Disfasia VS Afasia y Trastorno Especifico Del Lenguaje 1

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Disfasia vs Afasia y Trastorno Especifico del Lenguaje

Cesian Liliana caldera Chávez

Arleidys Baldovino campo

Karolay Mendoza Ávila

Shelsyn benitez

Daniela Guerra Benavidez

Trabajo presentado en la asignatura de psicología educativa

Docente

Lety Aneet García Medina

Corporación universitaria “Antonio jose de sucre "-UAJS

Facultad de ciencias de la salud

Programa de psicología

Sincelejo

2023

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Tabla de Contenido
Introducción…………………………………………………………………………………………………………………………………….3

Mapas conceptuales………………………………………………………………………………………………………………………..4

Disfasia vs afasia………………………………………………………………………………………………………………………………7

Trastorno especifico del lenguaje…………………………………………………………………………………………………….17

Ejemplos…………………………………………………………………………………………………………………………………………24

Conclusión………………………………………………………………………………………………………………………………………25

Bibliografía……………………………………………………………………………………………………………………………………..26

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Introducción

La disfasia y la afasia son dos condiciones relacionadas con el lenguaje que pueden afectar la

capacidad de una persona para comunicarse de manera efectiva. Ambas condiciones se

caracterizan por dificultades en el procesamiento y producción del lenguaje, pero existen

diferencias importantes entre ellas.

La disfasia es un trastorno del desarrollo del lenguaje que se presenta en la infancia. Se caracteriza

por retrasos significativos en la adquisición del habla y del lenguaje, tanto expresivo como

receptivo. Los niños con disfasia pueden tener dificultades para pronunciar correctamente las

palabras, comprender instrucciones complejas o seguir conversaciones.

Por otro lado, la afasia es un trastorno adquirido del lenguaje que generalmente ocurre como

resultado de una lesión cerebral, como un accidente cerebrovascular o un traumatismo

craneoencefálico. A diferencia de la disfasia, la afasia afecta a personas adultas que previamente

tenían habilidades lingüísticas normales. Las personas con afasia experimentan dificultades en

diferentes aspectos del lenguaje, incluyendo la comprensión verbal, la expresión oral y escrita, así

como también la lectura y la escritura.

Además de estas dos condiciones, existe un trastorno específico del lenguaje conocido como

Trastorno Específico del Lenguaje (TEL). Este trastorno está presente desde edades tempranas y

se caracteriza por dificultades persistentes en el desarrollo normal del lenguaje sin ninguna causa

identificable. Los individuos con TEL presentan retrasos en la adquisición del habla y del lenguaje,

así como dificultades para comprender y expresarse adecuadamente. A diferencia de la disfasia, el

TEL no está asociado con otras alteraciones cognitivas o neurológicas.

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DISFASIA VS AFASIA

1. ¿Qué es la afasia?

La afasia es un trastorno adquirido del lenguaje, esto significa que ocurre después de que la

persona haya adquirido el lenguaje. Está causado por una lesión cerebral en las áreas encargadas

del lenguaje y puede afectar a todas las dimensiones del lenguaje: comprensión, expresión, lectura

y escritura.

En España, alrededor de un tercio de las personas que sufren daño cerebral adquirido presentan

afasia (Villodre y Morant, 2010).

Imagina que quieres hablar, pero no eres capaz de articular las palabras adecuadas; imagina que

no entiendes lo que hablan otras personas o que tienes grandes dificultades para leer y escribir.

Estas son sólo algunas de las dificultades que sufren las personas que tienen afasia. ¿Qué

actividades que te gustan podrías seguir haciendo con estas limitaciones? ¿A qué se reduciría tu

vida?

2. ¿Qué causa la afasia?

La afasia tiene lugar cuando una o varias áreas del cerebro responsables de la producción y

comprensión del lenguaje están lesionadas. Este daño puede ser ocasionado por diferentes causas:

 Infección cerebral

 Trastorno craneoencefálico (TCE)

 Tumor cerebral

 Accidente cerebrovascular (ACV)

 Cirugía cerebral

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 Enfermedades neurodegenerativas, como Alzheimer y Parkinson

 Crisis convulsiva

3. ¿Qué tipos de afasia existen?

