TFG F 2019 243
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TFG F 2019 243
CURSO 2018/2019
INTRODUCCIÓN . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5
PARTE TEÓRICA
PARTE PRÁCTICA
CONCLUSIÓN . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 46
BIBLIOGRAFÍA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 49
INTRODUCCIÓN
Con el paso de los años, los estilos que he ido escuchando a lo largo de mi vida
han ido variando de acuerdo a mis circunstancias. Ya sean aficiones y gustos pasajeros,
ideología política, buenas y malas compañías o, sobre todo, situaciones sentimentales.
Muchas veces, cuando uno está feliz, parece que tiene su tiempo tan distraído u ocupado
que no desprecia ni el más mínimo segundo en buscar música que pueda reflejar su estado
de ánimo. Sin embargo, cuando uno está melancólico (por no decir triste), parece que
cualquier momento es bueno para buscar soluciones que mejoren su estado de ánimo o
que le ayuden a caer más bajo, si es que es posible, y ya no quede posibilidad que no sea
resurgir cual ave fénix.
Quizá esta última opción fue la que yo estaba experimentando cuando conocí al
protagonista de este humilde trabajo de fin de grado: Iván Ferreiro. Pese a que la carrera
de este músico gallego es dilatada, no fue hasta bien avanzada su etapa en solitario cuando
decidí incorporarme a su legión de fans. ¿Que por qué me gusta Iván Ferreiro? Porque
me parece increíble la manera en que transmite tantísimas sensaciones con su música,
pero fundamentalmente con sus letras.
Y es que de eso va este trabajo, de sus letras. De lo que dice, de cómo lo dice,
pero, sobre todo, de lo que quiere decir y de lo que el oyente/destinatario interpreta. O lo
que es lo mismo, de la intentio auctoris y la intentio operis. Es por esto por lo que decidí
preguntar a la gente más afín a mí, y que más se identifica con la música que Iván Ferreiro
Esto nos hace replantearnos no solo la literatura, sino el arte como tal. Cualquier
expresión artística estará dependiendo de las palabras anteriormente mencionadas. Ya que
tendrá su parte en la que el autor desarrolla una opinión y unos pensamientos y otra parte
en la que el espectador que consume esa creación artística lo interpreta de manera
totalmente subjetiva. Y es que, a día de hoy, cualquier expresión artística se analiza.
Fundamentalmente desde la ignorancia, pero se analiza, al fin y al cabo. Desde un sketch
de un cómico, hasta una pintada anónima en una pared, pasando por un teatrillo sin
importancia de dos titiriteros anónimos o la letra de un rapero que quiere hacer una dura
crítica social, todo es interpretable y opinable. Y más aún en la época de las redes sociales,
donde todos tenemos opinión y casi todos la manifestamos desde un perfil que se “oculta”
bajo un avatar.
Uno de los primeros autores que más y mejor han teorizado acerca de la intentio
auctoris y la intentio operis es el italiano Umberto Eco, quien, de hecho, fue el que se
inventó estos conceptos. De acuerdo a todo lo que he leído y me he documentado respecto
a estos dos términos, me atrevería a definir la intentio auctoris como la intención del autor
cuando mezcla lo que siente en el momento de escribir, lo que pasa por su cabeza y lo
que pretende hacer sentir al lector. Por otro lado, la intentio operis es lo que el texto dice
dejando a un lado lo que el autor pueda querer decir o lo que el lector como receptor
pueda interpretar del mismo.
Sobre cómo afrontar una obra literaria a la hora de interpretarla hay una visión que ha
llamado especialmente mi atención en el libro de Umberto Eco Los límites de la
interpretación: “El mundo renacentista, inspirado por el hermetismo neoplatónico,
intentó definir el texto ideal, en forma de texto poético, como aquel que puede permitir
todas las interpretaciones posibles, incluso las más contradictorias” (Eco, 1992: 30).
Esto lo que nos quiere decir es que ya, desde hace siglos, se han aceptado muchas
lecturas a la hora de interpretar y disertar del texto. Sobre esto mismo habla el propio Iván
Ferreiro: “Ese mundo cuántico de que las canciones signifiquen muchas cosas a la vez
me encanta, es de lo que me alimento” (Moreno, 2016). No obstante, todas se han
aceptado con la misma validez, como bien dice Eco en Los límites de la interpretación:
“decir que un texto carece potencialmente de fin no significa que cada acto de
interpretación pueda tener un final feliz. Incluso el deconstruccionista más radical acepta
la idea de que hay interpretaciones que son clamorosamente inaceptables” (Eco, 1992:
19).
