Cavalleri Carnevali Cap4

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Instrumentos de Intervención Comunitaria 

CAPÍTULO 4:

TÉCNICAS E INSTRUMENTOS DE LA INTERVENCIÓN.


OBSERVACIÓN, REGISTRO Y ENTREVISTA.

Se presentará en este apartado una reseña acerca del instrumental más utilizado en la intervención

comunitaria. No pretende ser un escrito exhaustivo de las técnicas e instrumentos, dado que para

ello hay una vasta bibliografía. Si, en cambio, planteamos un punteo con aspectos importantes a

tener en cuenta o recordar.

Asimismo, creemos es necesario antes de comenzar, realizar algunos comentarios acerca del

escenario o encuadre. Las herramientas no son anteriores a la práctica, son mediadores

imbricados al conocimiento del objeto, a la situación, es decir, el contexto y las condiciones de

posibilidad, por lo que se puede afirmar que siempre hay un encuadre.

La realidad o una determinada situación siempre son complejas, por lo que para actuar en ella

recurrimos frecuentemente a limitarla, fragmentarla o aislarla; es decir, comprenderla desde una

determinada perspectiva. Al respecto José Bleger dice que:

“Cuando al estudiar un fenómeno se toma un sector de sus relaciones y se lo

enfoca sistemáticamente en función de las variables que quedan incluidas en este

sector, decimos que se está utilizando un encuadre”1.

1
Bleger, J. (s/f) Psicología de la conducta. Paidós. (s/l). P. 105.
1
 Especialización en Abordaje Integral de Problemáticas Sociales en el Ámbito Comunitario

Según esta definición, el encuadre es el conjunto contextual de variables que fijamos -por lo tanto

las transformamos en constantes-, que nos permite poder actuar sobre las otras variables

regulando la intervención. Por ejemplo, los objetivos, el tiempo y lugar, los actores participantes,

sus roles, etc. conforman el encuadre de una técnica.

El encuadre o contexto, es el marco de la situación que nos permite la comprensión de la misma.

Siempre está presente y se lo percibe cuando falta o se modifica. Es menester, entonces, al

momento de registrar la intervención y el instrumental, incluir un apartado acerca del encuadre.

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La Observación

La observación, como técnica, puede ser utilizada sola o como complementaria de otras técnicas;

como por ejemplo la entrevistas, técnicas grupales, etc. Es muy amplia y variada la bibliografía

acerca de esta técnica, y encontraremos tantas definiciones como perspectivas existentes. No

obstante, diremos simplemente que:

“La observación es la actitud (en cuanto a apertura conciente de los sentidos a la

percepción) con que se realiza la participación permitiendo su transformación en

información. Es la que mantiene el eje de nuestra presencia en los sucesos en el

proceso de aprehensión tendiendo, entre los diversos productos y efectos de

nuestra actividad, a la generación de conocimiento” (Lluis, L.: 2000, 4).

Esta definición nos remite a la reflexión sobre distintos aspectos de la herramienta. Al referirse a

esta técnica como “actitud”, decimos que la observación difiere del simple mirar, y está orientada

de manera conciente, es decir, hay intención mediada por un esquema de trabajo explícito y una

actitud sistemática. Esto conlleva a que -como toda técnica- debe planificarse: ¿qué se va a

observar?, ¿por qué y para qué?, ¿quién/es?, ¿cuándo, dónde y cómo?

También nos remite esta definición, a la base epistemológica de esta técnica: la inmediatez. Con la

observación percibimos la realidad a través de todos los sentidos. Es decir, nos

interrelacionamos con el objeto, situación o fenómeno independientemente de la palabra;

obteniendo información de primera mano (sin intermediarios, como lo puede ser el relato de algún

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 Especialización en Abordaje Integral de Problemáticas Sociales en el Ámbito Comunitario

actor), viendo el fenómeno en su contexto. Por ello, podemos decir que la observación es una

técnica contextualizadora.

Si bien esta herramienta prescinde de intermediarios externos, siempre está presente el marco

teórico referencial del observador que aporta elementos, desde una perspectiva sesgada, para

la comprensión de la situación y el desarrollo de propuestas de acción. Es a través del marco

referencial que esta técnica nos permite “visibilizar” los lugares comunes de la vida cotidiana,

asumidos como obvios.

De lo expuesto, podríamos resumir en tres ítems las características de esta técnica. La

observación debe ser, entonces: intencionada, es decir debe perseguir un objetivo bien

delimitado; ilustrada, en cuanto que parte de un cuerpo de conocimiento referencial; y finalmente,

organizada, a partir de una guía flexible de lo qué se quiere conocer, que permita un trabajo

sistemático.

