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DERECHO CIVIL
Convocatoria de 2023

TEMA 20
Sumario:

1. La accesión: concepto, naturaleza y clases.


2. Examen de la accesión continua.
3. Referencia a la accesión invertida.

1. LA ACCESIÓN: CONCEPTO, NATURALEZA Y CLASES.

I. Concepto.

El derecho de accesión se regula en el capítulo II del título II del libro II del CC (artículos 353 a 383).

Consta de una disposición general, que establece: «La propiedad de los bienes da derecho por
accesión a todo lo que ellos producen, o se les une o incorpora, natural o artificialmente» (artículo 353).

La accesión se define como el derecho por virtud del cual el propietario de una cosa hace suyo todo lo
que esta produce o se le une o incorpora, natural o artificialmente.

En esta definición están comprendidas las dos especies en que tradicionalmente se divide la accesión,
pues esta puede originarse por un movimiento de dentro a fuera (accesión por producción o accesión
discreta) o de fuera a dentro (accesión por unión o accesión continua)1.

1
Fundamento de la accesión. Se señala como fundamento común a todas las especies de accesión el principio jurídico de que lo accesorio sigue a lo
principal (accesorium sequitur principale), pues, por virtud de él, en la accesión discreta el dueño de la cosa lo es de cuanto esta produce, y en la
accesión continua hay que atribuir a uno de los dueños de las cosas unidas, esto es, al de la principal, la propiedad del conjunto.
Pero lo cierto es que, fuera de ese vago principio, cada una de las citadas clases de accesión tiene una razón de ser y una naturaleza
diferente:
— La accesión discreta tiene un fundamento de absoluta justicia, identificado con el fundamento mismo de la propiedad, pues si
las cosas nos pertenecen es por sus utilidades y productos.
— Mientras que la accesión continua solo lo tiene de necesidad y utilidad, porque ningún principio de justicia autoriza para desnudar
a un propietario de sus derechos e investir a otro con ellos.
Sin embargo, no puede negarse la justicia de la accesión continua:
— Porque es más ventajoso atribuir la cosa nueva al dueño de la principal, que deberá compensar al otro, que no la admisión
de un estado de condominio.
— Y porque cuando la unión de las cosas es entera y completa, han desaparecido y sido sustituidas por una cosa nueva, y
es natural atribuirla al propietario de la anterior cosa más importante, ya que son los caracteres de ella los que dominan
el objeto nuevo.
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II. Naturaleza jurídica.

Hay varias posturas en cuanto a la naturaleza jurídica de la accesión:

a) La de que es un modo de adquirir el dominio, defendida por la mayor parte de los


romanistas y algunos civilistas.

b) La que defiende que la accesión es una simple facultad o extensión del dominio. Esta es
la postura que se deriva del Código Civil, que regula el derecho de accesión dentro del derecho de propiedad
y no entre los modos de adquirir el dominio, que se enumeran en el artículo 609.

c) La ecléctica, según la cual la accesión discreta es una simple facultad del dominio,
mientras que la accesión continua es un modo de adquirir la propiedad. Es la más aceptada por la doctrina.

III. Clases.

Artificial o Edificación,
industrial plantación o
(si la agregación se
Inmobiliaria debe al trabajo humano) siembra
Discreta (si se realiza en
(o por producción) provecho de una cosa
inmueble) Natural
(si la agregación se Accesiones
Accesión debe a una fuerza de la
naturaleza)
fluviales

Continua
(o por unión)

Adjunción o unión
Mobiliaria
(si se realiza en Confusión, conmixtión o mezcla
provecho de una cosa
mueble)

Especificación

Es posible también hablar de accesión horizontal y vertical:

— La accesión horizontal comprende los casos de unión de cosas, y está regulada por el
principio de que lo accesorio sigue el destino de lo principal (accesorium sequitur principale) (caso de la
accesión mobiliaria).

— La accesión vertical se refiere a los casos de construcción de obras o plantación en una


finca, y está regida por el principio superficies solo cedit (así, la accesión artificial en bienes inmuebles).
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2. EXAMEN DE LA ACCESIÓN CONTINUA.

