Material Didactico 12

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Objetivos de la Clase:

En esta clase estudiaremos los Contratos comerciales Parte general


Clasificación, el consentimiento, la oferta, la aceptación, capacidad,
objeto de contrato, causa del contrato, forma de los contratos, prueba
de los contratos, efectos de los contratos, obligación de saneamiento.
Contratos comerciales parte general.

El Código Civil y Comercial, en su art. 957, da la siguiente definición de


contrato: "Contrato es el acto jurídico mediante el cual dos o mas
partes manifiestan su consentimiento para crear, regular,
modificar, transferir o extinguir relaciones jurídicas
patrimoniales.

En esta definición se destaca la naturaleza del contrato al decir que el


contrato es un acto jurídico. Se habla de "partes" y no de personas, si
bien en un contrato siempre intervienen personas, aquí lo más importante
es que haya un centro de interés. "Parte" es un centro de interés y cada
parte puede estar compuesta por una o por varias personas (ej: varios
copropietarios de una casa la venden; o son varios los compradores). Se
pone en evidencia que lo importante es que exista el consentimiento y no
sólo una "declaración de voluntad", pues ésta puede comprender distintas
situaciones mas allá de los contratos. El consentimiento es un elemento
esencial del contrato; no hay contrato si no hay consentimiento. La
finalidad del contrato no se limita a "reglar los derechos ", sino que es
más amplia: el contrato puede tener como finalidad crear, regular,
modificar, transferir o extinguir relaciones jurídicas patrimoniales. Se
destaca el aspecto patrimonial del contrato. La construcción jurídica
elaborada por las partes debe referirse a relaciones jurídicas
patrimoniales. Los Contratos Comerciales en el nuevo Código.

Naturaleza Jurídica del Contrato:


El contrato es un acto jurídico (conf. art. 259, CCCN). Y, como acto
jurídico, el contrato reviste los siguientes caracteres: 1) es un acto entre
vivos; 2) es bilateral (necesita la voluntad de dos o más personas para su
otorgamiento); y 3) es de carácter patrimonial.

La libertad de contratación.-

El art. 958 del CCCN consagra la libertad de contratación, que implica que
las personas tienen la libertad de decidir contratar o no, de elegir con
quién contratar y, además, de determinar el contenido del contrato (tipo
de contrato, modalidades, formalidades, plazos, etc.). Sin embargo, esta
libertad tiene límites que el propio art. 958 señala, al expresar que debe
ejercerse dentro de los límites impuestos por la ley, el orden público, la
moral y las buenas costumbres.

Fuerza obligatoria del Contrato. Carácter Vinculante:

La fuerza obligatoria es uno de los principios fundamentales de los


contratos: lo convenido es obligatorio para las partes (conf. art. 959,
CCCN), pero siempre que se trate de un contrato "válidamente celebrado
" De ser así, las partes deben cumplir el contrato exactamente como lo
convinieron, y su contenido solo puede ser modificado o extinguido por
acuerdo de partes o en los supuestos en que la ley lo prevé.

Buena Fe en los contratos:

El art. 961 establece que los contratos deben celebrarse, interpretarse y


ejecutarse de buena fe. La buena fe es un principio rector del Derecho,
aplicable al ejercicio de todos los derechos y a cualquier relación jurídica,
y determina que un sujeto deba obrar con honradez, honestidad,
veracidad, lealtad (buena fe objetiva), lo que lleva implícita la apariencia,
es decir, la creencia de que se está actuando correctamente (buena fe
subjetiva). El principio de buena fe implica cumplir con las obligaciones
expresas en el contrato y también con todas aquellas accesorias y que
hacen al contrato celebrado.

Carácter de las normas legales:

Las normas legales referidas a los contratos son supletorias de la voluntad


de las partes. Pero cuando del modo de expresión de estas normas, o de
su contenido, o de su contexto, surja que se trata de normas
"indisponibles" Estas "normas indisponibles" (por ej, normas sobre
capacidad, orden sucesorio; o leyes de emergencia económica, social,
energética, etc.) son superiores a las normas de los particulares
(estipuladas por ellos en el contrato).

