Introduccion Al Estudio Del Derecho
Introduccion Al Estudio Del Derecho
Introduccion Al Estudio Del Derecho
Temas:
1
INTRODUCCIÓN
1 Vid. Fernández Sessarego, Carlos. “La ‘antijuricidad’ como problema”, en Lumen, Revista de la Facultad
de Derecho de la Universidad Femenina del Sagrado Corazón, Año 1, N° 1, Lima, 2000; y Cachi
Cusquiciban, Josué. La teoría tridimensional del Derecho, tomado del sitio:
www.basicsolutionsystems.blogspot.com
2 Vid. Cachi Cusquiciban, Josué. Op. cit.
2
Clasificaciones del Derecho
La complejidad del Derecho, y en particular lo que este término significa se expresa en
su clasificación, a través de la cual se manifiestan las acepciones más conocidas en su
uso. En tal sentido, se requiere aclarar el significado de:
De lo justo político una partes natural, la otra legal. Natural es lo que en todas partes
tiene la misma fuerza. Legal es lo que en principio es indiferente que sea de este
modo o del otro, pero que una vez constituidas las leyes deja de ser indiferente...3
En la edad moderna, es común que la mayoría de los autores funden el Derecho natural
en la naturaleza racional del hombre, y que se apoyen en el iusnaturalismo de corte
racionalista para desarrollar la teoría del contrato social. No obstante, fue común a todo
el iusnaturalismo validar el Derecho positivo con el natural señalando que el verdadero
Derecho es justo, y que para serlo debe corresponderse o expresar el Derecho natural.
Cuando se habla de Derecho vigente es hace referencia al que tiene fuerza obligatoria
en la actualidad, es decir, que no ha sido derogado ni abrogado. En este sentido, todo
Derecho vigente es Derecho positivo, mientras que el Derecho positivo puede o no estar
vigente en un determinado momento.
El Derecho es considerado eficaz cuando los hombres se comportan en
correspondencia con el deber ser contenido en sus normas, o sea, que sus
disposiciones normativas son acatadas y cumplidas por los obligados a regir su
conducta por éstas. Así puede hablarse que una norma jurídica es más o menos eficaz
en dependencia de la cantidad de personas que, estando obligadas por ella, la cumplen.
Un concepto relacionado con los anteriores es el de ordenamiento jurídico, que hace
referencia al Derecho positivo un todo ordenado y unitario. Al respecto explica
3
Vodanovic que “la multitud de normas jurídicas del Estado o de cualquiera otra sociedad
organizada no se encuentran dispersas anárquicamente ni yuxtapuestas, sino que
coordinadas y jerarquizadas, formando así un todo unitario, ordenado. Por eso se habla
de ordenamiento jurídico, nombre que, por otro lado, también se justifica en razón de
que tal conjunto de normas pone orden dentro de la sociedad en que tiene vigor”7.
Es un conjunto organización, las normas o principios deben verse como
elementos que se relacionan y condicionan entre si mediante relaciones de
subordinación y coordinación.
Coordinación en cuanto a que la creación de cada nueva norma modifica el resto
del sistema y cada norma debe interpretarse en función de su relación con las
demás.
Se suele hablar de coherencia (relativa) del ordenamiento jurídico, pues no
existen normas contradictorias, aunque ocurran conflictos de normas, donde dos
o mas normas con un mismo objeto prevén soluciones incompatibles entre si.
Y por último plenitud, ausencia de sectores carentes de regulación jurídica.
7 Vodanovic, Antonio. Manual de Derecho Civil. Partes Preliminar y General. Editorial Jurídica Cono Sur
Ltda, Santiago-Chile, 2001, Vol. I, p. 15.
8 Bustamante y Montoro, Antonio S., Introducción a la Ciencia del Derecho. Conceptos y fuentes. Cultural
5
g) El derecho industrial.
h) El derecho internacional privado.
Debe aclararse que las ramas de Derecho público también contienen normas propias
del Derecho privado, “pero de ninguna manera prevalecientes sobre las de derecho
público, sino, al contrario, cualitativa y cuantitativamente de mucho menor alcance. A la
inversa, las ramas del derecho privado contienen normas de derecho público accesorias
o complementarias, y no primordiales frente al fin que las proyecta y al conjunto de sus
contenidos”11. Así, por ejemplo, las normas del Derecho del Trabajo o laboral, tienen
carácter mixto, pues por una parte pertenecen al Derecho privado las que regulan las
relaciones entre empresario y trabajadores, y el resto son normas de Derecho público.
Por otra parte, en el marco de la compleja dialéctica observable entre ambos tipos de
normas, un mismo sujeto de Derecho puede obrar amparado en el Derecho público o el
Derecho privado, según el caso. Así, por ejemplo, cuando la Administración realiza una
expropiación (Derecho administrativo) de una finca, está actuando dentro del ámbito del
Derecho Público, pero cuando realiza una compraventa (Derecho civil) a un particular
está actuando como un sujeto de derecho privado.
El Derecho social es el conjunto de normas que garantizan a todas las personas el
acceso a los medios necesarios para poder tener una vida humana digna. Son
equivalentes de los derechos humanos de segunda generación, cuya existencia
obedece al reconocimiento de que los derechos individuales (civiles y políticos) son
meramente formales si no van acompañados de las condiciones sociales, económicas
y culturales que posibiliten realmente su ejercicio. En este sentido, son una extensión o
condición de las garantías individuales para que la libertad y la igualdad sean reales, lo
cual resulta imposible sin determinadas condiciones materiales.
Por tanto, se trata de derechos positivos propios del Estado Social de Derecho, que
aparece como superación histórica del Estado de Derecho liberal, defensor de los
derechos negativos. La diferencia estriba en que si bien los últimos se encaminan a
evitar que se dañe a los seres humanos, los segundos procuran garantizar las
condiciones necesarias para su bienestar, o sea, que se pasa de la no interferencia
estatal en la vida económica, social y cultural a su intervención para proteger el interés
social y complementar –no suplantar ni eliminar- la gestión privada buscando una mayor
justicia social.
Los derechos sociales difieren de la mera caridad o política asistencial, pues no se
fundan en el amor ni en la filantropía sino en la propia naturaleza social del hombre, de
ahí su reconocimiento universal como Derechos humanos de segunda generación, que
también generan obligaciones erga omnes (en todos: el Estado y los particulares). En
esencia, se trata de derechos con los que se pretende “regular equitativa y
equilibradamente las relaciones que se dan entre el Estado y los particulares,
principalmente los más débiles y desprotegidos, proponiéndose evitar la discriminación
de ciertas clases sociales y buscando alcanzar la paz social”12.
En el Derecho social se ubican:
a) El Derecho Laboral
b) El Derecho Social Derecho Agrario
c) El Derecho de la Seguridad Social
d) El Derecho Económico
11 Ibídem, p. 3.
12 Reyes Mendoza, Libia. Op. cit., p. 52.
6
Derecho legislado y derecho consuetudinario.
El Derecho legislado es el que emana de la facultad legislativa del Estado, generalmente
a cargo de un cuerpo deliberativo (congreso o parlamento) que tiene competencia para
aprobar o modificar leyes. En este sentido, algunos lo identifican con el Derecho positivo,
e incluso con el Derecho estatal y el Derecho eficaz. Sin embargo, a pesar de las
semejanzas no debe perderse de vista que las clasificaciones obedecen siempre a un
punto de vista, y cuando clasificamos al Derecho en legislado y Derecho consuetudinario
lo hacemos atendiendo a su origen, a la forma en qué se crea o aparece.
Teniendo en cuenta lo anterior, no cabe duda de que el Derecho legislado es un
Derecho escrito, el cual en los sistemas democráticos deberá ser expresión de la
voluntad general representada en el cuerpo deliberativo.
El Derecho consuetudinario se origina en las costumbres, las cuales se forman por la
repetición de actos que van adquiriendo con el tiempo un carácter obligatorio,
convirtiéndose en una exigencia colectiva. Cuando la necesidad social de la costumbre
se transforma en una necesidad jurídica, ésta se transforma en Derecho
consuetudinario. En tal caso, la obligación de observancia es reconocida y tutelada por
el ordenamiento jurídico, que remite a ella.
Desde estos supuestos, se puede definir el Derecho consuetudinario “como el conjunto
de normas jurídicas que se practican constantemente en una sociedad sin haber sido
sancionadas en forma expresa, y que se consideran jurídicamente obligatorias”13.
Se debe aclarar que las costumbres han llegado en muchos casos a ser redactadas por
escrito, recopiladas y ordenadas pero ello no altera la naturaleza de Derecho
originariamente no escrito porque la clasificación se hace teniendo en cuenta la creación
de la norma, que en el caso de la costumbre es no escrita. Entre otros rasgos, se
reconocen a la costumbre los siguientes:
1) Su surgimiento espontáneo, o sea que no obedecen a la voluntad expresa de
nadie en específico.