Por otro lado, como contraposición, el mismo Eco comenta que, en la Edad Media,
se “había ido en búsqueda de la pluralidad de los sentidos ateniéndose, con todo, a una
rígida noción de texto como algo que no puede ser contradictorio” (Eco, 1992: 30). De
todos modos, este tipo de visión, que admite que la única decisión es la que corresponde
al intérprete, es conocida como idealismo mágico.
Para entender mucho mejor la distinción que hace Umberto Eco entre intentio
auctoris e intentio operis nos sirve de gran ayuda la teoría desarrollada por Tomás
Albadalejo denominada teoría de los mundos posibles. Esta teoría, a juicio del tutor de
este trabajo, Alfonso Martín Jiménez, como afirma en su libro Literatura y ficción. La
ruptura de la lógica ficcional, es muy útil para explicar la naturaleza del mundo del autor
y del mundo de los personajes. Basándose en Tomás Albaladejo, quien explica que dicha
teoría “se presenta como una forma de explicación de la realidad, ampliamente entendida
esta, pues de ella forma parte tanto el mundo real efectivo, objetivo, como los mundos
alternativos de este” (Albadalejo, 1986: 76), Martín Jiménez opina que “sirve tanto para
explicar nuestro comportamiento en la vida real como el comportamiento de los
personajes que pueblan los mundos de ficción, entendidos como mundos alternativos al
de la realidad” (Martín, 2015: 67).
De todos modos, Martín también comenta que “dicha teoría considera que el
universo o mundo general de la obra está compuesto por tantos submundos o mundos de
individuo como personas o personajes forman parte de la misma” (Martín, 2015: 67).
Sin embargo, aunque la teoría de los mundos posibles no sea el principal pilar
sobre el que se sustenta este trabajo, “puede ser de gran utilidad para describir la
composición del mundo del autor” (Martín, 2015: 69).
Según Martín “el mundo del autor está compuesto por submundos imaginarios”
(Martín, 2015: 69) y “el mundo del autor no necesita de una estructura temporal en la que
sustentarse, por lo que puede prescindir del submundo real efectivo, desarrollando
básicamente los submundos imaginarios” (Martín 2015: 69).
No obstante,
los textos que forman parte del mundo del autor, como los poemas líricos
o los ensayos, se caracterizan por su tendencia al estatismo, ya que no
exponen una serie de sucesos ocurridos en el tiempo. Cuando en los
poemas o en los ensayos se alude a determinados acontecimientos de la
vida real, suelen aparecer como pretextos para expresar a su través la
subjetividad emocional o el punto de vista argumentativo del autor […],
por lo que dichos textos tienden a desarrollar los submundos imaginarios
Pues bien, son ocho los cuentos o, mejor dicho, las canciones de Iván Ferreiro que
he elegido para ver las diferentes vivencias, sensaciones y estados de ánimo que el artista
vigués tuvo que atravesar para llegar a escribir lo que después tanta gente ha cantado y
sigue cantando en cada uno de sus conciertos.
Una gran ayuda para desarrollar este trabajo ha sido el libro de Arancha Moreno
Iván Ferreiro. 30 canciones para el tiempo y la distancia, en el que la periodista
madrileña hace un repaso de la carrera de Iván Ferreiro a modo biográfico a través de
treinta de sus canciones. En algunos casos éxitos, en otros grandes desconocidas. En cada
una de ellas Moreno analiza el origen de la canción relacionándolo con el momento
personal y sentimental que vivía el artista gallego por aquel entonces. Este no sólo accede,
sino que también abre sin tapujos sus sentimientos y desvela anécdotas y detalles sin los
que sería muy difícil conocer la intentio auctoris. Es más que probable que, hasta la
aparición de este libro, mucha gente deambulase por su propia intentio operis de manera
errónea.
1
Dichas palabras pertenecen a una charla que Iván Ferreiro dio el 10 de octubre de 2010 en el
Círculo de Bellas Artes de Madrid, titulada “Música y mentiras”, dentro de las charlas TED x Sol
(https://www.youtube.com/watch?v=VFOxJJp2ZCc [fecha de consulta: 12-6-2019]), minuto 3 23”.
