Neurociencia Exposicion
Neurociencia Exposicion
Neurociencia Exposicion
Se denomina Neurociencia:
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La Neuroeducación o Neurodidáctica es una nueva visión de la enseñanza que se basa en
aportar estrategias y tecnologías educativas centradas en el funcionamiento del
cerebro. Esta nueva disciplina educativa fusiona los conocimientos sobre neurociencia,
psicología y educación, con el objetivo de optimizar el proceso de enseñanza y
aprendizaje.
La Neurodidáctica o Neuroeducación puede definirse como una disciplina puente entre la
neurología y las ciencias de la educación, en la que la psicología educativa tiene un papel
clave.
Se trata de un proyecto de desarrollo científico en el que se quieren aunar los conocimientos
que tenemos acerca de cómo funciona el cerebro con lo que se sabe acerca de los procesos
educativos. Normalmente el ámbito en el que se centra la neuroeducación es la
educación en ámbitos escolares y académicos.
El cerebro está constituido por dos hemisferios, derecho e izquierdo, conectados entre sí por
una estructura denominada Cuerpo Calloso, formado por millones de fibras nerviosas que
recorren todo el cerebro. (https://psicoaula.es/about/).
Cada uno de los hemisferios está especializado en funciones y conductas diferentes, siendo
ambos hemisferios fundamentales para el ser humano, y con una relación inversa respecto
a nuestro cuerpo, ya que el hemisferio izquierdo coordina el movimiento de la parte derecha
del cuerpo, mientras que el hemisferio derecho coordina el de la zona izquierda.
((https://psicoaula.es/about/). Hemisferios (izquierdo y derecho) interactúan
coordinadamente durante el proceso de aprendizaje.
Hemisferio izquierdo
Hemisferio derecho
No verbal, tiene conocimiento de las cosas, pero con relación mínima con las palabras.
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Sintético, une las cosas para formar conjuntos o un todo.
Concreto, se relaciona con las cosas tal y como son en el presente
Analógico, ve semejanzas entre las cosas, comprende las relaciones metafóricas.
Atemporal, no tiene sentido del tiempo.
No racional, no necesita basarse ni en la razón ni en los datos.
Espacial, gracias a ello, es posible ordenar el espacio, generar imágenes mentales o construir
estructuras geométricas.
La memoria y el aprendizaje son dos caras de la misma moneda. No podemos aprender sin
memoria ya que consolidamos la información adquirida para recuperarla cuando es
necesario.
La memoria se puede definir en palabras de Blakemore (1988) como:
“El banco donde guardamos nuestros recuerdos como, por ejemplo, imágenes,
sonidos, olores, etc., en forma de señales electroquímicas. Es decir, ella nos
permite conservar, fijar, reconocer, evocar y localizar los hechos pasados.
También puede definirse a la memoria como la retención del aprendizaje o la
experiencia”.
«En el sentido más amplio, el aprendizaje es la adquisición de
conocimiento, y la memoria es el almacenamiento de una representación
interna de tal conocimiento».
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Existen distintos tipos de memoria que activan regiones cerebrales concretas que debemos
conocer para aplicar las estrategias educativas adecuadas.
Dichos tipos de memoria se dan en función del momento, circunstancia o impacto de un
evento. Sabemos que somos capaces de recordar mejores situaciones asociadas a un alto
impacto emocional, lo cual tiene un alto valor adaptativo. Pero ¿qué ocurre en situaciones
más normales o no tan emotivas?
En ese caso, hacemos uso de distintos tipos de memoria:
Una memoria implícita: asociada a los hábitos cognitivos y motores, inconsciente y que no
podemos verbalizar, en la que intervienen regiones subcorticales del cerebro. A través de la
práctica y de la repetición es como aprendemos a escribir, a tocar un instrumento musical o
las operaciones aritméticas básicas.
Cerebro y memoria
Una memoria explícita que origina recuerdos conscientes sobre nuestro conocimiento del
mundo y experiencias personales en la que intervienen otras regiones cerebrales: los
recuerdos conscientes a corto plazo se almacenan en la corteza prefrontal y el hipocampo
permite convertirlos en recuerdos duraderos que se irán almacenando en las distintas
regiones corticales.
