Final Administrativo 2
Final Administrativo 2
Final Administrativo 2
Procedimiento administrativo: Es la sucesión ordenada de actos y tareas materiales y técnicas cumplidas por o ante los
órganos administrativos, tendientes al ejercicio de la función administrativa. Existen dos tipos de procedimientos:
a) Procedimiento constitutivo: Originan el acto administrativo; b) Procedimiento impugnativo: Se utiliza para impugnar
actos administrativos, hechos u omisiones. Etapas internas de la administración pública.
Clases de procedimientos administrativos: 1) Generales o especiales: El procedimiento general son todos aquellos que se
rigen por la ley 19.549, se aplicarán ante los órganos de la administración pública, entes autárquicos, órganos centralizados
y descentralizados. La excepción, procedimientos especiales: organismos militares, defensa, seguridad, AFIP, inteligencia
(tienen su propia ley, reglamento o decreto); 2) Declarativos y ejecutivos: Los primeros van hacia una decisión definitiva,
los segundos tienden a ejecutar un acto; 3) De control interno y externo: Interno como vamos a crear, formar un acto
administrativo. Y externo, se relaciona al comienzo de la ejecución del acto; 4) Gestión Interna y gestión externa: La
primera radica en una cuestión técnica del control que se ejerce dentro de la administración, para fiscalización de
los órganos. La gestión externa cuando los actos trascienden el status del administrado;5) Procedimiento de
formación que tiene que ver con el nacimiento del acto administrativo; 6) Procedimiento recursivo: es el también llamado
de impugnación cuando se impugnan todos los actos que el interesado cree que lesionan sus los derechos. Aquí el
administrado inicia la vía ante el mismo órgano que dictó el acto o ante un superior, buscando la revocación del acto.
La legislación en materia de procedimientos administrativos en el orden Nacional y en las Provincias: La casi totalidad de
nuestras provincias posee una ley sobre procedimientos administrativos. También la tiene la Nación, que recién en el año
1972 tuvo su legislación integral sobre procedimientos administrativos; antes de esa fecha la Nación sólo tuvo disposiciones
parciales sobre la materia.
Ley de Ética Pública, N° 25.188, en relación al procedimiento administrativo: Artículo 2: Deberes y pautas de
comportamiento ético: Cumplir y hacer cumplir estrictamente Constitución Nacional, las leyes y los reglamentos que en su
consecuencia se dicten y defender el sistema republicano y democrático de gobierno; Velar en todos sus actos por los
intereses del Estado, orientados a la satisfacción del bienestar general, privilegiando de esa manera el interés público sobre
el particular; Fundar sus actos y mostrar la mayor transparencia en las decisiones adoptadas, salvo que una norma o el
interés público lo exijan; Observar que en los procedimientos de contrataciones públicas intervengan los principios de
publicidad, igualdad, concurrencia, razonabilidad.
Otros principios: celeridad, economía, sencillez y eficacia en los trámites: El principio de eficacia en la actuación
administrativa tiene como objeto inmediato hacer más eficiente dicha actuación y la participación de los interesados. Como
consecuencia del principio de eficacia, se imponen los principios de: a) Celeridad: que apunta a los procedimientos sean
rápidos, tratando de llegar en el menor tiempo posible a la decisión final; b) Economía y sencillez: de esta manera se evita
que los trámites sean lentos y prolongados, sin complicaciones innecesarias e inútiles dilaciones. Debiendo evitarse
complicaciones, costosos o lentos trámites administrativos burocráticos que dificultan el desenvolvimiento del expediente.
Nulidad: La acción para impugnarlo judicialmente es imprescriptible. Su extinción produce efectos retroactivos. La
administración puede revocarlo por razones de ilegitimidad en todo momento. El acto no es susceptible de ratificación o de
confirmación. El vicio es insanable.
Anulabilidad: La acción para impugnarlo judicialmente prescribe a los dos años; Los términos para recurrirlo
administrativamente expiran en sus plazos normales; Su extinción produce efectos sólo para el futuro; Es susceptible de
convalidación, ratificación o saneamiento. No procede la revocación cuando el acto ha reconocido derechos subjetivos y
reúne las demás condiciones de la llamada cosa juzgada administrativa (firme y consentido); aquí la administración puede
presentarse ante la justicia a pedir la anulación de su propio acto, siempre que la acción no haya prescripto.
Saneamiento: (Artículo 19 de la ley 19.549) El acto administrativo anulable pude ser saneado mediante:
- Ratificación: Es el acto por el cual la autoridad competente reconoce como propios los actos realizados por otra autoridad
que era incompetente para dictarlos. Lo ratifica el órgano superior siempre que sea admisible la avocación y la delegación.
- Confirmación: El órgano que dicta el acto subsana el vicio que lo afectaba.
Los efectos del saneamiento son retroactivos.
Conversión: (Artículo 20 de la ley 19.549) Si los elementos válidos de un acto administrativo nulo permitieren integrar otro
que fuere válido, podrá efectuarse su conversión. La conversión tendrá efecto para el futuro y no retroactivo.
Sujeto administrativo: es el órgano quién dirige y ante el cual se debe desarrollar el procedimiento administrativo, y al que
le corresponde dictar el acto administrativo que le ponga fin.
Competencia: Es el conjunto de aptitudes que debe tener el órgano para cumplir sus funciones. La competencia determina
los límites de actuación del órgano, es para el órgano, lo que la capacidad es para las personas.
Sus caracteres son: a) Reglada; b) Improrrogable e indelegable; c) Obligatoriedad de su ejercicio: su ejercicio no resulta
facultativo; d) De orden público; e) Irrenunciable: del efectivo ejercicio depende la satisfacción de las necesidades públicas.
Clasificación: a) Material: por la naturaleza de los actos; b) Territorial: por la porción geográfica que le fue asignada; c) De
grado: Por la escala jerárquica de la organización administrativa; d) Según el tiempo: está determinada por el lapso en que
puede ejercer la función administrativa un órgano.
Delegación: (Art. 3 de la L.N.P.A.) Cuando un órgano confiere a sus inferiores o a otro órgano de igual jerarquía, alguna de
las atribuciones que le han sido conferidas. Se trata de un instituto de excepción al principio de indelegabilidad de la
competencia. La delegación debe ser expresa, clara, concreta, respecto de las tareas que se delegan, procediendo su
notificación o publicación. Lo que se delega es el ejercicio de la tarea, no la totalidad de la función. Por ello, los actos
provenientes de un órgano que actúa en función delegada se consideran provenientes del órgano delegante, quien es
responsable de mantener la coordinación y el control del ejercicio de la competencia transferida. No debe confundirse
delegación con desconcentración, la delegación es siempre transitoria; la desconcentración es permanente, general,
abstracta y normal. No procede la delegación cuando se trate de: a) Dictar disposiciones reglamentarias, que establezcan
obligaciones para los administrados; b) Atribuciones inherentes al carácter político de la autoridad; c) Atribuciones
delegadas, salvo autorización expresa; d) La totalidad de la competencia del órgano; e) Las competencias esenciales del
órgano, que le dan nombre o justifican su existencia; f) Órgano colegiado.
Sustitución: Mediante ella, un órgano superior dispone la transferencia de la competencia de un órgano a otro de igual
jerarquía, por razones legales o cuando las necesidades del servicio lo exijan. El ejemplo más claro de esta figura aparece en
la excusación o recusación de un funcionario.
Avocación: Constituye una excepción a la improrrogabilidad de la competencia y consiste en el acto mediante el cual el
superior jerárquico, por cualquier causa asume la competencia que le corresponde al inferior. Es siempre procedente, salvo
norma expresa en contrario, por ejemplo cuando: la competencia es atribuida al órgano en razón de su específica
idoneidad; cuando hubiere un recurso planteado ante el inferior, y cuando ha habido desconcentración.
Recusación y Excusación: (Art. 6 ley 19.549) Es posible dentro del procedimiento administrativo, su fin es garantizar la
imparcialidad y objetividad de los funcionarios públicos. Provocan la separación en el procedimiento, siempre que
concurran causas fundadas y los motivos legalmente establecidos en los artículos 17, 18, 30 del CPCC. Las resoluciones que
se dicten con motivo de los incidentes de recusación o excusación y las que los resuelvan, serán irrecurribles.
- Excusación: Es la separación voluntaria de un funcionario a quien le corresponde intervenir. Será remitida de inmediato al
superior jerárquico, quien resolverá sin sustanciación dentro de los 5 días. Si aceptare la excusación nombrará
reemplazante; si la desestimare devolverá las actuaciones al inferior para que prosiga interviniendo en el trámite.
- Recusación: Es la separación forzosa a pedido de parte legitimada en el procedimiento, debiendo dar intervención al
superior inmediato dentro de los 2 días. Si el recusado admitiere la causal y ésta fuere procedente, aquél le designará
reemplazante. Caso contrario, resolverá dentro de los 5 días; si se estimare necesario producir prueba, ese plazo podrá
extenderse otro tanto.
El sujeto particular: O sujeto interesado. Es la persona física o jurídica, pública o privada, estatal o no estatal, que plantea o
interviene en un procedimiento administrativo invocando un derecho subjetivo, un interés legítimo, o derecho difuso,
persiguiendo el dictado de un acto administrativo por parte de la Administración.
Representación de las partes. Modalidades: Entre las garantías del debido proceso se encuentra la posibilidad del sujeto
particular de hacerse representar ante la Administración. Este derecho no está impuesto obligatoriamente, sino que
simplemente constituye una facultad que el administrado puede usar o no. La representación se encuentra reglada en los
arts. 31 a 35 del Decreto Reglamentario. Las formas de acreditar las personerías son: a) Instrumento público: pueden
otorgarse ante escribano público, funcionario público, o provenir de una actuación judicial, comúnmente denominado
poder, que puede ser general o especial; b) Carta poder: con autenticación de firma por autoridad policial o judicial o
Escribano público, debe contener en forma expresa, las facultades otorgadas al apoderado; c) Acta (apud-acta): ante la
autoridad administrativa, con breve relación de los datos personales del autorizante, designación del mandatario y mención
de las facultades especiales conferidas.
Cesación de la representación: (art. 34 dec. Reg.) a) Por revocación del poder, declarada expresamente; b) Por renuncia,
pero ésta no puede ser intempestiva en tal caso responderá por los perjuicios causados; el apoderado solo puede
abandonar su gestión cuando el mandante se ha presentado a tomar intervención sea por sí o por medio de otro
apoderado; c) Por muerte o inhabilidad del mandatario; d) Por muerte o inhabilidad del poderdante; e) Por separación del
apoderado con carácter de sanción; f) Por conclusión del trámite en caso de poder especial.
Alcance de la representación: Efectos: a) Aparición de la responsabilidad del representante; b) Obligación del representado
por actos del mandatario; c) Obligación del apoderado de continuar con la representación hasta que su cese sea notificado
al mandante; d) Actuación y justificación respecto de todos los actos del procedimiento por el representante.
La legitimación de las partes. Diversos aspectos. Para que un administrado pueda presentarse y constituirse en parte
interesada en un procedimiento administrativo es necesario que se halle legitimado. La legitimación es la aptitud especial
necesaria para ser parte procesal. Consiste en el reconocimiento de un derecho a poner en movimiento ante un órgano
jurisdiccional mediante la presentación de un recurso. Tipos de legitimación: a) Legitimación directa: Se atribuye a quien
invoque la lesión a un derecho subjetivo, un interés legítimo o derecho difuso; b) Legitimación indirecta: Corresponde a
todos aquellos a quienes el acto administrativo al dictarse pudiera afectar en sus derechos subjetivos, intereses legítimos o
derechos difusos. Quien no sea titular de la reclamación de fondo deducida en el procedimiento, pero vinculada al resultado
del acto a dictarse o de la impugnación deducida.