La accesión continua tiene lugar por la unión o agregación de una cosa a otra, en calidad de accesoria
y de un modo inseparable. Con arreglo al código cabe distinguir entre:

— la accesión artificial o industrial en bienes inmuebles (accesión de una cosa mueble a una
inmueble),

— la accesión natural en bienes inmuebles (accesión de una cosa inmueble a otra inmueble),

— y la relativa a cosas muebles (accesión de un mueble a otro mueble).

I. Accesión artificial o industrial en bienes inmuebles (S2 C2 T2 [parcial] – Arts. 358-365).

1. Principios a los que se sujeta:

1. º La propiedad del suelo absorbe la de lo incorporado. El suelo se considera como la cosa


principal, y su propiedad absorbe la de lo incorporado en él (superficies solo cedit). Además del artículo 353,
el 358 agrega: «Lo edificado, plantado o sembrado en predios ajenos, y las mejoras o reparaciones hechas en
ellos, pertenecen al dueño de los mismos, con sujeción a lo que se dispone en los artículos siguientes».

2. º Presunción de que se hicieron por el propietario y a su costa (artículo 359). «Todas las
obras, siembras y plantaciones se presumen hechas por el propietario y a su costa, mientras no se pruebe lo
contrario» (artículo 359).

3. º Indemnización. Por último, a diferencia de la accesión natural, la industrial lleva consigo,


de ordinario, un derecho de indemnización en favor del dueño de los materiales incorporados, fundado en el
principio de que nadie debe enriquecerse a expensas de otro.

2. Supuestos de accesión industrial.

Los casos que hay que distinguir en la accesión industrial son los siguientes, según la ajenidad del
suelo o los materiales:

1) Incorporación hecha en suelo propio con materiales ajenos (artículo 360).

El artículo 360 establece:

— [Buena fe] «El propietario del suelo que hiciere en él, por sí o por otro,
plantaciones, construcciones u obras con materiales ajenos, debe abonar su valor;

— [Mala fe] y, si hubiere obrado de mala fe, estará además obligado al


resarcimiento de daños y perjuicios».
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Por tanto, el propietario del suelo, actúe de buena o de mala fe, adquiere por accesión
los materiales ajenos.

Pero añade: «El dueño de los materiales tendrá derecho a retirarlos solo en el caso de
que pueda hacerlo sin menoscabo de la obra construida o sin que por ello perezcan las plantaciones,
construcciones u obras ejecutadas».

2) Incorporación hecha en suelo ajeno con materiales propios (artículos 361 a 364):

a) Si procede de buena fe (artículo 361): Según el artículo 361: «El dueño del terreno
en que se edificare, sembrare o plantare de buena fe tendrá derecho

— a hacer suya la obra, siembra o plantación, previa la indemnización


establecida en los artículos 453 y 454,

— o a obligar al que fabricó o plantó a pagarle el precio del terreno, y al que


sembró, la renta correspondiente».

b) Si se hizo de mala fe (artículos 362 y 363):

— Artículo 362: «El que edifica, planta o siembra de mala fe en terreno ajeno
pierde lo edificado, plantado o sembrado, sin derecho a indemnización». Por tanto, el propietario del suelo lo
hace suyo.

— Artículo 363. Pero, en lugar de ello: «El dueño del terreno en que se haya
edificado, plantado o sembrado con mala fe puede exigir la demolición de la obra o que se arranque la
plantación y siembra, reponiendo las cosas a su estado primitivo, a costa del que edificó, plantó o sembró».

Además, la doctrina entiende que también en este caso el dueño del terreno tendrá el
derecho de obligar al que edificó o plantó a pagarle el terreno, o al que sembró, la renta correspondiente, igual
que los tiene cuando la incorporación es de buena fe.

c) Mala fe por ambas partes (artículo 364). Según el artículo 364:

«Cuando haya habido mala fe no solo por parte del que edifica, siembra o
planta en terreno ajeno, sino también por parte del dueño de este, los derechos de uno y otro serán los mismos
que tendrían si hubieran procedido ambos de buena fe.

