Qué Entiendo Por Respuesta Empática

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¿Qué entiendo por respuesta

empática? Escucha empática y


respuesta empática.
Para mí la respuesta empática tiene una parte mucho más activa que
la escucha empática. La respuesta empática está pensada para responder con
las palabras más que con el corazón. Es más, la respuesta empática tal y como
lo veo es la escucha que genera un diálogo con la persona que tienes al lado y
que tiene algo importante que decirte.

Muchas veces se comete el error de creer que una afirmación debe


responderse con otra afirmación. Pues bien, la respuesta empática tal y como
la planteo está enfocada más hacia las preguntas abiertas que no las
sentencias cerradas. Este aspecto me parece fundamental porque implica un
cambio muy significativo en la manera que tiene la gente de relacionarse.

Si he dicho anteriormente que la respuesta empática es eminentemente activa,


es porque lo que pretende no es ser simpático con el otro, sino ser empático. Si
quieres saber qué diferencia existe entre simpatía y empatía puedes hacerlo en
el siguiente enlace. Esta diferencia me parece fundamental porque cuando
quieres ser simpático simplemente das la razón al otro y acabas la
comunicación. En cambio, si eres empático tu finalidad no es dar la razón al
otro, tampoco consolarlo. Lo que hace la persona empática es abrir un diálogo
y crear opciones. Si la escucha empática se basa más en los sentimientos,
la respuesta empática se centra en generar opciones a través de preguntas
abiertas. ¿Quieres aprender a elaborar preguntas abiertas? Puedes aprender
a elaborar preguntas abiertas en el siguiente enlace.

Para que lo entiendas mejor he elaborado esta distinción entre:

 Sentencia (columna azul): Consiste en el enunciado que te hace una


persona a ti. Este tipo de sentencia puede ser una preocupación, un
problema, algo que le ha pasado, un acontecimiento importante…

 Falsa respuesta (columna roja): La falsa respuesta es la que debes


evitar si quieres ser una persona empática. Si te fijas en la columna roja,
podrás comprobar los siguientes rasgos:

 En todo momento hablas de ti y de lo que te pasa.


 Usas la primera persona (YO).
 No generas diálogo y, por tanto, no generas opciones.
 No preguntas, sino que respondes con tus propias sentencias. De
hecho, podrías haber dicho lo que has dicho sin que la otra persona
te hubiera hablado.
 No demuestras ningún interés por lo que te dice la otra persona.
 Quieres ser simpático, pero siendo simpático no te estás
interesando en absoluto por la otra persona o, al menos, no lo
demuestras.

 Respuesta empática (columna verde): La respuesta empática es la


respuesta que genera opciones porque:

 Se basa en la generación de preguntas abiertas.


 Crea opciones.
 No busca la simpatía.
 No se centra en el problema, sino en posibles soluciones. Además,
estas soluciones son compartidas.
 Demuestra interés hacia lo que le interesa a la otra persona
(ejemplo de libros históricos).
 No ofrece consuelo. Ofrece opciones y en algunos casos ayuda de
forma activa (tareas domésticas).

Como puedes observar en este recuadro, las falsas respuestas son algo
habitual en muchos entornos. Basta que hagas la prueba en casa o en tu
trabajo y te darás cuenta de que desgraciadamente es un tipo de respuesta
abunda y mucho.
La respuesta empática. A modo de
conclusión.
No quiero acabar este artículo que no sea confesando que me hacía mucha
ilusión desarrollar esta idea en Justifica tu respuesta. Si has leído el artículo, te
habrás dado cuenta de que ser una persona empática no requiere de ningún
tipo de esfuerzo. Lo que requiere la empatía es tiempo, interés y dedicación
hacia el otro. Creo que una de las cualidades que mejor nos define es la
capacidad que tenemos de escuchar a los demás. Porque escuchando nos
hacemos partícipes de las inquietudes, preocupaciones y anhelos de los
demás. Así que espero que esta entrada te haya hecho reflexionar sobre cómo
puedes empatizar con las personas y desde ahora mismo practiques con los
tuyos, con los que tienes cada día a tu lado y que forman parte esencial de tu
vida. Y cuando la practiques, no olvides regalarle a cada una de esas
personas a quien quieres la mejor de tus sonrisas.

Aprovecho para recomendarte el libro de Stephen R. Covey porque en él


descubrirás de manera efectiva de qué manera puedes ayudar a los demás
ayudándote a ti mismo. Aquí te dejo el enlace (afiliado) por si estás interesado
en el libro.

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