En la literatura metodológica sobre esta técnica, podemos encontrar una diversidad de

modalidades o clasificaciones acerca de la posición del observador (participante / no-participante).

Creemos innecesario dicha fragmentación, dado que todas las observaciones generan algún nivel

de participación en la situación. El observador no manipula los fenómenos, ni los interroga, pero su

presencia influye y modifica el escenario.

Finalmente, se hará mención de algunas desventajas en el uso de esta técnica:

- Algunos fenómenos no son observables directamente.

- Otros, se encuentran muy dispersos.

- En algunas oportunidades, al observar determinada situación o fenómeno, se establece

una “reacción emocional” que no nos permite ser concientes de nuestra subjetividad. Hay

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situaciones que no nos dejan ver y captar lo que sucede, pasando el observador -por

ejemplo- a ser un defensor del grupo o comunidad.

- La presencia del observador perturba el escenario motivando comportamientos atípicos.

Recomendamos la siguiente lectura:

 Cruz Neto, Otávio (2003) “El trabajo de campo como descubrimiento y


creación”, en de Souza Minayo, Cecilia Investigación Social. Teoría,
método y creatividad. Lugar. Buenos Aires.
 Taylor, S. y Bogdan, R. (1987) Introducción a los métodos cualitativos de
investigación. La búsqueda de significados. Capítulo III: La observación
participante en el campo. Paidós. Buenos Aires.
 Schwartz, H. y Jacobs, J. (1984) Sociología cualitativa. Método para la
reconstrucción de la realidad. Capítulo III: La observación participativa y la
entrevista. Reconstrucción de la realidad de grupos sociales. Trillas.
México.

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 Especialización en Abordaje Integral de Problemáticas Sociales en el Ámbito Comunitario

El Registro

Con relación a las herramientas que se utilizan en la intervención en el campo de lo social, es

necesario incluir el registro. Las intervenciones no son meras acciones, no pertenecen al campo

del “hacer por hacer”, sino que vinculan teoría, reflexión y práctica. La necesidad del registro surge

para poder dar cuenta tanto de las acciones realizadas, como de los conocimientos que son

puestos en marcha en el proceso de intervención. Simplemente definiremos:

El registro es la técnica que permite documentar la información que ha sido

recabada por medio de otras técnicas (como ser la observación, la entrevista,

etcétera.

Los objetivos perseguidos al documentar la intervención son diversos, dado que el registro nos

ayuda a preservar la información relevada y a comunicarla. Además registrar las propias

acciones ayuda a pasar revista a las tácticas de campo y a desarrollar otras nuevas, es decir nos

permite direccionar la intervención. Asimismo, con el registro se nos posibilita la reconstrucción de

los hechos, recuperamos la memoria (lo que en algunos casos evita la re-pregunta) y nos brinda

insumos para los procesos de evaluación, sistematización e investigación. Además, los registros

son el insumo fundamental para la realización de Informes Sociales.

El registro nos permite lograr una imagen del proceso de intervención que incluye las condiciones

en que dicha acción se produce, vista desde el ángulo de quién hace las observaciones.

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En el campo de lo social, el instrumento principal que se utiliza en esta técnica es la escritura,

mediante el uso de las notas de campo o cuaderno de campo, etc. No obstante existen una serie

de instrumentos y material técnico de apoyo que también son de uso frecuente, como ser: las

grabaciones, las filmaciones, el uso de dibujos o croquis, cronogramas, actas, fotografías y mapas.

El profesional deberá planificar estratégicamente cuándo y de qué modo registrará su intervención.

En algunas ocasiones el uso de grabador o filmadoras puede inhibir a los actores involucrados, lo

cual podría resultar contraproducente; lo mismo puede ocurrir al estar apuntando en el cuaderno de

campo en el momento de realizar una entrevista.

Se sugiere registrar simultáneamente con el desarrollo de los sucesos, siempre que sea empírica,

estratégica y éticamente posible. De lo contrario, se debe realizar el registro en forma posterior a

los hechos, tratando de hacerlo lo más pronto posible para no olvidar lo sucedido.