Prelación normativa:

En caso de que un contrato quede bajo la regulación de distintas normas


(como ser, de una ley especial, de las normas del Código, y de las normas
creadas libremente por los contratantes), el art. 963 nos indica un orden
de prelación para aplicarlas: En primer lugar, se aplican las normas
indisponibles de la ley especial y del Código Civil y Comercial. Luego, se
deben aplicar las normas particulares del contrato. Por último,
corresponde aplicar las normas supletorias (en primer lugar las
supletorias de la ley especial, y luego las supletorias del Código).

Integración del Contrato:

Como ya vimos, las partes gozan de libertad para determinar el contenido


de un contrato. Pero además de estas estipulaciones, integran el contrato:

a) Las normas indisponibles, que se aplican en sustitución de las cláusulas


incompatibles con ellas.

b) Las normas supletorias.


c) Los usos y prácticas del lugar de celebración, en cuanto sean aplicables
porque hayan sido declarados obligatorios por las partes o porque sean
ampliamente conocidos y regularmente observados en el ámbito en que
se celebra el contrato, excepto que su aplicación sea irrazonable.

Derecho de Propiedad:

El art. 965 establece que los derechos resultantes de los contratos


integran el derecho de propiedad del contratante (por lo cual están
protegidos por la garantía constitucional del art. 17 de la Constitución
Nacional).

Clasificación de los contratos:

De acuerdo al nuevo Código los contratos se clasifican conforme lo


establecido por el art. 966 en: Unilaterales: son los contratos que crean
obligaciones solo para una de las partes, sin que la otra quede obligada
(ej: donación, depósito, comodato, etc.). Bilaterales: son los que crean
obligaciones recíprocas para todas las partes intervinientes (ej:
compraventa, permuta, locación de cosas, etc.).

También el art. 967 establece que los contratos pueden ser: Aleatorio:
cuando las ventajas o las pérdidas para ambas partes o para una sola de
ellas depende de un acontecimiento incierto (ej: contratos de juego, de
seguro). Conmutativos: cuando las ventajas están determinadas (son
ciertas) al celebrarse el contrato y no dependen de un acontecimiento
incierto (ejs: compraventa, permuta, locación, etc.).

También la legislación establece que los contratos pueden ser Formales y


no Formales. Si bien (conf. art. 284) rige el principio de la libertad de
formas, por el cual las partes pueden manifestar su consentimiento en la
forma que estimen más conveniente, en algunos casos la ley exige una
forma determinada, sea para que el acto tenga validez, o para que
produzca sus efectos propios, o para su comprobación. Formales: son
aquellos contratos a los cuales la ley les impone una forma determinada,
conf. art. 1015 (ej: la escritura pública). Podemos distinguir entre
Formales absolutos (solemnidad absoluta): contratos en los que la forma
se exige como requisito de validez del acto. - Formales relativos
(solemnidad relativa): la forma no se exige bajo sanción de nulidad, pero
(conf. art. 285) el acto no queda concluido hasta que no se cumpla la
forma prevista y solo vale como contrato en el cual las partes se obligan
a cumplir la forma instrumental prevista. Formales con fines meramente
probatorios (ad probationem): cuando la forma constituye solo un medio
de prueba respecto a que el contrato se ha celebrado. No formales: son
aquellos a los que la ley no les exige una forma determinada, y por lo
tanto, en virtud de la libertad de formas (arts. 284 y 1015) las partes
pueden celebrarlos en la forma que quieran, ya sea verbalmente o por
escrito, por documento público o por documento privado (ejs: locaciones,
comodato, deposito, etc.).

También los contratos pueden ser nominados o innominados. Nominados:


son los contratos que están regulados especialmente por la ley, sea por
el Código (ejs: compraventa, permuta, donación, comodato, etc.) o por
leyes especiales (ejs: contrato de seguro por ley 17.418; de sociedad por
ley 19.550, etc.). A estos contratos se les aplican las normas que los
regulan especialmente. Innominados: son los que no tienen una
resoluci6n legal específica; no están tipificados, y en consecuencia, son
"atípicos" (ejs: contrato de garage; de medicina prepaga; de tiempo
compartido; de hospedaje; etc.).