Los tipos de afasia se asocian con daño en un área determinada del cerebro. Sin embargo, en la

práctica las distinciones no son tan claras, ya que, el lenguaje es una actividad compleja que

engloba muchas áreas del cerebro. Aun así, la afasia se puede clasificar en dos grandes grupos:

afasias no fluidas y afasias fluidas.

3.1. Afasias no fluidas

3.1.1. Afasia de Broca

La lesión se localiza en la llamada área de Broca. Las personas con este tipo de afasia presentan

grandes dificultades para encontrar las palabras (anomia) y para articular sílabas. Además, la

repetición es pobre y la longitud de frase corta con errores gramaticales. Asimismo, el habla no es

fluida con presencia de parafasias fonéticas (sustitución u omisión de fonemas) y posee un tono

monótono y sin inflexiones.

3.1.2. Afasia motora transcortical

Este tipo de afasia presenta manifestaciones muy parecidas a la afasia de Broca, sin embargo,

la repetición es buena y el esfuerzo articulatorio es menor.

3.1.3. Afasia global

La afasia global se produce por un daño generalizado y grave en las áreas del lenguaje del

cerebro. Las personas con afasia global tienen extrema dificultad para expresar y comprender el

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lenguaje afectando también a la lectura, la escritura, repetición y denominación. A veces, se

producen estereotipias con sílabas sin sentido o palabas reales.

3.1.4. Afasia no fluida mixta

Suele ocurrir al producirse una mejora en la afasia global. Sus características son una anomia

grave y una comprensión auditiva pobre. Sin embargo, las manifestaciones son más leves que en

la afasia global y en la afasia de Broca. El habla es imitada con esfuerzo articulatorio. Pueden

existir estereotipias (sonidos, sílabas o palabras que la persona emite repetidamente cuando intenta

hablar), parafasias fonémicas (sustituir un fonema por otro o una palabra por otra cuando se

componen de fonemas parecidos) y perseveraciones (repeticiones de una palabra utilizada

anteriormente).

3.2. Afasias fluidas

3.2.1. Afasia sensorial o de Wernicke

La afasia de Wernicke implica daño en la llamada área de Wernicke. Los síntomas principales

son una importante anomia y una comprensión auditiva y repetición bastantes pobres. El lenguaje

es fluido, con articulación y ritmo normal, sin embargo, su lenguaje no tiene sentido con palabras

inventadas (neologismos) y parafasias fonológicas (omisión, adición, desplazamiento o sustitución

de fonemas) y semánticas (reemplazamiento de una palabra por otra que guarda una relación

semántica). En ocasiones, puede presentarse logorrea que es un habla excesiva y rápida.

3.2.2. Afasia sensorial transcortical

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Comparte muchos síntomas con la afasia de Wernicke, pero, se diferencia de ella en que la

repetición se encuentra preservada. Suelen presentarse más parafasias semánticas que fonológicas

y también son habituales las perseveraciones.

3.2.3. Afasia de conducción

En esta afasia la comprensión auditiva es buena pero la repetición está más comprometida que

el habla. Además de la anomia, también se producen parafasias fonémicas que las persona intenta

corregir y circunloquios.

3.2.4. Afasia anómica

La afasia anómica es el tipo más leve de afasia. Las personas afectadas tienen dificultades para

recordar los nombres de personas, objetos o lugares. La comprensión auditiva y la repetición se

mantienen en buen estado. Suelen utilizar circunloquios y términos no específicos como “cosa” o

“esto”.

4. ¿Cómo se realiza el diagnóstico de afasia?

La evaluación de la afasia requiere las siguientes valoraciones:

 Historia neurológica

Examen neurológico en el que se evalúa la atención, memoria, lenguaje (lenguaje

espontáneo, denominación, comprensión, repetición, lectura y escritura), funciones

ejecutivas, capacidades visuoespaciales, manipulación de conocimientos adquiridos, pares

craneales, sistema motor, reflejos, valoración de las sensaciones, praxias y canto en casos

de producción oral muy limitada.

 Técnicas de neuroimagen

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La interpretación de los resultados de las pruebas debe hacerse teniendo en cuenta el nivel

intelectual y educativo del paciente previo a la aparición de la afasia. Para realizar el

diagnóstico se deben excluir los déficits visuales y auditivos, deterioro de la memoria,

deterioro de la percepción (agnosia), deterioro del movimiento (apraxia) y la alteración del

pensamiento como en demencia o esquizofrenia.