Pese a que nunca tuvieron un éxito abrumador, sí que fueron contando con una
buena legión de fieles que les permitió, durante todos los años que duró en activo el grupo,
vivir de la música, aunque sin grandes alardes. De hecho, fue ya a posteriori, cuando el
grupo comenzó a tener más éxito y a ser más popular y comercial gracias a canciones que
A día de hoy, a sus 49 años, Iván Ferreiro es uno de los artistas más reconocidos
de nuestro país y no solo se dedica a escribir y componer sus propios discos, sino que
también escribe canciones para artistas tan reconocidos como Raphael, para el que
compuso la canción “Carrusel”, incluida en el disco Infinitos bailes (2016). Además de
esto, Ferreiro, ocupa cada verano los escenarios de los principales festivales de música de
nuestro país y también es muy reconocida su carrera en países como México, Perú,
Argentina o Chile, donde suele ir con frecuencia de gira.
Pese a estar la canción terminada, el propio autor no está del todo seguro de la
intentio auctoris, y es que, como se refleja en el libro de Arancha Moreno, “Iván aún no
tiene muy claro sobre qué está escribiendo, pero sí una ligera idea: «Es una canción
sobre algo que me gustaría desear, o alguien que me gustaría que me gustara. Supongo
que ansiaba desear a una persona de una manera determinada, hacía canciones para
nadie»” (Moreno, 2017: 16-17).
Continúa comentando:
Sin embargo, para Iván Ferreiro, una de las cosas más increíbles de las canciones
es ver y oír cómo el público las hace suyas cantándolas. De hecho, el propio Ferreiro,
comenta lo siguiente: “Eso es algo que me gusta de las canciones, que tienen su propia
existencia y su propia vida, son ellas las que marcan si van a quedarse” (Moreno, 2017:
20).
Parece que casi la opinión común es que “Promesas” habla de una relación sin
futuro que no es muy sana para ninguna de las partes y que lo mejor para los dos es que
acabe, pese a que la persona que la interpreta promete a la otra persona cosas y se promete
a sí mismo cosas que se contradicen, como “prometo que no voy a pensar en ti / prometo
“Marca cómo voy a hacer las canciones a partir de ahí, cómo está hecho el
texto, sin saber de qué hablo en ese momento. Creo que es la primera vez
que me importa la letra, y me doy cuenta de que no diciendo nada puedo
decir un montón de cosas, empiezo a jugar con las palabras. Marca el
pistoletazo de cómo quiero hacer canciones”. Fue “un intento de contar
algo”, aunque en ese disco todavía va “a muerte con las letras” (Moreno,
2017: 20).
Continúa esta reflexión criticando a grupos que tienen, según él, una fama
inmerecida en cuanto al nivel de sus letras: “ahora hay grupos que hacen letras que todo
“M”
Lo que ocurre con esta canción es algo muy curioso. El libro que he seguido para
dar forma a este TFG introduce todos los capítulos con una frase que está relacionada con
la canción de la que se habla en cada capítulo. En este caso es la siguiente: “Cuando le
escribo una canción a una mujer, le digo que es suya mientras esté enamorado de ella,
pero luego puede pasar a ser de cualquiera. Les suele molestar bastante, pero es la puta
verdad” (Moreno, 2017: 33). Esta frase es de Iván Ferreiro y sirve perfectamente para
contar la historia de cómo surgió “M”. O lo que es lo mismo, explicar la intentio auctoris
de dicha canción.
Cuando surgió la idea de este tema, Iván Ferreiro estaba felizmente enamorado de
María, su chica por aquel entonces. De hecho, fue la propia María quien le pidió a Iván
“Mi chica, María, quería que le hiciera una canción, y le hice una, pero me
pareció que para que hubiera una canción tenía que contener cierto drama.
Estábamos juntos y no lo íbamos a dejar, pero escribí una canción de
ruptura. Le dije: «Toma, te hice una canción», y se enfadó conmigo. Joder,
Romeo y Julieta se tienen que morir al final para que la historia mole, sino
es un coñazo”, dice riendo (Moreno, 2017: 33).