El Consentimiento:

El consentimiento es la integración de las voluntades de las partes


tendiente a la celebración del contrato. Es un elemento esencial del
contrato, ya que no puede faltar: no hay contrato si no hay
consentimiento. El consentimiento se forma con dos actos jurídicos
unilaterales: la Oferta y la Aceptación. El contrato queda concluido
cuando el que hizo la Oferta (ofertante, oferente, proponente) recibe la
aceptación del destinatario; también queda concluido el contrato cuando
alguna de las partes hace algo que demuestra la existencia de un acuerdo
(ej: deposita el precio de la mercadería ofertada).

La Oferta es la manifestación dirigida a persona determinada o


determinable, con la intención de obligarse y con las precisiones
necesarias para establecer los efectos que debe producir de ser aceptada
(cont art. 972). En la práctica, la oferta es la propuesta que una de las
partes dirige a una persona determinada o determinable para celebrar un
contrato, como se trata de un acto voluntario, la persona que hace la
Oferta debe actuar con discernimiento, intención y libertad, ya que si
alguno de estos requisitos falta la oferta no tendría validez.

La oferta realizada con todos sus requisitos obliga al proponente (conf.


art. 974). Hecha la Oferta por el proponente (Ofertante u oferente) el
mismo queda obligado a cumplirla si el destinatario la acepta; salvo que
no haya habido intención del proponente de obligarse, y esto surja: de
los taninos en que fue formulada; o de la naturaleza del contrato; o de
las circunstancias del caso.

La Aceptación de la Oferta: Es la conformidad que presta el destinatario


a la oferta que se le ha hecho. Técnicamente, la aceptación es (al igual
que la oferta) "una declaración de voluntad unilateral y recepticia", pero
ahora el destinatario es el ofertante. Al igual que la oferta, la aceptación
debe ser hecha por persona que actúe con discernimiento, intención y
libertad; y debe ser recepticia (dirigida al ofertante). Debe expresar la
plena conformidad con la oferta. Debe recaer sobre una Oferta vigente
(que no esté retractada ni caducada). El art. 979 establece que "Toda
declaración o acto del destinatario que revela conformidad con la oferta
constituye aceptación. Por ello que, al decir "toda declaración o acto"
permite admitir que la aceptación puede ser expresa o tácita; verbal, o
por escrito, o por un acto que permita presumir que hay aceptación.
Perfeccionamiento del contrato; la aceptación perfecciona el contrato:
entre presentes cuando es manifestada; entre ausentes, cuando es
recibida por el proponente durante el plazo de vigencia de la oferta.

Capacidad:

La capacidad es la aptitud (de la persona, por un lado, para ser titular de


derechos y deberes jurídicos, y por otro lado, para ejercer por si mismo
los derechos o el cumplimiento de los Deberes. La capacidad no es
considerada un elemento esencial del contrato, sino un presupuesto del
consentimiento. Hay dos tipos de capacidad: Capacidad de derecho:
aptitud para ser titular de un derecho o de un deber jurídico. Capacidad
de ejercicio: aptitud para ejercer por sí mismo sus derechos o el
cumplimiento de sus deberes . Estas capacidades tienen limitaciones que
se denominan incapacidades (incapacidad de derecho e incapacidad de
ejercicio). La capacidad es la regla; la incapacidad es la excepción.
Incapacidad e inhabilidad para contratar.- Sin perjuicio del régimen de
capacidad y los supuestos de "incapacidad" (regulados en los arts. 22 a
50), el Código Civil y Comercial dispone (en sus arts. 1000 a 1002)
algunos supuestos de inhabilidades para contratar. Conforme al art.
1001, no pueden contratar, en interés propio o ajeno, según sea el caso,
los que están impedidos para hacerlo conforme a disposiciones especiales.
Los contratos cuya celebración está prohibida a determinados sujetos
tampoco pueden ser otorgados por interpósita persona. Por otro lado, a
determinadas personas se les prohíbe contratar (en interés propio o
ajeno) con ciertas personas o sobre determinados objetos. La razón es
evitar que una persona aproveche determinada situación de poder para
sacar ventajas. Se tiende a evitar un conflicto de intereses. Estas
prohibiciones están previstas en el art. 1002, el cual dispone que no
pueden contratar en interés propio: a) los funcionarios públicos, respecto
de bienes de cuya administración o enajenación están o han estado
encargados; b) Los jueces, funcionarios y auxiliares de la justicia, los
árbitros y mediadores, y sus auxiliares, respecto de bienes relacionados
con procesos en los que intervienen o han intervenido; c) los abogados y
procuradores, respecto de bienes litigiosos en procesos en los que
intervienen o han intervenido; d) los cónyuges, bajo el régimen de
comunidad, entre sí. Por último, establece que los albaceas que no son
herederos no pueden celebrar Contrato de compraventa sobre los bienes
de las testamentarias que estén n su cargo. Estos supuestos del art. 1002
no son taxativos, ya que el Código Civil y Comercial contiene otros
supuestos de "impedimentos para contratar" (ejs; arts. 1341, 1348,
1535, 1676, etc.).

