robador


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  • adjetivo

Sinónimos para robador

adjetivorapaz

Diccionario Manual de Sinónimos y Antónimos Vox © 2022 Larousse Editorial, S.L.
Ejemplos ?
PANOPES, joven siciliano (véase HELIMO), citado en el mismo verso. PARIS, príncipe troyano, hijo de Príamo y robador de la hermosa Hélena, ocasión de la guerra y destrucción de Troya.
ra del año la estación florida en que el mentido robador de Europa (media luna las armas de su frente, y el Sol todos los rayos de su pelo), luciente honor del cielo, 5 en campos de zafiro pace estrellas, cuando el que ministrar podía la copa a Júpiter mejor que el garzón de Ida, náufrago y desdeñado, sobre ausente, lagrimosas de amor dulces querellas 10 da al mar, que condolido, fue a las ondas, fue al viento el mísero gemido, segundo de Arïón dulce instrumento.
Leocadia, llena de sobresalto y alboroto, hizo a sus padres que se tirasen con ella aparte, como lo hicieron; y allí, en breves palabras, les dio cuenta de todo su desastrado suceso, con todas la circunstancias dél y de la ninguna noticia que traía del salteador y robador de su honra.
No en fuego tan funesto ardió la triste furibunda Mirra que al burlado Ciniro, en torpe incesto gozó, agitada de mortal espanto, y aún hoy, trocada en árbol, atestigua su desventura antigua e infausto amor con oloroso llanto; no amaba tanto Fedra al desdeñoso casto hijo de su esposo, ni la maga de Colcos al perjuro robador del dorado vellocino; ni Eco al garzón divino, de su propio traslado, que vio del agua en el espejo puro, por celestial castigo enamorado: ni con mi ciego loco desatino parangonar es dado exceso alguno de amorosa llama de que se acuerda con horror la Fama...
Júpiter, en forma de toro con los cuernos dorados, rapta a la ninfa Europa : Era del año la estación florida en que el mentido robador de Europa, media luna las armas de su frente...
Mentido robador: ¡qué delicada expresión para el dios disfrazado! Habla también de el canoro son de la ninfa un tiempo, ahora caña.
Y ya la junonia Samos 220 por la izquierda parte –habían sido Delos y Paros abandonadas–, diestra Lebinto estaba, y fecunda en miel Calimna, cuando el niño empezó a gozar de una audaz voladura y abandonó a su guía y por el deseo de cielo arrastrado más alto hizo su camino: del robador sol la vecindad 225 mulló–de las plumas sujeción– las perfumadas ceras.
No hay demora, lo que el ponto, lo que la tierra, lo que produce el aire 830 demanda y se queja de sus ayunos con las mesas puestas, y entre los banquetes banquetes pide y lo que para ciudades, y lo que bastante podría ser para un pueblo, no es suficiente a uno solo, y más desea cuanto más al vientre abaja suyo, y como el mar recibe de toda la tierra las corrientes 835 y no se sacia de aguas y peregrinos caudales bebe, y como robador el fuego ninguna vez alimentos rehúsa e innumerables troncos crema, y cuanto provisión mayor le es dada, más quiere y por su multitud misma más voraz es: así los banquetes todos de Erisicton la boca, el profano, 840 acoge, y demanda al mismo tiempo: alimento todo en él causa de alimento es, y el lugar queda inane, comiendo.
Abrió el vicario esa boca -la narradora imita con propiedad ademanes y canto rituales- y entona: Ahí está Francisco Vera, Robador de las haciendas, Que despluma a caminantes por atajos y por sendas.
Mas apenas empezó a besarle, cuando acudió más rápido que nunca el pájaro verde, tocó con su ebúrneo pico los labios de la princesa y arrebató el guardapelo, que durante tantos años había reposado contra su corazón, y en tan oculto y deseado lugar había permanecido. El robador desapareció en seguida, remontando el vuelo y perdiéndose en las nubes.
2 Por la rebelión de la tierra sus príncipes son muchos: Mas por el hombre entendido y sabio permanecerá sin mutación. 3 El hombre pobre y robador de los pobres, Es lluvia de avenida y sin pan.
Mas la fortuna que hace sus cosas como le da gusto, sin mirar méritos ni inorancias, tenía ya echada la suerte por don Jorge contra el miserable Federico, porque apenas llegaron a un lugar a propósito, apartado de la gente, cuando sacando don Jorge la espada, llamándole robador de su mayor descanso y bien, sin darle lugar a que sacase la suya, le dio una cruel estocada por el corazón, que la espada salió a las espaldas, rindiendo a un tiempo el desgraciado Federico el alma a Dios y el cuerpo a la tierra.