Requisitos formales: Corresponde distinguir entre “formalidades” y “recaudos”. Las primeras son externas, las segundas se
refieren al contenido. Formalidades: a) Los escritos deben ser confeccionados a máquina o manuscritos, en tinta, en forma
legible; b) Debe utilizarse el idioma nacional; c) Debe salvarse lo testado, enmendado o interlineado; d) La suma en la parte
superior del escrito debe resumir sintéticamente el contenido del mismo; e) Debe identificarse el expediente al que debe
ser agregado el escrito; f) Debe indicarse la representación ejercida; g) Obligación de iniciar las actuaciones en mesa de
entradas. Recaudos: son los que apuntan a la identificación del interesado y a la finalidad de la pretensión: a) Datos
personales; b) Domicilio real y especial del interesado; c) Hechos; d) Derecho; e) Ofrecimiento de prueba, acompañando la
documental; f) Petición concreta; g) Debe firmarse el escrito, por el interesado o su representante legal o apoderado.
La firma de los escritos: Es una condición esencial para la existencia de todo acto. Ella no puede ser reemplazada por signos
ni por las iniciales de los nombres y apellidos, sin embargo una firma irregular e incompleta se considerará suficiente
cuando la persona estuviese acostumbrada a firmar de esa manera. La firma a ruego es pertinente cuando el interesado no
pueda o no sepa firmar. Si no se encuentra persona para firmar a ruego la autoridad debe leer el escrito, certificar que el
interesado conoce y aprueba su contenido y hacer colocar la impresión digital pulgar derecha. Si existen dudas acerca de la
autenticidad de una firma debe llamarse al interesado para la ratificación correspondiente. La negativa, el silencio o la
ausencia, luego de la segunda citación tendrán como efecto que se considere el escrito por no presentado.
Domicilio real y especial: Domicilio es el lugar que la ley supone como asiento o sede de una persona para la producción de
determinados efectos jurídicos. El domicilio real se integra con dos elementos: objetivo (residencia) y subjetivo (intención
de permanencia). El domicilio especial debe constituirse obligatoriamente dentro del radio urbano donde se asienta la
autoridad administrativa en oportunidad de la primera presentación. La importancia del domicilio especial resulta porque
en él se efectúan la generalidad de las notificaciones.
El expediente administrativo: Es el elemento material que acumula toda la actividad expresada en el procedimiento
administrativo. En el expediente los escritos son ordenados cronológicamente, proporcionando información sobre un
mismo asunto o cuestión cuya resolución se procura.
Identificación: El expediente se identifica mediante un número asignado por el organismo donde se inició el trámite. El
número debe conservarse a través de todo el curso del expediente no pudiendo ser alterado. En la carátula deberá
consignarse el órgano encargado del trámite, y el plazo para su resolución.
Compaginación: Debe hacerse en cuerpos no superiores a 200 fojas, salvo que el límite obligue a dividir escritos que
constituyan un solo texto. Las actuaciones serán foliadas en forma correlativa al orden de incorporación de los escritos.
La vista de los expedientes: Este derecho se encuentra regido por los principios del debido proceso y el de publicidad de los
actos. Se otorga al administrado el derecho de alcanzar un cabal y completo conocimiento de la cuestión en la cual está
involucrado y a interiorizarse de las actuaciones administrativas durante todo su trámite sea por derecho propio o por
representación. Para ello debe mediar una solicitud verbal o escrita. La ley 3.460 de Corrientes contempla la facultad de
obtener fotocopias de las piezas que se solicitare.
Los plazos: Espacio de tiempo concedido para que se cumplan algunas fases o etapas del procedimiento o se ejercite algún
derecho. Deben contarse por días hábiles administrativos. Cuando se trata de actos administrativos se computan a partir
del día siguiente de la notificación. Cuando se trate de reglamentos, si éste no fija el tiempo en que comienza su vigencia el
mismo resulta obligatorio después de 8 días siguientes al de su publicación (art. 2 del Código Civil). Puede hacerse aplicación
del llamado plazo de gracia (dos primeras horas del día siguiente al del vencimiento del plazo). Son obligatorios, tanto para
la Administración como para los administrados interesados. Los plazos pueden prorrogarse o ampliarse solicitud de los
interesados, antes de su vencimiento siempre que con ellos no se perjudiquen derechos de terceros. Aun vencido el plazo
hay derecho a efectuar presentaciones, a través de la petición extemporánea considerada como denuncia de ilegitimidad.
Las notificaciones: Es el acto por el cual se pone en conocimiento de la parte o de un tercero interesado sobre un acto o
una resolución determinada. Su importancia es fundamental para el debido proceso administrativo y para la eficacia del
acto administrativo, ya que la falta de notificación constituye un vicio esencial y el acto no puede producir sus efectos. Los
actos que deben notificarse son: a) Actos definitivos y asimilables a definitivos; b) Los que resuelvan un incidente o afecten
derechos subjetivos o intereses legítimos; c) Los que decidan emplazamientos, citaciones, vistas o traslados; d) Todos los
demás que la autoridad disponga. Dicha enumeración es enunciativa. Las notificaciones deben diligenciarse dentro de los 5
días de notificado el acto. Deben indicar los recursos que se pueden interponer y los plazos para hacerlo, y si el acto agota la
instancia administrativa. En caso de omisión, el interesado tiene 60 días para interponer los recursos pertinentes o las
acciones judiciales. Los medios admisibles para efectuar notificaciones son: a) Vista del expediente; b) Presentación
espontánea; c) Cédula; d) Telegrama con aviso de entrega; e) Carta documento; f) Por los medios que indique la autoridad
postal. La publicación de edictos se realizará cuando se deba notificar a personas inciertas o de domicilio ignorado, se
publicarán durante 3 días en el Boletín Oficial y se tendrán por notificadas a los 5 días de la última publicación. También
puede realizarse por radiodifusión. Se admite la notificación verbal, cuando el acto no esté documentado por escrito.
La prueba: Conjunto de reglas que regulan la admisión, producción, asunción y valoración de los diversos medios que
pueden emplearse para llevar al órgano administrativo la convicción sobre los hechos que interesan al caso. Las pruebas
deben apreciarse según las reglas de la sana crítica, es decir, con prudente arbitrio. Los medios de pruebas son: 1) Informes
y dictámenes: El plazo para su producción es de 20 días, pero tirándose de informes administrativos no técnicos 10 días,
estos plazos sólo se tendrán en cuenta si el expediente administrativo fue abierto a prueba; 2) Testimonial: Los testigos son
examinados por el agente que se designe al efecto, fijándose día y hora de audiencia, más una supletoria, siendo a cargo del
interesado sus comparecencias; Cuando los testigos residan en otro lugar deben ser interrogados en "alguna oficina
pública" de ese punto; Además de los pliegos, pueden ser libremente interrogados, labrándose acta con las preguntas y
respuestas; 3) Pericial: Los peritos pueden ser propuestos por los administrados y solo en caso excepcionales por la
Administración; Los peritos deben aceptar el cargo dentro de los 5 días de notificado el nombramiento; Los gastos correrán
por cuenta del proponente; 4) Documental: Son las constancias, registros y expedientes administrativos, documentos
públicos o privados nacionales o extranjeros; No es necesario adjuntar los originales; 5) Confesional: según el RLNPA no se
puede pedir para los interesados ni para los agentes públicos; La confesión voluntaria será válida.
Oportunidad: La Administración es la que debe establecer el plazo de ofrecimiento, producción y ampliación. La LNPA no
fija la oportunidad en que la prueba debe ser ofrecida, por ello no está sometida a términos formales procediendo, incluso,
la producción informal de la prueba por parte del administrado.
Alegatos: Una vez que se han sustanciado las actuaciones de prueba, la Administración está obligada a dar vista por el
término de 10 días a la parte interesada a fin de que presente un alegato sobre la prueba producida. Siendo este el escrito
que cada parte presenta al órgano administrativo exponiéndole el mérito o valor probatorio de las pruebas producidas.
Podemos decir que la función del alegato no es solo el análisis crítico de las pruebas, sino que son para aclarar la convicción
del órgano para su decisión. El alegato hace efectiva la defensa del derecho de la parte. Se produce el decaimiento del
derecho cuando no se presentaren los escritos ya sea en un alegato común o de nuevos hechos, y cuando no se devolvieren
los expedientes en término. Debiendo la administración hacer una declaración expresa en tal sentido. Producidos los
alegatos o vencido el plazo para hacerlo se podrá pasar a resolver la cuestión.
La decisión administrativa: Terminación del procedimiento administrativo. Se clasifican en modos normales o “anormales”,
es decir, modos provisorios o no definitivos de conclusión. El modo normal de conclusión del procedimiento administrativo
es la "resolución" mientras que pueden señalarse como medios anormales el desistimiento, la renuncia y la caducidad.
Resolución: Es el acto que decide acerca de las cuestiones planteadas en el curso de una actuación administrativa, ésta
puede ser: a) Expresa: Debe ajustarse a las reglas del debido proceso, es decir haciendo expresa consideración de los
principales argumentos y de las cuestiones propuestas; b) Tácita: Por aplicación de la teoría del silencio.
Silencio o ambigüedad: En el orden nacional, se admite la conducta omisiva o ambigua de la Administración, donde la regla
del silencio de la Administración es el silencio negativo. El administrado debe requerir pronto despacho frente a la
inactividad de la Administración. Si las normas especiales no previeran un plazo determinado para el pronunciamiento, éste
no podrá exceder de 60 días. Vencido el plazo, el interesado requerirá pronto despacho y si transcurrieren otros 30 días sin
producirse dicha resolución, se considerará que hay silencio de la Administración.
Desistimiento y renuncia del derecho: Ambos modos constituyen modos anormales de finalización del procedimiento
administrativo e implican el apartamiento voluntario de la parte interesada respecto del trámite promovido. Las diferencias
versan sobre los efectos: en el desistimiento se mantienen intangibles los derechos del administrado para plantear
nuevamente la pretensión; en la renuncia (denominada por el RLNPA "desistimiento del derecho") impide volver a
promover la pretensión en el futuro. El desistimiento del procedimiento produce la firmeza del acto que se ha impugnado,
ello si bien impide promover un nuevo recurso, todavía se puede plantear la pretensión a través de una denuncia de
ilegitimidad. El RLNPA prescribe que la formulación del desistimiento y de la renuncia deben ser fehacientes, es decir, no
admite la forma tácita. A su vez, se requiere en todos los casos, el dictado de un acto administrativo expreso que declare
clausurado el procedimiento.
Caducidad del procedimiento: Es otro de los medios anormales de conclusión del procedimiento administrativo. Consiste
en un acto de la Administración donde declara, con efectos provisorios, la terminación del procedimiento a causa de la
inactividad del trámite imputable al interesado, disponiendo el archivo de las actuaciones. La LNPA establece:
"Transcurridos 60 días desde que un trámite se paralice por causa imputable al administrado, el órgano competente le
notificará que, si transcurrieren otros 30 días de inactividad, se declarará de oficio la caducidad de los procedimientos,
archivándose el expediente". La caducidad no se produce en forma automática ni de pleno derecho, y requiere de un acto
administrativo expreso que la declare. Tampoco la Administración se encuentra obligada a decretarla, pudiendo continuar
la tramitación del expediente pese al transcurso de los plazos de caducidad. Tiene como efecto la utilización del acto del
procedimiento declarado caduco en un nuevo expediente, en el cual puede hacer valer las pruebas ya producidas.
Naturaleza jurídica: Para algunos es un derecho de los individuos como garantía constitucional. Para otros es una
declaración de voluntad del particular que produce efectos jurídicos respecto de la Administración y las demás personas
legitimadas en el procedimiento. Desde un punto de vista procesalista, es un medio de defensa del administrado.
Finalidad del control administrativo: Mantener la juridicidad o legalidad administrativa; y proteger o garantizar los
derechos o intereses de los administrados.
Elementos de los recursos administrativos: Requisitos para que la Administración pueda examinar la cuestión planteada:
a) Con relación a los sujetos: 1) Sujeto administrativo: quien va a decidir el recurso; y 2) Sujeto interesado: quien promueve
el recurso, con aptitud específica que le permite ser parte en el procedimiento declarativo de impugnación, es decir, poseer
legitimación basada en un derecho subjetivo o interés legítimo. Los terceros pueden tener legitimación cuando por el acto
administrativo a dictarse puedan resultar afectados sus derechos subjetivos o intereses legítimos o derechos difusos.
b) Con relación al objeto: El objeto determina lo que se pretende o se persigue con el recurso planteado (revocar,
modificar, sustituir o sanear). Los actos susceptibles de ser impugnados mediante recursos administrativos son: a) hechos y
omisiones; b) actos definitivos, c) actos asimilables a definitivos; d) actos interlocutorios o de mero trámite que lesionan
derechos subjetivos, intereses legítimos o derechos difusos; f) actos de alcance general, que si bien no repercuten
directamente sobre los particulares, lo hacen a través de un acto de aplicación.
c) Con relación a la causa: Se refiere al derecho subjetivo, interés legítimo o derecho difuso alterado por la decisión
administrativa. Si no existe alteración no hay causa que fundamente el recurso.
Efectos de la interposición de los recursos: El principal efecto es la suspensión del curso de los plazos del procedimiento
para recurrir. En principio, la promoción de recursos no tiene por consecuencia la suspensión de los efectos del acto (por el
principio de ejecutoriedad). Esto no impide que el administrado pueda requerir la suspensión de los efectos del acto, tanto
en sede administrativa como judicial. La autoridad administrativa tiene la obligación de suspender los efectos de los actos
administrativos en dos casos: a) Cuando la norma expresamente lo dispone; b) Si se alegare una ilegalidad o nulidad
manifiesta.
Reclamaciones administrativas: No pertenecen a las vías recursivas. El reclamo puede interponerse en cualquier tiempo,
pues no existe plazo para hacerlo. El órgano competente para resolver es el Poder Ejecutivo. El rechazo expreso del reclamo
no podrá ser recurrido en sede administrativa.
Denuncia de ilegitimidad: La denuncia administrativa, que a diferencia de los recursos y las reclamaciones puede formular
el portador de un interés simple, para poner en conocimiento del órgano administrativo la comisión de un hecho ilícito o la
irregularidad de un acto administrativo o reglamento, sin que exista obligación de tramitarla ni de decidirla por parte de la
Administración Pública. Puede ocurrir, que una vez acogida la denuncia el administrado posea un verdadero poder jurídico
para que la misma se tramite como recurso. Es lo que acontece con la llamada "denuncia de ilegitimidad", también llamado
recurso extemporáneo, es un recurso presentado fuera de término. El plazo que paso debe ser prudencial que no haga
presumir un abandono del derecho.
Recurso jerárquico: Es el utilizado por el administrado para impugnar un acto administrativo ante el superior jerárquico de
la autoridad que lo dictó, a fin de que lo revoque, modifique o sustituya; se interpone ante los ministros o secretarios de la
Presidencia de la Nación y, eventualmente, ante el presidente. Es un recurso ordinario, común, obligatorio ya que es
necesario para agotar la instancia administrativa, que a partir de la notificación de resolución comienza a correr el plazo
para interponer la acción contencioso-administrativa ante el órgano jurisdiccional, sin perjuicio de los recursos de revisión y
reconsideración optativos que puede interponer el interesado. El administrado puede optar entre a) interponer recurso de
reconsideración y ante su denegatoria el jerárquico o b) plantear directamente el recurso jerárquico ya que el recurso de
reconsideración no es requisito previo para la interposición de este recurso. Se impugna por Razones de ilegitimidad y
Razones de oportunidad, mérito o conveniencia. El recurso jerárquico se presenta ante el órgano administrativo que dictó el
acto impugnado dentro del plazo de 15 días a partir de la notificación, debiendo ser elevado dentro del término de 5 días, y
de oficio, al Ministerio o Secretaría del cual dependa el órgano emisor del acto administrativo pertinente. El plazo para
resolverlo es de 30 días contados desde la recepción de las actuaciones o de la presentación del alegato si se hubiere
recibido prueba. Existe denegatoria tácita vencidos los 30 días acordados para resolver, sin necesidad de pronto despacho.
Recursos de Alzada: Procede contra actos administrativos definitivos o asimilables a definitivos, emanados de un órgano
superior de una entidad estatal descentralizada. También denominado "recurso jerárquico impropio". Es de carácter
optativo, ya que el administrado puede elegir la acción judicial directa, dado que el acto es proveniente de un órgano
superior de una entidad descentralizada produce el agotamiento de la instancia administrativa. Se presenta ante el órgano
superior de la entidad estatal descentralizada dentro de los 15 días de notificado el acto que se impugna, y debe ser elevado
dentro de 5 días y debe resolverla el Ministro o el Secretario de la Presidencia de la Nación en cuya jurisdicción actúe el
ente que emitió el acto que se recurre. Se debe resolver en el plazo de 30 días contados desde la recepción de las
actuaciones o de la presentación del alegato si se hubiere recibido prueba. No es necesaria la petición de pronto despacho
para que quede configurado el silencio de la Administración o denegatoria tácita. Si el ente descentralizado
autárquicamente fuere creado por el Poder Ejecutivo procede un control amplio: legitimidad, oportunidad e interés público.
Recursos de revisión: Tiene por objeto rever actos administrativos firmes, como consecuencia de haberse conocido
circunstancias que no lo eran al momento de ser dictados. Es un recurso de excepción. Su fundamento reposa en la idea de
justicia en virtud de los graves motivos en que el mismo se funda justifican el sacrificio del principio de la seguridad jurídica.
Procede: a) Cuando tenga contradicciones en su parte dispositiva (no es un supuesto propiamente dicho de revisión, porque
no hay acto firme); b) Cuando después de dictado se recobren o descubran documentos decisivos cuya existencia se
ignoraba o no se pudieron presentar como prueba por fuerza mayor o por obra de tercero; c) Cuando hubiere sido dictado
basándose en documentos falsos; la falsedad debe ser declarada por juez competente; d) Cuando hubiere sido dictado
mediando cohecho, prevaricato, violencia o cualquier otra maquinación fraudulenta o grave irregularidad comprobada.
Cuando tenga contradicciones en su parte dispositiva, el recurso de revisión debe promoverse dentro de los 10 días de
notificado el acto. En los demás casos, la interposición debe llevarse a cabo dentro de los 30 días. Ante el silencio de la ley
cabe interpretar que el órgano que lo resuelve puede ser tanto el que dicta el acto como cualquiera de jerarquía superior, a
elección del administrado. Cuando la resolución es denegatoria, el acto se mantiene firme. Cuando fuere estimatoria el acto
es anulado y el Poder Ejecutivo debe dictar un nuevo acto que reemplace al anterior y resuelva la cuestión.
Recurso o reclamo de queja: Pueden interponerse simultánea o indistintamente con el amparo por mora sin que la
articulación de uno excluya a otro. Procede sólo en dos casos: 1) Por defectos de tramitación; 2) Por incumplimiento de los
plazos durante el procedimiento. No es un recurso porque su fin no es impugnar un acto y abarca además de actos, hechos
y omisiones. Dentro del reglamento no está tratado junto con los demás recursos. No tiene plazo de interposición. Se
interpone y es resuelto en el plazo de 5 días por el superior jerárquico inmediato al órgano a cargo del procedimiento
donde se produjo el defecto o incumplimiento de plazos.
Recursos de aclaratoria: No arregla defectos en la decisión de la Administración sino un defecto de expresión, solicitándole
al órgano que dictó el acto que explique o aclare ambigüedades o contradicciones del mismo. Procede contra actos
definitivos y asimilables a tales cuando la contradicción surgiera entre la parte dispositiva y motivación del acto; y cuando se
pretendiera suplir cualquier omisión sobre alguna o algunas de las peticiones planteadas. Se interpone ante el órgano que
dictó el acto administrativo ya que éste es el único que puede aclarar lo que realmente quiso expresar. El plazo para su
interposición es de 5 días de notificado el acto y 5 días para resolver. El acto que se dicta es retroactivo.
Rectificación de errores materiales: No es un recurso; pero sirve para corregir errores menores (aritméticos, matemáticos)
siempre que no se altere lo sustancial del acto. No hay plazos para interponer ni para resolver. Tiene carácter retroactivo.
La jurisdicción administrativa: Tiene como finalidad asegurar la legalidad de la actuación administrativa. Se crítica la
terminología “jurisdicción administrativa”, ya que en ningún caso la actividad de los jueces puede ser la actividad
administrativa, ya que ésta termina en ella misma para dar paso a la revisión judicial.
El problema de la jurisdicción administrativa y el procedimiento administrativo: Existen dos posturas: a) quienes sostienen
que la Administración ejerce actividad jurisdiccional; b) quienes niegan que la Administración ejerce jurisdicción. La
Administración no es juez, ni sus poderes se han constituido a ese efecto, ni reviste los caracteres de la actividad
jurisdiccional, es decir, la imparcialidad e independencia, ni la fuerza de cosa juzgada de sus resoluciones.
Tribunales administrativos: La realidad nos muestra que la Administración ha asumido funciones jurisdiccionales, las cuales
ha ejercido a través de tribunales especiales. A partir de 1876 comienza una nueva etapa al atribuir a ciertos órganos
dependientes del Poder Ejecutivo funciones hasta ese momento reservadas exclusivamente al Poder Judicial, así como a la
Dirección General de Ferrocarriles y a la Aduana la materia contenciosa fiscal aduanera, comenzando así la existencia de los
tribunales administrativos. Las razones de la creación de estos tribunales administrativos se basan en la necesidad de
conocimientos técnicos por parte de los miembros del tribunal con relación a determinadas materias, agilizando así los
trámites.
La renuncia a la vía judicial en los casos de opción: En los casos de las leyes que prevén expresamente dos vías alternativas
para recurrir contra decisiones administrativas, una administrativa y la otra judicial se aplica el principio de que elegida una
de ellas se pierde el derecho de optar por la otra vía. El fundamento de este principio se encuentra en la necesidad de evitar
los llamados escándalos jurídicos que resultarían de decisiones paralelas contradictorias.
Legitimidad: El control judicial de legitimidad del acto administrativo comprende la parte reglada del acto como así también
sus límites discrecionales cuando se invoque desviación, abuso o exceso de poder, arbitrariedad, violación de los principios
generales del derecho, falta de razonabilidad.
Oportunidad: El control no alcanza a la oportunidad, merito o conveniencia porque es ajeno a la fiscalización judicial y es
propio de la administración.
Facultades regladas: son aquellas que emanan de la misma ley.
Facultades discrecionales: La administración debe realizar actos de manera discrecional en miras del interés común. Para
algunos es posible la revisión judicial, tanto de los actos reglados como de los discrecionales. Otro sector dice que
solamente son revisables los que emanan de la función administrativa reglada, ya que la discrecional queda afuera porque
debe confiarse en que la administración la realizó discrecionalmente, en mira del interés general.
El recurso extraordinario contra actos administrativos: No constituye revisión judicial suficiente dado que únicamente
controla la constitucionalidad del acto administrativo, es decir si es o no lesivo de normas constitucionales, no se realiza
ningún otro control, por lo cual es insuficiente.
La jurisprudencia de la Corte Suprema, sobre admisión y rechazo del recurso extraordinario contra actos administrativos:
La CSJN admite el recurso extraordinario contra actos administrativos cuando cumplan con los requisitos necesarios para su
admisión: a) acto administrativo definitivo y que causa estado; b) acto excluido del control judicial ordinario; c) acto de
naturaleza jurisdiccional; d) acto que vulnere normas constitucionales.
Recursos o acción judicial contra actos administrativos: Los recursos se refieren a impugnaciones que se realizan dentro y
ante la administración, en tanto la acción judicial contra actos administrativos impugnación asume características de una
acción autónoma que abre el proceso y lleva el reclamo ante el órgano jurisdiccional.
Consecuencias: Interrumpe el plazo para recurrir; No impide la ampliación de los fundamentos de hechos y derecho; No
suspende la ejecutoriedad del acto.