Contrato celebrado por persona incapaz o con capacidad restringida


Declarada la nulidad del contrato celebrado por la persona incapaz o con
capacidad restringida, la parte capaz no tiene derecho para exigir la
restitución o el reembolso de lo que ha pagado o gastado, excepto si el
contrato enriqueció a la parte incapaz o con capacidad restringida y en
cuanto se haya enriquecido (conf. art. 1000). En efecto, si la parte incapaz
o con capacidad restringida se vio enriquecida por el contrato, está
obligada a restituir en la medida en que se haya enriquecido. De no
hacerlo habría un enriquecimiento sin causa. También estará obligado a
restituir aquella persona incapaz o con capacidad restringida que contrató
obrando con dolo (conf. att. 388).

Objeto del Contrato:


Dado que el contrato es un acto jurídico, el Código Civil y Comercial para
regular el objeto del contrato remite a las normas sobre el objeto de los
actos jurídicos (Sección 1, Capítulo 5, Título IV del Libro Primero),
regulación que se completa con las normas de los arts. 1003 y siguientes,
referidos específicamente al "objeto de los contratos" Requisitos del
objeto.- Del art. 1003, surge que el objeto del contrato debe ser: 1) Lícito:
las leyes no pueden aceptar contratos cuyo objeto sea ilícito, es decir,
prohibido por la ley, contrario a la moral, a las buenas costumbres, al
orden público o lesivo de los derechos ajenos o de la dignidad humana.
2) Posible (material y jurídicamente): los hechos o bienes objeto del
contrato deben ser posibles de existir. La imposibilidad anula el contrato.
Ej: imposible materialmente (tocar el Cielo con las manos); imposible
jurídicamente (hipotecar un auto, prendar un inmueble). 3) Determinado
o determinable: al momento de contratar, el objeto debe estar
determinado o ser susceptible de determinarse posteriormente. No es
posible obligar al contratante a algo que no se sabe qué es. 4) Susceptible
de valoración económica y corresponder a un interés de las partes aun
cuando éste no sea patrimonial: el objeto del contrato debe ser
susceptible de ser apreciado económicamente (valorado en dinero), pero
el interés de las partes no siempre debe ser valorado en dinero, ya que
puede consistir en otros intereses -extrapatrimoniales- como ser un
interés moral, científico, cultural, religioso, altruista, etc, (Ej: si convengo
con una fábrica de juguetes que entreguen 1000 juguetes en un hospital
para regalarlos a los chicos internados, la prestación tiene un valor
económico -el valor de los juguetes-, pero mi interés no será patrimonial,
sino puramente altruista. Objetos prohibidos.- No pueden ser objeto de
los contratos: a) los hechos imposibles o que están prohibidos por las
leyes; ni b) los hechos contrarios a la moral, al orden público, a la dignidad
de la persona humana, o lesivos de los derechos ajenos; ni c) los bienes
que por un motivo especial se prohíbe que lo sean.
Causa del Contrato:

