Clase No. 2 El Estado y Sus Elementos

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El Estado

Elementos constitutivos del Estado

Desde el punto de vista de una definición formal e instrumental, la condición necesaria y


suficiente para que exista un Estado, es que en un territorio determinado haya un poder
capaz de tomar decisiones y emitir los mandatos correspondientes, obligatorios para todos
los que habitan en ese territorio y obedecidos efectivamente por la gran mayoría de los
destinatarios en la mayor parte de los casos en los que se requiere la obediencia.

También se piensa que además de los límites de validez espacial y personal, que redefinen
en términos jurídicos los dos elementos constitutivos del territorio y del pueblo se toma en
consideración otras dos especies de límites, el límite de validez temporal, por los que
cualquier norma tiene una validez limitada en el tiempo que corre entre el momento de la
emancipación, y el momento de la abrogación, y el límite de la validez material, en cuanto
existen a) materias que de hecho no pueden ser sometida, objetivamente a alguna
reglamentación y b) materias que pueden ser hechas indispensables por el propio
ordenamiento en los que está garantizada la protección de algunos espacios de libertad,
representados por los derechos civiles, en los que el poder estatal no puede intervenir, y
una norma aunque fuese válida, que los violase puede ser considerada ilegítima por un
procedimiento previsto por la misma constitución.

De esta forma se han mostrado los elementos esenciales del Estado, esto permite un mayor
parámetro de análisis, y la primera característica o elemento, el cual muestra que no se vive
aislado sino en unión con otros seres humanos con los que se está vinculado de distintas
maneras, integrando una sociedad humana.

Los 5 elementos constitutivos del Estado son:

La Sociedad o Población
El Territorio
El Orden Jurídico
El Poder Público o Soberano
El fin y bienestar común

La Sociedad o Población

Al continuar con la exposición relativa al grupo humano como primer elemento del Estado,
es importante identificar los términos de nación y pueblo, con el propósito de señalar los
fenómenos políticos o decisiones que tienden a constituir, desarrollar, y defender o
transformar un orden vinculante de convivencia en la sociedad.

Estos fenómenos se dan en el marco de comunidades que se denominan naciones, su


concepto alcanza a decir que es una especie de sociedad humana caracterizada por su alto
grado de evolución sociológica e histórica, con diversos elementos comunes que con el
tiempo generan un sentimiento común de solidaridad y destino. Según Gerardo Prado “Luis
Sánchez Agesta señala que la nación aparece como un concepto político básico y es el
ámbito de las comunidades políticas y constituye la legitimación de su mismo origen, con
unidad histórica en el pasado, cohesión en el presente y comunidad de aspiraciones al
futuro, donde existe unidad de lengua, raza y cultura”.

Y como pueblo se entiende al compuesto social de los procesos de asociación en el


emplazamiento cultural y superficial, o el factor básico de la sociedad, o una constante
universal en el mundo que se caracteriza por las variables históricas. El principal valor del
pueblo está en su universalidad. No habrá Estado si no existe el pueblo y viceversa.

La observación anterior permite conocer que el Estado, el cual se encuentra establecido


permanentemente en una sociedad humana en cuya seno se forma el desarrollo de la
misma, así como es donde nace la defensa de los derechos fundamentales, ocurren los
fenómenos políticos y surgen las decisiones de transformación, se encuentra determinado
en un territorio definido. Así que otra idea importante es: El Estado es una sociedad humana
establecida en el territorio que le corresponde.

El Territorio

El territorio constituye también elemento del Estado, al respecto es el elemento físico de


primer orden para que surja y se conserve el Estado, identifica que la formación estatal
misma supone un territorio y que sin la existencia de éste no podrá haber Estado. Así
también, es el espacio dentro del cual se ejerce el poder estatal o imperium. Como esfera
de competencia el Estado delimita espacialmente la independencia de éste frente a otros
Estados, es el suelo dentro del que los gobernantes ejercen sus funciones.

