farsa


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Sinónimos para farsa

Diccionario Manual de Sinónimos y Antónimos Vox © 2022 Larousse Editorial, S.L.

Sinónimos para farsa

Ejemplos ?
ste baile del Real, que de otro modo sería uno de tantos, vulgar como todos, asciende a memorable por lo que aún se discute si fue ilusión de fantasías acaloradas por libaciones, alucinación singular de los ojos, broma lúgubre de algún desocupado malicioso o farsa amañada por los concurrentes -aun cuando esto último parece lo más inverosímil, por la imposibilidad de que se pusiesen de acuerdo tantas personas extrañas las unas a las otras para referir un enredo sin pies ni cabeza.
Que parte de esa infamia, se tiene acordada la de vender tal deuda á los Estados Unidos, lo cual equivale á vender el país á la nación vecina; que no merecemos el nombre de ciudadanos mexicanos, ni siquiera el de hombres los que sigamos consistiendo el que estén al frente de la administración los que así roban nuestro porvenir y nos venden en el extranjero; que el mismo Lerdo de Tejada destruyó toda esperanza de buscar el remedio á tantos males en la paz, creando facultades extraoridinarias y suspensión de garantías para hacer de las elecciones una farsa criminal.
Por mucho que semejante farsa, impuesta por la costumbre, prepare el ánimo de los jóvenes a la farsa más peligrosa de los tribunales de justicia, legítimo es lamentarnos de verla pomposamente practicada por los mismos encargados de incular la sinceridad austera sin la que son estériles los esfuerzos del sabio.
No culpéis tampoco al médico de su anómala suficiencia; la sugestión es una terapéutica apreciable, y esa piadosa farsa sacerdotal le permite consolar y aliviar al que sufre.
¿Y si no nos conformamos al juicio de este único hombre, no es cierto que arruinaremos enteramente lo que no vive ni adquiere nuevas fuerzas en nosotros sino por la justicia, y que no perece sino por la injusticia? ¿O es preciso creer que todo eso es una farsa?
Su tema era repetir a su antiguo protegido: -¿Por qué no te deshaces de toda esta farsa, de toda esta porquería, y pones almacén de juguetes?
" ¡Una farsa, la guerra que ha sido comparada por los observadores extranjeros a una epopeya, el alzamiento de todo un pueblo, el abandono voluntario de la riqueza, la abolición de la esclavitud en nuestro primer momento de libertad, el incendio de nuestras ciudades con nuestra propias manos, la creación de pueblos y fábricas en los bosques vírgenes, el vestir a nuestras mujeres con los tejidos de los árboles, el tener a raya, en diez años de esa vida, a un adversario poderoso, que perdió doscientos mil hombres a manos de un pequeño ejército de patriotas, sin más ayuda que la naturaleza!
Cuando, por fin, llegaron las autoridades a representar la farsa acostumbrada en casos análogos, ya no había necesidad de castigo y costó trabajo cerrar aquellos ojos.
Ese ojo avizor y esa mano oculta, ¿son una farsa para distraer nuestra atención y entretenernos el hambre, o son los gritos de vuestra conciencia, o un aviso misterioso de alguna felpa que os esté decretada?
de las pocas que el condenado mal me deja salir de casa. Pero estas porquerías (y señalaba a los cacharros de los anaqueles) me repugnan... ¡Qué farsa! ¡Los médicos!
FSB fue el primer partido en declarar su abstención en las pasadas elecciones, mediante resolución expresada así, entre otros conceptos: “En atención a que los comicios electorales del 5 de mayo próximo, representa una farsa electoral organizada por el gobierno actual; que ya ha designado los representantes nacionales, quedando en consecuencia, eliminada la competencia política, que había de demostrar cuales partidos cuentan con respaldo popular…” (Abstención electoral firmada por el Comité Electoral de FSB, publicada el 25 de abril de 1946 en “Los Tiempos” de Cochabamba).
Le exigirán la innoble faena de desembuchar, si la suerte le ayuda y el terror no le paraliza, algo de los millares de palabras sin sentido que devoró durante las últimas noches en vela, espoleado por la prueba próxima; le exigirán un cerebro bastante blando, bastante pasivo, bastante resignado para que los tipos de imprenta, al modo del hierro candente en el anca de la res, hayan dejado auténtica la marca del dueño; le exigirán que sea fonógrafo, y si funciona bien, los señores del tribunal firmarán que el fonógrafo sabe matemáticas, historia, química, literatura. ¡Farsa curiosa!