
por Alevosía, Premeditación, Cuadrilla, Reincidencia y Habitualidad. Lo más importante de esta
clase de interpretación es que es obligatoria para todos.

2.1.2 Interpretación doctrinaria

Es la que hacen los juspenalistas, los doctos, los expertos. Los especialistas en Derecho Penal,
en sus tratados científicos, o dictámenes científicos o técnicos Que emiten, tiene la
particularidad de que no obliga a nadie a acataría, pero e importante porque los penalistas que
conocen y manejan la dogmática jurídica mantienen entrelazada la doctrina con la ley (la
teoría con la práctica).

2.1.3 Interpretación judicial o usual

Es la que hace diariamente el juez al aplicar la ley a un caso concreto. Esta interpretación
corresponde con exclusividad a los órganos jurisdiccionales y la ejercitan constantemente al
juzgar cada caso por cuanto resulta ser obligatoria por lo menos para las partes. Se considera
que es la más importante y la más delicada, y en tal virtud, es conveniente que los jueces
penales sean obligadamente especialistas en la materia, ya que de ellos depende en última
instancia la aplicación de la recta y debida justicia penal, tarea por demás difícil que cuando se
hace con conciencia y con ciencia dignifica y ennoblece de lo contrario, corrompe y perjudica.

2.2 Desde el punto de vista de los medios para realizarla

Es decir, cómo puede hacerse la interpretación:

2.2.1 Interpretación gramatical


Es la que se hace analizando el verdadero sentido de las palabras en sus acepciones común y
técnica, de acuerdo con su uso y al Diccionario de la Real Academia Española.

"Esta interpretación busca también la relación de las palabras con las otras palabras que
forman el texto interpretado, tomando en cuenta hasta los puntos y comas" [Palacios Motta,
1980: 108].

Como ejemplo de esta clase de interpretación, el artículo 11 de la Ley del Organismo Judicial
establece:

"Las palabras de ley se entenderán, de acuerdo con el Diccionario de la Real Academia


Española, en la aceptación correspondiente...".

y el mismo cuerpo legal dice: "Las palabras técnicas utilizadas en la ciencia, en la tecnología o
en el arte, se entenderán en su sentido propio, a menos que aparezca expresamente que se
han usado en sentido distinto" (Corresponde al artículo 11 actual).

2.2.2 Interpretación lógica o teleológica

Excede el marco de lo puramente gramatical; constituye una interpretación más Íntima y


profunda que sobrepasa la letra del texto de la ley para llegar a través de diversos
procedimientos teleológicos, racionales, sistemáticos, históricos, político-sociales, etc., al
conocimiento de la "ratio legis" (razón legal), para la cual fue creada la ley, es decir, el fin que
la ley se propone alcanzar, lo cual es tarea del juzgador. La interpretación tiene carácter
teleológico, no porque el intérprete se proponga fines al aplicar la ley, sino porque trata de
conocer y realizar los fines que la ley contiene, que son valores objetivos. "Frente a los valores
no hay libre albedrío", dice Aloys Mullur, ante el fin de la ley, el juez sólo un fin puede
proponerse, el de hacerla valer [Soler, 1970: 140]. Cuando, agotada la interpretación
gramatical, existen pasajes obscuros que sea necesario aclarar, el artículo 10 de la Ley del
Organismo Judicial presenta varias reglas de interpretación atendiendo a un orden específico,
desde la interpretación lógica (teleológica), hasta la interpretación por medios indirectos. El
precepto legal dice: el conjunto de una ley servirá para ilustrar e interpretar el contenido de
cada una de sus partes; pero los pasajes obscuros de la misma se podrán aclarar, atendiendo al
orden siguiente:

a) A la finalidad y al espíritu de la misma;

b) A la historia fidedigna de su institución (Interpretación histórica);


c) A las disposiciones de otras leyes sobre casos análogos (Interpretación analógica); y

d) Al modo que aparezca más conforme a la equidad y a los principios generales del Derecho
(Interpretación por medios indirectos).

2.3 Desde el punto de vista del resultado

Es decir, qué se pretende obtener con la interpretación:

2.3.1 Interpretación declarativa

Se dice que la interpretación es declarativa, cuando no se advierte discrepancia de fondo ni


forma entre la letra de la ley y su propio espíritu; de tal manera que la tarea del interprete
aquí, es encontrar plena identificación y absoluto acuerdo entre la letra de la ley y el espíritu
para la cual fue creada. Debe concordar la interpretación gramatical con la interpretación
lógica.

2.3.2 Interpretación restrictiva

Se da cuando el texto legal dice mucho más de lo que el legislador realmente quiso decir, con
el fin de buscar verdadero espíritu de la ley, ha de interpretarse restrictivamente, limitando o
restringiendo el alcance de las palabras de modo que el texto legal se adecue a los límites que
su espíritu exige (véase Art. 14 párrafo 2. del CPP).

2.3.3 Interpretación extensiva

Se da cuando el texto legal dice mucho menos de lo que el legislador realmente quiso decir,
con el fin de buscar el verdadero espíritu de la ley, ha de interpretan se extensivamente,
dando al texto legal un significado más amplio (extenso) que el estrictamente gramatical, de
modo que el espíritu de la ley se adecue al texto legal interpretado.

2.3.4 Interpretación progresiva

Se da cuando se hace necesario establecer una relación lógica e identificar el espíritu de la ley
del pasado con las necesidades y concepciones presentes, de tal manera que sea posible
acoger al seno de la ley información proporcionada por el progreso del tiempo, (esto mientras
no sea necesario reformar, derogar o abrogar la ley) ya que la "ratio" de la ley siempre debe
actualizarse.

XII.

LA EXTRADICIÓN

1. DEFINICIÓN

Es el acto en virtud del cual el gobierno de un Estado entrega al de otro un sujeto a quien se le
atribuye la comisión de un determinado delito para someterlo a la acción de los tribunales de
justicia de éste [Puig Peña, 1959: 211].

2. SU IMPORTANCIA Y SU NATURALEZA

Contemporáneamente, la extradición, como una institución jurídico-penal internacional, juega


un papel de primer orden por cuanto -según Jiménez de Asúa, los países del mundo cada vez
tienden a no ejecutar las sentencias extranjeras, por un lado, y por otro, dada la rapidez y
multiplicidad de medios de comunicación existentes, sin la extradición los delincuentes
escaparían a la justicia penal fácilmente, con sólo refugiarse en un país distinto. El Marqués de
Olivart-citado por Puig Peña-, dice:

"Proclamada la existencia de la comunidad jurídica internacional, interesa a todos los Estados


la reparación del orden y la conservación de la justicia. Si el crimen es hoy por desgracia, un
mal internacional. ¿Por qué no ha de ser también de este orden su represión: es que se
pusieron las fronteras para impedir el castigo de los facinerosos?".

Sin embargo, no siempre fue reconocida universalmente la legalidad de la extradición; muchos


se pronunciaron en contra argumentando que atenta contra el derecho del libre acceso al
territorio de un Estado, y contra el derecho de habitar donde se quiera, pero el criterio general
hoy en día ha sido a favor de la misma; así se ha dicho por ejemplo, que es un deber de
cortesía internacional entre los Estados (Phillimore); que es un acto de reciprocidad jurídica
(Garraud); que es un acto de asistencia jurídica internacional (Von Liszt y Kobler), que es deber
de los Estados (Riquelme); sin embargo, el argumento más generalizado y aceptado se orienta
en la realización de la defensa social contra el delito basado en un fundamento de justicia
intrinseca (Gutey, Grocio y Covarrubias).
Contemporáneamente, y para la mayoría de los Estados modernos, la extradición es una
verdadera institución de Derecho, basada en tratados y convenios internacionales y en leyes
especiales sobre la materia. En Guatemala esta institución se fundamenta en lo que
establecen: el artículo 27 de la Constitución Política de la República, el artículo 8º del Código
Penal, los artículos 34 al 381 del Código de Derecho Internacional Privado o Código de
Bustamante, que también es ley en el país, por haber sido aprobado por el Decreto 1575 de la
Asamblea Nacional Legislativa del 10 de abril de 1929 y ratificado por el Ejecutivo el 9 de
septiembre del mismo año. Para el Código de Bustamante, la extradición es un acto de
asistencia jurídica internacional por medio de la cual los Estados se prestan un auxilio penal en
el nivel mundial.

