Tema 2
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Tema 2
El maltrato infantil es un tema al que nos referiremos en gran parte de la asignatura. De manera indirecta
se ha visto en el primer tema, al identificar cuáles son los derechos básicos de la infancia, el no respetarlos
y no protegerlos supone ejercer maltrato hacia los niños, niñas y adolescentes. Durante el estudio del tema
se aprenderá que es el maltrato y qué consecuencias tiene en el desarrollo de los niños y niñas. En temas
posteriores conoceremos recursos y metodología que nos ayudará a prevenir o a intervenir en las situaciones
de malos tratos.
Según la Organización Mundial de la Salud (en adelante, OMS) (2006), una cuarta parte de los adultos
manifiestan haber sido maltratados en su infancia y 1 de cada 5 mujeres y 1 de cada 13 hombres declaran
haber sufrido abusos sexuales en la infancia. Estos datos constatan la importancia que tiene trabajar sobre
este tema. Dentro de la intervención social, son varios los perfiles profesionales que trabajan para detectar
y evaluar posibles situaciones de maltrato. En la actualidad, en diversas comunidades, los equipos
especializados de evaluación y tratamiento con familias con menores en desprotección están formados por
profesionales de los campos de la psicología, el trabajo social y la educación social.
Como futuros educadores y educadoras sociales, esta asignatura os dotará de conocimientos y herramientas
para poder identificar situaciones de maltrato y abuso y conocer los indicadores y factores de riesgo y los
factores de protección.
Hablar de maltrato infantil es hablar de la desatención y de los diferentes abusos que sufren niños, niñas y
adolescentes. Entre ellos se incluyen el maltrato físico, el psicológico, el abuso sexual, la desatención de
necesidades básicas, la explotación, la corrupción, el abandono o cualquier otro tipo que implique un daño
en la salud o en el desarrollo evolutivo propio del niño o niña.
El maltrato infantil se puede dar en varios contextos: dentro del ámbito familiar, escolar, de ocio, en el
barrio…
El maltrato ejercido puede ser intrafamiliar, es decir, que es algún miembro de la familia el que perpetra el
acto, o puede ser por parte de una persona que no pertenece a la familia, como una figura de referencia o
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de autoridad (profesorado, sacerdotes, monitores/as de deporte o de ocio, profesionales de la salud…),
amigos/as, personas desconocidas, cuidadores/as, grupo de iguales.
La OMS clasifica el maltrato infantil en cuatro grandes bloques y los denomina «abusos», mientras que el
Manual de Intervención del Ayuntamiento de Madrid (2008) y el Manual de Intervención del Ayuntamiento
de Bizkaia (2005) los clasifican más concretamente y diferencian entre abuso y maltrato.
CLASIFICACIÓN DE MALTRATO
OMS (2009) Ayuntamiento de Madrid (2008)
Ayuntamiento de Bizkaia (2005)
Abusos físicos Maltrato físico
Abusos sexuales Negligencia
Abusos emocionales y psicológicos Maltrato emocional
Desatención Abandono emocional
Abuso sexual
Explotación sexual
Corrupción
Incapacidad parental de control de la conducta
infantil/adolescente
Otros
Tabla 1. Clasificación de maltrato.
A continuación, detallaremos una tipología basada en los manuales de intervención del Ayuntamiento de
Madrid (2008) y el de Bizkaia (2006).
Maltrato físico
Se considera maltrato físico cualquier acto deliberado contra una persona menor que ocasione o pueda
ocasionar un daño físico o enfermedad en el niño, niña o adolescente. Este acto puede generar daños para
la salud, la supervivencia, el desarrollo o la dignidad del niño.
Se encuentran dentro de este maltrato los siguientes indicadores: magulladuras, hematomas, quemaduras,
fracturas, torceduras dislocaciones, heridas, mordeduras humanas, cortes, lesiones internas, asfixia y
ahogamiento.
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Abandono de las necesidades básicas
Hace referencia a la desatención por parte de los progenitores o tutores/as legales, de manera puntual o
reiterada, de las necesidades físicas y cognitivas básicas de los/as menores.
Los indicadores de riesgo que podemos encontrar son: no atender las necesidades de alimentación, vestido,
higiene, supervisión, cuidados médicos, educación, estimulación cognitiva…
Consiste en un comportamiento hostil por parte de los progenitores o personas cuidadoras hacia los niños,
niñas y adolescentes.