El territorio constituye el soporte físico común de las comunidades políticas, con el fin de
determinar las características se hace una breve relación del papel que el territorio
desempeña en el Estado. Para explicar esas características existen tres teorías:

a) La del territorio-sujeto, que lo considera como un elemento de la personalidad misma


del Estado, llegándose al extremo de pensar que sin el territorio ese Estado no podría
expresar su voluntad.
b) La de territorio-objeto, que lo considera como objeto de una especie de dominio o de
propiedad para el Estado y de aquí surge el punto de vista de los derechos jurídicos del
Estado.

c) La teoría del territorio-límite, que consiste en considerar al territorio como la


circunscripción en cuyo interior ejerce su poder el Estado, es decir que significa el límite
material de la acción de los gobernantes y el limite dentro del cual se asienta la población.
Esta última teoría es la más aceptada en la actualidad ya que expone de mejor forma la
característica del territorio como poder ejercitado en el interior del Estado, determinando
un límite espacial.

El territorio también puede ser visto desde la perspectiva de la función que debe cumplir.
Al respecto opina Gerardo Prado que el territorio tiene tres funciones. Citando a Vladimiro
Naranjo Mesa:

La primera se configura por la determinación de un espacio territorial por medio del cual el
poder inscribe a la nación dentro de un plano de realidades concretas, y puede realizar una
síntesis de un suelo e idea que son la esencia de esa nación; de esta manera, el territorio
resulta ser el factor de la unidad del grupo.
La segunda función, es aquella en la que el territorio es también para el Estado una
condición para su independencia, o sea que se puede ejercer el dominio y la autoridad sobre
cosa propia, pero para ello hay que trazar los límites de ese dominio. En este caso, el
territorio es un espacio de competencia, es el marco natural dentro del cual los gobernantes
ejercen sus funciones.
Y la tercera función, según el autor colombiano, consiste en que el territorio es también un
medio de acción del Estado, por el cual éste con su autoridad imprime una orientación a la
actividad de la comunidad nacional, que está en un espacio físico determinado, y por otra
parte, su función ordenadora se cumple más fácilmente sobre la población que está dentro
de sus propios límites. Esto significa que el Estado ejerce derechos sobre su territorio, y que
existe una relación jurídica, entre territorio y Estado.

Según Jellinek, éste consiste en el dominio que el Estado ejerce, al cual califica como un
imperium, que en todo caso significa poder de mando aplicable únicamente a las personas,
pues la relación jurídica existente, otorga legalidad al Estado, para poder actuar con poder
de mando sobre las personas que habitan dicho territorio, pero así mismo éstas pueden
alegar al Estado por los derechos que les correspondan.

Dado que la existencia de una sociedad humana implica, necesariamente, la presencia de


un orden normativo de la conducta, se añade así el orden jurídico, y con ello nace otra idea:
El Estado es una sociedad humana establecida en el territorio que le corresponde,
estructurada y regida por un orden jurídico.

El Orden Jurídico

Este elemento del Estado, es la organización de la unidad social a través de un orden jurídico
unitario, esa unidad tiene su punto de partida en un conjunto de normas de carácter
fundamental que forma el cuerpo normativo de mayor jerarquía, que comúnmente se
conoce como Constitución Política, donde se establecen los principios relacionados con el
orden y con el régimen político imperante, y público.
Así mismo, lo unitario se articula mediante determinaciones jurídicas que integran un
sistema, en el que no hay contradicciones. El orden jurídico como sistema, constituye un
todo relacionado y que sus partes son interdependientes entre si, pero establecen esa
unidad completa que se desarrolla y cumple su función mediante la labor de los
funcionarios, quienes están obligados a definir, realizar y garantizar ese orden; cumplen
pues una función pública institucionalizada.

El orden jurídico constituye es el conjunto de normas jurídicas vigentes y positivas que se


relacionan entre sí; que están jerarquizadas y que rigen en cada momento la vida del
hombre y la de las instituciones de todas clases dentro de una nación determinada. A ello
salen a relucir dos autores que al respecto han dejado su huella, pues tanto Adolfo Merkl y
Hans Kelsen llamaron pirámide jurídica, y que en cuya cúspide colocaron a la Constitución
como ley fundamental, pues le consideraron tan esencial que no podría existir ningún
Estado sin Constitución.