5. ¿Cuál es el pronóstico de la afasia?

Algunos pacientes que sufren afasia pueden recuperarse sin necesidad de tratamiento. No

obstante, muchos de ellos necesitan intervención. Las afasias graves tendrán un grado de mejoría

limitado y otros tipos de afasias, en cambio, pueden producir mejorías notables. Asimismo, es muy

importante que el tratamiento se inicie a la mayor brevedad posible puesto que es un factor clave

para un buen pronóstico. La mayoría de las personas afásicas recuperan mejor la compresión que

la expresión del lenguaje. En el caso de los niños, el pronóstico será más favorable cuanta menor

edad presente el niño en el momento de la lesión cerebral debido al fenómeno de la plasticidad

cerebral.

6. ¿Cómo es el tratamiento de la afasia?

Uno de los profesionales que se encarga del tratamiento de la afasia es el logopeda. El objetivo

principal del tratamiento logopédico es que la persona afectada recupere cuanto antes la mayor

cantidad de lenguaje posible para conseguir que pueda comunicarse eficazmente. Para ello, se parte

de las habilidades lingüísticas que mantiene el paciente y se trabajan las que le suponen una mayor

dificultad. En las afasias de origen neurodegenerativo el tratamiento se basa en desarrollar nuevas

formas de comunicación.

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Existen múltiples programas para trabajar los diferentes déficits que puede acarrear la afasia.

Algunas actividades incluidas en los programas son la discriminación de sonidos, el seguimiento

de instrucciones, repeticiones de sílabas y palabras, aumento del vocabulario o ejercicios para

organizar el campo semántico. Los ejercicios logopédicos se refuerzan en casa con el apoyo de la

familia o del entorno cercano que, anteriormente, han aprendido cómo llevarlos a cabo en la

consulta. Es relevante que la red social del paciente comprenda la nueva situación con sus

particularidades y brinde su apoyo.

7. ¿Qué es la disfasia?

El término disfasia apenas se utiliza en la actualidad siendo sustituido, posteriormente, por el

término trastorno específico del lenguaje (TEL). Actualmente, se conoce con el nombre de

Trastorno del Lenguaje (TL) o Trastorno de los sonidos del Habla (TSH).

La disfasia tiene una prevalencia del 5-7% de la población (Conti-Ramsden, Simkin y Botting,

2006; Rice y Smolík, 2007) y es más acusada en niños que en niñas.

Es un trastorno de comunicación que se encuadra dentro del grupo denominado trastornos del

neurodesarrollo, ya que, el inicio se produce durante la etapa del desarrollo. En este trastorno

podemos apreciar dificultades en la adquisición y uso del lenguaje con déficits en la comprensión

y en la producción. Es un trastorno con variabilidad de síntomas en el que uno o más componentes

del lenguaje (fonología, semántica, morfología, sintaxis y pragmática) están afectados. Como

consecuencia de padecer este trastorno, la persona ve limitada su capacidad comunicativa con

dificultades también en el proceso lecto-escritor. Estos problemas suelen originar, a su vez, un

impacto negativo en el desempeño escolar y en la autoestima. Las dificultades de este trastorno,

generalmente, persisten en la etapa adulta, aunque a lo largo del tiempo se producen cambios. Por

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este motivo, es importante iniciar una intervención temprana orientada a disminuir esas

dificultades.

8. ¿Qué causa la disfasia?

En la actualidad no hay evidencias claras sobre la causa o los factores causantes que originan

el trastorno. A pesar de ello, se suele asociar con alteraciones en el desarrollo neuronal y una

etiología genética, ya que muchos de los niños con disfasia tienen algún familiar con el mismo

trastorno. Algunos posibles factores son:

 Factores genéticos

 Lesión cerebral

 Falta de oxígeno en el parto o hipoxia

 Traumatismos craneoencefálicos

 Infecciones del sistema nervioso central (por ejemplo, meningitis o encefalitis)

 Privación socia-afectiva

9. ¿Qué síntomas produce la disfasia?

