Sharon Cadenas
Sharon Cadenas
Sharon Cadenas
o Introducción
o Introducción a los Hongos:
¿Qué son los hongos?
Clasificación taxonómica de los hongos
Tipos de hongos
Estructura de un hongo
o El hongo y su introducción a la medicina: Roxalis
Origen. Rodríguez
El papel de los hongos en la medicina nativa
Empleo de los hongos alucinógenos como concepción
negativa
Redescubrimiento de los hongos sagrados: de la Nohely Sosa
clandestinidad a la fama
Los hongos y su influencia en la medicina actual
La otra realidad: Efectos nocivos de los hongos en los
humanos
o El hongo como alimento saludable
o Hongos comestibles como alternativa para mejorar productos Luisamar
alimenticios Becerra
o El cultivo de hongos y sus beneficios nutritivos Rosharlin
¿Por qué deberían cultivarse hongos? Escalona
¿Qué factores hay que tomar en cuenta en el cultivo de Melanie
hongos? Maldonado
o Índice de cultivo de hongos comestibles en países
latinoamericanos
o Agaricus bisporus (El Champiñón) Yenire Mendoza
o Pleurotus albidus (Hongo blanco patón) Alexandro Pérez
o Psilocybe cubensis (Cucumelo) Yuliannys
Moreno
o Grifola frondosa (Maitake) Caterine Aguilar
o PIN: positivo, interesante y negativo de los hongos
medicinales, alucinógenos y comestibles.
o Conclusión
Reflexión
Empecemos por analizar el estado de nuestra relación con la que llamamos madre
naturaleza. Como nuestra madre, probablemente esté muy triste por la forma en que la
hemos tratado en los últimos cien años, como producto de la modemidad. Los seres
humanos nos hemos desligado tanto de nuestra madre naturaleza que nos sentimos
ajenos a ella, y más que como madre la tratamos como un exnovio, siguiendo con
nuestras vidas como si ella no existiera. Cualquier cosa que pueda sucederle no nos
afecta y negamos cualquier consecuencia que puedan generarle nuestras acciones.
Hemos generado respecto a ella una desconexión inconsciente, y de forma inconsciente
también la hemos enfermado con patologías que hoy están en boca de todos, entre ellas
el calentamiento global, la desertificación, la eutrofización de los acuíferos y la pérdida
de la biodiversidad. Estos temas, tratados como “problemas ambientales”, son solo los
síntomas de una enfermedad inconsciente que la sociedad desconoce o pretende no
conocer. ¿Aún estamos a tiempo de emendar nuestros errores?
Introducción
Las sociedades humanas desde tiempos históricos han tendido que buscar
alternativas para satisfacer sus necesidades básicas: vestido, vivienda y comida, esto con
el fin de sobrevivir a la cadena alimenticia del “más fuerte”. En su búsqueda, fueron
descubriendo elementos que facilitaron su supervivencia: el fuego, la representación con
pinturas hecha con pulpas de frutas, cómo construir armas que le sirvieran para la caza y
una serie de especies que podían consumirse al igual que otras plantas, que podían
acercarlos con sus deidades y que mucho tiempo después sería capaz de salvar millones
de vidas de las garras de bacterias agresivas, especies que hoy llamamos hongos.
Al hablar de hongos lo primero que podemos imaginar son los de tipo “sombrero”,
como por ejemplo el champiñón (Agaricus bisporus), pero este es una de las tantas
especies existentes dentro de este grupo de seres vivos, pues, poseen una cantidad
inmensa de colores, formas, texturas y tamaños. En este sentido, los hongos constituyen
uno de los mayores grupos de seres vivos y existen en prácticamente todos los hábitats,
incluso algunos bajo el agua. Actualmente, se conocen alrededor de 100.000 especies
diferentes, del estimado de más de un millón de especies totales del planeta Tierra.
Estos organismos han sido clasificados en un reino distinto al de las plantas y de los
animales, sin embargo, se encuentran muy relacionados entre sí. En este sentido, los
hongos llevan vidas inmóviles e insensibles como las plantas, además producen esporas
(sexuales y asexuales) para su multiplicación y reproducción; pero también son
organismos heterótrofos, es decir, necesitan del consumo de otros organismos para
subsistir. En este caso, primero descomponen su alimento en pequeñas moléculas que
después absorben a través de las membranas de sus células.
Los hongos se originan a partir de esporas, estas células cumplen la misma función
que las semillas de las plantas, y cuando encuentran las condiciones adecuadas de
humedad, temperatura, luz y nutrientes germinan y producen hifas, que constituyen la
estructura fundamental de los hongos. Se pueden ver creciendo en forma de “estante”
(véase anexo 1 y 2), sobre troncos de árboles en pie o caídos, en forma de “copas”
(véase anexo 3 y 4), o incluso en forma de “estrella” (véase anexo 5). Sin embargo, el
verdadero cuerpo del hongo, conocido como micelio, está compuesto por largos
filamentos denominados hifas. Si miramos al microscopio el sustrato sobre el que
crecen (como la tierra o la madera), encontraremos que está invadido por las hifas. Lo
que comúnmente se llama “hongo”, son los cuerpos fructíferos de los mismos,
encargados de producir las esporas cuya función es la reproducción sexual.
Los hongos no son un grupo monofilético natural. Esto quiere decir que no todos los
organismos incluidos dentro de este grupo han evolucionado a partir de una población
ancestral común. Por esta razón, las características usadas para agruparlos, como su
heterotrofismo, formación de esporas, presencia de quitina en sus paredes y la falta de
cuerpos complejos con órganos, pueden ser el resultado de una evolución convergente y
no de tener un antecesor común.
Tipos de hongos:
o Setas: Se refiere al tipo de hongo más prototípico para las personas, más
directamente a las parte más externa del hongo, es decir, la correspondiente a su
fructificación y que suele tener forma de paraguas o sombrero. En este tipo
pueden integrarse:
Estructura de un hongo:
Los hongos se estructuran de la siguiente forma:
Cuerpo vegetativo: Esta estructura interna lleva a cabo las funciones del hongo
en su fase vegetativa y es importante para que el organismo pueda llevar a cabo
su desarrollo. Entre estas se pueden distinguir:
o Hifas: Son filamentos similares a hilos. Cada hifa consiste en una o más
células rodeadas por una pared celular tubular compuesta de quitina, un tipo
de carbohidrato, externa a la membrana celular.
o Septos: Las hifas de la mayoría de los hongos se dividen en células mediante
paredes internas llamadas septos, que usualmente tienen pequeños poros lo
suficientemente grandes para permitir que los ribosomas, mitocondrias y, a
veces, el núcleo circule en las células.
o Micelio: Es el conjunto de hifas, que se unen sin ningún orden en una maraña
filamentosa. Existen dos tipos de micelios:
• El micelio primario haploide: necesita otro micelio primario haploide
para que se forme un micelio secundario de carácter diploide.
• El micelio secundario diploide: este micelio es esencial para los
ecosistemas, pues ayuda a degradar materia orgánica de desecho.
Un micelio puede variar en tamaño desde ser microscópico a ser muy grande,
y un dato interesante es que uno de los organismos vivientes más grandes en
la Tierra es el micelio de un hongo único. El hongo gigante cubre 8,9 km
cuadrados (3,4 millas cuadradas) en el bosque de Oregon, casi el tamaño de
una ciudad pequeña. Se estima que posee 2,400 años de edad y aún sigue
creciendo.