Recurso directo: Es la técnica utilizada para el control de los reglamentos ilegales emanados del Tribunal Fiscal de la Nación,
los entes reguladores y las facultades nacionales; en sede judicial, ante la Cámara Contencioso administrativa, sin que sea
necesario antes la interposición de recursos administrativos. Tiene como consecuencia la anulación del reglamento. Puede
ampliarse la prueba. El plazo para interponer es de 30 días.
La jurisdicción arbitral: Es un procedimiento por medio del cual las partes para solucionar problemas conflictivos acuerdan
someterse a árbitros y se comprometen a aceptar la decisión arbitral considerándola obligatoria. Es posible que exista una
situación conflictiva entre la Administración y un particular, y que las partes resuelvan recurrir a la vía arbitral en lugar de
someter sus diferencias a la decisión del órgano judicial.
Naturaleza: Teniendo en cuenta que es una decisión voluntaria, sus fundamentos pueden tener naturaleza contractual. En
cambio teniendo en cuenta la forma como se resuelve el conflicto, tiene naturaleza jurisdiccional, por la presencia clásica de
los tres componentes del proceso (dos partes y un tercero imparcial).
Procedencia: Cuando la administración es parte y no árbitro, el Estado admite el arbitraje en cuestiones de hecho, no de
derecho. Cuando el estado actúa como arbitrador de conflictos entre intereses privados, no hay objeciones, procede en
materia de usuarios y consumidores, en materia tributaria, laboral, etc.
El arbitraje administrativo nacional: Es el conjunto de nuevos mecanismos institucionales de rango normativo para dirimir
las contiendas que se suscitan entre particulares y entre estos contra el Estado. El art. 116 de la C.N. habilita el arbitraje,
aunque la tradición jurídica argentina no se inclina al arbitraje como forma de resolución de conflictos.
El arbitraje administrativo internacional: Se diferencia del arbitraje nacional debido a que este se guía por normas y
tratados de rango internacional. Hay arbitraje internacional cuando una de las partes contratantes es extranjera o cuando
los efectos del convenio se producen en el exterior; en fin, cuando surge cualquier conexión con otra legislación distinta a la
interna. Los laudos son obligatorios, no obstante pueden ser recurridos mediante nulidad y apelación.
Demandas contra la Nación: Se puede demandar al estado actuando como persona de derecho privado o de derecho
público, con el solo requisito del reclamo administrativo previo.
Antecedentes:
La venia legislativa: Antes se impedía el acceso a la justicia al particular como parte actora, pues el Estado no podía ser
demandado, de allí surge el instituto de la “venia legislativa”, otorgada por el Congreso. Para poder acceder, se debía
cumplir además con el requisito de agotamiento de la vía administrativa. Con el correr de los años, hasta la sanción de la ley
19.549, se deja de solicitar la “venia”, pero continúa perdurando el agotamiento de la vía administrativa.
Origen. Leyes Nros. 3952 y 11.634. La ley 19.540: La ley 3.952, establece es su artículo 7 que las decisiones que se
pronuncien en estos juicios, cuando sean condenatorias contra la Nación, tendrán carácter meramente declaratorio,
limitándose al simple reconocimiento del derecho que se pretenda. Conforme a la ley 19.549, se puede demandar al estado
actuando como persona de derecho privado o de derecho público, con el solo requisito del reclamo administrativo previo.
Reclamación administrativa previa: Este sistema, conocido como habilitación de la instancia judicial, requiere que para
acceder a la revisión por parte del Poder Judicial de la actividad de la administración, es necesario el previo agotamiento de
la instancia administrativa, para que ésta previamente revise y tenga oportunidad de pronunciarse. Para algunos constituye
un privilegio de la Administración. Sin embargo otros piensan que constituye un presupuesto procesal, y que obedece a la
estructura burocrática de la Administración, que supone un mecanismo de atraso de la actuación de la justicia, incompatible
con el derecho a la tutela judicial efectiva.
Términos: Quien ha perdido el derecho a demandar directamente al estado en sede judicial por caducidad del plazo de 90
días, debe acudir forzosamente al reclamo administrativo previo si no hubiere ocurrido antes la prescripción de la acción.
Procedencia: El reclamo administrativo procede contra toda clase de actos, hechos y omisiones provenientes de la
administración.
Trámite. Ley Nº 19.549: Artículo 30: El Estado Nacional no podrá ser demandado judicialmente sin previo reclamo
administrativo. El reclamo versará sobre los mismos hechos y derechos que se invocarán en la eventual demanda judicial y
será resuelto por el Poder Ejecutivo.
Artículo 31: El pronunciamiento acerca del reclamo deberá efectuarse dentro de los 90 días de formulado. Vencido ese plazo
el interesado requerirá pronto despacho y si transcurrieren otros 45 días, podrá iniciar la demanda en cualquier momento.
Artículo 32: El reclamo administrativo previo no será necesario cuando: a) Un acto dictado que pudiere ser ejecutado antes
de que transcurran los 90 días dados para el pronunciamiento; b) Antes de dictarse un acto por el Poder Ejecutivo, el
administrado se presente expresando su pretensión en sentido contrario; c) Se trate de repetir lo pagado al Estado en virtud
de una ejecución o de repetir un gravamen pagado indebidamente; d) Se reclamaren daños y perjuicios contra el estado o se
intentare una acción de desalojo contra él; e) Mediare una clara conducta del Estado que haga presumir la ineficacia del
reclamo previo; f) Se demande a un ente descentralizado con facultades para estar en juicio.
La materia contencioso administrativa en la Nación: Tiene su fundamento en proteger los derechos de los administrados
cuando se vean afectados por la actividad de la Administración, restableciendo el principio de legalidad, mediante la
declaración de ilegalidad o nulidad de los actos administrativos. La acción contenciosa administrativa puede consistir en una
pretensión para lograr el cumplimiento de una obligación de dar sumas de dinero o cantidades de cosas, una obligación de
hacer o de no hacer.
Impugnación de reglamentos y actos de alcance general en sede judicial: El reglamento no puede ser impugnado por
recursos administrativos. Existen dos medios de impugnación: 1) Directo: Es el que se ejerce mediante el reclamo impropio.
Puede interponerlo el particular que vea afectados sus derechos subjetivos. La resolución que se adopte (denegatoria
expresa o tácita) causa estado en sede administrativa y el particular puede recurrir a la justicia. 2) Indirecto: En este
supuesto el particular se ve afectado en razón de haberse aplicado el reglamento por medio de un acto de alcance
particular. Deberá impugnar el acto particular mediante los recursos (reconsideración, jerárquico, etc.) hasta agotar la vía
administrativa y tener el acceso a la justicia.
Impugnación judicial de los reglamentos “de necesidad y urgencia” y “delegados”: No requieren del agotamiento de la vía
administrativa, sino que basta acudir directamente a la instancia judicial. El sistema de recursos y reclamos previsto para los
procedimientos administrativos no puede ser utilizado para atacar actos de naturaleza legislativa.
Amparo por mora de la administración: Presentado el petitorio, el juez si lo estima pertinente requerirá a la autoridad
administrativa interviniente que, en el plazo que le fije, informe sobre las causas de la demora, no pudiendo esta ampararse
en el silencio. La decisión del juez será inapelable. Contestado el requerimiento o vencido el plazo sin que haya contestación,
se resolverá acerca de la mora, librando la orden para que la autoridad administrativa responsable despache las
actuaciones. La diferencia fundamental que hay con el silencio es que en el amparo por mora se busca una respuesta por
parte de la administración, se busca permanecer dentro del procedimiento administrativo, en cambio cuando hace uso del
silencio se trata de salir del procedimiento administrativo. Las condiciones para su procedencia son: a) Legitimación activa:
Solo puede intentar la acción quien fuere parte en un expediente administrativo; b) Mora administrativa: Se debe acreditar
que la administración ha dejado vencer los plazos fijados y en caso de no existir estos que ha transcurrido un plazo que
excede de lo razonable, sin emitir la resolución que requiere el interesado.
- Materia incluida: (Artículo 2 - 3) Toda actuación del Poder Ejecutivo se presume de tipo administrativo. En el ámbito
provincial no aplica la teoría subjetiva como lo hace la Nación sino que aplica la teoría objetiva, donde todo los proveniente
del Poder ejecutivo se presume iuris tantum derecho administrativo, quedando fuera los enunciados en el artículo 4: a) Los
juicios ejecutivos, de apremio, interdictos de expropiación y desalojos; b) Los que versen sobre instituciones, bienes y
actividades de derecho privado; c) Las relaciones regidas por leyes o convenios laborales; d) Aquellos en que se reclame
reparación de daños ocasionados por agente de la Administración Publica (Ejemplo, caso de gatillo fácil o perjuicio en los
automóviles secuestrados por la policía). Las pretensiones de las acciones o recursos que se planteen, deberán limitarse a
las cuestiones que fueron debatidas en sede administrativa. (No obstante pudiéndose sí ampliar el derecho o las pruebas)
La reclamación administrativa previa: (Artículo 10 - 11 - 12) Antes de iniciar las acciones, será preciso incluir el reclamo
administrativo, el cual quedará cumplido con el agotamiento de los recursos. Aunque no será necesario cuando: a) Un acto
pudiera ser ejecutado antes de que transcurra el plazo 90 días de sustanciación del reclamo; b) Antes de dictarse un acto
por el Poder Ejecutivo, el administrado se hubiere presentado expresando su pretensión en sentido contrario; c) Se tratare
de repetir lo pagado al Estado en virtud de una ejecución o de repetir un gravamen pagado indebidamente; d) Se
reclamaren daños y perjuicios contra el Estado o se intentare acción de desalojo contra él (en sede administrativa no se
realizan pagos por daños y perjuicios); e) Mediare una clara conducta del Estado que haga presumir la ineficacia del reclamo
previo (Presunción de que la administración va a actuar de la misma manera); f) Se demandare a un ente autárquico, o una
empresa del Estado, una sociedad mixta o de economía mixta o una sociedad anónima con participación estatal
mayoritaria, o las sociedades del Estado, o a un ente descentralizado con facultad para estar en juicio.
Las acciones contenciosas administrativas: Artículo 12: Deberán limitarse a las cuestiones que fueron debatidas en sede
administrativa. Se deducirán indistintamente contra la decisión definitiva originaria o la que proviniera de los recursos
administrativos interpuestos, o contra ambas conjuntamente.
Nulidad: Artículo 103: Habrá nulidad: a) Cuando en el procedimiento se han omitido tramites sustanciales o si la sentencia
presenta contradicción entre los considerandos y la parte dispositiva; b) Cuando la sentencia presente defectos esenciales de
forma, o no decida sobre cuestiones expresamente planteadas; c) Cuando los representantes de la Administración Pública
hubiesen procedido sin autorización. Si el tribunal declara la nulidad de la sentencia, deberá dictar un nuevo fallo.
Anulación: Artículo 55: El demandante podrá pretender la anulación total o parcial de la decisión administrativa impugnada
o la anulación total o parcial de los actos irrevocables administrativamente, previamente declarados lesivos públicos por
razones de ilegitimidad.
Interpretación: Artículo 86: La interpretación de normas dadas por el tribunal será obligatoria para todos los órganos o
sujetos en cuanto actúe en ejercicio de función administrativa.
El recurso facultativo en el código de Corrientes: (Artículo 94 a 99): Llegadas las actuaciones al Superior Tribunal de
Justicia, el recurrente deberá expresar ante dicho tribunal, dentro del plazo de 10 días en forma expresa, que formaliza el
recurso facultativo. En el mismo acto deberá expresar los agravios que le cause la resolución recurrida. No se podrá alegar ni
producir nuevas pruebas. Se dictará resolución a los 5 días. Si se resolviera que el recurso ha estado bien planteado, se dará
traslado al funcionario que corresponda, para que lo conteste dentro del término de 15. El Superior Tribunal de Justicia
dictará sentencia definitiva dentro de 20 días hábiles.