2) Se formación es lenta y extendida en el tiempo, porque se trata de formación de
hábitos que se repiten y aceptan dada la importancia que van adquiriendo para
la sociedad.
3) No tienen un autor conocido ni determinado, lo que se infiere de las dos
características anteriores.
4) Suele ser imprecisa e incierta, pues no obedece a una formulación jurídica
rigurosamente elaborada y precisa sino al uso.
5) Está limitada geográfica y socialmente, a determinado territorio y grupo social,
eso hace que su alcance nunca pueda ser mayor que el de la ley, caracterizada
por su universalidad.
Derecho federal, derecho estatal y derecho municipal.
El Derecho federal está formado por el conjunto de leyes o normas jurídicas dictadas
por el cuerpo deliberativo del Estado federal que tienen vigencia en todo el territorio de
la nación. En la Unión de Estados Mexicanos la facultad de legislar el Derecho Federal
es competencia del Congreso de la Unión, y está establecida en el artículo 73
constitucional.
El Derecho local está constituido por el conjunto de leyes y normas jurídicas aplicables
en el territorio de cada Estado integrante del Estado Federal, lo que en la República
Mexicana (31 Estados y 1 Distrito Federal) es garantizado sobre base de los establecido
en los artículos 40 y 124 constitucionales, que reconocen la capacidad de las Entidades
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federativas para crear su propia legislación de acuerdo con sus necesidades y
condiciones, sin invadir las áreas de legislación reservadas a la Federación.
A su vez, el Derecho municipal es el conjunto de normas jurídicas que se aplican en los
municipios de los Estados, en los que se reconoce a los ayuntamientos la capacidad
jurídica para la aplicar dichas normas amparándose en el artículo 115, fracción segunda,
de la Constitución mexicana.
Derecho nacional, derecho internacional y derecho comunitario.
El Derecho nacional es el conjunto de leyes y normas jurídicas que rigen en una nación
determinada, razón por la que numerosos autores consideran estas son equivalentes al
Derecho Federal en los Estados Federales.
El Derecho internacional es aquél cuyas normas regulan las relaciones de los Estados
entre sí y con otros entes públicos internacionales, así como las relaciones de los
ciudadanos de unos Estados con los de otros. Se trata de un “sistema de normas
obligatorias que, nacidas del consentimiento expreso o tácito de los estados, determinan
los derechos y deberes de las personas internacionales en sus relaciones mutuas”14.
Por tanto la obligación de la observancia de estas normas nace del acuerdo de
voluntades que se establece mediante el consentimiento expreso o tácito de los
Estados.
Este Derecho supone la existencia de la Comunidad Jurídica Internacional que aparece
respondiendo a la necesidad del desarrollo de las relaciones entre los Estados, cuyos
sistemas jurídicos y legislativos difieren. Es notable la influencia del Derecho
internacional en el Derecho interno de los países, pues los acuerdos internacionales
conducen muchas veces a la modificación del segundo que se ve precisado a adaptarse
a las exigencias del primero. Al mismo tiempo, los principios del Derecho interno son los
que orientan la política internacional de un país, de ahí que se dé una compleja dialéctica
entre ambos tipos de Derechos.
Además de los Estados, tienen capacidad jurídica internacional otros entes u
organizaciones como las naciones unidas (UN), la Organización de los Estados
Americanos (OEA), la UNESCO, la Corte internacional de justicia, los rebeldes
reconocidos como beligerantes, etcétera.
En el Derecho internacional se ubican el Derecho internacional público y el derecho
internacional privado. El Derecho internacional público es el que rige “las relaciones de
los estados entre si y también las de éstos con ciertas entidades que, sin ser estados,
tienen personalidad internacional”15…Son fuentes de este Derecho, los principios
internacionales, las costumbres y los tratados internacionales, y tiene como finalidad
suprema el logro de la paz permanente en el ámbito internacional.
El Derecho internacional privado “está formado por las normas que determinan la ley
aplicable a relaciones jurídicas vinculadas a más de un Estado”16. Por ejemplo, cuando
un joven viaja a otro país y decide comprar algo o hacer cualquier otra cosa permitida
sólo a los mayores de edad, habrá que determinar por cuál ley se determina la mayoría
de edad, por la personal del joven –la de su país de origen, del cual es ciudadano- o por
la del lugar –la del país donde se encuentra en ese momento. Por tanto, las normas
propias o fundamentales del Derecho internacional privado no resuelven directamente
el caso sino que determina cuál de las leyes u ordenamientos jurídicos en conflicto es
competente para hacerlo, de ahí que la norma que predomine en él se denomine norma
indirecta, aunque también contiene algunas normas que permiten resolver el fondo del
asunto en cuestión –denominadas normas directas, entre las que encontramos las que
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regulan la condición jurídica del extranjero, por ejemplo-, aunque en proporción mucho
menor, de ahí que no sean las típicas de él.
Así, la distinción entre estas dos ramas del Derecho tradicionalmente se ha basado en
el sujeto de la relación. Cuando el sujeto del derecho es el Estado en su calidad de
soberano, estamos en presencia del derecho internacional público, y cuando el sujeto
es un particular, o el Estado actuando en calidad de tal, estamos en presencia del
derecho internacional privado. De manera que las normas del orden internacional,
dirigidas a personas físicas o jurídicas, sin imperium, integran el derecho internacional
privado. Además, es derecho privado porque tiene por objeto el estudio de casos de
derecho privado (civil, comercial, laboral) en contacto con distintos ordenamientos
jurídicos, en los que se debe determinar cuál es la ley aplicable para su solución.
El Derecho comunitario es el resultado de los procesos de integración regional que
comenzaron a desarrollarse a partir de la segunda mitad del siglo XX. La existencia y el
desarrollo de los espacios económicos y políticamente integrados han generado una
abundante elaboración legislativa, tanto Nacional como internacional, que brinda
cobertura para la regulación e institucionalización de estos procesos de integración, que
no pueden funcionar correctamente sin la existencia de un marco jurídico por el cual
regir sus actividades. Ello ha dado lugar al surgimiento de una rama autónoma del
Derecho de esa integración que es el que se conoce como Derecho comunitario. El
ejemplo clásico es el del llamado Derecho de la Unión Europea (anteriormente conocido
como Derecho comunitario o de las Comunidades Europeas), que es el conjunto de
normas y principios que determinan el funcionamiento, corporación y competencias de
la Unión Europea. Es considerado como un orden jurídico sui generis, pues se diferencia
tanto del Derecho internacional como del orden jurídico interno de los países miembros,
dada su condición de servir de soporte jurídico al sistema comunitario.
Los fines del Derecho
El Derecho ha tendido históricamente a la realización de ciertos fines o valores ético-
sociales de interés general para la comunidad, considerados básicos e imprescindibles
para la humana convivencia en un conglomerado social. Gustav Radbruch señalaba que
el bien común, la justica y la seguridad eran los fines supremos del Derecho, y que estos
no coexisten en una estrecha armonía sino en una aguda lucha de unos contra otros,
en lo que al parecer no se equivocaba17.
En general parece que no hay dificultad en aceptar que estos tres importantes valores
sean fines a alcanzar por el Derecho, lo cuestionable es el contenido que se reconoce
o atribuye a estos conceptos. Por tanto, cuando se plantea que el bien común es fin del
Derecho el problema está en determinar lo que se entiende por tal: ¿el bien de todos, el
bien del mayor número o de la mayoría, el bien de los que mandan o tienen el poder, el
bien del Estado o el bien del pueblo? La otra cuestión es la del estatus que adquieren
entonces los derechos del individuo frente a la protección jurídica del bien común. Si se
absolutiza el bien común se termina anulando el bien individual, lo que da lugar al
totalitarismo, y si por el contrario se absolutiza el bien individual en detrimento del bien
común, se da lugar al individualismo. Es necesario buscar un equilibrio y para ello se
precisa de la justicia y de la seguridad jurídica, que siempre sufrirán o serán anuladas
por las mencionadas posiciones extremas.
El bien común
Se está de acuerdo generalmente en decir que el derecho debe servir al bien común.
Pero a la cuestión de saber lo que es preciso entender por bien común, las diferentes
concepciones del mundo, las teorías del Estado y los programas de los partidos
políticos, responden de una manera muy divergente.