La causa es el fin inmediato autorizado por el ordenamiento jurídico que


ha sido determinante de la voluntad. También integran la causa los
motivos exteriorizados cuando sean lícitos y hayan sido incorporados al
acto en forma expresa, o tácitamente si son esenciales para ambas partes
(conf. art. 281). El Código Civil y Comercial, a fin de regular la causa en
los contratos, remite a las normas sobre la causa de los actos jurídicos
(arts. 281 a 283), de las cuales extrajimos el concepto brindado en el
párrafo anterior. Sin embargo, a través de los arts. 1013 y 1014, se ocupa
de dos cuestiones referidas específicamente a la causa en los contratos:
necesidad de causa y causa ilícita. La causa-fin es un elemento esencial
del contrato. Por ende, para la validez del contrato ella debe existir al
celebrarse el contrato y subsistir durante la ejecución del mismo. Según
las circunstancias, la falta de causa puede implicar la nulidad del contrato,
su adecuación o su extinción. La causa debe ser lícita; si la causa es ilícita
el contrato es nulo. La causa es ilícita cuando: es contraria a la moral, al
orden público o a las costumbres (conf. art. 1014). Habitualmente, la
causa o fin ilícito es perseguido por ambas partes. En el caso de que solo
una de ellas haya actuado con un motivo ilícito, ésta no podrá invocar el
contrato frente a la otra, y esta última podrá recuperar lo que ha dado sin
necesidad de cumplir lo ofrecido.

Forma de los Contratos.

La forma es la manera o medio por el cual las partes manifiestan


exteriormente su voluntad o el consentimiento para celebrar el contrato.
La forma sería como un molde que contiene la voluntad del sujeto (en un
acto jurídico) o el consentimiento (en los contratos). A la forma de los
contratos, le son aplicables las siguientes normas: 1) Lo dispuesto
genéricamente por el Código sobre "forma de los actos jurídicos " (art.
284 y ss.) dado que el contrato es una especie dentro del género acto
jurídico; 2) Lo dispuesto en el Título de "Contratos en general",
específicamente sobre "forma" de los contratos (arts. 1015 a 1018); 3)
Lo dispuesto sobre "forma" al regular en particular algunos contratos (ejs:
art. 1188 en la locación; art. 1552 en la donación; art. 1579 en la fianza;
etc.). El Código Civil y Comercial establece el principio de "libertad de
formas " en el art. 284, y lo confirma en el art. 1015 al disponer que "sólo
son formales los contratos a los cuales la ley les impone una forma
determinada". La forma puede resultar de la voluntad de las partes o de
la ley. Las partes pueden utilizar la forma que quieran (verbalmente, por
escrito, sea instrumento privado o público, etc.), salvo que la ley designe
una forma determinada. Aún en el caso de que la ley exija una forma
determinada, el Código permite que las partes puedan convenir una forma
más exigente que la impuesta por la ley. Se permite que las partes elijan
una forma con más recaudos que la indicada en la ley. La forma exigida
para la celebración del contrato rige también para las modificaciones
ulteriores que le sean introducidas (ej: si el contrato se hizo por escritura
pública, las modificaciones posteriores deben hacerse por escritura
pública). Otorgamiento pendiente del instrumento: El otorgamiento
pendiente de un instrumento previsto constituye una obligación de hacer,
siempre que el futuro contrato no requiera una determinada forma bajo
sanción de nulidad. Si la parte condenada a otorgarlo no lo hace, el juez
lo hace en su representación, siempre que las contraprestaciones estén
cumplidas (conf. art. 1018). La compra de un inmueble debe hacerse por
escritura pública (conf. art. 1017); si se hace por instrumento privado la
compra no queda concluida como tal (como venta con la consiguiente
transmisión de dominio) mientras no se cumpla con la forma exigida
(escritura pública); pero el instrumento privado vale como acto en el que
las partes se han obligado a cumplir con la formalidad exigida.
Contratos que deben celebrarse por escritura pública.- El art. 1017
establece que los siguientes contratos deben ser otorgados por escritura
pública: a) Los contratos que tienen por objeto la adquisición,
modificación o extinción de derechos reales sobre inmuebles. b) Los
contratos que tienen por objeto derechos dudosos o litigiosos sobre
inmuebles; c) Los actos que sean accesorios de otros contratos otorgados
en escritura pública; d) Los demás contratos que, por acuerdo de partes
o disposición de la ley, deben ser otorgados en escritura pública.
Consecuencias de omitir la escritura pública: debemos diferenciar:
1) Si la escritura pública es exigida "en forma absoluta ", como requisito
de validez, y las partes la omiten, el contrato es nulo. 2) Si la escritura
pública es exigida "en forma relativa " y las partes celebran el contrato
por instrumento privado, dicho contrato "no queda concluido como tal",
pero "queda concluido como un contrato en el que las partes se han
obligado a hacer escritura pública " (conf. arts. 285, 969 y 1018).