La suspensión del acto administrativo: (Artículo 17 a 19): Al promoverse la acción contencioso administrativa, durante su
sustanciación, o antes si hubiera urgencia notoria, el accionante podrá solicitar al tribunal que decrete la suspensión de la
decisión administrativa acreditando: a) Haber solicitado esta medida a la persona que deba ser demandada con resultado
negativo; b) La verosimilitud de las irregularidades que denuncia; c) Que el daño que pueda ocasionar la ejecución de la
decisión administrativa, sea mayor o no guarde proporción con el perjuicio que puede ocasionar su suspensión; d) La
urgencia notoria. Al disponer la medida, el tribunal establecerá el modo y monto de fianza que deberá rendir el peticionante.
Se sustanciará como incidente, sin suspenderse el procedimiento en los autos principales. Si la Administración Pública
justificase que la suspensión decretada produce perjuicio al interés público o que es urgente cumplir la decisión, el tribunal,
según pruebas y razones, podrá dejarla sin efecto declarando a cargo de la Administración Pública la responsabilidad por los
perjuicios que produzca la ejecución. La suspensión dispuesta antes de la formalización de la demanda caducará
automáticamente de pleno si ésta no se deduce en el plazo de 15 días.
Otras medidas precautorias: (Artículo 23 a 30): Las partes podrán solicitar al tribunal, en cualquier estado del juicio y aún
antes de éste, las medidas precautorias para asegurar la conservación de bienes, la comprobación de alguna situación de
hecho, la existencia de pruebas pasibles de desaparición, o para garantizar la ejecución de la sentencia. Deberá acreditarse
el derecho invocado, la posibilidad de pérdida o frustración del derecho y la urgencia de la prevención requerida indicándose
las pruebas que deberán diligenciarse dentro de los 10 días. La sustanciación, resolución y cumplimiento de las medidas
precautorias solicitadas, se harán sin audiencia ni conocimiento de la otra parte que será notificada después de cumplidas.
El tribunal podrá disponer una medida distinta o limitar la solicitada para evitar lesiones innecesarias a la parte afectada. El
auto que ordena realizar la medida precautoria deberá establecer que se cumplirá con el auxilio de la fuerza pública,
allanamiento de domicilio y habilitación de tiempo si fuere necesario. La parte afectada por la medida precautoria podrá
pedir que sea dejada sin efecto, cuando se hayan modificado las circunstancias que se tuvieron en cuenta al decretarla, y en
cualquier momento que sea sustituida por otra equivalente. El tribunal resolverá lo que corresponda previa vista a la parte
que solicitó aquella. Decretada la medida precautoria por el tribunal antes de la formalización de la demanda caducará
automáticamente de pleno si ésta no se deduce en el plazo de 15 días. Medidas precautorias posibles: Embargo preventivo o
secuestro de bienes; Intervención o administración judicial; Prohibición de contratar o innovar; Anotación de litis; Inhibición
general; Interrogación de testigos o absolución de posiciones, cuando pueda hacerse imposible o difícil su declaración con
posterioridad; La comprobación del estado de lugares o cosas por medio de inspección ocular o informe de peritos técnicos;
El depósito de bienes muebles o semovientes.
Excepciones previas: (Artículo 61 a 66): La demandada dentro de los 10 primeros días del plazo para contestar la demanda,
podrá oponer las siguientes excepciones previas: a) Caducidad del recurso; b) Incompetencia; c) Cosa juzgada; d) Falta de
capacidad procesal del recurrente; e) Defecto legal en la forma de proponer la demanda. El incidente de excepciones
suspende el plazo de contestación de la demanda. Se correrá traslado al recurrente por cédula para que conteste dentro del
plazo de 5 días. El trámite será por incidentes. Dentro de los 10 días del libramiento de autos, el tribunal deberá resolver. Si
se estiman las excepciones se procederá a: a) Mandar al archivo las actuaciones producidas, si se tratara de las de
caducidad del recurso, incompetencia y cosa juzgada; b) Fijar un plazo para que se subsanen las deficiencias reconocidas en
los casos de falta de personería y de defecto legal bajo apercibimiento de declarar la caducidad.
Demanda: (Artículo 56 - 57): Será deducida por escrito y contendrá: a) Nombre y domicilio real y legal del actor; b) Nombre
y domicilio de la demandada, si fueren conocidos, de lo contrario, los datos que puedan servir para individualizarlo y el
último domicilio conocido; c) La individualización y contenido del acto impugnado, indicando la lesión del derecho subjetivo,
interés legítimo o difuso; d) Los hechos en que se funde, explicados con claridad y precisión; e) El ofrecimiento de la prueba,
los pliegos de posiciones, interrogatorios para testigos, puntos necesarios para las pericias; f) El derecho expuesto
sucintamente; g) La justificación de la competencia del tribunal; h) la petición en términos claros, precisos y positivos. Se
deberá acompañar: a) El instrumento que acredite la representación invocada; b) La prueba documental que estuviese en
poder de las partes, o la individualización indicando su contenido, lugar, archivo, oficina pública y/o persona en cuyo poder
se encuentra; después de librada la cédula para el traslado de la demanda, no podrán agregarse nuevos documentos, salvo
que se justifique que son de fecha posterior o que no haya sido posible conocerlos con anterioridad; c) El Boletín Oficial, si
estuviera publicada la resolución impugnada, el testimonio de la misma o certificado expedido por autoridad competente;
d) Cuando se accione mediando denegación tácita, deberá individualizarse el expediente respectivo; e) Copias para traslado.
Contestación de la demanda: Artículo 67: Será formulada por escrito, y contendrá los mismos requisitos para la demanda.
La demandada deberá reconocer o negar allí en forma categórica cada uno de los hechos expuestos en el escrito de
demanda, la autenticidad de los documentos que se le atribuyen. El silencio o la contestación ambigua o evasiva podrán
considerarse como reconocimiento de los hechos.
La reconvención: Artículo 68: Al contestar la demanda, el demandado podrá reconvenir. De la reconvención se dará
traslado al actor por 15 días.
La prueba: (Artículo 76 a 79): Procederá la apertura a prueba siempre que se hubieran alegado hechos conducentes sin
conformidad entre litigantes, aplicándose las disposiciones pertinentes del Código Procesal Civil. Dentro de los 3 días de
notificado, el presidente del tribunal se pronunciará sobre la admisión de la prueba y dictará las medidas necesarias para su
producción. El lapso para la producción de la prueba será de 30 días. Los peritos podrán recusarse cuando se encuentren
bajo dependencia jerárquica directa del órgano autor del acto que origine la acción. Los agentes estatales podrán ser citados
para absolver posiciones por la entidad a la que se encuentran incorporados.
La demanda de interpretación. Trámite: (Artículo 88 a 93): Antes de iniciar la acción de interpretación el interesado deberá
pedir a la autoridad superior, que declare cuál es la interpretación que corresponde a la norma que se trate. Si transcurridos
10 días desde la fecha de la petición se denegare expresa o tácitamente, quedará libre la vía judicial. La acción deberá
promoverse dentro de los 30 días. La demanda deberá contener los requisitos de demanda salvo el ofrecimiento de pruebas.
Deberá acompañar el documento en el que consta la interpretación que al acto ha dado la administración. Se dictará
resolución en el plazo de 5 días. Si se resolviera que el recurso ha estado bien planteado se correrá traslado a la autoridad
que corresponda, por el plazo de 15 días, la que podrá contestarlo pero no será parte en el juicio. Transcurrido este plazo, el
tribunal dictará sentencia dentro de los 10 días, estableciendo la interpretación adecuada a la norma. La interpretación de
las normas dadas por el tribunal será obligatoria para la provincia, sus municipalidades y entes autárquicos.
La sentencia: (Artículo 81 a 87): Debe ser pronunciada en el plazo de 60 días. La misma contendrá: a) Designación de los
litigantes; b) Una relación sucinta de las cuestiones planteadas; c) Valoración de la prueba; d) Decisión expresa y precisa
sobre cada una de las acciones y defensas deducidas. Los efectos de la resolución estimatoria son: a) Anular total o
parcialmente el acto impugnado; b) Reconocer la situación jurídica y adoptar medidas necesarias para su restablecimiento;
c) Pronunciamiento sobre los daños y perjuicios reclamados; d) Formular la interpretación que correspondiere adecuada a la
norma; e) Resolver sobre costas y honorarios. Cuando se hubiere accionado para la defensa del interés legítimo o difuso,
declarará la extinción del acto impugnado, mandando notificar su anulación a la autoridad que lo dictó, teniendo efectos
"erga omnes" y pudiendo ser invocada por terceros. En estos casos, el rechazo de la acción no produce efecto de cosa
juzgada para quienes no tuvieron intervención en ella. Toda sentencia con alcance "erga omnes" deberá ser publicada, su
alcance entre partes será desde la notificación; respecto de terceros después de la publicación.
Ejecución de la sentencia: (Artículo 107 a 111): La autoridad administrativa vencida en juicio, gozará de 60 días, contados
desde la notificación de la sentencia condenatoria, para dar cumplimiento a las obligaciones impuestas salvo que se tratare
de pagar una deuda en cuyo caso no podrá ser ejecutada, ni embargado sus bienes, debiendo la Legislatura autorizar dicho
pago, dentro de los 6 meses. Vencidos dichos plazos sin que la sentencia haya sido cumplimentada, a petición de parte, el
tribunal ordenará la ejecución directa para proceder a dar cumplimiento a lo dispuesto en la sentencia. El Superior Tribunal
de Justicia podrá adoptar, aún de oficio, todas las providencias y resoluciones que estime convenientes, pero no podrá
trabarse embargo de bienes destinados a la prestación de servicios públicos. Los agentes a quienes se ordenare el
cumplimiento de la sentencia deberán proceder a ello aun cuando haya ley que lo prohíba, o sus superiores les ordenen no
obedecer; pero en estos casos para deslindar responsabilidades podrán hacer constar por escrito ante el tribunal las
alegaciones pertinentes, y si la decisión de no ejecutar fuese tomada por órgano colegiado, los disidentes podrán presentar
ante el órgano jurisdiccional copia del acta donde conste su voto. Los agentes a quienes se mande cumplir la sentencia son
solidariamente responsables con la entidad estatal respectiva por los daños y perjuicios que ocasione su irregular
cumplimiento.
Sumario administrativo: Constituye una garantía, respetando el estado de inocencia. El sumario puede ser promovido de
oficio o por denuncia y su objeto es esclarecer todas las circunstancias y reunir los elementos de prueba tendientes a
individualizar a los responsables y proponer las sanciones y medidas correspondientes. En la sustanciación del sumario
administrativo se puede distinguir dos etapas bien diferenciadas: 1) Investigación: Se inicia con la resolución que manda a
comenzar el sumario, finalizando con el informe y evaluación preliminar del instructor sobre las posibles infracciones
cometidas. De ahí que el Instructor goza de una amplia discrecionalidad para determinar las medidas o diligencias que
deben cumplirse, con el objeto de dilucidar los hechos y sus posibles autores; 2) Contradictoria: Está vinculada con el pleno
ejercicio del derecho de defensa y culmina con las conclusiones del instructor sumarial. Se inicia con la declaración del
sumariado, que es la primera ocasión que se tiene para ser oído, refutar la incriminación dando su versión de lo sucedido,
teniendo el derecho a abstenerse de declarar. Puede proponer diligencias, concurrir con asistencia de letrado, tomar vista
de las actuaciones y ofrecer prueba que estime pertinente. El instructor sumarial, es la autoridad de investigación, se
encuentra acompañado para el cumplimento de la tarea, de un secretario de actuaciones, quién tiene el deber de cumplir
con todos los actos que le indica el instructor. El Instructor debe elevar las actuaciones a la autoridad de disposición del
sumario, único órgano con atribuciones para sancionar, quien evaluará los elementos colectados en la investigación y
dictará la resolución final, aplicando en su caso la sanción disciplinaria que estime pertinente o la exención de
responsabilidad del sumariado.
Información sumaria: Es una investigación preliminar, a fin de verificar la existencia de responsabilidades patrimoniales o
disciplinarias. Servirá para comprobar, si están dados los supuestos que permitan ordenar posteriormente el sumario. El
acto administrativo que da inicio a la información sumaria es irrecurrible porque ningún administrado puede sentirse
agraviado porque se investiguen hechos o conductas eventualmente contrarias a la regularidad funcional.