17 Radbruch, Gustav. El hombre en el derecho. Ediciones Depalma, Buenos Aires, 1980, p. 103.
9
Se puede definir el bien común confiriéndole un sentido específicamente social; es el
bien de todos o, por lo menos, del mayor número de individuos posible, el bien de la
mayoría, de la masa, pero el bien común puede también revestir un sentido orgánico:
es el bien de una totalidad que está representada por un Estado o por una raza, y que
es más que el conjunto de individuos. Se puede, en fin, atribuir a esta noción el carácter
de una institución; el bien común consiste entonces en la realización de valores
impersonales que no responden ni solamente a los intereses de los individuos, ni a los
de una totalidad cualquiera pero cuya importancia reside en ellos mismos; esta
concepción del bien común encuentra los ejemplos más significativos en el arte y en la
ciencia considerados bajo el ángulo de su valor propio.
Cualquiera que sea la definición que se adopte, es cierto que la noción del bien común
se encuentra esencialmente opuesta a la idea que Del Vecchio ha formulado así: El
derecho de un sólo hombre es tan sagrado como el de millones de hombres. La doctrina
que permite al individuo defenderse contra la mayoría, aun contra la totalidad, y no ceder
ante un interés, aun justificado en sí, es llamada liberalismo.
Ahora bien, la idea liberal encuentra su expresión en los dos otros fines que, fuera del
bien común, el derecho debe servir: la justicia y la seguridad
He ahí los principios que velan sobre la igualdad y la libertad, intereses del individuo que
están amenazados por la exageración de la idea del bien común.
Es verdad que no existe ninguna prueba absoluta de que el derecho esté llamado a
proteger, fuera de los fines sociales, orgánicos o institucionales, los fines del orden
liberal que acabamos de indicar. Pero no exijamos prueba absoluta en el dominio moral.
No es menos cierto que un orden basado únicamente sobre la idea del bien común y
dejando a los individuos en la imposibilidad de defender sus intereses contra el bien
común, no podría aspirar al nombre de Derecho; que las ciencias jurídicas preferían el
sentido que se les ha atribuido hasta el presente; que se debería, en fin, renunciar a la
explicación de numerosos fenómenos prácticos generalmente reconocidos, tales como
la independencia de los tribunales, los derechos subjetivos públicos, el Estado de
Derecho (Rechtsstaat).
La justicia
La justicia fue considerada desde tiempos inmemoriales como el valor fundamental del
Derecho. Han sido numerosas sus denominaciones al igual que las concepciones que
han tratado de explicarlas, a las que sobrevive siempre el ideal moral que la misma
representa ya en sus inicios: el de equilibrar las relaciones intersubjetivas humanas en
función del bien de la comunidad. En la definición que ofrece el jurisconsulto romano
Ulpiano se resume el contenido esencial que gravita en el valor de la justicia: Iustitia est
constans et perpetua voluntas ius suum cuique tribuens ("La justicia es la constante y
perpetua voluntad de dar a cada uno lo suyo”). Suum cuique tribuere (dar a cada uno lo
suyo) ha sido siempre la cuestión esencial en justicia, el problema está en saber qué
significa lo suyo, cómo determinarlo y hacer que se respete.
En su teoría el filósofo griego distingue dos clases fundamentales de justicia: la justicia
política y la justicia particular. La Primera afecta a la sociedad como un todo, mientras
que la segunda solo a las relaciones entre sus partes. Dentro de la justicia política
destaca dos tipos: “la justicia natural” y “la justicia no natural o convencional. Al respecto
explica: “Una norma de justicia es natural cuando tiene la misma validez en todas partes,
y no depende de que la aceptemos o no; una norma es legal (convencional) cuando en
primera instancia puede ser fijada en un sentido u otro con indiferencia”18. Está de
acuerdo con que, además de las leyes escritas, exista el derecho consuetudinario, que
para él es el derecho dictado por la naturaleza. Ese derecho natural constituye la base
del Estado y debe ser recogido en la ley escrita. Por tanto, mantiene la dicotomía entre
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derecho natural, racional y derecho positivo, contingente y variable, pero trata de
conciliar ambos órdenes normativos, aclarando que lo que es justo por naturaleza no
puede ser nunca alterado por leyes humanas.
Tiene una gran importancia para la posteridad su distinción de dos tipos de justicia
particular (llamados así porque no afectan a la naturaleza ni al cuerpo político como un
todo, sino solo a las relaciones entre los miembros de la sociedad): una distributiva y
otra conmutativa. La justicia distributiva rige las relaciones del gobernante con sus
súbditos, y la conmutativa regula las relaciones entre personas privadas entre sí. Ambas
se diferencian como la proporción de la igualdad. La justicia distributiva regula “la
distribución de honores o de riquezas o de otras cosas que puedan repartirse entre los
miembros de la república, en las cuales puede haber desigualdad e igualdad entre uno
y otro”19.
La justicia conmutativa se logra a través de la proporción aritmética, de ahí que sea
indiferente a la persona (u hombre) y trate como a iguales a las partes centrándose en
el causante y en quien recibe el daño. Por eso señala Aristóteles:
Es indiferente, en efecto, que sea un hombre bueno el que haya defraudado a un
hombre malo, o el malo al bueno, como también que sea bueno o malo el que haya
cometido el adulterio. La ley atiende únicamente a la diferencia del daño y trata
como iguales a las partes, viendo sólo si uno cometió injusticia y otro recibió, si uno
causó un daño y otro lo resistió.
En consecuencia, el juez procura igualar esta desigualdad de que resulta la
injusticia. Cuando uno es herido y otro hiere, o cuando uno mata y otro muere, la
pasión y la acción están divididas en partes desiguales, y el juez trata entonces de
igualarlas con el castigo, retirando lo que corresponda de provecho del agresor.20
Resumiendo, entonces “que lo justo correctivo será por tanto, el medio entre la pérdida
y el provecho”. Por eso nos dice Aristóteles: “Las partes buscan en el juez como un
medio entre ellas; y de aquí que en algunos lugares se llame a los jueces mediadores,
como dando a entender que cuando alcanzan el medio alcanzan la justicia. Aquí el juez
lo que hace es restaurar la igualdad; siendo lo igual en este caso, “el medio entre los
mayor y lo menor según la proporción aritmética. Y por esto lo justo se llama así (dikaíon)
porque indica la división en dos mitades (dixa), como si se dijera ‘partido en dos’
(dixaión) y el juez (dikastés) fuera el parte en dos (dixastes)”. De manera que la
reciprocidad en el intercambio mantiene el vínculo social siempre que se lleve a cabo
“según la proporción y no según la igualdad”, pues, “Devolviendo lo proporcional a lo
recibido es como se conservar la ciudad”21.
Pero lo justo existe entre hombres cuyas relaciones mutuas están gobernadas por ley,
y la ley existe para hombres entre quienes puede haber injusticia, por eso la sentencia
judicial es el discernimiento de lo justo y de lo injusto22. Por tanto, pudiéramos decir que
la ley está llamada a buscar la medianía entre lo justo y lo injusto en el mundo de los
hombres, al cual le es inherente la justicia y la injusticia, y por tanto, también lo justo e
injusto. La ley representa la justicia y a través de ella se logra la justicia. Para ello la ley
debe ser justa. El problema es precisamente ese: lograr que la ley sea justa. Y una de
las premisas es que sea igual para todos; y otra que sea proporcional al hecho que se
aplique.
Y prosigue Aristóteles: “Por este motivo no permitimos que gobierne el hombre, sino la
ley, porque el hombre ejerce el poder para sí mismo y acaba por hacerse tirano. Pero el
magistrado es el guardián de los justo; y si de los justo, también de lo igual (…) Y así, el
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magistrado justo trabaja para los demás; y por esto se dice que la justicia es el bien de
los demás”23. O sea, que en su concepción lo justo es lo legal24, de lo que se infiere que
la ley justa debe ser en principio igual para todos, que no debe haber acepción de
persona.
Hasta la edad media, la cultura occidental no rebasó el planteamiento de Ulpiano y, por
tanto, el espíritu greco-romano de la justicia. En la Edad moderna aparecerán otros
sentidos de la justicia, sobre todo de la particular, que se desarrollan en correspondencia
con las relaciones económicas capitalistas y el nuevo talante manifiesto en las teorías
filosóficas de la modernidad. Así surge la concepción contractual de la justicia, según
la cual al hombre le son inherentes ciertos derechos –derecho a la vida, a la salud, a la
libertad, a la propiedad- sin los cuales no es posible su existencia. Para proteger estos
bienes individuales, primarios, es necesario celebrar un pacto o contrato –contrato
social- mediante el cual se conviertan en bien común y en calidad de tal puedan ser
protegidos por el Estado, que también se origina de ese contrato en el que estos fungen
como límites naturales de sus leyes y actividad, a la vez que de principio de igualdad.