Estos tipos de memoria son más flexibles y necesitan un enfoque más asociativo en el que la
reflexión, la comparación y el análisis adquieren un gran protagonismo.
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La memoria es un factor fundamental en el aprendizaje en general. Ella realiza las funciones
psicológicas más complejas y difíciles, nos suministra recuerdos para la formación de
nuevas ideas y soluciones. Es una parte crucial, sin ella las experiencias se perderían y las
personas no podrían beneficiarse de la experiencia pasada.
3.1 La memoria inmediata o sensorial: primera etapa del sistema de memoria donde
se ha fijado la información seleccionada para la retención de los procesos de registro.
Ella se compone de una capacidad limitada de almacenamiento (unos cuantos
segundos), de donde la información será transferida a un almacén más permanente.
En ausencia de repetición voluntaria, la información se pierde.
3.2 La memoria a corto plazo. Acerca de esta memoria, los autores consultados señalan
que «consiste en ver algo, pero reforzando eso que ves por lo que oyes; es decir, se
combina la audición con la visión». Así, ese recuerdo dura más que el de la memoria
inmediata, pero, siempre y cuando no sea interrumpido u obstaculizado por algo que
se diga y tenga parecido; por ejemplo, cuando usted llama por teléfono, usted ve el
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número, pero luego lo va susurrando para que no se le olvide hasta llegar al teléfono,
pero si en el camino alguien le habla o interrumpe diciendo un número parecido, falla
de inmediato la memoria, y olvida el número requerido.
3.3 La memoria a largo plazo: es la estructura en la que se almacenan recuerdos vividos,
conocimiento acerca del mundo, imágenes, conceptos, estrategias de actuación. Es
aquella que se retiene hasta toda una vida, y que para poder perdurar produce
cambios estructurales en el cerebro.
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un aprendizaje es la «motivación», así como las expectativas en la aplicación de las
actividades que promueven dicho aprendizaje.
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Fuente:https://www.um.es/sabio/docs-cmsweb/aulademayores/importancia_
de_la_atenciOn._texto.pdf
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Cada uno de estos tres elementos es imprescindible para obtener un buen aprendizaje. La
atención contribuye a mantener enfocados los procesos del comportamiento dirigido a
metas, incluyendo las acciones planificadas, la anticipación de consecuencias, el
mantenimiento de un propósito o comportamiento, así como la posibilidad de modificarlo y
el usar las metas como base para elegir qué aspectos del ambiente atender y qué acción va a
seleccionar.
Todo lo que aprendemos llega a nuestro cerebro a través de los sentidos. Pero para
proteger al cerebro de una sobrecarga de información, hay filtros que focalizan la atención
solo en la información sensorial importante en ese momento.
Se puede afirmar que sin atención no hay aprendizaje. Sin embargo, debemos tener en
cuenta que nuestra atención tiene un límite, según el cual solo podemos manejar un
máximo entre 7 y 10 unidades de atención de una sola vez. En cuanto este límite es
sobrepasado, la información nos confunde.
Hay una estrecha relación entre atención y memoria en el aprendizaje. La atención, tanto
la voluntaria como la involuntaria, es lo que permite el aprendizaje. El aprendizaje permite
que algo se transforme en memoria, y a su vez incide en qué cosas vamos a fijar la atención.
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Ello sugiere la importancia de generar climas emocionales positivos en los entornos
educativos en los que se asume con naturalidad el error, se coopera, se participa
activamente en el proceso de aprendizaje y en donde las expectativas -tanto de profesores
como de alumnos- son siempre positivas. Fortalecer el vínculo entre toda la comunidad
educativa debería ser una auténtica prioridad. Porque, desde el nacimiento, estamos
programados para aprender a través de la interacción social.
Los bebés, al poco de nacer, ya son capaces de imitar determinados gestos de los padres. Y
también disponemos de un sistema de recompensa cerebral asociado al
neurotransmisor dopamina que nos facilita aprender a través de todo aquello que nos
produce placer.
