Sinopsis Texto de Perrenoud Unidad 1
Sinopsis Texto de Perrenoud Unidad 1
Sinopsis Texto de Perrenoud Unidad 1
Si bien todas las organizaciones poseen una “cultura” particular (cultura hospitalaria, por
ejemplo), en la escuela la “cultura interna” se confunde con las exigencias curriculares.
Perrenoud (1990) afirma: “Lo que deben aprender los alumnos de acuerdo con los objetivos
generales de la enseñanza encubre, en parte, lo que deben aprender para mantener
durante nueve años o más su papel dentro de la organización escolar para desempeñar
adecuadamente su ‘oficio’” (op.cit., p. 219).
La idea de oficio de alumno remite al conjunto de rutinas propias del rol que la cultura
escolar asigna al estudiante. Comprende todo lo que se debe aprender para formar parte y
funcionar en la escuela: cuándo, a quién y cómo se habla; cuándo, dónde y cómo se
pueden hacer ciertas cosas; cómo se espera que se comporte un estudiante; qué cosas hay
que hacer para que el docente esté satisfecho y cuáles no; entre otras diversas reglas no
escritas. ¡Tener éxito en la escuela supone aprender las reglas del juego!
· - a “vivir dentro de una masa”, con una intimidad muy débil, siempre bajo la mirada
de los demás; (y por eso, a aislarse, a no prestar atención o tolerar las interrupciones, a
diferir la satisfacción de los deseos personales o a renunciar a ellos);
· - a acostumbrarse al aburrimiento y la pasividad;
matar el tiempo, a esperar, a
· - a dejarse evaluar por otros; no sólo por el maestro, sino también por los
condiscípulos;
· - a vivir en una sociedad jerarquizada y estratificada y, por tanto, a vivir como
Reglas naturalizadas y no enseñadas: las exigencias del currículum oculto parecen tan
“naturales” que nadie las enseña explícitamente. Muchos de estos comportamientos son
artificiales y extraños pero están tan naturalizados que no lo advertimos. Por ejemplo, el
aula es el único lugar en donde quien hace las preguntas conoce las respuestas. (Edwards
y Mercer, 1988).
Éxito escolar: aprender el currículum oculto es tan (o más) importante como el dominio de
los conocimientos del programa. “Para el maestro, en el trabajo diario, el buen alumno no es
solo el que domina el currículum, sino también y quizás más, el que se compromete en las
actividades propuestas o impuestas y respeta las reglas” (Perrenoud, 1990), p.223). La
apropiación y dominio del oficio de alumno, transmitido por currículum oculto a través de la
cultura escolar, constituye el condicionante principal del éxito o fracaso escolar.
Ahora bien, la descripción ofrecida hasta aquí acerca del currículum oculto dibuja un
fenómeno de enorme relevancia al interior de la escuela. Sin embargo, aún es posible ir un
poco más allá en su análisis. La importancia de ajustarse al oficio de alumno radica por un
lado, en que la escuela y el aula constituyen “un medio de vida especial”, con reglas y
cultura propias, que cada recién llegado debe dominar. Pero además el currículum oculto
responde también a demandas sociales hacia la escuela, de carácter implícito. Por un lado,
porque transmite significados, sentidos y esquemas de pensamiento, que contribuyen a
formar el sentido común y la construcción de hábitos. Por otro lado, porque a través de sus
prácticas puede contribuir al cambio social o reproducir las diferencias que existen en la
sociedad.
En esta línea, por ejemplo, trabajar en grupos o escuchar una clase expositiva no son
solamente dos modalidades didácticas: transmiten además modos de abordar el
conocimiento, criterios de validez y autoridad, una idea acerca de cómo funciona mejor la
mente y por supuesto, un criterio acerca de lo que significa enseñar y aprender. La elección
de una determinada imagen para ilustrar el tema “la familia” con los niños pequeños puede
estar valorando ciertos modelos familiares, reproduciendo estereotipos de género, y
destacando patrones culturales en prácticas domésticas y de crianza. El modo de enseñar
contenidos de ciencias jurídicas en educación ciudadana puede transmitir la visión del
derecho como herramienta para el cambio social o como un compendio de normas estáticas
y a-históricas. El uso del elogio o la sanción ante la palabra de los alumnos puede enseñar
a cada uno a confiar en sus ideas y animarse a compartirlas, o transmitir que es mejor
quedarse callado y limitarse a repetir lo que otros dicen.
Desde esta perspectiva, la noción de currículum oculto se amplía: lo que la escuela enseña
implícitamente no debe buscarse únicamente en pautas de conducta transmitidas por la
cultura escolar. El curriculum oculto se sitúa también en los intersticios del curriculum
formal: en los modos de organizar y presentar el conocimiento, en las formas de abordaje
que se priorizan, en todo aquello que al no tratarse explícitamente (ya sea desde el diseño,
la escuela o el docente) queda librado a ser moldeado por la fuerza de los códigos
instituidos.
Esto nos conduce a la segunda cuestión mencionada, relativa al modo en que el currículum
oculto permite u obstruye que las prácticas escolares puedan contribuir al cambio social. En
esta línea la sociología crítica explica que, a través del currículum oculto la escuela
reproduce y legitima las desigualdades de clase y la división social del trabajo, en tanto
reproduce la desigual distribución del capital cultural en la sociedad (Bourdieu, Apple,
Popkewitz) La escuela contribuye a mantener esta diferenciación social al aportar
argumentos que la legitiman: los logros y fracasos escolares aparecen como problemas
individuales, ya que se oculta la incidencia que la propia organización escolar tiene en su
producción. Desde esta perspectiva, la idea de oficio de alumno como condición para el
éxito escolar, puede leerse como un mecanismo de diferenciación social. Si un elemento
del curriculum oculto reside en que la escuela exige –implícitamente- el dominio de los
códigos lingüísticos y culturales de ciertos grupos sociales (particularmente de las clases
medias y altas) la mayor tasa de fracaso escolar entre alumnos provenientes de sectores
populares ya no aparece como una cuestión azarosa sino como una estrategia institucional
de producción de desigualdades.
En síntesis, la idea de que la escuela enseña un currículum oculto puede ser leída desde
múltiples aristas. Ya sea desde un análisis sociológico y antropológico, para develar los
mecanismos institucionales a través de los cuales se concreta, hasta una perspectiva de
crítica ideológica, para revelar los efectos que produce. En cualquier caso, el foco está
puesto en todo aquello que se aprende en el tránsito por la escolaridad pero que no está
explicitado en los textos y discursos formales. La descripción ofrecida aquí respecto del
contenido, los canales y los fines del currículum oculto constituye una fotografía de solo
algunos de los estudios y tipos de análisis posibles respecto de este fenómeno. Dado que
constituye un aspecto del mundo educativo que continúa siendo explorado y analizado
desde las ciencias de la educación, los análisis acerca del currículum oculto aún tienen
mucho para decir en el futuro. Nuestra descripción, entonces, no pretende ser exhaustiva
sino llamar la atención sobre esta cuestión particular: no todo lo que se aprende en la
escuela es lo que está explicitado.