Tales son los fundamentos del Estado liberal (minimalista) y de su concepción de
justicia: la justicia como libertad contractual. En este contexto justo es respetar lo
pactado e injusto violar las cláusulas del contrato social. Esta es una idea que podemos
encontrar ya plenamente desarrollada en John Locke y que siguen –con sus matices
propios- muchos otros pensadores modernos, entre los que sobresalen Montesquieu y
Juan Jacobo Rousseau.
Otra concepción de justicia distributiva de conocido impacto en este período es la justicia
basada en el principio utilitarista seguido por Jeremías Bentham, “la mayor felicidad del
mayor número es el criterio de lo justo y de lo injusto”25, cuyos fundamentos éticos fueron
elaborados también por economistas (Adam Smith, David Ricardo y John Stuart Mill)
que defendieron la idea del máximo beneficio al mínimo costo. De modo que el criterio
de justicia no deben ser ni los derechos del hombre ni el pacto o contrato social, sino las
consecuencias de los buenas de los actos humanos, es decir, que justa será la ley o
decisión judicial cuya finalidad sea el logro del beneficio para el mayor número de
personas o, en otras palabras, la justicia consiste en la maximización del bien en la
actuación humana.
En este período también se desarrolla la concepción de justicia marxista, que tiene en
Carlos Marx y Federico Engels a sus principales exponentes. Para los fundadores del
marxismo, el pensamiento filosófico burgués no pudo rebasar la concepción tradicional
de justicia consistente en aplicar un rasero igual a hombres social y económicamente
desiguales, en la que lo “propio” era la medida de “lo suyo” de la definición general de
justicia formulada por Ulpiano. Para Marx, la igualdad jurídica es meramente formal y
encubre la desigualdad que emana de las condiciones materiales de vida en el
capitalismo, y los derechos del hombre proclamados por el pensamiento liberal son en
esencia derechos que se originan en el modo de producción burgués y en cuanto a tales
responden a la necesidad de su producción y reproducción. Por eso, cuando el Estado
constitucional moderno protege los derechos civiles y políticos no hace más que
fomentar la desigualdad y la injusticia social porque perpetúa la propiedad capitalista.
Por tal razón, si la si la sociedad quiere ganar en humanidad deberá superar la forma
de justicia burguesa y distribuir los bienes no en proporción a la propiedad sino en forma
más equitativa, lo que para Marx se logra distribuyendo los bienes en función de las
necesidades. “¡De cada cual, según su capacidad; a cada cual, según sus
necesidades!”, reza el principio de justicia marxista para la sociedad comunista, con el
cual se produce toda una inversión en la tabla de valores tradicionales pues ahora la
23 Ibídem.
24 Ibídem, Cap. I, p. 58.
25 Bentham, Jeremías. Fragmentos sobre el gobierno. Trad. Julián Larios Ramos, Sarpe, Madrid, 1985, p.
26.
12
justicia no consistirá en aplicar un mismo rasero a hombres desiguales sino todo lo
contrario, en aplica un rasero desigual a hombres cuyas necesidades difieren, lo que
equivale a decir que para ser justo el Derecho no puede ser igual sino desigual. Para
logarlo, según los fundadores del marxismo, se deberá eliminar la propiedad privada
sobre los medios de producción y con ella la división de la sociedad en clases, base del
carácter explotador del trabajo en el capitalismo26.
La justicia proclamada por el marxismo impulsa otra generación de derechos, los
derechos sociales, cuya universalización deviene imprescindible para su
implementación en un contexto de la transformación de la estructura social como medio
para el logro de la justicia y la acomodación de las instituciones –incluyendo las
jurídicas- a los cambios estructurales, de los que deben ser expresión.
También en la modernidad comenzó a gestarse una concepción de justicia de
reconocido impacto en la sociedad contemporánea: la de justicia social. El término
“justicia social" (giustizia sociale) fue acuñado por el sacerdote jesuita italiano Luigi
Taparelli, en el libro Saggio teoretico di dritto naturale, appoggiato sul fatto (Ensayo
teórico del derecho natural apoyado en los hechos), publicado en 1843, en Livorno
(Italia) cuando expresó que “la justicia social debe igualar de hecho a todos los hombres
en lo tocante a los derechos de humanidad”27. Taparelli aplicó el nuevo término a los
conflictos obreros que se generaban en ese entonces, imprimiéndole un sentido
diferente al de las nociones tradicionales de justicia conmutativa y justicia distributiva,
que caracterizan al pensamiento aristotélico-tomista. Luego el término fue adoptado por
la socialdemocracia europea y, después de la Primera Guerra Mundial, la Organización
Internacional del Trabajo (OIT) creada en 1919 lo adhiere a su Constitución,
considerando que la justicia social es la base para una paz universal y permanente.
La seguridad jurídica.
Se puede concebir la seguridad de tres maneras. Se presenta desde luego como
seguridad por el derecho: es la seguridad contra el homicidio y el robo, es la seguridad
contra los peligros de la calle.
En este sentido, la seguridad es un elemento del bien común, y no tiene, por tanto, nada
que ver con nuestra materia. Hay, sin embargo, entre esta noción de seguridad y aquella
que vamos a contemplar, afinidades muy estrechas.
En efecto, la seguridad por el derecho presupone que el derecho mismo sea una
certeza.
Así, nuestra segunda definición entiende por seguridad la certidumbre del derecho que
exige la perceptibilidad cierta de la norma de derecho, la prueba, cierta de los hechos
de que depende su aplicación y la ejecución cierta de lo que ha sido reconocido como
derecho.
La certeza de que aquí se trata, es la del contenido del derecho en vigor; otra cosa es
la validez misma del derecho. Pero esta certeza sería ilusoria si, en no importa qué
momento, el legislador pudiera abolir el derecho. Por eso la certeza del derecho en vigor
tiene necesidad de ser completada por una cierta seguridad contra las modificaciones,
es decir, por la existencia de un aparato legislativo previsto de ciertas precauciones,
destinadas a poner obstáculo a las modificaciones -los recuerda el sistema de la
separación de poderes y de la prescripción de ciertos procedimientos tendientes a hacer
más difíciles las modificaciones a la Constitución.
Es cierto que nuestra tercera definición de la seguridad no es aplicada generalmente al
derecho objetivo sino al derecho subjetivo, en donde es calificada de principio de los
26 Vid. Marx, Carlos. “Crítica al Programa de Ghota”, en Marx Carlos y Engels, Federico. Obras Escogidas
en tres tomos, t. III. Editorial Progreso, Moscú, 1974, pp. 12-16.
27 zim://A/Justicia social.html#cite_note-Taparelli-6
13
derechos adquiridos, pero este principio conservador, aun reaccionario, no tiene
ninguna relación con nuestra materia. No hemos de ocuparnos de este principio sino en
tanto que él se orienta a evitar así la incertidumbre del derecho en vigor; es decir, la
seguridad con las modificaciones del derecho arbitrarias y efectuadas en todo momento,
o bien, y como ya hemos dicho, una cierta seguridad contra las modificaciones. Que sea
preciso hacer una distinción entre la seguridad y el bien común, al cual la seguridad se
encuentra frecuente y nítidamente opuesta, no hay necesidad de explicarlo largamente:
a menudo lo que en interés de la seguridad es summum jus, bajo el ángulo del bien
común, es summa injuria.
Es precisamente la seguridad la que a veces, hace que las leyes y el derecho se
trasmitan como un mal eterno. Existen, por otra parte, relaciones estrechas entre la
seguridad y la justicia, que llegan hasta encontrarse y confundirse. La seguridad exige
la misma generalidad de las normas que caracteriza a la justicia: porque sólo una norma
general es capaz de regular con anterioridad los hechos por venir, establece un derecho
futuro cierto. Por el contrario, un derecho incierto es al mismo tiempo injusto, porque no
puede asegurar para el porvenir un trato igual de hechos iguales. En este sentido, se
puede circunscribir la idea de la seguridad, como la igualdad ante la ley.
Por contra, la seguridad no es un valor absoluto primordial como la justicia. Por fuerte
que sea la tensión entre la seguridad y el bien común tomado en su sentido restringido,
el valor de la seguridad resulta, sin embargo, de su utilidad para el bien común tomado
en un sentido más amplio.
Así, los principios de justicia y de seguridad se encuentran anclados al lado de la idea
supraindividualista del bien común, como elementos individualistas de la idea del
derecho. No se encuentran anclados de una manera más sólida, pero ciertamente tan
sólida como las nociones del Estado de derecho, de los derechos subjetivos públicos,
de la independencia de los tribunales, de la naturaleza propia de las ciencias jurídicas
y, en fin, de la noción del derecho a secas, o sea, de una manera suficientemente sólida.
El bien común, la justicia y la seguridad, ejercen un condominum sobre el derecho, no
en una perfecta armonía, sino en una antimonia viviente. La preeminencia de uno u otro
de estos valores frente a otros, no puede ser determinada por una norma superior -tal
norma no existe-, sino únicamente por la decisión responsable de la época.
