La Evolución Biológica
La Evolución Biológica
Antonio Barbadilla
Nada
tiene
sentido
en Pocas ideas han cambiado tan profundamente nuestra visión de la
biología si
no es a la naturaleza como la misma idea de cambio que implica la evolución
luz de la de los seres vivos. Los organismos biológicos se agrupan en
evolución unidades naturales de reproducción que denominamos especies.
Las especies que ahora pueblan la Tierra proceden de otras
especies distintas que existieron en el pasado, a través de un
proceso de descendencia con modificación. La evolución
biológica es el proceso histórico de transformación de unas
especies en otras especies descendientes, y su reverso es la
Theodosio
extinción de la gran mayoría de las especies que han existido. Una
us
Dobzhans de las ideas más románticas contenidas en la evolución de la vida
ky es que dos organismos vivos cualesquiera, por diferentes que
sean, comparten un antecesor común en algún momento del
pasado. Nosotros y cualquier chimpancé actual compartimos un
antepasado hace algo así como 5 millones años. También tenemos
un antecesor común con cualquiera de las bacterias hoy
existentes, aunque el tiempo al antecesor se remonte en este caso
a más de 3000 millones de años.
La idea de evolución por modificación y derivación de nuevas
especies implica la existencia de antepasados comunes para
cualquier par de especies. Hay un antepasado común del
hombre y el chimpancé, y del hombre y las bacterias.
La revolución darwiniana
Aunque la idea de la evolución tenía precedentes, no fue hasta
1859, con la aparición de la obra El origen de las especies del
naturalista británico Charles Darwin, que la idea de la evolución se
estableció definitivamente. Darwin recopiló e interpretó un gran
número de observaciones y experimentos de muy diversas
disciplinas de investigación y los presentó como un argumento
irrefutable en favor del hecho de la evolución. Pero Darwin
suministró además un mecanismo para explicar las adaptaciones
complejas y características de los seres vivos: la selección natural.
¿Qué significó la teoría de la evolución y de la selección natural en
el contexto de la biología del siglo XIX? En 1802 el teólogo W.
Paley publica la obra Teología natural, en donde arguye que el
diseño funcional de los organismos evidenciaba la existencia de un
creador omnisapiente. Según él, el ojo humano, con su delicado
diseño, constituía una prueba concluyente de la existencia de Dios.
Para los naturalistas que querían explicar los fenómenos biológicos
por procesos naturales, explicar la adaptación, la maravillosa
adecuación de los organismos a su ambiente, constituía el
problema fundamental.
El pensamiento poblacional
Charles Darwin
El estudio de la evolución
Los estudios y afirmaciones acerca de la evolución generalmente
se refieren a uno de dos aspectos distintos: (1) las investigaciones
acerca del hecho de la evolución y (2) las que se refieren al
mecanismo de la evolución. Las primeras abarcan las disciplinas
biológicas, tales como la paleontología, la clasificación, la biología
comparada, la biología de poblaciones,... que muestran de manera
inequívoca el hecho de la evolución. Las segundas, las
afirmaciones acerca del mecanismo de la evolución, son el objeto
principal de estudio de la genética de poblaciones, y nos informan
de los factores, fuerzas o procesos que producen el cambio
evolutivo, es decir, los mecanismos naturales que causan la
descendencia con modificación. Una analogía cotidiana que ilustra
esta distinción es la del tiempo meteorológico. Las precipitaciones,
los vientos, las gotas frías, los tifones, son las evidencias que
constituyen las afirmaciones de hecho del tiempo atmosférico.
Ahora bien, si queremos explicar el porqué se dan los diferentes
fenómenos meteorológicos, entonces nos tenemos que introducir
en el ámbito de las afirmaciones del proceso o de los mecanismos
meteorológicos. Debemos proponer los factores, tales como las
diferencias de temperatura entre distintas masas de aire, que
producen los fenómenos meteorológicos.
La evidencia de la evolución
El registro fósil
El tiempo geológico
El sistema linneano
Filogenia molecular
El movimiento creacionista
Evolución humana
Las semejanzas morfológicas, bioquímicas, y genéticas sitúan al
ser humano en el orden de los primates de la clase mamíferos.
Dentro de los primates, son el chimpancé, el gorila y el orangután,
sus parientes más próximos. Los datos de comparación de
secuencias muestran que hay una similitud del 98,5% entre el
DNA humano y el del chimpancé. Esta semejanza es mayor que la
que existe entre el chimpancé y el gorila o el gorila y nosotros, por
lo que el chimpancé y los humanos compartimos un antecesor
común más reciente que ambos con los gorilas. Esta cercanía, que
se ha estimado en 5M de años, es mucho mayor de lo que se había
inferido sólo con datos morfológicos, y muestra la capacidad de los
datos de DNA para desvelar relaciones de parentesco. En la
evolución humana existen dos grandes adquisiciones, la marcha
bípeda, y el desarrollo extraordinario del cerebro. El registro fósil
nos muestra que la postura erguida precedió al desarrollo cerebral
y que África es la cuna de la humanidad. El Australopithecus, de
una antigüedad de 1,5-5M de años es el primer mono antropoide
de marcha bípeda. Su capacidad craneal era similar a la del
chimpancé y gorila actual. El Homo habilis y el Homo erectus son
las líneas que siguen cronológicamente hasta la llegada de nuestra
especie, Homo sapiens, hace 100.000 años.
DNA del hombre de Neandertal
El futuro de la evolución
Con la aparición del cerebro humano se produce un hecho
singular: el surgimiento de la conciencia objetiva en la
biosfera. Somos chispas de conciencia en un Universo que
hasta nuestra irrupción era ciego y sordo a su devenir. Por
primera vez, y en un sentido recursivo, el universo se piensa
a si mismo cuando descubrimos su existencia de igual forma
que nosotros nos pensamos y descubrimos con nuestro
cerebro. Esto constituye el momento más trascendental de
toda la evolución. El pensamiento científico que resulta de la
actividad de mentes que trabajan en colaboración para
entender la realidad física, biológica y mental de nuestro
universo nos conduce a niveles de conciencia superiores.
Como señala Mosterín (2005), nos dirigimos hacia a una
conciencia cósmica, donde se alcanzarán planos superiores
de empatía, alegría y lucidez.
Darwinismo y Creacionismo
Bibliografía recomendada
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