En relación a la pertinencia de uno u otro medio de registro, Rosana Guber señala que el supuesto

según el cual la grabación asegura “llevarse el campo a casa” es cierto solo en la medida en que

registra sonidos físicos verbalizados de los actores, pero esto no garantiza la reconstrucción exacta

de la situación en la cual se produce la intervención; tampoco se retienen algunos gestos,

expresiones faciales y corporales, como así tampoco registra actitudes del profesional que pueden

incidir o interferir en los sujetos. Aclara la autora, que la limitación en el uso de tecnologías no es

solo técnica sino epistemológica, dado que si bien es cierto que un fiel registro permite volver a la

información con confiabilidad y revivir las condiciones de campo, cualquiera sea el lapso

transcurrido desde su obtención, es conveniente no homologar veracidad de la información con

veracidad de las conclusiones.

En el camino de conocer e interpretar la situación o realidad en la que se interviene, es

imprescindible contar con un nutrido cuerpo de datos e información, por ello es que se debe

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 Especialización en Abordaje Integral de Problemáticas Sociales en el Ámbito Comunitario

registrar todo, desde observaciones, entrevistas, gestiones realizadas, visitas domiciliarias,

reuniones grupales, actividades realizadas, recursos con los que se cuenta, etcétera.

Pilar Fuentes destaca que las características que deben tener los registros son:

- Calidad: deben contemplar fielmente tanto las manifestaciones de los hechos observados,

cuanto las representaciones o nociones de sus protagonistas, cuando así corresponda.

- Riqueza: deben cubrir exhaustivamente todos los aspectos involucrados en el desarrollo

de la práctica, amplia y profunda cobertura de todas las actividades realizadas, de las

significaciones que los propios actores les asignan y de las interpretaciones efectuadas por

el observador.

- Confiabilidad: a lograr a través de múltiples observaciones, respetando “el doble nivel de

registro” (es decir discriminando el registro textual y descriptivo de las evaluaciones

personales), explicitando en cada caso la situación de contexto en la que se recolecta la

información, los pasos seguidos para recabarla, etc.

Finalmente, haciendo referencia a la modalidad operativa de los registros escritos, Pilar Fuentes,

se refiere a los siguientes instrumentos:

Cuaderno de Campo: Es un instrumento del trabajo de campo, dónde se incluye toda la

información. Allí registramos las notas de campo, la planificación, las evaluaciones, los

comentarios, los interrogantes, etc. El cuaderno o diario de campo es personal e individual, y debe

completarse en cada actividad de la práctica. Es conveniente registrar todo y no eliminar nada, es

decir no filtrar la información que allí se vuelca (hasta no avanzar con otros instrumentos).

Notas de Campo: Son las anotaciones que vamos realizando durante el trabajo de campo y las

plasmamos en el cuaderno de campo. Son la fuente primaria para documentos posteriores, es

decir la información “en crudo”, sin filtros previos (sólo lo que nuestra observación selecciona).

Pueden ser frases textuales, elementos descriptivos o contextuales, apreciaciones personales, etc.

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Crónica e Informe: Es la elaboración de la información recabada en las notas de campo; que

incluye la organización de la misma y la elaboración de datos. Suelen reproducir entrevistas,

observaciones, visitas domiciliarias, actividades grupales y comunitarias.

El modo de escritura está sujeto al destinatario al cual se dirige el informe, por ejemplo, si se debe

presentar un informe en el ámbito judicial, hay formalismos preestablecidos que se deben respetar.

Algunos criterios a tener en cuenta para su confección, son la existencia de título, fecha y lugar,

participantes, objetivos, contexto, desarrollo o relato y conclusiones. El desarrollo puede incluir un

breve marco teórico, apreciaciones, interrogantes, supuestos de análisis, actividades a seguir, etc.

Recomendamos la siguiente lectura:

 Guber, Rosana (1991) El salvaje metropolitano. Capítulo: El registro de


campo, primer análisis de datos. Legasa. Buenos Aires.
 Fuentes, Pilar (2001) “Lo que el viento no se llevó… el registro de campo y
su importancia en el proceso de intervención profesional del Trabajo
Social”, en AAVV El diagnóstico social: procesos de conocimiento e
intervención profesional. Espacio. Buenos Aires.
 Melano, Cristina (1993) “El registro en Trabajo Social: estilos y lecturas
(repensando lo obvio)” en Revista Uruguaya de Trabajo Social Año 6, N°
12, Montevideo.
 Montero, Maritza (2006) Hacer para transformar. El método en la psicología
comunitaria. Capítulo X: Dos técnicas auxiliares en la investigación e
intervención comunitarias: las anotaciones o diario de campo y el uso de
documentos secundarios. Paidós. Buenos Aires.