La disfasia o trastorno específico del lenguaje presenta habitualmente los siguientes síntomas:

 Inicio del lenguaje tardío

 Poca intención comunicativa

 Dificultades para encontrar las palabras adecuadas

 Dificultad para recordar series de datos verbales, nuevas palabras y frases

 Las oraciones presentan errores gramaticales y ausencia de elementos de nexo

 Definiciones pobres

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 Dificultad en el uso de pronombres

 Dificultad en la conjugación de los verbos con tendencia a utilizar el infinitivo

 Tendencia a hablar en presente obviando las formas verbales pasadas

 Frases cortas y simples con ausencia de oraciones subordinadas

 Ininteligibilidad del habla superados los 3 años

 Dificultades para seguir instrucciones

 Problemas de comprensión de sinónimos, palabras con varios significados y juegos de

palabras

 Ecolalias (el niño repite palabras o frases como el eco)

 Problemas en la interacción social

 Niño con apariencia de distraído

 Dificultad para narrar una historia

 Dificultades en lectoescritura

Hay que tener en cuenta que la disfasia no es un retraso del lenguaje, es un trastorno persistente

a lo largo de la vida que afecta a más dimensiones del lenguaje.

10. ¿Cómo se realiza el diagnóstico de disfasia?

El diagnóstico de disfasia es realizado por el logopeda y comprende los siguientes aspectos:

 Descartar déficits sensoriales (como la audición y déficits orofaciales), discapacidad

intelectual, trastorno generalizado del desarrollo y trastornos neurológicos.

 Observación de la interacción social del niño en varios contextos.

 Análisis del discurso narrativo.

Los test estandarizados deben evaluar todas las dimensiones y componentes del lenguaje.

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12. ¿Cómo se lleva cabo el tratamiento de disfasia?

El tratamiento de la disfasia dependerá de la edad y de las características particulares del caso.

La evaluación proporciona las dificultades específicas del niño y guía el plan de tratamiento. En

ocasiones, además del logopeda, serán necesarios otros profesionales como el psicólogo.

La colaboración entre familia, profesionales y colegio es fundamental para que el pronóstico

sea favorable. Entre los ejercicios empleados en la intervención logopédica se encuentran:

 Estimulación del lenguaje mediante moldeamiento (refuerzo de toda intención

comunicativa) y modelado (el adulto actúa de modelo para que el niño le imite, por

ejemplo, nombrando objetos).

 Asesoramiento a la familia sobre estimulación del lenguaje para que puedan colaborar

desde casa siguiendo las estrategias que se emplean en las sesiones de logopedia.

 Enriquecimiento de las frases con mayor número elementos.

 Ejercicios de memoria auditiva.

 Uso de estructuras gramaticales correctas.

 Ejercicios que facilitan la comprensión de instrucciones orales y escritas.

 Ejercicios para facilitar y mejorar la lectura.

 Implementación de un sistema alternativo de comunicación (SAAC) en el caso de que la

comunicación oral se encuentre gravemente afectada.

 Ejercicios fonológicos.

 Escribir y contar relatos o cuentos.

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13. ¿Cómo diferenciar entre afasia y disfasia?

Puede ser difícil diferenciar entre afasia y disfasia, ya que, tienen nombres similares y

comparten síntomas como es el caso. Por eso, voy a resumir en dos las diferencias principales entre

afasia y disfasia: la causa del trastorno y la adquisición del lenguaje.

La afasia es producida por una lesión física cerebral, sin embargo, la causa de la disfasia no está

aún clara.

La persona afectada de afasia ya tiene una adquisición parcial o total previa del lenguaje cuando

ocurrió el daño cerebral. La disfasia, en cambio, es un trastorno de la adquisición del lenguaje,

cuyos síntomas se aprecian en ocasiones, antes de los 6 años.

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TRASTORNO ESPECÍFICO DEL LENGUAJE

El TEL es un trastorno del neurodesarrollo que afecta exclusivamente al lenguaje. Incluye a

todo trastorno de lenguaje que se caracterice por un desarrollo lento y retrasado respecto a su edad

cronológica y que no tenga relación con una deficiencia auditiva, motora, cognitiva o de conducta,

tampoco con el autismo. Y de una forma práctica podemos distinguir dos tipos:

TEL de predominio expresivo: los niños tienen una memoria normal que permite reconocer los

fonemas y las palabras comprendiendo su significado; pero se expresan mal, no encuentran la

palabra adecuada para lo que tienen que decir y son lentos en la formación de frases.