El Estado de policía atribuía la preeminencia al bien común, el derecho natural a la
justicia, y el positivismo a la seguridad. El Estado autoritario inaugura la nueva evolución
haciendo pasar de nuevo el bien común al primer plano; pero la historia nos enseña que
el contragolpe dialéctico no dejará de producirse, y que nuevas épocas, al lado del bien
común reconocerán a la justicia y a la seguridad un valor más grande que el que les
atribuye el tiempo presente. Justitia omnium est domina et regina virtutum.
Actividades de aprendizaje
1. Lee atentamente el siguiente planteamiento.
14
e) Por un ejemplo de derecho consuetudinario y valora su importancia en los
Estados Unidos Mexicanos.
3. Valora la importancia del bien común como fin del derecho.
4. Después de estudiar las teorías de justicia más importantes, responde:
a) ¿A cuál de ellas te adscribes? ¿Por qué?
b) ¿Cuál o cuáles de estas teorías se aplica en los Estados Unidos Mexicanos?
Argumenta.
5. Con relación a la seguridad jurídica, se plantea que ésta persigue obtener orden,
certeza, previsibilidad de los comportamientos de relevancia jurídica y la
protección de los bienes jurídicos. De manera que el individuo conoce o tiene
cierta garantía de que su persona, bienes y sus derechos no serán objeto de
ataques violentos o antijurídicos y, si lo son en el hecho, sabe que (con una alta
probabilidad) se sancionará al culpable y/o se repararán los perjuicios sufridos.
a) Algunos autores consideran que la seguridad o certeza jurídica es, el fin más
importante del derecho y el único propiamente jurídico. ¿Está de acuerdo o
en desacuerdo con esta afirmación? Explica.
b) Valora el estado actual del cumplimiento de esta finalidad del derecho en
México.
c) ¿Cómo considera que podría mejorarse la seguridad jurídica en la Unión de
Estados Mexicanos? Argumente.
Homero: En un pleito alguien gana y, por supuesto, alguien pierde, lo que significa
que el derecho solo garantiza que gane el mejor, el más capaz, pero sin hacer
trampas.
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c) ¿A qué principios debe obedecer la solución de conflictos en el derecho?
Fundamente su respuesta.
d) Ayuda con tres nuevas razones al estudiante que consideras acertado en sus
reflexiones, para que pueda convencer a su adversario.
1. Fuentes reales
Son los sucesos o situaciones que se dan en un grupo social y que en un momento
dado pueden determinar el contenido de la norma jurídica, ya que el Derecho debe
ajustarse a la realidad de pueblo donde surge, de tal manera que el sistema jurídico sea
adecuado a la realidad social, a la situación económica y cultural de un pueblo, de
manera que su existencia resulte útil y realmente aplicable.
Así, por ejemplo, el contenido del derecho del trabajo mexicano estuvo determinado, en
gran medida, por los conflictos de los trabajadores en la etapa de la guerra de
Independencia, la etapa de la Reforma y de la Revolución Mexicana, estas
circunstancias podrán considerarse como la fuente real del derecho laboral.
Como se ve en esta explicación, el Derecho surgió por medio de esta fuente real, dicho
de otro modo, nació a consecuencia de los acontecimientos o vivencias de los humanos
en sociedad.
2. Fuentes históricas
3 Fuentes formales
Son los procedimientos mediante los cuales se llegó a la creación de la norma jurídica,
estas fuentes son las siguientes:
a) La legislación.
b) La costumbre.
c) La jurisprudencia.
d) La doctrina.
e) Los principios generales del derecho.
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La legislación y el proceso legislativo
La legislación es el proceso mediante el cual los órganos del Estado, (el Congreso de
la Unión, que se conforma por la Cámara de Diputados y Cámara de Senadores), crean
las normas jurídicas generales, abstractas y obligatorias que integrarán la ley.
En nuestro sistema mexicano existen seis etapas para la creación de una ley, a saber:
iniciativa, discusión, aprobación, sanción, publicación e iniciación de la vigencia.
Al hablar del proceso legislativo surge la idea de un procedimiento que ha de seguirse
para la creación de las leyes federales o locales, acto que en nuestra Constitución se
consigna en los artículos 71 y 72, que a continuación se explican:
Las iniciativas presentadas por el Presidente de la República, por las Legislaturas de los
Estados o por las Diputaciones de los mismos, pasarán desde luego a comisión. Las
que presentaren los diputados o los senadores, se sujetarán a los trámites que designe
el Reglamento de Debates.
.
La iniciativa de ley es un proyecto que se presenta al Poder Legislativo para éste lo
estudie, analice y, en su caso, siguiendo el proceso que señala la Constitución Política
de los Estados Unidos Mexicanos, se convierta en ley; a la Cámara que primero recibe
el proyecto de ley se le llama Cámara de Origen.
b) Discusión es el acto por el cual las Cámaras deliberan acerca de las iniciativas, a fin
de determinar si deben o no ser aprobadas,11 debaten sobre la proposición que se les
ha hecho, exponiendo los puntos de vista que existan a favor o en contra de ella y
formulando los puntos de vista que consideran pertinentes para el perfeccionamiento
del proyecto.
Una vez que la iniciativa de ley ha sido estudiada, discutida y revisada por la Cámara
de Origen, si se considera que es prudente, se procede al siguiente paso del proceso
legislativo: la aprobación.
La aprobación pude ser total o parcial, la primera de ellas se da cuando aceptan que la
iniciativa, una vez discutida y analizada, fue autoriza por la Cámara de Origen para que
se apruebe la ley; la segunda, se da cuando la iniciativa de ley tiene observaciones, por
tal motivo elaborarán la propuesta de reformas o adiciones que se consideren
pertinentes y sea discutida nuevamente.
d) Sanción, una vez que la iniciativa de ley ha sido aprobada por las dos Cámaras, se
debe enviar el Ejecutivo para que éste ordene su publicación, y es el acto por el cual el
Presidente de la República manifiesta, mediante su firma, la aprobación del proyecto de
ley que le envían las Cámaras, a este hecho se le llama sanción
17
observaciones, y si la iniciativa también fuere confirmada por la misma mayoría, el
proyecto se declarará y será enviado al Ejecutivo para su promulgación; así, en caso de
que las observaciones sean aceptadas, el procedimiento será el mismo para el caso de
la revisión.
f) Promulgación, una vez que el proyecto de ley ha sido aceptado por el Poder Ejecutivo,
se procede a la promulgación, que es la aprobación expresa del Ejecutivo, donde se
manifiesta la orden de publicación y que se ejecute dicha ley.
g) Publicación, una vez que la ley fue promulgada, ésta debe ser puesta en conocimiento
de la población. Se publica en el Diario Oficial de la Federación, que es el medio de
comunicación que utilizan las autoridades federales para dar a conocer a la población
las resoluciones administrativas, las leyes y otros avisos de importancia general.
Respecto a la publicación de las leyes que emiten los Estados, éstas se realizan por
medio de la Gaceta de Gobierno del Estado.
h) Iniciación de la vigencia, aquí es donde la ley empieza a tener fuerza obligatoria para
toda la población.
En México, existen dos sistemas para que inicie la vigencia de una ley, a saber:
1. El sucesivo consiste en que la ley entra en vigor tres días después de la publicación
en el Diario Oficial de la Federación, en los lugares en los cuales no se publiquen el
diario oficial, se dará un día más por cada 40 kilómetros o fracción que exceda la mitad
de distancia entre el lugar de publicación y el sitio donde habrá de iniciarse la vigencia.
Este sistema está considerado en el artículo 3 del Código Civil Federal, y es utilizada en
el caso de que la ley no establezca la fecha en que entrará en vigor.
2. El sincrónico es cuando la propia ley señala el día que iniciará su vigencia, en este
caso, entrará en vigor en todos los lugares de su aplicación en la fecha establecida, esto
lo señala el artículo 4 del Código Civil Federal.
La costumbre
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1) Con arreglo a derecho, el poder reconoce la costumbre que ésta va acorde con lo
establecido en la ley, un ejemplo sería la celebración del uno de mayo, cuando se
conmemora el día del trabajo, ya que el artículo 74 de la Ley Federal del Trabajo
consigna que es día de descanso obligatorio, es una costumbre que marca la ley.
2) En contra del derecho. Aquí, la costumbre no tiene trascendencia jurídica, pues como
lo establece la ley, contra la observancia de una norma no se puede alegar desuso,
costumbre o práctica en contrario, un ejemplo sería el hacer huelga laboral todos los
mineros cuando se llevo a cabo el inicio de la Huelga de Cananea, este acontecimiento,
no justifica en la actualidad sea sancionado por la Ley Federal del Trabajo.
3) Como forma supletoria de la ley, en algunas ocasiones la costumbre puede suplir a
la ley, o mejor dicho complementarla, lo cual puede ocurrir cuando exista alguna omisión
o laguna en la ley, o cuando la misma remite a la costumbre, un ejemplo sería el que
artículo 10 de la Ley Federal del Trabajo, en él se consigna que el “patrón es la persona
física o moral que utiliza los servicios de uno o varios trabajadores. Si el trabajador,
conforme a lo pactado o a la costumbre, utiliza los servicios de otros trabajadores, el
patrón de aquél, lo será también de éstos”.
La jurisprudencia
La jurisprudencia puede ser de dos tipos: Interpretativas, ésta cumple con la función de
interpretar a la ley. E integradoras, su función es la de cubrir las lagunas que pudieran
existir en las leyes.
La doctrina
19
Son los estudios de carácter científico que los juristas realizan acerca del derecho, ya
sea con el propósito puramente teórico de sistematización de sus preceptos, ya con la
finalidad de interpretar sus normas y señalar las reglas de su aplicación.
En el sistema jurídico mexicano, la doctrina no tiene gran valor jurídico, toda vez que
no es obligatorio para los jueces y magistrados apegarse a los que ésta señala,
aunque sirve para documentarse y ampliar la cultura jurídica de los estudiosos en el
campo del Derecho.
El Código Civil del Distrito Federal establece de modo general como fuente formal del
Derecho, y con carácter supletorio, que “las controversias jurídicas del orden civil
deberán resolverse conforme a la letra de la ley o a su interpretación jurídica. A falta de
ley, se resolverá conforme a los principios generales del Derecho. Por ejemplo: la Ley
Federal del Trabajo señala lo siguiente:
Otro ejemplo del principio general del Derecho será el de Ignoratia legis non casat, que
quiere decir, la ignorancia de la ley no excusa de su cumplimiento.
Ámbitos de validez de las normas jurídicas.
Eficacia y validez
Para que exista derecho no basta con un simple agregado de normas, sino que se
requiere que éstas tengan relación y coherencia entre sí, que formen un sistema, no
importa lo primitivo o desarrollado que sea; y también es indispensable que los
miembros de la sociedad observen y cumplan esas normas. Cuando la observancia y el
cumplimiento están generalizados en la sociedad, se dice que estamos en presencia de
un sistema jurídico eficaz.
Los miembros de la sociedad deben obedecer u observar o aplicar las normas jurídicas
válidas, lo cual no implica que una norma jurídica que no sea obedecida, ni observada,
ni aplicada deje de tener tal carácter; simplemente estaremos en presencia de una
mayor o menor eficacia de dicha norma. No por el hecho de que las normas jurídicas
que prohíben el homicidio o el robo sean violadas dejan de ser normas jurídicas válidas.
La norma jurídica continuará siendo un mandato o una orden válida tanto para el que
viola la norma como para quien la respeta, por eso la obediencia, observancia o
cumplimiento de las normas jurídicas lo único que nos indica es que estamos en
presencia de un sistema jurídico eficaz, en una determinada sociedad. Así, hemos
distinguido los dos conceptos antes expuestos: la validez y la eficacia de la norma
jurídica.
20
La validez de ese sistema, por otra parte, está condicionada a que las normas jurídicas
emanadas de las primeras normas, las originarias, hayan sido expedidas conforme a
criterios establecidos por éstas. En este sentido, puede decirse que tales normas
originarias son el fundamento de validez de las normas creadas a partir de ellas. De esta
forma se puede trazar la diferencia entre eficacia y validez: hay eficacia cuando existe
observancia o cumplimiento generalizados, y validez cuando las normas de que se trate
hayan sido expedidas conforme a procedimientos previamente establecidos.
Podemos afirmar que el ámbito de validez de una norma es todo aquello que la misma
abarca. En este sentido, según los juristas, una norma jurídica puede abarcar un espacio
o territorio determinado, es decir, un ámbito espacial. También puede comprender algún
periodo (tiempo), es decir, un ámbito temporal. De la misma manera puede abarcar o
referirse a distintas personas, es decir, un ámbito personal. Por último, también las
normas jurídicas pueden comprender materias diferentes, es decir, un ámbito material.
Así, estamos en presencia de una doble limitación. El derecho en tanto producto cultural
de una sociedad determinada será aplicable a esa sociedad y la pretensión de que una
norma emitida por el legislador nacional pueda tener, por ese mismo hecho, validez y
eficacia más allá de su propia sociedad, es infundado.
Cada uno de estos órdenes de gobierno (federal, estatal y municipal) tiene facultades
distintas que se encuentran en nuestra constitución, la cual expresa el pacto federal que
los une y establece las facultad es que les corresponden a las autoridades de cada uno
de los órdenes de gobierno. Las leyes federales son expedidas por el Congreso de la
Unión y son válidas para toda la República, es decir, para todo el país o el territorio
nacional. Por su parte, las leyes estatales son expedidas por los diputados locales que
se agrupan en la legislatura de cada uno de los estados —y en el caso del Distrito
21
Federal son aprobadas por los diputados locales de la Asamblea Legislativa— y tienen
validez en cada una de las entidades federativas. Dicho de otra manera, su ámbito
espacial de validez es cada uno de los estados de la república según corresponda. Y,
por último, las leyes municipales son expedidas por los diferentes ayuntamientos de
cada uno de los municipios y tienen validez en los mismos, cumpliéndose de esta
manera los tres ámbitos de validez espacial que al territorio nacional corresponden,
según los ordenamientos constitucionales: el federal, el estatal o local y el municipal.
Ámbito temporal de la norma. Así como la norma jurídica sólo tiene validez y eficacia en
una sociedad determinada, también en esta sociedad tiene otra limitación: la del tiempo.
Una norma entra en vigor a partir de una fecha cierta y deja de estar en vigor a partir de
otra fecha distinta. Hemos señalado que una norma jurídica tiene una vigencia
determinada, que está en vigor durante un lapso dado. Puede tratarse de normas
expedidas para que tengan una duración determinada y, por tanto, en el momento de
su expedición se señalará el tiempo de su vigencia y llegado su término, dejarán de
estar en vigor. Pero la gran mayoría de normas jurídicas son expedidas en una fecha
sin señalar su tiempo de vigencia hasta que, por otra ley, son derogadas. La vigencia
de una ley puede ser corta o larga. La Ley de Ingresos de la Federación tiene una
vigencia limitada a un año; en cambio el Código de Comercio fue expedido en 1887 y
todavía, en muchas de sus partes, está en vigor.
Ámbito personal de la norma. La norma jurídica tiene validez para toda la sociedad o
para una parte de ella. Esta limitación de tipo personal, ya lo dijimos, tiene implícita la
razón de orden cultural que está siempre atrás del derecho. Cuando el artículo 1º de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos establece que en México “todo
individuo gozará de las garantías que otorga esta Constitución…”, está afirmando que
dentro del territorio nacional el precepto constitucional será aplicable a todos los
individuos. Esto quiere decir que se trata de una norma de validez general para todos
los individuos, pero sólo para aquellos que se encuentren dentro del territorio nacional,
y no para otros. En este sentido estaremos en presencia de una norma jurídica que vale
para ciertos individuos (todos aquellos que se encuentren dentro del territorio nacional),
ya que de otra forma sería una norma válida para todo el género humano, que no es el
caso de las normas jurídicas nacionales o estatales a las que ahora nos referimos.
Al mismo tiempo, en este ámbito personal de validez, la norma jurídica puede referirse
a todos los individuos dentro del territorio nacional o a una parte de ellos. Esto último es
lo más común. Así, por ejemplo, las normas jurídicas tendrán como destinatarios a los
individuos que contraten, o a los que paguen impuestos o a los mayores de edad o a los
extranjeros, o a los comerciantes, etcétera.
22
- Genéricas: Son las que obligan o facultan a todos los comprendidos dentro de la
clase designada por el concepto-sujeto de la disposición. Provienen de la ley,
costumbre, reglamentos, jurisprudencia obligatoria.
- Individualizadas: Obligan o facultan a uno o varios miembros de una clase,
individualmente determinados. Provienen de actos jurídicos, resoluciones
administrativas y judiciales y decretos.
Una norma puede ser individualizada en cuanto a los facultados y genérica en los
obligados o viceversa. Las normas individualizadas también se clasifican en públicas y
privadas. Son privados los actos jurídicos entre particulares. Públicas las resoluciones
judiciales y administrativas así como los tratados internacionales.
Distinciones más específicas -y por tanto, más precisas- son, por ejemplo, normas de
carácter administrativo tales como la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal,
que establece de qué forma se integra ese tipo de administración y cuáles son las
facultades que tiene cada Secretaria de Estado o cada departamento. Podemos decir
que esta ley tiene normas típicamente de contenido material público, o dicho en otras
palabras, se trata de normas jurídicas cuyo contenido material es el derecho público.
Por otro lado, hay normas cuyo ámbito material de validez es de derecho típicamente
privado; por ejemplo, las relativas a la compraventa, las que regulan la permuta, el
mutuo, etcétera.
Desde otra perspectiva, el ámbito material de validez de la norma jurídica puede ser
analizado cuando su contenido interesa o no a toda la sociedad, o sólo a personas
determinadas que requieren que dichas normas les sean aplicadas. Así, por ejemplo, la
sociedad está empeñada en que la regulación de las relaciones de trabajo, la protección
del ambiente, etc., sean de interés público, lo que no sucede cuando dos personas
deciden celebrar un contrato de compraventa de un automóvil o han decidido permutar
dos objetos de valor personal.
Actividades de aprendizaje
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2. Compare las fuentes históricas con las fuentes reales del derecho.
3. Con relación a las fuentes formales del derecho, diga ¿Cuál considera más
importante? ¿Por qué?
24
6. ¿En qué se diferencia la eficacia del derecho de su validez?
Preguntas:
a) ¿Estás de acuerdo o en desacuerdo con el mismo? Argumenta.
b) ¿En qué se diferencia la validez personal de la espacial? Explica.
25
territorio nacional, corresponde originariamente a la Nación, la cual ha tenido y tiene el
derecho de transmitir el dominio de ellas a los particulares, constituyendo la propiedad
privada.
En el mismo ordenamiento jurídico en el artículo 42, nos señala que el territorio nacional
comprende:
I. El de las partes integrantes de la Federación.
II. El de las islas, incluyendo los arrecifes y cayos en los mares adyacentes.
III. El de las islas de Guadalupe y las de Revillagigedo situadas en el Océano Pacífico.
IV. La plataforma continental y los zócalos submarinos de las islas, cayos y arrecifes.
V. Las aguas de los mares territoriales en la extensión y términos que fija el Derecho
Internacional y las marítimas interiores.
VI. El espacio situado sobre el territorio nacional, con la extensión y modalidades que
establezca el propio Derecho Internacional.
2. Población
Es el conjunto de personas que pertenecen a un Estado, es decir, su población que se
clasifica en extranjeros residentes en el territorio y los mismos nacionales.
El artículo 30 de nuestra Constitución clasifica los tipos de nacionalidad mexicana que
se adquieren, y son por nacimiento o por naturalización:
A) Son mexicanos por nacimiento:
I. Los que nazcan en territorio de la República, sea cual fuere la nacionalidad de sus
padres.
II. Los que nazcan en el extranjero, hijos de padres mexicanos nacidos en territorio
nacional, de padre mexicano nacido en territorio nacional, o de madre mexicana nacida
en territorio nacional.
III. Los que nazcan en el extranjero, hijos de padres mexicanos por naturalización, de
padre mexicano por naturalización, o de madre mexicana por naturalización.
IV. Los que nazcan a bordo de embarcaciones o aeronaves mexicanas, sean de guerra
o mercantes.
B) Son mexicanos por naturalización:
I. Los extranjeros que obtengan de la Secretaría de Relaciones carta de naturalización.
II. La mujer o el varón extranjeros que contraigan matrimonio con varón o con mujer
mexicanos, que tengan o establezcan su domicilio dentro del territorio nacional y
cumplan con los demás requisitos que al efecto señale la ley.
Es así como el Estado mexicano clasifica a su población de acuerdo con la carta magna,
y como ya lo estudiamos, la carta magna es la ley suprema de la nación y en ella se
basa la estructura jurídica del Estado y las garantías que amparan de los ciudadanos y
residentes de nuestro país.
1. Poder
El poder es la voluntad que dirige a la sociedad. El estado ejerce un don de imperium
(sobre las personas) y de dominium (sobre las cosas). El poder simple, o no coactivo,
tiene capacidad de dictar normas a sus miembros, pero no está en condiciones de
asegurar su cumplimiento; los medios para sancionar sus mandatos son disciplinarios.
El poder de dominación es irresistible; sus mandatos se expiden con una pretensión
absoluta de validez y pueden ser impuestos de manera coactiva y violenta. La soberanía
es un atributo esencial del poder político; el poder soberano es el supremo e
26
independiente. Tiene dos manifestaciones: hacia fuera. El poder está limitado pues no
puede autodestruirse. Que el estado se sujete al orden jurídico no implica destrucción
de su soberanía, sino autolimitación, derivada de su autonomía
La soberanía nació a finales de la Edad Media como el sello distintivo del Estado
nacional. La soberanía fue el resultado de las luchas que se dieron entre el rey francés
(soberano) y el imperio; el papado y los señores feudales. De esas luchas nació un
poder que no reconocía a otro superior o por encima de él. La idea de soberanía es un
concepto polémico, tal y como afirmó Jellineck. La soberanía es la instancia última de
decisión. La soberanía es la libre determinación del orden jurídico o, como afirma
Hermann Heller es ''aquella unidad decisoria que no está subordinada a ninguna otra
unidad decisoria universal y eficaz''. Las constituciones persiguen resolver los
problemas de su época. La Constitución mexicana de 1917, se ocupa de la idea de la
soberanía en el artículo 39 que dice: ''La soberanía nacional reside esencial y
originalmente en el pueblo. Todo poder público dimana del pueblo y se institye para
beneficio de éste. El pueblo tiene en todo tiempo el inalienable derecho de alterar o
modificar la forma de su gobierno''. ¿Qué significa que la soberanía nacional reside
esencial y originariamente en el pueblo?, ¿son los conceptos de nación y pueblo
equivalentes?, ¿qué es la soberanía nacional? Al concepto de nación se le otorgo un
significado esencialmente conservador; lo usaron los contrarrevolucionarios franceses
y los monárquicos de aquel entonces. La nación, entendían esos pensadores, era la
historia del país, la cual tenía el derecho de permanencia, de impedir cualquier
movimiento violento que pudiera romperla.
En cambio, la noción del pueblo es el pensamiento de Rousseau, es la idea de libertad,
es el anhelo de los hombres por alcanzar la felicidad y realizar un destino. Encarga el
ejercicio de algunas de esas facultades y atribuciones a aquellos funcionarios públicos
que establece; pero conservando siempre la soberanía, de manera que ésta reside
constantemente en el pueblo''. La idea que pasó íntegramente a la Constitución vigente
de 1917, no fue la concepción histórica francesa, sino la idea de pueblo de Juan Jacobo
Rousseau.
Así, la soberanía reside esencialmente en el pueblo, tal y como lo señala el artículo 39
de la constitución, todo poder público dimana del pueblo y se instituye para beneficio de
éste. El pueblo tiene en todo tiempo el inalienable derecho de alterar o modificar la forma
de su gobierno.
El pueblo nunca delega su soberanía sino que nombra sus representantes, los cuales
están bajo sus instrucciones y mando.
En artículo 41 de la Constitución Federal, encontramos que: El pueblo ejerce su
soberanía por medio de los Poderes de la Unión, en los casos de la competencia de
éstos, y por los de los Estados, en lo que toca a sus regímenes interiores, en los términos
respectivamente establecidos por la Constitución Federal, y las particulares de los
Estados, las que en ningún caso podrán contravenir las estipulaciones del Pacto
Federal.
Ahora bien, son poderes de la Unión los señalados en el artículo 49 Constitucional:
Poder Legislativo, Ejecutivo y Judicial.
El Poder Legislativo de los Estados Unidos Mexicanos se deposita en el Congreso de la
Unión, el cual se divide en dos Cámaras, una de 500 Diputados y otra de 128 Senadores.
El Poder Ejecutivo se deposita en un sólo individuo, que se denomina Presidente de los
Estados Unidos Mexicanos.
Y el Poder Judicial de la Federación se configura en la Suprema Corte de Justicia de la
Nación, en un Tribunal Electoral, en Tribunales Colegiados y Unitarios de Circuito y en
Juzgados de Distrito.
27
El Estado Mexicano
La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos establece que es voluntad del
pueblo constituirse en una República representativa, democrática, federal, compuesta de
Estados libres y soberanos en todo lo concerniente a su régimen interior, pero unidos en
una Federación establecida según los principios de la misma Constitución. También
establece que los Estados adoptarán para su régimen interior, la misma forma de gobierno
republicano, representativo y popular, teniendo como base de su división territorial y de
su organización política y administrativa, el Municipio libre.
En este capítulo veremos cómo es la forma de gobierno de nuestra nación.