Investigación administrativa: Es el procedimiento tendiente a determinar o comprobar la existencia de actos o hechos
irregulares o ilícitos dentro del servicio y a la individualización de los responsables. Acaecido el supuesto de hecho, la
investigación administrativa se inicia mediante resolución fundada del jerarca de la respectiva unidad. El acto deberá
ordenar su instrucción y designar al funcionario instructor, quien se notificará de su designación y a partir de ese momento
tiene un plazo de 60 días corridos para instruir. Ese plazo podrá prorrogarse prudencialmente en casos extraordinarios.
Procedimiento extrajudicial (administrativo) de la expropiación: (Ley N°21.499) .Se denomina así a la apropiación que hace
el Estado de un bien ya sea de particulares o del Estado con fines de utilidad pública, a cambio de una indemnización previa
e integral por dicho bien. Podrá actuar como expropiante el Estado, las entidades autárquicas nacionales y las empresas del
Estado. La acción expropiatoria podrá promoverse contra cualquier clase de personas, de carácter público o privado.
Pueden ser objeto de expropiación todos los bienes convenientes o necesarios para la satisfacción de la “utilidad pública”
para la satisfacción del bien común, cualquiera sea su naturaleza jurídica, pertenezcan al dominio público o al dominio
privado. La indemnización sólo comprenderá el valor objetivo del bien y los daños que sean una consecuencia directa e
inmediata de la expropiación y no el lucro cesante. La indemnización se pagará en dinero en efectivo.
El avenimiento: Cuando el expropiado está de acuerdo con que le expropien su bien a cambio de esa cantidad de dinero.
No habiendo avenimiento respecto del valor de los bienes inmuebles, la cuestión será decidida por el Juez quien requerirá
dictamen del Tribunal de Tasaciones de la Nación, deberá pronunciarse dentro de los 90 días. No habiendo avenimiento
acerca del valor de bienes muebles, deberá sustanciarse prueba pericial, para ello cada parte designará un perito.
Proceso judicial en la expropiación: No habiendo avenimiento, el expropiante deberá promover la acción judicial de
expropiación. Promovida la acción se dará traslado por 15 días al demandado. Si se ignorase su domicilio, se publicarán
edictos durante 5 días en el diario de publicaciones legales de la Nación y en el de la Provincia correspondiente. Si existieren
hechos controvertidos se abrirá la causa a prueba. Las partes podrán alegar por escrito sobre las pruebas dentro del plazo
común de 10 días. Presentados los alegatos o vencido el plazo para hacerlo, el juez llamará autos para sentencia, la que
deberá pronunciarse dentro de los 30 días. Las partes podrán interponer recursos. La sentencia fijará la indemnización
teniendo en cuenta el valor del bien al tiempo de la desposesión. Tratándose de inmuebles será competente el juez federal
del lugar donde se encuentre el bien a expropiar con jurisdicción en lo contencioso administrativo. Tratándose de bienes
muebles, será competente el juez del lugar en que se encuentren o el del domicilio del demandado, a elección del actor. Se
entenderá que la expropiación ha quedado perfeccionada cuando se ha operado la transferencia del dominio al expropiante
mediando sentencia firme, toma de posesión y pago de la indemnización.
El desistimiento: El expropiante podrá desistir de la acción promovida en tanto la expropiación no haya quedado
perfeccionada. Las costas serán a su cargo.
El abandono: Se tendrá por abandonada la expropiación si el expropiante no promueve el juicio dentro de los 2 años de
vigencia de la ley que lo autorice, cuando se trate de llevarla a cabo sobre bienes individualmente determinados; de 5 años,
cuando se trate de bienes comprendidos dentro de una zona determinada, y de 10 años cuando se trate de bienes
comprendidos en una enumeración genérica.
Expropiación irregular: (Solicitada por el particular). Procede: 1) Cuando existiendo una ley que declara de utilidad pública
un bien, el Estado lo toma sin haber cumplido con el pago de la respectiva indemnización; 2) Cuando con motivo de la ley de
declaración de utilidad pública, una cosa mueble o inmueble resulta indisponible por evidente dificultad o impedimento
para disponer de ella en condiciones normales; 3) Cuando el Estado imponga al derecho del titular de un bien una indebida
restricción o limitación, que importen una lesión a su derecho de propiedad. El que accione por expropiación irregular está
exento de la reclamación administrativa previa. El trámite es el mismo que para la expropiación regular. Prescribe a los 5
años, computados desde la fecha en que tuvieron lugar los actos o comportamientos del Estado.
La retrocesión: Procede cuando al bien expropiado se le diere un destino diferente al previsto en la ley expropiatoria, o
cuando no se le diere destino alguno en un lapso de 2 años computados desde que la expropiación quedó perfeccionada.
Cuando al bien no se le hubiere dado destino alguno dentro del plazo de 2 años, el expropiado deberá intimar
fehacientemente al expropiante para que le asigne al bien el destino que motivó la expropiación; transcurridos 6 meses
desde esa intimación sin que el expropiante le asignara al bien ese destino la acción de retrocesión quedará expedita, sin
necesidad de reclamo administrativo previo. Si al bien se le hubiese dado destino diferente al previsto en la ley
expropiatoria, deberá formularse el reclamo administrativo previo. Si el bien expropiado hubiere cumplido la finalidad que
motivó la expropiación, y por esa circunstancia quedare desvinculado de aquella finalidad, la retrocesión será
improcedente. La acción de retrocesión corresponde únicamente al propietario expropiado y a sus sucesores universales. El
procedimiento aplicable será el establecido para el juicio de expropiación. Si en la sentencia se hiciere lugar a la acción,
deberá establecerse la suma que debe reintegrar el accionante y el plazo en que ha de hacerlo; asimismo se establecerá el
plazo en que el expropiante debe devolver el bien expropiado. La acción por retrocesión prescribe a los 3 años, computados
desde que, habiendo quedado perfeccionada la expropiación, al bien se le dio un destino ajeno al que la determinó, o desde
que no se le dio al bien destino alguno, hubieren transcurrido 2 años.
Procedimiento ante los entes reguladores: Controlan al estado como concedente, al concesionario o licenciatario y a los
usuarios, velando por la protección y cumplimiento de los derechos y obligaciones que cada uno, por eso se los menciona
como árbitro neutral de los tres sectores mencionados. Vulgarmente hablando son mecanismos de control estatal.
Constituyen entidades autárquicas que actúan en el marco de la organización administrativa del Estado, se encuentran
sometidos al poder de tutela del Poder Ejecutivo. Abarcan la fiscalización de los servicios y el cumplimiento de los contratos
de concesión o licencia, el control sobre la aplicación de las tarifas y el cálculo de las bases de los contratos de concesión
que se celebren, potestades disciplinarias relacionadas con la imposición de sanciones. Tienen facultades reglamentarias
tanto en materia de seguridad, facturación de los consumos, control y uso de los medidores, interrupción y reconexión de
suministros y calidad de los servicios prestados. También facultades administrativas de fiscalización de los concesionarios y
licenciatarios; control del régimen tarifario vigente, control de planes de obra y mantenimiento; establecer las bases para el
cálculo de las tarifas, aprobar las tarifas que aplicaran los proveedores; proteger al usuario, organizar y aplicar el régimen de
audiencias públicas, atender el reclamo de los usuarios en relación a la prestación de los servicios y las tarifas; planes de
mejoras y expansión, prevención de conductas monopólicas , protección del medio ambiente, la propiedad y la seguridad
pública; pudiendo seleccionar, adjudicar y extinguir los contratos de concesión o licencia; pueden estar en juicio. Entre sus
facultades jurisdiccionales: 1) Potestad para aplicar sanciones y; 2) Sometimiento de ciertas controversias a su jurisdicción
previa y obligatoria. También tiene competencia para resolver en materia de daños y perjuicios. Los principales entes
reguladores son: ENRE (Ente Nacional Regulador de la Electricidad), ENARGAS (Ente Nacional Regulador del Gas), CNC
(Comisión Nacional de Comunicaciones), ETOSS (Ente Tripartito de Obras y Servicios Sanitarios), CNCT (Comisión Nacional
de Regulación del Transporte).
Audiencias públicas: La garantía de oír al interesado antes de dictar una decisión que pueda afectar sus derechos o
intereses es un principio clásico del derecho Constitucional y administrativo. La audiencia pública sirve: a) Al interés público
de que no se produzcan actos ilegítimos; b) al interés de los particulares de poder influir con sus argumentos y pruebas
antes de la toma de una decisión determinada y; c) a las autoridades públicas para disminuir el riesgo de posible errores de
hecho o de derecho en sus decisiones. El debate en la audiencia pública debe ser oral e informal, ordenado por el órgano
que preside la audiencia, determinando quién o quienes hablaran en qué orden y por cuanto tiempo, con replicas y duplicas
por tiempos equivalentes y parejos para todas las partes. Los miembros del órgano que dirige a la audiencia, tienen
facultades para interrogar de oficio, conforme al principio de la oficialidad o instrucción, para el esclarecimiento de los
hechos y derecho en debate, por ende a una mejor resolución del caso. No puede haber condena en costas, los gastos de
traslado, producción de pruebas o pericias, costos de asesoramiento, etc. la administración debe hacerse cargo de ellos.
Procedimiento: La preaudiencia se considera obligatoria, con la posibilidad de que ella permita arribar a un acuerdo de
partes que permita evitar la audiencia pública por razones de economía procesal. El criterio es el de la amplitud de la
prueba, bajo los principios genéricos de instrucción e informalismo. Se podrán labrar minutas taquigráficas del
interrogatorio a los testigos, grabar o videograbar. Lo importante es lograr algún tipo de registro razonable de lo sustancial
que ha ocurrido en la sesión, conforme al principio de publicidad. Pueden ser partes: Quien tiene derecho subjetivo o
interés legítimo, interés difuso y derecho de incidencia colectiva. Cabe admitir como partes a personas públicas extranjeras
o privadas. En los casos de intereses difusos es necesaria la intervención de un Defensor del Usuario, un fiscal ad hoc y el
Defensor del Pueblo de la Nación.
Origen y evolución: Surge en Francia. En cercanías del siglo XX surge un régimen jurídico especial, esto provocó la mutación
del régimen, la transformación del concepto. En el siglo XX el concepto que se comienza a manejar en nuestro país es la de
actividad realizada monopólicamente por los particulares, por delegación y bajo control del estado. En la mitad del siglo XX
se produjo el proceso de nacionalización, donde los servicios privados que pasaron al Estado recibieron el mismo régimen
jurídico de la administración y el servicio público y la función administrativa se confundieron en un mismo régimen jurídico.
A partir de los años 90 se traspasa nuevamente a la actividad privada ciertas actividades asumidas por el Estado. Al
efectuarse la desestatización algunas actividades quedaron desmonopolizadas, libradas a las reglas de la libre competencia
y sin una regulación estatal. Pero algunas privatizaciones se hicieron bajo un régimen jurídico oficial de monopolio, si
determinados servicios están en manos de particulares en condiciones monopólicas, sea por concesión o licencia otorgada
por la administración, el Estado debe ejercer su potestad de controlar, ésta es una facultad que el Estado ejerce cuando ha
conferido un monopolio y que actualmente no puede llevarse a cabo para actividades prestadas en libre competencia. Allí
reaparece la realidad económica que puede ser calificada como servicio público.
Crisis de la noción de servicio público: Dos elementos de esta noción, el de la persona que atiende el servicio y el del
régimen que lo regula, entraron en crisis. En cuanto a la persona que presta el servicio, se observaba que no era ya sólo la
administración por sí misma o a través de concesionarios que satisfacía necesidades públicas bajo un régimen especial, sino
que también existían servicios públicos prestados directamente por particulares o al menos por órganos que no forman
parte de la administración ni tienen un contrato de concesión con ella para realizar tal actividad, ya que el contrato de
concesión o licencia no es la única forma en que el Estado puede delegar a un ente determinado la función administrativa;
también puede la ley directamente crear un ente y conferirle tales facultades.