TEL con alteraciones expresivo-receptivas: en este caso tienen dificultades para reconocer los

fonemas y las palabras, su memoria fonética es limitada, aunque curiosamente su expresión es algo

mejor que la de los niños del primer grupo.

Como en todos los trastornos, no existe un marcador biológico que nos permita identificar a los

niños con TEL, es decir, no hay una prueba médica –análisis, pruebas de imagen o

neurofisiológicas– que nos corrobore que un niño tiene un TEL.

Síntomas del TEL

Cada persona que presenta trastorno específico del lenguaje es un universo particular. Resulta

un trastorno muy heterogéneo y puede manifestarse de múltiples maneras. No obstante, hay una

serie de síntomas más habituales:

 La adquisición del lenguaje es lenta.

 El léxico suele ser escaso.

 Si la comprensión se ve afectada, el caso suele ser más grave.

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Es importante tener en cuenta la edad y estar atentos a las señales que puedan indicar un retraso

en la adquisición y el desarrollo del lenguaje. Así, por ejemplo, los niños con TEL en edad

preescolar:

 Pueden tener dificultades para aprender nuevas palabras y conversar.

 Tardan más en agrupar las palabras en oraciones.

 Tienen problemas para seguir las instrucciones, porque no entienden lo que les dicen.

 Cometen errores gramaticales.

Sin embargo, esos problemas también pueden deberse a un aprendizaje más tardío del lenguaje.

En el caso de los niños mayores y adultos con trastorno específico del lenguaje, se siguen

encontrando síntomas como:

 Escaso uso de oraciones complejas.

 Problemas de lectura.

 Problemas para encontrar las palabras adecuadas.

 Errores gramaticales y escritura desorganizada.

Diagnóstico

Sin marcadores biológicos ni consenso claro sobre qué es el TEL, su diagnóstico resulta aún

más difícil que su definición.

El desarrollo del lenguaje tiene unos márgenes de «normalidad» muy amplios, tanto

cuantitativos –cuánto tiene que comprender y expresar el niño a una edad determinada– como

cualitativos –cómo tiene que hablar a esa edad– y también entre distintos niños –variabilidad

interindividual– y para un mismo niño en distintos momentos –variabilidad intraindividual–.

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Además el propio dinamismo del neurodesarrollo hace que no podamos asegurar un diagnóstico

hasta una edad determina, ya que durante el proceso de adquisición del lenguaje podría alcanzar

la normalidad. Tampoco los retrasos ni alteraciones del lenguaje son signos exclusivos del TEL,

pueden serlo de otros problemas distintos. Por eso es arriesgado diagnosticar un TEL antes de los

5 años de edad, aunque podamos sospecharlo desde mucho antes.

Por otra parte, interesa detectar cuanto antes los problemas del neurodesarrollo ya que sabemos

que a mayor precocidad de tratamiento, mejor pronóstico. Diversos estudios poblacionales apoyan

la idea de que el nivel de desarrollo de lenguaje alcanzado a los 5 años de edad permite pronosticar

las habilidades lingüísticas en la edad adulta. Así que ante cualquier retraso o anomalía del

desarrollo del lenguaje debemos intervenir cuanto antes aún sin poder establecer un diagnóstico

concreto.

Siendo prácticos, podemos sospechar el diagnóstico de TEL cuando nos encontremos con:

 Un lenguaje impropio para la edad del niño de forma repetida a distintas edades:

vocabulario escaso, dificultades para formar y ordenar los elementos de la frase, ausencia

de elementos de nexo, dificultad para usar frases subordinadas…

 Una discrepancia cognitiva: a pesar de sus dificultades con el lenguaje, el niño se muestra

hábil en la resolución de problemas espaciales, geométricos, figurativos y simbólicos.

 La ausencia de una causa que explique las dificultades del lenguaje: sordera, falta de

estimulación, malformaciones cerebrales…

 Podemos decir que existe un trastorno del lenguaje cuando el nivel de habilidades

lingüísticas afecta a la capacidad del niño para cumplir con las expectativas sociales y

educativas que se esperan a su edad.

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Tratamiento del TEL

No importa si la definición o el diagnóstico son controvertidos, puesto que aquí se trata de una

dificultad en el desarrollo del lenguaje.