Prueba de los contratos.

La prueba del contrato consiste en demostrar, por los medios y las formas
que indica la ley, la existencia y alcance de un contrato. Cuando hay
controversias acerca de la existencia del contrato, la prueba se torna
indispensable. El Código Civil y Comercial otorga una posibilidad muy
amplia de probar el contrato, ya que permite probarlo por todos los
medios de prueba (instrumentos públicos o particulares, informes,
confesión de parte, pericias, testigos, correspondencia, libros contables,
etc.) con tal que sean aptos para que el juez llegue a una razonable
convicción, según las "reglas de la sana crítica" (conf. art. 1019). Prueba
de los contratos formales: Aquellos contratos para los cuales la formalidad
es requerida a los fines probatorios (es decir que la forma es exigida como
prueba), pueden ser probados por otros medios, inclusive por testigos, en
los siguientes casos: cuando hay imposibilidad de obtener la prueba (de
haber sido cumplida la formalidad), o si existe principio de prueba
instrumental, o comienzo de ejecución (conf. art. 1020). Se le llama
"principio de prueba instrumental" a cualquier instrumento emanado de
la otra parte (o de su causante o de parte interesada en el asunto), que
haga verosímil la existencia del contrato.

Efectos de los Contratos:

Los efectos de los contratos son las consecuencias jurídicas que producen.
Las que en general consisten en crear, regular, modificar, transferir o
extinguir reclamaciones jurídicas patrimoniales (conf. art. 957 CCCN). Los
efectos del contrato pueden distinguirse, teniendo en cuenta a quien
alcanzan de la siguiente forma: 1) Efectos con relación a las partes 2)
Efectos con relación a los sucesores de las partes 3) Efectos con relación
a terceros.

Efectos Con Relación A Las Partes.-Rige el principio denominado


"efecto relativo": los contratos solo tienen efectos con relación a las partes
(y sus sucesores), y no pueden perjudicar a terceros. Este principio está
consagrado por el art. 1021 del CCCN. Conf. art. 1023, se considera
"parte del contrato" a quien: a) lo otorga a nombre propio, aunque lo
haga en interés ajeno (ej: caso del mandato sin representaciön, ver art.
1321); o b) es representado por un otorgante que actúa en su nombre e
interés (ej: casos de representación voluntaria y de representación legal);
o c) manifiesta la voluntad contractual, aunque ésta sea transmitida por
un corredor o por un agente sin representación (ej: caso del titular del
interés que transmite su voluntad de contratar valiéndose de un nuncio o
mensajero).

