San Juan de La Cruz
San Juan de La Cruz
San Juan de La Cruz
notorios del Segundo Renacimiento. Durante este periodo, con el reinado de Felipe II, España
mantenía cerrada sus fronteras a cualquier influencia exterior, por lo que surgieron temas
nuevos entre los que destacaron los patrióticos, los morales y los religiosos.
Poema Noche oscura del alma. Su autor es San Juan de la Cruz (1542- 1591).
"con Dios. La literatura mística se desarrolló en España en la segunda mitad
del siglo XVI.
Estructura externa
Métricamente el poema está formado por ocho liras. La lira es una estrofa de
origen italiano traída a España por Garcilaso de la Vega en su canción "A la
flor de Gnido". Esta estrofa consta de dos endecasílabos (el segundo y quinto
versos) y tres heptasílabos: su rima es consonante y las rimas se
distribuyen: 7a 11B 7a 7b 11B.
Estructura
Para determinar la estructura interna de este poema hay que saber que en él
se desarrollan las tres vías o caminos que tiene que recorrer el Alma hasta la
unión mística con Dios. Estas vías se conocen con el nombre de vía purgativa,
vía iluminativa y vía unitiva.
- En la vía purgativa el Alma se libera poco a poco de sus pasiones y purifica
de sus pecados;
- en la vía iluminativa el Alma se ilumina con la consideración de los bienes
eternos y de la pasión y redención de Cristo;
- finalmente, mediante la vía unitiva el Alma alcanza la unión con Dios, según
el modo definido por San Juan de la Cruz como «matrimonio espiritual».
Los escritores místicos para poder expresar esta unión espiritual se valen de
imágenes tomadas del amor humano. El amor humano es, pues, la manera
de la que se valen los místicos para explicar el amor divino: el Alma será la
Esposa o Amada y Cristo el Esposo o Amado.
ARGUMENTO
La Amada (el Alma) una vez que ha dejado sosegada su casa (mediante la
purgación de las pasiones y pecados) se eleva hacia Dios en medio de la noche
de los sentidos y recibe una luz especial que le facilita el camino hasta llegar
a la unión íntima con el Amado (Cristo).
TEMA
La unión mística del alma con Cristo.
Por último, aludiremos a los recursos que vertebran y confieren unidad al poema. Estos
recursos se basan en la repetición, que se da en todos los componentes de la lengua. En
la primera parte del poema todos los significados parecen repetirse de lira en lira. Se
repite la idea de noche, la idea de salida nocturna y la idea de secreto. También se
repiten frases enteras a modo de estribillo:
¡Oh dichosa ventura! (estrofas 1 y 2) A oscuras... (estrofa 2)
Oh noche... (estrofa 5) Amado con Amada... Amada en el
Amado (estrofa 5)
Se repiten ciertos fonemas para sugerir la idea que pretende comunicar. Así,
la aliteración de /s/ en el estribillo: estando ya mi casa sosegada que nos
sugiere la idea de silencio y soledad expresada en las correspondientes
estrofas. Y lo mismo ocurre con la aliteración de /m/ en la última estrofa.
CONCLUSIÓN
El poema que acabamos de comentar es típico de la poesía mística de San Juan de la
Cruz. Mediante repeticiones y elementos intensificadores de todo tipo, la estructura
perfecta del poema e imágenes tomadas del amor humano, el poeta ha logrado
transmitirnos las sensaciones que el Alma experimenta en su camino ascendente hasta
alcanzar la unión mística con Dios.
¿Adónde te escondiste,
habiéndome herido;
formases de repente
la noche sosegada,
la música callada,
la soledad sonora,
Otra vez una sola frase, ahora compuesta por 82 sílabas, pero entre
las que no media un verbo hasta el último verso, que supone un
aterrizaje. La totalidad sólo se revela para el que se sustrajo de
cualquier acción y contempla, en estado de pasmo perfecto, la belleza
del ciervo vulnerado, que integra en sí todo el mundo.
mirástele en mi cuello,
y en él preso quedaste,
Contextualización
Poesía mística
Contrarreforma
Introducción
Nos encontramos ante una composición de San Juan de la Cruz, poeta religioso de la segunda mitad del
siglo XVI, perteneciente a la orden de los carmelitas descalzos.