El tratamiento no debe demorarse ni esperar a confirmar el diagnóstico y será siempre

logopedia. Como en cualquier otro trastorno del lenguaje, el logopeda diseña un plan terapéutico

individual.

Primero traza el perfil lingüístico que presenta el niño y su nivel de comunicación para enfocar

el tratamiento en las deficiencias específicas que presente en cuanto a la comprensión y sus

habilidades fonéticas, semánticas, morfosintácticas o pragmáticas. Así por ejemplo, le enseña las

estructuras gramaticales, aumenta la diversidad de su vocabulario y trabaja para alargar las

conversaciones.

Además, analiza su entorno y procura que haya un ambiente favorable al desarrollo del

lenguaje, aconsejando pautas de comunicación en el entorno familiar y escolar.

Las técnicas de aprendizaje del lenguaje son muy variadas, incluyen trabajar la comprensión

mediante ejemplos e imitaciones y la repetición de estructuras gramaticales que después se deben

practicar en el entorno natural del niño. Por eso, trabajar con lo más pequeños incluye enseñar

también a los miembros de la familia a estimular el desarrollo del lenguaje, dando así continuidad

en el hogar a las estrategias utilizadas en la terapia. Al seguir las mismas consignas en terapia y en

casa, el niño avanza más y se evitan confusiones.

Por la misma razón cuando el niño ya va al colegio es importante que también los maestros se

involucren y faciliten las habilidades lingüísticas necesarias para un buen rendimiento académico.

Por ejemplo, el logopeda puede trabajar en colaboración con el maestro para enseñarle al niño el

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vocabulario nuevo que estudiará en los próximos temas. Si lo que hay son deficiencias de

habilidades pragmáticas, se pueden enseñar las habilidades de comunicación social mediante la

interacción entre compañeros.

El resultado de la terapia es muy variable. Cuánto más leve es el trastorno, mayor será la

probabilidad de mejorar. Y aunque no se sabe con certeza qué estrategias terapéuticas son las más

efectivas, sí se sabe que los niños que no reciben tratamiento tienen peor pronóstico.

Subtipos del TEL

No todas las personas que padecen TEL manifiestan el mismo tipo de dificultades. Según los

problemas presentados por el menor podemos establecer diferentes subtipos de Trastorno

Específico del Lenguaje. Es necesario tener en cuenta que en la actualidad el diagnóstico que

ofrece el DSM es el de trastorno de lenguaje como uno de los trastornos de la comunicación,

adscribiéndose algunas de las características de los siguientes subtipos a otros trastornos (como al

trastorno fonológico o al trastorno de la comunicación social).

En cualquier caso, sirve para visualizar la gran heterogeneidad de dificultades que pueden

presentarse en un TEL. Una de las clasificaciones más conocidas es la siguiente.

1. Trastorno del lenguaje expresivo

Las personas con este subtipo de trastorno específico del lenguaje tienen limitaciones marcadas

en la producción del lenguaje sin que existan problemas de comprensión. Dentro de este suele

considerarse el trastorno de la programación fonológica en la que la producción del lenguaje es

fluida pero de articulación distorsionada, o la dispraxia verbal en la que las dificultades de

articulación hacen del habla algo extraño o incluso ausente. La comunicación no verbal no suele

estar alterada, y su habla subvocal (es decir su lenguaje a nivel interno) está preservado.

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2. Trastorno mixto del lenguaje expresivo-receptivo o fonológico-sintáctico

En general, se considera que si existen problemas de comprensión en el lenguaje va a existir

asimismo dificultades severas en la producción o expresión. En este tipo de trastorno, por lo tanto,

se pueden observar dificultades tanto a la hora de elaborar el habla como a la hora de comprenderla.

3. Trastorno del proceso central de tratamiento y de la formación

Se trata de un subtipo de Trastorno Específico del Lenguaje en el que se pueden observar

diferentes problemas que no se corresponden por entero al propio hecho de comprender o expresar

el lenguaje, sino con aspectos como la presencia de una sintaxis alterada y un ligero tartamudeo

(trastorno léxico-sintáctico) o bien dificultades de comprensión debidas a la literalidad con el que

el lenguaje es tendido o no se adapta a las situaciones (trastorno semántico-pragmático).