Efectos Con Relación A Los Sucesores.-Los efectos del contrato se


extienden, activa y pasivamente, a los sucesores universales, a no ser
que las obligaciones que de él nacen sean inherentes a la persona, o que
la transmisión sea incompatible con la naturaleza de la obligación, o esté
prohibida por una cláusula del contrato o la ley (conf. art. 1024). Efectos
Con Relación A Los Terceros. Se denomina "terceros" a las personas
totalmente ajenas al contrato. El Código Civil y Comercial establece que
el contrato no tiene efectos respecto a terceros, excepto en los casos
previstos por la ley (art. 1021, CCCN); no hace surgir obligaciones a cargo
de terceros, ni los terceros tienen derecho a invocarlo para hacer recaer
sobre las partes obligaciones que éstas no han convenido, excepto
disposición legal (art. 1022 CCCN). Excepciones.- El Código regula
distintas hipótesis en las que el contrato puede tener efectos respecto de
terceros (por ser incorporados al contrato): Contratos colectivos. Los
contratos colectivos de trabajo crean derechos y obligaciones para
personas totalmente ajenas a la celebración del contrato. Contrato o
estipulación a favor de terceros, son contratos en los cuales una de las
partes conviene que la otra cumplirá su prestación a favor de un tercero.
Ejemplo: en el seguro de vida, el asegurado conviene que si se produce
su fallecimiento la compañía debe pagar la indemnización a determinada
persona). Contrato a nombre de tercero, quien contrata a nombre de un
tercero solo lo obliga si ejerce su representación. A falta de representación
suficiente el contrato es ineficaz (conf. art. 1025), salvo que el tercero lo
ratifique expresamente o ejecute el contrato (ratificación implícita).
Promesa del hecho de un tercero.- Quien promete el hecho de un tercero
queda obligado a hacer lo razonablemente necesario para que el tercero
acepte la promesa. Si ha garantizado que la promesa sea aceptada, queda
obligado a obtenerla y responde personalmente en caso de negativa
(conf. art. 1026). (Ejemplo: una persona contrata con Coca Cola y
prometió que el piloto de autos de carreras, llevará la publicidad de la
empresa en tal carrera). Contrato para persona a designar.- Cualquier
parte puede reservarse la facultad de designar ulteriormente a un tercero
para que asuma su posición contractual (conf. art. 1029). La asunción de
la posición contractual se produce con efectos retroactivos a la fecha del
contrato, cuando el tercero acepta la nominación y su aceptación es
comunicada a la parte que no hizo la reserva. Contrato por cuenta de
quien corresponda, el contrato celebrado por cuenta de quien corresponda
queda sujeto a las reglas de la condición suspensiva. El tercero asume la
posición contractual cuando se produce el hecho que lo determina como
beneficiario del contrato (conf. art. 1030). (Ejemplo: un programa de
televisión contrata con una agencia de viajes un viaje a Bariloche para el
tercero que resulte ganador de un concurso).

Obligación de Saneamiento:

La obligación de saneamiento consiste en la obligación que tiene quien


transmite (transmitente) de sanear o reparar los perjuicios que sufra el
adquirente a raíz de evicción o de vicios ocultos. Es un concepto genérico
que abarca dos garantías tradicionalmente reconocidas: - la garantía de
evicción, y - la garantía por vicios redhibitorios (vicios ocultos). Estas
garantías disponen que aquel que transmite algo tiene la obligación de
garantizar al adquirente que no sufrirá evicción (es decir, que no habrá
un tercero que lo prive del derecho que ha adquirido) y que lo transmitido
no tiene vicios ocultos (que no podían ser advertidos al momento de la
transmisión). Están obligados a Sanear: a) el transmitente de bienes a
título oneroso; b) quien ha dividido bienes con Otros; c) sus respectivos
antecesores, si han efectuado la correspondiente transferencia a título
oneroso.

Extinción de los Contratos.

Los modos de extinción de los contratos son: cumplimiento: Es el modo


natural de extinción de los contratos. Cuando las partes ya han cumplido
con sus obligaciones, desaparece la finalidad del contrato y lógicamente
él se extingue, (Ejemplo, si el vendedor entregó la cosa y el comprador
pagó el precio, el contrato de compraventa se extingue). Imposibilidad
de cumplimiento: El contrato se extingue cuando las obligaciones de las
partes se hacen de cumplimiento imposible por caso fortuito o fuerza
mayor (art. 955 y ss.; y art. 1732 y ss.). Rescisión: La rescisión es la
extinción del contrato por mutuo acuerdo de las partes. Se funda en la
autonomía de la voluntad; si un acuerdo de voluntades pudo crear el
contrato, a la inversa, un acuerdo de voluntades puede extinguirlo. Este
tipo de rescisión se denomina "rescisión bilateral", y está regulada en el
art. 1076 del Código Civil y Comercial, el cual dispone que "...Esta
extinción, excepto estipulación en contrario, sólo produce efectos para el
futuro y no afecta derechos de terceros.

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