Y es que sobre mentir en las canciones Iván sabe mucho. No es la primera vez que
confiese que tiene que ocultar la verdad para que la gente se enganche a sus letras:
El objetivo de emocionar se cumple con creces y cada vez más. De hecho, sobre
“M” hay una lectura de la intentio operis más que interesante que viene de Juan Luis
Giménez, antiguo miembro del grupo Presuntos Implicados y también músico
colaborador de Piratas en la grabación de Manual para los fieles (1997). El músico franco
español hizo suya la canción a través de la enfermedad de su mujer, quien padece
esclerosis múltiple. Él mismo se sincera de la siguiente manera “Mi mujer tiene esclerosis
múltiple. Cuando decía «Mi amor se cae el suelo / y no se queja demasiado», me veía
reflejado” (Moreno, 2017: 36). Pero esta no era la única coincidencia entre la “M” de Iván
y la “M” de Juan Luis. Y es que él mismo en el libro de Arancha Moreno seguía
abriéndose: “Mi mujer se llama María, con lo cual era «M» también. En esa canción me
dejé la piel por lo que me suponía emocionalmente” (Moreno, 2017: 36). Es por esto por
lo que quiso reflejar sus sentimientos a través de su guitarra, en concreto “una guitarra
con slide, con mucho efecto” (Moreno, 2017: 36). El guitarrista de Presuntos Implicados
Agarró la guitarra y se encargó del solo salvaje que hay justo al final. Esa
explosión le salió del alma: «Ponía la Les Paul (su guitarra) enfrente de los
altavoces para que se acoplara porque quería demostrar la rabia que sentía
por lo que le pasaba a mi pareja. Yo quería mostrar esa rabia, y esa canción
me llegaba muchísimo» (Moreno, 2017: 36).
2
Dichas palabras pertenecen a la charla “Música y mentiras”, cit., minuto 6 54”.
Hay una cuarta persona, que será Sujeto 7, que comparte opinión con Sujeto 4 y
Sujeto 6 en el aspecto del final de la relación, ya que explica lo siguiente: “al final del
3
Declaraciones extraídas de la entrevista que Iván Ferreiro concedió al programa de radio Carne
Cruda en el especial ‘Iván Ferreiro en crudo y en directo’ (https://www.ivoox.com/carne-cruda-ivan-
ferreiro-crudo-y-audios-mp3_rf_33804008_1.html [fecha de consulta: 12-6-2019], minuto 69 57”.
Hay una quinta opinión de esta canción que corresponde al Sujeto 8. Este sujeto
interpreta “M” de una manera muy diferente a todas las personas que han colaborado
haciéndome saber su opinión; sin embargo, creo que esta opinión deber tenerse muy en
cuenta porque, si bien no deja de ser cierto que es muy diferente al resto, en ningún
momento la letra de la canción llega a contradecir del todo la opinión del Sujeto 8. Y es
que glosa que el título de la canción hace referencia a la madre del autor, “esa persona
que lo da todo para dárselo a sus hijos, mientras ellos no son conscientes de lo que hace
hasta que un día se va para siempre y el vacío llena la casa”. Es curioso como el final
resulta aún más traumático en la opinión de este último sujeto con la ausencia para
siempre del destinatario de la canción.
En cuanto a las opiniones de las personas a los que pedí que me manifestasen su
interpretación respecto a las canciones solo una ha marcado un camino diferente con
respecto al resto. Mientras que la mayoría ha optado por interpretar la intentio auctoris
desde un punto de vista amoroso, el Sujeto 9 se ha desmarcado. Y es que esta persona ha
elaborado una intentio operis en la que sostiene que el autor tiene un dilema con su oficio,
con la música. Según comenta el Sujeto 9 el título viene de que “el equilibrio entre él y
la música es imposible”. Sin embargo, “cada vez que se decide a dejarlo ella le convence
otra vez”.
Esta es la única opinión que defiende esta teoría, ya que el resto, como ya hemos
comentado, interpretan la intentio operis desde un punto de vista amoroso. El Sujeto 2 da
una opinión muy subjetiva calificando como “muy triste” a la canción “El equilibrio es
imposible”. Además, añade: “el autor está enamorado de alguien que conoce y trata, pero
la otra persona no lo sabe. Y, por eso, no puede tener un equilibrio emocional porque
siempre que aparece ella lo cambia todo”. Por otra parte, el Sujeto número 10 ve la historia
de esta canción como “la típica relación de amigos en la que uno de las dos personas
quiere algo más pero el otro no”.
