Principios Basicos de Mejoramiento Genetico Animal
Principios Basicos de Mejoramiento Genetico Animal
Principios Basicos de Mejoramiento Genetico Animal
En el siglo XIX se empezaron a sentar las bases de la genética moderna, aunque no fue
hasta el redescubrimiento de las leyes de Mendel, en los albores del siglo XX, cuando los
científicos contaron con los fundamentos necesarios para conocer la explicación de aquel
parecido entre parientes. En ese momento se considera que nació la Ciencia Genética, la
cual ofreció la posibilidad de modificar racionalmente las características de las poblaciones
domésticas, aunque solo aquellas de naturaleza cualitativa, que seguían con fidelidad los
postulados mencionados, estudiándolos por supuesto a nivel individual (UNNE, 2016).
Pero los otros caracteres, los cuantitativos o métricos, que no permitían una observación
directa de los genotipos al no corresponderse con una relación causa-efecto con los
fenotipos, debido a que estos estaban codificados por múltiples loci que actuaban desde
distintos tipos de acciones génicas, fue necesario establecer una relación entre la Genética y
la Estadística, lo cual dio lugar a especialidades como la Genética Cuantitativa que se
encarga del estudio del comportamiento genético de este tipo de caracteres (cuantitativos o
métricos), y la Genética de Poblaciones, la cual estudia la dinámica genética a nivel de las
poblaciones y no a nivel individual como lo hace el Mendelismo (UNNE, 2016).
Las categorías observables o niveles medibles de performance para los diferentes caracteres
en un individuo, se conocen como Fenotipo. Existen tantos fenotipos como caracteres a
observar o medir en un animal, como se puede ver en los ejemplos de la Tabla 1.
P=G+E
Donde,
P: representa el fenotipo del individuo
G: representa su genotipo
E: representa los efectos ambientales o factores externos (no genéticos), que influyen en la
expresión del fenotipo
Es importante recordar que todos los componentes de varianza dependen de las frecuencias
alélicas, por lo que cualquier valor que se obtenga solo es aplicable a la población en
estudio (Falconer y Mackay, 1996).
2.1. Varianza genotípica
De acuerdo con Vilela (2014), la varianza genotípica se puede subdividir en varianza genética
o aditiva (VA), varianza debida a la dominancia (VD), y varianza debida a la epistasis o
interacción entre los loci (VI).
Varianza aditiva
Se refiere a la varianza de los valores mejorantes, también conocidos como valores de cría.
Esta adquiere gran importancia en los procesos de mejoramiento genético, ya que determina
el parecido entre hijos y padres; por tanto, es la que define no solo las propiedades genéticas
que se pueden observar en la población, sino cómo esta responde a la selección (Falconer y
Mackay, 1996). Dicha varianza proporciona el cociente VA/VP, que se denomina
heredabilidad (h2) el cual es un factor muy importante dentro de los programas de selección,
y será explicado detalladamente en el material de apoyo relacionado con los parámetros
genéticos (Vilela, 2014).
Como se sabe, en un mismo locus pueden existir alelos que tienen un tipo de acción de
dominancia sobre otro alelo. Estos tipos de dominancia pueden ser de dominancia completa,
sobredominancia, sin dominancia o codominancia, y finalmente la dominancia incompleta.
Con fines prácticos se obviará la explicación de éstos efectos; pero usted podrá obtener mayor
información en Falconer y Mackay (1996), y Cardellino y Rovira (1998).
Varianza epistática
Al definir ésta varianza es importante saber qué se entiende por epistasis. La epistasis ocurre
cuando la presencia de un alelo en un locus altera el efecto de un alelo en otro locus; es decir,
se produce una interacción entre alelos de diferentes loci (Simm, 1998). Un ejemplo típico
se puede encontrar en el efecto de un alelo sobre la presencia o ausencia de color en el pelaje
de perros labrador (Figura 2).
Figura 2. Ejemplo de genes epistáticos en perros labrador (Tomado de: Vilela, 2014).
Como se puede observar, existe dominancia completa en el gen “E” que permite la presencia
de color negro, mientras que el gen “e” permite el color amarillo. El alelo “B” es dominante
sobre el “b”, permitiendo o no la presencia del color; en homocigosis (bb) el color cambia a
chocolate.
Al momento de considerar más de un locus, surge la varianza epistática (VI). Esto implica la
estimación de valores de varianza para cada interacción de los valores de cada loci, teniendo
ahora una mayor cantidad de varianzas dentro de la varianza epistática (VAA, VAD, VDD, etc.)
(Cardellino y Rovira, 1987).
Por lo general, el efecto que pueda causar es muy pequeño y en la gran mayoría de los casos
no se considera dentro de la varianza genotípica, por lo que su valor no se tomará en cuenta
y se sumará como parte del error experimental.
En resumen, la varianza genotípica puede resumirse mediante la siguiente fórmula:
VG = VA + VD + VI
Esto es de suma importancia, pues lo que se busca es aumentar la varianza aditiva que se
transmite a la progenie y tratar que la varianza dominante sea mínima (Vilela, 2014).
2.2.Varianza ambiental
La varianza ambiental (VE) puede ser tomada como un error experimental en la evaluación
de una población procurando que sea lo menor posible, ya que esta variación puede disfrazar
los verdaderos valores genotípicos, pues lo que se observa o mide son los fenotipos
(Cardellino y Rovira, 1987).
𝐶𝑜𝑣 (𝐺, 𝐸)
𝑟𝐺𝐸 =
𝛿𝐺 𝛿𝐸
Esto significa que si a los mejores genotipos le corresponde un mejor ambiente, el término
Cov (G, E) tendrá valor positivo, y la variación fenotípica aumentará; por ejemplo, esto
sucede cuando a las vacas que producen más se les da mejor alimento, y a las vacas menos
productivas se les da el peor alimento, haciendo que las diferencias fenotípicas entre vacas
sean mayores. En cambio, si el término Cov (G, E) tiene valor negativo, la correlación entre
el genotipo y el ambiente será negativa y los efectos de genotipo y ambiente tenderán a
anularse mutuamente, reduciendo la varianza fenotípica total; tomando el ejemplo anterior,
a las vacas más productivas se les da el peor alimento, y a las menos productivas el mejor
(Cardellino y Rovira, 1987).
Por ejemplo, si se tiene una vaca con buena producción de leche, se espera que produzca lo
que sus genes le permitan manifestar en condiciones de trópico bajo; pero si se lleva a zonas
altas, la producción va a disminuir por efecto del ambiente. Caso contrario puede ser el de
una vaca criolla que tiene baja producción lechera en condiciones adversas en trópico de
altura, aunque mayor de lo que produce una vaca Holstein; sin embargo, al ser llevada a
condiciones de trópico bajo producirá mucha más leche, aunque sin alcanzar el nivel de
productividad de la vaca Holstein, debido a que los genes que posee la vaca criolla no son
específicos para producción de leche (Vilela, 2014) (Figura 3).
Simm, G. (1998). Genetic Improvement of cattle and sheep. U.K: Farming Press.