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La Entrevista

La entrevista es una técnica utilizada tanto en la producción de conocimiento, como en el proceso

de intervención. Es un espacio social de interacción entre dos o más personas, en contacto directo

con objetivos preestablecidos. En términos generales podemos entenderla -citando a Otávio Cruz

Neto- como “una conversación entre dos con propósitos bien definidos”; y agrega el autor: “En

primer nivel, esta técnica se caracteriza por una comunicación verbal que refuerza la importancia

del lenguaje y del significado del habla. Pero en otro nivel, sirve como un medio de recolección de

información sobre un determinado tema científico”2.

Atento a este último nivel mencionado por Cruz Neto, es decir el caso de la entrevista como

producción de conocimiento, debemos aclarar que en el desarrollo de la técnica no solo se amplía

y verifica el conocimiento, sino que al mismo tiempo se lo aplica.

Hemos dicho también que la entrevista es una herramienta con fines interventivos, es decir,

vinculados a la transformación de la situación problemática. En vistas a los objetivos que se

planteen es posible, por ejemplo: informar, aclarar, apoyar, motivar, controlar, ayudar a poner de

manifiesto una situación, ejercer autoridad, enseñar, recabar información, etcétera, en torno a los

sujetos, grupos o comunidades.

En la entrevista participan una díada conformada por el entrevistador y el entrevistado. En ambos

casos no siempre los integrantes de esta díada son únicos. Es así que pueden ser dos las

personas que entrevistan como así también una o más las entrevistadas; conformando entre estos

actores involucrados un diálogo inter-individual, es decir, aparece una razón dialógica en un

intercambio de modo directo. Pudiendo adoptar estos intercambios distintos formatos que van

desde una breve y espontánea charla, hasta varias sesiones y días de trabajo.

2
Cruz Neto, Otávio (2003) “El trabajo de campo como descubrimiento y creación”, en de Souza Minayo, María
Cecilia (organizadora) Investigación Social. Teoría, método y creatividad. Lugar Editorial. Buenos Aires.
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Este escenario de interjuego constituye un campo de intervención que está sujeto a cambios

permanentes. Esta dinámica es la que debe ser observada e incluida permanentemente por el

entrevistador. En este espacio de interacción inter-personal se produce una circulación de

información que sale a la luz con los aportes del entrevistado pero que se sistematiza con la pericia

técnica del entrevistador. Si el entrevistado aporta los datos para la construcción de la entrevista, el

entrevistador coordina los objetivos, el lugar y el tiempo de la entrevista dando así el marco para

que acontezca la configuración de ese campo.

El acontecer de la entrevista se encuadra por necesidad del entrevistado o del entrevistador, en el

marco de una instancia profesional marcada por una diversidad de aspectos que pueden facilitar u

obturar la misma. En este sentido es importante acompañar la pericia técnica con un trato amable

que facilite el diálogo. Ni demasiado próximo, ni muy distante, y que se enmarque dentro de lo que

se denomina distancia operacional con la tarea. En general, el poder enmarcar la situación de

entrevista como un espacio distendido que facilite la circulación de la información es uno de los

aspectos significativos para lograr los objetivos propuestos en cada situación. Establecer dicha

distancia requiere de la habilidad del entrevistador para captar el sentir del otro, dado que cada

caso particular o tipo de vínculo, depende de cada situación.

Los objetivos en cada situación deben ser precisos, delimitados, sabiendo que para el logro de los

mismos disponemos de un tiempo, que siempre es acotado, y marcado por el espacio en que la

misma acontece. Cuando hablamos de objetivos incluimos tanto al interés del entrevistador como

del entrevistado. Una entrevista presupone que ambos puedan operar en relación a los objetivos

previstos, mas preciso en el entrevistador y en muchos casos no tan precisos en el entrevistado,

pero si presentes, aún cuando estos no estén totalmente dilucidados.

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En cuanto a la circulación de la información durante el desarrollo de esta técnica, se produce un

proceso conjunto en la díada entrevistador-entrevistado a la que Cáceres, Oblitas y Parra (2000) se

refieren así: “En una entrevista no solo se explora la estructura actitudinal sino la estructura

cognitiva que el entrevistado tiene sobre la situación que lo lleva a esta interacción. Más importante

que obtener bienes o provisiones es desarrollar las capacidades humanas. Es bajo esta

perspectiva que se enmarca la entrevista. En el entrevistador hay un proceso de construcción de

conocimientos en términos conceptuales y procedimentales generalmente poco reconocido pero

que tiene que ser nos sólo reconocido sino integrado a la entrevista en referencia a sus objetivos.