En cambio, para finalizar en esta canción con las opiniones ajenas al entorno del
autor, el Sujeto 7 cree que la imposibilidad del equilibrio del que se habla en la canción
es culpa de una de las dos personas que la protagonizan. Así lo argumenta: “parece que
el mando de la relación lo tiene la otra persona («Si cada vez que vienes me convences,
me abrazas y me hablas de los dos»)”. «Y yo siento que no voy, que el equilibrio es
imposible cuando vienes y me hablas de nosotros» para convencerle de que apostar por
ese tándem tiene sentido”. También, este mismo Sujeto 7, comenta lo siguiente sobre el
desenlace de la canción: “No te diré que no, yo te sigo porque creo que en el fondo hay
algo” que “en ese momento les da pánico estar juntos, quizá más por parte de ella y,
finalmente, vuelven al punto de partida”. Esta intentio operis coincide con la intentio
auctoris, como bien refleja Arancha Moreno, la autora de Iván Ferreiro. 30 canciones
para el tiempo y la distancia, con una breve reflexión sobre el verdadero significado de
“El equilibrio es imposible”:
Sin embargo, al igual que vemos cómo para los diferentes sujetos que han
colaborado con este TFG, la canción puede tener diferentes interpretaciones también para
Iván Ferreiro y Fon Román (los dos responsables de esta canción). “El equilibrio es
imposible” puede tener un sentido amoroso en el que Fon Román cree que “básicamente
trata de la incomodidad de los cambios, de la aceptación, de la rendición, de volver a caer
en los mismos errores y/o relaciones” (Moreno, 2017: 47). Vemos cómo uno de los
coautores deja varias interpretaciones en el aire.
“Años 80”
Quizá, la historia de “Años 80” sea la más curiosa de todas las canciones que forman
esta selección de ocho temas del autor gallego. Y es que, como confiesa Arancha Moreno,
“«Años 80» es fruto de un enfado” (Moreno, 2017: 53). Y el motivo de este enfado no
fue otro que la disparidad de opiniones entre Piratas y la discográfica Warner Music sobre
Ultrasónica, el cuarto álbum de estudio de la banda viguesa. Mientras que Piratas no
podían estar más contentos con el resultado de su último disco, en Warner no lo estaban
tanto. Querían un single y ninguna de las doce canciones que en ese momento daban
forma a Ultrasónica les servía para la función de presentar y, a su vez, vender el disco.
También comenta Moreno cómo sentó esta decisión en el seno de la banda: “A la banda
le sentó como un jarro de agua helada, recuerda Iván: «Teníamos el disco entero, nos
decían que era una puta mierda y que faltaba un single»” (Moreno, 2017: 53).
Ante tal choque con la realidad la banda lo tuvo claro y decidió que cederían, que
la discográfica tendría su ansiado single: “«¿Quieren una mierda? Hagámosla.» Crearían
una canción completamente artificial, una burla que, contra todo pronóstico, se
convertiría en el mayor éxito de su carrera: «Años 80»” (Moreno, 2017: 53). El cual nació
de la siguiente manera:
4
Iniciales de la persona que se encarga en una discográfica de los artistas y el repertorio.
Todas las canciones siempre tienen como destinatarios a los oyentes que las
escuchan y que las hacen suyas, si bien es cierto que una gran mayoría suelen tener un
destinatario personal y real, alguien de carne y hueso a quien van dedicadas. Este es el
caso de “Años 80”, como duramente confiesa el autor principal de la misma, Iván
Ferreiro: “Hice una letra con toda mi ironía y toda mi mala hostia, realmente estoy
puteando al tipo de la compañía todo el rato” (Moreno, 2017: 55). Sobre todo con el verso
“Seré como el tipo que algún día fui”, con el que Iván quiere hacer ver a su público de
manera velada que el A&R de Warner pretendía mediante Piratas resolver una frustración
del pasado.
Sin embargo, la canción dio un giro inesperado. A pesar de toda la rabia que
contenía y de que su intentio auctoris se basaba básicamente en atacar al A&R de Warner
por haberles obligado a meterse en el estudio a grabar una canción con la que no se sentían
identificados y cuyo único objetivo era contentar a su discográfica por el bien del futuro
Por otro lado, la intentio operis de esta canción es, curiosamente, interpretada de
forma totalmente diferente a como Iván Ferreiro pensó el día en que la compuso. Al ser
una canción con un origen tan personal y tan privado, ya que no todo el mundo tiene
acceso a vivir el proceso de grabación de un disco, a los sujetos a los cuales pregunté les
ha resultado totalmente imposible coincidir con la misma opinión que sus autores. De
hecho, la opinión más acercada a la real que tenemos pertenece al Sujeto número 5, quien
confiesa que tiene “la sensación de que seguro que (la intentio auctoris) es algo muy
alejado de lo que yo mínimamente interpreto”. Dicho sujeto relaciona los versos “No te
echaré de menos en septiembre / Verano muerto, veré a las chicas pasar” con la “ruptura
5
Dato extraído de Spotify, principal plataforma musical a nivel mundial el 22 de mayo de 2019.