3. CLASES DE EXTRADICIÓN

Doctrinariamente, esta institución se ha clasificado de la manera siguiente:

a) Extradición activa. Se da cuando el gobierno de un Estado, solicita al otro la entrega de un


delincuente (Extradición propia).

b) Extradición pasiva. Se da cuando el gobierno de un Estado, mediante la solicitud de otro,


entrega a un delincuente para que sea juzgado en el país requirente (Extradición propia).

c) Extradición voluntaria. Se da cuando el delincuente voluntariamente se entrega al gobierno


del Estado que lo busca para someterse a la justicia penal (Extradición improrpia).

d) Extradición espontánea. Se da cuando el gobierno del Estado donde se encuentra el


delincuente, lo entrega espontáneamente sin haber sido re- querido para ello con
anterioridad.

e) Extradición en tránsito. No es más que el "permiso" que concede el gobierno de un Estado


para que uno o más delincuentes extraditados pasen por su territorio, por lo que el Código de
Derecho Internacional Privado (de Bustamante), lo considera como mero trámite
administrativo en su artículo 375.7

f) La reextradición. Surge cuando un primer Estado pide la entrega al país que lo había
extraído, basándose (el tercer Estado), en que el delincuente cometió un delito en su territorio
antes que cometerlo en el país que logró primero su extradición.
Para resolver el problema que se puede dar con la extradición, el Código de Derecho
Internacional Privado establece:

"Si varios Estados contratantes solicitan la extradición de un delincuente por el mismo delito,
debe entregarse a aquél en cuyo territorio se haya cometido primero" (artículo 347);

"Si todos los hechos imputados tuvieren igual gravedad será preferido el Estado contratante
que presente primero la solicitud de extradición.

De ser simultáneas, decidirá el Estado requerido, pero debe conceder la preferencia al Estado
de origen o, en su defecto, al del domicilio del delincuente, si fuere uno de los solicitantes"
(artículo 349).

4. FUENTES DE EXTRADICIÓN

Se ha dicho en la doctrina jurídica que las primeras formas de extradición datan del antiguo
Oriente donde existieron viejos convenios sobre la misma, sin embargo, considera que la
extradición tuvo o su origen en la costumbre y la reciprocidad, y luego fue perfeccionada en los
tratados internacionales y en las leyes internas de los diversos Estados; de ahí que las
principales fuentes de esta institución las encontramos en el Derecho Interno y en el Derecho
Internacional.

4.1 Derecho Interno


Dentro de este Derecho, la extradición tiene su fuente en los Códigos Penales (Artículo 8º
Código Penal de Guatemala), y en las Leyes Penales Especiales sobre la misma,

4.2 Derecho Internacional


Dentro de este Derecho tenemos:

a) Los tratados de extradición. Constituyen la más importante fuente ordi- naria, que consiste
en acuerdos o convenios que se llevan a cabo entre los gobiernos de diferentes Estados, y por
el cual se obligan recíprocamente a entregarse determinados delincuentes previo a cumplir
ciertos trámites, y

b) Las declaraciones de reciprocidad. Generalmente surgen cuando no existen tratados de


extradición, en las cuales se conviene en que el Estado demandante (de la extradición), se
compromete con el requerido conceder la extradición cuando exista un caso análogo, (hoy por
mí mañana por ti).