El orden jurídico, es de suma importancia, ya que sin su existencia, no se concibe la vida


social, así mismo no hay Estado. Este orden supone la existencia de un ordenador. En la
sociedad humana el orden jurídico es creado, aplicado y sancionado por un poder que
dispone de las facultades necesarias para ese objeto, en ultima y suprema instancia, de
forma independiente de otro poder que le sea superior y que por ello se llama soberano: El
Estado es una sociedad humana establecida en el territorio que le corresponde,
estructurada y regida por un orden jurídico, creado, definido y sancionado por un poder
soberano.

El Poder público o soberano

El poder se entiende como la capacidad o autoridad de dominio, freno y control a los seres
humanos, con objeto de limitar su libertad y reglamentar su actividad. Este poder puede ser
por uso de la fuerza, la coerción, voluntaria o por diversas causas, pero en toda relación
social, el poder presupone la existencia de una subordinación de orden jerárquico de
competencias o cooperación reglamentadas.

Ninguna sociedad puede existir sin un poder, absolutamente necesario para alcanzar todos
sus fines propuestos. Originalmente el poder o autoridad, fue un atributo que se le otorgó
a un solo hombre y dio lugar al surgimiento del absolutismo, lo cual significó ejercer la
autoridad por un individuo en forma personal y por delegación divina, hoy día este
pensamiento ha cambiado, y se considera que dicho poder le corresponde al pueblo, como
grupo en convivencia y donde se manifiesta la acción pública.

Según Gerardo Prado, “para Maurice Hauriou, La acción pública se expresa en una
estructura de tres elementos 1) Energía impulsadora del poder que configura la misma
comunidad política, en la medida que determina la obediencia de quienes integran esa
comunidad y les impone el cumplimiento de normas de conducta y las reforma o las
renueva. 2) El fin de paz y los objetivos concretos que el poder propone, siendo así que el
poder es un principio directivo hacia unas metas. 3) Este poder político, como energía social,
gobierna ordenando una pluralidad de conductas individuales, o sea que las coordina y las
orienta hacia los objetivos propuestos”. Haciendo un resumen, el poder es un principio de
impulsión y dirección, así como un principio de unificación y coordinación, de orden, de una
pluralidad de conductas a través de preceptos jurídicos.

Respecto al poder, Gerardo Prado comenta que “el autor Vladimiro Naranjo Mesa, agrega
la palabra público, que es el elemento formal del Estado, e indica que consiste en aquella
circunstancia en que la población, como grupo político y jurídicamente constituido, está
sometido a una autoridad que se ejerce a través de sus propios órganos, es decir que los
órganos del Estado son los que manifiestan ese poder. Y para Sanchez Agesta, la unidad
social jurídicamente ordenada se organiza mediante un poder jurídico, autónomo,
centralizado y territorialmente determinado”.

La unidad social y jurídicamente ordenada se encuentra determinada por un poder jurídico,


que muestra otro término denominado soberanía, que ha sido durante muchos años el
concepto central de la teoría política, la soberanía es el ejercicio de la autoridad soberana
que reside en el pueblo y que se ejerce a través de los poderes públicos de acuerdo con su
propia voluntad y sin la influencia de elementos extraños.

La soberanía, “según la clásica definición de Jean Bodin en su obra Los seis libros de la
república, es el poder absoluto y perpetuo de una república y soberano es quien tiene el
poder de decisión, de dar leyes sin recibirlas de otro, es decir, aquel que no está sujeto a
leyes escritas, pero si a la ley divina o natural. Según este autor soberano debía ser el
monarca, y se caracterizaba dicho poder por ser absoluto, perpetuo, supremo, ilimitado,
indivisible e imprescriptible. En 1762, Rousseau retoma la idea de soberanía pero con un
cambio sustancial”.

El soberano es ahora la colectividad o pueblo, y esta da origen al poder enajenando sus


derechos a favor de la autoridad. Cada ciudadano es soberano y súbdito al mismo tiempo,
ya que contribuye tanto a crear la autoridad y a formar parte de ella, en cuanto mediante
su propia voluntad dio origen a esta, y por otro lado es súbdito de esa misma autoridad, en
cuanto se obliga a obedecerla. También la palabra soberanía se conceptualiza como el
derecho de una institución política de ejercer su poder.

