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Novena A Juan Pablo II

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Novena a Juan Pablo II

Centenario de su nacimiento
P. Felipe Carmena Martínez, dcjm

Novena a Juan Pablo II (cuarto día, 13 de mayo)


Himno (Cf. Marco Frisina)
Abrid las puertas a Cristo, 1. Testigo de esperanza
no tengáis miedo! para quien espera la salvación,
Abrid de par en par vuestro corazón peregrino por amor
al amor de Dios en los caminos del mundo
Lectura : Homilía de Juan Pablo II el 13 de mayo de 2000 en el Santuario de Fátima.
"Y apareció otra señal en el cielo: un gran Dragón". Estas palabras del Apocalipsis nos hacen
pensar en la gran lucha que se libra entre el bien y el mal, pudiendo constatar cómo el hombre,
al alejarse de Dios, no puede hallar la felicidad, sino que acaba por destruirse a sí mismo.
El mensaje de Fátima es una llamada a la conversión, alertando a la humanidad para que no siga
el juego del "dragón", que, con su "cola", arrastró un tercio de las estrellas del cielo y las precipitó
sobre la tierra. La meta última del hombre es el cielo, su verdadera casa, donde el Padre celestial,
con su amor misericordioso, espera a todos. Dios quiere que nadie se pierda; por eso, hace dos
mil años, envió a la tierra a su Hijo, "a buscar y salvar lo que estaba perdido". Él nos ha salvado
con su muerte en la cruz; ¡que nadie haga vana esa cruz! Jesús murió y resucitó para ser "el
primogénito entre muchos hermanos".
Con su solicitud materna, la santísima Virgen vino aquí, a Fátima, a pedir a los hombres que "no
ofendieran más a Dios, nuestro Señor, que ya ha sido muy ofendido". Su dolor de madre la
impulsa a hablar; está en juego el destino de sus hijos. Por eso pedía a los pastorcitos: "Rezad,
rezad mucho y haced sacrificios por los pecadores, pues muchas almas van al infierno porque no
hay quien se sacrifique y pida por ellas". La pequeña Jacinta sintió y vivió como suya esta
aflicción de la Virgen, ofreciéndose heroicamente como víctima por los pecadores. […]
Mis últimas palabras son para los niños: La Virgen tiene mucha necesidad de todos vosotros para
consolar a Jesús, triste por los pecados que se cometen; tiene necesidad de vuestras oraciones y
sacrificios por los pecadores. Pedid a vuestros padres y educadores que os inscriban a la "escuela"
de Nuestra Señora, para que os enseñe a ser como los pastorcitos, que procuraban hacer todo lo
que ella les pedía. Os digo que "se avanza más en poco tiempo de sumisión y dependencia de
María, que en años enteros de iniciativas personales, apoyándose sólo en sí mismos". Fue así
como los pastorcitos rápidamente alcanzaron la santidad.
Antes de la oración final se pueden añadir peticiones para que interceda el Papa de las familias.
Oración
Oh, Dios, rico en misericordia,
que has querido que san Juan Pablo, papa,
guiara toda tu Iglesia,
te pedimos que, instruidos por sus enseñanzas,
nos concedas abrir confiadamente nuestros corazones
a la gracia salvadora de Cristo, único redentor del hombre.
Él, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén
Oración final a la Virgen María1:
Totus tuus ego sum et omnia mea Tua sunt.
Accipio Te in mea omnia.
Praebe mihi cor Tuum, Maria.

1
Es la oración completa de consagración a la Virgen que hacía Juan Pablo II. De esta oración viene su lema papal:
Totus Tuus. Se traduce: “Soy todo tuyo y todas mis cosas te pertenecen. / Te pongo al centro de mi vida. / Dame tu
corazón, María”.

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