Se entiende haber mala fe por parte del dueño siempre que el hecho se hubiere
ejecutado a su vista, ciencia y paciencia, sin oponerse».
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3) Incorporación hecha en suelo ajeno con materiales ajenos (artículo 365).

El artículo 365 dice:

«Si los materiales, plantas o semillas pertenecen a un tercero que no ha procedido de


mala fe, el dueño del terreno deberá responder de su valor subsidiariamente y en el solo caso de que el que
los empleó no tenga bienes con que pagar.

No tendrá lugar esta disposición si el propietario usa del derecho que le concede el
artículo 363» (a exigir que se demuela la obra o se arranque la plantación o siembra, pues en este caso no ha
habido enriquecimiento a expensas de otro).

II. Accesión natural en bienes inmuebles (S2 C2 T2 L2 [parcial] – Arts. 366-374).

La accesión natural en bienes inmuebles, según algunos autores, tiene dos formas:

— la resultante del paso de ciertos animales de una finca a otra

— y la procedente de la vecindad de una corriente de agua.

Pero el código español incluye los casos de accesión de animales en la doctrina de la ocupación
(artículos 612 y 613), así que queda, como especie única de accesión natural en nuestro derecho, la accesión
fluvial, con sus cuatro clásicas formas de:

— aluvión,

— avulsión o fuerza del río,

— mutación del cauce de un río

— y formación de islas.

1. Aluvión (artículos 366 y 367).

El aluvión es el acrecentamiento que las heredades confinantes con los ríos reciben paulatinamente
por efecto de la corriente de las aguas:

— Artículo 366: «Pertenece a los dueños de las heredades confinantes con las riberas de los
ríos el acrecentamiento que aquellas reciben paulatinamente por efecto de la corriente de las aguas».

— Artículo 367: «Los dueños de las heredades confinantes con estanques o lagunas no
adquieren el terreno descubierto por la disminución natural de las aguas, ni pierden el que estas inundan en
las crecidas extraordinarias».
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2. Avulsión o fuerza del río (artículos 368 y 369).

La avulsión son los aumentos que aporta a los predios ribereños la acción violenta y transitoria de una
avenida.

a) Tierras (artículo 368). «Cuando la corriente de un río, arroyo o torrente segrega de una
heredad de su ribera una porción conocida de terreno y la transporta a otra heredad, el dueño de la finca a que
pertenecía la parte segregada conserva la propiedad de esta» (artículo 368). Por tanto, no hay accesión.
ALBALADEJO aplicaba por analogía el plazo de 1 mes del artículo 369, y decía que hay accesión si el propietario
no reclama la tierra en ese plazo.

b) Árboles (artículo 369). «Los árboles arrancados y transportados por la corriente de las
aguas pertenecen al propietario del terreno a donde vayan a parar, si no los reclaman dentro de 1 mes los
antiguos dueños. Si estos los reclaman, deberán abonar los gastos ocasionados en recogerlos o ponerlos en
lugar seguro»3 (artículo 369).

3. Mutación de cauce (artículos 370, 372 y 407.1.º).

La mutación de un cauce suscita dos problemas: el relativo a la propiedad del cauce abandonado y el
que afecta a la propiedad del nuevo cauce:

a) Propiedad del cauce abandonado (artículo 370). «Los cauces de los ríos que quedan
abandonados por variar naturalmente el curso de las aguas pertenecen a los dueños de los terrenos ribereños
en toda la longitud respectiva a cada uno. Si el cauce abandonado separaba heredades de distintos dueños, la
nueva línea divisoria correrá equidistante de unas y otras» (artículo 370).

b) Propiedad del suelo invadido (artículo 372). «Cuando en un río navegable y flotable,
variando naturalmente de dirección, se abre un nuevo cauce en [una] heredad privada, este cauce entrará en el
dominio público. El dueño de la heredad lo recobrará siempre que las aguas vuelvan a dejarlo en seco, ya
naturalmente, ya por trabajos legalmente autorizados al efecto» (artículo 372). La misma solución habrá que
aplicar cuando se trate de ríos no navegables ni flotables o de arroyos, ya que sus cauces son también de
dominio público (artículo 407, números 1.º y 2.º).