Este sistema que nos permite estar motivados de forma intrínseca y que está directamente
vinculado con regiones del cerebro imprescindibles para el aprendizaje, se activa mucho
cuando algo nos suscita la curiosidad, cuando cooperamos, cuando jugamos o
estudiamos juntos. En el caso concreto del juego, se ha visto que el reto asociado al mismo
y el feedback (retroalimentación) suministrado al jugar son dos elementos esenciales que
garantizan una mayor atención hacia los sucesos externos y, en definitiva, un mayor
aprendizaje (Howard-Jones et al., 2016).
Los adultos entran (o vuelven) al sistema de educación por varios motivos. Por ejemplo,
para:
•Reemplazar la enseñanza primaria o secundaria que no tuvieron o que abandonaron;
•Reemplazar la enseñanza primaria o secundaria que no tuvieron o que abandonaron;
•Adquirir habilidades básicas de educación, como la lectura, escritura y aritmética;
•Adquirir formación y conocimientos profesionales con miras a adaptarse a las nuevas
condiciones del mercado de trabajo o para cambiar de carrera o para el desarrollo
profesional permanente;
•Seguir aprendiendo como parte del desarrollo personal o por placer;
•Participar plenamente en la vida social y en los procesos democráticos.
Además de los beneficios conseguidos de lo arriba mencionado, la educación de adultos
también ayuda a:
•Gozar de otros derechos humanos como, por ejemplo, el derecho al trabajo, a la salud y a
participar en la vida cultural y en los asuntos públicos;
•Capacitar a los adultos económica y socialmente marginados a entender, cuestionar y
transformar, mediante la conciencia crítica, los motivos de su marginación, incluido salirse
ellos mismos de la pobreza;
•Desarrollar las habilidades y los conocimientos necesarios para participar en la sociedad;
•Facilitar la ciudadanía activa. Adquirir habilidades básicas de educación, como la lectura,
escritura y aritmética;
•Adquirir formación y conocimientos profesionales con miras a adaptarse a las nuevas
condiciones del mercado de trabajo o para cambiar de carrera o para el desarrollo
profesional permanente;
•Seguir aprendiendo como parte del desarrollo personal o por placer;
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•Participar plenamente en la vida social y en los procesos democráticos.
Además de los beneficios conseguidos de lo arriba mencionado, la educación de adultos
también ayuda a:
•Gozar de otros derechos humanos como, por ejemplo, el derecho al trabajo, a la salud y a
participar en la vida cultural y en los asuntos públicos;
•Capacitar a los adultos económica y socialmente marginados a entender, cuestionar y
transformar, mediante la conciencia crítica, los motivos de su marginación, incluido salirse
ellos mismos de la pobreza;
•Desarrollar las habilidades y los conocimientos necesarios para participar en la sociedad;
•Facilitar la ciudadanía activa.
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3.5.1. CARACTERÍSTICAS DEL APRENDIZAJE EN EL ADULTO
Algunas de las características que presenta el aprendizaje en adultos son las siguientes:
● Aprendizaje rentable
● Éxito garantizado
● Dispone de poco tiempo
● Receptividad
● Resistencia al cambio
● Más independencia
Aplique el sentido común y trate a los participantes como personas que tienen una
necesidad de aprendizaje.
Tenga en cuenta su condición de adultos: son autónomos con una experiencia
acumulada que probablemente querrán compartir, se orientarán a los objetivos y
buscarán aplicabilidad en aquello que aprendan en la sesión.
Realice presentaciones eficaces ordenando lógicamente los contenidos, de esta
48 manera será más fácil comprenderlos.
Combine exposiciones con prácticas: los adultos aprenden practicando.
Use técnicas de repaso, que le permitirán incrementar la retención de puntos clave.
Informe a los participantes sobre lo que se espera de ellos; se lo agradecerán y podrán
Fuente: El Aprendizaje del Alumno Adulto, por Sofia C.
https://es.calameo.com/read/005167327512d4a00facb
Recuerde: