TFG F 2019 243

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TRABAJO DE FIN DE GRADO

CURSO 2018/2019

LA INTENTIO AUCTORIS Y LA INTENTIO


OPERIS EN LAS CANCIONES DE IVÁN
FERREIRO

Óscar GONZÁLEZ LEÓN

TUTOR ACADÉMICO: Alfonso MARTÍN JIMÉNEZ


ÍNDICE

INTRODUCCIÓN . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5

PARTE TEÓRICA

1. UMBERTO ECO Y LOS LÍMITES DE LA INTERPRETACIÓN . 7


2. ¿ES IMPORTANTE LA INTENCIÓN DEL AUTOR? . . . . .11

PARTE PRÁCTICA

1. ¿QUIÉN ES IVÁN FERREIRO?. . . . . . . . . . . . 13


2. ANÁLISIS DE LAS CANCIONES DE IVÁN FERREIRO. . . 15
- Promesas que no valen nada . . . . . . . . 15
- “M”. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 19
- El equilibrio es imposible . . . . . . . . 23
- Años 80 . . . . . . . . . . . . . . . . . 26
- Ciudadano A . . . . . . . . . . . . . . . .30
- Extrema pobreza . . . . . . . . . . . . . 34
- Toda la verdad . . . . . . . . . . . . . . 37
- El dormilón . . . . . . . . . . . . . . . 41

CONCLUSIÓN . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 46

BIBLIOGRAFÍA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 49
INTRODUCCIÓN

Llegado al fin del Grado en Español: lengua y literatura, he decidido aunar en mi


trabajo de fin de grado dos de mis pasiones: la literatura y, sobre todo, la música. Desde
bien pequeño en mi casa ha sonado música de muy diversos estilos casi de forma
ininterrumpida desde la salida hasta la puesta de sol. En mis primeros años de vida esa
música no era elegida, ya que tenía que escuchar la impuesta por mis padres que,
sorprendentemente (o no), en la mayoría de los casos era de mi agrado. En mi
adolescencia ya logré, al menos, consensuar qué podía sonar y qué no podía sonar en
casa. En los últimos años la música que suena en mi hogar y en mi coche es ya pactada y
ya hasta soy yo el que en muchas ocasiones puede elegir lo que suena por los altavoces.

Con el paso de los años, los estilos que he ido escuchando a lo largo de mi vida
han ido variando de acuerdo a mis circunstancias. Ya sean aficiones y gustos pasajeros,
ideología política, buenas y malas compañías o, sobre todo, situaciones sentimentales.
Muchas veces, cuando uno está feliz, parece que tiene su tiempo tan distraído u ocupado
que no desprecia ni el más mínimo segundo en buscar música que pueda reflejar su estado
de ánimo. Sin embargo, cuando uno está melancólico (por no decir triste), parece que
cualquier momento es bueno para buscar soluciones que mejoren su estado de ánimo o
que le ayuden a caer más bajo, si es que es posible, y ya no quede posibilidad que no sea
resurgir cual ave fénix.

Quizá esta última opción fue la que yo estaba experimentando cuando conocí al
protagonista de este humilde trabajo de fin de grado: Iván Ferreiro. Pese a que la carrera
de este músico gallego es dilatada, no fue hasta bien avanzada su etapa en solitario cuando
decidí incorporarme a su legión de fans. ¿Que por qué me gusta Iván Ferreiro? Porque
me parece increíble la manera en que transmite tantísimas sensaciones con su música,
pero fundamentalmente con sus letras.

Y es que de eso va este trabajo, de sus letras. De lo que dice, de cómo lo dice,
pero, sobre todo, de lo que quiere decir y de lo que el oyente/destinatario interpreta. O lo
que es lo mismo, de la intentio auctoris y la intentio operis. Es por esto por lo que decidí
preguntar a la gente más afín a mí, y que más se identifica con la música que Iván Ferreiro

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interpreta, que me expresase lo que las canciones del artista gallego le hacen sentir y así
poder elaborar un juicio de acuerdo a la relación entre la intentio auctoris y la intentio
operis. Estos dos últimos conceptos, al igual que la intenio lectoris (aunque en este trabajo
no nos interese especialmente), han sido muy estudiados por Umberto Eco y sobre ellos
dice lo siguiente:

cuando se produce un texto no para un destinatario concreto sino para una


comunidad de lectores, el autor sabe que será interpretado no según sus
intenciones sino según una compleja estrategia de interacciones que implica
también a los lectores, junto a su competencia de la lengua como patrimonio
social (Eco, 1992: 124-125).

Esto nos hace replantearnos no solo la literatura, sino el arte como tal. Cualquier
expresión artística estará dependiendo de las palabras anteriormente mencionadas. Ya que
tendrá su parte en la que el autor desarrolla una opinión y unos pensamientos y otra parte
en la que el espectador que consume esa creación artística lo interpreta de manera
totalmente subjetiva. Y es que, a día de hoy, cualquier expresión artística se analiza.
Fundamentalmente desde la ignorancia, pero se analiza, al fin y al cabo. Desde un sketch
de un cómico, hasta una pintada anónima en una pared, pasando por un teatrillo sin
importancia de dos titiriteros anónimos o la letra de un rapero que quiere hacer una dura
crítica social, todo es interpretable y opinable. Y más aún en la época de las redes sociales,
donde todos tenemos opinión y casi todos la manifestamos desde un perfil que se “oculta”
bajo un avatar.

Polémicas aparte, en este mismo momento comienzo a centrarme única y


exclusivamente en la intentio auctoris e intentio operis en las canciones de Iván Ferreiro.
Comenzamos.

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PARTE TEÓRICA

1. UMBERTO ECO Y LOS LÍMITES DE LA INTERPRETACIÓN

Uno de los primeros autores que más y mejor han teorizado acerca de la intentio
auctoris y la intentio operis es el italiano Umberto Eco, quien, de hecho, fue el que se
inventó estos conceptos. De acuerdo a todo lo que he leído y me he documentado respecto
a estos dos términos, me atrevería a definir la intentio auctoris como la intención del autor
cuando mezcla lo que siente en el momento de escribir, lo que pasa por su cabeza y lo
que pretende hacer sentir al lector. Por otro lado, la intentio operis es lo que el texto dice
dejando a un lado lo que el autor pueda querer decir o lo que el lector como receptor
pueda interpretar del mismo.

Sobre cómo afrontar una obra literaria a la hora de interpretarla hay una visión que ha
llamado especialmente mi atención en el libro de Umberto Eco Los límites de la
interpretación: “El mundo renacentista, inspirado por el hermetismo neoplatónico,
intentó definir el texto ideal, en forma de texto poético, como aquel que puede permitir
todas las interpretaciones posibles, incluso las más contradictorias” (Eco, 1992: 30).

Esto lo que nos quiere decir es que ya, desde hace siglos, se han aceptado muchas
lecturas a la hora de interpretar y disertar del texto. Sobre esto mismo habla el propio Iván
Ferreiro: “Ese mundo cuántico de que las canciones signifiquen muchas cosas a la vez
me encanta, es de lo que me alimento” (Moreno, 2016). No obstante, todas se han
aceptado con la misma validez, como bien dice Eco en Los límites de la interpretación:
“decir que un texto carece potencialmente de fin no significa que cada acto de
interpretación pueda tener un final feliz. Incluso el deconstruccionista más radical acepta
la idea de que hay interpretaciones que son clamorosamente inaceptables” (Eco, 1992:
19).

Por otro lado, como contraposición, el mismo Eco comenta que, en la Edad Media,
se “había ido en búsqueda de la pluralidad de los sentidos ateniéndose, con todo, a una
rígida noción de texto como algo que no puede ser contradictorio” (Eco, 1992: 30). De
todos modos, este tipo de visión, que admite que la única decisión es la que corresponde
al intérprete, es conocida como idealismo mágico.

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Como estamos viendo, esta cuestión tiene una larga y polémica vida que ha dado
lugar a numerosos debates y a múltiples estudios que ahondan en el aspecto de dónde
empieza uno y dónde termina otro: “[…] la investigación sobre la intención del autor y
sobre la de la obra coinciden. Coinciden, al menos, en el sentido que autor (modelo) y
obra (como coherencia del texto) son el punto virtual al que apunta la conjetura” (Eco,
1992: 41). Y es que el mismo Eco resalta que

La iniciativa del lector consiste en formular una conjetura sobre la intentio


operis. Esta conjetura debe ser aprobada por el conjunto del texto como un
todo orgánico. Esto no significa que sobre un texto se pueda formular una y
sólo una conjetura interpretativa. En principio se pueden formular infinitas
(Eco, 1992: 41).

Para entender mucho mejor la distinción que hace Umberto Eco entre intentio
auctoris e intentio operis nos sirve de gran ayuda la teoría desarrollada por Tomás
Albadalejo denominada teoría de los mundos posibles. Esta teoría, a juicio del tutor de
este trabajo, Alfonso Martín Jiménez, como afirma en su libro Literatura y ficción. La
ruptura de la lógica ficcional, es muy útil para explicar la naturaleza del mundo del autor
y del mundo de los personajes. Basándose en Tomás Albaladejo, quien explica que dicha
teoría “se presenta como una forma de explicación de la realidad, ampliamente entendida
esta, pues de ella forma parte tanto el mundo real efectivo, objetivo, como los mundos
alternativos de este” (Albadalejo, 1986: 76), Martín Jiménez opina que “sirve tanto para
explicar nuestro comportamiento en la vida real como el comportamiento de los
personajes que pueblan los mundos de ficción, entendidos como mundos alternativos al
de la realidad” (Martín, 2015: 67).

Esta teoría de los mundos se fundamenta de acuerdo a “tres tipos generales de


modelo de mundo a los cuales corresponden los diferentes modelos de mundo concretos,
particulares” (Albadalejo, 1986: 58). Como explica Alfonso Martín,

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Tomás Albadalejo contempla la existencia de tres tipos de modelo de
mundo por los que se rige la creación de todas las obras narrativas. Así, el
tipo I de modelo de mundo es el de lo verdadero, y a él corresponden los
modelos de mundo cuyas reglas son las del mundo real objetivamente
existente (autobiografías, libros de viajes, memorias…); el tipo II de modelo
de mundo es el de lo ficcional verosímil, al que corresponden los modelos
de mundo cuyas reglas, sin ser las del mundo real objetivo, están construidas
de acuerdo con estas (novela realista, novela naturalista…); y el tipo III de
modelo de mundo es el de lo ficcional no verosímil, al que corresponden los
modelos de mundo cuyas reglas implican una transgresión de las normas de
mundo real objetivo (novelas de ciencia ficción, cuentos maravillosos…)
(Martín, 2015: 67).

De todos modos, Martín también comenta que “dicha teoría considera que el
universo o mundo general de la obra está compuesto por tantos submundos o mundos de
individuo como personas o personajes forman parte de la misma” (Martín, 2015: 67).

Sin embargo, aunque la teoría de los mundos posibles no sea el principal pilar
sobre el que se sustenta este trabajo, “puede ser de gran utilidad para describir la
composición del mundo del autor” (Martín, 2015: 69).

Según Martín “el mundo del autor está compuesto por submundos imaginarios”
(Martín, 2015: 69) y “el mundo del autor no necesita de una estructura temporal en la que
sustentarse, por lo que puede prescindir del submundo real efectivo, desarrollando
básicamente los submundos imaginarios” (Martín 2015: 69).

No obstante,

los textos que forman parte del mundo del autor, como los poemas líricos
o los ensayos, se caracterizan por su tendencia al estatismo, ya que no
exponen una serie de sucesos ocurridos en el tiempo. Cuando en los
poemas o en los ensayos se alude a determinados acontecimientos de la
vida real, suelen aparecer como pretextos para expresar a su través la
subjetividad emocional o el punto de vista argumentativo del autor […],
por lo que dichos textos tienden a desarrollar los submundos imaginarios

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del propio autor. En consecuencia, entre el mundo del autor y el mundo de
los personajes existe una diferencia esencial: mientras que el primero
despliega los submundos imaginarios del autor, el segundo tiende a
desarrollar tanto el submundo real efectivo como los submundos
imaginarios de los personajes. Cabe resaltar que los submundos
imaginarios que se desarrollan en el mundo del autor pueden ser atribuidos
al propio autor empírico, ya que suponen la expresión directa de sus
procesos mentales, mientras que los elementos del mundo de los
personajes de carácter ficcional no pueden ser directamente asignados al
propio autor, sino a los personajes que los experimentan (Martín, 2015:
90).

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2. ¿ES IMPORTANTE LA INTENCIÓN DEL AUTOR?

Teoría de los mundos aparte, hay muchos puntos de vista acerca de la


interpretación sobre el significado real de una obra artística. Me atrevería a decir que
tantos como personas hay en el mundo. Este es un tema muy recurrente en el mundo
periodístico cuando en entrevistas a un autor le preguntan sobre lo que pasaba sobre su
cabeza en el momento en que compuso su canción. Aunque por lo general los artistas
suelen explicar el significado de sus canciones, hay otros que prefieren reservárselo y no
compartirlo. A estos últimos pertenece Mikel Izal, cantante y compositor del grupo IZAL,
quien comenta lo siguiente: “No nos gusta hablar mucho sobre los significados concretos
de las letras” (Luquero, 2018); “Preferimos que la gente la haga suya y le dé su
significado. Es muy curioso cómo se escribe una canción con una determinada temática
y luego cada uno le da su propio significado” (Mat, 2015). Esta postura cada vez es
adoptada por más artistas, como José Miguel Conejo, más conocido como Leiva, quien
dice al respecto lo siguiente: “lo que tú quieres contar en una canción da igual, luego la
gente va a buscar su propio sentido” (Gómez, 2019). Y es que al fin y al cabo el arte se
basa en eso: el artista se expresa en una obra (intentio auctoris), el receptor consume la
obra y, de acuerdo a lo que ha sentido cuando disfrutaba de ella, elabora una interpretación
y le da un significado concreto a lo que acaba de consumir (intentio operis). Sobre esto
último, sobre el significado, Dámaso Alonso opina lo siguiente:

El significado es una alteración de nuestra vida espiritual, ni medible, ni


registrable; sólo de un modo vagamente aproximado lo podemos analizar.
Lo que sí percibimos inmediatamente es su complejidad enorme. Aun en
el poema más sencillo, el significado es un mundo (Alonso, 1987).

Como he dicho anteriormente el significado es libre e, incluso, es más que


probable que cada persona tenga una visión personal sobre un mismo ente artístico. Es
por esta razón por lo que queremos conocer la opinión del artista que centra el motivo de
este trabajo acerca de parte de su obra artística. Aunque él mismo en una charla TED

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reconoce que no es real todo lo que cuenta, de hecho, se manifestaba así por aquel
entonces: “yo tengo una profesión que se basa en mentir o en contar cuentos”1.

Pues bien, son ocho los cuentos o, mejor dicho, las canciones de Iván Ferreiro que
he elegido para ver las diferentes vivencias, sensaciones y estados de ánimo que el artista
vigués tuvo que atravesar para llegar a escribir lo que después tanta gente ha cantado y
sigue cantando en cada uno de sus conciertos.

Volviendo al significado de las canciones, creo que, aunque es atractiva la idea de


no conocer el origen de una canción o no saber lo que quería plasmar el artista en su obra
cuando la elaboró, la comunicación puede ser más completa si se conoce la intentio
auctoris, ya que puedes sentirte identificado con la situación personal del autor que le
llevó a escribir esa canción determinada en ese momento exacto. En cambio, si tú no
conoces la intentio auctoris, puedes imaginarte un estado de ánimo que es muy probable
que no sea el verdadero y fantasear con que sea el mismo que el tuyo, pero a ciencia cierta
no lo sabes. Por lo que la intentio operis sería más personal y también más hipotética.

Una gran ayuda para desarrollar este trabajo ha sido el libro de Arancha Moreno
Iván Ferreiro. 30 canciones para el tiempo y la distancia, en el que la periodista
madrileña hace un repaso de la carrera de Iván Ferreiro a modo biográfico a través de
treinta de sus canciones. En algunos casos éxitos, en otros grandes desconocidas. En cada
una de ellas Moreno analiza el origen de la canción relacionándolo con el momento
personal y sentimental que vivía el artista gallego por aquel entonces. Este no sólo accede,
sino que también abre sin tapujos sus sentimientos y desvela anécdotas y detalles sin los
que sería muy difícil conocer la intentio auctoris. Es más que probable que, hasta la
aparición de este libro, mucha gente deambulase por su propia intentio operis de manera
errónea.

1
Dichas palabras pertenecen a una charla que Iván Ferreiro dio el 10 de octubre de 2010 en el
Círculo de Bellas Artes de Madrid, titulada “Música y mentiras”, dentro de las charlas TED x Sol
(https://www.youtube.com/watch?v=VFOxJJp2ZCc [fecha de consulta: 12-6-2019]), minuto 3 23”.

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PARTE PRÁCTICA
1. ¿QUIÉN ES IVÁN FERREIRO?
Iván Ferreiro Rodríguez nació en Vigo (Pontevedra) un 15 de agosto de 1970. Es
el mediano de tres hijos de un matrimonio compuesto por un agente de seguros, que era
el que mayor inyección económica aportaba al hogar, y una viajante vendedora de
artículos de regalo, que también tuvo un servicio de neumáticos donde el mediano de los
Ferreiro Rodríguez alguna vez trabajó como castigo. Desde muy pequeño Iván se interesó
por el mundo de la música, adquiriendo instrumentos en su adolescencia con los que
pretendía imitar a sus grupos gallegos favoritos, como eran Siniestro Total o Golpes
Bajos, que tanto destacaron en la década de los 80 no solo a nivel autonómico sino
nacional.
Con 15 años formó su primera banda de rock llamada Usted perdone, la cual no
tuvo transcendencia, ya que era la típica formación adolescente que utilizaban para
ensayar y hacer versiones de grupos de referencia para ellos. Sin embargo, cuando acabó
el instituto, la madre de Iván no quería que su hijo se dedicase a la música, ya que ella
solo lo veía como un hobby, y trató de que su hijo estudiase, pero sin demasiado éxito. Y
es que el artista vigués llegó a empezar hasta cuatro carreras universitarias diferentes:
Matemáticas en primer lugar, después Historia, pasando por Biología hasta llegar a
Derecho, que fue la última. Ninguna de ellas fue terminada.
Cuando cumple 21 años forma la que será la banda que le cambiará la vida: Los
Piratas. Junto con Paco Serén, Fon Román, Javier Fernández (también conocido como
Hal 9000) y Pablo Álvarez. Juntos grabarán cinco álbumes de estudio: Quiero hacerte
gritar (1993), Poligamia (1995), Manual para los fieles (1997), Ultrasónica (2001) y
Relax (2003). Además de estos también publicaron dos discos en directo: Los Piratas
(1992) y Fin de la segunda parte (2004); tres álbumes recopilatorios: Fin de la primera
parte (1998), Disco duro (2008); y dos discos de, según lo catalogaron ellos mismos,
“rarezas”: Respuestas (2003) y Dinero (2003).

Pese a que nunca tuvieron un éxito abrumador, sí que fueron contando con una
buena legión de fieles que les permitió, durante todos los años que duró en activo el grupo,
vivir de la música, aunque sin grandes alardes. De hecho, fue ya a posteriori, cuando el
grupo comenzó a tener más éxito y a ser más popular y comercial gracias a canciones que

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desgranaremos a lo largo de este trabajo, como “El equilibrio es imposible”, “Promesas
que no valen nada” o, sorprendentemente para el grupo, “Años 80”.

Tras la etapa de Piratas, finalizada en diciembre de 2003 con su último concierto,


Iván Ferreiro se toma una pausa de algo más de un año, que ocupa actuando en bares
pequeños de Vigo junto con su hermano, Amaro Ferreiro, en un dúo llamado Rai Doriva
e As Ferreiro de una forma un tanto peculiar. Y es que se suponía que la estrella de dichos
shows era un tal Rai Doriva que nunca aparecía. Entonces, los hermanos Ferreiro,
ataviados con mandiles de ama de casa, cubrían su ausencia haciendo versiones de
muchos grupos admirados por ambos. Entre estos grupos se encontraban los propios
Piratas incluso.

Es en 2005 cuando Iván decide lanzar su primer álbum en solitario, titulado


Canciones para el tiempo y la distancia. Después, hasta hoy mismo, ha publicado otros
ocho discos más, entre los que podemos encontrarnos seis que están grabados en estudio:
Las siete y media (2006), Mentiroso mentiroso (2008), Picnic extraterrestre (2010), Val
Miñor – Madrid: Historia y cronología del mundo (2013) y Casa (2016), además del
tributo a Golpes Bajos que publicó a finales del pasado año 2018 llamado Cena
recalentada. Después, grabados en directo, tiene otros dos: Mentiroso mentiroso en
directo (2008) y Confesiones de un artista de mierda (2011).

A día de hoy, a sus 49 años, Iván Ferreiro es uno de los artistas más reconocidos
de nuestro país y no solo se dedica a escribir y componer sus propios discos, sino que
también escribe canciones para artistas tan reconocidos como Raphael, para el que
compuso la canción “Carrusel”, incluida en el disco Infinitos bailes (2016). Además de
esto, Ferreiro, ocupa cada verano los escenarios de los principales festivales de música de
nuestro país y también es muy reconocida su carrera en países como México, Perú,
Argentina o Chile, donde suele ir con frecuencia de gira.

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2. ANÁLISIS DE LAS CANCIONES DE IVÁN FERREIRO

“Promesas que no valen nada”


Prometo no mandar más cartas y no pasar busco una verdad.
por aquí. Intento que suenen de forma genial, intento
Prometo no llamarte más y no inventar ni que no digan nada.
mentir. Nada siempre es toda la verdad.
Prometo no seguir viviendo así, prometo no Nada significa nada.
pensar en ti, prometo dedicarme solamente Y rompo las promesas que me hice a mí.
a mí. Prometo pensar en ti.
Prometo que a partir de ahora lucharé por Ahora prometo solo pensar en ti.
cambiar, prometo que no me verás, que no Y hago que suenen de forma genial.
voy a molestar. Prometo que no dicen nada.
Sabes que lo digo de verdad, que no voy a Nada siempre es toda la verdad.
fallarte en nada, que tengo mucha fuerza de Nada significa nada.
voluntad, que no te fallaré en nada. Palabras que no dicen nada en estas cuatro
Prometo no seguir así, prometo que no voy paredes.
a pensar en ti, prometo dedicarme Promesas que no valen nada, nada, nada,
solamente a mí. nada.
Y el aire que me sobre alrededor. Y el aire que me sobre alrededor.
Y el tiempo que se quede en nada. Y el tiempo que se quede en nada.
Nunca más escucharé tu voz, energía nunca Nunca más escucharé tu voz, energía nunca
liberada. liberada.
Promesas que se perderán en estas cuatro Promesas que se perderán en estas cuatro
paredes. paredes.
Como lágrimas en la lluvia se irán. Como lágrimas en la lluvia se irán.
Siempre que no tengo sueño y no puedo
descansar invento más de mil palabras y

En 1994, cuando Iván Ferreiro escribió su primer éxito, él mismo no fue


consciente de ello hasta que no pasaron unos años. Y es que “Promesas que no valen
nada”, como indica Arancha Moreno (2017: 20), “tardó diez años en calar de forma
masiva. Todo el mundo empieza a hablar de «Promesas» como la gran canción cuando
Piratas desaparece. La disolución del grupo lo convirtió en un tema mítico”. Sin embargo,
dicho tema nació de la casualidad, de ese momento en el que escuchas una determinada
canción y hay una palabra que se te queda marcada. Y es que, según relata Arancha
Moreno en su libro Iván Ferreiro. 30 canciones para el tiempo y la distancia, el origen
de esta canción nace de un gesto tan cotidiano como introducirse unos auriculares en las
orejas: “Se pone los cascos, apaga la luz y escucha el primer disco de la banda inglesa,
Pablo Honey. De pronto, oye una palabra que le suena bien: promise” (Moreno, 2017:
15)
A continuación:

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Algo le golpea la cabeza. Se levanta, enciende la luz y comienza a escribir
unas estrofas del tirón, sin ningún instrumento. La ha encontrado. Sabe que
tiene algo especial entre manos, pero es demasiado tarde para probar a
tocarla, así que termina de escribirla y se acuesta excitado. Se levanta a las
nueve de la mañana, coge sus cuatro pistas y la graba rápidamente. Al
escucharla se queda fascinado. Ya está. Acaba de darle vida a “Promesas
que no valen nada”. “¡Por fin hago una puta canción buena!” (Moreno,
2017: 16)

Pese a estar la canción terminada, el propio autor no está del todo seguro de la
intentio auctoris, y es que, como se refleja en el libro de Arancha Moreno, “Iván aún no
tiene muy claro sobre qué está escribiendo, pero sí una ligera idea: «Es una canción
sobre algo que me gustaría desear, o alguien que me gustaría que me gustara. Supongo
que ansiaba desear a una persona de una manera determinada, hacía canciones para
nadie»” (Moreno, 2017: 16-17).
Continúa comentando:

Y en ella hablaba, también, de cómo surgían esas composiciones: “Siempre


que no tengo sueño y no puedo descansar / invento más de mil palabras y
busco una verdad. / Intento que suenen de forma genial / intento que no
digan nada. / Nada es siempre toda la verdad / nada significa nada”. Escribe
de noche, no duerme y garabatea unas hojas buscando una verdad. Eso es,
al fin y al cabo, una canción. Buscar una verdad.
Aquel texto brotó de golpe, pero no entendió el significado hasta mucho
más tarde. De forma consciente, o inconsciente, sobrevolaba un halo de
desencanto, justo cuando experimenta sus primeros desengaños (Moreno,
2017: 17).