4. Formación de islas (artículos 371, 373 y 374).

Se distinguen los siguientes casos:

1. º Islas en el mar y en los ríos navegables y flotables (artículo 371): «Las islas que se
forman en los mares adyacentes a las costas de España y en los ríos NAVEGABLES Y FLOTABLES pertenecen al
Estado» (artículo 371). La Ley de Costas de 28 de julio de 1988 también lo establece, ya que califica «de
dominio público estatal las islas que estén formadas o se formen por causas naturales en el mar territorial o en
aguas interiores o en los ríos hasta donde se hagan sensibles las mareas» (artículo 5).

2. º Islas formadas en ríos no navegables ni flotables (artículo 373): «Las islas que por
sucesiva acumulación de arrastres superiores se van formando en los ríos pertenecen a los dueños de las
márgenes u orillas más cercanas a cada una, o a los de ambas márgenes si la isla se hallase en medio del río,
dividiéndose entonces longitudinalmente por mitad. Si una sola isla así formada distase de una margen más
que de otra, será por completo dueño de ella el de la margen más cercana» (artículo 373).
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3. º Apertura de brazos de un río (artículo 374): «Cuando se divide en brazos la corriente
del río, dejando aislada una heredad o parte de ella, el dueño de la misma conserva su propiedad. Igualmente
la conserva si queda separada de la heredad por la corriente una porción de terreno» (artículo 374).

III. Accesión de cosas muebles (S3 C2 T2 L2 – Arts. 375-383).

1. Principios generales.

La accesión de cosas muebles exige dos requisitos:

— que las cosas unidas pertenezcan a distintos propietarios,

— y que formen un todo inseparable.

Los principios que dominan esta materia son:

1º. La propiedad de la cosa nueva será de quien las partes hayan pactado.

2º. En defecto de pacto, la propiedad normalmente pertenece al dueño de la cosa principal,


conforme a la máxima accesorium sequitur principale. El código establece varios criterios por orden de
preferencia:

— Artículo 376: «Se reputa principal, entre dos cosas incorporadas, aquella a que se
ha unido otra por adorno, o para su uso o perfección».

— Artículo 377:

«Si no puede determinarse por la regla del artículo anterior cuál de las dos
cosas incorporadas es la principal, se reputará tal el objeto de más valor, y entre dos objetos de igual valor, el
de mayor volumen.

En la pintura y escultura, en los escritos, impresos, grabados y litografías, se


considerará accesoria la tabla, el metal, la piedra, el lienzo, el papel o el pergamino».

2. Especies de accesión de cosas muebles.

Se distinguen las tres siguientes especies de accesión de cosas muebles:

— Adjunción: es la unión de cosas que se distinguen, pero que no pueden separarse.

— Conmixtión o mezcla: es la unión de cosas que se confunden y compenetran, de tal modo


que no pueden separarse ni distinguirse.

— Especificación: es la unión de la materia con el trabajo, o la dación de una nueva forma a


la materia ajena.
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3. Regulación de cada especie de accesión mobiliaria.

1) Adjunción o unión (artículos 375 y 378 a 380).

En cuanto a la adjunción, el Código Civil distingue varias hipótesis:

a) Buena fe.

— Cosas inseparables (artículo 375): «Cuando dos cosas muebles


pertenecientes a distintos dueños se unen de tal manera que vienen a formar una sola sin que intervenga mala
fe, el propietario de la principal adquiere la accesoria, indemnizando su valor al anterior dueño» (artículo 375).

— Cosas separables (artículo 378). Según el artículo 378:

«Cuando las cosas unidas pueden separarse sin detrimento, los dueños
respectivos pueden exigir la separación.

Sin embargo, cuando la cosa unida para el uso, embellecimiento o


perfección de otra es mucho más preciosa que la cosa principal, el dueño de aquella puede exigir su separación,
aunque sufra algún detrimento la otra a que se incorporó».

b) Mala fe (artículo379). Según el artículo 379:

«Cuando el dueño de la cosa accesoria ha hecho su incorporación de mala


fe, pierde la cosa incorporada y tiene la obligación de indemnizar al propietario de la principal los perjuicios
que haya sufrido.

Si el que ha procedido de mala fe es el dueño de la cosa principal, el que lo


sea de la accesoria tendrá derecho a optar entre que aquel le pague su valor o que la cosa de su pertenencia se
separe, aunque para ello haya que destruir la principal; y en ambos casos además habrá lugar a la indemnización
de daños y perjuicios.

Si cualquiera de los dueños ha hecho la incorporación a vista, ciencia y


paciencia y sin oposición del otro, se determinarán los derechos respectivos en la forma dispuesta para el caso
de haber obrado de buena fe» (mala fe concurrente).

c) Forma de la indemnización (artículo 380). «Siempre que el dueño de la materia


empleada sin su consentimiento tenga derecho a indemnización, puede exigir que esta consista en la entrega
de una cosa igual en especie y valor y en todas sus circunstancias a la empleada, o bien en el precio de ella,
según tasación pericial» (artículo 380).

2) Conmixtión, confusión o mezcla (artículos 381 y 382).

Caben las siguientes situaciones:

— Artículo 381: «Si por voluntad de sus dueños se mezclan dos cosas de igual o
diferente especie, o si la mezcla se verifica por casualidad y en este último caso las cosas no son separables
sin detrimento, cada propietario adquirirá un derecho proporcional a la parte que le corresponda, atendido el
valor de las cosas mezcladas o confundidas» (artículo 381). Es un supuesto de comunidad con normativa
especial.
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— Artículo 382. El artículo 382 dice:

«Si por voluntad de uno solo, pero con buena fe, se mezclan o confunden
dos cosas de igual o diferente especie, los derechos de los propietarios se determinarán por lo dispuesto en el
artículo anterior [es decir, tendrán los mismos derechos que si se hubiera verificado por casualidad].

Si el que hizo la mezcla o confusión obró de mala fe, perderá la cosa de su


pertenencia mezclada o confundida, además de quedar obligado a la indemnización de los perjuicios causados
al dueño de la cosa con que hizo la mezcla».

3) Especificación (artículo 383).

Según el artículo 383:

«El que de buena fe empleó materia ajena en todo o en parte para formar una obra de
nueva especie hará suya la obra, indemnizando el valor de la materia al dueño de esta. / Si esta es más preciosa
que la obra en que se empleó o superior en valor, el dueño de ella podrá, a su elección, quedarse con la nueva
especie, previa indemnización del valor de la obra, o pedir indemnización de la materia.

Si en la formación de la nueva especie intervino mala fe, el dueño de la materia tiene


derecho de quedarse con la obra, sin pagar nada al autor, o de exigir de este que le indemnice el valor de la
materia y los perjuicios que se le hayan seguido».

3. REFERENCIA A LA ACCESIÓN INVERTIDA.

1. Concepto.

La accesión invertida se refiere al caso en que alguien, al construir un edificio, ocupe de buena fe parte
del suelo que confina con el suyo, en cuyo caso hace suya la propiedad del suelo invadido, si bien debe
indemnizar a su propietario. Es una excepción al principio superficies solo cedit, y fue construida por la
jurisprudencia; el Código Civil no la contempla.

2. Requisitos.

La jurisprudencia del TS exige:

1. º Que la mayor parte de la edificación esté en suelo propio.

2. º Que el terreno invadido sea limítrofe con el suelo donde está la mayor parte de la
edificación.

3. º Que la invasión del terreno limítrofe sea parcial.

4. º Que las dos partes del suelo formen con el edificio un todo indivisible.

5. º Que el edificio en su conjunto tenga un valor económico superior al del suelo invadido.

6. º Que haya existido buena fe por parte del constructor o incorporante.

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