Abandono emocional
Es la falta de respuesta a las señales emocionales por parte de los responsables y la ausencia de
interacción entre el adulto y el menor, bien porque no las inicia la persona cuidadora o bien porque no se
responde a las iniciadas por los niños, niñas y adolescentes.
Algunos de los indicadores que nos ayudan a identificar este abandono son: ignorar los intentos de
los niños y niñas de interactuar, ausencia de expresiones de afecto, rechazar o atrasar la necesidad
de una atención psicológica.
Abuso sexual
Es el contacto o la participación en una actividad sexual entre una persona adulta y una menor de edad.
Se entiende que en estas situaciones el adulto está situado en una posición de poder, confianza o autoridad
sobre el menor y aprovecha esta posición para usar al menor en su estimulación sexual, en la del niño o
niña, o en la de otra persona.
El abuso también puede ser perpetrado por un menor de 18 años cuando es significativamente mayor que
la víctima o tiene una posición de poder o control sobre ella.
Los abusos sexuales pueden ser intrafamiliares o extrafamiliares. Por otra parte, pueden ser con contacto
o sin contacto físico.
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Explotación sexual
Corrupción
Dentro de la corrupción nos encontramos: la inducción a la delincuencia (es cuando las personas
responsables aceptan o facilitan las conductas delictivas de los/as menores) y la corrupción por modelos
parentales asociales (es cuando en la familia se da un modelo de conductas inapropiadas como conductas
delictivas o tráfico de drogas…).
Explotación laboral: los responsables legales obligan a los menores a realizar trabajos,
domésticos o no, que se exceden de lo habitual, que deberían de ser realizados por adultos, que no
le permiten realizar otras actividades acordes a su edad y que tienen por objeto el beneficio
económico de los adultos responsables.
Mendicidad: los cuidadores legales obligan a practicar al menor la mendicidad con el objeto de
obtener beneficio económico a su costa.
Maltrato prenatal: abuso de drogas durante el embarazo y no seguimiento adecuado del
embarazo, que puede generar daños al futuro recién nacido.
Síndrome de Münchhausen por poderes: los responsables legales someten al menor a exámenes
médicos constantes, alegando diferentes síntomas de enfermedades inventadas o generadas por
ellos.
Abandono: desprotección total hacia un menor, cuya protección y cuidado no están garantizados
por un responsable.
Para entender si el daño es mayor o menor habrá que tener en cuenta el tipo de maltrato sufrido, su gravedad,
su frecuencia, las características propias del niño o niña y las figuras o redes de apoyo de la que dispone.
No en todas las personas tienen las mismas consecuencias, incluso se considera que en ocasiones hay niños
y niñas que no han sufrido tal daño gracias a su capacidad de resiliencia.
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El cerebro del niño y del lactante puede verse afectado de manera fisiológica cuando sufre abusos o
desatención de manera reiterada o imprevisible y esta afectación puede suponer dificultades en el
crecimiento físico, cognitivo, emocional y social del niño o de la niña.
Las diferentes partes del cerebro se activan según la estimulación que se recibe, con la falta de estímulos y
cuidados, el desarrollo del cerebro se puede ver disminuido.
El estrés crónico que genera el maltrato infantil hace que se desarrollen más las regiones del cerebro que
dan respuestas a la ansiedad y al miedo, incluso llegando a vivir en alerta continua (estado de
hiperalerta). Cuando esto ocurre no se deja que se desarrollen de igual manera otro tipo de respuestas. Por
ejemplo, cuando el cerebro está ocupado en dar respuesta a la desatención o al maltrato puede no dejar
espacio a la concentración y al aprendizaje de otro tipo. Para incorporar nuevos aprendizajes sociales o
escolares se debe de tener plena atención, lo cual es muy difícil cuando se está en situación de alerta por
sufrir malos tratos.
El no poder generar un apego saludable y un desarrollo emocional adecuado con sus cuidadores puede
suponer que en un futuro la capacidad de empatía del niño o niña se vea reducida.
Los casos de mayor estrés pueden alterar el sistema nervioso e inmunitario. Esto se traduce en que las
personas maltratadas en su infancia pueden tener en la edad adulta una mayor probabilidad de sufrir
problemas conductuales, físicos y mentales como son:
Aparte de las consecuencias individuales que sufre la infancia maltratada hay que analizar la inversión
económica que requieren los cuidados y tratamientos de hospitalizaciones, los tratamientos de salud mental
o de la inversión en servicios sociales.