“Ciudadano A”
No suelo decir
No suelo pensar lo repugnante que resulta veros en la tele
que los demás teman por mí. haciendo bailar
A lo mejor supones que soy un animal los numeritos en las tablas,
no más silvestre que esta piedra vuestras putas casas son de verdad.
que mi enojo el día que yo vi Y a mí me da que todo es de mentira.
lo miserable que podía ser lo miserable.
Vi cómo una vez
No suelo pensar cambiabas todo en el telediario.
que los demás me entienden ni un Vi a todos llorar.
momento, Es imposible contenerme, ahora no
y una vez que empiezo a hablar consigo.
mis vomitonas me convierten en un Vi a tu mujer
descarado. cómo besaba a todos en Madrid en las
calles
Sí, tienes razón, y a ti en Berlín
es complicado mantener el tipo en cualquier vendiendo Europa a los americanos,
situación, vendiendo Europa a los americanos,
ya ves, vendiendo Europa a los americanos.
yo sobrevivo a base de basura y
desencuentro. Todo lo que nunca tendré.
No podrás decir Todo lo que nunca tendré.
que no te dije lo que había un día en su
momento. Vendiendo Europa a los americanos,
Mírate bien, vendiendo Europa a los americanos,
que estás inflado de mediocridad. vendiendo Europa a los americanos,
vendiendo Europa a los americanos.
De hecho, Suso Sáiz (músico gallego muy vinculado a Piratas y, por consiguiente,
a Ferreiro) comenta con certeza que, aunque pueda parecer evidente en la intentio operis
de una canción de Iván la fuerte carga social la intentio auctoris puede estar jugando con
un doble significado ambiguo: “En las letras de Iván hay caminos hacia un lado y hacia
el contrario. Hay muchos temas que parecen de amor o desamor, pero realmente está
hablando de la Bolsa, o del Congreso” (Moreno, 2017: 125).
Aunque el título de “Ciudadano A” pueda llevarnos a acordarnos del apellido del
presidente que en aquel momento gobernaba España, José María Aznar, es un error seguir
esta teoría como confiesa Ferreiro:
De hecho, para Iván “Todos somos el puto «Ciudadano A»” (Moreno, 2017: 122),
incluso él mismo. Vive con mucho desencanto la etapa política actual, cree que es similar
al ambiente que se podía vivir en España en plena Guerra Civil, donde hay dos bandos y
no puedes salir de la opinión estereotipada por cada uno de ellos:
Como acertadamente dice Arancha Moreno en su propio libro sobre esta reflexión,
“Lo ha soltado todo. Y sin darse cuenta ha dado aún más sentido a otro de los versos:
«Mis vomitonas me convierten en un descarado»” (Moreno, 2017: 123). No obstante, este
descarado da la sensación de que estalla en el momento en el que todo va fatal. Pero no,
cuando escribe Iván la canción las cosas no iban del todo mal. Cuando empiezan a ir a
peor es, casualmente, cuando la canción se hace pública: ocurre el desgraciado atentado
terrorista del 11-M y, también, la crisis económica empieza a gestarse. Y es que “Durante
aquellos días de marzo de 2004 Iván pensó en que la canción «Se iba a ir a la mierda»,
pero con el paso del tiempo cobra más sentido” (Moreno, 2017: 124).
Esta canción de lo que habla es de la gente, es a quien critica. El “Ciudadano A” no
son los políticos que cometen errores que cuestan vidas y todo tipo de situaciones crueles
Además de esta referencia tan clara al que fuera presidente del Gobierno de España,
el Sujeto 7 dice que también “hay un momento” en el que ve una crítica generalizada “a
los políticos de su clase”. Esta intentio operis es compartida también por el Sujeto 6, quien
opina que es una “crítica a la clase política o a los gobernantes que no miran por los
ciudadanos a los que representan, sino que solo miran por sí mismos”. El Sujeto 11, que
es muy seguidor de Iván Ferreiro y, por consiguiente, conoce un poco más al artista
respecto al resto de sujetos habla de “Ciudadano A” como “La canción más política de
Iván. Donde habla con disgusto de la sociedad en la que vive y nos echa una bronca a
todos”. Esta opinión tiene mucho que ver con la intentio auctoris, al igual que la del
Sujeto 3, que ve “una crítica a la sociedad que siempre intenta hacer ver que todo es bonito
Por consiguiente, esto nos hace ver que, en el caso de esta opinión del Sujeto 8,
tendríamos que descartar esta interpretación por falta de coherencia con el texto ya que
en ningún momento Iván Ferreiro menciona en la canción claramente a la depresión.