Tema
Estructura externa
El poema está constituido por cuatro estrofas de pie quebrado que siguen el siguiente esquema 7a, 7b,
11C, 7a, 7b, 11C con rima consonante. Aunque no se trata de liras, la disposición de los versos y
de la rima nos lo recuerda. Este tipo de estrofa se llama sexteto alirado. Destaca en el verso 7 la
presencia de la diéresis para que el verso alcance las siete sílabas del heptasílabo.
Como premisa, valga decir que como es habitual en la poesía mística, la dificultad en la interpretación nos
puede llevar a ciertas confusiones. Aunque las cuatro estrofas forman un conjunto, podemos decir que
cada una de ellas configura una parte. En la primera estrofa el alma, aunque ya goce de la presencia
divina, se dirige a la llama (el Espíritu Santo) para pedirle la unión total con Dios, es decir, la muerte para
alcanzar la verdadera vida. La segunda estrofa se corresponde con la segunda parte. Aquí parece que la
unión total con Dios es efectiva. En la tercera el alma intenta expresar la experiencia de la unión. Ya en la
última estrofa, observamos la prolongación placentera de la unión del alma con Dios.
Análisis
Para la primera estrofa
Creemos que es importante apuntar las palabras de San Juan de la Cruz en lo referente al término
utilizado en el verso 8, «llaga».
«porque el amante, cuanto más llagado está, más sano; y la cura que hace el
amor es llagar y herir sobre lo llagado, hasta tanto que la llaga sea tan grande
que toda el alma venga a resolverse en llaga de amor».
Para la tercera estrofa
«Dios sea servido de dar aquí su favor, que cierto es menester mucho,
para declarar la profundidad de esta canción, y aun harta advertencia del que la
fuere leyendo, que, si no tiene experiencia, quizás le será algo oscuro, como si
por ventura la tuviere, le sería claro y gustosa».
«En esta canción el alma encarece y agradece a su Esposo las grandes
mercedes que de la unión que con él tiene recibe, por medio de la cual dice
aquí que recibe muchas y grandes noticias de sí mismo, todas amorosas, con
las cuales, alumbradas y enamoradas las potencias y sentido de su alma, que
antes de esta unión estaba oscuro y ciego, pueden ya estar esclarecidas y con
calor de amor, como lo están, para poder dar luz y amor al que las esclareció y
enamoró».
En el primer verso del tercer sexteto nos encontramos con un pleonasmo, ya que las lámparas
no podrían ser de otra manera que de fuego. Como en el caso del epíteto, solemos decir (aunque aquí no
sea un adjetivo, sino un sintagma preposicional −«de fuego»−, pero con la misma función sintáctica que
tendría el adjetivo: complemento del nombre) que el pleonasmo no aporta nada que no esté ya implícito,
en este ejemplo, en el nombre al que acompaña; sin embargo, actualiza, al nombrarla, la característica
del nombre que, de no hacerlo, quedaría adormecida. De la misma manera, el pleonasmo actualiza y da
plasticidad al núcleo al que acompaña.
El autor también se vale del uso metafórico de «profundas cavernas del sentido». De la
interpretación de las palabras de la exégesis realizada por el poeta, entendemos, sintetizándolo, que la
luz ilumina la oscuridad; es decir, el Espíritu Santo ha entrado donde no habitaba, con lo que se refiere a
momentos anteriores a la unión. Según los comentarios de Juan de la Cruz, cuando dice: «las profundas
cavernas del sentido», el santo se está refiriendo a un plano teológico que concreta de la siguiente
manera: «Son las potencias del alma: memoria, entendimiento y voluntad ».
Se trata de una composición en la que desde el principio observamos la intensidad que aportan los signos
de exclamación. Todo ello en consonancia con la intención del autor, pues, decíamos, desde el principio
que nos encontramos con la unión con Dios. Los recursos destacados son la anáfora y el oxímoron, junto
con la paradoja.