Sin embargo, para Iván Ferreiro, una de las cosas más increíbles de las canciones
es ver y oír cómo el público las hace suyas cantándolas. De hecho, el propio Ferreiro,
comenta lo siguiente: “Eso es algo que me gusta de las canciones, que tienen su propia
existencia y su propia vida, son ellas las que marcan si van a quedarse” (Moreno, 2017:
20).

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También, en relación con lo anterior, hace referencia a la mítica banda gallega Los
Suaves para explicar cómo “Promesas que no valen nada” fue ella misma cogiendo forma:
“«Me gusta una cosa que dicen Los Suaves: las canciones son de los que las cantan. La
canción se buscó su sitio ella sola. Yo la empujé para ser grabada, pero luego es ella sola
la que se mueve y funciona»” (Moreno, 2017: 20).
Y es que es muy curioso cómo la intentio operis es interpretada de diferentes
maneras por las personas que la escuchan. Entre las personas más cercanas he pedido que
me hicieran una breve sinopsis de lo que ellos interpretan cuando escuchan las ocho
canciones que he elegido para elaborar este TFG. La que más se repite en este caso es la
de que dos personas rompen una relación amorosa. “Con un tono desgarrador”, como
comenta una de las personas (a quien denominaremos Sujeto 1) a las que he pedido su
opinión, el cantante intenta recuperar la relación que tenía antes. En algún caso opinan
que la relación era “tóxica” debido, en gran parte, a esas promesas que se han ido “como
lágrimas en la lluvia”.
Otra de las personas a las que pedí opinión, Sujeto 2, resume el significado de esta
canción como una “ruptura amorosa en la que él promete olvidar a la chica y no decirle
nada más. Pero al final todas esas promesas se marcharán”. Como ya comentaba antes,
las opiniones varían en función de la persona y también, por qué no, de las características
de cada persona y de las vivencias que han experimentado en sus propias carnes. En otro
de los voluntarios (Sujeto 3) que eligió ayudarme con su opinión su propia experiencia
amorosa puede haberle resultado algo traumática y al hablar de “Promesas que no valen
nada” cuenta que para él habla de sentimientos enfrentados:

Cuando se rompe una relación intentas seguir adelante pensando en ti


mismo al mismo tiempo que sigues pensando en la otra persona recordando
momentos y auto engañándote como que ya no te importa, pero, en el
fondo, estás derrumbado por dentro.

Parece que casi la opinión común es que “Promesas” habla de una relación sin
futuro que no es muy sana para ninguna de las partes y que lo mejor para los dos es que
acabe, pese a que la persona que la interpreta promete a la otra persona cosas y se promete
a sí mismo cosas que se contradicen, como “prometo que no voy a pensar en ti / prometo

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pensar en ti”. Y es que esto parece indicar que la destinataria de esta canción quiere cortar
de raíz y el remitente quiere seguir, aunque él mismo sabe que no es posible porque no
pretende cambiar.
Sin embargo, la intentio auctoris nos saca de dudas. El mismo Iván Ferreiro, en el
libro de Arancha Moreno Iván Ferreiro. 30 canciones para el tiempo y la distancia, nos
desvela la temática de uno de sus primeros éxitos, que sin embargo no fue tal desde el
inicio:

Cuando escribo “Promesas” quiero contar que me gustaba alguien que no


debería gustarme, hago un juego de palabras y veo que la gente interpreta otras
muchas cosas. Con las letras puedo jugar a que la gente interpreta otras
muchas cosas. Con las letras puedo jugar a que la gente se sienta identificada
sin explicarlo (Moreno, 2017: 20).

También, en relación a “Promesas”, desvela que siempre intenta esconder lo que


él siente: “Todo lo que trata sobre mí va encriptado, solo yo sé lo que significa. Hay una
parte que nunca le diré a nadie de qué va.” (Moreno, 2017: 20) Por lo que, por mucho que
divaguemos, disertemos e investiguemos, junto con la opinión del cantante sobre su obra,
nunca vamos a estar al cien por ciento en lo cierto. Además de esto, gracias a “Promesas”,
parece que el artista gallego ha encontrado una especie de método para elaborar canciones
sin la necesidad de, figuradamente hablando, abrirse en demasía:

“Marca cómo voy a hacer las canciones a partir de ahí, cómo está hecho el
texto, sin saber de qué hablo en ese momento. Creo que es la primera vez
que me importa la letra, y me doy cuenta de que no diciendo nada puedo
decir un montón de cosas, empiezo a jugar con las palabras. Marca el
pistoletazo de cómo quiero hacer canciones”. Fue “un intento de contar
algo”, aunque en ese disco todavía va “a muerte con las letras” (Moreno,
2017: 20).

Continúa esta reflexión criticando a grupos que tienen, según él, una fama
inmerecida en cuanto al nivel de sus letras: “ahora hay grupos que hacen letras que todo

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el mundo dice que son muy guays, y me parecen un poco mierda, porque el truco ya me
lo sé: no cuentes nada y que parezca que cuentes algo” (Moreno, 2017: 20).

“M”

Mi amor se cae al suelo y no se queja M me abrazaba y se tumbaba encima mía.


demasiado. No te preocupes que esto pasará, mañana
Podría ser peor se dice y sigue caminando. estarás bien.
Mi amor jugaba a ser mayor mucho antes Y me cogía la cabeza y la metía en su
de llegar y expresa en una mueca que está jersey.
harta de esperar.
Pero no importa estaré bien si tú te quedas a M nunca dudó que me quería a pesar de
mi lado, y disimula recogiendo su amor todo,
propio destrozado. pero el día que se fue no le importó dejarme
solo.
Mi amor dejó el colegio porque dijo que era Lo hago por ti, me dijo. Ya verás, sin mí
caro. estarás mejor.
Nada he aprendido y ya me estaban Y me dio un beso en la mejilla, cogió la
fastidiando. puerta y sonrió.
Empezaré cualquier empresa y cuidaré de
que estés bien. M está segura de que todo está mejor,
Tú quédate conmigo, sólo tienes que pero nunca he estado solo y esta casa es
aprender. para dos.
M está tranquila porque dice que es mejor,
M está segura de que todo irá mejor, pero nunca pasa nada y echo de menos su
pero nunca pasa nada y aún seguimos amor.
siendo dos. M está tranquila porque todo irá mejor,
M está tranquila porque dice que es mejor, pero nunca he estado solo y esta casa es
pero nunca he estado solo y esta casa es para dos.
para dos. M está contenta porque dice que es mejor,
pero nunca pasa nada y nunca más seremos
Yo tocaba fondo y me dormía en la cocina, dos.

Lo que ocurre con esta canción es algo muy curioso. El libro que he seguido para
dar forma a este TFG introduce todos los capítulos con una frase que está relacionada con
la canción de la que se habla en cada capítulo. En este caso es la siguiente: “Cuando le
escribo una canción a una mujer, le digo que es suya mientras esté enamorado de ella,
pero luego puede pasar a ser de cualquiera. Les suele molestar bastante, pero es la puta
verdad” (Moreno, 2017: 33). Esta frase es de Iván Ferreiro y sirve perfectamente para
contar la historia de cómo surgió “M”. O lo que es lo mismo, explicar la intentio auctoris
de dicha canción.

Cuando surgió la idea de este tema, Iván Ferreiro estaba felizmente enamorado de
María, su chica por aquel entonces. De hecho, fue la propia María quien le pidió a Iván

Óscar González León Universidad de Valladolid 19


que le escribiese una canción. “Él aceptó el encargo, compuso «M» y ella se enfadó”
(Moreno, 2017: 33). El motivo de este enfado no fue otro que cómo él decide dedicarle
la canción a ella. Y es que

“Mi chica, María, quería que le hiciera una canción, y le hice una, pero me
pareció que para que hubiera una canción tenía que contener cierto drama.
Estábamos juntos y no lo íbamos a dejar, pero escribí una canción de
ruptura. Le dije: «Toma, te hice una canción», y se enfadó conmigo. Joder,
Romeo y Julieta se tienen que morir al final para que la historia mole, sino
es un coñazo”, dice riendo (Moreno, 2017: 33).

A continuación, sigue argumentando el porqué de que una canción de amor tenga


que ser triste:

“«M» es una canción escrita en un momento dulce con mi pareja, no en un


momento malo. Tenía una relación de varios años y me gustaba la idea de
dar forma a una canción sobre el hastío, sobre la repetición. En el fondo es
terrible, hay ese punto trágico. Ella está pensando en irse, y meses más
tarde nos fuimos a vivir juntos”. Escribe sobre el abandono mientras
mantiene una relación estable con la futura madre de sus hijos: “Uno
tampoco entiende muy bien por qué le quieren, no sé muy bien por qué
están conmigo. Tenía una pareja, me gustaba tenerla, y en el fondo me
parecía que la mejor manera de ensalzar esa relación era contar una historia
que se rompía”. A veces, aunque uno esté viviendo una época de cierta
calma, un demonio se rebela y enreda por dentro, y en las canciones de
Iván siempre acaba deslizándose alguno. Quizá lo difícil es identificarlo,
saber dónde está y qué quiere decir, porque ha aprendido a esconderlos
entre los versos para que casi nadie pueda descubrirlos (Moreno, 2017: 34).

Y es que sobre mentir en las canciones Iván sabe mucho. No es la primera vez que
confiese que tiene que ocultar la verdad para que la gente se enganche a sus letras:

Óscar González León Universidad de Valladolid 20


Tienes que inventarte tu desgracia para hacer buenas canciones de
amor, por ejemplo, ¿no? Si tú haces una canción de amor y los dos acaban
juntos no hay canción. No le interesa a nadie. Tiene que morirse alguien o
te tienen que dejar por otro para que la canción funcione, ¿no? Y, aunque
no sea cierto lo que estoy contando sí que es cierta la emoción de la persona
que lo está escuchando. Y es lo único que importa, ¿no? Al final lo que
importa es que mi historia emocione a los demás2.

El objetivo de emocionar se cumple con creces y cada vez más. De hecho, sobre
“M” hay una lectura de la intentio operis más que interesante que viene de Juan Luis
Giménez, antiguo miembro del grupo Presuntos Implicados y también músico
colaborador de Piratas en la grabación de Manual para los fieles (1997). El músico franco
español hizo suya la canción a través de la enfermedad de su mujer, quien padece
esclerosis múltiple. Él mismo se sincera de la siguiente manera “Mi mujer tiene esclerosis
múltiple. Cuando decía «Mi amor se cae el suelo / y no se queja demasiado», me veía
reflejado” (Moreno, 2017: 36). Pero esta no era la única coincidencia entre la “M” de Iván
y la “M” de Juan Luis. Y es que él mismo en el libro de Arancha Moreno seguía
abriéndose: “Mi mujer se llama María, con lo cual era «M» también. En esa canción me
dejé la piel por lo que me suponía emocionalmente” (Moreno, 2017: 36). Es por esto por
lo que quiso reflejar sus sentimientos a través de su guitarra, en concreto “una guitarra
con slide, con mucho efecto” (Moreno, 2017: 36). El guitarrista de Presuntos Implicados

Agarró la guitarra y se encargó del solo salvaje que hay justo al final. Esa
explosión le salió del alma: «Ponía la Les Paul (su guitarra) enfrente de los
altavoces para que se acoplara porque quería demostrar la rabia que sentía
por lo que le pasaba a mi pareja. Yo quería mostrar esa rabia, y esa canción
me llegaba muchísimo» (Moreno, 2017: 36).

2
Dichas palabras pertenecen a la charla “Música y mentiras”, cit., minuto 6 54”.

Óscar González León Universidad de Valladolid 21


Al igual que Juan Luis Giménez interpretó la intentio operis como el sufrimiento
de su mujer, tras la relación de Iván Ferreiro con la protagonista de “M”, las posteriores
novias del cantante gallego nunca han visto con demasiados buenos ojos esta canción. Y
es que, aunque Iván sigue guardando un cariño especial a esta canción por estar dedicada
a la que es la madre de sus dos hijos, comenta lo siguiente: “La toco por temporadas. He
tenido mujeres a las que les sentaba mal que tocara «M» porque se la había escrito a otra”
(Moreno, 2017: 36). De hecho, el hablar de tu vida privada en tu obra enmascarada o
desenmascaradamente puede provocar cierto reparo en los tuyos. Iván Ferreiro ha
comentado sobre esto lo siguiente: “los que me conocen, a veces, les da cierto pudor. Yo
recuerdo a Suso Sáiz teniendo pudor con mis canciones, ¿no? «Hostia, es que, tío, ¿cómo
estás contando esto, joder?» me decía Suso. Le daba pudor”3.

Dejando a un lado a los conocedores de la intentio auctoris, la opinión de las


personas a las que consulté sobre el significado de las canciones no varía demasiado. Hay
tres casos en los que tres personas, a quien identificaremos como Sujeto 4, Sujeto 5 y
Sujeto 6, comentan que la historia de amor que se cuenta en la canción tiene que ver con
un amor adolescente entre un chico (quien escribe la canción) y una chica (la destinataria
de dicha canción). Sujeto 4 defiende la temática del amor adolescente y piensa que la
chica “lo único que quiere es hacer feliz a su novio, incluso a costa de su formación,
puesto que abandona los estudios para trabajar y estar más a su lado” y que, además, deja
al chico por el bien de él: “tal es su amor por él que, incluso, cuando le abandona lo hace
para que él esté bien y no por ella misma”. Sujeto 5, por otro lado, piensa que “M” es un
amor de juventud, y lo defiende diciendo que cree “ciegamente que es una letra juvenil,
ya sea por el emisor o por el receptor”. Esta misma persona tiene claro que el destinatario
es mujer “y que en cualquier momento de la canción va a abandonar a Ferreiro, porque
tanto edulcorante de amor teenager en la canción tendría que desbordarse en algún
momento”. Sujeto 6, por su parte, apostilla que la temática es “amor y desamor con una
chica mucho más pequeña, que cuando se hace mayor le deja”.

Hay una cuarta persona, que será Sujeto 7, que comparte opinión con Sujeto 4 y
Sujeto 6 en el aspecto del final de la relación, ya que explica lo siguiente: “al final del

3
Declaraciones extraídas de la entrevista que Iván Ferreiro concedió al programa de radio Carne
Cruda en el especial ‘Iván Ferreiro en crudo y en directo’ (https://www.ivoox.com/carne-cruda-ivan-
ferreiro-crudo-y-audios-mp3_rf_33804008_1.html [fecha de consulta: 12-6-2019], minuto 69 57”.

Óscar González León Universidad de Valladolid 22


camino que transitan es ella, «M», quien decide que lo mejor, para ambos, es que esa
relación se termine”.

Hay una quinta opinión de esta canción que corresponde al Sujeto 8. Este sujeto
interpreta “M” de una manera muy diferente a todas las personas que han colaborado
haciéndome saber su opinión; sin embargo, creo que esta opinión deber tenerse muy en
cuenta porque, si bien no deja de ser cierto que es muy diferente al resto, en ningún
momento la letra de la canción llega a contradecir del todo la opinión del Sujeto 8. Y es
que glosa que el título de la canción hace referencia a la madre del autor, “esa persona
que lo da todo para dárselo a sus hijos, mientras ellos no son conscientes de lo que hace
hasta que un día se va para siempre y el vacío llena la casa”. Es curioso como el final
resulta aún más traumático en la opinión de este último sujeto con la ausencia para
siempre del destinatario de la canción.

“El equilibrio es imposible”


Confía en mí, nunca has soñado poder gritar Si cada vez que vienes me convences,
y te enfureces. Es horrible el miedo me abrazas y me hablas de los dos.
incontenible. Y yo siento que no voy,
Entonces, ven, dame un pedazo, que el equilibrio es imposible cuando
no te conozco cuando dices qué felices, vienes
qué caras más tristes, y me hablas de nosotros dos.
qué caras más tristes. No te diré que no,
yo te sigo porque creo que en el fondo hay
Ella sabe y presiente que algo ha cambiado. algo,
¿Dónde estás? No te veo, es mejor. yo te sigo porque creo que en el fondo hay
Ya lo entiendo, ahora ya no me lamento, algo.
no sigo detrás, ¿para qué?
Confía en mí, nunca has soñado poder gritar
Si cada vez que vienes me convences, y te enfureces, es horrible el miedo
me abrazas y me hablas de los dos. incontenible.
Y yo siento que no voy, Entonces, ven, dame un abrazo,
que el equilibrio es imposible cuando no te conozco cuando dices qué felices,
vienes qué caras más tristes,
y me hablas de nosotros dos. qué caras más tristes,
No te diré que no, qué caras más tristes,
yo te sigo porque creo que en el fondo hay qué caras más tristes,
algo. qué caras más tristes,
qué caras más tristes,
Ella no me imagina cazando en los bares, qué caras más tristes,
viviendo deprisa, ¿para qué?, ¿para qué? qué caras más tristes...

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El origen de esta canción no corresponde directamente a Iván Ferreiro, sino, más
bien, a otro de los componentes de la banda Piratas. Más concretamente a su guitarrista,
Fon Román. Relata Iván que Fon “tenía una relación con alguien y no acababa de estar
contento. En esa época yo (Iván) tenía una vida más estable de pareja y él estaba con
alguien” (Moreno, 2017: 46). Sin embargo, el propio Fon confiesa en el libro de Arancha
Moreno que

Estaba en un periodo de una ruptura y sentía que nunca había un momento


en el que uno estaba equilibrado, que no existe el equilibrio. Que todo está
en continuo movimiento y que nada es estático. Nuestras emociones
tampoco (Moreno, 2017: 47).

De este pensamiento en el que consideraba imposible el equilibrio en una pareja


nace el título de la canción: “Por algún motivo, me vino a la cabeza la frase «El equilibrio
es imposible», me acompañaba en esos días” (Moreno, 2017: 46-47).

En cuanto a las opiniones de las personas a los que pedí que me manifestasen su
interpretación respecto a las canciones solo una ha marcado un camino diferente con
respecto al resto. Mientras que la mayoría ha optado por interpretar la intentio auctoris
desde un punto de vista amoroso, el Sujeto 9 se ha desmarcado. Y es que esta persona ha
elaborado una intentio operis en la que sostiene que el autor tiene un dilema con su oficio,
con la música. Según comenta el Sujeto 9 el título viene de que “el equilibrio entre él y
la música es imposible”. Sin embargo, “cada vez que se decide a dejarlo ella le convence
otra vez”.

Esta es la única opinión que defiende esta teoría, ya que el resto, como ya hemos
comentado, interpretan la intentio operis desde un punto de vista amoroso. El Sujeto 2 da
una opinión muy subjetiva calificando como “muy triste” a la canción “El equilibrio es
imposible”. Además, añade: “el autor está enamorado de alguien que conoce y trata, pero
la otra persona no lo sabe. Y, por eso, no puede tener un equilibrio emocional porque
siempre que aparece ella lo cambia todo”. Por otra parte, el Sujeto número 10 ve la historia
de esta canción como “la típica relación de amigos en la que uno de las dos personas
quiere algo más pero el otro no”.

Óscar González León Universidad de Valladolid 24


Siguiendo más variaciones en las opiniones de los sujetos que he analizado,
destaca la intentio operis del Sujeto 6, quien cree que el autor “habla de la falta de
neutralidad cuando la chica que le gusta aparece en su vida y de la falta de racionalidad
cuando no está enamorado”. También es interesante lo que dice el Sujeto 8: “habla de una
pareja que ha roto hace tiempo, pero cada vez que se vuelven a encontrar reviven y se
sienten removidos por su relación, aunque saben que no hay marcha atrás”. Esta opinión
es también muy parecida a la del Sujeto número 11, cuya intentio operis identifica con
“el momento de una relación en el que algo cambia, y ya no es lo mismo, pero te da miedo
el dejarlo atrás”.

En cambio, para finalizar en esta canción con las opiniones ajenas al entorno del
autor, el Sujeto 7 cree que la imposibilidad del equilibrio del que se habla en la canción
es culpa de una de las dos personas que la protagonizan. Así lo argumenta: “parece que
el mando de la relación lo tiene la otra persona («Si cada vez que vienes me convences,
me abrazas y me hablas de los dos»)”. «Y yo siento que no voy, que el equilibrio es
imposible cuando vienes y me hablas de nosotros» para convencerle de que apostar por
ese tándem tiene sentido”. También, este mismo Sujeto 7, comenta lo siguiente sobre el
desenlace de la canción: “No te diré que no, yo te sigo porque creo que en el fondo hay
algo” que “en ese momento les da pánico estar juntos, quizá más por parte de ella y,
finalmente, vuelven al punto de partida”. Esta intentio operis coincide con la intentio
auctoris, como bien refleja Arancha Moreno, la autora de Iván Ferreiro. 30 canciones
para el tiempo y la distancia, con una breve reflexión sobre el verdadero significado de
“El equilibrio es imposible”:

Esa relación inestable, en la que dos personas se acercan y se alejan


constantemente, se palpa muy bien en la letra al acercarse al estribillo: “Si
cada vez que vienes me convences / me abrazas y me hablas de los dos / y
yo siento que no voy / que el equilibrio es imposible cuando vienes / y me
hablas de nosotros dos / no te diré que no”. Parece que la relación no puede
funcionar, aunque haya vaivenes en los que lo intente uno de los dos. Pero
hay un verso increíble que lo dice todo: “Yo te sigo porque creo que en el
fondo hay algo”. Sabe que no va a funcionar, pero no lo zanja. Le sigue el
juego (Moreno, 2017: 47).

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Si continuamos con la intentio auctoris, destaca lo que comenta Fon Román sobre
el momento que vivía cuando decidieron dar vida a “El equilibrio es imposible”:

Estaba en un periodo de ruptura y sentía que nunca había un momento en


el que uno estaba equilibrado, que no existe el equilibrio. Que todo está en
continuo movimiento y que nada es estático. Nuestras emociones tampoco.
Se la transmití a Iván y de ahí nació la canción (Moreno, 2017: 47).

Sin embargo, al igual que vemos cómo para los diferentes sujetos que han
colaborado con este TFG, la canción puede tener diferentes interpretaciones también para
Iván Ferreiro y Fon Román (los dos responsables de esta canción). “El equilibrio es
imposible” puede tener un sentido amoroso en el que Fon Román cree que “básicamente
trata de la incomodidad de los cambios, de la aceptación, de la rendición, de volver a caer
en los mismos errores y/o relaciones” (Moreno, 2017: 47). Vemos cómo uno de los
coautores deja varias interpretaciones en el aire.

La otra interpretación de la intentio auctoris que, en este caso, defiende Iván


Ferreiro es relativa al oscuro y extenso (a nivel de producción artística) mundo de las
adicciones y las drogas. El por aquel entonces líder de Piratas habla de la época en la que
se compuso esta canción como una época “donde había bastantes drogas en nuestra vida,
nunca fuimos unos yonquis ni unos malditos de las drogas, pero sí había un grupo de
gente a nuestro alrededor bastante insano” (Moreno, 2017: 47). Quizá de esta
interpretación sea bastante culpable el verso “Ella no me imagina cazando en los bares,
viviendo deprisa”.

“Años 80”

Cuando me hiciste llamar no sospechaba. Y yo no quiero volver.


Plastilina con color, ropa interior, recuerdos No me repitas jamás que no sabes qué hora
de ahí fuera. es,
Cómics de ciencia-ficción, vida interior. las 7 y 27, ¿o no? Ya terminé.

Óscar González León Universidad de Valladolid 26


No te echaré de menos en septiembre.
Verano muerto, veré a las chicas pasar. No te echaré de menos en septiembre.
Será como aquella canción de los años 80, Verano muerto, veré a las chicas pasar.
seré como el tipo que algún día fui. Será como aquella canción de los años 80,
Bloody maries en el bar, seré como el tipo que algún día fui.
un déjà vu, Matrix está cambiando Será como aquella canción de los años 80,
por la confesión brutal de tu relato. seré como el tipo que algún día fui.
Y yo no quiero volver. Será como aquella canción de los años 80,
No me repitas jamás que no sabes qué hora seré como el tipo que algún día fui.
es, Ya terminé.
las 7 y 27, ¿o no? Ya terminé.

Quizá, la historia de “Años 80” sea la más curiosa de todas las canciones que forman
esta selección de ocho temas del autor gallego. Y es que, como confiesa Arancha Moreno,
“«Años 80» es fruto de un enfado” (Moreno, 2017: 53). Y el motivo de este enfado no
fue otro que la disparidad de opiniones entre Piratas y la discográfica Warner Music sobre
Ultrasónica, el cuarto álbum de estudio de la banda viguesa. Mientras que Piratas no
podían estar más contentos con el resultado de su último disco, en Warner no lo estaban
tanto. Querían un single y ninguna de las doce canciones que en ese momento daban
forma a Ultrasónica les servía para la función de presentar y, a su vez, vender el disco.
También comenta Moreno cómo sentó esta decisión en el seno de la banda: “A la banda
le sentó como un jarro de agua helada, recuerda Iván: «Teníamos el disco entero, nos
decían que era una puta mierda y que faltaba un single»” (Moreno, 2017: 53).
Ante tal choque con la realidad la banda lo tuvo claro y decidió que cederían, que
la discográfica tendría su ansiado single: “«¿Quieren una mierda? Hagámosla.» Crearían
una canción completamente artificial, una burla que, contra todo pronóstico, se
convertiría en el mayor éxito de su carrera: «Años 80»” (Moreno, 2017: 53). El cual nació
de la siguiente manera:

De vuelta a casa, Iván, Fon y Paco se encerraron en el estudio para crear


una canción radiable. Una concienzuda tarea que les llevó, según calcula
Ferreiro, quince minutos: “Empezamos a escribir la letra a morir, todas las
estupideces que se nos ocurrieron que hablaran de José Luis de la Peña,
bajista de Los Elegantes y A&R4 de Warner (y también el responsable de
que, desde la discográfica, demandasen un single para Ultrasónica).
Vamos a hacer una canción que va a hablar de ti y en el fondo no va a

4
Iniciales de la persona que se encarga en una discográfica de los artistas y el repertorio.

Óscar González León Universidad de Valladolid 27


hablar de nada, vamos a meter las cosas que nos gustan: ciencia ficción,
tetas de plástico…”. Una amalgama de imágenes pop, nostalgia y
conversación en clave difícil de descifrar para el oyente. Alguien llama a
otra persona, le pilla por sorpresa, y a partir de ahí se suceden referencias
de lo más variadas: plastilina con color, ropa interior, cómics de ciencia
ficción, bloody marys, un déjà vu y Matrix, que está cambiando. Todo, con
un único fin: vengarse (Moreno, 2017: 53).

Si nos adentramos aún más en la canción y queremos encontrar su intentio auctoris


nos topamos con las declaraciones de Fon Román, integrante de Piratas y anteriormente
mencionado en este trabajo, sobre la intención que tuvieron ellos al querer dar vida a
“Años 80” y el porqué de este título:

Querían escribir, según explica Fon, sobre “Algo sintético, impostado.


Algo que entroncase con la propia petición de la compañía. Una canción a
la carta no es algo natural. Los ochenta fue una década muy sintética,
artificial, de ahí hacer referencia a esos años. Recuerdo que estábamos
avanzando con la letra y comenté: «Hay que decir algo de los años
ochenta», y de ahí empezamos a reír y direccionar”. Se pusieron a
componer desde la rabia, pero asegura que acabó siendo un juego divertido:
“Fue placentero. Y el resultado, en cuanto a acogida, fue totalmente
inesperado”. La letra era un collage de frases (Moreno, 2017: 54).

Todas las canciones siempre tienen como destinatarios a los oyentes que las
escuchan y que las hacen suyas, si bien es cierto que una gran mayoría suelen tener un
destinatario personal y real, alguien de carne y hueso a quien van dedicadas. Este es el
caso de “Años 80”, como duramente confiesa el autor principal de la misma, Iván
Ferreiro: “Hice una letra con toda mi ironía y toda mi mala hostia, realmente estoy
puteando al tipo de la compañía todo el rato” (Moreno, 2017: 55). Sobre todo con el verso
“Seré como el tipo que algún día fui”, con el que Iván quiere hacer ver a su público de
manera velada que el A&R de Warner pretendía mediante Piratas resolver una frustración
del pasado.
Sin embargo, la canción dio un giro inesperado. A pesar de toda la rabia que
contenía y de que su intentio auctoris se basaba básicamente en atacar al A&R de Warner
por haberles obligado a meterse en el estudio a grabar una canción con la que no se sentían
identificados y cuyo único objetivo era contentar a su discográfica por el bien del futuro

Óscar González León Universidad de Valladolid 28


del grupo, “Años 80” se convirtió en el mayor éxito de la banda y les hizo sonar por vez
primera en Los 40 Principales, la principal emisora de radio musical en España. De hecho,
a día de hoy, en pleno año 2019 la canción cuenta en Spotify con 11.042.203
reproducciones5. Sobre en lo que se convirtió la canción para sorpresa del propio grupo,
confiesa Iván Ferreiro lo siguiente: “En el fondo le cogí cariño, gracias a él hicimos
nuestro mayor éxito” (Moreno, 2017: 55); “la burla se acabó convirtiendo en un tema
importante” (Moreno, 2017: 55).
No obstante, Fon Román, habla de que, aunque el tema fue algo forzoso, también
contiene una gran parte de verdad y que, además, resultó para todos sorprendente el
camino que se fue abriendo la canción hasta llegar al éxito:

“Nos movíamos, yo por lo menos, y creo que Iván también, en los


parámetros de la integridad y naturalidad en la creación. Lo impostado no
tiene espacio. En el caso de «Años 80», aunque el impulso fue del exterior,
lo que surgió creativamente en el estudio era verdadero, era sincero, nació
del mismo sitio que otras canciones, desde la honestidad. Tenía sustancia,
por eso conectó”. Terminó siendo, en su opinión, “un ejemplo más de que
el orden de las cosas nunca es el esperado. La música es siempre un enigma
y una sorpresa”.
Toda esa rabia que originó la letra y la furia con la que está cantada y tocada
fueron esenciales en la interpretación. Quizá la clave residía en que, aunque
ellos insistan en que fueron una retahíla de palabras vacías, en el fondo
nacían de un sentimiento real. Sí había una motivación detrás de todo
(Moreno, 2017: 57).

Por otro lado, la intentio operis de esta canción es, curiosamente, interpretada de
forma totalmente diferente a como Iván Ferreiro pensó el día en que la compuso. Al ser
una canción con un origen tan personal y tan privado, ya que no todo el mundo tiene
acceso a vivir el proceso de grabación de un disco, a los sujetos a los cuales pregunté les
ha resultado totalmente imposible coincidir con la misma opinión que sus autores. De
hecho, la opinión más acercada a la real que tenemos pertenece al Sujeto número 5, quien
confiesa que tiene “la sensación de que seguro que (la intentio auctoris) es algo muy
alejado de lo que yo mínimamente interpreto”. Dicho sujeto relaciona los versos “No te
echaré de menos en septiembre / Verano muerto, veré a las chicas pasar” con la “ruptura

5
Dato extraído de Spotify, principal plataforma musical a nivel mundial el 22 de mayo de 2019.

Óscar González León Universidad de Valladolid 29


en septiembre entre un verano eterno y el inicio de un nuevo curso” que, según confiesa,
“ha marcado gran parte de mi vida”.
El resto de sujetos también abogan por una intentio operis relacionada con los, por
lo general, caducos amores veraniegos y la vuelta a la realidad en el mes de septiembre.
Y es que el Sujeto 6 piensa que “va sobre un amor de verano imposible y que en
septiembre todo se esfuma”; el Sujeto 1 cree que la canción habla de “una especie de
amor de verano” y, también, el Sujeto 8 ve en la intentio operis “una relación adolescente
de verano que no tiene ningún futuro”. Como vemos, la intentio operis de estos sujetos
se aleja de la intentio auctoris, aunque hay que reconocer que en la intentio auctoris de
esta canción la nostalgia está presente y así lo ven el Sujeto 2, el Sujeto 3 y el Sujeto 11
respectivamente, quienes observan que “el título hace referencia a la década en la que la
escribieron y alguna referencia a la época”, que “habla de su juventud recordando
momentos de cuando era joven” y que “en un momento en el que ya no es lo que era, (el
autor) echa de menos los años pasados” respectivamente.

“Ciudadano A”
No suelo decir
No suelo pensar lo repugnante que resulta veros en la tele
que los demás teman por mí. haciendo bailar
A lo mejor supones que soy un animal los numeritos en las tablas,
no más silvestre que esta piedra vuestras putas casas son de verdad.
que mi enojo el día que yo vi Y a mí me da que todo es de mentira.
lo miserable que podía ser lo miserable.
Vi cómo una vez
No suelo pensar cambiabas todo en el telediario.
que los demás me entienden ni un Vi a todos llorar.
momento, Es imposible contenerme, ahora no
y una vez que empiezo a hablar consigo.
mis vomitonas me convierten en un Vi a tu mujer
descarado. cómo besaba a todos en Madrid en las
calles
Sí, tienes razón, y a ti en Berlín
es complicado mantener el tipo en cualquier vendiendo Europa a los americanos,
situación, vendiendo Europa a los americanos,
ya ves, vendiendo Europa a los americanos.
yo sobrevivo a base de basura y
desencuentro. Todo lo que nunca tendré.
No podrás decir Todo lo que nunca tendré.
que no te dije lo que había un día en su
momento. Vendiendo Europa a los americanos,
Mírate bien, vendiendo Europa a los americanos,
que estás inflado de mediocridad. vendiendo Europa a los americanos,
vendiendo Europa a los americanos.

Óscar González León Universidad de Valladolid 30


La primera canción con clara crítica social de Iván Ferreiro tuvo una fecha de
estreno un tanto amarga. No fue otra que el 10 de marzo del año 2004, horas antes del
mayor atentado terrorista en la historia de España. Al día siguiente, cuando Iván Ferreiro
se despertó una mañana después de aquel estreno, descubrió que la canción que acababa
de dar a conocer al mundo iba a adquirir una intentio operis un tanto peliaguda después
de lo que acababa de acontecer aquel jueves en Madrid:

“Me levanté con el atentado, y pensé que se había ido a la mierda la


canción”. Aunque hablaba de una situación política y social, no se trataba
de una canción protesta al uso, sino de un tema emocional, en el que
contaba cómo se sentía (Moreno, 2017: 121).

De hecho, Suso Sáiz (músico gallego muy vinculado a Piratas y, por consiguiente,
a Ferreiro) comenta con certeza que, aunque pueda parecer evidente en la intentio operis
de una canción de Iván la fuerte carga social la intentio auctoris puede estar jugando con
un doble significado ambiguo: “En las letras de Iván hay caminos hacia un lado y hacia
el contrario. Hay muchos temas que parecen de amor o desamor, pero realmente está
hablando de la Bolsa, o del Congreso” (Moreno, 2017: 125).
Aunque el título de “Ciudadano A” pueda llevarnos a acordarnos del apellido del
presidente que en aquel momento gobernaba España, José María Aznar, es un error seguir
esta teoría como confiesa Ferreiro:

En “Ciudadano A” planteaba que los ciudadanos eran los responsables


últimos de cualquier decisión gubernamental, porque eran ellos quienes
aupaban a unos o no frenaban a otros. No dio fechas ni lugares, pero contó
una historia que podía representar a todas las demás: “No iba sobre Aznar,
la “A” era por el primero de la lista, sirve para cualquier presidente”
(Moreno, 2017: 122).

De hecho, para Iván “Todos somos el puto «Ciudadano A»” (Moreno, 2017: 122),
incluso él mismo. Vive con mucho desencanto la etapa política actual, cree que es similar
al ambiente que se podía vivir en España en plena Guerra Civil, donde hay dos bandos y
no puedes salir de la opinión estereotipada por cada uno de ellos:

Probablemente vivimos en la peor era política de toda nuestra historia, y


creo que lo es porque hemos acabado con la libertad de pensamiento.

Óscar González León Universidad de Valladolid 31


Todos piensan igual, o estás en un bando, o estás en el otro. La gente cree
que tiene una opinión, pero es mentira, nadie tiene una puta opinión sobre
nada. El que está en Facebook, y es de derechas, solo sigue a amigos de
derechas, y solo lee las noticias donde los de Podemos son ETA y
Venezuela, y el que es de Podemos, solo sigue a sus amigos, donde Rajoy
es ETA. Cualquier cosa que no nos gusta es ETA. Imagínate que yo voto a
Podemos, estoy seguro de que, si me metiera en una reunión con ellos, en
el momento en el que me saliera de la línea de lo que piensan ya soy un
puto pepero. Y si yo votara a la derecha, y dijera que los otros tienen razón
en algo, ya estoy fuera, ni siquiera te permiten tener pensamiento. La gente
está tan acojonada de pensar por sí misma que es mucho mejor pensar por
grupos. Creo que nunca hemos estado tan mal, nunca hemos sido tan
incultos. Creo que los pijos nunca habían sido tan paletos, creo que los
rojos nunca habían sido tan ignorantes, creo que somos el país más
ignorante que existe en este momento. Somos la peor España en la que nos
podíamos haber convertido. “Ciudadano A” lo cuenta perfectamente.
Estamos en la absoluta dictadura del pensamiento. Nadie tiene una puta
opinión propia, nadie. Han conseguido que ya nadie quiera opinar, o estás
con el carnet de un partido, o eres de los que dicen que son todos unos hijos
de puta. No, deberíamos separar el grano de la paja, tener distintas
opiniones, deberíamos empezar a dialogar unos con otros... Estamos en el
peor momento ideológico. Casi... es casi tan malo como la Guerra Civil, es
horrible lo que estoy diciendo, pero es casi tan malo como la Guerra Civil.
¿A qué nos dedicamos? A aceptar y criticar (Moreno, 2017: 123).

Como acertadamente dice Arancha Moreno en su propio libro sobre esta reflexión,
“Lo ha soltado todo. Y sin darse cuenta ha dado aún más sentido a otro de los versos:
«Mis vomitonas me convierten en un descarado»” (Moreno, 2017: 123). No obstante, este
descarado da la sensación de que estalla en el momento en el que todo va fatal. Pero no,
cuando escribe Iván la canción las cosas no iban del todo mal. Cuando empiezan a ir a
peor es, casualmente, cuando la canción se hace pública: ocurre el desgraciado atentado
terrorista del 11-M y, también, la crisis económica empieza a gestarse. Y es que “Durante
aquellos días de marzo de 2004 Iván pensó en que la canción «Se iba a ir a la mierda»,
pero con el paso del tiempo cobra más sentido” (Moreno, 2017: 124).
Esta canción de lo que habla es de la gente, es a quien critica. El “Ciudadano A” no
son los políticos que cometen errores que cuestan vidas y todo tipo de situaciones crueles

Óscar González León Universidad de Valladolid 32


para muchas familias, el “Ciudadano A” es el que hace que, mediante su voto, esos
políticos lleguen a gobernar:

Si Aznar ha sido presidente, o Rajoy, es porque la gente les ha votado. La


responsabilidad es nuestra todo el rato, nosotros hemos votado a esa gente
desde el 79 aunque no se ha hecho nada en este país desde hace treinta
años, solo mantener una especie de régimen seudodemocrático que está por
desarrollar (Moreno, 2017: 124).

Y, en teoría, sobre esto que acabamos de descubrir sobre “Ciudadano A” debería


rondar la intentio operis de los sujetos que están colaborando en este trabajo. Sin
embargo, uno no siempre consigue su objetivo al componer una canción ya que, en
muchos casos, el autor pretende más bien desprenderse de algo que lleva dentro que
comunicar una historia al receptor.
Sorprendentemente para mi persona, solo uno de los sujetos ha visto una referencia
en el título y en el significado de la canción clara hacia José María Aznar. Este ha sido el
caso del Sujeto 7. Quien, sin mencionar al expresidente, espeta

Considero que habla del gobierno de un “mediocre” que llegó al poder


provocando nefastas consecuencias -la más grave el 11-M-. Y también su
deplorable actitud (“Vi a tu mujer cómo besaba a todos en Madrid en las
calles / y a ti en Berlín vendiendo Europa a los americanos”) sin ni siquiera
asumir que el atentado fue en respuesta a sus movimientos en Irak, como
cuenta en “Vi cómo una vez cambiabas todo en el teledirario”.

Además de esta referencia tan clara al que fuera presidente del Gobierno de España,
el Sujeto 7 dice que también “hay un momento” en el que ve una crítica generalizada “a
los políticos de su clase”. Esta intentio operis es compartida también por el Sujeto 6, quien
opina que es una “crítica a la clase política o a los gobernantes que no miran por los
ciudadanos a los que representan, sino que solo miran por sí mismos”. El Sujeto 11, que
es muy seguidor de Iván Ferreiro y, por consiguiente, conoce un poco más al artista
respecto al resto de sujetos habla de “Ciudadano A” como “La canción más política de
Iván. Donde habla con disgusto de la sociedad en la que vive y nos echa una bronca a
todos”. Esta opinión tiene mucho que ver con la intentio auctoris, al igual que la del
Sujeto 3, que ve “una crítica a la sociedad que siempre intenta hacer ver que todo es bonito

Óscar González León Universidad de Valladolid 33


adornado con información falsa. Sin embargo, hay problemas reales que te pueden hacer
odiar ciertas situaciones”.
Por último, al igual que pasaba con la canción “M”, el Sujeto número 8 abandona
la intentio operis por la que se van gran parte de los sujetos pulsados y ve “claramente”
por parte del autor una fuerte alusión a la depresión: “Esa sensación de que todo está mal.
Desesperanza, dejadez... Hundirse en la mierda y no creer en nadie”. En este caso es
curioso que este sujeto se vaya por esta interpretación ya que, aunque el tedio por la
sociedad y por los ciudadanos que respaldan a la clase política gobernante impregne toda
la canción, cuesta ver que tal hastío llegue al punto de enfermedad mental. Si bien es
cierto que Iván ha sido una persona que ha sufrido en primera persona los síntomas de
esta enfermedad, no fue en esta época cuando los padeció. Es por esto por lo que la
opinión del Sujeto 8 nos hace plantearnos si todas las opiniones son igual de válidas. O,
mejor dicho, si todas pueden aspirar por igual a la categoría de intentio operis. Sobre esto,
Umberto eco dice lo siguiente:

En el De Doctrina Christiana decía Agustín que, si una interpretación


parece plausible en un determinado punto de un texto, sólo puede ser
aceptada si es confirmada —o al menos, si no es puesta en tela de juicio—
por otro punto del texto. Esto es lo que entiendo por intentio operis (Eco,
1992: 40).

Por consiguiente, esto nos hace ver que, en el caso de esta opinión del Sujeto 8,
tendríamos que descartar esta interpretación por falta de coherencia con el texto ya que
en ningún momento Iván Ferreiro menciona en la canción claramente a la depresión.

“Extrema pobreza”

Tristemente puesta en pie de este amor impuro y agotado,


acaricias con los dedos enfermo y delicado,
la esperanza muerta. pequeño y despistado que se apaga.
La torpeza y la vergüenza
de este año que no fue, Este amor se apaga,
ese año que esperábamos tener. como se apagan los impulsos de tu amor,
como terminan los mensajes que no
Y lamentas con miradas mandas,
lo que no se puede ni explicar, este amor se apaga.
lo que no has guardado,
porque al no ser lo esperado Repetimos los errores,
no quisiste ni archivar que si antes eran grandes ahora son
ni un solo momento, enormes.
ni un segundo odiado, Lamentamos no tenernos

Óscar González León Universidad de Valladolid 34


uno al otro y darnos flores se apaga,
que nos alivien en un instante, se apaga,
cambien todo y nos perdonen. se apaga.
Como se apagan los impulsos de tu
Nuestra falta de cabeza amor,
es peor que la pobreza como se apagan los impulsos de tu
porque no nos ha dejado tener nada. amor,
como se apagan los impulsos,
Este amor se apaga, como se apagan los latidos.
como se apagan los latidos de tu amor,
como terminan mis canciones que no Este amor se apaga,
acaban, como se apagan los latidos de tu amor,
este amor se apaga, como terminan mis canciones que no
se apaga, acaban,
se apaga, este amor se apaga.
se apaga,

Al igual que hicimos en el caso de “M”, me parece reseñable destacar la frase que
introduce al capítulo correspondiente a “Extrema pobreza” en el libro de Arancha Moreno
Iván Ferreiro. 30 canciones para el tiempo y la distancia. Esta frase introductoria, la cual
pertenece a Iván, dice lo siguiente: “Hay quien cree que me escapo de la realidad con las
canciones, pero lo cierto es que las canciones me muestran una realidad que no sé si quiero
ver” (Moreno, 2017: 129).
Como acabamos de decir, con esta frase de Iván da inicio el capítulo del libro
destinado a contar la historia de “Extrema pobreza”. Esta canción fue publicada en el año
2006 y viene a contar una cruel pero real historia de la vida más personal del protagonista
de este trabajo. Aunque publicada en 2006, “Extrema pobreza” fue escrita en el verano
de 2005, curiosamente un estío antes de producirse la separación entre Iván y María, su
mujer por aquel entonces y, también, la verdadera destinataria de la canción “M” (también
abordada en este TFG).
Iván y María llevaban varios años de relación que, además, había dado como fruto
dos hijos: Lucas y Andrés. Sin embargo, llegó un momento en el que Ferreiro se dio
cuenta de que su relación sentimental no evolucionaba, que no era feliz con su mujer. No
obstante, el problema no venía de ella, lo tenía él mismo. Ya no la quería como antes:
“No hay más pobreza que cuando te sientes hecho una mierda, y alguien te quiere y tú no
eres capaz de corresponderle. Le quieres, pero eres incapaz de darle lo que necesita”
(Moreno, 2017: 130). Esta pobreza a la que hace mención el artista gallego, como puede
interpretarse fácilmente, está relacionada con el título de la canción.

Óscar González León Universidad de Valladolid 35


Toda esta situación sentimental le llevo a escribir, según el propio Ferreiro, “la
canción más triste que he escrito nunca” (Moreno, 2017: 130). Confiesa que el proceso
fue realmente duro: “Sufrí bastante. Contaba algo que estaba pasando, una especie de revelación
sobre cómo estaba siendo mi vida, y con mi pareja. [...] Escribir sobre algo tan real mientras lo
estaba viviendo fue muy duro” (Moreno, 2017: 130).

Por lo que la intentio auctoris reside en la tristeza:

La tristeza previa a generar más tristeza. No había sido el año que


esperaban tener, y el texto habla de un amor “Impuro y agotado / enfermo
y delicado / pequeño y despistado que se apaga”. Se apaga “Como terminan
los mensajes que no mandas”, y este, en ese momento, es un mensaje que
aún no ha enviado. Quizá por eso rebosa tanto dolor (Moreno, 2017: 130).

En cambio, aunque no ha ido por la línea exacta del autor la interpretación que le
dan a “Extrema pobreza”, las personas que han decidido colaborar con este trabajo, sí que
se acercan bastante a lo que Iván Ferreiro tenía en su cabeza a la hora de escribir esta
canción. Y es que la intentio operis del Sujeto 1, por ejemplo, se acerca bastante a gran
parte de la intentio auctoris: “Transmite tristeza con motivo de un amor que fue y ya no
es. Un desgaste progresivo y prolongado en el tiempo que ya no tiene vuelta atrás. Es
como el momento en el que asume que el amor se acabó y recopila evidencias de ello”.
Por el mismo camino discurre la intentio operis del Sujeto número 12, quien
sostiene que el artista en “Extrema pobreza” nos cuenta las “causas que han propiciado la
falta de cariño entre este y su pareja hasta llegar a un punto en el que se acabó el amor
entre ellos”.
Por el mismo cauce que estos dos últimos sujetos, pero sin entrar en la
argumentación de las causas para la ruptura que se intuye en la canción, discurre la
intentio operis que ven el Sujeto 10 (“Nostalgia de una relación que se ha terminado
porque se han dejado de querer”) y el Sujeto 6 (“La evolución para mal de una relación
de pareja que acaba rompiendo por falta de entendimiento entre ellos”). En este caso
ambos sujetos ven una ruptura al final de la relación. Sin embargo, el Sujeto 8 y el Sujeto
5 creen que la relación aún continúa. De forma exánime, pero continúa. Sujeto 5:
“Interpreto que el autor quiere mostrarnos un esfuerzo inútil por tener un amor que ya se
apaga y por el que se lamenta”; y Sujeto 8: “Habla sobre una relación que ya está muerta

Óscar González León Universidad de Valladolid 36


y que se sabe que está a punto de acabar. A pesar de todo, te dejas llevar por la inercia y
te das cuenta de que no tiene sentido seguir”.
El Sujeto 7 ahonda más en el tema y justifica junto con versos de la canción su
parecer acerca de la intentio operis de “Extrema pobreza”:

Siento que es la máxima expresión del dolor en forma de canción contando


cómo el amor y, en consecuencia, la relación irremediablemente se acaban.
Habla de, literalmente, una “esperanza muerta” tras un año en el que,
supongo, intentaron salvar ese amor insalvable (“la torpeza y la vergüenza
de este año que no fue / ese año que esperábamos tener”). Y, cómo después,
ella ni siquiera tuvo la fuerza, ni las ganas para apostar por ese amor
“delicado, pequeño y despistado que se apaga”. Pero creo que él también
asume que todo ha llegado al final.

Como acabamos de ver, en un principio, el Sujeto 7 comenta lo mismo que sabemos


por la intentio auctoris. Que la relación estuvo durante un determinado período de tiempo
agonizando estancada en el mismo sitio pero que, desgraciadamente, hubo que afrontar
la situación de ponerle fin. En este caso la intentio operis de este último sujeto señala
como responsable inicial de no querer continuar la relación a la chica, para, después,
comentar que al chico no le quedó más remedio que aceptarlo porque era inútil seguir
alargando algo que no merecía la pena.
Lo que vemos finalmente en las distintas intentio operis es que el pensamiento
común de nuestros sujetos es una relación avocada al fin en la que ya hacía tiempo no se
le veían posibilidades de resurgir. En unos casos se opta por defender que la relación va
a continuar, pero sin demasiada fe por parte de los dos implicados y, en otros casos, lo
que vemos es que por el bien de todos la relación ya ha llegado a su fin.

“Toda la verdad”

Y aunque creí que nunca más


sería capaz de comenzar, Sólo hay mentiras y con ello
la fantasía es una vía. lo que quieres es decir
toda la verdad.
Y comencé a recuperar
algunos trozos rotos Son nuestros días olvidados
y una parte que aún está vacía. esos besos que se dan
y que al siguiente ya no están.
De dos en dos fueron llegando
hasta la puerta y luego Si cada noche que dormí,
se esfumaron sin avisar. cada minuto que pasamos

Óscar González León Universidad de Valladolid 37


sin hablar desaparecen.
Sólo hay mentiras y con ello
Repetiré como yo quiera lo que quieres es decir
ese minuto que viví toda la verdad,
y no me importa si hay rigor. toda la verdad.
Y aunque creí que nunca más,
Sólo hay mentiras y con ello y aunque creí que nunca más.
lo que quieres es decir Nunca más,
toda la verdad. y aunque creí que nunca más.

El título de esta canción tiene mucho que ver con la frase que destaca Arancha
Moreno al inicio del capítulo dedicado a “Toda la verdad”. Esta frase no es otra que
“Cualquier verdad mal contada es una puta mentira”, frase atribuida al propio Iván
Ferreiro. Y es que esta canción que ahora nos ocupa pertenece a una etapa en la que Iván
decidió separarse de su mujer por aquel entonces. A causa de esta triste decisión hubo
muchos rumores e informaciones sobre él y su ex pareja corriendo por los círculos más
íntimos del artista que no eran verdad. Todo esto le hizo enfadarse y, de cara a su próximo
disco, tuvo claro que quiso soltar sin cortapisa lo que tenía dentro (Moreno, 2017: 151).
De hecho, el título del álbum en el que está incluida “Toda la verdad” lleva por
nombre Mentiroso mentiroso. Este título no fue fruto del azar, sino que se llamó así en
homenaje a la película Lier lier (Mentiroso compulsivo en la versión española) dirigida
por Tom Shadyac y estrenada en el año 1997. Además de este guiño cinematográfico, que
tan típico es en la discografía de Ferreiro, lo que pretende el artista vigués es jugar con la
verdad y la mentira, como él mismo confiesa: “Iba a ser mentiroso dos veces, porque dos
negaciones hacen una verdad. Y quería que la primera canción se llamase «Toda la
verdad». Así negaría todo lo anterior” (Moreno, 2017: 153).
Como ya hemos comentado anteriormente, Iván quería quedarse a gusto con él
mismo y, de alguna manera, contestar a todo lo que se estaba diciendo sobre él y su vida
privada:

“Muchas veces me he sentido más traicionado por los que se suponía que
eran mis amigos que por una mujer. Cuando me separé de la madre de mis
hijos un par de ellos se metieron de más”. Terceras personas que se
mezclaron en la separación de una pareja (Moreno, 2017: 152).

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Esta canción nació con presteza. Y es que Iván tardó tan solo una mañana en
escribirla y grabarla. En el inicio de la misma comenzaba dándonos pistas de por dónde
iba la intentio auctoris:

“«Toda la verdad» empezaba explicándolo todo: cada vez que quieras


contar algo vas a estar transformándolo con cada palabra que metas. En el
momento en el que lo convertimos en palabras se nos va a la mierda.
Podemos empeñarnos en ser superpulcros, pero al final se pierde algo en
el camino”. La versión de otras personas no es real porque, en el fondo,
todos estamos manipulando y deformando cada detalle al pasarlo por
nuestro propio filtro (Moreno, 2017: 153-154).

Y es que, para Iván Ferreiro, “la vida es interpretación” (Moreno, 2017: 154). Lo
sabe bien Arancha Moreno, que explica lo siguiente relacionado con su propia intentio
operis del inicio de “Toda la verdad” en su libro Iván Ferreiro. 30 canciones para el
tiempo y la distancia:

Siguiendo ese juego, “Toda la verdad” es pura interpretación de principio


a fin. Arranca con el verso “Aunque creí que nunca más / sería capaz de
comenzar / la fantasía es una vía”, y ahí empieza la doble lectura, porque
cuando habla de fantasía puede referirse a la ficción de una canción o a un
testimonio falso. Algo parecido sucede con la frase “Repetiré como yo
quiera / ese minuto que viví, / y no me importa si hay rigor”: está escrita
en primera persona, concediéndose el derecho a decir lo que quiera, pero
también podría ser una crítica hacia quienes hablan de él sin fundamento
(Moreno, 2017: 154).

Siguiendo por este hilo, el de la intentio operis, me parece interesante resaltar lo


que continúa diciendo la autora del libro anteriormente citado:

Deteniéndose en cada frase, observaremos distintas posibles


interpretaciones. Cada oyente puede seguir el camino que haya encontrado
primero, quizá sin darse cuenta de que hay otro que transcurre en paralelo.
Sigamos uno u otro, al final confluyen en el mismo discurso: nadie tiene la
verdad absoluta, solo la suya. Lo cuenta así: “Solo hay mentiras / y con
ello lo que quieres es decir / toda la verdad” (Moreno, 2017: 154).

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Saltando ahora a la intentio operis de los sujetos investigados podemos observar
cómo la interpretación que más se aproxima a la intentio auctoris es la del Sujeto
número 8. Este sujeto piensa que “Puede ser el comienzo de la recuperación de una
mala racha”, y añade también, desviándose un poco respecto a la anterior opinión, que
“se sigue regocijando en el sufrimiento, parece que hay algo de esperanza”. Da la
sensación de que el Sujeto 8 interpreta que Iván utiliza la mala sensación que le
producen las mentiras que hay a su alrededor para hacer de tripas corazón y resurgir
haciendo de algo malo un momento de crecimiento personal.
Desviado un poco de esta perspectiva tenemos al Sujeto 5, quien defiende que
su intentio operis es “rememorar todos los instantes buenos vividos”, “imaginar y
recordar”. También sostiene una pequeña reflexión que dota a su intentio operis de
una relación más directa con la intentio auctoris: “las cosas son como las recordamos
y no como las imaginamos”. Por último, finaliza con que “La canción es, también, un
mensaje positivo de quedarse con lo mejor de cada experiencia”. Y tiene razón, puesto
que lo que pretende Iván es sacar toda la mentira de su vida para decir la verdad y, así,
limpiarse de tanto chismorreo y tanta habladuría que no le estaban haciendo ningún
bien.
La opinión del Sujeto 9 es la única, en esta canción, que se ha desviado
completamente a la hora de elaborar su intentio operis. Y es que, al igual que hacía
este mismo sujeto en “El equilibrio es imposible”, vuelve a extraer una intencionalidad
relacionada con la música. Comenta lo siguiente: “diría que se refiere a cuando
empieza su carrera en solitario. Todo lo anterior era mentira/fingido y, ahora, siente la
necesidad de hacer música «de verdad», de mostrar cómo ve él la música”. Esta
reflexión es curiosa, porque hay versos en los que puede sostenerse esta afirmación,
como, por ejemplo, en “Y aunque creí que nunca más / sería capaz de comenzar, / la
fantasía es una vía”. Sin embargo, hay otros en los que no tiene mucho sentido esta
intentio operis, como en “De dos en dos fueron llegando / hasta la puerta y luego / se
esfumaron sin avisar. / Sólo hay mentiras y con ello / lo que quieres es decir / toda la
verdad”. Al leer estos últimos versos esta intentio operis quedaría anulada porque la
relación es demasiado, digamos, “forzada” y, además, Umberto Eco es el que dice que
no todas las opiniones son igual de válidas y, menos aún, cuando la opinión no puede
defenderse con gran parte del texto.

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“El dormilón”

Ella quiere salvar el planeta nos encuentren a los dos.


y él quiere que el mundo se gobierne solo. Que los años y el presente
Ella vuela en bicicleta nos sorprendan a los dos".
y él la llama desde un taxi.
Ella siempre mira hacia delante
Ella vive en todo el mundo y él jamás mira hacia atrás.
y él ve el mundo por la tele. Ella duerme y sueña aunque no se acuerde,
Ella es una diosa él escribe mientras ella duerme.
y él es un cometa.
Ella es la esperanza de la humanidad
Ella duerme por las noches y él escribe mientras ella duerme.
y no recuerda lo que sueña. Él fuma y obedece,
Él sueña con dormir cuando ella duerme ella habla y resplandece.
y sueña con soñar lo que ella sueña,
y sueña con soñar lo que ella sueña. Ella sonríe y devora la vida,
él devora la vida y sonríe.
Ella es la esperanza de la humanidad, Él sueña con dormir cuando ella duerme
y él escribe mientras ella duerme. y sueña con soñar lo que ella sueña,
Él fuma y obedece, y sueña con soñar lo que ella sueña.
ella habla y resplandece. Él sueña con soñar lo que ella sueña,
y sueña con soñar lo que ella sueña.
Ella canta desnuda una canción
y él la mira y se relame. "Que las noches con sus lunas
Él se pierde entre su pelo, y las lunas con sus huesos
ella se abraza fuerte y dice: nos secuestren a los dos.
Que las lluvias y los soles
"Que las noches con sus lunas y las hojas en el suelo
y las lunas con sus huesos nos encuentren a los dos.
nos secuestren a los dos. Que los años y el presente
Que las lluvias y los soles nos sorprendan a los dos".
y las hojas en el suelo

Al igual que pasaba con el álbum al que pertenece la canción anterior, el origen
del título de la última letra que nos ocupa en este trabajo también proviene del séptimo
arte. Como ya hemos mencionado en este trabajo, Iván Ferreiro ha puesto nombre a
multitud de sus composiciones influido por series o películas que le han inspirado.
Pues bien, el título de esta canción tiene su origen en la película de Woody Allen del
año 1973 del mismo nombre. Sin embargo, no por capricho del cantante vigués, sino
por puro deseo de Álex Ferreira (cantante dominicano amigo de Ferreiro y gran
admirador del cineasta norteamericano), quien ayudó a Iván a desarrollar la maqueta
primitiva de “El dormilón”.
Además de este guiño cinematográfico, el título también hace referencia a que
en la canción se habla de sueños y de dormir. No obstante, el protagonista de la misma
habla sobre el título:

Óscar González León Universidad de Valladolid 41


Podría haberla titulado “El insomne”, porque en la historia él soñaba “Con
dormir cuando ella duerme / y sueña con soñar lo que ella sueña”, pero la
llamó “El dormilón”. Si tenía que elegir una de Woody Allen, “prefería
una comedia que algo dramático tipo Hannah y sus hermanas”, sonríe. Al
fin y al cabo, era una canción feliz… (Moreno, 2017: 205-206).