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En el vídeo 1 (pag.11 online) se analizan las diferentes consecuencias del maltrato infantil.
Al comienzo del tema estudiamos los diferentes indicadores que se pueden observar en los niños para
detectar situaciones de maltrato. En este punto se estudiarán, a través del modelo ecológico, los diferentes
factores que interactúan en la vida de las personas y cómo esto puede llevar a generar situaciones de
maltrato.
Ninguno de los factores de riesgo que se expondrán a continuación puede explicar por sí solos el por qué
se ejerce violencia hacia los niños o niñas.
Comunitario: espacios donde se mantienen las relaciones sociales, como el barrio, el trabajo, el
centro escolar…
Social: incorpora las características de la sociedad en la que se viven, cómo son sus normas,
costumbres, desigualdades económicas, si existen redes de protección y prevención.
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Figura 1. Modelo ecológico descriptivo de los factores de riesgo de maltrato infantil. Fuente:
Organización Mundial de la Salud (2009).
Nivel individual
Vamos a detenernos en los factores que pueden presentar tanto las personas cuidadoras como los niños
y niñas. Esto no quiere decir que los niños y niñas sean los responsables de ser maltratados, ni que se
pueda justificar el maltrato. Se estudian para entender con qué dificultades se pueden encontrar los
adultos responsables del cuidado.
Nivel relacional
Algunos factores de riesgo de maltrato del niño y de la niña presentes en las relaciones con las personas de
su entorno son:
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Violencia en la familia, intrafamiliar, violencia de género, violencia ascendente…
Aislamiento social, falta de redes de apoyo.
Que la familia sufra discriminación por raza, religión, nacionalidad…
Realizar actos delictivos.
Nivel comunitario
Algunos factores de entornos sociales que pueden suponer un mayor riesgo de maltrato infantil son:
Aceptación de violencia.
Desigualdad de género.
Falta de vivienda o vivienda que no reúne los mínimos de habitabilidad.
Altos niveles de desempleo.
Pobreza.
Niveles altos de sustancias tóxicas en el medio ambiente.
Fácil acceso al alcohol o a otro tipo de drogas.
Venta de estupefacientes en el entorno.
Políticas o programas institucionales insuficientes o inadecuados para la prevención del maltrato
infantil.
Nivel social
Factores de protección
Al igual que existen factores de riesgo que pueden favorecer la susceptibilidad de ejercer o padecer maltrato,
también existen factores que ayudan a prevenirlo. Estos factores promueven una crianza y un desarrollo
familiar saludable. No existen muchos estudios que se refieren a estos factores, pero sí que se ha demostrado
que los factores de protección pueden ayudar a protegerse ante ciertas situaciones e incluso a prevenir el
maltrato. En el Informe del Centro Reina Sofía (Sanmartín Esplugues, 2011) se hace referencia a diferentes
factores de protección. A continuación, veremos algunos de ellos referidos a la protección a nivel individual
y del contexto.
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Factores de protección individuales:
Rosa, de 40 años, tiene tres hijos: Carlos, de 18 años; Javier, de 15, y Pedro, de 8 años. Rosa nació y vivió
en un barrio de chabolas hasta que fue trasladada con 15 años a su barrio actual a una vivienda de realojo.
En su infancia sufrió abusos físicos por parte de su padre alcohólico y de su madre. También fue víctima
de abuso sexual por parte de un tío paterno.
Con 18 años se casó con Paco, quien ejerció violencia de género hasta que enfermó. Su enfermedad requirió
cuidados intensivos por parte de Rosa durante un largo período y falleció hace 5 años. En casa siempre
había sido Paco el encargado de poner las normas de convivencia. Por un lado, era partidario del castigo
físico con sus hijos, pero por otro no establecía normas coherentes ni estables.
Rosa era la encargada de las labores domésticas y de llevar a sus hijos al colegio. Cuando Paco enfermo se
dedicó a sus cuidados, por lo que pasaba muchas horas en el hospital y dejaba a Carlos o a los tíos paternos
al cuidado de los hijos.
En el momento en que fallece su marido, Rosa empieza a trabajar y a responsabilizarse del cuidado de sus
hijos.