5. PRINCIPIOS QUE RIGEN LA EXTRADICIÓN COMUNES A TODOS LOS TRATADOS


Generalmente todos los tratados de extradición contemplan los siguientes Principios:

a) La no entrega de nacionales (por razones de dignidad nacional, salvo pacto de


reciprocidad).

b) La exclusión de faltas o contravenciones, es decit, sólo opera para los delitos o crímenes.

c) La exclusión de los delitos políticos o comunes conexos.

d) La exclusión de delincuentes político-sociales.

e) La exclusión de desertores.

f) La no aplicación de pena distinta al extraditado, de la que dice la Ley Penal Interna.

Los países que han celebrado tratados de extradición con Guatemala son los siguientes:
Bélgica, España, Estados Unidos, México y las repúblicas centroamericanas.

6. PRINCIPIOS OBSERVADOS EN LOS TRATADOS FIRMADOS POR GUATEMALA


Generalmente los tratados internacionales firmados por Guatemala, con res- pecto a la
extradición, han contenido los siguientes elementos:

6.1 Con respecto al delito


a) Fuera del tratado no hay delito por los que puede concederse la extradición (Nulla Traditio
Sine Lege); doctrina dominante, considera que cuando el delito por que se persigue al
delincuente no esté consignado expresamente en el tratado, basta el exilio a que se somete el
propio delincuente como pena para el mismo.

b) No podrá concederse la extradición cuando el hecho no esté calificado como delito por la
ley nacional y la ley de los países suscriptores.

c) Podrán ser objeto de extradición sólo los procesados por delitos cuya pena sea mayor de un
año de prisión. Y, generalmente se concede u otorga en delitos que atentan contra la vida,
contra la propiedad, contra el pudor, contra la fe pública, contra la libertad y seguridad
individual.
d) Sólo procede la extradición en caso de delitos comunes, se excluyen los delitos políticos y
comunes conexos. Franz Von Liszt considera que con este principio se deja actuar
impunemente al delincuente político que desde otro país conspira sin ninguna preocupación
en contra de su patria. La mayoría de especialistas se pronuncian a favor de este Principio por
cuanto que el delito político sólo afecta al gobierno de turno, por un lado, y por otro no
constituye peligro alguno para el país donde se refugia.

c) No se concede la extradición por delitos sociales; considerándose como delincuente social


aquel que atenta contra la organización institucional del Estado. Un fuerte sector de la
doctrina considera que estos delitos si deben ser objeto de extradición.

f) La deserción como Delito del fuero penal militar no puede ser objeto de extradición.

g) No se puede conceder la extradición por faltas.

6.2 Con respecto al delincuente


a) Por la extradición se pueden entregar a los autores y cómplices de los delitos comunes, se
exceptúan los desertores, los delincuentes políticos y ante todo, la entrega de connacionales.
La mayoría de países regulan la no entrega de sus nacionales, salvo casos de países como
Inglaterra y Estados Unidos que sí lo admiten. El Código de Derecho Internacional Privado o de
Bustamante, establece que: "los Estados contratantes no están obligados a entregar a sus
nacionales"; y Guatemala es signataria de este Código; no obstante, lo hace con países con los
que tiene tratado.

b) Los delincuentes militares tampoco pueden ser extraídos cuando sus hechos se asimilen o
asemejen a la delincuencia política.

c) Quedan excluidos los delincuentes políticos.

6.3 Con respecto a la pena

a) En ningún caso se impondrá o se ejecutará la pena de muerte por delito que hubiese sido
causa de extradición (artículo 378 del Código de Bustamante). Los paises que han suprimido la
pena de muerte de su legislación penal interna, al firmar un tratado de extradición condicionan
la entrega del delincuente a que se conmute dicha pena por inferior, en caso contrario la
extradición no se concede. la inmediata

b) La extradición no se concede cuando el acusado ha sido absuelto o cuando la acción penal


para perseguir el delito o para ejecutar la pena ya prescribió, o cuando la pretensión penal del
Estado se extinguió por cualquier motivo (artículos 358 y 359 del Código de Bustamante).

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