La publicatio: Es la declaración que determina que a partir de ese momento el ejercicio de dicha actividad es servicio
público y pasa a ser regulada por el derecho administrativo. El requisito de la existencia de una ley (formal y material) como
presupuesto para la configuración del servicio público puede surgir en forma expresa o tácita. Decidir que una determinada
actividad constituya un servicio público significa encuadrarlo en el ámbito del derecho administrativo, cuya titularidad a
partir de la publicatio, pasa al Estado no pudiendo los particulares ejercerla por derecho propio. Esa titularidad no implica
que el Estado es dueño del servicio, sino titular de su regulación. Como excepción el Estado puede actuar a título de dueño
cuando se extinga la concesión o licencia y se deba sustituir al prestador del servicio.
El carácter monopólico como nota definitoria del concepto: La idea de monopolio es la que mejor explica este régimen
jurídico, ya que es imposible que existan actividades sometidas a dicho régimen que se lleven a cabo en forma competitiva.
En la práctica, es el monopolio lo que determina el régimen jurídico especial.
Régimen jurídico de los servicios públicos: Es el régimen jurídico el que le impone las reglas a los servicios públicos y es el
ente regulador quien lleva a cabo la actividad de control. La necesidad de asegurar el funcionamiento y la continuidad del
servicio determina: a) Que la fuerza pública preste un apoyo especial; b) Que quien presta el servicio pueda pedir al Estado
que expropie bienes útiles a su gestión; c) Que puedan establecerse servidumbres y restricciones al dominio privado en
razón de ese servicio; d) Que los contratos que asocien un particular al funcionamiento del servicio sean contratos
administrativos; e) Que el monto de las tarifas, precios o tasas esté sujeto a la autorización del poder público, previa
audiencia pública bajo pena de nulidad; f) Que toda cuestión vinculada a él, incluidos los problemas contractuales de los
usuarios con el prestador del servicio, correspondan a la jurisdicción contencioso administrativa; g) Los hombres que
trabajan en él carecen del derecho de huelga, pues implica la suspensión del servicio su continuidad.
Creación de los servicios públicos: Es la manifestación de voluntad del Estado frente a una necesidad colectiva, por la cual
se declara que ésta en adelante será satisfecha por medio del sistema jurídico de servicio público. Implica sustraer una
actividad del ámbito privado que en adelante los particulares no podrán ejercerla sin concesión o delegación. Algunos
autores establecen que la creación del servicio público debe ser competencia del Poder Legislativo y no del Ejecutivo, por
ley formal, ya que conlleva limitaciones a las libertades individuales, a la propiedad privada, a la libertad de comercio e
industria. No obstante, otros autores, sostienen que el órgano competente para la creación de un servicio público es el
Poder Ejecutivo, en virtud de ser el responsable político de la administración general del país.
Organización de los servicios públicos: Implica precisar las reglas generales y particulares que lo regirán y adecuar los
medios materiales necesarios para el desarrollo de esa actividad.
Modificación de los servicios públicos: Supone alterar las normas de organización del servicio. Es competente para ello el
mismo órgano del cual emanó el acto que se modifica.
Supresión de los servicios públicos: Supone una manifestación de voluntad del Estado respecto a una necesidad colectiva
que dejara de ser satisfecha por el procedimiento del servicio público, pudiendo entregarse a la iniciativa privada o
extinguiéndola por ser innecesaria. Sólo el órgano que lo creó tendrá competencia para disponer su supresión.
Competencia jurisdiccional: En razón de que nuestra Nación Argentina ha adoptado para su gobierno la forma
representativa, republicana y federal, supone una descentralización política, donde las provincias han conservado todo el
poder no delegado por la Constitución Nacional al gobierno federal, en principio, la creación de los servicios públicos
corresponde a las legislaturas de las provincias, pues se trata de atribuciones cuyo ejercicio no fue delegado por las
provincias al disponer en el artículo 75 inciso 18 y 125 de la Constitución Nacional, que en materia de legislación sobre
bienestar y prosperidad general, constituye una facultad concurrente entre la Nación y las Provincias.
Situación jurídica de los usuarios. Derechos y obligaciones: Los usuarios de un servicio público son las personas que
efectivamente lo utilizan, aquellos en cuyo beneficio ha sido creado ese servicio y que experimentan las necesidades o
exigencias que el servicio público procura satisfacer. Dicha utilización del servicio público crea un vínculo entre la entidad
que lo presta y el usuario, imponiendo obligaciones y creando derechos a favor de uno y otro.
A fin de precisar la situación jurídica del usuario, es necesario distinguir entre: 1) Los servicios públicos “uti singuli”: el
destinatario es la población en general y en su conjunto, es decir, la colectividad, siendo los usuarios indeterminados. Se
suele hacer una distinción entre: a) Los obligatorios: Se considera la situación jurídica del usuario como una situación legal
reglamentaria; b) Los voluntarios: Se considera la situación jurídica del usuario, según como haya sido establecida su
vinculación con el servicio, como una situación legal o reglamentaria, o como una relación contractual, prioritariamente de
derecho administrativo y; 2) Los servicios públicos “uti universi”: destinados a individuos específicamente determinados o
determinables, para quienes la utilidad del servicio es concreta y particular, donde la situación del usuario es de tipo legal o
reglamentaria, quedando excluida la posibilidad de ningún tipo de relación contractual, ya que el usuario es la comunidad,
no existiendo usuarios determinados o individualizados. Por otra parte, cuando se trata de servicios públicos que la
Administración presta indirectamente, por medio de un concesionario, la cuestión ha dado lugar a las más diversas
opiniones, importando que, los usuarios de un servicio público, son las personas que efectivamente utilizan y que
experimentan las necesidades o exigencias que el servicio público procura satisfacer, surge así, por un lado, el deber de la
Administración de establecer, organizar y prestar los servicios públicos que sean necesarios y por otro lado el correlativo
derecho de los particulares de utilizar esos servicios establecidos por la Administración. Los servicios públicos además
acarrean la obligación a sus usuarios de pagar por su prestación alguna compensación, ya sea bajo la forma de un impuesto,
una tasa o un precio.
Régimen jurídico aplicable y la protección legal del usuario. Normas constitucionales y legales de defensa del consumidor
y del usuario. Los nuevos marcos regulatorios: La competencia judicial para intervenir en las cuestiones entre usuarios y
prestadores del servicio, al igual que la relación entre estos y el concedente, es también la procesal administrativa. Para que
pueda existir tutela judicial efectiva de los derechos de los usuarios es necesario que se enfaticen los mecanismos
colectivos, como los entes regulatorios independientes, audiencias públicas, acciones colectivas o de clase, medidas
autosatisfactivas, cautelares autónomas, medidas innovativas, admisión amplia del amparo, etc.
- Entes reguladores: El artículo 42 de la C.N exige que debe haber un ente regulador independiente del poder ejecutivo,
encargados de fiscalizar la gestión indirecta de los servicios públicos, protegiendo al usuario y propendiendo a mejorar las
calidades del servicio; incentivando la eficiencia; el uso racional de los recursos naturales; en su caso, fiscalizando la fijación
de precios justos y razonables; asegurando la igualdad, libre acceso, no discriminación y uso generalizado de los servicios.
Tienen personalidad jurídica y patrimonio propio. Se han creado entes reguladores para los mercados de gas natural,
electricidad, correo, telecomunicaciones y aguas cloacas, a los cuales se les ha asignan funciones jurisdiccionales,
imponiéndose a los administrados la instancia previa y obligatoria del ente para resolver sus diferencias. Ejemplos de entes
reguladores: La Comisión Nacional de Telecomunicaciones (C.N.T.); Ente Nacional Regulador de la Electricidad (E.N.R.E.) y
Ente Nacional Regulador del Gas (ENARGAS).
- Ley de defensa del usuario y del consumidor: es una ley verdaderamente importante, la cual antes que se dictara el art. 43
de la C.N, ya legitimaba a las asociaciones de usuarios para iniciar acciones de clase y que en caso de desistimiento, el
ministerio público debe seguir la acción, por el orden público no se admite que el reclamo colectivo quede sin resolución.
- Artículo 43 de la Constitución de 1994: Reconoce el derecho de incidencia colectiva para hacer una acción de clase no
solamente a las asociaciones y al Defensor del Pueblo, sino también al afectado, lo cual hace más diligente el
funcionamiento del sistema.
- Ley 25.156, ley de defensa de la competencia: cumple un rol de preparación en el proceso de transición desde el servicio
monopolizado hacia la libre competencia. Se requiere autorización del tribunal de Defensa de la Competencia para
determinadas operaciones.
Teorías que admiten y rechazan la existencia del poder de policía: Muchos autores sostienen que el poder de policía debe
eliminarse por tratarse de una institución que no cuadra con el estado de derecho. Otros entienden que no existe una
noción autónoma del poder de policía, debido a que carece de notas específicas o propias que le permitan distinguirlo de
las demás actividades estatales ya que se encuentra distribuido en todas ellas, y que su uso, sólo tiene significación
histórica, sociológica. Contrariamente otros sostienen que existe un poder de policía inherente a todo gobierno.
El poder de policía. Distintos conceptos actuales: La policía es una modalidad de contenido prohibitivo y limitativo que se
encuentra en la estructura organizativa de la función Administración y tiene por objeto la ejecución de las leyes de policía.
En tanto que el poder de policía es la facultad, atribución o competencia, del órgano legislativo de limitar los derechos
individuales por razones de interés general, hasta donde sea conveniente o necesario dentro de los límites constitucionales.
El poder de policía se manifiesta a través de normas generales, abstractas e impersonales, objetivas, versa sobre la
limitación de los derechos reconocidos a fin de promover el bienestar general.
Fundamento constitucional: La Constitución Nacional de 1853 y sus reformas no mencionaba el poder de policía. Sus bases
normativas fueron elaboradas jurisprudencialmente por la CSJN, que dispone que el poder de policía deriva de la
enumeración de propósitos contenidos en el preámbulo constitucional, resulta implícita su presencia. Actualmente, con la
nueva Constitución sancionada en 1994, se hace referencia expresa a esta prerrogativa en el art. 75 inc.30, en cuanto
establece que las autoridades provinciales y municipales conservarán los poderes de policía.
Límites del ejercicio del poder de policía: El poder de policía es muy amplio, no obstante no puede ir más allá de lo que sus
objetivos exigen, es decir, se lo limita a asegurar el orden, la salud, la moralidad y el bienestar general. Por lo tanto no
constituye una potestad absoluta e ilimitada, así lo dispone el Estado de Derecho y la propia C.N. Principios que amparan los
derechos y garantías: 1) Legalidad: No hay las limitaciones o restricciones a los derechos individuales sin ley formal o
material; 2) Razonabilidad: encuentra su fundamento en el art. 28 de la C.N al establecer que los derechos reconocidos no
podrán ser alterados por las leyes que reglamenten su ejercicio; 3) Intimidad: la esfera de la libertad consagrada por el art.
19 de la C.N, se encuentra exenta de toda limitación legal; 4) Irretroactividad: al igual que todas las leyes las de policía
tienen carácter irretroactivo, salvo las expresas excepciones y siempre que no afecten derechos adquiridos.
Jurisprudencia de la Corte Suprema sobre el concepto del poder de policía. Evolución: La labor constructiva de la Corte se
inicia con fallos referidos a razones de seguridad, moralidad y salubridad públicas (1869 a 1922), tomando el concepto
estrecho del poder de policía. El criterio cambió radicalmente en 1922, al discutirse la constitucionalidad de la ley de
congelamiento de alquileres, donde la Corte, en concordancia con la norteamericana, acepta la tesis amplia y plena del
poder de policía, en la que extiende el ámbito del poder de policía al bienestar general, aceptando el llamado “poder de
policía de emergencia”, que autoriza a restringir los derechos con intensidad particularmente extrema. En 1934 y hasta
1944, se produce la intervención del Estado en materia económica social, laboral y social. En 1944, la Corte sienta una línea
jurisprudencial de intervención en materia económica, establecida en el fallo “Cine Callao” de 1960, en que la Corte
consideró constitucional la ley que imponía cargas a los empresarios, en beneficio de la promoción de la cultura artística.