Sus ingresos provienen de la pensión de viudedad y de su trabajo por horas limpiando en una oficina. Estos
ingresos son muy escasos para poder mantener a su familia.
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Carlos, de 18 años, abandonó el domicilio a los 16, tras iniciarse en el consumo abusivo de hachís.
Finalmente lo acogió su tío paterno, que le ofreció vivienda y un trabajo en su taller. Mantiene relación con
su madre y hermanos, en especial con su hermano Pedro, y se encarga de recogerlo del colegio y de llevarlo
al grupo de ocio al que pertenece.
Javier, de 15 años, presenta un absentismo elevado. Su grupo de iguales es del barrio y también presentan
absentismo y realizan actos delictivos, como pequeños hurtos o violencia callejera. A pesar de esto, en su
casa tiene muy buena relación con su madre y hermano.
Pedro, de 8 años, acude con regularidad al centro escolar. A pesar de que académicamente no llega a los
mínimos establecidos, no se ha considerado necesario hacer adaptación curricular. Su relación con iguales
y adultos es positiva, aunque las diferentes tutoras siempre le describen como un niño nervioso y con poca
capacidad de concentración.
Factores de riesgo
Nivel individual
En este caso podríamos estudiar la situación en la que se han encontrado los menores en su infancia
mediante el análisis de los factores individuales del padre y de la madre, aunque el padre haya fallecido. A
pesar de ello, es importante analizar el motivo que ha podido llevar a cada miembro de la familia a la
situación que se encuentra en la actualidad. En el caso práctico analizaremos los diferentes niveles de riesgo
y de protección. Por otra parte, aunque Carlos ya es mayor de edad, analizaremos su situación desde los
factores individuales de niños/as, ya que hasta hace poco ha estado en esa posición.
Padre:
o Aprobaba y ejercía la violencia física con los hijos y con la madre.
o En el último período de vida su salud física no le permitía atender a sus hijos.
o Consumo de alcohol.
o Dificultades económicas debidas a un trabajo precario.
Madre:
o Persona maltratada en su infancia y víctima de abusos sexuales.
o Es posible que con su primer hijo no comprendiera en su totalidad el desarrollo evolutivo.
No recibió la crianza adecuada, lo que le dificulta la praxis como madre. Cuando nacen
sus hijos es víctima de violencia de género, hecho que puede suponer no poder centrar la
atención máxima en el cuidado de sus hijos.
o Dificultades económicas. La pensión y los ingresos con su trabajo no son suficientes.
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Carlos:
o Comportamientos delictivos. Se introduce en el consumo de drogas con 14 años.
Javier:
o Comportamientos delictivos, peligroso. Se inicia en pequeños actos delictivos y presenta
un absentismo alto.
Pedro:
o Rasgos de personalidad que suponen un problema al cuidador. Actitud muy nerviosa en
inquieta.
Nivel relacional
A continuación, describiremos los indicadores que presentan los tres hermanos a nivel relacional:
Carlos:
o Apego inseguro: la situación de la familia y de violencia ejercida por el padre pueden
dificultar el vínculo con los progenitores.
o Problemas de salud del padre, que padeció una enfermedad dura y de larga duración.
o Duelo a los 13 años por fallecimiento de su padre.
o Violencia: ha recibido castigo físico en su crianza.
o Violencia de género: ha crecido viviendo violencia de género hacia su madre de manera
continuada.
o Actos delictivos. Se inicia en el consumo de drogas con grupo de iguales.
Javier:
o Apego inseguro: la situación de la familia y de violencia ejercida por el padre pueden
dificultar el vínculo con los progenitores.
o Problemas de salud del padre, que padeció una enfermedad dura y de larga duración.
o Duelo a los 10 años por fallecimiento de su padre.
o Violencia: ha recibido castigo físico en su crianza.
o Violencia de género: ha crecido viviendo violencia de género hacia su madre de manera
continuada.
o Javier se inicia en pequeños actos delictivos y presenta un absentismo alto.
Pedro:
o Apego inseguro. En su caso, la dificultad del apego viene derivada de la enfermedad del
padre, por no poder convivir casi con él, y respecto a la madre, porque era la principal
cuidadora del padre pasando largos tiempos con él sin poder pasar casi tiempo con sus
hijos.
o Problemas de salud del padre, que padeció una enfermedad dura y de larga duración.
o Enfermedad del padre y consumo de su hermano mayor.