Dejando a un lado el título y ahondando aún más en el significado de la canción


o, lo que es lo mismo, en la intentio auctoris, la etapa que Iván Ferreiro atravesaba en
el momento de componer “El dormilón” es una etapa sentimentalmente bonita.
Pretende contar la historia de dos personas que están empezando una relación pero
que, a pesar de todo, son completamente distintas. Él mismo comenta que “Cuenta
muy bien algo que estaba viviendo” (Moreno, 2017: 205).
Sin embargo, el gallego estaba siendo más descriptivo de lo que él mismo
pretendía. Se encontraba en un momento tan dulce que le costaba ocultar cosas, quería
mostrar todo lo que estaba sintiendo por dentro. Al contrario que en la mayoría de sus
canciones donde, según él mismo dice, necesita “que tengan su puerta trasera”
(Moreno, 2016). Una puerta trasera por la que poder salir, figuradamente hablando, y
darle a la canción más de un significado potenciando así la intentio operis. Así lo relata
el propio Ferreiro: “Fue algo consciente, y luego me arrepentí un poco, tenía que haber
puesto más esclusas para levantar la tapa y poder escapar por ahí” (Moreno, 2017:
206). Sin embargo, se dejó “llevar demasiado por el sentimiento” (Moreno, 2017: 206)
y se olvidó de tener más precaución.
Para solventar un poco el problema que te puede ocasionar el no tener una puerta
trasera en la intentio auctoris, en Iván Ferreiro. 30 canciones para el tiempo y la
distancia tenemos la solución del propio Iván contada por Arancha Moreno:

“También puedes cantarle la canción a otra. Es algo que le he dicho a las


mujeres que han estado conmigo: «Esta canción va sobre ti hasta que vaya
sobre otra. La canción es tuya mientras estés a mi lado, después que te den,
yo vivo con la canción y tú no tienes que vivir con ella». Es como la casa
y los niños: si nos separamos, tú te quedas con la casa, pero yo me quedo
con la canción”, ríe. Las canciones son suyas porque expresan sus
sentimientos, pero nunca describe físicamente a los personajes. Así puede
servir para cualquiera. Así se la puede cantar a cualquier mujer (Moreno,
2017: 206).

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Esta es una postura un tanto radical, pero que libera bastante al artista para con
sus musas y que hace que la intentio auctoris sea aún más personal, al no otorgar en
exclusividad ni en perpetuidad el verdadero significado de la canción a nadie. Sin
embargo, aunque por lo general siempre ha intentado dar a sus canciones más de un
significado, en ocasiones ha cometido el error de desvelar el verdadero significado de
la misma al destinatario:

Alguna vez cometió la temeridad de ser sincero y desveló la doble lectura


a su novia de ese momento, y ella se puso a alerta. […] Lo mejor era
guardarse la segunda o tercera escritura para él: “En el fondo tampoco sé
si quiero que sepan lo que pienso en cada canción. Cuando le expliqué a
Catalina (su pareja sentimental en aquel momento) otras canciones, que
decían una cosa y en el fondo decían otra, se ralló por lo que escribía sobre
ella” (Moreno, 2017: 206).

Finaliza esta breve disertación sobre la verdadera intentio auctoris con una frase
bastante contundente: “Al final es contraproducente explicárselas a la persona que
tienes al lado. Cuando me han preguntado, le he dado el significado que me ha venido
en gana” (Moreno, 2017: 206). La propia autora del libro donde Ferreiro realiza estas
declaraciones concluye que, el gallego, “Ha seguido escribiendo a su manera”
(Moreno, 2017: 206).
Y es que, al igual que no hay una fórmula que determine si una canción va a ser
un éxito o no, tampoco hay una fórmula que fije una intentio operis universal en la que
todos los receptores que disfruten de la canción en cuestión compartan la misma
interpretación sobre la misma.
Así, el único que se contagia del carácter feliz que imprime “El dormilón” es el
Sujeto número 1, quien comenta que “es una canción alegre”. Opinión que comparte
con el autor, quien dice sobre ella lo siguiente: “solo luz, es de mis primeras canciones
donde no hay ni una sombra” (Moreno, 2017: 208). También, este mismo sujeto ve
cómo se “describe a dos protagonistas de una pareja viva y perfecta”. “Cada uno con
sus cualidades individuales, se complementan a la perfección”, como bien va relatando
a lo largo de la canción el autor: “Ella quiere salvar el planeta / y él quiere que el
mundo se gobierne solo. / Ella vuela en bicicleta / y él la llama desde un taxi”. Opuestos
que construyen una relación “viva y perfecta”, como dice el Sujeto 1.

Óscar González León Universidad de Valladolid 43


El Sujeto 5, por otro lado, ve en esta constante enumeración de contraposiciones
una “comparación entre él y ella”. Según su intentio operis ve una especie de
enfrentamiento entre los protagonistas en el que “es claramente el primero el que sale
perdiendo”. Con perder podríamos asociar el estar más enamorado de la otra persona.
Aunque Ferreiro, cuando comentaba su intenio auctoris, no habla en ningún caso de
ganadores o perdedores, por lo que esta interpretación no tendría demasiada validez a
pesar de que puede llegar a sostenerse, forzadamente, con versos como “Ella vive en
todo el mundo / y él ve el mundo por la tele” o “Él fuma y obedece, / ella habla y
resplandece”.
También, con esta anterior intentio operis, podríamos relacionar la del Sujeto 6.
Este ve que “Ella está como idealizada para él”, y añade que ve en la canción “Un
amor que puede ser imposible” y que “puede hacerse real en el futuro, aunque sea en
sueños”, lo que podemos justificar con las múltiples alusiones a los sueños, empezando
por el título de la canción.
Ya hemos visto que “El dormilón” es una canción de amor, que habla de una
relación feliz que se complementa entre las dos personas que la protagonizan. Sin
embargo, el Sujeto 8 va más allá y comenta que para él “Es claramente una declaración
de amor y de admiración hacia la otra persona”. Incluso dice que “Podría tratarse de
la fase inicial de una relación en la que admiras absolutamente todo lo que la otra
persona hace y dice, no hay nada más en el mundo que ella”. Postura que puede ser
totalmente probable, ya que el propio autor de la canción ha comentado que en esta
etapa estaba verdaderamente enamorado y que escribió la canción sin censurarse, sin
poner ningún límite a lo que estaba sintiendo en ese momento.
Por último, quería concluir este análisis de “El dormilón” con la intentio operis
del Sujeto 2. Por un lado, comenta que “Es una canción que habla del futuro por versos
como «que los años y el presente / nos sorprendan a los dos» o «Ella siempre mira
hacia adelante / y el jamás mira hacia atrás». Esta postura puede relacionarse con la
intentio auctoris, ya que el autor estaba bastante ilusionado con la relación y las
expectativas de futuro están ahí al hacer varias alusiones a los sueños. Sin embargo,
además de este significado, también ve otro a raíz del verso “y él quiere que el mundo
se gobierne solo”. Y es que, según el Sujeto 2, este verso “Puede hacer referencia al
sistema de gobierno actual” y en “Ella quiere salvar el planeta” “podemos ver a una
chica activista con el medio ambiente”. Además de esto, va más allá y ve en el título
de la canción una clara alusión a que “el mundo está dormido”.

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Esta última visión más activista y ecologista del Sujeto 2 es curiosa porque,
aunque en ningún documento haya constancia de que la intentio auctoris pueda ir por
aquí, Iván Ferreiro siempre se ha mostrado bastante concienciado con las causas
sociales y, como vimos en “Ciudadano A”, tampoco tiene ningún problema en dedicar
una canción a descargar su hartazgo por la situación política. Sin embargo, aunque se
aleja de lo que el gallego comentaba anteriormente sobre el significado de “El
dormilón”, habría que dar por válido este punto de vista porque sí que es cierto que en
la canción podemos interpretar lo que defiende el Sujeto 2.

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CONCLUSIÓN

Empecé este trabajo con la ilusión de saber si en algún momento se respondería


una pregunta que invadía mi cabeza: ¿qué es más importante, la intentio auctoris o la
intentio operis? Una vez terminado puedo contestarme a mí mismo que no tiene que
haber una más importante que otra. Y es que el autor se expresa artísticamente porque
necesita plasmar lo que siente en su cabeza mientras que el receptor acude a la cultura
para evadirse y para encontrar ayuda que le permita superar sus problemas personales.
A través del tutor de este TFG, Alfonso Martín Jiménez, acudí a la bibliografía
de Umberto Eco para ver si él tenía respuesta a mi pregunta inicial, ya que el escritor
italiano era quien había creado y desarrollado ambos conceptos. En Los límites de la
interpretación —el libro en el que habla de ellos— encontré lo siguiente: “No es
verdad que… todas las lecturas sean igualmente válidas… ciertas lecturas están, sin
duda, equivocadas…” (Eco, 1992: 42). Por ello, la duda inicial volvió a presentarse en
mi cabeza.
Tuve que acudir entonces a mi inspiración para hacer este trabajo, a Iván
Ferreiro, para ver qué era más importante para él, si lo que él tenía en mente y quería
transmitir cuando escribía una canción o lo que el receptor hacía suyo cuando las
canciones del gallego entraban por sus oídos e invadían su cabeza. Entonces encontré
unas declaraciones suyas en las que decía lo siguiente:

A medida que iba haciendo canciones, y creía que las letras hablaban de
una serie de cosas, descubría que no, que realmente los autores para hacer
una canción lo que hacen es contarte un cuento y, muchas veces, aunque
parece que está súper desgarrado el que está ahí metido en esa canción
pues, realmente, te está contando una milonga6.

Obviamente, después de enterarme de esto, la incertidumbre volvió a mí y, una


vez más, con la ayuda de mi tutor, creímos que podía ser buena idea preguntar a
gente que escucha a Ferreiro lo que para ellos significan las canciones de este sin
saber lo que el cantante tiene en mente a la hora de escribirlas y desarrollarlas. Tras
hacerlo me di cuenta de que cada canción podía interpretarse de tantas maneras como
personas pueden escuchar una canción. Es decir, estas opiniones pueden diferir

6
“Música y mentiras”, cit., minuto 4 36”.

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mucho de la intentio auctoris ya que la propia experiencia personal de cada sujeto
influye en cómo ven el significado de las mismas, pero no por ello dejan de tener
validez. Y es que, según Umberto Eco, si el propio texto no contradice estas
opiniones siguen teniendo validez. Por lo que mis dudas continuaron, aunque ahora
vi la intentio operis desde otra perspectiva.
Decidí entonces acudir a un autor más, autora en este caso. Arancha Moreno en
2017 escribió una biografía de Iván a través de 30 canciones del artista desde su etapa
como líder de Piratas a su actual etapa en solitario en el libro Iván Ferreiro. 30
canciones para el tiempo y la distancia. En esta obra la autora, con la ayuda de muchos
compañeros de gremio del protagonista y la del propio protagonista en cuestión, repasa
toda la carrera de este justificando la temática de las canciones con la etapa personal
que vivía por entonces el cantante.
Ya con todas estas referencias decidí aplicarlo a las ocho canciones que había
seleccionado y me dieron como resultado este trabajo, en el que personalmente he
conseguido construirme una sólida opinión. Me he dado cuenta que la intención del
autor es importantísima para conocer el contexto que provocó el origen de la canción.
Sin embargo, esta intención, aunque puede ser variada por deseo del autor de darle
varios significados, por lo general suele ser cerrada y no admite cambios futuros.
Por otro lado, la intención de la obra, como comentaba antes, es infinita e incluso
con los años puede seguir variando. Y es que esta depende única y exclusivamente de
quién la escuche y podemos encontrarnos tantos casos como personas diferentes
escuchen una misma canción. Incluso, es más, la misma persona puede tener más de
una interpretación diferente para la misma canción, como ya hemos visto en este
trabajo.
Es por esto por lo que, una vez expuesto todo lo anterior, creo que la mejor
explicación y a la vez conclusión posible es la que dio Iván Ferreiro en su día en la
charla TED, a la que ya he hecho mención anteriormente, en referencia a qué es más
importante, si lo que el autor quiere decir o lo que el oyente interpreta de la obra:

lo que sí es seguro es que lo que vosotros sentís es verdad y lo que yo siento


es verdad. Y es lo único que existe. Podemos contar una película
maravillosa, ser todo falso, pero si el que está abajo lo siente de verdad es
que existe y es real7.

7
“Música y mentiras”, cit., minuto 8 46”.

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BIBLIOGRAFÍA

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