El abordaje terapéutico

Es muy importante que los profesionales tengan la formación necesaria para saber detectar a

tiempo el Trastorno Específico del Lenguaje, como la que proporciona el Grado en Logopedia de

UNIR. La intervención temprana ayuda a los niños a mejorar sus habilidades y, en esa línea, contar

con conocimientos como logopeda puede ser un valor añadido. En concreto, les permite ampliar

su comprensión, adquirir nuevas palabras y elementos gramaticales, y desarrollar habilidades de

comunicación social.

En el caso de niños que están en edad escolar, el tratamiento pretende ayudarles en acciones

como organizar mejor la información, seguir las instrucciones de los profesores, comprender el

significado de las palabras y mejorar sus habilidades orales, lectoras y de escritura.

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Por su parte, en la edad adulta, las acciones del tratamiento van encaminadas a mejorar el

vocabulario técnico y las habilidades de escritura que puedan ser necesarias en el espacio de

trabajo. Además, muchos adultos desarrollan sus propias estrategias para controlar los síntomas

del trastorno específico del lenguaje, con una mejora considerable de su bienestar y calidad de

vida.

No existen certezas acerca de la evolución de cada caso ni de los resultados del abordaje

terapéutico. Eso sí, suele ser habitual que a menor levedad del trastorno, mayores mejoras se

produzcan.

En conclusión, el trastorno específico del lenguaje es un trastorno del desarrollo cuyos primeros

síntomas aparecen en la infancia. Su evolución variable lo convierte en un problema muy difícil

de diagnosticar y de abordar. Aunque hay estudios que apuntan a causas genéticas, aún no está

claro su origen y, por ello, es muy importante que se sigan realizando investigaciones que aporten

más información sobre este trastorno.

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Ejemplos

Disfasia:

"María, una niña de 6 años, tiene dificultades para formar frases completas y coherentes. A menudo

utiliza palabras incorrectamente o las mezcla, lo que dificulta su comunicación con los demás.

También le cuesta seguir instrucciones verbales y comprender conceptos abstractos".

Afasia:

"Juan, un hombre adulto, sufrió un derrame cerebral que afectó su capacidad para hablar

fluidamente. Tiene problemas para encontrar las palabras adecuadas mientras habla y a menudo

sustituye palabras similares pero incorrectas. Además, tiene dificultades para comprender

oraciones complejas y sigue instrucciones simples".

Trastorno Específico del Lenguaje (TEL):

"Pedro, un niño de 8 años, tiene dificultades para articular correctamente los sonidos del habla.

También comete errores gramaticales frecuentes y su vocabulario es limitado en comparación con

otros niños de su edad. Aunque entiende instrucciones simples, le cuesta seguir conversaciones

más complejas".

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Conclusión

En conclusión, la disfasia, afasia y trastorno específico del lenguaje son condiciones que afectan

la capacidad de una persona para comunicarse de manera efectiva. La disfasia se refiere a un

retraso en el desarrollo del lenguaje que puede afectar tanto la expresión oral como comprensión

del mismo. Por otro lado, la afasia es una pérdida o deterioro del lenguaje debido a daño cerebral,

lo que afecta principalmente la capacidad de hablar, entender o escribir.

El trastorno específico del lenguaje es un término utilizado para describir dificultades persistentes

en el desarrollo del lenguaje sin ningún tipo de lesión cerebral evidente. Esto implica dificultades

con la gramática, vocabulario y/o uso social del lenguaje.

Aunque estas condiciones tienen características distintas, todas ellas pueden comprometer

significativamente la comunicación y el aprendizaje de una persona. Es importante destacar que

cada individuo puede presentar síntomas y grados de afectación diferentes.

Es crucial proporcionar intervenciones tempranas y adecuadas para estos trastornos del lenguaje,

ya sea a través de terapia del habla y el lenguaje o apoyo educativo especializado. Además, se debe

fomentar la conciencia y comprensión pública sobre estas condiciones para evitar estigmatización

y promover inclusión.

En resumen, tanto la disfasia, afasia como el trastorno específico del lenguaje son desafíos

complejos que requieren atención individualizada y un enfoque multidisciplinario para ayudar a

las personas afectadas a desarrollarse plenamente en su capacidad de comunicarse. Como dijo

Temple Grandin: "La diferencia más importante entre los seres humanos no está en cómo nos

comunicamos, sino en cómo procesamos la información".

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Bibliografía

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