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Nivel comunitario
Nivel social
A nivel social la familia cuenta con políticas sociales, económicas, de salud y educativas que favorecen las
igualdades. No obstante, a día de hoy es importante resaltar que para lograr los objetivos establecidos por
las leyes es necesario invertir en fortalecer los recursos existentes.
Factores de protección
Madre: tiene buena salud física y emocional. A pesar de haber tenido una infancia y un
matrimonio con violencia, ha tenido la capacidad de volver a trabajar y de ofrecer un mejor
cuidado a sus hijos. Destaca como lo más positivo el buen vínculo afectivo que ofrece actualmente
a sus dos hijos menores.
Carlos: a pesar de haber consumido drogas en la adolescencia, ha logrado empezar a trabajar en
un taller mecánico y responsabilizarse del cuidado de su hermano menor.
Javier: se desconocen sus logros, pero es importante resaltar que, a pesar de no mantener la
asistencia al centro o de haber cometido algún pequeño delito, en casa sus lazos afectivos hacia la
madre y hermanos son positivos.
Pedro: no se tiene información en esta área.
Tanto Javier como Pedro cuentan en la actualidad con un vínculo positivo con la figura materna y con su
hermano mayor de edad. También cuentan con el apoyo de su extensa familia, la cual acogió a su hermano
mayor. Pedro además participa en una red de ocio de la que se siente miembro.
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En el vídeo 2 se profundiza en el caso resuelto. (pág. 30 en Unir. Temario online)
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Referencias bibliográficas
Ayuntamiento de Madrid. (2008). Manual de Intervención de los Servicios Sociales del Ayuntamiento de
Madrid para la protección de menores. Dirección General de Familia, Infancia y Voluntariado,
Ayuntamiento de Madrid.
https://www.madrid.es/portales/munimadrid/es/Inicio/Infancia-y-familia/Publicaciones/Manual-de-
Intervencion-para-la-proteccion-de-
menores/?vgnextfmt=default&vgnextoid=cb242c6bce8c4210VgnVCM2000000c205a0aRCR
D&vgnextchannel=21a1b7dd3f7fe410VgnVCM1000000b205a0aRCRD
Organización Mundial de la Salud (2009). Prevención del maltrato infantil: Qué hacer, y cómo obtener
evidencias. Organización Mundial de la Salud.
https://www.who.int/violence_injury_prevention/publications/violence/
child_maltreatment/es/
Sanmartín Esplugues, J. (2011). Maltrato infantil en la familia en España. Informe del Centro Reina Sofía.
Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad.
https://www.observatoriodelainfancia.es/oia/esp/documentos_ficha.aspx?
id=3688
A fondo
Secuelas del maltrato infantil
Cabrera Díaz, E. C. y Astaiza Arias, G. M. (2016). Secuelas del maltrato infantil. Revista
PsicologíaCientífica.com, 10(11). https://www.psicologiacientifica.com/secuelas-del-maltrato-infantil/
A través de este artículo se podrá seguir profundizando sobre las consecuencias que tiene el maltrato en el
crecimiento infantil. En esta ocasión, se podrá hacer a través de la visión de la neurociencia; se entra en
detalle sobre las consecuencias en el desarrollo del cerebro y sus repercusiones en la vida adulta.
PELÍCULA. Kauwboy
Koole, B. (Director). (2013). Kauwboy [Película]. The Film Kitchen; Waterland Film & TV; NTR.
Esta película nos permite poder analizar el maltrato ejercido sobre un niño de 10 años que vive en un
ambiente desolador, en una familia desestructurada. Además, también podemos identificar parte de la teoría
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estudiada en el tema y se podrá descubrir la manera que tiene Jojo de crecer y de afrontar y entender la
situación que vive en su familia.
No tengas miedo
No tengas miedo es una película en la que se pueden ver las consecuencias de un maltrato infantil en la
edad adulta. A través de esta película se podrá entender el daño que ejercen los abusos sexuales en la
infancia de un niño o niña y cómo estos son maltratados física y psicológicamente por los agresores.
Tiempo de resiliencia
A través de este breve artículo, Barudy nos presenta el concepto de resiliencia y lo que supone ante
situaciones desfavorecidas o de malos tratos. Este término se ha mencionado dentro de los factores de
protección y ahora se os invita a conocerlo un poco más a través de las palabras de Barudy, psiquiatra y
referente en el ámbito de trabajo con menores y familias.
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