“Extrema pobreza”
Al igual que hicimos en el caso de “M”, me parece reseñable destacar la frase que
introduce al capítulo correspondiente a “Extrema pobreza” en el libro de Arancha Moreno
Iván Ferreiro. 30 canciones para el tiempo y la distancia. Esta frase introductoria, la cual
pertenece a Iván, dice lo siguiente: “Hay quien cree que me escapo de la realidad con las
canciones, pero lo cierto es que las canciones me muestran una realidad que no sé si quiero
ver” (Moreno, 2017: 129).
Como acabamos de decir, con esta frase de Iván da inicio el capítulo del libro
destinado a contar la historia de “Extrema pobreza”. Esta canción fue publicada en el año
2006 y viene a contar una cruel pero real historia de la vida más personal del protagonista
de este trabajo. Aunque publicada en 2006, “Extrema pobreza” fue escrita en el verano
de 2005, curiosamente un estío antes de producirse la separación entre Iván y María, su
mujer por aquel entonces y, también, la verdadera destinataria de la canción “M” (también
abordada en este TFG).
Iván y María llevaban varios años de relación que, además, había dado como fruto
dos hijos: Lucas y Andrés. Sin embargo, llegó un momento en el que Ferreiro se dio
cuenta de que su relación sentimental no evolucionaba, que no era feliz con su mujer. No
obstante, el problema no venía de ella, lo tenía él mismo. Ya no la quería como antes:
“No hay más pobreza que cuando te sientes hecho una mierda, y alguien te quiere y tú no
eres capaz de corresponderle. Le quieres, pero eres incapaz de darle lo que necesita”
(Moreno, 2017: 130). Esta pobreza a la que hace mención el artista gallego, como puede
interpretarse fácilmente, está relacionada con el título de la canción.
En cambio, aunque no ha ido por la línea exacta del autor la interpretación que le
dan a “Extrema pobreza”, las personas que han decidido colaborar con este trabajo, sí que
se acercan bastante a lo que Iván Ferreiro tenía en su cabeza a la hora de escribir esta
canción. Y es que la intentio operis del Sujeto 1, por ejemplo, se acerca bastante a gran
parte de la intentio auctoris: “Transmite tristeza con motivo de un amor que fue y ya no
es. Un desgaste progresivo y prolongado en el tiempo que ya no tiene vuelta atrás. Es
como el momento en el que asume que el amor se acabó y recopila evidencias de ello”.
Por el mismo camino discurre la intentio operis del Sujeto número 12, quien
sostiene que el artista en “Extrema pobreza” nos cuenta las “causas que han propiciado la
falta de cariño entre este y su pareja hasta llegar a un punto en el que se acabó el amor
entre ellos”.
Por el mismo cauce que estos dos últimos sujetos, pero sin entrar en la
argumentación de las causas para la ruptura que se intuye en la canción, discurre la
intentio operis que ven el Sujeto 10 (“Nostalgia de una relación que se ha terminado
porque se han dejado de querer”) y el Sujeto 6 (“La evolución para mal de una relación
de pareja que acaba rompiendo por falta de entendimiento entre ellos”). En este caso
ambos sujetos ven una ruptura al final de la relación. Sin embargo, el Sujeto 8 y el Sujeto
5 creen que la relación aún continúa. De forma exánime, pero continúa. Sujeto 5:
“Interpreto que el autor quiere mostrarnos un esfuerzo inútil por tener un amor que ya se
apaga y por el que se lamenta”; y Sujeto 8: “Habla sobre una relación que ya está muerta
“Toda la verdad”
El título de esta canción tiene mucho que ver con la frase que destaca Arancha
Moreno al inicio del capítulo dedicado a “Toda la verdad”. Esta frase no es otra que
“Cualquier verdad mal contada es una puta mentira”, frase atribuida al propio Iván
Ferreiro. Y es que esta canción que ahora nos ocupa pertenece a una etapa en la que Iván
decidió separarse de su mujer por aquel entonces. A causa de esta triste decisión hubo
muchos rumores e informaciones sobre él y su ex pareja corriendo por los círculos más
íntimos del artista que no eran verdad. Todo esto le hizo enfadarse y, de cara a su próximo
disco, tuvo claro que quiso soltar sin cortapisa lo que tenía dentro (Moreno, 2017: 151).