1. Organización política-administrativa
Las Partes Integrantes del Estado Mexicano son:
Treinta y dos Entidades Federativas (31 Estados autónomos y 1 Distrito Federal), y son
los Estados de Aguascalientes, Baja California, Baja California Sur, Campeche,
Coahuila, Colima, Chiapas, Chihuahua, Durango, Guanajuato, Guerrero, Hidalgo,
Jalisco, México, Michoacán, Morelos, Nayarit, Nuevo León, Oaxaca, Puebla, Querétaro,
Quintana Roo, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Tabasco, Tamaulipas, Tlaxcala,
Veracruz, Yucatán, Zacatecas y el Distrito Federal.
2. Forma de gobierno
La forma de gobierno ha sido definida como la configuración del ejercicio y organización
del poder político según una interpretación ideológica en su estructura social.
En México, la forma de Estado y de gobierno la define el artículo 40 de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos al establecer lo siguiente: Es voluntad del
pueblo mexicano constituirse en una República representativa, democrática, federal,
compuesta de Estados libres y soberanos en todo lo concerniente a su régimen interior;
pero unidos en una federación establecida según los principios de la Constitución.
Por lo que se refiere a la organización de los Estados, todas las Constituciones locales
consagran la reconocida división de tres poderes:
1. El Poder Legislativo está depositado en una sola asamblea, llamada legislatura o
congreso; los periodos de sesiones son uno o dos, anualmente, y la Comisión
Permanente existe en todas las Constituciones. Las legislaturas locales están
autorizadas para legislar en todo aquello que la Constitución Federal no somete a los
Poderes de la Unión. Aparte de esto pueden legislar en lo que expresamente les asigna
la Constitución Federal; por ejemplo, sobre el propio Código Civil de cada entidad.
2. El Poder Ejecutivo está depositado en el Gobernador del Estado, cuyas facultades y
obligaciones se inspiran en las que emanan de la Constitución Federal; cabe destacar
que este poder reconoce al Presidente de la República. Por otro lado, en todas las
Constituciones se reconoce al Gobernador el derecho de veto. El Secretario de
Gobierno es quien lo representa cuando la legislatura requiere su presencia.
3. El Poder Judicial está integrado por los Magistrados del Tribunal Superior de Justicia,
los cuales son designados libremente por la legislatura, y en algunos casos a propuesta
del Ejecutivo. Sus funciones son las propias de jueces de segunda instancia y además
conocen de las acusaciones contra los funcionarios con inmunidad, previo el desafuero
por parte de la legislatura.
El artículo 115 de la Constitución Federal, dice que los Estados adoptarán para su
régimen interior, la forma de gobierno republicano, representativo, popular, teniendo
como base de su división territorial y de su organización política y administrativa, al
Municipio libre.
28
Cada Municipio será gobernado por un Ayuntamiento de elección popular directa,
integrado por un Presidente Municipal y el número de regidores y síndicos que la ley
determine. La competencia que la Constitución otorga al gobierno municipal se ejercerá
por el Ayuntamiento de manera exclusiva y no habrá autoridad intermedia alguna entre
éste y el gobierno del Estado.
El municipio goza de una descentralización gubernativa en cuanto a que se gobierna
por sí mismo, pero no tiene autonomía para legislar, tan solo normar sus propios
reglamentos.
El Estado de Derecho
Por Estado de Derecho se entiende aquella construcción del Estado en la que el poder,
la fuerza bruta, se somete a la ley, al Derecho, dentro de esa continua pugna histórica
dialéctica en que se encuentran el Derecho y el poder. El Estado de Derecho adopta
distintas versiones históricas: desde el Estado liberal de Derecho decimonónico,
pasando por el Estado social de Derecho, hasta llegar, a modo de síntesis, al actual
Estado social y democrático de Derecho.
Cada uno de los modelos de Estado, que rápidamente se han enumerado y se
examinarán en estos epígrafes, ha supuesto un peculiar fundamento del Derecho penal
y, en consecuencia, determinadas posibilidades de concebir la función de la sanción
penal, lo que confirma la verdad de la aserción de que el fundamento y la finalidad del
castigo estatal dependen de la función que se atribuye al Estado.
a) El Estado liberal de Derecho decimonónico
29
Tras la caída de las monarquías absolutas del Ancièn Régime y después de la
Revolución Francesa surge como construcción teórica y realidad política el Estado de
Derecho, que en su primera fase se manifiesta como Estado liberal de Derecho 4. Como
el propio nombre indica, la idea rectora en él imperante es la libertad a todos los niveles:
económico —con el Liberalismo económico y la Escuela Fisiócrata—, político y
constitucional.
La meta es buscar el máximo de libertad permitido dentro del único límite del respeto de
la libertad de los demás. De ahí que el eje en torno al que gire todo sea el individuo,
debiendo limitarse el Estado a garantizar «formalmente» el respeto de las reglas de
juego que permitan el ejercicio de la libertad de todos. El Estado será un Estado
abstencionista, neutral.
El período de entreguerras —entre las dos guerras mundiales que marcaron el siglo XX—
tuvo como protagonistas a los totalitarismos — fascismo italiano, nacionalsocialismo alemán
y comunismo soviético—. Superada esta etapa y tras la segunda gran guerra surge con Lord
Beveridge el Estado de Bienestar Social, en el que el aparato estatal deja de buscar
exclusivamente la libertad a través de garantías formales, para indagar y perseguir la
igualdad y el contenido material de estos principios.
No basta con remover los obstáculos ni con una igualdad formal ante la ley. Hay que
promover también las condiciones para que dicha libertad y la igualdad sean reales y
efectivas, de un modo, más que uniforme, proporcional, compensando las inevitables
desigualdades reales de partida que da la naturaleza: distinta distribución del talento, la
suerte, la riqueza, etc. Para lograr este objetivo el Estado debe intervenir, ser un Estado
tutor.
Se trata de un modelo de Estado que pretende aunar, superándolos, los modelos del Estado
liberal y del Estado social. Del Estado liberal adopta, sin duda, la idea de Estado de Derecho,
es decir, la exigencia de garantías formales, ciertos límites que aseguren defender a la
sociedad del Estado. Si el principio que regía la función del Estado liberal era la limitación
de la acción del Estado, el Estado social se erige a continuación en motor activo de la vida
social, para ocuparse, junto a exigencias formales, de la efectividad de lo consagrado por
ellas. Se pasa de un Estado-árbitro imparcial, del Estado-guardián, cuyo lema era no
interferir — propio del Liberalismo— a un Estado intervencionista que deviene Welfare State
—Estado de Bienestar Social—. Históricamente, el Estado liberal y el social se hallan en la
relación dialéctica de tesis y antítesis, viniendo el Estado social y democrático de Derecho
a constituir la síntesis de este proceso dialéctico.
Actividades de aprendizaje
1. ¿Si tuviera que elegir, a cuál de los conceptos citados de Estado Usted se
adscribiría? Argumente.
2. Elabore un mapa conceptual con los elementos del Estado mexicano y caracterice
uno de ellos.
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señalando que “por Estado debe entenderse además del aparato gubernamental
también el aparato ‘privado’ de hegemonía o sociedad civil”.
a) ¿Estás de acuerdo o en desacuerdo? Argumenta.
b) ¿Qué papel desempeña la sociedad civil en el Estado de Derecho mexicano?
Explica.
4. Con relación al poder se señala:
“el poder ofrece siempre ventajas a quien lo tiene, pero el problema es mucho más
profundo porque no siempre los móviles coinciden con la realidad objetiva que
acompaña al ejercicio del poder y, por supuesto, el ejercicio del poder es una
resultante de interacción entre sujetos que está condicionada por ciertas
condiciones socio-históricas. La máxima atención por tanto debe recaer no sobre el
problema de determinar el interés concreto de los individuos que ejercen o se valen
del poder político, sino de los intereses que con éste objetivamente se defienden”.
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elegidos democráticamente, los depositarios de esa soberanía en las Cortes Generales:
el Congreso de los Diputados y el Senado. Pero si es así, ¿cómo se explica que se
apliquen reformas que lo perjudican sin consultarle? ¿Cómo explicas las
manifestaciones y los parados de hoy?”
“El estado es un instrumento de dominación de los que tienen sobre los que no tienen,
y el derecho, la voluntad de la clase dominante erigida en ley, esa es la pura verdad”,
concluyo José María.
Todo ello llenó de confusión a Alberto, que había estudiado que el Estado persigue
preservar y defender el bien común, y que en la democracia gobierna el pueblo a través
de sus representantes. De regreso a México, Alberto le contó a uno de los profesores
de la OMI quién le interpeló con cuestiones que deberá Usted también responder:
BIBLIOGRAFÍA
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http://www.teleley.com/articulos/art_160708-15.pdf
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http://unidepzihua-introduccion.blogspot.mx/
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