Al poder aplicarlos en una nueva situación el aprendizaje obtenido se hace significativo. En el caso

del entrevistado, la construcción de conocimiento se realiza en el proceso de autorreflexión, se

evidencia y se hace significativo cuando toma decisiones y actúa”.

Hay un acontecer hacia el interior de la entrevista donde la dinámica, los objetivos, las preguntas

que dan direccionalidad a la circulación de la información y el clima, estarán más marcadas por el

entrevistador. “Es importante la actitud que adopte el entrevistador…solo si mis relaciones con otro

se dan en la aceptación del otro como un legítimo otro en la convivencia y, por lo tanto, en la

confianza y respeto, mis conversaciones con ese otro se darán en el espacio de interacciones

sociales“ (Maturana citado por Cáceres, Oblitas y Parra:2000).

Al incluir la entrevista como un espacio de relaciones sociales, queremos destacar que su

acontecer se da en un plano de horizontalidad donde se distinguen roles diferenciados, pero no por

ello jerárquicos. Es en ese marco que el entrevistado adquiere una nueva significación y será el

protagonista de esa historia, donde hay un aprendizaje para ambos en esos diferentes roles.

La entrevista como herramienta en el campo de lo social, plantea algunos aspectos a ser incluidos

y resueltos desde una perspectiva profesional. Los mismos son:

 Marco teórico conceptual que subyace en las intervenciones.

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 Aspectos éticos: conocimiento de los derechos del entrevistado, confidencialidad,

consentimiento informado, confidencialidad de la información, etc.

 Competencia técnica: facilitar la expresión del entrevistado, conocimiento y pericia

del propio saber profesional para la intervención.

 Precisión en los objetivos perseguidos.

 El aprendizaje y el cambio como dinámica fundamental.

 Horizontalidad.

 Distancia operacional con la tarea.

 Tiempo asignado para la misma.

 Lugar donde se realiza: privacidad aún en medio de las más complejas situaciones

institucionales.

 Momentos de la entrevista: pre-entrevista; apertura o presentación; desarrollo;

cierre; y post-entrevista.

Recomendamos la siguiente lectura:

 Bourdieu, Pierre (1993) “Comprender”, en La miseria del mundo. FCE.


Buenos Aires.
 Taylor, S. y Bogdan, R. (1987) Introducción a los métodos cualitativos de
investigación. La búsqueda de significados. Capítulo IV: La entrevista en
profundidad. Paidós. Buenos Aires.
 Schwartz, H. y Jacobs, J. (1984) Sociología cualitativa. Método para la
reconstrucción de la realidad. Capítulo III: La observación participativa y la
entrevista. Reconstrucción de la realidad de grupos sociales. Trillas.
México.

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 Especialización en Abordaje Integral de Problemáticas Sociales en el Ámbito Comunitario

Bibliografía

Bleger, J. (s/f) Psicología de la conducta. Paidós. (s/l).

Bourdieu, Pierre (1993) “Comprender”, en La miseria del mundo. FCE. Buenos Aires.

Cáceres, L; Oblitas, B; y Parra, L. (2000) La entrevista en Trabajo Social. Espacio. Buenos Aires.

Cruz Neto, Otávio (2003) “El trabajo de campo como descubrimiento y creación”, en de Souza
Minayo, María Cecilia (organizadora) Investigación Social. Teoría, método y creatividad. Lugar
Editorial. Buenos Aires.

Fuentes, Pilar (2001) “Lo que el viento no se llevó… el registro de campo y su importancia en el
proceso de intervención profesional del Trabajo Social”, en AAVV El diagnóstico social: procesos
de conocimiento e intervención profesional. Espacio. Buenos Aires.

Guber, Rosana (1991) El salvaje metropolitano. Legasa. Buenos Aires.

Lluis, Laura (2000). “Material de apoyo metodológico para el primer trabajo de campo”. UNLu.
Luján. Mimeo.

Melano, Cristina (1993) “El registro en Trabajo Social: estilos y lecturas (repensando lo obvio)” en
Revista Uruguaya de Trabajo Social Año 6, N° 12, Montevideo.

Montero, Maritza (2006) Hacer para transformar. El método en la psicología comunitaria. Paidós.
Buenos Aires.

Schwartz, H. y Jacobs, J. (1984) Sociología cualitativa. Método para la reconstrucción de la


realidad. Trillas. México.

Taylor, S. y Bogdan, R. (1987) Introducción a los métodos cualitativos de investigación. La


búsqueda de significados. Paidós. Buenos Aires.

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