De hecho, el título del álbum en el que está incluida “Toda la verdad” lleva por
nombre Mentiroso mentiroso. Este título no fue fruto del azar, sino que se llamó así en
homenaje a la película Lier lier (Mentiroso compulsivo en la versión española) dirigida
por Tom Shadyac y estrenada en el año 1997. Además de este guiño cinematográfico, que
tan típico es en la discografía de Ferreiro, lo que pretende el artista vigués es jugar con la
verdad y la mentira, como él mismo confiesa: “Iba a ser mentiroso dos veces, porque dos
negaciones hacen una verdad. Y quería que la primera canción se llamase «Toda la
verdad». Así negaría todo lo anterior” (Moreno, 2017: 153).
Como ya hemos comentado anteriormente, Iván quería quedarse a gusto con él
mismo y, de alguna manera, contestar a todo lo que se estaba diciendo sobre él y su vida
privada:
“Muchas veces me he sentido más traicionado por los que se suponía que
eran mis amigos que por una mujer. Cuando me separé de la madre de mis
hijos un par de ellos se metieron de más”. Terceras personas que se
mezclaron en la separación de una pareja (Moreno, 2017: 152).
Y es que, para Iván Ferreiro, “la vida es interpretación” (Moreno, 2017: 154). Lo
sabe bien Arancha Moreno, que explica lo siguiente relacionado con su propia intentio
operis del inicio de “Toda la verdad” en su libro Iván Ferreiro. 30 canciones para el
tiempo y la distancia:
Al igual que pasaba con el álbum al que pertenece la canción anterior, el origen
del título de la última letra que nos ocupa en este trabajo también proviene del séptimo
arte. Como ya hemos mencionado en este trabajo, Iván Ferreiro ha puesto nombre a
multitud de sus composiciones influido por series o películas que le han inspirado.
Pues bien, el título de esta canción tiene su origen en la película de Woody Allen del
año 1973 del mismo nombre. Sin embargo, no por capricho del cantante vigués, sino
por puro deseo de Álex Ferreira (cantante dominicano amigo de Ferreiro y gran
admirador del cineasta norteamericano), quien ayudó a Iván a desarrollar la maqueta
primitiva de “El dormilón”.
Además de este guiño cinematográfico, el título también hace referencia a que
en la canción se habla de sueños y de dormir. No obstante, el protagonista de la misma
habla sobre el título:
Finaliza esta breve disertación sobre la verdadera intentio auctoris con una frase
bastante contundente: “Al final es contraproducente explicárselas a la persona que
tienes al lado. Cuando me han preguntado, le he dado el significado que me ha venido
en gana” (Moreno, 2017: 206). La propia autora del libro donde Ferreiro realiza estas
declaraciones concluye que, el gallego, “Ha seguido escribiendo a su manera”
(Moreno, 2017: 206).
Y es que, al igual que no hay una fórmula que determine si una canción va a ser
un éxito o no, tampoco hay una fórmula que fije una intentio operis universal en la que
todos los receptores que disfruten de la canción en cuestión compartan la misma
interpretación sobre la misma.
Así, el único que se contagia del carácter feliz que imprime “El dormilón” es el
Sujeto número 1, quien comenta que “es una canción alegre”. Opinión que comparte
con el autor, quien dice sobre ella lo siguiente: “solo luz, es de mis primeras canciones
donde no hay ni una sombra” (Moreno, 2017: 208). También, este mismo sujeto ve
cómo se “describe a dos protagonistas de una pareja viva y perfecta”. “Cada uno con
sus cualidades individuales, se complementan a la perfección”, como bien va relatando
a lo largo de la canción el autor: “Ella quiere salvar el planeta / y él quiere que el
mundo se gobierne solo. / Ella vuela en bicicleta / y él la llama desde un taxi”. Opuestos
que construyen una relación “viva y perfecta”, como dice el Sujeto 1.
A medida que iba haciendo canciones, y creía que las letras hablaban de
una serie de cosas, descubría que no, que realmente los autores para hacer
una canción lo que hacen es contarte un cuento y, muchas veces, aunque
parece que está súper desgarrado el que está ahí metido en esa canción
pues, realmente, te está contando una milonga6.
6
“Música y mentiras”, cit., minuto 4 36”.
7
“Música y mentiras”, cit., minuto 8 46”.