Tradicionalmente se ha considerado que tres son los elementos de la soberanía: territorio,


pueblo y poder, mismos que forman parte igualmente que los elementos del Estado,
mostrando de esta manera que dichos términos están íntimamente relacionados. También
para otros autores consideran la soberanía como suprema autoridad o mando superior, se
señala como la competencia estatal al mando, es decir que es la forma en que se distingue
y se muestra el poder del Estado, por medio del cual se afirma su superioridad en términos
jurídicos sobre otro poder.
Las características que distinguen a la soberanía y que la afirman, es que es única,
excluyente e indivisible, debido a que no puede existir otra soberanía en el territorio,
también es indelegable e inalienable, pues se es imposible su transferencia a un particular
o a un grupo, ya que la soberanía reside en la nación del Estado, es permanente, porque
existe en tanto exista el Estado y no se agota por el hecho de su ejercicio, es imprescriptible,
ya que el hecho de que sea ejercida por un grupo o por un solo individuo, no significa que
haya prescripción.

Según Gerardo Prado “Naranjo Mesa establece que también es absoluta, pues no es posible
que haya, en relación a ella escalas o grados, lo que permite a cualquier Estado actuar frente
a otro con total independencia, y por último se dice que es incondicional, porque no estará
sujeta a condición alguna”.

Por otra parte, la soberanía se puede comprender desde dos perspectivas, una jurídica y
una política. La soberanía jurídica es aquella a través de la cual un Estado puede tomar
contacto con el mundo, con lo internacional, a través de su participación en diferentes
organizaciones internacionales, tratados, pactos y compromisos diplomáticos, entre otros.
Y la soberanía política es aquella que hace alusión a poder del Estado de imponer todo
aquello que le parezca necesario. Aunque se piense que cada Estado ejerce su soberanía
jurídica y política, no es así en todas las naciones. Existen casos en los que el Estado puede
tener la soberanía jurídica, sin embargo, su soberanía política depende de los dictámenes
de otras naciones en cuanto a su desarrollo social, político y económico.

El Estado guatemalteco, es libre, independiente y soberano, pues dicha soberanía radica en


el pueblo, quién la delega para su ejercicio. Lo que hace reflexionar que todo gobierno,
proviene del consentimiento del pueblo, cualquier método de selección usado, para elegirlo
o repudiarlo requiere necesariamente la aprobación pasiva y el apoyo activo de los
ciudadanos para el gobierno y las políticas que pretenda aplicar.

Desde la perspectiva de los constitucionalistas, la soberanía es un término que expresa la


autodeterminación del Estado, que se manifiesta en la forma coercitiva del derecho, es
decir en el grado de validez y de eficacia de que dispone su orden normativo. Como en
tiempos anteriores dicho término se le atribuía al monarca o príncipe, lo que
posteriormente cambia y surge la soberanía del pueblo. Así que en términos sencillos la
soberanía es un concepto que se define en torno al poder y se comprende como aquella
facultad que radica en el pueblo y que posee cada Estado, de ejercer el poder sobre su
sistema de gobierno, su territorio y su población, constituyéndose de esta forma como un
elemento más del Estado.

Se han señalado los diferentes elementos esenciales del Estado, asimismo el estudio de la
actividad de la sociedad humana estatal, muestra que moldeada por el orden jurídico, que
conlleva a la obtención del bienestar popular, es de interés de todos o de interés público,
pero el mismo es transitorio, es decir bien público temporal. El Estado es una sociedad
humana establecida en el territorio que le corresponde, estructurada y regida por un orden
jurídico, creado, definido y sancionado por un poder soberano, para obtener el bien público
temporal. Así el Estado es una institución que disfruta de personalidad moral, a la que el
orden jurídico atribuye un conjunto de derechos y obligaciones que le hacen nacer como
una persona jurídica.

El bienestar común

Señalamos como último elemento del Estado el fin de éste, mismo que es el bienestar
común del cual nos referiremos con mayor precisión en el tema de la función del Estado.

Referencias
• Torres Rodas, Misael. La necesidad de aplicar políticas de Estado y modificar el
período presidencial. USAC, Guatemala. 2009.
• Rodas Reyes, Rocío Alejandra. La ineficaz aplicación de la ley de comercialización de
los sucedánbeos de la leche materna. USAC, Guatemala. 2006.

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