Formas jurídicas:
1) La prohibición: suprime una actividad que forma parte de la libertad jurídica de señorío del administrado, fundada en
razones de interés público no se permite su ejercicio (ej. Prohibición de portar armas).
2) La orden: es una decisión concreta de la función de la policía administrativa, imponiendo una conducta determinada a un
sujeto particular o a un conjunto de sujetos individualizados o individualizables. Concreta una situación ya establecida en
una ley o reglamento policial, pero en relación a particulares. No debe confundirse con la orden administrativa propiamente
dicha que se emite en ejercicio de relaciones de subordinación en que se encuentra el funcionario con vinculación
jerárquica. Para que la orden de policía sea válida debe cumplir con estos requisitos: a) debe encontrar fundamento en una
norma jurídica; b) Debe expresar en forma concreta, objetiva o inconfundible la conducta que impone, como también las
consecuencias que acarrearía su incumplimiento; c) Si es individual, debe ser previamente notificada; d) Debe emanar de
órgano competente. La orden debidamente notificada crea la obligación de cumplirla. Por su carácter de acto
administrativo, consta del principio de ejecutoriedad. La orden de policía se extingue: a) Por supresión de la norma jurídica
que le sirve de base; b) Por desaparición del objeto; c) Por revocación del órgano emisor; d) Por muerte del destinatario.
3) El permiso: remueve en casos excepcionales e individuales y por causa legítima, previamente justificada, una prohibición
establecida (permiso para portar armas). Es siempre “intuito personae”, precario, condicional, revocable, y confiere un
interés legítimo.
4) La autorización: reconoce el ejercicio de un derecho preexistente, pero que no puede ejercerse sin previa conformidad
de la Administración (autorización para conducir). La Administración no puede negar la autorización, siempre que el
administrado reúna los requisitos exigidos. La autorización es transmisible cuando la misma está condicionada a
circunstancias objetivas; pero cuando está condicionada a circunstancias subjetivas la misma se otorga “intuito personae”.
La contravención: La contravención, falta, transgresión o infracción se configura por una situación de hecho en
contradicción con lo dispuesto por una norma de policía que implica una responsabilidad objetiva, limitada por ciertas
garantías y principios constitucionales, como los consagrados por los arts. 16 y 28 de la C.N, que se refieren a la igualdad
ante la ley y a la razonabilidad y para ello se deben cumplir distintos requisitos: a) El hecho o la omisión ha de constituir un
acto antijurídico; b) Debe haber una tipificación de la conducta punible; c) Las sanciones son sólo patrimoniales, no
pudiendo ser privativas de la libertad, ni inhibitoria de la actividad del sujeto responsable; d) La responsabilidad debe ser
limitada a la razonabilidad. El sujeto activo pueden ser tanto las personas físicas como jurídicas.
La pena de policía: Puede aplicarse: a) Sobre las personas infractoras: 1) Inhabilitación: consiste en la incapacidad para
ejercer determinadas actividades profesionales, artesanales, comerciales, por lo común es accesoria de otra sanción, puede
ser temporal o definitiva; 2) Privación de libertad: se trata de arresto, que debe ser temporario y que por su gravedad debe
guardar proporción con la falta cometida, es decir, debe ser razonable; 3) Retiro de la personalidad jurídica: la conducta del
ente jurídico, contrario al interés público, permite la cancelación de su personalidad; 4) Revocación de la inscripción: En el
registro especial para ejercer cierta actividad profesional, artesanal, comercial o industrial, por infracción a los deberes que
la ley impone a esa actividad; b) Sobre su patrimonio: 1) Multa: es el castigo de pagar una suma de dinero, carece de
ejecutoriedad propia, en caso de falta de pago, el cobro debe ser gestionado ante el órgano judicial; 2) Clausura: consiste en
la cesación de la actividad de un establecimiento económico de cualquier especie, sin que sea definitiva y sin desapropio de
bienes; 3) Decomiso: importa la pérdida de la propiedad de un bien mueble; 4) Demolición de construcciones: Por
infracción a las normas sobre edificación y otras.
Distribución del poder de policía: Nación, Provincia y Comuna: Conforme a la C.N el poder de policía se distribuye
atendiendo a las personas, materia y territorio. En un Estado Federal, la distribución se hace entre los Estados integrantes:
Nación, Provincia, Municipio. La Constitución, ha dividido la competencia entre Nación-Provincia según las facultades se
hayan delegado al Estado federal o que se encuentren reservadas a las Provincias. Esa es la primera distinción y la más
importante. En general, las Provincias han dictado leyes específicas delegando competencias en los distintos municipios.
La delegación del poder de policía: Es nula la delegación indeterminada e indefinida del poder de policía. Se acepta la
validez de la delegación, cuando las facultades o atribuciones que se otorgan, sean dentro de un ámbito cierto y
determinado expresamente.
Policía de emergencia: Se lleva a cabo cuando existe un conflicto entre derechos de mayor jerarquía, una perturbación
grave e imposibilidad de resolverlo. Hay un sacrificio de bien jurídico de menor valor. Una verdadera situación de
Emergencia es la declarada por el Congreso, donde se deben utilizar los medios proporcionados al fin perseguido,
protección de la comunidad en su conjunto o aun grupo en particular. Es una medida de carácter temporal que debe
ajustarse a derecho en la mayor forma posible.
Según la materia de la cual versa: En esta forma de clasificación encontramos las más variadas formas en que se manifiesta
el concepto de policía: 1) Policía de Seguridad; 2) Policía de Imprenta; 3) Policía de Salubridad e Higiene, etc.
Según sus formas de actividad: En cuanto a estos dos tipos pueden ser en momentos independientes a consecuentes.
- Preventiva o de prevención: para evitar la comisión de la falta.
- Represiva o de represión: Imposición efectiva de la coacción.
Según su objeto de la coacción: La coacción, sin distinguir entre coacción física o psíquica, podemos decir que es la acción
que se ejerce sobre una o varias personas, para constreñirla a obrar de una manera determinada. Esta acción aparece
solamente cuando no se cumple con el derecho.
- Policía personal: Es la que atiende a la defensa y mantenimiento del orden público.
- Policía real o material: Es en sentido amplio, se debe tener en cuenta los peligros que para ese orden publico pueden
resultar como por ejemplo, fenómenos naturales.
Clases de responsabilidad estatal: 1) Derecho privado: Cuando los daños provengan de la actuación del Estado en el campo
del Derecho Civil. Se trata de una responsabilidad basada en la noción de culpa (siendo aplicables el art. 43, 512 y 1109 CC,
según se trate de responsabilidad contractual o extracontractual). 2) Derecho Público: Cuando la causa generadora de la
responsabilidad fuera la actuación estatal dentro del campo de la función administrativa o en ocasión de la misma.
Responsabilidad por hecho: En este tipo de responsabilidad se han planteado varios problemas de interpretación: a) La
distinción entre responsabilidad directa y responsabilidad indirecta. Responsabilidad directa es la que corresponde a una
persona por un hecho propio, e indirecta es la que corresponde a un superior por el hecho de un empleado o dependiente
suyo; b) La distinción entre responsabilidad subjetiva y objetiva.
Responsabilidad por actividad legislativa: No existe en principio responsabilidad del Estado por leyes legítimas, aunque
ocasionen daños. Casos de excepción: 1) Perjuicio especial: A los fines de cumplir su objetivo de bien común, el Estado exige
aportes a los particulares a través de limitaciones o contribuciones que afectan a un individuo de manera desigual y
desproporcionada y cuando el perjuicio se traduce en un daño material, debe indemnizar; 2) Enriquecimiento sin causa: El
daño sufrido por el administrado debe corresponder a un enriquecimiento del patrimonio administrativo sin causa; 3) Ley
Inconstitucional: No hay duda de que constituirá un daño jurídico necesariamente indemnizable.
Responsabilidad por actuación judicial: La solución ha sido la irresponsabilidad estatal, basada en que el acto jurisdiccional
se caracteriza por su fuerza de verdad legal, es decir no puede surgir responsabilidad de ella, pues el acto es conforme a
derecho. Pero este principio cesa cuando, por un acto jurisdiccional posterior (revisión), se reconoce que hubo error judicial
en la sentencia impugnada, por ejemplo cuando a alguien se lo condena y posteriormente se deja sin efecto la sentencia.
Responsabilidad por actividad ilícita: Hasta 1933 no se reconocía la responsabilidad del Estado por delitos, ya que los art.
36 y 43 del CC impedían que personas jurídicas estuvieran obligadas a responder por los actos ilícitos de sus representantes.
Aplicación del Art. 1112 Código Civil: Se trata de una norma de Derecho Público, puesto que prescribe la responsabilidad
extracontractual de las personas públicas estatales por el ejercicio irregular de la función pública y consiste en la necesidad
de restablecer el equilibrio a fin de mantener la igualdad ante las cargas públicas, principio reconocido por el art. 16 de CN.
La responsabilidad del estado por los actos de sus órganos o agentes con competencia para realizar los hechos o actos que
dan origen a los daños, es siempre una responsabilidad directa, aunque no excluye la posibilidad de que se configure la falta
personal del agente público.
Alcance del resarcimiento: Todo comportamiento ilegítimo de los órganos del Estado en ejercicio de la función
administrativa y legislativa que provoca daños al particular, engendra la obligación de restablecer la igualdad. El particular
puede pretender que la restitución consista en la reposición de las cosas a su estado anterior, excepto si ello no fuera
posible, en cuyo caso la indemnización se fijará en dinero. La indemnización debe ser integral y comprende todos los
perjuicios patrimoniales (daño emergente y lucro cesante). En el caso de acreditarse la existencia de dolo cometido por un
órgano del Estado, se tratará de una falta personal del funcionario.
La responsabilidad por omisión: Se aplican los requisitos generales que determinan la responsabilidad del Estado por
acción, acogiendo el precepto contenido en el art. 1112 CC. Para determinar la falta de servicio y consecuentemente la
procedencia de la responsabilidad estatal, esta omisión debe ser antijurídica, es decir cuando sea razonable esperar que el
Estado actúe en determinado sentido para evitar los daños en la persona o bienes de los particulares. Además, es necesario
que se trate de una obligación concreta y no de un deber genérico y difuso. El Estado no debe responder en los supuestos
de caso fortuito o fuerza mayor. Ante la duda respecto a si un reglamento o ley ordena o no específicamente la realización
de un hecho omitido, la regla del art. 1112 lo soluciona afirmativamente, ya que la omisión origina responsabilidad, no por
haber sido el hecho expresamente ordenado, sino por constituir un irregular ejercicio de las obligaciones legales (art. 1112.)
Responsabilidad por actividad lícita: Presupuestos: a) La imputabilidad material del acto a un órgano del Estado; b) La
existencia de un daño cierto en los derechos del particular afectado; c) La conexión causal entre el acto y el daño al
administrado. La jurisprudencia de la Corte Suprema ha agregado dos requisitos: a) la necesaria verificación del perjuicio y
b) ausencia de un deber jurídico de soportar el daño. El acto administrativo no adolece de algún vicio o defecto, por cuanto
ha sido emitido de conformidad con todos los requisitos formales y sustanciales impuestos por el ordenamiento jurídico, así
como: La ocupación temporánea; La expropiación de bienes privados; La requisición en tiempos de guerra, etc. El
fundamento de ella es el principio de igualdad ante las cargas públicas.
Alcance resarcitorio: La situación del administrado no es igual en el supuesto de responsabilidad por acto ilegítimo, donde
el particular no debe contribución alguna al Estado, ya que nadie está obligado a soportar la actividad dañosa ilegítima; con
el supuesto de responsabilidad por acto legítimo donde el particular soporta un daño en virtud de los deberes o cargas. Por
esa causa, el Estado le debe al particular perjudicado por un acto ilegítimo una reparación integral mientras que en la
responsabilidad por acto legítimo la restitución no comprende el lucro cesante.